LAS DISTINTAS ORIENTACIONES
HERMENEUTICAS DE LA INVESTIGACION GENETICISTA
{mo puede haber sino borraores. El canespto de
sexo definivo na comesponde sino a la religisn 0 al
Jonge Luis Borges
Levene nexive pas
Louis Hay
Sobre la base de una reconstruccion genética precisa, un proceso de eserimara
poilré ser interpreindo, ya que s6lo en funcién de una imterpretacién del
material examinado puede hablarse de una auténtica critica genética,
Se podria creer que, para superar el mero descriptivismo y para que
resulten verdaderamente operstivas las transcripeiones y clasificaciones, se
requiere alguna visién “finalists” del pre-texto. En el caso de Ricardo
Gairaldes, por ejemplo, es innegable que el conocimiento de la masa textual
85Bases weoricas
_generada a partir de todos los pretextos examinados por mi (papeles de trabajo
de escritura pertenecientes ala elaboracién de Cueruas de muerte y de sangre,
Elccncetro de crivtal'y Don Segundo Sorabra) puede constituir una guia para
lanzarse en busca de interpretaciones razonables. Como ese conocimiento
facia la captacin del lugar, el rol, el sentido y la insercién de un sistema en
devenir, se podria confiar en a creencia de que hay un proyecto susceptible de
serjurgado en la medida en que seha concretado.
Se podria pensar, entonces, que una regla préctica para configurar algtin
tipo de finalismo consistiria en ver en cada uno de los borradores sucesivos la
representacin de una etapa hacia ese objetivo final que ¢s el texto. Pero sibien
alguna suerte de representacién heuristica de ese tipo en algin caso puede
resultar sil (al menos como hipétesis ad/ Aoc), no resulta suficiente para
describir la realidad de los conflictos, las vacilaciones y las circunstancias
fortuitas de todas esas virmalidades que constimyen el universo de a génesis
Bs cierto que cada tachadura nos comunica que in enunciado no cumple con
una finalidad “imaginada”, pero el examen del conjunto de cercenamientos no
sacle contribuir a deslindar ntidamente “finalidades"
Asi, en Ia fase hermenéutica, es necesario precaverse de todo reduccio-
nismo teleolégico y no dejar 2 un lado esos auténticos “exoedentes” creativos
representados por la presencia ~insistente u ocasional, segiin el caso— de las
‘otras direcciones que el proceso hubiera podido tomar antes de desembocar en
Ja forma final conocida. Justamente, uno de los principales aportes de. esta
orientacion ctitica es la zambullida en el magma de la pura virmalidad, un
terreno donde la escritura aparece a cada momento atravesada por innu-
‘metables tentaciones ~a veces muy diferentes-, por opciones que s6lo después
de navegar entre divergenciasy contradicciones arriban a un texto final.
Para. preservar todas las virualidades de esa liveranara potencial, se ha
insistido en la necesidad de lograr una lectura liberada de presupuestos
causales. Incluso, se hallegado al extremo de postular una especie de “autono-
nie escritural” que funcionaria ~en otra dimensién- como un correlato del
concepto de “inmanencia textual” (seria algo as{ como su “doble” dinémico).
A difefencia de las génesis biolégicas, tanto en la génesis de un poema como
en la de una narracién, munca habria, verdaderamente, un programa
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Bida Lois
preexistente ni un finalismo predeterminado ni la sistemitica ejecuci6n de un
modelo.”
Es cierto que la deriva, Ja irrupcién de lo imprevisto ylos estallidos ca6ticos
pueden tener una frecuencia mis alta que Ia linealidad, lo previsible y lo
sistematico; y no hay dudas acerca de que la génesis de un texto nunca podria
ser como la de un organismo viviente, ya que depende de una combinacoria y
de una logica diferentes de la del determinismo causa efecto. Pers reconocer
‘en la marcha de la escriture Ia ejecucién de las “leyes del szar” es uno de los
‘extremos del reduccionismo interpretativo; en Ia otra punta est Ia ilusion
teleolégica que confunde las huellas con el horizonte.
1 “ilusidn teleol6gica”, al articular la Jectara del borrador en fancién de un
texto considerado como “defintivo”, se ajusta ala vision finalista propuesta
por la historia lteraria tradicional. Si el anilsis parte del resultado final no
resulta excesivamente problemmitico remontarse ~en sentido inverso— hasta el
comienzo, y justificar todas ls etapas de un proceso genético en términos de
pasaje del caos a Ia armonia, o de tn nebulose 2 la definicién: una ver
establecido un sentido en In primera etapa del abajo, se 1o reencuentra 2
continuscién en cada uno de los borradores sucesivos. Asi, el proceso de sig-
nificacién es tantoldgico. ¥ también arbitrario, ya que en cada presunta etapa
otras soluciones podrian haber sido elegidas y las cangas de significacion
podrian haber abierto caminos divergemtes.
‘Cada vez que una orientacin triunfa sobre las otras y se mantiene, estén
jugando una pluralidad de faccores que es imposible reconstruir en su
totalidad: no se puede decir simplemente que se ha impuesto Ia volunted
creadora, tampoco puede afirmarse que es el resultado del puro azar;
simuleineamente con la escritura se ha ido tejiendo uns red de simbotizaciones
{que ejerce sus propios apremis,y hasta se podria hablar de la contingencia de
Jos apremios {ya que estos se insertan en encadenamientos que pueden
producir repercusiones muy variadas y complejas). También se producen
asociaciones con estratos del pensamiento'y de la experiencia que no dejan
ningin rastro ena génesis legible: hay un mis alld de la memoria textual, hay
‘una serie infinita de imponderables.
Cuando se estudia un proceso escritural, la vihima empa de sv
reoonstruccién genética reviste tanto interés como las anteriores porque
87Bases tebrioas
justamente~ Io que se focalza es ese proveso y no su producto final. EL
abandono de Ia ilusién teleol6gica que propone la critica genética permite
establecer que la etapa final recopilada es (al igual que las owas) el producto
especifico de un conjunto de tendencias, pero amas un “resultado inevitable”,
La escritura, del mismo modo que todos los procesos culturales ~y en este
Punto, a semen dels fendmenos sales deste po a fien no
lineal ylos “sistemas inestables” analizados por
Prigogine— existe como una orientacién en el
tiempo, y esta orientacién en el tiempo incluye
tanto la repeticién, como la creatividad, es
decir, Je “novedad”. Y es justamente Ia presen-
cia de esa rupiura que llaimamos *novedad” lo
que impide sostener la preponderancia de
procesos deterministas. Por otra parte, en la no
linealidad de las uctaaciones, Ia eseritura se
encuentra con obsticulas y con cooperaciones
pertenecientes un contexto que se mueve con
ella, Y en tanto la escritura es uma actualidad
probebilistics, lo que se va edificando con ella
se construye haciendo opciones y alterando
constantemente una insercién contextual y un
entramado incertextual
Por consiguiente ls critica genética tiene como objeto de imestigacién un
“campo en desequilibrio” y, més que sefalar Factores determinantes de
jprocesos, busca descubrir posibitiddes, potencialidades. Asf, el pre-texto se
redefine como un proceso de no-equilibrio orientado en el tiempo, y el texto ya
no puede ser visto como la “consecuencia inevitable” del pre-texto. Aun en los
casos de una escrinura rigurasamente programada (como la de Zola}, el texto
no puede ser visto como predeterminado por sus etapas anteriores: no es mis
‘queuna de las aleernativas que ha tomado el devenir escritural.
‘También al igual que los procesos historicos (sociales 0 naturales), el
movimiento de la escritura, asi como no es repeticién regular, tampoco es
necesariamente “progreso” 0 “degradacién” y no se puede juzgar un borrador
88.
ida Lois,
sobre la base de oposiciones del tipo “coberente"/“incoherente” 0 “acaba
do”/“inacabado”, ni en términos de “orden” versus “caos”, porque an bors
dorliterario es un espacio de otra naturaleza: es un complejo en el que “orden”
y “aos” no son dos opuestos sino dos componentes de un “todo”. La
diferencia entre un borrador y un texto no hay que buscarla tan solo en el
ance, en Ia estructuracién o en el acabamiento: és una diferencia de ale-
ridad. Jean Levaillan? ha definido en estos términos la alteridad de los pre-
textos:
Lagenése n’est pas linésie, mais dimensions moltiples et variables...) Le
brouillon ne racomte pas la “bonne” histoire de la genése, I’histoire bien
corientée par cette fin heureus: etext. Le broullon ne raconte pas, il donne &
voir: la violence des conlits, le con des choix, les achévements impossible, Ia
btée, le censure, la perce, I’émergence des inensités, cout oe que ne enter
att et rout ce qu'il n’ écrit pus. Le Broilo nei plas ka préparation, mais
Fate deter. (Ehresatado es mio.)
En suma, la alteridad es la diferencia fundamental entre escritura y texto,
Esa alteridad se funda en une ruptura que acarrea una serie de resquebra-
jamientos: en el eje sintagmstico, se quiebea la lincalidad inherente de la cade-
na significamte, y en forma concomitante, comienza a tejerse ly a destejerse)
‘una red paradigmética virtual que se escapa de los dos parémetros dlisicos del
anglisis lingiifstico. En este marco, la subalternizacién del finlismo que pro-
pone le critica genética incita a la constitucién de un nuevo abordaje det
fenémeno literario, y por lo tanto, a una redefinicién de los métodos eriticos.
Porlo menos, este esel desafio que acepca la mayor parte de sus te6ricos.
Ahora bien, es cierto que aun cuando el objetivo no esté nitidamente
recortado, la marcha de la escrinura dibuja un recorrido “hacia alguna parte”: la
texnualizacién esti dotada de una suerte de direccionalidad. Pero en el camino
puede detenerse, vacilar, cambiar de rumbo, diversificarse, y hasta explorer: se
trata de uns direccionalidad “vireual”
La huidiza direccionalidad de Ia escritura impide interpretar sus pasos en
términos de reglas que, obedeciendo las pautas de un “modelo”, desem-
bboquen en un final previsible lamado “texto”. En cambio, s{es posible hablar
de un conjunto indeterminado de “estrategias” variables para cada situacin, y
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