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ELABORACIÓN DE PERFILES CRIMINALES DESCONOCIDOS CON BASE EN LA

ESCENA DEL CRIMEN

Tapias Saldaña Ángela


Avellaneda Castellanos Luisa
Moncada Muñoz Melissa
Pérez Puentes Irma

Elaboración de Perfiles de Criminales desconocidos con base en la Escena del Crimen


es una técnica de investigación judicial que consiste en inferir aspectos psicosociales
del agresor con base en un análisis psicológico, criminalístico y forense de sus
crímenes, con el fin de identificar un tipo de persona (no una persona en particular)
para orientar la investigación y la captura, esta técnica es útil para la justicia porque
permite ser aplicada en diferentes situaciones como crímenes violentos, descarte de
sospechosos, identificación del tipo de criminal que cometió el delito; también es
ventajosa para los profesionales de la justicia como herramienta al preparar
interrogatorios, justificar la petición de pruebas; pero sobretodo es de gran utilidad en la
aproximación judicial a un delincuente.

Después de haber revisado a varios autores, se logró como principal aporte un modelo
del proceso de generación del perfil de criminales desconocidos basado en la escena
del crimen, en donde se recopiló la teoría de la mayoría de autores que trabajan con
perfiles criminales. Es importante tener en cuenta que al perfilar hay ciertos aspectos
de la victima o de la escena del crimen que pueden ser observados y de los cuales se
pueden extraer inferencias psicológicas, a esto es a lo que se le denominó evidencia
psicológica y es una estrategia clave para lograr generar el perfil. Para finalizar se
hicieron sugerencias con el fin de que esta técnica pueda ser implementada en
Colombia como una manera eficaz de aproximación al los agresores.

El uso de la psicología para capturar criminales tuvo inicios literarios que datan de
1841 con los “asesinatos de la calle morgue” de Edgar Allan Poe; sin embargo, en la
vida real esta aplicación tuvo principio en Gran Bretaña en el año de 1888 cuando el
Dr. George B. Philips patólogo forense, diseñó el método “modelo – herida”; este
modelo se basaba en la comprensión de la naturaleza de las lesiones de la víctima
como base para la elaboración estadística del perfil del delincuente.(Turvey 1.999).

Investigaciones de Turvey (1999), afirman que en 1876 en Europa, Cesar


Lombroso, médico italiano, publicó su libro "El hombre delincuente", en donde comparó
información sobre los ofensores como gustos similares, raza, edad, sexo,
características físicas, educación, y la región geográfica; estudiando 383 prisioneros
italianos acudiendo a sus teorías evolutivas y antropológicas para explicar los orígenes
de la conducta delictiva, encontrando como contribución tres tipos principales de
delincuentes:

1.El criminal nato: Son ofensores degenerados, primitivos que eran reversiones evolutivas más
bajas en términos de sus características físicas.
2.Los delincuentes dementes: Son ofensores que padecen patologías mentales y /o enfermedades
físicas y deficiencias orgánicas.

3.Criminaloides: Son ofensores sin características específicas. Ellos no fueron afligidos por
defectos mentales reconocibles, pero su naturaleza mental y emocional los predispuso a
conducta delictiva bajo ciertas circunstancias.

El Dr. Cesar Lombroso con su teoría de antropología delictiva concluyó que habían
18 características físicas indicativas de un criminal nato entre las que se encuentran:
desviación en tamaño y forma de la cabeza, la raza y región de proveniencia del
delincuente, asimetría de la cara, dimensiones excesivas de la mandíbula y pómulos,
defectos y peculiaridades del ojo, orejas de tamaño raro o muy pequeño, la nariz
torcida, curvada o con una punta que sube como la cresta de los orificios nasales
hinchados; labios carnosos, hinchados, y destacándose, bolsas en las mejillas.
(Turvey,1999).

Otra propuesta clásica para identificar delincuentes fue la formulada en 1955 por el
criminólogo Alemán Erns Kretschmer citado por Turvey (1999), quien propuso que
existen cuatro clases de criminales, afirmación basada en un estudio de 4414 casos y
cuerpos. Estos tipos eran como sigue:

1. Leptosómico: Son altos y delgados; asociado con hurto menor y fraude.

2.Atlético: Músculos bien desarrollados; asociado con crímenes de violencia.

3. Pícnico: Son bajos y gordos; normalmente asociado con crímenes de decepción y


fraude, pero en ocasiones se encuentran correlacionados con crímenes de violencia.

4. Mixto: Aquellos que encajaron en más de una de las clasificaciones anteriores.


Asociado con crímenes contra la decencia y moralidad, así como los crímenes de
violencia. Estas dos teorías precientíficas y biologicistas de Kretschmer (1955) y
Lombroso (1876) decayeron porque recibieron un sin numero de críticas, pues los
términos eran muy vagos y sin ninguna comparación con otras poblaciones; como no
lograron confirmaciones empíricas fueron olvidadas.

Habiendo hecho un recuento de las clasificaciones que antecedieron la elaboración


de perfiles es importante hacer mención según la Policía Nacional de Colombia, (1998)
a un uso piloto de la técnica que se hizo en la primera guerra mundial cuando un
psiquiatra trató de realizar un perfil de Hitler. Holmes y Holmes (1996) encontraron en
su investigación hallazgos como la gran influencia que ejercía la familia sobre Hitler;
factor que influyo para sus actos futuros; la figura paterna que Hitler tenia era la de un
hombre frió, cruel y brutal en las relaciones con la esposa y sus hijos; mientras que su
madre era sufrida y considerada, características que hicieron que Hitler desarrollara un
apego muy arraigado hacia ella pero simultáneamente sentía cierto rechazo hacia por
que no admitía que soportara todos los actos del esposo. Ante esta situación Hitler dejo
de relacionarse con la gente porque consideraba que nadie era confiable, se alejo
mucho de su madre y ella decidió apegarse a su esposo en vista de que su hijo se
alejaba afectivamente cada vez más.

Otro intento del uso de los perfiles criminales fue el retrato conductista de un
asesino serial, realizado por el Psiquiatra James Brussel en 1957. El Dr. Brussel infería
conductas del ofensor comparando sus conductas delictivas con la conducta de
pacientes con desordenes mentales similares; el fruto de su investigación se reflejó
cuando elaboró el perfil del “Bombardero Loco” en Nueva York. El asombroso
diagnóstico de Brussel se reconoce universalmente como el paradigma de una técnica
que ahora se utiliza como una de las técnicas más potentes en la cacería de los
asesinos seriales: el perfil psicológico. A pesar del impacto de este hecho, hasta 1970
las posibilidades de utilizar esta técnica fueron pocas, y así mismo se empezó a
explorar un método más sistemático.
(Goobar,2001).

En 1.960 en Inglaterra el aporte a la técnica de elaborar perfiles fue de Palmer


citado por Ressler, Burgess y Hartman, (1.999) quien publicó los resultados de un
estudio realizado a lo largo de tres años con 51 asesinos condenados. La contribución
de este estudio fue construir un retrato verbal de un asesino utilizando términos
psicológicos.

Afirma McCann (1.992) que para los años setentas, la técnica se desarrolló
lentamente en la unidad de ciencias del comportamiento del Federal Boureau of
Investigation FBI, ubicada en Quántico, Virginia y que actualmente se llama unidad de
apoyo investigativo. Los agentes del FBI habían llegado a adquirir mas conocimiento
en el desarrollo de nuevas dimensiones en investigaciones criminales, tomando como
sustento el laboratorio forense, el cual aún se limitaba por la poca evidencia que
brindaba en la que se podían apoyar.

En esta misma década de los setentas el agente federal de investigación Howard


Taeten comenzó un programa de perfil delictivo en la sección policiaca de California
(Estados Unidos), tratando de enseñar tácticas para perfiles de delincuentes como una
ayuda de investigación; su principal contribución fue la implementación de una cátedra
sobre perfiles criminales dirigida a los agentes del FBI. (Turvey, 1999). Cátedra que
fue de gran ayuda, ya que cinco años después de trabajar desde la teoría (1975), los
profesionales del FBI se enfrentaron a un caso de homicidio sexual con marcada
violencia (amputación de ambos pechos, sistema reproductivo desplazado, cuerpo con
cortes y heridas de puñal, señales de antropofagia) y para organizar la información
desarrollaron una clasificación que diferenciara el asesinato sádico del asesinato
sexual. (Hazelwood y Douglas, 1.980, citados por Burgess, Douglas y Burgess, 1997).

Pasados dos años, en 1977 Groth, Burguess y Holmstrom citados por Homant y
Kennedy (1998), investigaron 225 casos de violación tomando como fuente 133
violadores y 92 víctimas, en este estudio encontraron que los motivos que predominan
en los violadores son básicamente cuatro; el 44% correspondió sentimientos de poder,
el 21% correspondió a reafirmación del sentimiento de poder, 30% ira-venganza, 5% ira
–excitación. Esta primera clasificación de los motivos de los violadores es una
contribución importante para el inicio de las investigaciones sobre principales motivos
por los que actúa el agresor.

Afirman Ault y Reese (1.980) que en 1.978 se inició un proyecto piloto de análisis
psicológico criminal con el fin de formular perfiles mediante entrevistas de
investigación con criminales encarcelados, el cual fue llamado: “programa de
interrogación sobre la personalidad criminal”, tenía por objeto establecer las
características, motivaciones, actitudes y comportamientos más sobresalientes de los
delincuentes involucrados en tipos específicos de crímenes con el fin de preparar
programas informáticos para procesar los datos, previendo que a medida que esta
base de datos se fuera acumulando, proporcionaría información acerca de varias
clases de delincuentes.

Para el año de 1.980 Hazelwood y Douglas del FBI hicieron una contribución a la literatura
con su clasificación de homicidios por tipo, estilo y número de víctimas, describiendo el
homicidio como simple, doble, triple, asesinato en masa clásico y familiar, asesino serial y
asesino itinerante, organizado y desorganizado.

Así mismo, a finales de los 80 los agentes de la unidad de ciencias del comportamiento del
FBI empezaron a trabajar en la clasificación de los crímenes usando el manual diagnóstico y
estadístico (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría APA. Se clasificaron los crímenes
de asesinato, incendios y abusos sexuales, y se conformó el Comité Advisory Committee
Representing Federal and Private Association. (Burguess y colaboradores,1.997).

Tres años después Hazelwood (1.983) citado por Arrigo,(1999) describió cómo elaborar el
perfil de los violadores a través de informes de las víctimas. Para lograrlo se basó en 3 puntos
fundamentales entre los cuales incluía una cuidadosa entrevista con la víctima acerca del
comportamiento del violador, un análisis del comportamiento para tratar de descubrir la
motivación subyacente y un perfil individual.

El primer reconocimiento operacional del uso extenso de la psicología en Estados


Unidos, fue cuando a mediados de los ochentas, la policía metropolitana, junto con el
FBI perfilaron a un secuestrador en serie que operaba en el sector de Notting Hill. Entre
septiembre de 1979 y septiembre de 1983, este secuestrador había atacado a quince
mujeres, en sus propias casas, en las áreas de Kensington y Notting Hill, en West
London. (Jackson y Bekerian, 2000). En la investigación, se contó con la colaboración
de los Senior Investigation Officer (SIO) quienes son investigadores de alto rango y
cuentan entre su equipo psicólogos que elaboraron perfiles del posible asesino.
Habiendo conformado el equipo de investigación entre SIO y FBI, se analizaron
muestras de ADN del perpetrador, recogidas en los ataques del 1979 a1983 y en el
ataque a la mujer en 1987; resultado que comprobó que los secuestros, fueron
cometidos por la misma persona: Tony Frederick Mc. Lean fue quien dio positivo a la
prueba del ADN, siendo sentenciado a cadena perpetua por los secuestros. (Jackson y
Bekerian, 2000) Así mismo, En 1986 la policía de Leicestershire escuchó la opinión de
un psicólogo perfilador cuando hubo un secuestro y posterior asesinato del menor
Dawn Asworth. Este caso fue vinculado a uno que aconteció en el año de 1983, en el
cual Linda Mann fue la víctima. Para poder resolver estos casos, también se usó la
técnica de identificación por medio del ADN descubierta por el Dr. Alec Jeffreys, y cuya
solicitud se justificaba para la elaboración del perfil psicológico del criminal; a través de
la comparación de las muestras de sangre del caso del menor Dawn Asworth y del
caso Linda Mann se pudo llegar a la conclusión de que los secuestros y asesinatos
habían sido cometidos por la misma persona. (Jackson y Bekerian, 2000).

Como aporte de la tecnología informática; en agosto de 1986, se convocó una


conferencia para los SIO’s que habían tomado casos no resueltos de niños asesinados.
Esto creó la obvia necesidad de examinar casos similares. La conferencia contribuyó
en la conformación de un equipo bajo el mando de Don Dovaston, jefe del cuartel
general de policía de Derbyshire, trabajando en el desarrollo de una base de datos la
cual es ahora bien conocida con el nombre de CATCHEM (sigla en inglés de Equipo
Centralizado de Análisis, Comparación y Manejo de Homicidios) y que representa uno
de los mejores softwares de apoyo para la investigación criminal. (Jackson y Bekerian,
2000)

En el Reino Unido en 1998 ocurrió un caso que evidencia la utilidad de la


elaboración de perfiles criminales, especialmente en crímenes de tipo sexual; la
información fue obtenida del texto “Offender Profiling” de las autoras Jackson y
Bekerian, (2000). Se denominó “el asesino del ferrocarril”, en él; se vio involucrado
John Duffy ex-carpintero del ferrocarril Británico quien por pertenecer al ferrocarril llegó
a ser un sospechoso en la investigación policial; sin embargo alcanzó a ser ignorado
entre la lista de los oficiales que contenía 4900 sospechosos. Se realizó un perfil por
parte del un equipo de psicólogos, describiendo las posibles características físicas y
comportamentales del agresor, se tomaron las muestras de ADN de sangre y semen
encontrado sobre las victimas obteniendo que correspondían a Duffy y finalmente, su
domicilio quedaba en el área que el equipo de psicólogos había señalado en el perfil.
Duffy fue vigilado y arrestado por la policía, fue declarado culpable en 1987 por dos
asesinatos y cinco secuestros. La inmensa publicidad que generó el caso de Duffy,
creó una gran demanda de la técnica del perfilamiento criminal, la cual fue empleada
en cerca de 300 investigaciones durante los últimos nueve años. (Jackson y Bekerian
2000).

Revisado el caso anterior y continuando con la historia de elaboración de perfiles


criminales, en el año de 1.989 el FBI realizó el perfil post-mortem de un asesino suicida
que colocó una bomba en un barco, de este asesino se concluyó que fue un oficial
artillero homosexual humillado. El congreso de los Estados Unidos descontento con el
resultado designó a 14 peritos entre psicólogos y psiquiatras para que revisaran los
procedimientos y resultados del FBI, en este caso se afirmó que las conclusiones no
tenían bases científicas y por ello la técnica fue receptora de duras críticas. (Homant
Kennedy, 1.998)

En 1991, los detectives del FBI estaban usando técnicas de perfilamiento con mayor
frecuencia y los signos eran alentadores, pero aún no había evidencia del surgimiento
de un sistema coherente y ni de una técnica respaldada por la ciencia evidenciando la
falta de un sistema de evaluación válido y confiable. (Jackson y Bekerian, 2000)

En junio de 1992, el Comité Policial ACPO Association of Chief Police Officers del Reino
concluyó que era viable el desarrollo de la elaboración del perfil criminal como herramienta
operacional. La evaluación de la técnica aportó 26 recomendaciones que contribuirían a
fortalecerla, las principales fueron:

1.El perfilamiento del criminal es esencialmente viable.

2.El trabajo comenzaría suministrando un sistema operacional.

3.El programa puede ser implementado por la policía, pero manejado por el grupo de
investigación policial . La implementación es importante en el sentido de entrega del servicio,
mas no como investigación académica.

4. Se crearía una base de datos en el ámbito nacional, para permitir la suficiencia


estadística con miras al mejoramiento del perfilamiento; la factibilidad del uso de un
sistema de computación de inteligencia artificial sería explorada utilizando a
CATCHEM.

La investigación subsecuente sobre la técnica fue desarrollada por el PRG (Grupo


de Investigación de la Policía). Según Jackson y Bekerian, (2000) los objetivos
generales del programa fueron los siguientes:

1.Establecer qué tan útil puede ser el perfilamiento del delincuente en la ayuda a la
eficiencia investigativa del policía experimentado.

2.Administrar el desarrollo y los mecanismos apropiados para optimizar los beneficios


del perfilamiento a la policía.

Estos objetivos han sido logrados mediante ciertos proyectos individuales pero
conectados entre sí. Debido al primer objetivo, cerca de 200 casos donde se ha
utilizado el perfilamiento han sido resueltos, donde se ha utilizado el perfilamiento.

Otro antecedente de tipo social, más que judicial fue el aporte de Jhon Douglas quien dirigió
durante 20 años la Unidad de Apoyo Investigativo del FBI, el grupo élite dedicado al rastreo de
los asesinos seriales. Este agente hizo aportes para la literatura y el cine porque inspiró uno de
los personajes de la película “El silencio de los inocentes”. Ha escrito tres best seller sobre el
tema: Cazador de mentes: dentro de la unidad de crímenes seriales del FBI, Una bomber: tras la
pista del asesino serial más buscado de los Estados Unidos y Viaje a la Oscuridad (Goobar,
2001).

En 1.993 en el Reino Unido se empieza a trabajar con técnicas informáticas para identificar
perfiles delincuenciales. En la Policía de Northumbria, se utilizó tecnología similar a la de
CATCHEM para identificar una serie de robos caseros, en los cuales se investigaba con dichas
herramientas información del modus operandi, ubicación, relación del criminal y la víctima, etc.
(Jackson y Bekerian, 2000). Siempre que un delincuente de este tipo es reseñado más de cuatro
veces en el sistema, es etiquetado como serial y se convierte en sujeto de investigación con el fin
de alimentar el sistema.

Para el año de 1995, se estableció la facultad nacional del crimen en el colegio del
estado mayor de la policía en Bramshill, Reino Unido. El estado mayor de la facultad
estaba en capacidad de trabajar con los SIO’s se implementaron bases de datos al
alcance de todos como herramienta para comparar casos recientes con otros más
antiguos. (Jackson y Bekerian 2.000).

Como se observa, es el FBI el que ha desarrollado la mayor cantidad y calidad de


unidades de investigación y elaboración de perfiles, unidades sustentadas en la teoría,
metodología e investigación de perfiles delincuenciales.

Según Turvey (1999), un elevado número de agencias de los Estados Unidos tienen
sus propias unidades especializadas en perfiles, y su número internacionalmente
también ha crecido en países como Australia, Canadá, Inglaterra, y Holanda.

Para finalizar esta reseña histórica se citan dos intentos colombianos de incursionar
en el uso de la técnica. El primero de ellos fue en 1.993, la técnica se utilizó para el
análisis del asesinato de 4 niños en Bogotá; se decidió utilizarla por la similitud que
presentaban los asesinatos resueltos por el FBI., se concluyó que en Colombia no se
realizan análisis psicológicos con una fundamentación técnico-científica ya que se
emplean procedimientos empíricos acompañados de la experiencia del investigador.
(Medina y Vergara, 1997) El segundo caso fue el de los homicidios niños en los
cañaduzales del Valle (1995), lo interesante de este caso es la participación del
Departamento de Policía Judicial DIJIN; el caso inició su investigación bajo la dirección
de la teniente Claudia C. Palma Buritica de la unidad de homicidios con el apoyo de
investigadores de los Estados Unidos, los cuales realizaron un perfil psicológico del
autor de los homicidios para orientar la investigación. Desafortunadamente estos
investigadores aplicaron técnicas en forma experimental y por tal motivo no quedó
documentación del perfil realizado. Según Medina y Vergara (1997), la teniente a
cargo manifiesta que no recuerda los nombres de los investigadores de dicho país, ni la
forma de cómo llegaron a asesorar la investigación. Recordaba que el grupo estaba
compuesto por tres investigadores, entre los cuales se encontraba una psicóloga
profesional uniformada. La teniente no posee una copia del informe con que se
concluyó el caso. La posibilidad para recavar información consistía en la revisión de los
archivos, pero esta unidad no tenía un archivo organizado para la época.
Infortunadamente como se aprecia estos dos antecedentes nacionales no fueron
académicamente aprovechados.

En contraposición, es alentador para nuestro país saber que mediante una entrevista realizada
al Dr. Fulton Franco de la Escuela de la Fiscalía General de la Nación (2001), se esta cursando
un proyecto para iniciar una unidad de analistas en perfiles delincuenciales y que dicho proyecto
cuenta con la seriedad de un programa a largo plazo y con el sustrato académico necesario para
hacer de la implementación de esta técnica una realidad en Colombia.

Una visión general de la técnica en la actualidad (2001), es que se está usando con una alta
frecuencia en países como Estados Unidos, el Reino Unido, los países bajos y España. Existe una
proliferación de fuentes bibliográficas diseminadas en libros científicos, revistas de instituciones
policiales y judiciales, incluso existen asesores privados especialmente en Estados Unidos que
ofrecen sus servicios para realizar perfiles o para capacitar a otros, incluso por Internet.

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