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LOS DERECHOS DE LA PERSONALIDAD

Los derechos de la personalidad, son derechos subjetivos que se dirigen a proteger la


integridad personal del ser humano, tanto en su vertiente física (vida e integridad física),
como espiritual (honor, intimidad, imagen, identidad, entre otros).
Los caracteres principales que definen a los derechos de la personalidad son los
siguientes:

 Son derechos que van a formar parte de la esfera individual de toda persona. A
pesar de ello, hay que tener en cuenta la posibilidad de que se vean limitados
(generalmente cuando se encuentran en conflicto con otro derecho fundamental) o
incluso, se puedan suprimir en su totalidad en determinados casos.
 Son inherentes a la persona. Se considera que la persona no ostenta la libre
disposición de los mismos, son irrenunciables e intransmisibles.
 Son innatos u originarios. Supone que los derechos de la personalidad se van a
adquirir por el simple hecho de ser persona, sin que sea necesario cumplir ningún
otro requisito para su adquisición.
 Son absolutos. Tienen efecto erga omnes y un poder directo e inmediato frente al
bien que lo pretenda afectar.
 Los derechos de la personalidad no van a poder ser valorados en dinero ni de
ninguna otra forma de carácter económico. Sin embargo, hay que considerar que en
determinadas ocasiones, ante una lesión causada a los mismos, ésta situación podrá
ser resarcida mediante una cantidad de dinero acorde a la lesión, a modo de
indemnización, si no hay posibilidad de que la reparación se haga de otro modo.

Dentro de los derechos de la personalidad, se deben tratar aquellos aspectos relativos al


derecho al nombre y al apellido, al derecho a la gestación y al ámbito de decisión de la
interrupción voluntaria del embarazo, al derecho a la autonomía del individuo dentro del
ámbito sanitario, al derecho a una muerte digna, al trasplante de órganos, y, finalmente, al
derecho al honor, la intimidad y la propia imagen. A este respecto (y en relación con este
último caso) cabe mencionar la TS, Sala de lo Civil, nº 775/2013, de 02/12/2013, Rec.
547/2010, pues es un típico ejemplo del conflicto que se produce cuando entran en juego
dos derechos fundamentales, cuestión nada infrecuente en esta materia.

PERSONAS JURIDICAS

“Se llama persona jurídica a una persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer
obligaciones, y de ser representada judicial y extrajudicialmente”.
Las personas jurídicas tienen en su historia varios nombres y han atravesado por diversas
etapas, bien sean estas teóricas o prácticas.
l nacimiento de esta institución tiene lugar en Roma, y específicamente en el derecho
romano, donde los primeros Peritos y Pretores le dan nacimiento jurídico a una institución
que sin saber perduraría por decenas de siglos y aún dos mil años después seguiría
hablándose de esta y perfeccionándose en el sistema jurídico.
En la doctrina moderna el nombre recibido comúnmente por este sujeto de derecho es
bastante criticado, pues este “persona jurídica” tiene lugar por la capacidad que se le otorga
a una colectividad de tener un papel protagónico y activo en el sistema jurídico. La critica
fundamental de los expertos recae sobre el hecho que la denominada persona natural
también posee dicha posibilidad de actuar activamente en el sistema, entonces nos
estaríamos enfrentando a un grupo de cualidades similares que dan lugar a definiciones
diferentes, lo cual no tendría ningún sentido.
Para concluir esta breve pero concisa contextualización es fundamental mencionar las dos
características principales de las personas jurídicas colectivas, ficticias, sociales, grupales o
morales. Esta son en la doctrina por excelencia: la separación de derechos y obligaciones
que existe entre la persona jurídica y los miembros que la componen, y la segunda
característica es la separación de uno y otro patrimonio (el de la persona natural y el de la
persona jurídica.

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