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Cómo orar por la salvación de nuestros

seres queridos
A menudo las personas se desaniman cuando oran por la salvación de sus seres
queridos, y se preguntan si alguna vez sus oraciones en realidad ayudarán. Permítame
asegurarle que ¡sí funcionarán! Éstas pueden convertirse en una poderosa fuerza en la
vida de sus familiares y amigos, que no han sido salvos, si ora por ellos conforme a la
sabiduría y a la Palabra de Dios.

El problema es que muchos cristianos no saben cómo orar de manera eficaz.


Simplemente oran sin apuntarle a un objetivo específico, esperando obtener resultados.
Esto es muy común cuando se trata de orar por los perdidos. No es raro ver a creyentes
que han orado durante 20, 30, e incluso 40 años por la salvación de sus amigos o
familiares, sin recibir la respuesta.

¿Qué exactamente están orando estas personas? Por lo general, se resume en una
oración parecida a la siguiente: “¡Oh, Dios! Por favor, salva a mi hermano, él necesita
ser salvo”. (¿No cree usted que Dios ya sabe que él necesita salvación?). Luego
continúan, y comienzan a describir los pecados de su hermano: “Señor, anoche se
embriagó otra vez, y también tuvimos que sacarlo de la cárcel. Si Tú no lo salvas, ¡nos
enloquecerá a todos!”.

Esto puede parecer gracioso; e incluso un poco exagerado, pero muchos de nosotros
hemos orado de forma muy similar.

En realidad, no hemos logrado comprender que no existe ningún problema con el ser
amado (o con cualquier otra persona) que aún no ha sido salvo, sino con el diablo. Pues
ningún ser humano rechazaría por su propia voluntad la salvación que Jesús nos ofrece,
al comprender realmente lo que ésta significa. ¡Ninguno!

Entonces ¿por qué hay muchas personas que todavía no han sido salvas? En 2 Corintios
4:4, hallamos la respuesta: “El dios de este mundo (el diablo) ha cegado el
entendimiento de los incrédulos, a fin de que no vean la luz del glorioso evangelio de
Cristo, el cual es la imagen de Dios, que debe brillar dentro de ellos” [Traducción libre
de The Amplified Bible].

Una vez que se percate que el diablo es el verdadero problema (no su ser amado); tendrá
claro cuál debe ser su primer paso en la oración. Usted necesita sacar al diablo del
camino de su ser amado.

Jesús dijo: «…¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus
bienes, si primero no le ata?...» (Mateo 12:29). ¡No se puede! Así que es importante
que lo ate. Confiese:

Ato todo espíritu que obra en la vida de ___________, cegándolo para que no vea la
luz del evangelio, lo cual mantiene a ___________ fuera del reino de Dios. ¡Lo ato
ahora! Yo pertenezco al Señor Jesucristo y tengo Su autoridad y justicia, y en Su
nombre le ordeno que detenga sus maniobras. Yo saqueo su casa de acuerdo con la
Palabra de Dios, y entro en ésta para liberar a mi ser amado de sus manos.

Ahora bien, usted no puede sacar al diablo por completo de la situación, pues quizá
tarde más usted en sacarlo que él en permitirle regresar. Sin embargo, puede atar a este
espíritu y mantenerlo así. Tal vez le lleve tiempo, pero puede lograrlo.

En Mateo 9:37-38, sabrá cuál es su siguiente paso en la oración. Allí, Jesús estaba
viendo a las multitudes que necesitaban ser ministradas, y Él les dijo a Sus discípulos:
«A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la
mies, que envíe obreros a su mies».

Ésta es la Palabra de Dios que trae fe para salvación: «Así que la fe es por el oír, y el
oír, por la palabra de Dios» (Romanos 10:17). Entonces asegúrese que la Palabra entre
en el corazón de su ser amado.

“¿Cómo? —dirá usted—, ¡si ni siquiera me escucha!”.

Probablemente no, pero Dios sabe a quién sí escuchará, y Él enviará a esa persona,
desde cualquier parte si es necesario, a fin de que hable con su ser amado.

Ore al Señor de la mies, de la siguiente manera: Padre, te pido que envíes al camino
de________, obreros que estén equipados con la Palabra de Dios referente a la
salvación, el bautismo en el Espíritu Santo, sanidad y liberación. Envía obreros que
puedan comunicarse eficazmente con____________, para que Tu Palabra pueda
alcanzar su corazón.

Una vez que haya orado de esa manera; active su fe, tratando a su ser amado como si ya
fuera salvo, y no como si fuera una persona mala. Es más, siempre que lo vea, declare:
¡Alabado sea Dios! ¿No es maravilloso conocer a Jesús? No diga nada más, y vea
cómo cambian las circunstancias. Usted se sorprenderá de los resultados.

Eso ha funcionado muchas veces, y puede suceder lo mismo con usted y sus seres
queridos. No se rinda. ¡Sea inteligente! Comience a orar de acuerdo con la Palabra y
con fe… ¡entonces verá la salvación del Señor!

Éste es un ejemplo de oración por la salvación de su ser amado. Cuando confiese la


Palabra de Dios, recuerde que no regresará vacía. Ésta será prosperada en las cosas para
las cuales fue enviada (Isaías 55:11).

Padre, vengo ante Ti en oración y en fe, creyendo. Tu Palabra afirma que Tú deseas
que todos sean salvos y que vengan al conocimiento de la verdad, así que traigo a
____________delante de Ti en este día.

Rompo el poder de Satanás en la vida de_______________, en el nombre de Jesús.


Ahora, mientras Satanás está atado, te pido que envíes a los obreros perfectos para
compartir las buenas nuevas del evangelio, de tal forma que___________ escuche y
entienda. Cuando la verdad sea ministrada, creo que abrirá sus ojos al evangelio,
saldrá de la trampa del diablo y aceptará a Jesús como su Señor.
Padre, pido que llenes a___________ con el conocimiento de Tu voluntad en toda
sabiduría y entendimiento espiritual. Al interceder a su favor, creo que se activa el
poder del Espíritu Santo, y desde este momento, te alabo y te agradezco por la
salvación de ____________. Estoy seguro que Tú estás alerta y obrando, cuidando que
Tu Palabra se cumpla porque no volverá a Ti vacía. Ésta cumplirá lo que Tú deseas y
prosperará en aquello para lo cual fue enviada.

Por tanto, mi confesión de fe es que Dios ha empezado Su buena obra en la vida


de___________, y Él la perfeccionará por completo hasta el día de Jesucristo.

Versículos de referencia: 2 Pedro 3:9; Mateo 18:18, 9:37-38; 2 Timoteo 2:26; Jeremías
1:12; Isaías 55:11; Filipenses 1:6.

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