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INTRODUCCIÓN
El tema que se desarrolla a continuación tratará sobre los embarazos deseados y aceptados por la madre
y/o medio que lo rodea. Para introducirse en el mismo, se tendrá en cuenta el libro “Maternidad y sexo” de
Marie Langer, en el que la autora sintetiza diversas posturas teóricas y desarrolla sus propias postulaciones
El embarazo y el parto constituyen un episodio normal de la vida procreativa femenina, por lo tanto se
supone que la mujer sana no debe presentar mayor malestar.
En general, no ocurre esto ya que suelen ser frecuentes ciertos trastornos, dificultades, angustias y
dolores de parto, a los que se considera normales. Los exámenes muestran que todo esto proviene de
conflictos psicológicos e identificaciones con otras mujeres que presentan dificultades en su femineidad.
La antropóloga Margaret Mead, a través de sus estudios en diferentes sociedades concluyó, que cada una
tiene preconceptos con respecto a las funciones procreativas de la mujer y esta se adapta a los modelos que
sus comunidades proponen, siendo transmitidos de madre a hija, a través de la identificación.
Pertenecemos a una cultura occidental que por lo general ve en las funciones femeninas algo doloroso y
lleno de peligro, a lo que se agregan los aspectos personales que hacen que cada mujer vivencie de distinta
forma su embarazo y parto.
H. Deutsch postula que durante el embarazo y parto, la mujer repite la relación primitiva con su propia
madre y se identifica con el feto, en una profunda regresión, reviviendo su propia vida uterina. También,
considera que el feto, para el inconciente de la mujer, representa a su propia madre (superyó materno), de
donde surge la relación ambivalente con la madre revivida en el hijo del futuro.
M. Klein, piensa que en las fantasías de la mujer, el feto puede representarse como algo robado a la
madre (un bebé, el padre, etc.). Se reactualizan las fantasías tempranas e inconscientes de la niña con
respecto a su madre, que se relacionan con sentimientos ambivalentes (amor – odio), vinculados a la situación
edípica y se relacionan con haber despojado a la madre de contenidos valiosos.
Su actitud frente al hijo real o imaginario, está cargada de ansiedades que influyen en la relación con el
mismo desde el embarazo. Las mujeres, desean a menudo, más un niño que un compañero sexual, por que
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poseer en su vientre un bebé hermoso, bueno y sano, les confirma que también el interior de su cuerpo es
sano y hermoso, que no han sido tan dañinas con su madre y que por lo tanto esta está ilesa.
Dar a luz un hijo saludable, refuta gran número de miedos y dar a luz un hijo con problemas, confirma
temores, fantasías de daño, llena de culpas y a veces es visto como un enemigo.
M. Langer expresa que si predomina el rechazo por el hijo, el embarazo no se producirá, por lo tanto lo
que hay son tendencias en conflicto: por un lado, el hijo visto como algo peligroso (robo, triunfo sobre la
madre, etc.) y por otro, el embarazo de un hijo sano como expresión de su bondad, tolerancia e integración del
propio cuerpo.
Esta conflictiva promueve los embarazos con trastornos. Si hay mucha angustia, el embarazo corre
riesgo, si el conflicto es menos intenso se van a producir manifestaciones más leves de rechazo (nauseas,
vómitos y antojos).
Por lo tanto, para Langer la mujer embarazada necesita amparo y protección, por que se encuentra en un
estado regresivo.
Destaca que, no obstante ello, por el gran cambio y logro que implica, el embarazo va acompañado por un
gran sentimiento de felicidad. La mujer se siente serena y tranquila, identificada con su ideal de madre y con
su hijo bien protegido por ella. Vive el estado de unión más íntimo que puede existir entre dos seres humanos,
por lo tanto no está más sola.
Raquel Soifer, señala en su libro “Psicología del embarazo, parto y puerperio”, que se puede detectar el
incremento de las ansiedades durante el embarazo y pueden clasificarse en diferentes etapas como por
ejemplo:
1) En el comienzo de la gestación
2) Durante la formación de la placenta(2ª y 3ª mes)
3) Percepción de los primeros movimientos fetales, (los cuales pueden percibirse en el 3º mes
y medio de embarazo)
4) Por la instalación franca de los movimientos (5ª mes)
5) Por la visión interna (6ª mes y medio)
6) El comienzo del 9º mes
7) Los últimos días antes del parto
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Esto que puede durar días, semanas, y hasta puede llegar a causar sintomatología física provocando así
el aborto o parto prematuro.
Destaca que “…el embarazo es una situación que involucra no solamente a la mujer en sí, sino también
a su compañero y medio social inmediato…” ().
A continuación, se presenta un cuadro que sintetiza el estado emocional de la mujer y su familia en
cada momento del desarrollo prenatal.
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DESARROLLO PRENATAL ASPECTOS PSICOLÓGICOS
2º Estadio Embrionario (entre 3º y 8º
semana: hasta el 2º mes):
Desarrollo de la placenta y el cordón Aparecen en la embarazada los vómitos y náuseas que sirven para
En el embrión se diferencian tres capas que evidenciar el embarazo y dar salida a la ansiedad por la incertidumbre:
forman distintas estructuras: ectodermo, Teme que le arrebaten su hijo
mesodermo y endodermo. Que el embarazo sea solo una fantasía
Empieza a funcionar el corazón, hígado y Que el embarazo implique la pérdida de su propia madre.
riñones. Teme no ser capaz de dar a luz y criar el hijo
La puede preocupar su situación económica
. Por todo esto es importante la psicoprofilaxis desde el comienzo
Se percibe la instalación de la placenta 8 (2º y 3º mes)
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DESARROLLO PRENATAL ASPECTOS PSICOLÓGICOS
En relación a esto surgen mitos:
Se espera que la mujer hable de patadas
Se cree que el bebé produce lesiones por su actividad desmedida.
Estas concepciones míticas tienen su base en una profunda ansiedad de la
embarazada en relación al::
Temor del hijo por ser un “ser desconocido”
Miedo por la responsabilidad asumida
La noción de dar vida y por lo tanto, la aparición de la posibilidad
de la muerte (vida con límites precisos)
La embarazada se defiende con fantasías de un hijo hermoso, sano, que
ayudan a que el embarazo continúe.
El papá, a partir de que el bebé se mueve, trata de proteger a la mujer y
tiene miedo de que sufra. En el padre, hay cierta envidia en por la
posibilidad de la mujer de tener un hijo en su vientre, que se expresa en
rechazo sexual, alguna infidelidad, algún síntoma psicosomático.
Los otros hijos también se ponen celosos y envidiosos, llegando a golpear
el vientre abultado de la madre.
Hacia el final (a partir del 7º mes): A partir del 5º mes el físico de la madre cambia, el vientre se abomba, los
el feto se desarrolla en tamaño y senos están más grandes. Se hace evidente el cambio corporal. Aparecen
peso sentimientos de fealdad, celos del marido, disminuye la libido sexual.
Aumenta la complejidad y Se sueña con el parto, que nace un hijo hermoso y lleno de amor para su
organización de funciones y mamá.
estructuras. Cuando en el 7º mes el bebé ubica la cabeza hacia abajo, resurge mucha
Al final el bebé rota y se ubica en ansiedad, por eso muchas veces una mala ubicación tiene que ver con
posición de nacimiento. contracciones de los músculos pélvicos, por la tensión que el momento
produce.
En el 9º mes se intensifica la incertumbre con respecto al parto, la fecha
de nacimiento y el temor a la muerte.
Los días previos al parto se acentúan estos miedos, sobre todo a la muerte,
a la muerte del hijo y al hijo deforme. Esta crisis se acrecienta por que se
dejan de percibir los movimientos del feto. El niño se mueve menos por el
tamaño y el grado de encaje. Esto es angustiante por que se piensa que el
bebé puede estar muerto.
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ASPECTOS PSICOLOGICOS DEL PARTO
INTRODUCCIÓN
La madre que se había acostumbrado al feto como parte de su esquema corporal, debe pasar por un
nuevo proceso de adaptación, que la lleva a retornar a la situación común de no embarazo.
Frente al parto la madre revive inconscientemente la angustia del pasaje por su propio canal de parto,
con lo que revive la angustia del nacimiento y repite el trauma del nacimiento.
La ansiedad frente al cambio, que despierta la readaptación al no embarazo implica dos aspectos: la
ansiedad a la pérdida y el temor a lo desconocido (el bebé, la crianza del bebé, etc.)
A partir de la expulsión, la criatura tiene vida propia, se hace cargo de una serie de funciones fisiológicas
que hasta ese momento cumplía su mamá (respiración, alimentación, evacuación, etc.). El nuevo niño,
además, se incorpora a la vida familiar, que lo precede, a la cual trastorna pues devela la incógnita máxima
del parto: “el niño ese desconocido, tan desconocido, que por fin puede ser visto y tocado”.
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encaja y comienza a salir en forma real o aparente. Existen parturientas muy asustadas que
necesitan un tiempo para elaborar la situación y adaptarse a la idea de
parto. Hay que tener en cuenta que en este momento predomina la
angustia del nacimiento (trauma de nacimiento) y la ansiedad de
separación.
La internación evidencia que el parto es un hecho irreversible, por ello se
produce otro brote de ansiedad, que es exacerbada por manipulaciones
médicas: el tacto vaginal, la enema y la depilación. Estas manipulaciones,
especialmente el tacto, adquieren significaciones de premios o castigos: si
el tacto confirma el nacimiento, es premiada quedándose en internación, si
no regresa a casa.
Cuando la dilatación llega al máximo, el bebé apoya la cabeza (se encaja) y
presiona el recto de la madre, lo que produce sensaciones evacuativas, que
asustan y confunden. Si la mujer está preparada, reconoce lo que sucede y
sigue con el trabajo de parto. Si se asusta, detiene la actividad uterina.
Se reactivan las fantasías infantiles relativas a la analidad, lo que produce
una sensación de confusión y extrañamiento.
En este momento se producen sentimientos de vaciamiento que se
vinculan a un sentimiento de castración femenina. Tanto las ansiedades
vinculadas a la analidad como la de castración están presentes en todo el
embarazo.
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Ver al hijo nacido y tenerlo en brazos ayuda a que la madre vuelva en sí y
recupere su identidad.
El parto es un hecho social: un nuevo ser humano llega a la familia y a la
sociedad. Por eso la importancia de que el padre pueda estar presente
mientras ocurre el nacimiento.
3º Fase: Alumbramiento
Salida de la placenta y todas las
membranas
BIBLIOGRAFÍA:
LANGER, M. (1976). Maternidad y sexo. Editorial Paidós, Buenos Aires.
SOIFER, R. (1987). Psicología del embarazo, parto y puerperio. Ediciones Kargieman, Buenos Aires.