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V.

Datos normativos: orígenes de la Ilustración a un periodo


y a una región determinados, finales
Jürgen Habernas del siglo XVII y principios del XVIII
en Europa Occidental, en lugar de en-
volverlos en las nieblas arcaicas del
Egeo. De la manera más decisiva,
La más leída de las obras de Jürgen
traslada el enfoque del estudio desde
Habermas sigue siendo una de las pri-
la razón instrumental hasta lo que Ha-
meras: Strukturwandel der Öffentli-
bermas posteriormente denominaría
chkeit [Historia y crítica de la opinión
la razón comunicativa: es decir, no a
pública. La transformación estructu-
la conquista de la naturaleza, sino al
ral de la vida pública], publicada en
consenso entre personas, el cual se al-
1962, cuando tenía poco más de
canza mediante un intercambio racio-
treinta años. La duradera influencia
nal y crítico de opiniones dentro de
internacional de este libro se debe al
una esfera pública emergente e inde-
modo en que combinaba argumentos
pendiente del poder del absolutismo.
históricos, sociológicos y filosóficos
Habermas rastrea el ascenso de esta
en una sola narración convincente que
esfera a través de los sucesivos circui-
hablaba al presente político. En su
tos institucionales de la misma: la fa-
asombrosa forma interdisciplinaria, se
milia conyugal, el mundo de las letras,
mantenía más fiel a las intenciones
el café y el salón, el semanario y la no-
originales de la teoría crítica, como
vela, la biblioteca circulante y el pe-
Horkheimer las había propuesto a co-
riódico, culminando con la codifica-
mienzos de la década de 1930, que
ción del derecho civil que preludia al
cualquier libro de preguerra de la pro-
Estado constitucional burgués. Haber-
pia Escuela de Fráncfort. El tema del
mas proporciona una cálida y vívida
libro, sin embargo, ofrecía un análisis
fenomenología de todo este proceso,
agudamente revisado de la Ilustración
como un impresionante triunfo de la
sobre la que Adorno y Horkheimer
razón en su tiempo.
habían emitido su despiadado vere-
Una vez así constituida, sin em-
dicto veinte años antes. Dialéctica de
bargo, la esfera pública de la Ilustra-
la Ilustración narra una historia de en-
ción empezó a revelar tensiones inter-
durecimiento y conversión de la razón
nas. Hegel señaló los antagonismos
en mito desde su propio comienzo:
particularistas dentro de la sociedad
para dominar la naturaleza hace falta
civil, que sólo podían resolverse en la
dominar a los demás y al yo, algo ya
universalidad del Estado. Marx de-
indicado en los albores de la civiliza-
mostró que el Estado no era en abso-
ción por Homero, que presenta a Uli-
luto universal, ya que reflejaba una
ses atado al mástil mientras sus reme-
sociedad dividida en clases, sólo la
ros avanzan con los oídos obturados
democracia podía hacerlo universal.
para protegerse de la llamada de las si-
Mill y Tocqueville percibieron que la
renas. Bacon, Kant y Sade marcan
democracia podía inducir a las masas
otros tantos pasos en la instrumenta-
al conformismo, y que la opinión pú-
ción de la razón, en una lógica de re-
blica podía en sí convertirse en una ti-
gresión que sólo puede acabar en las
ranía. Estas tensiones y estos augurios
barbaries modernas del antisemitismo
del siglo XIX habían adoptado, a me-
y la industria de la cultura dentro del
diados del XX, una forma material so-
capitalismo avanzado, las cuales no
brecogedora. Porque la esfera pública
son negaciones de la concepción kan-
creada en el tiempo de la Ilustración
tiana de la Ilustración como madurez
estaba para entonces completamente
autodisciplinada de la humanidad,
alterada.
sino amargo cumplimiento de ella.
Mientras que el Estado y la socie-
Strukturwandel der Öffentlichkeit
dad habían estado en otro tiempo se-
[La transformación estructural de la
parados, entonces estaban interpene-
vida pública] es antitética en método
trados, a medida que la economía es-
y argumento. No procede mediante
taba cada vez más reglamentada y los
una proyección discursiva dramática
grupos de presión organizados inva-
—y dramáticamente arbitraria—, sino
dían la Administración. Las socieda-
mediante una cuidadosa reconstruc-
des anónimas borraban la distinción
ción histórica, basada en materiales
empíricos verificables. Devuelve los

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entre instituciones públicas y priva- el que ganasen todos los que escucha-
das. La familia perdía su función so- sen la persuasión de una razón común.
cializadora. La cultura dejaba de ser También había sido necesaria una vo-
un ámbito de razonamiento crítico y luntad divisiva: «La autoridad para le-
se convertía en uno de mero consumo gislar se había obtenido tan obvia-
ideológico, a medida que la masifica- mente en una dura lucha con las anti-
ción de los medios de comunicación guas fuerzas que no podía absolverse
—edición, prensa y radio— tendía a de tener ella misma el carácter de
destruir a los públicos verdadera- “fuerza coercitiva”».[244]
mente independientes. Las decisiones Pero la perspectiva de un Estado
políticas habían salido de los parla- del bienestar social democratizado
mentos, y ya no reflejaban el resultado sólo podía contemplarse bajo el signo
de una discusión desinteresada en un de la unión, no de la división. ¿Cómo
consenso racional, sino las concesio- podía alcanzarse el consenso para di-
nes entre intereses especiales de dife- cho Estado en una sociedad tan de-
rente fuerza negociadora. Los repre- sigual? Habermas acababa sugiriendo
sentantes en las asambleas políticas se que la posibilidad de un acuerdo ar-
estaban convirtiendo en herramientas monioso radicaba en dos evoluciones.
de las maquinarias de los partidos, y Por una parte, la aparición de la abun-
las elecciones se reducían cada vez dancia general hacía que no fuese
más a la obtención de aclamaciones. «irrealista suponer que la continua y
Al final de esta senda se encontraría creciente pluralidad de intereses
una decadencia —económica, social, pueda perder el sesgo antagonista de
familiar, cultural y política— prácti- las necesidades opuestas hasta el
camente completa de todo el complejo punto de que la posibilidad de satis-
de la esfera pública de la Ilustración, facción mutua sea alcanzable». Por
y una conversión en mera «publici- otro, los peligros del aniquilamiento
dad» o «relaciones públicas», en sus nuclear eran «tan totales que, en rela-
significados contemporáneos corrup- ción con ellos, los intereses divergen-
tos. tes pueden relativizarse sin dificul-
Tales evoluciones parecerían que tad».[245] El final de la escasez y los
trazan la senda de destrucción de la ra- riesgos de la autodestrucción ofrecían
zón comunicativa, cuyo punto final, la oportunidad de una humanidad
paradójicamente, no se alejaría tanto unida, sin necesidad de las luchas di-
del resultado más sombrío de la dia- visivas del pasado.
léctica de la razón instrumental pre- Transcurridas dos décadas, Ha-
sentado por Horkheimer y Adorno: la bermas había dejado de creer en la po-
perdición de la Ilustración por otra sibilidad de alcanzar una sociedad au-
ruta. Pero Habermas no creía que todo togobernada como la que preveía en
estuviese perdido. La esfera pública Strukturwandel der Öffentlichkeit.
podía salvarse si el Estado constitu- Pero había llegado a la conclusión de
cional liberal del siglo XIX evolucio- que esto no suponía una pérdida. Par-
naba hacia un Estado del bienestar so- sons era mejor guía para la moderni-
cial en el que se garantizase la partici- dad que Marx: los sistemas imperso-
pación efectiva de todos los ciudada- nales del mercado y de la administra-
nos mediante un constante escrutinio ción burocrática eran imperativos fun-
público de los partidos, de los medios cionales de una sociedad racional, in-
de comunicación y de la Administra- herentemente resistentes al control
ción, poniendo a éstos bajo controles popular. Aunque eso no significaba
democráticos y, de ese modo, raciona- una disminución de las perspectivas
lizando el necesario ejercicio de auto- de libertad o razón; por el contrario,
ridad social y política. ¿Mas acaso la abría el camino a una base más sen-
idea que rodeaba dichos objetivos no sata para las mismas. Theorie des ko-
era utópica, cuando las relaciones de mmunicakiven Handelns (1981) [Teo-
poder desiguales se beneficiaban de la ría de la acción comunicativa
decadencia de la esfera pública final- (1984)], en la que Habermas trataba
mente obtenida? Habermas admitía directamente de la Dialéctica de la
que la llegada del Estado constitucio- Ilustración de Horkheimer y Adorno,
nal liberal no se había producido en sí sostenía que la razón instrumental que
por la fuerza del mejor argumento, en necesariamente regía los ámbitos del

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dinero y del poder, el espacio ade- siendo la principal expresión de su fi-
cuado de la teoría de sistemas, podía losofía política hasta la fecha. Faktizi-
y debía mantenerse bajo control me- tät und Geltung [Facticidad y validez]
diante una razón comunicativa deri- es un homenaje a la función del dere-
vada del mundo de la vida que había cho como medio en el que la fuerza
tras ellos, en el que la acción —en las comunicativa se convierte en poder
familias, los colegios, las asociacio- administrativo, liberando a los actores
nes voluntarias, las empresas cultura- del mundo de la vida de las cargas de
les y demás— no se orientaba hacia el la integración social y transfiriéndolas
éxito material, sino hacia la compren- a un sistema autodirigido. Las normas
sión mutua. jurídicas, explica Habermas, poseen a
A medida que la modernización un tiempo facticidad y validez. Basán-
capitalista avanzaba aún más en las dose en la coerción y en la libertad,
condiciones contemporáneas, existía forman un conjunto de restricciones
el peligro de que los sistemas coloni- que debe obedecerse para evitar san-
zasen el mundo de la vida: de que las ciones, pero cuya autoridad se basa en
presiones económicas o tecnocráticas algo más que el temor a la retribución.
invadiesen las formas naturales de in- Las fuentes del derecho radican en las
timidad o sociabilidad, y las retorcie- solidaridades sociales del mundo de la
ran hasta distorsionarlas. Pero la resis- vida, cuya comunicación no forzada
tencia a dicha extralimitación tendía a confiere a sus normas una legitimidad
surgir espontáneamente dentro del mayor que la mera legalidad. Así po-
propio mundo de la vida, porque los tenciado, el derecho no sólo puede en-
movimientos sociales y las iniciativas tonces reconstruir instituciones del
ciudadanas —pacifistas, feministas, propio mundo de la vida tales como la
ecologistas o de otro tipo— protesta- familia o la escuela, sino además —y
ban contra tales incursiones. El campo esto es más importante— crear los de-
en el que se libraban estas batallas era cisivos sistemas de modernidad nue-
la esfera pública, intermedia entre las vos: mercados, empresas, burocra-
dos zonas constitutivas de la sociedad cias.
moderna. El mundo de la vida no po- ¿Qué garantiza que dicha conver-
día esperar someter los sistemas a su sión de estos resortes del mundo de la
propia lógica: históricamente, cual- vida en dictados de los sistemas sea de
quier intento —la idea de democracia hecho legítima? La respuesta de Ha-
de los productores o de cualquier otro bermas es que esto se hace compren-
tipo de democracia directa— conduci- sible en cuanto entendemos correcta-
ría a una regresión nefasta. Pero sus mente la democracia como el flujo ne-
impulsos eran capaces de influir indi- cesario de discurso libre hacia el con-
rectamente en el mundo del capital y senso. Así concebido, hay una rela-
en el gobierno, en forma de opinión ción interna entre el imperio de la ley
pública que llevada al límite podría si- y la democracia: los derechos priva-
tiar las fortalezas del dinero y del po- dos y las autonomías públicas —diga-
der, aunque nunca lograse capturarlas. mos, la libertad de expresión y el
Diez años después, revisando voto— son cooriginales, en lugar de
Strukturwandel der Öffentlichkeit, estar ordenados por rango o secuen-
Habermas explicaba que si dicha obra ciados, como en otras teorías habitua-
había sido demasiado optimista les. La validez, distinta de la factici-
acerca de las posibilidades de la de- dad, del derecho deriva de los proce-
mocracia de masas, también había dimientos nacidos de esta conexión.
sido demasiado pesimista respecto a No es posible ningún sujeto colectivo
los medios, cuya función era mucho que autorice la legislación como
más compleja de lo que él había admi- Rousseau o Jefferson habían previsto
tido, y a menudo podía ser claramente en otro tiempo. Por el contrario, el
positiva. El autor se mostraba más proceso democrático que subyace al
confiado respecto a la vitalidad con- derecho moderno es un flujo de «co-
temporánea de la esfera pública y me- municación sin sujetos» en una socie-
nos desafiante de lo que había dad inevitablemente descentralizada.
sido.[246] Lo que quería decir con esto Pero como tal, está modelado de
se comprende mejor en el libro publi- acuerdo con las reivindicaciones de
cado unos meses después, que sigue verdad incluidas en las condiciones

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del propio discurso, que debe buscar un plano equiprimordial con ellas.
un acuerdo ilimitado. Los ciudadanos Pero es más débil que el modelo repu-
que se comunican libremente alcanza- blicano de la democracia, porque no
rán un consenso capaz de generar le- exige de sus ciudadanos la virtù clá-
yes universalmente vinculantes. sica, y ha abandonado la idea de que
Habermas es consciente de que di- la voluntad deliberada de éstos podría
cha visión dista mucho de la tradición modelar la vida de la ciudad.
duradera y distinguida, desde Hobbes La soberanía popular ya no puede
hasta Weber, Schmitt y otros, que, de concebirse como autodeterminación
manera realista, considera las leyes colectiva: su contenido se agota por
como codificación del poder, no como competencia entre las partes en un sis-
fraternidad, y que no encuentra su ori- tema parlamentario, y la autonomía de
gen en la razón, sino en la voluntad, las esferas públicas. ¿Dónde quedan
por usar los términos de Strukturwan- éstas, cuya decadencia Habermas la-
del der Öffentlichkeit. Pero no se de- mentaba en otro tiempo? Conforme al
tiene más en la negación que ellos ha- carácter afirmativo de su nuevo modo
cen de las suposiciones por él plantea- de ver la democracia occidental, al
das que en la teoría positivista del de- menos formalmente en mejor disposi-
recho producida por juristas tan gran- ción de ánimo. La imagen que se
des como Kelsen o Hart; y aún menos ofrece en Teoría de la acción comuni-
en el escepticismo de los estudios ju- cativa, de los ciudadanos desplegados
rídicos críticos contemporáneos. Por- en la esfera pública sitiando la forta-
que tales alternativas no captan que la leza de la Administración —saluda-
legitimidad es inseparable de la verda- blemente— inexpugnable, explica
dera legalidad, que no puede por lo ahora Habermas, era demasiado de-
tanto reducirse a las contingencias de rrotista. La democracia moderna de-
una orden soberana o de una bería, por el contrario, contemplarse
Grundnorm inapelable, o de las sen- como un complejo fundamental de
tencias judiciales partidistas. En este instituciones parlamentarias, judicia-
aspecto, el Habermas de Faktizität les y burocráticas, y una periferia de
und Geltung, como el Rawls de los úl- solidaridades sociales en el mundo de
timos tiempos, habita un mundo men- la vida, cuyos impulsos fluyen hacia
tal en el que prácticamente los únicos el centro a través de las «esclusas» si-
interlocutores significativos son sus tuadas en la entrada de la esfera pú-
colegas o los alumnos suficiente- blica, irrigándola con normas o pro-
mente cercanos como para no trastor- puestas innovadoras, capaces de re-
nar ninguna de las premisas básicas formar —en cierta medida, quizá in-
del libro. cluso democratizar— a la propia Ad-
No mantiene la misma posición ministración. Por lo tanto, concluye
acerca de la democracia. A este res- Habermas, es equivocado pensar que,
pecto, a Habermas le interesa más dado que debe concebirse como «co-
contrastar su teoría con los dos rivales municación sin sujeto» y no como
en la interpretación moderna de su es- agencia autogobernada, la soberanía
tructura: el liberalismo, que considera popular pierde todo su potencial radi-
las libertades negativas del individuo cal. Pero si el triunfo de Occidente en
como el cimiento de cualquier orden la Guerra Fría ha echado por tierra los
democrático, y el republicanismo, que peligrosos espejismos de un sujeto co-
ve la participación activa en la vida lectivo, los vencedores se han mos-
pública del ciudadano como el criterio trado por el momento temerosos de
de cualquier democracia verdadera. ampliar el alcance del «nivel más ele-
Faktizität und Geltung se sitúa entre vado de intersubjetividad» en el que
los dos. El análisis de la democracia está anclado el sistema jurídico de las
desde el punto de vista de la teoría del democracias. Faktizität und Geltung
discurso, explica Habermas, es más muestra por qué podrían tener más co-
convincente que el modelo liberal de raje.
aquélla, dado que insiste en que las li- ¿Cómo debería entenderse esta
bertades positivas —el derecho a vo- extensa construcción teórica? El pri-
tar y sus concomitantes— no son ele- mer rasgo, y más obvio, que separa la
mentos secundarios a las libertades consideración más reciente que Ha-
negativas, sino que se mantienen en

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bermas otorga al derecho de su estu- «estrategias conceptuales equivoca-
dio original de la esfera pública es que das». El objetivo de su intervención se
utiliza un método completamente dirige sobre todo contra «un falso rea-
ahistórico. Mientras que Strukturwan- lismo que subestima el impacto empí-
del der Öffentlichkeit sigue cuidado- rico de las presuposiciones normati-
samente la aparición de los distintos vas de las prácticas jurídicas existen-
elementos constitutivos de su objeto a tes».[250] Así, aunque decidido a repe-
través del tiempo y, en cierta medida, ler lo que él denomina el «debilita-
también a través del espacio —to- miento sociológico» de la autoridad
cando sus trayectorias específicas en normativa del derecho, también desea
Inglaterra, Francia y Alemania—, Fa- demostrar que la sociología de las de-
ktizität und Geltung no sólo hace es- mocracias realmente existentes, pro-
casa referencia a la génesis real, y mu- piamente entendida, ilustra más que
cho menos a la variación, de los mo- contradice sus reivindicaciones de di-
dernos sistemas jurídicos, sino que se cha autoridad.
construye sobre un postulado contra- Para hacerlo, debe poder demos-
dicho por cualquier mínima ojeada a trar que, a su manera, los códigos ju-
la historia del derecho constitucional. rídicos existentes transmiten a las re-
En ningún país, fueron las libertades gulaciones del Estado moderno el
públicas y los derechos públicos flujo de comunicación no distorsio-
cooriginales. Habermas es consciente nado entre iguales en el mundo de la
de ello y, en cierto punto, señala bre- vida: en otras palabras, que no reflejan
vemente el análisis que Marshall hace bien la distribución de intereses de-
de la aparición sucesiva de los dere- siguales en la sociedad en general.
chos civiles, políticos y sociales, ta- Para alcanzar este resultado, Haber-
chándolo correctamente de excesiva- mas necesitaría un análisis de las de-
mente lineal, observando incluso que mocracias contemporáneas superior
un Estado constitucional podía conce- incluso a su capacidad de idealiza-
der los primeros y los terceros, y de- ción. Lo soluciona sublimando el pro-
negar los segundos.[247] Pero el reco- blema. No es la división social entre
nocimiento es puramente parentético, clases, sino la división técnica del tra-
sin incidencia en la estructura de su bajo en la producción y difusión de
teoría, que avanza imperturbable para conocimientos, y la selectividad (ne-
insistir en la indisolubilidad filosófica cesaria) de los medios de comunica-
de lo que, indefectiblemente, la histo- ción, lo que inevitablemente provoca
ria ha secuenciado y separado. Savi- «asimetrías en la disponibilidad de la
gny o Dicey, Guizot o Bismarck, bien información, es decir, oportunidades
podrían no haber existido. «Desde el desiguales para acceder a la genera-
punto de vista normativo», se nos ase- ción, la validación, el modelado y la
gura de manera insulsa, «no existe un presentación de mensajes». Pero éstos
Estado constitucional sin democra- son «momentos de inercia inevita-
cia».[248] Y éstos son todos los datos bles», porque «incluso bajo condicio-
sobre el tema. La idea de «coorigina- nes favorables, ninguna sociedad
lidad» no pertenece ni a las ciencias compleja podría jamás correspon-
políticas ni a la jurisprudencia, sino a derse con el modelo de relaciones pu-
una familia antropológica: el mito de ramente comunicativas».[251]
los orígenes. ¿Cómo emerge entonces, de he-
Si de la arquitectura de Faktizität cho, la legislación que prescribe las
und Geltung se elimina la historia, no normas aplicadas por los tribunales?
se puede decir exactamente lo mismo, Tras exponer de nuevo la visión de los
al menos del mismo modo, de la so- flujos de comunicación ilimitados,
ciología, porque Habermas nos indica conducidos sólo por la corriente del
que «el contenido idealista de las teo- mejor argumento, que atraviesan las
rías normativas» sobre la democracia esclusas de la esfera pública para in-
y el derecho «se ha evaporado bajo el formar el conocimiento de los legisla-
sol de las ciencias sociales».[249] Esto, dores, Habermas añade de pasada:
sin embargo, no es simple «resultado «Con seguridad, la actividad normal
de la sobria evidencia», sino por el de la política, al menos tal como se
contrario del «folclore empírico» y de efectúa ordinariamente en las demo-

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cracias occidentales, no puede satisfa- tan la legitimidad de los procedimien-
cer esas duras condiciones».[252] En la tos y de las instituciones del Estado
práctica, «las soluciones intermedias democrático».[256]
componen el grueso de los procedi- El adverbio y el adjetivo del co-
mientos de decisión política», y son el mienzo ponen inadvertidamente de
resultado de la negociación entre in- manifiesto la vacuidad de una teoría
tereses opuestos, no del discurso in- del derecho puramente procedimen-
tersubjetivo.[253] Habermas señala que tal, como Habermas denomina a la
dicha negociación «puede basarse en suya. De hecho, en cierto momento, el
el poder y en las amenazas mutuas» autor se ve obligado a admitir, en Fa-
—es decir, la antítesis de todo aquello ktizität und Geltung, sin detenerse en
en lo que descansa su teoría de la de- ello, que «a menudo, la ley propor-
mocracia—, pero no se deja amilanar. ciona a un poder ilegítimo una mera
En situaciones «en las que las relacio- apariencia de legitimidad».[257] ¿Qué
nes sociales de poder no pueden neu- distingue entonces a la ley legítima de
tralizarse del modo que el discurso ra- la ilegítima? La respuesta cambia por
cional presupone», el principio del completo de registro. «Un orden jurí-
discurso puede, no obstante, «regular dico sólo puede ser legítimo —es-
la negociación desde el punto de vista cribe— si no contradice los principios
de la equidad», garantizando que morales básicos».[258] ¿Cuáles son di-
exista «una distribución igual de la ca- chos principios? La respuesta de Ha-
pacidad de negociación entre las par- bermas es radical. «Con las cuestiones
tes».[254] En otras palabras, con inde- morales, la humanidad o una presu-
pendencia de lo desigual que pueda puesta república mundial de ciudada-
ser el equilibrio de poder entre —pon- nos constituye el sistema de referencia
gamos, por usar términos que casi para justificar normativas que se ba-
nunca se encuentran en Faktizität und san en el interés igual de todos».[259]
Geltung— capital y trabajo, el resul- Pero bajo inspección, el criterio moral
tado jurídico de un proceso de nego- para la legitimidad de la ley demues-
ciación entre ellos será «justo», siem- tra ser tan vacuo como el procedimen-
pre que se les dé igual oportunidad de tal. Porque, ¿qué legislación se basa
hablar entre sí. Con este movimiento «en el interés igual» de todos los ha-
de la varita mágica, la desigualdad se bitantes de un planeta inimaginable-
convierte después de todo en algo pa- mente desigual? Si esta vara de medir
recido a la igualdad. se aplicara para juzgar los libros de
Pero incluso con tal ejercicio de derecho del mundo occidental, no
prestidigitación, ¿qué garantiza que quedaría nada de ellos.
las leyes surgidas de esas negociacio- La relación interna que Faktizität
nes particularistas tengan una influen- und Geltung intenta establecer entre el
cia normativa general? Habermas imperio de la ley y la democracia ex-
ofrece dos respuestas, ambas igual- tiende lógicamente las fragilidades de
mente contradictorias. Por una parte, su teoría de aquél a su modelo de ésta.
son producto del dominio de la mayo- Las sociedades modernas, insiste Ha-
ría, que «retiene una relación interna bermas, están compuestas por el sis-
con la verdad», porque las mayorías tema del dinero, el sistema del poder,
pueden cambiar, y sus decisiones son ambos autodirigidos, y la solidaridad
revocables mediante un nuevo debate social del mundo de la vida. ¿Cómo
racional, u otras coaliciones de inte- debería concebirse la relación entre
rés.[255] Pero esto no resulta un obs- los tres? En «Further Reflections on
táculo a la erosión que provocan en the Public Sphere», Habermas había
los principios de cualquier consenso advertido de nuevo sobre los peligros
representativo. «Las decisiones ma- de una colonización del mundo de la
yoritarias formalmente correctas», co- vida por los sistemas, y hablaba de la
menta Habermas en otra parte, «que necesidad de establecer un nuevo
meramente reflejan la situación de las equilibrio entre ellos en el que «la
ansiedades en cuanto al estatus y los fuerza de la solidaridad pueda preva-
reflejos de autoafirmación de una lecer sobre la fuerza de los otros dos
clase media amenazada por las pers- recursos de control, es decir, el dinero
pectivas de decadencia social, debili- y el poder administrativo, y con ello
asegurar con éxito las exigencias

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prácticas del mundo de la vida».[260] ¿Qué impacto puede tener sobre el
Cuatro años después, esto se había funcionamiento del gobierno, y mu-
convertido sencillamente en «un equi- cho menos del mercado, una zona de
librio aceptable entre el dinero, el po- comunicación no distorsionada? Ha-
der y la solidaridad»; y, poco después, bermas la define en términos tempo-
lo máximo que se podía concebir era rales. En el centro, la actividad normal
que «la solidaridad social pueda ad- de la política (no analiza la de la em-
quirir suficiente fuerza como para de- presa propiamente dicha) se desarro-
fenderse de las otras dos fuerzas so- lla en gran medida sin verse afectada
ciales: el dinero y el poder administra- por los remolinos de la periferia. Pero
tivo».[261] A pesar de la vaguedad de «en ciertas circunstancias, la socie-
todas estas formulaciones, la declina- dad civil puede adquirir influencia en
ción de «prevalecer» al «equilibrio la esfera pública, tener un efecto en el
aceptable» y a «defenderse» traza una complejo parlamentario (y en los tri-
curva. bunales) a través de sus propias opi-
Faktizität und Geltung ha dejado niones públicas, y animar al sistema
de hablar de la colonización del político a cambiar la circulación ofi-
mundo de la vida, de cuyos recursos cial del poder»;[264] es decir, lo que se
se dice ahora que se reabastecen es- supone que es una representación de-
pontáneamente.[262] Y no usa metáfo- mocrática de la voluntad de la ciuda-
ras de equilibrio para representar las danía. La cursiva indica lo inusuales y
relaciones entre el poder comunica- precarios que son dichos episodios.
tivo y el instrumental. Los órdenes Lo que los desencadena son las emer-
impersonales del dinero y del poder gencias excepcionales. «En una situa-
siguen siendo sistemas autodirigidos, ción considerada de crisis, los actores
el ámbito del discurso se sitúa a dis- de la sociedad civil hasta entonces ol-
tancia de ellos. Pero ahora las relacio- vidados en nuestro escenario pueden
nes entre ellos se representan en otras asumir una función sorprendente-
figuras, a un tiempo espaciales y tem- mente activa y trascendental».[265]
porales. Los sistemas constituyen el Dejando a un lado el grado de
complejo central de la modernidad, éxito empírico que los movimientos
del que el mundo de la vida se con- en torno a dichos asuntos han tenido
vierte en periferia. Entre ambos se si- en el cambio real de un orden de cosas
túan las esclusas y los canales de la es- dado, el argumento estructural está
fera pública. La jerarquía de impor- claro: los estallidos de solidaridad en
tancia implicada en esta topografía el mundo de la vida son la excepción,
apenas necesita señalarse. Dentro de no la norma. Son «un modo extraordi-
la propia esfera pública, el papel de nario de resolución de problemas»
una ciudadanía activa ha caído preci- que, como los raptos espasmódicos de
pitadamente desde su nacimiento en conciencia o temor de los que depen-
los primeros capítulos del retrato que den, sólo puede ser esporádico y debe
Habermas hace de la Ilustración. Hoy, ceder si colisiona demasiado frontal-
comenta él, las asociaciones y los mo- mente con el sistema de toma de deci-
vimientos espontáneos que componen siones ordinario. «Cuando los conflic-
la sociedad civil tos se vuelven tan intensos, el legisla-
dor político tiene la última palabra»,
porque, confiesa Habermas, «los dis-
no representan el ele-
cursos no gobiernan».[266] En la prác-
mento más conspicuo de una
tica, por lo tanto, la función de la ra-
esfera pública dominada por
zón comunicativa que se sostiene que
los medios de comunicación
subraya e informa todo el orden polí-
de masas y los grandes orga-
tico-jurídico de las democracias con-
nismos, observados por la
temporáneas es periférica y excepcio-
investigación del mercado y
nal en ellas. Involuntariamente, el
las encuestas de opinión, e
propio Habermas ofrece la imagen
inundados por el trabajo de
apropiada de cómo funciona en reali-
las relaciones públicas, la
dad el sistema. Antes, había hablado,
propaganda política y la pu-
usando el lenguaje de la vigilancia
blicidad de partidos y grupos
electrónica y de las empresas de segu-
políticos.[263]

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ridad privadas, de los «sensores» ne- automejorables, nunca llega a ser es-
cesarios para proteger el mundo de la tabilizada por la teoría del discurso de
vida de las incursiones del dinero y de la democracia. Siempre está ensom-
la Administración. Faktizität und Gel- brecida y perturbada por observacio-
tung, al explicar cómo pueden en oca- nes más críticas, sin que las dos lle-
siones los esfuerzos conjuntos de los guen nunca a confrontarse. Habermas
ciudadanos afectar a los cálculos de también puede escribir, invocando
quienes los gobiernan, se basa en otra aun los mismos principios en registro
metáfora. «Los actores que están en el antitético, que «las crecientes de-
escenario deben su influencia a la sigualdades de poder económico, ri-
aprobación de los que están en las gra- queza y condiciones de vida han ido
das».[267] Exactamente: estamos sen- destruyendo cada vez más las precon-
tados en la política del espectáculo. diciones de hecho para disponer de
¿Cómo aprecia el propio Haber- una oportunidad igual de hacer uso
mas la actuación? El propósito de su efectivo de poderes legales desigual-
anterior modelo del asedio otorgado a mente distribuidos».[273] No es la re-
la función de la razón comunicativa, forma, sino la reacción la que esta-
ha explicado, era oponerse a la idea blece el ritmo, anulando los derechos
clásica de revolución: de que era posi- mismos en los que se basa la propia
ble conquistar el Estado, no bordearlo. teoría procedimental del derecho. La
Sólo es practicable y moral una senda incompatibilidad entre ambos polos
de cambio gradual y reformista.[268] de la retórica de Habermas se acentúa
Pero el cambio es, de hecho, necesa- por la aguda divergencia en perspecti-
rio: la intención de su teoría procedi- vas de reforma tales como las que él
mental del derecho es «domar al sis- cautelosamente menciona. Porque los
tema capitalista».[269] No cabe duda de sistemas autodirigidos no lo son en
la sinceridad de la afirmación de Ha- igual medida ante el mundo de la vida.
bermas sobre la necesidad de poner Habermas puede concebir cierta ra-
las riendas al capitalismo, en cuanto cionalización de la Administración
ciudadano. Pero su filosofía no aporta que la haría más democrática. Pero
prácticamente nada que le dé conte- esto está excluido respecto al mer-
nido. El resultado es la incoherencia. cado. «El poder puede democrati-
La conclusión de la teoría del discurso zarse; el dinero no».[274]
no es meramente formal, insiste él. La sentencia dice mucho de sus
Pero, al mismo tiempo, declara que referentes. Una de las anomalías más
«este paradigma del derecho, al con- sorprendentes en la arquitectura de la
trario que los modelos liberal y del teoría social de Habermas, establecida
bienestar social, ya no favorece a un en Teoría de la acción comunicativa y
ideal de sociedad determinado, a una transferida sin modificaciones a Fak-
visión determinada de la buena vida, tizität und Geltung, es la eliminación
ni siquiera a una opción política deter- tácita de las instituciones de represen-
minada».[270] Por lo tanto, no se apor- tación política. En la tríada —poder:
tan propuestas específicas y ello no se dinero: solidaridad—, el primero sólo
hace, en parte, porque Faktizität und denota a la Administración, es decir,
Geltung insinúa que los cambios ne- la maquinaria burocrática del Estado.
cesarios ya están en marcha.[271] Lo Tiene que hacerlo, porque describir a
que la teoría de Habermas ofrece es la maquinaria electiva del Estado
«proporcionar una cierta coherencia a como un sistema autodirigido destrui-
los esfuerzos de reforma que ya se es- ría las credenciales de la propia demo-
tán debatiendo o ya están en camino», cracia que Habermas intenta defender
porque en la práctica «la realización e ilustrar. La soberanía popular, en la
controvertida de los principios consti- medida en que existe, se alberga pri-
tucionales universalistas se ha conver- mero y ante todo en estos mecanismos
tido en un proceso permanente que ya de representación. Pero un efecto pa-
está en camino en la legislación ordi- radójico de las abstracciones de Ha-
naria».[272] bermas es que las priva de poder, un
Sin embargo, esta visión afirma- término que él reserva para la autori-
tiva, que, a todos los efectos, parece dad impersonal de la Administración
suscribir que las disposiciones esta- pública, ajena a cualquier ejercicio de
blecidas son en bloc inherentemente la voluntad popular. Las concesiones

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ocasionales al efecto de que los orga- En su opinión, Political liberalism
nismos burocráticos pueden estar no repara verdaderamente esta limita-
abiertos a cierta democratización «in- ción, porque adolece de lo contrario.
terna» podrían interpretarse como un La idea de consenso superpuesto es
signo de incomodidad con la lógica de una base demasiado débil y contin-
su esquema; un sustituto para lo que gente para fundamentar la estructura
dicho esquema omite. Las institucio- normativa de la democracia constitu-
nes representativas del gobierno mo- cional, que descansa por el contrario
derno son un objeto de reforma polí- en la lógica universal de la razón co-
tica mucho más obvio, pero dado que municativa inserta en el lenguaje. De
no encajan en la dicotomía entre los igual modo, la excesiva atención de
sistemas y el mundo de la vida, no se Rawls a la estabilización política de
les concede ni siquiera esta módica un orden constitucional olvida que
posibilidad de alteración. «las ascuas de la democracia liberal»
Más reveladora es aun, por su- pueden reencenderse periódicamente
puesto, la inmunidad a la voluntad po- para hacer avanzar como proyecto a
pular que el sistema de Habermas dicho orden constitucional, en lugar
concede al mercado. El dinero no de simplemente recibirlo como heren-
puede democratizarse. Para bien o cia.[277] El resultado es el de minimi-
para mal —principalmente para zar la autonomía pública a expensas
bien—, una economía capitalista au- de la privada dentro del complejo de
todirigida es una de las condiciones libertades, de acuerdo con la prioridad
fundamentales de la modernidad, y no dada a ésta sobre aquélla en el plan de
puede ser reclamada por las fuerzas de principios de la justicia ofrecido por
la solidaridad social ni siquiera en la Rawls. En ese sentido, Habermas con-
medida en que pueda serlo la Admi- cluye que, en sus respectivas concep-
nistración pública. La democracia ciones de la democracia, Rawls es un
económica se descarta, de hecho, por liberal, mientras que él es republi-
considerarla una contradicción de tér- cano, aunque kantiano.
minos. Pero, si el capital es estructu- Rawls, por el contrario, deja claro
ralmente intocable, ¿qué remedio hay que considera la teoría de Habermas
para las crecientes desigualdades eco- menos aguda que la suya. Jefferson se
nómicas que debilitan, en los momen- equivocaba al pensar que cada gene-
tos más lúcidos de Habermas, incluso ración debería ser igualmente consti-
el ejercicio de los derechos jurídicos? tuyente; una constitución justa no te-
El objetivo de su teoría del derecho nía necesidad de reinvención, sino
era domar al capitalismo, pero poco simplemente de ejecución. Las liber-
después, él mismo escribía que «la tades positivas y las negativas son de
fórmula estereotipada y curalotodo hecho interdependientes y de igual
que exige la “doma” social y ecoló- prestigio, pero es un espejismo pensar
gica del capitalismo la aceptan todos que por eso no puede haber conflicto
los bandos».[275] Si es así, ¿valía la entre ellas. La teoría procedimental
pena dedicar quinientas páginas a una del derecho planteada por Habermas
perogrullada incapaz de controlar su es menos pura de lo que él la presen-
vuelta al salvajismo? taba. Pero al tomar la legitimidad
Habermas considera que su teoría como su principio normativo, es sus-
de la democracia contemporánea es tancialmente más débil que la teoría
más empírica y crítica que la de de la justicia entendida como instru-
Rawls. mento de crítica política, porque la le-
gitimidad puede ser de todo tipo, tanto
dinástica como democrática. En cual-
Una evaluación escéptica de
quier caso, no dice si un soberano go-
las actuales condiciones del
bierna bien, algo que sí puede hacer la
mundo es el telón de fondo
justicia. Rawls recuerda «asuntos ur-
de mis reflexiones. Por eso,
gentes» en Estados Unidos tales como
mi camino puede distin-
«el grave desequilibrio de las liberta-
guirse de concepciones pu-
des políticas justas» causado por la fi-
ramente normativas como la
nanciación privada de las campañas
teoría de la justicia de John
electorales, las «amplias disparidades
Rawls, admirable como ésta
de renta y riqueza» que menoscaban
es en sí misma.[276]

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la igualdad de oportunidades en edu- se acusa a la explicación de la ley y la
cación y empleo, la falta de atención democracia dada por Habermas de
sanitaria universal, cuestiones que su abstraerse fundamentalmente de las
teoría de la democracia puede, y de realidades empíricas de un orden po-
hecho consigue, tener en cuenta y la lítico en el que la formación de una
de Habermas no.[278] voluntad popular es en el mejor de los
Los reproches mutuos son suaves, casos caprichosa o un vestigio, puede
y se mantienen dentro de los límites referirse a su vocación contrafáctica.
de una discusión familiar, como dice Si se la acusa de no especificar en ab-
Habermas. El parentesco entre los tra- soluto una alternativa deseable, puede
bajos recientes de ambos pensadores referirse al valor de lo ya existente, en
deriva de una equivocación común, un lecho de comunicación que sólo
más marcada e insistente en Faktizität necesita cumplirse. El resultado es
und Geltung que en Political libera- una teoría que no responde ni a la res-
lism. ¿En qué categoría se encuentra ponsabilidad de una descripción pre-
la teoría del discurso de Habermas? cisa del mundo real, ni a las propues-
Ofrece, dice él al principio, una re- tas críticas de uno mejor. Opera, por
construcción del derecho y la demo- el contrario, en una tierra de nadie en-
cracia que puede «proporcionar un tre ambas, en una imitación involun-
criterio crítico con el cual pudieran taria del título del libro en inglés: no
contrastarse las prácticas reales, la el derecho como mediación, sino la fi-
realidad opaca y desconcertante del losofía como passe-passe entre he-
Estado constitucional».[279] ¿Cómo lo chos y normas. ¿Cuáles son las verda-
consigue? Al tomar como premisa «la deras críticas al asunto del orden so-
idea de que la autointerpretación con- cial que ofrece desde el «criterio crí-
trafáctica de la democracia constitu- tico»? ¿Dónde se debe buscar exacta-
cional encuentra expresión en ideali- mente la «eficacia» de las idealizacio-
zaciones inevitables, pero eficaces de nes que distingue en las prácticas
hecho que se presuponen por las prác- existentes, y por qué son éstas «inevi-
ticas pertinentes».[280] Se deduce que tables»? ¿Cuánto hay de «parcial» en
no hay la inscripción de las normas en con-
ductas observables, y cuánto de «dis-
torsionado»? ¿A qué proporción de
oposición entre lo ideal y lo
realidad equivalen las «partículas y
real, porque el contenido
los fragmentos» de la razón? Tales
normativo que inicialmente
cuestiones quedan fuera de la compe-
expongo con fines recons-
tencia de la teoría, que está diseñada
tructivos se inscribe parcial-
para eludirlas. Su efecto es exculpato-
mente en la facticidad social
rio. Nuestras sociedades son mejores
de los procesos políticos ob-
de lo que sabemos.
servables. Una sociología re-
constructiva de la democra-
cia debe, por lo tanto, esco-
ger sus conceptos básicos de
tal modo que pueda identifi-
car partículas y fragmentos
de una «razón existente» ya
incorporada a las prácticas
políticas, por muy distorsio-
nadas que éstas puedan es-
tar.[281]

En tales declaraciones, radica la


estrategia central de Faktizität und
Geltung. Lo que analizan es el movi-
miento continuo de una pelota teórica,
desde lo optativo a lo indicativo y
vuelta al comienzo, que nunca cae a
tierra en ninguno de los extremos. Si

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