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de la Economía Colombiana
Esteban Jaramillo*
* Fue el más connotado economista en los años veinte y treinta y por consiguiente ministro de Hacienda en
varios de los gobiernos de esa época.
1.ª La economía privada bienes materiales, como las vías de monopolios, o estableciendo
tiene por objeto primordial fo- de comunicación, la beneficen- tributos de carácter obligatorio,
mentar el bienestar de un redu- cia pública y otros análogos; o decretando expropiaciones, o
cido número de individuos, que procurándose los servicios de
componen la familia, mientras 3.ª La economía privada los funcionarios públicos me-
que la economía pública se contempla sólo el presente o un diante el señalamiento de asig-
propone satisfacer necesida- futuro próximo, que es el de la naciones fijas, sin otra forma de
des de la colectividad política, vida del individuo o de su fami- contrato que el nombramiento
cuyo radio de acción es mucho lia; mientras que la economía fi- de los titulares respectivos. Sólo
más amplio; de lo cual resulta nanciera mira a un futuro remo- en casos especiales adquiere el
una enorme diferencia entre la to, que es el de la comunidad, Estado, por medio de contrato,
cuantía de los recursos necesa- de duración indefinida. Esta los objetos necesarios para la
rios al individuo y la de aqué- diferencia impone criterios muy labor administrativa; pero aun
llos que demandan las exigen- distintos para una y otra activi- en este caso se advierte la dife-
cias de la comunidad política; dad, desde el punto de vista de rencia entre las dos actividades,
las obligaciones del individuo y porque la entidad pública paga
2.ª La economía privada se del Estado, pues si el primero el precio de aquellos objetos
propone en primer término sa- no debe por lo regular acometer con dinero obtenido casi siem-
tisfacer necesidades materiales empresas de muy larga duración pre por imposición, y el indivi-
de los individuos, tales como ni contraer deudas que hayan duo, con fondos adquiridos por
la alimentación, el vestido y la de redimirse en un lapso muy él, en comercio libre;
habitación, y secundariamen- extenso, las entidades públicas
te, la adquisición de bienes de sí pueden hacerlo, porque cuen- 5.ª Las entidades públicas,
carácter inmaterial, como la tan con un futuro de duración cuando se procuran lo necesa-
educación intelectual, moral y indefinida. De aquí las deudas rio para satisfacer las exigencias
estética; al paso que la econo- perpetuas de los Estados; de la comunidad, no tienen en
mía pública o financiera busca, cuenta el lucro o beneficio pe-
ante todo, la satisfacción de 4.ª El individuo se procura cuniario de su actividad finan-
necesidades colectivas de orden las cosas que le son necesarias ciera cuyo fin primordial es pro-
inmaterial, como son la defensa por medio de contratos o con- curar el bien común.
nacional, la conservación de la venciones de carácter volunta-
paz pública, la protección de los rio y sujetos a la ley de la libre El individuo sí busca siem-
derechos, la administración de competencia; al paso que el Es- pre o casi siempre una ganan-
justicia, la instrucción pública, tado obra en el ejercicio de su cia efectiva en las operaciones
etc., y de un modo secundario, actividad económica por medio industriales y comerciales que
Imagen: BanRepCultural
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económicos. Los primeros se alcanzan repartien- política se entiende el imperio de las institucio-
do las cargas públicas en forma tal, que pesen nes democráticas, está demostrado que son ellas
lo más ligeramente posible sobre las clases ba- las que han engendrado métodos más correctos,
jas, e invirtiendo los recursos del tesoro en obras justos y eficaces para la repartición de las cargas
de fomento e interés social, para levantar el ni- públicas, para el buen manejo de los intereses co-
vel físico y moral de aquellas clases. En todos munes y para la debida fiscalización del empleo
los países civilizados se procura lograr este fin de ellos. Pero también puede decirse a la inver-
social de la Hacienda Pública, en cuanto no se sa: «dadme buenas finanzas y yo os daré buena
afecten con ello las bases mismas de la actual política», pues los gobiernos sin recursos están
organización de la sociedad; pero los partidarios incapacitados para llenar muchas de las funcio-
del socialismo de Estado se esfuerzan, cada día nes inherentes a una sana política. La penuria en
con mayor tesón, por convertir el fisco en ins- que se hallan los conduce muchas veces a la ar-
trumento para alcanzar una soñada igualdad de bitrariedad, y la oposición que, por eso mismo,
fortunas, especialmente por medio de elevados les hacen los partidos, declarándolos responsables
impuestos progresivos y con medidas tendien- de todos los desastres fiscales y económicos, les
tes a la nacionalización de la propiedad privada. crea nuevos obstáculos para el desarrollo de una
Los fines económicos se realizan organizando los política amplia, seria e imparcial.
impuestos, y especialmente el de aduanas, con el
criterio de protección a ciertas industrias, o des- Íntima relación tiene también la Ciencia de
tinando fondos del Erario a la ejecución de obras la Hacienda Pública con la Economía Política;
públicas que fomenten el desarrollo de aquéllas. pero hoy ya no es aquélla una parte de ésta,
como se la consideró por el ilustre Adam Smith
La política interior y la Hacienda Pública se y por algunos de sus discípulos. Ya hemos visto
hallan por doquiera estrechamente ligadas. “Dad- cuántas diferencias existen entre la actividad
me buena política y yo os daré buenas finanzas”, financiera y la actividad económica, diferen-
decía el barón Luis, Ministro de Hacienda de cias que naturalmente tienen que imponer una
Francia en la Monarquía de Julio. Y en efecto, separación en los campos donde se mueven
buena política es la garantía y la protección de aquellas dos disciplinas. Hemos visto también
todos los derechos, el ejercicio de la justicia dis- que la Ciencia Fiscal se roza estrechamente con
tributiva, la imparcialidad oficial en la lucha de cuestiones políticas y sociales, que no son pro-
los partidos, el obedecimiento a la constitución piamente del dominio de la Economía Política.
y a las leyes, el respeto por las obligaciones del Y por último, el mismo Adam Smith reconoció
Estado y el empleo de los hombres capaces en el tácitamente aquella diferencia cuando sentó,
manejo de los haberes públicos; y está atmósfe- entre los principios fundamentales de toda sana
ra de protección y de justicia; de honor a la fe imposición, aquel en virtud del cual las cargas
pública y de imparcialidad oficial, es la más pro- públicas deben distribuírse entre los asociados
picia para el desenvolvimiento económico, para en proporción a su capacidad o habilidad tribu-
la ordenada marcha de las finanzas públicas y taria, principio mucho más hondo que los de la
para consolidar el crédito del país. Y si por buena ciencia económica, puesto que tiene su raíz en
la justicia. Mas si son distintas las dos ciencias, Sagrada, provino de los excesivos impuestos;
están íntimamente enlazadas, pues desde los la decadencia de la tercera civilización egipcia
tiempos de Diomedes Cárafa, se conoce como tuvo un origen semejante, según algunos his-
uno de los principios esenciales de la Ciencia toriadores; la ruina del imperio romano, según
de la Hacienda Pública el que aquel autor con- Mommsen, fue ocasionada, entre otras causas,
signaba en la siguiente fórmula: «El príncipe por la presión de cargas públicas abrumadoras;
debe recordar que la riqueza de sus súbditos las revoluciones inglesas contra Juan sin Tierra,
es el fundamento real de la prosperidad de las y más tarde contra Carlos I y Jacobo II, fue-
finanzas de aquél». La situación económica del ron motivadas principalmente por cuestiones
país, el estado de sus industrias el desarrollo fiscales; la gran revolución francesa, que Taine
de sus riquezas, la prosperidad de su comercio, califica de «ola de hambre, que subió de unos
son circunstancias que influyen de manera de- estómagos vacíos a unos cerebros enfermos»,
finitiva en la organización fiscal, pues poco o tuvo también causas fiscales y económicas:los
nada puede obtener el Erario de los asociados, impuestos excesivos, el derroche de la Corte, la
si el tesoro de éstos se encuentra en estado de falta de fiscalización de los gastos públicos y la
penuria. Por otra parte, el ejercicio de la acti- ruina de las industrias; la revolución de los Co-
vidad financiera puede tener hondas repercu- muneros en Colombia fue una protesta armada
siones en la situación económica del país: los contra pesadas cargas fiscales; la emancipación
fuertes impuestos tienden a producir el desa- de las colonias inglesas y españolas de Amé-
liento en las industrias, la inmovilización de la rica provino, en parte muy considerable, de
propiedad, la limitación de los consumos o la absurdos regímenes tributarios; la guerra del
mala distribución de la riqueza; las medidas Transvaal fue debida al inicuo repartimiento de
fiscales inconvenientes, como las emisiones de los impuestos, y la lucha política encarnizada
papel moneda de curso forzoso, perjudican la que se entabló en Inglaterra desde 1909 contra
circulación monetaria, y los monopolios oficia- la preponderancia de la Cámara de los Lores
les impiden y embarazan la libre competencia. y que ha culminado en el incontrastable pre-
dominio de la Cámara de los Comunes, para
Si para los hombres públicos es indispensable todo lo relacionado con cuestiones financieras,
el conocimiento de los principios de esta ciencia, no ha tenido otro motivo que la necesidad de
no es indiferente para los particulares, pues la ma- quitarle a aquélla el derecho del veto para esta-
yor parte de los actos de la vida económica, social blecer tributos sobre las propiedades de la clase
y jurídica de los hombres tiene que ver con las aristocrática, que Lloyd George necesitaba para
finanzas públicas. A todo podemos escapar, se ha fines sociales y de defensa nacional.
dicho, menos a los impuestos y a la muerte.
Auxiliares importantes de la Ciencia de la
La transgresión de los principios de la Cien- Hacienda Pública son: la Historia Fiscal, la Le-
cia Fiscal ha sido en todas las épocas de la gislación fiscal comparada, la estadística, la con-
historia causa y origen de grandes conmocio-
nes políticas y sociales. Si, como dice Flora,
en otro tiempo intervenían la piedad y la au-
dacia de las jóvenes princesas para inducir a
los príncipes a abolir los más odiosos impues-
tos, estos fueron casos de excepción, pues lo
ordinario es que los pueblos, abrumados por
el peso de tributos injustos y excesivos, han
apelado a la revolución para libertarse de ellos,
y bien puede decirse que en el fondo de las
grandes luchas armadas que han agitado a la
humanidad, ha habido causas fiscales y econó-
micas más o menos profundas. El cisma de las
tribus de Israel, de que nos habla la Historia
tabilidad y las ciencias sociales en general. La cambio, es un hombre de buena fe, un purita-
historia fiscal nos da a conocer los resultados no, un convencido, de una lealtad incontrastable
de las instituciones financieras al través de los a los cánones de su credo político y económico.
siglos, la evolución histórica de los sistemas ren- Antes de 1914 habría sido un buen Presidente
tísticos y de los gastos públicos y las influencias de los Estados Unidos, uno de tantos estadistas
que han tenido en el adelanto, estancamiento y mediocres, apacibles y silenciosos, a quienes una
progreso de los pueblos las aplicaciones prácticas riqueza colectiva ingente y un progreso nacio-
de aquella ciencia. La Legislación fiscal compa- nal incesante, les comunicaba el brillo glorioso
rada nos enseña la manera como las principios de los grandes conductores. Era la época en que
de dicha ciencia se han traducido en mandatos la fórmula económica del Gobierno consistía en
de la potestad soberana. La Estadística reduce a no hacer y dejar hacer. Diez y seis años más tarde
números la situación económica de los países, su la fórmula resultó desastrosa, y el Presidente que
población, su riqueza, sus rentas, el estado de su la aplicó, con obstinación apenas comparable a
comercio, en una palabra, los factores esencia- su buena fe, tuvo que presenciar desde la torre
les de su capacidad fiscal. La Contabilidad oficial almenada de su individualismo, el hundimiento
hace ver la situación en cada período fiscal de financiero de su país, el de su propio prestigio y
los ingresos y egresos públicos, y es la norma el del partido político que lo llevó al poder y que
segura para conocer los resultados prácticos de parecía invencible.
los presupuestos de rentas y gastos, es decir, del
último balance de la política financiera del Par- El libro de Hoover plantea el problema, cada
lamento y del Gobierno. Por último, todas las día más palpitante, de la intervención del Esta-
ciencias sociales son auxiliares de la Ciencia Fis- do en la economía de los pueblos. Para Hoover la
cal, porque los principios de ella están llamados libertad resuelve por sí sola todos los problemas
a tener aplicación práctica en la sociedad civil económicos, así se trate del valor de la moneda,
y política de los hombres, que es el objeto de como del precio de los salarios, del equilibrio entre
aquellas disciplinas. Lo dicho hasta aquí demues- la producción y el consumo, del reparto y distribu-
tra la importancia y complejidad de este estudio ción de la riqueza. «Dentro del espíritu de libertad,
y las dificultades que presenta, superiores a veces dice, hemos desarrollado constantemente altos ni-
a la capacidad de los más hábiles financistas. veles de vida y nobles ideales en las relaciones de
los hombres, un gran sistema de adelanto para la
humanidad». «El liberalismo cayó primero en los
La intervención del Estado en la países de su origen, y hoy se encuentra amenaza-
economía de los pueblos
Revista del Banco de la República, agosto,
1935. No. 94.
Imagen: Internet - Desconocido
falta muy frecuente de verda- que mantuvo por algunos años te, se rompió en todas partes,
deras capacidades técnicas en- en febril actividad los negocios, con las naturales consecuencias
tre los funcionarios del Gobier- las industrias y el comercio; en de la ruina de las industrias, la
no. Formar esas capacidades, los Estados Unidos, fue la infla- paralización del crédito, el des-
crear verdaderos organizadores, ción del oro que habían amon- empleo y el hambre. Entonces
es tarea larga y difícil. tonado en cantidades fantásti- los pueblos volvieron hacia el
cas durante los primeros años Estado los ojos suplicantes
Por otra parte, la extensión del conflicto negociando con buscando, en la única entidad
e intensidad del intervencionis- los países beligerantes, oro que aparentemente fuerte que que-
mo depende principalmente de lanzaron a todos los vientos de daba en pie, alivio y remedio
la época en que trate de im- la rosa náutica en forma de cré- para los males sin cuento que
plantarse. Hasta 1914 el Estado dito fácil e imprudente; y en los aquel cataclismo inesperado les
penetraba en el campo econó- pueblos latinoamericanos, fue hacía padecer. Y los gobiernos,
mico individual con gran par- la inflación de los empréstitos, uno por uno, en distintas dosis
simonia y moderación, porque que a manos llenas les brinda- y medidas, bajo formas diver-
el ritmo normal y acompasado ban los inexpertos banqueros sas, con métodos más o menos
de los negocios, las industrias, del Norte. Aquello fue la orgía audaces y con despreocupación
el comercio y los cambios, ha- de los millones; la producción más o menos visible de viejas
cía por lo general innecesaria industrial y agrícola aumentan- normas jurídicas y filosóficas,
o poco aconsejable esa inter- do en proporciones colosales, fueron interviniendo como ci-
vención; una larga época de alimentada por el crédito, y los rujanos llamados de urgencia,
paz internacional había crea- consumos creciendo sin cesar en aquellos organismos econó-
do una situación de equilibrio como reacción contra las pri- micos, amenazados de muerte.
y estabilidad en las relaciones vaciones de la guerra y con la Al mismo tiempo que la in-
económicas de los pueblos y de facilidad que brindaba la abun- tervención realizada en forma
los individuos. La guerra que dancia de los medios de pago. constitucional por los parla-
estalló en aquel año trajo con- mentos y los Gobiernos, en los
sigo, después de la contienda Mas de repente, y sin que se pueblos que habían logrado
armada, una batalla económica dieran cuenta los que maneja- conservar sus instituciones de-
de proporciones fantásticas y ban la enardecida máquina de mocráticas en medio del cata-
un estado de desequilibrio no la inflación, aquella prosperi- clismo social y económico, fue-
conocido hasta entonces. La ri- dad ficticia y engañosa estalló ron surgiendo y prosperando
queza positiva destruída por la en una llamarada de pánico y las dictaduras: dictadura rusa,
guerra, quedó sustituída por la desconcierto. Y vino la crisis, dictadura magyar, dictadura
riqueza aparente e ilusoria del la catástrofe financiera y eco- yugoeslava, dictadura polone-
papel moneda; el mundo eco- nómica; el equilibrio entre la sa, dictadura turca, dictadura
nómico y financiero se agitó oferta y la demanda que se española, dictadura italiana,
enloquecido en una atmósfera había mantenido artificialmen- dictadura alemana.
de inflación deslumbrante, que
no le dejó ver el espectáculo
real de una humanidad empo-
brecida por la destrucción y la
matanza, desprovista de las an-
tiguas normas que limitaban y
coordinaban sus actividades, y
sobre todo, relajada en los re-
sortes morales que antes de la
Imagen: Ecopetrol
Los Estados Unidos habían venido desde 1783 entregados a Investido de tan amplios
la filosofía liberal del “laissez faire”, y en el espacio de siglo y poderes y rodeado de un nu-
medio habían llegado a ser el pueblo más rico de la tierra. En meroso equipo de profesores,
1933 cuando el presidente Hoover abandonaba la Casa Blanca economistas, teorizantes, con-
desengañado y triste ese país se hallaba al borde de la banca- sejeros y asesores, el Presidente
rrota. Las industrias paralizadas, los bancos cerrados, el crédito acometió el mayor y más audaz
muerto, veinte millones de desocupados y el hambre imperando ensayo de intervencionismo
donde siempre había reinado la mayor hartura. El desequilibrio económico hecho hasta aho-
entre la industria y la agricultura había llegado a extremos in- ra por un Gobierno de forma
calculables, «mientras la agricultura moría de hambre porque republicana. El pensamiento
era demasiado rica». Las deudas acumuladas durante la infla- cardinal del presidente y sus
ción constituían un peso enorme que agobiaba lo mismo a los colaboradores fue el de procu-
deudores que a los acreedores. Los precios habían descendido rar una repartición más equita-
al más bajo nivel conocido hasta entonces. El trabajo humano tiva y razonable de las riquezas
alcanzaba cotizaciones irrisorias. La moneda excesivamente va- nacionales. A ese pensamiento
lorizada estaba fuera del alcance de los trabajadores e indus- básico han obedecido todas las
triales. Los bancos no encontraban la manera de utilizar sus medidas radicales implantadas
cuantiosos depósitos en oro y la falta de liquidez de sus activos por el Gobierno de Roosevelt,
hacía su situación cada vez más azarosa y difícil. empezando por el abandono
del patrón de oro y la baja del
En tan críticos momentos fue llevado en triunfo a la Presiden- valor del dólar, Roosevelt, a
cia de la República Franklin Roosevelt. El Congreso, incapaz de quien sus principios económi-
obrar y bajo la tremenda presión de las circunstancias, se apresuró cos y todos sus antecedentes
a investirlo de carácter de Dictador, un Dictador al estilo romano lo hacían mirar con horror la
que era un magistrado republicano a quien confería el Senado, en depreciación de la moneda, se
circunstancias críticas e insólitas y por un tiempo determinado, po- vio forzado por la realidad des-
deres excepcionales. Roosevelt tuvo facultades casi ilimitadas para piadada e inmodificable, a de-
cambiar el valor de la moneda, para reorganizar las industrias, el cretar el abandono del patrón
comercio y la agricultura, para modificar el sistema bancario, para de oro, probablemente con la
hacer uso del crédito del Estado en alta escala y para desarrollar un misma repugnancia con que el
inmenso plan de obras y trabajos públicos que ocupara millones de Secretario del Tesoro en la gue-
brazos. Facultades análogas y menos limitadas había conferido dos rra de secesión, presentó, con
años antes el Congreso de Colombia al Presidente Olaya Herrera lágrimas en los ojos, el proyecto
para conjurar la crisis económica. de ley para emitir papel mone-
da. Rebajado el valor de la mo-
neda, subió automáticamente
el del trabajo, se mantuvo firme
el de los objetos industriales, se
acrecentó el de los productos
agrícolas y se redujo el de las
deudas de toda clase.
de que todos los problemas de del 4 de noviembre, y se la Roosevelt, presidido por una
producción, distribución y con- negó al jefe del Gobierno. La rectitud a toda prueba y una
sumo, de trabajo y de paro, de eterna historia: las realidades buena fe incontestable, recti-
compra y de venta, de benefi- inflexibles de la vida impo- tud de puritanos y buena fe
cios y de pérdidas, deben ser, niéndose a los hombres de Es- de profesores universitarios,
en fin de cuentas, gobernados, tado y echando por tierra sus animado por un noble y eleva-
por la ley fundamental de la teorías y concepciones filosó- do espíritu de justicia social y
oferta y la demanda. Sólo esta ficas: el gobernante ilustrado económica, y puesto en prác-
ley puede reglamentar, al fin, y patriota sometiéndose sin tica con encomiable valor ci-
los límites de la producción, las vacilar a los dictados del bien vil por hombres a quienes no
necesidades de los consumido- público, con sacrificio de sus arredra el peligro de cometer
res, los niveles de los precios, más caras ideas... errores ni detiene una pueril
las condiciones que permi- vanidad para enmendarlos. Su
ten a los comerciantes ejercer En cuanto al resultado fis- obra como toda grande obra
su comercio con éxito y a los cal de las medidas de Roosevelt, de emergencia, es susceptible
obreros trabajar con normali- nadie podía esperar que ellas de reparos, y, sobre todo ado-
dad. Sólo hombres formados dejaran ileso el equilibrio del lece de cierta inestabilidad,
en la práctica de los negocios, presupuesto. Prácticamente los que Roosevelt mismo recono-
en el cultivo y distribución de Estados Unidos han venido desa- ce y se esfuerza por modificar
los productos de la tierra y en rrollando su actividad fiscal sobre tranquilizando aquellos inte-
las infinitas ramificaciones que la base del déficit desde 1931. En reses legítimos que requieren
implican estos procedimientos ese año el déficit empezó con un normas y reglas estables para
podrán ajustarse como convie- exceso de gastos de 463 millones el desarrollo de sus activida-
ne a condiciones que cambian de dólares. En 1934 el déficit se des. Pero de todas maneras
incesantemente, y lo harán mu- elevó a la enorme cantidad de como dice Bernard Fay, es una
cho mejor que pudiera hacerlo 3.600 millones, superior ese défi- gran fortuna para los Estados
ningún Gobierno». cit al total de las rentas de aquel Unidos haber encontrado en
año, que montaron a 3.278 mi- esta hora crítica, en que nece-
Pero, por una cruel ironía llones de dólares. Pero el país sitan cambiar la orientación de
del destino, cuando todavía no se desalienta, animado como su vida nacional y replegarse
no se había extinguido el eco está por el espíritu de Roosevelt. sobre sí mismos, un hombre
del elocuente discurso del cé- A pesar de la crisis, a pesar del que sabe realizar esta magna
lebre estadista francés, ni se déficit, a pesar del desempleo, los empresa con entusiasmo y pre-
había secado la tinta con que Estados Unidos -nación, estados sentarla a sus conciudadanos
se escribió el manifiesto sus- y municipios- gastaron en 1934, con aire de triunfo.
crito por antiguos ministros y en escuelas públicas, 1.800 mi-
embajadores, presidentes de llones de dólares, es decir, más
grandes empresas, banqueros de la mitad del presupuesto de
y hombres de negocios de In- rentas del Gobierno federal. Un
glaterra, caía en Francia el ga- país que hace tan colosal esfuer-
binete presidido por el mismo zo por mantener un alto nivel de
M. Flandin, por haberse nega- cultura, un país que así atiende
do la mayoría de la Cámara de a las necesidades del espíritu,
Diputados a concederle facul- tiene pleno derecho a violar uno
tades omnímodas y extraordi- que otro de los mandamientos
narias, para realizar un gran del decálogo individualista de la
Imagen: The Forward, 1936