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SERIE DE SERMONES BASADO EN LA CARTA A LOS TESALONICENSES

UNA IGLESIA EJEMPLAR PARA NUESTRA CIUDAD


SERMON 3: EL CORAZON EJEMPLAR DE UN SIERVO DEL SEÑOR
Jorge Betancur

La epístola que Pablo escribió a la iglesia de tesalónica nos muestra el diseño de la Iglesia que Cristo quiere
edificar. Nos habla acerca de varios elementos espirituales constituyentes de una iglesia sana.

En la introducción a esta serie, abordamos una tríada que fundamenta lo imprescindible del cristianismo.

La actividad de nuestra fe, como seguridad de que Dios ha actuado en Cristo para salvar a su pueblo

El esfuerzo de nuestro amor, como expresión presente de la relación restaurada entre Dios y su pueblo.

La perseverancia en la esperanza, que es la confianza de que el que comenzó tan buena obra la irá
perfeccionando.

En el segundo de sermón de esta serie, abordamos “Lo que la iglesia debe ser”.

La iglesia debe ser una comunidad en donde sus miembros creen, entienden y viven el mensaje del
evangelio.

En segundo lugar, la iglesia debe ser una comunidad en donde sus miembros son imitadores del Señor.

En el tercer Sermón abordamos “La vida ejemplar de un ministro del Señor”.

[1] Primeramente Pablo fue modelo de un claro sentido de las prioridades.

[2] En segundo lugar Pablo fue modelo de un claro sentido de preocupación por la integridad.

[3] En tercer lugar Pablo ejemplificó un claro sentido de amor y compromiso hacia aquellos a los que
ministró.

Con esto en mente, el sermón de esta mañana lleva por título “Una iglesia ejemplar en medio de las
pruebas”

1 Tesalonicenses 2:17–3:8 “17 Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo,
de vista pero no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro; 18 por lo cual
quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó. 19 Porque ¿cuál
es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor
Jesucristo, en su venida? 20 Vosotros sois nuestra gloria y gozo. 3.1 Por lo cual, no pudiendo soportarlo
más, acordamos quedarnos solos en Atenas, 2 y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios
y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, 3
a fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para esto
estamos puestos. 4 Porque también estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar
tribulaciones, como ha acontecido y sabéis. 5 Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié
para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo
resultase en vano. 6 Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de
vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a
vosotros, 7 por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de
vosotros por medio de vuestra fe; 8 porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor.”

Casi desde el momento en que Pablo llegó a Tesalónica, los creyentes habían esperado las “pruebas” como
resultado de su conversión al cristianismo.

De hecho, Pablo había dado por sentado que experimentarían aflicción en cierto grado, sencillamente por
declarar su lealtad a Cristo.

En el concepto de “pruebas”, “persecución” o “sufrimiento” el texto bíblico usa estos términos para
traducir la misma palabra griega, “thlipsis”— que los tesalonicenses estaban experimentando eran
consecuencia de mantener su lealtad a Cristo y a los valores que él representaba en medio de una cultura
pagana que sostenía un conjunto de valores diferente.

Michale Horton es su comentario sobre las pruebas que están sufriendo los tesalonicenses dice:

“Estas pruebas no son cuestión de asar, no es karma, no es mala suerte, ni tampoco es exclusiva de ellos.
Estas pruebas son parte de la experiencia común Cristiana”.

Es una señal para Pablo, es un signo que realmente los tesalonicenses habían creído realmente en el
mensaje del Evangelio.

La convicción de que las “pruebas” son una consecuencia esperada de seguir a Jesús no solo se halla en
Pablo, sino a lo largo de todo el Nuevo Testamento, tanto en la enseñanza de Jesús (Mt 5:11-12) como de
los apóstoles (Hch 9:16).

¿Se puede o se debe esperar lo mismo hoy para la Iglesia Casa de Amor?

[1] Una preocupación genuina por quienes están en pruebas.

Pablo les expresa su necesidad de ir a verlos.

[2] Una acción concreta hacia quienes están en pruebas.

Pablo quería que Timoteo hiciera dos cosas – confirmar y exhortar a los Tesalonicenses.

Confirmar Griego stèrízò. El principal propósito de la visita de Timoteo era confirmar y fortalecer a los
creyentes para que ninguno se apartara de la fe.

El propósito de confirmar era volver a afirmar o a dar validez a la verdad del evangelio que se había
anunciado por Pablo en la plantación de la iglesia, esto con el fin de que los tesalonicenses comprobar,
ratificar esta verdad. Es reafirmarse una persona en su pensamiento, sospecha.

Exhortaros Griego parakaléò. El segundo propósito de la misión de Timoteo era exhortar a los creyentes.
Eso incluiría un repaso de lo que se les había enseñado, una ampliación de sus horizontes doctrinales y un
fortalecimiento de su experiencia cristiana diaria. Todo eso se resume en las palabras "respecto a vuestra
fe"

La exhortación solo puede venir realmente cuando ya hemos sido afirmados en la dirección correcta; de
otra manera, solo somos exhortados en el camino equivocado.
Una vez que los Tesalonicenses fueran confirmados y exhortados, no serían inquietados por estas
pruebas.

La palabra Griega antigua inquiete, viene de la idea de un perro moviendo su cola.

Trapp dice al respecto “Halagado, como un perro halagado, al mover la cola; el diablo, al halagarlo a
usted, con la promesa de más alivio si toma el camino contrario.”

Sin un buen entendimiento de la verdad referente al lugar del sufrimiento en la vida de un creyente, nos
encontramos en un gran peligro de ser inquietados en nuestra fe. El ministerio de Timoteo les ayudaría a
soportar sus dificultades presentes.

[3] Una iglesia firme en las pruebas.

Cuando Timoteo regresó de su visita a los Tesalonicenses, trajo buenas noticias. Los Tesalonicenses
estaban firmes en fe y amor.

La fe y el amor son dos virtudes inseparables y excelentes que exhiben aquellos que creen en Cristo.

La fe y el amor están estrechamente relacionados y siempre van juntos. El amor emana de la fe, y la fe
opera y trabaja mediante el amor.

Gálatas 5:6 “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por
el amor.”

La fe obra por medio del amor para que se cumpla el propósito de Dios, el cual consiste en llevar a su
consumación la filiación divina con miras a la expresión corporativa de Dios: el Cuerpo de Cristo.

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