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Marco Antonio Del Río Rivera

La Díada “Derecha–Izquierda” como


Fundamento de la Cartografía Política

Es peligroso tomar tus ideas de los de- tras que la izquierda es el “conjunto de
más. De ellos debes recoger información. personas que profesan ideas reformistas
Pero las ideas, como la experiencia, de- o, en general, no conservadoras”. O sea
ben ser de tu propiedad. que, mientras la derecha serían los con-
Lord Acton1 servadores, o en términos más agresivos,
los reaccionarios, la izquierda está consti-
tuida por los progresistas.
1. Introducción.
En el discurso cotidiano muchas veces
En general, tanto los políticos como los se suele añadir, de forma implícita, algu-
periodistas y los analistas políticos tien- nos elementos adicionales. La derecha
den a mirar el campo político como un defiende el statu-quo, el actual sistema de
escenario donde pugnan dos bandos: la dominación capitalista y el reparto de
“derecha” y la “izquierda”. En esta vi- privilegios que genera. Por ello, la gente
sión, se trata de una suerte de dos ejérci- de la derecha básicamente defiende in-
tos que buscan la victoria. El trofeo es el tereses y prebendas, y en esa defensa está
control del aparato estatal, el “poder” en dispuesta a sostener las más feroces dic-
el sentido más básico del término. En las taduras. Casi por definición, la derecha
sociedades democráticas estos ejércitos no puede ser democrática, y si juega a la
combaten bajo ciertas normas, y la lucha democracia lo hace de mala gana, acep-
es básicamente una lucha por ganar votos tándola como una desagradable imposi-
en los procesos electorales. En sociedades ción de la realidad. En cambio, la iz-
donde la democracia no existe o es débil, quierda busca la construcción de un mun-
la lucha por el poder puede tomar las do mejor, más justo en cuanto más iguali-
formas sangrientas del golpe de estado, la tario. La izquierda lucha por ideales, por
revolución o incluso la guerra civil. la utopía de una sociedad fraterna. Por
ello, su compromiso con la democracia es
La caracterización al uso es simple, y auténtico. Evidentemente, así planteadas
se puede hallar en el Diccionario de la las cosas, confesarse “de derechas” su-
Lengua Española de la Real Academia. pondría casi una bravuconada de mal
La derecha es el “conjunto de personas gusto. En efecto, ninguna persona, con
que profesan ideas conservadoras”, mien– cierta sensibilidad humana y en su sa-

Marco Antonio del Río R. es profesor de Teo-


1 ría Económica, Finanzas y Matemáticas Apli-
Ensayos sobre la Libertad y el Poder, trad.
cadas en la Universidad Privada de Santa
Paloma de la Nuez (Madrid: Unión Editorial,
Cruz (UPSA), Santa Cruz, Bolivia.
1999), p. 378.

Laissez-Faire, No. 34 (Marzo 2011): 1-12


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no juicio, en los tiempos que corren, 2. Usos y significados.


desearía identificarse como conservador o
peor aún reaccionario. Norberto Bobbio (1998) observó que la
dicotomía “izquierda-derecha”, aplicada
Ello explica que mientras confesarse en el contexto de la política puede tener
“de izquierda” habla bien de la persona, diversos usos. Un primer uso sería des-
la gente “de la derecha”, si se identifica criptivo. Los términos permiten un es-
como tal, lo hace bajo el signo de la ver- quema clasificatorio donde los diversos
güenza. Es casi evidente la razón, dadas actores del proceso político son agrupa-
las definiciones en uso. Esto también dos y encasillados. Como toda clasifica-
explica que sea precisamente la gente de ción, la clasificación en bandos es mu-
la izquierda quien utilice con mayor entu- tuamente exclusiva y totalmente inclusi-
siasmo esta dicotomía, pues claramente va. Esto significa que todo político, o
les favorece, al tiempo que les eleva la partido político o incluso cualquier actor
autoestima: les permite creerse y sentirse del proceso político, debe ser necesaria-
mejores personas. mente ubicado en una de las dos catego-
Para muchas personas, esta caracteri- rías. Nadie puede quedar fuera.
zación del campo político les resulta có- Un segundo uso de la díada, señala
moda. Permite definir el espacio de la Bobbio, es axiológico: permite emitir
lucha política e ideológica en términos juicios de valor sobre los actores y sus
simples: por un lado, los compañeros o acciones en el proceso político. Es, por lo
camaradas; por el otro lado, el enemigo. tanto, una formulación que permite adhe-
Se trata de un mundo en blanco y negro, siones y aversiones. Finalmente, se ten-
donde la toma de decisiones y las fideli- dría un uso histórico. En este caso, los
dades no entrañan mayores dudas e incer- diferentes grupos de acción política de
tidumbres. Sin embargo, cuando se em- distintas etapas de la historia de un país
pieza a reflexionar en ella, las dudas que se clasifican como de izquierda o dere-
van surgiendo se multiplican presurosa- cha. A diferencia del uso descriptivo, que
mente. El objetivo de este breve trabajo mira básicamente el presente, el histórico
es precisamente reflexionar críticamente mira al pasado.
sobre esta forma de mirar el campo polí-
tico. Esto de entrada supone un riesgo. Ya La combinación de estos dos enfo-
José Ferrater Mora (1994: 209-11) seña- ques, el descriptivo y el valorativo, fue de
laba que cuestionar la tipología derecha- uso común en la arena política, hasta fi-
izquierda suele ser interpretado, en cier- nes de los años 80 del siglo XX. En efec-
tos círculos, como una prueba de “ser de to, el desmoronamiento del socialismo
derechas”. Pero esa situación no elimina real en los países de Europa Oriental y el
la necesidad de examinar críticamente colapso de la Unión Soviética a inicios de
una práctica social, por muy extendida a década siguiente, junto al fin de la gue-
que sea, y por mucho que incomode a rra fría supuso—se pensó—en tal mo-
quienes se hallan a gusto apoltronados en mento, el fin de las ideologías. En tal
ella. Escapar a los conceptos estereotipa- escenario, la claridad con que se delinea-
dos, anotó Czeslaw Milosz, es tarea in- ban los bandos perdió nitidez y se generó
grata pues llevamos en nosotros la ten- un gran debate sobre la pertinencia del
dencia a las generalizaciones, incluso uso de la díada. Han surgido nuevas in-
hasta el abuso, de forma profundamente terpretaciones, o nuevas alternativas para
arraigada. el uso de los términos. Ya se mencionó
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que el Diccionario de la Academia esta- Sin embargo, no es el objetivo de esta


blece dos ecuaciones básicas: reflexión intentar siquiera establecer in-
terpretaciones más o menos novedosas, o
Derecha = Conservadores curiosas, para la díada.
Izquierda = Progresistas
3. Origen de la díada.
A partir del trabajo de Norberto Bobbio,
sin embargo, se ha planteado una nueva José Ferrater Mora (1994) resalta el ca-
interpretación. Lo que distingue a la iz- rácter absolutamente “circunstancial” del
quierda de la derecha es la búsqueda de la origen de la díada. Si los hombres de la
realización en las sociedades humanas de Gironda se hubieran sentado en el ala
un valor: la igualdad. En este sentido, el izquierda de la Convención de 1792,
progresismo busca la igualdad, en el sen- mientras que los hombres de la Montaña
tido de eliminar las diferencias que bási- se hubiesen ubicado a la derecha, los sig-
camente se remiten a la clase, la raza y el nificados de “la derecha” y “la izquierda”
sexo. En este sentido, mientras el grito de hoy serían exactamente al revés.
guerra de la izquierda es ¡Viva la igual-
dad!, la derecha responde ¡Viva la de- Vale pues, por ello, mirar por un mo-
sigualdad!, al menos en la interpretación mento el escenario de la Convención de
de Joaquín Estefanía (1998). 1792, un teatro donde los actores delinea-
ron el rumbo que habría de tomar la Re-
El problema de esta interpretación, volución Francesa, y que ha definido de
que gustosos aceptan los hombres y mu- manera sustancial el curso de la historia y
jeres que se identifican como de izquier- del pensamiento político del mundo occi-
da, es que la Revolución Francesa elevó dental.
las banderas, no de la Igualdad, sino tam-
bién de la Libertad y de la Fraternidad. Afortunadamente, tenemos una pre-
Resulta absolutamente curioso que el ciosa descripción de tal escenario en la
ideal de la libertad para todos los hom- obra de Víctor Hugo, El Noventa y Tres.
bres y mujeres sea ignorado. Pero ello no Este autor no ahorra adjetivos para desta-
es gratuito: los liberales y los libertarios car su importancia histórica: “Hay un
son parte de la derecha. Por ello, frente a Himalaya y hay una Convención: la Con-
las ecuaciones de Bobbio-Estefanía: vención es quizás el punto culminante de
la historia”. Luego de funcionar tempo-
Derecha = Enemigos de la Igualdad entre ralmente en el Picadero, la Convención se
las personas trasladó al palacio de las Tullerías. Allí,
Izquierda = Partidarios de la Igualdad en un salón de sesiones de cuarenta y dos
entre las personas metros de longitud, diez de ancho y once
de altura, se libraron las más terribles
se podría, con similar legitimidad, anotar: batallas retóricas e ideológicas de la Re-
volución Francesa. Víctor Hugo describe
Derecha = Partidarios de la Libertad de con lujo de detalles la disposición física
las personas de la sala y sus símbolos, antes de descri-
bir la ubicación de los bandos. “A la de-
Izquierda = Enemigos de la Libertad de recha de la sala estaba la Gironda, que la
las personas componía una legión de pensadores; a la
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izquierda la Montaña, que era un grupo de Robespierre a Tallien; anatematizaron


de atletas”. En el primer grupo destaca- a Marat vivo y divinizaron a Marat muer-
ban las figuras de Brissot, Gensonné, to. Todo lo sostenían hasta el momento
Condorcet, Petión; en el segundo grupo oportuno de derribarlo todo; poseían el
se encontraban los jacobinos, con Danton instinto de dar el golpe decisivo a todo lo
que vacilaba .… Constituían el número,
como jefe y Saint Just entre sus miem-
la fuerza y el miedo, y por eso tenían la
bros. En cuanto a Robespierre, anota Vic- audacia de las infamias.
tor Hugo: “No perteneciendo exclusiva-
mente a ninguno de esos partidos, pero Lo que interesa destacar de esta mag-
infundiendo respeto a uno y a otro, se nífica descripción de la Convención de
erguía un hombre, Robespierre”. 1792 es que los bandos, o los partidos, en
el escenario del proceso político y social
Sin embargo, y esto es lo que debe- de la Revolución Francesa, no se reducían
mos destacar, en la Convención no esta- a dos, la Gironda y los Jacobinos. Estos,
ban sólo presentes la Gironda (la derecha) eso sí, representaban las posturas ideoló-
y la Montaña (la izquierda) sino que Hu- gicas. Pero había otros actores que no
go identifica otros dos partidos, la Llanu- encuadraban en esos dos bandos. La Lla-
ra y el Pantano: nura y el Pantano son los bandos que, sin
poseer ideas definidas, definieron el rum-
El fondo inferior de la Asamblea se lla- bo del proceso. ¿No plantea esto el hecho
maba la Llanura. Allí estaba todo lo fluc-
de actores y partidos que juegan en el
tuante; los que dudan, los que vacilan, los
que retroceden, los que aplazaban, teme- campo político en función de intereses
rosos unos de otros. La Montaña se com- antes que de ideologías? La descripción
ponía de gente selecta. La Gironda tam- de Víctor Hugo nos plantea la posibilidad
bién; la Llanura de la muchedumbre; esta de políticos y partidos que no encajan en
llanura se resumía y se condensaba en la clásica díada de “izquierda y derecha”.
Sieyes.

El escritor juzgó con severidad al autor de 4. De los Bandos a la Recta, y de ésta a


El tercer estado y que fuera uno de los la Circunferencia.
ideólogos fundamentales del proceso re-
volucionario. Y finalmente, el cuarto En el discurso político habitual, la dere-
bando, el Pantano: cha y la izquierda representan dos ban-
dos, o ejércitos, que segmentan el campo
… estanque asqueroso, en el que se político. Ideologías e intereses encajan
transparentaba el egoísmo y en el que tiri- con precisión en una u otra categoría. No
taban las esperanzas mudas de los rem- hay intersecciones. Esto implica que cada
blones, todos los oprobios y ninguna ver- actor o cada partido debe encajar necesa-
güenza; la cólera latente, la rebelión bajo
la máscara de la servidumbre. Cínicamen-
riamente en una ellas. Se trata, no cabe
te asustados los pantanistas, tenían todas duda, de una visión maniquea. Si de un
las clases de valor y de la cobardía; prefe- uso estrictamente descriptivo se pasa a un
rían la Gironda y votaban con la Monta- uso valorativo, el bando propio será el
ña; el desenlace dependía de ellos, y se bando de los buenos; el otro será el de los
inclinaban al lado de la causa que creían malos, de los perversos y de los pérfidos.
que iba a triunfar; entregaron la cabeza de En el propio se lucha por la consecución
Luis XVI a Vergniaud, la de Vergniaud a de grandes y nobles ideales. En el otro, se
Danton, la de Danton a Robespierre y la lucha por intereses perversos, por mantener
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Además, la democracia obliga a nego-


ciar y a realizar acuerdos, por lo cual el
adversario no es eterno, se vuelve ocasio-
Izquierda Derecha nal o circunstancial. El monstruo adquie-
re rostro humano, y exige respeto. La
política deja de ser ese ámbito donde el
poder corona el esfuerzo y la derrota se
paga con la vida o el destierro.

Figura 1. Derecha e Izquierda como con- Los partidos políticos, en la medida


juntos mutuamente excluyentes. en que deben buscar los votos de los ciu-
dadanos buscan marcar diferencias. La
disidencia alcanza a los propios partidos.
privilegios. En el propio, las fuerzas del Y la disidencia, que en la visión básica de
bien, en el otro las fuerzas del mal. la díada se entendía como traición, ahora
puede conformar otro partido, con igual
Esta visión maniquea puede funcionar legitimidad y derecho para buscar el voto
muy bien en sociedades cuyo proceso ciudadano. Tanto la derecha como la iz-
político está marcado por la ausencia de quierda se fraccionan, y en ese proceso
la democracia. Sin embargo, en el escena- habrá políticos y partidos más dispuestos
rio de las sociedades democráticas, la a la tolerancia y al diálogo. La unidad
pluralidad política empieza a generar (tanto de la derecha como de la izquierda)
nuevos desafíos. El más importante lo se pierde: aparecen los moderados y los
plantea la alternancia. En un proceso radicales. El campo político asemeja aho-
electoral gana un partido de la izquierda, ra la recta de los números reales. Aunque
el siguiente gana otro partido, esta vez de no se pueda identificar un centro (como
la derecha. ¿Cómo entender que el pueblo Robespierre, según nos lo pinta Víctor
vote y proporcione el triunfo electoral al Hugo) se identifican ahora una extrema
enemigo, si éste representa todo lo peor? izquierda, una izquierda moderada, una
Este simple hecho cuestiona el mani- derecha moderada y una derecha radical.
queísmo básico de la díada. La democra- Diversos partidos se ubican en ese espec-
cia degrada el encono político, el enemi- tro, unos más cerca del hipotético centro,
go se convierte en simple adversario. otros más lejos de él.

Izquierda Derecha
Moderada Moderada

Extrema Centro Extrema


Izquierda Derecha

Figura 2. La recta de las posiciones políticas.

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Precisamente, cruzando la idea de la evidencia histórica al respecto. La frágil


díada “izquierda y derecha” con la ponde- democracia alemana, instaurada luego de
ración de los valores de la libertad y la la Primera Guerra Mundial, fue feroz-
igualdad, junto a la distinción entre mo- mente acosada tanto por los grupos de
derados y extremistas, Bobbio (1998) choque de los comunistas como por las
llega a identificar cuatro posturas básicas: SA de los nacionalsocialistas. Al final se
impusieron los más violentos, los nazis, y
a) La extrema izquierda: los jacobinos. con ellos acabó la República de Weimar.
Movimientos políticos e ideológicos Tanto comunistas como fascistas compar-
igualitarios y autoritarios. ten su desprecio y odio por las formas de
la democracia representativa, y coinciden
b) El centro izquierda: el socialismo libe- en su apetito por el uso de la violencia
ral y la socialdemocracia. Movimientos tanto para acceder al poder como para
políticos e ideológicos que buscan com- perpetuarse en él.
patibilizar la libertad con la igualdad.
En el plano ideológico, ¿no resulta cu-
c) El centro derecha: partidos conserva- rioso constatar que mientras los anarco-
dores que son fieles al método democráti- capitalistas y los más rabiosos libertarios
co. Ponderan la libertad pero defienden la postulan la desaparición del Estado, uno
igualdad en el plano jurídico. de los padres del Socialismo Científico,
Friedrich Engels, postulaba que en la
d) La extrema derecha: el fascismo, el sociedad comunista también desaparece-
nazismo. Movimientos políticos e ideoló- ría el Estado? En efecto, en El Origen de
gicos que son antiliberales y desigualita- la Familia, la Propiedad Privada y del
rios. Estado, Engels anotaba: “La sociedad,
que organizará de nuevo la producción
En un esfuerzo imaginativo, se podría sobre las bases de una asociación libre e
pensar en un sistema de medición. Se igualitaria de los productores, transporta-
establece un valor central, a un lado los rá toda la maquinaria del Estado allí don-
políticos y los partidos reciben valores de, desde entonces, les corresponde tener
más altos mientras mas “derechistas” su puesto: al museo de antigüedades, jun-
sean, al otro lado reciben menores valores to al torno de hilar y junto al hacha de
mientras más “izquierdistas” se confie- bronce” (1946: 200). Así el anarquista, el
san. El orden podría ser al revés. Lo sus- comunista y el libertario radical sueñan
tantivo es que con un sólo número po- con una sociedad sin Estado.
dríamos ubicar las posiciones de los acto-
res del proceso político.
5. Crítica psicológica.
Pero mirando, siempre desde la pers-
pectiva de una sociedad democrática, A este punto la díada se ha fracturado. La
daría la impresión que la recta se tuerce y visión dualista del campo político ha da-
que los extremos se terminan por juntar. do paso a una visión de posiciones diver-
La recta da lugar a una suerte de circunfe- sas. Por analogía, el campo político es
rencia. En efecto, la izquierda más radical como un espectro donde imaginando un
se confiesa enemiga de los valores demo- centro, los políticos y los partidos se van
cráticos lo mismo que la extrema derecha. ubicando, unos mas cerca del centro,
Esto no es mera especulación, pues hay otros más lejos de él. Sin embargo, cabe
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la pregunta por qué se impuso y, en cier- do. Es la típica situación donde cualquier
tas circunstancias, se vuelve a imponer respuesta implica una condena. Y como
esa visión dualista del campo político. se sabe, es ampliamente usada en los inte-
Junto a los usos descriptivo, valorativo e rrogatorios de la policía. Se trata de plan-
histórico que identificó Bobbio, existe un tear una pregunta de tal manera que su-
cuarto uso, cuya identificación fue reali- giere dos alternativas para la respuesta,
zada por Paul Watzlawick, en su libro El pero que, en su formulación, esconde
Lenguaje del Cambio. Se trata del uso otras posibilidades. Si un padre le pregun-
retórico. Como psicoterapeuta, Watz- ta a su hijo si va a estudiar Derecho o
lawick ha destacado la importancia del Administración, implícitamente es-tá
lenguaje en la percepción y comprensión negando la posibilidad de que estudie
que las personas adquirimos de la reali- Medicina o Arquitectura.
dad. Y esto toma mayor relevancia, en
cuanto, desde la percepción que tenemos Watzlawick identificó que en el am-
de lo que suponemos “la realidad”, ac- biente de los años treinta el discurso polí-
tuamos en consecuencia. En cierto modo, tico en Alemania planteaba a los ciuda-
el lenguaje condiciona nuestra visión de danos la pregunta de si apoyaban a los
la realidad, y por ello condiciona nuestra nazis o a los comunistas. Planteada así la
conducta. situación, se excluía claramente otra po-
sibilidad: la democracia.
Bajo esta premisa general, Watz-
lawick explica la llamada “ilusión de al- Se puede apreciar claramente que la
ternativas”. El ejemplo clásico es el caso díada “izquierda-derecha” opera como
del juez que se dirige al acusado y le pre- una “ilusión de alternativas”, y encajo-
gunta: “¿Ha dejado, por fin, de maltratar narse en ella supone perder de vista otras
a su mujer?” Si responde que no, signifi- posibilidades. No es pues gratuito que su
ca que sigue maltratado a su esposa. Si uso fuera tan extendido en el discurso
responde que sí, acepta que la maltrataba político dominante de los regímenes tota-
en el pasa- litarios.

Dictadura

Democracia
Nacional Caos
Socialísmo bolchevique

Figura 3. La ilusión de alternativas (tomado de Watzlawick 1986: 99).

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6. Crítica histórica. hombres que hicieron la Revolución de


Octubre, para finalmente llegar al asesi-
Manuel Pastor (1994) ha identificado tres nato de Trotsky en México. Tampoco se
grandes concepciones ideológico-políticas debe olvidar que en el fragor de la guerra
vigentes desde el siglo XIX: el liberalis- civil española, al tiempo que los republi-
mo, el conservadurismo y el socialismo. canos luchaban y morían frente a los ejér-
Por su parte, Miquel Caminal Badía citos de Franco, en la retaguardia los co-
(1996) identifica el liberalismo, el con- munistas mataban sin misericordia a los
servadurismo, el socialismo y el naciona- socialistas y a los anarquistas.
lismo. En todo caso, se trata en rigor de
verdaderas familias ideológicas, donde si Una lectura atenta de los escritos de
bien se encuentran elementos fundamen- Lenin, que destinó varios miles de pági-
tales comunes, hay diversas tendencias. nas a criticar a Bernstein y al socialismo
inglés, cuestiona la idea de ver la izquier-
En la izquierda se suele ubicar las dis- da como una unidad de ideales. Para Le-
tintas variedades de socialismos. Ya en el nin, el socialismo democrático era una
Manifiesto Comunista, Marx y Engels traición a las ideas de Marx y Engels, y
identifican: a) el socialismo reaccionario, era inaceptable que el partido revolucio-
que incluía el socialismo feudal y clerical nario transara con las formas de la demo-
(¿antecedente de la Teología de la Libe- cracia burguesa y liberal.
ración?), y el socialismo “verdadero”
alemán; b) el socialismo conservador, En el ámbito de la derecha se suele
donde incluían a Proudhon; c) el socia- incluir todo lo que no sea socialismo. Por
lismo y comunismo crítico utópico, don- ello, abarcaría el conservadurismo, el
de anotaban a Owen, Saint-Simon y Fou- liberalismo y el nacionalismo (incluyendo
rier; y d) el propio, el socialismo científi- las distintas variedades del fascismo).
co. Luego, en las vicisitudes del marxis- Funciona pues como un cajón de sastre
mo irán surgiendo otras tendencias: los donde se mete todo aquello que no entra
bolcheviques y el leninismo, el trotskis- en la otra caja. Y esto no parece precisa-
mo, el estalinismo, el maoísmo y el cas- mente adecuado, por decir lo menos. En
trismo, entre otros. Y no se debe olvidar a efecto, Salvatore Saladino (1971), en su
Eduard Bernstein, creador de la Segunda exposición de las características de la
Internacional y de la socialdemocracia derecha italiana, tiene la prudencia de
europea, por un lado, y el socialismo in- distinguir entre la antigua derecha italiana
glés. Las relaciones entre todas estas ten- caracterizada como moderada, conserva-
dencias han estado muy lejos de ser coin- dora, social, parlamentaria y liberal, de la
cidentes, y entre sus representantes se han nueva derecha nacionalista que surgió en
establecido las más agrias disputas. Es 1890, y cuyos representantes más desta-
conocido, por ejemplo, el tono mordaz e cados fueron Enrico Corradini y Gabrielle
irónico con el que Marx y Engels se refe- d’Annunzio. La antigua derecha era “mo-
rían a los socialistas utópicos. De forma derada en los métodos y conservadora en
semejante Lenin no dudó en calificar de las perspectivas”, deseaba mantener el
“oportunista” a Bernstein, y de “renega- orden bajo términos constitucionales y
do” a Kautsky, no haciendo economía de parlamentarios. En cambio, la derecha
otros adjetivos, siendo el más suave el de nacionalista buscaba el poder para crear
“traidores”. Finalmente, los celos de Sta- un nuevo orden, favorecía el cambio pero
lin supusieron la muerte de todos los apartándose de la democracia. En cuanto
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al fascismo, Saladino se muestra reticente que habrían de modificar la estructura del


a incluirlo en la derecha: “en realidad el poder, y por lo tanto la posibilidad de que
fascismo nunca abandonó del todo sus sus puestos de poder y prestigio sufrieran
raíces izquierdistas” (1971: 176). Muchos algún tipo de menoscabo. Y no cabe duda
intelectuales hoy no mostrarían la pru- que también existían grupos que anhela-
dencia de Saladino. Y aquí está precisa- ban un proceso más agresivo de reformas
mente el problema: ¿qué rigor conceptual y cambios. En tal escenario, luego de
puede tener una categoría donde se inclu- setenta años de revolución bolchevique,
yen sin mayor duda a hombres de ideas y ¿quiénes eran los revolucionarios y quié-
actitudes tan diversas como Piero Gobet- nes los conservadores? ¿Quiénes repre-
ti, Luigi Einaudi y Benito Mussolini en el sentaban el statu quo (la derecha) y quié-
caso italiano? El caso italiano es para- nes apuntaban al cambio (progresistas)?
digmático pues, en la comprensión usual Contra las identificaciones ideológicas, la
del término, la “derecha” incluiría a los jerarquía del PCUS representaba la posi-
liberales monárquicos que crearon la Re- ción conservadora y la defensa del statu
pública Italiana, la derecha nacionalista quo.
que aparece en 1890, y el fascismo de
Benito Mussolini (ex-socialista por cier- Además, en la idea de la izquierda
to). Los ejemplos se pueden multiplicar al como “movimiento progresista” hay un
infinito. En los campos de concentración componente de corte metafísico, muy
nazis murieron miles de judíos monárqui- coherente con su herencia marxista. El
cos y de judíos liberales. ¿Todos dere- político o intelectual “de izquierdas” sabe
chistas, las víctimas tanto como los ver- cuál será el rumbo de la historia. De al-
dugos? En resumen, no parece razonable guna manera, se sabe hacia dónde avan-
una clasificación que incluye en la misma zan las sociedades. El futuro ha dejado de
categoría posiciones ideológicas tan di- ser el escenario de la incertidumbre y
versas como el Liberalismo (partidario existen “leyes de la historia” que permi-
básicamente del Estado de Derecho), en ten conocer el camino que tomarán las
sus diversas variantes, y el Fascismo (par- sociedades humanas. Se trata, evidente-
tidario del Estado Totalitario). mente de una clara reminiscencia de la
ideología decimonónica del “progreso”.
Pero no sólo la díada se torna proble- Hay en esto cierta arrogancia: la izquier-
mática cuando nos referimos a las ideolo- da cree conocer el futuro, y desde ese
gías políticas y los personajes que las futuro juzga las instituciones vigentes.
encarnaron en cierto momento del proce- Marx y Engels “sabían” que la sociedad
so histórico. Si volvemos a las definicio- del futuro habría de ser socialista primero
nes del Diccionario, en determinados y comunista después. Creían que las leyes
contextos históricos aparecen nuevas pa- de la historia exigían la superación del
radojas. capitalismo. Para ellos el socialismo no
era una exigencia ética (el Manifiesto se
Consideremos el caso de la URSS en refiere con desprecio a los socialistas
1988. Por un lado, Gorbachov había ini- “utópicos”), sino una “necesidad históri-
ciado un proceso de reformas para sacar ca”. Cabe la pregunta: ¿cómo sabían eso?
al país del estancamiento económico. Por Hoy pensamos que antes que un saber
otra parte, los miembros más duros del científico esa presunción era un acto de
partido miraban con desconfianza dicho fe. Es más o menos evidente lo que de-
proceso, pues suponía introducir cambios fiende la “derecha conservadora”. En
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cambio, la “izquierda progresista” cree del Estado en la economía supone una


saber hacia donde avanza la humanidad. mayor presión tributaria, concluye Sala i
Martín que los conservadores no quieren
que el Estado se meta en sus billeteras,
7. Crítica cartográfica. mientras que los progresistas desean que
el Estado meta más mano en los bolsillos
Se ha señalado anteriormente que en aras de la gente. Pero, también ocurre que los
de un mayor poder descriptivo, la díada conservadores desean que el Estado les
podría convertirse en un espectro donde ayude a imponer ciertas creencias religio-
las posiciones expresen los diversos mati- sas o políticas y que no permita ciertas
ces del pensamiento y la acción política. prácticas como por ejemplo el aborto o el
Por analogía con la recta de los números matrimonio gay. Por el contrario, los libe-
reales se podría imaginar un sistema de rales americanos son partidarios de que
medición que permita ubicar a políticos y cada cual haga con su cuerpo y su vida
partidos en esa escala. Ahora bien, se privada lo que mejor le plazca. Así pues
trataría, en todo caso de un sistema uni- concluye este economista catalán que, en
dimensional de medición. EE.UU., los conservadores no quieren
que el Estado se meta en la economía
Si se quiere ubicar un punto de la su- pero sí esperan que regule la vida sexual
perficie terrestre se requiere dos medidas: de las personas, mientras que los liberales
la longitud (la distancia a un meridiano) y americanos desean una mayor interven-
la latitud (la distancia a la línea del Ecua- ción del Estado en la economía, pero que
dor). Pero además en muchos casos se no se meta para nada con la vida sexual
requiere la altitud (distancia a la superfi- de sus ciudadanos.
cie del nivel del mar). Así, para ubicar un
avión en vuelo se necesitan tres medicio-
nes: longitud, latitud y altitud. Por analo- 8. Fundamentos para la cartografía
gía, si se desea establecer la posición po- política.
lítica de una persona, ¿no deberían tomar-
se en cuenta más elementos que la sola ¿Qué es lo que determina la postura polí-
ubicación en una recta imaginaria? Cons- tica de una persona, o de un movimiento
truir una cartografía política parece, de político? No cabe duda que son diversos
principio, un problema más complejo que los factores que definen la ubicación de
construir una simple cartografía. una persona en el campo político. Sin
embargo, habiendo constatado la insufi-
Que no basta una visión unidimensio- ciencia que implica el uso de la clásica
nal del tema ha sido planteado con cierto díada “izquierda-derecha”, se hace nece-
desenfado por Xavier Sala i Martín sario buscar nuevos fundamentos para la
(2002: 60-69). Comentando sobre el cartografía política.
campo político estadounidense ha obser-
vado que la gente de derechas (los repu- Baste señalar acá que al menos tres
blicanos) es partidaria de limitar la inter- factores determinan la posición política
vención del Estado en la economía mien- de un ciudadano. En primer lugar, y como
tras que los progresistas (los demócratas, ya fue señalado hasta el cansancio por el
que además para mayor confusión se marxismo clásico y la economía neoclási-
identifican como “liberales”) desean lo ca, los intereses. En buena parte, las posi-
contrario. Como una mayor intervención ciones políticas están condicionadas por
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el lugar que ocupan las personas en la aglutinante frente al “enemigo”.


estructura social. En segundo lugar, y
como intentó demostrar Max Weber, los Sin embargo, desde una perspectiva
principios o valores. Se trata de un ele- analítica presenta varias dificultades.
mento de fundamental importancia. Un Primero, es difícil que el campo político
gran número de personas aspiran a cons- se pueda segmentar en sólo dos bandos.
truir y vivir en una sociedad que se ajuste Esto supone cierto abuso conceptual, y
a ciertos ideales, y donde se hayan mate- las vigorosas (y a veces sangrientas) pug-
rializado e institucionalizado ciertos valo- nas entre las diversas corrientes ideológi-
res. Sin este componente no se podría cas y partidarias que se han dado en el
entender cómo los partidos políticos de mismo bando, así lo demuestran. No es
orientación proletaria se han llenado, a lo gratuito que la dicotomía haya sido susti-
largo de la historia, de los hijos de la bur- tuida, en las sociedades democráticas por
guesía, que renegando de su clase y sus un espectro con posiciones moderadas y
intereses han comprometido sus vidas en extremistas. Por otra parte, la definición
proyectos sociales de otras clases socia- de la derecha como conservadora y la
les. Y finalmente, en el plano ideológico, izquierda como progresista no deja de
colocados frente a los valores de la liber- hacer aguas en ciertos procesos históri-
tad y la igualdad, no todos mostrarán la cos, donde la defensa del régimen revolu-
misma preferencia. Habrá quien prefiere cionario se torna conservadora. Este ca-
más libertad, y habrá también quien pre- rácter relativo hace que la díada sólo pue-
fiera más igualdad. Y cada hombre y mu- da ser usada en ciertos contextos históri-
jer tiene derecho a tener distintas prefe- camente muy determinados: “Sólo dentro
rencias que los demás. Así, intereses, de un determinado contexto sigue siendo
principios y preferencias generan agrupa- legítimo usar palabras, que entonces pier-
ciones diversas de personas en el campo den sus sentidos generales y adquieren
político. sentidos específicos” (Ferrater Mora,
1994).

9. Conclusiones.
REFERENCIAS
En general, en el discurso sobre la confi-
guración del campo político, se suele Bobbio, Norberto (1993). Perfil ideológico
utilizar la díada “izquierda-derecha” para del siglo XX en Italia. Fondo de Cultura
ubicar a los participantes, en una suerte Económica, México.
de cartografía política. El uso de esta di-
cotomía tiene diversas dimensiones: des- Bobbio, Norberto (1998). Derecha e izquier-
criptiva, valorativa e histórica. Sin em- da. Editorial Santillana Tauros, Madrid.
bargo, posiblemente la más importante es Caminal Badía, Miquel, ed. (1996). Manual
su dimensión retórica. Es una clasifica- de ciencia política. Editorial Tecnos,
ción que sirve al poder en cuanto define Madrid.
cierta percepción de la realidad política, y
condiciona a los actores políticos a actuar Crick, Bernard (1994). Socialismo. Alianza
Editorial, Madrid.
en consecuencia. La díada es funcional al
poder pues tiende a ocultar la pluralidad Engels, Friedrich (1946). El origen de la
de posturas políticas que pueden existir familia, la propiedad privada y el estado,
en la sociedad, y funciona como factor 5ª ed. Editorial Claridad, Buenos Aires.
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