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Suelo calizo: características,

composición, formación,
estructura
Por
Violeta Gomez

Los suelos calizos o calcáreos son aquellos con un alto contenido de


carbonato de calcio. Son suelos minerales cuya formación ha estado
condicionada por el clima. Han sido clasificados como calcisoles y se
caracterizan por la acumulación secundaria de carbonatos y alto contenido
de limo.
La presencia de elevados niveles de carbonato de calcio determina un pH
básico. Tienen bajos contenidos de materia orgánica y generalmente
ocurren en zonas áridas o semiáridas de todo el planeta. También se
presentan en zonas lacustres con alto aporte de carbonato de calcio
proveniente de las conchas de gastrópodos y bivalvo.


Perfil de suelo calcáreo en Parque Seven Sisters (Reino Unido). Nigel Chadwick [CC BY-SA 2.0
(https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)]
Son suelos aptos para actividades agrícolas, siempre y cuando tengan
fertilización y riego adecuado. Entre los cultivos más comunes tenemos el
girasol, la vid y los olivos.

Características

Material parental
Los suelos calcáreos se originan asociados a material parental rico en
carbonato de calcio en zonas áridas o semiáridas. Esto incluye deposición
aluvial, coluvial o eólica de material calcáreo.
Puede provenir de la erosión de rocas sedimentarias calcáreas o de
deposiciones recientes de zonas lacustres en desecación.

Características físico-químicas
Son suelos de textura media a fina con buena retención de humedad. En
algunos casos pueden presentar una alta proporción de partículas rocosas
de gran diámetro.
Normalmente muestran alto contenido de limo. Pueden formar costras
superficiales dificultando la percolación. Poseen entre 1 y 2% de materia
orgánica. El contenido de carbonato de calcio es igual o superior a 25%.
Los contenido de arena y arcilla son variables, dependiendo de si están
asociados a otro tipo de suelos. En asociación con vertisoles tendrán un
mayor contenido de arcillas. Con arenosoles el contenido de arena será
mayor.

Características morfológicas
Los suelos calcáreos o calcisoles generalmente presentan un horizonte
superficial muy delgado (menos de 10 cm) de color castaño a castaño
claro. Luego sigue un horizonte algo más oscuro o castaño amarillento
salpicado de motitas blancas de calcita.
A mayor profundidad puede presentarse una estructura en bloque con
agregados mayores, a menudo de color rojizo o conformado de material
parental.

Características hidrológicas
Son suelos bien drenados, condicionado por la fisiografía donde
normalmente se encuentran y su textura. Si un suelo calcáreo se encuentra
en una depresión, es susceptible de una alta acumulación de sales.
Esta condición de suelo salino normalmente es clasificado en otra categoría
distinta a calcisol (Ejemplo: Solonchaks).

Composición
Los suelos calcáreos pueden estar conformados por distintos tipos de rocas
que son ricas en calcio. Dependiendo de las rocas presentes, se pueden
encontrar diversos minerales asociados al suelo.
La gran mayoría de estos suelos están compuestos de rocas calizas que
tienen gran contenido de calcita y aragonita. Cuando hay presencia de
basaltos, se observa abundancia de hierro y magnesio.
Las areniscas presentes en algunos suelos calizos contienen cuarzo y
feldepastos. Mientras que los suelos con esquistos pueden presentar
granate, moscovita y grafito.

Formación
En el horizonte A (o zona de lavado vertical de la capa más superficial del
suelo) existe una mayor presión de CO2 que en el aire sobre el suelo,
debido a la actividad radical y la respiración microbial.
Esto provoca la disolución de la calcita (CaCO3) en el agua. Los
iones Ca2+- y el HCO3 son arrastrados por el agua hacia horizontes
inferiores. En la medida que el agua desciende, se evapora y disminuye la
presión de CO2. En estas condiciones la calcita precipita y forma la capa o
agregados de cal.
La redistribución del carbonato de calcio, al igual que otros elementos
minerales, es un importante mecanismo de diferenciación del horizonte en
suelos de zona seca.
Las sales solubles pueden acumularse en áreas con poca profundidad. La
presencia de aguas subterráneas cerca de la superficie del suelo también
condicionan estos procesos.

Estructura
Algunos de estos suelos llevan muchos años formados, pero no tienen un
gran desarrollo edafológico, debido a que están sometidos a largos períodos
recurrentes de sequía, lo cual limita la mayoría de los procesos más
importantes en la formación del suelo.
Generalmente se pueden presentar tres horizontes. El horizonte más
superficial (A) está poco estructurado y tiene bajo contenido de calcio.
Posteriormente, se presenta un horizonte B de acumulación, donde el
mismo puede ser visible debido a la gran acumulación de calcio. Por debajo
de esto, se presenta un horizonte C constituido por el material parental.
La estructura del horizonte B define los tipos de suelos calizos que pueden
presentarse. Según la forma en que se diferencia este perfil tenemos:

Suelos con Horizonte B difuso


El contenido de calcio es apenas un 10% mayor que en los otros dos
horizontes. La profundidad puede ser de 50-100 cm y el calcio se acumula
en forma de partículas finas.
Cuando se estudia el perfil del suelo, es difícil reconocer este horizonte de
acumulación, ya que no hay grandes variaciones de color con los otros
horizontes. Por tanto, se hace necesario esperar los análisis químicos para
certificar su presencia.
Suelos con Horizonte B moderadamente diferenciado
En este caso, se puede diferenciar el horizonte en el perfil. La acumulación
de carbonato de calcio está entre 50 – 60% y la forma en que se presenta
puede ser en nódulos o partículas finas.
La profundidad de este horizonte puede ir entre 20-100 cm. Generalmente
la transición entre el horizonte A y B es algo difusa.

Suelos con horizonte B marcadamente diferenciado


(Horizonte petrocálcico)
Cuando se estudia el perfil del suelo, se puede diferenciar claramente el
horizonte de acumulación. En este hay gran cantidad de carbonato de calcio
y otros minerales que forman una capa endurecida.
La profundidad de este horizonte puede ir desde 10 cm hasta dos metros.
El color es bastante claro y las incrustaciones de calcio pueden presentar
distintas formas.
El horizonte petrocálcico se origina bajo condiciones de alta temperatura y
alto pH. Esto favorece la disolución del sílice de los feldespatos, de
minerales ferromagnesianos, entre otros. Asimismo, ocurre una alta
traslocación de calcita.

Localización en el mundo
Los calcisoles o suelos calcáreos se encuentran en una amplia gama de
formas de relieve, incluidos los piedemonte, los fondos de los lagos, tierras
de desecación lacustrinas, las terrazas y abanicos o conos aluviales.
Haciendo una estimación, el área ocupada por calcisoles es de
aproximadamente 1 billón de hectáreas a nivel mundial. Algunos autores
señalan que el 30% de los suelos del planeta son calcáreos. La mayoría se
ubica en zonas áridas y semiáridas de los trópicos y subtrópicos.
Una de las zonas donde son más abundantes es el Mediterráneo, debido a
la predominancia de climas áridos. Igualmente son frecuentes en Egipto,
Siria, Irán, Iraq, Jordania y Turquía entre otros.
En América no son muy comunes, ocupando menos del 2% de su
superficie. Los podemos encontrar al norte de México y norte de Argentina.
De forma muy localizada se presentan en la costa de Venezuela y algunas
áreas de Chile.

Cultivos
La mayoría de los calcisoles están bien drenados, pero son poco fértiles y
poseen humedad solo durante la estación lluviosa. Esto determina sus
limitaciones principales para la agricultura. Si existe un horizonte
petrocálcico, se requieren labores de subsolado (ruptura de esta capa con
arado profundo o subsolador).
Si los suelos calcáreos son irrigados, drenados y fertilizados, pueden ser
altamente productivos en una gran variedad de cultivos. En zonas
montañosas, los calcisoles se utilizan principalmente para el pastoreo de
bajo volumen de vacas, ovejas y cabras.
Los suelos calcáreos son aptos para cultivos tolerantes a la sequía como el
girasol. En la zona mediterránea, se cultiva trigo de invierno irrigado,
melón y algodón en amplias áreas de calcisoles.
Son también adecuados para la producción de cítricas, maní, soya, olivo y
sorgo. Con el riego y fertilización adecuados se pueden producir diversas
especies de hortalizas.
En la viticultura se señala que las uvas cultivadas en estos suelos
proporcionan vinos con gran cuerpo, alcohólicos, complejos, muy buenos
para crianza.

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