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Introducción
Salud física
En la esfera física el organismo sano es capaz de “alostasis”, es decir
mantener la homeostasis fisiológica a través de circunstancias
cambiantes. Frente al estrés fisiológico, el organismo sano puede
organizar una respuesta protectora para reducir la posibilidad de daño
y restablecer el equilibrio (adaptación). Si esta estrategia de
enfrentamiento fisiológica no tiene éxito el daño (o “carga alostática”)
continúa y finalmente se puede producir la enfermedad.
Salud mental
En la esfera mental Antonovsky menciona el “sentido de coherencia”
como el factor que contribuye a la capacidad de enfrentamiento, de
recuperación de un fuerte estrés psicológico y de prevención de los
trastornos por estrés post-traumático. El sentido de coherencia
comprende las facultades subjetivas que intensifican la
comprensibilidad, manejabilidad y significatividad de una situación
difícil. El fortalecimiento de la capacidad de adaptación y autogestión a
menudo mejora la sensación subjetiva de bienestar y puede producir
una interacción positiva entre mente y cuerpo - por ejemplo, pacientes
con síndrome de fatiga crónica tratados con terapia cognitiva
conductual comunicaron efectos positivos sobre sus síntomas y
bienestar. Esto se acompañó por el aumento de volumen de la
sustancia gris en el cerebro, aunque aún no hay una explicación clara
para esta asociación.
Salud social
Se pueden identificar varias dimensiones de la salud en la esfera social,
como la capacidad de las personas de cumplir con sus obligaciones, de
gestionar su vida con cierto grado de independencia a pesar de padecer
alguna enfermedad y de participar en actividades sociales, incluido el
trabajo. La salud en esta esfera se puede considerar como un equilibrio
dinámico entre las oportunidades y las limitaciones, afectado por
condiciones externas, como los desafíos sociales y ambientales. Al
adaptarse a una enfermedad, las personas pueden trabajar y participar
en actividades sociales y sentirse sanas a pesar de sus limitaciones.
Esto se demuestra en evaluaciones del programa de Stanford de
autogestión de la enfermedad crónica: pacientes con enfermedades
crónicas, muy controlados, que aprendieron a manejar mejor su vida y
a enfrentar su enfermedad, comunicaron mejor percepción subjetiva de
su salud, menos malestar, menos cansancio, más energía y menor
percepción de sus incapacidades y limitaciones en las actividades
sociales después de su adiestramiento. Asimismo, los costos de su
atención sanitaria disminuyeron. Si las personas pueden desarrollar
estrategias de enfrentamiento exitosas (en relación a su edad) la
alteración del funcionamiento no cambiará la percepción subjetiva de
su calidad de vida, fenómeno que se conoce como la paradoja de la
discapacidad.
Conclusión