Professional Documents
Culture Documents
normativa de la Educación
Diferencial.
Funciones cognitivas
Las funciones cognitivas son los procesos mentales que nos permiten llevar a cabo cualquier tarea. Hacen posible que el sujeto tenga un papel activo en
los procesos de recepción, selección, transformación, almacenamiento, elaboración y recuperación de la información, lo que le permite desenvolverse
en el mundo que le rodea.
Su teoría psicogenética se considera la columna vertebral de los estudios sobre el desarrollo intelectual del niño, niña, adolescente y el adulto, puesto
que para el autor la lógica se construye de manera progresiva de acuerdo a sus propias leyes, desde el nacimiento a lo largo de la vida, atravesando
diferentes etapas antes de llegar a ser adulto
Piaget empezó a explorar la forma en la que los niños crecen y desarrollan habilidades del pensamiento, consideraba que el desarrollo cognitivo es el
resultado combinado de la maduración del cerebro, el sistema nervioso y la adaptación del ambiente, sus trabajos los realizó con sus propios hijos.
Empleó 5 términos fundamentales para describir la dinámica del desarrollo.
Esquema: representa una estructura mental, patrón de pensamiento que una persona utiliza para tratar una situación específica en el ambiente
Adaptación: es el proceso por el cual los niños (as) ajustan su pensamiento a incluir nueva información que promueva su comprensión
Asimilación: consiste en adquirir nueva información e incorporarla en os esquemas existentes en repuesta a los nuevos estímulos del ambiente
Acomodación: es lo que permite que la nueva información se ajuste creando nuevos esquemas
Equilibrio: significa alcanzar un balance entre los esquemas y la acomodación. El deseo de equilibrio es lo que impulsa al niño por las etapas del desarrollo
cognoscitivo.
* Etapa Preoperacional (2 a 7años): se caracteriza por la habilidad que adquiere el niño (a) para representar mentalmente el mundo que lo rodea, es
decir, su pensamiento está más desligado a la concreción de los objetos, los cuales pueden ser evocados simbólicamente con solo nombrarlos. Los niños
adquieren el lenguaje, y aprenden a manipular los símbolos que presenta el ambiente. En esta etapa pueden manejar el mundo de manera simbólica
pero no son capaces de establecer la reversibilidad, son egocéntricos y hacen uso del animismo (vida a los objetos) y artificialismo (los fenómenos
naturales los produce el hombre)
* Etapa de las operaciones concretas (7 a 11 años): muestran mayor capacidad para el razonamiento lógico, aunque limitado a las cosas que
experimenta realmente, realizan operaciones mentales como. Clasificación, seriación, inclusión de clase, comprenden el principio de conservación, las
relaciones y las cantidades
* Etapa de las operaciones formales (11 en adelante): son capaces de emplear la lógica propositiva en la resolución de problemas hipotéticos, para
derivar conclusiones, hacen uso de razonamiento inductivo y deductivo. A su vez pueden emplear lenguaje metafórico y símbolos algebraicos.
LA TEORIA DEL APRENDIZAJE Y DESARROLLO DE VYGOTSKY
1.- CARACTERIZACION
2. PROCESO.
2.1.- Proceso cognitivo
De forma general Vigotsky formula la ley genética del desarrollo cultural de la forma siguiente: “Cualquier función en el desarrollo cultural
del niño aparece en escena dos veces, en dos planos: primero como algo social, después como algo psicológico; primero entre la gente como una
categoría intersíquica, después dentro del niño como una categoría intrasíquica”
Un ejemplo sencillo, nos puede hacer más comprensible este planteamiento esencial que nos da la psicología de Vygotsky.
Un niño pequeño, al ver a su mamá llora y extiende su manita hacia donde están un grupo de objetos lejos de su alcance, estos pueden ser,
un conjunto de peluches, su mamila o biberón de leche y una pelota. La mamá, se acerca a él para saber por qué llora, constituyéndose en el adulto
mediador de la cultura “comprende” o “interpreta” el gesto casual del niño como que quiere la leche, complaciente, interactúa en relación social
con su hijo y le alcanza la mamila de leche. De alguna forma hasta el niño llega el mensaje de esta interacción social entre él y su mamá, la que puede
repetirse de modo que esta relación entre los dos se hace interna, se incorpora a su repertorio de acciones internas y en algún momento posterior,
cuando realmente quiere que la alcancen su mamila de leche, estira su dedito como gesto indicador al que la mamá responde. Así se muestra la
formación de una simple acción un tierno carácter ya psíquico, el niño ha aprendido a expresar su deseo con un gesto indicador. Lo intrapsiquico se
convierte en interpsiquico. En momentos posteriores, mediante el desarrollo, el gesto se sustituirá por la palabra leche que su mamá repite cuando
le alcanza el biberón “solicitado”.
3.- PROPOSITO
3.1.- Para que aprender.
Constituyendo en su esencia la teoría del desarrollo histórico cultural de la psiquis humana una concepción acerca del desarrollo y formación
de la personalidad y partiendo del inseparable vínculo de este proceso con la educación, resulta ineludible plantear aunque sea brevemente, los
indiscutibles aportes de la teoría Vygotskiana a la concepción del proceso educativo.
En el primer lugar se destaca que para Vygotsky el desarrollo y formación de la personalidad ocurre en el propio proceso de enseñanza y
aprendizaje cuya concepción debe tener en cuenta las siguientes consideraciones:
La enseñanza, no se ha de basar en el desarrollo ya alcanzado por el sujeto, sino que, teniéndolo en cuenta, se proyecta hacia lo que el sujeto
debe lograr en el futuro, como producto de este propio proceso; es decir, haciendo realidad las posibilidades que se expresan en la llamada zona
desarrollo próximo.
Las situaciones sociales en que las personas viven y se desarrollan constituyen elemento esencial en la organización y dirección del proceso
de enseñanza y educación.
La propia actividad que el sujeto realiza en interacción social con un grupo de personas, resulta elemento fundamental a tener en
consideración en el proceso de enseñanza y educación.
Cuando hablamos de proceso de educación nos referimos a los distintos ámbitos en el cual tiene lugar.
Ningún intento de promover la educación y el desarrollo de los niños debe disminuir la suprema importancia de la familia, la escuela y toda
la sociedad en la estimulación, educación y desarrollo infantil. El niño es el único ser vivo que nace y, sin la ayuda del adulto durante un prolongado
período de tiempo, no logra un desarrollo de su existencia, pero paradójicamente a esta aparente insuficiencia adaptativa, posee la capacidad para
la educabilidad, para que mediante la ayuda y colaboración con los otros, se convierta en una persona independiente, autónoma, que contribuya no
sólo a su educación, sino también a la educación de los demás, y, con su creatividad y trabajo, al enriquecimiento de la cultura humana.
En este complejo proceso se crea una contradicción que se ha convertido en un problema científico esencial en el proceso educativo y del
desarrollo infantil, esta se refiere a la contradicción que supone el papel del “otro”, del adulto, quien participa, dirige, promueve, facilita, hace y
enseña, versus el papel del sujeto en el desarrollo, que participa, crea, proyecta y realiza libremente y de manera espontánea las tareas. Este
planteamiento ha sido uno de los puntos de contradicción entre las llamadas tendencias tradicionales de la pedagogía, la didáctica y la escuela y las
tendencias de la escuela nueva, constructivista en los últimos tiempos.
El supuesto callejón sin salida de esta disyuntiva se debe a que, por una parte, el niño necesita ayuda, orientación y, por la otra, él necesita
hacer, participar activamente, para adquirir la capacidad de crear y hacer cosas útiles en un futuro; pero requiere que se le enseñe para aprender
haciendo. Sin dudas, la salida de esta contradicción depende mucho de la temática que nos ocupa, o sea, del conocimiento que tengamos de cómo
se produce el desarrollo y formación de los menores, de la concepción general que explica este proceso y del papel que se le atribuya a sus familiares,
maestros, adultos y compañeros en general, en esta formación.
En el proceso de interacción y actividad en colaboración con los otros ocurre el proceso de apropiación de los valores de la cultura material
y espiritual.
Si la cultura representa para cada sujeto un momento histórico determinado, la formación personal específica responde a las características
históricas y socialmente condicionadas.
Sobre la base de estos presupuestos generales pueden considerarse las particularidades de un proceso educativo que promueva el desarrollo
y formación de la personalidad.
¿Qué es la neurociencia?
La neurociencia es el conjunto de disciplinas científicas que estudian el sistema nervioso, con el fin de acercarse a la comprensión de los mecanismos
que regulan el control de las reacciones nerviosas y del comportamiento del cerebro. Existen múltiples disciplinas como la neuroanatomía,
neurofisiología, neurofarmacología, neuroquímica… etc. Es por ello que la neurociencia debe ser estudiada de manera integrada y complementaria con
el fin de comprender la complejidad del cerebro.
Aprendizaje y Neurociencia
Aprender es, en esencia, ser capaz de sobrevivir. El hombre aprendió cómo hacer fuego para calentarse y cocinar la carne y, así, enfermar menos.
Aprendió a cultivar la tierra para asegurar alimento independientemente de la suerte en la caza y construyó viviendas que resistieran a la lluvia y el frío.
Aprendiendo el hombre se forjó un futuro y solo así aseguró la continuidad de la especie.
El cerebro sigue siendo un gran desconocido, pero hace 30 años aún lo era más. Los avances en neurociencias han permitido comprender cómo funciona
el cerebro y ver el importante papel que la curiosidad y la emoción tienen en la adquisición de nuevos conocimientos. En la actualidad se ha demostrado
científicamente que, ya sea en las aulas o en la vida, no se consigue un conocimiento al memorizar, ni al repetirlo una y otra vez, sino al hacer,
experimentar y, sobre todo, emocionarnos. Las emociones, el aprendizaje y la memoria están estrechamente relacionadas. Desde el punto de vista de
la neurociencia educativa, cabe destacar que la inteligencia es un concepto multidimensional, por eso un mismo ambiente de aprendizaje debe llevar a
los niños a explorar, pensar y expresar sus ideas a través de una variedad de diferentes códigos.
La Neurociencia y la educación
Por lo que concierne a la neurociencia en la educación, hoy día hay diversas pruebas de cómo un ambiente de aprendizaje equilibrado y motivador
requiere a los niños de un mejor aprendizaje. Es por ello que los niños aprenden “socialmente”, construyendo activamente la comprensión y los
significados a través de la interacción activa y dinámica con el entorno físico, social y emocional con los cuales entran en contacto.
La neuroeducación recomienda que durante los primeros años de vida los niños estén en contacto con la naturaleza y no se les fuerce a permanecer
sentados y quietos mucho tiempo, pues a esas edades es cuando se construyen las formas, los colores, el movimiento, la profundidad… con los que
luego se tejerán los conceptos. Para poder madurar, es decir, crear nuevas redes de neuronas, el cerebro necesita experiencias nuevas. De los 10 a los
12 años, en cambio, el cerebro está específicamente receptivo a aprender aptitudes, por lo que es el momento de potenciar la comprensión de un texto
y de que aprendan a razonar de forma matemática. Y, en la adolescencia, el cerebro es plenamente emocional y choca con el actual modelo
educativo que en esta etapa les obliga a aprender biología, física, química… materias totalmente racionales.
Por poner un ejemplo, muchas personas han olvidado el nombre de los Reyes Godos o la fórmula para calcular la velocidad de caída de un cuerpo, pero,
en cambio, recuerdan lo divertidas que eran las clases de ese profesor en especial (puede que, de mates, lengua, historia… cada uno tendrá el suyo) que
despertaba su interés con ejercicios prácticos e historias sobre cada tema. Fue él quien consiguió despertar tu atención e interés, y por el que decidiste
estudiar lo que después estudiaste… La emoción es fundamental en el aprendizaje, para quien enseña y para quien aprende. Ese profesor hizo que la
información en clase la captásemos por medio de nuestros sentidos y para que después pasara por el sistema límbico o cerebro emocional antes de ser
enviada a la corteza cerebral, encargada de los procesos cognitivos. Dentro del sistema límbico, la amígdala tiene una función esencial: es una de las
partes más primitivas del cerebro y se activa ante eventos que considera importantes para la supervivencia, lo que consolida un recuerdo de manera
más eficiente.
Otro factor a tener en cuenta es la sorpresa, puesto que activa la amígdala. El cerebro es un órgano al que le gusta procesar patrones (entender cosas
que se repiten siempre de la misma forma); es la manera como se enfrenta al mundo que lo rodea. Ahora bien, todo aquello que no forma parte de esos
patrones se guarda de manera más profunda en el cerebro. De ahí que usar en la clase elementos que rompan con la monotonía benefician
su aprendizaje.
Por último, la empatía (el acercamiento emocional) es la puerta que abre el conocimiento y con él la construcción del ser humano. Además, se ha
descubierto que, al contrario de lo que se creyó durante mucho tiempo, el cerebro no es estático, sino que existen periodos críticos en los que
un aprendizaje se ve más favorecido que otro. Por ejemplo, para aprender a hablar el cerebro está más receptivo desde que uno nace hasta los siete
años. Pero esto no quiere decir que después no pueda adquirir el lenguaje: la plasticidad del cerebro permitirá hacerlo, aunque cueste más. Este
descubrimiento de la existencia de periodos de aprendizaje abre nuevos debates sobre el sistema educativo y la necesidad de replantearse un nuevo
modelo acorde con esta predisposición cerebral a adquirir nuevos contenidos concretos por etapas.
La cantidad de jóvenes desmotivados que no quieren continuar sus estudios o creen que lo que están aprendiendo no sirve para nada es alarmante. Y
la única forma de combatirla es a través de maestros que enseñen a los niños a afrontar nuevos retos, que transformen el cerebro de sus alumnos
aprovechando todas las herramientas que ofrece la neuroeducación para enseñar mejor. Algunos expertos afirman que si las clases fueran más
vivenciales podrían impartirse más conocimiento en menos tiempo. Los docentes deberían aprovechar lo que se conoce del funcionamiento del cerebro
para enseñar mejor. Los niños deben entusiasmarse por lo que están aprendiendo.
Con este objetivo ISEP presentó en 2015 el programa de Neuroeducación, un máster que proporciona conocimientos neuropsicológicos sobre cómo
aprovechar mejor el desarrollo neurobiológico para adquirir aprendizajes y los diferentes trastornos o alteraciones neurológicas que afectan a la
cognición y emociones en los niños y adolescentes, aportando herramientas para aprovechar el máximo sus posibilidades. Al mismo tiempo, y en función
de la propia maduración del SNC, también se pretende desarrollar las habilidades que este posea. Se sabe que los seres humanos solo aprovechamos
de media un 10% de nuestro potencial intelectual.
ISEP ofrece la posibilidad de especializarse en el área de la Neurociencia aplicada al ámbito educativo y del desarrollo infantil analizando las relaciones
entre el cerebro y el aprendizaje desde una perspectiva evolutiva. Encontrar la mejor forma de adquirir conocimientos supone acabar con muchos
problemas de aprendizaje catalogados como tal, pero que puede que solo sean una forma errónea de aprender. La neuroeducación permite encontrar
la forma más adecuada para personalizar el proceso de aprendizaje y sacar el máximo partido de cada uno.
Neurodiversidad en el aula: Estrategias basadas en las fortalezas para ayudar a que los niños con problemas del aprendizaje tengan éxito en la
escuela y en la vida
La idea de la Neurodiversidad es establecer un cambio de paradigma en la escuela: en lugar de ver a los alumnos con problemas de aprendizaje sufriendo
de un déficit, sugiere que hablemos de sus fortalezas.
La metáfora más utilizada para describir al cerebro es la de la computadora. Pero el cerebro humano no es un hardware o un software, es un wetware
(traducido, es un húmedo-ware).
Cuanto más estudiamos el cerebro más comprendemos que no funciona como una computadora sino como un ecosistema. Cada cerebro individual es
como un bosque tropical único, rebosante de crecimiento, declinación, selección y diversidad.
El término bosque cerebral es una excelente alegoría para discutir cómo responde el cerebro ante el medio ambiente, redirigiendo el crecimiento por
vías neurológicas alternativas.
La utilización de comparaciones ecológicas sugiere también una forma diferente de enseñar. Así como aceptamos que especies individuales de plantas
tienen necesidades ambientales específicas (tierra, agua, sol, etc.), debemos comprender que los niños neurodiversos requieren nutrientes ecológicos
únicos para florecer.
En este modelo conceptual los docentes deben descubrir los requerimientos de los alumnos para su crecimiento óptimo e implementar estrategias
diferenciadas para ayudarlos.
Esta instrucción diferenciada del cerebro neurodiverso se denomina construcción de un nicho positivo y consta de 7 estrategias.
1. Conocimiento de sus fortalezas
La herramienta más importante que podemos utilizar para construir un nicho positivo para el cerebro neurodiverso es la comprensión de las fortalezas
de nuestros alumnos. Los docentes deben saber qué apasiona a sus alumnos.
7. Modificaciones ambientales
El ambiente debe satisfacer las necesidades de los alumnos neurodiversos.
Los niños con ADHD, por ejemplo, rinden muy bien en ambientes verdes (naturales). Similarmente, los estudiantes con autismo que tienen
hipersensibilidad auditiva deben estar en un ambiente en el que se tomen recaudos para disminuir al máximo los estímulos auditivos.
Esto significa ver la escuela, los docentes y aun la comunidad que la rodea como una red compleja de posibles microhábitats para encontrar las variadas
necesidades de los alumnos neurodiversos.
Atención a la Diversidad
Es un principio que debe regir toda la enseñanza básica para proporcionar a todo el alumnado una educación adecuada a sus características y
necesidades. El sistema educativo debe procurar medidas flexibles que se adecuen a las diferencias individuales y ritmos de maduración de cada uno de
los alumnos.