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AGUA POTABLE
1 Introducción
El presente documento tiene por objetivo determinar las dosis óptimas o eficientes que se deben aplicar
en los sistemas de desinfección de las plantas de tratamiento de agua potable de ESVAL. Para ello se
han estudiado todos los factores que provocan demanda de cloro en el agua tratada, de acuerdo a las
características físico-químicas de cada una de las fuentes de la Empresa, determinando para cada caso
la demanda de cloro teórica.
Posteriormente se han determinado las dosificaciones medias reales que se han aplicado en las plantas
de tratamiento de la Empresa, para finalmente efectuar una comparación entre ambas dosis,
seleccionando como óptima o eficiente a aquella que resulte menor o igual a la dosis teórica.
Son varios los factores que inducen una demanda de cloro en el agua, aún cuando la fuente no presente
valores críticos para ciertos parámetros, como es el caso de los metales. Su presencia en niveles
inferiores a los establecidos por la NCh 409/1, provoca demanda de cloro por efecto de su oxidación. De
igual forma la presencia de materia orgánica genera una demanda de cloro. Estas situaciones obligan a
elevar las dosificaciones de cloro en los sistemas de desinfección para lograr el cumplimiento de las
concentraciones mínimas de cloro residual en la red establecida en la norma.
Cada uno de estos factores es analizado más adelante, determinando de acuerdo a la estequiometría, en
algunas casos, o a la literatura especializada en otros, cuál es la demanda de cloro agregado que genera
cada uno de ellos. Posteriormente, la sumatoria de todas estas demandas parciales constituye lo que
hemos denominado dosis teórica o ideal.
Las concentraciones de estos parámetros para cada una de las fuentes fueron obtenidas de los informes
de calidad física, química y bacteriológica del agua cruda remitidos a la SISS en atención al
requerimiento establecido en el oficio N° 243 del 26 de Enero de 2000, por resolución N° 1745 del 11 de
Agosto de 1999.
En la siguiente tabla se presenta un resumen con la comparación entre las dosis ideales obtenidas y las
dosis reales aplicadas en las planta de tratamiento de ESVAL.
Tabla 1: Dosis reales de Cloro (mg/l) , ESVAL
Dosis de Cloro Real (mg/l) Dosis
SPAP Ideal
2009 2010 2011 2012 2013 (mg/l)
Casablanca 0,63 0,65 0,63 0,83 0,78 1,04
San Jerónimo 0,00 2,04 6,04 4,40 1,81 3,12
San Juan 8,44 8,27 10,20 12,80 9,72 13,48
Catapilco 0,00 3,33 2,94 3,17 9,66 10,46
Ritoque 2,39 2,44 2,45 2,50 2,60 2,64
Papudo 9,69 9,78 9,81 15,97 10,40 11,26
Concón 5,02 5,08 5,96 5,61 5,25 7,04
Las Vegas-Pachacama 1,53 1,47 1,57 1,56 1,56 1,7
Peñuelas 10,22 11,29 35,67 43,05 28,10 28,64
Poza Azul 1,85 2,08 1,00 1,26 1,81 2,2
Agua Clara 1,51 1,65 3,36 2,93 3,20 2,5
Andres Bello 2,63 2,73 2,72 2,74 2,71 2,2
Artificio 0,82 0,87 0,87 0,86 0,86 1,4
Cabildo 1,55 1,51 1,32 1,31 1,31 2
El Cristo 3,82 3,37 2,61 2,44 2,26 2
Goenechea 2,17 3,58 1,99 3,42 2,84 2,5
Hijuelas 1,73 1,57 1,57 1,56 1,58 1,4
Parrones 1,51 1,53 1,56 1,63 1,58 1,4
Oriente 1,30 1,28 1,32 1,46 1,61 1,5
La Cruz 5,11 4,65 4,75 4,70 4,77 1,5
Quínquimo I 5,14 4,39 6,28 9,38 8,86 1,5
San Pedro 1,61 1,40 1,36 1,38 1,36 1,4
Alfaro 1,76 1,79 1,78 1,74 1,76 1,4
Pachacama 1,08 1,12 1,12 1,11 1,12 1,4
Bellavista 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
Catemu 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
Chepical 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
El Carmen 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
El Sauce 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
El Tambo 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
LlayLlay 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
Mendocita 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
Miraflores 1,41 1,44 1,42 1,41 1,42 1,4
El Llano 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
Rinconada 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
San Esteban 1,40 1,40 1,40 1,40 1,40 1,4
A partir de lo último se definen las dosis eficientes de cloro a aplicar, las cuales consisten en el mínimo
valor entre la dosis promedio real y la dosis ideal.
Tabla 2: Dosis eficientes de cloro (mg/l)
Dosis de Cloro (mg/l)
SPAP
Dosis Real Promedio Dosis Dosis
2009-2013 Ideal Eficiente (*)
Casablanca 0,70 1,04 0,7
San Jerónimo 2,86 3,12 2,9
San Juan 9,88 13,48 9,9
Catapilco 3,82 10,46 3,8
Ritoque 2,48 2,64 2,5
Papudo 11,13 11,26 11,1
Concón 5,38 7,04 5,4
Las Vegas-
Pachacama 1,54 1,7 1,5
Peñuelas 25,67 28,64 25,7
Poza Azul 1,60 2,2 1,6
Agua Clara 2,53 2,5 2,5
Andres Bello 2,71 2,2 2,2
Artificio 0,86 1,4 0,9
Cabildo 1,40 2 1,4
El Cristo 2,90 2 2,0
Goenechea 2,80 2,5 2,5
Hijuelas 1,60 1,4 1,4
Parrones 1,56 1,4 1,4
Oriente 1,39 1,5 1,4
La Cruz 4,79 1,5 1,5
Quínquimo I 6,81 1,5 1,5
San Pedro 1,42 1,4 1,4
Alfaro 1,77 1,4 1,4
Pachacama 1,11 1,4 1,1
Bellavista 1,40 1,4 1,4
Catemu 1,40 1,4 1,4
Chepical 1,40 1,4 1,4
El Carmen 1,40 1,4 1,4
El Sauce 1,40 1,4 1,4
El Tambo 1,40 1,4 1,4
LlayLlay 1,40 1,4 1,4
Mendocita 1,40 1,4 1,4
Miraflores 1,42 1,4 1,4
El Llano 1,40 1,4 1,4
Rinconada 1,40 1,4 1,4
San Esteban 1,40 1,4 1,4
(*) Dosis Eficiente: Mín.(Dosis Real; Dosis Ideal)
3 Antecedentes Técnicos
Cómo se ha señalado anteriormente, son varios los factores que influyen en la desinfección con cloro de
las aguas para ser potabilizadas. A continuación se consignan los principales:
Lo anterior genera dos situaciones estaciónales de interés para nuestro caso; en verano cuando el
consumo es mayor, se hace necesario aplicar una dosis de cloro que disponga de una rápida remoción
de microorganismos, en el corto plazo. Ya que si bien en los estanques existe un tiempo de contacto en
ellos no existe un flujo pistón que nos asegure una mezcla completa.
El invierno genera otro tipo de inconvenientes, casas sin moradores, poco movimientos en las redes,
localidades como La Laguna de Zapallar, Cachagua, Isla Negra y el mismo Viña del Mar provocan bajas
de los residuales de cloro en la red, puntos en los cuales el movimiento en la red es tan bajo que se
deben realizar aperturas de grifos para renovar las aguas. Con lo anterior varios metros cúbicos de aguas
totalmente tratada son botados a los sistemas de alcantarillado, por lo que se hace necesario subir las
dosis para mantener valores residuales de cloro por mayor tiempo, sin tener que recurrir a botar aguas
tratadas y potabilizadas.
pH: El cloro medido como residual o libre, es una mezcla de HOCl y OCl -, estos son el resultado de la
hidrolización del elemento, una vez agregado al agua, proceso que es inmediato, estos compuestos son
agentes bacterianos, el HOCl es un poderosos bactericida, sin embargo el OCl - es muy pobre como
elemento de desinfección, la presencia de uno o del otro, es exclusiva función del pH.
De lo anterior y considerando la hidrólisis como:
HOCl H+ + OCl-
T° 0 5 10 15 20 25
Ka x 10–8 2,0 2,3 2,6 3,0 3,3 3,7
Si, CT = [HOCl] + [OCl-], y sabiendo que pH = log (1/[H+]) despejando y reemplazando lo anterior queda
como:
[HOCl] = CT .
1 + Ka x 10pH
Si consideramos las condiciones estándares de los ríos que son las principales fuentes de agua de
ESVAL, como es el río Aconcagua y el Maipo, tenemos entonces:
Luego un 39% del cloro libre esta como HOCl en invierno y en verano solo un 32% se encuentra como
este producto, si verificamos la literatura y estudios realizados todos se llevan a cabo con el HOCl, que es
el que realiza un importante trabajo bactericida, lo anterior y con la finalidad de lograr buenos resultados,
debe llevarse a cabo considerando esta baja en las concentraciones medidas como residuales.
Pero no solo el nitrógeno amoniacal es un gran demandante de cloro, el hierro, manganeso, ácido
sulfhídrico y la alcalinidad reaccionan rápidamente, apreciándose en menos de una hora una fuerte baja
del cloro aplicado.
Sin embargo la materia orgánica reacciona en forma lenta encontrándose bajas de cloro importante
después de 72 horas de operación, entre estos encontramos productos de degradación, elementos
productores de color generados por algas, amino ácidos, desechos humanos, todas reacciones lentas
que se llevan a cabo en presencia de HOCl.
A modo de ejemplo:
H2S: la demanda de cloro en peso alcanza a los 9:1 = Cl2: H2S, de acuerdo a la siguiente ecuación:
H2S + 4 Cl2 + 4 H2O H2SO4 + 8 HCl
Fe: la demanda de cloro en peso alcanza a los 1:1 = Cl2: Fe, de acuerdo a la siguiente ecuación:
2 Fe(HCO3) + Cl2 + Ca (HCO3) 2 Fe (OH)3 + CaCl2 + 6 CO2
Mn: la demanda de cloro en peso alcanza a los 2:1 = Cl2: Mn, de acuerdo a la siguiente ecuación:
MnSO4 + Cl2 + 4 NaOH Mn O2 + NaCl2 + Na SO4
Después de oxidar todo lo anterior, este o no fuera de norma se hace necesario disponer de una cantidad
de cloro para lograr la desinfección.
4 Eficiencia de la desinfección
Usando agua destilada como medio, estudios de Tonney y otros en 1930 concluyeron que 0,2 mg/l de
cloro libre eran necesarios para destruir 503 especies distintas de bacterias, con tiempos de contacto de
entre 15 a 30 minutos. Estudios posteriores realizados por Butterfield y colaboradores entre 1943 hasta
1948 usando Escherichia coli, Aerobacter y algunas especies Pseudonomas pyocyaneae, Ebertella
Tifosa y Shigella disenteriae, concluyó que el cloro libre es el más eficiente para lograr el 100% de
destrucción de las bacterias.
Para abatir E.Coli fue necesaria una dosis de 0,05 mg/l de HOCl y 0,5 de OCl, esto implica que un
residual de 0,2 mg/l como cloro libre no es siempre una garantía que las redes están protegidas, dejando
el valor de 0,5 mg/l como el esperado en el punto más desfavorable de la red. Este valor se ve
respaldado por Carlson que en 1968 concluyó que el valor más optimo para la destrucción de bacterias
entéricas era 0,5 mg/l. Por otra parte la AWWA ha fijado el valor de 0,5 mg/l como cloro libre el optimo
para asegurar una buena destrucción, es más se recomienda 20 mg/l de cloro combinado una vez
satisfecha la demanda, aceptando como 1 mg/l en cualquier punto de la red.
Otro aspecto que es importante destacar son las pérdidas de cloro por trasvase, cada paso que hace el
agua entre un estanque y otro pierde cloro, porque éste se flashea al separarse en dos fase por el
cambio de régimen hidráulico que se produce, al caer dentro de este. Es fácil verificar lo anterior, las
emanaciones de olor a cloro son perceptible al abrir las cámaras, así como la corrosión que produce éste,
solo en la parte alta del estanque, si fuera por la gran presencia de cloro la corrosión sería a todo nivel,
sin embargo ésta se produce solo en las partes superiores.
Intuitivamente se podría suponer que la edad de las cañerías provocan una demanda de cloro al pensar
en la depositaciones de metales sobre las paredes, acumuladas a lo largo de los años de operación. Sin
embargo y como fue indicado en los puntos anteriores, el cloro es un poderoso oxidante que actúa sobre
los metales desde el momento de su aplicación en la planta de tratamiento, oxidándolos y generando por
consiguiente un compuesto insoluble que en su mayoría queda retenido en los decantadores y en los
filtros. Una porción menor de estos insolubles pasa a la red depositándose sobre sus paredes internas.
Estos compuestos son óxidos que ya reaccionaron con el cloro y por lo tanto no generarán una nueva
demanda.
DOSIS ÓPTIMA DE CLORO EN PLANTAS DE
AGUA POTABLE DE ESVAL S.A.
2014
ESVAL S.A.