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El Yucurana es un ser mitológico que habita en las profundidades del río Amazonas.

A esta criatura
se le acusa de seducir mujeres jóvenes para llevarlas a su reino en las profundidades. El mito es
originario de la Región de Iquitos en la Amazonía peruana, desde donde ha conseguido mucha
popularidad.

Cuentan los pobladores más antiguos de la Amazonía que en el fondo de las aguas vive una
criatura acuática mitológica. Se trata del Yacurana, un ser capaz de cambiar de forma a su antojo y
con el poder de controlar la fauna del río. Se le suele describir como una criatura que navega por
el río nocturno, montado en un gran cocodrilo negro. Además, lleva una gran boa también negra
en el cuello. Se trata de un ser que gobierna en las aguas.

El Yucurana es capaz de convertirse en hombre para seducir jovencitas. Cuando la criatura


abandona el río lo hace para buscar una nueva mujer. Con su poder es capaz de transformarse en
un ser humano de varonil apariencia. Se dice que cuando una mujer menstrúa atrae con su sangre
al animal. Este merodea la aldea bajo la forma de un delfín rosado, para identificar a su víctima.
Cuando sabe quién es, se transfigura en hombre y llega al pueblo como un extranjero.

Las mujeres seducidas por el Yucurana son llevadas a las profundidades del agua, de donde nunca
regresan. Una vez que el Yucurana se convirtió en hombre, se encarga de seducir a la mujer que
previamente ha vigilado. Si su bella apariencia no fuera suficiente, es capaz de valerse de
afrodisíacos y pócimas que sólo él conoce. Entonces la joven pierde la cabeza por la criatura y la
sigue hasta el río. Después se sumerge con él hasta las profundidades y es convertida en la hembra
de su especie.

Se cree el Yucurana es una criatura exclusivamente nocturna. Si alguien visita Iquitos y se pregunta
por qué no aparece el Yucurana, esto se debe a sus hábitos. Cuando la noche envuelve la selva, el
ser mitológica navega las aguas con la caravana de un rey. Sin embargo, cuando el primer rayo de
luz choca contra el agua, el animal desaparece. Se piensa que el Yucurana descansa en lo más
profundo del lecho amazónico, con un ojo siempre abierto. Por esta razón es casi imposible verlo
de día, a menos que aceche una joven en su forma de delfín.

Asimismo, algunos estudiosos comparan el Yucurana con la figura de Poseidón. Si bien esta
criatura no juega un papel tan importante en la cosmovisión amazónica, comparte algunos rasgos.
Igual que el dios griego, el Yucurana tiene el poder hacerse obedecer por los animales del río.
Desde los pececillos que se esconden en las ramas acuáticas, hasta los cocodrilos y grandes
serpientes, todos están bajo sus órdenes. Las creencias populares no lo hacen responsables de
favores a la aldea, pues no atrae beneficios. En todo caso, es una fuerza más de la naturaleza con
la que se debe lidiar.

Este mito esta relacionado directamente con la fecundidad, razón que explica el rapto de jóvenes.
Llama la atención que el Yucurana sea atraído por la menstruación, esto se debe a que es un signo
de fertilidad. La criatura no acecha mujeres mayor o niñas, sólo mujeres en edad reproductiva.
También hay que relacionar al Yucurana con el hombre extranjero que se lleva a las muchachas de
la aldea. Cuando una mujer indígena alcanza la madurez sexual está lista para unirse con un
hombre y dejar la aldea. Finalmente, el río es un ente natural que fecunda la tierra. Sin él nada
brotaría en la selva. Podríamos decir que el mito del Yucurana explica la fecundidad y naturaleza
reproductiva de las cosas

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