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Transferencias monetarias

condicionadas y pobreza:
Trabajo Social y su intervención
en perspectiva de alteridad.
Borja Castro-Serrano *
Taly Reininger**
Marcela Flotts de los Hoyos***
Mónica Vergara Quezada****
Ana Fuentealba Alday*****

Resumen * Académico Escuela de Trabajo Social,


Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.
El Trabajo Social ha intentado complejizar el entramado teórico y concep-
Doctor en Filosofía, Universidad de Murcia
tual de la pobreza y sus consecuentes efectos metodológicos en las estra- (España). Magíster en Filosofía, Universidad
tegias de su superación. Ha propuesto olvidarse de aquellos intentos por de Chile (Chile). Psicólogo, Universidad Diego
neutralizar las intervenciones sociales, dotando de un carácter altamente Portales (Chile).
complejo la comprensión de los problemas sociales y sus acciones. Así, se francisco.castro@unab.cl
** Académico Escuela de Trabajo Social,
pretende reflexionar sobre el espacio de intervención social que se concibe
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.
en el vínculo entre quienes implementan programas de superación de la Doctor en Filosofía, Universidad de Murcia
pobreza y aquellos que participan de ellos, transitando en la intersección (España). Magíster en Filosofía, Universidad
de tres elementos que se mueven en distintos pero relacionados niveles: de Chile (Chile). Psicólogo, Universidad Diego
desde lo técnico metodológico, se ha optado por revisar el formato de pro- Portales (Chile).
francisco.castro@unab.cl
gramas sociales denominados Transferencias Monetarias Condicionadas;
*** Directora Escuela de Trabajo Social,
en lo empírico, se utilizará parte de los hallazgos de una investigación chi- Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.
lena sobre el programa Ingreso Ético Familiar; y en lo conceptual, será la Doctora © en Ciencias Sociales, Universidad
perspectiva de la alteridad de Lévinas la que iluminarán este recorrido. de Chile. Magister en Desarrollo Humano,
Universidad de la Frontera. Trabajadora So-
cial, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Palabras clave: Programas de Transferencias Condicionadas, Pro-
mflotts@unab.cl
grama Puente, Ingreso Ético Familiar, Pobreza, Alteridad. **** Académica y secretaria académica de
la Escuela de Trabajo Social, Facultad de
Abstract: Humanidades y Ciencias Sociales. Magíster en
Social Work has historically attempted to examine poverty through its Trabajo Social con especialización en compe-
tencias socioeducativas, Universidad Tecnoló-
theoretical and conceptual complexity leading to a direct impact on the
gica Metropolitana (Chile). Trabajadora Social
strategies implemented to overcome it. Such a complex comprehension Licenciada en Trabajo Social con mención
of social problems and actions leaves behind attempts to neutralize social en desarrollo social y familiar, Universidad
interventions. This article seeks to reflect on social interventions, specifi- Católica de Temuco (Chile).
cally the relationship forged between those who implement poverty era- monica.vergara@unab.cl
***** Académica de la Escuela de Trabajo
dication programs and beneficiaries of such programs. The article is divi-
Social, Facultad de Humanidades y Ciencias
ded into three interrelated sections beginning with a review of conditional Sociales. Directora Postítulo en Trabajo Social,
cash transfer programs and their methodology, followed by the presenta- Justicia Penal y Familia. Magíster en Psicología
tion of preliminary findings from an investigation of Chile´s Ethical Family con mención comunitaria, Universidad de Chi-
Wage program, and concluding with an analysis of Levinas´s perspective le. Trabajadora Social Licenciada en Trabajo
Social, Pontificia Universidad Católica de Chile.
of otherness.
afuentealba@unab.cl

Keywords:
Conditional Cash Transfer programs, Puente program, Ethical Family Wage
Program, Poverty, Otherness.
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PREMISAS PARA UN ITINERARIO ditional Cash Transfers (en adelante situación de vulnerabilidad con el ob-
i
La superación de la pobreza ha sido CCT) o Transferencias Monetarias jetivo de promover la superación de la
por muchos años foco de las Políticas Condicionadas; en lo empírico, se utili- pobreza. Actualmente, más de treinta
Públicas a nivel internacional y na- zará una parte de los hallazgos de una países ya cuentan con esta oferta pro-
cional. Especialmente aquellos cate- investigación1 en curso; y en lo con- gramática (Fizbein & Schady, 2009). Si
gorizados como los más vulnerables ceptual, serán las propuestas teóricas bien existen resultados diversos en re-
o desfavorecidos de la sociedad han que la perspectiva de la alteridad, prin- lación a su impacto y cuestionamien-
sido testigos de variadas ofertas pro- cipalmente desde las ideas de Lévinas, tos conceptuales y valóricos respec-
gramáticas, públicas y privadas, que las que iluminarán este recorrido. to a su modalidad –específicamente
con menor o mayor éxito han busca- El trabajo comienza con una breve su falta de fundamentos teóricos y la
do promover mejores condiciones de referencia a los CCT a nivel interna- baja calidad de los servicios ofrecidos
vida y también mejorar las cifras en cional y, específicamente, en Chile. Se (Stampini & Tornarolli, 2012, 2012; Cal-
este ámbito. Chile ha sido destacado describirá el modo como se entiende vo, 2011)–, los programas de transfe-
a nivel internacional, en los últimos el espacio de apoyo psicosocial, com- rencias condicionadas siguen en alza y
treinta años, por disminuir conside- parando cómo este se configuró en disfrutando de un alto grado de apoyo
rablemente los índices de pobreza los programas Puente e Ingreso Ético a nivel político.
absoluta medida a través del método Familiar, siendo los CCT focos del ar- Particularmente en Latinoamérica,
del ingreso. tículo. Luego, vinculando los discursos los programas de CCT irrumpen con
Particularmente, desde el Trabajo de los equipos municipales con una fuerza en la década de los años no-
Social se ha intentado complejizar el revisión teórica, se presentan los ha- venta, promovidos desde organismos
entramado teórico y conceptual de llazgos en torno a una mirada crítica internacionales como la mejor fórmu-
la pobreza y sus consecuentes efec- de cómo el apoyo psicosocial abre (o la para combatir la pobreza en la re-
tos metodológicos en las estrategias no) un nuevo espacio de intervención gión (Adato & Hoddinot, 2007; Fizbein
de superación. La disciplina ha pro- social en la superación de la pobreza. & Schady, 2009). El atractivo de este
puesto dejar atrás los intentos por Desde estos discursos se pretende tipo de programas se basaba princi-
neutralizar las intervenciones socia- una hermenéutica a partir de la pers- palmente en evaluaciones positivas
les, dotando de un carácter altamente pectiva de la alteridad ya mencionada, respecto a su impacto en la educación
complejo la comprensión de los pro- la cual abre la mirada de los CCT y el y la salud de las familias beneficiarias.
blemas sociales y las acciones que de rol psicosocial del Trabajo Social como Otros factores que incidían en su di-
ella se desprenden. En el ámbito de clave para resignificar los escenarios fusión eran, por un lado, su foco en la
la pobreza, la convicción profesional de pobreza y transformación social. eficiencia y, por otro, su flexibilidad y
ha enfatizado superar una visión ex- Por último, se concluye reflexionando ajustes a la realidad de cada contexto
clusivamente económica en tanto no sobre ciertas cuestiones sociales des- encajando con diferentes ideologías
es solo un fenómeno material y tan- de la “filosofía del encuentro” levina- y políticas gubernamentales (Adato &
gible. Aunque de ello mucho tiene, el siana, intentando hacerse cargo de una Hoddinot, 2007). Hoy existen diecio-
abordaje que implica su superación no mirada transformadora de las relacio- cho programas de CCT en América
puede olvidar las aristas estructura- nes intersubjetivas (Lévinas, 2006), Latina, con cerca de veinticinco millo-
les, históricas y simbólicas que reúne. remirando el espacio de la interven- nes de familias beneficiarias, es decir,
Por lo tanto, el introducir dimensiones ción social. Se puede comprender la un 19% de la población regional (Cec-
que aporten en su comprensión, per- subjetividad como una posibilidad que chini & Madariaga, 2011; Cepal, 2014).
mitirá abrir espacios de intervención aleja toda intervención de imponerse La historia de los CCT en Chile co-
dotados de mayor solidez conceptual como saber totalizante (Matus, 2004; menzó en el año 2002 con el Progra-
y metodológica. Carballeda, 2014), que clausura el de- ma Puente y continuó con más fuerza
En ese horizonte, el presente artículo venir subjetivo categorizándolo como cuando se implementó el Programa
pretende reflexionar sobre el espacio sujeto carenciado. Ingreso Ético Familiar el año 2011, que
de intervención social que se concibe durante el 2014 pasó a ser el Programa
en el vínculo entre quienes implemen- EL ESPACIO DE LA INTERVEN- Familia: Seguridades y Oportunida-
tan programas de superación de la CIÓN SOCIAL EN LOS CCT: ¿MÁS des2. Lo novedoso del formato de CCT
pobreza y aquellos que participan de ALLÁ DE LA TRANSFERENCIA en Chile era su componente de apoyo
ellos. Se transitará en la intersección MONETARIA? psicosocial que comenzó con el Puen-
de tres elementos que se mueven en En los últimos treinta años, a nivel te y que continuó con sus programas
distintos, pero relacionados niveles: mundial han proliferado los programas sucesores, aunque con variados giros
desde lo técnico metodológico, se ha sociales basados en el formato de los políticos e ideológicos que han ido
optado por revisar el formato de pro- CCT, que buscan instalar un sistema de modificando su implementación (La-
gramas sociales denominados Con- protección social para las familias en rrañaga & Contreras, 2010). 39
Proyecto financiado por: Fondecyt de Iniciación Nº11150317, “Pensar el deseo y la institución con G. Deleuze y E. Lévinas. Lecturas del otro, lo
social y lo político”, 2015-2018, y el Fondo de investigación interno Jorge Millas, Universidad Andrés Bello, DI-702-15/JM.
ARTÍCULOS

El Apoyo Psicosocial en los CCT en dades del grupo familiar a través del (Trucco & Nun, 2008). No obstante,
Chile: desde el Puente al Ingreso Éti- logro de cincuenta y tres condiciones se precisa escasa evidencia concreta
co Familiar mínimas agrupadas en siete dimensio- respecto a su capacidad de disminuir
Como ya se dijo, la incorporación de nes: identificación, salud, educación, la situación de pobreza de las fami-
la lógica de transferencias condiciona- dinámica familiar, habitabilidad, tra- lias a través de sus ingresos y empleo
das comenzó con el programa piloto bajo e ingresos. Era parte del rol del (Raczynski, 2008). Por otro lado, el
Puente, pero su formalización es en apoyo psicosocial identificar áreas programa enfrentaba múltiples críti-
el año 2004 con la promulgación de la críticas dentro del grupo familiar y cas por su implementación y sistema
ley 19.949 que creó el Sistema de Pro- trabajar en conjunto con las familias de gestión (Saveedra, 2008). Estos an-
tección Social, Chile Solidario. Mien- para así desarrollar las estrategias tecedentes llevaron al entonces candi-
tras el programa Puente se catalogaba que se enfocaran en cumplir con las dato presidencial, Sebastián Piñera, a
como un programa de transferencias condiciones mínimas. Era justamen- crear un grupo de trabajo durante su
condicionadas, a nivel internacional se te este elemento el que permitía una campaña presidencial en el año 2009,
destacaba por incorporar un compo- cierta flexibilización del programa, ya cuya misión era desarrollar un pro-
nente innovador: el apoyo psicosocial que buscaba cumplir con las necesida- grama nuevo para derrotar la extre-
a las familias participantes a través de des individuales y particulares de cada ma pobreza durante su mandato pre-
un vínculo forjado con un profesional grupo familiar más allá de la estanda- sidencial (Kast, 2013). Se dio un giro
o técnico de las Ciencias Sociales (Fiz- rización de la visita domiciliaria (Fosis, importante a la forma de enfrentar la
bein & Shady, 2009; Larrañaga, Con- 2016). Los apoyos familiares eran prin- pobreza en el país, pues la propuesta
treras & Cabezas, 2014). El programa cipalmente profesionales o técnicos de la comisión se centró en el empleo,
Puente, a diferencia de otros progra- provenientes de las Ciencias Sociales, el emprendimiento y un mayor énfasis
mas de transferencias a nivel latinoa- con una preferencia de parte del Fosis en las transferencias condicionadas
mericano, como el Oportunidades de a la contratación de trabajadores so- (Huneeus & Repetto, 2013). Incluso el
México o el Bolsa Familia de Brasil, ciales, por contar con la base teórica nombre del programa representó el
relegaba la transferencia económica a y las habilidades necesarias para tra- giro ideológico detrás de la propuesta
segundo plano, poniendo el énfasis en bajar en colaboración con las familias presidencial: se pretendía la creación
el componente psicosocial (Larrañaga en situación de vulnerabilidad (Reinin- de un Ingreso Ético Familiar (IEF).
& Contreras, 2010). ger, Castro-Serrano, Flotts, Vergara & El proyecto de Ley 20.595, promulga-
Este componente se fundamentaba Fuentealba, 2016; Saracostti, 2008). do en mayo de 2012, “crea el Ingreso
teóricamente en la comprensión y El apoyo familiar en el programa Ético Familiar que establece bonos y
conceptualización de la pobreza como Puente, además, acompañaba a la fa- transferencias condicionadas para las
un fenómeno multidimensional que milia desde el vínculo para el ingre- familias de pobreza extrema y crea
requería de una intervención com- so y el diagnóstico de su situación. el subsidio al empleo de la mujer”. En
pleja y personalizada, enfocada en Luego de elaborar un plan de traba- comparación con el programa Puente,
acompañar a las familias en su pro- jo, acompañaba a las familias duran- el IEF incluyó tres tipos de transferen-
ceso de desarrollo y superación de te los veinticuatro meses para luego cias monetarias: bonos por dignidad,
tal condición (Ruz & Palma, 2005). El realizar el seguimiento. Este apoyo por deberes y por logros. Los bonos
apoyo familiar se consideraba como la evaluaba los avances de las familias y por deber y por logros se centraban en
“puerta de entrada al Estado” en tér- su cumplimiento con las condiciones el área salud, educación y empleo, ase-
minos de acercar la oferta de progra- establecidas en sus planes de inter- mejándose a los programas de trans-
mas y servicios públicos a las familias vención y quien reportaba esta infor- ferencias condicionadas más tradi-
en extrema pobreza. Su relación con mación a los sistemas de gestión, la cionales de la región latinoamericana.
las familias jugaba un rol central para cual servía como insumo para evaluar Aunque el programa del Ingreso Ético
lograr los objetivos propuestos. Inclu- si la familia seguía recibiendo el bono Familiar mantenía la figura del apoyo
so, se consideró como “el motor que de protección del programa (Fosis, familiar (pasando a llamarse asesor
articula el cambio” en las familias (Fo- 2014). El apoyo familiar y el acompa- familiar), ciertos ajustes en su rol mar-
sis, 2006: 15). ñamiento psicosocial en el programa caron una diferencia con el programa
El componente psicosocial del progra- Puente eran, sin duda, los componen- anterior, como también con la crea-
ma Puente tenía una duración de vein- tes protagónicos. ción de un nuevo agente interventor:
ticuatro meses, y consistía en visitas Las evaluaciones cualitativas del pro- el asesor socio laboral.
domiciliarias estructuradas, divididas grama Puente durante los años 2006 La falta de protagonismo, indepen-
en una primera fase intensiva y una y 2007, destacan positivamente su dencia y flexibilidad del rol del ase-
segunda fase enfocada en el acompa- formato innovador y su componente sor familiar del IEF se observó desde
ñamiento, monitoreo y seguimiento. psicosocial en relación al vínculo for- el principio de la implementación del
40 Su meta era desarrollar las capaci- jado entre la familia y el apoyo familiar programa. Mientras en el programa
Puente, el apoyo familiar cumplía el rol una reflexión acerca de los sujetos en municipios, señalan que esta fragmen-
i
de invitar, diagnosticar las necesida- situación de pobreza, es decir, sobre la tación se manifiesta en varios niveles:
des de cada grupo familiar y desarro- producción de subjetividad en este es- primero, a nivel institucional existe un
llar una intervención según los reque- pacio. Los lineamientos del programa entramado difuso de coordinaciones
rimientos de cada familia, en la versión Puente permiten rescatar la figura del entre el Ministerio del Interior, Fosis,
IEF la cuestión era distinta. La tarea de profesional desde el ámbito relacional, municipalidades implementadoras y
invitar a las familias y diagnosticar sus a través del vínculo generado desde el agencias pagadoras de bonos, cues-
necesidades lo cumplía un asesor te- apoyo que se proyecta como el motor tión que burocratiza el proceso. Se-
rritorial perteneciente al Ministerio de que articula el cambio hacia la supe- gundo, a nivel de roles y funciones de
Desarrollo Social. Este gestionaba la ración de las condiciones de vida de los miembros de los equipos de inter-
oferta pública-privada del programa y la familia. A partir de los estudios del vención se pasa de una única figura de
era de su responsabilidad el activar las Fosis (2006) y de Mideplan (2006) so- vinculación con la familia (apoyo fa-
redes locales. La configuración de esta bre el programa Puente, se destaca la miliar del Programa Puente) a tres en
nueva figura desde el nivel ministerial importancia del compromiso vincular el IEF (asesor familiar, asesor socio-
implicó una estandarización de los pla- para conseguir cambios significativos laboral y gestor de redes comunales).
nes de intervención y una separación en la familia, cuestión que resalta el Tercero, a nivel de la definición de lí-
entre la etapa del diagnóstico y la in- carácter procesual en la intervención neas de intervención estas se particu-
tervención. Además, la incorporación social del apoyo psicosocial. Si bien se larizan para los asuntos psicosociales,
de la figura del asesor socio-laboral en reconoce que el apoyo del profesional laborales y gestión de redes. Cuarto, a
el programa IEF bifurcó los aspectos es transitorio, los estudios destacan la nivel de parcializar en diversas institu-
psicosociales de la familia y los labo- valorización del vínculo estable, más ciones las etapas de diagnóstico, tra-
rales creando cierta fragmentación y allá de cumplir las cincuenta y tres bajo directo y evaluación de un mismo
fisura en la intervención con el grupo condiciones mínimas. Los sujetos va- proceso. Lo particularmente sensible
familiar. Claramente, la creación de loran la escucha y los afectos involu- en esta situación, es la total invisibi-
este cargo significaba un giro desde crados en el vínculo con los apoyos lización de las familias como sujetos
un enfoque integral del Puente a uno familiares (Mideplan, 2006). vivos, con voz e injerencia, cuestión
fragmentado y enfocado en apoyar a Al comparar el IEF con el apoyo psi- revisada en el punto anterior.
las familias para ingresar al mundo del cosocial del programa Puente, se vi- Se cree que este alejamiento respecto
mercado laboral. sualiza una cierta fragmentación dada a la subjetividad de las personas y las
Otra gran diferencia que permite vi- por la multiplicidad de personas que familias, permite recordar a Touraine
sualizar claramente la lógica que opa- intervienen con la familia. Este tras- (1997; Lomelí, 2003) y su tesis del suje-
ca el protagonismo de la figura del fondo hace perder el valor procesual to mutilado a causa de la racionalidad
apoyo psicosocial en el programa IEF, de la generación de vínculos de apo- moderna e instrumental imperante,
es la gestión de los bonos. Mientras en yo como un efecto positivo para los la cual disgrega a sistemas y actores
el Puente era el apoyo familiar el que objetivos del programa. Más aún si se sociales. Lo anterior, nos permite “re-
evaluaba los avances de la familia res- toma en cuenta la dificultad temporal tomar al sujeto”, pero resignificán-
pecto al bono, en el IEF la transferen- que esto conlleva, ya que se pierde la dolo en su condición subjetiva. Este
cia de los bonos se gestionaba a nivel posibilidad de un espacio de cercanía, gesto intelectual es sugerente en el
central con información del Ministerio confianza y estabilidad. De hecho, el contexto económico y político actual
de Educación y los Servicios de Salud. encuentro directo, la relación cara-a- de globalización neoliberal, pues los
Aunque el vínculo que se generaba cara y su posible encuentro intersub- sujetos se ven subsumidos en un rol
entre el asesor familiar y la familia se- jetivo es altamente valorado también predominantemente de consumidor
guía siendo un pilar del programa, el por los profesionales involucrados: que los aliena en un espiral de nece-
poder y las responsabilidades de los “Uno tiene que estar en terreno (…) en sidades creadas, pero con deficientes
asesores se reducía drásticamente im- la mesa de la familia se gana y se cons- condiciones materiales para su acceso
pactando en el vínculo forjado con las truye el vínculo que es muy importan- y adquisición, agudizando las situacio-
familias pertenecientes al programa, te” (E1, El Bosque). nes de precariedad (Bauman, 2008).
ya que restringía la personalización y De este modo, el fragmentar el pro- Un sujeto que se totaliza, que se cierra
flexibilidad de la intervención social. ceso de intervención social es una ca- sobre su propia identidad sin darle un
El apoyo psicosocial como espacio racterística altamente perjudicial para lugar a ese otro que se sitúa en frente
de intervención social: tensiones y consolidar aquel encuentro y la estra- (Castro-Serrano, 2009). Falla el en-
disputas tegia en pos de superar la pobreza. La cuentro intersubjetivo si no hay otro,
El espacio de intervención social con- lógica fraccionaria niega la condición no permitiendo que la alteridad ilumi-
cebido en el vínculo entre el apoyo única y compleja del fenómeno de ne la reconceptualización del sujeto.
psicosocial y las familias, permite abrir pobreza. Los profesionales de ambos Se desplaza, entonces, el desarro- 41
ARTÍCULOS

llo de los vínculos psicosociales que ¿Se puede resignificar la interven- construidas en función de algún siste-
inserta a las personas en un mundo ción social de los CCT?: la alteridad ma o espacio (Lévinas, 2006). Se invita
relacional, considerando a la familia como clave de transformación social a una subjetividad renovada concep-
como un sistema-sujeto y al apoyo Es ya posible afirmar que los cambios tualmente, la cual se localiza en el es-
psicosocial como un actor represen- y ajustes introducidos al sistema de pacio del encuentro con el otro, previo
tante del Estado, cuestión que per- CCT en Chile desde su creación, no a todo espacio de lo social y de reci-
mitiría un encuentro relacional entre han logrado fortalecerse como una es- procidad (Peñalver, 2000). Esta forma
ambos. Esto es sugerente reflexionar- trategia de trasformación social. Por el epistémica de entender al otro, deja de
lo a la luz de las ambigüedades y con- contrario, se ha debilitado a causa de lado la noción de sujeto totalizado en
tradicciones en que los profesionales la alternancia de gobiernos de izquier- sí mismo y sus características parti-
del IEF desarrollan el trabajo con las das y derechas, quienes en sus respec- culares, individuales y situacionales;
familias: “…yo creo que aquí corre uno tivas administraciones, han incorpora- requiere una presencia consciente y
como profesional por dos áreas, el do modos disímiles de comprender el manifiesta de la subjetividad la cual es
área que establece la parte objetiva… fenómeno de la pobreza y su compleji- construida en una relación abierta a la
como la carpeta, las secciones... hacer dad. Resultado de ello, vemos como el posibilidad de recibir al otro (Lévinas,
lo que sale en el manual, y tú por otra IEF no incorpora la estrategia gestada 2006; Castro-Serrano, 2015).
línea o lo personal... la otra línea me la inicialmente en la figura del programa La premisa anterior es fundamen-
da experiencia y los resultados que he Puente, sino más bien debilita el espa- tal en la compleja fenomenología del
tenido durante los años, que son ver cio de intervención directo del apoyo otro levinasiana, y permite desde ahí
familias que no han superado la po- psicosocial. La contraparte de ello ha reflexionar y resignificar el modo de
breza, pero que se han sentido mejor sido fortalecer la inserción laboral, a intervención de los CCT. La perspec-
como familia con ellos mismos…sobre través de la figura del emprendedor. tiva de alteridad centra la mirada en
toda la jefa familia que ha podido co- Los discursos de los profesionales aquello que el IEF ha dejado de ver,
nocer cosas y que de esas misma ha del IEF, resaltan las dificultades que poniendo especial hincapié al mundo
podido regir de forma entre comillas han generado los cambios en el pro- que se crea a partir de significacio-
libre...” (E2, Santiago). grama, especialmente porque no se nes que acogen al otro desde aquella
Retomando los programas, se puede ha resguardado la consistencia ni la configuración subjetiva que se pre-
decir que en ambos la intervención so- coherencia a nivel epistémico, meto- senta éticamente en tanto está abierta
cial considera a la familia como foco de dológico y operativo. Una de las pro- al otro3 ; subjetividad que es activa y
la política de superación de la pobre- fesionales, señala: “(…) lo que pasa es hospitalaria (Lévinas, 2006), la cual
za (como es la tendencia de los CCT), que nosotros empezamos a operar el puede propiciar procesos de cambio y
pero para la sustentabilidad de los lo- programa sin estar definida la metodo- transformación, toda vez que proyec-
gros se torna notoria la necesidad de logía completa, o sea se salió a terreno te posibilidades de acción respetuosas
considerarla como un sistema dinámi- prácticamente improvisando porque sobre la dignidad humana, el reconoci-
co y en permanente transformación, habían muchas cosas que no estaban miento y la participación activa de las
para lo cual no es posible una metodo- definidas. Fue diferente con el progra- personas. Aquí el trabajador social se
logía estandarizada. Los factores fami- ma Puente (…) lo que yo tengo enten- instala como un profesional que pue-
liares –exógenos y endógenos–, están dido, que fue probado antes y estaba de hilvanar y urdir estos mundos de la
en permanente tensión y hacen que la todo ya definido, la metodología cuan- política social y su modo de implemen-
familia se encuentre en tránsitos cons- do se empezó a hacer la intervención, tación con una mirada que reconozca
tantes de equilibrios y desequilibrios. entonces aquí no fue así, sino que se al otro (Reininger et. al, 2016).
De ahí la relevancia del rol del apoyo fue armando en la medida que se fue Sin embargo, en la actualidad el modo
psicosocial, pues facilita (o debiese ha- atendiendo” (E2,El Bosque). de concebir las políticas de los CCT en
cerlo) un mundo relacional que hoy, en Lo reflexionado hasta ahora se puede Chile, a través del IEF, está lejos de di-
el IEF, está precarizado. vincular con algunas premisas intere- chos propósitos en tanto prevalece en
Las características antes descritas, santes del enfoque de alteridad. Este su modelo una postura clásica de in-
permiten llegar a considerar que la in- apela a un reconocimiento de la subje- tervención social donde la interacción
tervención social que los profesionales tividad, pero resituada pues no es con- entre los actores involucrados está
de apoyo psicosocial realizan, deberían cebible sin el otro. Bajo algunos apun- segmentada por roles tradicionales de
continuar la senda de fortalecer la cons- tes del filósofo francés Emmanuel posicionamiento vertical. Esto gene-
titución de una relación interpersonal Lévinas, no se puede pensar una ra por un lado, que los profesionales
que se retroalimente hacia una acción subjetividad totalizada por la técnica, del Trabajo Social, a nivel operativo
con sentido para las familias a partir del sino una que pueda fisurar aquella to- intervengan bajo limitadas posibilida-
reconocimiento de sus características, talidad no permitiendo su reducción a des de cambios pues están sometidos
42 posibilidades y limitaciones. meros roles y categorías socialmente a dinámicas restrictivas, de control y
burocracia situadas en los contextos que dan vida a los más diversos modos Así, este intento por develar crítica-
i
institucionales, macro-políticos, eco- de intervención social. O bien, en un mente el proceso de intervención con
nómicos y culturales del Chile actual paso previo, si se continua ejecutan- familias y personas en situación de
(Matus, 2004). Lo anterior, hace per- do desde una clausura del otro, desde pobreza da cuenta de las tensiones,
der de vista aquella subjetividad de un entendimiento de la intervención los cuestionamientos y la interpela-
los otros presentes en la intervención como mera acción técnica y social y ción al modelo “ideal” declarado en los
social (Gutiérrez & Castro-Serrano, no como una articulación de contexto, documentos que sustentan su diseño.
2015). Y por otro lado, paradojalmen- premisas epistémicas, éticas y valóri- Se ha pretendido acá hacer un ejerci-
te, genera que los profesionales sean cas (Muñoz, 2014), no será posible mi- cio de reconocimiento del programa
posicionados en el lugar del “experto” rar hacia una nueva intersubjetividad. y sus condiciones desde algunos ac-
en el entramado social de la interven- Esta perspectiva estipula que el otro tores protagónicos, propiciando un
ción. Esto representa la experiencia abre y rearticula el encuentro inter- espacio de resignificación de las sub-
más racional de ejercicio de la domina- subjetivo, ya que la primera condición jetividades que ahí se producen, inten-
ción a través de la detención del saber del sujeto es la apertura hacia el otro; tando descentrar la lógica tradicional
(Weber, 1999), lo que neutraliza al otro como se dijo, aquí radica el sentido éti- de intervenir socialmente. Esto entre-
haciéndolo perder su rol protagónico, co levinasiano en tanto la constitución ga otra voz, lo que en cierta medida es
su mundo de posibilidades; desde la de la subjetividad es posterior a la apa- ya un acto de alteridad que nos permi-
perspectiva de alteridad: su siempre rición del Otro (Lévinas, 2000; 2006). te repensar la subjetividad del pobre,
irrupción enigmática (Lévinas, 2005). Esta primera relación intersubjeti- su mundo y el lugar éticamente que se
En la experiencia concreta del progra- va, invierte el modelo cartesiano de merece por el solo hecho de ser Otro.
ma se visualiza cómo las familias, al ser la constitución de Sujeto: el otro no
parte de este entramado y sus lógicas, puede ser subsumido por un sujeto APERTURAS CONCLUSIVAS:
termina asumiendo un rol de benefi- universal clausurado pues el otro en ¿QUÉ LUGAR OCUPARÍA EL
ciario pasivo, ajustándose a la visión su concretitud reviste un lugar único OTRO DESDE UNA PERSPECTIVA
y condiciones que el propio programa y diferente (Lévinas, 2002). Así este DE ALTERIDAD PARA ENTENDER
establece de ellos mismos. Un profe- ambiente habitado por la alteridad LA POBREZA?
sional deja entrever esta tensión cuan- hace entrar las cuestiones mundanas Los elementos centrales desarrolla-
do refiere sobre el momento de invitar y sus disposiciones políticas. Es otro dos en el artículos, es decir, el espacio
a las familias a participar del progra- el modo de entender la primera rela- de la intervención social en los CCT,
ma. Esto se realiza según protocolo ción social. la figura del apoyo psicosocial y sus
definido en el diseño metodológico Entonces, existe un sentido ético que puntos de contacto con la perspectiva
por el Ministerio del Interior, ofertan- el Trabajo Social no puede olvidar de la alteridad levinasiana, nos llevan
do a la familia más de lo que se podrá como disciplina, pues son elemen- a señalar que, para reflexionar sobre
efectivamente cumplir, por lo que es tos que facilitarían un nuevo espacio la pobreza, su multidimensionalidad y
luego el profesional es quien debe “dar intersubjetivo que están en sintonía los esfuerzos públicos por superarla,
la cara” y ajustar expectativas: “(…) con sus valores constitutivos, tales es urgente romper con la noción de
yo trato de aterrizarlos un poco y que como la justicia social y la transfor- intervención social tradicional. Esta
sean más fuertes en el tema de la to- mación social (IFSW, 2015). Dos jefas sitúa a la intervención en los efectos
lerancia a la frustración que pa´ mi es de equipos municipales señalan que de la tecnificación (Matus, 2004) y la
súper importante, porque se supone les interesa contratar trabajadores/as instrumentalización (Muñoz, 2014),
que lo macrosocial no da abasto como sociales dado su aproximación al otro, imperando una lógica asimilacionista
pa´ responder a las demandas de las a sus vínculos y redes; piso clave para que no deja acontecer la radicalidad
familias que van a postular en cierta el trabajo con pobreza. Señalan acerca del otro (Rubilar, 2013).
parte, y van a caer” (E1, Santiago). Los de los profesionales de la disciplina: Se intenta mostrar aquí otro modo de
profesionales se ven cooptados por el “(…) tiene una mirada más amplia del comprender la pobreza y sus posibili-
sistema y coartados en sus posibilida- trabajo con familia, de las problemáti- dades de reflexión, las cuales pueden
des de acción, cuestión que demanda cas que están presentes ahí, y porque verse nutridas de modo potente con un
repensar este espacio de encuentro siempre están trabajando en función enfoque de alteridad (Rubilar, 2013) que
intersubjetivo en los programas que de redes” (E2, El Bosque). “(…) se para se basa en una filosofía del encuentro.
piensan la pobreza. Si se interpela a frente a los recursos de la comunidad, Y este andamiaje teórico filosófico per-
partir del enfoque de alteridad, pro- moviliza mucho recurso entre los ve- mite repensar la subjetividad pues el
bablemente un paso inicial para llegar cinos, los dirigentes, tienen claridad otro es quien abre el sentido de esta,
a revertir lo anterior sería generar un de cuáles son los recursos instalados rearticulando este encuentro: la poten-
reconocimiento mutuo entre la institu- a nivel local, entonces yo creo que es cia de la subjetividad no es pensable sin
cionalidad y los apoyos psicosociales mejor” (E1, El Bosque). la idea de alteridad (Lévinas, 2000). 43
ARTÍCULOS

Lo anterior abre reflexiones para pen- de la intervención social estaría dada Se debe ampliar la intervención en
sar la pobreza y la política social de los desde una totalidad que no permite contextos de pobreza desde su espec-
CCT, los cuales enfatizan el esfuerzo un protagonismo al excluido/pobre tro epistémico hasta sus fundamentos
individual, la lógica de los bonos y la (desde su subjetividad/unicidad). En filosóficos respecto a su propio campo
relación material con el mundo. Por cambio, por su lado, se cree que la fi- de definición, incrustando las condi-
supuesto que esto último no es cues- losofía del encuentro fisura el discur- ciones y experiencias humanas de los
tionable en sí, pero se cree necesario so neoliberal, tecnocrático y positi- otros. “Así, la intervención social enla-
pensar un primer piso donde el reco- vista de nuestra época (Matus, 2004), za una necesaria recuperación del ha-
nocimiento y el espacio de subjetivi- permitiendo que las intervenciones bla, del lenguaje y de las formas de de-
dad que sostiene a estos programas sociales trabajen con y por los rostros cir, a través de diferentes dispositivos
pueda comenzar desde los otros y del pobre, estableciendo que el inter- que intenten revincular al sujeto con la
sus afectos (Aquín, 2013); y no desde ventor se piense a sí mismo con una cultura, con los otros, con su historia”
la carencia y la necesidad que reduce distancia crítica. (Carballeda, 2014: 60).
al sujeto pobre como un “recibidor” de Sin dejar de reconocer la dificultad
bonos. Al interior de los programas de que implica el desafío, estas reflexio-
CCT, se ha construido un sujeto “be- nes filosóficas expuestas en el artícu-
neficiario”, “pasivo”, que requiere de lo develan la relevancia de renunciar
un control externo del estado para lo- a la perspectiva carente/individual
grar la superación de la pobreza. de aquella subjetividad pobre surgida
Por lo tanto, creemos que, concreta- bajo la perspectiva más tradicional
mente y a la luz de lo dicho por los pro- de la responsabilización individual de
fesionales entrevistados, es imperioso la pobreza y su superación. Por ello,
repensar esta subjetividad que los ha- nuestra propuesta aquí esbozada, se
bita, pues para intervenir en contextos concretiza desde aparatos concep-
de pobreza se requiere un espacio re- tuales como la alteridad permitiendo
flexivo previo que sea tributario de un pensar en políticas sociales, como
“paradigma ético” que no olvide ese las de la erradicación de la pobreza,
espacio de reconocimiento por el otro. que incluyan en sus diseños nuevas
Ahí sobresale un espacio de unicidad nociones de sujeto, ampliando los lí-
del otro que no es reductible. Es una mites de la intervención social sin ol-
perspectiva que mira la pobreza desde vidar ese otro; como a su vez y en un
la no-indiferencia por el otro, destilan- paso siguiente, sin olvidar todas las
do sujetos capaces de buscar su lugar, condiciones estructurales, históricas,
discernir políticamente e instalarse culturales y simbólicas que son par-
socialmente (Gutiérrez & Castro-Se- te del fenómeno social de la pobreza.
rrano, 2015; Lévinas, 2001). Una mira- Es aquí donde ya podemos pensar
da a las teorías donacionistas (Rubilar, posibilidades de la redistribución, la
2013) resulta atractivo, pues giran la mejora de la calidad de los servicios
intervención desde el “sujeto afecta- públicos, de la gestión eficiente de los
do” hacia un Trabajo Social movilizado gobiernos locales, entre otros, siem-
por el impacto de una realidad injus- pre atentos a la relación subjetividad
ta hacia el otro (una suerte de nueva – alteridad, no permitiendo operar en 1. Investigación “Ingreso Ético Familiar: ¿La
institucionalidad de la Intervención la lógica de programas estandariza- educación como condición?”, financiada por el
Social). dos, como por ejemplo hemos visto Fondo Jorge Millas, UNAB 2015-2016.
Desde una perspectiva crítica y per- que ocurre en el IEF–. 2. Sobre este programa no existe información
actual y evidencia precisa pues rige desde el
tinentemente política, pero también Por lo tanto, esta apuesta crítica que
año 2015. Este artículo presenta reflexiones
operativa, visualizamos el riesgo al privilegia un cierto modo de intersub- y hallazgos hasta el programa Ingreso Ético
que se expone la perspectiva tradi- jetividad (por tanto un modo particu- Familiar del gobierno de Sebastián Piñera
cional de la intervención: totalización lar de concebir al sujeto-pobre) para (2010-2014).
de la acción y un interventor situado pensar, diseñar y ejecutar las políticas 3. El encuentro intersubjetivo levinasiano
pretende poner el acento en una renovada
desde un saber que asimila y coopta sociales, evita que el Trabajo Social se
ética la cual instale un sentido que oriente
a la persona inserta en los programas reduzca epistémicamente y pragmáti- hacia lo Otro, fuera de la cuestión imperativa
para la pobreza petrificándola en su camente solo a accionar en una ‘reali- y lo definido por la Ley; sin definir lo ético da
lugar de carente y pobre (Gutiérrez & dad’, sin discutir y profundizar la gra- cuenta de su sentido (Lévinas, 2000; Castro-
44 Castro-Serrano, 2015). Aquí la acción mática y los conceptos de su acción. Serrano, 2009).
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