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Alteridades

ISSN: 0188-7017
alte@xanum.uam.mx
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Iztapalapa
México

RODRÍGUEZ LÓPEZ, JUAN


Reseña de ''El poder en escenas. De la representación del poder al poder de la representación'' de
Georges Balandier
Alteridades, vol. 5, núm. 9, 1995, pp. 99-104
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=74711352010

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los subordinados, a la vez que éstos

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resistirse, oponerse, demandar, po-
ner límites a los poderosos.
Para nuestro autor el poder y
su demostración o representa-
ción, su dramatización o escenifi-
Teatrocracia en México: cación, son indisociables en todas
las épocas y tipos de sociedades.

el poder en escena Esta tesis no es nueva. Está en el


trasfondo de trabajos de escritores
de varias tendencias, e incluso se
JUAN RODRÍGUEZ LÓPEZ* había enunciado ya explícitamen-
te. El mérito de su libro es argu-
mentarla, documentarla y preci-
sarla de modo claro, coherente y
En su libro El poder en escenas. De disuelto y subordinado por lo me-
muy convincente. Si otros han me-
la representación del poder al poder diático, y otros que “la televisión
recido la observación de que sus
de la representación, Georges Ba- pública permite el advenimiento
ideas y alegatos vagan dispersos
landier (1994) ilustra y analiza el de la ‘democracia de masas’” (pp.
entre muchos artículos sobre va-
modo en que el poder político se ha 183-184) 1, Balandier llega a la
riados temas, sin la sistematiza-
representado y ha actuado para conclusión de que lo político no ha
ción de un texto que integre lo fun-
demostrarse y ejercerse, tanto en desaparecido ni pasado a segun-
damental de un asunto y evite sus
periodos de manifiesto conflicto do término, sino tan sólo ha cam-
derivaciones secundarias, el an-
como de aparente calma en las biado de forma: el poderío de las
tropólogo francés establece aquí
más diversas sociedades, tomando apariencias crece y la eficacia sim-
con prolijidad y cohesión lo que en
ejemplos desde la Edad Media. El bólica del poder se incrementa
otros trabajos se intuye, insinúa o
antropólogo, autor también de An- gracias al desarrollo de las tecno-
simplemente se apunta.
tropología Política (1969) y El desor- logías mediáticas. Ello, a pesar de
No es la intención de este ensa-
den (1989) entre muchas otras que los medios contribuyen a una
yo resumir la información y las re-
obras, encuentra y explica trasfon- desideologización, a una pasividad
flexiones de Balandier acerca de
dos políticos constitutivos de una de la enorme mayoría, a la partici-
todo ello, sino agregar algunas ob-
“teatrocracia” en las fiestas, los pación en la política desde la sala
servaciones y hacer ciertas com-
carnavales, las bufonadas, las sá- doméstica del exciudadano con-
paraciones entre lo propuesto por
tiras, las coronaciones, las entra- vertido en espectador, a la sobreva-
el libro y algunos aspectos de la
das triunfales a las ciudades, los loración de la imagen en el proceso
vida política de México, nación en
desfiles, los sacrificios, las acusa- político adecuado al star system,
la que pueden hallarse muchos
ciones de brujería, la oratoria y el en suma al “anestesiamiento ca-
ejemplos de la mayoría de los pro-
silencio, la arquitectura y el dise- tódico de la vida política” (p. 13).
cesos estudiados por nuestro autor,
ño de las ciudades, la ópera, los Por debajo de las cualidades di-
pero en la que también se observan
mítines, las marchas o manifesta- ferentes de las relaciones de poder
contrastes, excepciones o diver-
ciones, los debates políticos televi- en las sociedades tradicionalmen-
gencias, quizá porque algunos de
sados, etcétera. te estudiadas por los antropólogos
nuestros ámbitos, sectores o ten-
En el debate sobre la relación y en las de la “edad mediática”, Ba-
dencias corresponden ya plena-
entre política y medios de comu- landier encuentra una continui-
mente a la posmodernidad, mien-
nicación de masas en el mundo de dad fundamental: el poder recurre
tras que otros aún se resisten crea-
la posmodernidad o “sobremoder- siempre a símbolos, imágenes, ce-
tivamente a los embates uniforma-
nidad”, en el que algunos asegu- remonias, ritos y demostraciones
dores de los poderosos —por ejem-
ran que lo político ha quedado públicas para hacerse patente, con-
plo el “proyecto Televisa” y el “pro-
yecto pluralista” analizados por
Bonfil Batalla (1986)—, y otros más
* Facultad de Antropología, Universidad Veracruzana. se enorgullecen de ser modernos.
Teatrocracia en México: el poder en escena

La importancia de la “actuación” sentimiento resulta, en gran me- las mofas de su bufón, al grado de
de la élite política mexicana, enca- dida, de las ilusiones producidas que en algunos casos lo consideró
bezada por la aparentemente om- por la óptica social.” (p. 16), no su censor y consejero en el estricto
nipotente figura presidencial, con siempre se consigue el efecto bus- sentido de este último término.
su efecto generador de creencias y cado (a veces se quiere asustar y Balandier habla de la frecuencia
actitudes, fue implícitamente re- se provoca risa, se quiere hacer de su aparición, pero no de una
conocida por Arnaldo Córdova reír y se da lástima, lo cual parece estructura elemental del pensa-
cuando afirmaba que las masas soslayar Balandier), y el Estado miento que la determine, no de
populares “Aterrorizadas y aco- mexicano no ha logrado configu- una universalidad; aunque, al re-
bardadas por la posibilidad de rar una imagen democrática con- ferirse a la actualidad, se limita a
perder cuanto se les ha concedido vincente, y en esa medida no es decir que ese tipo de “desvanece-
[o se les ha presentado como conce- democrático y debe acudir a otros dores de apariencias, que... des-
sión, J.R.L.] o de sufrir las más medios simbólicos de dominación. velan parte de lo oculto... no dejan
terribles represiones, y escépticas Mientras en otros países un can- de estar siempre presentes en el
frente a un poder leviatánico... en didato o gobernante se beneficia juego político”, en cada partido,
ellas sigue dándose el culto más políticamente si su condición físi- incluidos aquellos que detentan el
empedernido y más desenfrenado ca logra manifestarse espectacular- poder (pp. 70-71), mas no señala
a la autoridad del poder...” (1979: mente mediante el deporte o cual- donde están ni quiénes son.
20). Sin embargo, aquí no es del quier otra hazaña (p. 36), y si no se En relación con lo anterior, me
todo valido el contraste señalado le descubre un adulterio, en Méxi- interesa hacer notar que en el Mé-
por Balandier entre, por un lado, co la hazaña traducible en admira- xico contemporáneo pocos gober-
los poderes dependientes de la con- ción popular no es deportiva sino nantes han comprendido que los
nivencia de los dioses o del respe- donjuanesca (recuérdense López halagos son el instrumento más
to por la tradición, o de la irrupción Mateos y López Portillo). eficaz para destruir la lucidez de
del héroe y el control sobre las co- Balandier señala la importan- un humano, y no se ha permitido el
rrientes de la historia, y, por otro, cia del bufón de la corte en muchos bufón de la corte. Quizá su ausen-
los basados en el arte de la persua- tiempos y lugares, como el que “e- cia contribuya a que el aislamien-
sión, en el debate y la capacidad duca al príncipe... le señala los to de los más poderosos, los presi-
de crear efectos que favorezcan la límites y los artificios del poder”, le dentes, les convenza, como al em-
identificación del representado con da las informaciones que su en- perador romano, primero de que
el representante, como ordinaria- torno le oculta (p. 67), le dice bur- son hombres extraordinarios, de
mente sucede en las sociedades lonamente lo que de él piensa el que cada uno es un semidiós, luego
democráticas (p. 20). Esta distin- pueblo, le obliga a ver “las trampas un dios y, finalmente, el más gran-
ción puede ser válida en los tipos que implica la carga del poder... de de los dioses, o por lo menos el
puros de estilo weberiano, pero en Las del aislamiento del poderoso, hombre más sensato, o el más re-
nuestro caso el poder depende de que pueden hacerle desembocar volucionario (por ejemplo, el presi-
todos esos recursos simultánea- en el ejercicio de un poder insen- dente López Portillo ante la gran
mente y en grado semejante, pues sato” (p. 68). El gobernante percibía multitud en la Plaza de la Revo-
aunque el poder actúa y “el con- la conveniencia de tomar en serio lución de La Habana) o el más

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Juan Rodríguez López

merecedor de las riquezas prohi- Su papel de válvula de escape es lo anterior, habría que preguntar-
bidas al resto de los mortales (a la consentido por los gobernantes, se hasta qué punto Superbarrio, el
manera del artista de Bullets over quienes (al menos en nuestro Chupacabras (el enmascarado),
Broadway de Woody Allen, que se país) no lo toman en serio, no lo Marco Rascón y similares, a quie-
considera genial y con derecho a ven como su censor y consejero, nes yo llamaría —respetuosa y
crear su propio “universo moral” sino como “un liberador de tensio- antropológicamente— “bufones
privado). Su poder leviatánico sirve nes que trabaja para reparar las anticorte”, coadyuvan a tornar vi-
a los presidentes, pero acaba por relaciones sociales” (p. 58). El sitio sibles los defectos y errores del
volverlos insensatos, por engañar- del bufón de la corte ante los exce- régimen y estimular y esparcir su
los con su propia imagen escenifi- sos del poder quedó pues vacante. oposición, como se supone es
cada, a la inversa del que se asusta En algunos casos de bufones o su honesta intención, o bien, con
con su propia sombra (y éste es clowns que, protegidos por la más la oportuna intervención de la
otro aspecto del poder descuidado absoluta de las impunidades, no propaganda oficial y oficiosa, aso-
por Balandier). Al igual que a Ca- respetan a nada ni a nadie, ponen cian cierta oposición con el ridícu-
lígula, quien designó cónsul a In- en ridículo a los notables y provo- lo, se identifican con lo inacepta-
citatus, su caballo, tal vez porque can escándalos extremos, “La libe- ble o “antisocial” y exhiben teatral-
nunca presenciaría una burla por ración deviene grotesca por exceso, mente a qué quedaría sometida la
eso, a cada superpresidente mexi- lo sagrado queda fortalecido por el sociedad con ellos en el poder.
cano le faltó un bufón de la corte, sacrilegio, la ruptura del orden co- Habría que reflexionar si, en pala-
en sustitución del secretario al que, tidiano adopta el aspecto de un bras de Balandier, “sigue siendo la
según el chiste, preguntaba “¿Qué espectáculo de risa” (pp. 53-54). ridiculización desactivadora lo
horas son, señor secretario?”, ob- En su función catártica, el bufón que somete a procesamiento... las
teniendo por respuesta: “las que público “presenta una imagen en- verdades huidas. Se convierten en-
usted ordene, señor presidente”. loquecida y heroica de la aventu- tonces en sueños de poeta o de
Hemos contado con la sátira ra individual, capaz de trascender idealista, propósitos que no se co-
política más o menos tolerada de las convenciones sociales”, “Por la rresponden con la realidad, inicia-
cómicos como Palillo y muchos vía de lo imaginario y del espec- tivas no gobernadas por la razón o
otros, hasta la pareja de Salinas y táculo, transforma los factores por el simple sentido común” (p.
Lechuga, así como excelentes cari- reales de ruptura en figuras de 73).
caturistas, todos ellos personajes drama. Se convierte en portador Muy probablemente esa refle-
que corresponden a lo que Ba- de lo antisocial —lo que lo hace xión nos indicaría que a muchos
landier llama “bufón popular”. El emparentable con la víctima pro- ciudadanos y consumidores los
autor afirma que la sátira pública piciatoria—... Muestra a qué que- bufones anticorte les sirven como
ha sustituido a los bufones de la daría sometida una sociedad si se índice de las lacras de la élite y de
corte: “El bufón no está ya en las disolvieran las normas, las prohi- un camino de oposición y cambio,
cortes, sino en la calle” (p. 70). No biciones y los códigos... Difícilmen- pero también que para muchos
obstante, el caso mexicano mues- te podríamos reconocer en él la más son una muestra de lo pre-
tra claramente que la distinción prefiguración del revolucionario, ferible que es un orden defectuo-
entre el bufón de la corte y el bufón ni siquiera la del insurgente” (pp. so que un desorden ridículo. Estos
popular es pertinente no sólo en 57-58). En algunos casos el trans- personajes al ridiculizar se ridicu-
cuanto a la forma y el tiempo, sino gresor ataca la decencia y la sepa- lizan, y entonces, del mismo modo
también en cuanto a la función, ración entre lo puro y lo impuro, que en los encuentros pugilísti-
pertinencia que Balandier pasa por incurriendo en obscenidades y cos en los cuales se disputa un
alto aunque se deriva igualmente comportamientos que provocan el título, en caso de empate, el cam-
de sus propios datos. El bufón po- asco o la vergüenza. Y a esto pode- peón retiene la corona. Señalo esto
pular ofende a los poderosos con lo mos agregar ahora que si la vio- como un caso típico de disenso en
mordaz y lo cómico, ataca ante el lación del orden es ligada al asco, las reacciones ante las inversio-
pueblo para que éste no agreda di- a la vergüenza o al ridículo, la gen- nes dramáticas del orden social y
rectamente, “libera una crítica que te tenderá a sentir asco, vergüenza cultural, vivamente contrastante
la risa desactiva” (p. 69), suplanta o ridículo con sólo pensar en violar con el supuesto del consenso u ho-
“la transgresión real por la trans- el orden; de esta forma se contri- mogeneidad de los efectos de las
gresión ficticia” (p. 73), y el pueblo buye a hacer y mantener deseable escenificaciones, desde la fiesta
lo ve así como su representante. lo obligatorio. Considerando todo hasta las representaciones de los

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Teatrocracia en México: el poder en escena

medios masivos, que parece per- labras del “ideólogo” Jesús Reyes ca que pone en juego los medios
mear casi siempre el discurso de Heroles, se justificaba porque su colectivos, dramatizado con el ob-
Balandier. única alternativa posible era “el jetivo de propiciar su contagio...
Hecha esa consideración, el México bronco”. En esa lógica se Algunos de ellos [sus ejecutores]
trabajo de Balandier es muy útil inscriben ciertos desórdenes tole- han podido convertirse en héroes
para analizar el sentido de algunos rados en muchas ciudades mexi- de la rebelión, idealizados por una
otros fenómenos de la realidad me- canas, protagonizados por grupos parte de la juventud...” (p. 149).
xicana. Nuestro antropólogo des- de “estudiantes” que secuestran Sin embargo, reconoce que el se-
cribe lo que sucedía desde la muer- autobuses, destruyen ventanas, cuestro y asesinato de Aldo Moro,
te de un rey hasta el final de sus aparadores y coches y saquean co- en un país con tanta libertad de
funerales entre los agni de Costa mercios ante la vigilante mirada medios como Italia, “Entrañó una
de Marfil: se desataba la violencia pasiva de la policía. Un ejemplo reprobación general, el rechazo
y el abuso; el desorden se manifes- son los Desfiles de los pelones que total de la violencia como instru-
taba de manera ceremonial con la se realizaban en la ciudad de Ve- mento político y el repudio a la
entronización de un fugaz rey pa- racruz hasta fines de los setenta. sacralización por la sangre de un
ródico, un poder al revés en manos Los líderes estudiantiles (“porros”) eventual nuevo curso de la his-
de los descendientes de cautivos, del Ilustre Instituto Veracruzano toria.” (p. 138). En el México de los
que gobernaba y sancionaba bajo (conocido popularmente como “La setenta, con los medios casi total-
el signo de la transgresión, la irre- Prepa”), la Facultad de Ingeniería mente controlados por el régimen,
verencia, el exceso, la arbitrarie- y la Facultad de Veterinaria de la sucedió más bien lo del caso Aldo
dad y la revancha. Al término del Universidad Veracruzana, por se- Moro, a tal grado que, entre las
breve periodo, “...el poder ‘malo’ es parado y en total secreto organi- filas de la izquierda partidaria de
eliminado y las gentes del lugar zaban cada año una novatada sor- la organización de las masas y sus
acogen al nuevo rey con un deseo presiva para los alumnos de nuevo cuadros por la vía pacífica, se de-
de orden... se nos muestra, a través ingreso, consistente en obligarlos cía que los actos de organizaciones
de la dramatización ritual, que no a marchar —amarrados si era ne- guerrilleras urbanas, como la Liga
existe otra alternativa al orden es- cesario— rapados, embadurnados Comunista 23 de Septiembre, eran
tablecido por la ley que la befa, lo con grasa para zapatos y humilla- terrorismo auspiciado, o al menos
arbitrario y el acecho del caos” (pp. dos de varias maneras, hasta las aprovechado, por el Estado, para
86-87). Aunque con diferencias en calles céntricas, donde los alumnos crear una sicosis entre la población,
la forma y el alcance, esa inversión de ingreso anterior los exhibían al y así no sólo justificar sino hacer
temporal del orden social tiene que tiempo que destruían y robaban deseable la represión policiaca
ver con varios hechos mexicanos. todo cuanto se les antojaba a su contra todo tipo de “comunistas” y
Luego de varias décadas de guerras paso, con la más completa impu- “anarquistas”: un terrorismo mayor
por el poder, entre incertidumbre, nidad. Si alguien prevenía a un no- y de signo contrario, el signo de la
desorden y asolamiento de los ca- vato de la fecha secreta del desfile ley y el orden.
minos por bandas de asaltantes, para que faltara a la escuela, el de- En este contexto, el reciente
fue fácil atribuir la culpa al régi- lator recibía una terrible golpiza. debut en la escena del vado de
men civil juarista de amplias li- El efecto es aproximadamente el Aguas Blancas, Guerrero del lla-
bertades políticas republicanas, mismo que en otros casos en que mado Ejército Revolucionario Po-
con separación y equilibrio efecti- el motivo expreso de los distur- pular es interesante por varias ra-
vos de poderes; Porfirio Díaz obtuvo bios juveniles es festivo-deportivo, zones. Muestra claramente que un
así apoyo popular suficiente para festivo-musical, de protesta políti- actor político no existe para el
establecer y consolidar un régimen ca o tiene que ver con rivalidades público mientras permanece tras
militar dictatorial y fuertemente entre escuelas o bandas: el desor- bambalinas, preparando su ves-
represivo, que ofrecía, entre otras den hace que los desprestigiados tuario y ensayando la ejecución
cosas, paz y orden. policías luzcan como benéficos de su papel: se requiere la repre-
Esa experiencia ha sido apro- agentes del orden y que su inter- sentación pública de su existencia
vechada de diversos modos. Des- vención sea exigida por la población y sus cualidades, su demostración
pués de la Revolución Mexicana directa o indirectamente afectada. dramática de una voluntad de
(diez años de sangrientas luchas y En cuanto a la violencia terro- ejercicio de cierta forma de poder,
un millón de muertos), se estable- rista, Balandier dice que “Se trata para tener efectos en la dinámica
ció un sistema político que, en pa- de un modo de intervención políti- social, y entre más eficaz es esa

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Juan Rodríguez López

orden y el desorden, del confor-


mismo (...) y del cambio (...). En
algunas de ellas ese juego no puede
ser controlado del todo. Con moti-
vo de situaciones de crisis grave y
duradera, cada uno de esos temas
busca la aniquilación del otro, en
un enfrentamiento que suele tender
a la guerra santa” (p. 72), su acento
está generalmente puesto más en
la función preservadora del orden
que tiene el desorden efímero, que
en la posibilidad de cambio que
abren las situaciones liminales; al
igual que Gluckman al analizar los
rituales de rebelión (Díaz Cruz,
1995, pp. 157 y ss.), ve mucho más
la continuidad de la estructura
que la antiestructura y el proceso.
dramatización mayor es el impacto inversiones de lo cotidiano que En unos casos resalta el carácter
logrado. Para ello no son necesa- hemos mencionado, “se integran de “relajamiento regular de ten-
rios la violencia ni el terrorismo en en este marco. Tienen a su cargo la siones” de los desórdenes drama-
sí. No es menester disparar los fu- verdad; bajo el orden social, el de- tizados, el efecto de “liberación con-
siles, pues al mostrarlos se usan sorden; bajo las instituciones, la trolada, lo que podríamos llamar
ya. Es más efectiva la lectura de un violencia; bajo el poder que se in- ‘desinflado’”; en otros casos “se
manifiesto ante los reflectores y viste de la función de hacer que trataría del ajuste de la relación
micrófonos que el estallido de una todo se mantenga quieto, el mo- entre fuerzas de conservación y fuer-
bomba, y más resonantes diecisie- vimiento; bajo la unidad, las rup- zas de movimiento, poder y con-
te salvas al aire que diecisiete mil turas irreductibles” (p. 72). Los testación, orden y desorden” (p.
disparos a un cuartel. Aunque al- análisis que hace de dichos fenó- 98); “en el peor [de los casos], los
gunos actores consagrados de las menos en tales términos tiene se- actores del drama carnavalesco
tablas se unen en santa alianza mejanza con los que hace Victor se tomarán su papel en serio y su
para llamar “grotesca pantomi- Turner de lo que denomina limina- oposición no será ya metafórica
ma” a esa irrupción teatral e invi- lidad, en términos de estructura y sino real, como ocurriera en Ro-
tan a no aceptar imitaciones, cual antiestructura. Incluso Turner mans, en 1580” (p. 101); “la drama-
si prefirieran ver correr sangre como abarca a los bufones y los movi- tización no es siempre de signo
medio de legitimación, los nuevos mientos milenaristas entre los metafórico, y se convierte a veces
actores, cualquiera que sea su ori- fenómenos liminales que estudia en una tragedia con víctimas de
gen y más intima intención, con- (1988, pp. 116-119), y Balandier, verdad. El motín desempeña una
quistaron un espacio en la obra y sin mencionarlo, parece aludir al función política; está siempre con-
en la marquesina que parecía ya concepto turneriano de communi- denado a frustrarse y muere con la
negociada. tas cuando dice del carnaval bra- represión, pero, sin embargo, fija lí-
Balandier establece que “ningún sileño que “Trastoca las clasifica- mites a las dominaciones” (p. 108):
sistema existe sin contrasiste- ciones sociales... Crea una vasta tanto en el carnaval de Romans como
ma(s). A las tendencias que pro- comunidad temporal en la que todo en los motines la oposición es real,
vocan la más completa normali- pasa a ser posible, en la que las je- pero aplastada; el potencial trans-
zación le responden, establecien- rarquías y las convenciones de la formador del drama sigue consi-
do relaciones de exclusión recí- vida ordinaria se disuelven” (p. derándose muy limitado.
proca, aquellas que expresan la 102). Sin embargo, hay una im- En el último capítulo de El poder
más radicalizada de las negacio- portante diferencia de énfasis en escenas, consagrado a la domi-
nes”. Las fiestas, los carnavales, entre ambos autores. Aunque Ba- nación de la comunicación colecti-
las bufonadas, las sátiras, los mo- landier anota que “En todas las va en la era de la sobremoderni-
vimientos milenaristas y otras sociedades se dirige el juego del dad, reina el modelo del complot:

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Teatrocracia en México: el poder en escena

sondeadores, politólogos, asesores Por último, es notable que ante en Nexos, año IX, vol. 9,
núm. 100, abril, pp. 7-13.
en comunicación y marketing, pe- la eficacia simbólica y política de
riodistas, tecnología y demás cons- los medios, Balandier no parece CÓRDOVA, ARNALDO
piran eficazmente “para dar vida a reconocer el papel político de los 1979 La formación del poder po-
lítico en México, México, Ed.
una opinión pública que ellos sindicatos, los partidos, las orga- Era, Serie Popular Era: 15,
mismos han creado” (p. 156), para nizaciones sociales y las masas es- 99 pp.
manipular a los anestesiados con- pontáneamente movilizadas para
DÍAZ CRUZ, RODRIGO
sumidores. Sólo una vez, ante las un fin particular. 1995 Archipiélago de rituales.
críticas radicales que acusan a la Cinco teorías antropológi-
televisión de todos los males, abre cas del ritual, tesis de doc-
torado, México, Univer-
una rendija en su esquema: “Las Notas sidad Nacional Autónoma
críticas modernas responden con de México-Facultad de Fi-
la duda, en cuanto al grado de in- 1
Todos los números de página anota- losofía y Letras, 294 pp.
fluencia de la televisión, y con la dos corresponden a Balandier (1994),
SWARTZ, MARC J., VICTOR W.
certeza, por lo que hace a la ca- salvo cuando se encuentren ense- TURNER Y ARTHUR TUDEN
pacidad del público en oponer sus guida de la mención de otro autor. 1966 “Introduction”, en Swartz,
Turner y Tuden (eds.), Po-
propias respuestas.” (p. 168). Y re-
litical Anthropology, Chi-
mata con una conclusión optimis- cago, Aldine, pp. 1-41.
ta pero diferida al futuro: “se hace Bibliografía
TURNER, VICTOR WITTLER
necesario elaborar un nuevo con-
1964 “Entre lo uno y lo otro: el pe-
trato político para la edad mediá- BALANDIER, GEORGES riodo liminar en los ‘Rites
l969 Antropología Política, Bar- de passage’”, en La selva de
tica, un contrato por el que las
celona, Ed. Península, 225 los símbolos. Aspectos del ri-
ideologías y la confrontación ha- pp., Nueva Colección Ibé- tual ndembu, Madrid, Siglo
brían de reencontrar una presen- rica: 2, [edición en francés XXI Editores, pp. 103-123.
cia real y no ya simulada, un pacto de1967]. 1971 “Social Dramas and Ritual
1989 El desorden, Barcelona, Metaphors”, en Dramas,
por el que las pasiones públicas no Gedisa. Fields and Metaphors. Sym-
serían ya sofocadas o enmascara- 1994 El poder en escenas. De la bolic Action in Human So-
das” (p. 179). Por el contrario, Tur- representación del poder al ciety, Ithaca, Cornell Uni-
poder de la representación, versity Press, pp. 23-59.
ner insiste siempre en el proceso, trad. Manuel Delgad 1988 El proceso ritual. Estructura
lo indeterminado, el cambio, la va- o Ruiz, Barcelona, Ed. Paidós, 187 pp., y antiestructura, Madrid,
riación, la creación de lo nuevo que Paidós Studio: 106, [edición Taurus, 217 pp., [edición
en francés de 1992]. en inglés de 1969 ].
propicia el drama en sus partici-
1988 The Anthropology of Per-
pantes (Swartz, Turner y Tuden, BONFIL BATALLA, GUILLERMO formance, Nueva York, PAJ
1966; Turner, 1964, 1971, 1988). 1986 “La querella por la cultura”, Publications.

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