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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA DE ENFERMERÍA
PROYECTO DE AYUDA MENOR Nº 00307-07
CONSEJO DE DESARROLLO CIENTÍFICO Y HUMANÍSTICO
CDCH UC

EL CONSUMO DE DROGAS EN EL CONTEXTO


VENEZOLANO
RELATOS DE EXPERIENCIAS

INFORME FINAL

AUTOR: Maritza Salazar M.


Phd Ciencias de la Educación
Valencia, Marzo 2009
ÍNDICE GENERAL

RESUMEN………………………………………………………………………. iv

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………. 5

CAPÍTULO I
CONSUMO DE DROGAS EN EL CONTEXTO VENEZOLANO…………. 10
1.1. Construyendo el objeto de estudio………………………………………. 10
1.2. Justificación de la investigación………………………………………… 13
1.3. Objetivos de la investigación…………………………………………… 14
1.3.1. Objetivo general...……………………………………………….. 14
1.3.2. Objetivos específicos………………………………………………. 14

CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO……………………………………………………………. 15
2.1. Antecedentes………………………………………………………………….15
2.2. Situación actual de la demanda de drogas…………………………….. 22
2.2.1. El uso indebido de drogas………………………………………… 26
2.2.2. Razones del consumo de drogas…………………………………. 27
2.2.3. Situación del consumo…………………………………………… 30

CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO………………………………………………….. 38
3.1. Tipo de investigación…………………………………………………… 38
3.2. Diseño de la investigación: estructura de los relatos de vida…………… 39
3.3. Selección de los informantes…………………………………………… 39
3.3.1. Aproximación de los informantes………………………………… 40
3.3.2. Acuerdo con los informantes…………………………………….. 40
3.4. Recolección de la información: la entrevista en profundidad…………… 41
3.4.1. Transcripción de los relatos……………………………………… 42
3.5. Método utilizado: biográfico……………………………………………. 43
3.5.1. Saturación: señal de validez y representatividad de la
narrativa…………………………………………………………. 44
3.6. Criterios de análisis……………………………………………………………46
3.6.1. Lectura factual……………………………………………………… 46
3.6.2. Lectura temática………………………………………………….. 46
3.6.3. Lectura simbólica…………………………………………………. 47

ii
CAPITULO IV
PRESENTACIÓN E INTERPRETACIÓN SIMBÓLICA DE LOS
RELATOS RECOGIDOS………………………………………………………… 48
4.1. Relato 1 – Informante: Jeremías………………………………………….. 48
4.2. Relato 2 – Informante: Isaías……………………………………………… 57
4.3. Relato 3 – Informante: Ezequiel…………………………………………… 63
4.4. Relato 4 – Informante: Moisés……………………………………………. 67
4.5. Relato 5 – Informante: Mateo……………………………………………… 75
4.6. Relato 6 – Informante: Zacarías…………………………………………… 86
4.7. Relato 7 – Informante: Marcos…………………………………………… 95
4.8. Relato 8 – Informante: Abraham…………………………………………. 104

CAPITULO V
LA DINÁMICA FAMILIAR Y EL CONSUMO DE DROGAS EN
SITUACIÓN DE CALLE EN EL CONTEXTO VENEZOLANO……………… 112
5.1. Significado de la situación de calle………………………………………… 113
5.2. Concepto de familia………………………………………………………. 113
5.3. Familia disfuncional……………………………………………………… 114
5.4. Violencia familiar y consumo de drogas…………………………………. 114
5.5. Influencia de grupos para el consumo de drogas…………………………. 116
5.6. La experiencia como factor preventivo…………………………………… 117

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………. 121

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UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA DE ENFERMERÍA
PROYECTO DE AYUDA MENOR Nº 00307-07
CONSEJO DE DESARROLLO CIENTÍFICO Y HUMANÍSTICO CDCH UC

EL CONSUMO DROGAS EN EL CONTEXTO VENEZOLANO


RELATOS DE EXPERIENCIAS
INFORME FINAL

AUTOR: Maritza Salazar M.


Phd Ciencias de la Educación
AÑO 2009
RESUMEN

El presente proyecto de investigación se realizó con el fin de abordar el


consumo de drogas en el contexto venezolano y conocer la realidad desde la
perspectiva subjetiva, es decir, desde el mismo sujeto de estudio. Es una investigación
de naturaleza cualitativa, con la finalidad de interpretar el significado del estilo de
vida del consumidor de drogas a través de relatos de vida. Los sujetos de estudio son
individuos consumidores de drogas El método utilizado fue el biográfico en la
modalidad de relato de vida (Bertaux 1981), se utilizó la entrevista en profundidad
como técnica para obtener los relatos de experiencia de consumidores de drogas
(Thompson, 1988). Es importante señalar que para dicho trabajo, los relatos tienen
como finalidad evidenciar las diferentes experiencias de los consumidores de drogas,
así como también dar a conocer la dinámica del consumo. La dimensión de
interpretación está enmarcada en el sentido o significado que los informantes le
imprimen a sus relatos, según el tema objeto de estudio, mediante un tejido discursivo
propio de los informantes. Significa hacer una lectura de la narrativa, a fin de captar
los hechos que orientan los conocimientos acerca del consumo de drogas de personas
en situación de calle, en el marco de un constructo teórico inserto en el relato
(Salazar, 2003).

Palabras Clave: Drogas, relato de experiencias, estilo de vida.

iv
INTRODUCCIÓN

Históricamente el uso indebido de drogas ha estado presente en distintas


épocas y en diversas sociedades, evidenciándose su presencia en todas las clases
sociales, de tal manera que se ha extendido día a día entre la población.

En tal sentido, el consumo ha gozado de cierta universalidad ya que las


distintas culturas han consumido una o más sustancias psicoactivas; pudiendo
apreciarse cómo el uso de drogas ilegales está integrado y aceptado en la vida de
muchas personas y comunidades. Delgado (2000) afirma que:

El ser humano desde su origen ha sentido la necesidad de


alterar su estado mental con el uso de sustancias. Sobran
relatos y descripciones desde principios de la humanidad
hasta los tiempos modernos del uso y abuso de drogas por
todas las culturas (p. 241).

A pesar de las diferencias existentes en cuanto al tipo de sustancia consumida,


la frecuencia del uso, las razones o motivaciones que llevan a un sujeto a consumir
droga y la permisividad o tolerancia que socialmente se establezca con relación al
consumo, ninguna sociedad ha estado excluida de las experiencias del consumo de
drogas. Dentro de las razones por las cuales las personas consumen drogas, se debe a
que este tipo de sustancias pueden cambiar el estado de conciencia de los individuos.
El atractivo y la fascinación que producen las drogas en los consumidores, reside en
creer que éstas facilitan el rápido acceso a experiencias transitorias.

Especialmente los jóvenes son un sector de la población que tiende a ser


vulnerable en cuanto a la experimentación con drogas, bien sea por iniciativa propia,
6

como forma de rebelarse durante la adolescencia o con el propósito, en otros casos,


de imitar conductas de amigos o de personas simbólicamente importantes para ellos.

En consecuencia, existe una amplia diversidad de razones por las cuales las
personas pueden llegar a consumir drogas. …“Las motivaciones personales para el
uso indebido de drogas son tan variadas como los mismos seres humanos” (Massún,
1991:33). Éstas varían de un sujeto a otro, es posible que el consumo provenga de
razones que convergen al mismo tiempo.

Tomando en consideración esta afirmación, puede señalarse que los usos


dados a las drogas ilegales han pasado por importantes trasformaciones; éstos van
desde el uso en ritos religiosos como medio para cambiar el estado de ánimo y
experimentar nuevas sensaciones, hasta los que creen que las drogas permiten
relacionarse socialmente con mayor facilidad y disminuyen la inhibición.

A continuación se hará un breve recuento de los usos contemporáneos dados a


las drogas, señalando la evolución de éstas en el tiempo. Durante la década de los
cincuenta, grupos de personas comenzaron a experimentar con drogas como la
marihuana, la heroína y otras sustancias estupefacientes usadas con diversos fines por
minoritarios sectores. El tipo de drogas consumidas eran “los opiáceos, consumidos
fundamentalmente por grupos considerados marginales, desde músicos de jazz,
aristócratas, intelectuales y médicos hasta habitantes de los ghettos de las grandes
ciudades” (Del Olmo, 1998:16). Para este mismo tiempo se llegó a asociar la
delincuencia con el consumo de marihuana como droga que generaba violencia y
criminalidad, surgiendo así explicaciones sociológicas que trataban de aproximarse a
las razones por las cuales las personas consumían drogas; por otro lado, se le dio
prioridad a la promulgación de leyes penales que sancionaban el consumo de drogas.
7

Pasando a la década de los setenta, se observa cómo se incorporaron al


consumo de drogas jóvenes de clase media, los cuales experimentaron con una serie
de drogas especialmente la marihuana, los hongos y el peyote, así como otras
sustancias sintéticas. El consumo de droga considerado como un problema, se
convirtió en una amenaza social y se consideró al consumidor como enfermo al cual
no se le otorgaba ningún tipo de responsabilidad moral. Esto llevo a que las políticas
preventivas se centraran hacia la implementación de programas educativos y
preventivos sobre los riesgos del consumo de drogas.

Para la década de los ochenta, cuando el consumo de drogas había aumentado


de manera considerable, los esfuerzos para disminuir el problema se concentraron en
considerarlo como una amenaza a la seguridad nacional de los países involucrados.
Mientras que en la década de los años noventa, muchos fueron los países que se
vieron inmersos en la demanda y la oferta de drogas ilegales; drogas como la cocaína,
la heroína, drogas de síntesis, entre otras, gozaban de auge y fueron usadas por
amplios sectores de la sociedad. A raíz de la preocupación por el aumento en el
consumo de drogas, temas como la salud, la prevención, la educación y la
rehabilitación se convirtieron en prioridades, por lo que se plantearon a nivel
internacional políticas criminalísticas encaminadas a reducir los riesgos y daños
causados por estas sustancias, tanto a nivel individual, como social.

Actualmente, el tema de las drogas sigue generando preocupación debido a


que la producción, el tráfico, la distribución y consumo de estas sustancias aumenta
progresivamente a nivel mundial. Las drogas de síntesis se han popularizado
mundialmente como una forma de policonsumo, en la que se incluyen diversas tipos
de drogas produciendo un fuerte impacto en la población juvenil, la cual manifiesta
una tendencia hacia el consumo.
8

Asimismo es importante señalar que el fenómeno del consumo de drogas,


visto desde una perspectiva general produce su propia dinámica, y en cuanto a los
distintos usos dados a las drogas, éstos a medida que pasa el tiempo y las sociedades
avanzan, son propensos a transformaciones, siendo válida la tesis de Zinberg, citado
por Romo (2001), en la que se debe considerar “la interacción constante entre los tres
elementos que forman parte del fenómeno: sustancia, individuo y contexto” (p. 21).

Con relación a las sustancias consumidas, puede decirse que frente a las
drogas más comunes como la marihuana, la cocaína y la heroína, se presenta
constantemente la aparición de nuevas sustancias estupefacientes. Tal es el caso de las
drogas de síntesis y especialmente el Éxtasis, así como otras sustancias como el crack
y la llamada base de coca, también otras de uso médico como el Rhopinol, el Rivotril,
entre otros. Se observa cómo la producción, distribución y el consumo de esta
aumenta considerablemente. En cuanto al individuo, los factores personales que
influyen en el consumo de drogas y las motivaciones particulares, son diferentes en
cada sujeto. Por último, con relación al contexto sociocultural, éste es determinante e
incluye múltiples factores socioeconómicos y políticos que intervienen, de cierta
manera, en que una persona se vuelva o no consumidora de determinada sustancia.

Esta investigación tiene como finalidad estudiar el consumo de drogas en el


contexto venezolano. En el primer capítulo se hace una descripción del objeto de
estudio, su justificación y propósitos. En el segundo capítulo se hace una revisión de
investigaciones similares y se desarrolla la situación actual de la demanda de drogas
en el mundo. En el tercer capítulo se describe el diseño y la metódica utilizada, en el
marco de la investigación cualitativa. En el cuarto capítulo se presenta la
interpretación simbólica de la información recogida a través de relatos de
experiencias de ocho consumidores de drogas en situación de calle. Por último se
presenta un cuerpo de reflexiones vinculadas con la palabra de los informantes, su
9

sentido y/o significados. Éstas orientan hacia futuras investigaciones a la luz de


teorías como el Psicoanálisis, la Psicología Social, la Psiquiatría y la Salud Mental.
CAPÍTULO I

CONSUMO DE DROGAS EN EL CONTEXTO VENEZOLANO


RELATOS DE EXPERIENCIAS

1.1. Construyendo el Objeto de Estudio

A nivel mundial se está viendo al complejo mundo de las drogas como un


problema que genera gran atención sociopolítica, económica, jurídica y de salud, en
diversos países. Entendido éste desde la perspectiva del consumo, la problemática
aumenta cada vez más debido a las implicaciones de carácter individual, social y
cultural que genera.

El fenómeno de las drogas, desde una visión general, ha sido a lo largo del
tiempo uno de los temas más tratados y explorados y a su vez uno de los principales
polos de atención de la sociedad actual.

En este orden de ideas, cabe decir que Latinoamérica sigue siendo el


continente que tiene la mayor producción de drogas tales como la cocaína y la
marihuana, ya que éstas proceden de países que comprenden la Región Andina:
Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú, señalados generalmente como los principales
productores de dichas sustancias.

Es conveniente resaltar que América Latina no ha dejado de preocuparse por


crear y llevar a cabo políticas criminalísticas dirigidas en contra de la producción, el
comercio, el tráfico y el consumo de las drogas ilícitas, operacionalizadas a través de
los diferentes Convenios y Acuerdos a los cuales se encuentra suscrito el hemisferio.
11

Venezuela, es uno de los países con más altos índices de tráfico y consumo de
drogas, cada vez es más audaz pese a la eficacia de los organismos policiales y del
sistema de justicia penal; y quizás no hay en el país otra actividad criminógena tan
compleja, organizada y con tan importante aporte de capital económico, como el
negocio de las drogas.

Durante los últimos años, Venezuela ha experimentado distintos cambios en


lo social, económico y cultural que han incidido en la población, siendo los jóvenes
los principales afectados por estos cambios, provocando en este sector humano
tendencia favorecedora al consumo de drogas. Este tipo de sustancias,
estructuralmente psicoactivas, debido a la situacionalidad social se han incorporado al
mercado ilegal, facilitando su adquisición por parte de la población que siente la
necesidad de consumirlas y dentro de la cual los jóvenes representan el sector más
fácilmente propenso al consumo.

Cabe destacar que históricamente el consumo de drogas se ha venido


presentando en todas las épocas y en las distintas sociedades. En este sentido Nahas y
Trouvé (1992) afirman que el consumo de drogas, entendido como una toxicomanía:
…”es un estado de dependencia caracterizado por un comportamiento cuasi
obligatorio de búsqueda, adquisición y consumo de una sustancia psicoactiva (droga),
en frecuencia y cantidad perjudicial para el usuario y la sociedad” (p. 3).

Asimismo, la historia enseña que es en vano esperar que las actividades


sociales vinculadas a las drogas desaparezcan radicalmente y además, que todos los
esfuerzos para erradicarlas no han tenido el éxito esperado, ya que, por el contrario,
cada día se observa cómo se incrementa su producción, distribución y consumo.
Señala Massún (1991) que: “El uso actual de drogas en nuestras sociedades
representa un serio problema social, económico y político, que pasa todas las
fronteras e incapacita a grupos cada vez más numerosos de la población” (p.:28).
12

Frente a tal realidad, es obligatorio preguntarse el porqué del incremento


histórico de la producción, la distribución y el consumo, hoy en día abusivo, de
aquellas sustancias que se encuentran calificadas bajo el denominador común de
drogas ilícitas; esto es, qué factores intervienen como constante histórica en la
iniciación del consumo y del abuso en la utilización de estas sustancias, calificadas
anteriormente como estructuras psicoactivas. Hasta el momento no ha habido una
respuesta orientada hacia una causa única que dé explicación sobre tal fenómeno;
siendo los factores mayormente considerados: la búsqueda de la evasión, la
curiosidad, los problemas familiares e individuales, la experimentación de nuevas
sensaciones que provocan bienestar, tranquilidad y relajación, o para ser admitido en
un grupo determinado, donde uno de los rituales de aceptación es el consumo.

En diversas sociedades han existido personas consumidoras de drogas, las


cuales tienen la necesidad de medios artificiales para sobrellevar la vida, y de ahí que
el uso indebido de drogas ha invadido diversos espacios como escuelas, instituciones,
empresas, el arte y la música, entre otros. En muchos círculos sociales ha adquirido
un aura de tolerancia y aceptabilidad, por lo tanto, es considerado como símbolo de
sofisticación, una experiencia inocua o un pasatiempo divertido. Tales actitudes
permisivas han conducido a un acelerado uso de drogas, engañoso y peligroso.

En Venezuela, el incremento del consumo de drogas se ha desarrollado desde


hace varias décadas en forma ascendente. Éste se caracteriza por ser un problema
complejo de causas múltiples; causas éstas que inciden en diversos ámbitos de acción
del individuo y afectan sectores fundamentales de la sociedad como la familia, el
ámbito laboral y la comunidad, entre otros.

La presente investigación tiene como propósito interpretar el sentido o


significado del estilo de vida de consumidores de drogas, a través de relatos, conocer
desde el discurso de los ocho informantes las diversas experiencias y las
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características que están presentes en el consumo de las drogas. Para el logro del fin
propuesto, el estudio se realizará en la zona central del país donde el consumo de
drogas es notorio en algunos espacios sociales, como la calle, sitios culturales y
artísticos.

Para la realización de esta investigación se utilizó la metodología cualitativa


por ser un tipo de investigación utilizada en las ciencias sociales, útil para producir
datos descriptivos con relación a los fenómenos sociales estudiados.

1.2. Justificación de la Investigación

El presente estudio tiene por finalidad analizar el sentido/significado de los


relatos de experiencia de consumidores de drogas en situación de calle. Éstos
permitirán el conocer lo referente al consumo de las drogas ilícitas usadas
frecuentemente con fines recreativos, de relajación, para evadir la realidad y como
medio para relacionarse con los demás. Además, puede servir como marco de
referencia para futuras investigaciones.

La importancia de abordar el tema del consumo de drogas conlleva diversas


implicaciones, tanto en lo individual como en lo social y familiar. Y requiere de
atención para comprender la complejidad de los diversos factores que intervienen en
él.

Los usos dados a la droga y los problemas asociados que suelen generarse en
forma repentina y acelerada, se manifiestan de forma particular. El consumo tiene
ciertas características específicas como estilo de vida en cuanto al consumo de drogas
se refiere, por ser innovador e intenso en quienes han experimentado su uso en este
nuevo milenio.
14

Las drogas hoy día son consumidas por gran número de personas,
especialmente los jóvenes, y ha venido difundiéndose desde hace varios años a través
de nuevas culturas juveniles, como las relacionadas con la música, el arte y las
expresiones culturales de vanguardia

Venezuela tiene una posición privilegiada en el continente latinoamericano;


situada al norte representa una parada obligatoria en las comunicaciones
internacionales por vía aérea o marítima. Por esta razón es un país utilizado por las
redes del narcotráfico como puente para el tráfico y distribución de este tipo de
sustancias estupefacientes, provenientes de países productores, especialmente de la
región andina y también de los países consumidores como Europa y Estados Unidos.

1.3. Objetivos de la Investigación

1.3.1. Objetivo General

Interpretar el sentido o significado de la palabra de los informantes


consumidores de droga en situación de calle, a través de los relatos de experiencia.

1.3.2. Objetivos Específicos

– Realizar las entrevistas a profundidad a los informantes claves a objeto de


lograr los relatos de los consumidores de drogas, sujetos de estudio de la
presente investigación.
– Hacer heurística a través de los textos escritos de cada uno de los
informantes, con el fin de visualizar el lugar de las vertientes simbólicas
del discurso escrito.
– Elaborar un constructo teórico, desde la el sentido y/o significado que cada
informante le imprime a su relato.
CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

2.1. Antecedentes

La autora de la presente investigación participó como co-tutora,


conjuntamente con el Dr. Martínez, tutor, en el trabajo de investigación titulado:
Consumo de Éxtasis en la Cotidianidad, realizado por Mora (2004) a nivel de
pregrado en la Escuela de Criminología de la Facultad de Ciencias Políticas de la
Universidad de Los Andes. En dicho trabajo se mostraron los resultados siguientes:

Los relatos pertenecen a sujetos de sexo masculino, con edades comprendidas


entre 19 y 22 años y los mismos representan una diversidad de experiencias en cuanto
al consumo de drogas se refiere.

La experiencia de los informantes va desde largas historias de policonsumo


hasta episodios muy breves. Es importante señalar que para dicho trabajo, los relatos
presentados tienen como finalidad evidenciar las diferentes experiencias de los
consumidores de Éxtasis, en la etapa de difusión de esta droga en nuestro país, así
como también dar a conocer la dinámica del consumo.

En relación a las experiencias previas del consumo de Éxtasis y sus


implicaciones, los informantes se inician en el consumo de Éxtasis a una edad
promedio de 18 años con amigos o grupo de pares. Se aprecia la incitación de
compañeros del grupo; ésta se considera como un fuerte predictor y hace que el
individuo se inicie y se mantenga en el consumo de drogas, por lo que el grupo al
16

cual pertenece el sujeto puede ejercer influencia determinada en el consumo. Los


jóvenes ya han experimentado anteriormente con otras drogas. El consumo de Éxtasis
comúnmente se da en un ambiente festivo, especialmente preparado para ello y donde
las drogas estimulantes como el Éxtasis, hacen que los individuos después de
consumirla experimenten efectos que son combinados con la música que juega un
papel fundamental en la fiesta.

Asimismo, los jóvenes decidieron probar esta droga por expectativas


generadas por amigos consumidores. Otro aspecto resaltante es la curiosidad,
manifestada por una conducta exploratoria de nuevas sensaciones, aunado a que los
jóvenes son individuos susceptibles a experimentar con drogas nuevas, debido a los
efectos gratificantes y prometedores que le asignan a tales sustancias por estar de
moda entre éstos. A través de conocidos o amigos consumidores, los jóvenes obtienen
conocimientos de los efectos que la droga les puede causar.

En otro orden de ideas, los jóvenes después de consumir esta droga


experimentan síntomas como inquietud, euforia e hiperactividad, que les produce
agotamiento físico. Presentan alucinaciones visuales, debido a que el sentido de la
percepción está alterado y además porque esta droga tiene propiedades estimulantes.
Los efectos y síntomas narrados por los consumidores son comunes; coinciden en la
mayoría de los casos y se relacionan con las consecuencias directas de la droga sobre
el sistema nervioso central de éstos.

Generalmente los jóvenes consumen en las fiestas una pastilla de Éxtasis por
vía oral, aunque no se descarta la posibilidad que los consumidores tomen más de una
dosis. El promedio de duración del efecto del Éxtasis en el organismo es entre 6 y 8
horas. Aunque en algunos casos la duración de estos efecto, suele variar, esto se debe
17

a la tolerancia que cada individuo tiene a la sustancia, la dosis que cada individuo
consuma y, en algunos casos, la combinación del Éxtasis con otras drogas o alcohol.
En cuanto al comportamiento y a las relaciones interpersonales bajo los
efectos del Éxtasis, los consumidores se sienten más desinhibidos para entablar
relaciones con los otros; en consecuencia tienen facilidad para hablar y expresarse. El
Éxtasis es usado como estimulante, con el que se experimenta euforia y energía. El
consumo de esta droga es una actividad realizada para encontrarse a gusto con
personas que comparten las mismas formas de diversión. Consiguen aumentar la
sociabilidad, facilitar la comunicación, producir sensación de mayor solidaridad
grupal. Por estas razones, muestran variaciones en las relaciones interpersonales, tales
como aceptación de otros, mayor locuacidad, deseo de establecer contacto físico y
empatía.

En tal sentido, el comportamiento y relaciones interpersonales de los jóvenes


se caracteriza porque la juventud siempre ha experimentado con drogas buscando
nuevas expectativas; por esta razón tienen la necesidad de reunirse con otros jóvenes
para compartir e intercambiar ideas y formar así grupos determinados, donde el
consumo de drogas es una actividad realizada frecuentemente. Al vincularse con otros
jóvenes, contemporáneos por lo general en edades y pensamientos, crean fuertes
nexos afectivos y de amistad, por lo que se presenta un sentimiento de comunidad
entre ellos que los hace partícipes de compartir un estilo de vida.

Los jóvenes consumidores de droga cuando pertenecen a un grupo, ven


afectada la individualidad debido al sentimiento de integración que tienen con el
grupo, se sienten apoyados por otros consumidores y en algunos casos cambian sus
sistemas de valores y su conducta. Para los jóvenes, el pertenecer a determinados
grupos donde comparten prácticas semejantes, desempeña un papel importante en el
desarrollo de actividades como el consumo de drogas.
18

Con relación al contexto social donde el consumidor ha usado Éxtasis, puede


decirse que generalmente se hace en fiestas realizadas con el propósito de reunir a
grupos de personas jóvenes; en ellas, se conjugan elementos como la música y el
baile con el uso de drogas de síntesis, por los efectos estimulantes que éstas producen.
El consumo de Éxtasis se presenta comúnmente en fiestas preparadas para ello, y se
relaciona con un estilo de vida practicado y compartido por los consumidores que
asisten a las fiestas. Éstas se rigen por el principio de la selectividad de los asistentes,
se convierten en prácticas exclusivas de un grupo determinado, ése que asiste
frecuentemente a las fiestas.

Por otro lado, las posibilidades de los consumidores de personalizar el uso de


drogas, aumenta en este caso y se diversifican los estilos de vida de éstos dentro de un
contexto social que es compartido con otros individuos. Los consumidores
manifiestan gustos y preferencias similares en una cultura juvenil donde se presentan
estilos de vida característicos. El estar de moda en el consumo, significa para los
consumidores elegir una determinada droga y una forma de administración en
particular. Sustancias como el Éxtasis, a pesar de ser ilegales y producir efectos
negativos en los consumidores, son promovidas entre éstos como drogas que no
causan ningún daño en el organismo, observándose más bien que la producción y
distribución de éstas se incrementa en laboratorios clandestinos.

En cuanto a la relación entre el consumo de Éxtasis y la música, puede


afirmarse que se presenta una relación dual. En primer lugar, la droga actúa como
estimulante que produce en la mayoría de los casos los efectos que los consumidores
buscan; y en segundo lugar, la música es un elemento característico de las fiestas, ésta
juega aquí un papel inductor al consumo. Ambos son elementos compartidos por los
asistentes a la fiesta, los jóvenes se sienten identificados con las fiestas por ser lugares
19

donde se fomenta la integración grupal de los asistentes; de allí que alguno de ellos
defina la fiesta como una “comunidad”, donde sienten que comparten actividades en
común tales como el consumo, los gustos musicales y el baile.

Con relación a los problemas que pudieran asociarse al uso del Éxtasis, se
encuentra la preocupación de los consumidores por no saber con exactitud las
sustancias que puede contener una pastilla de Éxtasis, debido a que la pureza de la
droga que les venden no está garantizada. Por ser drogas producidas en laboratorios
clandestinos, en muchos casos están mezcladas junto con otras sustancias que no son
supervisadas bajo control sanitario, porque los laboratorios son ilegales.
Circunstancia ésta que incrementa el riesgo de causar trastornos en la salud de los
consumidores, en algunos casos intoxicaciones graves y en otros hasta la muerte.
Otro de los problemas señalados por los consumidores son los efectos perjudiciales
para la salud, tales como parkinson y considerables daños cerebrales. Pese a estas
razones, éstos consideran al Éxtasis como una droga que no causa problemas, se
refieren a peleas, discusiones y agresividad; y por el contrario, les permite disfrutar el
momento y es una droga fácil de trasportar.

En lo que respecta a la opinión de los sujetos acerca de su actitud como


consumidores de Éxtasis, aunque manifiestan cierta libertad en cuanto a tomar la
decisión de consumir la droga, ellos reconocen que es una conducta dañina y adictiva,
causante de problemas a nivel personal y psicológico. Por otro lado, la opinión que
los consumidores tienen de la sociedad, evidencian la estigmatización de ésta hacia el
consumidor de Éxtasis, debido a que realiza una actividad prohibida y se constituye
como una conducta desviada. El uso ilícito de drogas como actividad clandestina,
genera una serie de actitudes y comportamientos por parte de los consumidores: éstos
tienden a ocultar y negar dicha actividad. En otros casos, los consumidores previenen
el acceso o el conocimiento de sus prácticas a personas que no pertenecen a su grupo.
20

Los consumidores de Éxtasis se niegan a recibir ayuda terapéutica, justificando que


no la necesitan.
Por último, en cuanto a otras drogas asociadas al consumo de Éxtasis, puede
afirmarse que los consumidores de Éxtasis utilizan drogas como LSD y marihuana
específicamente. Puede inferirse que los individuos no sientan suficientes efectos
placenteros y decidan entonces probar con otras sustancias o realizar mezclas que en
muchos casos pueden acarrear graves consecuencias.

El consumo de drogas sigue siendo un fenómeno muy complejo y difícil de


comprender y, aún más, de abordar desde una sola visión disciplinaria, puesto que en
él influyen diversos factores. Esta realidad se presenta desde hace ya algún tiempo,
aunque se están generando conocimientos científicos que buscan darle explicación
desde una perspectiva interdisciplinaria. Cabe mencionar que a través de los relatos
de vida de los informantes, fue posible conocer el estilo de vida de los consumidores
de Éxtasis; éstos revelaron así aspectos de su vida cotidiana relacionados con el
consumo de Éxtasis.

Respecto a oras investigaciones acerca del consumo de Éxtasis, se pueden


mencionar dos trabajos: el primero de ellos realizado por Gamella y Álvarez
publicado en 1999, titulado “Las Rutas del Éxtasis”. Dicho trabajo es el resultado
obtenido durante dos años de investigación etnográfica, llevada a cabo entre 1994 y
1997 en España.

En este trabajo los autores hacen un análisis de la historia cultural de esta


droga psicodélica, utilizando información recabada en una investigación realizada
durante los años 1994-1997 en varias regiones españolas y europeas. Estudiaron los
factores que han contribuido al uso de esta droga, el consumo y comercio del Éxtasis
en España, la cultura de la fiesta y las principales zonas de distribución de la droga.
21

Logrando establecer una comparación del consumo de Éxtasis en España desde sus
inicios, así como una clasificación del tipo de usuario.
En segundo lugar, el trabajo realizado por Romo en el 2001, titulado “Mujeres
y Drogas de Síntesis. Género y Riesgo en la Cultura del Baile”, se refiere a una
investigación realizada en España empleando la etnografía como método.

Esta autora analizó el uso de drogas de síntesis de forma comparada entre


varones y mujeres en dicho país. La perspectiva del género fue tomada en cuenta por
la autora, por considerar que han sido escasas las investigaciones relacionadas con el
estudio del uso de drogas en mujeres, al compararlo con el de los varones. La
investigación tuvo el propósito de estudiar cómo surgen y se reproducen las
diferencias de género en la forma de uso de drogas de síntesis. Concluyendo así con
algunas consideraciones distintivas observadas en el estudio, tales como el papel de
las mujeres en la cultura del baile, la percepción del riesgo y el género en el contexto
de la fiesta, características de las usuarias de drogas de síntesis, y por último las
actividades y roles que cumplen las mujeres en el mercado de drogas de síntesis.

Por otro lado se encuentra el trabajo de tesis doctoral realizado por Salazar
(2003), titulado “Drogas y Acción Educativa. Historia de Luis Carlos”, a través del
cual la investigadora analiza varios relatos de un consumidor dependiente de la
marihuana y la cocaína durante 15 años. La investigadora utilizó el método
biográfico, en la modalidad de historia de vida concretamente, y encontró aspectos
significativos de la vida del sujeto, especialmente referidos a sus valores, actitudes y
estilo de vida asociados al consumo de drogas. Logrando realizar un análisis
hermenéutico de ocho valores develados en la historia de vida, ocho actitudes
encontradas y ocho características del estilo de vida del consumidor de droga. El
análisis de la información se realizó en base a los criterios de pura textualidad, una
sola vida narrada, las tres lecturas de Selin About y el criterio de la contextualidad.
22

Al respecto, esta investigación se ubicó en los antecedentes por ser un trabajo


de naturaleza cualitativa, llevado a cabo a través de una interacción directa entre el
sujeto de estudio y la investigadora.

2.2. Situación Actual de la Demanda de Drogas

Cuando miramos retrospectivamente la historia de la humanidad, miramos al


mismo tiempo la historia del consumo de drogas usadas con diferentes fines, entre los
cuales se recuerda el alivio del dolor y el combate contra las enfermedades. El
consumo por sí mismo no constituye ningún mal; su administración como es debido,
ha sido una bendición para la Medicina. Por desgracia, hay drogas que inicialmente
tienen también efectos secundarios placenteros, como una sensación de euforia,
bienestar, alegría, serenidad y energía. Sin embargo, hoy día se aprecia que lo que
comenzó como una actividad creativa, se convirtió con el tiempo en un problema de
dependencia y uso indebido de las drogas.

Según el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional


de Drogas (PNUFID, 2008), en los últimos tiempos el consumo de estas sustancias se
ha propagado a una velocidad sin precedentes y ha llegado a todos los lugares donde
el ser humano habita. Se puede decir que no se conoce país alguno que haya quedado
a salvo de los diversos problemas que ocasiona el uso indebido de drogas. Es por ello
que un amplio sector de la comunidad mundial ha manifestado honda preocupación
por este problema, tomando en consideración los insidiosos efectos a largo plazo del
consumo crónico del alcohol y otras drogas y por su repercusión en la persona, la
familia, la educación, la comunidad y la sociedad en general (p. 5).

Esta preocupación obedece, entre otras variables, al aumento de la


criminalidad asociado al uso de drogas, también incremento de los accidentes de
tránsito, los accidentes laborales, las dificultades de aprendizaje, y otras alteraciones
23

de salud mental; esto se ha evidenciado en la práctica a través de las rupturas


familiares, generando así irregularidades en las funciones normales de reproducción,
y la aparición de ciertas lesiones que se manifiestan a largo plazo en la estructura y
funcionamiento del cerebro, el corazón, los pulmones y otros sistemas vitales del ser
humano (ibídem p.7).

Éste en un escenario donde participan diferentes actores sociales,


instituciones, que en el contexto de un mundo globalizado en este nuevo milenio
complejiza aún más el problema y hace más difícil su solución, sobre todo si se tiene
presente el dinamismo del fenómeno, a la luz de los nuevos avances científicos,
tecnológicos y humanísticos que de alguna manera intervienen en el desarrollo del
problema.

Es ahora en este nuevo milenio cuando comienzan a vislumbrarse las


dimensiones actuales de lo que significa el consumo de drogas. Aunque hay países
que pueden sostener que han logrado controlar la demanda de drogas ilícitas, el uso
indebido continúa creciendo en todo el mundo. En particular, el uso indebido de
drogas ilícitas en algunos países ha aumentado en forma extraordinaria.

En lo que respecta a las consecuencias negativas sociales del uso indebido y


generalizado de las drogas, ya no existe ninguna duda, aún cuando no ha sido posible
determinar la vía de la búsqueda cualitativa y/o cuantitativa del daño que las drogas
ocasionan, por lo que no es fácil obtener una visión amplia de las pautas y tendencias
mundiales del consumo, especialmente de drogas ilícitas. Puede decirse entonces, sin
lugar a dudas, que es muy difícil encontrar alguna persona que de alguna manera no
haya estado vinculada con la problemática del consumo de drogas, ya sean lícitas o
ilícitas.
24

En el mismo orden de ideas se puede señalar la otra dimensión del uso, es


decir, la responsabilidad individual, aquí se cataloga el comportamiento voluntario
ante el consumo.

La definición de un fenómeno como el uso indebido de drogas comprende dos


dimensiones principales: (a) la etiología o causa; y (b) la responsabilidad individual.
Esta definición es importante porque orienta las soluciones que la sociedad da a ese
problema. Partiendo de que la etiología tiene múltiples factores, se puede inferir que
el uso indebido de drogas resulta de procesos de desarrollo incompletos o malas
adaptaciones en los planos psicológicos y sociales.

El uso indebido de drogas ha dejado de considerarse un delito “sin víctimas”,


pues este criterio impone una carga muy dura a los pueblos y a los países del mundo.
Éste es un fenómeno que ha intimidado y corrompido a los diversos sectores de la
vida cotidiana y en estos momentos hasta se puede hablar de desestabilizar los
gobiernos, así como también ha afectado la oferta monetaria y el mercado de divisas,
entre otros hechos. Hoy día, cuando la gravedad del problema va en aumento, el
enfoque multifacético que aplican las Naciones Unidas a la fiscalización de los
estupefacientes, refleja el deseo de todos los países de librarse de este problema
(ibídem p. 15).

Los programas de las Naciones Unidas en este campo se han ampliado y


reforzado, tratando en lo posible de calificar el rol de la educación y la prevención, en
la rehabilitación, la fiscalización de la oferta y las medidas policiales, para intentar
controlar la oferta. Hoy existe una cruda y dolorosa realidad: ¿Cómo controlar la
producción de drogas desde los hogares, donde ya se cultiva la marihuana, la coca y
la amapola como planta que forma parte de los jardines o huertos de familias, aldeas
y pueblos donde la naturaleza fértil le da su bienvenida?
25

Parece que existen drogas para todas las sociedades; la disponibilidad de las
mismas constituye una herencia cultural puesta al servicio de los medios de
comunicación social para su divulgación consciente y/o inconsciente, que despierta la
curiosidad de niños, de jóvenes y adultos, unidos a un mundo lleno de fantasía, de
ocio, de miserias humanas; trabajados estos conceptos a través de la autopista de la
información, al servicio del pueblo y para el pueblo que vive duras realidades en el
mundo político, económico y social, encontrando tal vez, ingenuamente, alivio a las
pulsiones más primitivas del ser humano por carencias de proyectos de vida que
contribuyan al desarrollo económico y social de nuestros pueblos (ibídem p. 18).

Todos los países se beneficiarán con la toma de decisiones y la adopción de


una postura firme y decidida en la lucha contra todos los problemas que se derivan de
este complicado fenómeno. Los organismos internacionales como las Naciones
Unidas seguramente continuarán luchando y seguirán desempeñando una función
central a este respecto, a objeto de buscar mecanismos internacionales que permitan
el intercambio de información y conocimientos técnicos y de estímulo y cooperación
entre las nacionales (ibídem p. 18).

En el documento de la ONU se enfatizan las medidas internacionales para


fiscalizar las drogas, las cuales comenzaron a principios de este siglo. La
participación de las Naciones Unidas en esta esfera data de 1946, cuando la
organización asumió la responsabilidad de los esfuerzos internacionales de
fiscalización de drogas, iniciado por la sociedad de las Naciones. En 1990, la
Asamblea General de las Naciones Unidas reconociendo el papel capital que debe
desempeñar la organización en cuanto a impulsar la acción internacional concertada
contra la producción, el tráfico y el consumo ilícitos de drogas, estableció el
Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas
(PNUFID, 2008).
26

En este articulo sólo se hará referencia a aquellos que estén relacionados al


consumo de drogas, de tal manera que el lector pueda ubicarse en el proceso de
sistematización del conocimiento a partir de una posición conceptual de orden
internacional, en lo que se corresponde a la educación como una alternativa viable
para contribuir en el control del problema, considerando al mismo de naturaleza
social con importantes hechos educativos que intervienen directa y/o indirectamente
en el asunto.

2.2.1. El Uso Indebido de Drogas

Constituye una especial amenaza para los jóvenes; por ser éstos
probablemente el aspecto más negativo del comercio de drogas, que deja su profunda
huella en los más vulnerables. El uso de drogas presenta un gran atractivo para
quienes están empezando a luchar por su independencia, mediante la búsqueda de una
identidad propia, por su innata curiosidad y por su anhelo de nuevas experiencias. De
esta manera, los jóvenes que hoy son víctimas del uso indebido de las drogas, se
exponen a perder mañana la posibilidad de una vida productiva (ibídem p. 21).

Las nuevas generaciones pierden ciudadanos útiles y contraen una carga social
de efectos invalidantes. Los países en desarrollo, muy a su pesar están aprendiendo
que el consumo de drogas ya no se limita únicamente a los jóvenes de las grandes
ciudades. La insidiosa expansión de este problema está alcanzando gravemente a la
juventud de comunidades rurales, tanto en los países desarrollados como en aquellos
llamados subdesarrollados; esta situación obliga a analizar las razones del consumo
de drogas.
27

2.2.2. Razones del Consumo de Drogas

Es primordial pensar que los motivos por los que se empieza a consumir
drogas son tan diversos, como lo son también los tipos de personas que hacen uso
indebido de ellas.

Algunos de los factores que con más claridad contribuyen al uso indebido de
drogas, es la presión de grupo; los efectos negativos y/o positivos depende de las
características del grupo de que se trate. Por desgracia, la misma presión que actúa
para que un grupo se mantenga dentro de un código de conducta aceptado, puede
también impulsar a un individuo vulnerable a tomar el camino equivocado. Al igual
que las demás personas, los usuarios de drogas tratan de que sus compañeros
aprueben su comportamiento, de modo que muchas veces intentan convencer a otros
para que les acompañen en su hábito como medio de lograr su aceptación.

Otro factor: la curiosidad promovida por el sólo hecho de lo tanto que se ha


escrito y hablado sobre las drogas. También la primera experiencia y el efecto que
surte en una persona, es un factor de enorme importancia para el futuro de ese
individuo como posible usuario de drogas. Cuanto más temprana es la edad en la que
el individuo tiene su primera experiencia, tanto más propenso será a repetir la
experiencia.

Por otra parte, la ignorancia sobre los peligros del consumo de drogas ilícitas
se percibe como otra causa del consumo porque la información científica sobre este
aspecto ha tenido poco éxito. A medida que el uso de drogas se ha extendido por todo
el mundo, se han ido perpetuando los mitos, los hechos se han ido distorsionando. Es
frecuente el inicio en el consumo a manera de experimento, en la creencia de que se
trata de sustancias no peligrosas, no se conocen los efectos sobre la salud; esto
permite el uso continuado y confiado de la sustancia. Lo curioso es que cuando la
28

persona percibe el daño, suele ser demasiado tarde para reparar el efecto negativo que
ya se ha producido (ibídem p. 25).

Otra razón para el consumo es la alienación, la cual no es compatible con el


ser social. El ser humano necesita pertenecer a algo, sea una familia o un grupo
humano; el sentimiento de ser bien recibido en un nuevo entorno en el que se acepta
el uso de drogas, puede tener consecuencias irreparables tanto para el individuo como
para la sociedad en su conjunto. En las estructuras sociales cambiantes es considerada
como uno de los principales factores que conducen al uso indebido de las drogas, es
decir, al cambio de pautas de una estructura social determinante.

Cuando una unidad social ha servido de grupo de apoyo para sus miembros, se
empieza a experimentar transformaciones, algunos de sus miembros pueden ser
incapaces de adaptarse a la nueva situación, en cuyo caso buscarán un refugio que
bien puede estar en el mundo de las drogas. La perturbación que produce ese
deterioro o modificación del tejido social comunitario o familiar, esa desviación de
las antiguas y establecidas costumbres, puede arrastrar algunas personas por el
peligroso camino de un creciente uso indebido de las drogas.

Se hace referencia a la urbanización y el desempleo que se produce en


muchas partes del mundo, con un éxodo de población de las zonas rurales a las
urbanas en busca de trabajo y de una vida mejor. Hace treinta años aproximadamente
el 38 por ciento de la población mundial vivía en ciudades, en 2008 esa proporción
es superior al 50 por ciento, lo que supone 3.300 millones de personas. En el 2030,
casi 500 millones de personas residirán en zonas urbanas, en mayor parte el
crecimiento será en ciudades pequeñas de países en desarrollo (ibídem p. 30).

Esto tiene como consecuencia personas que se enfrentan por primera vez a
obstáculos, como por ejemplo: la separación de sus familiares, cambio de valores y de
29

estructuras de apoyo tradicionales, las cuales pueden producir soledad, aislamiento,


separación, bajo nivel de instrucción y/o capacitación para un oficio determinado,
desempleo, y pueden surgir problemas a la adaptación al nuevo medio. Muchos de
estos problemas relacionados con la creación de un nuevo estilo de vida, pueden
llevar al individuo al uso de drogas.

Otro aspecto a considerar en el consumo de drogas es el uso múltiple de


drogas; al respecto es valioso indicar el hecho de que todos los estupefacientes son
peligrosos y tienen graves consecuencias físicas y psicológicas. De allí que cuando se
consumen diferentes tipos de drogas combinadas entre sí, con otras sustancias como
el alcohol o inmediatamente después de la ingestión de otro estupefaciente, las
consecuencias son mucho más peligrosas. La dependencia suele presentarse en un
período breve y es difícil predecir cuál será su efecto en esa persona.

Existen otras drogas pensadas para su uso indebido. Son las llamadas “drogas
de diseño”. Se trata de productos creados en laboratorios mediante la alteración de las
estructuras químicas de las sustancias de origen sometidas a fiscalización, de manera
que se obtienen compuestos cuyas propiedades son similares a las sustancias de
origen. Como esas sustancias tienen una composición química ligeramente distinta, es
posible que escapen a la fiscalización legal; con frecuencia son más potentes que las
sustancias de las que se derivan y suponen una grave amenaza para la salud del
usuario, pues pueden contener productos secundarios e impurezas que provocan
enfermedades e incluso la muerte.

2.2.3. Situación del Consumo


30

Los cambios actuales que se han producido en el panorama de la demanda de


drogas, presagian estrategias de intervención en creciente estructura de investigación
y de redes interactivas que permiten mejorar la información, en especial con el uso de
marihuana y heroína.

Analizando las tendencias actuales del consumo, se plantea que la droga que
con más frecuencia es objeto de uso indebido varía con el tiempo, pero actualmente
sigue siendo el cannabis, el canuto de marihuana que se fuma en todo el mundo. El
uso de otras drogas tiene un carácter más regional; así tenemos, por ejemplo, que el
uso de heroína se ha incrementado vertiginosamente en varias regiones y que la
cocaína que solía ser principalmente privativo de las Américas y Europa, constituye
ahora también una amenaza para África, el Cercano Oriente y el Oriente Medio, Asia
Meridional y Asia Sudoriental y Oceanía, según el Informe (2008) de la Junta
Internacional de Fiscalización de Estupefacientes correspondiente al decenio 1991-
2000. Una forma más potente de cocaína, conocida con el nombre de “crack”, había
comenzado a producir una nueva oleada de adicción a las drogas en los Estados
Unidos. En los países productores de coca, los jóvenes de las ciudades fuman
pequeños pardos de pasta de coca mezclada con tabaco, hábito que se está
extendiendo por las zonas rurales de casi todos los países en que se cultiva el arbusto
de coca (ibídem p. 41).

El uso indebido de anfetaminas, barbitúricos, sedantes y tranquilizantes, solos


o combinados con otras drogas o con alcohol, está aumentando en la mayoría de los
países; la inhalación de solventes volátiles como la cola y los diluyentes para pintura,
sigue siendo un problema entre los niños, además de las fuentes tradicionales de la
adormidera (ibídem p. 43).
La difusión del consumo de alcohol y otras drogas se ha convertido en una
tragedia humana, pues evidentemente se trata de un problema que ya no está
confinado en pequeños segmentos de una población dada. Es una situación que
31

cautiva, atrae y por último destruye a personas de toda condición social. El uso
creciente de drogas es mucho más que un problema “callejero”; ha invadido hogares,
sitios de trabajo, y a las instituciones educativas. Más allá de la destrucción humana
que origina la dependencia a las drogas, está el daño causado a los valores
tradicionales, las actitudes, los modos de vida.

En los hogares es una realidad que se ha demostrado por los devastadores


efectos del uso indebido de drogas sobre la familia. Quienes tienen la experiencia de
un pariente afectado por este problema, sean padres, hijos, etc., saben del profundo y
doloroso desequilibrio que se produce entre los diferentes miembros de una familia,
en cuanto a sus relaciones interpersonales y la convivencia cotidiana del diario vivir,
y en especial sobre el funcionamiento familiar. En estos casos existe el interés de los
especialistas por comprender la dinámica familiar, la cual se manifiesta con rechazo
hacia el consumidor, incomprensión por su alta demanda de atención, desesperanza,
especialmente en los casos de dependencias crónicas asociadas a psicopatologías
orgánicas y/o funcionales.

Es útil recordar la variabilidad de la tipología del consumidor de drogas, desde


los que se hacen llamar consumidores experimentales, ocasionales, sociales y/o
dependientes. La percepción del daño está relacionada con esta situación y otros
factores causales de diferente orden y complejidad, que podrían en parte explicar las
consecuencias sencillas, moderadas y severas, dependiendo de la evolución de cada
caso en particular y del contexto social donde éste ocurre. Las personas que
consumen drogas con frecuencia, están tan obsesionadas con el hábito del consumo
que ignoran todo lo que pasa a su alrededor, incluyendo las necesidades y las
situaciones de otros miembros de la familia, lo cual conduce a una ruptura del núcleo
familiar como célula fundamental de la sociedad. Aparte del posible comportamiento
delictivo introducido en la familia por el consumidor, éste padece diversos grados de
32

sufrimiento tanto físico como psíquico; la familia sufre al observar la destrucción


sistemática y voluntaria de una persona próxima a ellos.

Hay muchos efectos secundarios graves, como es el caso, por ejemplo, de que
los hijos ven a sus hermanos mayores o padres consumir drogas y no son conscientes
de los peligros que eso entraña. Éstos pueden creer erróneamente que el consumo de
drogas es un comportamiento normal o aceptado. Con frecuencia los padres no
pueden soportar el hecho de que sus hijos tomen drogas, y muchas veces se sienten
culpables porque atribuyen este hecho a errores en el proceso de crianza. Se sienten
avergonzados, no aceptan fácilmente la situación y esto, por supuesto, les imposibilita
aceptar que su hijo tiene un problema de drogas, se sienten confundidos y no saben
cómo afrontar el problema.

Después de la familia viene la escuela como entidad socializadora de una


persona. La mayoría de los consumidores de drogas empiezan a consumir a una edad
cada vez más temprana, en la adolescencia o incluso en la edad adulta por diferentes
razones y circunstancias que rodean el fenómeno. Tal es el caso de la edad muy
temprana (8 a 10 años): se produce un desequilibrio que irrumpe el proceso de
crecimiento y desarrollo de la persona, comprometiendo su proceso evolutivo de
madurez fisiológico del organismo en relación con su medio ambiente social, que
potencia los peligros que acompañan al usuario cuando es adulto. El tiempo perdido y
el daño causado pueden ser irreversibles.

Tomando en consideración que las escuelas por mandato legal deben ocuparse
del pleno desarrollo de los niños, incluso de su bienestar moral e intelectual, también
deben preocuparse del consumo de drogas tanto dentro como fuera de la escuela. Se
sabe que la droga llegó a las escuelas como cualquier producto de alto consumo; son
muchos los estudiantes que las consumen dando credibilidad al mito perpetuado por
los consumidores de drogas de “que todo el mundo lo hace”. A este respecto no puede
33

subestimarse la influencia que tiene la presión de sus pares. Por otra parte, y esto es
especialmente importante, el uso de drogas afecta el proceso de enseñanza–
aprendizaje. Si un estudiante consume drogas, puede llegar a tener problemas para
aprender un conocimiento nuevo o una experiencia práctica, y en consecuencia su
rendimiento académico suele no ser satisfactorio.

Las investigaciones realizadas en algunos países han


demostrado que los estudiantes que consumen marihuana
regularmente tienen el doble de probabilidades de sacar notas
inferiores a la media o de no graduarse; entre los muchachos
que abandonan la escuela hay el doble de usuarios frecuentes
de drogas. La situación está clara: cuando un estudiante usa
drogas, lo más probable es que su capacidad de aprender se
deteriore. (Programa de las Naciones Unidas para la
Fiscalización Internacional de Drogas 1991-2000, p. 45)

Esta referencia lleva a la reflexión de considerar seriamente el concepto de


aprendizaje. “Todas y cada una de las escuelas de pensamiento ha contenido,
implícita o explícitamente, una teoría de aprendizaje. A su vez, una teoría de
aprendizaje siempre ha llevado implícito un conjunto de prácticas escolares” (Morris,
1994 p. 19).

Hoy día la ciencia nos revela nuevos avances científicos que están muy cerca
de los efectos nocivos del uso de la marihuana, la cocaína, entre otras sustancias
estupefacientes. En el caso de la marihuana los investigadores han encontrado que el
THC (delta-9-tetrahydrocanabinol) principal ingrediente activo, cambia la manera
cómo la información sensora llega y es procesada por el hipocampo. El hipocampo es
un componente del sistema límbico del cerebro que es crucial para la memoria del
aprendizaje y la integración de experiencias sensoriales con emociones y
motivaciones. Las investigaciones han demostrado que las neuronas del sistema de
34

procesamiento de información del hipocampo y la actividad en las fibras nerviosas,


son reprimidas por el THC. También los investigadores han encontrado un deterioro
de los patrones de conducta aprendidos, también dependientes del hipocampo.
Recientes investigaciones indican que el uso prolongado de la marihuana produce
cambios en el cerebro similares a los vistos después del largo uso de otras drogas que
son frecuentemente usadas (ibídem p. 48).

Éstos son sólo los efectos a nivel del cerebro. Existen evidencias científicas
acerca de los efectos en el aprendizaje y la conducta social. Otro aspecto a considerar
en el consumo de drogas: al respecto es valioso indicar el hecho de que todos los
estupefacientes son peligrosos y tienen graves consecuencias físicas y psicológicas.
De allí que cuando se consumen diferentes tipos de drogas combinadas entre sí con
otras sustancias como el alcohol o inmediatamente después de la ingestión de otro
estupefaciente, las consecuencias son mucho más peligrosas. La dependencia suele
presentarse en un período breve y es difícil predecir cuál será su efecto es esa
persona.

Existen otras drogas pensadas para su uso indebido, son las llamadas “drogas
de diseño”. Se trata de productos creados en laboratorios mediante la alteración de las
estructuras químicas de las sustancias de origen sometidas a fiscalización, de manera
que se obtiene compuestos cuyas propiedades son similares a las sustancias de origen.

El indicador más utilizado a nivel mundial para valorar consumo, es en tasa de


prevalencia anual; la ONUDD lo adoptó como indicador clave de magnitud del
consumo de drogas. Esta tasa suele aplicarse en población joven y adulta; sin
embargo, las definiciones de los grupos de edad varía de un país a otro, con
distribuciones asimétricas, es decir, los jóvenes y los adultos jóvenes tienden a
presentar tasas más elevadas que los adultos mayores.
35

Las drogas también pueden ser fuente de desorganización, violación de


normas en cualquier contexto; pueden dar lugar a comportamientos que van contra la
moral y las buenas costumbres. También pueden aumentar la presión sobre otros que
tienen el buen sentido y el valor de resistirse a las drogas. Además, el uso de drogas
por parte conlleva a las actividades ilícitas conectadas con las mismas: robo,
prostitución y venta de drogas a otros.

El abuso de drogas es un problema común, amenaza a todos, cualquiera sean


sus antecedentes socioeconómicos, su región geográfica, su nivel educativo y su
identidad étnica y racial. Nadie está inmune. Todas las familias son vulnerables.

Sin embargo, los efectos del uso de drogas con frecuencia se sienten en forma
desproporcionada. Los vecindarios donde florecen los mercados de drogas ilegales,
están plagados por los delitos y la violencia consiguiente. Además, muchas personas
que no tienen acceso a una atención global de salud y que tienen ingresos menores,
pueden estar menos capacitadas para hacer frente a un tratamiento que permita
superar la drogadicción. Como país, tenemos que imponernos el compromiso
colectivo de reducir la demanda.

Por otra parte, es difícil contabilizar los usuarios crónicos; los cálculos del
volumen de población que utiliza la droga en forma sustancial (denominados usuarios
crónicos), son imprecisos debido a que muchos individuos muy involucrados con las
drogas resultan difíciles de ubicar para las entrevistas o no reciben tratamiento. Este
problema de acceso tiende a producir un sesgo negativo en los datos que se reúnen en
forma convencional.

La edad de los consumidores radica entre los 15 y 64 años, según Informe


Mundial sobre las Drogas (2008).
36

El número de personas en el mundo que consumen droga al menos una vez al


año, ha experimentado una ligera alza hasta los 208 millones; el 4.9 por ciento de la
población del planeta entre 15 y 64 años, informó la ONU.

Estos datos se recogen en el Informe Mundial sobre las Drogas (2008),


elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(ONUDD).

El documento, emitido en el Día Mundial Contra las Drogas, destaca que el


número de consumidores se ha mantenido estable por debajo del cinco por ciento de
la población mundial, y precisa que para 26 millones de personas, el 0.6 por ciento de
la población adulta del planeta, la droga supone un serio problema.

La sustancia ilegal más difundida es la marihuana, consumido por 165.6


millones de personas, el 3.9 por ciento de la población de entre 15 y 64 años en 2007,
una décima más que el año anterior.

Las anfetaminas son la segunda droga más usada, al tomarla 24.7 millones de
personas, aunque fue la única que experimentó cierta caída en el consumo al pasar del
0.60 por ciento al 0.58 por ciento su tasa de prevalencia.

Las siguientes sustancias son el grupo de los derivados del opio con 16.5
millones de consumidores, el 0.39 por ciento de la población mundial, con un ligero
ascenso de un 0.02 por ciento.

La cocaína es consumida por 16 millones de personas, el 0.4 por ciento de la


población mundial, y tuvo también un ligero ascenso, al igual que el “éxtasis”, con 9
millones de usuarios.
37

En los últimos años la fiscalización de estupefacientes ha conseguido


extraordinarios avances, sobre todo en comparación con otras sustancias
psicoactivas”, explicó el director de la ONUDD, Antonio María Costa, en un
comunicado difundido en Viena.

Según los datos de la ONU, cada año fallecen cinco millones de personas por
tabaquismo, dos millones y medio por culpa del alcohol, y unas 200 mil por efecto de
las drogas.

“La fiscalización de estupefacientes ha dado importantes resultados: la


heroína, la cocaína y las sustancias sintéticas son desastrosas para quien las consume,
pero no tienen repercusiones tan graves en la salud pública como el tabaco y el
alcohol”, destacó Costa.
CAPÍTULO III

MARCO METODOLÓGICO

3.1. Tipo de Investigación

La presente investigación es de naturaleza cualitativa y tiene la finalidad de


abordar el consumo de drogas desde la perspectiva del mismo consumidor, ése que
está inmerso en el consumo y del cual es posible conocer, a través de su palabra y de
una relación interactiva recíproca entre el investigador-informante, la dinámica del
consumo de dicha droga en situación de calle.

La investigación de tipo cualitativo es utilizada frecuentemente en


investigaciones sociales, “por permitir la producción de datos derivados de las
propias palabras de las personas entrevistadas y de las conductas observadas”.
(Rodríguez et al, 1996:33). Se intenta llegar al otro, el consumidor de drogas, en un
encuentro muy riesgoso y difícil por todas las implicaciones que involucran esos
ambientes de consumidores, que se convierten en pequeñas comunidades donde el
acceder a los que allí habitan no es tarea fácil, especialmente por tratarse de personas
que vienen de la calle.

La relación establecida entre la investigadora y los informantes, está dirigida


“hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los informante respecto de sus
vidas, experiencias o situaciones, tal como lo expresan con sus propias palabras”
(Taylor y Bogdan, 1990:101).

Desde esta perspectiva se privilegia la subjetividad como paradigma posible,


para conocer la verdad, que de acuerdo a la teoría de Ferrarotti (1997) se expresa
39

verticalmente desde el individuo consumidor con toda su experiencia subjetiva que


evoca a través del relato, y horizontalmente proyecta a la sociedad donde se encuentra
inmerso. Contando para ello con la narrativa de los informantes.

3.2. Diseño de la Investigación: Estructura de los Relatos de Vida

Una vez definidos los objetivos de la investigación, se llevó a cabo un trabajo


de campo, a través de la aplicación de una entrevista en profundidad dirigida a
consumidores de drogas en situación de calle, con la finalidad de obtener relatos de
vida referidos a sus experiencias como consumidores de drogas en general.

3.3. Selección de los Informantes

Para la selección de los informantes, en primer lugar se tomó en cuenta la


unidad de análisis, precisando que iban a ser estudiados individuos consumidores de
drogas en situación de calle.

El proceso de selección se organizó de acuerdo al perfil de los consumidores


de drogas en situación de calle, en el contexto de una casa para albergar a estas
personas, quienes están dirigidas por un exadicto y un director de la institución. Se
realizaron las diligencias administrativas para tener acceso a la casa y se realizó un
proceso de inducción para aquellos consumidores voluntarios en participar en la
investigación. La política de la institución es captarlos en la calle y llevarlos como
voluntarios a la casa para ser entrenados en los procedimientos que deben regir
respecto a la convivencia cotidiana, es decir, mantenimiento de la casa en todo lo que
se refiere a los oficios domésticos, clases de primaria y bachillerato, opciones de
trabajo fuera de la institución, normas de disciplina, grupos terapéuticos voluntarios
sobre temáticas por ellos seleccionadas, como por ejemplo: valores humanos, familia,
trabajo, entre otros. Todo ello con la finalidad de ofrecerles una vida digna sin drogas.
40

Todavía no hay resultados que puedan ofrecer luces respecto a esta forma de tratar a
estas personas consumidoras de droga, con antecedentes de vida muy difíciles por
haber estado en situación de calle por mucho tiempo.

3.3.1. Aproximación a los Informantes

Se entrevistaron 8 informantes, uno o dos cada día, con un tiempo entre una
hora o dos, en un salón de clase a solas, con un ambiente apropiado para realizar la
entrevista. Todos los entrevistados fueron invitados a participar, y los que fueron a las
entrevistas eran voluntarios que querían contar, como en efecto lo hicieron, su
experiencia de consumo de drogas en la calle y cómo llegaron a la casa donde viven y
reciben asistencia referida a su situación como consumidores, de acuerdo a la política
de la institución.

3.3.2. Acuerdos con los Informantes

En primer lugar se realizaron las entrevistas en profundidad, cuyo tema estuvo


referido al consumo de drogas. Éstas se realizaron de forma individual, grabadas y
posteriormente trascritas con la finalidad de interpretar la información aportada,
según las dimensiones de análisis de Salazar (2003).

En segundo lugar se explicó a cada informante, por separado, la finalidad de


la investigación, aclarándole que la entrevista y la grabación de ésta tienen fines
estrictamente académicos y serviría para obtener el relato de experiencia de
consumidores de drogas en situación de calle.

En tercer lugar, se le garantizó a cada informante la confidencialidad de la


información. Por tal motivo, serían colocados otros nombres para no poner en
evidencia la identidad de los informantes y así asegurarles el anonimato.
41

3.4. Recolección de la Información: La Entrevista en Profundidad

Después de realizar la ubicación de los informantes, se procedió a la


recolección de información. Se escogió la entrevista como técnica más adecuada para
obtener información, porque esta práctica permite el acercamiento a los informantes,
indagando sobre el tema que se pretende conocer. La entrevista la conceptualiza
Galindo (1998) como:

Una actividad cuya naturalidad hace quizás imperceptible su


importancia donde el sujeto, a partir de los relatos personales,
construye un lugar de reflexión, de autoafirmación (de un ser,
de un hacer, de un saber), de objetivación de la propia
experiencia. (p. 297)

Para que se dé la entrevista es necesario que exista, según Good y Hatt (1967):
“…un estado de relación común entre entrevistador y entrevistado, cuando este
último ha aceptado las metas de investigación del primero, y procura activamente
ayudarle en la obtención de información necesaria” (p. 234). La finalidad de la
entrevista en esta investigación es la búsqueda de información de cada uno de los
entrevistados, acerca de sus experiencias personales como consumidores de drogas
en situación de calle.

Se decidió aplicar la entrevista en profundidad, debido a que se trataba de


conocer específicamente el tema referente al consumo de drogas. En este tipo de
entrevista “existe predeterminado de antemano un tema o foco de interés hacia el que
se orienta la conversación y mediante el cual se ha seleccionado a la persona objeto
de la entrevista” (Galindo, 1998:299). Aunque la entrevista admite respuestas
abiertas, permitiendo así a los informantes como actores sociales, que hablen acerca
del tema preestablecido.
42

Después de haber efectuado la inducción a cada informante, se procedió a


realizar la entrevista, permitiendo respuestas abiertas a las preguntas de la misma y
dejando lugar para que cada informante se expresara libremente. De esta manera se
pudo acceder a información más completa acerca de los distintos aspectos que eran de
interés para la investigación. Cada entrevista se realizó individualmente y con un
tiempo de duración entre una y dos horas, relatando el informante sus experiencias.

Las entrevistas sostenidas con los informantes fueron exitosas, debido a que
estos individuos se sintieron en confianza y pudieron contar sus experiencias como
consumidores de droga. De manera general se puede decir que los informantes
respondieron satisfactoriamente a las preguntas formuladas. Después de transcribir la
versión original de cada uno de los relatos, se le dieron otros nombres a los
informantes y a los diferentes actores que fueron surgiendo en cada relato para
garantizar el anonimato de los mismos, posteriormente se editó toda la narrativa, se
cambiaron algunos datos como lugares, repeticiones, estilo, redacción, a fin de lograr
una narrativa clara sin alterar el sentido que el informante quiso dar a su propio
relato, por razones de ética profesional y para salvaguardar daños a terceros, Luego se
aplicaron las tres lecturas de Selin About, citado por Córdova 2003 (factual, textual y
simbólica) empleando el método sartreano: progresivo regresivo.

3.4.1. Trascripción de los Relatos

La trascripción del relato de cada informante se realizó por separado. En cada


archivo del grabador Olimpus-Digital Voice Recorder-WS-300M está contenida la
información obtenida durante la entrevista. Mediante escuchas sucesivas se registró el
texto lo más fielmente posible, es decir, tal y como fue expresado por cada uno de los
informantes; tratando de conservar una continuidad expresiva, guardando el estilo y
el ritmo del discurso. Luego se trascribió la información a la computadora,
obteniendo así los relatos que fueron editados según la dimensión de Salazar (2003)
43

que señala “La escritura de la narrativa de cada relato se realizó desde el sentido y/o
significado que cada informante le imprimió a su relato”. En este sentido no
interviene la interpretación del investigador, el discurso habla por sí mismo, se
describe la realidad de los hechos tal y como fueron contados.

3.5. Método Utilizado: Biográfico

Bertaux (981) señala que:

Los relatos de vida se emplean con frecuencia en los trabajos


de naturaleza cualitativa y constituyen el tipo de material más
valioso para conocer experiencias de la vida cotidiana, no sólo
del individuo sino del grupo primario y del entorno social
inmediato. (p. 87).

Como se mencionó anteriormente, el relato de vida se refiere al relato que una


persona hace de algún aspecto de su propia vida. En la presente investigación se
obtuvieron relatos de experiencias de consumidores de drogas, referidos a un solo
aspecto de la vida de los informantes, como es el consumo de drogas. Los relatos son
ya un aporte, por lo menos así lo considera Thompson (1988), no hay tarea más difícil
que conseguir informantes, especialmente cuando se trata de conductas desviadas
como en este caso, el consumo de droga. Éstos constituyen una narrativa difícil de
obtener, pero que habla por sí sola del estilo de vida de los consumidores de drogas.

Utilizando esta modalidad se logra rememorar episodios de la vida de los


informantes, y éstos cuentan eventos personales relacionados con su experiencia
como consumidores de drogas, dejando entrever las características particulares de
esta práctica como un estilo de vida.
44

Pujadas ((1992) manifiesta que “en las tres últimas décadas se ha


experimentado una progresiva recuperación, no exenta de contradicciones, del
método biográfico tanto en Sociología, como en Antropología y Psicología Social”
(p. 8). Paralelamente la consolidación del movimiento de historia oral no ha hecho
más que tender puentes hacia un progreso convergente en las ciencias sociales, en las
que se ha revalorizado el ser humano concreto como sujeto de estudio, por contraste a
las excesivas abstracciones y a la deshumanización del cientificismo positivista.

Plummer (1989) también hace referencia a la importancia de los documentos


personales, como son este caso los relatos de vida. En este sentido, su opinión acerca
del “progreso científico” considera que: “éste no es la única meta del esfuerzo
humano, tienen un apego a la sensibilidad humanística por cuanto tienen un
importante papel que desempeñar en el progreso humano y además constituyen una
fuente valiosísima y ampliamente subestimada (p. 13)

3.5.1. Saturación: Señal de Validez y Representatividad de la Narrativa

En el lenguaje positivista cuantitativo, los términos usados por regla general


son validez y confiabilidad de los datos de la investigación. Cuando se habla del
paradigma cualitativo, la concepción es diferente: la validez se refiere a producir
resultados que tienen un valor en la medida en que contribuyen de manera
significativa a comprender un fenómeno estudiado. Según Piña (1996): “desde el
punto de vista epistemológico el campo de validez se sitúa en el terreno de la
construcción e interpretación de imágenes con sentido” (p. 158).

En cuanto a la validez de un relato, Bolívar (2001) señala: “la validez y


confiabilidad de la narrativa vendrán dados por la coherencia interna de los relatos de
vida” (p. 135).
45

En el caso de los relatos de consumidores de drogas, se parte de la idea que el


primer criterio de verdad es la palabra de los informantes, su honestidad personal y su
valentía, en este caso, de narrar una experiencia que aún sigue siendo tabú en nuestro
medio y que está llena de creencias que estigmatizan al consumidor.

Al respecto y parafraseando a Ferrarotti (1997) el creador de la teoría que


sustenta la idea que a través de un individuo se puede leer una sociedad, el autor
señala: “es una apuesta epistemológica que está siendo aplicada en las narrativas
biográficas en varias modalidades enfatizando su validez científica” (p. 55). Ésta
servirá para verificar la narrativa interpretativa de los informantes, representativa de
una realidad en particular, en este caso el consumo de drogas

Finalmente, el criterio de validación de la saturación “designa el momento en


que el investigador se percata de que añadir datos nuevos a su investigación no
ocasiona una mejor comprensión del fenómeno estudiado” (Muchielli, 2001:273). La
saturación constituye una señal de representatividad de la información recogida, el
saber producido posee un determinado grado de generalización. Éstos señalan que
puede poner fin a la recogida de información. Puede decirse que en la secuencia de
recogida de información se alcanza el punto de saturación.

En el presente estudio, la investigadora entiende y acepta que con los relatos


de experiencia, el punto de saturación se cumple porque éstos se consideran
representativos para ser interpretados y además revisten importancia por no existir
registros que respalden experiencias previas en la literatura revisada, que pudieran dar
cuenta de lo que aquí se devela a través de ellos.
46

3.6. Criterios de Análisis

Para el análisis la información obtenida se aplicó el sistema de tres lecturas


factual, temática y simbólica, propuesto por Selin About, citado por Córdova (2003),
y los ámbitos de significado que se aplican en el análisis se relacionan con los
señalados por Salazar (2003).

3.6.1. Lectura Factual

En esta investigación los relatos constituyen la fuente primordial de


información. Córdova (2003) señala: “la biografía permite tomar registros diferentes,
más allá de la historia individual, de la historia social del grupo, los problemas que le
son propios” p. 62).

Mediante esta lectura, la investigadora analiza cada uno de los relatos


narrados por los informantes después de realizar dos lecturas previas que tenían como
objetivo verificar la fidelidad de la información grabada, escuchando y comparando
con el texto trascrito.
Después de transcribir la versión original de cada uno de los relatos, se
procedió a colocar otros nombres a los informantes para conservar el anonimato de
los mismos y por razones éticas, logrando la versión a analizar, que fue nuevamente
leída de forma pausada para captar las ideas narradas por los informantes.

3.6.2. Lectura Temática

Esta lectura es de carácter sincrónico; esto quiere decir que ocurre o se


verifica a la vez que la factual, es útil para “el análisis de temas relativos al ciclo de
la vida, las normas y los valores sociales y culturales que están en vigor en el medio
donde gravita la vida del narrador” (Córdova, 2003: 62). En la presente investigación,
47

la lectura temática está referida al contenido de la entrevista, como es el tema del


consumo de drogas, y está orientada por las categorías previstas para el análisis
correspondiente.

3.6.3. Lectura Simbólica

Es una síntesis de la factual y la temática. Córdova (2003) señala que se dirige


a sujetar “la incidencia del sistema de contradicciones sociales y culturales en el
desarrollo de la vida individual” (p. 63). Esta lectura permite captar cómo el sistema
de normas y valores actúan en la vida social. Por una parte, actúan en un espacio en el
cual se ubican las propias experiencias de los individuos, la propia existencia vivida
que genera un conjunto de representaciones, permitiendo comprender otras
dimensiones en donde se articula la vida individual y la experiencia vivida con
respecto a la sociedad global.

El sistema de estas tres lecturas utilizado en esta investigación, permite


afirmar que existen varias formas de lecturas aplicadas a un relato biográfico que a su
vez se integran para darle el significado correspondiente.
CAPITULO IV

PRESENTACIÓN E INTERPRETACIÓN SIMBÓLICA DE LOS RELATOS


DE EXPERIENCIAS

La información que se presenta a continuación corresponde a todos y cada uno


de los relatos recogidos a ocho personas consumidoras de diferentes tipos de drogas
y en situación de calle.

El criterio de análisis que se utilizó, además de las tres lecturas de Selin


About, citado por Córdova (2003), fue la interpretación primaria del sentido y/o
significado que el informante le dio a su discurso, de tal manera que el lector va a ir
reconociendo en el texto las características de la experiencia de cada consumidor. El
discurso transcrito y editado habla por sí mismo, muestra toda su crudeza, realismo, y
puede comprenderse en el curso de los acontecimientos la problemática del consumo
de drogas en situación de calle. Por esta razón se presenta la información inédita de
cada informante. Este criterio se ha utilizado de esta manera, por cuanto esta misma
información será utilizada en otra investigación para hacer una interpretación
hermenéutica sistemática por cada relato. Es decir, por cada relato se hará un estudio
de caso a la luz de otras teorías como son el Psicoanálisis lacaniano, caso por caso y/o
desde la Psicología Social o la Psiquiatría y la Salud Mental.

A continuación se describen los ocho relatos, uno a uno, después de haber sido
editada la información por la investigadora.

4.1. Relato 1 - Informante: Jeremías

Comencé a consumir drogas cuando eso no era “piedra” ni nada de eso, era
bazuco. Fumaba mucho bazuco por problemas con mi padastro (sic). Él me
49

lastimaba mucho, me golpeaba mucho por nada, me castigaba físicamente, por nada,
entonces me fui agarrando la calle hasta que salí de mi casa, vi la cosa más fácil ahí,
conseguía todo. Es decir, uno se une a un grupo de personas, como decir a una
banda en la calle, tienen el proceso más avanzado, entonces cuando tú te juntas a
ellos, ya tú empiezas a decaer totalmente, porque ya tú te unes con esas personas,
entonces empieza uno a robá… (sic).

Uno llega a la calle, te organizas con ellos: “Miren, yo quiero entrar a su


banda”. Y en verdad, ¿cómo lo hice? Yo salí a la calle, en el transcurso andaba
caminando y como andaba solo, arrancaba las bolsas de comida a las señoras y
cambiaba una harina pan por un bazuco. Cambiaba comida por droga, pues, la que
robaba. Entonces, entre ellos yo siempre veía el grupo, cinco, siete personas, juntos
pa’llá y pa’cá… Y yo antes de irme de la casa ya tenía como tres meses de estar
consumiendo. Entonces, como me enfermé más de la droga, me fui de la casa. Yo
consumía bazuco, cuando eso había puro bazuco, bazuco y marihuana. Yo estudiaba
sexto grado, empecé a consumir a los 14 años, y después me junto a la banda. Yo
andaba siempre solo, y ellos en un grupo de seis.

Pero uno siempre en la avenida choca, pues, se encuentra uno con el otro,
entonces mi curiosidad fue preguntarle a uno de ellos y me dijo: “No, no hay
problema, tú te puedes venir, déjame hablar con el que se llama El cacique”. El
cacique es la persona que gobierna el grupo, el poblado, porque uno se llama
poblado, población. Entonces ahí empezamos. Me metí más droga, consumía más
droga porque se conseguía más droga. El poblado es el grupo. Vivíamos en una
plaza, donde hay como esos tubos en los que uno se mete, como los que hay en
McDonalds para los niños que uno se mete y juega adentro. Ahí vivíamos nosotros,
pero en esa placita el que mandaba era El cacique, y él decía que eso era un
ploblado (sic). Cuando yo entré habíamos ocho y duré tres años ahí hasta que
cumplí los 17 años.
50

Le cuento lo que yo hacía en un día: en la mañana, depende, porque si


amanecíamos fumando droga nos parábamos a las 2 de la tarde, y en el transcurso
era buscar la basura para comer, pues. Comías de la basura, ya estábamos pensando
en el vicio, pues, esperando quien pasara y qué nos podíamos robar. Nosotros
siempre robábamos los reproductores de los carros, o usted pasaba con la cartera y
se la arrancábamos. Hacíamos algo. Pero lo que nosotros robábamos, teníamos que
llevarle a El cacique todas las cosas y él las vendía, y él nos daba la droga. Él
también consumía droga.

Entonces empezó a salir la “piedra”, la “piedra”, la “piedra”, y


empezábamos agarrá (sic) la “piedra”. Empezamos con el “perico”, y el “perico”
lo cocinábamos y sacábamos las “piedras”, porque ése es un polvo blanco ¿ah? y
nosotros lo cocinábamos con soda, como bicarbonato, y le sale una “piedra”, como
una “piedra” de esas normales que tú te consigues, y te la fumas. Pero ahorita sale,
sí venden la “piedra” ya hecha. Bueno, entonces sigo robando, asaltando. Después
el proceso era más delicado, porque ya en la medida que vas creciendo puedes robar
mejor. Robaba a la gente con “chopo”. “Chopo” es como una pistola, como un
revólver, que uno lo hace. Ya es más fuerte, pero robábamos carros, los vendíamos, y
era más cantidad de dinero y más droga.

El objetivo era comprar la droga. Droga… droga…droga… En un día, ponte,


nos parábamos a diez de la mañana… Nos mueve El cacique a todos. Y de ahí nos
dirigimos hacia los centros comerciales, hacia todo eso. Vamos y comemos,
agarramos comida de la calle, después que ya comimos empezamos a robar. Después
que robamos, le llevamos toda la mercancía al cacique que era el jefe de la banda. Y
esa persona vende eso y nos da la droga. Pero después que yo cumplí los 17 años,
nosotros nos deslindamos de él. Él tenía como 26 años. Buscaba menores de edad
para controlarlos.
51

Entonces, una vez que lo eliminamos a él, que lo matamos… (tono de voz con
desparpajo, naturalidad) todos los muchachos a cuchillazos, porque él quiso quedarse
con la droga. Entonces él ya no nos daba la cantidad de droga de lo que
conseguíamos nosotros, sino que ya él se la consumía más de la que nos daba a
nosotros, entonces agarramos y lo matamos, y entre todos le caímos a cuchillazos.

Y ahí empieza una vida de delincuente muy fuerte, porque empezamos a robá
(sic) carro, al sicariato, mandaban a matar a alguien y nos pagaban. Y ya lo que
veíamos nosotros era el, aguardiente, la droga y más nada. Ésa es la mentalidad que
tenemos los que estamos en la calle, con el que vive en la calle.

Al levantarnos íbamos a los centros comerciales a buscar la basura. Nunca


comprábamos comida, pensábamos era en la droga, droga, droga, y la droga.

Yo acabo de llegar de un centro, yo vengo de uno del Estado Carabobo. Me


mudaron de Barquisimeto, porque yo soy barquisimetano. Entonces me cambiaron,
llego por medio de una señora cristiana. Yo estaba durmiendo en la calle y me paró.
Me conversó, le dije que yo tenía dos hijas. Me brindó dos arepas y una malta. Me
dijo: “¿Tú quieres servir, tú quieres...?”… Me abrió… no es que me abrió los ojos,
porque tú siempre tienes tu pensamiento normal, tú nunca pierdes el conocimiento de
lo que tú haces. Entonces me sentí protegido, me tocó, y me fui con ella. Y gracias a
Dios ya yo tengo siete meses aquí. Ella me para y me dice: “¿Tienes hambre?... Yo le
dije: “Sí, pero por qué me tiene que brindar comía (sic) a mí si yo no la conozco?”…
-“No, yo soy cristiana de la Iglesia de Jesús”… Me da las arepitas y me dice:
“Vente, vamos pa’ la iglesia”… Y me fui ese domingo pa’ la iglesia con ella. Me
bañaron, me cambiaron de ropa, me hicieron de todo. Un proceso bien bonito.

Pero después salimos… El mismo domingo salí igualito, robé igualito, fumé
igualito y el lunes ella me fue a buscar en la mañana. Ese domingo ella me ofreció
52

la vida que tengo presente, pero me tenía que llevar era el lunes y el domingo yo me
bañé, me cambié, me vestí, almorcé y cené. Y entonces, salí a la calle otra vez, volví a
robar, ese día fumé y ella me buscó el lunes en la mañana. Eso fue el domingo. Y yo
en la mañana me fui pal’ el centro. Y de ahí tengo como siete meses que no fumo y he
salido a la calle. No dan ganas de consumir porque tú no vas al mismo sitio. Si tú
vuelves al mismo lugar de donde tú saliste, se vuelve a caer. Sí, porque te vuelves a
encontrar con los amigos, y tientan a uno.

Entonces uno con tanto respeto que te dan en la calle, entonces tú no quieres
que los amigos tuyos digan: “Ése sí se puso tonto, vale”…Ah, porque el respeto es
matarse unos contra otros hasta llegar que te respeten, echarse cuchillo, echarse
todo. En la banda hay siempre unos líderes. Esos líderes le piden permiso para poder
pelear con cualquiera de ellos que están ahí, pero es para que las personas que
están, que nos reunimos entre todos, se respeten. Porque ahí se respeta es echando
cuchillo, con una pistola se mata, se hace cualquier cosa y esa persona tiene que
respetar, pues. Y en esa pelea a muerte puede morir cualquiera de los dos, a
cuchilladas y ya. Acuérdese que la vida del delincuente, la vida de las bandas, hay
siempre las peleas iguales porque si tú te quedas dormido te quitan la droga, si tú
ganas 100 bolívares te roba el otro. Es como decir: “Usted vive entre ladrones”.

Entre nosotros entonces nunca había respeto, no había confianza, más bien
todo lo contrario. Nos cuidábamos uno de otro, cada quien era cada quien y nos
defendíamos cada uno por su láo (sic). Si es la droga, él va robar igualito a usted, o
a cualquiera que esté al lado de él. Y cuando nosotros empezamos a trabajar lo que
se llama el sicariato, fue más cuando menos confiábamos el uno al otro. ¿Por qué?
Porque… Por eso es que tanto daño que usted hace, y por eso yo ando con ése, con
mi compañero, y a ese compañero le pueden pagar para que me mate a mí también, a
la persona que haya hecho daño. Por eso es que nunca se confía, no nos confiamos
ni uno al otro.
53

Las normas de la banda eran: sobrevivir, y viva el mejor. Ahí no hay normas.
Ahí, eso es como decir un pueblo sin ley, pues. Usted sale y robó, si no robó no fuma,
no tiene derecho a dormir donde uno duerme. Tiene que traer siempre algo, era una
norma, eso lo hacía el cacique, pues. Era el que ponía todo. Era el que decía si eso
era azul y era verde. Si usted no traía nada, no fumaba, no tenía derecho de dormir
bajo un techo, el techo del columpio. Nada de eso, nos corrían de la plaza donde
estábamos durmiendo, pues, teníamos que dormir más adelante, media cuadra,
porque él decía que no servíamos entonces para estar en una banda. No. Si no podía
robar y no podía matar, no podía hacer nada. el que robaba tenía derecho a todo. Si
no, lo sacaban de la banda, porque si no podía hacer eso, no tenía valor para más
nada, no podía ser ladrón, pues. Yo pasé en eso catorce años, tengo 29. Ahorita es
que he bajao (sic) ya con los ocho meses allá en el centro, ahora aquí. Pero el
tormento de la cabeza se filtra: “Tanto daño que tú has hecho”…

Este centro es un sitio recreativo, aquí no siento el miedo que sentía en la


calle. Aquí me siento seguro de que no me van a hacer daño, de que no me van a
pegá (sic). Sin embargo tienes problemas. Ahorita yo tengo una puñalá (sic) en la
espalda, de hace cuatro días, pero en el otro centro, cuando estaba durmiendo. Algún
enemigo que uno deja en la calle. Recuerda que también se tienen muchos enemigos
en la calle. Estaba en el mismo sitio donde yo estaba y no lo había visto. Y me
enterró, me clavó un punzón. Ahorita estoy medio preocupao (sic) porque me
agarró por los tejidos de los pulmones. Pero ya estoy recuperao (sic) y todo eso.
Pero eso es lo que yo digo, la conciencia no deja a uno, porque tanto enemigo que
usted deja en la calle, tanto dolor que dejaste tú a muchas familias. Es fuerte.

En cuanto a mi familia tengo mi mamá, mis hermanos, mis hijos, ellos no me


han llamado, no me han llamado porque piensan que debo de tener la fuerza de
voluntad yo mismo y al salir de aquí ser un hombre nuevo, pues, y demostrar a ellos
que sí se puede, teniendo uno mismo el valor de hacerlo. Uno mismo se da esa meta y
54

lo logra. Acá en esta comunidad tenemos trabajo. Trabajamos en las gobernaciones,


cualquier trabajo. Aquí estamos tranquilos, aquí tenemos todas las tareas de
personas humanas, y las cumplimos y las hacemos. Y por eso es que cuando uno
cumple sus etapas, ya uno puede entrar –qué le digo– ya uno se puede involucrar
con las personas ya de la sociedad.

En otra ciudad hay droga, pero tú puedes hacé (sic) todo sin la droga… Ahí
eres señor, un caballero. Ya tú no eres el malandro como te ven donde tú vivías antes,
porque tú puedes. No lo puedes llevar a donde ellos viven, no puedes. Porque,
recuerda que el problema es que están todas las amistades, todas las personas con
las que él andaba. Es como yo, puedo vivir en Barquisimeto, pero en otra parte que
no sea donde yo vivía, ¿por qué? Porque uno se encuentra con ellos y empiezan: “No
seas tonto… dale, que esto…”… y vuelves a caer en lo mismo. Entonces para que
ellos no vean que tú eres un mongólico, que has perdido la voluntad que te has hecho
en la vida mal, ellos pueden aprovechar hasta hacerte daño porque creen que: “No,
ya él aflojó, ya él no es el mismo de antes”… pues. Entonces uno, pues, por tener la
moral, que quieran respetarte otra vez, vuelves a caé (sic) y te ofrecen la droga.

En las bandas no hay moral, pero cuando caen en una comunidad como ésta,
quieren como recuperar la moral, los valores que perdieron o que trastocaron. Le
explico mejor: no hay que ir al mismo sitio. Se puede ayudar a los consumidores
acercándose a las personas, porque estas personas a veces son universitarios, a veces
son estudiantes, a veces son todos, pero caen en la droga. Y cuando caen en la droga
llegan burda de prostituirse, el hombre o la mujer. Y te rebajas demasiado feo,
demasiado feo, por la droga, por la “piedra”.

Le cuento que el pase del poblado para la casa donde me llevó la religiosa,
me sentí como si fuera mi hogar, como si yo estuviera en mi casa, porque me sentí
que alguien te quiere, que existes todavía en el mundo, pues… El afecto es
55

importante, es como algo que ayuda a la persona, y por eso, si tú no aceptas ese
afecto que te están dando y no lo aprovechas desde el primer momento cuando te
llega, no vas a volverlo a lograr, no vas a volver a llegar que otra persona hace (sic)
como la persona que me ayudó, llegue otra vez al lado de uno, pues. Porque la
persona le tiene miedo a uno. Mire, no hace falta decir: “Esto es un atraco, esto es
un robo”… y ya le están entregando todo a uno, con la sola presencia de uno. No
hace falta decirlo cuando tú te metes al negocio para robar, porque ya ellos le ven la
presencia a uno, la gente le teme a uno.

Yo he estado acostado así en el piso así drogao (sic) y han pasao (sic) así pa’
la otra acera, para no pasá (sic) por donde estoy yo, pues, porque yo creo que la
gente está ya cansá (sic) que uno lo asalte. Uno hace de todo. Y nos reconocen
porque siempre estamos en el mismo círculo donde hay droga, ¿comprende? Es como
si yo la veo a usted hoy y mañana usted me ve: “Ese indigente me robó… Ése negro
me robó”…Pero hasta ahí.

Yo comencé a consumir bazuco. En ese tiempo era puro bazuco y marihuana,


después salió el “perico”, después salió la “piedra”. El “perico” era la cocaína.
Después empezó la “piedra” y después el “hielo”, ahorita que está la base, la base
de coca. Y es demasiado peligrosa. Eso es lo que ha matao (sic) más gente que la
“piedra”. Es demasiado peligrosa. El Rophinol Yo me tomaba cuatro, me bebía una
cerveza y ¡uff! No crees en nadie, y no crees en nadie que se acercara, y es peligroso.
No tienes lástima de matar a nadie. Nosotros lo que íbamos a hacer, primero nos
empastillábamos, tomábamos pastillas. Fíjese que uno es una persona igual que
otra, y siente miedo, se sienten los nervios, siente muchas cosas, así sea que tú
consumes droga o no consumes droga. Nosotros sentimos miedo, angustia, cuando
vamos a robá, a matá. Recuérdate que uno es humano como las otras personas, lo
malo es que tenemos otros pensamientos diferentes a otras personas.
56

Le cuento que ya tengo seis meses sin consumir. Me siento ahorita el hombre
más feliz porque dejé atrás todo lo malo que he hecho. Como le dije, a veces mi
conciencia no me deja en paz por todo el daño que he hecho. Pero me siento bien
porque salí de ese mundo, y me siento bien porque ahora tomé el camino con la gente
de sociedad, la gente no me huye, la gente no se aparta del lado mío, la gente no
esconde las cosas si uno la va a robá (sic). Y por eso voy a seguí (sic) más adelante y
a seguí (sic) estudiando. Estoy en quinto año, ahorita entro a la universidad.

Por eso es que yo me valorizo yo mismo y mi meta es entrar a la universidad,


también. Tengo treinta años de edad, voy a estudiar Derecho, tengo que seguir
cultivándome. Yo ahorita lo que hago es estudiar, leer, escribir. ¿Cómo le explico?
Hacer lo que no hacía. Ahorita cambié una pistola por un lápiz. Voy a cambiar la
droga por un cuaderno… Ahí voy… Es más importante un cuaderno, un lápiz, que
una pistola.

En cuanto a mis hijos tengo aproximadamente como un año que no los veo,
ellos me reconocen como su papá. Lo que pasa es que a veces también, como le dije,
nosotros somos humanos, tenemos vergüenza. Pero arrepentirse de lo que hiciste,
para qué, ya el mal está hecho. Lo que hay que hacer es seguir adelante.

Lo que pasa es que después de esta droga que hay, va a venir una droga
demasiada (sic) fuerte, más fuerte que la “piedra”, más fuerte que el “hielo”, que se
llama la base. La base “S” es como una lágrima, una gotica de lágrima pero
transparente. Tú no te la puedes fumar toda: te mata. Esa droga le come a uno los
riñones, le va comiendo el organismo, el cerebro. Es demasiado fuerte. Le voy a
hablar de la marihuana: la marihuana no es una droga fuerte, la marihuana es una
droga como para comer, y te activa. Pero no… ¿cómo le explico? Es droga pero no
es dañina. Lo que pasa es que la gente fuma marihuana como para comer, como para
57

estar activo, pero recuérdate que en el organismo somos diferentes. Pero la verdad,
(1)
la mayoría de las personas lo hacen es por eso.

4.2. Relato 2 - Informante: Isaías

Cuando pasé para acá, cuatro o cinco años en esta comunidad, empecé a
consumir crack. Tenía 15 años cuando comencé, ahorita tengo 35 años.

Aquí estuve el año pasado 6 meses. Por problemas y por dejarme llevar por
amistades que no son amigos, entonces llegué, volví a caer en lo mismo en diciembre
y agarré mi bolso y me fui. Pasaba tres días fuera de la casa, llegaba después y
estaba dos días. Entonces, yo al regresar al mismo vínculo donde estaba, usted sabe,
siempre dando vuelta alrededor, hasta que después caemos de nuevo. Yo soy de
Falcón. Comencé en mi tierra natal, un pueblito de Falcón. Estuve allá desde los
quince, casi hasta los dieciocho, después me vine a otro pueblo, y siempre tenía
problemas más graves anteriormente porque entonces era más alcohol, droga, y tuve
muchos inconvenientes por eso.

Siempre he vivido con mi familia, nunca tuve situación de calle, porque en la


calle usted sabe que hay el consumo, bueno, había el consumo, hasta que gracias a
Dios entré por esa puerta, por ahí…Llegué aquí el 19 de marzo.

Lo que me motivó llegar aquí es que el año pasado, en el año 2006, yo


cambio de pueblo, porque en verdad este, es un pueblo que, sí es verdad, es un
pueblo turístico con muchos recursos para hacer el dinero que sea. Primero que
todo, ¿ayuda gubernamental?: no hay. Allá no sirven las calles, allá no hay una
buena instalación deportiva, no hay nada de que en verdad usted pueda ir. No sé si
(1)
Nº de líneas: 294 / Duración: 1 hora 45 minutos / Marzo 2008.
58

usted conoce? Actualmente está completamente abandonado, fundamentalmente


actividades deportivas, culturales, todo ese tipo de cosas así, allá no hay. Eso está
demasiado olvidao (sic). Yo no sé, siempre quise salir de ese pueblo.

Lo bueno de aquí es que nos permiten trabajar y eso depende del


comportamiento de una persona, que yo estoy de acuerdo, que vive fallando todos los
días, que tiene un vocabulario desadecuado (sic), que tiene fallas de distintas
maneras, que salen un momentico de permiso y entonces vuelven con un cigarrillo…
A veces hay situaciones que de verdad se trabaja duro. Por lo menos, la persona se
va ganando su puesto de trabajo, se va ganando su confianza.

Nosotros por lo menos, si mi esposa actualmente fuese vendido la casa


cuando yo le dije, fuera otra la realidad. Bueno, claro, estoy aquí en Carabobo,
tengo mi casita aquí con la ayuda de “papá”, con la ayuda gubernamental… Yo
pienso, pues, que la realidad mía fuera otra si no hubiera dejado a mi familia.

Le voy a hablar de lo que consumía: la droga que consumía: “piedra”, pues,


actualmente. Nunca perdí mi conocimiento como persona en el consumo a diario,
porque ya cuando se torna a diario entonces opté por dejar todo. Yo tenía un trabajo
y agarré mi bolso y me dije: “Me voy, chao, del trabajo”… Y mi esposa me
decía:-“El niño”… “¡Me voy!... El niño tú sabrás como cuidarlo, tú sabrás cómo
mantenerlo. Él sabe entender… Si no me cuido yo, ustedes nunca van a ser
felices.”… El consumo, cuando se torna diario, ya en verdad uno está grave
¿verdad? Yo creo que es así. El dinero para el consumo, por un lado: trabajaba.
Porque nunca… Una persona que no le ha quitado nada a nadie. Así, habían (sic)
personas que llegaban a consumir donde yo estaba: “Cónchale, ¡te atracamos!”…
Eso no se hace, búscate un trabajo… si te ganaste trescientos, cuatrocientos,
fúmatelo, haz lo que tú quieras pero honestamente. Así de esa manera, que cualquier
rato de éstos lo primero que te van a dar es un tiro.
59

Ahora, le cuento una cosa, aunque yo soy albañil, en Falcón yo trabajaba un


día, me ganaba cien mil bolívares y me iba a consumir. Volvía al siguiente día,
trabajaba, y entonces, como es un pueblo turístico… como es esa zona allá, agarra
un cliente que va para la playa: “Mira, mi hermano, necesito una lancha”…
-“Hermano, cómo no, yo te pongo una lancha y toda esa broma…”… Se gana uno
cincuenta mil bolívares en una hora, en menos de una hora. Y así sucesivamente
¿entiende? El dinero lo conseguía trabajando, nunca llegué a robar. Nunca en mi
vida he pisado una cárcel y nunca he cometido delito. Pero con los adictos de la
calle he sido maltratado siempre. Siempre he convivido con ese tipo de personas. Sí,
soy un adicto, pero un adicto que ha respetado a todo el mundo.

A mí me preocupa mi hijo con eso de que caiga en la drogas, bueno, lo


primero que sí en verdad desearía es salir de esa situación. En todas partes hay
droga, donde uno tiene facilidad de compartir. Tú por lo menos, vamos a suponer el
caso, pues, yo quise siempre que mi hijo fuera un pelotero, de hecho es un pelotero.
Él no está jugando béisbol porque no tenemos ni siquiera un estadium con qué
contar allá en Falcón. Había un estadium, hay un estadium, que yo no sé si fue que
lo vendieron. Otro en verdad es como una hermandad que hay, los grandes son los
apoderados de esa instalación. Entonces por lo menos, okey, no hay ni siquiera un
parque de diversión, no hay nada... Entonces, eso es una cosa que influye mucho.
Dígame usted: ¿dónde llevo yo a mi familia? Seguramente usted no conoce Falcón,
si fuera a Falcón hoy día se diera cuenta en verdad que lo que estoy diciendo es
verdad. Porque yo no sabía para dónde llevar a mi hijo: ¿a la plaza? Ahorita está en
construcción. Hoy en día esa la plaza lo que tiene son cuarenta, cincuenta
“vikingos”. Vikingo, dice uno, la persona que consume alcohol todos los días. O sea,
para un joven, un niño, es un riesgo salir a la calle, sí, y otra cosa, que como es algo
turístico, el consumo de alcohol es masivo. Usted puede darse cuenta que por lo
menos en todas las bahías de playa el consumo de alcohol es masivo, masivo. En
60

cambio, por lo menos, yo diría: yo creo y estaría seguro que sí, que si por lo menos
viviendo en una parte, por lo menos vamos a este caso, pues, Carabobo, puede ser
en cualquier otra ciudad en este país, pero que en verdad te brinde a ti las
instalaciones, las condiciones por lo menos donde puedas tú cargar a tu familia. Yo
venía a Carabobo cuando yo trabajaba aquí y los días libres.

Yo estuve seis meses en esta comunidad y me fui de nuevo a Falcón. En julio,


me fui en julio del año pasado. Me fui primero que todo por desobediencia. Y como
le estaba contando, los problemas de alquiler de las casas es un poco complicado
porque yo lo que quise fue que se vendiera la casa, mas no que se alquilara.
Entonces, no hice el contrato sino que dejé a mi esposa que hiciera el contrato, pero
el que buscó el inquilino, el que recomendó el inquilino fui yo, en Falcón. Yo pensé
que algún día la realidad de Falcón iba a ser diferente, que íbamos a contar con
buenas vías de acceso ¿entiende? Por lo menos tu calle no te la arregla nadie,
¿entiende? No es igual, por lo menos que en Carabobo, que es una potencia en
deporte, en construcción.

Mi hijo, aunque está en deporte, para protegerlo de las drogas es mejor


sacarlo de allá, Falcón es un medio de alto riesgo, alto riesgo para el consumo de
drogas, de alcohol. Se empieza a muy temprana edad, porque no contamos siquiera
con apoyo gubernamental para que esos niños puedan salir adelante. Yo fui
instructor en la Liga, tenía treinta y seis niños a mi cargo, de 16 años hasta 4 añitos.
Y los llevaba inclusive a las instalaciones del hospital nuevo a darles práctica con
una pelota de softbol, porque ni siquiera teníamos una pelota de béisbol original
para darles práctica. El deporte es una manera de protegerse de las drogas, y si
contamos con gente que nos apoye, mucho más rápido.

Otra cosa para proteger de las drogas, yo pienso que son los estudios.
Siempre y cuando nos mantengamos ocupados en educación y deporte, olvídese que
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las drogas no van con ellos. Primero que todo: ¿qué nos lleva al consumo de la
droga? Tal vez en una situación que no tengas para dónde coger, tengas el dinero en
el bolsillo, no hallas para dónde ir, tienes una familia que está uno viendo televisión,
el otro metido en Internet ¿entiende? Pero, ¿para dónde nos lleva? En cambio,
agarra uno a su muchacho: “Mira, hijo, vamonós (sic) pal´cine a ver una
película”… ¿entiende? Te ocupas más sanamente, buscas una diversión en familia.
Pero si usted tiene la oportunidad, yo mismo la voy a llevar a Falcón algún día, para
que usted se dé cuenta de las necesidades.

Siguiendo lo que le estaba contando, yo estuve mucho tiempo en la droga,


llegué a ser un adicto frecuente, bastante fuerte fue mi consumo de drogas. Entonces,
me vine solo para acá. Aquí estuvo un hermano mío, pero él se fue. Ahorita está en
consumo también, pero él trabaja allá en Falcón con turismo, allá se hace mucho
dinero. Pero como le digo, ¿entiende? no hay ninguna institución que nos ocupe en
verdad cómo debemos hacer los padres para liberarlos verdaderamente de ese
flagelo. La educación, el deporte, son dos cosas que influyen mucho. Fíjese que no
me dieron apoyo cuando lo fui a pedir, el director de deporte allá en ese momento,
me dijo estas palabras: “¿Esos niños no tienen representante que lo apoyen a usted
comprando los implementos y toda esa broma?”… Ésa no es la respuesta de un
director deportivo para una persona que quiere es ayudar. Creo yo que no es así.

Yo estaba en el problema de las drogas, mas eliminaba con ese tiempo las
drogas. Cuando llegaba del trabajo, a las cinco de la tarde, agarraba mis muchachos
y me iba a practicar. Siempre tratando de cuidarlos a ellos porque no tenían los
implementos necesarios, porque no es igual trabajar con niños que trabajar con una
persona de quince años en adelante.

Le repito que yo estoy en esta Comunidad por decisión propia, por mi


voluntad. A diario hago mis escrituras, le leo ésta: “Hoy 27 de marzo, gracias a
62

Dios, ya cuento con ocho días aquí, en lo que yo he bautizado la Casa de Dios,
nuestra casa. Me contenta mucho estar aquí bajo el abrigo de “papá”, y el señor,
sociólogo, director, Francisco, que con su gran gentileza y su amor por el prójimo
nos ayuda mucho con esta enfermedad, nos instruye cosas sumamente positivas,
principalmente para nosotros y nuestra recuperación en general. Ésta es mi segunda
entrada aquí en esta casa, ahora con metas qué trascender, primero: olvidarme
completamente y definitivamente de la droga. Segundo: recuperar totalmente mi
familia. Tercero: un trabajo digno acorde a mis conocimientos y con un buen sueldo
y beneficios, para poder tenderle la mano a quien lo necesite, que como todos saben
tengo un buen corazón con ganas de ayudar a mucha gente, a quien lo necesite y
acepte mi ayuda. En conclusión: mi salvación es lo principal (la misión personal), y
con la ayuda que estoy recibiendo y mi empeño lo voy a lograr. Gracias, Dios mío,
primero que todo, por darme otra oportunidad en la vida y esta vez no la voy a
desaprovechar. Nuevamente, gracias Dios mío. Sin más… Isaías”… Estoy en esta
casa, con mi familia con la ayuda que necesito de todos mis compañeros. Hay una
opinión sobre mí en el tiempo que estuve aquí, gracias a Dios con “papá”, un
sociólogo con un buen corazón y muchos de los muchachos que, recuerdo yo,
habiendo ciento catorce personas, y yo siempre parado en la esquina era el ejemplo
de todos.

Primero que todo tenemos que reconocer que eso es general. Es una
enfermedad y tenemos errores en la vida, porque somos seres humanos. El día que
me iba, que vine a recoger el bolso, “papá” me dijo estas palabras: “Mire, yo
he tenido pacientes aquí ( –con una lágrima en los ojos, él–), han caído siete veces
(2)
y en la última vez se han levantado”… Todos los días escribo mis metas.
4.3. Relato 3 – Informante: Ezequiel

(2)
Nº de líneas 181 / Duración: 1 hora / Marzo 2008.
63

Bueno, primero que nada, yo caí en el consumo de drogas por curiosidad, por
un malandro que era mi amigo porque ahora no lo somos amigos, porque él mató un
policía y también pisó al internado en la cárcel ¿entiende? Yo pisé también el
internado, la cárcel. Yo robé a mi tía, yo le robé diez toros de coleo, con un camión
350 y me lancé con él por un voladero. Todo eso lo vendí en un matadero, me
agarraron ahí, me llevaron preso a mí, al otro chamo no porque yo no manejaba,
manejaba era un amigo, “Caballo”. Él se llama Carlos, pero le decían “Caballo”.
Él era también consumidor de droga, pero ahora no, ya él se salió de eso, un
ciudadano de la República, bien, y todo eso. Yo tengo seis meses aquí en la
Comunidad Terapéutica. Tengo como catorce años consumiendo droga. La primera
vez en las fiestas. Todos los viernes salía pa’ las fiestas, entonces empezábamos a
consumí, tomá guarapitas y consumíamos “perico”, pues, pa’ mantenenos (sic)
despiertos. He consumío (sic) eso, na’más puro “perico” y “piedra”. Pero en eso
me faltó voluntá. Yo vine solo para acá por voluntá. Eso fue un jueves, que yo
andaba por ahí loquito, tomando aguardiente, ta’ba “rascao” y así llegué pa’ un
lugar, me metí ahí “rascao”: “¡Ayúdenme, vale, necesito ayuda! (… … …) ¡Miren
cómo estoy! ¡Ayúdenme! (tono de voz lastimero)… Yo les voy a enseñar la cédula
ahorita para que ven quién soy”… –“Bueno, papá, nosotros te vamos ayudá, ven
para acá”… Bueno, un baño aquí y pa’llá, me llevaron pa’ mi casa y al otro día me
fueron a buscá en la mañanita y me trajeron para acá (para la Comunidad
Terapéutica).

Salgo todos los días a trabajar, me gano eso porque salgo todos los días a
trabajar. Trabajé en la siembra de caraotas, me venían a buscar los lunes en la
mañana, en la madrugá, y me traían los sábados. Allá me daban la comía, la cama,
está todo allá. Nos pagaban. Nos dieron juguetes, hablamos con el presidente que
nos ha dao aquí unas casas a los que nosotros le hicimos la plataforma, nos va dá
primero cuarenta casas y después a los demás les dan las otras. Nosotros hablamos
con él, yo hablé con el presidente y le dije que: “Ayúdenos presidente, a todos allá
64

con el comedor, que no han dado la cara por nosotros, que nos ayude con alguna
medicina para curarnos de esa droga, que la droga maldita es del diablo,
necesitamos que usted nos ayude, ¿me entiende?…Yo tengo una niña de cinco añitos,
¿entiende?”…

Yo tengo veintiséis años. Y yo tenía una mujer que era mala conmigo. No sé
si estaba como enamorá de mí, yo no sé. Por fin se consiguió un marío que es
millonario y me dejó, y se llevó la niña. En estos días fue que la volví a ver a mi hija,
a mi papá que me abandonó, parece que ‘taba arrepentío de haberme hecho eso, que
quería recuperá mi amor y no se qué más. Yo le dije: “Bueno, no, yo no le voy a
hacé… a golpeá, ni nada de eso”…Cuando él me llamó, yo le dije que viniera para
hablá entre caballeros, tranquilamente. Yo salí de permiso y fui pa’llá a hablá y todo
eso.

Y yo siempre he sío claro (sic) con “papá”… (El director de la Comunidad


Terapéutica). Y yo vine orita, porque como ustedes me dijeron que usted es
psicóloga… Y yo estoy trabajando, como yo estoy trabajando, hay una muchacha
¿verdad? que está aquí, que me gusta mucho, demasiado, se llama Ramona, pero le
dicen mona. Es buenamoza, es bonita. Lo malo es… ella me corresponde y todo eso,
pero ella tiene esposo ¿me entiende? Pero, yo estoy pensando: ¿será que ella está
conmigo por un vacilón o qué? ¿Me entiende? Yo hablé con ella hoy y me dijo:
“Bueno, el lunes vamos a salí”… –“¿Vamos a salí?”… -le dije. “Es posible”, me
contestó. Nosotros trabajamos, no nos dan casi, así, plata, no nos dan plata porque
nosotros somos los bobos. Yo trabajo en la Gobernación.

Ella se llama Ramona… Aunque aquí no permiten la relación de parejas, yo


sé que ellos no se van enterar porque usted me lo está diciendo. Y bueno, yo me
llamo Ezequiel…Ella tiene una niña de tres años, y bueno, el esposo, el tipo no va a
65

trabajá pa’ vigilala a ella ¿me entiende? pa’ ve qué es lo que hace. Él trabajaba
cortando caña y matas, y eso, ¿entiende?

Ella no está casada, pero le tiene miedo. En estos días él llegó “rascao”
pa’llá y la paró y le formó un lío… La van a botá, a ella la van a botá mañana. El
jefe de ella le dijo: “A usted, señora…Todo el tiempo viene su marío “rascao” pa’cá
a formá lío aquí”…

Le cuento que yo he ayudáo para otras personas aquí, de esa broma de las
drogas… Cuando salgo a la calle me los traigo, les traigo que si ropa y broma.
Porque ahora tengo ropa en cantidad, tengo zapatos, tengo todo, rial ¿ve? Pero me
está pasando como cuando yo tenía a Cristina, la mamá de mi hija, que ella cuando
me dejó me encerré en mi cuarto, y tuve yo como un mes encerráo, ni comía nada…
¡ah! ni salía, porque me“pegó”, ¿entiende? Entonces, cuando salí de permiso yo le
dije a mi familia que yo estaba enamoráo de una muchacha de Carabobo y eso, que
me ayudaran en eso, que me regalaran un apartamento, mi familia me regaló un
apartamento con ella. Entonces ella está que se va conmigo, pero entonces yo pienso
como que es embuste, no sé. Pero ella me habla con una sinceridad de todo el
mundo, de todo, me lleva comida todos los días sin que el tipo sepa ni nada, pero el
tipo la llama. Cuando nosotros salimos a las cuatro, entonces el tipo la llama
“Mira, te voy a buscar y tal”… El tipo en verdad tiene razón. Un día me “pegué” del
techo, duro, porque pa’ probáme, pa’ ve qué yo iba hacé, ella me dijo: “Ezequiel, te
voy a decir esto: yo me voy a ir”… (pa´ ve qué yo iba hacé, pues).- Y esa muchacha
brava, y no me quería hablá, estaba mal, por allá, y eso… Pero, entonces…tenía
unas ganas de pegarle y la agarré: ¡¡¡pafff!!!... Y me vio, y me dijo: “¿Entonces
quiere decir que si me van a botá de verdad mañana y entonces nosotros nos
juntamos a viví juntos, tú me vas a pegá?”… Después rectifiqué, nos pusimos a los
dos a trabajá por allá en el sol…Entonces: “No, chama, discúlpame por eso. Actué
como un niño, como un tonto. Yo confío en ti”… Y ella me contestó: “Bueno, vale,
66

yo le voy a dar tiempo al tiempo”…Yo voy a rectificar ese error que cometí…Pero
ella dice que me va a vení a visitá.

Yo voy a terapia, yo he avanzado mucho aquí, ellos han visto mi cambio. Yo


estado en varios trabajos y no he falláo. Yo salí el 28 de diciembre de permiso y
llegué el 2 de enero. Y llegué el 2 de enero “rascao”… “Rascao” y mariáo… Y
empezaron a decí: “¡Miren como viene! Viene “rascao” y mariáo”… Y contesté:
“Vine “rascao”, “papá”, pero no consumí… no consumí droga, porque eso lo dejé…
Yo estoy aquí por las drogas”…Yo no le voy a quedá mal a “papá”. Así haga lo que
haga, pase lo que pase, yo no le voy a quedá mal a él, porque Luís, primeramente
Dios, Francisco y “papá” son los que me han ayudáo a mí aquí Más bien yo no
quiero ir pa’ Zulia a viví pa’llá, porque donde yo vivo todos mis amigos son
“piedreros”, drogadictos. Entonces yo pa’llá no me quiero ir. Él me dijo: “Usted se
puede ir pero consiga una casa, porque yo no quiero que usted vaya pa’ Zulia Todos
son malandros, ahí está la tentación y yo no quiero. Yo quiero que usted salga de
aquí bien, ya usted está bien, pero no quiero que vaya pa’ donde está viviendo su
mamá”… Yo también pienso en mi mamá.

Y cuando yo hablé con el tipo, con el marío de Ramona, me dijo: “¿Tú sabes
qué? ¿Tú quieres que te diga algo? Uno es hombre para todas las mujeres, y si las
mujeres paran el piropo y la broma, y uno les dice un piropo y ellas también
reacciona bien…”… Él me dijo que él no confiaba en ella, porque ella se lo ha
hecho, pues. Se refirió a ella porque ella a lo mejor se lo ha hecho con otros tipos. Yo
he analizado mucho eso porque yo he aprendido mucho aquí de Luís, de las terapias
educativas aquí ¿entiende? Yo por esa mujer yo no me voy a dejá que (… … …). Eso
es embuste. Aunque esa mujer es sana, es de su casa. Yo nada más lo que hice fue: la
conocí fue cuando estaba cobrando y le dije unas palabras y, bueno. Desde ahí
pa’llá tuvimos una conversación y broma, y, bueno, nos enamoramos. Hemos salido
67

y eso. ¿Irme con ella? Bueno, ya tengo casa, un apartamento que me regalaron, pero
me entra la duda de que se lo está haciendo al marío y después a mí.

En estos días conseguí otro trabajo de vigilancia, me van a dar entonces los
papeles para que yo empiece a trabajar en esa broma de vigilancia. Pero yo voy a
(3)
seguir mi tratamiento.

4.4. Relato 4 – Informante: Moisés

Bueno yo comencé a los catorce años con marihuana, entonces, como me


drogaba y sabía dibujá, la descargaba dibujando en las paredes. Después me agarró
un hábito que dibujaba en las paredes y cobraba, hacía dibujos en las paredes así
como graffiti. Después yo empecé a ir a fiestas de Rey y tragaba muchas pastillas de
Éxtasis. Y después de ahí se me volvió hábito también las fiestas. Todos los días iba a
fiestas, tragaba, dibujaba, iba pa’ rumbas, iba pa’ la playa… Nunca estuve en la
indigencia porque nunca me descuidé…

Perdí mi familia así porque ya estaban obstinados ya de tanta droga que me


metía, entonces me fui a viví para una habitación y ahí fue decayendo más mi vida,
porque no tenía como trabajá, entonces ya ahí ya no podía ni comé, no me vestía
porque no tenía rial, tenía que trabajá. Yo trabajaba en un supermercado, ahí estaba
trabajando de caletero, que embolsaba, y me ganaba treinta, cuarenta, veinte,
quince, diarios, pues. De eso me daba pa’ pagá na’ más el cuarto. Y a veces cuando
me mandaban a hacé dibujos en las paredes, cobraba a vé si así podía comé, a vé si
podía hacé, compráme droga, cosas así, pero nunca estuve en la calle robando,
nunca robé a nadie, a mi familia sí la robé, pero cosas pequeñas, que si un reloj, que
si una cadena, diez mil, veinte mil bolívares, una calculadora, me acuerdo yo, pero

(3)
Nº de líneas: 120 / Duración: 1 hora / Marzo 2008.
68

nunca fue nada grande así de cuatrocientos mil bolos, ni computadora ni televisor, ni
nada de esas cosas.

No soy homosexual, tampoco. No me prostituí ni nada de eso, ni vendí mi


cuerpo por droga, porque no me hacía falta. Jugué mucho basquebol, sí, sin embargo
ahorita quiero seguí jugando pero no me permiten porque hubieron unos chamos
hoy que salieron al deporte y son directores y se pusieron a fumá marihuana y
cigarrillo, y nos suspendieron a todos por no decir nada, y lo otro por fumá… jé…
jé… (ríe). En la Comunidad Terapéutica consumen unos directores que tenemos
nosotros, y bueno, nos llevaron pa’llá, hoy precisamente con el profesor de
basquebol que nos estaba dando clase pero, bueno, era el que fumó monte. Bueno,
monte no, cigarrillo fue que fumó. Pero eso ya está suspendido y ya no podemos hacé
más nada. Y fumó cigarrillo. Lo vio un tipo de la gobernación y le tomó foto y,
bueno, cosas así. Según él, los de la gobernación, a los que estaban ahí. Eran cuatro
directores y dos más ahí. Pasaron por ahí por casualidad y los vieron con un cigarro
más grande a cada uno y le tomaron la foto. Un cigarro más grande, pues, uno de
esos Malboro que son grandes, que se ven de aquí a… no jo’ (sonrisa) y ahí los
pillaron. Entonces parece que con el teléfono le tomó foto. Ellos conocen a la gente
de aquí porque íbamos todos con shores, con el balón y entonces se dieron cuenta.

Ahorita tengo veinticuatro años y ocho años consumiendo droga. Consumí


marihuana, Éxtasis, jarabe que llaman “el tremedal, “piedra”. Consumí pastilla de
farmacia y Éxtasis también. El Éxtasis lo consumen otros como su vicio personal,
pues. Les gusta andá extasiados, caminá todo extasiados. Extasiados es que usted no
está en este mundo, pues, sino que está viendo lejos, pues… alucina, pues, ve esta
grabadora y entonces la grabadora se mueve, entonces tú oyes, te distorsiona el
cerebro con alucinaciones. Se ven y se escuchan cosas. Y la marihuana, bueno, la
marihuana te da ganas de comer, te da sueño, te da por descargar… Si eres
dibujante, dibujas bastante, si pintas la pared, haces eso un poco rápido, te da es
69

agilidad, pues, pero también es una droga y te daña el cerebro, porque va quemando
más rápido.

Yo estuve aquí en la Comunidad Terapéutica en el 2006 y me fui paráo, y


entonces volví a decaé. Me fui paráo, pues, me dieron de alta y todo. Y duré casi seis
meses aquí, me fui con mi familia y volví a decaé, volví a seguí fumando, entonces me
vine otra vez y me aceptaron. Seguí como repitiente, pues, ya voy para el mes aquí.
Todavía no he cumplío el mes. Aquí tenemos las terapias educativas, que son muy
buenas, la comida también, el deporte, y las clases que nos están dando ahorita y
unos cursos que nos van a dá pero todavía no han llegáo. Para las terapias nos
reúnen en grupo para hablá nuestros problemas, las cosas que hemos hecho, cómo
arreglar el centro, cómo seguir trabajando con nuestros problemas y, bueno. No dura
mucho, porque son casi una hora y media de terapia, después que termina la terapia
nos ponen a ve películas, películas buenas también. No son películas de drogas ni
nada de esas cosas, puras películas educativas, no cristianas porque ninguno somos
cristianos, pero siempre educativas, no cosas malas, pues.

Yo empecé a consumir no fue por aceptación de grupo ni fue por problemas


de familia, sino fue por curiosidad. Eso fue una vez que estaba yo en una cancha,
entonces prendieron un tabaco de marihuana de este tamaño más o menos (señala
con las manos). Entonces yo estaba al lado y les pregunté que qué sentían, y dijo el
chamo: “No, se siente bien y tal”… –“Dame pa’ probá”… Entonces yo agarré y
probé, y me vi que no me dio ninguna reacción, se me pusieron los ojos rojos pero
ta’ba normal, pues. Después al día siguiente fui y compré yo mismo, y me fui pa’ mi
casa y empecé a dibujá, y cuando empecé a dibujá hice unas cosas que… (risa) no
jó’, que primera vez que había hecho y de ahí se me quedó hacé algo, me hizo efecto.
Yo estaba estudiando, no hacía deporte, pero sí estaba estudiando. Y ta’ba también
en el mundo del graffiti, que son los dibujos que yo no sé si usted los ha visto por las
paredes. Y entonces me gustaba dibujá, pero cuando agarré la marihuana me dio
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como más talento pero también me quitó talento, porque mis padres y mis hermanas,
y todo eso, empezaron a verme mal: “Que esto, que lo otro… que era drogadicto, que
era esto…”… Pero nunca perdí mi…–¿cómo se dice? – mis derechos, pues, mis
cosas, pues, yo siempre estaba bien. Porque cuando uno prueba las drogas por
curiosidad las cosas se ven normal, entonces… No sé, el ciclo de la vida te empieza
mostrar otras cosas. Como vas creciendo, entonces ahí empiezan los problemas con
tu familia o con tus mismos amigos, o con tu novia. Los mismos problemas que todos
tenemos en las casas, pues… “Oye, busca trabajo…”…Entonces uno, como ya está
consumiendo, cada vez que tiene un problema, se va y consume y se le olvida el
problema. Otros no consumen, otros hacen otras cosas. Pero cada vez que vas
consumiendo te ‘tas hundiendo más, entonces vas como que más al hueco y no
quieres salí porque quieres puro fumá, fumá, fumá y fumá… Ya se acostumbra el
organismo, pues, se vuelve un hábito.

Y pienso en lo que haría para que nos niños no consuman droga…Bueno, yo


les diría que hicieran deporte, que tuvieran la mente muy ocupada, que escucharan
mucho a sus padres, que no se dejen llevar por las amistades ni por la televisión ni
por la moda, porque la moda también te lleva mucho a consumir droga, y crean en
ellos mismos también, y crean mucho en el Señor, porque el Señor te da la vida para
que tú tés aquí y tengas una meta, algo que cumplir en la vida. Y, bueno, decirle NO
a las drogas porque son malas, y al cigarrillo y al alcohol también. Pero siempre
tienen que tené en frente y mirá siempre a’lante, porque si miras para ‘tras o te echas
para ‘tras, eso es mentira que va agarrá impulso, porque eso mentira. Uno tiene
siempre, cada día, pararse y pedirle las gracias al Señor y pa’lante pa’ lo que estás
haciendo, si estás estudiando, si estás trabajando, si estás ayudando.

Pero yo creo que trabajo no te protege nada, porque el trabajo te da dinero, y


te conviertes en un hábito de manipular el dinero y tener facilidad de comprar droga
o de comprar alcohol, o de comprar lo que sea. Y ya te vas volviendo como más
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adulto porque estás manejando el dinero. Pero el deporte y las clases, y el teatro, o
lo que sea, que sea ocupado, que tú no manipules dinero, así te tienes protegido de
las drogas ¿ve? Pero un trabajo, eso es mentira. Tú puedes conocer un amigo y te
dice: “Mira, vamos pa’ mi casa, yo tengo una fiesta”… Y de repente en la fiesta el
amigo está “oliendo” y está “oliendo” “perico” o tá’ consumiendo marihuana, o se
está inyectando. El dinero es una puerta para muchas cosas, para muchos vicios,
para muchas cosas, pues, porque el dinero te compra… nunca compra la felicidad.
Eso sí, pero el dinero te compra que si pistola, que si droga, que si el alcohol…
Prostituye a las mujeres, se prostituyen los hombres también por el dinero. Y ahorita
que hay mucha pobreza, el dinero es como oro. El dinero pa’ la gente pobre es oro,
pa’ los ricos no es oro más bien lo botan ¿ve? Pero, bueno, yo les digo a los niños
que estudien y le digan NO a las drogas y al alcohol, ni nada a todas esas cosas
malas, pues, siempre el deporte para delante, el deporte, prepararse para la vida,
estudiar.

Y otra cosa: lo que es el dinero que se le da a los niños, bueno, eso es como la
cédula. La cédula se la sacan a uno a los nueve años. Bueno, el dinero para un niño
ahorita tiene que ser cuando ya tenga dieciséis años, cuando ya tenga conciencia de
que si tiene veinte mil bolívares, no va ser irse a comprá alcohol o na’ sino
guardarse, ¿ve? O de que sea creativo en su vida, pues, con deseos de ahorrar, pues,
siempre tener dinero guardáo, porque uno no sabe qué problema puede pasále ¿ve?
Y ahorrar dinero y compráse ropa, porque yo tengo amigos que son viciosos de ropa,
ellos si cargan veinte mil, cuarenta mil bolos, entonces trabajan, y van pa’l centro, se
compran ropa, gorra, zapato, y nunca andan mal vestidos, y siempre cargan dinero
en el bolsillo, consumen es el dinero, pero no malo, para vestirse, para alimentarse,
ir al cine. Siempre tienen una idea, pues, nunca están pendientes de ir a comprar
droga, de ir a comprar alcohol o cigarrillo, nada de eso, pues. Ahora, otra cosa: la
situación de calle es cuando los padres ya no saben nada qué hacé con los hijos,
entonces los sueltan a la calle, y ellos tampoco saben nada qué hacé porque, primero
72

tienen el problema de que los padres los están rechazando y no los saben ayudar. Y
segundo, que tienen el problema de droga. Tercero, tienen el problema de vivienda,
no saben dónde vivir. Cuarto, no saben nada qué hacé, entonces la calle los arropa, y
cuando los arropa, se dan, se vuelven como cemento. Los arropa en la forma de que
se vuelven la calle ellos, pues. Tienen que comer en la calle, tienen que dormir en la
calle, tienen que vestirse en la calle, tienen que jugar en la calle. Todo lo tienen que
hacer es en la calle, pues, no tienen un sitio donde puedan descansar y no en paz
porque no se van a morir, pero descansar el momento que ha pasado a las anécdotas,
las cosas de la experiencia que les da la vida en la calle. Yo no estuve nunca en la
calle, pero lo que me contaban los muchachos, los que han estado, que eso es muy
feo. La gente te discrimina, la gente te humilla, te escupe, la gente te da tiros, la
gente te da puñalada, porque eres un loco, porque estás podrío o porque eres
drogadicto. La verdad, bueno, que en el mundo, ahorita en la calle lo que se ve es
droga y maldad, ésa es la verdad de hay, pues.

Y que, bueno, los padres los quieran y los cuiden, no que los consientan ni los
maltraten, pero que los sepan llevar como es, pues. Y entenderlos y explicarles las
cosas. En mi caso mi padre y mi madre se iban a separar porque ellos peleaban
mucho. Y mi hermana estaba pequeña y yo estaba también pequeño. Entonces mi
papá y mi mamá se separaron, mi papá se fue a vivir con otra mujer, mi mamá quedó
sola casi cuatro años, y en esos cuatro años mi papá nunca nos abandonó en la
forma de darnos comida y el dinero porque siempre estaba pendiente. Pero en el
aspecto del amor y esas cosas con mi madre sí, porque ya él no quería a mi mamá y
mi mamá tampoco lo quería a él. Entonces hay que entenderlo, pues, porque uno no
puede durar toda la vida con la misma persona. Entonces eso era antes, porque antes
era otra época, porque en esta época ya es más liberal el ser humano ¿ve? Y bueno,
y se separaron. Sí me cayó mal, como siempre, como un adolescente siempre quiere
tener sus dos padres vivos o cerca, pero como no los tengo, separados ahorita.
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Y bueno, mis planes ahorita es recuperar mi vivienda, mi espacio, porque ya


no tengo espacio. Dejar el consumo. Estudiar. Ser alguien en la vida o, bueno, si no
puedo hacer la vida como la quería hacé antes, la tendré que hacer de otra manera,
pero siempre por el camino del bien. Yo el camino que agarré no fue tanto mal
porque nunca le hice daño a la gente, pues, pero sí me estaba haciendo daño yo
porque consumía muchas cosas. Nunca le hice daño a la gente porque no me hacía
falta.

Aquí nos dan la oportunidad de estudiar, de trabajar también. Ahorita no me


han dado trabajo, pero el día que me lleguen a dar el trabajo lo aprovecho, abro mi
cuenta porque aquí también te hacen para que abras tu cuenta, guardes rial (sic) en
el Banco para cuando te vayas. Los sitios donde nos buscan siempre los trabajos no
son mal pagados sino trabajos muy buenos. El único trabajo mal pagado es la
vigilancia porque siempre los tipos que tienen la vaina, la empresa de los vigilantes,
siempre no te quieren pagar el día pero te pagan, pero no pagan el día sino te
pagan cuando ellos –como dicen– cuando les da la gana, porque es así, pues. Pero
otro trabajo como trabajar en la industria, ahorita en PDVSA, que venga un buen
trabajo de PDVSA. Trabajar con el deporte, , trabajar con el ingeniero pintando. Son
cosas así que sí te pagan como es, pues, pero el trabajo de vigilante siempre ha sido
así, el trabajo mal pagado de la vida, siempre ha sido así, ‘tando tú en la calle,
‘tando en cualquier sitio.

Bueno, hablando de las fiestas, bueno, las fiestas Rey, yo pienso que si no se
consumiera fueran unas fiestas iguales que las demás, pero como se consume eso es
muy delicado para un niño de catorce años,, pero ya un niño de diecisiete, dieciocho
años no, porque ya sabe. Pero yo le digo que es un riesgo de que depende de lo que
tú vayas a consumir, porque si consumes “ácido” te puedes quedar ahí, si consumes
heroína y te la inyectas y no sabes cómo inyectártela te puedes morir ¿ve? Esas
fiestas, a pesar de que son para la gente drogómano es a nivel mundial, pues, no es
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aquí nada más en Venezuela. Ése viene de países que han tenido muchas guerras,
entonces la gente que consume pastillas no es porque quieren consumir sino por los
nervios y las cosas que han pasado. Entonces de generación en generación se ha
convertido como un hábito, una costumbre. Muchos de los alemanes, eso es para
ellos como nosotros aquí decir un plátano con caraotas y carne mechada. Y
entonces la música tú la escuchas y la puedes entender cuando estás extasiado, y la
entiendes porque es como un… es un…eso es… yo no entiendo, hay… Te conectas,
si entiendes la música así como usted entiende el Castellano, pues. Y ésa no se
entiende porque es puro “tum, tum, tum”… Entonces con las pastillas lo haces, la
entiendes, pues, bueno, ¡bailas, pues! Llevas el ritmo, no pierdes el ritmo, no te
cansas. Tienes que siempre tener tu agüita ahí, porque si tomas licor con la pastilla,
te puedes morir. Depende también de la pastilla, porque hay pastillas que tú puedes
tomar y otras que no, pues. Pero si no sabes, si eres primerizo y te bajas, te puedes
quedá ahí, te mueres de una sobredosis y nadie te para.

Ahorita el problema de las drogas es muy natural, pues, ya es muy raro que
no consuman, porque te pueden consumir hasta cigarrillo. Los vicios ahorita son…
no estoy diciendo que se están apoderando del mundo, porque siempre han estado,
pero ahorita la gente lo tiene como hobby, pues. Hay mucha gente que rumbea los
fines de semana y trabajan de lunes a viernes, y cuando termina de trabajá se droga,
se rasca, o hace cualquier cosa, para el domingo descansá y el lunes ir a trabajá con
su “cara bien limpia” y “No ha pasáo nada”… y… (risa) entra en el ciclo de la
independencia (sic) de las drogas, no las puede dejá. Y así es la heroína, porque la
heroína es más fuerte. La heroína te hace muchas cosas malas, pues. Yo nunca me la
inyecté, eso sí, nunca me inyecté. Hay muchas drogas que se inyectan también, no
tanto la heroína, pero eso ya inyectarse es yo como decir, es como que lo más bajo,
pues, porque ya quieres estar drogáo, drogáo, drogáo, drogáo ¿ve? La persona ya
perdió el control de sí mismo y ésas son las que llevan a prostituirse, a vender su
cuerpo, a matar, a robar, para conseguir la heroína o la droga que te estás
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inyectando. Porque hay mucha gente que yo conozco que fuman marihuana y tienen
familia, tienen buenos trabajos, buen carro, pero la fuman como un calmante, pues,
como pa’ que te relajes, del estrés que tienen del trabajo o de la movida, y de las
cosas que están haciendo, y pa’cá y pa’llá. Entonces, al terminar todas sus cosas se
fuman un “tabaco” y se van a dormir, o se van a descansá o se ponen a ver
televisión… Pero, son drogadictos porque consumen, pero mas no son personas de
que andan en la calle demostrando que son drogadictos o que van a matá por la
droga, o que van a hacé esto por la droga, o: “Mira, ven, mátame porque quiero
consumí”… Nada de eso, pues. Son personas que han llegado al nivel de que
consumen pero moderadamente, pues, saben cómo administrarse, saben la cantidad
que pueden consumir. Yo conozco mucha gente que trabaja y no se va drogáo pa’l
trabajo tampoco, sino después que él terminó de trabajá. Es como un estrés, pues,
porque la vida es un estrés, también. Y hay unos que la buscan con Jesús, otros la
buscan con la droga, otros la buscan por la televisión, otros la buscan por irse a
dormí, otros la buscan por comé bastante ¿ve? Y yo digo que ahorita la vida es
tremenda, pues. Uno tiene que saber hacé las cosas y cada paso que uno da, pensá
primero, porque si tú das mal paso, entonces te humillan, si das otro paso también te
(4)
humillan. Hay que ser muy valiente, tener mucha fuerza y mucha autoestima.

4.5. Relato 5 – Informante: Mateo

Yo comencé a consumir drogas a la edad de trece años. Ahorita tengo


veintidós. A los trece años empecé, exactamente nueve años atrás. Los veintidós los
acabo de cumplir ahorita el 25 de marzo, la edad de veintidós años. A los trece años
estaba en el segundo año de bachillerato. Empezando desde el segundo año hasta
quinto año que me gradué, empecé a esa edad como normal porque yo fumaba era
marihuana nada más. En esa edad, de segundo a quinto año,- yo fumaba marihuana

(4)
Nº de líneas: 247 / Duración 1 hora 30 minutos / Abril 2008
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nada más, poco, dos veces por semana, los fines de semana, así, pues, poco. Okey,
me gradué, perfecto. Yo he sido buen estudiante toda mi vida, de buenos honores,
entré a la universidad a estudiar Relaciones Industriales, en FACES. En la
universidad fue que empecé a probar que si la cocaína, dentro de la universidad hay
consumo de drogas y lo digo porque como uno ya estaba allá, yo estaba desde chamo
fumando marihuana, fumaba marihuana poquito, pero después llegaba uno: “Mira,
tengo cocaína aquí”… –“Ah, coño, vamos a probála”... “Mira, tengo “pepas”
aquí”... –“Coño, vamos a probálas”... Entonces eso va llevando más a consumir,
consumía el Éxtasis y fármacos también como el Rivotril, Tafil, no los mezclaba. El
Rivotril lo tomabas en grandes dosis, ocho pastillas, a veces hasta diez de dos
miligramos. La cajita trae quince pastillas de 0,5 miligramos. Pero no me pasó nada.
Eso es para sueño, para la persona antidepresiva (sic). Pero uno lo veía como una
(…) y porque dormía, ya (…) jodiendo, como quien dice, vacilando, luego no… no…
Si éste es el sueño, no te acuestas y (… … …).

Yo me gradué a los dieciséis años, empecé a estudiar en la universidad,


después empecé a trabajar a los dieciocho, estaba en tercer semestre de Relaciones
Industriales, lo “congelé”, me puse a trabajar para consumir droga. Congelé el
semestre porque mi hermana no me estaba dando ya dinero, porque ella sabía que el
dinero que me daba lo gastaba muy rápido. Ella empezó a sospechar y yo para
buscar mi dinero empecé a trabajar, y “congelé.

En cuanto a mi familia, por lo menos con mi mamá nunca llegamos a hablar


de que yo estaba consumiendo droga. Ella se enteró después que yo duré seis años
consumiendo. Porque como ella no sabe nada de eso. Yo a los cinco… cuatro, cinco,
seis años fue que yo empecé a consumir, yo estaba consumiendo “perico” ya, ya
fumaba marihuana todos los días. Por eso es que cuando ‘taba (… … …) dos días
por semana, pero ya era todos los días. Entonces, ella no sabía nada. Entonces,
como yo llegaba siempre a mi casa, yo era buen estudiante, yo fui (…) en el colegio,
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nadie iba a pensar qué estaba ocurriendo. Pero entonces empecé a ponéme más
flaquito, y bueno, entonces llegaba más tarde, de repente duraba todo el día en la
calle, la plata que me daba no me alcanzaba, entonces empezó a sospechá, empezó a
preguntarme, pero yo no le decía nada porque ella no sabía nada, porque nunca me
llegó así… nunca me llegó a ver los efectos de la droga, no sabía.

Mi mamá siempre me preguntaba que qué hacía yo con el dinero que ella me
daba, pero yo le decía que me fui con unas amigas a tomá, me fui con unos amigos al
cine, y me fui al club, pero yo siempre dentro de la casa, pero ella veía que todos los
días, todos los días, que todos los días, y empezó a sospechá. Después fue que
empecé a ponéme flaquito, pero no sabía, hasta que un día me consiguió marihuana
en la casa… “Yo sabía que estabas en algo raro, y tal”… –me dice. Me la
consiguió en mi cuarto. Y ese día fue que ella se enteró. No le “pegó”, porque es
primera vez que lo vio en su vida. Ella nunca, ni sus hermanos, mi tío, era la primera
vez que en su vida veía la marihuana y era así verde, verde, pues… “¡¿Qué es esto…
qué es esto?!”… Y yo le dije: “Eso es marihuana”… ¿Qué más le voy a decir? No le
puedo decir que es grama, grama no es así ¿entiende? Ni paja tampoco, ni paja. Ella
se puso a llorar, me quería llevar pa’ un Psiquiátrico, me quería llevá pa’ una
comunidad terapéutica pero yo como no… yo no estaba adicto, yo fumaba todos los
días pero no era adicto que: “¡Ajj! ¡¡¡Necesito consumí. Me voy a volvé loco si no
consumo!!!”… No, no era así porque yo trabajaba y yo me compraba mis cosas y
todo. Me dosificaba para mantenerme trabajando y con dinero, así hace mucha gente
hasta que caen en el fondo.

La primera vez empecé a fumar “piedra” y heroína, y eso fue lo que me echó
a perder. Empecé a fumar “piedra” y heroína, y entonces como con la heroína te
pones así, y entonces quería fumar “piedra” para ponerme eléctrico. Entonces me
fumaba dos “piedras”, “piedra” y heroína y eso era… No estaba fumando
marihuana, estaba fumando “piedra” y heroína, duré con esto dos años y medio. En
78

ese tiempo yo seguía trabajando, pero como cobraba quince y último, ya la quincena
me duraba cuatro días y empezaba a hacer lo mismo, la estaba controlando. Como el
trabajo es así como una rutina, ya sabes lo que tienes que hacer, una rutina que
haces todos los días, algo como: “pararse, cepillarse, y lavarse la cara”, sí, pero tú,
¿entiendes? ya tú sabes lo que viene en el trabajo y lo que vas a hacer, como quien
dice: “Lo que se aprende con el tiempo no se olvida”… Bueno, yo duré trabajando
un tiempo, y sabía qué era lo que hacía, llegaba, me drogaba, llegaba, salía un
ratico a almorzá, me volvía a drogá, me iba a trabajá y entonces salía otra vez del
trabajo y a la droga.

La causas que me llevaron a consumir droga fue curiosidad, porque yo nunca


tuve problemas con mi familia, nunca tuvimos problemas económicos ni sociales,
nada. Curiosidad por conocer los efectos de las drogas, para ver qué sentía. En ese
tiempo estaba famosa la marihuana y yo veía que todo el mundo fumaba y los
grandes, y yo quería ser grande ya. Entonces vi que un amigo la probó, me dijo que
se sintió bien, y entonces yo quería probarla. Yo nunca había oído nada nunca, pero
empecé a escucharlo mucho, mucho, para que consumiera. Es que te llevan cerveza,
y te enseñan la marihuana, no estaba sonando mucho.

Muchos años atrás, como treinta, no se hablaba de marihuana y era como un


tabú. Ahorita los jóvenes hablan de eso en la calla como cualquier cosa. Yo he visto
ya señores, chamos, pasan la calle fumando, ¿pero qué fuman? Cuando pasa el olor,
huele a marihuana… ¡Coño! Yo cuando estaba empezando a fumá, tenía que fumá
escondío. Ya después de cinco años para acá ya yo fumaba en una placita, sentado,
normal, normal, me sentaba como que si yo estuviera en Jamaica, pues, nadie me
molestaba ni la Policía, porque los policías, si pasaban sabían, o sea, no me
conocían sino que no tengo pinta de malandro, entonces no vivo en un barrio
tampoco, vivo en una zona buena, en la zona norte. Entonces… normal, pues, un
chamo normal que estaba sentado ahí, a menos que pases caminando, que te llega el
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olor. En mi caso que no había problemas familiares, no había problemas económicos,


que me estaban echando de la casa, sino que en el ambiente social, la marihuana, la
cocaína, se mencionan como se menciona la cerveza, el ron, como normal. Entonces,
cuando yo empecé a fumar, me mudé. Yo fumaba y yo vivía en otro lugar, entonces me
mudé, ya yo estaba fumando pero poco, entonces empecé a escuchar… Dos chamas
allá me preguntaron: “Coño, vamos a probá esto…”…

Entonces probamos, entonces ya empezaron a reunirse más gente, como quien


dice, a la (…), como las personas así que estaban consumiendo droga, estaba
empezando a llenarse, más gente, más gente y más gente, y se volvió como normal.
Nosotros estábamos hablando siempre, pero éramos nosotros siempre un solo grupo
de gente, un solo grupo de personas. Todos, todos vivíamos cerca, y sabíamos
quiénes, por lo menos toda esa zona de las casas, sabíamos quiénes consumían y
quiénes no ¿entiende? Y por supuesto, lo que se consume. No tuve un momento de
decir NO, ya en ese tiempo no estaba adicto. Después de dos años para acá estaba
adicto y trataba de pararla dos días, pero… Hay una cosa: cuando tú fumas mucha
heroína, durante siete meses, te da lo que nosotros llamamos “la mona”, abstinencia,
“la mona”… Empiezas a temblar, te da escalofrío, botas espuma por la boca, por la
nariz, entonces no quieres comer, no quieres ir al baño, no quieres hacer nada, sino
que tienes que consumirla a juro para estar normal. Ya yo había durado… ya yo
tenía ocho meses fumando marihuana todos los días, nunca recibí tratamiento.
Cuando llegué aquí a la Comunidad Terapéutica tuve que pasar “la mona” cinco
días horribles, lo único que me daban eran unas gotas de valeriana, nada para
desintoxicar y que sí se puede comprar en una farmacia, pero el jefe dice que no
porque sino te vas a volver adicto a eso. También nos dan Metadona quita “la
mona”, Metadona y el Preveral. Entonces le decíamos: “Jefe, cómprame unos potes
de Preveral”… –“Ajá, pero ¿mañana qué? Mañana tengo que comprarte dos potes
más y pasado mañana también tengo que comprarte dos potes más”… Y es verdad,
yo pasé cinco días horribles acá con “la mona”, horribles, horribles. Cuando
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estaba así, la gente de la comunidad me ayudaba, me daban caramelos, me llevaban


agua fría, no podía tomar agua fría, tenía que tomar agua tibia, me llevaban Alivet,
Teragrip, para ver si me calmaba. Me daban pastillas porque me daban dolores de
cabeza, pero no me daban nada. Se ponían a hablar conmigo para entretenerme.
Así, hablar, hablar, hablar, se me pasaba, me estaba durmiendo, de repente me
paraba en la madrugada otra vez. Me daban bastante agua para que eliminara, pero
igualito, eso no te da…

Entonces me llevaban para el patio a ponerme a correr para sudarla, pero


eso no tiene que quitarse corriendo… A mí eso me duró cinco días. El último, por lo
menos el cuarto día fue el peor. El cuarto día fue el peor porque duré todo el día que
me daban escalofríos, botaba espuma por la boca, temblaba. ¿Hacía calor? Yo tenía
que estar con una franela, un suéter y una chaqueta. No me tomaban los signos
vitales para ver cómo estaba porque yo sabía qué era lo que tenía. Me daba
taquicardia. Lo único así, por estar eléctrico, pues, porque tenía ganas de consumir,
heroína. Y eso es lo que se llama “la mona”. Prácticamente los que fuman “piedra”
no les da eso, lo que les da es hambre, lo que le da es sueño y hambre.

Eso fue en mayo del año pasado... Mayo, junio… 5 de junio. Por lo menos ya
tengo tiempo aquí, me han dado permiso para la casa pero mi mamá viene más que
todo para acá y no quiero volver para la zona donde vivía antes, porqué ahí fue
donde me eché a perder.

Entonces, quiero entrar a la universidad otra vez, pero fue el pase a la


universidad donde yo me eché a perder, ahí fue donde me eché a perder, a sí mismo.
Entonces, bueno, no sé si entrar a otra universidad, tengo planeado hacer un trabajo
en una universidad. Pero es verdad que a donde yo vaya están las drogas. Yo sé que
el problema está en mí y por eso tengo planeado irme del país, porque lo que pasa es
que, me pongo a ver, por ejemplo, mi hermana consumía droga, y ella está viviendo
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en los Estados Unidos y está sanita, con dos chamitos, y está perfecta. Pero ella no
duró tanto tiempo como yo.

Actualmente, por lo menos a mí, el jefe me ha dicho que ya estoy listo para
irme, pero no me quiero ir, aquí estoy bien, no me hace falta nada aquí, le tengo
miedo a la calle. Yo nunca estuve en la calle, nunca vi la calle. Amanecía en la calle
era porque estaba en casa de un chamo rumbeando, pero nunca estuve involucrado
en nada y no lo voy a hacer tampoco. No, pero no tengo ésa costumbre como esos
chamos que llegan horribles de la calle, sucios… Entonces yo me acuerdo cuando
llegué, llegué, flaquito, pero no soy cochino.

Vine aquí por mi propia voluntad, me habían nombrado un centro y yo iba a


entrar a una comunidad terapéutica y un tío me lo iba a pagar, tenía que ir a unas
charlas y presentar unos exámenes… muchos trámites. Entonces me fui a la calle y
duré dos días consumiendo. A veces me iba pa’ las charlas cuando estaba
consumiendo. Y de aquí me llevaron para un centro que es público, que es del
gobierno y… tá… tá… tá…Es privado, pero el gobierno lo mantiene. Entonces me
vine pa’cá y me metieron de una vez sin los exámenes ni nada. Aquí funciona bien
todo. Nosotros ayudamos a los que llegan, se les compra un jabón, un cepillo de
dientes, lo que se pueda. Aquí pueden traer ropa. Hoy llegaron tres nuevos, a veces
llegan quince nuevos. Ahorita hay ciento veintitrés personas, si no me pelo. A veces
se forman trifulcas porque somos gente de la calle, cada uno somos caracteres
distintos, somos gente que consumimos droga. Y si por lo menos por la casa… yo
puedo ser de cualquier zona buena, pero yo, por ser chiquito, era así, no soy gordo ni
alto, ¿pero no voy a dejar que otro me lo esté diciendo?… Pero tampoco voy a está:
“¡Dále… dále!”… No, no. Cuando están llegando nuevos sí, sí llegan muy rebeldes,
pero el director general les habla, hablamos también, hablando poco a poco… Y
algo que yo no he entendío: (… … …) (… … …) Entonces los conflictos existen y los
conflictos ayudan a (…) también.
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Ahora, con respecto a los jóvenes que estudian por ejemplo sexto grado, yo
no solamente les diría NO A LAS DROGAS, también me les pongo como un espejo.
Yo estuviera ahorita graduado de Relaciones Industriales, yo estuviera ahorita con
un carro, apartamento, y no estuviera aquí. Pero nunca es tarde y soy un chamo
todavía, tengo veintidós años.

También les diría a esos jóvenes, primero que nada, que les hagan caso a sus
padres… Mi mamá siempre me decía: “A mí no me gustan esas juntas”… –“¡No,
jombre, a mí no me interesa!”... Entonces, que les hagan caso a sus padres. Cuando
sepan que es una mala junta, es la verdad. Si dicen eso es por algo, porque saben
quién es esa persona…. “Ustedes saben que tienen que hacerle caso a los padres
porque…”… Mi mamá nunca –cómo le explico– ella nunca me pegó, nunca me
maltrató físicamente, nunca. De hablarme: “Mira, no te juntes con ese chamo, no me
gusta”… –“Pero mamá, es amigo mío”… “Pero, concho, ¡trata de evitarlo!”…
–“¡No me interesa! ¡Ése es mi amigo, y punto. No tengo más amigos!”… -le decía.
Puede ser que te caiga muy bien, ser amigo tuyo, como dicen aquí: “la costilla”,
pero no sabes si el chamo es malo, o la familia de él debe tener malos hábitos. Todo
viene de la familia, entonces si el chamo tiene malos hábitos es porque la familia
tiene malos hábitos.

Y ahí tengo a mi hermanito, bueno, mire, yo a mi hermanito de catorce años,


yo siempre de las drogas hablo con él y le digo esto, esto y esto. Le dan plata, tiene
tremendo celular y tal. Pero yo no sé si es que él me vio a mí cada vez que yo
consumía droga… Por lo menos yo estoy claro que él no toma ni cerveza, está en
tercer año (… … …) Pero yo creo que él vio, por lo menos, todos los problemas que
yo tuve con mi mamá. Cuando vio que mi mamá me consiguió algo, él no sabía qué
era eso. Yo creo que él vio eso como espejo, él no sabe qué es eso, sabe que es droga,
sabe que es malo, pero no sabe qué efecto da, no sabe que es ilegal, no sabe muchas
cosas ¿me entiende? Pero es poco a poco.
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Ahora, los niños de sexto grado que siempre llevan plata a la merienda, me
parece algo normal aunque en las escuelas privadas no corren tanto riesgo, en las
públicas sí. Ahí tienen que cuidarse de las malas juntas, de los chamos que sean
muy... cómo le explico… porque es mentira que de los chamos que vengan de barrio,
es mentira, porque yo conozco gente de barrio, fea, y son más sanos. El problema es
que siempre, como están en barrio… Los barrios (… … …), como quien dice:
malandros ¿entiende? Pero los de las escuelas privadas, siempre son una zona
buena, la mayoría son zonas buenas, pero otras siempre han tenido unos malos
hábitos. En la zona buena es donde está la gente que más se echa a perdé ¿entiende?
Algo que así, que si tienen dinero, el dinero pa’ la merienda siempre va a estar, los
muchachos tienen que llevar dinero al colegio, también, bastante, ¿me entiende?
Pero en la escuela hay peligro, se dice que en las escuelas y que consumen droga.

También se habla mucho de que los heladeros la venden a las puertas de las
escuelas, yo estoy claro en eso, pero en mi caso nunca pasó, en el colegio en ningún
momento nunca pasó. Y hay colegios que ahorita se está viendo eso muy famoso de
que siempre llega un señor que vende “chicha”, pero no, no sé qué decirle de eso
porque nunca me ha pasado y no sé cómo relacionarlo. Y eso es peligroso que un
señor le esté vendiendo eso a un menor de edad. Por lo menos cuando yo empecé a
consumir, yo no consumía con menores de edad cuando yo era mayor de edad. Me
venía un chamito menor de edad: “Mira, chamo, yo quiero que tú me vendas...”...
–“No, chamo, cuando tú me traigas a mí, hablamos, porque yo con menores de edad
“me lavo las manos”. Porque son un problema, son ladrones, son un problema
grave… A mí me decían lo mismo cuando yo era menor de edad.

Yo pienso que los chamitos ahorita son muy inteligentes. Ellos agarran un
celular último modelo y lo manejan “así”, normal… computadoras… son muy
inteligentes. A mi mamá no le gusta que yo a mi hermanito le hable así claro, pero yo
lo hago igualito, escondío de mi mamá le hablo claro: “No hagas esto, mira lo que
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me pasó a mí. No hagas esto, por esto, esto y esto”…Cuanto yo fui a buscarlo a una
fiesta que tenía él, me bajé… Claro, yo veo el ambiente a ver qué hacían, si fumaban
cigarrillo, si esto, si lo otro, y todo bien, normal. O en el caso de que fui a una
panadería y veo una chamita de camisa beige de secundaria, fumando un
cigarro, como una veterana fumando. ¡Ay, una guará! yo la vi y le dije: “Mira,
chica, y tú qué estás haciendo?”… “Fumando...”… -así, normal- “No fumes,
chica, eso se ve feo”... –“Ay, déjame en paz, no seas entrépito”... Cuando me dijo
así no le dije más nada y me fui. Así reacciona uno a esa edad, somos demasiado
rebeldes.

También los maestros deben estar preparados, nunca debe faltar una buena
charla para los chamos alusiva a las drogas a partir de primer año, fácil. Primer
año, fácil. Primer año, porque son demasiado “pilas”. O también quinto, sexto
grado, y ahorita los que estudian sexto grado son demasiado “pilas” y hay que
empezar. Mi hermanito cuando estaba en primer año, yo consumía en la casa y él
olía: “¿Qué huele así?”… –“No, cigarrillo”… -decía yo. Mi mamá fumaba
cigarrillo y fumaba en la casa, o cuando había una reunión en la casa se fumaba un
cigarrillo… “Mira, pero ése no es el mismo cigarro que tú fumas”…Entonces ya, de
cuarto grado para arriba, hablarles.

Y para ellos la educación es un factor protector, claro, porque la educación


viene de la casa, la educación de los padres, hay que educar a sus hijos bien, con
modales, con todo. Y hay que hablarles claro, tá, tá, tá… Hablarles claro, qué es la
droga y orientarlos. Mientras más información se les pase, mejor. Eso sí protege,
porque la persona conoce y sabe que es algo malo, pues, que la droga es mala.

Y en cuanto al trabajo que nos puede proteger del consumo de drogas,


depende del trabajo. ¿Cómo le explico? Hay muchos trabajos… Claro, para
conseguir un buen trabajo hay que estar graduado. Hay mucha gente que tiene nada
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más bachillerato y tiene un trabajo mediocre, por decir la palabra, ¿me entiende?
Un trabajo de vigilante, no sirve. De todos los vigilantes que yo conozco, el 80 por
ciento se droga, el 80 por ciento consume “perico”. Policía, petejota y todo. A mi
una vez un policía me agarró preso: “Ah, mira esto, qué bueno…”… Se dio un
“pase”… Policías, vigilantes, sí, más que todo policías y vigilantes. Porque, ponte,
un señor de oficina que consume droga, se reserva de que nadie sabe, lo hace de
manera muy cuidadosa, a lo mejor lo sabrá uno que otro que lo acompañe. Y si lo
sabe es porque lo acompaña. Si uno tiene un buen trabajo, uno no debe consumir en
una oficina. Si consumes, tiene que ser moderadamente, que no sepa nadie o que lo
sepa el que lo hace con él, para proteger la imagen que siempre ha dado.

Algo que quiero decirle y que pienso mucho de la rehabilitación del consumo
de drogas: eso es una pelea para toda la vida, porque desconozco personas que lo
han hecho. Entonces, si ellos pueden porqué yo no. Es una pelea porque como le
digo, en todos lao’s tú los vas a ver si tú fuiste una persona consumidora. En
cualquier momento te van hacer caer.

Yo estuve haciendo terapia, no terapia en un centro de rehabilitación,


terapias individuales con un señor que es psicólogo y quiropráctico, duré seis meses,
y tuve una recaída. Yo a los seis meses termino terapia, yo estaba bien, yo me sentía
muy bien, no seguí yendo más pa’ la terapia y duré como seis meses más paráo,
como un año sin consumir pero después volví a caer. Ese día porque ya estaba
rumbeando, tenía dos cervezas más encima y una bolsa de “perico”, la abrí y
después ahí empecé otra vez. Pero tienes que tener tiempo sin consumir para que tú
tengas ya la fuerza de voluntad para eso. Seis meses no es suficiente, tiene que ser
dos años. Yo voy a cumplir un año ahorita, falta poco para cumplir un año, no me he
querido ir todavía. Yo he dicho que soy reeducado, tengo mi carta de reeducado y
todo, pero no me quiero ir. Quiero seguir formándome, quiero ayudar a la gente…
me gusta atender a las personas así, que estén mal. Eso me ayuda, me da fortaleza.
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Si tuviera la oportunidad de dar charlas en los liceos por ellos, perfecto


también. Alertando a las personas sobre las drogas, para que vean que es algo malo.
Es malo, es ilegal… El alcohol daña también, aquí hay muchos señores que están por
alcohol, nada más. No saben lo que es una bolsa de “perico”, pero son alcohólicos y
(5)
desde que están aquí no han vuelto a tomar.

4.6. Relato 6 – Informante: Zacarías

Mi experiencia en el consumo de drogas es como un cuento, sí. El principio


fue en un 31 de diciembre, hace catorce años más o menos… Catorce años no, hace
doce años. Tenía nueve años, eso fue hace diez años -ahorita tengo diecinueve años-
un 31 de diciembre, el día de la muerte de mi hermano. Sí, me mataron un hermano,
me lo mataron. Eso fue en el estado Miranda.

Empecé consumiendo marihuana, tenía muchos problemas, primero


familiares. Problemas con mi padre, con mi madre, maltratos físicos, maltrato
verbal. Tenía muchos problemas en mi vida, pero en mi familia, pues. En mi casa,
tenía mucho maltrato. Éramos cinco, ahora somos cuatro. Éramos, porque éramos
cinco y faltaba él. Entonces consumía marihuana, empecé consumiendo marihuana a
los nueve años. Ya a los diez, once años, agarré la vía de la delincuencia, la vida del
malandreo, andá empistoláo, andar jodiendo gente…Entonces amanecía en la calle,
mis padres me echaron para la calle a los catorce años. Mi padre es funcionario de
la Guardia Nacional, yo le robaba los armamentos, las granadas. Y bueno, fui
cayendo en ese mundo de la delincuencia, a los doce años me dieron cuatro tiros…
Entonces yo pertenecía a una banda, eso fue en el estado Miranda, Cartanal se
llama, en los Valles del Tuy. Son bandas de menores, ahorita hay otra banda.
Gracias a Dios estoy vivo, tengo catorce “panas” míos que están muertos todos, el

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Nº de líneas: 320 / Duración 1 hora 30 minutos / Abril 2008
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único que queda soy yo. Tuvieron que purgar condena de veinticinco años en
prisión. De la banda ahorita quedo yo y otro que está preso.

A los dieciséis me fui para la calle a vivir, pa’ la calle, en el mundo de la


basura, pues, en el mundo de la piltrafa humana –como se dice. Una persona que,
primero consumía “piedra”, agarré la “piedra”… Vivía de la basura, pues, comía de
la basura… Ya ‘taba casi que recogía lata, andaba sucio, robaba… Robaba,
desarmaba los kioscos…Me daban muchas “pelas” los policías. Vivía un mundo de
sufrimiento, un mundo de sufrimiento interno. Sufría, nunca pensé que fuera a caer
así tan bajo, pues. Y sufría internamente. Y de ahí empecé a “guerriá”, pues, como
se dice, en la calle, sin saber nada a dónde iba a llegá.

Ahorita tengo sexto grado aprobado. Bueno, ahí iba. Dormía en la calle en un
banco o cerca de un banco. Después caí en los tribunales, caí en los tribunales y me
mandaron pa’ ’ el Retén de menores, se llama el INAM, a los diecisiete, ya iba pa’ los
dieciocho. Salí, duré siete meses, salí otra vez pa’ la calle. De ahí empecé a andá de
centro en centro de rehabilitación, tuve en dieciocho centros de rehabilitación del
estado Miranda. en muchos. Pero no estaba capaz, pues -cómo te digo- no estaba
completamente… no tenía fuerza de voluntad, primeramente no me sentía
capacitado en mí mismo para estar en un sitio encerrado y no pensar en la droga. No
me sentía capacitado, no estaba preparado a esa metáfora de vida –cómo se dice-
para reincorporáme nuevamente a la sociedad. ‘Taba prácticamente desubicado en
mí mismo.

Y llegué aquí, tengo ahorita siete días que llegué aquí. Antes estaba en
Caracas, yo soy de Caracas. Me vine para acá porque tuve problemas con un
director. Primeramente me sentía seguro de cambiar, de echar hacia delante, quería
realmente cambiar, tuve muchas oportunidades allá, primeramente la oportunidad de
estudiar ¿ve? y no me quisieron dar esa oportunidad. Me querían mandar para una
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“broma” de menores de Caracas también,. Y no me sentía cómodo, pues, ahí en ese


lugar. Pedí un cambio para otro centro de ahí mismo de esa institución. Como yo
tenía toda mi familia en ese barrio, me fui hacia allá y entonces el director me dijo
que a juro él hacía que me botaran de ahí, pues, si no estaba con él. Él quería que yo
estuviera a juro a donde él estaba. Bueno, y me decidí, conseguí un amigo y me dio
la dirección, y yo le pedí mucho a Dios que me llevara hasta donde Él quisiera y aquí
me trajo, y aquí me siento verdaderamente cómodo. Llegué solo, de Caracas, sin
conocer nada. Yo tengo dos semanas que llegué del Zulia. Primero, estuve en
Oriente, solo, pues, buscando otro tipo de vida, a donde yo no conociera nada, no
consiguiera droga, por lo menos, buscara entretenerme en otra cosa.

Fui para Oriente, de Oriente me fui para El Estado Lara luego me fui para
Zulia y me encontré con una familia mía que tenía diecinueve años sin conocerla.
Duré siete meses allá y de allá me vine pa’cá, pa’ Caracas de nuevo. Llegué hace
dos semanas de allá, fue cuando llegué del centro. De ahí conseguí un señor y me dio
la dirección y me vine pa’cá. Tengo seis meses de no consumir por propia voluntad.

Yo trabajaba y vivía en la casa de mi familia allá en el Zulia Trabajaba,


trabajaba, pero tenía la mente igualito, pues, “cochina” la mente, pensamientos
malos, no fue por la droga sino en otras cosas, pues, en la delincuencia más que
todo. Porque mi vida se basó no tanto en la droga sino en la delincuencia. Y gracias
a la delincuencia, a los barrios, primeramente a los barrios de Caracas que son muy
peligrosos. En los cerros, que la juventud se daña fácilmente. Ya a los ocho años, a
los nueve años, se ve el vandalismo de juventud más que todo. La juventud se pierde
mucho en el mundo de la delincuencia, en el mundo del ladronismo, porque son
barrios pobres y no cuentan suficientemente con ayuda del gobierno primeramente,
viven en ranchos. Entonces la juventud ve otras personas que se baten en el mundo
de la delincuencia también y tienen de todo, porque roban, matan. Trabajan en puras
cosas, sicariato prácticamente también. Yo tengo ese ejemplo, pues, ese ejemplo de la
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delincuencia y siempre te brindan apoyo, pues. Dañan a las personas, a los niños
más que todo, los inducen para que roben, más que todo les dan armamento, pues,
prácticamente, como que eso es la base, un armamento para que busque, para que él
mismo busque el dinero pero sabe que tiene que entregarlo. Es una “broma” -cómo
le explico- algo insignificable (sic), pues, porque es una vida sucia, como se dice,
sucia. Es algo que la delincuencia está apoderada, demasiado. Como son cerros, no
hay gobierno, no hay Policía, no hay nada.

Por eso siempre estoy pensando en que se ayude a los niños en las escuelas,
que se cuiden, por lo menos los de quinto y sexto grado. Bueno, yo primeramente, el
consejo se lo daría primero a los padres, que le hablen temprano a sus hijos, de la
delincuencia, las drogas, la sexualidad primeramente porque ahorita la juventud,
más que todo las mujeres salen embarazadas a temprana edad. Ya a los doce, trece
años salen embarazadas, en los liceos, en la primaria. Más que todo a los padres,
pues, que les den mucho amor a sus hijos, los eduquen, les hablen, que dialoguen con
ellos, que tengan mucha confianza, respeto, más que todo. Yo creo que todo eso
también va en la crianza, como tú críes a tu hijo, los ejemplos que les des. Son cosas
que realmente no sabría explicar.

A los niños desde pequeños hay que hablarles, hay que decirles: “Mira, te vas
a encontrar en la calle con tanto peligro, vas a encontrar esa situación, puedes caer
ahí, tienes que tener cuidado, tienes que recogerte temprano”. En la calle, tarde en
la noche es cuando se encuentras los riesgos”… Entonces se debe hacer un taller
con los padres, para enseñarlos a ellos y decirles que ellos son los primeros
responsables en la crianza de sus hijos. Porque también hay un factor que es que
hay padres que son muy ignorantes, que no han recibido educación o que han tenido
una vida parecida y entonces no tienen mucho qué darles a los hijos.
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Hay que ver que no todos los padres son iguales. A veces que son padres
buenos y los hijos salen dañados. Eso también es la conducta de uno y el camino que
uno quiera escoger, también. Hay cosas que van en la persona. Primeramente, un
niño es inocente, pero ya cuando pasa a cierta edad sabe lo que es lo bueno y lo
malo.

Más o menos ya a los once, doce años, ya es una persona razonable, ya tiene
otra manera de pensar, se va desarrollando, piensa diferente. Entonces ahorita la
juventud es algo que antes de tiempo se desarrolla, se le desarrolla la mentalidad y
–cómo le digo- adelantan todo el proceso, ellos mismos te adelantan el proceso.
Como yo le digo, ahorita la delincuencia, a los nueve años ya los muchachos tienen
una mentalidad demasiado avanzada, y de hecho tienen que creer mucho en los
padres. Bueno, yo tengo mi hermana, de doce años de edad. Ella a los nueve, diez
años, ya ella sabía lo que era la droga, porque yo le enseñé lo que era toda la droga,
sabía lo que era un armamento, desarmarlo, armarlo. A ella por lo menos nadie la
va a inducir: “Mira, prueba esto, ve lo que es esto”… porque yo a temprana edad la
enseñé. Ella conoció todas las drogas, cómo es el olor, todo, todo. Sabe desarmar y
armar un armamento, a los diez años ya sabía eso. Ya por lo menos ella está apta
para salir al mundo, porque por lo menos en el liceo, en el liceo se ven… es otro
cambio de vida, pues. En la escuela no se ve eso, pero en el liceo se empiezan a ver
las drogas, más que todo las drogas, los armamentos, la prostitución también, porque
hay prostitución ahorita en los liceos, enfermedades, enfermedades sexuales,
venéreas, gonorrea, que son enfermedades contagiosas. Hasta el sida… Porque
empiezan a salir a la “broma”, lo que se llama matinée. Se ven mucho en los liceos
los matinée y ahí se contagian enfermedades. Los matinée son fiestas de juventud,
pues, de ahorita, de ahorita, para consumir el Éxtasis, “bromas” así, pero es de
puros liceístas. Y entonces les meten pastillas, más que todo a las mujeres y las
violan. Entonces las preñan y no saben de quién es el padre. Eso es lo que pasa
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ahorita con la juventud en los liceos, porque ahorita la droga se está moviendo en
todo.

Ahorita hay muchos tipos de drogas que hay personas que no las quieren
consumir, pero las consumen por la malicia de otras personas que se las inducen.
Por lo menos yo conocí un caso de un joven que preñó a la mamá. Él le daba una
malta todos los días, con una droga que se llama burrundanga (sic), que se está
viendo ahorita mucho para el robo… y la preñó. Le hacía cosas sexuales después que
le inducía la droga, hasta que la madre salió preñada y en el doctor le hicieron las
pruebas, los exámenes de sangre y todo. Le encontraron en el examen de sangre que
era la misma sangre del hijo de ella. Y, bueno, está preso, y no sé a lo mejor estará
muerto. Son cosas que hay que ver, pues, son ejemplos que uno tiene que seguir.

Yo pienso que con mi experiencia de estar aquí en esta Comunidad, yo me voy


a rehabilitar, me voy a reincorporar a la sociedad, que podrá ser muy difícil pero que
sí se puede, porque difícil es decretarle la muerte. Y hubo un hombre que hace
muchos años lo hizo, entonces yo digo que no sería difícil, ya sería tener fuerza de
voluntad, ya sería poner uno de su parte. Pues yo por lo menos traigo una meta,
porque uno cuando ha sufrido en la vida, uno piensa en grande, porque el corazón
por un momento se le seca. Entonces uno piensa, primero te dejas llevar por el
rencor y eso no es nada bueno, como ya le dije. Y después que uno lleva tanto golpe,
y golpes y golpes, uno se da de cuenta que uno es algo que verdaderamente, uno es
algo valioso, una perla, algo, delante de los ojos de Dios, y tiene que pulíla (sic), Él
va a pulí (sic) esa perla pero uno se tiene que dejá pulí. Para otros que dicen que
“Ése es… –disculpe la palabra- …Ése es una “rata”, una escoria, un patógeno”…
para Dios somos unas perlas preciosas. Entonces yo digo que todo quedaría de parte
de uno, porque Dios no puede ayudar a uno, pero si uno no se deja ayudar no hay
remedio, pues. Yo por lo menos tengo fe en Dios y fe en mí, que voy a salir hacia
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delante y que voy a salir de este mundo en que estaba metío (sic), porque ahorita
estoy avanzando.

Bueno, otra cosa que se les puede enseñar a los jóvenes es que ahorita hay
que tenerles la mente retraída (sic) en algo como el deporte, es muy bueno, es
demasiado bueno para la juventud ahorita. Ubiquen a sus hijos en el deporte,
aunque se sabe que mucha gente tiene en una cancha la droga, pero eso depende si
es callejera sí, porque yo fui, yo jugué en la selección de Miranda en una “broma”,
en un estadium en el estado Miranda, y también fui deportista. En mi vida tuve
muchas cosas, deportista, yo hice muchas cosas buenas, trabajé también, pero
también vi la droga. Ya consumía pero no me llevaba a nada, de nada me servía
hacer deporte.

Ahorita ya no pienso en la droga, lo que me interesa es recuperar mi familia.


Primeramente recuperarme a mí mismo, pero también recuperar mi familia. Cuando
yo me sienta capacitado para salir a la sociedad, integrarme a la sociedad, será que
puedo hacerlo. De resto, me mantendré aquí internado.

Pero, claro, hay que cuidarse mucho en la calle. Bueno, yo lo que le diría más
que todo a la juventud, que se cuidara mucho de las fiestas, que no bebieran bebidas
alcohólicas que le den otras personas. Y a los padres que, bueno, que orienten muy
bien a sus hijos, que los orienten muy bien y primero, que los críen en un lugar
estable, porque ahorita la droga se ve en todos lados, pero hay sitios donde no se
mueve tanto, pues. Por lo menos como a mí me criaron en un sitio donde mi papá
nunca me quiso sacar de ahí. Un barrio, que eso es demasiado peligroso, se ven
muertes a diario. Y yo me crié como lo que yo vi. Yo salía a la calle y lo que vi, eso
fue lo que yo agarré. No agarré las cosas buenas, no veía nada bueno, pues. No veía
cosas turísticas o parques, zoológicos, no. Lo que más veía era la delincuencia y eso
es lo que uno agarra.
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Aunque es importante sobre todo que los jóvenes necesitan estar con los
jóvenes. La única manera de juntarse con ellos es, pues, acercándose a ellos, no
importa la manera como los ven. Y eso está en los padres también, porque uno
cuando joven cree que se las sabe todas, les contesta mal a los padres. Son cosas que
verdaderamente lo tiene que pasar la juventud. Yo por lo menos le doy gracias a Dios
que yo pasé mi juventud y estoy vivo. Aunque tengo 19 años, mi juventud fue más
madura. Maduré muy rápido, antes de tiempo. Ya yo siento que ya mi juventud la
pasé y no la aproveché.

Yo sé que soy muy joven todavía, puedo hacer muchas cosas, puedo seguir
estudiando, trabajar, hacer una vida diferente en otro lugar donde no me conozcan,
es decir, la misma gente de donde yo estuve, donde me crié. Bueno, por lo menos en
la edad soy un niño, pero la mente la tengo más avanzada, porque viví cosas que me
hicieron que la mente ahí fuera más madura, por lo menos la calle. La calle me trajo
una experiencia demasiado fuerte, fuerte. Una experiencia que yo no estaba
capacitado para eso. Una experiencia que trae mucho dolor y malos recuerdos. Yo sé
que tengo que darme ánimos, todo es la cuestión mental que yo tengo en mí. Ya para
mí el pasado está enterrado, lo único que sí le doy gracias a Dios que estoy vivo. Le
doy muchas gracias a Dios que estoy vivo y que, bueno, corrí con suerte, pues, que
no corrieron los otros que estaban conmigo, porque el único que corrió con suerte fui
yo que estoy aquí vivo, libre, porque tengo libertad, tengo privilegios, ahorita aquí
tengo privilegios como es el de estudiar, hacer deporte, reclear (sic) la mente en
cosas que verdaderamente valen la pena. Yo lo que quiero es hacé: “mi propio
edificio” ¿ve? Tumbar “ese edificio viejo” que tenía y empezá con unas bases
nuevas. Ya empecé, poco a poco… y tener una familia.

Vengo luchando de muchos sitios, pero creo que lo más importante para mí
ahorita es no caé otra vez en las drogas. Claro, por lo menos tengo diecinueve años,
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soy un “carajito”, ahora es que me queda vida por delante, pero, he visto cosas
fuertes, he vivido rutinas…Rutinas de menores, por lo menos en prisiones de
menores. Son cosas que también la mente a uno le cambia. Rutinas son…-cómo le
explico- cosas diarias, cosas a diario, que todos los días tienes que hacer las mismas
cosas, es una rutina como todos los días tienes que entrarte a puñaladas, todos los
días tienes que cuidarte que no te vayan a matá o violar, porque también se ven
violaciones allá adentro.

Yo aquí en esta casa me siento seguro, bueno, me siento bien, gracias a Dios,
primeramente al director, al presidente, que son personas muy humildes, y personas
que verdaderamente le brindan el apoyo que uno necesita. No son como otros
centros, yo no critico ninguno de los centros de rehabilitación porque son creados
para ayudar a las personas que verdaderamente lo necesitan, y son cosas que uno
tiene que ver también. Pero hay otros centros donde humillan a la gente. Si uno viene
de recibir maltrato, maltrato en la calle, llegas a un sitio donde te van a maltratar,
no haces nada, lo estás impulsando a que agarre otra vez la calle. Entonces aquí no
se ve eso, aquí no se ven maltratos, aquí no se ve “brilleo”, no se ven ofensas, aquí
cada quien es libre. Brilleo es una persona que está encima de ti todo el tiempo,
fastidiándote, tienes que barrer, barrer aquí, barrer allá… “Limpia aquí, limpia
allá”…Eso es “brilleo”… Que no se ve eso, pues, aquí lo que se ve es libertad,
porque todo está en la libertad. La recuperación está en la calle, y uno, no estar
encerráo, porque yo estoy aquí encerráo y no salgo. No consumo porque no salgo,
pero si saliera, consumo. Entonces yo digo que la recuperación está en la calle, que
tú salgas de aquí y pases por allá, por el centro, por otro sitio y estás consumiendo.
Eso es una cosa que te va a llamar, te va a llamar y te va a incitar. Es ahí donde tú
ves si verdaderamente tienes fuerza de voluntad para no consumir. Pero esto es un
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sitio maravilloso, de darnos estudio. El hecho de estudiar y hacer deporte, es lo que


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verdaderamente lleva al venezolano a echar hacia delante.
4.7. Relato 7 – Informante: Marcos

Mi experiencia en el mundo de las drogas, ante todo yo tengo que reconocer


que primero fue curiosidad Siempre llega un punto en el que te mata la curiosidad
por saber algo. Por ejemplo en mi caso, yo realmente por lo particular soy muy
curioso, curioso a un límite, en el punto en que sepa de que ahí ya no puedo
conseguir más nada, pues simplemente dejo de buscarlo. Pero donde yo sé que puedo
conseguir más, sí, por curiosidad sigo buscando hasta conseguir lo que busco.

Cuando empecé estaba yo pequeño, como de dieciséis, diecisiete años, más o


menos. Yo tengo veintisiete años ahorita, voy para veintiocho. Y al principio era
curiosidad, como ya yo le dije, y también era como por pasarla bien. La primera vez
que yo me drogué la pasé “muy bien”, entre comillas, y luego ya después quieres
repetir la experiencia, pero cada vez se va agravando más la situación. Yo tengo
veintisiete años y ya han pasado diez, once años ya de la primera vez que lo hice.
Pero esto a lo largo de todo este tiempo nunca me cohibió de hacer otras actividades,
entonces yo dentro del mismo problema yo estudiaba, trabajaba, me relacionaba
con la gente, a ver cursos, chicas, novias, amistades, salidas. Siempre estaba
socializando, nunca fui alguien que me quedé estancado, que me quedé pegáo en un
hueco grueso, y todo alrededor iba pasando y yo allí. Aunque debo reconocer de que
estando en el mundo de las drogas el tiempo te va pasando, las cosas te van pasando
a tu alrededor, a pesar de que yo quiera decirte que siempre estaba en contacto con
la sociedad y todo eso, de alguna manera el tiempo me iba pasando. Tal vez de que
en diez años, de uno proponerse hacer algo en diez años, es bastante lo que se pueda
lograr, pero si estás en el mundo de las drogas definitivamente no haces nada. El

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Nº de líneas: 262 / Duración: 1 hora 15 minutos / Abril 2008.
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problema también se abrió paso por la inconstancia. Entonces de repente yo


comenzaba un curso y no lo terminaba. De repente comenzaba a trabajar en un buen

sitio… Tuve la suerte de que los trabajos que conseguía eran buenos, relativamente
buenos para mi situación o para mí como mi vida personal, para mis gastos, todo
eso. Entonces llega un punto en el que me vuelvo inconstante, de repente abandono
el trabajo porque creo tener la capacidad de conseguir otro y realmente era así.
Entonces de repente un día jueves me quedaba sin trabajo y ya el lunes estaba
trabajando nuevamente en otra parte, siempre dentro del mundo de las drogas,
siempre.

Al principio era marihuana, porque era una droga supuestamente feliz, una
droga que supuestamente la pasas bien, una droga que supuestamente te permite
relacionarte con otro tipo de personas, te permite hacer otras actividades también.
De hecho, te da hambre, son síntomas de la sustancia en sí. Pero ya después se
fueron agregando otras drogas, como era la cocaína. Pero esta droga yo la
catalogaba como para momentos especiales, dentro de lo que uno considera
momentos especiales: un Fin de Año, una fiesta, un matrimonio, una reunión social
donde hubiese alcohol pudiese ser combinado con esta droga. La marihuana, podría
hacerse sin beber alcohol. Yo muy poco bebo alcohol. Entonces, luego ya era el
crack, ya esto a la largo de los años. Estos últimos cuatro años son los que me vi más
afectado con crack, esa “piedra” que la llaman así ¿no? Sí, porque entonces había
un punto, al comienzo, y eso le pasa a todas las personas que comienzan y que están
en este mundo, todas comienzan más o menos el mismo camino con la marihuana,
luego es cocaína. Es una mezcla entre dos drogas que es la marihuana con crack.
Las mezclas las dos y tienes una reacción, entonces ya después quieres tener otra
reacción que es diferente a esas dos juntas, entonces ya es una sola, que por eso la
gente llega a un punto en que no fuma marihuana, no inhala cocaína, no bebe, no
fuma cigarrillo, sino crack. O sea, que se “pegan”, se “pegan” en eso, porque el
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crack es muy adictivo… El organismo te pide, básicamente el cuerpo. Bueno, el


cristiano te habla sobre la “carne”, entonces la “carne” te pide alcohol, la “carne”
te pide rumba, la “carne” te pide droga, la “carne” te pide sexo. Entonces ya todo
depende realmente de la persona que quiera hacerlo. El cristianismo, para uno,
viéndolo desde otro punto de vista y no cristiano, uno es el cuerpo que te pide la
droga, el cuerpo que te pide el alcohol, el cuerpo que te pide todas las cosas. Todas
las cosas que el cuerpo te pide, depende de ti si satisfaces el cuerpo o no

Es una decisión plenamente de la persona. No hay personas que interfieran,


no. Hay unas personas que lo toman por aceptación. Entonces de repente están en
una fiesta, un grupo con otras personas, y puede haber un drogadicto entre esas
personas, y va a haber otra de esas personas sanas que quiera experimentar, para
que sea tomado en cuenta ante los otros grupos. Bueno, ése no es mi caso, mi caso
simplemente fue curiosidad, y de hecho por esa curiosidad, ya después fui yo el que
podría aceptar a otra persona.

En la relación con mi familia, al principio yo siempre tenía algo bien en


claro de que yo siempre puse mis condiciones, a pesar de que estaba, pues, en el
mundo de la droga. No dejé de estudiar, claro, en un principio, ya después se
intensificó el consumo y ya después dejé de hacer ciertas cosas. Vas eliminando
actividades que te puedan restar tiempo para tú consumir drogas, vas abandonando
responsabilidades. Por eso el drogadicto es muy, pero muy irresponsable, es
extremadamente irresponsable. De hecho, pues, yo considero que la persona más
irresponsable que puede tener la sociedad es el drogadicto. Otro punto con mi
familia: yo siempre sospeché de que ellos sabían, siempre, siempre sospeché de que
ellos sabían y yo no sé porqué, pero se me metía en la cabeza…-no sé, de repente era
los mismos efectos de la droga. Me justificaba yo mismo y yo decía: “Bueno, para
mí, ellos saben, pero yo estoy estudiando, yo estoy trabajando, estoy haciendo un
deporte, estoy haciendo un curso, ellos no tienen porqué meterse tanto y reclamarme
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tanto, y recriminarme tanto el hecho de que yo consuma droga”… Era lo que yo me


metía en la cabeza. Cuando comienzo a dejar actividades, a evadir actividades, ya
comienzan a ver mi irresponsabilidad ante mis cosas que realmente son para mí: mi
curso es para mí, no es para ellos. Entonces decidí, pues, sentarme en la mesa con
ellos. Yo me acuerdo que eso fue hace mucho tiempo con mi mamá -que en paz
descanse, Dios la tenga en su gloria- y mis dos hermanos mayores. Mi papá hace
mucho tiempo que dejó de vivir con nosotros, y vivíamos éramos nosotros nada más:
mis dos hermanos mayores, mi mamá y yo.

Bueno, yo me senté en la mesa con ellos, una actitud muy madura de mi


parte, lo reconozco ahorita y lo reconocí en aquel entonces, y ellos también lo
reconocieron, y de hecho fue un momento muy bonito porque ellos se sintieron muy
agradecidos ante mi sinceridad con ellos, pues, ante reconocer mi error y ante de
reconocer mi defecto delante de ellos, pues ¿no? Y a pesar de que la promesa fue el
de no volver a hacerlo, definitivamente es el mismo demonio que lo lleva a uno a
volver hacer otra vez las cosas malas, y él es el culpable y a quien yo le echo la
culpa, sé que soy yo pero siempre manejado por él. Bueno, yo reconozco mi situación
ante ellos y prometo no volver a hacerlo. De hecho, pasó un buen tiempo…

Yo no consumo droga desde el martes de la semana pasada. Llegué aquí el


día martes en la mañana. Yo estaba en otro centro, pero era un centro cristiano y
dentro de ese centro yo había escuchado sobre éste. Pero yo decía que no podía ser
verdad porque realmente es un sistema en el que ellos trabajan el drogadicto o el ex
drogadicto para darle todas las oportunidades. Y yo decía que no podía ser verdad,
que tenía que haber algo a cambio, que casi siempre es así. Entonces en ese centro
cristiano te paraban a las tres de la mañana a orar, luego a las once, luego a las tres
de la tarde, luego a las seis de la tarde… Todos los días a la iglesia, los domingos a
la iglesia… Entonces era como que muy saturado de información bíblica, por así
decirlo, ¿no? cosa que uno es muy susceptible en ese aspecto, pues. Esas cosas a uno
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no le gustan mucho, entonces que te las estén metiendo mucho, de lleno, todos los
días, entonces más rápido saturan. Decidí venirme, yo estaba una zona donde me
consigo un amigo que me vuelve a comentar sobre esto, y era el punto en el que yo
decía: “Bueno, aquí estoy y ¿para dónde agarro?”… Eso fue la semana pasada, el
martes. Entonces, él me comentó de esto y tá, tá, tá, y bueno, llegué aquí, me
abrieron la puerta, me fui con el presidente de la Comunidad Terapéutica, luego con
el súper director, y ya estoy acá. Y, bueno, el recibimiento aquí es todo muy sincero,
trabajan mucho la sinceridad: “Dime qué haces aquí, cómo llegaste aquí, quién te
dijo de esto. Porqué estás aquí, cuál es tu problema, de dónde vienes”… Ese tipo de
preguntas que se le hacen, pues, a una persona con este tipo de problema, que
realmente tú no puedes mentir. No puedes mentir porque ése sería el principio de tu
fracaso, yo lo pienso así, yo pienso que eso sería el principio de mi fracaso. Si llego
aquí con mentiras, no me sirve de nada. Entonces llegas, pues, hablando con toda la
sinceridad porque es una ayuda que te estás buscando.

Le puedo decir también que no tengo hijos, aunque yo quisiera tener hijos y
de hecho, pues, la última novia que tuve, mi mamá me decía qué pasaba, que ella
quería un nieto o una nieta, algo. Pero no sé, de alguna manera yo he estado siempre
consciente ante las situaciones, por lo menos la mía, y sé perfectamente de que no
podía tenerlo, pues, porque simplemente no tenía las condiciones económicas como
para ofrecerlas a un niño, pues ¿ve? Pero también había otra parte que me decía que
mucha gente comenzó así y luego, a medida de que el tiempo iba pasando, él iba
saliendo de las cosas, iban progresando, pues. Familias que no tenían ni casa, y
entonces poco a poco se iba dando las bendiciones, que definitivamente son
bendiciones.

De tener un hijo yo lo criaría -siempre lo he pensado… Hay un dibujo que se


llama Yin-Yang, que se conoce también como el Town Country, que es un dibujo
redondo donde es blanco con negro. Entonces ahí se trabaja un equilibrio -eso es un
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dibujo chino- se trabaja el equilibrio, un poco de bueno y un poco de malo. Entonces


yo personalmente lo criaría dándole información sobre las cosas que no debe hacer,
por ejemplo, las drogas. Podría llegar a hacer confianza con él… La idea sería
hacer confianza con él y… ir mostrándole a medida de su crecimiento, de acuerdo a
su aceptación también, psicológica, cómo él podría identificar personas en ese
estado, diferenciar una sustancia de otra, darle información sobre sus efectos, darle
información sobre sus problemas que podría acarrear, porque no es solamente ir a
comprar la droga y consumirla. Y creo absolutamente que eso despierta la
curiosidad de la persona. Es una parte importante, porque realmente uno puede aquí
hablar y decir cosas que realmente podrían o no (…) en un colegio, de un quinto
grado -vamos a suponer- y entonces: “Bueno, yo vengo aquí a conversarles de las
drogas para que ustedes se cuiden, no caigan en el consumo…”… Y entonces
empiezo a hablarles de la marihuana, que incluso hay gente que la lleva en los
maletines y la muestra, los diferentes tipos de droga… Entonces el niño, por aquí,
por su cabeza, nunca le había pasado eso, pero a partir de ese momento se le
despierta la curiosidad.

Entonces, ahí hay dos cosas muy importantes: hacer esto con la orientación
de los padres, pero no hacer esto y dejarlo solo. Y reforzar esto con la orientación
del maestro, de los adultos. Es muy importante, porque sin querer uno cambia la vida
de otra persona. Por eso, a mí me hubiese gustado, siempre me gustó tener la idea de
estudiar Psicología. Porque yo pienso de que uno con palabras, simplemente
palabras, puedes cambiarle la vida a otra persona, dependiendo de lo que esa
persona reciba, su parte receptiva como ser humano adopte las palabras y las
equilibre, y las tome de lo mejor o de la peor manera posible. Entonces, ante un niño
es muy delicada la situación, es muy difícil, porque el niño definitivamente de por sí
es curioso, es curioso de nacimiento, desde pequeño es curioso.
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Yo he oído que a los niños no se les debe decir más allá de lo que preguntan,
sí, estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo dependiendo del entorno en que viva el niño.
Yo digo que eso también influye en su crecimiento personal, en su desarrollo
psicológico, en su desarrollo mental, en su desarrollo social, en su desarrollo
emocional. Y eso lo aprendí en tercer año de bachillerato que es el último año que
estudié.

No he estado en comunidades terapéuticas, en lo absoluto. Una vez estuve en


una comunidad terapéutica, pero te trabajan mucho, pues, psicológicamente, pero no
fue mucho el tiempo que estuve allí. Sí aprendí, a pesar del poco tiempo que estuve
ahí, aprendí cosas que me han servido, otras que de verdad no las he puesto en
práctica. Pero de que me servirían, me servirían de ponerlas en práctica. Pienso de
que, por ejemplo, en el caso del niño, a mí me preocupa eso, siempre me ha
preocupado porque yo tengo sobrinos, y de hecho hay algo en mí que cuando pienso
en ellos o pienso mucho en ellos, yo podría… y debo, de hecho, duro hasta días sin
consumir droga, pensando no en el daño que me estoy haciendo a mí, sino en el
efecto que a la larga pueda causarles a ellos. Porque yo estoy mal y ellos me ven
mal, pues los que están más grandecitos ya, ellos saben de porqué estoy mal.

Y que ellos aprendan de esa experiencia es lo que quisiera, pero lo que me


preocupa es la curiosidad que yo pueda despertar en ellos. Entonces, es una de las
razones muy profundas, pero muy profundas dentro de mí, de querer yo recuperarme
no tanto por mí, ni por la sociedad ni por mis hermanos, sino por ellos. Es algo que
siempre, siempre me ha tenido preocupado y de verdad a mí me da una pena
tremenda, el no tener la fuerza de poder dejar la droga definitivamente, para que
ellos vean, pues, de que el mundo en las drogas no es nada bueno.

Ahora, yo digo que por ellos, pero también pienso que si yo no me recupero y
no asumo la responsabilidad de negarme a ese mundo, no voy a poder ayudar a los
102

demás. Estoy definitivamente de acuerdo en que primero tengo que salvarme yo para
después poder salvar a otros.

Le cuento que estuve metido en el mundo delictivo, pero no era un mundo


delictivo normal –por decir algo, pues. No era del que estaba parado en una esquina
con un revólver, esperando que alguien pasara para robarlo, no. Era otro tipo de
mundo delictivo. Tenía carro, con otros robábamos en un telecajero, robábamos a
otras personas con sus carros y todo, luego lo llevábamos a otro sitio por allá donde
lo dejábamos. Huíamos con el carro y con su dinero, cosas así. Nunca herimos a
nadie, nunca matamos a nadie…

Cuando nosotros hacíamos eso no estábamos drogados, no, en absoluto. En


mi caso siempre usaba la droga para escapar de las cosas. No iba a robar o…Yo
digo robar porque realmente es un robo, pues, o un hurto, también robaba carros y
ya es hurto, pues, no es robo como es normal sino hurto. No me drogaba para
hacerlo, lo hacía… satisfacía algunas cosas como eran ropa, todas esas cosas, de
repente ayudar a alguien que, bueno, de repente está limpio, pues.

Yo muchas veces robaba un carro para ir a venderlo o de repente tenía un


carro con el que yo trabajaba, que era un taxi, entonces andaba ya con dos o tres
personas más, robábamos otro carro, lo íbamos a vendé, y nos quedábamos en el
carro en el que yo andaba. Entonces, claro, uno se reparte el dinero. Siempre hay
gente comprando carros robados. Siempre en cualquier parte, cualquier carro, en las
condiciones que sean, por “tal” precio. Entonces, pues, no me drogaba para hacerlo,
sino que después que lo hacía ya era donde “venía disfrutando lo que hacía”, entre
comillas, es decir, a la playa, a rumbeá, ropa, darle a quien no tuviese: “¿Limpio?
Bueno, yo te regalo ahí… ¿Estás limpio? Toma”… -como uno dice, pues.
…“¡Alíviame!”… -“Bueno, entonces agarra ahí”… “¿Estás pegáo?”… -“Bueno,
agarra unos realitos ahí para que te resuelvas un rato”… Y así, pues, y ésa es una
103

forma de convivir entre el mundo delictivo, darle a quien no tiene, después cuando tú
no tienes, ellos sí pueden darte a ti. Y nos conocemos entre todos.

El drogadicto, o mejor dicho, la enfermedad de la drogadicción está en


cualquier núcleo social, en cualquier parte: en la alta, en la media y en la baja.
¿Grupos? Bueno, de repente en un edificio viven no sé qué cantidad de personas y
hay cinco o cuatro muchachos de ese edificio y se reúnen a fumar en la parte de
abajo del edificio, y cada quien ya hace su actividad, y todas esas cosas. Existen
diferentes tipos de drogas que son consumidas por diferentes clases sociales. Por
ejemplo, en los barrios lo que más se consume es la marihuana y el crack. Y en las
altas sociedades lo que más se consume puede ser desde el crack y la heroína, y la
cocaína. La cocaína sí, pero más que todo en estos tiempos es la heroína, y se
denomina también como “H” o “letra” también le dicen.

Entonces es mucho más fuerte, es una droga más cara, una droga con unos
efectos devastadores tanto psicológicos como económicos, sociales… en fin. Y es una
droga altamente dependiente. Aquí nosotros estamos, y un ejemplo: yo pude haber
consumido droga el día de ayer en la calle, y hoy estoy acá y puedo pasarme el día
de hoy sin consumir. Y desde el día de hoy en adelante, pudiese dejar de consumir, si
yo quisiese, esa droga. Pero lo que es la heroína…Yo consumí heroína ayer y el día
de hoy estoy acá, y entonces estuviese enfermo con dolor en los huesos, vómitos,
mareos, náuseas… la que llaman “la mona”. Ésa es la única droga que te deja ese
tipo de efectos. Entonces, definitivamente, algunos consideran de que es mejor
seguirla consumiendo que dejarla de consumir. Eso lo piensas estando en la droga,
más nada. En tu sentido cabal y en tu cabalidad, tú por lógica tienes que saber que
(7)
lo mejor es dejarla.

(7)
Nº de líneas: 268 / Duración 1 hora 15 minutos / Abril 2008.
104

4.8. Relato 8 – Informante: Abraham

Bueno, yo empecé hace quince años, más o menos, y fue poco difícil, debido a
la muerte de mi madre, me “pegó” bastante y por ahí me fui, fui siendo alcohólico.
Yo tenía 20 años cuando murió mi mamá.

Antes de los veinte años yo no había consumido droga, fue después de la


muerte de mi mamá. Yo no vivía con ella, yo vivía aparte, vivía al lado de la casa de
mi madre, pero como madre e hijo nos llevábamos pésimamente, pero como amigos
nos llevábamos bien. Ella era mi apoyo…Nos llevábamos pésimamente porque ella
era un poco autoritaria, también. Pero eso quizás fue lo que me llevó a mí a que yo
fuera alguien, bastante tiempo. Ella era un poco autoritaria, me pegaba dos, tres
gritos… Si yo le decía cualquier cosa, ella, así fuera una olla, me la lanzaba. Era
agresiva conmigo, y no se trataba de darle o no motivo porque a fin de cuentas era
un respeto que yo tenía hacia ella. Pero como es lógico, cuando ella estaba
equivocada, yo trataba de hacerla entrar en razón. Pero ella no lo tomaba así, ella
me decía: “¡No!”... O: “¡Yo estoy desayunando!”… y me tiraba los platos. Ella no
me escuchaba por ese lado. Por lo demás, bueno, como amigo sí me llevaba bien.
Ella me pedía consejos a mí más bien. Ya era una contradicción.

Ella me pedía un consejo que… por lo menos no vivía con mi papá, y vivía
con un señor. Y ella me pedía consejo, que qué hacía, que se sentía mal… Y cuando
se sentía deprimida o cuando se sentía feliz, también. Y para mí era por lo menos mi
papá, el que me tomaba en cuenta. Me tomaba en cuenta por ese láo, que ella era la
que… Ella se sentía mal al vivir con ese señor, pero qué más podía hacer, ésa fue su
decisión y yo tampoco iba a ser nadie para quitarle necesidad que hay de ella tener
105

un hombre, pues, somos seres humanos, no podemos tomar las cosas tan así.
Teníamos una relación más bien como de amistad, pasé a ser el confidente de ella.
Bueno, cuando ella muere, yo me pongo a vivir con una muchacha. Yo no vivía con
mi mamá, pues, o sea, yo era vecino de mi mamá. Tenía alquilada una casa y yo
llegaba a la casa de mi mamá. Ella sí andaba siempre pendiente de mi comida:
“Mira, ¿comiste? ¿No comiste?”... Siempre estaba pendiente de mí, y como me decía
ella misma y mi padastro (sic) que hasta que yo no llegaba, ella no estaba tranquila
si no me veía. Pero entonces cuando me veía o escuchaba mi voz, se quedaba
tranquila, dormía, todo eso. Pero como no andaba en malas juntas y nada por el
estilo, ella lo que le importaba era saber si yo llegaba o no llegaba, por lo menos, de
una grabación donde estaba trabajando.

Yo empecé a grabar en la televisión como a los diecisiete, dieciocho años.


Bueno, la televisión fue significativo, bastante significativo, fue algo que también me
llegó inesperadamente. Tenía en ese tiempo talento y no lo conocía, fue en un casting
que estaban haciendo en Marte TV. Ésa era una productora que comenzó grabándole
a Venevisión. Ahí trabajé en varias novelas…Me llevaron para el casting y
casualmente quedé y me dijeron que tenía que ir a una producción que era un poco
larga y un poco difícil. Usted sabe que hay mucha gente que tiene talento y por más
que sea hay mucha gente que tiene dinero, que prefieren, pagan para que sus hijos
sean… –qué sé yo- lo mejor en hacer publicidad. Mientras hacían publicidad, van
ganando, pues poco a poco, porque eso es más que todo lo que busca la persona:
publicidad. Yo fui descubierto por un buen director, y por ahí me fui. Después me
escribió otro personaje de la televisió, también me metió en un personaje de una
obra de teatro y cuanto él murió posteriormente, estaba yo trabajando con él
también en una obra de teatro también. Tenía bastantes aspiraciones, pero luego que
muere mi madre yo me dedico al alcohol. Empecé a tomar de buenas a primeras,
porque me “pegó” bastante, me “pegó” bastante. Me dolió mucho la muerte de mi
mamá, era la única persona que tenía, pues, fue mi apoyo. Tengo un hermano que
106

está vivo, gracias a Dios. Ella murió y mi hermano quedó vivo después que ella dio a
luz, eso fue un preclance –creo que fue la cosa–, de todos modos yo en esos términos
médicos no estoy así muy enterado. Pero, fue un golpe bajo, y me dediqué al alcohol,
me dediqué a criar a mi hermano, fue difícil. Y fui dejando un poco la televisión de
lado. Fue un “choque” que no lo supe canalizar y me dio una depresión, una vida
que la gente se daba cuenta, pues, que no estaba yendo a trabajar como actor y si
iba a trabajar, iba “prendío”. Fui descuidando todo y cuando vine a ver estaba
alcoholizado, pero entonces superé esa etapa. Yo duré bebiendo como de agosto a
mayo. Y no “le paraba”, no tenía responsabilidad, no “le paraba”, así. Después me
conseguí una muchacha, tuve amores con ella. Así fue que me di cuenta que tampoco
la vida era como yo la llevaba… Mucha gente me lo decía: “La vida continúa, no te
puedes echar a morir”…

Entonces fui superando un poco lo del alcohol, seguí trabajando, pero en qué
momento exacto no sé, consumí droga, entonces me quedaron “las raíces”… “las
raíces”… Empecé con el “perico”, fui tocándolo poco a poco los fines de semana
con amigos, no con amigos del trabajo. Ahí me daba yo toda mi “bomba”, pues, pero
así ocasionalmente.

Cada vez que tenía un problema con mi señora y entonces llegaba y ¡swiss!…
sobre todo cuando me separé de mis hijos, que ahí sí caí por completo en la droga.
Yo me separé de mis hijos a los veintiséis años, ahorita tengo treinta y cuatro, mi hijo
va para quince años. Con mi esposa tengo tres, dos varones y una hembrita, ya tengo
realmente tengo seis años que no los veo, pero siempre sé de ellos. No les puse tanta
importancia y ahora veo las secuelas que dejó y que ahora mis hijos no están.
Gracias a Dios están estudiando, pero no se sienten muy bien emocionalmente. Y
gracias a Dios nunca les di mal ejemplo, pero emocionalmente se sienten mal y no
quiero que vaya a pasarles lo mismo que a mí me pasó en la vida. Mi esposa está con
ellos, es una buena mamá, pero no tienen el apoyo de su padre. Según ella me ha
107

dicho, mis hijos no saben que yo soy un consumidor de droga, y yo tampoco quiero
que ellos se enteren. Me separé de mi esposa porque teníamos problemas, era un
poco muy excitada. Claro, no sé si es que estaba muy jovencita, yo empecé con ella a
los dieciséis, algo como a los veintidós años. Y no es fácil cuando las muchachas se
comprometen a temprana edad, porque como no han disfrutado de la vida, entonces
uno no las entiende, pues, o sea, se fastidian un poco.

A partir de allí empecé el consumo. Yo lo tomo desde el punto de vista de que


empecé a consumir la droga hace como ocho, nueve años, estuve consumiendo
diferentes tipos de droga, por lo menos en pastillas. Consumí “perico”, consumí el
crack, pero fueron etapas. Consumí la marihuana, aunque últimamente la ligaba, ya
no me sentía bien con una, o sea, hay que hacer una liga para poder ir al Éxtasis. Yo
consumía era para evadir los problemas. Para evadir que tenía que… qué se yo,
buscar una ayuda. Mi pensamiento era en ese momento: “Es que nadie… nadie…
nadie ayuda…”… Pero como todo tiene un precio también. Yo confío en Dios…
entonces yo decía: “No vale, nadie ayuda así de gratis, nadie ayuda a nadie, no es
fácil”… Entonces siempre había algo a cambio. Y por lo menos yo vi muchas
personas que me quisieron ayudar y era para obtener algo a cambio como… “Mira,
que yo te puedo ayudar…”… por lo menos hombres, y resulta que eran
homosexuales, para satisfacer los instintos y… “No, vale, tengo mi honor”… No caí
en eso. Entonces me fui un poco también ayudando así: “¿Cómo alguien como
yo…?... Tengo que salir adelante algún día sin la ayuda de nadie”…Pero no fue
fácil. Entonces se me fue pasando el tiempo y no pude.

A raíz del duelo por la muerte de mi mamá, me fui de donde estaba


viviendo… Ahora mi señora está en el Zulia… Y yo al verme tan feo y al verme así
mal, me vine de Caracas. Yo no vivía exactamente en Caracas sino en un barrio, de
repente me fui pa’ otro barrio por allá, y empecé a dormir en un camión, en la calle,
tuve una vida de calle, duré aproximadamente cuatro años. Es duro, pero siempre
108

hay algo que… cuando uno confía en Dios, todo le va bien a pesar de que estés
haciendo algo malo, y mientras lo esté haciendo como… quizás inocentemente… No
soy inocente, pero cuando uno no está con mala fe ni con mala intención hacia
nadie, todo le va bien así estén los peligros latentes, Dios siempre lo protege a uno.

Y yo llegué aquí porque me enteré que estaba esta Fundación y decidí


venirme. Me lo dijo un compañero que estaba aquí y decidí venir. Y bueno, gracias a
Dios que estoy aquí. Aquí nadie consume droga, gracias a Dios no. Aquí estudiamos,
tenemos deporte. Nos paramos en la mañanita –ése es el diario vivir. Nos paramos
en la mañanita, nos paramos en el patio cantamos el Himno Nacional, luego
desayunamos y nos vamos para el gimnasio. Gozamos de un privilegio del gimnasio.
Entonces vamos, trotamos y aparte gozamos del privilegio de tener el gimnasio. Hay
unos que estudian en la mañana porque tenemos donde ir aprender también.

Yo estoy es terminando con el bachillerato, cuarto y quinto año. Estoy


pensando en terminar y lo que yo pienso es dedicarme hacia lo petrolero, pues. Yo sé
que hay una carrera petrolera que viene ahorita, que voy a ver si la estudio, aunque
me gustaría volver al medio artístico, fue satisfactorio para mí pero no lo mantuve. A
fin de cuentas no me cerré la puerta, sino que yo mismo me alejé para que no me
fueran a hacer a un lado. Creo que todavía tengo chance, porque estoy joven, tengo
treinta y cuatro años, tengo mucha vida por delante.

Yo le voy a decir algo sobre qué es lo que hace que la juventud hoy día
consuma tanta droga y para mí hay varias cosas, hay varios factores, y sobre todo
hay muchos sitios donde la juventud tiene una tendencia a buscar siempre lo malo,
buscar riesgos, buscan experiencias que a fin de cuenta son una gran estupidez. Por
ejemplo, esa experiencia de consumir droga, de irse por la “caña”. Eso es buscando
quizás -qué sé yo- aceptación, buscando amistad, la aceptación del grupo, de los que
son de la misma edad. Ahorita yo veo, he visto, me he dado cuenta que hay niños
109

consumiendo, demasiados niños consumiendo droga y muchas veces los padres no lo


saben. Y los padres sí tienen alguna responsabilidad en esto, porque la
responsabilidad es saber también cómo están sus hijos, dónde están, con quién
andan, hay que hacerles un seguimiento. Ya eso para mí es una experiencia, porque
yo volviendo con mis hijos los investigaría violentamente, debido a que no quiero que
paguen ni que pasen lo que yo pasé.

Ahora, yo creo que el ocio es un factor que puede motivar a que persona se
vaya pronto por ahí. La mente siempre tenemos que mantenerla ocupada. Ahora
estoy haciendo un autoanálisis, una reflexión, debido a todo el tiempo que perdí y
ahora me hacen falta mis hijos. Llamé a mis hijos el domingo y les hago falta, les
hago falta bastante. Hablé con ellos, qué cuándo voy para allá. Y, para mí es una
motivación, pero a fin de cuenta lo que yo estoy esperando es vivir con ellos
nuevamente, pues, que estén a mi lado, pero primero tengo que curarme.
Primeramente Dios, que es el que nos ha dado la vida y salud. Y, bueno, yo lo que le
puedo decir es que, por lo menos en cuanto a la gente, a los padres, que se dediquen
un poco más, que les den más afecto a sus hijos.

Y otra cosa importante es que los maestros también deben preocuparse más
por los alumnos, ver cuando un alumno está triste, cuando un alumno falta mucho a
clase. Esas cosas le deben llamar la atención para avisarle a los padres y ponerlos al
tanto, a ver si está pasando algo. Eso es una cosa así como una cadena: de la casa a
la escuela, de la escuela a los grupos de amigos que hay en la calle… que si los
deportes, la música, las fiestas… todo eso hace que los jóvenes se encuentren. Por
eso yo creo que es importante estar pendiente de ellos. Porque a veces también los
alumnos o los hijos, buscan un apoyo y no lo consiguen… “No, mira, ahorita no
tengo tiempo”… Y eso va alejando, va apartando un poco las personas… los hijos,
los sobrinos -qué sé yo-.
110

Yo estoy de acuerdo en que ser papá es difícil, ser mamá también creo yo es
difícil. Porque nadie nace preparado para eso. Eso es una cosa que es la naturaleza,
que Dios le da a uno para criar un hijo. Claro, que cuando uno es preparado tiene
más opción, porque sabe muchas cosas que otros padres que no saben, que no tienen
educación. Entonces tal vez una de las cosas que hay que hacer es Escuelas para
Padres, por ejemplo. Ahorita por lo menos aquí en Venezuela hay muchos padres,
muchas madres que son solteras y pueden tener buena educación. Por lo menos las
muchachas, por mucho que estudien, se consiguen un “loco”, un “loco” como yo era
antes, por lo menos…

En mi caso, yo empecé a consumir droga a los veintiséis años y duré ocho


años, pero fue algo así que no me llenaba tampoco. Eso fue buscando un anonimato
que no tuve que haber buscado, yo tenía que haber seguido mi vida y enfrentado mi
problema, pero yo estaba solo. Tuve oportunidad de hacer muchas cosas malas y no
las hice, porque a fin de cuentas siempre hay -parece mentira- hay una moral que a
lo mejor viola los principios ya al atentar contra uno mismo que es consumir droga.
Pero por lo menos hay cosas que vienen de aquí, del corazón, de las enseñanzas, de
la formación de las personas. Pero que hay cosas que no se de deben hacer: robar,
por ejemplo. Pero yo no le quitaba a personas así, por más que… -como se
dice- …que anduviera “enguayabáo”, que bajo los efectos de la droga uno hace lo
que sea. No, eso tiene que también tener algo que lo conlleve. Bueno, yo perdí
muchos amigos, de ahí. No es que sean amigos sino conocidos, porque me la pasaba
quizás con ellos, pero después iban haciendo cosas malas como quitarle por lo
menos el bolso a una señora o a una persona que venía del trabajo.

Yo para comprar la droga, yo tenía mi manera, como por lo menos me


montaba de repente a una camioneta cuando me veía muy necesitado y pedía. Porque
lo primero que yo hacía era buscar un trabajito, buscar algo mío, buscar mi plata,
comprar la cosa y seguir. Sí, compráo, ganáo, porque yo sé que todo tiene un
111

precio… Y tengo mi conciencia tranquila de no haber matado ni violado nunca a


nadie. Y no veía la necesidad, porque me veo como en un espejo, que así como yo lo
puedo hacer, lo pueden hacer conmigo. Bueno, sí, he tenido problemas fuertes con
(8)
más de uno de ellos. Pero no así para llegar a cometer delitos graves.

(8)
Nº de líneas 239 / Duración: 1 hora 15 minutos / Abril 2008.
CAPÍTULO V

LA DINÁMICA FAMILAR Y EL CONSUMO DE DROGAS EN SITUACIÓN


DE CALLE EN EL CONTEXTO VENEZOLANO

En este capítulo se hace un recorrido de las vivencias de ocho consumidores


de drogas en situación de calle, quienes participaron voluntariamente como
informantes. Los jóvenes fueron entrevistados por la investigadora con el objetivo
fundamental de conocer los pensamientos, sentimientos y hechos vinculados a su
consumo de drogas. El lector podrá captar en los extractos de las narrativas, la
crudeza de sus discursos, que muestra una realidad que hace aún más complejo el
abordaje del consumo de drogas. Es un fenómeno que está presente en las calles,
invisible a los ojos de quienes desconocen la verdadera dinámica de este problema, y
con una desproporcionada tolerancia por parte de los organismos de seguridad del
Estado.

De la información recogida se puede hacer un análisis muy fecundo,


categorizando los textos. Sin embargo, en el presente Informe sólo se hace referencia
a la dinámica familiar y al consumo de drogas de los consumidores en situación de
calle. Para futuras investigaciones se hará un análisis sistemático según corresponda a
las categorías encontradas, a luz de diferentes teoría tales: como el Psicoanálisis, la
Psiquiatría y Salud Mental, y las Ciencias Sociales.

La dinámica familiar de los consumidores de drogas en situación de calle es


una realidad muy difícil que vive la sociedad hoy día, especialmente las familias
afectadas cuando los adolescentes consumidores compulsivos entran en conflicto con
su núcleo familiar y por ese motivo se van a la calle, donde consiguen un estilo de
113

vida que les garantiza el consumo sin ningún control por parte de los organismos
competentes.

5.1. Significado de Situación de Calle

Uno de los informantes considera que: “La situación de calle es cuando los
padres ya no saben nada qué hacé con los hijos, entonces los sueltan a la calle, y
ellos tampoco saben nada qué hacé porque, primero tienen el problema de que los
padres los están rechazando y no los saben ayudar. Y segundo, que tienen el
problema de droga. Tercero, tienen el problema de vivienda, no saben dónde vivir.
Cuarto, no saben nada qué hacé, entonces la calle los arropa, y cuando los arropa,
se dan, se vuelven como cemento. Los arropa en la forma de que se vuelven la calle
ellos, pues. Tienen que comer en la calle, tienen que dormir en la calle, tienen que
vestirse en la calle, tienen que jugar en la calle. Todo lo tienen que hacer es en la
calle, pues, no tienen un sitio donde puedan descansar y no en paz”. (Relato
Jeremías, 2008)

Yo no vivía exactamente en Caracas sino en un barrio, de repente me fui pa’


otro barrio por allá, y empecé a dormir en un camión, en la calle, tuve una vida de
calle, duré aproximadamente cuatro años”. (Relato Abraham, 2008)

5.2. Concepto de Familia

En teoría, la familia es toda una organización que en la intimidad funciona


como un sistema de metas y medios, se distribuyen y reparten el trabajo, se asignan y
se asumen roles y jerarquías, se establecen normas… “Un buen funcionamiento de la
familia se caracteriza por el efecto beneficioso de sus miembros entre sí. Debe existir
una interdependencia saludable que permite la satisfacción de todas sus necesidades”
(Aristiguetta, 2000 p. 97).
114

5.3. Familia Disfuncional

“Cuando se presentan eventos desafortunados como por ejemplo el consumo


de drogas de uno o varios de sus miembros, la integridad de la familia se ve
amenazada, suelen surgir situaciones destructivas, de tal manera que la familia pasa a
ser predominantemente disfuncional” (Aristiguieta, 2000 p. 100).

Cuando surge la dependencia química en el seno de una familia, se produce en


cada uno de sus miembros trastornos que alteran las relaciones interpersonales, signos
de violencia verbal y física, tal como lo expresa Jeremías en su relato de experiencia:
“Comencé a consumir drogas cuando eso no era “piedra” ni nada de eso, era
bazuco. Fumaba mucho bazuco por problemas con mi padastro (sic). Él me
lastimaba mucho, me golpeaba mucho por nada, me castigaba físicamente, por
nada”… Empecé consumiendo marihuana, tenía muchos problemas, primero
familiares. Problemas con mi padre, con mi madre, maltratos físicos, maltrato
verbal. Tenía muchos problemas en mi vida, pero en mi familia, pues”. (Relato
Jeremías 2008)

En mi casa, tenía mucho maltrato. Vivía un mundo de sufrimiento, un mundo de


sufrimiento interno. Sufría, nunca pensé que fuera a caer así tan bajo, pues. Y sufría
internamente”. (Relato Mateo 2008)

5.4. Violencia Familiar y Consumo de Drogas

La violencia está íntimamente relacionada con el consumo de drogas, no sólo


se ven casos de maltrato sino que para abastecerse de sustancias adictivas, los
consumidores comienzan con pequeños hurtos, como robar carteras, robar el dinero
de los padres… “Después el proceso es más delicado, porque ya en la medida que
vas creciendo puedes robar mejor. Robaba a la gente con “chopo”. “Chopo” es
115

como una pistola, como un revólver, que uno lo hace. Ya es más fuerte, pero
robábamos carros, los vendíamos, y era más cantidad de dinero y más droga…Nunca
comprábamos comida, pensábamos era en la droga, droga, droga, y la droga”.
(Relato Jeremías, 2008)

“Bueno, primero que nada, yo caí en el consumo de drogas por curiosidad,


por un malandro que era mi amigo porque ahora no lo somos amigos, porque él
mató un policía y también pisó al internado en la cárcel ¿entiende? Yo pisé también
el internado, la cárcel”. (Relato Ezequiel 2008)

El comportamiento de los consumidores de droga en situación de calle los


conduce a actitudes defensivas entre ellos, en una lucha por conseguir la droga y
permanecer en un grupo que les garantice la vida. En cuanto a los valores,
concretamente el valor “respeto” toma un significado adverso y se maneja como un
derecho en la lucha por la supervivencia: “El respeto es matarse unos contra otros
hasta llegar que te respeten, echarse cuchillo, echarse todo. En la banda hay siempre
unos líderes. Esos líderes le piden permiso para poder pelear con cualquiera de ellos
que están ahí, pero es para que las personas que están, que nos reunimos entre todos,
se respeten. Porque ahí se respeta es echando cuchillo, con una pistola se mata, se
hace cualquier cosa y esa persona tiene que respetar, pues. Y en esa pelea a muerte
puede morir cualquiera de los dos, a cuchilladas y ya. Acuérdese que la vida del
delincuente, la vida de las bandas, hay siempre las peleas iguales porque si tú te
quedas dormido te quitan la droga, si tú ganas 100 bolívares te roba el otro. Es como
decir: «Usted vive entre ladrones»”. (Relato Jeremías, 2008)
116

5.5. Influencia de Grupos para el Consumo de Drogas

La situación antes descrita nos muestra la influencia del grupo social


inmediato en los consumidores de drogas en situación de calle. Por ejemplo, en
grupos donde el consumo de drogas ilícitas es un hecho frecuente y un elemento
central en la vida del grupo, se establece una presión grupal que favorece el consumo.
El uso de sustancias pasa a ser parte importante en la vida de relación entre el
individuo y el grupo: “Pero cada vez que vas consumiendo te ‘tas hundiendo más,
entonces vas como que más al hueco y no quieres salí porque quieres puro fumá,
fumá, fumá y fumá… Ya se acostumbra el organismo, pues, se vuelve un hábito”.
(Relato Moisés, 2008)

“Se ha demostrado que un factor de alto riesgo para que una persona se inicie
en el abuso de una sustancia, lo constituye la pertenencia a un grupo social de
consumidores”… (Delgado, 2000 p. 245).

En este contexto de ideas es importante hacer referencia a lo que señalan los


consumidores en situación de calle, entrevistados en esta investigación. Todos están
de acuerdo con la premisa anterior. Ellos están claros que el contacto permanente con
estos grupos les hace muy difícil entrar en un programa de rehabilitación y salir
exitosos. Piensan que lo mejor es: “mudarse a otra ciudad, donde también hay
droga, pero tú puedes hacé (sic) todo sin la droga… Ahí eres señor, un caballero. Ya
tú no eres el malandro como te ven donde tú vivías antes, porque tú puedes. No lo
puedes llevar a donde ellos viven, no puedes”. (Relato Jeremías, 2008)

Para la década de los años sesenta, setenta, el apoyo familiar era condición sine
qua non para admitir un adicto en una comunidad terapéutica. Esta situación trajo
como consecuencia la condición de co-dependencia, un concepto que implica que los
familiares en vez de ayudar están facilitando que el enfermo continúe consumiendo.
117

Tanto el consumidor como el co-dependiente son personas enfermas que avanzan a la


cronicidad, ambos necesitan cambiar.

Los informantes sienten que al lado de sus familias no podrán progresar, ellos
consideran que es allí donde están los problemas que originaron el consumo y que sus
familias también necesitan educación y orientación para comprender este problema.
De aquí la importancia de conocer de la palabra de los consumidores, qué opinión
tienen acerca de su vinculación con la familia.

5.6. La Experiencia como Factor Preventivo

La experiencia contada por los actores-informantes, nos habla de cómo se


puede prevenir el consumo de drogas: “El deporte es una manera de protegerse de
las drogas, y si contamos con gente que nos apoye, mucho más rápido. Otra cosa
para proteger de las drogas, yo pienso que son los estudios. Siempre y cuando nos
mantengamos ocupados en educación y deporte, olvídese que las drogas no van con
ellos”… (Relato Isaías, 2008)

“Primero que todo tenemos que reconocer que eso es general. Es una
enfermedad y tenemos errores en la vida, porque somos seres humanos. Y pienso en
lo que haría para que los niños no consuman droga…Bueno, yo les diría que
hicieran deporte, que tuvieran la mente muy ocupada, que escucharan mucho a sus
padres, que no se dejen llevar por las amistades ni por la televisión ni por la moda,
porque la moda también te lleva mucho a consumir droga. Y crean en ellos mismos
también, y crean mucho en el Señor, porque el Señor te da la vida para que tú tés
aquí y tengas una meta, algo que cumplir en la vida”. (Relato Moisés 2008)

“El dinero es una puerta para muchas cosas, para muchos vicios, para
muchas cosas, pues, porque el dinero te compra… nunca compra la felicidad. Eso sí,
118

pero el dinero te compra que si pistola, que si droga, que si el alcohol… Prostituye a
las mujeres, se prostituyen los hombres también por el dinero”. (Relato Moisés,
2008)

“Ahorita el problema de las drogas es muy natural, pues, ya es muy raro que
no consuman, porque te pueden consumir hasta cigarrillo. Los vicios ahorita son…
no estoy diciendo que se están apoderando del mundo, porque siempre han estado,
pero ahorita la gente lo tiene como hobby, pues. Hay mucha gente que rumbea los
fines de semana y trabajan de lunes a viernes, y cuando termina de trabajá se droga,
se rasca, o hace cualquier cosa, para el domingo descansá y el lunes ir a trabajá con
su “cara bien limpia” y “No ha pasáo nada”… y… (risa) entra en el ciclo de la
independencia (sic) de las drogas, no las puede dejá…Son personas que han llegado
al nivel de que consumen pero moderadamente, pues, saben cómo administrarse,
saben la cantidad que pueden consumir”. (Relato Moisés, 2008)

“También los maestros deben estar preparados, nunca debe faltar una buena
charla para los chamos alusiva a las drogas a partir de primer año, fácil. Primer
año, fácil. Primer año, porque son demasiado “pilas”. O también quinto, sexto
grado, y ahorita los que estudian sexto grado son demasiado “pilas” y hay que
empezar…”. (Relato Mateo 2008)

“En la calle, tarde en la noche es cuando se encuentras los riesgos”…


Entonces se debe hacer un taller con los padres, para enseñarlos a ellos y decirles
que ellos son los primeros responsables en la crianza de sus hijos… porque yo a
temprana edad la enseñé”. (Relato Mateo, 2008)

Uno de los informantes dice. “No consumo porque no salgo, pero si saliera,
consumo. Entonces yo digo que la recuperación está en la calle, que tú salgas de
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aquí y pases por allá, por el centro, por otro sitio y estás consumiendo”. (Relato
Mateo, 2008)

“Por eso el drogadicto es muy, pero muy irresponsable, es extremadamente


irresponsable. De hecho, pues, yo considero que la persona más irresponsable que
puede tener la sociedad es el drogadicto”… (Relato Marcos, 2008).

“La responsabilidad es saber también cómo están sus hijos, dónde están, con
quién andan, hay que hacerles un seguimiento. Ya eso para mí es una experiencia,
porque yo volviendo con mis hijos los investigaría violentamente, debido a que no
quiero que paguen ni que pasen lo que yo pasé”… (Relato Abraham, 2008).

“A los padres, que se dediquen un poco más, que les den más afecto a sus
hijos. Y otra cosa importante es que los maestros también deben preocuparse más
por los alumnos, ver cuando un alumno está triste, cuando un alumno falta mucho a
clase. Esas cosas le deben llamar la atención para avisarle a los padres y ponerlos al
tanto, a ver si está pasando algo”… (Relato Zacarías, 2008).

Nowlis (1982), citado por Salazar (2004) nos orienta en cuanto a la familia. Es
conveniente tener presente que en todas las culturas, sociedades y naciones, existen
diferencias en cuanto al método de educación de los niños en las formas típicas o
tradicionales en que diversos agentes sociales y de los individuos de su misma edad o
características, interactúan con los niños y los jóvenes según van creciendo y
recorriendo la adolescencia hasta llegar a la edad adulta. Pero todas ellas tienen en
común la idea de que para producir adultos que puedan asumir los roles que les
incumbe en la cultura, es preciso establecer las dimensiones en las que pueda
fomentarse el crecimiento y desarrollo desde los primeros años de vida. En la
mayoría de las sociedades, la familia y sus parientes han constituido los principales
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ambientes y han facilitado la transición desde la infancia hasta la adolescencia, por lo


menos.

La familia proporciona un modelo y una formación relacionada con las dotes


afectivas, sociales, vocacionales, intelectuales y morales que requiere la vida adulta.
Cualquiera que sea la combinación de ambientes donde crezca el niño, los años que
van de la infancia a la adolescencia son decisivos en todos los aspectos del desarrollo.
En esos años es cuando el niño aprende unas actitudes y orientaciones básicas para
consigo mismo: amor u odio, confianza o desconfianza, y temor, crecer o morir. Vivir
es aprender, sobre todo en esos años.

La familia puede fomentar o retrasar el crecimiento con lo que inculque al


niño sobre su valía, sus posibilidades, sus dotes personales. La familia es un referente
obligado que ofrecerá, a su vez, unas oportunidades y unas perspectivas y el modo de
concretarlas en la realidad. Proporciona, a la vez, oportunidades y perspectivas de
crecimiento, la libertad y la protección necesarias y los elementos nutrientes físicos,
sensoriales, afectivos e intelectuales que requiere todo crecimiento. Si la familia
tradicional no puede desempeñar esas funciones debido a tensiones sociales,
económicas o afectivas, habrá que recurrir a otras instituciones para que asuman ese
papel.

Por supuesto, la actitud de los adultos está orientada hacía un fin positivo e
idealista donde el consumo de drogas no estaba previsto y ha surgido como una
consecuencia perversa. Sin embargo, la importancia de la familia y del contexto
familiar continúa siendo crucial para explicar la actitud que adoptan los jóvenes
frente a las drogas.
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