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I. HECHOS
TERCERO: El dia 19 de julio del 2018, MEDIMAS, ordena practicar examen ANTICUERPOS
ANTITRANSGLUTAMINASA IGA, al menor.
CUARTO: El dia 27 de octubre del 2018, MEDIMAS, en vista de que no se practico el examen
ANTICUERPOS ANTITRANSGLUTAMINASA IGA al menor, volvio a ordenarlo.
SEXTO: IDIME, entidad encargada para la practica de examen, el dia 16 de agosto de 2018, bajo
remision numero 599400, remite al menor a otra entidad alegando que el examen solicitado no se
encuentra pactado con la misma institucion.
SEPTIMO: El dia 16 de agosto del 2018, la Dra. Sara Elizabeth Carrizosa, especialista alergologa,
diagnostica al menor con asma, rinitis cronica, conjuntivitis cronica y dermatitis atopica.
II. PETICIONES
Con fundamento en los hechos anteriormente relacionados; solicito señor Juez de tutela, se
disponga ordenar a las partes accionadas y a mi favor, lo siguiente:
PRIMERO: Sea tutelado los derechos fundamentales a la salud y a la vida en condiciones dignas
conforme lo consagra la Ley 1751 de 2015 (Ley estatutaria de la salud) y artículo 11 de la C.P.,
derechos que están siendo vulnerados por las entidades anteriormente mencionadas y mas cuando
el afectado gravemente en su salud es un menor de edad de 26 meses de edad y es un sujeto de
especial proteccion del estado por su condicion.
DERECHO A LA SALUD
Así mismo, el desarrollo jurisprudencial del derecho a la salud aconteció tras haber sido protegido
inicialmente como derecho en conexidad con el derecho fundamental a la vida (sentencia T-406 de
1992). Posteriormente, la Corte Constitucional fundamentó la protección de todos los derechos
fundamentales con base en la dignidad humana (sentencia T-227 de 2002) al determinar que el
elemento central que le da sentido al uso de la expresión derechos fundamentales es el concepto
de dignidad humana, el cual está íntimamente ligado a la salud. Finalmente, tras superar la
argumentación de la “conexidad” la Corte profirió la principal sentencia que reconoce los servicios
de salud como derecho fundamental autónomo fue la sentencia T-760 de 2008 en razón a su
importancia vital para garantizar los demás derechos.
Pero así mismo, la Corte Constitucional, en abundante jurisprudencia ha sostenido que el derecho
a la vida reconocido por el constituyente no abarca únicamente la posibilidad de que el ser humano
exista, es decir, de que se mantenga vivo de cualquier manera, sino que conlleva a que esa existencia
deba entenderse a la luz del principio de la dignidad humana, reconocido en el artículo 1° de la Carta
como principio, valor y derecho fundamental e inspirador de nuestro Estado Social de Derecho.
IV. FUNDAMENTOS DE DERECHO.
FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES
Según la Constitución Política en su artículo primero toda persona tiene derecho a vivir bajo las
condiciones que enmarca la dignidad humana y además es una obligación del Estado asegurarle a
todos sus habitantes el pleno goce de sus derechos enmarcados en este concepto, además el
artículo 11 establece el derecho fundamental a la vida el cual inviolable, protegido y garantizado en
el marco de un estado social derecho, el cual por vía jurisprudencial ha desarrollado la conexidad
con el derecho a la salud establecido en el artículo 49 constitucional el cual está en cabeza del Estado
y este es el encargado de que se garantice de forma efectiva el acceso a los servicios de promoción,
protección y recuperación de la salud.
FUNDAMENTOS LEGALES
En la ley estatutaria 1751 de 2015 la cual regula el derecho a la salud como derecho fundamental la
cual establece en su artículo segundo a la salud como derecho fundamental además lo establece
como autónomo e irrenunciable en lo individual y en lo colectivo. Comprende el acceso a los
servicios de salud de manera oportuna, eficaz y con calidad para la preservación, el mejoramiento
y la promoción de la salud. El Estado adoptará políticas para asegurar la igualdad de trato y
oportunidades en el acceso a las actividades de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento,
rehabilitación y paliación para todas las personas. De conformidad con el artículo 49 de la
Constitución Política, su prestación como servicio público esencial obligatorio, se ejecuta bajo la
indelegable dirección, supervisión, organización, regulación, coordinación y control del Estado.
La ley 1098 de 2006, por la cual se expide el codigo de infancia y adolecencia, dice que En todo
acto, decisión o medida administrativa, judicial o de cualquier naturaleza que deba adoptarse
en relación con los niños, las niñas y los adolescentes, prevalecerán los derechos de estos, en
especial si existe conflicto entre sus derechos fundamentales con los de cualquier otra persona. En
caso de conflicto entre dos o más disposiciones legales, administrativas o disciplinarias, se
aplicará la norma más favorable al interés superior del niño, niña o adolescente. Los niños, las niñas
y los adolescentes tienen derecho a la vida, a una buena calidad de vida y a un ambiente sano en
condiciones de dignidad y goce de todos sus derechos en forma prevalente. La calidad de vida es
esencial para su desarrollo integral acorde con la dignidad de ser humano. Este derecho supone
la generación de condiciones que les aseguren desde la concepción cuidado, protección,
alimentación nutritiva y equilibrada, acceso a los servicios de salud, educación, vestuario
adecuado, recreación y vivienda segura dotada de servicios públicos esenciales en un ambiente
sano. Parágrafo. El Estado desarrollará políticas públicas orientadas hacia el fortalecimiento de la
primera infancia.
FUNDAMENTOS JURISPRUDENCIALES
En la sentencia T-362 de 2016 la Corte Constitucional menciona que el derecho a la salud de los
niños, de conformidad con lo establecido en el artículo 44 de la Constitución, por tener el carácter
de ‘fundamental’, debe ser protegido de forma inmediata por el juez constitucional en los casos en
que sea vulnerado. Este postulado responde, además, a la obligación que se impone al Estado y a
la sociedad de promover las condiciones para que el principio de igualdad se aplique en forma real
y efectiva, así como a la necesidad de adoptar medidas en favor de quienes, en razón de su edad,
se encuentran en circunstancias de debilidad manifiesta. En el caso de los niños y de las niñas, la
acción de tutela procede directamente para defender su derecho fundamental a la salud.