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Perfiles

Djuna Barnes

El libro reúne una serie de entrevistas con las que la escritora colaboró en publicaciones
periódicas. Las consideraba trabajos de poca monta, cosas rutinarias y sin importancia,
hechas por la necesidad económica.
Entrevistó a: actores, comediógrafos, artistas, directores escénicos y cinematográficos,
novelistas, boxeadores, bailarines, cantantes. Famosos de la época.
En sus entrevistas se encuentran todos los grandes temas de la D. B. Son descritas como
“fascinantes experimentos de creación impresionista de personajes”.
Las entrevistas cubren de 1914 a 1931, un periodo de gran importancia para el arte de Estados
Unidos.
“Cuanto mayor es el tiempo que le dedicamos a una empresa, naturalmente, más va creciendo
el valor que encontramos en la actividad o en el objeto de nuestro esfuerzo; y sólo un mártir
de la investigación sería capaz de reconocer que habría invertido varios años en un trabajo
carente de toda trascendencia.” (Douglas Messerli)

Pero los entrevistados no siempre eran las estrellas del momento. Incluso entrevistó a un
fanático religioso. D. B. se esfuerza por oscurecer los datos que los periodistas se esfuerzan
por mostrar: el quién, cómo, cuándo, dónde, etc.
Forma de escribir: diferente del periodismo corriente, calidad literaria, metáforas radicales,
comentarios filosóficos, recursos retóricos. Visión inteligente y a veces turbadora. Más
próxima a la tradición de los coleccionistas británicos de anécdotas que al periodismo
americano. Escritas desde la subjetividad a pesar de las pretensiones de objetividad.
Contienen tanta información de la autora como del entrevistado.

Vivió generalmente más que sus congeneracionales.

Sobre la entrevista con James Joyce

A partir de la lectura de la novelística de Joyce, la autora cometa que no es posible tener


arrestos para seguir escribiendo, a pesar de lo cual sigue escribiendo.

Joyce tenía muy buena impresión de D. B. e influyó mucho en ella.

Joyce fue cantante (¡!).


“¿No es todo absolutamente morboso? Me refiero a la vida desprovista de la máscara. ¿Dónde
están los rasgos que nos proporcionan cierto alivio?” D. B.
Robert Musil
La eternidad de un día. Clásicos del periodismo literario alemán (1823-1934)

R. M.: 1880-1942 (murió en Ginebra).


En 1906 publicó su primer libro: Las tribulaciones del estudiante Törless, novela de
formación que relata su experiencia en el internado. En 1906 se doctora en Filosofía. Tras
sopesar la carrera académica, se decide por la literatura. Ejerció también de bibliotecario.
El hombre sin atributos es la obra monumental de su vida. Recibió críticas muy positivas,
pero su vida siguió siendo económicamente precaria. Se instala en Berlín, para seguir
escribiendo.
Escribió ensayos y prosa breve. Sus libros fueron prohibidos por los nazis.
En 1952 su mujer publica la última parte de su novela.
Cultivó el periodismo por motivos económicos, pero consideraba ese trabajo como rebajador;
pero eso no significa que escribiera con descuido. Sus críticas teatrales y literarias tienen un
estilo elegante, “luminoso”, irónico, mezcla de especulación intelectual y exactitud científica.

Cuando papá aprendió a jugar al tenis (1931)


Evocaciones. Datos históricos. Anécdotas. Prosa literaria. Datos técnicos. Elocuencia.
La palabra disfrazada de carne
Elfriede Jelinek

“Presentación: con la cabeza a través del escaparate, sin poder escapar”


Dice que sus ensayos no son realmente tales, sino que son más bien “una forma de reducción
de la esencia, una pasión, una evasión”.
“Mis ensayos son literatura en forma comprimida” (¿?)
En lengua alemana, no se permite escribir ensayos. Han sido publicados en su página web,
sin el deseo de que formaran un libro.
Afirma que no puede viajar por razones psíquicas. Entonces son los ensayos los que deben
viajar. Alejarse lo más rápido posible.
Describir en su literatura casi exclusivamente casos criminales. Cada una de sus novelas es
una novela policiaca, unas de manera obvia y otras no tanto.
“El puño es siempre más fuerte que la pluma”. Escribir ensayos es ridículo e inútil, como en
el fondo todo acto de escribir es ridículo. “La escritura debería desaparecer”.

La literatura no puede nada contra la violencia, y esto siempre lo debe tener uno bien claro."
Desea que su literatura desaparezca, no le importa la trascendencia.

“Leer”
(Discurso de aceptación del premio Nobel de literatura, 2004)

“Siento como si, desde que aprendí a leer, no hubiera hecho otra cosa, y como si a partir de
entonces cualquier otra actividad me pareciera un desperdicio de tiempo. Es como si entrara
en algo tosco (sobre todo en lo que respecta al contacto con la gente); probablemente todo
esto sea sólo culpa mía: que leo para no tener que vivir (y por eso también escribo).” (A pesar
del estilo desprolijo de estas frases iniciales, son fuertes.)

“Lo escrito, que se refiere a lo ocurrido, a uno siempre se le escapa como el tiempo, y no sólo
el tiempo transcurrido mientras fue escrito, mientras uno no ha vivido.”
“¿Cómo puede el poeta conocer la realidad, cuando es ella quien se filtra en él y se lo lleva
siempre consigo a un fuera de lugar?”
Nina Berberova

Nina Berberova. El subrayado es mío

N. B. nació en San Pettersburgo en 1901. Huyó de Rusia para convertirse en poeta. Se casó
con un poeta. Se exilió en Francia. Conoció la miseria. En 1950 se volvió a exiliar en EUA,
donde estudió inglés hasta dominarlo. Fue profesora en Yale, Columbia y Princeton.
Su autobiografía se publica en EUA en 1968 y en Francia en 1984
La poeta rehúsa escribir en ruso para usar el inglés que la parece preciso.
Consigna: aforismos, pensamientos, anécdotas, datos históricos, cosas de la vida, frases
literarias, versos, escenas de guerra, efemérides, observaciones de crítica literaria,
fallecimientos de conocidos y amigos, descripciones de personas, lecturas, estudios, viajes,
acontecimientos con algún significado personal, secuencias del amar, asuntos de su vida
literaria, estados sentimentales, recuerdos de infancia. Por ejemplo:
Un comentario a una obra de Giradoux
Una reflexión sobre el simbolismo (necesario en Rusia: demostró que Rusia es una parte de
Europa).
Una nota sobre su occidentalismo (éste no lo separa de Rusia, sino más bien al revés).
Sobre Memorias del subsuelo: allí D. escribió que la civilización no aporta nada nuevo y sólo
complica la existencia.
“Nada hay peor que la virginidad. Es algo monstruoso que inspira asco y repugnancia.
¿Existe algo más natural que no darse nunca a otro?”

“Todos tenemos recuerdos íntimos y maravillosos que se remontan a la infancia, a la juventud


e incluso a la edad adulta. Son restos del pasado que nos resultan especialmente entrañables:
un día de verano, la orilla del mar, las palabras o el silencio de un ser querido. En la vida real,
no queda nada de ellos. Los protagonistas, jóvenes o viejos, han muerto o se han convertido
en seres irreconocibles. La casa se incendió, el jardín ha sido destruido, el lugar ha cambiado
de nombre tres o cuatro veces, o bien lo ha invadido la vegetación o han construido un largo
artificial en él. Estamos solos con nuestros recuerdos, como en un sueño.
Al morir, esas encantadoras visiones, ligeras y secretas, desaparecen con nosotros. Nadie las
resucitará, nunca. Cada uno de nosotros somos una especie de reserva en la que esos instantes
pasados sobreviven cual peces en un acuario.”
“’El honor es más importante que la vida’Nunca he comprendido el significado de esa frase.
¿Cómo puede existir algo más importante que la vida? Sin la vida, nada existe. Equivaldría
a afirmar que los agujeros son más valiosos que el gruyere. (…)
Leyendo a Shopenhauer, he encontrado un pasaje en el que expone su teoría de que el honor
es sólo un concepto convencional que varía según las épocas. ‘Objetivamente, el honor es la
opinión que merecemos a los demás; subjetivamente, es el miedo que tal opinión nos
inspira’.”
“El amor que lo demás sienten por mí y que yo no comparto me vuelve malvada: tengo la
sensación de que alguien me pone una mano encima y deseo golpearla. Un acceso de odio
que reprimo
Reconozco que, por mi parte, es una grosería; pero no consigo evitarla.”
Marío Levrero

Un silencio menos

Entrevistas compiladas.

“Entrevista imaginaria con Mario Levrero”, autoentrevista


La literatura es un arte que expresa por medio de palabras “una experiencia espiritual”.
Entiende por espíritu: “algo viviente inefable, algo que forma parte de las dimensiones de la
realidad que caen habitualmente fuera de la percepción de los sentidos y aún de los estados
habituales de conciencia”. Con lo anterior, pueden ser dejadas diversas obras consideradas
como literarias fuera de esta definición. Pero al autor no le interesa esto, pues esta es su propia
definición.
“Creo que en las experiencias más triviales y cotidianas hay material artístico; la condición
es que en ellas esté presente el espíritu del artista.”
En su obra Psicoanálisis del arte, Charles Baudouin propone que la obra de arte es un
mecanismo hipnótico por el que un alma se comunica con otra.
Para el autor, hay tres clases de entrevistadores: el periodístico (busca lo novedoso), el
académico (pretenden un diagrama histórico-sociológico en el que ubicar al autor), y el lector
que se interesa por la vida, obra y proceso creativo del autor, así como de la relación entre
éstos: éste es el preferido de Levrero.
Mecanismos de creación: una alquimia. El asunto suele elegir a Levrero. Se siente molestado
por una imagen, una serie de palabras etc., que, si no se disipa en un rato, vuelve
espontáneamente, convocado o no y, si se mantiene varios días, es para él una señal de que
debe atenderlo, es decir: recrearlo.
Su ideal es llegar a comprender el mensaje del inconsciente, una forma bastante superficial
de autoterapia, pero que le es útil. Entonces ya no atiende el llamado de esa molestia
originaria, sino que profundiza en ella, la extiende y la convierte en una “experiencia
completa”. Luego de ello la perturbación desaparece, aunque posiblemente cree otros
problemas resolviendo otros.
Afirma que cada texto suyo tiene un destinatario preciso, aunque no siempre sea consciente
de ello.
En su literatura se refiere a cosas vividas, pero en general no vividas en esta plano de realidad.
Él la utiliza para traducir a imágenes ciertos impulsos (vivencias, sentimientos o experiencias
espirituales), lo que forma parte de la biografía del autor.
Los personajes los extrae de la vida real, pero en forma fragmentaria, haciendo una especie
de collage: en general sus personajes están hechos de varias personas que conoció. No una
deformación de la realidad: “subjetivismo”.

“Escribir no es sentarse a escribir; ésa es la última etapa, tal vez prescindible. Lo


imprescindible, no ya para escribir sino para estar realmente vio es el tiempo de ocio.
Mediante el ocio es posible armonizarse con el propio espíritu, o al menos prestarle algo de
la atención que merece.”
"Mi idea de vida es el reposo absoluto."
"Yo creo que la experiencia erótica es esencialmente espiritual." (Y por ello es prohibida.)

El autor comenzó a relacionarse con la literatura de niño, debido a que le diagnosticaron un


soplo en el corazón y por ello pasaba mucho tiempo en reposo, a partir de lo cual empezó a
leer. En la primaria, hacia el final, comenzó a leer novelas policiales y se hizo adicto a ellas.
A los 26 una persona muy querida lo salvó de la depresión en la que estaba y lo alentó a
escribir.
También se dedica a elaborar crucigramas. Piensa que éstos lo representan.
Mario Levrero

La novela luminosa

“Prefacio histórico a la novela luminosa”


De acuerdo a sus editores, L. se entregó a la tarea de escribir una novela que fuera “capaz de
narrar ciertas experiencias extraordinarias que él consideraba luminosas”. Un diario. En cada
una de sus entradas, escribe acerca de sus manías, trastornos del sueño, adicción a los
ordenadores, hipocondría y significado de sus sueños. También acerca de las mujeres,
principalmente una. Otros temas: el amor, la muerte, la poesía, la vejez y la naturaleza.
“Ciertas experiencias extraordinarias no pueden ser narradas sin que desnaturalicen; es
imposible llevarlas al papel.”
Cuenta la historia detrás de esta novela: un amigo lo impulsó (la historia, en realidad, es
compleja, muy probablemente literaturizada, y engorrosa de contar.) “Pero a nadie le basta
con que le expliquen los procesos; no hay más remedio que vivirlos, y al vivirlos es como se
aprenden, pero también es como se cometen los errores y como uno pierde el rumbo.”
La historia de la escritura del libro: antes de una operación de vesícula, escribió cuatro libros
largamente postergados: un intento de exorcizar la muerte.
Vivió la operación como una castración. Tiene un sueño en el que le muestran su vesícula
extirpada y se veía mucho como un pene.
En 2000 recibió la beca Guggenheim para corregir los capítulos que había escrito de esa
novela y a escribir nuevos capítulos que la completaran. La corrección fue hecha pero los
capítulos no fueron agregados. Solo pudo escribir un relato que quiso hacerlo funcionar como
un sexto capítulo de la novela, pero el estilo era otro y su punto de vista igual.
Aun en la actualidad, es probable que falten una serie de capítulos que no fueron escritos.
“Todo este libro es el testimonio de un gran fracaso”.
“Pero los hechos luminosos, al ser narrados, dejan de ser luminosos, decepcionan, suenan
triviales”.

“Epílogo del diario”


Un diario no es una novela; a menudo se abren líneas argumentales que luego no continúan,
y difícilmente algunas de ellas tengan una conclusión nítida.
El libro este como una muestra o un museo de historias inconclusas.
El epílogo no busca cerrar las historias sino mostrar el estado actual de algunas de ellas.
Mario Levrero

Noveno piso

“Apuntes bonarenses”
Apuntes, anécdotas, fragmentos. Cosas como: un asunto con una puerta, palomas, el
enamoramiento y el verano (la humedad, el amor, los sueños, el dolor y la dulzura, “el clima
mismo es una obscenidad mayúscula”), la presencia y la ausencia de la persona amada, lo
contradictorio de las imágenes que inspira, la comunicación telefónica con ella, la curiosidad
por un hombre que “desafía el sol”, los desarreglos del teléfono, un cuestionamiento a
propósito de uso de una botella de salsa cátsup, la obsesión con una mujer desconocida que
percibe como “maléfica”, sueños con barcos, la ironía de la vida, su propia necedad.

"Nosotros nunca somos iguales a nosotros mismos."

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