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* Ricardo Graziano
DlrcrrlLn: Oaar Troncoso
Sarciiria de r d i s l d n : Muaiflti B. Pmticri
A$ewrimlento irüstlco: Oicir Dhz ,
DIagramidh: h x r Ssmmanino
Cmrdlnirlbn y p r d u c d h : h*i.lio Likiwccki. Fcmih
E MPrquu.
,l
cia de gesti8ñ en SEGBA me'ha llevado a abandonar un
entoque exclusivamente wganizacibnal y a enfatizar la para el estudio del caso SEGBA, me detengo en particular
relevancia de algunos ladaies que habitualmente no re en el problema de las am bigijedadesconceptuales subya-
tienen suficientemente en cuenta en estudios de asta centes a la terminología habitualmente empleada y en la
1 relacibn. en mi opinibn ptxo tratada en la literatura preexis-
naturaleza. Asi, la condici6n de empresa publica de SEG- I
BA, sujeta a un régimen administrativo particular, y su ubi- L tenfe, entre formas de gesti6n y formas de propiedad. El
capítulo prosigue con algunos sehalarnientos tdricos
cación de liderazgo en un mercado oligopolim; el papel
protaghim del Sindicato de Luz y Fuerza de la Camal i sobre el papel de la tecnka, por un lado, y de los si ndiatos,
por otro, en bs procesos de panicipacibn y concluye con
i -
empresas públicas y, en general, en el conjunto del siste-
una iniroducclbn general al problemade la participaciónen ma econ6mico argentino.
las empresas públicas.
El segundo capítulo, ya de carácter histbrico, reseña
los antecedentes de participaciónen America Latina y en
la Argentina y discute su incidencia sobre el caso estudia-
do. Tras explicar la escasa iniluencialocal de las principa- NOTAS
les experiencias latinoamericanas a escala nacional -
ocurridas a comienzos de la década del setenta en Perú y
en Chile- me detengo particularmenteen el an6lisis de !a
forma específi~ que asumieron los procesosde pattlclpa-
ción en nuestro país.
En el tercer capitulo se aborda el estudb de b s princi-
pales factores que conforman etcontexto en que se desa-
rrolló la experiencia de SEGBA. Se presentan lascaracie-
risticas generales de la empresay algunos rasgos particu-
larmente relevante. para comprender las implicanciasde
un proceso de participacibn de los trabajadores en su
seno. Luego se reseha la historia política e ideológica de!
protagonista de la experiencia d e participadn, el Sindica-
to da Luz y Fuerza de la Capital Federal, y sus relaciones
con el restodelmovimiento sindical vcon el peronismo. Por
Úhimo, se destacan algunas variabis clave de la coyuntu-
ra plitica y econbmica en que tuvieran lugar ks amntea-
mientos estudiados.
El cuarto capítulo esta destinado de lleno al análisisde
la experienciade panicipaciónpropiamente dicha. Suceci-
vamente se abordan las condiciones de surgimiento, bs '
l . lntroduccldn
15
;
pueden generar mcdiíicaciones importantes en la eonduc- inspiración leninista. que "afirma qus el trabajo del hombre
ta individualy colectiva de los trabajadores que enturbian bajo un orden comunista podriaser una ekperiencia hurna-
la comparación w n conductas mauimizadoras tradiciona- nizante y de aulorrealizacion antes que la alienante, de si
les.
- . . y del producto, que tiene lugar bajo el capitalismo" (Fins,
1973:226,traducción de RG.). El consiguiente rechazo a
2) Un abrdaje diferente ya no de las empresas coope- toda forma de partictpacibn de los trabajadores en tanto
rativas y autogestionadas sino de diversos grados y formas instrumento de dominacion capilalista ocasiona que esta
de participación de !os trabajadores en las empresas capi- vertiente, aun diliriondo absolutamente en la vabracion,
talistas hasta un lima&rnaximo que no afecte la autoridad comparta con la corriente inspirada en la tradicion de las
del empresario y sus representantes se origina en "la relaciones humanas la creencia en la tuncion integtadora
tradiciónde relaciones humanas que, usando la retdrica de de la particrpacion da los trabajadores en el orden social
la ciencia social, aeeptb la etiología de la alienación del vigente. Como corolario de esta postura, algunas de sus
trabajador en losprocesos indusfriales pero luegodesarro- representantes sostienen que la implementaci6n de la
lld una elaborada base lógica para aumentar el rendimiento autogestion de Los trabajadores debe ser, en iodo caso.
laboral, y por ende industrial, bajo la aparienciade mejorar una tarea postcapitalista (tembcke, 1982; Mandel, 1969:
las relachnes entre gerencia y trabajadores en la plantaw Sage. 1978).
(Fine. 1973226, traducción de RG.). Esta vertiente ha 3,S. Otra vertiente marxista, inspirada en las experien-
nutrido de manera creciente el pensamientoempresario en cias de participación de los consejos obreros alemanes o
diversas partes de Oecidente, principalmenteen Europa y italianos surgidos tras la Primera Guerra Mundial y que
America Latina3y,sblo en b s Últimos arios, en los Estados tiene su iniciador en Gramsci6, reconoce en las luchas
Unidos'. La tradicibn de relaciones humanas se supepne obreras por el mntrol de laproduccióny en aquellas formas
parcialmente con la inspirada en la dmtrina social de la de participacibn que signifiquen algún grado de interven-
iglesia romana en su influencia sobre el pensamiento ci5n sustantiva en la toma de decisiones un instrumento
empresario. La principal diferencia entre ambas mnsiste valido para el cambio social y la transformación de las
en que la primera apunta en Ultima instancia a la elevación relaciones capitalistas de producch7.
de la efiiciencia y la productividad de los trabajadores, 3.3. Por ijkimo. b que Fine define como "una amalga-
mientras la segunda aspira simult8neamenle (y sin preci- ma de socialismo utópico no marxista y nociones smiolo-
sar cu61 objetivo es prioritario, en la medida en que b s gicas contemporáneas, que sostiene que fa alienación
supone compatibles) a la minimiracibnde la lnsatisfaccibn surge de los tipos especificas de relaciones humanas
de los trabajadores en el desempeño de sus tareas5. generadas p r [a industria y que. por lo tanto. son estas
relaciones las que deben cambiarse para combatir la
3) Diierentes mrrientes de inspiracibnsocialista se han alienación" (Fine, 1 973226, traduwon de RG.). El
ocupado de la participaci~n,la autogestibn y el control de componente socialista de esta corriente aporta un rechazo
bs trabajadores. Por debajo de su camún rechazo a las a las relacionesde prduoeion capitalislas que la hermana
relacionesde produccibncapitalista, difieran considerable- a las vertientes marxistas; de ellas las separa, sin embar-
mente en su valoraci6n de las formas de participacidny del go, su valoracion cobre el papel de la tecnica y cobre el
caracter de las relaciones sociales generadas por ta indus- caracter de la disciplina fabr'l, que ia lleva a criticar la que
tria con prescindencia del régimen de propiedad vigente. interpreta como poza prolundidad de la critica marxista a
Una rapida claskacibn permite reconocer las principales las relaciones presuntamentetbcnicas que se generan en
vertientes: el proceso productivoa. Para sostener su critica a las
relaciones industriales esta corrienie so apoya en las
3.1. Una de origen mamista, ligada a partidos de investigacionessoci~logicasmas recienles qu0. al discutir
la cuesti6n de nueva y vieja clase obrera, brindaron un segijn las arcunstancias, las formas de participación pue-
sólida respaldo analitim. a su vez basada en abundante den actuar en uno uotra sentido. Los so~i6bgosespecia-
informacion ernpifica, sobe el carilcter de las relaaonec Jistas en cuestiones laboraies cubren t d o el espectro de
industrialesP. . pdsibilidades. pronunciindose en uno u otro sentido obien
sosteniendo que. saivoque se sspediuen las circunaan-
4) Finalmente, la mLs recientecontribución al an8iisis cias, el efscto est6 indeteminado" Finalmente, b m ocono-
de la participaciónde kstrabajadores en lagesti6n empre- mistasque se han ocupado de lacuestihn no se pronuncia-
saria se origina en un progresivo reconmimiento de la ron explíciiarnente sobre el ponto, si bien puede inferirse
importancia de la dimensión pplitica de las relaciones que en tanto sostienen la viabilidad de la inserci6n de una
industriales, que guarda mrrespondencia r o n un tambidn empresa owporativa en un mercado compelitivo tradicio-
progresivo desplazamiento desde el abrdaje erclusiva- nal 4 8 s o menos perfeüo- donde participaron otras
mente soehlógico y emn6miai hacia el inspirado en b empresas gestionadas por b s propietarios de los medios
teoria politica'9 El nhcleo de la wniribucibn da esta # de producción, estan t6citamonte reconociendo el caruer
rriente resida en el señalamiento de la estrecha relacion integrador de las experiencias de participaeibn de b s
existente entre la democracia en el lugar de trabajo y ia trabajadores. Por otra parte. es inevitableque las cantribu-
demolracia en el sistema político. Según esa relacibn, la ciones desde la tewia e c a n b m b enfatieen el carácter
demoaatización de lasrelacioneseconómicas e industria- integrador de las experienciasde partíeipacidn en la medi-
les alimentaría y ainsolidaria la democracia en el sistema da en que sus indlisis de esutitica mmparada $a adican
político, en la medida en que estimule el desarrollo de una sobe modelos de participaci6nen pleno funcionam&to y
cultura demrhtiea en los trabajadores. 139 a(i[ que una no investigan el p w s o de transición desde otro tipo de
teoría mnsecusnte de la democracia -y he aqul la dife- modelo.
rencia con b que Pateman donomina las teorlas contem- En luncidnde los objeti~sdela presenteinvestigací6n.
porineas de la demwraaa"-exigiria la wnsiruoci6n de hs dilerente3 perspeaivas tebrieas ofrecen sendas venta-
instituciones pollticas crecientemente partkipativas en jas y limitaciones. Los modelos econdmicos, ademds de
todos b s hrnbiitos y niveles de la sociedad, con especial limitarse al an8lisis de empresas cooperativas y autqes-
Qnfasis en aquel ámbito que se reconme wrno el bastion fionadaa. hecho que acota destacabkmente su apl'icabili-
, m6s sdlido del autoritarismo: la planta fabnl. dad y b s torna inad~uadúspara el caso bajo estudio,
tienen la desventaja de cxinsiderar sistemas de participa-
Laeuestdnmgsgeneralque saltaa lavista alcomparar ci6n en plono lunáonamiento, sin tomar en cuenta bs
(a liieiaturas&re forrrisde parlicipacidndo los irabajada- .
procesos de transitan desde formas organizativas tradi-
res es si ellas contrioyen al cambio social o al manteni- cionales hacia dicho sistema. Do todos modos, el tratz
miento del statu qm. En otras palabras, se ñata de ver si miento de algunas cuestiones puntuales y la presibn de
b intMucci6R de macanismos de paitkipacidn resulta las conelusknes pueden sewir de referencias tedricas
funcionalo distuncional al sistema en su conjunto. A esta . pertinentes para realizar algunas comparaciones mn el
cuesti6n, planteada a nivel exdusivamente t e b r i , los caso analizado.
representantes de la tradicidn de ielaches humanas y ~ I S &a utilidad de la escuela de relaciones humanas es
marxistas ligados a partidos de mrte leninista han respon- mucho m8s limitada Su discurso estA construido sobre un
dido, mmo senalo m i s arriba, en el sentido de que la 4
supuesto h á s h que restringe considerablemente sus
parlicipacibn de b s trabajadores lamrece su Intqracibn nicanoes. El supuestoainsiste en akplarla dptica de una
en Las relaciones laborales existentes, en tanto que el otro hipothtica gerenciade relaciones industriales, que no p r .
grupa de te6rims marxistas, bs sacialistas no marxistas y mite someter a w i f k y revisión las estructuras de W e r
b s tebricos de la democracia participatiqa sostienen que, fundamentales de la empresa La actitud acrlfica frenle a
algunas iendmenos de la organizacidn, que son implicita*
mente aceptadas como universalese inmodificables,des-
carta a prionnla posibilidad de tomar sn cuenta formas
avanzadas de padcipaci6n de los trabajadores. Por otra
parte, el objeto principal de esta aproximacibn al tema de
la participadn es bridar herramientas para la Ionnula-
cidn de politicas laborales y de relaciones industriales en
la empresa privada de tipo capiialista sin que existan
desanollos que tomen en consideracidn el caso de las
empresas publicas. Por estos motivos, las contribuciones
de la escuela da relaciones humanas tesukan de poca
utilidad para el caso estudiado, que aúna un aito grado de
participacibn del sindicato con la condicibn estatal de la
empresa analizada.
El rechazo d e la primera de las wrrientos marxistas
reseñadas a toda forma de participaeidn en tanto instru-
mento de dorneslicacián capitalista ha determinado que
sus mntrbuciones esth fuertemente secgadas hacia la
demostración de que las estructuras bAsiEas de poder de
la empresa no se modilican conlaimrpracibn de rneca-
nismos de participacidn. La ausencia de consideraciones
de otra lndole y el desinteres por el anilisis empirico de las
experienciasde participación tornan a este enfoque aprio-
ristio4 y, por ende, teóricamente inadecuado para estudiar mas que bajo las formas de la propiedad privada. Elimina-
eitperiaricias que, en su perspdwa, $510 constituyen da la ficción del estado y de la propiedad privada, quedan
cásos particulares de una verdad d~finithamenteestable- las fuerzas productivas en su mndici6n mhs pura, Liberar
cida. De iodos modos, la critica a menudo sutil que el lasfuerzasproductivasde lasrestriccionesde la propidad
mamismo-leninismo formula hacia h participadn puede cignaica dejar que las tbmicas se desarrollen libremente.
s8~k para revelar que algunas lormas de participacibn, a baja el supuesta de que en las alternativastecnológicas no
menudo presentes en experiencias de esta Indok, no son se dirimen cuestiones de poder. El desm~rniento$Ca
autbnticas. d i m e ~ i 6 ~ ! I t k a g r q ~ ~ & b r m adse organizacidn.
Esta corriente, en (a medida en que esti adscripta al a X G 6 1 0 desemboca nscesariamerite.enuna, apologta.
paradigma marxista. es susceptible de una crltica que le d ' e V t R a & t r , T u n a alabanza del obrero fabril-
formula Bookchin (1979) en rslacibn a su psrspedjva i n Z i f i ~ @ ~ ~ ~ i p ~ @ ~ J e s p o j aded rostro
o humano y ,
'
sobre el fen6menofabril. Sustancialmente, laerlti¢a seAa- apto para e~ecutarla remlucibn social quedará Iu,garala
laque, para Mam,la experiencia fabñ es lntrlnsecamente %p&ri;ci&n histbricádel ~mbieuge'nkTco. El obrGfo fabrlse
deshumanizanfe en tanta expresidn por antonomasia del a>n~titúyé-m~d-mlenibro-de iinaT\asa al perder todo
"rairio de la necesidad". La libertad sdb puede hallarse rasgo que lo individ~alice.
fuerade los muros de lafsbrica.En msecuencla, la planta En este sentido, la fabrica constituir3 el mejor 6emilIw0
fabril es inevitablemente un dmbio de disciplinamiento de rewlucionarios. Cuanto más hornogeneizados, cuanto
~brem.aun si tal dicciplinamionto puede reueriirse en m i s descalifica&s. cuanto m i s separadas del control
contra del capitalismo mismo, cuando la disciplina del sobre el proceso de trabjo, mejor, Todo intento de
aumentar el wnirol obrero sobre el proceso de trabajo, adecuado para analizar la vinculacion entre participación
todo intento de democratizar las relaciones laboralessigni- de los trabajadores y control de la toma de decisiones en
fica un retraso en las tareas revolucionarias contra el su relaci6n con un sistema económico predominantemen-
capitalismo. Demandar democracia industrial, reivindicar te capitalista. El enfoque nutrido por las criticas socialistas
formas participativasy autogestionarlasequivale a sucum- al papel de la tecnica en la experiencia fabril y por la
bir ante el fetiche de la política alll donde la conciencia de investigacidnsociolbgica empiriica tiene la virtud de pene-
clase y lateoria revolucbnaria hablan descubierto el lugar trar en las diierentes dimensiones de las experiencias de
por excelencia para el desarrollo de la cualidad social del panicipacibn sin b s prejuicios de [asotras perspectivas y
hombre. permitedeterminar a partir del anAiisis de casos concretos
La distincidnconceptual entre la dimensidntécnica y la la naturaleza y la profundidad de las formas de participa-
dimensión socio-polítiea de los procesos pductivos, un cion instrumentadas. Las contribuciones desde la teoria
bgro importante del pensamiento marxista, condujo a que pdlitica. par otra parte, ituminan particularmente una di-
se concibiera la posibilidad de una separacion real entre mensibngeneralmente descuidadapor losotros enfoques.
ambas dimensiones ( la "administración de las cosas" por El cadcter central que ocupan en las teorías de la demo-
un ladoy laudominaciónde las hombres* por el otro) y a que cracia panicipativa )os procesos de democratización in-
se reincidiera en una postura aaitka hacia los desarrollos dustrial permne desarrollar el análisis de un aspecto rele-
t~nológicos,con el doble resultado de la constitucidn de vante en el caso SEGBA: la relacibn entre pariicipacidnde
una a p l q e t i c a del industrialismo y del desconocimiento los trabajadores en las empresas públicas, par un lado, y
de que a travhs de la administración de las cosas siempre redemocratización del aparato estatal, por el otro. Esta
se dirime la dominación de los hombres. dimensidn de la investigacidn, adsrnhs de permitir una
Seguramente no es la Únicaleduraposibledeldiscurso mejor wrnprensi6n del lenbrneno estudiado, puede servir
mamista. Fquras #irno las de Rosa Luxemburgo y Grarns- para iluminar una cuesti6n central en el proceso de conso-
ci, que desde el mismo discurso -y aqul aparece la se- 8dacion y profundización de la democraciasn la Argentina
gunda de las corrientes marxistas resonadas- estimula- actual.
ron y desanollaron las posibilidadesdo democracia indus-
trial, muestran la lectura alternativa, m4s desprejukiada 3. Las experiencias de particlpaclbn.
hacia las experiencias concretas do parlicipacibn, en las Objetivos y actores soclales
que intentan desentrahar el grado en que b s trabajadores
alcanzan a ejercer control en la toma de decisiones. Sin
embargo, aquella primera ledura generb una concepeidn Consciente de los riesgos de sincretismo y ecledicis-
que pasando por Engels y Lenin desembocb en Stalin, en mo que encierra un enfoque que apela simukAnearnente a
la ideologia oficial soviética, posiblemente la ideolqla paradigmas diicilmente conciliables, la pluralidadde enfo-
industrialistapor excelencia, y en la realidad de los smia- ques adoptados como marco de referencia shlo revela la
lisrnos existentes, donde se reproducen las formas avioii- necesidad de no desechar abrdajes patencialrnente
tarias en los procesos de produccion que Marx habla esclarecedores al tratar un temaque no dispone de sólidos
identifiada en el capitalismo. fundamentos tedricos. De todos modos, las aproximacio-
En la perspectiva de la invastigacidn emprendida, las nes tebricas resefiadasno agotan [asposiblesmaneras de
fuentes tedricas que pueden cantribuir a una mayor com- encarar la cuestión de la participacidnde los trabajadores.
prensan del fenómeno estudiado son las tres resenadas Los intentas da llevar a la prietiea algunas de esas teorías
en Oltirno lugar. sin que ninguna de ellas brinde, en forma y b s movimientos plltieos y sociales que impulsaron
individual, un respaldo teorico suficiente. El marxismo que procesos de pait icipacidn han estimulado. a medida que
recupera las experiencias consejistas brinda un marco las experiencias se han ido acumulando, a los diferentes
adores involucrados en la cuestibn a generar sendos que esos problemas exislen, según lo demuestra una
discursos sobre la participacibn y sus objetivos. LirnParse abundante literatura1?De todos modos, el aho grado de
a considerar las fuentes teóricas entraíiaria un abordaje consenso sobre la gravedad de la alienaci6n en la vida
uriilateral de la cuestión, en cuanto, por ejemplo, 'en laboralrto se extiende al diagn6stico sabresuscausas,que
contraste con la demanda de autogestidn par parle de los se reconocenalternativamente en lascaracterísticasintrln-
intelectuales en los terminos del humanismo socialista, la secas de las relaciones industriales o de las relaciones de
demanda de autogestión por parte de los trabajadores produccidn capitalistas, 0 bien, ya casulsticarnente, en
tiene una fuerte vinculaci6n con el interbs propio* (Zukin. inadecuadas condiciones de trabajo o en fallas de la orga-
1977ff8: pdg.155, traducción de RG.). nizaci6n empresaria. El consenso reaparece, sin embargo,
En primer lugar, la búsqueda de integracihn de b s en el sentido de las respuestasal problema, que encuentra
trabajadores en las relaciones laborales por medio de la en alguna medida su superaci6n, en la opinibn de las
participaci6t1, impulsada en distintos países porgobiernos. distintas interprataclones. a travbs del incremento en la
pariidos politicos, empresarias y hasta por los sindicatos, participación de los trabajadores en el control del proceso
apunta simublnea o independientemente a lograr una de trabajo. En esto han coincidido no sólo los intelectuales
mayor productividad, una adminisfracídn mbs eficiente de sino también la casi tatatidad de las actores sociales
las empresas y de las economias nacionales, la genera- invotueradosen la cuesiibn. Los esfuerzos por disminuir la
cibn de una actitud mAsmactiva'por parte de los trabajado- alienacidn, sin pretender eliminarla por mrnpieto1*,han
res hacia su tarea y el logro de mejores relaciones entre apuntado a la transformacibn ya no de las relaciones
trabajadores y empleadores. En última instancia se busca econbmicas, mrnp en los cacos en que se persigue la
una transformaci6n de las rejaciones emdrnicas en el integración, sino de las relaciones sociales en el lugar de
sentido de optirnirar el empleo de b s recursos huma- trabajo, en elsentido de estabtecermayorautonomlaen las
no~'~. relaciones entre las trabajadores mismos, entre ellos y sus
superiores jerhrquicos y, particularmente, en el desem-
A
!
tionarias, se dividen entre los que perciben la lucha por el
control de b s trabajadores como un m d i o sin valor en si
mismo y los que consideran que el control de los trabaja- Reconocidas las principales fuentes teór'ieas y los
dores debe ser en sl mismo la base orgánica del pdert7. actores que impulsan la participacionenahlando diferen-
- ,
De todos modos, en cualquiera de las variantes lo que tes objetivos, resulta impstetgable definir algunos mn-
<e pretende es una transformación de las relaciones poli- ceptos que permitan precisar ciertos ibrminos hasta agui
ticas, en el sentido de una redistribuciiindel p o d e r q n s - indistintamente empleados, tales como 'partieipa~bnm.
titutivri de las relacionesde produccion- a nively mas allá "control" y -ges!ibn'.
del lugar de trabajo, hasta alcanzar un objetivo ideológico, Como sefiala Hoteswsky (1 977:440), la terminolqia
que bien puede ser una nueva versbn de los socialismos en el campo de las relaaones laboralesno ha sido comple-
de mite autoritarioexistentes, bienun nuevo socialismo de tamente normalizada. A ello no d t o ha antribuido la
I
caracterdemocr6tioo o bien una democracia radicalmente
participativa.
t1 : inevitable imprecisi6hque caraderiza las primeras aproiii-
maciones a una cuestiiin relativamente nueva, sino tam-
En la prActica, estos objetivos han aparecido muchas bien una cierta intencionalidad en la relbrica deliberada-
veces en forma simuhAnea, combinadas y jerarquizadas mente ambigua de algunos de los actores involu~radosen
de diversa manera, según la prioridad que se otorgue a la las experiencias de participacihn. LOS intentos realizados
transformackn de las relaciones ecodmicas, sociales o hasta el presente para establecer unateirninologianorma-
políticas, que constttuyen las daerentes dimensiones de lizada no han dado f rutos demasiado apet~ibles,en tanta
procesosdonde aparecen indisolublementeligadas (Sethi aijn predomina una relativa vaguedad y una generalizada
y Mankidy, 1983). anarqula en bslhrminos empleadosi4. El mismo Hole-
De las diferentes experiencias se pueden extraer dos ., sovsky, por ejemplo, en su manual introdudorid al estudio
rasgos IundamentaIes. En primer lugar, no se puede comparado de b s sistemas eczinbmicas, formula la si-
concluir de manera terminante cuáles son los efectos guiente distincidn: > ,
nn
'...Como nosotros b entendemos, el control de bs control sobre la decisi6n final: Adicionatmente sehala la
trabajadores es una estrategia, una serie de demandas importancia de distinguir entre "participaci4n'y "democra-
dirigidas a extender el control popular de la empresa y de cia", que no son de ninguna manera terminar intercambia-
la econornta. La participacidn de los trabajadores es algo bles: en el contexto industrial, no d t o es posible que la
completamente diferente. Sugiere un sistema habitual- panicipaci&nparcial tenga lugar en distintos niveles admi-
mente introducido desde arriba, donde b s irabajadores nistrativos sin una democratiracibn de la estruetura de
comparten una responsabilidad parcial en la opeiacidn de autoridad, sino tambibn es posible que la patticipacibn
una firma capitalista, pero donde la gerencia-retiene la plena sea introducida en d nivel m6s bajo en sl contexto de
autoridad sobre las deeis iones de producci6nfundamenta- una estructura global de autoridad no democrAtica (Pate-
les. La gesti6n de los trabajadores, finalmente, describe man, 1970:7t -75). .
Una reformutacibn de las detinidones en base a las
una cituaci6n donde la industria esta socializada y las brindadas por Case y Pateman dada lugar a la siguiente
trabajadores son el cuerpogobernanteprimariodela firma.
[...] Elcontrolde los trabajadorespuede ser visto corno una
elrategia para avanzar desde la paiticipación de los
trabajadores -o de la autoridad gerencia1 intacta- hacia a) Pseudo-partfcipaci6n:eonsiste en la participacibn no
la autogsstibn de los trabajadoresm.(Case, 1972:444, tra- decisianal, generalmente introducida desde arriba, en
euaQuier Brea y nivel de la empresa, a trav6-s de mecanis-
ducc&n de RG).
mos de elevación de sugerencias, informaciiin, wnsuha e
. ,
Esta definicidn. sin embargo, tambidn carece de crite- inclusive control de gestiiin (en el sentido de verificacibn).
,rios b suficientemente claros para volverla operativa. Su objetivo es el que precisa Pateman. es decir, persuadir
Posiblemente esos criterios aparezcan en una distincidn para la aceptación de decisiones previamenteadoptadas.
que hace Pateman (1970:67-75) sobre diferentes grados b) Participación ddsionalparcial:tambien intrducida
de participacidn, que se distinguen por el grado de rnoáifi- generalrnante desde arriba o resultado de una negociacibn
cacibn de lo que denomina la estnictura artodoxa de entre las partes, en ia cual los trabajadores asumen una
autoridad. Ella distingue entre: ' . . . responsabilidad parcial por la operacan de una firma o de
un sector de una firma, pera donde la gerencia retiene la
autoridad sobre todas las decisiones finales a sobre algu-
a) pseucb-partic@acidn,que m es un rnhtdo para la
toma de decisiones sino de persuaci6n para que los am- nas fundamentales, en cualquier nivel de la empresa. Si
pleados acepten decisiones que ya habían sido tomadas este mecanismo tambibn opera al mdximo nivel de la lirma,
pbr la gerencia y cuyo objetivo es crear una sensacibn de estaremos ante el caso particular de la agestión. -
participacidn a través de la adopcíbn, por par!e de los c) Participación decisimal plena: correspande a la
superiores, de un cierto estilo de aprorimacidn a b s traba- definicidn de participacihn plena de Pateman, con el agre-
jadores: gado de que si esa situacibn ocurre al máximo nivel de la
-
b) partic~acanparcia2 que es un prmeso donde dos
firma o de la planta. estaremos ante un caso de autoges-
tión. v si ocurre en todos los niveles, se tratará de un caso
o m6s partes se influyen mutuamente en la toma de deci- de-dimocraciaindustrial.
siones, pero donde el poder final de deoisidn permanece A mayor participación decisional de los trabajadores,
s61o en una de ellos:
mayor sera su mntml sobre los diferentes aspectos del
e) partieipacGn plena, que es un proceso donde cada
miembro individual de un cuerpo para la toma de decisio- '
oraceso
T - de produccion. En palabras de Carnoy y Shearer
sdlo hay control de los trabajadores
nes tiene igual wder para deteminar sus resultados. -
'...SI 10s trabajadores mismos estAn involucrados direc-
Elcriteriocentralqueestablece Pateman es elgradode
I'
tamente en las decisiones de la firma sobre prodwsi6n y
finanzas. As( el mntrol da los trabajadores significa poder travbs de sus categoriastrazar senderos b suficientemen-
de decisión sobre como debe hacerse el trabajo, cóm te amplios como para no perdersa en el camino. Sin
debe asignarse y cuanto deben cobrar los trabajadores' embargo, estos senderos no conducen aldestino que mAs
1: (Carnoy y Shearsr, 1Q80:133.traducc4n de R q interesa para iluminar la westidrr equf abordada. Las
contribuciones de la teorla del derecho sirven m6s para
Can fespecto a los niveles donde Ikne lugar la paflici- mprerider la organizaciónde una sociedad estructurada
pación decisional, Pateman distingue además entre dos en torno a los par6metros ideales del liberalismo cldsioo,
niveles básims: el l.,,]inferior se rdjere groseramente a cwi esfsras de b púbfm y de b privado esiridamente
aquellas deusíones gerenciales relativas al control de la dkrenciadas, que para descifrar la complejidad de un
Ktividad c m i a m de una seacLn, mientras que el nivel mundo que, tras jal*~ aMS de díversas lorrnas de inter-
superior se refiere a las decisiones relativas al funciona- venci6n estatal, se ha alejado de manera sideral de aque-
mienta de b empresa entera, decisiones de h~elsiOn. Ilw par6metras -y aparentemente sin poskilidad de
wmecializacibn y as1 sucesivamente' (Patsman. retorno, a despecho de las aspiraciones del neoliberalis-
1970:70, traduccion de RG). m.
Si el grado de poder decisional y bs niveles donde se T a m m será deutilidad para alcanzar el objetivo aqul
aplica son eriieriis adecuados para identificarkrs diferen- buscado -¡luminar la relacibn entra formasds participa-
les formas da partiapacih, es necesaria establecer crite- ción y brmas de propiedad- las criticas a La concepcidn
rios aún m69 aincretw para medir ese pode?. Wachrel liberal del derecho que tienen su exponente mas destaca-
(1 980) sugiere Ires cr'ierios para reeonacer bs diferentes do en la tradiddn marxista, ya que en su aproximación al
formas de participad6n: problema de la propiedad jamás deja de cvnsidurarlacamo
un tentimeno monolitico y, conceptual y prdciicarnente,
a) drno funciona el sistema de-parlicipacan; indivisible.
b) qu8 tdpicos se discutan en las reuniones de las Huhrfano de guías confiaWeo;,prefierorecurrir al apoyo
cuerpos de participaci6n: , . mucho mas rnodest~de aJgunac aproximaciones realiza-
C ) cuan efectiva es la influencia de los trabajadores das en base al anilisis comparado de Los sistemas emnb-
sobre sus representantes. micos, que tienen la viriud heuristia de guardar una
Subre estos Ires aspwos Incidenunaseriede fadores correspondenciamAs estrecha que las tradiciones liberal
cuyos efectos e impactos es necesario considerar mds y marxista con las formascontempwAneasde propbdad y
particularmente. Pero antes conviene hacer algunas acla- que ademis permiten iluminar adecuadamente la relación
raciones sobte un aspecto central del fenfrmeno de la que nos interesa.
participacidn de los trabajadores: la relación entre las Como sefíala Montias (1983147) y Holesovsky (1977:-
formas de gestan y las formas de propiedad. 411, la palabra "propiedad'se refieremás a un amalgama
de derechos que a un derecho irnico e indivisible. El libe-
ralismoha defendido a ultranra esa indivisibilidad,alegan-
S. Relaclbn entre formas de gestldn do que limitar el ejercicio de cualquiera de kis derechos
y formas de propiedad constitutivos del amalgama afecta alderecho de propiedad
en si mismo.Latradición marxista recoge el guante en este
sentido e impugna el derecho de propiedad in ioio, sin
Pata adenkarse en el enmarafiada y espinoso temaoe tampoco reconocer su condicibnde amafgama. A lo sumo,
la propiedad es granda la tentsiidn de recurrlr a la experi- la tradición jurldica Iradiciona! entre el derecho al uso, al
mentada gula de h frad'ii6n juridica, que ha bgrado a usufructo, a la venta, etcétera, a m o componentes de un
mismo derecho de propiedad, tiende a wnstiiiiirloscomo
un sislema de dsrechos parlicularos. es decii, @m0 un
conjmto dedistintos derechos ankuiados en una B S V U ~ U - qm se ejercn los leremes derechos. En Iuncbn de lp
ra que les confiero determinadas popiedades que s6Li cuesli(in que MI ln\eiesa, basta con mcaMiCet 10s SI-
e?erOen en elconjunto. Al empleare~l8rmim'amalgamaNm guientes derechosa:
q u m subrayar el caricter no sistemAfico del co*ntode
derechos al que alude baja la expresibn genérlca de a) fJg<e&s de custodia.que enlrafiania suloidad de
torna<leci5*ner az,iociadar a la ~ t i l i ~ a ~
teal
b ndo \OS
""~cb pmpiedad: La ausenciade sistemaficidaden
10s derechos de pmpMad siqoit~ca,básicamente, que su poseidos. Expresiones equivalentes a *cusldiam
~iculaci6n no responde a una kgka inmarisnie,tal que al -psesi&f,~ n t r o 1 "adrnlnis~ra~ibn'
; del activa
h ou~ulruno,
b)~ e ~ ~ c de . que entrahan la autoridad de
afedafse el sjerCici0 de aiguno de ellos necesariamente
rwla-narla apropiaciónde los nuews acthOS iesu{lavtQS
- Como
hay unare~ercusilinrcbreelmnjun~~, Sinoqus la amalga-
ma a sl rasultado de un proceso h i g 6 m dg(ermn&.
sefiab Lindblom:
de (a utif$acibn delobjeloposeído,yadiredamenwbW
fmma pro&inos reales. ya bajo la forma de ingresos
*
{&latas,jntareses. rentas).
Derechos de snajenaci~n,en el sentido de transfe-
'O"1anizacioms mmo esa [es decir, emprQras porel-
das por trabaladores que no wseen eicapital que utilizan, rencia la pr4>edad a traves da venta 0 legado a da
RGJ raras. Pero M son imposibieil. que se sepa, o sujeto.
il.gare3 o en a l g h sentldo inconsistentes mn el manteoi- d) Derecho da destrucci0fl.
rnfmbde un Sislemade mercado. El!- m exislen Simph- En la pr&tica, astos derechos rn amdgarnande mbhi-
mente pCrQU8. mm0 lo vid mas claramente Man pus Iw
* m n W i ~ t acldricos.
~ la distribuci4t-1histdri~gntedada pies maneras, Adsm65 los titulares de estos d e r e c p
de la riqueza es tal que, cuando br cferenea ptencialsr fiecuenlementelos delegan en terceros. La Wanlzacl~n
de capital Y 10s ofendes plenciates de trabajo meoofpm. de las piandesmrpor"ne~.~'.~em~lo. ~stabasadaen
plan arnlarse entre si en una empresa, los olerentes de un complejo sistema de delegacibn d d derecho d. CUJM-
CWif4tiwIeml wder de intercambiar o de nsgajar di, w t o de ampliar la enensiin del dergho be
S" para insistir en que la autoridad este en sus manos ,,l~ao por pane del titular de rmmr Esa d~lwacpanón
en la3 mano3 de los Babajad~res.No pcr 1&ka e p r a en un debla smiiniido: 81 vwab de 10s mims
sin0 P r histor*. 10s pmpietarios del capital se han v u s n ~ fis&s d&ga en 01 empresario su custodia, 4ste ladelega
bs- propietarios
. . de ta emmesa. m
ioprasgntanter y 0stos a SU ver en bstrabaiador~s
Muchas de las caraderislkas de ks sistemas de ,,s~n<l&er de su manipulación. guhnes eiercen la
empre3a privada f a m k r no son ai&uib!es a la empesa
custodia durante el piocoso de piodum(in; otro lado.
privada ni a la grnpiedad en cuanto tales, sino a esta Iwma asalariados, al enajenar su tiernp. de Irabal~.d~1eg.n
histbni pariicular de empresa privada y propiodad d&e la custdia de totalidad del capital h u m a ~ ~ ~ 1 0 s
"S du~osdeicapiei en vezde bs trabajadares poseen la encarnan2'.
emprem. Aquella es una loma plena de mnsecuencias Es pre.&men!g entorno a LafituIarIdaddel dayhode
para la dinribuci6n de iqueza y de autoraad. para bs wstdia a n d e se ubica eI pobloma da la pafiicipau6nde
derechos laborales, para Ja ihnasi6n y paa el wntlicto los trabajadores asalariadas. Es indudablequetoda aspr
sacial* (Lindblorn, 1377:41). , . racióm una mayor paiticipacidnddecisnalpor pam de
consumidor, significa la satisfaccidn6ptima de los deseos" el corto plazo, es indudable que las técnicas incorporadas,
(Sabel, 1982: 6). I aun si aceptamos su carAder smial, operan como una
restricción casi absoluta, salva en lo que hace a los ritmos
Ahora bien, el car&der social de la tecnologia y, po)r
consiguiente, de latécnica resulta mAs difícil de ignorar en
las iknicas nd incorporadas, es decir, en las técnicas ,l de producción bajo ciertos tipos de procesos. En el largo
plazo el tipo de tknicas que adopte una determinada
planta puede muy bian ser parte de las ineumbencias de
los organismos de participaciónde los trabajadores. En el
1
organizativas. Sin embargo,aun en ellas aparecen algunos
elementos que parecen escapar a un intento de abordaje .caso de las tiicnicas organizativas, aunque parezca to
sociológico. Primero de ellos, en tada tbcnica organizativa contrario. es donde surgen las mayores dificullades para
existen jerarqulas. Tras discutir los fundamentos y las aumentar el control de b s trabajadores.El alto grado de in-
razones que llevan a la aceptación de jerarqulas por parte terdependenciaque por lo general cualquier empresa que
de los miembros de una organizacibn, Montias concluye I supereciertasdimensionesmantieneconresp~o al resto
que de la sociedad restringe seriamente las posibilidades de
! participación. Si la dernmacia participativa se limita a los
"[en] úttirna instancia, es impasible explicar plenamen-
te la estructurajerárquica adoptada en cualquier oganiza- I aspectos donde las interdependenciascon insignificantes,
se vacía a la participacibn de todo sentido. De alll la
ción existente sin remitirse a las relaciones de poder entre
los miembros del grupo y asus antecedentesy educaci6nh.
(Montias, 1983: 214). 1
>
dificultad de prescindir absolutamente de toda forma de
jerarquia y centralización (Ward, 1971 :14). El problema,
entonces, consiste en alcanzar la centralitacidn mlnima
necesaria para garantizar la eficiencia definida como se
MAs allA de los requerimientos estrictamente Idgicos,
las jerarqulas y sus formas ecpeclficas responden a proce-
sos estrictamente sociales. En segundo lugar, muy ligada
a la cuesti6n de las jerarqulas está la del grado de centra- '
i1 quiera- del proceso prductivci.
En resumen. tanto la tecnolqia incorporada como la
no incorporada presentan una dimensi6n social, e incluso
wlitica, en tanto encarnan una determinada manera de
lizacihn que existe en determinada organizacihn. Como asignar poder de decisián sobre el procesoproductivoa b s
-
sendaWard, el termino "centralización*involucra nociones
no necesariamente coincidentes: 1
1
distintos agentes involucrados. Si en el a r t o plato existen
rnayoresd~icukadespara modificarlas tecnicas incorpora-
das, es sin embarga posible actuar sobre las no incarpara-
"La primera relaciona el grado de centratizacidnm n el das, aun aceptando la necesidadde preservar su funcion
campo de slecci6n del participante. De este modo, una or- , básica, as decir, coordinar una gama múltiple de activida-
ganizacibn se hace m6s centralizada, m respecto a la - des interdependientes.
mo ano se registra en una fhbrica de cigarrillos el primer ministrada por un directorio integrado por representantes
caso de puesta en práctica de mecanismos de participa- de la Federación Cervecera, de la CGT, de bs trabajado-
cibn en la toma de decisiones (Favier, 197i, citado por res de la firma y del estado (Novick, 1979 b: v). El mismo
Novick, 1979 b: iv). En sendos proyectos legislativos, a60 se registran dos casos mas de participacidn: en
Peroira Rozas y Cafierata insistieron eon propuestas de Mendoza, la Empresa Nacional de Transportes se trans-
participacidn en 1920 (Benltez de Castro, 1974: 4 5 . ~ 2 4 - forma en la Cooperativa de Transportes Fray Luis Beltrin,
65). En 1919 hay una nueva constancia de la wnstitucibn a cargo de sus antiguos empleados; en Buenos Aires, las
de comisiones de trabajadores precisamente en una compañlas de transporte aceptan ensayar una política de
empresa dedicada a la generacidn, transmisihn y distribu- cqestidn con la Unión Tranviarios Aulomotor, que direc-
ci6n de energia elhetrica, la Compañla Alemana Trans- tamente habta demandado el traspaso de la propiedad de
atlánticade Electricidad (CATE)(Benltez de Castro, 1974: las empresas (Benltez de Castro, 1974: 65).
67). Tambihn se inician procesos de wgestidn en la Tras la calda del gobierno peronista, la cuestidn de la
Companla de los Ferrocarriles de Buenos Aires al Pacifico participadbn obrera en la gestión empresaria cobra una
y en las tiendas Harrods y Gath & Chaves. No se registran importancia sin precedentes en el discurso polltim y sindi-
nuevas demandas hasta 1934, cuando la CGT incluye en cal, sin que ello tenga mrrelato en el plano de las realiza-
I
un petitorio elevado al gobierno nacional el establecimien- ciones. La jerarquización de la cuestión tiene su manifes-
-
I 59
tacibn m i s clara en el Único articulo que se incorpora a la en las restantes) y un sistema de traspasa paulatino de la
Constituci6n Nacional tras la reformade 1957: entre otras propiedad que culminarla en la constitucibn de cooperati-
modificaciones que significan el reeonocimienlo de una vas obreras (Benltez de Castro, 1974,: 48 a 50). De todas
serie de derechos sociales y laborales, se r m n o c e el maneras, los antecedentes mAs trnprtantes en materia de
derecho a la "...participadi6n en las ganancias de las participacibn se registran en el Area de las empresas de
empresas, mn control de la producción y wtaboracwn en elsctriiidad, particularmenteen SEGBA misma. Antes de
la diraibn; ...".Por el lado sindical, ese mismo ano la CGT resefiarlos, es conveniente exponer cuales son las princi-
demanda en un documento emitido durante el plenario pales caracteristieas de la empresa en que tuvieron lugar
nacional de La Falda, el las sucesivas experiencias y del sindicato que las pmtaga-
ni26
'control obrero de la producci6n y distribución de la
riqueza nacional mediante la participacibn efectiva de los
trabajadores: . .
'a) en la elaboracibn y ejecución del plan econdmico
general a través de las organizaciones sindicales; NOTAS
b) partieipacibn en la direccibn de las empresas priva-
das y públicas, asegurand~en cada caso el sentido social
de la riqueza;..,' (Novick, 1979 b: vi; Calello y Parcero, 1. Para una referencia global al a s o peruano, el. Gmse
1984: 11, 198). (1983).
2. Para el a s o chl'ino, cf. Espinosa y Zimbalist (1984).
3. Cf, infra. cap. 3
La postura es ratificada en el documento de Huerta
Grande, en 1959; en el plan de lucha de 1963, donde la
CGT se expide en similares tdrrninos (Novick, 1979 b: vi;
Senen Ganzález, 1971:54 y 55); en el congreso ardinario
de 1965, cuando mhs concretamente se demanda qw
'...los trabajadores ejerzan su responsabilidad en la direc-
ción y administracibn de las empresas'; y en una declara-
ción de 1970,que reclama "...participac!hn obrera en la
pmpiedad, gesti6n y resultados de las empresas públicas
' y privadas, con la intewencidn de las respectivasorganiza-
ciones sindicales' (Novick, 1979b: vii). A nivelsectorial, en
1960 la Uni6n Ferroviariapresentó al gobierno un proyecto
de cogesti6n para Ferrocarriles Argentinos (Benltez de
Castro, 1974: 491, que da lugar a que desde el a+>
siguiente sendos representantesde ese sindicato y de La
Fraternidad (sociedad de condueiores de trenes) integren
el directorio de la empresa. Fuera del Ambito sindical, se
registran propuestas de participacibn por parte de la Aso-
ciacidn Cristiana de Dirígenfes de Empresas y del Partido
Dembcrata Cristiano - q u e en t 964 presentb un proyecto
de ley que establecla obligatoriamente la mgestidn en
empresas con mQsde 50 empleados (de manera ~pcional
contramarchas en un intento reiteradamente fallido por
limitar la libertad casi absoluta de que entonces gozaban
los monopolios privados en el sector elktrioo (Scenna,
1971:29 y 30;SabaR, s.f.: 23 a 30). En el aaterdo de
creacíón de SEGBA simultdneamente se contempla la
progresivatransferencia al estadodel paquete accionario,
que con ulterior'iad deberla ser parcialmente reprivatiza-
do. Los hechos siguieron rumbos diferentes. La ectatiza-
ci6n de la empresa tuvo lugar a un ritmo mas acelerado del
previsto y la reprivatizaciónpatcial nunca llego a eteduar-
se por ausencia de capitales privados interesados en
inverlir en el sector.
De todos modos, como rasgo que testimonia el pro-
yecto original, SEGBAconserv6 la forma juridica de sacie-
dad andnima y se eonvirtid asi en la primera empresa
publica argentina en adoptar esa toma legal. La autono-
LOS ACTORES Y EL ESCENARIO mia formal derivada de la condicidn de sociedad an6nima
DE LA EXPERIENCIA DE PARTlClPACtON. ser8 un factor relevante en el posterior pmeso de gesti6n
LA EMPRESA, EL SINDICATO Y EL TRASFONDO sindical. Si bien la asamblea de accionistas es absoluta-
DEL GOB tERNO PERONISTA mente mntrolada por el estado, quien tiene asi potestad
abcaluta para la designacidn del directorio, éste cuenta
con un atto gradode autonomla-al menos jurídica-para
1. La empresa Servlclos El6ctrlcos determinar las políticas empresarias. Aunque severamen-
del Gran Buenos Alres
. te lirniiado en su accionar por restricciones econdrnicas y
politicas que señalare a continuación, el directorio dispone
de autonomíarelativa, entreotras cosas. para la puesta en
Con el nombrede Servicios EIBctrieosdolGranBuenos marcha de experienciasorganizac~nalesqueconct~uir~n
Aires (SEGBA) se designa la principal empresa dedicada el antecedente inmdiato del proceso de gestidn sindical
a la generacibn, transmisión y distribucibn de energla emprendido en 1973.
eihctriea en la Regidn Metropolitana, que incluye al Gran Durante el periodo que interesa a esta investigación.
Buenos Aires y a su zona de influencia hasta abarcar una SEGBA suministraba aproximadamente el 80% de la
superficie de 13.800 km2 donde se desarrolla ta mayor energla electriica utilizada en su zona de mneesión. El
parte de la actividad secundaria y terciaria de la economla resto era provisto por una Unica empresa privada, la
argentina. 0 Cornpafiia ltalo Argentina de Electricidad (CIAE). El aitisi-
Los orlgenes de SEGBA se remontan a 1958, cuando mo grado de concentracibnde la deRa y la cbndición de
la empresa nace wrno resuliado de la fusión de la Com- empresa pública de SEGBAconlerlan al mercadocaracte-
pahia Argentina de Electricidad S.A.(CADE) y la Com- risticas prdcticamente monapdlicas, por otra parte habi-
paAla de Electricidad de la Provincia de Buenos Aires tuales en el sector de generacibn, transmisidn y distribu-
Limitad (CEP), ambas empresas privaJas wntroladas por cbn de energla eléctrica en todo el mundo. EHo se vela
un mismo grupo de capitales predominantementeemíran- reforzado +al mismo tiempo moderado- por lacircuns-
jerus. La tusidn se realiza a instanciasdel gobiernocentral, tancia de que la deterrninacidn de las tarifas de suministro
quien culmina as1 un largo proceso sgnado por marchas y (identicas para ambas empresas) correspondia exclusiva-
63
mente al gobierno central, a travks de la Secretaria de La estructura del personal empleado en SEGBA refleja
Energla las caraderls!icas salientes de la smpzesa. AdemAsde los
En tanto las centrales de generacibn de energla eléctri- trabajadores encargados de la producción de energla
ca bajo jurisdiccibn de SEGBA empleaban combustibles elbctrica asignadas a las cuatro centrales distribuídas a lo
provistos par empresas tarnbikn estataks, se comprende largo de la casta del Riode la Plata, SEGBAcuenta con un
que la eliciencia y la rentabilidad de la empresa estuvieran numeroso plantel destinado a la instalaci6n y al mantenL
entonces sujetas -corno hoy- a la ralacián entre los miento de las redes de transmisdn y dictribucibn. Adicio-
precios del fluido eiéctrico producido y aquellos de los nalmente, gran parte del personal está adscripto a tareas
wmbuslibles insumidos, que eran simultáneamonte fija- de administracibn y cornercializacidn, k que hace del
dos por el gobierno central. En la 6rbita de decisión de gremio de electriicistas una cambinacidn de trabajadores
SEGBA quedaban a m o componentes parcialmente con- manuales y no manuales relativamente equilibrada. Por
trolables los gastos en equipos e instalaciones Aarnbihn ultimo, el personal de SEGBA se destaca p 6 r un grado de
sujetos a los planes de inversibndel gobierno nacional-y capacitación relativamente atio. En basa a estos racgas
las rettibuciones al personal.4entro de los limites que generales, la eonstituciiin de los sindicatos de laempresa
imponla la polliica salarial del gobierne. En suma. las adquiere características diferenciales en el universo sindi-
numerosastestficcionesque operaban sobre la estructura cal argentino. Su reseha es objeto del siguiente apartado,
de costos y sobre b s ingresos de la empresa limitaban sus
posibilidades de gestión autónoma exclusivamente a la
persecuciónde la eficiencia tdcnica -y no econhmica- y 2. El sindicato de Luz y Fuerza.
a la administración de los recursos humanos. La central¡- Trayectoria y antecedentes de parilcfpacl&n
dad de las cuestiones vinculadas a la organización del
personalresulta as1 otro factor fundamental para el an8lisis
del proceso de gestiiin sindical. El personal ocupado en SEGBA se encuentra sindica-
Pocos años antes de 1973 se produce un hecho que lizado práclicamente en su totalidad. Tradicionalmente,
modifica sustancialmente la forma de intervenci6n de tres organizaciones sindicales han ejercido la represenia-
SEGBA en el mercado de la energla elhctrica. La habilita- c k n de las diferentescategorlas de trabajadores: e[Sindi-
cián del Sistema Nacional lnterconectado (SNI)que enlaza cato de Luz y Fuerza de la Capital Federal (SLYF), la
la zona de eoncesibn de SEGBA con la central hidroelk- Aseiacion de Personal SuperiDr de SEGBA (APSS) y la
trica de El Cbown-Cerros Colorados -administrada w r Asociqcion de Profesionales del Arte de Curar (APAC).
otra empresa pública, Hidronor- transforma a SEGBA en Durante el desarrollo de la experiencia de gestiSin sindical
una empresaiundarnentalmentetransmisoraydistribuido- obtuvo personaría gremial un cuarto sindicato, la A s d a -
ra de energía elbctnea. Las actividades de generacrbn cibn de Odontólogos de Servicios Descentralizados de
siguen desarrollándose, pero ocupan a patiir de la incorpa. SEGBA (AOSDS).
racibn al SNI un lugar relativamente secundario. Por otra Hoy y entonces, la APSS, la APAC y la AOSDS repre-
parto, las usinas generadoras enioncos ya han alcanzado sentan. 87 conjunto, menos del 10%dsl personalemplea-
un importantegrado de obsolescenciay los costos creeien- do en SEGBA. Su drbita de actuación se limita, en tOdos bs
tes de los hidrocarburos a partir de la crisis petrolera casos, a la a l a empresa. El caso del SLYF difiere radieal-
intemaeional de 1973174 presionan hacia el abandono mente. AdemAs de su mayor peso relativo, se caracteriza
progresivode las usinas tradicionalesatavor del empleo de por no ser un sindicato de "oiicio". En electo, en el se
centrales hidroelectricasy termonucleares. Como resulta- agrupan los trabajadores de todas las cat6gorias manua-
do de ello, SEGBA se ha convertido predominantemente les y no rnanuafes, que por su calificaci6n o por sus
en una empresa de s~rvicios. funciones nocorrespandena k s oims sindicatog, SU6rtsita
de actuación, ademac. no se circunscrit>ea la sola empre-
sa, sino que abarca la totalidad de la rsgiun metropolitana, vivendi la tradicionalmente mayoriiaria eoniente peronista
es decir, la zona deconcesi6n de SEGBA, donde también con las que conformaban distintos sectores de izquierda,
desarrollan sus actividades los trabajadores de otras dos par un lada, y la que respondía a la orientacidn impussta
empresas olmrieas: la ya mencionada CIAE y la estatal por el gobierno militar. por el otro. Se ~erfilaasí uno de los
Agua y Energia Eléctrica, que-si bien no suministrafluido rasgo~distintivosdel SLYF: la gran capacidad de subordi-
eleettku en la zona- tiene en la ciudad de Buenos Aires' nar sus diferencias internas a los intereses erclusivamente
susedecentral y granpariede sus reparliciones. Por ende, gramiales, sin que ello implique una renuncia a la interven-
en el SLYF estan agrupados los trabajadores de tres cidn activa e incluso' protagónica en la arena política,
empresas de electrictdad. , .. .-,. siempre alineado en el campo del peronismo.
. por su importanciacuantilativay poietpapel rector que ' Poco despubp de la normalizacion constitucional det'
el SLYF cumple en la actividad sindicaldenlrode SEGBA, pais, en 1958, se produce la conversión de la CADE en
1
' particdarmentedurante la experienciade gesttón sindical, SEGBA y es entohcesque el SLYF, al negociar porprimera
conviene reseñar más detenidamente el origen. la trayec- vez con la nueva'ompresa, se convierte en el primer
toria y las características de este sindicato, así corno su sindicato argentino en lograr la inclusibn de unacliusulade
- relacion con el movimiento sindcal argentino. indexacián salarial en los convenios colectivos. No resulta
ajeno a elb la buena relacibn mantenida con el gobierno
El SLYF. como también otros sindicatos argentinos, ,
nace en 1943, cuando el entonces coronel Juan D. Pebn, desarruilista (Roldán, 1978: 157), ,
secretarro de Trabajo y Previsión, despliega desde el* Entre 1958 y 1963, cuando el sindicalismo argentino
gobierno una intensa actividad de aceicamiento al movi- adquiere las características que lo distinguen hasta la
miento obrero como parte de su proy eao para la construc- actuafiiad en su krma de relacionarse con empresas,
ci6n de un nuevo ordenamiento político en el pais. El estado y partidos políticos(Cavarazzi, 1984), el SLYF logra
primer convenio coledjvo del SLYF con la CADE -ante- ubicarse entre las organizaciones líderes, destacbndose
cesora de SEGBA- se suscribe en 1948, cuando e1 tanto en la arena del mereado de trabajo -a traves de las
sindicato ya agrupabaacasi 20.000trabajadores. Se inicia negociacionescolectivas antes mencionadas-como en la
asi una secuela de convenios colectivos sumamente ven-. arena plitica -al cubrir sus representantes altos cargos
tajosos para el gremio, que se destacan tanto por superar en la conducción de la ConfederacibnGeneral del Trabajo
bs logros de Los convenios suscriptos por las restantes (CGT)y en la agrupacibn politia-sindical de las 62 Orga-
organizacionessindicales cuanto por haber transitado sin nizaciones Peronistas.
sufrir mermas significativas las cambiantes alternativas Cuando en t 965 las 62 Organizaciones se sscinden, el
que signaron la relación del movimientoobrero argentino SLYF se afnea con la fracción de las 62 "nacionales",
con el sector empresaria, con el estado y con el sistema orientada por el secretario general de la Uni6n Obrera
1
politico en su conjunto. Metalúrgica (UOM), Augusto T. Vandor. y caracterizada
logra evitar una intervencibn gubernamental prolongada , Al producirse el n o l ~ ede estado do 1966 contra el>
gracias a la flexibilidad que revelan sus dirigentes en sus
relaciones con las diferenies corrientes políticas que me-
xiston dentro del sindicato, al Lograr un aceptable modus
o el SLYF sea-e
ciobIerno radical de ~ ? t u i lllia
bs sindicatos que mas leinentefiénte aeoyan la ~nterv(l:
&fi,riiiit~~n tal circunstancia el SLYFparticipaprotagb-
entre
A1
niq anente en la conformacion de la *Nueva Corriente de
Opinión", nuclearnienlosindical que asume una wstura da numerosasafiliados, estibien organizado y enfrenta a una
colaboracibnestrecha con la dictadura milfiar y que con el patronal int%rada por tres empresas de magnitud. La
tiempo recibirii la denominacibn de "participaeionisrno" FATLYF, en cambio. representa a trabajadores emplea-
dentro del espectro político-sindical argentino (Roldan, 1 dos principalmente en empresas publicas provinciales y
1978: 70). A pesar de su papel reclor en la creacidn y municipales y en moperalivas, cuya solidez y rentabilidad
orientacibn de la corriente colaboracionista, el SLYF al es signaicatkamente menor mmo consecuencia de una
poco tiempo se desvincu!a formalmente de la misma y demanda mucho mas reducida y vegetativa. La excepción
asume unapostura intermediaquele facilita mayor libertad entre estas empresas es Agua y Ensrgla Electrka, única
de movimientos en sus relaciones intersindicales. firma del sector que participa en ambas instancias de
En marzo de 1968 una nueva escisidn - y a superada
la anterior- sacude al sindicalismo argentino. Esta vez se
Iradura la misma CGT: mientras el sindicalismo combativo 1 negociaciún colectiva. Como resultado de la divisibn del
mercado de trabajo representada por la doMe i n i e
negociación, el SLYF tradicionalmenteobtiene convenios
y opuesto mAs firmemente a la dictadura mililar mnforma
la CGT de los Argsntinos, el grupb de los sindicatos más
poderosos y tradicionales, entre ellos e! SLYF, adhiere a la
CGT IAzopatdo", donde conviven opositores moderados,
vacilantes y colaboracionistas. , .
El deteiirode la dictadura militar a partir del "Cordoba- .
'
I1 mucho mas ventajosos que la FATLYF, tanto en 1Qrminos
estrictamente salariales como en b referido a condiciones
de trabajo (Feldman, 1977: 51 a 97; 127 a 134).
La t e n c ~ nresultante de Los distintos bgros entre e l
SLYF y la FATLYF. sumada a significativas diferencias en
materia de acilvdes politim-sindiles. se tradujo varias
roa. en 1969. coincide con la reunificacion del movimiento veces en codlictos manifiestos en el terreno político. Los
sindical, que emprende una politi= agresiva contra el
gobierno. Al producirse el retorna del peronisma al poder,
\ &
dos mds irnprianteir m i m i d e con las ercirbner sindica-
les antes señaladas, aunque previamenie, en 1958, la
en 1973, el sindicalismo peronista constituye una de sus FATLYF, inspirada por el Sindicato de Luz y Fuerza de
bases de sustentaci6n m65 poderosas. En su seno, e! CCirdoba, de orientachn clasista. decide su separaeibn de
SLYF ocupa nuevamente un lugar privilegiado, aun man- las 62 Organizaciones por considerar que este nuclea-
teniendo sus caraeterisiicas distintivas en cuanto atormas miento es politim-partidarioy como tal no representa a la
organizativas e independencia da miierios. Es en este totalidad de los trabajadores del gremio. El SLYF, en
I disidencia, seretiradetcongresodondeso habiaadoptado
contexto donde lendri lugar la experiencia de gestión
sindical en SEGBA. Antes de abordar un anhlisis m65 la decisión: pero no se desvinculade la FATLYF. Negocia-
dnt allado, conviene detenerse a considerar la relación del ciones posteriores dan lugar a que el SLYF se alinee
SLYF con b s restantes sindicatos que agrupan a los transitoriamente con la corriente de bs "independientes",
trabajadores de empresas eieetricas en el resto del pais. como formula de conciliaci6n (Roldan, 1978: 131 y 132).
Los trabajadores del sector de energía eldriica en el En 1965, con la escisión de las 62 Organizaciones, el
interior estin afiliadosa numerosas sindicatos medianos y alineamiento de la SLYF con b s vandoristas es aternpera-
psquehos, cuyo nijmero total de miembros es levemente do por las presiones de la FATLYF, que amenaza con
inferior al del solo SLYF. La Federación Argentina de retirarse de la CGT si Bsta no es normatizada mmo
Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLYF) agrupa desde expresibn de que el entrentamvnto intersindical ha sido
1948 al SLYF y a la totalidad de los sindicatos del interior definitivamente superado. Los mnflictos reaparecenen el .
(RatdAn. 1978: 107). Las negociaciones co(eetivas, sin congreso de la FATLYFde octubre de 1967 (RoldAn, 1978:
embargo, son encaradas en forma separada por el S LYF, 1 173 y 174). Finalmente, en 1968, mientras el SLYF adhiere
por un lado. y por la FATLYF en representaciondel resto
I
a la CGT'Azopardo', uno de los principales dirigentes de
de b s sindicatos, por el otro, en razón del dderente poder la CGT de los Argentinos es Agustin T o w . secretario
refatívode ambas organizaciones. En efeao, elSLYF tiene general del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba
participación de los trabajadores en la gestion empresaria
(Roldan,1978:180y181). :: , m apareció en la agenda del SLYF no bien el estado, tras la
. En el interimr de SEGBA, la unidad del gremio contrasta primer caída del peronísmo, abadonii la funci6n tutelar
con los enfrentamientos que lo caracterizan a nivel nacio- .
sobre el movimiento sindical.
naL La flexibilidad de los dirigentes. ya mencionada; se Tras una etapa inicial, cuando no trascendía de la
traduce en la aucewia sistemática de oposición organiza-\ discusibnentre b s dirigentesy del abordajegenérim en el
da tanto en el SLYF como dentro de la empresa. La marco de las actividades de capacitación, la westion de la
presentación de listas únicas en las sucesivas eleocíonss parficipacidn fue incorporada como una reivindicación
sindicales, que bien puede ser crinsiderada un slntoma de oficial del sindicato ante las diferentes empresas. En la
m ausencia de democracia interna -bastante generalizada, ,
fundarnantaci6n de sus demandas el SLYF apelaba a
por otra parte, en el sindicalismoargentim-, en el caso del argumentasdevariada indole que, en su conjunto, revela- =
SLYF parece mAs bien indicar una alta capacidad para ban que la participacibn de los trabajadores en la gestión
forjar acuerdos entre las distintas corrientes bajo la hege- . empresaria ora percibida como un instrumentoÚtil para la
moda absoluta de los dirigentes peronistas de perfil mAc persecucidn simultanea de dos metas diferentes, que
tradicional, EHo se refleja en un marcado pluralismo en la pueden ideniiiicarse someramente como la hurnanizacion
orientacibnpolítica de los cuadros Intermedios del SLYF y de las relaciones laborales y el avmenlo de la eficiencia
de bs delegados y miembros de la mmisibn interna en empresaria. Así, con independencia del reconocimiento
SEGBA. La ausencia de enfrentamientos virulentos en el expreso de los dirigentes, que primero han enfatizado
interíor del SLYF puede deberse en parte a que muchos (Tamne, 1976: 21 y 22)) y mAs tardq relativirado(DeKieo,
trabajadores estan ligados por lazos de parentesco, a m o 1986: 162 a 167) tal influencia, puede reconwrse sin
consecuencia de reiteradas disposiciones incluidas en los lugar a dudas la afinidaddodrinaría entre los fundamentos
sucesivos convenios colectivos que privilegian a las pa- da las demandas sindicales y el discurso de inspiración
rientes del personal cuando se trata de incorporar nuevos socialcristianaqueveen laparticipacibny, más especifica-
trabajadores a las empresas de la zona de aplicación del mente, en la mgestión, un instrumento clave para la
convenio. Ello se traduce en una permanente afirrnacion en separacion del enfrentamiento entre trabajadores y em-
el discurxi de los dirigentes del SLYF de que el sindicato presarios y para su reemplazo por una estrecha colabora-
,y la empresa son, ante todo, una "gran familia". cidni.
-
Finalmente, cabe senalar que elSLYF se destaca en el . La afinidad entre las demandas de participacióneleva-
movimiento sindical argentino wr la marcada atención que dos por el SLYF y el pensamiento socialcristiano podría
presta a las tareas de capacifacidn sindical y a las activida- interpretarse como expresión inequlvoca de la filiaabn
des cutfurales en general. Ello lo convierte en el gremio politica del sindicato. En efecto, el peronismo reconoce
cuyos dirigentestienen elm6s atto grado de profesiona'iza- explícitamente la inspiracibn crisiiana de su doctrina y
ci6n sindical -entendida cama un elevado grado de ccpa- fundamenta en ella su postura conciliadora frente a las
citacibn- en el pais La generalizada ~rofesionalidadde.
- - relaciones entre capitat y Irabajo. Sin embargo, de ser
b s dirigentes se ~evela,entre otras cosas, en su permansn- olida la asimilación entre doctrina swialcristiana y pere
r~interbsporuna serieda cuestbnes habitualmenteaierias nismo, no se explica por qu8, salvo en el caso del SLYF,
a las pr~cupacianesdel sindicalismo argentina; entre ningún sindicato peronista hizo de la panicipación una
ellas. las ooncernientes a la organizaci6n y administración cuestihncentral en sus demandas. El camino que condujo
de las ernpresasdonde trabajan sus afiliados. Como rr-sul- al SLYF a adoptar corno bandera la participacionparece
tado de estos intereses, las pasturas del SLYF trascier, jen mucho más sinuoso de lo que indicaria una primera ledu-
b s aspectos meramente reivindicativos, en tanto entrafian ra. L , . ':
propuestas globales sobre la gestión de las empresas en En primer lugar, debe señalarse que la conforrnac~n
todas sus niveles. En este marco, la problemática de la
del :$leo doctrinario det pemnismo es anterOr a
e n c l d ~ c ~apalespostmmiliares
a~ que rnadifkaron~rofun. vara las ventajas que percibian en la e~trtralq)iaPaVlcip?-
damente -aunque la iglesia romana no lo remmma- (a cioniriay, s~mukangamenta.expresara de manera IneqUi-
donrina smia1 de la iglesia, m la incoipaacih, ~ f r d vomque tal ~ p ~ ng a implicaba
n necesariamente un aban-
0Wa3 MSaS. de la cogestión cqmo propuesta valida par4 dono siquiera parcial de las banderas que reivindicaba el
superar 10s COnflctos de clase. €1 discurso peronista se' sindicalismo no parti~ipaci~ni~ta.
apoya mas bien en lar enciclicas premnciliares Rerum Sin lugar a dudas, el SLYF enconlri>pane de la res-
nOvatum4Y Quadfiigslfno anno y sdlo marginalmente p ~ ~ en~ lat sxperiewia
a de los sinb~caiosdel sector de
habrdde I n ~ t P o i alasr contribuciones del sociakristianjs- eneigia elédrica de los Estados Unidos. que Ya habian
~ostmnc1lia.r.EJbexplica la ausencia del tema de la ayamado ~ignltcaivamenteen la intmducs6n de meca-
PafllciPacion en la tradicln del sindicalismo argentino, nismos de pnrticipacionsindical en las firmas del sector. Y
ausencia que resuha panicutarments notoria durante b s de Alemmia Federal,donde re estabadifundkndo "pida-
diez.afms de gobierno peronista. Si esto es asi, resta mente un sistema de mgestión en numerosos seflores de
ex~licarc~m i r0 r u m en
~ el discurso del SLYFdemandar 18 mnomia. EI SLYF habia esludiado detenidamente las
de ~aflicipaciónde claro cuí10 s ~ ~ i a ~ c ~ s t ~ ~ o ~ i g i g a m s n . sxprien~ia de~ sindicatos afines M d resto del mundo
le cuando el peronismo ya no está en el gobierno. ( R d l n , 1978: 204 y 205; Taccone. 1976: 91 Y había
La ~ X P I ~Se ~ O I I en mi opinidn, entre lar
Cencuenira. enmniraQ pafiicularmenle aleccionadotes 10s Caros,m-
ahafna~ws02n que se enfrenta el s~ndicakmoprgenth r,e,paidientes a los dos paises senalados. La posblidad
a Pa* de la necesidad de redef~nirsu rol social una vez d. bchir demandas de part¡cipaci(in en la ge~ti0oemPre-
perdida la tutela del estado. Es entonces cuando, al pedi- transformaba al paiticipacioni~m0.que hasta enton-
kfse Prwdresivamnte las principales corrientps de opinan ces aparecii como una forma grosera de capitulacan
que Fnformarian el espeam sindical, surge llamado frente a la patronal y al estado. en una propuesta integral
'Pafl~b?acionnmoncomo una d e lar orientaciones que gue$0ntamplabil la posibilidad de remger los frutos
más dec;dldarnente influiran en las estrategias sindicales ajamracibn entre el capiial y ei trabajo tamo a nivel
frente al estado. m a ~ w ~ i a l ~ c m elo brnbito
e n mas específicodelestable-
, €1 supuesto bá~ic0 qü6 o m t a la accibn del paeicipa cimiento productivo.
CanismO es que el exito de las reivindicaciones sindMlel En el curso de su incorporación a la agenda del sindi-
se lograra en 81 mediano plazo mediante una estrategia ~ali~m local,
o el discur@ de la panicipaciiC, inspirado en
que P ~ D "lacnegociaci~n
~ y el dialogo m n el estado y mn * y>~$<ados unidosy en ~lemania Federalen eiedloquede
91 5eaQrem~resario.a través de instancias preferente- las rdacione. humanas en la administración de empresas.
mente corPrativas. De ahl bs ventajas de mnfar a>" 105 fue al marco doctrinario localmen!o predominan-
goblemos milita48 Corno iNerlocutores. en tanto allo te. n a ~ descarnadamente
k ~ etkientista que funbarnen
17' evitar la3 fndiples mediaciones wnidariat insfifu. talos aqumentos lavorabies a IapaitiClpa~iÓfl segun aquel
Canales P W ~ del Srhlrnen democrático. A paflnde enos enloque recibir3 en nuestras tierras el mntrapeso modera-
rasgos generales. al Wicipacbnisrno se m a l e s t d con dordel dismn<) peronista, para el cual l a economia debe
diferentes matices en k i d i s t i ~ o ssindicafos. En ei estar al sewicjo de! hombre", La aniculación de fabusque-
del SLYF-rlncipal impulsardel p a r t i c i p a c i ~ i c m en~ros de mayof eficiencia con UN menor áenacion en las
etapas hiciaks- la genuina m n v i m ~ Paflicipacionipta
n reia&ne5.1a~rab~ d~<>lugar a que 91 discutso del SLYF
dscurso
estaba unida a u m clara sonciencia del peligro de paflicipaci& terminara pQr ~0nfluifCOn
m!ento que entrafiaba una demasiado estrecha mlabora- roaalcr~st~ano, sin que este haya tenido una influencia
ClOn con 10s gobiefnos miiitares. El desafío para s ~ y ~ significativa en su conformación.
mnsistia efit0nns en e w n i r a r una fbrmula que mnrep Una v.1 incorporadar a la plataforma oficial del SLYF
ys demandas de pankipación. su primer fruto ve Ia IUZ en
akanzan acuerdos sobre la reectruciuracíón de v a h s
1963, cuando el gobierno, en el marco de la negociacidn de sectwes en las divisiones contable, económico-financiera
un nuevrimnvenio colectivode trabajo, acepta incluir en el y de clientela especial, en cuentas oficiales, en el drea de
mismo un pirrafa de la anciclica papa1 Mater et Magistra ventas de las sucursales de la Capital Federal y en la
que reconoce IaJegiiimidad de la participación de los Central Puerto Nuevo. Si a ello se agrega la negociación
trabajadores en la gestidn de las empresas a las que permanentedenuevas condicionesdetrabajo y de normas
pertenecen. Un ario despuhs, el nuevo gobierno radical para promociones, reemplazos y reasignación del perso-
acuerda designar sendos representantessindicales en los nal;si también se tiene en cuenta la transferencia al SLYF
directorios de las empresas públicas del area d e energia de numerosas Areas de prestaciones sociales, entonces
(Tamne, 1976: 23). De tal forma. Orlando Mattei y Di, q u d a manifiesto el alto grado de participación, a nivel
Bernardoamedena la maxima instanciade conducci6n de consultivo, alcanzado por el sindicato en la toma de deci-
SEGBA y de Agua y Energía Eledrica, respectivamente. siones correspandientes a distintos imbitos de gestibn
En forma simuiianea, el SLYF logia un acuerdo con la empresaria en el periodo inmediatamente anterior a la
empresa privada CIAE para la indusibn del sindicalista experiencia que constituye el objeta central de este estu-
Alberto Apostbliai en su director'¡ (Jauregui, 1984: 9). En dio. Para unacomprensióncabal de sus caraderisticas, es
1969 se incluye un director adicional en representaci6n del necesarioeonsiderarbrevemente las condicionespoliticas
personal superior. que permitieron que el SLYF diera tdavia un paso más en
Durante 1967 y 1968 pioluridiza sus demandas al su estrategia para la implantación de la ccqestidn en
proponer la constifucidn da un fonda, mediante aportes SEG8A.
patronales y salariales, para la financiacihn,por un lado, de
servicios de seguridad y asistencia social y. por otro, para
la participacan del perxlnal en el paquete accionario de 3. Las condiciones polltieas de la experiencia
las empresas de electricidad (Benitez de Cast m, 1974: 51 de gestibn slndlcal. Las trabas existentes
y 52). Ame el fracaso de estas iniciativas, el sindicato
retornala senda de la panicipacidn y logra que en marzo de
1 970 el presidentede SEGBA, Ing.Jorge Sabato, presente Con el retorno del peronicmo al gobierno nacional,
ante el directorio la propuestade introducir en forma global aparece la oportunidad -si no óptima, al menos mas'
la mgestibn an el gobierno de la empresa,con participa- lavorable-para que el SLYF intente de maneradefinitiva
eibn de obreros, empleados, funcionarios y mnsumidores. llevar al plano de los hechos la totalidad de sus propuestas
En octubre de ese aiio el directorio aprueba estudiar la I de participación. El triunfo electoral del pronismo ocurre
cuestibn en el ámbito de una eomrsión. que funciona hasta sobre la base d e una amplia -aunque heterogenea-
el alejamientode Sabato en julio de 1971 (Sabato, s.f.: 41).
Si bien se archiva la propuesta de mgestion, el gobierno 1 coalican política y social donde el movimiento sindical
ocupa un lugar destacado. Ello no implica, sin embarga,
nacional, en su condición de tjnico accionista, aprueba en
el curso de las asambleas extraordinarias realizadas en t
i que br sindicato5 sstin en condiciones de alcanzar la
mayor parte de sus reivindicaciones. Por una parte. su
diciembre de 1971 y febrero de 1972 un nuevo estatuto papelen el esquema de poder, si bien importante,aparecia
empresario {en cuya redacción participan Domingo Rede- subordinado a b s proyectos de Perbn, con quien los
i'
lico y Juan Jasd Taccone, del SLYF y Jorge PiRr de la
i
sindicatos habian tenido importanies dnsrencias durante
APSS) que contempla la designación de dos directores sus aíios de exilio. Por otra. aquellos encontraban serias
titulares y dos suplentes a propuesta de la APSS y del dificultades para conciliar sus estrategias tradicionales,
SLYF, respectivamente. De tal forma se insfitucionalizala concebidaspara situaciones de srclusi6n de las responsa-
prActica ya seguida desde 1964 (SEGBA, 197111972). bilidades de gobierno, w n el hecho novedosode participar
. Paralelamente, entre la empresa y el sindicato se
en una administración que percibían como propia, en de poder y de su pretension de extender sus areas de
condiciones que sin embargo no guardaban la menor influencia. En tal sentido, el discurso de la participación
similitud con las de precedentes gobiernos peronistas. presenta fuertes corporativictac. donde la cuestion de la (
En efecto, los planes de Perón partian de una visibn participacihn de la organizaciijn sindical opaca significati-
renovada de la naturaleza de los problemas argentinos, vamenp lacuestión de la participación de los trabajadores. '
donde se priorizaba -de manera no necesariamente Por el otro, e! renovado impulso del debate sabre participa-
congruente can algunos aspectos de las concepciones c k n expresa también la efervescencia social que acom-
políticas predominantes en el peronismo- la necesidad de pan6 la llegada del peronismo al gobierno, hecho que entre
operar una reconciliación profunda en un tejido social otras cosas implicaba un aRo grado de cuestioriamiento a
seriamente dañado por largos años de conflicto. Expresion Los representantes sindicales por parte de b s afiliados de
de la nueva perspectiva del viejo palitko era la propuesta base. En esle otro sentido, el discurso de la participación
del pacto social que, entre otras cosas, implicaba una
apunta a la creacion de mecanismos ahernativos a la
postergacion importante de gran parte de los reclamos y de otganizaci6n sindical. En la practica. y esto vale también
las ambiciones sindicales. No obstante ello, el sindicalismo para el caso de SEGBA, los procesos de participaeiiin
recibió en el gobierno peronista una cuota importanle de ocurridos en la Argentina durante este p e r i d o serán el
poder, que logro eficazmente incrementar -a pesar de resuhado a menudo contradidora de la wmbinacidn de
ambas tendencias.
graves conflictos con otros sectores del of i c i a l i s m e
después de la muerte de Peron (Torre, 1983; Novick, En un terreno mAs especifico, laorientaciiin general de
t 979b: 8 y 9).
las distintas politicas ean6micas que se sucadieron entre
. 1973 y 1976 no resuhaba defacil cornpatrbilizacibn con las
El clima potitico que rodea al gobierno peronistaduran-
te el primer año de gestion es favorable, en varios sentidos. demandas de panrcipacidn sindical. En este sentido pue-
para que la cuestión de la participacibn se difunda en el den distinguirse dos etapas diferentes en la polílica econó-
mica peronista. La primera coincide ccin la presencia de
debata socio-político hasta niveles previamente no alcan-
JosB Gelbard al frente del Ministeia de Economia, cuando
zados. En el terreno parlamentario,. en poco m8s de dos
años se presentan nada menos que seis proyectos de ley simuháneamentecoexistieron condiciones que Iavoreclan
las experiencias de participacion con otras que las obsta-
que introducen diferentes formas de participación laboral
en la gestion empresaria (Novick, 1979b: ix; Nefia, 1979).
culizaban. A partir de la presidencia de Isabel Perbn y del
reemplazo de Gelbard en septumbie de 1974, las condi-
La CGT impulsa el debate a través de la convocatoria. en
diciembre de 1974, a las Primeras Jornadas Nacionales de ciones favorables para las demandas de participaciiin se
Panicipación Sindical (Novick, 1979b: viíi). En empresas y tornaron pr5cticamenle nulas:
organismos públicos descentralizados se imitan las expe- Como principal ideolqo y promotor de la estrategiadel
riencias de las empresas electricas y de Ferrocarriles pacto social, Gelbard intento comprometer activamente al
Argentinos al incorporarse representantes sindicales en movimiento sindical en el apoyo a sus politicas. Conveni-
los organismos de condvccibn (SenQnGonzdlez, 1984: 19 dos en co-responsables de la política economica. los
y 20, nota 7). Por uiimo, el plan trienal de gobierno propone sindicatos tenian irente a $1 un espacio potencial para la
la introducción de la autogection en las empresas estatales introduccibn articulada de mecanismos de participaeidn no
(Maceyra, 1983: 105 a 108). s61o en la esferade las empresas públicas, sino tambibn en
La generalización del tema de la participación en el el sector privado. Sin embargo, tal posibilidad se vio
dabate publico y en la práctica social durante el gobierno frustrada por dos series de factores concurrentes, unos
peronicia parece responder a dos Ihicas apuestas pero no vinculados al comportamiento sindical y otros a la estrate-
necesariamente incompatibles. Por un lado, es la expre- gia elegida por los integrantes del equipo emnbmico.
sibn del avance del sindicalismo sobre diferentes espacios
Por un lado, la máxima instancia de eonduccibn de la
CGTm habia incorporadoentre sus principales reivindicad biernos hablan encontrado crecientes dificultades para
, ,
ciones la pariicipacibn en la gestión de las empresas, a hacer de las empresas publicas un insirumento eficaz de
pesar de que la cuestion ocupaba un espacio significativo política emnbmica, en la medida en que diíerentes repar-
en el debate político. Quienes impulsaban con mayor o ticiones de la administración central subordinaban la estra-
menor entusiasmo la participación no eran sino una mino- tegia de las empresas bajo su control a sus objetivos
ría dentro del espectro sindicat. El sindicalismo, ademas, especlficos, muchas veces ligados a intereses clientelisti-
defraudado en sus expectativas de mayores incremenfos cos, y descuidaban as1 4 incluso saboteaban- b s
salariales, se había comprometidocon la política aconómi- objetivos mds generales perseguidos por el Ministeriode
ca a reganadientesy s61o wmo resultado de las presiones Economia. En este sentido, ya durante la dictadura de
de Perón, quien apoyaba incondicionalmente al ministro Ongania se habla disefiado un proyecto similar (Edalian,
de Economia. La indiferencia de la cúpula cegetista y la 1976: 60 a 62).
falta de apoyo activo a la politica ecandmica se tradujeron En b sustantim, la CEN fue ideada como el l o m para
asi en una absoluta ausencia de contrapropuestasque le La adaptación de la geslibn de las empresas públicas a las
permitieron alcanzar.cuotas mayores de poder en bs diferentes objetivos de polit ica econ~mica,mediante una
procesos de instrumentación de politicas desagregadas. mayor coordinacibny un mAseficazcontrol, sin que por ese
Por el contrario, el sindicalismo opt6 por esperar mejores motivo aquellas perdieran su earhcter de entes mas o
oportunidades para renovar su ataque global hacia una según SO diferente organizacidn juridi-
política de la que desconfiaba absolutamente. En cierto a 853). Para ello se puso a su frente
sentido, este tipo de conduda se inscribla en la estrategia presidido por el Ministerio de Emnomia e
adoptadapor el sindicalismo desde principios de la decada integrado por vocates propuestos por el mismo. %lo el
del sesenta, eficaz para bloquear politicas gubernamenta- vicepresidente, quien era asimismo la máxima autoridad
les pero absolutamente inadecuada para la formulacion y ejecutiva, debla ser designado con acuerdo del Senado.
promociiinde politicas sindicalesautónomas. Como resul- Entre los vocales debían figurar sendos representantesde
tado, el movimientosiridical desaprovechb-al margen de la CGT y de la Confederación General Econdmica (CGE)
su interés efectivo por la cuestibn- una oportunidad (Decretos NP576 y 801,1974).
concreta para negociar la introduceion generalizada de En la prActica, la CEN no pudo satisfacer los requeri-
mecanismosde participaciónen la economía en general y mientos para los que habia sido concebida, principalmente
, en el secior publico en particular. por la resistencia oieginada en distintas Areas del mismo
Porotro lado, laestrategiaelegidapor b s responsables aparato estatal. Por presiones de la eorpracibn militar,
de la poliiicaecochica entrafiaba una cierta inflexibilidad fueron excluidas de su juicdieei6n desde su misma crea-
hacia alternativas que significaran una implementación ción las empresas del Area de defensa. Durante la mayor
demasiado deskentralizada, incluyendo entre ellas las parie de su existencia no estuvo en funcionamiento el
experiencias de participación de los trabajadores en la directorio. Las diferentes Secretariasde Estado se resistie-
gestión empresaria. Precisamenteen el dreade las empre- ron a ceder a la CEN la mnducción de las empresas de su
sas piiblicas se llevd a cabo una de b s intentos m6s claros jurisdicción, lo que oblig6 en tas postrimerías a incorporar
de centralitaciiin, mediante la creacibn de la Corporación como directores a los mismos secretarios de Estado. Por
de Empresas Nacionales (CEN). Inspiradas m i s o menos ultimo, la aprobacidn de las partidas presupuestariasnece-
explícitamente en los holdings públicos italianos, la CEN sarias para su f uncionamientosuf rio un sistem&tini retraso
apuntaba a reverfir la excesiva dispersión dentro del apar- en el Ambito parlamentario (Boneo, 1983: 27; Decreto Nq
tado estatal del control politia, administrativo y presu- 714, 1976; Edalian, 1976: 63 y 64: Mata, 1978: intmduc-
puestario eiercida sobre las numerosas empresas publi- eiiin). Como resultado de todo ello, la CEN no pas6 de ser
cas* Como resultado de esa dispersiiin, los sucesivos go. un mecanismo de presidn y negociacibn en manos del
Ministerio de Economia. Su sota existencia. sin embargo, u
significii unatraba potencialmenteimportantepara la intro- lares de participación. en Id medida que aseguren el
duccbn de mecanismos de participacibn de los trabajada- control sindical, no aprecian como algo muy cxinveniente
res en [asempresas públicas. Aunque la mayor centraliza- medidas de este tipo antes de alcanzarse la fusidn de las
ci6n en los niveles máximos d e wnduccibn no resulta empresas, ya que al generarse componentes de mayor
teóricamente incompatible con una mayor descentraliza- heterogeneidad en el espectro empresario, p d r l a verse
ciCin en los niveles inferiores, en el caso psrticular de la trabado e! logro de la empresa Única (Jduregui, 1984: 14).
CEN el ministro de Emnomia, jaqueado por múltiptes
fuentes de oposici6n en el interior del aparato estatal y de
su misma area, era poco proclive a otorgar demasiados
concesiones en ese sentido a los sindicatos. Desde este
punto de vista, la experiencia de participación en SEGBA NOTAS
debe interpretarse como una eucepcibn surgida como un
hecho consumado por decisión de la maximaautoridad del 1. Cf. supra, cap. l.
partido gobernante. ,
89
que plasm6 d aintenido concreto que tuvieron las rncldili- decisi6n anteriormente reservadas a ella a partir de enton-
caeiones en la estrudura que se obtienen a m o resultado ces correspondían formalmente al cuerpo colegiada Su
de ia paiticipaeibn de sus integrantes* (Tamne, 1976: oornposicionse modilio6 por la eicclusión de b s tres repre-
27). sentantes de la APSS y su reemplazo por miembros
adicionales del SLYF.
Cabe aqui acotar que una explicacidn alternativa de la Estructuras análogas fueron creadas en las niveles
ausencia de un modelo de gestdn siquiwa esbozado en inferioresde dacisibn. Junto a las seis gerencias (a cargo
sus rasgos más generales e r l a residir en la importancia de los departamentos AdministratbFinanuem; de Distrí-
secundaria que tendrían para el SLYF los mecanismos y bucidny Venias; de Svninis?ms;de Personal; de Planifica.
los contenidos de b pariicípacíbn frente al hecho mucho ci6n y Control de Gestibn; TBcnica)se constituyeron sen-
mAscontundentedeq u 41~sindicato ejerciera elcantmlde dos Conseps de Gerencia, integradas por el gerente y el
la empresa. Ello no significa que la participacióncumpliera sutqetente correspondientes, cuatro miembros titulares y
unaf uncbn merarnentecosm8tka. Simplementerevelaría dos suplentes nombrados por el SLYF y un miembro del
SU ubiacidn relativa entre las prioridades sindicales.
drea mn voz pero sin voto a propuesta de la presideda y
Una segunda función destacable del Comith de Auto- de la vicepresidencia da la empresa En el Conselo de la
gestbn wnsisiia on tormubt polilra~ de capacitac6n del Gerencia de Personal se agregaban dos miembros y uno
personal como medio principal para acelerar el bgro de suplente por la APAC. En un escalón inferior se crearon 49
una participación consciente y efectiva en las decisiones y Cansejos de Seceibn, integradospar el jek de la secci6n
en el control de la empresa. Por bitirno. e! Comith coparti- m~spondiente,cuatromiembrostitulares y dossuplentea
ciwba en la icrrmulaeibn de Las p l i t ' i s de parsonal en representaci6ndel SLYF y un miembro mn voz pero sin
voto narnbrado a propuesta de la presídencia y de la
vicepresidencia ..
A nivel gerencia1 funcionaban adernas tres mnseps
especiales: de Servicios Asistemiales, de Capacitacibn )r
de Higiene, Seguridad y Medicinadel Trabajo. En el Un-
sejo de Servicios Asistenciales participaban tarnbibn dos
titulares y un suplente en representacidnde la APAC. En
los Consejos de h i 6 n correspndientes a las sucuisa-
les se integraban tambihn dos wneejabs municipales(en
b s sucursales de cada partido del Gran Buenos Aires) o
dosmiembros de los rmsejos vecinales (en las sucursales
de la Capital Federal). En todos bs casas 16s Consejos
asumen colectivamente las funciones que anteriormente
mrrespondlan a gerentes y jefes de seccdn. - ,.
neada p r el SLYF. elclima de mnviusncia mejod signifi- Las posturas asumidas progresivamente por b s dife-
cativamsnte, dn que su obsmaran cambios importantes rentes grupos ocupacbnales dentro d e la empresa y su
en d m s tefrenas. No obstante, entre funcionaru>sy ! k n i interrolacibrt en ks procedimientos de decisih y mnsula
cos pedanina la opinibn de que la experiencia de panici- permite ahora reconocer bs princípales caracterlsticasdel
pacibn fue, en el mejor de los casos, inmua,afltanto las procesa de participación, que pusden agruparse en tomo
numerosas modificaciones instluuonales introducidas no a tres thpims csnfrafe3:el papel respectivamontedesem-
uirrerpondieron efetNarnen\e a cambios rrales en S! periado por los sindicatos y bsorganicmos de patticipa-
pioeedimianto$dedscisibn. en los que el personalsupemr ci6n; el grado de cantrol en Ia tornade d k s b n e s alcanza-
mantenla una cuota de pder significalivamente mayor do por los trabajadores; finalmente, la ubicadon de la
( p r presligio, mnocimientos thcnims O 6uperYNewia de experiencia a lo largo del espectro de krrnas tedriicas e
ias antiguas relacionas personaBles). En este sentido, fun- hist6ricas de participación. La mnsíderaci6n de estos
CIOMIIOS y t k n k o s tienden a remnos4r un alto grado de aspectos perm iiirá un encuadre preliminar de la experien-
ingenuidad p r paria del SLYF al pretender introducir cia tal que, aun tomando en cuenta las restricciones
innow&iones sustanciabasa partir de las solar refomacie operantes sobre la eonformaci6n de bs actores intewí-
nes in$titucionales, Para o<m grupo de tuncionii~rel nientes, blla pueda'analirieamsnteaislarse da otra serb de
pmcosa de patiicipaci6n aparece como una experiencia
factores que de diferentes maneras ajeftaron su evolucibn lidades mayoresdel caso SEGBA: la poca disposicitin real
del sindicato a redefjnir gradualmente sus funciones a
y su desenlace.
En otras palabras, al hacerse provisariamente abs- medida que los organismos de participacibn iban desarro-
tratxibn de algunas cuestiones que sin lugar a dudas llandosey adquiriendocapacidadpara un desernpeb mas
incidieron en las caraeteristícas de la experiencia de ges- airthnomo. En primer lugar, el mntrol sindital sobre los
tibn - t a l e s como las lirnítacione: derivadas del aislamien- mecanismos de participacibn fijaba necesariamente un
to poiítim. de las normas jurdkas vigentes y de las techo a su profundización, ya que el sindicato no estaba
dispuesto - n i existian condiciones que lo forzaran- a
condiciones econbmicas y tknicas de su desempeh*,
re podra identificar un modelo de panicipación retativa- redimensianarsu intervenciónen la gestión de la empresa;
mente 'puro* definido exclusivamente en términos de en consecuencia ejercia un vidual poder de veto sobre las
reglas de interaccifin y da patrones de mnduaa de los decisiones adoptadas en los organismos de participacibn,
grupos participantes. Recihn a panir de al\¡ ser6 oponuD parlicularrnente las vinculadas a condiciones de trabajo.
considerar de qu8 manera a aquellos factores definitiva- En segundo lugar, la superposición de funciones de los
mente exogenos al modelo de participaci6n afectaron su delegados gremiales o de repressntantes del sindicato
desarrollo. ocasionalmenta elegidos generaba en ellos una importante
, , , , oonlusibn de roles, a partir de que las responsabilidades
Sin lugar a dudar, br rasgos que mejor distinguen la emergentes de cada uno de los cargos podía significar
experiencia que tuvo lugar en SEGBA emeigen del papel muchas veces la necesidad de adoptar posturas contra-
cumpMo por el SLYFy de la forma en que ello incididsobre puestas. Ello se traducla o en la emergenciade conductas
b s procedimienioc de participaci6n. De la sola descripción ambiguas y vacilanies, o en parAlisis, o en el sacrificio de
de las estructuras de participacibny del papel resewado a una funcidn en aras de la otra. Por ultimo, asi cama el
losdif erentes integrantesde la empresa, sedestaca nitida- excesivo involueramiento sindical en b s organismos de
mente la centralidad y la funcidn rectora que asurnib el participacidn representaba un freno para el desarrollo de
SLYF. Volviendo a los parámetros sugeridos por Kester b s últimos, tarnbibn poda traducirse en-unape@idaB
(1983: 264). en 10 que respecta al compmmiso de bs autonomia d e ~ i ~ ~ ~ e g o c i a c i el d gobierno,
c m n
sindicatos en la formulacihn e impkmentacidn de las e-dZ~u~suboldinar~su~aki6n a la Mgica'de
gesfibnempre3%n'aTsTBPiesgosehabriavisto acreanta-
.
la
mecanismos de participacibn, es obvio que en el caso de
SEGBA el Bxiro alcanzado en la puesta en marcha del d~e-hubiemdeteríorado, o al menos no se hubiere
proyecto de pdflicipacibn independientemente de sus profundizada, el mntrol dernocriitim de Dos afiliados sobre
contenidos y de &uabrupta interrupcibn- reposa exclusi- la organiracibn sindical.
vamente en queje1 SLYF no sbb b apoyb de manera La última consideraci6n remite directamente al segun-
incondicional,sino en que fue su autor y principalejecutor. do de los t6picos señalados, el grado de control de los
Que esto sea casi obvio no ha impedido que algunas trabajadores en la toma de decisiones. La ubicacidn del
criticas formuladas contra la experiencia, no necesaria- Comithde Autogeclihn en el v8riice de la firma y, a partir de
mente registradas por ascriio, se hayan dirigido +amo la segunda etapa, el desarrollo de los mecanismos de
sxpresMn de un antibumratismo extrem- principal- patticipaci6n en todas las zlreas y en todos los niveles de la
mente contra la presencia del sindicato como tal a su empresa permiten afirmar que para los trabajadores no
existian en principio restricciones en cuanto a los thpicos
Irente, sin tener en cuenta que todo proceso de partidpa-
ci6n mlnimamente exitoso necesita alga más que la mera de deliberacibn. Su control efectivo sobre las decisiones,
tolerancia sindical. , . sin embargo, resultaba cigniíicativameme restringido por
Las crliicas mas sutiles, en cambio, han apuntado a un una serie de factores. En primer lugar, los organismos de
squndo aspecto que cieriarnente revela una de las debi- participación se habían incorporado a una estructura pre-
Los elementos hasta aquí reunidos permiten ahora
existente sin que se procediera de manera simultanea a rea!izarel ejercicio -un tanto escxilistico pero en Úkima
' una mayor descentralizacbn organíracional. Asi, el orga-
instancia revelador de la naturaleza iiRima de una expe-
nigrama correspndiente a la segunda etapa, si bien riencia de participacibn- de intentar encuadrar el caso
rovsbba una frondosa presencia de cuerpos de participa- SEGBA dentro del espectro de modalidades de participa-
cián, mostraba también una acentuada centraiizacdn en ción. A riesgo de incurrir en una critica meramentenamina-
cuya cima i I Comitk de Autogestibiin delentaba un aifo lista, cabe seiiaiar la ambivalencia da la expresion 'auto-
poder decisional. En este aspecto. la restiicción sobre un gestión" para referirse a la experiencia de SEGBA. La
control etectivo en la toma 68 decisiones - q u e La csnrra- pertinenciade la denominación, adoptada iniciaimeritepor
lua&n representaba para cada trabapdor- guarda el sindicato, luego aoundantementeutilizada en sus docu-
semejanzas con la falta de wntrol ef enivo por parte da b s mentos y en las estructuras de participacion implementa-
trabajadates que caracteriza al sistema yugoslavo de das y por ultirn~progresivamente abadonada tras la
panicipaabn, con un agravante para el casa argentino: la muerte de Peron ante la ola de viofencia rnacanicta desa-
ausencia de una asamblea soberana que. por encima del tado por el gobiotto d e su viuda, rnwece wi analisis
Comité de Autúgestibn, constituyera la máxima instancia detallado que considere tanto las estructuras como los
de participación de Los trabajaoores en una esiruaura no l procedimientos realas de paflicipacbn.
nece5ariamenie aulogestiúnark, sino apenas correspon- Comenzando por el directorio, su integración con re.
diente a un esquema de cogectiDn. presentantes sindicales y gubernamentales revela una
Asi pianieadas las msas, la cuestibn crucial para profundizaciónde la cúgssh6n preexistente desde 1964.
determinar elgrado decontrol en latomade decisiones por La representacionaci6nelos ea bajadores seguía siendo mino-
parto de los trabajadores reside en la efecrividad de su
l ritaria; al sumarse el presidente de extracción sindical,
inftuenciasobre sus propios representantessindicales. Un pasaba de dos diredares sobro siete a tres subre siete.
esquema de participación cenaalizado baja el control de Además, al contar el gobierno wn la totalidad del paquete
un sindicato d a r n ~ ~ ~ ~y tdesc8ntralizadamente
ioo organi- accionarh. sus das represenrantes ejercían un vktual
zado puede hipoteticamente garantizar un buen nivel de poder de veto sobre las decisionesdel directorio. De todos
control obrero. En el caso de SEGBA, la organizacion del modos. en la medida en que la participación se dirime en
SLYFna parecediferirsignificativamentede ladel resto da los brganos de cestiOn y no en los de supenrisióny control,
b s sindicatos en ose entonces:alta ceniralizacitin, prolon- es mas pertinente considerar lo que ocurriaeri )os distintos
gada permanenciá de las dirigentes en sus cargos, siste- niveles de direccibn.
mas de promoción intrasindical sometid~sa un estiido Durante la primera etapa de la experiencia, con el
control por pane de los estratos supariares. Sin pretender Uamado Cornith de AurogesiiOn en funciones consullivas,
incurrir en la postura de un antiburocratismd extremo mas 4 máxima instancia ejecutiva ora también formalmente
arriba criticado, aun aceptando la inevhabilidad de bS cogestionaria, al mantener el vicepresidentelgersnte ge-
pmexisde burocratizaci6n en unaoqanizaciiin wrnple- neral sus atribxiones. Sin embargo, dada la ertraeición
ja a m o as La !e los sindicalos e, incluso, reconociendo el del último y el papel de hecho asumido por e1 Camite, se
elevado gjado d e legitimidad que ostentaba la cúpula del producia una situaciónque pueda wnsiderarse cercana a
SLYF Irmte a sus afiliados, no cabe menos que sefiatar la aut%ectión en la medida en que no se realicen distincio-
quo precisamente la posibilidad ds desarrollar estructuras nes en el interior del colearvo de los trabajadores entre
de participsicjn paratelas e independientes del sindicato dirigentes sindicalesy afiliados. Por debajo del Cornite, en
habría oonstitiiido el mejor contrapeso para una estructura jas Mesas de Trabajo, se producla unaincipiente situación
sindical muy centralizada, y que su ausencia es un indica- de particiacibn mnsultiva que. aun no cunligutando un
dor del bajo nivel de influencia de bs trabajadores cobre caso de pseudo-participación,tampom alcanzaba el ran-
sus representantes,
ga de la padicipacíbndecisbnal parcial. En suma, p u d e 4. Las Ilmhes de la experlenela
aiirrnarse que ala primera etapamrresporidió un rnecanis-
mo do cogestibn avanzado y relativamente centralizado.
con debiles instancias de pafiicgacibn en los niveles inf e- A partir de aqui corresponde analizar laexperiencia de
riorés de decisibn y elevada incumbenciasindeal. SEGBA en un contexto m6s ampjio que considere las
A partir de la segunda etapa, e( Cornil4 de Autogestih Iimitaciones derivadas del aislamiento político, de las res-
alcanza una eatqorla mas digna de su denominaci6n al triccknes jurldicac y, muy especialmente, de las determi-
transformarsus atribuciones ainsuitivas en decisorias. Los naciones econórnicas,tantolas referidas ala ubicacfbn de
Consejos de Gerencia. que en b formal también podían k empresa en el sistemaecondrnicocomolas concernien-
considerarse autogestionarios por la preponderancia de tes a 10s procesos de produccidn predominantes. La omi-
los representanles de los trabajadores, en la piáclica se sidn de un abordaje ck esti tipa, que complemente las
tornaban a menudo organismos consu~ivoscuando e! conclucrones alcanzadas en el acapite anterior, podría
gorehte y al sirberente conservabande hechosu poder de conducir a evaluaciones errbneas del casa SEGBA, en la
veto. Lo mismo puede decine de los¿hnsejosdeSección, medida en que rsposen exclusivamente sobre el anhlisis
Eon la aclaraciiin adicional de que en los Consejos de dd modolo bum" de paRic@acion.
Seccional la presenciade miembrosextemosen represen- Al considerarlasrestriccionesqueoperaron demanera
tación rninoritatia de los usuaRos conformaba una situad exogena sobre 11 sictema de participación, aparecen
ci6n mhs compleja que de t d o s modos no.alteraba la inmediatamenteun par de cuestiones casiobvias que han
mayoriadetentadaporIcisrepresentantesdebos trabajado- - sido reiteradamenteprivilegiadaspor defensores y detrae
res. tores del proceso encabezado por el SLYF. La pimera de
Las rasgos autogestionar'iasde la estructura, modera- e b s es la referidaa la ideolqla rindi3al domhanls. que
dosde hecho por e1papelcumplida por el perconaljeriirqui- los crlriws de la gestibn sindical en SEGBA reconocen
m, resultan tndavla m6s relativos si se inieniacalificarm As comg la valla mdts impartante para el logro de formas de
detalladamente las formas de iepresentacibn de los rraba- participación mAs profundas. En la vereda opuesta: sus
jadoms. Enefecto,elyacomentadomntrol del SLYFsobre defensores destacan que el golpe militar puso un abrupto
punta final a una experiencia que de otro yodo se habría
bs mecanismos de representaciánlleva a rec0nw.m mas
bien una farma implícita de. autqestion sindical -
alguna medida similar al de tas ernarasas antroladas pf
en profundizado. Si el analisis hasta aqui realizado sobre bs
rasgos conslluiívos de SLYF permite acordar parcialmen-
el Histadrut en Israel (Fine, 1973: 237 a 240)- antes que te con la primera interprelaci5n y aceptar, aun en su
de autogestidn en el sentido tradicional de participación fundamentaadn mntratlctica, la posibilidad de la segun-
da,Is principal debilidad de ambas consiste en el descono-
-
diredad4 b s trabajadores. El rol mediador cumplido por el
sindicato entre los trabajadores y los organismos de parti- cimiento de una serie de aspectos estrvcturales que de
cipacMn relativiza de tal manera elpder decisional de los lbdas maneras habrían limitado severamente la mnsecu-
primems que resulta iniprncedenteutilizar lisa y Ilanamen- ci6n de un wnirol mas radical por parte de bs trabajado-
te la expresion'autcigest~n"pdra referirse alcaso SEGBA. res, independientemente de la buena voluntad de &
poca predisposkibn- de 16s dirigentes del SLYF.
Másbien corresponderlahablar de gesiión sindical, relari-
vamente tentializada aunque mnamplios mecanismos de En primer Jugar, el hito de la experiencia iniciada en
consulta y participaci6n no decisional disponibles paTa los SEGBA dependla en gran medida de la tolerancia del
trabaja*. ESOSmecanismos de panieipacion no deci- tejidosocidy político argentino, aBn antes delgolpemilitar.
sional en la medida en que eran presentadoscomo formas En este aspecto, las condiciones eran particularmente
de autogestibn par parta del sindicato. incluian.un impor- adversasprincipalmenteacausa de las luchas internas del
tante cvmpanente de pseudo-parlicipac#n. peronismo y del avance de su ala derecha sobre pasicio-
i
1 '
!! nesde poder. 1odrielio redundden un aislamientocreeien- . nista habria consistido en el avat explícito e inequívoco de
te d e la experimcia y de sus princi,~ales
actores. Algunas
II -
1
entidades sociales y paliticas inicialmente habían mirado
\a CGT y de otros sindicatos. Si bien \a CGT Y las 62
Organrzacionesaludieron en varias oportunidades al dere-
¡1 con simpatia la nueva experieneiae incluso le brindaronSU cho a la participación de los trabajadores de la energía
I aWY0 ewpreso; Pero a medida que los enfrentamientos eléctrica en lagestion de SUS empresas,tales manifeslacio-
interper~nlstasse fueron agudizando, optaron por desvin- nec hicieron solo gala de un formal r9~0n0Cirniento de las
cularse de ella. temerosas del avance de la derecha del autonomias sindicales. Por 10 demás, la CGT Y el resto del
partido gobernante, claramente hostil a las politicas inicia- sindicalismo peronista ortudoxo mantuvo la misma des-
das en SEGBA a Pesar de la presencia tranquilizadora d e ~ confianza hostil reconocible en otros actores sociales Y
i SCYF. Tal es el caso. principalmente, de .la CGE, cuya politicos.
situación en la malicion gubernamental se tornaba C~B- Tampoco la FATLYF miraba con simpatía 10s aconteci-
cientemente precaria. El tapiua distanciarnjenio de la mr- mientosque tenían lugar en SEGBA. A la desconfianzade
pofacirjnempresariaredundo oportunamente en la renun- 10s sindicalos controlados por la ortodoxia pemnista 58
de su representante en el directorio, Berestovoy, en sumaba la del combativo Sindicato de LUZ Y Fuerza de
noviembre de 1973 (SEGBA, 1973). ardoba, encabezado por Agustin Tosco. Además de las
El creciente aislamiento que estaba sufriendo ja expe- evidentes diferencias que TOSCOsostenía con SLYF de
riencia de gestbfl sindical y que podia condenarla a su Capaal, al que percibia como definiiivamentecolabora-
fracaso en el terreno politimfue enfrentadopor las autori- cionistay pro-patronal,en la frialdad del sindicato cofdabbs
dades de SEGBA y del SLYF mediante uria intensa cam- jugaba un papel impartante SU desprecio, desde una Pers-
pafiade difusiónpubiica, acargo de un nuevo deparlamen- pectiva asimiJablea la del marxismo leninista, hacia las
t0 de RelacionesComunitarias, y una bUcqu&a aprasura- experiencias de participación y mntrol, en tanto ex~resiOn
da de nuevos aliados. El eje de esta estrategia mncjctió en f de rJormismo y participacionisrn~(RoldBn. 1978: 199,
la inmr~oraciónde los usuartcis a los organismos de 222,297 y 298). Un rechazo de esta indole, que en el caso
t
g e s t i ó n . €1 Principal problema que debieron enfrentar de1 sindicato cordobbs tarnbibn se dirigia a las demandas
fue determinar las mecanismos de participación de internas de participacibn elevadas por .aQunos de sus
grUW social claramente identificable pero muy heterog& propos afiliados (RoldAn, 1978: 282,283,336 a 342, 359.
neo Y carente de organizaciones autónomas que lo repre- 360,376a 382,393,394,420 y 439Z era frecuente entre
sentaran. Como hemos visto, seopto por un procedimiento 10ssindicatos argentinos alineados en la izquierda clasista
ciertamente legitimo pero de dudosa eficacia, ansistente y peronista, como lo testimonian los documentos emana-
en la incorporación de Con@jales municipales y cmnseje- dos de algunos sindicatos del área de las empresas ~ ú b l i -
ros vecinales a 10s Consejos de Semional. Por el lado de cas (Aa. VV., 1973).
la difusion publica, se realizaron reuniones de promoebn Huérfano de apoya a diestra y siniestra, reacio al
de la experiencia con periodistas; se llevaron a cabo empleo de la agitacidn y de la movilizacion de Su base de
CampafiaS publicitarias en radb y en televisi~n;se organi- afiliados para la defensa de sus logros, el SlYF sólo
zaron es~ectácicul~s Culturales; se incrernentai-on las visi- contaba, tras la muerte de Perirn, can el respeto Y la
tasgoiadas a la empresa;se concretaron a ~ e r d o con s in- solidaridad pasiva de los restantes sindicatos quienes.
stilutosde enseñanza; linalrnente, secrearoncuadri~lasde antes que defender una experiencia de gestión que P c o
trabajo voluntaria, integradas por trabajadores de la*m. les interesaba,estrechaban titos frente a 10s embates d e la
Presa, que efectuaban tareas de r e f a i o n 'en diversas derecha pemnista extrasindical aglutinada en IWnO a la
instit~ci~nes públicas (SEGBA, 1974 a). , 1, viuda de Per6n. Con ese capital poli ti^ la experiencia de
Un posible fuente de legitimidad que hubiera podido i' casos. al
gestión estaba condenada. en el mejor de
contrabalancear los embates mlitioús de faderechaper* congelamiento de Los logros del Primer año.
102 103
1
. La condicibn de empresa estatal de SEGBA iinponia que la conduccidn sindical de la empresa daba prioridad a
también desde el flanco juridico algunas restricciones a la mejorar la situacibn relativade sus afiliados, aun acostade
participacionde los trabajadmes en latoma de decisiones. la productividad de la manode obra, antes que asumir m n
Corno se ha seiiaIah en e1primereapitulo, la tensión entre todas sus irnplicaciones la gestion integral de la empresa.
democracia política y democracia econbmica, la subordí- Más allB de los efectos de las reformas sobre la producti-
naciiin a una compleja red burccrAtica y la s u j e c h a vidad del personal, que se analizan rnss adelante. es
políticas txonbmicas externamente definidas restan im- evidente que existían pocas posibilidadesde asumir real-
portantes grados de libertad a los exparimentos participa- mente una gestidn integra!.
tivds en las empresas pijbíicas. En este espacia, SEGBA
no fue una excepcibn, en la mdida que las poltticas de
De todas maneras, los recponsbles - -
de la-gesti6n
.-, - -
sindical revetaron p c a ~ ~ q ~ ~ d e s g o ~ ~ u e ys revi- tionar
inversión ce determinabanexdgenamente, en 6rbha de la ~ o ~ p i o ~ e G ~ d e ~y las & at ej co n j g d produccibn a -
Seaetaria de Energía, con la Consecuente imposibilidad ~ - d e T o s ~ d e s a f r que
ó s imponlan las nuevas formas de
de b s trabajadores de ejercer su control sobre una de las páriicipacibn, Aun aceptando, en la brevedad de la expe-
variables clave. en al mediano y largoplazo, para la vida de riencia, las dificultades para abordar el problema de modi-
la empresa. Estas restricciones se velan parcialmente ficar lasthcnicas incorparadas en funcibnde una mejorade
compensadas, siempre en el terreno juridica,.pr el carác- laserindidonesde trabajo, aparece con tiitídezquetampo-
ter de sa5edad anonima que, primera entre todas, habla co las tbcnicas no incorporadas fueron objeto de revisbn.
asumido la firma. La elevada alrtonomia del directorio y la Las intervencionesocurrierona rln nivel mássuperficial,en
amplitud de sus funciones constituyeron, como se puede buscade aligerar \acarga laboralmediarito la mncesibn de
apiaciaral considerar !osmecanismos institucionalesque mayores prerrogativas al trabajador en el marco de las
acampafiaron las reformas en La wnduccidn de la empg- tdcnicas de produccidn y de )os procesos de trabajo
sa, un factor relevante para la implantación de estas preexistentes. Es en este aspedo donde la experienciade
Últimas. geciión sindical se revelb m4s pobre como mecanismode
En el terreno emnómioo, al considerar la insercián de pariícipacidn. La ausencia d4 intenieneiunes profundas
la empresa en la estructura productiva, aparecen elernen- sobre los procesos de trabajo hubieran constituido, en el
tos que limitaron muy severamente la experiencia de mediano plazo y sin mediar la intenupci6n de la experien-
participaci6n. A la recibn mencionada ausenciade control cia, la w
pailpr restriccidn a cualquier intento serio de
sobre los planes de inversibn, se agregaba la faRa de padicipaci6n decisional de b s trabajadores.
control sobre la relacande precios sn?reinsumos energe-
t b s (cambvtibles) y producto (fluido eléctrica), ~ÍrnultA-
neamente fijados por e! gobierno central. La tijera de
precios mutilaba necesariamente h capacidad de gest i6n
de la empresa, que quedaba básicamentecircunseripta a
la búsqueda de eficienciatknica y a la administracidn de NOTAS
recursos humanos. Es precisamenteen este terreno don-
de se explayarla el programa de inteweneiones iniciado 1. Se efectuamn una serie deentrevicias en profundidad
durante e[ periodo de gestibn sindical, wn importantes número reduado p r o altamente representativo de dirigen
relarmas en las canvenciones ooledivac de traba@, au- sindicales. t u n ., u p
mentossustantivos en bs planteles de perwnal. pmfundi- participaron en la experiencia.
zacibn de las politicas de capacitacibny de higiene indus-
trial y eliminacidn de horas extras (SEGBA, 1974 a). Todo
ello llevaria a numemsas funcionarios y técnicos a percibir
extension formal de un certificado de aefuncion que las
reformas de gestión en SEGBA ya venian reclamando
desde hacia tiempo. En efecto, la creencia en que ia falta
de agitacion y el disimulo podlan ayudar a prolongar la
agonía habia llevado a los responsables de la empresa a
paralizar los aspectos mas notorios de los mecanismos de
gestión desde varios meses antes del golpe militar. Una
vez mas, e in extrernis, el poder del sindicato para regular
el cuanto, el cómo y el cuando de la participacionrevela la
poca profundidad de las reformas realizadas, cuya aplica-
ción estaba sujeta a la discreción de unos pocos indivi-
duos.
CONCLUSIONES Con el golpe militar sonó la hora final de la gestion
sindical. El 23 da marro (con retroactividad a la realizacion
del golpe) fue intervenida la empresa, que en el reparto del
botin entre las tres armas tocb en suerte a la Armada. Al
frente de la intervencion fue designado el capitán de navio
Jose A. Rodríguez y, a partir de julio, elcontraimirante Felix
Impusti. SimuRatneamentefue intervenida la FATLYF, que
El terrorismo de estado que se habia iniciado duranie quedo en la 6rbita del Ejercito con el teniente coronel Juan
los iiltirnos meses del gobierno peronista habia provocado Aloerto Samuel a su cargo. Inmediatamemefue suspendi-
un virtual congelamiento de la experiencia de gestbn do el convenio colectivo de trabajo que reconocia la
sindical mucho tiempo antes del golpe militar de marzo de participacion de los trabajadores en la gection de las
1976. La persecución, et asesinato y la desaparicibnfprza- empresas de energía elkctrica y fue reformado et estatuto
da de personas, consiituidos en un componente sistem8- de SEGBA en lo que respecta a la designacion de direao-
tico del gobierno de la viuda de Perdn, pendlan como res en representaciondel personal. La medida fue ratifica-
espada de Damocles sobre cualquier individuo sospecho- da por la ley 21.345 en octubre del mismo ano.
so de inclinaciones izquierdistas. El experimento de SEG- Las modificaciones institucionales tueron acompaña-
BA tenla demasiadas resonancias consejictas y un cierto das por el despido de activistas y dirigenies sindicales (57
aire a sovietizactón que difícilmente podfan ser tolerados en una primera ola y 208 en la siguiente). A raiz del cierre
por los dueños de la vida y de la muerte, cuya burda por obsolescenciadelacentral Dock Sud y del consiguien-
capacidad de discriminación no distingula entre la revolu-
cibn socialista y una moderada experiencia de participa-
ci6n estrictamentecontroladapor un sindicato que ya habla
dado numerosas pruebas de su simpatia por el orden y la
coiaboraci6n de clases. mpmdmi personal
En un contexto tal, la experiencia de SEGBA ya habia de SEGBA no guarda parangoncon siruaciones similares
sido esterilizada mucho tiempo antes de sufrir el embate en otras empresas púbticas. Para e110 resulibdeterminante
final de los militares a los pocos dlas de su asako al poder. la imagen que los funcionarios de la diuadura tenian de la
El advenimientode ladictaduramilitar y la exacerbacibndel autogestióny de su potencialsubversivo. Ante un sindicato
terrorismo de estado que lo ammpañ6 so10 signfiicaron la tan bien organixado como el SLYF tales iniciativas no
podían dejar de suscitar algún tipo de respuesta. La
\
historia de b s conflictos que sacudieron a SEGBA entre , estbril en ta medida en que su formulaci6n sea de tal
1976 y 1977yque culminaron con la desaparicin forzada generalidadque s61o permita desentrafiar sus prjncipales
de Oscar Smith, uno de los dir'gentesdelSLYF,ciertamen- componentes ideoldgicos. Resulta mas reveladora una
te reconoce algunoscomponentecque van mas allá de las evaluaci6n en función de cuanto sgniiique efectivamente
pretensiones de esta investigaci&n,pero sin lugar a duda unaautknticaparticipacibndecisional, parcialo total, de los
en la raíz de esos conflictos subyacen las importantes trabajadores. Desde ecla perspectiva, puede afirmarse lo
prerrogativas alcanzadas por el personal de SEGBA du- siguiente:
rante la etapa de gestión sindical y su brutal anulacibn bajo
la intervencibn militar (Jáuregui, 1984: 20; CEGBA, 19751 . a) El SLYF logrd su objetivo principal, el control de la
6; Cenen Gomblez, 1984: 65 y 66; Tecrxine, 1976: 5). empresa. no cólo por medio de la designacibn de sus
representantes en las máximas instancias de decisibn,
sino sobre todo a trav4s de las mayores incumbencias de
bs delegados gremiales en los diferentes organismos de
2. Los resultados de la gectliin sindleal participacidnsucesivamenteestablecidos. Si bienladesig-
nación de directores de extraccidn sindical mnstituyb un
Tras casi tres anos de gestión sindical en SEGBA, no punto de partida importantisirno para el logro del control
puede alegarse la interrupción de la experiencia como 1 sobre la empresa por parte del sindiato, ello no debe
razdn suficiente para no poder realizar una evaluacidn, al ocultar que tal control fue s610 parcial hada tanto los
menos pmvisoria, de los resuRados alcanzados. Sin delegados gremiales no contaron con los mecanismos y
embargo, para que una evaluación sea significativa deben con los procdirnientos necesarios para un control capilar
necesariamente explicitarse cudles son los criterios res- de lasdecisiones. Cabe aclarar entoncesque elSLYFpas6
pecto a los cuales evaluar. progresivamente de ejercer un control-verifimcibn a un
Existen dos perspectivas principales - q u e oxpresan control-autoridad en la medida en que los delegados gre-
intereses prdictims y t d r i m s sustancialmente diferen- miales incrementaron su poder de control-verdicaei6n1,
tes- desde donde juzgar la calidad de la gesti6n sindical.
Por un lado, deben considerarse aquellos aspectos que b) Desde el punto de vista de los trabajadoresse logrb,
revelen las modificaciones efectivamente alcanzadas en . a nivel de talleres y de puestos de trabajo, una mayor
cuanto a mayor poder decisional de los trabajadores de la paríicipacidnconsultivay se akanzaron mayores prerroga-
empresa, para poder evaluar la experiencia desde su tivas en el terreno de las condiciones labrales y de las
mismo punto de vista y del de todos quienes, por una razbn prestaciones sociales brindadas por la empresa. Estas
u otra, esten interesados en las virtudes de las prácticasde ditimas, sin embargo, fueron ante todo el resultado del
partieipacibn como forma de gesti6n alternativa a las mayor poder del sindicato y no del funcionamiento de los
socialmente predominantes. Por el otro, es pertinente mecanismos de participacidn. Por otro lado, no existieron
evaluar la experiencia de participacibn en funci6n de los para el wmún de los trabajadores instancias de participa-
cambios en la calidad de gestibn de la empresa imputables ción superiores a las correspondientesal nivel inferior, es
a las reformas organizacionales. Si bien en m& de un decir, el puesto de trabajo.
aspecto ambas perspectivas pueden converger, es pertí-
nsnta un abordaje anallticamente destindado. c)Las mejoras en lascandiciones laboralesfueran mas
Respeto de los resultados alcanzados en grado y de naturaleza intorpersonat que material y so tradujeran
calidad de la partkipacidn, es conveniente efectuar una inmediatamenteen una mejoraen el clima de trabajocomo
ulterior distinci6n. Comparar los logros mn b s objetivos resultado dd mayor grado de colahracibn efedivamente
primariamente enunciados puedo constituir un ejerciciio alcanzado. Esta sluación. sin embargo, ocultaba una
corillictualidad latente. radkada emre parte del personal dad gerencia1de los hombresdel sindicaio y al desernpeilo
jerárquico. quien veía rerxirtadas sus prerrogativas de global de la mmpresa bajo su control, tbpioos ambos que,
mando, y que habría de emerger con claridad e n la Btapa aun aceptada su relevancia, indicarian un despiazamiento
qua siguid a la clausurade la experiencia de participaaon. del eje del debate hacia temas mas caros a b s intereses
empresarios y al pensamiento liberal.
d) LOSmecanismos y lbS plMBdimi~nlosde participa- La productividadde la mana de obra en SEGBA duran-
ci6n implementados se caracterizaron por un elevado te la vigencia de los mecanismos de participacan se ha
grado de centralizacbn por parte del sindcato. La centra- erlgido entonces en el parametro domirranta para r n ~ d ilar
IizacrSnbien p u d e sercaiilcadade excesiva en la medida calidad de la gestión sindical. Mientras las opiniones rec+
en que virtualmenteeonstauia sl mayor impedimento para
pmtundkar el control y el poder decisional de Los trabaja-
dores.
gidas entre luncionarios y lécnims de la empresa tienden
a coincidir en el señalamienlo de una signiiicativacaida
no cuantificada-en la productividad global de los trabaja-
-
dores mmo consecuencia de las impoflantes prerrqati-
a) De resultasda Lo anterior, el sistemade participacon vas adicionales logradas por el sindicato, b s dirigentesdel
introdwido durante el primer aiio puede caracterizarse SLYF sostienen por el mntrarid que la pmductividadde b
corno un mecanismo de mgestibn avanzado y relaiiva- mano de obra evolucion6 en forma claramente positiva
monte centralizado, con dbbiks instamias da participa- entre 1973 y 1975 (Taccbne, 1976: 35). Es conveniente
can en b s niveles inferiores de decisiirn y elevada incurn- entonces hacer algunas comparaciones al respecto.
bncia sindical. Los datos disponibles sobre produccidn y venta de
energia elktrica aparecen agregados de manera tal que
1) A parlir del segundo aho, puede haMarce de un no es posible distinguir entre la energfa efectivamente
sistema do gesti6n sindical relativamente centralizado generada por las centrales menecientes a SEGBA y la
aunque w n &plios m-nismos de wnsulta y participa- recibida por interconexibn que la empresa transformabay
ción no decisional disponiblespara los trabajadores. Esos disiribuia a los usuarbs. Por otro lado, la goneracidn y
mecanismos de partícipaeion no dacsional. en la rnadda dístribucidn de energía constituye s61o una parte, si bien la
en que eran presentados coma formas de aulogestdn por mds importante. de las actividades de la empresa. Los
pwe del sindicato, incluían w importantecomponeme de servicios do mantenimiento do Las instalaciones de trans-
pseudoparticpacibn. misión y distribución absorben una parte signiiicativa de
las actividades de! persona5 pero en el owto plazo no
Sqniiicativamente, Los juicios emitidos simuitáma y repercuten sobre los volumenes do producción y venta.
postenormente al transcurso de la experiencia en SEGBA Lús servicios prestados por las sucursales, m i s visibles
han tendi& a soslayar k s aspeaos aqul señalados y a para los u~uarios,t a m p m tienen en b inmediato inciden-
enfatizar b s mneernientes a la eficjencia de la gestión cia sobre los valores de produccibn y venta.
sindical. En alguna medida, eik es revelador del sesgo De todas rnaúos, al valar de h produmión total consti-
asumido en la Argentina p r el debate politicm 4 n la tuye la lnka informaci6ndisponible, sin dudas parcialpero
medida en que tuvo oportunidad de realizarse-apartitde aún as1 represenlantiva. El valar de la piaduccióntotal de
1974. Antes que primar las criticas originadas en hrnbitos SEGBA, cakulado en base a la energta facturada -
sindkales y cercanos a posturasde izquierda, presumibb- inferior a la prcducida par efecto de robos y cesiones
mente m8s interasados en disatir (a profundidad de los gratuitas- aumenib un 16 3%entre 1972 y 1975 ICEN.
mecanismos de participacidn, b s pronunaamientos de 1977, cuadro Ngl)2.Enel mismo periodo,el incrementodel
aplogidas y delractores de la gssti6n encabezada por e1 personallatalascendid a2.692 agentes, b que representa
SLYF ha girado piedominanlemente en tomo a la capaci- un alimento del 1 1,4% (SEGBA, 1975 y 19721. Para un
[ndicede pmduciividad de la mano de obragigual a 100 en mayor productividad en tdrminos de valor, dado el incre-
+ 1972, el cdrrespondiente a 1975 es 104,4, lo que represen- mento de los a s t o s indirectos de la rnanodeobra resultan-
ta un aumento de la productividad media del 4,4%. tes de las importantes mejoras logradas por el SLYF en el
Debajo de estos datos globalesoperan algunos hechos
que merecen ser comentados. En primer lugar, en el .
terreno de las retfibucbnes no monetarias,
Resulta interesante considerar cúnjuntarnente las 3
periodo bajo análisis se redujo mnsiderablemente el per- conclusiones respecto a los logros en tbrrninos de partici-
sonal contratado y el volumen de horas extras, que de un pacibny las correspondientesa Los logros en eficiencia. Un
25% del total de las remuneraaones (promedio anual) ,
aumento de la productividad media de la mano de obra del
pasaron a un 8% (Tacmne, 1976: 35). Ello signifhd un 44% en el giro de tres años no resulta una cifra excepciu-
uReriir aumento de la productividad de la mano de obra nal, pero es significativo que ella haya resultado en cierta
medida como relacibn entre producei6n y horasl-tombre medida de modificaciones organizacionales tendientes a
trabajadas. En segundo lugar, en el mismo periodo se aumentar la padicipacidn de los trabajadores. Por otro
ancretaron algunas inversiones importantes que sin . lado, la profundidad y la calidad de los procedimientos de
embargo no se incorporaron al proceso de produaihn participacLdn, si bien hicieron de SEGBA una experiencia
hasta principios de 1976. Ello permite inferir que el aumen- paradigrnAticay sin precedenlas en la Argentina, no ocu-
to de la produocidn no es significativamente imptable a pan un lugar muy elevado en el rango de las posibles
modificacionesen las instalacionessino alas innovacíones formas de participación existentes, a raíz de sus compo-
organizacionales y, desde luego, al empleo de La mano de nentes de pseudogarticipaci6n y de la excesiva centrali-
obta En tercer lugar. si bien hay un ligero aumento en el. zación decisional en torno al sindicato.
promediode dlaslhombrenotrabajados pcr ausentismo- De todo ello puede interirsa que en el caso de SEGBA
de 38,3en 1971 a 42,6 en 197%, si número de dlasi !a participaci6n tuvo el efecto de mejorar gen4ricamente
hombre no trabajados por paras y huelgas disminuye las relaciones sociales en el interiir de la empresa y, con-
considerablementeen 1973 y 1974 para incrementaneen siguientemente, de hacer mas eficiente el empleo pmduc-
1975. El efecto neto de j~rnadasperdidas, si bien indeter- tivo de la mano de obra, sin afectar de manera sustantiva
minable, no parece haber sido significaiivo(Novick. 1979a: las relaciones de autoridad y sin introducir modificaciones
19 y 20). Por último, la frecuencia de accidentes cay6 radicales tendientes a una mayor democratización de las
progresivamenteentre 1972 y ? 975 en un total de 257%. relaciones labales.
EUo resultaengran medidaimputablea lajerarquizaci6nde
las funciones correspondientes a seguridad, higiene y
medicina del trabajo. 3. EnseAanzas y perspectivas
I
En suma, puede afirmarse que durante el periodo
'
1 anatizado es indudable el aumento de la productividadde Del experimento de participacan de SEGBA p a o ha
I la mano de obra. Es razunable interpretar que el aumento quedado, En 61 Interior de la empresa, ningijn residuo
se debió en gran medida a innovacionesorganizacionales organizacional. La intervencibn mililar barrib no sólo con
imputables al menos en parte a las reformas introducidas las reformas sino tarnbien con b s archivos que daban
en los procedimiantos de gesti6n. MASallá de la profuridi- testimonio de ellas. EldiscipIinamiento del percanalduran-
dad y de la consistencia de los mecanismos de participa- te 1976 y 197711ev6 mk a un nrvei ue enrremdmienro
ci&npuestos a disposicidn del personal, aquelbs parecen
haber tenido la virtud de lmpaetar positivamentesobre la
predisposiciónde los trabajadores hacia sus tareas.
Sin embargo, la mayor productividadfísica de la mano
de obra no necesariamente habrla correspondido a una cipaci6n fue alejada de la empresa e, induso, alguno de
e integrar la* ndminao de Lejos de ser obsoleta, como parecía indicarel cariz de
En la memoriadel sindicato el recuerdode la experien- los acontecimientos que siguieron a laofensiva neoconser-
cia es, por lo menos,,inciimodo. Los dirigentes actuales, vadora desatada a escala mundial a fines de los años
legitimados1ras el retorno al orden constitucionaly la plena setenta y a principios de los ochenta, la cuestidn de la
legalizaci6n de las actividades sindicales, se conforman participación de los trabajadores es hoy mas actual que
mucha m6s al perfil medio de los dirigentes sindicales nunca. Respaldan este hecho razones de diferente cadc-
peronistas, ya sin lqs rasgos de profesionalidad y capaci- ter. Por un lado, las demandas de participación han evolu-
tacwn que caracterizaban a los antiguas dirigentes. La cionado en los Últimos anos en direcciones imprevisibles,
cuestión de la participación les resulta algo ajeno a sus embistiendo los ambitos más insólitos e inimaginables.
intereses especificas. Por lo pronto, al negociar en 1986 ,
Frente a la crisis de legitimidaddel estado de bienestar que
los nuevos convenios colectivos aceptaron sin objeciones muchos han presentado directamentecorno una crisis del
excluir las cláusulas que habían incorporado a los conve- '
estado democrático, la respuesta intentada por los gobier-
nios anteriores los mecanismos de participación. nos neoconservadores han revelado que, en realidad, se
En la memoria de bs trabajadores de SEGBA, la presenciaba una crisis de cierta forma de democracia Los
experiencia de participación aparece algo borrosa, eleva- espacios que hoy parecen mostrar mayores posibilidades
da a la categoría de un ideal insuperable de convivencia para un desarrollo vigoroso de lademocraciason espacios
armdnicaen el lugar de trabajo, sobre todo alcompar8rsela microcociales, aptos para el ejercicid de la democracia
con los anos aciagos que le siguieron. Pero la perciben directa o. por lo menos, de formas mas participativas que
ijnicamente como una etapa donde se b s respetaba, y las tradicionales.
poco m&. Pero hay un hecho mucho mas contundente que hoy
Es en la memoria colectiva de quienes presenciaron pareceanunciar nuevas perspectivaspara laparticipacion:
desde afuera los acontecimientosdonde la experienciade el conjunto de innovaciones tecnolkgicas que. apoyadas
participación en SEGBA fue elevada a la categorla de un vigorosamente en la aplicacion generalizadade la rnicroe-
mito. Un mito menor, doméstico, pero mito al fin. A pesar lectronica,han penetradoenvirtualmente latotalidadde las
de la indiferencia despectiva de una parte del sindicalismo ramas industriales y en una gran variedad de actividades
combativo frente a lo qw consideraban un engendro
, terciarias, han desatado b que bien puede denominarse
hibrido manipulado por dirigentes burocratizados, en tos una tercera revoluciónindustrial. Entre las muchas implica-
medíos sindicales y, particularmente, en algunos sindica- cias de este fenómeno. se destaca una particularmente
tos que agrupan a trabajadores del estado o de las ernpre- rebevanle para iai psriP~ctiyal ds paniripaGibn: r$br5/
sas públicas, la experienciade SEGBA es inmediatamente definitivo do la arganizacibn tayioiista del trabajo (Coiiat.
evocada a la horade imaginar y discutirnuevasformas de 1987). . w m
relación entre el estado y sus agentes. La poca informacidn Que esta ruptura histórica desde el punto de vista de
disponible, suministrada en su mayorla por el antiguo las relaciones industrialesse resuelva en términos de una
grupo de dirigentes del SLYF que capitaned lagestion de nueva forma de dorninacgn sobre los trabajadores o se
la empresa, resulta insuficiente para constituirse en una resuelva en mdalidades mas democráticas da organiza-
base s6lida para el análisis de sus características, sus ción de la produceion social es algo que aUn estA por verse,
limitaciones y sus irnplicancias. De alll la reivindicación
,
pero desde ya se abre un terreno inmenso para la búsque-
absoluta y sin matices de un tipo de gestion que sin da de nuevas formas de participación en las decisiones y
embargo ofrece claroscuros significativos. La necesidad para el control de b s trabajadores sobre sus propias
de arrojar luz sobre ella descansa en una serie de factores actividades. Muy probabternentelos resultadosseran hete-
hasta hace pocos años insospechados. rogéneosy arnbivalentes, pera ellos seran sin duda menos
desfavorables para b s trabajadores cuanto m6s incorpo-
ren a sus reivindicaciones la cuestibn de la participaci6n, campo de la gesti6n do las empresas públicas en la
hoy abierta a nuevas posibilidadesdedasarrolloapartir de presente etapa de transición democrAtica.
las op~rtunidadesque la informdtica crea para la gestibn A pesar del decenio trascurrido y de las profundas
descentralizada. mutaciones operadas en todos los 6rdenes de la sociedad
Es impasible anticipar las modalidades concretas en argentina desde entonces, la experienciade gestibn sindi-
que estos fenbrnenos se manifestaran - e n la medida en cal en SEGBAconstituye un puntode referenciainsoslaya-
que no hayan empezado ya a hacerb- en la sociedad ble ni bien se intenta refexionar sobre el papel de b s
argentina. Pero la reflexion no debe esperar que los trabajadores de las empresas públicas en un eventual
hechos hayan adoptado un curso inmodificable. De alll la programa de reformasadministralivasy organizaciones en
importancia de recuperar las enseñanzas de casos como ese Ambito del sedar público. La importancia de la expe-
el de SEGBA. Por supuesto, la singularidad de las expe- riencia de SEGBA deriva, en primer lugar, de constituir el
. riencias de participacibndebe prevenir contra el riesgo de caso en que m6s profundamente se avanz6, dentro del
incurrir en generalizaciones abusivas y, mas aún, de sector público, en la instrumentación de mecanismos de
farmularo recurrir a modelos de participaci6n, cogestidn o participacih, eriqiendose asl como una experiencia testi-
autogestion que, por abstraer de las condiciones sociales go f rente a la cual corroborar las ventajas y desventajas de
concretas en que cada exper'iencia tiene lugar, resuhan gran variedad de propuestas de participacidrr a nivel de
finalmente inadecuadas como instrumento da análisis. empresa. planta, seccibn o lugar de trabajo.
Ccmo resuiiado del estrecho rango de aplicabilidad de b s En segundo lugar, SEGBA es la empresa argentina,
modebs, su utilización con fines propositivos- p o r parte induyendo públicas y privadas, de mayores dimensiones
de los investigadores mismos, de los refomadores admi- -en terminos de personal, ventas o patrimoníw donde
nistrativos, organizacionales o sociales, de los formadores se pusieronen marcha mecanismos de participaci6n. Ello
de bpinibno de los lideres pblítiais y sindicales-condbce hace del proceso desarrollado entre 1973 y 1976 el refe
demasiadof recuentementea la formulacióndo programas rente mAs idóneo para proyectar, con las debidas preven-
y proyectosde participacibnpoco adecuadas a las circuns- ciones, las posibilidades y los limites de experiencias de
tancias reales enquese pretende aplicarlosy, uheriormen- participacidn mas extendidas, que abarquen parcial o
te, al fracaso de tales programas y proyectos ya en sus totalmente el conjunto de las empresas públicas argenti-
etapas iniciales. nas.
Las prevenciones sobre los riesgos de una fAc¿lgene- P&, por sobre todas las mcas, el caso SEGBA cobra
ralización a partir de casos particulares -probablemente importancia si se tiene en cuenta que, a pesar de lac
uno de los peligros rnls diiiciles de sortear en las ciencias transformaciones formidables sufridas por nuestra socie-
sociales- estAn directamente vinculadas a la posibilidad dad en I w últimos quince anos, todavfa llenen vigencia
de extraer de la experiencia de participación en SEGBA algunas caraderlsticas que, entonces y ahora, definen a
algunas implicanciase, incluso, algunas enseñanzas rela- los componentes centrales del sector público en general y
tivas a las perspeaivas, posibilidades y limites de la del canjunto de las empresas públicas en particular. En
participacibnde los trabajadores y de sus sindicatos en la principio-y sin pretenderagotar su identificaci6n-puede
gectiiin de las empresas públicas en la Argentina. '
seiialarseque siquiera en dos aspectos, por debajo de las
Antes de puntualizar las restricciones que operan mutaciones mencionadas, se observa una mareadaconti-
sobre la posibilidad de encarar una tarea de esa Indole, nuidad por lo menos durante los tres úliimos lustros: las
quiero enfatizar por qu8 resulta vAlida la vinculación entre características organizacionales de las empresas públicas
una experiencia concluida hace más de diez años, en un y la Klentidad cultural de sus sindicatos.
contexto politico y social significatívamenfe dferente al En la que r e s p b a a las caracterlsticas organizaciona-
adual, y las necesidades y desaf los que se suscitan en el les de)conjunto de las empresas piiblicas argentinas, son
9
relevantes algunos aspedosquo ya estaban presentes en ticas similares a las del perlodo 1973.1976. En ese enton-
CEGBA a comienzos de la década del setenta, En prmer
I
ces se creb la Corparaciiin de Empresas Nacionales,
lugar, lo que podrfamos denominarel nudeode las empre- entidad que, a pesar de algunas diferencias importantes
sas públicas argentinas. compuesto por las empresas con el Bectorio de Empresas Públicas, comparte con Bste
"tradicionales", no se ha modificadosustancialmente. En el la condkidn de instrumento para una mayor cocrrdinacibn
predominan lasfirmas de produccion de bienes y servicios de las politicasde las empresas públicas entre si y con las
que operan en la jurisdiccicin del Ministerio de Obras y politicas del gobierno central
Servicios Públicos y 'desarrollan actividadss con fuertes Si el panorama que ofreen las smpesas públicas es
elementos rnompóiiws y en las que existe relativamente en mAs de un sentido similar al de hace quince años; si
poca discusicn sobre la logica de la propiedad incluso la autonomía formal de algunas de ellas se ha
I estalal' (Beneo,1936). Estas empresas, entro las que b
tornado similar a la de SEGBA, cabe destacar que, an la
obviamente se cuenta SEGBA, no han modificado sustan- que respecta a la identidad cultural de los sindicatos, la
1 - cialrnente sus estructuras y procedimientos administrati- continuidad tambibn es notoria
1 vos y adernAs presentan en ese aspecto una relativa M65 ach de las posiciones esiridamente wllticas del
homogeneidad. sindicalismo argentino, que en lo sustancial permanecen
1 ,. En segundo lugar, esa homogeneidad so ha visto invariables, y de las estrategias reivindicaciones que han
eceniuada a partirde 7 977 mn k conver S ión de gran pane venido desarrollando en los ijhimos cuatro aiios - q u e
I de Las empresas tradicionales, que revestían la forma siguen inscriptas en una matrii forjada entre fines de los
l jurídica de "empresas del estado' (rolativamente mds ahos cincuenta y principbsde b s sesenta-, bssindicatos
del sector publico. en particular, revelan una ooncepcion
! '
centralizadas), en "sociedades del estado" (relativamente
m6s descentralizadas). Ello las asemeja mas ti SEGBA, 1 da la rela* entre trabajadores, rmprsrat públkas y
cuya forma jurídica es de sociedad anonima da propiedad estado que no ha variado sustancialmente. Al margen de
estatal. En consecuencia, puede afirmarseque en la adua- . Im cambios oprad.5 en la e m o m l a argentina, br traba-
1 lidad, desde el punto de vista jurldiw-oqanizacional, gran ¡ jadores estatales, tal mmo reiteradamente b revefan sus
declaraciones publicas, mantienen sus convicciones so-
,
I
,
parte de las empresas pdblicas nosolo son asimilables a la
actual mnfiguracibn de SEGBA, sino a la de hace quince bre el papel central del estado como impulsordel decano-
anos. Ilo econbrnim, sobe la capacidad de las empresas pbbli-
I cas como instrumento privilegiadode la politica y sobre la
1
Lascaracteristicasmmunes de las empresas públicas
tradkionales m se lirnilan a la forma jurídica que revistan.
Todas ellas son regidas por normas -internas y exter-
1 centralidad de (os trabajadores como garantes y promcto
res de politicas piiblicas que favorezcan lo que a su
nas- parecidas, que no se han modificada significativa- entender constayen los intereses nacionales y la justicia
t mente en tos uhimos tres lustros. En otras palabras, en las social. As[, el perfilde uno de Los actores centrales en todo
I empresas públicas hay una notable continuidad institucio- procesode reforma del sector públia presenta rasgos que
nal y legal, que deriva en lo que simultdnearnente puede son también rewnocibles en el SLYF entro 1973 y 1976.
definirse como un "sistema que controla la irrelevante (a Los factores sehalada justifican sobradamente la uti-
b que controla decisiones importantes sin fa iriforrnaci6n lidad de la experiencia de participacidn en SEGBA como
adecuada) y quo permita una mnsiderable autonomla real antecedente m6s cercano a tenor en cuenta al discutir las
(aunque no formal) en cuestiones sustantivas" (Boneo, perspectivasde una reforma de las empresaspbbltas que
1986). segUn una expresiónfelizmente (por supuesto, solo entra otras cosas priorice fa búsqueda de formas mds
en sentido iitwario) lograda. - profundas de democraciay participacidn. Sin embargo. se
Por Último, la recientecreacibndel Diredoriqdo Empre- debe al mismo tiempo reconocer que se han producido
sas PublicasconsliIuye la reapariciónde ciertas caraeterls- agudas cambia, en algunos casos dificilmente reversi-
118
bles, que impiden asimilar la cituaci6n actual a la de 1973: social. AdernAs, no debe'perderse de vista que, en la
en primer lugar, el grave deterioro de la economia argen- medida en que la Argentina siga siendo un pais industrial,
tina, que dificuha la reedici6n de pollticas redistributivas el impacto de las innovaciones tecnoldgieas y los nuevos
aun par perlodos relativamente breves; mbs particular- espacios de potencial participación que ellas crean, como
mente, la situacibn de marcado debilitamiento del aparato se sehala m8s arriba, pueden darle una base de materia-
estatal, resultado tanto de pollticas implementadasduran- lidad mucho mas contundente a las pretensiones que hoy
te la dictadura militar mmo de una tendencia generalizada no encuentran muchos puntos de apoyo donde afirmarse.
en e[capitalismocontemporAneo,consistente en un virtual Las propuestas de reforma administrativa que lenta-
agotamiento de las instituciones del estado de bienestar; mente se van perfilando en la esfera gubernamental pare-
todavla mAs paiticularmente, un grave deterioro en la cen configurarse como un compromiso entre ambos ele-
sfiuaci6n de las empresas públicas, que se manifiesta mentos, restricciones y demandas. Si par un lado se
principalmente en caldas de b s niveles tar'ifarios y en privilegialabusquedade una mayor eficiencia mmo uno de
concentraci6n en el wrto plazo de sus pasivos. Todo ello los imperativos de la hora para sacar a las empresas
coloca a las empresas pijblicas en condiciones de mayor públicas del marasmo ecrindmico, pbr el otro se avanzan
vulnerabilidad en el flanco financiero y, consiguientemen- proyectos legislativos que apuntan a una mayor demmra-
te, recorta sus posibilidades de autonomía real. tizaci6n de las relaciones laborales en las mismas. Si
Las mutaciones de la sociedad argentina no se limitan ambas orientaciones son compatibles, si existe al menos
al aspecto emn6mico. En el terreno de b estrictamente un espacio de interseccidn entre una y otra, es algoque no
polltico, no es necesario abundar en detalles. Sdb me se revelar8 exclusivamente en el terreno de la praxis
interesa sefialar que la altura politica actual revela, junto gubernamental. Antes que nada, constituye una tarea
a la permanenciade antiguos e inquietantes caracteres, la inteleaual de bdsqueda de fbrmulas cuyavalidez este mhs
presencia de algunos nuevos, entre b s que se destaca . a116 del circunstancial Bxito o fracaso da una estrategia
notablemente una significativa y saludable revalorizacidn politica. En ese marco general, el presente trabajo eonsti-
de las instituciones democráticas. En el contexto de un tuy e una contribucibn parcial al debate sobre las posibilida-
mayor compromiso de la mayor parte de los diferentes des y los limites de una ampliaciónde la participacidnde b s
actores pllticos y sociales a i n b s valores democrAtims, trabajadores en la gestibn de las empresas pdblicas, a la
se observa la aparícibn 4 e manera no generalizadapero luz de una experiencia concreta.
de todos modos desfacable- de variadas demandas e
iniciativas de participacibn, que incluso ocupan un lugar L
relevante en el discurso y en la atenci6n gubernamental. NOTAS
En alguna rndida, y a riesgo de ser esquem A t b , podrla
afirmarse que las mayores restriccionesmateriales se ven
1 Para la discusion de bs concaptos de control-verifieacidny
en cierto sentido carnpensadas por la mayor jerarqula que control-autoridad,cf. el capitulo l.
han adquirido en la cultura politica argentina b s valores 2 Estos datos difieren de b s suministrados por Nowck (1979
democráticos y las demandas de participaci6n. Ello de a, pdg. t8), quien inbma ds un aumento de la producci6n del
ninguna manera significa que las restricciones que impone orden del 8,196 para el periodo ~wrespandienroa la etapa de
el deterioro de la economia puedan verse magicarnente autogestidn. Sin embargo, Novick realiza el dlculo sntrw 19i3 y
superadas por la sola emergencia de esos valores y de 1975 y exduye asl las cambios conespondientes al primero de
aquellasdemandas.En todo caso, la presencia simuhdnea esos años. Si tomamos el mismo tramo (1 9731975), el aumento
y contradictoria de restiiúciones y demandas impone un de ia produc~i6ninformado por ia CEN es de i2,%.
desaflo para la biisqueda de estrategias pollticas que 3 Calculado como la relación entre el lndce de vdw be
pmduccibn total y el personal lotal.
atienden a la vez a m b s componentes del escenario
l
central y las empresas piiblicas: critica a los paradigmas
1
I
vigentesn, en Osrlak (1 984).
Bonm, H. (1986). "Proyecio para la mejora de la
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Conclusiones ..................... .
............... 106
Btbliografia ...................... .. .................. 122
EIpresente Hbrodel lnvestlgador Rbrdo G t r u l m ln-
daga y compara sobre la experiencia de gestidndetrik
bajadores en empresas Oblicas, particularmente, la
P
de la empresa Servicios 14ktriwsdetGran BuenosAl-
res (Segba)y la Federaddn de Trabajadores de Lux y
Fuerza ?e la Capital Federal entre 1973 y 1976.
Revlsa ia~lftemturateOrlca m b Importantevincula-
da a la cuestibn de la paitklpaclon;luego haceuna re
seña de los antecedentesde partkipacibn en AmBrica
Latina y en la Argentina y discute su Incidenlta aobre
el caso estudiado; finalmente, se aimrda el edudb de
los principalestactores que conformanel contexto en
b
ue sbdesarrollbla sxperleneia de Segba; Imcaracte
%ticas aec sindiato y sur r-iones con r w o arii
movimiento gremlaly con siperonismo,y lasvariables
cievacl~b coyuntura polltlEs y ecoMrnlca en qwi tu-
vleto-gar los M h ó o analizados.
El autor considera que d.mimedlador cumplido por eI
sindicato entre ios t r a m r e s .y los organismos de
nlcipaci6n telatlvlzb de tal manerae! poder dmMb
lde Los primerosquermiíaImprocedenteutilltar II-
y llanamente la expresidn 'autogestldn" para refe-
irseal caso Segba, pero al mismot iempo advlerteque
e-
tropezd con la desCbnfianza hostil sb C.G.T.,dei sin-
dicalismo peronisita .ortodo& otros m o r e s socb
les y politicos.
Volumen slmpk (S)