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JUZGADO SUPERIOR EN LO CIVIL, MERCANTIL, BANCARIO Y DEL

TRÁNSITO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO


COJEDES

SENTENCIA Nº: 739-11

EXPEDIENTE Nº: 0863

JUEZA: Abg. MIRLA B. MALAVÉ S.

IDENTIFICACIÓN DE LAS PARTES:

DEMANDANTE: ANTONIO SOSA GARCÍA, titular de la cédula de identidad


Nº V-2.104.241

DEMANDADO: GABRIEL ENRIQUE ZAPATA MOYEJAS, titular de la


cédula de identidad Nº V-5.387.663

ABOGADO ASISTENTE: ORLANDO PINTO APONTE, I.P.S.A. Nº 19.131

MOTIVO: INTIMACIÓN DE HONORARIOS PROFESIONALES


(EXTRAJUDICIALES).

PROLEGÓMENOS

Suben las presentes actuaciones a esta Alzada, en virtud de la apelación


interpuesta por el ciudadano Gabriel Enrique Zapata Moyejas, parte demandada,
contra la decisión de fecha veinticinco (25) de enero de dos mil once (2011),
dictada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil,
Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes,
mediante la cual, declaró procedente el derecho a cobrar honorarios
profesionales; en el juicio por Intimación de Honorarios Profesionales
(Extrajudiciales), intentado por el ciudadano Antonio Sosa García, contra el
ciudadano Gabriel Enrique Zapata Moyejas.
Ahora bien, llegadas las referidas actuaciones a este Tribunal Superior, se le dio
entrada al presente expediente, prosiguiéndose el curso de Ley correspondiente,
fundamentando la parte apelante su apelación; reservándose el lapso legal para
dictar la presente decisión.

I
DETERMINACIÓN PRELIMINAR DE LA CAUSA

De conformidad con lo establecido en el ordinal 3° del artículo 243 del Código


de Procedimiento Civil, la controversia en el caso bajo análisis quedó planteada
en los siguientes términos.
Alega la parte actora, que el ciudadano Gabriel Enrique Zapata Moyejas,
venezolano, mayor de edad, comerciante, titular de la cédula de Identidad Nº V-
5.387.663, solicitó sus servicios profesionales y los del abogado Héctor Rafael
Pérez, inscrito en el I.P.S.A. bajo el Nº 78.496, en relación con el hecho de que
su padre, Gabriel Enrique Zapata, fallecido el 19 de enero de 2007, había
traspasado, por medio de documentos públicos y auténticos, a sus hermanos por
línea paterna, Carmen Gabriela, José Luis y Gabriel Acdón Zapata Romero,
todos los bienes que constituían su patrimonio, manifestando que él se
encontraba y se consideraba estafado por tal conducta, ya que la cesión de tales
bienes se había hecho en forma fraudulenta en su perjuicio y que tras
innumerables gestiones conciliatorias hechas con sus hermanos, éstos se habían
negado a reconocer los derechos que como hijo legítimo del ciudadano Gabriel
Enrique Zapata, le correspondían.
Que en este sentido, les manifestó el ciudadano Gabriel Enrique Zapata Moyejas,
que había demandado a sus hermanos por ante el Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción
Judicial del Estado Cojedes, bajo el expediente número 9857, el cual se
encuentra, actualmente en apelación por ante el Juzgado Superior Civil.
Que ante lo expuesto, se vieron en la ineludible necesidad de estudiar dicho
expediente civil, así como una serie de informaciones verbales que les dio el
patrocinado, llegando a la conclusión que era necesario y conveniente denunciar
ciertos hechos que, en su criterio, eran constitutivos de graves delitos.
Que a tal efecto, redactaron una denuncia, la cual se introdujo por ante la Fiscalía
Superior del Ministerio Público del Estado Cojedes, el cinco (05) de agosto de
dos mil ocho (2008), realizando desde entonces infinidad de gestiones
profesionales, tendientes a agilizar la tramitación de dicha denuncia, a los fines
de que los derechos del ciudadano Gabriel Enrique Zapata Moyejas lleguen a ser
reconocidos.
Que dado que han sido infructuosas las innumerables gestiones que han hecho
para que el ciudadano Gabriel Enrique Zapata Moyejas les pague los honorarios
profesionales a los que tienen derecho, de acuerdo al artículo 22 de la Ley de
Abogados, es por lo que el abogado Antonio Sosa García demanda al ciudadano
Gabriel Enrique Zapata Moyejas, para que pague, o en su defecto, sea condenado
a lo siguiente: Primero: la cantidad de Setecientos Mil Bolívares
(Bs.700.000,00), por el valor de todos los honorarios profesionales causados,
monto en el cual estima la presente acción; Segundo: los intereses moratorios
causados desde la fecha de la admisión de la demanda, más la indexación;
solicitando además, medida de embargo sobre bienes muebles del demandado.

II
MOTIVOS DE HECHO Y DE DERECHO

El libelo de la demanda fue presentado por el abogado, Antonio Sosa García,


ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Bancario y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes, en fecha diecinueve
(19) de julio de dos mil diez (2010), con anexos marcados desde la “a” hasta la
“j”.
Admitida la demanda, por auto de fecha veintidós (22) de julio de dos mil diez
(2010), se ordenó el emplazamiento de la parte demandada.
Mediante decisión de fecha 10 de noviembre de 2010, el tribunal ordenó la
reposición de la causa al estado de contestación a la demanda.
Siendo la oportunidad para la contestación de la demanda, en fecha 16 de
noviembre de 2010, compareció el demandado, a los fines de oponer cuestiones
previas.
Posteriormente, el actor presentó escrito de contestación a las cuestiones previas
opuestas por el demandado.
Mediante decisión de fecha 22 de noviembre de 2010, el tribunal de la causa,
declaró debidamente subsanada la cuestión previa de ilegitimidad de la persona
que se presentó como apoderado o representante del actor, con lugar la cuestión
de defecto de forma de la demanda, referida a los hechos en que fundamenta la
demanda, y sin lugar la cuestión previa de defecto de forma de la demanda, en lo
que respecta a la ausencia de documentos en que fundamenta la acción.
Posteriormente, el actor consignó escrito de subsanación de cuestiones previas,
señalando las actuaciones profesionales extrajudiciales realizadas separadamente,
con el correspondiente valor de cada una de ellas, siendo estas:
1.- Estudio pormenorizado del caso presentado por el señor Gabriel Enrique
Zapata Moyejas, con todos los antecedentes, especialmente los contenidos en el
expediente Nº 9857 del Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes;
con análisis en profundidad de todos los eventuales y supuestos ilícitos penales y
tributarios en que pudieran haber incurrido los denunciados; así como el análisis,
estudio de la Ley de Impuesto sobre la Renta, Código Penal, Ley Orgánica contra
la Delincuencia Organizada y Ley contra la Corrupción para enmarcar, desde el
punto de vista jurídico y legal, los hechos contenidos en la denuncia; en
concordancia con el estudio y análisis de la doctrina y jurisprudencia patrias,
relativas al caso, todo lo cual tasa en la cantidad de Bs.532.000,00.
2.- Diligencias efectuadas para obtener los documentos anexados con la
demanda, a los fines de tratar de instruir al Ministerio Público en la decisión del
caso, totalizando este ordinal, la suma de Bs.68.000,00, entre estos:
2.1. Trámites y diligencias en la Notaría Pública de San Carlos, Estado Cojedes,
para obtener copia del documento marcado “a”, todo lo cual se tasa en la
cantidad de Bs.3.000,00.
2.2. Trámites en el Juzgado Civil Primero de esta Circunscripción Judicial para
obtener copias de los documentos marcados “b”, “c”, “d” y “e”, relativos a las
posiciones juradas de los ciudadanos Consuelo Romero, Carmen Gabriela, José
Luis y Gabriel Acdón Zapata Romero, todo lo cual se tasa en la cantidad de
Bs.5.000,00.
2.3. Trámites y diligencias, con traslado respectivo, en el Registro Mercantil de
la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo para obtener copia del acta
constitutiva y estatutos sociales de la sociedad mercantil Agropecuaria Galuza,
C.A., documento marcado “f”, todo lo cual se tasa en la cantidad de
Bs.45.000,00.
2.4. Trámites y diligencias en el Registro Inmobiliario de los Municipios San
Carlos y Rómulo Gallegos del Estado Cojedes para obtener copias de los
documentos marcados “g”, “h”, “i”, todo lo cual se tasa en la cantidad de
Bs.5000,00.
2.5. Trámites y diligencias en la Oficina Subalterna de Registro Público del
Municipio El Pao del Estado Cojedes para obtener copia del documento marcado
“j”, todo lo cual se tasa en la cantidad de Bs.10.000,00.
(sumando los ordinales primero y segundo un total de Bs.600.000,00).
3.- Trámites y diligencias efectuadas en la Dirección de los Servicios de
Inteligencia y Prevención (D.I.S.I.P.), actualmente Servicio Bolivariano de
Inteligencia (SEBIN), para un total de Bs.40.000,00, así:
3.1. Noviembre de 2008: 4 visitas, a razón de Bs.4.000,00 c/u de ellas, para un
total de Bs.16.000,00.
3.2. Diciembre de 2008: 2 visitas, a razón de Bs.4.000.,00 c/u de ellas, para un
total de Bs.8.000,00.
3.3. Enero de 2009: 4 visitas, a razón de Bs.4000,00 c/u de ellas, para un total de
Bs.16.000,00.
4.- Trámites y diligencias efectuadas en la Fiscalía Primera del Ministerio
Público, a fin de obtener información sobre la marcha de las investigaciones y
solicitar la celeridad del procedimiento, para un total de Bs.60.000,00, así:
4.1. Marzo de 2009: 4 visitas, a razón de Bs.4.000,00 c/u de ellas, para un total
de Bs.16.000,00.
4.2. Abril de 2009: 4 visitas, a razón de Bs.4.000,00 c/u de ellas, para un total de
Bs.16.000,00.
4.3. Escrito de fecha 08 de mayo de 2009, recibido por la Fiscalía Primera,
asistiendo al señor Gabriel Enrique Zapata Moyejas, para solicitar información y
la celeridad del caso, lo cual se tasa en la cantidad de Bs.8.000,00.
4.4. 11 de mayo de 2009: Audiencia solicitada para recabar información sobre el
escrito del punto 4.3, lo cual se tasa en la cantidad de Bs.4.000,00.
4.5. Junio de 2009: 4 visitas, razón de Bs.4.000,00 c/u de ellas, para un total de
Bs.16.000,00.
(sumando los ordinales tercero y cuarto un total de Bs.100.000,00).
(sumando todas las actuaciones y gestiones especificadas anteriormente, la
cantidad de Bs.700.000,00, valor de lo demandado).
Mediante decisión de fecha 03 de diciembre de 2010, el tribunal declaró
debidamente subsanada la cuestión previa, emplazándose al demandado para la
contestación a la demanda.
En fecha 13 de diciembre de 2010, compareció la parte demandada, dando
contestación a la demanda, rechazando los alegatos expuestos por el actor, así
como también, la estimación de la demanda, impugnando las copias simples de
los instrumentos acompañados junto al libelo, oponiendo como defensa
perentoria la prescripción de la acción y la inepta acumulación, y como defensa
de fondo, la falta de cualidad del actor, acogiéndose al derecho de retasa.
Abierto el lapso probatorio, compareció la parte actora, a los fines de consignar
escrito de probanzas, promoviendo el testimonio del ciudadano José Antonio
González Vilera, habiendo declarado el mismo.
Por otra parte, el demandado presentó su escrito probatorio.
Por autos de fecha 22 de diciembre de 2010 y 10 de enero de 2011, el tribunal de
la causa admitió las pruebas promovidas por ambas partes.
En fecha 10 de enero de 2011, el tribunal realizó inspección judicial.
El Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Bancario y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes, en fecha 25 de enero
de 2011, dictó sentencia, declarando procedente el derecho a cobrar honorarios
profesionales; apelando de la anterior decisión el ciudadano Gabriel Zapata
Moyejas, parte demandada, oyéndose la apelación en ambos efectos y
acordándose la remisión del expediente a esta superioridad, dándosele entrada
por auto de fecha 10 de febrero de 2011, bajo el Nº 0863.
Vista las anteriores actuaciones, por auto de fecha 17 de febrero de 2011, se fijó
el décimo (10°) día de despacho siguiente para dictar la correspondiente
sentencia, de conformidad con lo establecido en el artículo 893 del Código de
Procedimiento Civil.
Posteriormente, en fecha 25 de febrero de 2011, la parte apelante presentó escrito
de informes.

III
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Ahora bien, estando el Tribunal en oportunidad legal para dictar sentencia, lo


hace en los siguientes términos.
La Sala de Casación Civil en sentencia Nº 54 (Exp. Nº 98-677), de fecha 16 de
marzo de 2000, estableció lo siguiente: “…Los Honorarios del Abogado. Es el
derecho del abogado a percibir honorarios por los trabajos judiciales o
extrajudiciales efectuados. Novedosa el ejercicio de la profesión del abogado le
da derecho a percibir honorarios por los trabajos judiciales y extrajudiciales que
realice, salvo en los casos previstos en las leyes…” Para la Sala, el desarrollo de
todas aquellas actividades conexas al juicio, ya sea en representación del actor o
del demandado, que permiten al profesional del derecho adecuar a los hechos que
configuran la pretensión (actor) o su rechazo (demandado) a los supuestos
normativos, conllevan a una actividad que ha de valorarse como estrictamente
judicial, a los efectos de estimar e intimar honorarios y al momento de acordarlos
por parte del Tribunal de Retasa.
La estimación e intimación de cobro de honorarios profesionales derivados de
actuaciones profesionales, debe ser tramitada tal como lo disponen los artículos
22 y 23 de la Ley de Abogados.
El artículo 23 de la Ley de Abogados, establece lo siguiente:

“Las costas pertenecen a la parte, quién pagará los honorarios a sus apoderados,
asistentes o defensores. Sin embargo, el abogado podrá estimar sus honorarios y
pedir la intimación al respectivo obligado, sin otras formalidades que las
establecidas en esta Ley.”

En el presente caso, estamos en presencia de una reclamación de honorarios


profesionales extrajudiciales; al respecto, el artículo 22 de la Ley de Abogados,
establece el procedimiento a seguir para la obtención del reconocimiento del
derecho del abogado a percibir honorarios causados, bien por actuaciones
extrajudiciales, cuyo trámite se realizará a través del procedimiento breve. El
mismo reza textualmente, lo siguiente:

“El ejercicio de la profesión da derecho al abogado a percibir honorarios por los


trabajos judiciales y extrajudiciales que realice, salvo en los casos previstos en
las Leyes.
Cuando exista inconformidad entre el abogado y su cliente en cuanto al monto de
honorarios por servicios profesionales extrajudiciales, la controversia se
resolverá por la vía del juicio breve y ante el Tribunal Civil competente por la
cuantía. La parte demandada podrá acogerse al derecho de retasa en el acto de la
contestación de la demanda...”

Asimismo, sobre este asunto, en sentencia Nº 139, de fecha 07 de junio de 2007,


la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia del magistrado
Rafael Arístides Rengifo Camacaro (juicio del abogado Yldegar Gaviria Rivero,
Exp. Nº AA10-L-2006-000054), estableció lo siguiente:

“…Siguiendo el criterio jurisprudencial citado, y en virtud que se trata de un


juicio de cobro de honorarios profesionales extrajudiciales, el mismo debe ser
tramitado según el procedimiento previsto para el juicio breve establecido en los
artículos 881 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, ante un tribunal
Civil, por remisión expresa del artículo 22 de la Ley de Abogados; ahora bien de
conformidad con los artículos 30 y 31 del código adjetivo civil, la cuantía se
determina de conformidad a lo establecido en el libelo de demanda…”

En el caso de honorarios profesionales del abogado, no existe una tarifa, sino una
limitación consagrada en el artículo 286 del Código de Procedimiento Civil que
alcanza al treinta por ciento (30%) del valor de lo litigado, y según esta norma,
tal limitación para los honorarios de los abogados, es entendida en los términos
de que comprenden las costas, cuando en su texto se señala: “…Las costas que
deba pagar la parte vencida por honorarios del apoderado…”, nos lleva a
determinar, que dentro de las costas del proceso se encuentran los honorarios del
trabajo del profesional del derecho.
El artículo 23 de la Ley de Abogados, con claridad refiere, que las costas
pertenecen a la parte, quien deberá pagar los honorarios de sus apoderados,
asistentes o defensores, sin menoscabo del derecho que se le concede al abogado
para que intime sus honorarios y pida la intimación al respectivo intimado, es
decir, se trata de una acción directa que el abogado pueda cobrar los honorarios
que le corresponden por la actividad desplegada y se garantice la satisfacción de
los mismos.
El artículo 39 del Código de Ética Profesional del Abogado Venezolano,
establece:

“Al estimar sus honorarios, el abogado deberá considerar que el objeto esencial
de la profesión es el de servir a la justicia y colaborar en su administración sin
hacer comercio de ella. La ventaja o compensación, aún cuando sea
indudablemente lícita, es puramente asesoría, ya que jamás podría constituir
honorablemente un factor determinante para los actos profesionales. El abogado
cuidará de que su retribución no peque por exceso ni por el defecto, pues ambos
extremos son contrarios a la dignidad profesional.
Constituye la falta de ética el cobro excesivo e injustificado de honorarios, signo
visible de la falta de honradez profesional, o percibir honorarios inferiores al
mínimo establecido en las tarifas adoptadas por el Colegio de Abogados.”

En este mismo orden de ideas, el artículo 40 eiusdem, dispone:

“Para la determinación del monto de los honorarios, el abogado deberá basar sus
consideraciones en las siguientes circunstancias: 1. La importancia de los
servicios. 2. La cuantía del asunto. 3. El éxito obtenido y la importancia del caso.
4. La novedad o dificultad de los problemas jurídicos discutidos. 5. Su
especialidad, experiencia y reputación profesional. 6. La situación económica de
su patrocinado, tomando en consideración que la pobreza obliga a cobrar
honorarios menores o ningunos. 7. La posibilidad del abogado pueda ser
impedido de patrocinar otros asuntos, o que pueda verse obligado a estar en
desacuerdo con otros representados, defendidos o terceros. 8. Si los servicios
profesionales son eventuales, o fijos y permanentes. 9. La responsabilidad que se
deriva para el abogado en relación con el asunto. 10. El tiempo requerido en el
patrocinio. 11. El grado de participación del abogado en el estudio,
planteamiento y desarrollo del asunto. 12. Si el abogado ha procedido como
consejero del patrocinado o como apoderado. 13. El lugar de prestación de los
servicios, o sea, si ha recurrido o no fuera del domicilio del abogado.”

El Reglamento Interno de Honorarios Mínimos de Abogados, también consagra


como elementos fundamentales para la estimación de los honorarios de los
abogados los mismos que enuncia el Código de Ética, pero, además, agrega en su
artículo 3:

“…i) La experiencia y reputación del abogado. ii) La situación económica del


cliente. iii) La posibilidad de que el abogado quede impedido de patrocinar otros
asuntos. iv) La eventualidad o la permanencia de los servicios del abogado. v) El
índice inflacionario de acuerdo a las indicaciones del Banco Central de
Venezuela.”

Con relación al Reglamento de Honorarios Mínimos de Abogados y al Código de


Ética Profesional del Abogado Venezolano, como parámetros útiles para
determinar el quantum de los honorarios causados, interesa superlativamente
citar la sentencia N° 00226, dictada en fecha 23 de marzo de 2004, por la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia (Exp. N° 2003-000339), según
la cual:

“…si el demandado no está de acuerdo con el monto de los honorarios por cobrar
puede acogerse al derecho de retasa en la contestación de la demanda, para que el
tribunal retasador revise la estimación de los honorarios y el valor dado a las
actuaciones realizadas por el actor, con base en lo establecido en la Ley de
Abogados y los instrumentos dictados por la Federación de Colegios de
Abogados, que lo orientan sobre dicha materia, tales como el Código de Ética del
Abogado Venezolano y el Reglamento de Honorarios Mínimos de Abogados…”

El ejercicio de la profesión da derecho al abogado a percibir honorarios por los


trabajos judiciales y extrajudiciales que realice, salvo en los casos previstos en
las Leyes. Cuando exista inconformidad entre el abogado y su cliente en cuanto
al monto de honorarios por servicios profesionales extrajudiciales, la
controversia se resolverá por la vía del juicio breve y ante el Tribunal Civil
competente por la cuantía. La parte demandada podrá acogerse al derecho de
retasa en el acto de la contestación de la demanda.
En el caso de autos, los honorarios profesionales fueron demandados con
fundamento en el artículo 22 de la Ley de Abogados, y siendo que los honorarios
profesionales que fueron señalados en el escrito libelar corresponden a
actuaciones extrajudiciales, los cuales deben ser reclamados mediante
procedimientos distintos, en virtud de que en el caso de los honorarios judiciales,
su estimación e intimación debe sustanciarse a través del procedimiento especial
establecido en el artículo 607 del Código de Procedimiento Civil, y en el caso de
tratarse de honorarios extrajudiciales, como en el caso de marras, su reclamación
debe sustanciarse mediante el juicio breve, establecido en los artículos 881 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil, tal como lo señala el mencionado
artículo 22 de la Ley de Abogados, debe entonces, verificarse su admisibilidad, a
la luz de los artículos 341 y 78 del Código de Procedimiento Civil, que
establecen:
“Artículo 341. Presentada la demanda, el Tribunal la admitirá si no es contraria al
orden público, a las buenas costumbres o a alguna disposición expresa de la Ley.
En caso contrario, negará su admisión expresando los motivos de la negativa. Del
auto del Tribunal que niegue la admisión de la demanda, se oirá apelación
inmediatamente, en ambos efectos.
Artículo 78. No podrán acumularse en el mismo libelo pretensiones que se
excluyan mutuamente o que sean contrarias entre si; ni las que por razón de la
materia no correspondan al conocimiento del mismo Tribunal; ni aquellas cuyos
procedimientos sean incompatibles entre si.
Sin embargo, podrán acumularse en un mismo libelo dos o más pretensiones
incompatibles para que sean resueltas una como subsidiaria de otra siempre que
sus respectivos procedimientos no sean incompatibles entre si.”

Igualmente, sobre este punto de la naturaleza de los honorarios profesionales de


los abogados, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en
sentencia Nº 1392, de fecha 28 de junio de 2005, dejó asentado el siguiente
criterio:

“…De lo anterior se deriva entonces, que cuando se pretenda el cobro de


honorarios profesionales derivados de actuaciones judiciales, se debe interponer
mediante diligencia o escrito presentado ante el Tribunal, agregados al
expediente del juicio donde se realizaron las actuaciones que los causaron;
seguidamente se inicia una primera etapa que va destinada al establecimiento del
derecho al cobro de dichos honorarios profesionales por quien los reclama, la
cual debe decidir el órgano jurisdiccional conforme a lo previsto en el artículo
607 eiusdem (antes, artículo 386 del derogado).
(…)
Cuando el cobro de honorarios profesionales sea derivado de actuaciones
extrajudiciales, este se tramitará por el procedimiento del juicio breve conforme
al artículo 881 del Código de Procedimiento Civil…”

Siendo así, se concluye entonces, que ante la existencia de procedimientos


disímiles para tramitar el cobro de honorarios profesionales derivados tanto de
actuaciones judiciales como extrajudiciales, la acumulación de los mismos
resulta prohibida en derecho.
El proceso de intimación de honorarios profesionales de abogados, pautado en el
artículo 22 de la Ley de Abogados, de acuerdo a la doctrina de la Sala de
Casación Civil, tiene carácter autónomo y puede comprender o abarcar dos
etapas, una declarativa y una ejecutiva, según la conducta asumida por el
intimado. En la etapa declarativa, cuya apertura se produce cuando el intimado
impugna el cobro de los honorarios intimados, según las pruebas aportadas por
las partes en la articulación que debe abrirse, de conformidad con lo dispuesto
del artículo 386 del Código de Procedimiento Civil, se dilucida si el abogado
intimante tiene o no el derecho de cobrar los honorarios profesionales que ha
estimado. Esta fase culmina con la respectiva sentencia definitivamente firme
que declara la procedencia del cobro de los honorarios estimados, tal como lo
declaró el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Bancario
y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Cojedes o, como fase
única, con el sólo ejercicio del derecho de retasa, por parte del intimado, y así
quedó establecido en sentencia Nº 67 de Sala de Casación Civil (Exp. Nº 00-
081), de fecha 05 de abril de 2001. Así se decide.
De acuerdo con la Ley de Abogados, se distinguen dos clases de honorarios de
abogados: a.- Los honorarios causados con ocasión de un conflicto judicial; y, b.-
Los honorarios causados por trabajos efectuados fuera del recinto judicial, es
decir, los extrajudiciales.
Los honorarios que se causan con ocasión de un juicio, se estiman en el mismo
expediente. El abogado presenta una estimación por partidas con indicación de
las respectivas actuaciones y solicita del tribunal la intimación al deudor. El
tribunal acuerda la intimación (orden de pago) y fija el término de diez días
hábiles para que el intimado pague los honorarios al abogado, pudiendo en ese
acto acogerse al derecho del abogado a cobrar los honorarios estimados,
oponiendo todas las defensas que creyere convenientes alegar. En este caso, la
decisión que dicte el tribunal tiene apelación e incluso recurso de casación. En el
segundo caso, cuando se trata de honorarios extrajudiciales de acuerdo al mismo
artículo 22 de la Ley de Abogados, la controversia se resolverá por la vía del
juicio breve ante el tribunal competente por la cuantía. Dispone este artículo que
la parte demandada podrá acogerse al derecho de retasa en el acto de
contestación a la demanda; es decir, que el derecho a la retasa lo puede ejercer
quien fuere intimado al pago de unos honorarios profesionales judiciales, como
en el caso de honorarios profesionales extrajudiciales demandados, donde se siga
el procedimiento breve. Así se decide.
Por su parte la Sala de Casación Civil, en sentencia Nº 76 (Exp. Nº 99-650), de
fecha 05 de abril de 2001, estableció lo siguiente:

“…Naturaleza judicial o extrajudicial de las actuaciones realizadas por un


profesional del derecho (Ratifica doctrina) Sobre el criterio para determinar la
naturaleza judicial o extrajudicial de una determinada actuación realizada por un
profesional del derecho a los fines del establecimiento del procedimiento
aplicable para ejercitar su cobro, esta Sala de Casación Civil, en sentencia de
fecha 16 de marzo de 2000, estableció el siguiente criterio:"...De acuerdo con lo
previsto en el artículo 22 de la Ley de Abogados, el ejercicio de la profesión de
abogado le da derecho a percibir honorarios por los trabajos judiciales y
extrajudiciales que realice, salvo en los casos previstos en la leyes. Sin embargo,
en la gestión del profesional del derecho se tiende a confundir las actuaciones
judiciales con las extrajudiciales y se encuentran con frecuencia elementos que,
de ser analizados aisladamente, no calificarían como actuaciones judiciales. En
este sentido, se observa que actividades como la redacción del poder, el estudio y
elaboración de la demanda y/o de la contestación, no pueden considerarse
extrajudiciales ya que están íntimamente ligadas al proceso (nemo auditus sine
actore)… Para la Sala, el desarrollo de todas aquellas actividades conexas al
juicio, ya sea en representación del actor o del demandado, que permiten al
profesional del derecho adecuar los hechos que configuran la pretensión (actor) o
su rechazo (demandado) a los supuestos normativos, conllevan una actividad que
ha de valorarse como estrictamente judicial, a los efectos de estimar e intimar
honorarios y al momento de acordarlos por parte del Tribunal de Retasa…”

Hay dos posibilidades de calificación de la naturaleza de los honorarios del


abogado, a saber: judiciales, si su origen corresponde a la actuación llevada a
cabo con ocasión de un proceso jurisdiccional, y extrajudiciales, cuando atañe a
cualquier otro ente cuya naturaleza jurídica sea distinta de la jurisdiccional.
Por consiguiente, lo ajustado a derecho es confirmar la decisión recurrida en
todas sus partes, tal y como se expresará en el dispositivo del presente fallo. Así
se decide.

IV
DISPOSITIVA

Por los razonamientos precedentemente expuestos, este Juzgado Superior en lo


Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado Cojedes, en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara:
Primero: CONFIRMA, en todas y cada una de sus partes, la decisión de fecha 25
de enero de 2011, dictada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo
Civil, Mercantil, Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Estado Cojedes, mediante la cual, declaró, procedente el derecho a cobrar
honorarios profesionales en fase declarativa del procedimiento de Estimación e
Intimación de Honorarios Profesionales por Actuaciones Extrajudiciales,
intentado por el abogado Antonio Sosa García, contra el ciudadano Gabriel
Enrique Zapata Moyejas; condenando, en consecuencia, al ciudadano Gabriel
Enrique Zapata Moyejas, al pago de honorarios profesionales del abogado
Antonio Sosa García, una vez que la cantidad a la que asciendan los mismos se
encuentre determinada de forma líquida y exigible, en virtud de haberse acogido
al derecho de retasa; declarando procedente la indexación judicial solicitada por
el demandante, la cual deberá ser realizada mediante experticia complementaria
del fallo, una vez que la sentencia quede definitivamente firme. Segundo: SIN
LUGAR, la apelación interpuesta por el ciudadano Gabriel Enrique Zapata
Moyejas, parte demandada, contra la decisión de fecha 25 de enero de 2011,
proferida por el tribunal de la causa. Tercero: No hay condenatoria en costas, en
virtud de la naturaleza del fallo proferido.
Publíquese, regístrese, déjese copia y remítase el expediente a su tribunal de
origen en su debida oportunidad.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Superior en lo Civil,
Mercantil, Bancario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado
Cojedes. En San Carlos, a los tres (03) días del mes de marzo del año dos mil
once (2011). Años: 200º de la Independencia y 152º de la Federación.

Abg. Mirla B. Malavé S.


Jueza Provisoria

Abg. Maribel N. Rivas R.


Secretaria

En la misma fecha se publicó la anterior sentencia, siendo las tres horas y veinte
minutos de la tarde (3:20 p.m.).

La Secretaria

Definitiva (Civil)

Exp. Nº 0863

MBMS/MRR.

TÍTULO XII
DEL PROCEDIMIENTO BREVE

Artículo 881
Se sustanciarán y sentenciarán por el procedimiento breve las demandas cuyo valor principal no
exceda de quince mil bolívares, así como también la desocupación de inmuebles en los casos a
que se refiere el artículo 1.615 del Código Civil, a menos que su aplicación quede excluida por
ley especial. Se tramitarán también por el procedimiento breve aquellas demandas que se
indiquen en leyes especiales.

Artículo 882
Este procedimiento comenzará por demanda escrita que llenará los requisitos exigidos por el
artículo 340 de este Código. Si el valor de la demanda fuere menor de cuatro mil bolívares la
demanda podrá proponerse verbalmente por el interesado, aun sin estar asistido por abogado,
ante el Secretario del Tribunal quien la reducirá a escrito levantando un acta al efecto y la cual
contendrá los mismos requisitos.

Artículo 883
El emplazamiento se hará para el segundo día siguiente a la citación de la parte demandada,
citación que se llevará a cabo conforme lo dispuesto en el Capítulo IV, Título IV del Libro
Primero de este Código.

Artículo 884
En el acto de la contestación el demandado podrá pedir verbalmente al Juez que se pronuncie
sobre algunas de las cuestiones previas a que se refieren los ordinales 1º al 8º del artículo 346,
presentando al efecto la prueba que acredite la existencia de su alegato, si tal fuere el caso; y el
Juez, oyendo al demandante si estuviere presente, decidirá el asunto con los elementos que se le
hayan presentado y los que consten en autos en el mismo acto, dejando constancia de todo lo
ocurrido en el acta que se levantará al efecto. Las partes deberán cumplir con lo resuelto por el
Juez, sin apelación.

Artículo 885
Si en virtud de la decisión del Juez las cuestiones previas propuestas por el demandado fueren
rechazadas, la contestación de la demanda se efectuará el día siguiente a cualquier hora de las
fijadas en la tablilla, bien oralmente, bien por escrito. En el primer caso se levantará un acta que
contenga la contestación. En este acto el demandado podrá proponer las demás cuestiones
previas previstas en los ordinales 9º, 10 y 11 del artículo 346 de este Código, para que se
resuelvan en la sentencia definitiva.

Artículo 886
Si las cuestiones previas contenidas en los ordinales 1º al 8º del artículo 346 fueron resueltas en
favor del demandado, se procederá conforme a lo establecido en los artículos 350 y 355.

Artículo 887
La no comparecencia del demandado producirá los efectos establecidos en el artículo 362, pero
la sentencia se dictará en el segundo día siguiente al vencimiento del lapso probatorio.

Artículo 888
En la contestación de la demanda el demandado podrá proponer reconvención siempre que el
Tribunal sea competente por la cuantía y por la materia para conocer de ella. El Juez, en el
mismo acto de la proposición de la reconvención, se pronunciará sobre su admisión,
admitiéndola o negándola. Si la admitiere, el demandante reconvenido se entenderá citado para
dar contestación a la reconvención en el segundo día siguiente, procediéndose en ese acto
conforme al artículo 887. Si hubiere cuestiones previas sobre la reconvención se resolverán
conforme al artículo 884. La negativa de admisión de la reconvención será inapelable.

Artículo 889
Contestada la demanda, o la reconvención, si ésta hubiere sido propuesta, la causa se entenderá
abierta a pruebas por diez días, sin término de distancia, a menos que ambas partes soliciten al
Juez que decida el asunto con los solos elementos de autos.

Artículo 890
La sentencia será dictada dentro de los cinco días siguientes a la conclusión del lapso
probatorio, o de la contestación o reconvención si las partes hubieren pedido la supresión del
lapso.

Artículo 891
De la sentencia se oirá apelación en ambos efectos si ésta se propone dentro de los tres días
siguientes y la cuantía del asunto fuere mayor de cinco mil bolívares.

Artículo 892
Cuando la sentencia o un acto equivalente a ella, haya quedado definitivamente firme, la
ejecución se llevará a cabo al cuarto día siguiente si dentro de los tres días que la preceden no ha
habido cumplimiento voluntario.

La ejecución se llevará a cabo conforme a las disposiciones del Título IV del Libro Segundo de
este Código, pero los bienes inmuebles sólo podrán ejecutarse previa excusión de los bienes
muebles del ejecutado. En caso de embargarse bienes inmuebles por el ejecutante, el ejecutado
podrá poner a disposición del Tribunal los bienes muebles que tenga y si su valor es suficiente
para cubrir la ejecución, aquellos quedarán libres de embargo.

Artículo 893
En segunda instancia se fijará el décimo día para dictar sentencia. En dicho lapso, que es
improrrogable, sólo se admitirán las pruebas indicadas en el artículo 520.

Artículo 894
Fuera de las aquí establecidas, no habrá más incidencias en el procedimiento breve, pero el Juez
podrá resolver los incidentes que se presenten según su prudente arbitrio. De estas decisiones no
oirá apelación.

SALA DE CASACIÓN CIVIL

Ponencia del Magistrado FRANKLIN ARRIECHE G.

En el juicio por cobro de honorarios profesionales causados extrajudicialmente,


seguido por el abogado SILVIO PÉREZ VIDAL, representado por el abogado
Saiah Azkul Abou Asali, contra JOSÉ VITO MENDOLA SÁNCHEZ, asistido
por el abogado Victoriano Rodríguez Méndez; el Juzgado Superior en lo Civil,
Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de Protección del Niño y del Adolescente
de la Circunscripción Judicial del estado Barinas, dictó decisión el 11 de marzo
de 2003, mediante la cual declaró con lugar la apelación ejercida por el actor;
parcialmente con lugar la demanda; y revocó el fallo del Juzgado Primero de
Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de esa misma Circunscripción Judicial,
de fecha 30 de enero de 2003.

Contra la referida sentencia de la alzada la parte demandada anunció recurso de


casación, que fue admitido mediante auto de fecha 4 de abril de 2003 y
oportunamente formalizado. Hubo impugnación.

Concluida la sustanciación del recurso de casación, la Sala procede a dictar


sentencia bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter la suscribe, en los
términos siguientes:

RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY

-I-

Con fundamento en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento


Civil, el formalizante denuncia que la recurrida infringió el artículo 506 eiusdem.

Señala el formalizante que el juez de la recurrida interpretó erróneamente el


artículo 506 del Código de Procedimiento Civil, al establecer que el demandado
tenía la carga de probar la defensa hecha en su contestación, la cual se refirió a
que los honorarios fueron convenidos en quinientos mil bolívares (Bs.
500.000,oo), y que pagó como anticipo la cantidad de doscientos mil bolívares
(Bs. 200.000,oo).

Afirma, que el juzgador no debió resolver el caso planteado con fundamento en


el artículo 506 del Código de Procedimiento Civil, pues se trata de un asunto de
“mero derecho” y el haber admitido en su contestación que acordó pagar al actor
una suma superior a la establecida en el Reglamento de Honorarios Mínimos no
lo hace objeto de prueba, ni requiere que dichos hechos deban demostrarse, pues
estos honorarios están establecidos en el referido reglamento.

Para decidir, esta Sala observa:

Aunque el formalizante acusa el error de interpretación del artículo 506 eiusdem,


la fundamentación de la denuncia esta orientada a la infracción por la falsa
aplicación de dicha norma, por lo cual será en este sentido que resolverá su
planteamiento.

El artículo 506 del Código de Procedimiento Civil establece que “las partes
tienen la carga de probar sus respectivas afirmaciones de hecho. Quien pida la
ejecución de una obligación debe probarla, y quien pretenda que ha sido libertado
de ella, debe por su parte probar el pago o el hecho extintivo de la obligación.
Los hechos notorios no son objeto de prueba”.

La citada norma regula la distribución de la carga de la prueba al establecer que


todo aquél que afirma un hecho tiene que probarlo para que su alegato no se
considere infundado. En tal sentido, esta Sala mediante sentencia N° 193 del 25
de abril de 2003 (caso: Dolores Morante Herrera c/ Domingo Antonio Solarte y
Angel Emiro Chourio), expresó:

“En el derecho procesal moderno, corresponde a la parte que afirma el hecho,


esto es, aquella que tiene interés en obtener la consecuencia jurídica que asigna la
norma general y abstracta a ese hecho, demostrar al juez la realización concreta
del mismo y provocar en él la convicción de la verdad del hecho; y a la parte que
tiene interés en obtener el rechazo de la pretensión, demostrar los hechos
extintivos o modificativos de la misma. Tiene apoyo esta tesis en el principio del
contradictorio y se la denomina “carga subjetiva de la prueba”,
independientemente de que esté expresamente distribuida por una norma o
implícita en la estructura misma del proceso. Los límites de la controversia
quedan planteados con el ejercicio de la pretensión que se hace valer en la
demanda y con el ejercicio de la defensa o excepción que hace valer el
demandado en la contestación. Como es lógico, ambos actos requieren la
alegación de los hechos en que se fundamentan, y tales afirmaciones determinan
el thema probandum y los respectivos sujetos gravados con la carga de probar los
hechos en virtud de la correlación que debe existir entre la carga de la alegación
y la carga de la prueba. Es allí la máxima latina tan socorrida en textos y en
fallos: Onus probandi incumbit ei qui asserit (La carga de la prueba incumbe al
que afirma). En síntesis, en el derecho moderno, ambas partes pueden probar. a:
el actor, aquellos hechos que fundamentan su pretensión; b: el demandado,
aquellos hechos que fundamentan su excepción o defensa; que es lo mismo que
decir: las partes tienen la carga de probar sus respectivas afirmaciones de hecho
(Vid: Rengel Romberg Arístides. Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano
según el nuevo Código de 1987. Ed. Exlibris. Caracas 1991. Tomo III. p 277 y
ss).

...Omissis...

La jurisprudencia de la casación, considerando la distinta posición del


demandado en particular, ha interpretado la máxima reus in exceptione fit actor,
y acoge la doctrina generalmente aceptada de cuando el demandado no se
encierra en la pura negación de las pretensiones, sino que expone razones de
hecho para discutirlas, adopta en el proceso una actitud dinámica, y la contienda
procesal se desplaza de la pretensión, a las razones que la enervan, y el riesgo de
la falta de pruebas también se desplaza, porque el actor no tiene que probar nada,
puesto no es de la realidad de su pretensión de lo que se trata, sino de las razones
contendientes de aquellas (GF. N° 17 (2° etapa) p 63).

Esta última actitud dinámica del demandado fue realmente lo que aconteció en el
caso de autos, pues no se limitó a la contradicción pura y simple de la pretensión,
sino que expuso discriminadamente razones de hecho para discutirlas, en cuya
hipótesis, de acuerdo a lo precedentemente expuesto, asumió la carga de la
prueba, sobre todo porque expuso entre esas razones hechos impeditivos,
modificativos y hasta extintivos del derecho del actor en solicitar una rendición
de cuentas.

En el caso planteado el actor demandó el pago de honorarios extrajudiciales por


la cantidad de cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,oo), “por el estudio y
elaboración de un libelo de demanda de divorcio con base en el artículo 185-A”,
y cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,oo) correspondientes al cinco por
ciento (5%) del valor de los bienes de la comunidad conyugal a partir. El
demandado en su contestación alegó que los honorarios fueron convenidos por la
cantidad de quinientos mil bolívares (Bs. 500.000,oo), y que ya había pagado
doscientos mil bolívares (Bs. 200.000,oo).

De acuerdo con lo pautado en el artículo 506 del Código de Procedimiento Civil,


el actor tenía la carga de probar su respectiva afirmación de hecho, siempre y
cuando el demandado no hubiese realizado planteamientos modificativos,
impeditivos o extintivos de la pretensión. Por esa razón, considera la Sala que el
juez de alzada actuó correctamente al aplicar el artículo 506 eiusdem, pues no se
trata de un asunto de mero derecho, como afirma el formalizante, sino de una
situación de hecho controvertida y, en consecuencia, corresponde al demandado
demostrar que el monto de los honorarios convenidos era otro y que
efectivamente pagó doscientos mil bolívares (Bs. 200.000,oo).

Con base en los motivos expuestos, es improcedente la infracción del artículo


506 del Código de Procedimiento Civil, y así se decide.
-II-

Con fundamento en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento


Civil, el formalizante denuncia que la recurrida infringió los artículos 1°, 3° y
22° del Reglamento de Honorarios Mínimos de Abogados.

Afirma el formalizante que el juez de alzada declaró firme la estimación de los


honorarios profesionales extrajudiciales causados por el estudio del caso y la
elaboración del libelo de la demanda de divorcio por el artículo 185-A, en la
cantidad de cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,oo), por cuanto no aplicó
los artículos 1°, 3° y 22° del Reglamento de Honorarios Mínimos de Abogados,
que establecen la obligatoriedad del referido reglamento y los parámetros que
debe seguir el abogado para cobrar el trabajo realizado; las circunstancias
taxativas que permiten cobrar honorarios superiores a los fijados, y que el estudio
y elaboración del líbelo de demanda de divorcio previsto conforme al artículo
185-A del Código Civil, genera honorarios hasta un máximo de ciento cincuenta
mil Bolívares (150.000,oo).

Para decidir, esta Sala observa:

El artículo 22 de la Ley de Abogados establece que “...cuando exista


inconformidad entre el abogado y su cliente en cuanto al monto de honorarios
por servicios profesionales extrajudiciales, la controversia se resolverá por la vía
del juicio breve y ante el tribunal civil competente por la cuantía. La parte
demandada podrá acogerse al derecho de retasa en el acto de contestación de la
demanda...”.
De acuerdo con la norma transcrita, si el demandado no está de acuerdo con el
monto de los honorarios por cobrar puede acogerse al derecho de retasa en la
contestación de la demanda, para que el tribunal retasador revise la estimación de
los honorarios y el valor dado a las actuaciones realizadas por el actor, con base
en lo establecido en la Ley de Abogados y los instrumentos dictados por la
Federación de Colegios de Abogados, que lo orientan sobre dicha materia, tales
como el Código de Ética del Abogado Venezolano y el Reglamento de
Honorarios Mínimos de Abogados.

Los artículos 1°, 3° y 22° del Reglamento de Honorarios Mínimos de Abogados,


establecen el carácter obligatorio que tiene dicho reglamento para todos los
abogados; las consideraciones que deben tomarse en cuenta para estimar
honorarios superiores a los fijados en el referido instrumento; y que los
honorarios estimados para el estudio del caso, redacción del libelo y tramitación
del juicio de divorcio y separación de cuerpos hasta sentencia definitiva, es de
trescientos mil bolívares (Bs. 300.000,oo).

Los referidos artículos del Reglamento de Honorarios Mínimos de Abogados


están necesariamente relacionados con el ejercicio del derecho de retasa en la
contestación de la demanda, pues se refieren al valor que se les debe dar a las
actuaciones cuyo cobro se pretende, por lo que dichas normas sólo pueden ser
aplicadas por el tribunal retasador cuando revise la estimación de los honorarios
fijados por el demandante y al dictar la decisión que establezca la cantidad a la
que arriban los mismos.

Lo expuesto permite concluir que el Juez de alzada no infringió los artículos 1°,
3° y 22° del Reglamento de Honorarios Mínimos de Abogados, pues está
impedido de usar las referidas normas, las cuales sólo pueden ser aplicadas en la
fase de la retasa de los honorarios, y no en la sentencia que declara el derecho.

Con base en lo expuesto, se declara improcedente la denuncia de infracción de


los artículos 1°, 3° y 22° del Reglamento de Honorarios Mínimos de Abogados, y
así se decide.

DECISIÓN
En mérito de las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia
en Sala de Casación Civil administrando justicia en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, declara SIN LUGAR el
recurso de casación formalizado contra el fallo del 11 de marzo de 2003, dictado
por el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de
Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del estado
Barinas.

Por haber resultado infructuoso el recurso formalizado, se condena al recurrente


al pago de las costas.

Publíquese y regístrese. Remítase el expediente al tribunal de la causa Juzgado


Primero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de esa misma
Circunscripción Judicial. Particípese de esta remisión al Tribunal Superior de
origen, de conformidad con el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Tribunal Supremo de


Justicia, en Sala de Casación Civil, en Caracas, a los veintitrés (23) días del mes
de marzo de dos mil cuatro. Años 193º de la Independencia y 145º de la
Federación.

El Presidente de la Sala y Ponente,

_________________________

FRANKLIN ARRIECHE G.
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL
Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y
Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas
Caracas, cuatro (4) de agosto de dos mil once (2011)
201º y 152º
ASUNTO: AP11-V-2011-000899
SENTENCIA INTERLOCUTORIA
MATERIA: CIVIL/HONORARIOS
DE LA IDENTIFICACIÓN DE LAS PARTES Y SUS APODERADOS
DEMANDANTE: ciudadano MIGUEL ÁNGEL ROMERO CUARTIN,
venezolano, mayor de edad, de este domicilio y titular de la cédula de identidad
Nº V-746.752, inscrito en el INPREABOGADO bajo el Nº 7.682. Actúa en su
propio nombre y representación.
DEMANDADO: ciudadano JOSÉ LUÍS GARCÍA CULEBRAS, venezolano,
mayor de edad, de este domicilio y titular de la cédula de identidad Nº V-
9.119.459.
MOTIVO: ESTIMACIÓN E INTIMACIÓN DE HONORARIOS.
DE LA NARRACIÓN DE LOS HECHOS
Corresponde a este Tribunal pronunciarse respecto a la solicitud de reposición
de la causa, efectuada por el abogado MIGUEL ROMERO, actuando en su
carácter de parte actora, fundamentada en el Artículo 206 del Código de
Procedimiento Civil.
A tal efecto, en su escrito de fecha 02 de los corrientes, el referido profesional
del derecho realizó un breve análisis de la decisión invocada por este Juzgado,
haciendo énfasis en el hecho de que esa sentencia no estableció en los supuestos
descritos en la misma, la acción de reclamación de honorarios derivados de un
acuerdo contractual.
En razón de ello, solicita se reponga la causa al estado de emitir un nuevo
pronunciamiento respecto a la admisión de la pretensión interpuesta.
DE LAS MOTIVACIONES PARA DECIDIR
Revisadas las actas que conforman el presente expediente, el Tribunal pasa a
dictar el pronunciamiento que sigue:
Como su nombre lo indica, el procedimiento de estimación e intimación de
honorarios profesionales de abogados ha sido concebido como aquel que se
instaura con el objeto de cobrar los honorarios causados por actuaciones
judiciales o actuaciones de carácter extrajudicial, esto es, aquellas efectuadas en
el devenir de un proceso determinado, o aquellas efectuadas fuera de un proceso
jurisdiccional propiamente dicho, en otras palabras, estas actuaciones
comprenden aquellas atinentes al ejercicio de la profesión de la abogacía, sin
estar desarrolladas en un proceso judicial.
A tal efecto el legislador patrio estableció en el Artículo 22 de la Ley de
Abogados que:
“El ejercicio de la profesión da derecho al abogado a percibir honorarios por los
trabajos judiciales y extrajudiciales que realice, salvo en los casos previstos en
las Leyes. Cuando exista inconformidad entre el abogado y su cliente en cuanto
al monto de honorarios por servicios profesionales extrajudiciales, la
controversia se resolverá por la vía del juicio breve y ante el Tribunal Civil
competente por la cuantía. La parte demandada podrá acogerse al derecho de
retasa en el acto de la contestación de la demanda”.

Conforme lo deja ver la norma especial antes transcrita, al abogado se le otorga


ese derecho de ser acreedor de honorarios, pudiendo ejercer las acciones
correspondientes contra su cliente o directamente contra la parte contraria
condenada en costas.
La acción interpuesta es de estimación e intimación de honorarios profesionales,
a los que se les conceptualiza como indemnizaciones a las que tienen derecho
los abogados, por actuaciones que se corresponden a aquellas actividades
adelantadas o gestionadas por el abogado en beneficio de su cliente.
Se puede decir, pues, que los honorarios son del profesional del derecho por los
servicios prestados, en atención a su profesión, la cual se rige (de acuerdo al
artículo 1° de la Ley de Abogados) por dicha Ley y su Reglamento, los
Reglamentos internos y Códigos de Ética que dicte la Federación de Colegios de
Abogados.
En resumen, se puede afirmar como lo ha hecho la doctrina y jurisprudencia del
Máximo Tribunal de la República, que el ejercicio de la profesión de abogado
da derecho al cobro de los honorarios correspondientes, surgiendo dicho derecho
por el simple hecho de realizar la actividad, por solicitud del cliente. Por
supuesto, el reclamante o actor, tiene la carga probatoria de demostrar haber
realizado las actividades cuyo derecho de pago pretende.
El legislador, en el Artículo 22 antes citado, ha establecido dos vías de trámite,
las cuales han sido causa de grandes discusiones entre doctrinarios y
jurisconsultos, a saber:
a) el juicio breve, cuando se trate de reclamo de actividades extrajudiciales y;
b) el especial, que prevé el mismo 22, cuando se trate de actuaciones judiciales,
el cual fue desarrollado por la jurisprudencia patria, según sentencia dictada por
la Sala de Casación Civil, en fecha 27 de agosto de 2004, sentencia 000959,
Expediente No. AA20-C-2001-000329, cuyo criterio fue desarrollado con
posterioridad, en decisión de fecha 14-08-2008, Exp. 08-0273, Magistrado
Ponente: Marcos Tulio Dugarte Padrón, Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, Caso: Colgate Palmolive, C.A.
Desde la perspectiva del estricto derecho procesal, los procedimientos antes
enunciados resultan incompatibles entre sí, por ello, de acuerdo a cada situación
deberá procederse a tomar la vía procesal que por ley le corresponda.
Ahora bien, se ha hecho especial hincapié en los honorarios derivados de
actuaciones judiciales y extrajudiciales, señalándose igualmente las reglas que
serán aplicables en cada caso, sin embargo, no establece la decisión dictada por
la Sala Constitucional (bajo cuyo fundamento se admitió la pretensión), el
trámite que debería darse a aquellos honorarios que deriven de un contrato
pactado entre el abogado y su cliente, antes de que el profesional del derecho
despliegue su actividad representativa, en ese caso específico, la propia Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en decisión de fecha 04 de
abril de 2011, bajo la ponencia de la Magistrada Carmen Zuleta De Merchán, en
el expediente N° 09-0959, dejó sentado que:
“…con relación al cobro de honorarios profesionales del abogado y el tribunal
competente para conocer de ese tipo de demanda, esta Sala asentó, en la
sentencia N° 3325, del 4 de noviembre de 2005 (caso: Gustavo Guerrero Eslava
y otro ), lo siguiente:
Ahora bien, en una pretensión por cobro de honorarios profesionales pueden
presentarse diferentes situaciones, razón por la cual debe establecerse de forma
clara y definida el procedimiento a seguir en estos casos y por vía de
consecuencia, el tribunal competente para interponer dicha acción autónoma,
ello con el propósito de salvaguardar el principio del doble grado de jurisdicción
y los derechos constitucionales de defensa y al debido proceso.
En tal sentido apunta la Sala que, conforme a la norma contenida en el señalado
artículo 22 de la Ley de Abogados la reclamación por concepto de honorarios
profesionales extrajudiciales, será resuelta por vía del juicio breve. Sin embargo,
en lo atinente a la reclamación surgida en juicio contencioso no existe una
remisión expresa, a un procedimiento propio, sino que lo vincula y concentra al
juicio contencioso donde se genera la actuación del profesional del derecho. Es
allí, dentro del juicio, donde el abogado va pretender cobrar sus honorarios a su
poderdante o asistido.
Por ello, cabe distinguir cuatro posibles situaciones que pueden presentarse y
que, probablemente, dan origen a trámites de sustanciación diferentes, ante el
cobro de honorarios por parte del abogado al cliente a quien representa o asiste
en la causa, a saber: 1) cuando el juicio en el cual se pretende demandar los
honorarios profesionales causados, se encuentre, sin sentencia de fondo, en
primera instancia; 2) cuando cualquiera de las partes ha ejercido apelación y esta
haya sido oída en el solo efecto devolutivo; 3) cuando dicho recurso se haya
oído en ambos efectos y, 4) cuando la sentencia dictada en el juicio haya
quedado definitivamente firme, surgiendo la posibilidad en este supuesto, que el
juicio entre a fase ejecutiva, si es que se condenó al demandado.
A juicio de la Sala, en el primer supuesto, es decir, cuando el juicio en el cual el
abogado pretende demandar los honorarios profesionales causados a su cliente,
se encuentre en un tribunal de primera instancia, la reclamación de los mismos,
se realizará en ese proceso y por vía incidental.
En lo que respecta al segundo supuesto -cuando se haya ejercido el recurso
ordinario de apelación y éste fue oído en el efecto devolutivo- la reclamación de
los honorarios profesionales judiciales, se realizará, igual que en el caso
anterior, en ese mismo juicio y en primera instancia.
En el tercer supuesto -ejercido el recurso de apelación y oído en ambos efectos-
no obstante, el juzgado de primera instancia haber perdido competencia con
respecto a ese procedimiento, la reclamación de los honorarios profesionales
judiciales causados en ese juicio que ahora está en un Juzgado Superior, deberá
ser intentada de manera autónoma y principal ante un tribunal civil competente
por la cuantía, ello a fin de salvaguardar tanto el principio procesal del doble
grado de jurisdicción, a la parte que resulte perdidosa en la fase declarativa del
juicio de cobro de honorarios profesionales judiciales, como los derechos
constitucionales de defensa y al debido proceso establecidos en el artículo 49 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En el último de los supuestos -el juicio ha quedado definitivamente firme- al
igual que en el anterior, sólo quedará instar la demanda por cobro de honorarios
profesionales por vía autónoma y principal ante un tribunal civil competente por
la cuantía, si es el caso, ya que la expresión del tantas veces señalado artículo 22
de la Ley de Abogado ‘la reclamación que surja en juicio contencioso’, en
cuanto al sentido de la preposición “en” que sirve para indicar el lugar, el
tiempo, el modo, significa evidentemente que el juicio no haya concluido y se
encuentre en los casos contenidos en el primer y segundo supuesto antes
referidos, es decir, dentro del juicio sin que éste haya terminado, para que,
entonces, pueda tramitarse la acción de cobro de honorarios profesionales por
vía incidental en el juicio principal (ver, igualmente, el contenido de la sentencia
dictada por esta Sala, N° 935, del 13 de junio de 2008, caso: Raiza Vallera
León).
Sin embargo, las cuatro situaciones señaladas en la anterior sentencia no se
refieren a aquellos casos en los cuales los honorarios profesionales demandados
provengan de un contrato de honorarios pactados previamente entre el abogado
y su cliente, esto es, los honorarios profesionales extracontractuales (por ser
previos a todo juicio). En ese sentido, esta Sala precisa, tal como lo señaló la
Sala N° 1 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, que el 27 de mayo de 1980, la Corte en Pleno de la
entonces Corte Suprema de Justicia anuló el artículo 23 del Reglamento de la
Ley de Abogados y, asentó, para tal fundamentación, lo siguiente:
La Corte considera que de la lectura de dicho precepto legal [artículo 386 del
Código de Procedimiento Civil] se desprende evidentemente que el juicio breve
es el indicado para la tramitación y decisión de la discusión del cobro de
honorarios extrajudiciales resultantes de contrato expreso o tácito, ya tenga su
origen en el monto de los mismos por existir incorformidad entre las partes o en
el derecho mismo a cobrarlos, o sea, sobre la eficacia del contrato que los causó,
por lo que en art. 23 del mencionado Reglamento, al ordenar el juicio ordinario
al cobro de los honorarios extrajudiciales estipulados en contrato previo, se crea
una regulación que, no sólo invade la competencia del Congreso Nacional en la
materia de legislación procesal judicial, sino que también contraría, desacatando
su espíritu y razón, la norma legal que crea el juicio breve para el cobro de los
honorarios extrajudiciales sin distinción alguna.
Quizás lo que ha determinado la elaboración de la doctrina señalada es el
empleo de la frase consignada en el artículo 22 de la Ley, que dice: Cuando
exista “inconformidad” entre el abogado y su cliente sobre el monto de
honorarios extrajudiciales, se seguirá el juicio breve, por dar idea dicha frase de
que sólo pueden cobrarse, observándose los trámites de este juicio, los
honorarios extrajudiciales contractuales, cuyo monto es discutido, mientras que
la discusión sobre el derecho a cobrarlos, o sea, sobre la eficacia del contrato,
queda excluida de dicho juicio, Pero esta interpretación es equivocada por ser
inconcebible que el Legislador hubiera tenido el propósito, al usar la frase
consignada en el dicho art. 22, de someter a los trámites del juicio breve
solamente la discusión por el cobro de los honorarios extrajudiciales en cuyo
monto haya inconformidad entre el abogado y su cliente y dejar afuera la
discusión sobre la eficacia del contrato, o sea, lo que recae sobre el derecho a
cobrarlo. Lo correcto es pensar que por no aparecer dato alguno en el dicho
precepto que excluya expresamente de los trámites del juicio breve la discusión
del derecho al cobro de los honorarios extrajudiciales, o sea, de la eficacia del
contrato que les dio origen, deben entenderse que con la interpretación que
ahora se le da quedó plasmada la intención del Legislador de facilitar al abogado
el cobro de sus honorarios profesionales al remitir esa discusión a los expeditos
trámites del juicio breve, en vez de remitirla a los más difíciles y onerosos del
juicio ordinario.
De ahí que por aplicación de los principios de hermenéutica que han dejado
sentados, se concluye que la frase consignada en el art. 22 de la Ley de
Abogados, en la que se dice: “En caso de inconformidad entre el abogado y su
cliente sobre el monto de los honorarios extrajudiciales, se resolverá por el
juicio breve”, debe entenderse: “Cuando exista discusión entre el abogado y su
cliente sobre el cobro de honorarios extrajudiciales, se resolverá por la vía del
juicio breve”, quedando, por tanto, comprendidos en éste los estipulados por
contrato expreso o tácito, sea discutido o no su monto, o el derecho a cobrarlos,
por lo que en el art. 23 del Reglamento de la Ley de Abogados, al establecer el
juicio ordinario para la tramitación del cobro de los honorarios extrajudiciales
estipulados contractualmente, se incurrió, como se arriba se ha dicho, no sólo en
el error de invadir la facultad legislativa que potestativamente le corresponde al
Congreso Nacional, sino también en el de haber alterado el precepto legal citado
en su espíritu y propósito.
Por lo demás aun en el supuesto de que no existiere señalado en el art. 22 de la
Ley de Abogados el procedimiento para el cobro de los honorarios
extrajudiciales resultantes de contrato previo, tampoco pudo el Reglamento de
dicha Ley, en su art. 23, someterlo al juicio ordinario ni aun con la justificación
de reafirmar el art 234 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto dado su
objeto tal reafirmación no le corresponde hacerla al Poder Ejecutivo, sino a
quien en la compete fijar el procedimiento a seguirse es al Poder Judicial en la
oportunidad en que el Juez decide el caso concreto en que se le presente su
discusión [ver el contenido de la sentencia en la Gaceta Forense N° 108,
Volumen I, Tercera Etapa, Páginas 37 y siguientes]
De modo que, conforme al criterio asentado en la anterior decisión, la cual esta
Sala hace suya, se precisa que, en el caso de que un abogado demande sus
honorarios profesionales basados en un contrato pactado con su cliente con
anterioridad a la actuación que deba realizar, el procedimiento que debe seguirse
para dirimir el cumplimiento o no de ese contrato es el juicio breve (el cual debe
ser conocido por un Tribunal con competencia civil), conforme a lo señalado en
el artículo 22 de la Ley de Abogados…”
En atención a lo anterior, advierte este Tribunal que aparte de las posibles
situaciones que pueden darse en las reclamaciones de honorarios y que fueron
previamente establecidas en la decisión inicialmente citada por la Sala, existe
otra, donde puede darse que los honorarios hayan sido pactados mediante la
suscripción de un contrato de servicios entre el abogado y su cliente, lo cual da
cabida a que esa pretensión sea dilucidada a través del juicio breve.
Así las cosas, observa quien suscribe que en el caso de estos autos, el abogado
reclamante señala que la presente acción deriva de un contrato de servicios,
supuestamente suscrito entre MIGUEL ÁNGEL ROMERO y JOSÉ LUIS
GARCÍA CULEBRAS, de forma privada, donde fueron previamente
establecidos los honorarios que debían ser cancelados al jurista por la prestación
de su patrocinio en el juicio de ejecución de hipoteca, sustanciado ante la Jueza
Unipersonal N° 7 de la Sala de Juicio del Circuito Judicial del Tribunal de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas y Nacional de Adopción Internacional, lo cual
encuadraría dentro del supuesto previsto en el fallo antes aludido.
Adicionalmente, debe determinarse si el presunto acuerdo contractual fue
otorgado antes de las supuestas actuaciones desplegadas en el juicio seguido
ante el Tribunal de Protección, y en tal virtud se observa que el contrato que
riela al folio 63 y su vuelto, tiene como fecha de suscripción, el día 26 de
noviembre de 2009, en otras palabras, es de fecha anterior a la supuesta cesión
de derechos litigiosos efectuada al ciudadano JOSÉ LUIS GARCÍA
CULEBRAS, lo cual se ajusta igualmente al supuesto fáctico explicado en la
decisión de la Sala Constitucional.
Ahora bien, advierte este Operador de Justicia que al momento de admitirse la
pretensión, se aplicó el procedimiento especial, que prevé el mismo 22, cuando
se trate de actuaciones judiciales, el cual fue desarrollado por la jurisprudencia
patria, según sentencia dictada por la Sala de Casación Civil, en fecha 27 de
agosto de 2004, sentencia 000959, Expediente No. AA20-C-2001-000329, cuyo
criterio fue desarrollado con posterioridad, en decisión de fecha 14-08-2008,
Exp. 08-0273, Magistrado Ponente: Marcos Tulio Dugarte Padrón, Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, Caso: Colgate Palmolive,
C.A., cuando debía admitirse por los trámites del juicio breve, violentándose de
esta manera el debido proceso.
El error delatado con antelación no puede pasar desapercibido, por lo que éste
Juzgador como director del proceso y responsable del orden público
constitucional en franca armonía con el criterio del Tribunal Supremo de
Justicia, para evitar futuras reposiciones, inevitablemente juzga necesario
adecuar el presente procedimiento a los lineamientos del juicio breve, acatando
así el fallo dictado por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
en fecha 04 de abril de 2011, bajo la ponencia de la Magistrada Carmen Zuleta
De Merchán, en el expediente N° 09-0959 y consecuencialmente ordenará que
se dicte auto expreso donde se establezca que la pretensión deberá tramitarse
bajo los lineamientos del procedimiento breve y así formalmente se decide.
DE LA DISPOSITIVA
Por los planteamientos antes expuestos, este Juzgado Tercero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, administrando justicia en nombre de
la República Bolivariana de Venezuela y por la autoridad que le otorga la Ley,
ha decidido:
Único: ORDENAR que se dicte auto expreso donde se establezca que la
pretensión deberá tramitarse bajo los lineamientos del procedimiento breve, en
franco acatamiento al fallo dictado por la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en fecha 04 de abril de 2011, bajo la ponencia de la
Magistrada Carmen Zuleta De Merchán, en el expediente N° 09-0959.
Regístrese, publíquese y déjese copia.
Dada, firmada y sellada en la sala de despacho del Juzgado Tercero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas. Caracas, a los cuatro (04) días del
mes de agosto de dos mil once (2011). Años 201° de la Independencia y 152° de
la Federación.-
EL JUEZ
LA SECRETARIA
ABG. JUAN CARLOS VARELA RAMOS
ABG. DIOCELIS PÉREZ BARRETO
En la misma fecha, siendo las 01:02 p.m. se publicó y registró la anterior
decisión.
LA SECRETARIA,
La Suscrita DIOCELIS PEREZ BARRETO, Secretaria del Juzgado Tercero de
Primera Instancia en lo Civil Mercantil, Tránsito y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas CERTIFICA: Que
las copias fotostáticas que anteceden son traslado fiel y exacto de sus originales
los cuales corren insertos en el Asunto No. AP11-V-2011-000899 contentivo del
juicio que por estimación e intimación de honorarios interpuso el ciudadano
MIGUEL ÁNGEL ROMERO CUARTIN, contra el ciudadano JOSÉ LUÍS
GARCÍA CULEBRAS. La Secretaria suscribe la presente certificación de
conformidad con lo previsto en el Artículo 112 del Código de Procedimiento
Civil. Caracas, cuatro (4) de agosto de dos mil once (2011). Años 201º y 152º.
LA SECRETARIA

DIOCELIS PÉREZ BARRETO

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