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TEMA 7: EL ORDENAMIENTO JURÍDICO

I. Concepto de ordenamiento jurídico: la unidad

funcional de las normas jurídicas

El Derecho está integrado por una pluralidad de normas que coexisten en

un mismo ámbito espacial y territorial, las cuales se agrupan formando

conjuntos o sectores normativos.

Los sectores normativos están integrados por normas jurídicas

que están interconectadas entre sí, ya que algunas acciones que afectan a

un sujeto pertenecen a distintos ámbitos.

La relación entre diferentes sectores crea una estructura llamada

Ordenamiento Jurídico, que, siguiendo una concepción positivista

del siglo XIX, se definió como el conjunto de normas vigentes en una

determinada sociedad y en una época determinada.

Hoy en día, la evolución del Estado de Derecho provoca que se defina

Ordenamiento Jurídico como conjunto de normas, principios, instituciones

y relaciones jurídicas.

Pero el Derecho es también un Sistema normativo o jurídico,

que se caracteriza por:

a) La existencia de reglas de formación: normas

coordinadas o subordinadas.
b) La existencia de reglas de transformación: se puede

modificar por la creación y transformación de nuevos elementos.

c) Capacidad de autorregulación.

d) Sistema cerrado o autosuficiente.

Por tanto, la idea de Sistema jurídico es más amplia que la de

Ordenamiento jurídico, ya que el Ordenamiento contiene una referencia a

los elementos que lo componen (normas, principios, instituciones),

mientras que el sistema es más abstracto, es la herramienta conceptual que

permite entender el ordenamiento como una realidad autosuficiente.

II. Principios básicos del Ordenamiento Jurídico

1. La unidad

La integración de los sectores normativos debe realizarse siguiendo unos

criterios de ordenación que dotaran al sistema jurídico de unidad.

Para dar solución a la cuestión de unidad, se recurre a la concepción

normativista, a los planteamientos de KELSEN y HART, los cuales

consideraban que existe una norma suprema que sirve para dotar de unidad

al conjunto. Esta norma se caracteriza por:

- Se encuentra en la cúspide de la jerarquía normativa


- Establece procedimientos para saber si una norma pertenece a un

determinado ordenamiento

- Señala criterios que identifican y diferencian las normas

Según KELSEN, la unidad del ordenamiento jurídico se consigue

recurriendo al principio de jerarquía normativa, ya que todas

las normas que lo integran están vinculadas con la norma fundamental.

Dicha norma fundamental encuentra su validez en su consideración como

norma presupuesta, es decir, que no deriva de ninguna otra y es

válida porque es eficaz.

Según HART, son las reglas de reconocimiento las que dan

unidad al Ordenamiento, pues serán válidas y pertenecerán a cada

Ordenamiento aquellas normas que cumplan los criterios establecidos por

esa regla de reconocimiento que, según HART, existe de manera única en

todo Ordenamiento jurídico y la cual presenta un carácter positivo, en el

sentido que es una regla social.

La unidad como rasgo principal del ordenamiento supone que todos los

elementos del sistema pueden y deben relacionarse con una única norma

suprema.

2. La plenitud del Ordenamiento jurídico


Históricamente, se ha entendido por plenitud del Ordenamiento jurídico su

capacidad para contener normas que permitan la resolución de cualquier

conflicto jurídico que se pueda originar en el grupo social donde rige dicho

ordenamiento.

La plenitud en sentido absoluto se entiende en aquel Ordenamiento

jurídico donde no existen vacíos normativos o lagunas jurídicas.

Durante la Historia, han existido diversas teorías:

- Teoría del espacio jurídico vacío: existen dos espacios en el

comportamiento social:

a) Espacio jurídico pleno: todos los comportamientos incluidos en dicho

espacio están regulados por normas jurídicas.

b) Espacio jurídico vacío: espacio donde el Derecho no existe.

Se entiende que el Derecho es pleno, por lo que solo se tiene en cuenta

el espacio jurídico pleno.

- Teoría de la norma general exclusiva: las conductas

humanas son objeto de

regulación a través de una norma que cumple una doble función:

a) Regula de manera directa (norma inclusiva)

b) Esta regulación excluye los demás comportamientos no reglados

(norma exclusiva)
Actualmente se considera el rasgo de plenitud como relativo. Los

Ordenamientos jurídicos son considerados plenos cuando ofrecen

diferentes medios que permiten solucionar jurídicamente los problemas

planteados. Es la denominada plenitud potencial, de la cual se

deriva que las normas no son plenas, pero sí el Ordenamiento jurídico en

su conjunto, aceptando posibles lagunas jurídicas.

El Ordenamiento jurídico español es un ejemplo de la idea de plenitud

potencial o funcional, ya que se establece un sistema de fuentes del

Derecho (Ley, costumbre y Principios Generales del Derecho),

jerarquizado y añadiendo complementos a dicho sistema, que actúan

subsidiariamente, como la jurisprudencia, analogía y equidad.

2.1 Vías de superación de las lagunas jurídicas

Existen dos recursos para superar las lagunas jurídicas:

a) Heterointegración: se completa el Ordenamiento utilizando otras

fuentes del mismo Ordenamiento jurídico, distintas a aquella donde se ha

producido la laguna o buscando la solución en otros ordenamientos.

b) Autointegración: se completa el Ordenamiento sin recurrir a

ordenamientos o fuentes distintas de donde se ha producido la laguna.

Existen dos recursos:

- Analogía legis: procedimiento por el que se atribuye a un supuesto no


regulado una solución igual que la establecida para otro caso que sea

similar, con las mismas consecuencias jurídicas. Está prohibida en

determinados ámbitos, como el Derecho penal.

- Principios Generales del Derecho: para superar las posibles lagunas

jurídicas, se recurre a aquellos Principios Generales del Derecho que han

sido caracterizados de esta manera por el propio Ordenamiento jurídico o

bien otros que puedan extraerse de determinadas normas del Derecho

positivo.

3. La coherencia del ordenamiento jurídico

Otra cualidad del ordenamiento jurídico es la coherencia, que se

logrará cuando todas las normas que integran el Ordenamiento sean

compatibles entre ellas, es decir, no establezcan consecuencias jurídicas

distintas para situaciones idénticas.

Si existen normas incompatibles en un mismo Ordenamiento jurídico se da

una situación de antinomia jurídica, que sería aquella circunstancia

que se produce cuando varias normas integradas en un mismo

Ordenamiento jurídico y que afectan a un ámbito de validez idéntico,

contienen prescripciones incompatibles.

Se da un supuesto de antinomia cuando se cumplen los siguientes


requisitos:

- Las normas contradictorias deben pertenecer al mismo Ordenamiento

jurídico

- Las normas contradictorias han de tener el mismo ámbito de validez

personal, material, espacial y temporal.

Los Ordenamientos jurídicos establecen unos criterios objetivos, ciertos y

verificables que permiten solucionar la antinomia jurídica, que son:

a) Criterio de cronología normativa: supone que, ante la

existencia de dos normas incompatibles, habrá de aplicarse lo establecido

en la norma promulgada con posterioridad.

b) Criterio de jerarquía normativa: cuando existen dos normas

contradictorias, habrá de aplicarse aquella que posea un rango mayor

dentro del orden de prelación que establezca el Ordenamiento jurídico.

c) Criterio de especialidad: este criterio tiene un carácter

material, por lo que si dos normas son contradictorias al regular una

materia, prevaldrá aquella que establezca una regulación más particular y

concreta (especialidad) frente a aquella que contenga reglamentación

general (generalidad).

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