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Dolors Comas d'Argemir Ecología política y antropología social

Universidad Rovira i Virgili


(Tarragona)

POLITICAL ECOLOGY AND SOCIAL


ANTHROPOLOGY

Resumen Abstract

El presente artículo presenta los planteamien- This paper discuses the ideas of Political Eco-
tos de la ecología política y de las aportaciones logy and how social anthropology has contri-
de la antropología social a esta perspectiva. El buted to it. Political Ecology focuses on the
: énfasis de la ecología política es analizar los fac- social and political factors affecting the use of
1 tores sociales y políticos que influyen en el uso resources. These factors are the same ones that
de los recursos. Estos mismos factores son los are causing considerable enviromental degrada-
que hoy en día causan la importante degrada- tion in many different parts of the world,
ción ambiental que se observa en muchas partes which is due to a combination of two proces-
del mundo y que es consecuencia de dos proce- ses: the acumulation of capital and impoverish-
sos combinados: la acumulación de capital y el ment. Political ecology renews ecological anth-
empobrecimiento. La ecología política supone ropology by making it reflect on and analyse
una renovación de la antropología ecológica, problems that are central to our time.
acercándola a la reflexión y análisis de proble-
mas centrales de nuestro tiempo.

1
Palabras clave Key words

Ecología política, antropología ecológica, Political ecology, ecological anthropology,


¡ degradación ambiental, recursos y población, enviromental degradation, population and
pobreza y entorno resources, powerty and environment

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Dolors Comas d'Argemir Ecología política y antropología sociaP
Universidad Rovira i Virgili
(Tarragona)

( 1) El presente artículo constituye


La ecología como sujeto político La ecología política se ha desarrollado especial-
una rcclaboración de algunos capítu-
los contenidos en el libro Antropolo- mente para analizar las causas de la degradación
gia económica. Economía, ecología y La ecología política se desarrolla a partir de la ambiental en países del Tercer Mundo. Es cier-
poláica en el contexto de la globaliza-
década de los años 80. Esta perspectiva modifi- to que hay una importante reflexión que se ori-
ción, publicado en ed. Ariel (1998).
Deseo agradecer a Eduardo Bedoya su ca el enfoque de la vieja ecología cultural al gina en los países de capitalismo avanzado a
ayuda y estímulo en la redacción de introducir las dimensiones políticas en el análi- partir de la preocupación por la contaminación
este texto.
sis. Las diferencias sociales en el acceso a los ambiental. Autores como Anthony Giddens,
(2) La ecología política, al centrarse recursos, el papel de los factores políticos en el André Gortz, Jürgen Habermas o Ulrich Beck
en las causas de la degradación uso y gestión de tales recursos, las dinámicas de han hecho contribuciones importantísimas a la
ambiental y establecer los factores
sociales y políticos que inciden en ella,
desarrollo y sus efectos sobre el medio ambien- teoría social, que tienen como base las reflexio-
proporciona pautas importantes para te, así como la articulación entre los contextos nes acerca de la industrialización, el desarrollo
las políticas de desarrollo. Algunos locales y la globalidad, pasan a ser los principa- capitalista, el análisis de los movimientos
textos se orientan específicamente a
realizar propuestas, en una vertiente les temas de interés. ambientalistas o la conciencia de riesgo como
claramente aplicada. Ver, por ejemplo, La ecología política nació a raíz de la concien- factor estructurante de nuevas relaciones socia-
Bailey (1996), Bray (1994), Collins
cia mundial de los problemas ambientales y de les. Todos ellos adoptan una perspectiva globa-
(1986), Guimanies (1990), Holloway
(1993), Horowitz (1996), Leff (1994), su expresión en las "Cumbres" o conferencias lizadora y destacan también la importancia de
Moran (1996), Orlove y Brush (1996), internacionales que se celebraron en Estocolmo la reflexividad social en la adquisición de una
Peet y Watts (1993), Schmink y Wood
(1972) y Río de Janeiro (1992). Antes de que se conciencia mundial sobre los temas ambienta-
( 1987), Sponsel, Bailey y Headland
(1996). realizara la primera cumbre, se consideraba que les, que incide en las posiciones e intervencio-
los problemas ambientales derivaban de desa- nes políticas así como en el tipo de movimien-
(3) Ver, por ejemplo, Beck (1992,
1995, 1996), Giddens (1990, 1994),
justes de la propia naturaleza. La conferencia tos sociales que se desarrollan.' Pero la degra-
Gortz ( 1980, 1994) y Habermas de Estocolmo se basó en la idea de los límites dación ambiental no es un atributo exclusivo
(1981). En el libro de Goldblatt (1996) del crecimiento en relación a la población mun- del capitalismo avanzado occidental y en un
puede encontrarse una muy buena
síntesis de las teorías de estos autores.
dial y a los modelos económicos imperantes, contexto global, las repercusiones de los proce-
Son interesantes también las reflexio- mientras que la conferencia de Río se centró en sos de degradación son también globales. La
nes sobre el surgimiento de una la relación entre conflictos sociales y uso del ecología política del Tercer Mundo considera
conciencia ecológica mundial aporta-
das por Abram (1996), Eder (1996) y territorio como factor central. Las conferencias cómo la interrelación entre diversas fuerzas
Wynne (1996). reunieron a los representantes gubernamentales socio-políticas y la relación entre estas fuerzas
de la mayor parte de países del mundo y pron- y el medio ambiente afecta a los países y regio-
to se manifestaron las diferencias en visión y nes que por su débil posición en el sistema de
actitudes respecto a la problemática ambiental intercambio desigual padecen unos problemas
entre los países del Tercer Mundo y los de capi- específicos de degradación ambiental, pues se
talismo avanzado, así como entre las políticas relacionan con la pobreza, una elevada demo-
gubernamentales y las propugnadas por las grafía y una fuerte presión sobre los recursos.
conferencias alternativas realizadas en forma En la ecología política convergen diversas dis-
paralela. ciplinas, que tienen como objetivo común esta-
No es de extrañar que en este contexto surja la blecer las causas y efectos de la degradación
ecología política, como disciplina que intenta ambiental. Y cuando se pasa al terreno de lo
explicar las causas de los problemas ambienta- concreto es lógico que se hagan constantes
les y sugerir propuestas para el desarrollo.' No referencias al papel de la cultura, al sistema de
es de extrañar tampoco que los programas que conocimiento de los grupos indígenas, al mane-
emanan desde los foros políticos reflejen los jo de los recursos por parte de distintos grupos
distintos paradigmas teóricos que en el marco sociales, así como a las instituciones que regu-
de la disciplina académica explican la degrada- lan el acceso y uso de los recursos. Son concep-
ción ambiental: neoliberalismo, culturalismo y tos todos ellos que pertenecen a la investigación
ecosocialismo. antropológica y, sin embargo, la antropología

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social se ha incorporado más tardíamente a la mas de dominio político que los pataníes esta-
ecología política que otras disciplinas. Esto se blecen sobre los otros grupos de la región
debe a varias razones. Los antropólogos tienen (kohistaníes y gujaratíes), o sus análisis sobre
una larga tradición en el análisis de las relacio- las pautas de utilización de la tierra y las adap-
nes de la sociedad con el entorno, pero no se taciones políticas de las tribus nómadas de Per-
han preguntado por la degradación ambiental, sia meridional (Barth, 1974; 1981). De Fried-
seguramente porque han predominado los man recuerdo muy especialmente un artículo
modelos de equilibrio funcional que no se inte- (1977) en que analiza un grupo de sociedades
resan por los cambios que acontecen en las situadas en la frontera cultural del sureste de
sociedades o en el medio ambiente. En segundo China, especialmente los kachin, bien conoci-
lugar, estos mismos enfoques han dado poca dos en la antropología, y trata las transforma-
importancia al peso de los factores políticos en ciones históricas de estos grupos, relacionando
la interacción medio-ambiental. Incluso han los cambios de su estructura política con las
dado poca importancia a los factores econó- condiciones ecológicas que condicionan el
micos, de manera que la antropología ecológica nivel de productividad que se puede alcanzar e
ha constituido una especie de campo aparte imponen límites a tales cambios. Añadiremos
dentro de la antropología económica y ha foca- también a Maurice Godelier (1989), que hizo
lizado su atención en temas muy específicos y una importante contribución a partir del con-
concretados en la relación sociedad-entorno. cepto de racionalidad económica, que analiza
en base a las relaciones entre sociedad y entor-
Precedentes de la ecología política en la no, tomando en consideración las lógicas mate-
antropología económica riales y sociales que se ponen en juego en la
explotación de los recursos.
Hoy se puede hablar de la ecología política Pero volvamos a los tres autores señalados. En
como un campo específico de interés y de su obra La Gran Transformación, publicada
investigación, pero se trata de algo muy recien- en 1944, Karl Polanyi se acerca mucho a los
te, puesto que el volumen de trabajos significa- actuales planteamientos de la ecología política.
tivos se produce en los últimos quince años. Es un texto que curiosamente los antropólogos
No es fácil entonces seleccionar los autores que citan muy poco y que, en cambio, es invocado '
pueden considerarse como precedentes y como como precedente por parte de la historia eco-
el campo de la ecología política se está constru- nómica (Martínez Alier, 1992; J. O'Connor,
yendo, no existe unanimidad al respecto. Tres 1991). Combatiendo los postulados de la eco-
autores aparecen como los más citados: Eric nomía neoclásica, Polanyi plantea la compatibi-
Wolf, Karl Polanyi y Clifford Geertz; Wolf por lidad entre los sistemas de producción y la
ser quien por primera vez utiliza el término naturaleza y considera que el mercado capita-
"ecología política" y los otros dos porque apli- lista, al imponer su lógica, aniquila la naturale-
can en la práctica este tipo de enfoque en sus za, pues la convierte en mercancía: "La produc-
trabajos. Es evidente, con todo, que si conside- ción es la interacción del hombre y la naturale-
ramos como precedentes quienes han relacio- za; si este proceso debe ser organizado median-
nado ecología y política, la lista podría ampliar- te un mecanismo regulador de trueque y de
se e incluir otros muchos autores. Este es el cambio, entonces es preciso que el hombre y la
caso de Frederick Barth y de Jonathan Fried- naturaleza entren en su órbita, es decir, que
man, por ejemplo. De Barth pueden destacarse sean sometidos a la oferta y a la demanda y tra-
sus tempranos trabajos en la región de Swat, tados como mercancías, como bienes producidos
donde muestra que las pautas de ocupación del para la venta.
territorio se vinculan estrechamente a las for- Tal era precisamente lo que ocurría en un siste- ,

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ma de mercado. Del hombre (bajo el nombre de concreto, de los conceptos introducidos por
trabajo) y de la naturaleza (bajo el nombre de Steward para analizar la evolución de los dos
tierra) se hacían mercancías disponibles, cosas sistemas agrícolas predominantes en Indonesia
listas para negociar, que podían ser compradas y y que se distribuyen de acuerdo con condicio-
vendidas en todas partes a un precio denomina- nes ecológicas diferenciales. La agricultura
do salario, en el caso de la fuerza de trabajo, y a intensiva (sawah) predomina en la isla deJava y
un precio denominado renta o arrendamiento, se caracteriza por los campos abiertos, el
i en lo que se refiere a la tierra. (. .. )Mientras que monocultivo, elevada especialización, depen-
la producción podía en teoría organizarse de dencia de nutrientes minerales, necesidad de
este modo, la ficción de la mercancía implicaba infraestructuras y mantiene un equilibrio esta-
' el olvido de que abandonar el destino del suelo ble. La agricultura de tala y quema (swidden)
y de los hombres a las leyes del mercado equi- predomina en las islas Exteriores, donde hay
valía a aniquilarlos" (Polanyi, 1989: 216) (el una gran abundancia de bosques tropicales, y se
subrayado es mío). basa en la diversidad de cultivos, ciclos de
Observemos que Polanyi se centra en el merca- nutrientes con seres vivos, manto vegetal de
do capitalista y no en las relaciones de produc- cobertura y tiene un equilibrio delicado.
ción y la explotación de la fuerza de trabajo, lo Geertz identifica sistemas agrícolas y ecosiste-
cual se corresponde con todo el hilo conductor mas. De hecho describe los dos ecosistemas
de su obra y le hace ser uno de los máximos diferenciados a partir de cada uno de los siste-
representantes del substantivismo. Lo que se mas agrícolas predominantes en él, lo cual
debate a lo largo de su texto es el lugar de la implica enfatizar las dimensiones tecnológicas e
economía en la sociedad y muestra cómo el impide profundizar en los factores sociales aso-
1 hamo oeconomicus es producto del capitalismo, ciados a cada uno de estos sistemas. Pero lo que
una invención reciente, que nace en el contexto otorga importancia a la monografía de Geertz
de un tipo de sociedad dominada por la lógica es el concepto de involución agrícola y el análi-
del mercado, que subordina lo social, destruye sis de los factores políticos asociados a la evo-
las comunidades indígenas y las formas de vivir lución de los sistemas agrícolas existentes.
comunitarias, e impone la pobreza y el desa- El concepto de involución agrícola tendrá una
rraigo en aras de la obtención del máximo fuerte repercusión tanto en la antropología
beneficio. Así deben interpretarse las situacio- como en las teorías sobre desarrollo. Geertz
nes de miseria y de degradación ambiental: constata que en el caso de Java se produce un
como resultado de un tipo de organización proceso de progresiva absorción de la pobla-
social y no como producto de diferencias natu- ción en el marco del propio sistema agrícola, de
rales o de castigos bíblicos. En unos años en manera que más y más trabajadores trabajan en
que está en auge la ideología neoliberal, la obra minúsculas explotaciones de arroz, a menudo
de Polanyi es, nos dice James O'Connor, "una combinadas con el cultivo de azúcar. Toda la
luz brillante en un cielo lleno de estrellas que población adicional que crea indirectamente la
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decaen y de agujeros negros de naturalismo intrusión de Occidente es absorbida para el cul-
. burgués, neomalthusianismo, tecnocratismo del tivo del arroz, que consigue mantener impor-
Club de Roma, ecologismo profundo romántico tantes niveles de productividad de trabajo mar-
, y 'unimundialismo' de las Naciones Unidas" ginal. Y tomando como referente la estética,
(O'Connor, 1991: 114). Geertz señala que "los sistemas de propiedad se
El libro de Geertz Involución agrícola, publi- vuelven más intrincados, las relaciones más
cado en 1963, puede considerarse también un complicadas y los arreglos para el trabajo coope-
precedente de la ecología política. El parte de la rativo más complejos, llegándose a una especie
aproximación de la ecología cultural y, más en de sobreornamentación, a una elaboración góti-

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ca del detalle técnico y organizativo". En esto hacia el exterior. El resultado es la constitución
consiste la involución agrícola: en la consecu- de una economía dual entre una élite empresa-
ción de elevados rendimientos por unidad de rial modernizada y un campesinado empobre-
tierra a costa de una enorme intensificación del cido que trabaja con métodos tradicionales.
trabajo, de elaboraciones costosas, de técnicas Finalmente, debemos citar a Eric Wolf. El utili-
cada vez más sofisticadas (Geertz, 1963: 81-82). za en el año 1972 por vez primera el término
Y esto, Geertz lo califica de tragedia, porque no "ecología política" en su presentación de un
conduce hacia nuevas alternativas, sino hacia congreso realizado sobre los Alpes, que titula
una irritante estabilidad: "La tragedia real de la "Propiedad y ecología política". Y no es sólo una
historia colonial de java desde 1930 no está en cuestión de título, sino que los ingredientes de
que los campesinos hayan sufrido. En otros sitios la ecología política se encuentran también pre-
han sufrido mucho más y, comparado con las sentes. Se plantea, más en concreto, las relacio-
miserias de las clases más pobres del siglo XIX, nes del sistema de propiedad y de sus formas de
parece que incluso han gozado de cierto bienes- transmisión con las formas de aprovechamiento
tar. La tragedia es que han sufrido por nada" de los recursos y este análisis implica considerar
(Geertz, 1963: 143). las fuerzas económicas y políticas de carácter
Para entender este proceso de involución hay global que inciden en los sistemas locales y les
que buscar claves políticas: la historia de la otorgan determinadas características. Los facto-
colonización holandesa de las islas y su más res sociales atraviesan todas las dimensiones del
reciente independización. El texto de Geertz análisis y constituyen un elemento explicativo
recorre los distintos períodos por los que se de las diferencias de acceso a los recursos en
puede dividir la historia de Indonesia: 1) el cada contexto ecológico. Su aproximación !

período clásico es el anterior a la colonización queda bien recogida en el siguiente fragmento:


y la distribución de los sistemas agrícolas se "La conexión de la propiedad en las sociedades
corresponde con los distintos ecosistemas de complejas no es meramente resultado de procesos
las islas. 2) El período colonial está marcado ecológicos regionales o locales sino una batalla
por la presencia de determinados organismos entre fuerzas en competencia que utilizan los
político-económicos (la Compañía de las patrones jurídicos para mantener o reestructurar
Indias Occidentales, el Sistema de Cultivo y el las relaciones económicas, sociales y políticas de
Sistema C01·porado de Plantaciones), que con- la sociedad. Así el capitalismo progresa utilizan-
forman una economía dual respecto a la casa do las normas que regulan la propiedad para
campesina. 3) La historia reciente, marcada por desposeer a los trabajadores de sus medios de
la decadencia de los cultivos de exportación, el producción y negarles el acceso al producto de su
impacto de las nuevas relaciones políticas que trabajo. Así, las reglas locales de propiedad y de
derivan de la Segunda Guerra Mundial, la herencia no son simplemente normas para repar-
entrada en la órbita de Japón y la proclamación tir derechos y obligaciones entre una población
de la independencia en 1945. En tan sólo dos determinada, sino mecanismos que median
décadas hubo depresión, guerra, ocupación y entre las presiones que emanan de la sociedad
revolución y, a pesar de ello, las formas de acti- más amplia y las exigencias de los ecosistemas
vidad económica apenas cambiaron. Java está locales" (Wolf, 1972: 202).
sobrepoblada y, a diferencia de Japón, no se Esta perspectiva es aplicada en una monografía
industrializa hasta años muy recientes. La posterior publicada conjuntamente por Cole y
explicación está, según Geertz, en la inexisten- Wolf (1974) en que analizan un valle alpino del
cia de una élite indígena, ahogada por el largo norte de Italia. En este caso, muestran cómo en
período colonial, que no repercutió en el desa- un medio ambiente similar existen en cambio
rrollo de Java y llevó los beneficios obtenidos diferencias entre los pueblos de lengua alema- 1

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na y los de habla romance, que se correspon- Población, pobreza y entorno.


den con diferencias en patrones hereditarios y Neomalthusianismo y neoliberalismo
culturales. En unos predomina la herencia
indivisa, en tanto que en los otros es de tipo "Cinco dólares invertidos contra el creci-
igualitario. A pesar de que todos viven de la miento de la población son más eficaces
agricultura de montaña y la ganadería, los que cien dólares invertidos en el creci-
patrones de asentamiento y los sistemas de miento económico" (Lyndon B. Johnson).
organización política comunitaria son distin- "Nuevas fábricas se instalan en los polos
tos. El peso de la historia de cada población y privilegiados de desarrollo (Sao Paulo,
de los contactos con otros pueblos y unidades Buenos Aires, la ciudad de México) pero
de tipo más amplio es decisivo para entender menos mano de obra se necesita cada vez.
tales diferencias. No son determinantes las El sistema no ha previsto esta pequeña
características del entorno o de la tecnología molestia: lo que sobra es gente. Y la gente
utilizada para explotarlo, sino los factores se reproduce. (.. .) Las misiones norteame-
sociales y políticos, así como la convergencia ricanas esterilizan masivamente mujeres y
entre el contexto global y el local. En su obra siembran píldoras, diafragmas, espirales,
posterior Europa y la gente sin historia, Wolf preservativos y almanaques marcados,
(1987) desarrolla esta perspectiva, incorporan- pero cosechan niños; porfiadamente, los
do las reflexiones sobre el impacto de una eco- niños latinoamericanos continúan nacien-
nomía mundial. Uno de sus énfasis se centra do, reivindicando su derecho natural a
precisamente en los efectos de la explotación obtener un sitio bajo el sol en estas tierras
de determinados recursos (pieles, metales pre- espléndidas que podrían brindar a todos
ciosos, alimentos, estimulantes, caucho, mano lo que a casi todos niegan" (Galeano,
de obra) sobre el medio ambiente y sobre la 1971:6).
división del trabajo a escala internacional, a ¿Faltan recursos o sobra gente? Este es el eter-
partir de que regiones enteras se especialicen no debate y el dilema de los planificadores del
en determinadas producciones. desarrollo, que claramente se inclinan por pro-
La ecología política no tiene un corpus homo- mover el control de la natalidad y frenar el cre-
géneo y podemos encontrar reflejados en ella cimiento demográfico. Y es que se enfrentan a
' distintos enfoques teóricos. El neoliberalismo una aparente contradicción: nace más gente
insiste en los límites del crecimiento, en el ago- donde hay más pobreza y esto causa más y más
1 tamiento de los recursos y en los efectos nega- pobreza. Pero los dos fragmentos con los que
tivos del aumento demográfico, resucitando la hemos iniciado este apartado hacen como
perspectiva del malthusianismo. El culturalis- mínimo reflexionar. Quien fue presidente del
mo enfatiza las dimensiones simbólicas y cog- país más rico del mundo aboga porque dismi-
nitivas en las relaciones entre los seres huma- nuya la natalidad ... de los otros. El historiador
nos y su entorno natural. Presentaremos este latinoamericano ofrece, en cambio, una visión
enfoque a partir de la perspectiva del ecofemi- bien distinta y a lo largo de las páginas de Las
nismo. El ecosocialismo pone el acento en las venas abiertas de América Latina reclama
causas sociales y políticas que conducen a la mayor justicia distributiva y otra clase de solu-
degradación ambiental en el contexto del siste- ciones al problema acuciante de la miseria.
ma económico mundial. Analizaremos a conti- Partha S. Dasgupta (1995) rechaza por unilate-
nuación cómo estos tres enfoques tratan la rales tanto las visiones que atribuyen al creci-
relación entre pobreza y degradación ambien- miento demográfico las causas de la pobreza y
tal, ya que esto nos permitirá establecer mejor de la degradación ambiental, como las que con-
sus puntos en común y sus contrastes. sideran que la pobreza no es la consecuencia

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sino la causa de que aumente el número de mientras la población crece en proporción geo-
habitantes y propone considerar la intercone- métrica, la producción de alimentos no lo hace ,
xión entre pobreza, crecimiento demográfico y al mismo ritmo, a pesar de las mejoras técnicas
entorno local. Al hacer esta propuesta, que que puedan introducirse, pues existe un límite
resulta muy atractiva para los promotores del por encima del cual no puede aumentarse más ¡
desarrollo, adopta una visión sincrónica que la producción. Su propuesta es que el fomento
focaliza el análisis en la interrelación entre de la agricultura debe acompañarse por un des- ,
aquellas tres dimensiones pero que no indaga censo de la natalidad. En las ediciones siguien-
en sus causas y esto conduce de hecho a una tes, Malthus se esforzó en demostrar la existen- i
perspectiva neomalthusiana: se toma la pobreza cia de una ley de la población que se impone
como algo dado y se insiste en comprender con independencia de la organización social y
cuáles son las decisiones que llevan a una fami- económica, según la cual las clases bajas siem-
lia a tener muchos hijos, en contra de sus pro- pre procrean mucho más abundantemente que
pios intereses y a pesar del elevado coste perso- los ricos. No basta, pues, con mejorar la situa-
nal que supone concretamente para las mujeres. ción de los más pobres mediante leyes e inter-
Así, los motivos estructurales para la existencia venciones concretas, sino que debe procederse
de una fecundidad elevada son, según Dasgup- a limitar su número. El neomalthusianismo
ta (1995: 9-10), los siguientes: 1) Las normas tiende a proyectar estas conclusiones hacia la
culturales y religiosas que consideran los hijos situación de los países más pobres del mundo,
como un valor y una finalidad; 2) la incerti- que son también los demográficamente más
dumbre ante el futuro, que hace ver en los hijos numerosos y mantienen elevadas tasas de
una especie de seguro ante la vejez, y 3) la nece- fecundidad.
sidad de mano de obra abundante, que en las El dramatismo de las situaciones de miseria
economías de subsistencia es un imperativo que hace que exista un elevado consenso respecto a
deriva de la cantidad y diversidad de tareas que la necesidad de políticas de control demográfi-
deben hacerse. co, pues, como nos recuerda Dasgupta, "el
El neomalthusianismo y el neoliberalismo (de desastre no es algo que los pobres hayan de
hecho pueden considerarse como un único aguardar: lo están sufriendo ya" (1995: 7). Esto
enfoque) consideran que la elevada fecundidad no obvia que se destaquen importantes limita-
es el factor causal de dos grandes tipos de situa- ciones en el enfoque neomalthusiano, pues
ciones negativas. La primera es que provoca ignorar las causas de la pobreza y centrarse sólo
una creciente presión sobre los recursos y con- en sus efectos conduce a políticas injustas por-
duce a la degradación ambiental. La segunda es que reproducen las situaciones de desigualdad.
que esto mismo debilita los mecanismos de Las críticas al neomalthusianismo son, por con-
control sobre los bienes comunitarios, pues si siguiente, tanto de orden teórico como de prác-
el acceso a los recursos es abierto, la gente ve en tica política.
ellos una solución a su situación, procrea abun- Se ha podido demostrar que no siempre el
dantemente como mecanismo de defensa y se aumento demográfico conduce a la pobreza. En
produce una sobreexplotación de los bienes este sentido es bien conocido el argumento de
comunitarios (Dasgupta, 1995: 10-11). Veamos Boserup (1967), que invierte las tesis malthusia-
cada una de estas dimensiones separadamente. nas y sugiere que el aumento de la población
Que la sobrepoblación es causa de la degrada- condujo históricamente a una intensificación
ción ambiental es la conclusión de toda pers- de la agricultura y a la búsqueda de técnicas i
pectiva neomalthusiana. Recordemos que más eficientes para asegurar el sustento. Por !
Malthus (1984), en su Primer ensayo sobre la tanto, hay que ubicar el crecimiento demográ-
población, publicado en 1798, afirmaba que fico en las coordenadas sociales en que tiene

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lugar. Y en esto insisten las perspectivas teóri- demográfico superior a otros lugares y que es
cas que critican el neomalthusianismo: conside- mucho más esencial tener en cuenta cómo se
ran que concede mucha importancia a la sobre- distribuye la población en el conjunto del terri-
población en relación a los recursos y, en cam- torio (Litt!e, 1994 ). En el caso de las zonas
bio, raramente trata la cuestión de las desigual- húmedas, en cambio, se insiste en el potencial
dades en el acceso y en la distribución de tales destructivo de la agricultura de tala y quema
recursos. Las causas históricas y sociales que- cuando el aumento demográfico hace que se
dan así ocultas e impiden entender porqué el supere la "capacidad sustentadora del territo-
crecimiento demográfico se produce en deter- rio". Chevalier (1982: 100-101) muestra, en
minadas condiciones y en otras no. Y de nuevo cambio, que esto no necesariamente es así. En
hay que aludir a los desequilibrios económicos el caso del valle peruano de Pachitea, por ejem-
i y sociales entre distintas áreas del mundo y plo, la agricultura de tala y quema está especia-
entre distintos sectores de población. lizada y los productos obtenidos se destinan a
Actualmente, un 22% de la población posee un la exportación. Combinada, además, con la
85% de la riqueza. Y es significativo que la caza y la pesca estacional, permite mantener
, demografía no crezca en los países ricos, sino una población relativamente elevada y estable,
· en los más pobres. Donde hay bienestar econó- que vive en asentamientos permanentes.
mico, la gente puede invertir en el futuro de los La segunda dimensión en la que hace énfasis la
hijos y por esto mismo tiende a restringir su perspectiva neomalthusiana es que el aumento
número. Pero donde predomina la pobreza, la demográfico agrava los efectos de la denomina-
lógica es muy distinta: el presente es lo que da "tragedia de los comunes". Quisiera subra-
cuenta y tener muchos hijos permite incremen- ya~ la importancia de esta dimensión, pues los
tar la mano de obra disponible en la familia y debates que suscitó trascienden el tema apa-
esto es lo que genera el conocido círculo vicio- rentemente restringido de la utilización de los
so de la pobreza. Así, el crecimiento de la espacios colectivos y concentran los argumen-
población puede estar estimulado justamente tos y visiones contrapuestas acerca de los pro-
por las condiciones de empobrecimiento, que blemas ecológicos que hoy tiene la humanidad
es lo que motiva a las familias a incrementar el y que a menudo se discuten en relación a los
único factor de producción (el trabajo) que "comunes globales". El debate se originó a par-
pueden controlar (Collins, 1988). tir de un artículo de Garret Hardin titulado "La
Existen, además, toda una serie de tópicos tragedia de los espacios colectivos", publicado
1 ampliamente difundidos que enmascaran la originariamente en 1968 en la revista Science.
realidad. Por ejemplo, no es cierto que donde El eje central del artículo es el "problema
hay mucho crecimiento demográfico haya demográfico" y el autor considera que es algo
necesariamente una sobreabundancia de mano que no se puede resolver de forma técnica, sino
de obra (que repercute en la presión sobre el política y parte de la premisa, expresada en el
entorno y en su degradación). Precisamente en título de uno de los apartados de este texto, de
las áreas empobrecidas existen elevadas tasas de que "la libertad de procrear es algo intolera-
emigración, lo que aleja a la población de su ble". La sobrepoblación lleva a una degrada-
lugar de origen y provoca, paradójicamente, ción de los recursos e incrementa la contamina-
una importante escasez de mano de obra ción. En términos generales: el hecho de que un
(Collins, 1986a; 1987). Otro tópico es el que Estado benefactor (como representante de lo
atribuye a la sobrepoblación los procesos de que es común) asuma los problemas individua-
desertización de las zonas áridas, a pesar de les y mantenga el derecho de la libertad de pro-
demostrarse que las regiones atenazadas por la crear implica "condenar al mundo a una trayec-
sequía no han experimentado un crecimiento toria trágica" (Hardin, 1989: 119).

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Toda la argumentación de Hardin se basa en la tir entre todo el mundo. El enfoque neoliberal
consideración de que la libertad de acceso a los sostiene la idea de que los recursos (comunes)
espacios colectivos conduce hacia el agota- son limitados y que hay que poner freno a su
miento de los recursos. Ejemplifica esta cues- utilización indiscriminada. Y si el problema
tión mediante el pastoreo, pretendiendo deriva de un sistema de propiedad inadecuado,
demostrar la contradicción existente entre el la propuesta es alterar tal sistema, introducien-
hecho de poseer rebaños privados y que la tie- do formas de propiedad más exclusivas y elimi-
rra sea comunal: la lógica racional de cualquier nando la comunitaria. Muchas de las políticas
ganadero que utiliza pastizales comunes es la de de intervención responden a esta lógica (Little,
ir añadiendo cabezas de ganado a su rebaño. De 1994: 216) que en absoluto considera que el
esta forma maximiza sus ganancias privadas problema de la escasez tenga algo que ver con
,pero, en cambio, no asume los costes de la la distribución desigual de los recursos y que el
degradación que produce el sobrepastoreo, beneficio ilimitado de unos pocos sea lo que
pues se reparten entre todos los usuarios conduce más fácilmente a su agotamiento o
(actuales y futuros). En resumen: es totalmente destrucción.
lógico que cada individuo sobreexplote el En oposición a esta visión, los trabajos hechos
entorno, aunque este comportamiento resulte desde la antropología demuestran que los
en última instancia perjudicial para el grupo: supuestos en que se basa Hardin son muy cues-
"... y precisamente en esto reside la tragedia. tionables y etnocéntricos. Para empezar, aun-
Cada hombre forma parte de un sistema que le que no nos detendremos en ello, es bien cono-
obliga a incrementar su rebaño ilimitadamente, cido que los objetivos de la producción no
en un mundo que es limitado. La ruina es el siempre se orientan a la consecución del máxi-
destino al que todos los hombres se precipitan, mo beneficio y esto ha sido así en la historia de
cada quien persiguiendo sus óptimos intereses la mayor parte de pueblos del mundo. Pero es
en una sociedad que cree en la libertad de los que, además, los espacios colectivos no suelen i
espacios colectivos. Esta libertad lleva a todos a ser nunca de acceso abierto, sino que existen
la ruina" (Hardin, 1989: 115). minuciosas regulaciones respecto a su acceso y
Hardin concluye que es imposible pedir a la utilización (Acheson, 1991; Bretón, 1997; Cha-
gente que se autorrestrinja y por esto es inevi- moux y Contreras, 1996; Netting, 1993).' Más (4) El libro de Chamoux y Contreras
table utilizar la coerción, porque con todo es aún, se puede demostrar que en muchos lugares (1996) contiene abundantes ejemplos
de regulaciones en el acceso y uso de la
mejor la injusticia que la ruina total. También la propiedad comunal es especialmente conser- propiedad comunal. En la Península
aboga por eliminar la propiedad colectiva y vadora del medio ambiente, porque regula el Ibérica, donde existe una fuerte tradi-
ción de la propiedad comunal, hay
sustituirla por la privada, ya que, según su pare- uso de los recursos y porque en muchos casos
monografías interesantes sobre su uso.
cer, esto conduciría a una mayor autoconten- existen prácticas asociadas a su regeneración Destacamos las de Behar (1986), Devi-
ción en el uso de los recursos y a un aprove- (Eder, 1996; Martínez Alier, 1992; Peluso, llard (1993), Freeman (1970), Pais de
Brito (1996), además del clásico traba-
chamiento más responsable de los mismos. 1996). En el caso de la India, Alcorn y Molnar jo de Joaquín Costa (1898).
Es cierto que el texto de Hardin llega a ser una (1996) muestran, por ejemplo, cómo el Estado
caricatura de las posiciones neoliberales, que fue usurpando a las comunidades locales su ,
habituálmente no se expresan de forma tan derecho de utilización de los bosques y en '
apocalíptica ni tan dictatorial. Pero lo significa- nombre de una gestión moderna y del conser-
tivo es el gran revuelo que causó este texto y el vacionismo permitió que se talara el bosque y
propio hecho de que incide en uno de los pun- esto provocó una enorme deforestación. El
tos cruciales de los debates sobre la degrada- Estado colonial se contrapuso así a las comuni-
ción ambiental, como es la contradicción dades campesinas y tribales como manifesta-
existente entre las ganancias privadas y los cos- ción de dos grupos de interés contrapuestos:
tos sociales de tales ganancias, que son a repar- los comerciales y los de subsistencia. Estos últi-

87
AREAS 19

mos habían permitido que durante siglos se ciantes de la sobrevivencia cotidiana. Así lo
mantuviera el equilibrio entre población y expresó Indira Gandhi en la Conferencia de
recursos que en pocos años se rompió. Por Estocolmo: "Nosotros somos demasiado pobres
tanto, la ruptura respecto a los mecanismos tra- para ser verdes". Hoy, contradiciendo esta opi-
dicionales de utilización de los bosques origina nión, puede afirmarse que los pobres participan
graves procesos de degradación ambiental. De en luchas ecologistas, pero tales luchas tienen
ahí que actualmente se hagan propuestas de unas características muy distintas de las que tie-
! implicar a las comunidades locales en las políti- nen lugar en los países donde surgieron los
cas de conservación y desarrollo. No se trata, "movimientos verdes"." Los habitantes del Ter-
pues, de considerar las poblaciones locales cer Mundo experimentan los problemas del
como un problema a resolver, sino como la medio ambiente como una crisis de existencia,
(5) Hay distintos autores que trabajan solución del mismo.' Perspectivas bien distintas pues la erosión del suelo, la deforestación o los
en la línea de propiciar la gestión par- éstas de las que defendía Hardin. efectos del agua contaminada se sufren directa-
ticipativa de los recursos por parte de 1

las poblaciones locales. Ver, por ejem- mente y por ello la gente se moviliza en accio-
plo, Alcorn y Molnar (1996), Bailey Mujeres y naturaleza. Ecofeminismo nes de protesta cuando está amenazada la sub-
(1996), Gabe (1995), Leff (1994),
sistencia vital. Las mujeres del movimiento
Orlove y Brush (1996), Sponsel y i
otros ( 1996). El movimiento Chipko, de Uttar Pradesh en la Chipko no querían abrazar los árboles porque
! India, se inició en 1972 y se prolongó hasta fueran árboles, sino para usar sus productos
(6) Para un análisis de los movimien-
tos ecologistas en los países de capita-
1981, momento en que se consiguió que el para las necesidades de la agricultura y sus
lismo avanzado ver Riechmann y Fer- gobierno retirara el permiso para talar árboles a hogares. El sentido utilitarista aparece clara-
nándcz Buey (1994). Respecto al "eco- la compañía maderera que había obtenido la mente en esta frase de un activista de este movi-
logismo de los pobres" ver Martíncz
Alier (1972), Guha (1994), Mires concesión. El lema Chipko era "¿Qué nos pro- mÍento: "Pensábamos que después de la inde-
(1993), Nash (1994), Rao (1990). porciona el bosque?: tierra, agua y aire puro" y pendencia podríamos usar nuestros bosques
el vocabulario con el que se expresó la protesta para construir industrias locales y generar
social se concretó en una técnica idiosincrática empleo local, y nuestros recursos de agua para
y efectiva que consistió en abrazarse a los árbo- alumbrarnos y mover nuestros molinos" (reco-
les; quienes lo hacían eran mujeres. Así lucha- gido por Guha, 1994: 148). En esto consiste el
ron para preservar el bosque, elemento esencial "ecologismo de los pobres", como lo denomina
para su subsistencia pues suministraba muchos Martínez Alier (1992), en actitudes y luchas
recursos vitales: hierba para el ganado, com- para defender la sobrevivencia, que no necesa-
bustible, madera, abono vegetal y diversos pro- riamente utilizan un lenguaje ecológico, sino
ductos silvestres. La imagen de mujeres abraza- que a menudo emplean lenguajes propios,
das a los árboles ha recorrido todo el mundo y populares, a veces tremendamente efectistas,
se ha convertido en el símbolo de movimientos porque lo que se pone en juego en este caso es
ecologistas de base popular. Pero, además, el la vida misma de las comunidades humanas.
movimiento Chipko ha pasado a ser el paradig- Las mujeres tienen un papel fundamental en
ma del ecofeminismo, porque en él convergen estos movimientos populares, porque ellas son
luchas de base popular en favor de la naturale- quienes gestionan directamente los recursos
za y quienes las llevan a cabo son mujeres. Vea- para la subsistencia y han de resolver las situa-
mos estas dos dimensiones. ciones de falta de agua o de alimentos, la enfer-
Frecuentemente, se ha identificado los movi- medad, la crianza de los hijos, la falta de médi-
mientos ecologistas como algo propio de países cos, escuelas o servicios. Además, ellas están
ricos, porque sus habitantes tienen cubiertas las más relacionadas con la procreación, su falta de
necesidades más básicas y pueden preocuparse salud afecta a las criaturas que han de alimentar
de toda una serie de cuestiones que son un lujo y sufren en su propia carne la pérdida de los
para quienes han de resolver los temas más acu- hijos que traen al mundo. Por otro lado, ellas
1

88
cultivan y preparan alimentos, mantienen y explotación del trabajo por parte del capital. El
limpian la casa, lavan, cosen la ropa, se ocupan patriarcado es, pues, una condición de existen-
de niños y ancianos, tejen, etc. El ecofeminismo cia del capitalismo. Las mujeres, lo hemos indi-
considera que las mujeres están más relaciona- cado ya, realizan actividades que las hacen estar
das con la naturaleza que los hombres debido a más cercanas a la naturaleza y ellas actúan
la clase de actividades que desarrollan, tanto si como "mediadoras". Las mujeres pueden con-
se trata de amas de casa en las sociedades capi- siderarse incluso como una especie de recurso
talistas avanzadas, como si son mujeres de pue- natural, puesto que reproducen nuevas genera-
blos indígenas del Tercer Mundo. Así lo expre- ciones de trabajadores, hacen trabajos relacio-
saba una de las autoras ecofeministas: "Mujeres nados con el cuidado de los demás y estos tra-
y naturaleza están íntimamente relacionadas y bajos no son remunerados ni valorados porque
su dominación y liberación están vinculadas de forman parte de sus características como muje-
forma muy similar. Los movimientos de muje- res. La lógica del patriarcado está relacionada
res y de la ecología son de hecho uno solo y pri- con la lógica del capitalismo y por esto una se
mariamente contrarrestan el desarrollo patriar- considera condición de la otra (Mies, 1986). El
cal" (Shiva, 1989: 47). capitalismo, además, destruye la naturaleza en
Aunque el término "eco-feminismo" empieza a su proceso de expansión. La opresión de las
utilizarse en la década de los setenta, es en los mujeres y de la naturaleza forma parte también
años ochenta cuando empieza a tener un conte- de una misma lógica.
nido más explícitamente político, al reclamar A partir de estos supuestos, el ecofeminismo
que la voz de las mujeres sea oída, como parte considera que el discurso alternativo al actual
de la lucha en defensa de la naturaleza como sistema sólo puede proceder de las mujeres,
fuente de vida (Holland-Cunz, 1996; Kuletz, porque los hombres han perdido la visión de
1992; Salleh, 1994 ). Esta postura es expresada que forman parte de la naturaleza e imponien-
por primera vez de forma global por Karen do su lógica patriarcal sustentan también la
Warren (1987), que la sustenta en los siguientes lógica del capitalismo como sistema. Las muje-
aspectos: 1) hay puntos en común entre la res, en cambio, no sólo están más cercanas a la
represión hacia la naturaleza y la represión naturaleza porque su cuerpo es diferente del de
hacia las mujeres; 2) es necesario entender el los hombres, sino porque sus actividades están 1

carácter de esta relación para poder entender íntimamente relacionadas con dar vida, mante- 1

cada una de las dos opresiones; 3) la teoría y la ner y reforzar la vida. Sus perspectivas y expe-
práctica feminista han de integrar una perspec- riencias son diferentes y en la medida en que su
tiva ecologista; 4) la solución a los problemas situación es más marginal, su voz es también
ecológicos ha de integrar una perspectiva femi- más crítica, pues se basa más en la moralidad, el
nista. En base a estas premisas se considera que derecho a sobrevivir y la valoración del creci-
una alternativa al actual sistema sólo puede miento humano, más que en la racionalidad
proceder de que las mujeres modifiquen con económica y la mera explotación del trabajo
sus experiencias, sensibilidad y opiniones las por el capital. Salleh (1994: 42-47) resume las
actuales bases que lo rigen. La consecución de características de este discurso alternativo, con- 1

una sustentabilidad global sólo puede conse- tt·apuesto al discurso del capital, como sigue: ·
guirse a partir de la eliminación del dominio de -Se parte de la unidad material entre "historia" (7) Como textos básicos del plantea-
miento ecofcminista pueden destacar-
los hombres sobre otros hombres y sobre las y "naturaleza" (en oposición a la distinción se los de Holland-Cunz (1996), Mies y
mujeres y de una mayor justicia entre géneros.' artificial que asume el discurso del capital, que Shiva (1993), Shiva (1989). Como
El ecofeminismo asume como un presupuesto legitima la destrucción de la naturaleza). 1 planteamientos críticos a esta posición
1 ver Collins {1992), Jackson {1994),
básico que el dominio sobre las mujeres es una -La naturaleza, las mujeres y los hombres son a Molyneux y Stcinberg (1994), Salleh
condición previa y necesaria para que haya la vez sujetos activos y objetos pasivos (frente a {1994).

89
AREAS 19

la negación de la mujer y de la naturaleza y la dera una excesiva idealización de la naturaleza,


consideración de que los hombres son los suje- al olvidar que ésta es una construcción social y
tos históricos). que desde que existen seres humanos la natura-
-La clave del progreso histórico está en el meta- leza se ha visto alterada de una forma u otra. La
bolismo mujer-naturaleza (frente a la asunción idea de que en el pasado existió una situación
de que la historia es progresiva, en tanto que la pristina en que todo era más equilibrado y
vuelta a la naturaleza o síntesis con ella es algo natural es fruto de la concepción romántica y
regresivo). nostálgica de nuestro tiempo más que algo
-Las tareas de reproducción son modelos váli- constatable (Headland, 1994; Soper, 1996). La
dos de sustentabilidad (en oposición a su des- deforestación, por ejemplo, que es uno de los
valorización sistemática y a la valoración de la problemas ecológicos graves que hoy existen,
producción, vinculada con los hombres). no es algo nuevo, y contrariamente al tópico de
El ecofeminismo puede identificarse como una que las poblaciones antiguas vivían en armonía
de las expresiones del enfoque culturalista, pues con la naturaleza, la deforestación afectó a
(8) Abrams y otros (1996) sugieren, enfatiza la autonomía propia de la naturaleza diversas sociedades preindustriales.'
por ejemplo, que la deforestación con- El ecofeminismo parte del dualismo naturale-
como fuente de vida y se interesa por analizar
tribuyó a la caída de diversos estados
antiguos, como el de Tcotihuacán, en la manera en que distintos pueblos se relacio- za/cultura y de su correspondencia con el dua-
México central, o el de Harrapan, en el nan con el entorno. Se muestra así que no siem- lismo mujeres/hombres y lo invierte: la natura-
valle del Indo, y aplican esta misma
pre la relación de los seres humanos con la leza se considera superior y las mujeres tam-
hipótesis para explicar (junto con
otras causas) el colapso de los maya de naturaleza se basa en la depredación, dominio y bién. Las mismas críticas que se han vertido a
la época clásica. destrucción sistemáticos. También hay formas las categorías dicotómicas (que no son univer-
de simbiosis y de eq~ilibrio, en las que no se sales, sino expresión de nuestro propio sistema
alteran sustancialmente los ciclos naturales. cultural de significados) pueden aplicarse aquí
El ecofeminismo, por otro lado, se considera también (Comaroff, 1987; MacComarck, 1980;
como la orientación que suministra los elemen- Moore, 1993). Pero es que, además, el ecofemi-
tos de transformación radical del sistema en nismo tiene una fuerte dosis de determinismo
que vivimos, al poner en cuestión las bases en biológico y de esencialismo. Como indicaJack-
que se fundamenta y otorgar valor al creci- son (1994: 123) se acaba feminizando la natura-
miento humano, a la sensibilidad, a la intuición leza y naturalizando a las mujeres. Efectiva-
y al amor y no tanto a la tecnología, la produc- mente, el ecofeminismo revaloriza el vínculo
tividad y la competencia. La utopía es la de un entre mujeres y naturaleza, lo celebra y propo-
mundo en que hombres y mujeres trabajen jun- ne destacar sus dimensiones positivas. Las cua-
tos en reciprocidad y en armonía con la natura- lidades que aportan las mujeres (intuición, espi-
leza, sin estar alienados por la dominación de ritualidad, amor, aprecio a la vida) se conside-
un género sobre otro ni por la acumulación ran superiores. Se naturaliza a las mujeres y
capitalista (Salleh, 1994: 47). Es pasar de las esto, contrariamente a lo que se pretende sus-
actitudes destructivas, acaparadoras y poco res- tentar, no supone un desafío real al sistema de
petuosas con la naturaleza y otros seres huma- dominación existente, sino su perpetuación,
nos a que se consiga la emancipación de todo lo porque invertir el planteamiento no supone
que es vivo y puesto que las mujeres están más modificarlo, sino reproducirlo cambiando el
cercanas a la naturaleza, sólo las mujeres pue- lugar de cada entidad en la ecuación. Se consi-
den aportar la sensibilidad y experiencia nece- dera la naturaleza como fuente de valores y de
sarias para que este cambio se produzca. normas sociales, lo que implica dar por supues-
Las críticas que se hacen al ecofeminismo (com- to que los sucesos y procesos naturales son algo
partiendo las que se realizan respecto al enfo- dado e inalterable. Las diferencias se conciben
que culturalista) se centran en lo que se consi- así como desigualdades naturales que, por

90
tanto, no se ponen en cuesuon (Smith, 1996; mico y una justicia distributiva, no queda en
Moore, 1994; Stolcke, 1993 ). También la naturale- absoluto resuelto.
za se concibe como algo biológico, pues no se Holland-Cunz reconoce que el ecofeminismo es
considera su dimensión cultural, tal como hemos esencialista y lo asume en su dimensión positiva,
indicado ya. El determinismo biológico impregna por cuanto ha contribuido a la deconstrucción del
el enfoque ecofeminista y esto impide explicar los androcentrismo y, con ello, al desarrollo del femi-
cambios en las relaciones entre las mujeres y la nismo, aunque entiende que debe ser compensa-
naturaleza Qackson, 1994: 124) do por una conciencia epistemológica. Propone
La mujer se concibe como una categoría unitaria, sintetizar las perspectivas del esencialismo y del
con unas características y valores universales aso- materialismo histórico, pues la tensión entre
ciados al hecho de procrear, cuidar y nutrir. La ambas obliga a reconocer que "somos y no somos
naturaleza, a su vez, se entiende como algo autó- naturaleza; estamos sumergidos por igual en con-
nomo, con sus propias leyes y su propia lógica. diciones y relaciones naturales y sociales"
Ambas perspectivas son esencialistas y fallan en (Holland-Cunz, en Kuletz, 1992: 15).
reconocer la diversidad de relaciones con el Esto nos lleva hacia la importancia del medio
medio ambiente y el contenido histórico de estas social como premisa necesaria para entender las
relaciones. Diferentes sociedades y clases sociales relaciones entre los seres humanos y la naturale-
operan de forma diferente respecto al medio y za. Volvamos de nuevo al movimiento Chipko,
aprovechan unos recursos u otros en función de con el que hemos empezado este apartado. Las
las fuerzas productivas existentes y no con inde- mujeres que defendían los árboles para evitar que
pendencia de ellas (Godelier, 1989). Y tampoco el fueran talados, ¿lo hacían porque eran mujeres o
género es atemporal, pues, tal como indica porque eran pobres? Ya hemos comentado, por
Collins (1992: 36), las experiencias de las mujeres otro lado, el carácter utilitarista de esta defensa y
varían según las culturas, clases y sistemas de no abstractamente protector. Pero, además, ¿no
producción y esto implica variaciones tanto en defendían también un determinado orden social
sus relaciones y negociación con los hombres de tipo tradicional ante los avances de la moder-
como en la forma en que manejan los recursos. nización? Demos ya por supuestos los inconve-
También Jackson (1994: 129) insiste en esta nientes de la modernización y las formas de
dimensión, que supone una diversidad en las explotación que supone, pero preguntémonos
estructuras de poder existentes, que se proyectan también si el orden tradicional era a su vez real-
en las relaciones con la naturaleza y en la forma mente progresivo para las mujeres. Insistimos de
de representarse tales relaciones. nuevo en la necesidad de tener en cuenta las
Otro aspecto a considerar es el supuesto carácter dimensiones de clase, sociales e históricas en las
emancipatorio de la defensa a ultranza de la natu- que se ubican las relaciones de las mujeres con la
raleza y del mismo vínculo entre mujeres y natu- naturaleza.
raleza. La utopía ecofeminista aboga por un El enfoque ecofeminista adolece, por tanto, de los
retorno a la naturaleza, que se inspira en las cul- problemas derivados del esencialismo, la ausencia
turas no occidentales que tienen un sistema de de la perspectiva de clases en el análisis de la desi-
vida que no se basa en la acumulación. ¿Es real- gualdad y de una idealización de los vínculos
mente emancipatorio este retorno? ¿No se idea- entre mujeres y naturaleza que se conciben a par-
lizan estas culturas que se toman como referen- tir de una base fuertemente naturalista. Hay que
cia? ¿La protección de la naturaleza como finali- reconocer al ecofeminismo, sin embargo, que
dad hace posible resolver las situaciones de integre como núcleo central de su análisis y de sus
pobreza existentes en el mundo? Dicho en otras propuestas las aportaciones de los grupos sin voz,
palabras, el gran reto de hacer compatible el res- de esta amplísima mayoría de mujeres en el
peto a la naturaleza con un crecimiento econó- mundo cuyos saberes, capacidades y sensibilidad

91
AREAS 19

son sistemancamente negados. Es muy lúcido cionarse, porque la elevada demografía y la


también su cuestionamiento de los valores del pobreza no originan por sí solas una presión
capitalismo a partir de la identificación de los dis- sobre los recursos: las demandas externas o las
tintos mecanismos de dominación, entre los que desigualdades internas se añaden e incluso exacer-
se incluyen los derivados de la preeminencia mas- ban esta presión, porque son, en definitiva, las
culina. Estos factores deben tenerse en cuenta en causas estructurales que se encuentran en la base
cualquier análisis del sistema actual y en las pro- de todo el proceso (Collins, 1993: 179).
puestas y proyectos de intervención. Llegar a esta clase de interpretación supone bus-
car explicaciones globales y no sólo parciales a la
Causas sociales y políticas en la degradación relación entre pobreza y medio ambiente y anali-
ambiental. El ecosocialismo zar, por otro lado, las variaciones locales de estos
procesos. La estructura agraria, el acceso al capi-
¿Es la pobreza una causa de la degradación tal y a la mano de obra, el mercado, la tecnología,
ambiental? Así lo han difundido determinadas el conocimiento productivo y otras variables,
opciones de desarrollo, al mostrar la relación afectan a las decisiones sobre el uso de la tierra y
entre la pobreza y el crecimiento demográfico el manejo de los recursos de los pequeños pro-
exponencial y éste con la presión sobre los recur- ductores (Collins, 1986b: 138-139). El proceso de
sos. Ya hemos comentado antes cómo a partir de deforestación de la Amazonía, por ejemplo, está
esta idea las intervenciones sociales se orientan directamente relacionado con las políticas de
hacia la promoción del control de la natalidad y colonización que durante años han considerado
de programas de desarrollo para asegurar el creci- la selva como un espacio susceptible de ser explo-
miento económico. Estas intervenciones, más tado, sin que acompañaran medidas para fijar la
paliativas que efectivas~ no reducen los desequili- población y evitar la degradación ambiental. La
brios sociales existentes en el mundo, ya que no pérdida de fertilidad de los suelos ha convertido
inciden en el origen del problema, sino en sus antiguas parcelas agrícolas en pastizales y eriales y
efectos. Porque si la pobreza es causa de la degra- ha obligado a los campesinos a roturar nuevas tie-
dación ambiental, cabe preguntarse entonces qué rras, compitiendo con los indígenas en su lucha
es lo que origina la pobreza. por el espacio y con las compañías madereras, las
El enfoque del ecosocialismo (o del eco marxis- más activas en la deforestación (Moran, 1996;
mo) analiza el contexto social y político en que se Schminck, 1992; Schminck, y Wood, 1997). En la
enmarcan tanto la pobreza como de la degrada- Amazonía peruana ha sido la presión del merca-
ción ambiental. Para ello considera que debe do lo que ha llevado a roturar vastas áreas de selva
tenerse en cuenta los procesos de carácter más para plantar coca (Bedoya, 1987; 1995). La
global de acumulación de capital, que influyen en demanda de carne desde los Estados Unidos ha
la acción de los Estados, empresas multinaciona- comportado también un proceso de deforesta-
les y financieras, que penetran en distintas zonas ción enorme en amplísimas zonas de América
y sustituyen los sistemas de producción origi- Central, tal como muestran Stonich (1995), en
narios por otros orientados hacia el mercado y la Honduras, o Gudeman (1987), en Panamá. En
exportación. Estos mismos procesos se vinculan a todos estos casos, y en muchos más que se podrí-
i la desigualdad y a la pobreza que, a su vez, causan an citar, se combina esta interdependencia global
la degradación ambiental, porque los campesinos con las políticas del Estado y la situación de los
pobres no poseen las condiciones económicas ni distintos grupos sociales respecto a los recursos.
los medios técnicos para evitar el agotamiento de Observemos que el ecosocialismo otorga una
las parcelas que cultivan, por ejemplo, y han de importancia secundaria a los constreñimientos
expandirse hacia nuevos territorios en los que que derivan de la naturaleza, así como a los lími-
sobrevivir. Las dos dimensiones deben interrela- tes naturales o a la escasez, al enfatizarse más bien

92
la acción humana y las desigualdades en el acceso estas fuerzas se encuentran las relaciones sociales
y distribución de los recursos. No se niega, ni existentes dentro de cada población y entre
mucho menos, que el medio ambiente condicione poblaciones. Dicho en otros términos: la degrada-
los sistemas de producción humanos, pero sí se ción del medio ambiente procede de la desigual-
subraya que la naturaleza no tiene siempre el dad básica originada por dos dimensiones separa-
mismo papel y que éste tampoco es preponderan- das: la acumulación de capital y el empobreci-
te, puesto que los límites impuestos por la natura- miento (Durham, 1995: 252). Para mostrar cómo
leza lo son dentro de determinado sistema de pro- intervienen estos dos grandes grupos de factores,
ducción: "El medio ambiente no impone obstácu- Durham se ayuda de un esquema que reproduci-
los universales y atemporales a los esfuerzos mos a continuación, porque es muy ilustrativo y
humanos, sino que opera en el marco de determi- de una gran simplicidad. El esquema, que explica :
nadas prácticas de producción, ofreciendo particu- la ecología política de la deforestación, asume la
lares posibilidades a particulares tecnologías e ins- implicación del mercado y los valores culturales
tituciones sociales y soportando sus efectos en su de las poblaciones representadas.
capacidad regenerativa." (Collins, 1993: 185). El primer círculo representa los mecanismos de
Poner el acento sobre la capacidad transformado- acumulación de capital. Estimulada por la deman-
ra de los sistemas de producción, no impide reco- da propia o extranjera y ayudada por las leyes
nocer sus límites y que la destrucción sistemática sobre la tierra, la producción comercial se expan-
de la naturaleza llegue a imposibilitar la repro- de a las áreas forestales. En condiciones favora-
ducción de los sistemas sociales. Con este proble- bles, la deforestación genera unos ingresos lucra-
ma se confronta precisamente el capitalismo tivos que estimulan su expansión. Esto puede
como sistema económico y social, que se basa en comportar la concentración de tierras y el despla-
una expansión constante, y en este proceso des- zamiento de antiguos ocupantes hacia otras áreas.
truye los recursos naturales que intervienen en el El empobrecimiento está vinculado al bucle supe-
proceso de producción, por lo que tiene crecien- rior, ya que éste se acelera por la escasez de tierras
tes dificultades para reconstruir o reemplazar sus para la producción agrícola, por el desplazamien- ,
propias condiciones básicas. James O'Connor, to de la gente o por la suma de ambos factores.
uno de los teóricos del ecosocialismo más citados Como mecanismos compensatorios se producen
en la actualidad, considera que las crisis ecológicas nuevas expansiones hacia otras tierras o más mar-
suponen una de las contradicciones fundamenta- ginales, la intensificación del trabajo y de los pro-
les del capitalismo, pues dificultan su reproduc- cesos de producción y la introducción de nuevos
ción como sistema y propone integrar esta cultivos para poder venderlos. Todo ello conduce
dimensión ecológica como algo esencial en el aná- a la degradación ambiental, porque implica la pér- ,
lisis de las condiciones de producción.' dida de suelo fértil, la presencia de residuos con- (9) La propuesta de O'Connor supo-
ne una síntesis entre el marxismo y la
Centrémonos de nuevo en las relaciones entre taminantes (procedentes de los pesticidas) y la
perspectiva ecológica. Toma como
pobreza y medio ambiente y en su interpretación deforestación. referente el concepto de Marx sobre
desde el enfoque del ecosocialismo. William Dur- Durham considera que los dos bucles (tanto la las condiciones de producción (que
son las que el capital no puede produ-
ham (1995) hace una muy buena síntesis de los acumulación de capital como el empobrecimien-
cir como mercancías, pero que son
distintos factores que concurren en esta ecuación, to) son responsables de la degradación ambiental, necesarias para su existencia) y consi-
y aunque él centra su análisis en Latinoamérica es pues son las dos caras de una misma moneda, dos dera la naturaleza como una de estas
condiciones. Ver O'Connor ( 1991,
generalizable a las situaciones de las regiones y componentes de una misma estructura. El incre- 1992), así como los comentarios de
países del Tercer Mundo (ver también Collins, mento de la población, así como la tecnología Collins ( 1993) o de Peet y Watts
1986b; y Painter, 1995 ). introducen variaciones importantes en la manera (1993) y las críticas de Recio {1992).

Durham considera que el impacto ambiental de de concretarse el proceso. Considerar sólo una de
las poblaciones humanas está mediatizado por las dimensiones sin tener en cuenta la otra resulta ,
fuerzas culturales y económico-políticas. Entre simplista e insuficiente.

93
AREAS 19

Ecología política de la deforestación (Durham, 1995: 253)

Demanda
de mercado
Acumulación
del capital

! Producción comercial
' Aumento de -expansión
producción - intensificación
- diversificación

Deforestación
y concentración
!~ Trabajo
de la tierra barato

Desplazamiento y __________
i
Incremento
escasez de tierras de población
.!

~
! Empobcocimionto \---l•~ Migración Valor económico
de las criaturas

Producción doméstica /

Producción -expansión
reducida - intensificación
- diversificación

\ Deforestación
!

94
Por otro lado, Michael Painter señala acertada- interconexiones entre modelos de desarrollo
mente que en las investigaciones sobre América dominantes, las políticas y acciones del Estado, la
Latina se ha prestado mucha atención a la des- competición entre varias clases y grupos de inte-
trucción ambiental causada por los pequeños rés y las estrategias de sobrevivencia de las pobla-
productores, cuando la mayor degradación pro- ciones (Stonich y De Walt, 1996: 188). El ecoso-
cede de las grandes corporaciones y de los pro- cialismo expande, en definitiva, la perspectiva de
pietarios más poderosos y ricos. Estos tratan la la economía política hacia el análisis del uso y la
tierra como un input con bajo coste y económi- distribución de los recursos naturales y las
camente les es más rentable ocupar nuevas tierras contradicciones que emergen entre sociedad y
e ir degradando el entorno que preservarlo entorno.
mediante prácticas orientadas a ello. Esta clase de
planteamiento supone a menudo para los más Conclusiones
pobres la pérdida de sus tierras, o su sujeción
mediante la violencia o la coerción y, en todo En los anteriores apartados hemos analizado los
caso, acentúa las condiciones de desigualdad en el distintos enfoques presentes en la ecología políti-
acceso a los recursos (Painter, 1995: 8-9). ca como una forma de exponer al mismo tiempo
Podemos concluir que la pobreza no es causa por las aportaciones hechas desde la antropología
sí sola de la degradación ambiental. Es cierto que social a esta perspectiva, que es multidisciplinar.
muchos pueblos utilizan los recursos de forma La ecología política ha conseguido conjugar la
inadecuada y que se producen daños ambientales; antropología económica y la antropología ecoló-
en muchos casos, la gente tiene plena conciencia gica en un mismo campo y ejes de interés, y esto
de que esto revierte negativamente contra ellos es así especialmente a partir del enfoque del mar-
mismos, pero no pueden hacer otra cosa y de esto xismo ecológico o ecosocialismo, que incorpora
son conscientes también. Por otro lado, no olvi- las dimensiones de la globalidad y considera que
demos que la riqueza es una mayor amenaza para el impacto ambiental de las poblaciones humanas
el ambiente que la pobreza y que es la acumula- está mediatizado por fuerzas económicas y polí- 1

ción de capital la que origina la integración desfa- ticas, así como por dimensiones culturales.
vorable en el mercado, los altos niveles de extrac- Para terminar insistiremos en la necesidad de lle-
ción de excedente y las políticas de endeudamien- gar a una mejor integración entre la "economía"
to. En estas condiciones, los pequeños producto- y la "ecología" en la antropología económica,
res campesinos han de adoptar estrategias para pues el divorcio entre estas dos dimensiones sigue
sobrevivir a corto plazo, que a menudo resultan siendo hoy considerable. Las cuestiones medio-
incompatibles con el uso de la tierra sostenido y ambientales deben integrarse en el análisis de la
con la preservación a largo plazo de sus propias producción y de las relaciones sociales implicadas
condiciones de existencia (Collins, 1986b: 139). en ella. E inversamente, el uso humano de los
De ahí que no resuelva nada estimular la pequeña recursos naturales no es independiente de los
propiedad, como sugieren los campesinistas o el procesos económicos y políticos. Antes del surgi-
neo-narodnismo ecologista (ver Netting, 1993, miento de la ecología política, algunos autores
por ejemplo) o quienes defienden la idea román- habían enfatizado ya la relación entre los factores
tica de comunidades que viven en armonía con el limitantes o condicionantes del entorno, los siste-
entorno (Shiva, 1989), pues olvidan las circuns- mas de producción y el desarrollo político en 1

tancias económicas globales en que los distintos sociedades de tipo muy distinto. La interrelación
pueblos deben producir y reproducirse. entre procesos sociales y destrucción ambiental
La degradación ambiental no puede ser entendi- revela el papel del mercado y de las políticas del
da al margen de los procesos sociales y políticos Estado, así como los cambios en el acceso y uso
asociados a ella. Esto incluye un examen de las de los recursos.

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