You are on page 1of 16

TEORIA AUTOACTUALIZANTE DE CARL ROGERS

UNIDAD I
» BIOGRAFIA DE CARL ROGERS
Sus primeros años
Carl Rogers nació en el año 1902 en un suburbio de Chicago, Illinois. Fue el cuarto hijo de seis hermanos.
“Mi infancia transcurrió en el seno de una familia numerosa, feliz y estrechamente unida, en la cual reinaba el espíritu de trabajo y los
principios de un protestantismo austero.” – sostuvo en una oportunidad.
Es decir, Rogers se crió en un hogar caracterizado por:
1. Estrechos lazos familiares.
2. Profesar la fe protestante calvinista.
3. Una atmósfera ética y religiosa muy estricta.
4. Habitos puritanos (nada de bebidas alcohólicas, ni bailes, juegos o espectáculos, muy poca vida social para los niños Rogers).
5. Veneración del trabajo arduo.
Cuando Rogers cumplió 12 años, sus padres compraron una granja e instalaron allí su hogar. Hubo dos razones para hacerlo:
1. Su padre, que se había convertido en un próspero hombre de negocios, deseaba hallar un pasatiempo.
2. Sus padres consideraban necesario alejar a los adolescentes de la familia de las tentaciones de la vida suburbana.
En la granja, Rogers se reconoce a sí mismo como un niño: solitario, tímido, lector, reflexivo, curioso y observador del universo rural que lo
rodeaba.
El niño desarrolló dos intereses:
1. Quedó fascinado por las gigantescas mariposas nocturnas: leía sobre ellas, las observaba, criaba en cautiverio y cuidaba.
2. Se convirtió en un estudioso de la agricultura científica: Su padre estaba decidido a administrar la granja con un criterio científico,
y con este objeto compró muchos libros sobre agricultura. Estimuló a sus hijos a emprender proyectos independientes
dentro de la granja: criaron pollos, ovejas, cerdos y terneros.
Aquí vemos (1 y 2) el germen de una actitud que lo llevará luego a:
 Construir un notable cuerpo de verificación experimental respecto a la actitud terapéutica.
 Confiar en la capacidad del individuo para el aprendizaje y la autodirección.
Estudios universitarios y de postgraduado
Rogers inició sus estudios universitarios en Wisconsin, en el campo de la agricultura. Una de las cosas que mas le impresionó fue la
vehemencia con que un profesor hablaba acerca de la inutilidad de los conocimientos enciclopédicos.
Luego de tres años de estudio, y a consecuencia de algunas conferencias religiosas que tuvieron en él una inmensa resonancia emocional,
perdió el interés por la agricultura para decidirse por el ministerio sacerdotal. Dejó la agricultura y comenzó a estudiar Historia, por
considerarla una preparación mas adecuada.
Durante el penültimo año de la Universidad, en 1922, fue elegido para participar en el Congreso Mundial de la Federación de Estudiantes
Cristianos que se realizaría en China. Se vio obligado a ampliar su pensamiento y admitir que personas muy sinceras y honestas pueden
creer en doctrinas religiosas muy diferentes. Se emancipó en ciertos aspectos del pensamiento religioso de sus padres.
“Por primera vez me liberaba totalmente de las opiniones de mis padres y advertía que ya no podía seguirlos.” – afirma Rogers.
En la época de su viaje a China se enamoró de una chica a quien conocía desde su infancia. No bien terminó la Universidad obtuvo el
consentimiento de sus padres, otorgado a regañadientes, y se casaron. Su amor y su compañerismo fueron un factor sumamente importante y
enriquecedor en su vida.
En 1924 ingresa al Union Theological Seminary con el propósito de hacerse pastor protestante.
En el seminario vive también una experiencia muy significativa: un grupo de estudiantes (incluyendo a Rogers) sintió que estaba siendo
alimentado intelectualmente con ideas preconcebidas. Así solicitaron permiso para organizar y dirigir su propio seminario: sería un seminario
oficial, sin profesor, cuyo programa o plan de estudio estaría constituido por las preguntas que se formularan los propios estudiantes. Las
autoridades quedaron perplejas pero aceptaron la propuesta.
 Aquí vernos nuevamente su confianza en la capacidad del individuo para el aprendizaje y la autodirección.
La mayoría de aquel grupo, al buscar las respuestas a sus propias preguntas, las encontraron fuera del ámbito religioso, que finalmente
abandonaron.
En cierta ocasión Carl Rogers afirmó: “Ese fue mi caso. Sentí que continuaría estando interesado en todo lo concerniente al estudio del
sentido de la vida y en la posibilidad de una constructiva mejora de la vida del individuo, pero que ya no podría obrar en el cuadro de una
doctrina religiosa especifica que me fuera prescripta.”
¿Cómo se convirtió en psicólogo?
En el seminario se había sentido atraído por los cursos y conferencias sobre Psicología y Psiquiatría, que en esa época comenzaban a
desarrollarse.
Al dejar el seminario se inscribe en el Teacher's College de la Universidad de Columbia para realizar estudios de Pedagogía Clínica. En este
momento es influido por el pensamiento de John Dewey. Aquí comienza su tesis para alcanzar el doctorado en Psicología.
Mientras estaba en el Teacher's College solicitó y obtuvo una beca en el entonces flamante Institute for Child Guidance (Instituto de
Orientación Infantil), una clínica psicopedagógica de Nueva York. Por intermedio del personal de este instituto se familiarizó con el
pensamiento psicoanalítico y descubrió que entraba en conflicto con el punto de vista estadístico, riguroso, científico y fríamente objetivo
entonces prevalente en el Teacher's College. Es decir, descubrió la incompatibilidad radical entre el pensamiento de Freud y el de Thorndike.
Los años en Rochester
Hacia el fin de la beca, se vio en la necesidad de obtener un empleo para mantener a su creciente familia, aunque todavía no hubiera
concluido su doctorado. Los puestos no abundaban, y por ello sintió gran alivio y alegría al encontrar uno. Fue empleado como psicólogo en
el Child Study Department (Departamento de Estudios Infantiles) de la Society for the Prevention of Cruelty to Children (Sociedad para la
Protección de la Infancia contra la Crueldad).
Aquella época, la época de la depresión económica, hizo tomar particularmente en cuenta los problemas de la infancia abandonada y
delincuente que abundaba por las calles de las grandes ciudades norteamericanas.
Rogers pasó doce años en Rochester:
1. Durante los ocho primeros, por lo menos, estuvo completamente dedicado al trabajo con niños delincuentes y desvalidos que les
enviaban los tribunales y entidades. Fue un período de relativo aislamiento profesional, durante el cual su única preocupación fue
tratar de ser más eficaz con sus clientes.
2. Luego es nombrado director de la institución, con la protesta de los psiquiatras que no concebían que alguien que no fuera médico
asumiera esa responsabilidad.
Por entonces Otto Rank, el disidente discípulo de Freud, da un cursillo en Rochester.
“Sus concepciones ejercerán una influencia profunda en mi pensamiento...” – expresará oportunamente Rogers.
Trés elementos “rankianos” inspiraron su pensamiento:
 El concepto de “voluntad” como fuerza integradora, orientadora, inhibidora de los instintos (no represora) que puede tal vez
palparse en la noción rogeriana de “Tendencia Actualizante” como fuerza positiva del desarrollo personal.
 El tema de la importancia de la capacidad del paciente para asumir con responsabilidad el proceso terapéutico.
 El tema de las actitudes y la persona del terapeuta en la relación terapéutica.
En su paso por Rochester sucedió un hecho significativo: Rogers había estado trabajando con una madre muy inteligente, cuyo hijo era una
especie de demonio. El problema se relacionaba claramente con el rechazo que ella había sentido por él en épocas tempranas, pero durante
muchas entrevistas no logró Rogers ayudarla a comprender esto. Indagó sus antecedentes, y con toda delicadeza reunió los elementos de
juicio surgidos; trató de presentárselos de manera que ella lograra comprender la situación, pero no pudieron avanzar. Por último se declaró
vencido. Rogers le comunicó su opinión de que si bien ambos habían realizado los mayores esfuerzos, habían fracasado, de modo que lo mas
conveniente era suspender la relación. Ella manifestó estar de acuerdo con esto. Concluyeron la entrevista, se estrecharon la mano, y
entonces la paciente de Rogers se dirigió hacia la puerta del consultorio. Una vez allí, se volvió y le preguntó: “¿Se ocupa usted de asesorar
adultos?” Cuando Rogers le respondiera afirmativamente, dijo: “Bien, entonces quisiera solicitar su ayuda.” Regresó a la silla que acababa
de abandonar y comenzó a verter quejas sobre su matrimonio, los problemas que experimentaba en la relación con su esposo, etc.; en
síntesis, un material muy diferente al de la estéril historia clínica anterior. Solo entonces comenzó la verdadera terapia que, por otra parte,
resultó muy exitosa.
Este ejemplo ilustra dos aspectos significativos:
 La singularidad del camino científico de Rogers: no parte de supuestos filosóficos para elaborar su práctica y su teoría, sino de
las constataciones que en su experiencia como terapeuta van surgiendo en su tarea.
 La progresiva y personal intuición acerca de su concepto de la “relación centrada en el paciente” como característica
fundamental de su modalidad de encuentro terapéutico. “Cliente” = individuo que solicita ayuda = “agente” = individuo activo y
eje de la situación = individuo que imprime la dirección al proceso terapéutico = individuo con libertad y capacidad de decisión =
“persona” que merece respeto y consideración.
Los años en Ohio
En 1939 publica su primera obra: “The Clinical Treatman of the Problem Child” y la Universidad de Ohio, con motivo de su publicación, le
ofrece en 1940 la titularidad de una cátedra.
También en 1940, en la Universidad de Minnesota, da una conferencia que luego fue denominada “conferencia-programa” del rogerianismo.
En la conferencia se suscitó un gran debate y Rogers advirtió claramente, por primera vez, que su pensamiento se apartaba de la línea del
pensamiento establecido, que estaba elaborando una teoría y práctica personales. Así, tratando de sistematizar su pensamiento y
experiencia, escribe su primer libro “rogeriano”: “Counseling and Psychoterapy”.
Por la misma época Rogers introduce, como profesor, recursos inéditos hasta entonces: el estudio de auténticas entrevistas psicoterapéuticas
grabadas en cinta.
Pasó cinco años en Ohio.
Los años en Chicago
En 1945 es invitado a enseñar en la Universidad de Chicago.
Aquí emprende un vasto abanico de investigaciones, consolidando empíricamente su pensamiento.
Rogers ya no camina solitariamente y comienzan a aparecer colaboradores y discípulos norteamericanos. Discutido por unos, aceptado con
entusiasmo por otros, se convierte ya en alguien reconocido.
Pasó doce años en Chicago.
Los años en Wisconsin
El año 1957 lo hallará en la Universidad de Wisconsin, que le confía la formación de psicoterapeutas en las facultades de psicología y
medicina.
Aborda el estudio de las psicosis.
En esta etapa hace pública su presencia en Francia y los países franco - parlantes. En su confrontación con el pensamiento europeo el tinte
humanista de su obra le facilitará el acceso.
Pasó cuatro años en Wisconsin.
Standford
En 1962 pasa a formar parte del “Center of Advanced Study in the Behavioral Science” en Standford.
Aquí toma contactos que marcan su pensamiento: con Erik Erikson, Buber y Tillich.
Sus últimos años
Cansado de la burocracia, exámenes y presiones de la vida universitaria tan opuestos a su concepción de aprendizaje, Rogers se retira del
ambiente académico.
En 1964 se va a vivir a La Jolla (California).
Allí se aplica particularmente al trabajo con personas no calificables ni de psicóticos, ni de neuróticos sino de “normales”. Tiene entonces la
oportunidad para desarrollar sus experiencias con los denominados “Grupos - T” (Training Group) y “Grupos de Encuentro”.
En 1969, con un grupo de colaboradores, pasa a crear el Center of Study of the Person. Se trata de un centro dedicado a la investigación
(renovación educativa, abuso de drogas en los adolescentes, encuentros interraciales, etc.) y determinados servicios comunitarios.
Sus fines están enunciados como:
1. explorar la riqueza de la persona;
2. ayudar a tos individuos a descubrir y experimentar plenamente sus vidas;
3. profundizar la relación entre las personas;
4. descubrir lo que significa para la gente el ser mas personal, mas humano y comunicativo en sus organizaciones y en su sociedad.
“Somos quizás un estudio piloto de lo que podría ser la organización del futuro, capaz de atraer la adhesión y creatividad de la gente joven.
Nuestro propósito como organización es el de permitir que cada miembro haga lo que desee... Nadie es allí una autoridad frente a nadie.
Los problemas se resuelven mediante el examen franco de los sentimientos, las actitudes y los hechos.” – sostiene Rogers.
Se dedica a la jardinería y a la fotografía (alguien que lo conoció lo describe como un “anciano jardinero”).
Señalaba “Me encanta, tanto nacer brotar las cosas y las plantas, como las ideas y los seres humanos.”
Cargos y reconocimientos
Presidente de la Asociación Americana para la Psicología Aplicada.
1. Presidente de la Asociación Psicológica Americana.
2. Presidente de la Academia Americana de Psicoterapeutas.
3. Doctor Honoris Causa por el Lawrence College.
Carácter
Impactante presencia personal que irradia una rara combinación de:
1. serenidad,
2. benevolencia,
3. energía y
4. calidez.
Murió en 1987.

» ASPECTO ANTROPOLÓGICO
La idea referida a la persona que propone Rogers surge no de especulaciones metafísicas, sino que es el resultado de
un trabajo clínico y de sus experiencias como educador. Se esfuerza por extraer sus afirmaciones de la realidad
concretamente vivida por él u otros en su alrededor.
El fin de la persona es ser ella misma. El hombre tiene la posibilidad de asumir en la toma de conciencia, hecha
auténtica libertad (libertad humana), la otra realidad de lo visceral y sensorial que hallamos en el animal y así
estructurar su unicidad organísmica o totalidad psicofísica. En esa unificación se hace conciente de
- sus necesidades fisiológicas elementales (alimento, agua)
- sus necesidades específicamente humanas (amistad, desarrollo personal)
- lo que el contexto histórico social le exige
- las relaciones interpersonales con sus polaridades afectivas (amor-hostilidad).
Cuando tal unificación se logra en el individuo con la emergencia de una conciencia libre, el ser humano no
aparecerá con características de animalidad amenazante, sino como un organismo capaz de llegar, gracias a notables
capacidades de integración de su sistema nervioso central, a un comportamiento equilibrado, realista, valorizante de
sí mismo y los otros, comportamiento que es la resultante de todos esos elementos de conciencia.
Es plenamente hombre cuando es un organismo total, cuando la conciencia de su experiencia, ese atributo
específicamente humano, funciona a pleno, entonces uno puede hacerle confianza, entonces su comportamiento es
constructivo. No será siempre convencional. Estará individualizado. Pero será también socializado.
Rogers no supone un hombre situado monádicamente frente a su medio sociocultural, sino alguien capaz de ser
conciente de ese medio que lo hace a él, y justamente por el grado de conciencia adquirido se hace al medio
ajustándose en mayor o menor medida al sí mismo o enfrentándose con el mismo conciente de sus posibilidades y
límites.
El individuo se dispone a ser, con tal conocimiento de causa, el proceso que verdaderamente él es en profundidad.
Renuncia a ser el que no es, a ser una fachada. No trata tampoco de ser más de lo que es, incluyendo toda la
inseguridad y los mecanismos de defensa que esto entraña. No se trata de ser menos de lo que es, con todos los
sentimientos de culpa o depreciación de sí implicados. Es cada vez alguien más atento en lo que pasa en las
profundidades de su ser fisiológico y emocional, encontrándose crecientemente inclinado a ser, siempre con mayor
precisión y profundidad, aquello que verdaderamente es.
El individuo que funciona plenamente será alguien viviendo una vida en expansión, elegida como proceso en devenir,
una vida enriquecedora, apasionante, que vale la pena, estimulante, significativa.
El ser plenamente abierto a su experiencia tendrá acceso a todos los datos posibles de la situación para fundar en ella
su conducta: las exigencias de la sociedad, sus necesidades propias y complejas, aún contradictorias; sus recursos de
situaciones similares, su percepción del carácter único de esta situación. Los datos serán, de hecho, muy complejos,
pero podrá permitir a su organismo total, con la participación de su conciencia, ponderar cada excitación, cada
necesidad y cada exigencia, sus intensidades e importancias relativas; y a partir de esta estimulación y cálculo
delicados, descubrir la actitud que será la más apropiada para satisfacer sus necesidades en esta situación.
Lo opuesto a la persona plena o de desempeño integral es la persona neurótica o inadaptada.
En conclusión, Rogers dice que el fin de la persona es ser plenamente ella misma: actualizar sus potencialidades.
El hombre tiene una tendencia fundamental que es la realización de sus potencialidades, habilidades, capacidades
para conservar el organismo y desarrollarse.
La autorrealización es el móvil central de todo ser humano que hace referencia a las necesidades biológicas que este
debe satisfacer, habilidades corporales y sociales, pero sobre todo al desarrollo de la propia independencia, de la
autodeterminación, de la autoestima.
A diferencia de Freud, para Rogers, la muerte se da por un desequilibrio biológico y carece de importancia
psicológica esencial; no es natural en el individuo desear la muerte.

» ASPECTO METODOLOGICO
“Mi experiencia terapéutica se ha desarrollado según los métodos que a mi juicio resultan mas efectivos, me refiero
a la psicoterapia centrada en el cliente” Carl Rogers, “El proceso de convertirse en persona”, pág 166
Rogers señala como fuentes de su teoría los métodos rigurosos de medición de la personalidad; los enfoques y
métodos psicoanalíticos, los procedimientos de la psicología clínica, pero la fuente más importante de Rogers es la
experiencia que atesoró en la práctica clínica y en la vida personal.
Método Fenomenológico:
Parte de la experiencia concreta inmediata, intersubjetiva, que vincula a dos personas en una relación.
Se centra en dos relaciones:
Terapéutica: puesta en acción de un conjunto de recursos humanos, científicamente verificados que se dan en una
situación de relación interpersonal y son capaces de promover una experiencia emocional correctiva en la persona
que se manifiesta emocionalmente perturbada.
Esa relación es mientras dure: un algo dado-ahí-entre-dos-personas.
Eso dado, se recoge como dato y se elabora según rigurosas técnicas científicas a fin de establecer hipótesis y teorías.
Separa el momento de la terapia del momento de la investigación.
Integra la exigencia fenomenológica y la científico experimental.
Elabora:
- una teoría de psicoterapia y el cambio de personalidad
- una teoría de la personalidad con hipótesis relativas a la naturaleza de la personalidad y la dinámica de la
conducta.
Afirma: ningún recurso técnico científico puede dar cuenta totalmente de la profunda realidad del encuentro
interpersonal Yo - Tu.

» ASPECTO TELEOLOGICO
La preocupación de Rogers a sido la persona, su crecimiento y plenificación.
Teoría centrada en la persona. Se dirige a todos los que están preocupados por las personas, en un mundo que parece
resuelto a ignorarlas o desconocer su importancia.
Su teoría ofrece posibilidades promisorias para el desarrollo de personas creativas, adaptadas, y autónomas.
Tratando de redondear su pensamiento Rogers dice:
 La persona psicológicamente libre ira en la dirección que la conduce a ser una persona funcionando mas
plenamente;
 Es más apta para vivir plenamente cada uno de sus sentimientos y cada una de sus reacciones.
 Hace uso creciente de su equipo orgánico para sentir, tan exactamente como sea posible, su situación existencial
desde el interior y el exterior.
 Hace uso de toda la información que su sistema nervioso puede proveerle, utilizándolo con plena conciencia,
reconociendo sin embargo que su organismo puede ser y lo es frecuentemente mas sabio que su conciencia.
 Es mas capaz de permitir a su organismo total un funcionamiento libre con toda su complejidad eligiendo, entre
la multitud de posibilidades, la conducta que un momento dado sera la mas general y la mas satisfactoria.
 Es capaz de dar mayor confianza a su organismo en cuanto concierne a ese funcionamiento, no porque sea
infalible, sino porque puede estar plenamente abierto a las consecuencias de cada uno de sus actos y corregirlos si
aparecen como si fueran insatisfactorios.
 Es mas apto para experienciar el conjunto de su sentimientos, teniendo menos miedo a los mismo, filtrando por si
mismo la experiencia y aceptando testimonios provenientes de distintas fuentes;
 Esta completamente comprometido con el proceso de ser y devenir el mismo, descubriendo asi que es profunda y
sanamente un ser social;
 Vive mas completamente cada instante advirtiendo que es la manera mas sana de vivir en todo tiempo;
 Deviene un organismo funcionando mas plenamente, gracias a esta conciencia de si que se desliza libremente en y
a través de su experiencia.
» ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD
Tomando una definición aportada por la cátedra diremos que “la Psicología de la Personalidad se ocupa de la
personalidad sana, en un nivel personal, teniendo en cuenta los aspectos generales y particulares”.
Por un lado que la psicología de la personalidad se ocupe de la personalidad sana y de sus características, su
desarrollo y dinamismo es importante y a su vez necesario; sólo a partir del conocimiento de la personalidad sana
podremos conocer la personalidad enferma y patológica.
Por otra parte cuando decimos que la psicología de la personalidad considera la personalidad en el nivel personal
queremos decir que no nos centraremos en la personalidad con relación a lo social o en las bases neurológicas de la
personalidad, haremos referencia a un nivel personal de ella, no suprapersonal o subpersonal.
Y en último término, estudiaremos o analizaremos la personalidad desde un aspecto general y diferencial. “Lo
general” es aquello que según Salvatore Maddi es el “Núcleo de la Personalidad”, es decir aquello común, aquello
compartido por todos. Mientras “lo diferencial”, llamado por Maddi “Periferia de la Personalidad”, son aquellas
características propias y singulares de cada personalidad. Si bien el núcleo de la personalidad es el mismo, cada uno
lo conjuga de manera singular y concreta.
Conceptualmente diremos que:
 Lo general: es aquella manera de ser y de funcionar psicológicamente que caracteriza a la persona humana
en general, y que hace que las conductas de los individuos respondan a una totalidad de sentido. Es esa
personalidad la responsable de que nuestras conductas tengan un sentido, sean coherentes.
 Lo diferencial: es la conjunción psicológica particular, única e irrepetible de cada individuo. Modo propio,
singular o particular en como vive una persona, o conjuga su personalidad.
Ahora bien, esta diferenciación entre lo general – particular; general – diferencial; estructura – periferia; núcleo –
periferia, aparece de manera muy clara en la Teoría de la Personalidad de Carl Rogers, teoría que a continuación
intentamos exponer.
Carl Ramsom Rogers, tal cual es su nombre, fue un psicólogo, más precisamente psicopedagogo norteamericano
muy importante, nacido en Oak Park, Illinois, EEUU, en 1902; falleciendo en 1987 en la Jolla, California, EEUU.
Pudiendo considerarse consecuentemente un autor contemporáneo.
La Teoría de la Personalidad de éste psicólogo y psicoterapeuta norteamericano se dio en llamar TEORIA DE LA
AUTOACTUALIZACION, la cual posee como hipótesis central “que es el sí mismo el principio decisivo en la
orientación y en la corrección de la conducta”.
Si bien en la primera etapa de su vida Rogers se interesó en las ciencias biológicas y físicas, poco tiempo después y
dentro de la Universidad de Columbia, sufrió la influencia de la filosofía humanista de John Dewey, conociendo allí
la psicología clínica.
Rogers fue influenciado tanto por el psicoanálisis freudiano, por Otto Rank, por Abraham Maslow, Harry Sullivan,
Angyal y por el fisiólogo Kurt Goldstein.
Rogers no parte de presupuestos filosóficos o teóricos sino de la experiencia como terapeuta y educador, para a partir
de ella formular su propia posición y elaborar sucesivamente la Teoría Terapéutica, La Teoría de la Personalidad, la
Teoría del Funcionamiento Pleno de la Persona y la Teoría de las Relaciones Interpersonales.
A medida que se desarrollaba la teoría de la personalidad y de la psicoterapia, Rogers fue evidenciando cada vez más
la influencia de teóricos como Goldstein, Maslow, Angyal y Sullivan, quienes han destacado la importancia de “la
opinión que uno tiene de sí mismo como determinante de la conducta”. Aunque hay muchos teóricos que comparten
la posición de Rogers, sus ideas son las más amplias y las más desarrolladas, y las de carácter más acentuadamente
psicológico.
Teniendo en cuenta la diferenciación que hace Maddi entre Núcleo y Periferia de la Personalidad, a continuación nos
centraremos en el Núcleo, para posteriormente ocuparnos de la Perisferia.
Sobre el Núcleo de la Personalidad:
Carl Rogers en 1959 adoptó una actitud muy clara con respecto al Núcleo de la Personalidad.
Desde su opinión considera que “la tendencia fundamental del hombre es la realización de sus posibilidades”, lo
cual supone que sobre los individuos se ejerce una cierta presión o tendencia a la transformación según lo impone su
propia naturaleza heredada. Seguramente es difícil de apreciar ésta tendencia de realización sobre la base intuitiva de
nuestra propia experiencia, pero sin dudas todos pasamos por situaciones en que quisimos lograr algo o nos sentimos
impulsados a realizar algo. Por ej: deseo de obtener buenas notas, de realizar algo, etc.
Realicemos ahora un enfoque más formal de su teoría:
Suponer que la tendencia de ejecución es la orientación fundamental del hombre, nos obliga a que consideremos
inevitablemente tres aspectos:
 Por un lado, el contenido de las posibilidades intrínsecas;
 Por otro, la naturaleza de la propia tendencia de ejecución;
 Y por último, el modo de interacción de las posibilidades intrínsecas y la tendencia de ejecución en el proceso de
la vida.
Las posibilidades intrínsecas del hombre
Según Rogers, todas las posibilidades del hombre están al servicio del mantenimiento y la consolidación de la vida.
Con ésta postura la diferencia con Freud es evidente; para Rogers contrariamente a Freud no hay nada semejante a un
instinto de muerte. Pero bueno, prescindiendo del concepto de instinto de muerte, parecería que entre Freud y Rogers
no hay tanta diferencias al respecto. Freud aceptaría de buena gana la idea de que las posibilidades intrínsecas
mantienen y consolidan la vida, aunque él las denominaría INSTINTOS. Sin embargo, Freud afirma que los instintos
de muerte son más poderosos en el hombre, y desde que nace está buscando la mejor manera de morir.
Las diferencias posiblemente más grandes entre estos dos pensadores se centrarían en aquellos conceptos acerca de la
relación del hombre con la sociedad. Mientras en Freud (teórico del conflicto) los intereses sociales se encuentran
enfrentados a los intereses individuales; en Rogers (teórico de la realización) el mantenimiento y la consolidación de
la vida individual concuerda con el mantenimiento y la consolidación de la vida comunitaria. Para él en la naturaleza
del hombre, aunque no se encuentra presente el carácter comunitario, no hay nada que estorbe la posibilidad de vida
comunitaria.
Ahora bien, que diría Rogers de las razones en virtud de las cuales Freud supone que la naturaleza del hombre se
opone a la vida social, por ejemplo ¿Porqué el hombre hiere al hombre?
Rogers respondería con una actitud de optimismo. Señalaría que es mayor el número de personas que viven en paz,
de aquellas que viven en conflicto con el otro, que la paz es más común que la guerra. Para Rogers no son muy
convincentes las razones que mueven a Freud a decir que el hombre es un ser egoísta y potencialmente destructivo;
para él las observaciones en las que Freud se basa han sido ocasionales, considerándose expresiones de la
deformación de la naturaleza auténtica del hombre más que sus manifestaciones directas. En definitiva para Rogers el
hombre posee una naturaleza constructiva.
Por otro lado se ha observado que cuando una persona carece de esperanza y se siente indigna menosprecia a otros,
pero cuando comienza a aceptarse y a apreciarse a ella misma, acepta y aprecia a los demás, tanto en sus semejanzas
como en sus diferencias. Todos estos elementos llevan a Rogers a sostener que la verdadera naturaleza del hombre,
sus posibilidades intrínsecas, concuerdan con el mantenimiento y consolidación de su vida individual y también
social, solo se da lo contrario en el desequilibrio.
Dada la necesidad de producir pruebas en este sentido Rogers se acerca a examinar la situación de los animales
inferiores, y esto es lógico porque la tendencia de ejecución no se limita a los seres humanos, o los subhumanos y
tiene que ver con todas las cosas vivas, vegetales y animales. Rogers toma el ejemplo del león y nos dice que según
parece el león es un ser bastante benigno, que mantiene relaciones sexuales principalmente con su pareja y
ocasionalmente solo con otro del grupo de la especie; que atiende a sus cachorros con bastante afecto hasta que
puedan salir al mundo; que mata cuando esta hambriento o en defensa propia y de su familia, no apareciendo en él
maldad gratuita ni un interés egoísta incompatible con el resto. Para Rogers la semejanza entre la vida del león y del
hombre no es accidental, y nos dice que si el hombre expresara sus posibilidades naturales, llevaría una vida mas o
menos ordenada, constructiva y moral, sin necesidad de control social.
Pero bueno, en realidad esta controversia no es fácil de resolver; lo importante es tener en cuenta que las
posibilidades intrínsecas permiten mantener y consolidar la vida, para luego intentar abocarnos a su contenido exacto.
Por asombroso que parezca Rogers casi no dice nada acerca de la cuestión de su contenido. Una lectura atenta de la
obra nos permitiría suponer una suerte de plan genético al que se agrega forma y sustancia a medida que avanza la
vida. Pero los lineamientos exactos del plan son un misterio.
¿Tiene que ver con aspectos biológicos? ¿O se relaciona con aspectos más psicológicos? ¿Hay diferencias entre las
posibilidades intrínsecas de los individuos?
De hecho Rogers no sugiere una guía, seguramente sería muy difícil confeccionar una lista de cosas que constituyen
un plan genético desde un personólogo; siendo esto una de las posibles causas que motivó su silencio. Por otra parte
su silencio residiría en el hecho de que la elaboración de una lista de atributos inherentes violentaría la libertad
humana que alienta Rogers. Para este autor la vida es a tal extremo una cosa cambiante, variable, dinámica,
imprevisible y vibrante, y teorizar sobre una lista dada de características equivaldría a encadenar a un ser salvaje y
libre.
Hagamos notar que Rogers sintió interés ante todo por la psicoterapia, por la posibilidad de ayudar a las personas
agobiadas por los problemas de la vida. Si bien tuvo contacto con teorías o técnicas psicoterapéuticas ortodoxas como
el psicoanálisis, muy pronto se alejó de ellas y durante un tiempo se lo conoció como un profesional opuesto a las
teorías.
Rogers no se apresuró por elaborar una teoría psicoterapéutica porque estaba tan comprometido en la tarea de ayudar
a la gente, que le interesaba muy poco la claridad formal acerca de lo que ocurría, mientras obtuviese resultados
beneficiosos. Después de haber acumulado experiencia terapéutica, comenzó a elaborar una teoría acerca de la
interpretación de los resultados terapéuticos eficaces. Su teoría de la personalidad fue un resultado más tardío aún de
su teoría de la psicoterapia.
Diremos que en psicoterapia es muy útil afirmar el concepto de las posibilidades ilimitadas del organismo, útil tanto
para el paciente como para el terapeuta. La libertad, según Rogers, infunde al paciente una fuerza tremenda, que le
ayuda a hallar la tenacidad y la energía necesaria para modificar pautas de vida arraigadas y destructivas. Esta idea de
Rogers, de las posibilidades ilimitadas de la vida, ha sido tan valiosa en psicoterapia que este autor la conserva en su
teoría de la personalidad.
Pasemos ahora a la tendencia de ejecución
La tendencia de ejecución puede definirse como “el impulso del organismo a convertirse en lo que determinan
preferentemente sus posibilidades inherentes que apuntan hacia el mantenimiento y la consolidación de la vida”.
Ahora bien, ¿cual es la naturaleza de la tendencia de ejecución?
En primer lugar la tendencia de ejecución es biológica mas que psicológica. Se arraiga en los procesos fisiológicos de
todo el cuerpo, es un modo de remitirnos a la tendencia de la materia orgánica a desarrollarse y multiplicarse. Si bien
esta tendencia se aproxima a los instintos de vida de Freud, la tendencia de ejecución es mucho mas amplia que los
instintos de vida. Ciertamente incluye cosas como la necesidad de alimento y agua, y el desarrollo de la materia viva
con arreglo a los lineamientos de su función, por ejemplo desarrollo del feto a partir de un huevo fertilizado,
diferenciación del tejido muscular y epitelial, etc.
Rogers ha aclarado que la tendencia de ejecución es característica no solo de los seres humanos y de los animales,
sino también de todas las cosas vivas.
La tendencia de ejecución es la presión biológica orientada hacia la realización del plan genético, sea cual fuere la
dificultad creada por el medio. Dicha tendencia no persigue reducir la tensión, como sostienen los teóricos del
conflicto; según Rogers la vida y el desarrollo no pueden interpretarse como la búsqueda de la comunidad y la
quietud; es más, es probable que hablemos de aumento de tensión mas que de reducción; debemos tener en cuenta
que la “tenacidad de la vida” y el “impulso vital” tienden a acentuar la tensión organísmica.
Si bien la tendencia de ejecución es una característica de toda la materia viva, algunas de las expresiones, que de
acuerdo a Rogers, asume el ser humano son improbables en el nivel subhumano. El ser humano muestra la forma
fundamental organísmica o biológica de la tendencia de ejecución, cuyo objetivo es expresar las posibilidades
inherentes; pero también muestra formas psicológicas de la tendencia de ejecución. La más importante es: la
tendencia hacia la realización del yo.
La tendencia hacia la realización del yo es la presión que induce a comportarse y desarrollarse consecuentemente con
la imagen que uno tiene de lo que es.
De acuerdo al constructo n° 12 formulado por Carl Rogers, el yo, concepto del yo o de si mismo, estructura del yo
puede definirse como una “…Gestalt conceptual coherente y organizada compuesta de percepciones de las
características del YO y de las percepciones de las relaciones del YO con los otros y con los diversos aspectos de la
vida, junto con los valores asignados a estas percepciones. Se trata de una Gestalt que esta disponible para la
conciencia aunque no este necesariamente en la conciencia…” (Rogers, Carl “Terapia, personalidad y relaciones
interpersonales, pág. 26)
El YO, manifestación peculiarmente humana, nace a partir de dos secuelas adicionales de la tendencia de ejecución, a
saber:
 Necesidad de consideración positiva (constructo N° 29).
 Necesidad de autoconsideración positiva (constructo N° 33).
Ambas son consideradas necesidades aprendidas o secundarias que se desarrollan en la infancia temprana y que
representan expresiones especializadas de la tendencia general de ejecución.
La primera se refiere a la satisfacción que experimenta la persona cuando tiene la aprobación de personas
significativas, y a la frustración que experimenta a partir de la desaprobación por parte de las mismas.
La segunda es una versión mas internalizada de este mismo factor, se refiere a la satisfacción que obtiene el individuo
cuando se aprueba y a la insatisfacción que experimenta cuando se desaprueba.
Ahora bien, en el proceso de recibir aprobación o desaprobación de las personas significativas y sus actitudes, la
persona desarrollará un sentido consciente de lo que es, que se denominará yo o concepto del yo. Al mismo tiempo,
experimentará la necesidad de autoconsideración positiva gracias a la cual la tendencia hacia la realización del yo
adoptará la forma de la predisposición a la conducta y el desarrollo, acorde con el concepto del yo.
Resumiendo:
Rogers considera que las tendencias nucleares de la personalidad son:
1) La tendencia intrínseca del organismo a realizar las cualidades que contribuyen a mantener y consolidar la vida.
2) El intento de realizar el concepto del yo, manifestación psicológica de la tendencia de ejecución.
Siendo la necesidad de consideración positiva y de autoconsideración positiva, secuelas secundarias o aprendidas de
estas tendencias del núcleo.

Desde la teoría de Rogers, las características del núcleo de la personalidad son:


1) Las posibilidades inherentes, que definen las formas de expresión de la tendencia de ejecución.
2) El concepto del yo, que define los modos de expresión de la tendencia de realización del yo.
Estas tendencias y características pertenecen al núcleo de la personalidad porque son comunes a todos los hombres y
ejercen una influencia general sobre la vida.
El modo de realización de sus posibilidades
Para comprender la realización máxima es fundamental reconocer que si bien las posibilidades inherentes están
determinadas genéticamente, el concepto del yo esta determinado socialmente. De este modo es posible concebir
discrepancias entre estos dos conjuntos del núcleo: el sentido de una persona con respecto a quien y que es ella puede
apartarse de lo que tiende a hacer por obra de sus posibilidades organísmicas.
La sociedad no siempre choca con el individuo como suponen Freud y los teóricos del conflicto psicosocial. Rogers
tiene cosas que decir acerca de la naturaleza del fracaso de la sociedad. El lo denomina consideración positiva
condicional, este constructo remite a la situación en la cual algunos actos, pensamientos y sentimientos del individuo
concitan la aprobación y el apoyo de personas significativas de su vida; de modo que cuando la persona desarrolló su
yo, en base a los que otros piensan de ella, la llevará a verse a si misma solo con referencia a los actos, pensamientos
y sentimientos que han obtenido aprobación y apoyo.
Su concepto del yo se apoyará en lo que Rogers denominó condiciones de valía (normas para discernir lo que es
válido y no lo es en si mismo). Estas condiciones de valía cumplen una función similar al superyó de Freud, ambos
conceptos son inculcados socialmente, ejerciendo la función de monitor ético del desempeño individual.
La existencia de condiciones de valía en el concepto del YO moviliza defensas similares a las de Freud. Dado que
hay algunos pensamientos, sentimientos y actos que hacen que la persona se sienta indigna o culpable, se inicia un
proceso de defensa. Una diferencia significativa entre Freud y Rogers con respecto a las defensas es que mientras
para Freud las operaciones defensivas conducen a la vida mas eficaz, para Rogers ellas implican una limitación a la
misma.
Las condiciones de valía y los procesos defensivos representan factores limitativos porque conducen a un rechazo de
los pensamientos, los sentimientos o los actos que expresan realmente las posibilidades inherentes, es decir conducen
a un estado de incongruencia. Una vez que aparecen las condiciones de valía y defensa es imposible realizar
plenamente las posibilidades individuales. Uno no puede llegar a ser todo lo que esta en el mismo. Se ha perdido una
parte de la herencia genética.
Ahora bien ¿cómo es posible evitar estas consecuencias negativas?
Debemos tener en cuenta que desde la opinión de Rogers, es necesario que el niño haya tenido la suerte de realizar la
experiencia de la consideración positiva incondicional de las personas significativas. Esto significa que los otros lo
valoren y respeten como persona y que apoyen y acepten su conducta aunque en ella haya algo con lo cual discrepen.
Rogers no quiere decir que todo debe ser aprobado; por ejemplo: si un niño intenta cruzar la calle cuando viene un
camión, habrá que impedirlo, pero no pegándole, sino explicándole con palabras apropiadas el peligro que el acto
suscita, respetándolo así como ser humano.
Cuando Rogers subraya la consideración positiva incondicional, se refiere a la existencia de una atmósfera de
valoración y afecto, mas que a la ausencia de limitación.
Si el individuo crece en una atmósfera de consideración positiva incondicional, no se crean condiciones de valía ni de
defensa. El concepto del yo es más amplio y más profundo e incluye muchos mas pensamientos, sentimientos y actos
que expresen las posibilidades inherentes.
El estado en que el concepto del yo abarca prácticamente todas las posibilidades se llama congruencia e indica que el
sujeto no se ha reducido solo a una parte de lo que uno es y puede ser.
Para Rogers el modo de realizar mas totalmente las posibilidades es la posesión de un concepto del yo que no incluya
condiciones de valía y por consiguiente no organice defensas.
De esto se deduce:
1) El individuo respetará y valorará todas las manifestaciones de sí mismo.
2) Cobrará conciencia de casi todo lo que puede conocerse acerca de él mismo.
3) Adoptará una actitud flexible y abierta a la nueva experiencia.
De este modo el hombre desarrollará lo que esta en la naturaleza individual.
El individuo será lo que Rogers denomina una persona de desempeño integral; y como ya se ha dicho en vez de ser
antisocial, como podría esperarse de una persona sin defensas de acuerdo al esquema freudiano, valorará, apreciará y
apoyará a otras personas, porque se complace en su propia persona y la valora, aprecia y aprueba.
» SISTEMAS VALORATIVOS
El sí mismo como principio de orientación comportamental
- Rogers plantea que el sí mismo rige la conducta, nos muestra como obrar para sentirnos bien, realizarnos. Esto es:
desarrollar nuestra propia independencia, la autoestima y la autodeterminación.
- Justamente, en la terapia se corregirá la desviación entre la conducta real y la conducta sugerida por el sí mismo.
- Rogers confía en los sentimientos: estos realizan una valoración. Por ejemplo, si recuerdo una situación con
angustia, luego será preferible evitarla.
- Así pues: cuando la conducta que estoy teniendo no corresponde a la que "mi si mismo" me sugiere, los
sentimientos me lo harán notar.
- El individuo compara sus vivencias con sus tendencias de autorrealización, luego: acepta lo que considera positivo y
rechaza lo que considera un impedimento.
Dos sistemas al servicio de la tendencia de la autorrealización
 Autoimagen (yo mismo)
- El sí mismo o la autoimagen la posee ya el niño, tiene una representación de su cuerpo, de sus capacidades.
- La autoimagen dirige el proceso de autorrealización.:
*se reconocen y asumen las percepciones, experiencias, pensamientos e impulsos que encajan en la trama de
la autoimagen Por ej.: una persona en la que se ha desarrollado una autoimagen abierta, puede exteriorizar toda clase
de sentimientos: enfado, cólera, envidia, como también alegría, entusiasmo, amor. Su mundo vivencial es versátil. En
cambio, una persona cuya autoimagen se caracteriza por la cerrazón solo permite pocas experiencias, no podrá
reconocer, la cólera, los celos, la espontaneidad como una parte de sí misma porque amenazan a la autoimagen.
*se subsumen las no aceptadas, es decir, se filtran las percepciones no compatibles con la autoimagen. Estas
se almacenan y siguen actuando, sin control del self.
La suscepción es un mecanismo que previene a la persona frente a una experiencia que amenaza al sí mismo. Uno
percibe mas cosas de las que le son plenamente conscientes.
Ej: un hombre tiene problemas con su sexualidad: es demasiado impulsivo para su criterio. En el encuentro con una
mujer, puede refrenar conscientemente el impulso sexual, pero sin dejar de acoger subliminalmente y almacenar su
irradiación sexual. Estas percepciones subsumidas influyen en su conducta, la hacen insegura y rígida e inducen al
sujeto a buscar refugio en bromas y chistes groseros.
 Valoraciones asumidas (de los demás)
- Son los criterios que asumen otras personas relevantes o allegadas.
- Esta asunción se produce porque cada individuo espera ser valorado positivamente por los demás.

UNIDAD II

» SOBRE LA PERIFERIA DE LA PERSONALIDAD: EL MODO DE USO.


Modelo de realización: la versión de ejecución.
La teoría de Rogers divide a la gente en dos grandes tipos. Estos tipos incluyen a las personas en las cuales se expresa
vigorosamente la tendencia de ejecución, la cual promueve el realce y enriquecimiento de la vida, en oposición a las
personas en quienes la tendencia de ejecución se expresa de manera protectora y defensiva, situación que permite
únicamente el mantenimiento de la
vida. Quien pertenezca al primer tipo será una persona de desempeño integral, y quien corresponda al segundo tipo
merecerá el calificativo de inadaptado.
Rogers delinea un conjunto de características periféricas concretas correspondientes a las personas de desempeño
integral. La primera de estas características es la apertura a la experiencia, destinada a representar la contradicción
polar de la actitud defensiva.
De acuerdo con Rogers, en una persona abierta a su propia experiencia, cada estímulo se transmitirá libremente por el
sistema nervioso, sin que ningún mecanismo defensivo lo deformase. No habría necesidad del mecanismo de
“subcepción”, que previene al organismo de cualquier experiencia que amenaza al yo. Por consiguiente, un aspecto
de este proceso, parece ser un movimiento para alejarse del polo de la actitud defensiva y acercarse al polo de la
apertura a la experiencia. El individuo adquiere paulatinamente mayor capacidad de autoescucharse. Se abre mas a
sus sentimientos de temor, desaliento y dolor. Es libre de vivir subjetivamente sus sentimientos.
La persona abierta a la experiencia será emocional, con afectos positivos y negativos y reflexiva, de modo que
exhibirá abundante información acerca de sí misma.
La siguiente característica de la persona de funcionamiento integral, es lo que él denomina vida existencial. La vida
existencial implica la nebulosa condición de vivir integralmente todos y cada uno de los momentos. Cada momento
es nuevo distinto del que transcurrió antes.
Un modo de expresar la fluidez que se manifiesta en dicha vida existencial consiste en afirmar que el yo y la
personalidad emergen a partir de la experiencia, en lugar de que se traduzca o se tuerza la experiencia para ajustarla a
una preconcebida estructura del yo. Vivir el momento lleva implícitas unas fallas de rigidez, de ajustada organización,
de imposición de una estructura a la experiencia.
Entre las particularidades periféricas concretas que podemos discernir en el concepto de Rogers acerca de la vida
existencial tenemos la flexibilidad, la adaptabilidad y el pensamiento inductivo. Otra presunta característica es lo que
se denomina confianza organísmica. La persona totalmente abierta a su propia experiencia tendría acceso a todos los
datos pertinentes de la situación, que le permitirían fundamentar su conducta; los reclamos sociales, sus propias
necesidades, sus recuerdos de situaciones semejantes, etc. Ciertamente se trataría de datos muy complejos. Pero
podría permitir que su organismo total, considerarse cada estímulo e importancia relativa, y después de esta compleja
tarea de superar y balancear, descubriría el curso de acción que más se acerca a la situación de todas sus necesidades
en el caso dado. Los defectos que llevan a la mayoría a falsear este proceso son la inclusión de la información que no
pertenece a la situación o a la exclusión de información que si pertenece.
Rogers contempla aquí la posibilidad de permitir que una decisión llegue a nosotros, en vez de tratar de imponerlo.
Esta característica equivale a confiar en nuestro organismo. Hay dos características finales, que en realidad se
encuentran implícitas en las anteriores. La primera es la libertad experiencial que alude el sentimiento de que uno esta
en libertad de elegir entre distintos cursos de acción. La característica final es la capacidad creadora que es la
inclinación a producir pensamientos, actos, cosas nuevas y eficaces.
El segundo de los grandes tipos de Rogers es simplemente el contrario de la personalidad de desempeño integral. La
persona que mantiene la vida, en lugar de realizarla, adopta una actitud defensiva mas que abierta, frente a la
experiencia, menosprecia a su organismo, en vez de dispensarle confianza; es un ser comùn y conformista mas que
creador. Estas características de las personas inadaptadas se originan en la existencia de las condiciones de valía.
Estos son los tipos de sanciones aprendidos de otros significativos en la vida de la persona; aquellos que respetaron
solo algunas de sus posibilidades lo indujeron a abrazar la misma pauta de autoaceptación y respeto diferencial o
parcial. Las condiciones de valía, como el super yo de Freud, constituyen la base de la
defensa.
Las ideas de Rogers acerca del significado de una vida plena se basan sobre todo en su experiencia de trabajo con los
clientes. O sea en la psicoterapia. Su experiencia terapéutica se ha desarrollado según los métodos que él considera
más efectivos.
Es decir, a la psicoterapia “centrada en el cliente”. Él dice que si la terapia es inmejorable, intensa y totalizadora, ello
significa que el terapeuta ha sido capaz de iniciar una relación subjetiva e intensamente personal con su cliente y que
se ha relacionado con él, no como un científico con su objeto de estudio, sino como una persona con otra persona.
“En este caso lo llevaré al cliente a ser él mismo”. – sostiene Rogers.
Para el cliente esta terapia óptima representa una posibilidad de indagarse y descubrir en sí mismo sentimientos
extraños, desconocidos y peligrosos. Advierte que se ha experimentado a sí mismo y que él es todos esos
sentimientos. Comprende que ya no debe temer a la experiencia sin aceptarla como parte de su sí mismo cambiante.
De acuerdo a la experiencia con sus clientes, Rogers extrae una conclusión negativa acerca de la vida plena y que esta
no es un estado de inmovilidad.
Una observación positiva que hace es que la vida plena es un proceso, no una situación estática, es una orientación o
un destino.
Dice que la vida plena es el proceso de movimiento en una dirección que el organismo humano elige interiormente, el
cual es libre de moverse en cualquier sentido.

» PERSONA DE DESEMPEÑO INTEGRAL: CARACTERES


La afirmación fundamental de Rogers sobre el hombre es que el fin de la persona es ser plenamente ella misma.
Rogers define a la vida plena como el proceso de un movimiento en una dirección elegida por el organismo humano
cuando esta interiormente libre para moverse en cualquier dirección, y los rasgos generales de ésta dirección así
elegida parece que tiene cierta universalidad. Se trata por lo tanto no de un estado, de algo alcanzado y estáticamente
sostenido, sino de una realidad dinámicamente orientada a realizarse característicamente y con características que
Rogers supone universales. Se trata de posibilidades de desarrollo, de desplegamiento de capacidades normales y
típicamente humanas.
Rogers afirma: “El esquema de movimiento observado en mis clientes, parecería querer decir que el individuo se
dispone a ser, con total conocimiento de causa, el proceso que verdaderamente él es en profundidad. Renuncia a ser
el que no es, a ser una fachada. No trata tampoco de ser más de lo que es, incluyendo toda la inseguridad y los
mecanismos de defensa que ésta entraña. No trata de ser menos de lo que es, con todos los sentimientos de culpa o
depreciación de sí implicados. Es alguien cada vez más atento a lo que pasa en las profundidades de su ser
fisiológico y emocional, encontrándose crecientemente inclinado a ser siempre con mayor precisión y profundidad
aquello que es verdaderamente”.
Rogers propone prototipos, personas concretas en las que se realiza la idea ideal de persona:
 San ignacio de Loyola (religioso).
 Mao Tse Tung (revolucionario)
 Van Gogh (artista)
Aparecen como significativas de esa vida plena propuesta por el autor.
Los tres no son personajes de fácil aceptación social. Lo que nos permite verlos como prototipos es que no es el grado
de aceptación social el criterio último sino la esforzada y fecunda fidelidad a sí mismo y su vocación de ser auténtica
y originalmente ellos mismos.
Con los hombres, como con las plantas en germinación y desarrollo, hay fracasos pero en unos y otras,
proporcionándoles las condiciones propicias se obtienen buenos resultados.
La inadaptación psicológica se produce cuando el organismo rechaza de la conciencia, experiencias sensoriales y
viscerales significativas que, en consecuencia, no son simbolizadas y organizadas en la totalidad de la estructura de su
sí mismo. Cuando se produce esta situación hay una tensión simbólica de una parte del mundo privado de las
experiencias del organismo. Luego encontramos que hay una discrepancia real entre organismo experienciante tal
como existe y el concepto de sí, que ejerce una influencia tan dominadora en la conducta.
El primer acto del drama personal que impedirá el funcionamiento óptimo de la personalidad está ubicado en la
infancia: dado que el niño atribuye generalmente tan grande importancia a la aprobación materna, llega a ser guiado
no por el carácter agradable o desagradable de sus experiencias y comportamientos sino por la promesa de afecto que
los mismos implican. Esta actitud pronto se extiende a toda la personalidad.

DOS TIPOS DE PERSONAS


Personas de desarrollo integral Personas inadaptadas
Apertura a la Experiencia.
Mayor capacidad de escucharse a sí mismo y Solo mantenimiento de la vida.
experimentar lo que ocurre en su interior. Se
abre a sus sentimientos, vive las experiencias de
forma mas plena, sin ser obligado a impedirle
su acceso a la conciencia.

Vivir Existencial.
Tendencia a vivir íntegramente cada momento. Actitud defensiva. Vive de acuerdo a un plan
“Lo que yo sea o haga en el momento siguiente preconcebido.
dependerá de ese momento y ni yo ni los demás
podemos predecirlo de antemano.” La persona
emerge de la experiencia sin tener que
ajustarse a una estructura de sí mismo
preconcebida.
Confianza organísmica.
Mayor confianza en su organismo como medio Menosprecia a su organismo.
para alcanzar la conducta más satisfactoria en
cada situación existencial.
Son capaces de confiar en sus reacciones
organísmicas en una situación nueva, porque han
descubierto que si se abren a su experiencia la
orientación mas útil y digna de confianza
consiste en hacer lo que les parece bien, pues de
esa manera hallarán una conducta realmente
satisfactoria.
Tiene acceso a todos los datos relacionados con
una situación.

Libertad experiencial. Se siente manipulada.


Permite que todo su organismo funcione
libremente y con toda su complejidad al
seleccionar entre múltiples posibilidades, la
conducta que en ese momento resultara más
satisfactoria.
La persona que funciona de modo integral no
solo experimenta sino que también hace uso de
la más absoluta libertad cuando elige de
manera espontánea y voluntaria aquello que, por
otra parte, también esta absolutamente
determinado.
Capacidad creadora.
Su apertura sensible al mundo y su confianza en Es común y conformista.
su propia capacidad de entablar relaciones
nuevas en su medio, la convierten en el tipo de
persona de quien surgen productos creativos y
cuya manera de vivir es igualmente original. No
esta necesariamente adaptada a su cultura y no es
conformista. Se trata de un individuo capaz de
ajustarse creativamente y sólidamente a las
situaciones nuevas o viejas y digno de figurar en
la vanguardia de la evolución humana.
Este tipo de persona se origina en la actitud En cambio este tipo de personas tiene su origen
positiva incondicional. en las condiciones de valía. En la actitud positiva
condicional.

» LAS RELACIONES INTERPERSONALES


Este capítulo expresa las experiencias de Rogers en cuanto a las relaciones interpersonales, a su modo de ser en
relación.
Rogers hace referencia sobre la “misteriosa” empresa de relacionarse con otros seres humanos, de comunicarse con
los demás. La llama misteriosa porque nunca se logra comunicarse plenamente con otra persona.
Afirma: “Es hermoso cuando en determinado momento me siento cerca y en contacto con otro ser humano”.

Condiciones puestas en práctica por Rogers para la comunicación:

 ESCUCHAR: Rogers dice que experimenta un verdadero placer cuando puede oír realmente a alguien. Expresa
que ésta es una de las características permanentes en su persona.
La satisfacción que se produce al escuchar a alguien , es por que se entra en contacto con esa persona, se enriquece
de esta manera mi vida personal.
Existe también otra satisfacción peculiar, escuchar a alguien es como escuchar la música de los astros, porque más
allá del mensaje inmediato de la persona, está el universo, el cosmos. Escondidas tras la comunicación personal
parecen estar las metódicas leyes psicológicas, que son un aspecto del orden del universo.
De modo que tenemos:
 La satisfacción de oír a la persona.
 Y la de sentirse en contacto con lo que es universalmente verdadero.
Este escuchar remite a un “escuchar profundamente”. Cuando hablo con alguien, escucho las palabras, los
pensamientos, los matices de sentimientos, el significado personal y el significado inconsciente del que me habla. A
veces, en un mensaje puedo escuchar un grito humano profundo, un “grito silencioso” que está oculto, desconocido,
por debajo de la superficie de la persona.
Lo importante es escuchar todos los niveles, esto supone, estar abiertos a todos los significados que pudiera tener
aquello que el otro comunica, es decir implica escuchar a alguien en todos los niveles que trata de comunicarlo.
A Rogers, las entrevistas terapéuticas y las experiencias de grupos, le demostraron que escuchar da resultados. El
afirma que suceden muchas cosas cuando escucho realmente a una persona, lo que me dice, y los significados que en
ese momento son importantes para él, oyendo no simplemente palabras si no a él mismo y también cuando le hago
saber que he escuchado sus significados personales más profundos. Esto hace que la persona se sienta aliviada, que
desee contar más acerca de su mundo, que sienta una nueva sensación de libertad. Lo que hace que se vuelva más
abierta al cambio.
Cuando una persona se da cuenta que ha sido escuchada, se libera de la soledad y vuelve a ser un ser humano.
 SER ESCUCHADO: Rogers, según su experiencia personal y con las personas, asegura que cuando uno está
psicológicamente destruido, y alguien nos escucha sin juzgarnos, sin tratar de tomar una responsabilidad por
nosotros, sin tratar de moldearnos, uno se siente “maravillosamente” bien. Se reduce la tensión, se puede traer a la
superficie los sentimientos atemorizantes, las culpas, la desesperación, las confusiones que acompañan a la
experiencia.
Rogers en base a su experiencia dice: “Cuando me han escuchado y oído, puedo percibir mi mundo de otra manera y
seguir adelante”. “Es increíble que sentimientos que han sido horribles se vuelvan soportables cuando alguien nos
escucha. Que elementos insolubles se vuelvan solubles cuando alguien nos oye, como las confusiones que parecen
irremediables, se convierten en claros arroyos cuando uno es comprendido. He sentido un profundo agradecimiento
cuando una persona me ha escuchado en forma sensitiva empática y concentrada”
Y es a través de esto que Rogers se da cuenta que en el desarrollo de su terapia para los demás, sin duda a nivel
inconsciente, estaba desarrollando el tipo de ayuda que el quería y podía aprovechar para el mismo.
Cuando no puedo escuchar: Rogers manifiesta que se siente mal consigo mismo cuando no puede escuchar a alguien,
cuando no lo puede comprender.
Pero cuando realmente se odia, es cuando no puede escuchar a otra persona porque de antemano sabe lo que va a
decir. Continua diciendo, que solo después se da cuenta de que escuchó lo que ya había decidido que estaba diciendo,
que no había escuchado realmente. Pero aún es peor, dice Rogers, cuando no escucho porque lo que se dice es
demasiado amenazador o que puede cambiar mis concepciones y mis conductas. Otro punto a tener en cuenta son
aquellos momentos en los que me sorprendo tratando de distorsionar un mensaje para hacer que la persona diga lo
que quiero oír.
Cuando los demás no comprenden: El no ser entendidos por la otra persona, cuando se comparte algo muy personal,
constituye una experiencia de soledad muy decepcionante.
Es muy importante en toda relación escuchar de manera:
 creativa,
 activa,
 exacta,
 empática,
 y sin evaluar.
Hacer esto nos ayuda a crecer internamente y a su vez ser escuchados también nos ayuda a crecer, nos alivia y
enriquece.

 SER AUTÉNTICO: Es una experiencia muy gratificante sentirse cerca de lo que sucede dentro de uno. Pero saber
realmente que estoy experimentando en el momento no es fácil, es una tarea para toda la vida.
Rogers algunas veces a usado la palabra coherencia en lugar de autenticidad. Con la primera remite a que cuando se
es conciente de lo que se experimenta, y cuando lo que está presente en mi conciencia está también en mi
comunicación, entonces cada una de estos niveles concuerda con los otros o son coherentes. En este momento estoy
integrado o entero.
Pero no es posible ser coherentes todo el tiempo.
Rogers con autenticidad quiere decir, un significado, un aprendizaje, es que no hay nada que temer cuando uno se
presenta tal cual es, cuando no estamos a la defensiva, sin coraza. Solo soy auténtico cuando puedo aceptar que tengo
muchas deficiencias, muchas faltas, que me equivoco, que no se cosas que debería saber, que tengo prejuicios, que a
menudo tengo sentimientos que no están justificados por las circunstancias. Y cuando puedo presentarme sin
armadura, sin esforzarme en ser diferente de como soy puedo aprender mucho más y acercarme mejor a la gente.
Comunicar mis sentimientos auténticos: No es fácil, en parte porque lo que estoy experimentando cambia a cada
momento, y en parte porque los sentimientos son muy complejos. Generalmente existe un retraso entre lo
experimentado y su comunicación. En tales caso vivencio algo, siento algo, pero más tarde me doy cuenta de ello y
me atrevo a comunicarlo, cuando se ha enfriado lo suficiente como para poder compartirlo sin peligro, con otra
persona. Aunque es más gratificante comunicar mis sentimientos auténticos en el mismo momento que surgen.
Entonces soy:
 coherente,
 espontáneo,
 y vivo.
Sin embargo estos sentimientos también pueden ser negativos.
Lo importante, señala Rogers, en cuanto a los sentimientos que no logro percibir en el momento, es que sean
comunicados, ya que esto ayuda a lograr una mejor comunicación, fortaleciéndose la relación.
Encontrar la autenticidad en los demás: Rogers dice que es evidente cuando una persona no se oculta tras una
máscara, sino que habla desde muy adentro. Alguien auténtico es aquel que lo que dice sale del él completamente
transparente y entero.

 DESPERTAR LA LIBERTAD EN LOS DEMÁS: Rogers considera importante el hecho de permitir que los demás
sean libres.
Tomando como referencia a un grupo o clase de estudiantes, expresa que es necesario darles mayor libertad
psicológica, creando un clima donde puedan dirigirse ellos mismos.
Lo que permitirá que los individuos y los grupos comiencen a trabajar en sus propios objetivos y metas, pudiendo
encontrar significado a sus vidas, a través de su trabajo.
En un ambiente de libertad, expresa Rogers, la educación es como debe ser, es una empresa emocionante, una
búsqueda y no una mera acumulación de datos. Así los estudiantes se convierten en personas que evolucionan,
capaces de vivir en constante cambio.

 ACEPTAR Y DAR AMOR: La persona cuando puede apreciar y amar realmente a otra y cuando se permite
expresar estos sentimientos, realmente se enriquece. Pero muchas veces tememos que esto nos atrape.
Rogers afirma, que si bien también en algún momento de su vida experimentó este miedo de que si me permito querer
a alguien este podrá controlarme, usarme o exigirme cosas; dice que ha aprendido que los sentimientos de ternura y
afecto no son peligrosos para recibirlos ni para darlos, sino por el contrario estimulan la evolución y empujan al
crecimiento de la persona.
Puedo apreciar mejor a las personas: El no experimentar miedo de dar o recibir sentimientos afectuosos, me permite
apreciar mejor a las personas.
Y apreciar significa no controlar a la persona, sino simplemente dejar ser.
Esto según Rogers estimula el desarrollo del sí mismo y enriquece a la persona.

 VALORAR LA COMUNICACIÓN Y LAS RELACIONES INTERPERSONALES: Una auténtica comunicación y


una auténtica relación interpersonal estimula la evolución de la persona.
Esto requiere valorar, escuchar sensiblemente el dolor y la alegría, el miedo, la furia, la desesperación, la
determinación y el coraje de ser, en otra persona. Y valorar cuando otra persona puede escuchar estos sentimientos en
mí.
Además entra en juego la actitud de cada uno, y la dimensión significativa que esta adquiere cuando hace surgir
autenticidad en el otro y cuando nos acercamos en una relación yo-tú.
Nos encontramos también con la posibilidad de aceptar la calidez y el interés de los demás, ya que esto aumenta la
capacidad de dar amor, sin miedo a sentirse atrapado y sin retroceder.
Rogers según su experiencia personal, dice que estos son los elementos que hacen enriquecedora y gratificante la
comunicación entre las personas, convirtiéndonos en seres en relación con los demás.
“Estoy lejos de alcanzar estas actitudes por completo, pero mi evolución hacia ellas hace mi vida más cálida,
emocionante, dolorosa, complicada gratificante, enriquecedora y, por sobre todas las cosas, una aventura digna de
ser vivida”. ( Carl Rogers).

» LA ACTITUD TERAPÉUTICA
Rogerianamente estamos en un punto clave y como tal revelador de lo que implica la situación que confronta dos
personas: la del paciente y la del terapeuta. Los párrafos que siguen pensamos que aclararán la distinción entre
“técnica” y actitud terapéutica.
El planteo de Rogers no admite, bajo título de “asepsia”, la disociación entre lo que el terapeuta es y lo que hace;
sabemos que para él la tarea del científico implica lo objetivo y subjetivo simultáneamente, más aún cuando se trata
del vínculo interhumano. Las convicciones sobre esta relación y la relación terapéutica específica, la visión del
hombre, la ideología, su escala social de valores tanto como la “íntima”, entran inevitablemente en juego. Por eso
mismo Rogers afirma que no cualquiera puede ser rogeriano, pues una mentalidad sociopolítica-facista, paternalista,
individualista o cientificista, como ejemplos, no podrían coherentemente adoptar las actitudes que son esenciales en
tal aproximación.
Mi modalidad terapéutica no puede ser sino el brote, el florecimiento, de una realidad profundamente mía en la, cual
tiene sus raíces. Ser terapeuta compromete la expresión de lo mejor de mí mismo si busco alcanzar, una efectividad
seria, valiosa, consistente. Ser terapeuta supone el coraje de un constante ahondamiento, capaz de impulsarme fuera
de mí hacia quien reclama mi servicio, llevando lo que auténticamente soy y poniéndolo a disposición de sus
necesidades que son las especificadas por el vínculo peculiar que entablamos. Se trata simple y profundamente, de
dejarse-ser ante el otro como una persona a quien ese otro invoca como auxiliar necesario y transitorio en
determinado momento de su vida; momento en el cual es justamente esa otra presencia personal el recurso mediante
el cual aquel a quien, en esa relación, llamamos “paciente”, puede acceder a la situación liberadora de sus propias
capacidades para hacer su propia existencia. Es obvio, puesto que hemos hablado de servicio, que no se trata de la
presencia personal que puedan tributar, el amigo, la esposa, el padre, etc., por mucho, que tales “presencias” puedan
tener efectos terapéuticos espontáneos innegables. La presencia del terapeuta tiene singulares características que la
constituyen como tal intencionalmente, tanto para quien demanda como para quien ofrece ese servicio. Rogers
justamente, ha logrado definir y estudiar sistemáticamente tales características, englobando las que considera
fundamentales en la denominación de ACTITUDES.
Por Actitud podemos entender la tendencia constante a percibir y reaccionar en un determinado sentido. Podemos
decir que la Actitud rogeriana implica la tendencia constante a percibir al “Paciente” como una persona con las
capacidades adecuadas para la actualización de las mismas. Además esa Actitud implica la tendencia a reaccionar, por
parte del terapeuta con: congruencia, aceptación incondicional y comprehensión empática.
Estas tres condiciones son básicas y suficientes, para dar origen a un verdadero proceso terapéutico. Este es uno de
sus hallazgos más preciados e iluminadores para la terapia, sea rogeriana o no.
Lo que en definitiva hará Rogers, coherentemente, es estructurar una modalidad terapéutica (la que nosotros
llamamos rogeriana, pues él no pretende haber creado escuela alguna) donde tales actitudes estén facilitadas y
potenciadas al máximo, sin que ello implique negar su existencia en mayor o menor grado, con sus peculiaridades, en
otras formas de terapia, y con mayor precisión, en otras formas personales por las cuales distintos terapeutas hacen
terapia sea cual fuere la corriente a la cual, teóricamente, adscriban.
Resalta el valor dado al contacto del terapeuta con su propio “experiencing”, es decir, que está constantemente
abierto a los sentimientos y reacciones que se suceden en él ante el paciente. Esto es lo que le permite operar en la
condición de transparencia o congruencia Señala además la necesidad de que el terapeuta sea percibido romo:
realista, empático, actuando con aceptación positiva incondicional.
Las actitudes de todo terapeuta cualquiera sea su tendencia, traducen siempre su propio cuadro de valores. La actitud
es una conducta; por lo tanto, está cargada de intencionalidad; y como conducta traducirá los valores a los cuales,
conciente o no, se ajusta el terapeuta, dado que éstos son criterios organizadores de sistemas de acción
(comportamientos).
Rogerianamente, el terapeuta no enseña ni impone valores específicos, no señala conductas, no propone modelos,
pero no puede negar que aplica una orientación terapéutica que implica tiene una filosofía de la vida, así como una
filosofía de la relación terapéutica, con las cuales coincide en determinada proporción. Hay valores, en el plano de la
teoría y de la práctica, a los cuales se orienta la terapia rogeriana, y dado que los valores se dan en el mundo de la
“creencia” (en el sentido de Ortega y Gasset: "aquello con lo cual yo cuento para existir", es decir, para dar sentido al
existir) mi hacer terapéutico no tiene sentido sino orientándolo a su realización. De aquí que la actitud sea vista como
algo profundamente enraizado y comprometedor. No debemos, por último, dejar de advertir que ese mundo creencial
en el cual me muevo como terapeuta me es personal, ciertamente, pero no individual, está flotando como emergente
de una ideología que me es dada por todo un proceso de aculturación en el cual fui deviniendo hombre y terapeuta.
Lo anteriormente expuesto señala la responsabilidad de la “conciencia-de”, de la lucidez, con la cual debe ser
asumida nuestra tarea. En este punto, hemos dicho “responsabilidad”, se hace presente el valor ético, insoslayable si
lo vemos como constituyente de una persona.
En Rogers hay tres “valores - creenciales” fundamentales:
1. el valor del individuo,
2. su dignidad de persona,
3. su capacidad de autodeterminación muy propios del “mundo norteamericano” en el cual nació y se educó.
Esos valores fueron revolucionarios en su momento y coadyuvaron a cambiar una imagen del hombre y una cultura.
Los cuales, creemos hoy no bastan para empujar el necesario avance de la civilización del siglo XX. Pero volveremos
sobre esto advirtiendo que Rogers mismo en los últimos años, creemos nosotros, se aleja de ese “trípode” como
principio axiológico de su pensamiento.
» CUALIDADES QUE FACILITAN EL APRENDIZAJE
Las actitudes que a continuación mencionamos, son presentadas como facilitadoras del aprendizaje:
 AUTENTICIDAD: significa que el facilitador se muestra como persona, tiene conciencia de sus experiencias, es
capaz de vivirlas y comunicarlas si resulta adecuado. Va al encuentro del alumno de una manera directa y
personal, estableciendo una relación de persona a persona.
De este modo para sus estudiantes es una persona y no la encarnación anónima de los requerimientos del currículum,
ni un conducto estéril por donde pasan conocimientos.
Hay una persona vital, con convicciones y vivencias.

 APRECIO-ACEPTACIÓN-CONFIANZA: apunta a apreciar al alumno, sus sentimientos, opiniones y toda su


persona. Significa la aceptación del otro como una persona independiente.
Ese maestro podrá apreciar al alumno como un ser imperfecto con sentimientos y potencialidades. Manifiesta de parte
del facilitador la expresión funcional de su confianza en la capacidad del ser humano.

 COMPRENSIÓN EMPÁTICA: es otro de los elementos esenciales. Es cuando el maestro tiene la capacidad de
comprender desde adentro las reacciones del estudiante.
Esta actitud consiste en ponerse en el lugar del otro, de ver el mundo desde el punto de vista del estudiante. Cuando
esto ocurre tiene un efecto de liberación.

Aquellos individuos que poseen estas actitudes son catalizadores, facilitadores, que dan libertad, vida y oportunidad
de aprender a sus alumnos.

“Si el propósito de la educación es formar ciudadanos adaptados a este mundo de cambios caleidoscópicos, solo
podremos lograrlo si estimulamos a los mismos estudiantes para que inicien y planifiquen su propio aprendizaje. Por
último mi propósito fue demostrar que ese tipo de estudiante se desarrolla mejor,(...), en una relación facilitadora y
que promueva el crecimiento, con una persona”. – expresa el pensamiento de Rogers.

You might also like