En primer lugar sean mis palabras de agradecimiento a los organizadores de este
Tercer Congreso Nacional de Problemas de Aprendizaje por su amable invitación a pronunciar esta conferencia. En reciprocidad quiero, de inicio, precisar ante ustedes el afronte que haré de mi tema: este es Bilingüismo y Problemas de Aprendizaje. No trataré de los trastornos o dificultades del habla y sus efectos en el aprendizaje y en la afectividad susceptibles de ser generados en ciertas condiciones por el bilingüismo ni de las intervenciones profesionales y programas remediales posibles de ser aplicados en tales situaciones. Este tema es importante, técnico y amplio, sin dudad alguna. Sin embargo, mi objetivo es más pretencioso, mi propósito es tratar de penetrar en las estructuras cognitivas tempranas y profundas de la infancia peruana e identificando las condiciones concretas de su desarrollo ortogenético en forma bilingüe y las estrechamente asociadas a ella, determinaciones y consecuencias evolutivas, bloqueadoras de la posibilidad de realización saludable de sus potencialidades naturales, marcar las perturbaciones que en la edad del desarrollo atentan contra nuestra población infantil. Las necesidades que los psicólogos debemos satisfacer en el Perú no pueden quedarse en las soluciones clínicas o de consultorio. Más allá de ellas, muchos problemas son sociales y educacionales. Sociales, porque no afectan puntillístamente a casos aleatorios dispersos en los diversos estratos de la sociedad nacional, sino a comunidades enteras bajo la coacción de dinámicas históricas y culturales que obstaculizan el derecho básico de todo niño: crecer, desarrollarse, ser. Y los problemas son educativos, aunque tampoco en el sentido de la educación especial, sino más precisamente en el de la educación básica general; entendida esta como la oferta institucional que hacen las sociedades democráticas y modernas de un periodo prolongado y escolarizado de alfabetización profunda, de asimilación de creencias y valores y de dominio de prácticas, conocimientos, técnicas y estrategias resolutorias, que le permitan a los niños una inserción digna, equitativa y con oportunidades en la sociedad que los mayores, para bien o para mal, construimos. Para cumplir con mi tarea dividiré mi exposición en cuatro partes: 1ª Concepto y tipos de bilingüismo, que será una breve revisión general de definiciones y polaridades tipológicas que la literatura especializada y la investigación empírica han ido precisando. 2ª Las lenguas en el Perú, en ella mapearemos la presencia del español y las lenguas nativas conformantes de nuestro complejo mosaico multilingüe. 3ª Características del bilingüismo peruano, en ella trataremos de responder apretadamente a algunas cuestiones generales psicolingüísticas, psicosociales y psicoeducativas que perfilan el modo en que el bilingüismo se hace patente entre nosotros. 4ª Perturbaciones evolutivas, en ella propondremos nuestro modelo de disfuncionalidad evolutiva que genera el bilingüismo en el Perú y que explica los efectos devastadores que sobre el, o los, aprendizajes puede tener. Empecemos nuestra exposición.
* Profesor Emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
1. Concepto y tipos de bilingüismo El bilingüismo se define en la literatura como el dominio satisfactorio de la comunicación oral en dos lenguas adquiridas durante la edad del desarrollo, es pues la capacidad para hablar y comprender dos lenguas y sustituirlas adecuadamente entre sí. Es conveniente diferenciar el bilingüismo que es una condición personal de la diglosia que es cuna condición social. La diglosia es la coexistencia de dos lenguas habladas entre los miembros de una comunidad. Puede haber teóricamente diglosia sin bilingüismo y bilingüismo sin diglosia, pero obviamente una condición comunitaria diglósica como la que se presenta en el Perú entre el español y las diversas lenguas nativas hace inmensamente probable la condición de bilingüe. El bilingüismo es un problema que supera los límites tradicionales entre las disciplinas y exige una visión multi e interdisciplinaria. Es multidisciplinaria porque debe verse desde perspectivas diversas. Es un problema social porque se relaciona con la diglosia que es una dimensión estrictamente social. Es un problema lingüístico porque de lo que se trata es de la comunicación de dos lenguas o idiomas, y como todos sabemos la determinación empírica del fenómeno de la lengua es tarea de la lingüística. Es un problema educativo porque afecta la organización escolar y curricular del servicio de enseñanza que debe prestarse al niño bilingüe. Es un problema psicológico porque el lenguaje es simultáneamente formato mental tanto en la memoria semántica como en el pensamiento abstracto y formato comportamental en los procesos de interacción y coactuación lingüísticas. Además; hemos dicho que es interdisciplinario, es decir se tematiza también desde disciplinas nuevas surgidas en los límites de las disciplinas tradicionales: hay por el bilingüismo, intereses, por citar sólo algunos: psicolingüísticos, sociolingüísticos, etnolingüísticos y psicopedagógicos. Obviamente nuestro interés es psicológico, abierto a la Psicolingüística, la Psicosociología y la Psicopedagogía. En la definición que arriba diéramos de bilingüismo se considera que el dominio de las lenguas debe ser satisfactorio. Balkan ha precisado esta característica identificando cuatro variables decisivas: uno, el dominio de las reglas fonológicas y morfosintácticas, es decir los sujetos deben tener competencia en la producción de las unidades, fonemas y morfemas, del doble sistema articulatorio de las lenguas y en su percepción, comprensión y adecuada combinación. Dos, el dominio de un vocabulario extenso y disponible, consideramos esta variable tan importante que volveremos sobre ella posteriormente. Tres, el dominio de los usos y las expresiones convenientes en las diversas y complejas situaciones de comunicación social. Y, cuatro, la integridad de la esfera afectiva y de la repercusión emocional de las diferencias y variaciones estilísticas del mensaje. Ahora bien, este dominio de ambos códigos en la propuesta de Balkan es más un ideal. En los hechos la condición bilingüe no es perfecta, es decir no hay simetría absoluta entre las dos lenguas. No la hay, primero, porque es difícil sino imposible medirla; segundo, porque entre dos lenguas no hay nunca traducibilidad perfecta, siempre quedan entre ambas zonas más o menos grandes de opacidad y ambigüedad; y, tercero porque como señala Fantini, intervienen muchos factores en la concreción de la condición de bilingüe. Esos factores son entre otros muchos los siguientes: el número de lenguas usadas; la relación con proximidad excesiva o con distancia enorme entre las propiedades lingüísticas de los idiomas involucrados; las condiciones específicas de adquisición; el uso y función de cada una de las lenguas, sus alternancias o interferencias mutuas; y, por último, las condiciones de asimetría o desigualdad social que afectan a las lenguas, especialmente con el escaso prestigio o status que puede sufrir la lengua materna en comparación con la lengua de uso nacional privilegiado. Esta compleja red de determinaciones hace necesario pensar más que en un bilingüismo estándar y homogéneo, en una tipología de bilingüismos. Se han identificado los siguientes tipos polares de bilingüismo: bilingüismo compuesto y coordinado por Osgood el gran psicólogo experimental y uno de los fundadores de la Psicolingüística; bilingüismo inicial y tardío por Balkan; bilingüismo estable y transitorio por Fishman y bilingüismo aditivo y sustractivo por Lambert. El bilingüismo, o más exactamente los bilingüismos coordinado y compuesto dependen de los mecanismos representacionales implicados principalmente en la adquisición léxica. El bilingüe coordinado ha diferenciado nítidamente las situaciones totales interno-externas y los comportamientos vinculados a las unidades verbales y a las combinatorias de cada lengua. Es el verdadero bilingüe. En el bilingüe compuesto los componentes mediacionales de carácter representacional son comunes a las dos lenguas. Esto determina interferencias, mezclas y dificultades en los procesos de codificación y comunicación. Los bilingües tardíos y tempranos son dependientes de la edad cronológica de adquisición de las dos lenguas. Son tempranos cuando la adquisición simultánea ha sido antes de los 4 años. Son tardíos cuando la segunda lengua fue aprendida, después de los 4 años, pero antes de los 8 años. Balkan estudiando bilingües de una población escolar suiza de escuelas privadas con alto nivel socioeconómico, halló en los bilingües mayor plasticidad verbal y dominio del vocabulario comparados con los monolingües. Y, además, mayores ventajas de los bilingües tempranos sobre los tardíos. Los bilingües estables y transitorios corresponden a poblaciones en las que grupos migrantes tienen una lengua materna diferente y de escaso uso social frente al idioma nativo y local. Dependerá de la conciencia e identidad del grupo étnico y del papel de sus instituciones religiosas, culturales y educacionales, el mantenimiento y expansión de la propia lengua, definiendo así un bilingüismo estable, o, en caso contrario, el abandono de la propia lengua a la tercera generación disolviéndose lingüísticamente en la comunidad social dominante. Finalmente tenemos los bilingüismos aditivo y sustractivo. En el primero la condición bilingüe enriquece al sujeto con nuevas destrezas; en el segundo, el sustractivo, aparece un menoscabo, especialmente en la segunda lengua. Lambert informa haber obtenido buenos resultados aditivos con técnicas de enseñanza por inmersión. El bilingüismo sustractivo aparece cuando el niño es introducido en la lengua extraña dominante como idioma exclusivo de instrucción. Al efecto cognitivo se añade el emocional: la situación se vive como una amenaza a la identidad. Debe quedar claro a estas alturas que los resultados del bilingüismo no son siempre satisfactorios. Los bilingües compuestos y sustractivos sufren serias interferencias en sus posibilidades comunicacionales. El bilingüismo transitorio es una especie de suicidio cultural que realiza una comunidad. Aceptemos que tampoco esta es una situación que podamos denominar satisfactoria.
2. Las lenguas en el Perú
No nos va a interesar en esta exposición los problemas de bilingüismo que puedan suscitarse en las capas sociales medio altas y altas de Lima y algunas otras zonas urbanas con núcleos modernizados del país, como producto de la exposición indiscriminada y que en independencia de la presencia o no de habilidades específicas en los niños para las segundas lenguas, hacen los padres al enviar a sus hijos desde edades muchas veces muy prematuras a colegios cultural e idiomáticamente extranjeros. Es, sin embargo, un problema importante y que merece ser tratado con rigor científico, pero no es ahora nuestro problema. Apuntamos a identificar el tipo de bilingüismo que surge de la condición multilingüe y multicultural del país en condiciones de subdesarrollo y pobreza extrema, y con una relación entre el español y las lenguas nativas en la que el status y el prestigio social están dominantemente del lado del español. Por favor, no se trata, en este caso, de juicios personales de valor sino del reconocimiento de hechos objetivos. En el Perú se hablan tres clases de lenguas. El español que es la lengua oficial y dominante; las lenguas andinas constituidas por el quechua y sus dialectos y el aymara; y las lenguas amazónicas que son 60 lenguas diferentes distribuidas en 12 familias lingüísticas. Los datos que podemos manejar hoy sobre la población involucrada en el multilingüismo nativo andino y amazónico son impresionantes. Aunque los datos son proyecciones del último censo. Seguramente el nuevo censo traerá algunas correcciones pero que no variarán sustantivamente el cuadro que tenemos. En la costa hay 2’250,000 personas que son o monolingües nativas o bilingües del quechua o aymara con el español: es el 15% de la población costeña. En la sierra peruana el 50% de la población, 3’500,000personas están en igual condición lingüística. Si incorporamos un cálculo muy modesto de 250,000 nativos amazónicos, son 6 millones de peruanos los que están expuestos a las condiciones del bilingüismo y de la diglosia, de ellos 2/3 partes son estrictamente bilingües. Pero, observamos, que esta situación es desordenada, sin políticas culturales ni educativas, en condiciones de migración caótica, de marginalidad social y pobreza extrema, de escasa escolaridad y de analfabetismo real y funcional. No existe creemos ninguna condición que nos permita asumir que la construcción en nuestro país es de un bilingüismo coordinado y aditivo. Es de temer que el bilingüismo sustractivo y compuesto sea la fisonomía dominante del espacio lingüístico en el interior campesino y en sus periferias urbanas más recientes.- Para completar la visión sociolingüística del país señalemos que, además, no hablamos una sola variedad del español sino, según un investigador tan distinguido como Escobar son siete las variedades que se han formado en el Perú: tres de ellas son el castellano andino que se habla en los valles, de el altiplánico en las mesetas altas y el sur andino en la región meridional del país, todos ellos de la sierra peruana, aunque en el sur andino se extiende hacia el litoral. Otras dos variedades del español son el costeño y el amazónico hablados en las cuencas de estos dos grandes sistemas hidrográficos. Los siete castellanos se completan en el interlecto que es como denomina Escobar al bilingüismo del español con una lengua andina (especialmente el quechua). El interlecto ofrece dos variantes: el bilingüismo incipiente y el avanzado según se manifieste un menor o mayor dominio respectivamente del código español y una correspondiente menor o mayor interferencia de la lengua nativa sobre este. Por otra parte las investigaciones de Parker y Torero han fijado la presencia de por lo menos 6 variantes dialectales quechuas en nuestro país: el huanca, el huailas, el cañaris, el lamaista, el chanca y el collao. Si sumamos las lenguas amazónicas, los dialectos quechua, el aymara y las variedades del español son no menos de 74 códigos lingüísticos lo que discurren en este momento por nuestra compleja realidad.
3. Algunos rasgos del bilingüismo peruano
Resumiremos brevemente aquí algunos resultados de investigaciones y datos empíricos sobre tres aspectos importantes del bilingüismo: aspectos psicolingüísticos, sociolingüísticos y psicoeducativos. Empecemos por algunos datos psicolingüísticos: en 1972 con Aliaga analizamos los resultados de aplicar el Test de Vigotsky a una población monolingüe español y bilingüe quechua-español en Ayacucho en edad escolar. Nuestros resultados señalaban una distribución homogénea en los grupos monolingües: un 25 por ciento estaban en nivel conceptual. Como ustedes saben el Test de Vigotsky-Hanffman-Kassamin explora una estructura conceptual multiplicativa de clases. Un 50% de la población estaba en un nivel intermedio alto y el restante 25% en el nivel intermedio bajo. Ningún miembro de los 2 grupos estaba en el nivel primitivo. En oposición a estos resultados el grupo bilingüe tenía un 20% de sujetos precisamente en el nivel primitivo y sólo 5% en el nivel conceptual. Los grupos intermedios bajo y alto tuvieron porcentajes similares a los bilingües: bajo 25% y alto 45%. Estos resultados implicaban mayor problema conceptual en los niños bilingües e hipotetizamos la causa en la interferencia entre los 2 códigos. En 1980, con mis colaboradores de entonces en el Laboratorio de Psicología experimental de San Marcos exploramos en una muestra nacional, grupos que representaban a los 7 dialectos del español según Escobar. Centraremos los resultados con los 2 grupos bilingües: incipientes y avanzados. Se exploró, por ejemplo, la resistencia al enmascaramiento, es decir, la capacidad del oído fonemático para identificar los sonidos de una lengua (palabras del léxico monosilábico básico del español en este caso), a pesar del ruido blanco interferente. En donde un hablante monolingüe limeño tenía éxito en 94%, el bilingüe avanzado fracasaba la mitad de veces y el bilingüe incipiente fracasaba dos de cada tres veces. Nótese, que estamos comparando sujetos de 12-13 años de edad y de 6º grado de escolaridad primaria todos ellos. Otro ejemplo, en memoria léxica que depende de la capacidad de recodificación de la memoria de corto plazo donde el hablante monolingüe de Lima tenía éxito el 100% de veces, con los mismos reactivos el bilingüe incipiente fracasaba el 75% de los casos y el bilingüe avanzado mejoraba el rendimiento, pero fracasaba el 50 % de veces. En lectura de la redundancia, que significaba un doble dominio: del léxico y del contexto escrito, donde el hablante del español estándar limeño tenía 100% de éxito, el éxito del bilingüe avanzado era del 30% y del incipiente era de apenas un 25%. Los datos nos señalan que a igual nivel de escolaridad (6º grado, es decir seis años de enseñanza formal en español y a la misma edad cronológica) el bilingüe se enfrenta a obstáculos tremendos que bloquean su rendimiento. Luego regresaremos a este problema en la parte final, antes precisemos algunos rasgos sociolingüísticos y psicoeducativos. En el aspecto sociolingüístico Ana María Escobar hace poco investigó el bilingüismo de los migrantes quechuas en Lima. Identificó 4 tipos de bilingüismo que avanzaban en dirección a un mejor manejo del español. Las variables que encontró determinaban el mejor uso del castellano fueron las siguientes: el aprendizaje previo del castellano al quechua, el aprendizaje temprano del castellano, el origen urbano del castellano aprendido, el carácter bilingüe de los padres mejor que si son monolingües quechuas, la escolaridad urbana mejor que la rural, vivir expuesto al castellano monolingüe y no al castellano bilingüe y, por último, provenir de grupos sociales medios o altos que de grupos sociales bajos. Los datos anteriores nos están señalando que las características del bilingüismo dependerán de factores sociolingüísticas, pero también debemos añadir ahora de factores educativos. Desde este punto de vista algunas cifras nos permitirán visualizar la dimensión de los problemas por afrontar. Si bien es cierto que se ha elevado el nivel promedio de escolaridad de 5.1 grados a 7.1 grados de 1981 a 1988, en cambio los indicadores de eficiencia educativa en términos de repitencia-deserción son muy graves especialmente el que nos señala que en el primer quinquenio de los 80, el 35% de los niños del 1º grado primario es desertores 10% y el resto repitentes. Este cuadro nos muestra un sistema escolar que más bien es obstáculo al desarrollo, y que en vez de asimilar al niño a su interior lo expulsa y rechaza. Estos datos descompuestos por regiones señalan que el 45% de los niños de 1º grado en la sierra y el 45% de los niños de igual grado de la selva son o repitentes o desertores. Las diferencias regionales afectan directamente a los espacios bilingües del país. El atraso es también diferente críticamente en función de la lengua nativa: 2 años para el hispanohablante, 4 años para el quechuahablante. Los hablantes de lenguas nativas tienen cuatro años de atraso promedio en la relación escolaridad y edad cronológica. Otros datos importantes corresponden a las tasas de analfabetismo puro. En 1988 parecía haber disminuido a 13.2% con una cobertura de cerca de 2 millones de personas. Si se analiza su distribución se encuentra también la condición asimétrica de las poblaciones fuertemente bilingües. Mientras la tasa urbana es de 6.2%, la rural es de 31.1%. Los departamentos con mayor porcentaje de analfabetos puros corresponden a departamentos como Apurímac, Ayacucho y Huancavelica correspondientes al gran Trapecio andino. Pero, no sólo existe el analfabetismo puro, el analfabetismo funcional que en la práctica equivale al puro, se produce cuando a la escasa o deficiente escolaridad se añade el desuso de la lengua escrita, generando jóvenes y adultos que no generan condiciones para un auto desarrollo que haga factible su inserción saludable en un proceso de modernización. La escolaridad promedio en la sierra en la población mayor de 15 años bordeaba los 2.5 grados en los inicios de los 80; aún habiéndose aproximado a los 4.5 grados a fines de la década no garantiza a la mitad de esa población no retroceder al analfabetismo funcional. Similar situación, aunque con una pequeña tasa más elevada, corresponde a la región selvática. Cuando hablamos de la mitad de la población de la sierra y de la selva superior a los 15 años estamos refiriéndonos a no menos y quizás más de 2 millones de personas en condiciones de analfabetismo funcional. Es obvio, llegados aquí afirmar que se requiere un conjunto de estrategias y programas de intervención para detener y remontar esta situación deficitaria personal, social y culturalmente. Los proyectos de intervención deben sostenerse en una adecuada investigación básica y evaluativa. La modernización del país no será posible en consecuencia sin una decidida intervención profesional de los psicólogos que en colaboración con otras disciplinas son los que pueden identificar qué sucede en los procesos cognitivos de las personas afectadas y qué debe técnicamente hacerse para neutralizar y remediar los efectos indeseables. En lo que sigue pretenderemos responder a la parte primera de doble pregunta: qué sucede con los procesos cognitivos. Cómo intervenir se desprenderá en forma muy importante de cómo respondamos a esa primera parte. Nos ocuparemos de ello ahora.
4. Perturbaciones evolutivas y problemas de aprendizaje
El proceso evolutivo es sumamente complejo y tendremos necesariamente que simplificar e ir directamente a lo esencial. Hay tres momentos críticos fundamentales en el desarrollo y corresponden a los 2, 7 y 12 años respectivamente. En cada una de esas edades se conquista un nuevo espacio de realizaciones cognitivas y paralelamente hay una reestructuración de la totalidad de la actividad mental. Indicaremos muy brevemente cuál es la característica o los rasgos esenciales para nuestro objetivo en cada etapa. A los 2 años se conquista la función semántica, y lo que es su eje: la adquisición del lenguaje. La potencialidad de configurar unidades semióticas constituidas por significantes y significados. Los significantes son en términos piagetanos unidades que pertenecen a los procesos figurativos, son estructuras sensoriales y perceptivas, cuyas imágenes acústicas son asimiladoras y categorizadoras receptivas y las unidades mínimas, además, programadoras de la ejecución vocal: fonémica y silábica. Los significados son unidades provenientes de los procesos enactivos cuando son acciones y operatorios cuando son conceptos y esquematizaciones superiores. Es decir el lenguaje es psicológicamente un integrador funcional de procesos originalmente dispersos y no relacionados. Pero, además, el lenguaje es una bisagra entre la conciencia individual y la conciencia social y lo es de varias maneras. Una porque el lenguaje es simultáneamente formato mental y formato comunicacional. Formato mental en la memoria semántica, por ejemplo, y formato comunicacional en cuanto conducta comunicacional. Y aquí está el segundo efecto del lenguaje, comunicarse es coactuar simbólicamente, es establecer una conciencia común, que al objetivarse y cristalizarse en los hechos culturales se hace conciencia y realidad cultural. El lenguaje es el vehículo que pone la conciencia personal de cada uno el mundo y que a su vez interioriza la conciencia común haciéndola conciencia personal. En resumen, el lenguaje y su adquisición no es un hecho periférico de la vida mental sino condición de la producción y el desarrollo de esta. El espacio del lenguaje, de la semiosis se apertura a los 2 años. A los 7 años se conquista en condiciones estándar de desarrollo la racionalidad intelectual y moral. Es la etapa que los piagetanos han denominado pensamiento concreto. Hay una reestructuración de los paquetes cognitivos y de los rótulos que los identifican. Los prototipos, los preconceptos sufren una reorganización profunda tanto interna como de sus relaciones. Los rasgos y ejemplares a los que se aplica el término que aún es preconcepto, aún no guardan relaciones estables y ordenadas entre ellos. A los 7 años la intención del concepto y la extensión, rasgos y ejemplares respectivamente se equilibran entre sí, aparece el concepto plenamente lógico. Recordemos el clásico experimento piagetano, el niño preoperatorio confunde el número de flores con el número de rosas; cuando se le pregunte si hay más flores que rosas en un conjunto de 4 rosas y 4 claveles, diría que hay igual número, aunque sabe aplicar correctamente los 3 términos: flores, rosas y claveles aún estos no son conceptos. Lo serán a los 7 años en la medida que sus ejercicios y experiencias de aplicación de los términos para constituir equivalencias de objetos hayan tenido éxito. Estos éxitos irán conformando una nueva capacidad: la memoria semántica de trabajo recodifica la información actual ampliando su ámbito que como ustedes saben es muy estrecho, de apenas 7± 2 unidades como identificó Miller hace muchos años. Los 7 años consolidan y ordenan el funcionamiento de las unidades léxicas de la memoria semántica y del pensamiento concreto. También se reestructuran y consolidan las relaciones entre los conceptos estos forman tríadas hiponómicas ordenadas, por ejemplo: al operar frente a un perro se reconocerá a “perro” concepto como incluso en “animal”, concepto que será inclusivo, y simultáneamente se formará el concepto de “no perro” complementario a perro y que cubre todo lo “animal” que no es “perro”. Estas tríadas a través del ejercicio realizan combinaciones, nexos y sustituciones que permiten no solo el reconocimiento sino la comprensión de situaciones complejas. Son esquemas operatorios indispensables para el desarrollo adecuado del sujeto. A los 12 años se conquista el pensamiento formal. Esto a veces no es adecuadamente visualizado. Hay un nuevo salto evolutivo. Podríamos definirlo sencillamente así: el niño anterior está en un solo mundo, real o ficticio, es el mundo tal como lo viene representado. El adolescente estará en mundos posibles. Se liberará del mundo real actual del aquí y ahora para hacer emerger posibilidades, universos probables, proyectos de mundos que lo involucrarán. El pensamiento formal es el pensamiento que hace posible procesar proposiciones, construir la ciencia aplicando las matemáticas de lo probable considerar y medir lo real como un caso de todos los mundos posibles. La inserción en una sociedad técnica y moderna requiere que el sujeto sea un sujeto formal. Ahora bien, las condiciones para que se susciten estos desarrollos se deben producir entre los 0 y los 7 años. Para el desarrollo semiótico de los 2 años se requiere entre 0 y 2 una intensa relación lingüística lúdica y formatizada niño-madre. Para el desarrollo lógico concreto de los 7 años se requiere una asimilación léxica y ejercicio semiótico intenso y ordenado entre los 2 y 6 años. Para el desarrollo del pensamiento lógico formal de los 12 años se requiere una inserción intensa y prolongada en la alfabetización, en el manejo productivo y lector del lenguaje escrito. Nuestra tesis central afirma lo siguiente: en nuestro país el bilingüismo asociado a las condiciones socioculturales y educacionales de subdesarrollo, extrema pobreza, migración y analfabetismo puro y funcional son variables perturbadoras de desarrollo cognitivo y por tanto perturbadoras de las condiciones estándar de aprendizajes tanto enactivos (conductuales) como concretos y formales (conceptuales). Finalicemos examinando brevemente como funcionará la perturbación. El desarrollo semiótico y lingüístico de los 2 años se verá perturbado principalmente por condiciones de migración desordenada del campo a la periferia urbana. Las condiciones de extrema pobreza, el aislamiento de la comunidad rural de origen, la sensación de extrañeza y soledad urbanas, la inutilidad de los antiguos hábitos, creencias y recursos para sobrevivir en las nuevas condiciones, desorientan y anomizan las relaciones totales de la madre y entre ellas las delicadas relaciones madre-niño de la etapa verbal. El abandono o reducción de las interacciones lúdico-verbales genera lo que los clínicos llamaron el síndrome de hospitalismo identificado inicialmente en los hospicios donde el niño pequeño no tiene una relación sustitutiva con una persona que cumple el rol materno. Sabemos que el hospitalismo hace sufrir fuertemente el potencial intelectual, afectivo y social del niño. El desarrollo lógico-concreto de los 7 años se verá perturbado por las condiciones del desarrollo de los 2 a 7 años. Es una etapa sensible al aprendizaje léxico. Son centenares de palabras las que el niño aprende y ejercita en este periodo especialmente entre los 2 y 4 años. Además las pone en relación unas con otras en frases y oraciones y confronta estas relaciones con lo que sucede en el mundo de su experiencia directa. El niño bilingüe se encuentra hoy en una situación insostenible. Como sus padres quechua hablantes o castellano bilingües no quieren muchas veces que hable quechua o su lengua nativa por su escaso prestigio, le prohíben el uso del quechua o lo reducen, e impulsan el del castellano; produciéndose debido a la carencia de ejercicio y modelos adecuados de este un empobrecimiento de la totalidad de la experiencia lingüística del niño. Nos encontraríamos ante una situación de doble semilingüismo en el peor de los casos o de un semilingüismo simple en el mejor. En el primer caso colapsa el sistema semiótico y dificulta la constitución de las tríadas hiponómicas ordenadas y los procesos de memoria semántica y recodificación. El tercer momento perturbador se vincula a la alfabetización. Generalmente es tardía con relación a la edad adecuada, 6-7 años, y deviene frecuentemente por la inadecuada escolarización en analfabetismo funcional cuando no ha sido analfabetismo puro. El lenguaje escrito al objetivar y exteriorizar el pensamiento permite su despliegue funcional completo. Además, la escritura descarga el uso de la memoria, y la lectura es un ejercicio de pensamiento descontextualizado que es la base funcional del pensamiento formal. Condiciones inadecuadas o carencia en la adquisición de las técnicas y estrategias de lectoescritura será el otro obstáculo perturbador de una evolución cognitiva satisfactoria. Aquí no detenemos. Una profesión se consolida y prestigia, no cuando es una especie de secta que se escucha solipsísticamente a sí misma, sino cuando apertura su interés y problematización a necesidades reales y profundas de la sociedad a la que pertenece. En el Perú hay cada vez más conciencia que nuestra viabilidad nacional pasa por el desarrollo nacional, el crecimiento económico y la modernización técnico científica. Esto es cierto, pero insuficiente. El elemento fundamental será siempre el hombre concreto, que es el componente permanente de todas las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales. Posibilitar el pleno desarrollo de las potencialidades del cerebro y mente de nuestros niños no sólo es un derecho humano de ellos, sino una necesidad en la que estamos doblemente en juego, porque es una necesidad ética, de equidad y justicia social; pero es también una necesidad de sobrevivencia nacional y social, de garantizar un futuro plausible sin horrores ni violencia a todos nuestros hijos. Muchas gracias.