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MAGDALENA
MAGDALENA
VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS
Y DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO
VICEPRESIDENCIA DE LA REPUBLICA
La primera región se encuentra enmarcada entre la ribera del río Magdalena y Las Colinas y
el Valle de Ariguaní[1] y se caracteriza por ser una área en la que predomina el latifundio
ganadero, el cual ha sido durante décadas fuente de financiación de los grupos armados a
través del cobro de "impuestos", el secuestro y la extorsión a ganaderos.
De otro lado, los municipios que conforman la zona bananera[2] del Magdalena localizada
en la cara oeste del piedemonte de la Sierra Nevada de Santa Marta y la ecorregión de la
Sierra[3] que hace parte de la jurisdicción del departamento, han presentado durante los
últimos años el mayor número de acciones armadas del departamento.
A pesar de esto, no es posible realizar en este análisis tal diferenciación regional, ya que la
mayor desagregación de la información disponible para el departamento llega solo al nivel
municipal y, tal como se mencionó anteriormente, la Sierra Nevada y la Zona Bananera
poseen varios municipios en común, cuyas zonas altas hacen parte de la primera y las
zonas planas de la segunda. Sin embargo, sí es posible observar en el análisis que
en la mayoría de los casos son los municipios de estas dos subregiones los que presentan
mayores índices de violencia y no los de la parte predominantemente ganadera. Lo cierto es
que las autodefensas que operan en el departamento han ido presionando cada vez más el
desplazamiento de los grupos guerrilleros y del ELN hacia la parte montañosa de la Sierra,
mientras que las autodefensas además de manejar gran parte del negocio del narcotráfico
de la Sierra dominan también la mayor parte del resto del departamento.
Sin tener en cuenta los altos índices de violencia que alcanzó el departamento del Magdalena
en la segunda mitad de la década de los 70 con la aparición de la “bonanza marimbera”[4],
éste se había caracterizado hasta mediados de la década de los 90 por ser uno de los
departamentos menos violentos de la Costa Atlántica. A pesar de lo anterior, la guerra que
se presenta entre guerrilleros y autodefensas en la actualidad ha llevado desde la segunda
parte de la década de los 90 a un recrudecimiento del conflicto.
[1] La cual comprende los municipios del Cerro de San Antonio, Concordia, Pedraza, Zapayán, Tenerife, Plato,
Santa Bárbara de Pinto, San Zenón, San Sebastián, Guamal, Santa Ana, El Banco, Pijiño del Carmen, los
municipios de Sabanas de San Ángel, Chivolo, Nueva Granada, Algarrobo, Santa Ana, Ariguaní, Pivijay y El Piñón.
[2] Comprende principalmente la parte baja de los municipios de Ciénaga, Aracataca, Fundación y el nuevo
municipio Zona Bananera.
[3] La parte del departamento del Magdalena correspondiente a la ecorregión de la Sierra Nevada de Santa Marta
comprende el área norte de los municipios de Ciénaga, Aracataca, Fundación, Zona Bananera y Algarrobo y el
Distrito Especial de Santa Marta.
[4] Nombre con que se denominó la proliferación de cultivos y tráfico de marihuana.
Evolución del
conflicto armado
Grupos guerrilleros
La aparición de los primeros frentes de las FARC en el departamento del Magdalena estuvo
determinada por los lineamientos trazados en la VII conferencia de comandantes de la
organización, llevada a cabo entre 1981 y 1982, en la que se enfatizó la importancia de los
factores militares de la organización, razón por la cual se adoptó una estrategia de
crecimiento orientada al desdoblamiento de los frentes ya existentes que se financiaría
principalmente a partir de recursos provenientes de la coca.
De esta forma las FARC hacen presencia en el departamento entre 1982 y 1983 a través
del frente 19, creado inicialmente como parte de un corredor que une la ruta del sur del
Cesar, pasando por Ocaña hacia la región del Catatumbo y el norte del Cesar hasta
terminar en el Magdalena, entre la Ciénaga Grande y la Sierra Nevada de Santa Marta.
Además de los municipios de Ciénaga y Fundación, entre los cuales se desplaza el este
frente, el ELN ha creado núcleos en los últimos años en los municipios de Pivijay, Remolino,
Sitio Nuevo, Cerro de San Antonio, Ciénaga Grande y la zona limítrofe con el departamento
del Atlántico, en los que opera a través del frente "Domingo Barrios".
A pesar de lo anterior y como se mostrará más adelante, la actividad militar del ELN en el
departamento ha sido durante el periodo estudiado (1998 -2003*[1]) inferior a la de las
FARC, lo cual puede deberse a factores tales como su dificultad para insertarse en la
población y su debilidad ante fuerzas adversarias, que llevaron a la casi desaparición de la
organización en el departamento de Córdoba y a una significativa disminución de sus
acciones en los departamentos de Sucre y Guajira.
Autodefensas
[1] El asterisco (*) indica proyección de los datos a diciembre de 2003 con base en la información disponible a
octubre de este año.
[2] El cual actúa en los municipios de Plato, Chivolo, San Ángel, Pivijay, Salamina, Cerro de San Antonio, El
Piñón, Fundación, Algarrobo, El Banco, Guamal, Zona Bananera, Sierra Nevada y el perímetro urbano de Santa
Marta.
mando de Hernán Giraldo Serna, alias El Patrón, con un pie de fuerza cercano a los 150
hombres; iii) el frente de contrainsurgencia Wayuu, al igual que en el caso anterior con
injerencia en los departamentos de Cesar y Guajira, con aproximadamente 80 hombres, y iv)
el grupo Chepe Barrera, al mando del comandante que le dio el nombre a este grupo y que
actualmente es el tercer jefe paramilitar del departamento. Cuentan con un pie de fuerza
cercano a los 100 hombres y operan en el sur del Magdalena.
A pesar de ser aún Hernán Giraldo el comandante en el papel del frente de resistencia
Tayrona, este se encuentra desde febrero de 2002 bajo la dirección de Jorge Cuarenta. A
finales del año 2001 Salvatore Mancuso y Carlos Castaño comisionaron a Cuarenta y alias
Treinta y Nueve, para combatir a las autodefensas de Hernán Giraldo y declararon objetivo
militar a su jefe militar, Jairo Pacho Musso, quien se encontraba encargado del manejo del
negocio del narcotráfico en la Sierra Nevada. Mancuso y Castaño afirmaban que Musso
estaba cometiendo sin autorización crímenes a nombre de las AUC.
Después de una guerra que duró cuatro meses y en la que los hombres de Cuarenta
mataron a más de 70 hombres de Giraldo, Musso fue expulsado de las AUC y su espacio fue
llenado por Cuarenta, quien además fue designado por Mancuso como Jefe del frente de
resistencia Tayrona.
Actualmente se les atribuye a los frentes Jhon Jairo López y de resistencia Tayrona el control
de la producción y el tráfico de cocaína a través del Atlántico que tiene como sede
estratégica la Sierra Nevada.
Puede decirse que la función inicial de los paramilitares fue la de contener a los grupos
guerrilleros, pero posteriormente ha sido también la de penetrar aquellas zonas en las que
estos grupos cuentan con las fuentes de financiación más lucrativas y estables. Por esta
razón a pesar de que la guerrilla había logrado ampliar su presencia en el departamento, han
perdido mucho terreno durante los últimos años como consecuencia de las fuertes acciones
de las autodefensas y el actual poderío económico y militar de estas al punto que controlan
la casi totalidad del departamento, cobran vacunas, imponen nombramientos de funcionarios
y matan o amenazan a quien se les oponga.
Acciones armadas
Acciones de los grupos armados irregulares
Más de la mitad de las acciones armadas llevadas a cabo por las organizaciones al margen
de la ley durante el período 1990-2003* fueron perpetradas por miembros de las FARC,
mientras que la sumatoria de la participación de las acciones de las AUC y el ELN asciende
a 24%. A pesar de lo anterior, es importante tener en cuenta el elevado subregistro
existente y la falta de definición de responsables en aproximadamente el 24% de los
registros de acciones armadas que reporta el DAS.
Tal como se mencionó en un principio, el Magdalena se había caracterizado por ser uno de
los departamentos más pacíficos de la Costa Atlántica desde la violencia que vivió a finales
de los 70 como consecuencia de la bonanza marimbera. Sin embargo, a partir de 1996 la
tasa de homicidios, que indudablemente está estrechamente relacionada con el número de
acciones armadas, ha presentado una tendencia al alza significativa. A pesar de una tasa
de disminución promedio anual de las acciones armadas de 2.7% entre 1998 y el 2000, a
partir de este último año dichas acciones han presentado una tasa de crecimiento promedio
anual de 13.3%. Como se verá más adelante, esto se ha reflejado en un crecimiento aún
superior de la tasa de homicidios.
Los actos terroristas han sido la acción armada ejecutada por los grupos irregulares de
mayor representación durante el período en estudio, llegando a representar alrededor de un
80% de las mismas. Es importante resaltar que casi la totalidad de los actos terroristas
reportados por el DAS tienen como autores a las guerrillas de las FARC y el ELN y se
encuentran relacionados principalmente con: i) la activación de artefactos explosivos en
fincas, peajes y lugares públicos; ii) la incineración o el hurto de fincas, ganado y vehículos y
iii) ataques a la infraestructura energética y a la línea férrea a través de la cual la compañía
estadounidense Drummond transporta el carbón desde la mina de La Loma, la segunda más
grande de Colombia después del Cerrejón Norte, hasta un terminal marítimo en el Mar
Caribe para su exportación.
Cabe resaltar que estos atentados a la línea férrea de la Drummond han sido perpetrados
principalmente por las FARC y han presentado un aumento significativo a partir del año
2000, hecho que tanto la compañía como las autoridades atribuyen a la negación pública
de la firma de pagarle a dicho grupo armado millones de dólares anuales en extorsión de
acuerdo con los términos de la “ley 002 de las FARC”.
De las acciones de hostigamiento, las cuales representaron entre 1998 y el 2003 el 12% de
las acciones armadas totales, el 70% fueron realizadas por las FARC y el 30% por el ELN.
Éstas estuvieron orientadas contra miembros de la Policía y el Ejército y en menor grado
contra la población, sin presentar mayores consecuencias.
Por otra parte, existen reportes de 7 emboscadas con autoría reconocida durante el período
en estudio, de las cuales el 42% fueron realizadas por las FARC, mientras que el ELN y las
autodefensas efectuaron cada uno un 29% de las mismas. Debe resaltarse que la
intensidad y las consecuencias de las emboscadas efectuadas por las FARC a miembros de
la Policía y del Ejército han sido muchos mayores que las de los otros dos grupos.
Al realizar un análisis de los municipios del departamento con mayor intensidad del
conflicto, encontramos que durante el período estudiado los de mayor actividad armada
fueron en su orden: Ciénaga, Zona Bananera[2] (a pesar de solo tener datos disponibles
para los últimos tres años), Fundación, Santa Marta y Aracataca, todos estos
pertenecientes tanto a la zona bananera como a la ecorregión de la Sierra, con excepción
del Distrito Especial de Santa Marta, que sólo hace parte de la Sierra.
Sin embargo, si debe ser causa de alarma que de los años estudiados, la intensidad del
conflicto llegó a sus puntos máximos en el 2002 en el caso del Distrito Especial de Santa
Marta, y en los años 2001 y 2002 permanecieron en sus niveles más altos desde 1998
para el total de las acciones armadas perpetradas en los municipios de Ciénaga y Zona
[1] Tal como se mencionó en un principio, el piedemonte de la Sierra Nevada se caracteriza por ser
principalmente bananero (con algo de ganadería), mientras que en la parte montañosa de la Sierra existen
cultivos de café, coca y amapola.
[2] El municipio de Zona Bananera fue segregado del municipio de Ciénaga en 1999.
[3] A pesar de esto, el Observatorio de Derechos Humanos está constatando si a pesar de no existir
información disponible para el nuevo municipio de Algarrobo-segregado de los municipios de Fundación,
Ariguaní y Pivijay en 1999 - se están contabilizando aún estas acciones en Fundación. De lo contrario la
disminución en la intensidad del conflicto en Fundación podría no ser real sino la consecuencia de la no
contabilización de las cifras de Algarrobo.
Bananera. A pesar de haber sido este último municipio segregado de Ciénaga en 1999
(razón por la cual la disminución de la intensidad del conflicto que se presenta en Ciénaga
del 2001 al 2002 se compensa con el aumento de la intensidad en la Zona Bananera en el
mismo año), al agregar los datos de los dos municipios, podemos ver claramente el
incremento.
2002 permanecieron en sus niveles más altos desde 1998 para el total de las acciones
armadas perpetradas en los municipios de Ciénaga y Zona Bananera. A pesar de haber sido
este último municipio segregado de Ciénaga en 1999 (razón por la cual la disminución de la
intensidad del conflicto que se presenta en Ciénaga del 2001 al 2002 se compensa con el
aumento de la intensidad en la Zona Bananera en el mismo año), al agregar los datos de los
dos municipios, podemos ver claramente el incremento.
Este incremento de la intensidad del conflicto en los municipios de Ciénaga y Zona Bananera
se explica principalmente por el incremento en la frecuencia y el número de los atentados
terroristas a la línea férrea en esta zona.
De acuerdo con la anterior estructura, tendríamos una Fuerza Pública con un pie de fuerza
de 3,071 hombres, combatiendo en el departamento con unos grupos armados ilegales con
un pie de fuerza estimado por el Ministerio de Defensa Nacional en 1,030 hombres, de los
cuales el 62.1% pertenecerían a las autodefensas, el 24.3% a la guerrilla de las FARC y el
13,6% restante al grupo guerrillero ELN.
Adicionalmente, el gráfico nos muestra la manera como la Fuerza Pública ha respondido a los
atentados terroristas perpetrados por los grupos armados ilegales. Hasta el año 2001 los
atentados terroristas estuvieron por encima de los contactos armados, pero en los últimos
años el incremento de los últimos ha llevado a una disminución de los primeros.
El contacto armado que mayor número de víctimas miembros de los grupos armados ilegales
dejó durante el período estudiado, se llevó a cabo el 16 de abril de 2002 en la vereda de río
Piedras, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. Allí, a través de una
operación conjunta de la Brigada II -comandada en ese entonces por el General Gabriel
Ramón Díaz- y la Fuerza Aérea Colombiana, fueron bombardeados un campamento y una
escuela de entrenamiento de los frentes XIX y XLI de las FARC, en los que se estaba
llevando a cabo una reunión del bloque Caribe. El resultado de esta operación fue de 100
guerrilleros dados de baja.
Violaciones a los DDHH e
infracciones al DIH
Homicidios
[1] El asterisco (*) en el año 2003 indica que las cifras de homicidios se encuentran proyectadas a diciembre de
este año, con base en la información disponible a junio.
estimaciones realizadas, los municipios de Santa Marta y Ciénaga, estarían jalonando la
tasa departamental para superar la tasa nacional en el 2003.
Indígenas
Particularmente grave es la situación que afrontan los grupos indígenas que habitan la
Sierra Nevada de Santa Marta, los cuales ascienden a aproximadamente 30,000 miembros
de cuatro comunidades; Arhuacos (44%), Kogui (30%), Kankuamo (21%) y Wiwa (5%).
Estos pueblos han sido desde la bonanza marimbera, y más aún durante los últimos seis
años como consecuencia de la intensificación del conflicto, víctimas del fuego cruzado en la
Sierra Nevada entre guerrilla, autodefensas y narcotraficantes. Así mismo, el traslado de la
guerrilla hacia las partes más altas de la Sierra, como consecuencia de la presión de las
autodefensas en las zonas planas, ha llevado a una desterritorialización de territorios
sagrados y resguardos, para ser utilizados por los grupos armados ilegales como zonas de
refugio, como corredores para el tráfico de armas, drogas, contrabando y movilización de
sus hombres y mujeres, y para ejercer desde allí el control de zonas económicas y militares.
Según la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, entre junio de 2000 y octubre
de 2002, 33 indígenas murieron en la Sierra Nevada de Santa Marta en "asesinatos
selectivos" atribuidos a las FARC y a las AUC.
Maestros
Las estadísticas del Ministerio de Protección Social revelan que el Magdalena es el quinto
departamento con mayor número de sindicalistas asesinados entre 1988 y el 2002, período
para el cual se presentaron 60 de estos casos en el departamento. Nuevamente, aparece el
año 1997 como punto crítico y de agudización de la violencia en la región, ya de los
sindicalistas asesinados, 25 corresponden a este año.
Desde 1998 han sido asesinados tres alcaldes en el departamento: i) Henry Tovar Barrios,
asesinado en octubre de 1988, mientras se desempeñaba como alcalde de Santa Ana;
ii)Manuel Alvarez Caballero - alcalde del Cerro de San Antonio, asesinado en mayo de 2000,
y iii) Orlando José Sandoval Quintana - alcalde del Plato, asesinado en diciembre de 2000.
De igual forma existe información sobre amenazas de las FARC recibidas por: i) el alcalde
de Ciénaga; ii) la alcaldesa de Fundación;, y iii) el alcalde de San Sebastián de Buenavista.
Fuente: Fondelibertad
Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DDHH, Vicepresidencia de la República
Por otra parte, cinco concejales fueron asesinados en el departamento entre los años 2002 y
2003, de los cuales tres pertenecían al municipio Zona Bananera: i) Álvaro Bosa, concejal del
municipio Zona Bananera (marzo de 2002); ii) Edgardo Gómez Blanquillo, concejal de
Guamal (abril de 2002); iii) Anibal José Redondo Orellanos, concejal de la Zona Bananera
(enero de 2003); iv)Modesta Sepúlveda Ortega, concejal del Plato (febrero de 2003); iv)
Juan Manuel Avendaño Pacheco, concejal de la Zona Bananera (abril de 2003).
Secuestro
Desplazamiento forzado
A pesar de que las cifras muestran una elevada actividad de las FARC
en el departamento, es claro que las autodefensas dominan en este
momento la gran mayoría del mismo y se están constituyendo en
uno de los poderes locales a través de la imposición de vacunas, la
designación de unos funcionarios y la amenaza a otros. De igual
forma, la Organización Indígena de Colombia los responsabiliza de la
mayor parte de asesinatos y masacres de los grupos que habitan la
Sierra Nevada de Santa Marta. Teniendo en cuenta que la
jurisdicción de la Sierra Nevada incluye adicionalmente parte de los
departamentos de La Guajira y el Cesar, sería conveniente realizar
programas conjuntos entre los tres gobiernos departamentales.
Estos programas podrían promover un mejor diseño de la red de
informantes y cooperantes del área, un programa de atención,
protección y prevención de violación a los derechos humanos de la
población indígena y campesina de la región y un programa de
proyectos productivos y sustitución de cultivos ilícitos.