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La energía procedente de la luz del sol: La energía solar que recibe la

Tierra, hoy en día se considera como una fuente importante de energías


limpias y renovables (utiliza ciclos naturales para producir energía: movimiento
del agua, el viento, etc.), y una de sus principales características es que no
produce residuos tóxicos y su mantenimiento es sencillo ya que no depende de
un suministro eléctrico. Ésta se transmite a través de las ondas
electromagnéticas presentes en los rayos de sol, las cuales son generadas en
forma continua y emitidas permanentemente al espacio, parte de ella llega a la
Tierra, y alrededor del 70% es absorbida por la atmósfera, la tierra y por los
océanos. El otro 30% es reflejado por la atmósfera de regreso al espacio.
Este tipo de energía puede aprovecharse de manera útil por el hombre a través
de distintos sistemas de captación y conversión de ella, uno de ellos es
mediante paneles solares formados por celdas fotovoltaicas que transforman la
energía lumínica del sol en energía eléctrica a través del efecto fotovoltaico.

La mayoría de los ecosistemas se basan en un suministro de energía


procedente de la luz del sol.
Para la mayoría de las comunidades biológicas, la primera fuente de energía es la luz del sol. Los
organismos vivos pueden acumular esta energía por medio de la fotosíntesis. Tres grupos de
autótrofos realizan la fotosíntesis: las plantas, las algas eucarióticas, incluidas las que crecen en
playas rocosas y las cianobacterias. Los ecólogos a menudo denominan productores a estos
organismos.

Los heterótrofos no utilizan la energía de la luz directamente., pero dependen indirectamente de


ella. Existen varios grupos de heterótrofos en los ecosistemas: los consumidores, los sapotrofos y
los detritívoros. Todos ellos utilizan como fuente de energía los compuestos de carbono de sus
alimentos. En la mayoría de los ecosistemas, toda o casi toda la energía de los compuestos de
carbono ha sido producida originalmente mediante fotosíntesis por los productores.

La cantidad de energía suministrada a los ecosistemas en forma d luz solar varia en distintas partes
del mundo. También varia el porcentaje de esta energía que es capturada y almacenada por los
productores y, por lo tanto, está disponible para otros organismos. En el desierto de Sáhara, por
ejemplo, la intensidad de la luz solar es muy alta, pero hay muy poca disponible para los
organismos porque existen muy pocos productores. En los bosques de secuoyas de california la
intensidad de la luz del sol es menor que en el Sáhara, pero hay mucha más energía disponible
para los organismos debido a la abundancia de productores.

Fuente inicial de energía en los ecosistemas

La mayoría de los ecosistemas se basan en un suministro de energía procedente de la luz del sol
(excepto los iniciados por las bacterias quimiosintéticas).

Los organismos fotoautótrofos transforman la energía lumínica del sol en energía química de
enlace en los compuestos de carbono mediante fotosíntesis.

Son tres los grupos de organismos autótrofos, también denominados productores; las plantas,
algas y cianobacterias.
Los organismos heterótrofos dependen indirectamente de la energía lumínica, dado que usan los
compuestos de carbono del alimento como fuente de energía.

La cantidad de energía aportada por la luz solar a los ecosistemas varía en función de su
localización geográfica.

También varía el porcentaje de esta energía que es captada por los productores y pasa a
disposición de otros organismos.
La energía lumínica se transforma en energía química en los compuestos de carbono mediante
la fotosíntesis

¿Qué es la energía química?

Cuando hablamos de energía química, nos referimos a aquella que está contenida o que se
produce a través de reacciones entre las moléculas de uno o más compuestos. Es decir, que
hablamos de la energía interna que posee un cuerpo o una sustancia, en base a los tipos de
uniones químicas que se producen entre sus componentes químicos, y en la cantidad de energía
que puede liberarse a partir de reacciones entre ellos.

La fotosíntesis es la reacción química donde el dióxido de carbono (CO2) y el agua forman azúcares
y producen oxígeno en presencia de energía lumínica. Las plantas utilizan los azúcares producidos
en la fotosíntesis como fuente de alimento que es energía para la planta. En condiciones naturales,
el sol proporciona la energía para iniciar el proceso de fotosíntesis.

Las plantas utilizan una parte específica del espectro solar (luz) para la fotosíntesis, lo que se
conoce como radiación fotosintéticamente activa (RFA) (Figura 1). La RFA es la región de la
radiación solar entre 400 y 700 nm.

La energía lumínica o energía luminosa hace referencia a la energía que se transporta a través de
las ondas luminosas. La luz está conformada por ondas luminosas, un tipo de ondas
electromagnéticas que son emitidas por objetos calientes como las bombillas o como el sol. A su
vez, estas ondas están formadas por fotones, que son pequeños paquetes de energía.

Los productores absorben la luz del sol usando la clorofila y los pigmentos fotosintéticos. Así se
convierten la energía lumínica en energía química, que los productores utilizan para fabricar los
glúcidos, los lípidos y todos los demás compuestos de carbono.

Los productores pueden liberar energía de los compuestos de carbono mediante la respiración
celular y luego usarla para las actividades celulares. La energía que se libera d esta manera se
pierde finalmente en el medio ambiente como calor residual. Sin embargo, solo algunos de los
compuestos de carbono de los productores se utilizan de esta manera; la mayor parte permanece
en las células y los tejidos de los productores. La energía de estos compuestos de carbono está
disponible para los heterótrofos.

Conversión de energía

Los productores absorben la luz solar mediante los pigmentos fotosintéticos, convirtiendo la
energía lumínica en energía química para fabricar carbohidratos, lípidos y otros compuestos de
carbono (materia orgánica) mediante fotosíntesis.
Los productores liberan energía de los compuestos de carbono mediante respiración celular, que
es utilizada para llevar a cabo sus actividades celulares, aunque parte se transforma en calor.

Solo parte de los compuestos de carbono en los productores son usados en la respiración celular,
permaneciendo el resto en las células y tejidos (biomasa) de los productores, estando disponible
para los heterótrofos la energía química contenida en ellos.

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