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PASTOR NO TE RINDAS

Pastor, cuando las cosas vayan mal como a veces pasa, cuando el camino parezca cuesta
arriba, cuando tus recursos menguen, y tus deudas suban, y al querer sonreír talvez solo
suspires, cuando tus preocupaciones te tengan agobiado, descansa si te urge, pero No Te
Rindas Pastor.

Pastorear tiene algunos inconvenientes pero muchas conveniencias. Es difícil por la batalla
que se libra por la salvación de las almas, buscar que la imagen de Cristo sea formada en la
vida de ellos (duele hasta "dolores de parto")Porque hay que enseñar, ministrar, consolar,
edificar y exhortar a la congregación.

A veces la exhortación es mal entendida y te ganas algunas personas inconformes y alejadas;


buscar consolidar una congregación que sea constante, fiel y participativa en el ministerio
parece tan difícil, levantar discípulos verdaderos que sean capaces de olvidarse de sus
intereses por buscar los intereses del Reino,.... será cuestión de años para lograrlo. Pero su
palabra dice: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que
tienen fe para preservación del alma” Heb.10:39

El Pastor; continuamente lucha contra la apatía e indiferencia de una congregación, la queja, la


crítica o la indolencia, lo cual se vuelve una lucha diaria, algunas veces se levantan rebeldes
que contaminan, desaniman y dividen el rebaño, (a veces llega a suceder entre tus cercanos)
todo esto viene de gente que no permiten ser pastoreados porque se creen autosuficientes y
creen que no necesitan que nadie les enseñe porque todo lo saben, y otros mas porque la
soberbia los ha contaminado, pelean puestos y posiciones y no han aprendido que la humildad
es el camino que abre las puertas del trono de la gracia, y quieren tomar por la fuerza iglesia y
ministerios que no les corresponden. El Señor dijo: “Mi mano hizo todas estas cosas, y así
todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu,
y que tiembla a mi palabra”. Isaías 66:2

Así que No Te Rindas Pastor, aunque el paso sea lento, y sí; en muchas ocasiones el factor
económico no es muy halagador y la escasez se asoma en la familia pastoral, pero dice su
palabra que fiel es el nos ha llamado. Su fidelidad es grande, su palabra dice: Cuando caiga, no
quedará derribado, porque el SEÑOR sostiene su mano. Yo fui joven, y ya soy viejo, y no he
visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan. Salmo 37:24-25.

Y 1 Pedro 5:10 dice: Y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia,
que os llamó a su gloria eterna en Cristo, El mismoos perfeccionará, afirmará, fortalecerá y
establecerá.

Animo Pastor, una de las batallas fuerte por luchar es la batalla contra la soledad y sentirse
inadecuado para tan grande obra, es una batalla constante y tan real; entre otros
inconvenientes más... Sin embargo, todos estos inconvenientes son tan útiles para forjar un
ministerio sólido y perseverante a lo largo de los años, aprender y superar cada dificultad crea
un corazón sensible, sabio, lleno de fe y de amor; quebranta el orgullo de pensar que somos
muy espirituales o mejores que los demás; experimentamos muchas luchas pero también la
dulce y tierna consolación del Espíritu Santo, lo cual nos hace aptos para consolar a otros.
Debemos amar, vivir y enseñar la Justicia de Dios porque esta es la esencia del Dios Santo a
quien servimos. Porque el SEÑOR ama la justicia, y no abandona a sus santos; ellos son
preservados para siempre, pero la descendencia de los impíos será exterminada. Sal.37:28

Avanzale Pastor, que no todo es tan malo. En el camino encontramos amigos y discípulos
amados, fieles en tiempos buenos y sobre todo en tiempos malos, obedientes, constantes,
generosos y dispuestos a apoyar y servir, gente que recibe de lo que Dios puso en ti y quieren
más! y despues de todo por ellos vale la pena continuar sirviendo a Dios.

Pastor nunca olvides que debemos vivir en conexión constante con el que nos llamó, porque él
nos da enseñanzas asombrosas y nos da la madurez para permanecer estables pese a que las
emociones en algunos momentos críticos nos griten, "sal corriendo, huye, no vale la pena
seguir"; pero el luchar, y superar estos momentos nos hacen crecer y nos vuelve tan
dependientes de Dios, hace crecer tambien nuestra pasión por Él; allana el camino hacia Su
Secreto y te hace experimentar en tu alma la gloria de Dios jamás vivida...Sirve al Señor con
alegria... ...Sea vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis, porque El mismo ha
dicho: NUNCA TE DEJARE NI TE DESAMPARARE, Heb.13:5

Alegrate Pastor, Servir a Dios es tan conveniente, aunque muchos miran los inconvenientes y
les hace no desear ser pastor, pero no alcanzan a discernir más allá de lo que ven. No
entienden que estamos forjando y preparando personas que vivirán con Cristo por toda una
eternidad. si, estamos forjando ciudadanos del reino de los cielos. POR LO CUAL TODAS LAS
AFLICCIONES QUE VIVAMOS SERAN TEMPORALES. Su palabra dice: 1Pe 1:6-9 Así que alégrense
de verdad. Les espera una alegría inmensa, aun cuando tengan que soportar muchas pruebas
por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada
de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho
más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les
traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.
Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían
en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible. La recompensa por confiar en él será
la salvación de sus almas.

Servir a Dios es tan conveniente, es tan hermoso y glorioso, es la más grande experiencia
jamás vivida, toda una aventura digna de ser disfrutada, pese a todo... Prosigamos a la meta!

En días pasado alguien se me acerco y me dijo que buena vida Pastor usted tiene, mire que
bien la iglesia que usted pastorea [Ciudad del Rey en Republica Dominicana] si está bien y
usted ni se diga… Me quede mirándolo con mis ojos negros y expresivos posados en le y le
respondí: Ser pastor no es sinónimo de riquezas buena vida, carros lujosos, viajes y buen
trabajo; ser pastor es sinónimo de lucha, de arduo trabajo, sacrificios, soledad, de valentía, de
sobrevivencia de ser humillado, despreciado, utilizado y acusado y no obstante no te imaginas
a las personas que hemos ayudado no solo en lo económico sino entregándoles parte del
corazón y al final nunca se devuelven para para agradecer. Después que los ayudas los cuidad
el pago que recibes es que se van a otra iglesia.
También ser Pastor es sinónimo de renunciar a muchas comodidades físicas y emocionales, es
sacrificarse por otros, es no tener vida privada, es no dormir tranquilo, pues siempre se está
pendiente a las ovejas, con el fin de agradar a Jesucristo que vio en nosotros la vocación, el
talento y el servicio para su obra.

Ser pastor no es sinónimo de riquezas buena vida, carros lujosos, viajes y buen trabajo; ser
pastor es sinónimo de lucha, de arduo trabajo, sacrificios, soledad…

Palabras de aliento para pastores cansados

29 MARZO, 2017 | Hanibal Rodríguez COMPARTIR

MINISTERIO

Si pudiera decir en pocas palabras cuál ha sido mi experiencia como pastor, creo que lo podría
resumir así: muchos de los mejores y peores momentos de mi vida los he experimentado
desde que el Señor me llamó a pastorear.

Mejores, porque he podido ver la mano del Señor desde la primera fila. He podido ver el poder
del evangelio transformando al “peor” de los pecadores. He podido experimentar el amor de
Dios por medio de una congregación que me ama. He tenido la bendición de ver a mi familia
encontrando gozo al servir al Señor.

Pero hay otras veces —muchas veces, más de las que quisiera recordar— donde he
experimentado la desilusión de ver alejarse del Señor a gente que tanto he amado. He visto en
primera fila el engaño de Satanás operando en familias enteras. He sido acusado, juzgado, y
rechazado por convicciones bíblicas.

El llamado pastoral es sumamente hermoso, pero a la vez sumamente difícil.

¿Valdrá la pena todo lo que hago? ¿Por qué el Señor me ha llamado a esto? ¿No habrá algo
“mejor” que hacer? Estas preguntas siempre aparecen en esos momentos de dificultad, dolor,
y lucha. Si somos honestos, todo pastor se pregunta estas cosas en diversos momentos.
Pero como es de esperarse, el Espíritu Santo una y otra vez susurra a mi corazón la importancia
y necesidad de mi llamado. Si tú eres pastor y te encuentras cansado, permíteme compartirte
cuatro razones de por qué debes “seguir en la carrera hasta llegar a la meta”.

1. Tú has sido llamado

Así como nosotros escogimos a Dios porque Él nos escogió primero, así también nuestra
vocación nos fue dada antes de que la buscáramos.

“Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y
maestros” (Efesios 4:11).

Si esto es verdad (y lo es), entonces lo más natural es preguntarnos: si el Señor me ha llamado


a esto, ¿no es Él fiel para darme lo necesario para perseverar? ¿Hay algo que Él demande de
mí que Él mismo no vaya proveer (1 Cor. 10:13)?

Quizá esta es la razón por la que David Hanzen, en su clásico libro The art of Pastoring (El arte
del pastoreo), escribió:

“Dios escoge gente para ser pastores y los convierte en pastores de acuerdo a su plan… Fui
creado por Él para ser pastor, ese es mi llamado… y después de conocer al Señor Jesús como
mi Señor y Salvador, el ser pastor es mi más valiosa posesión”.

2. Tu llamado es un privilegio

Tienes el privilegio de proclamar y enseñar una y otra vez las bellas profundidades de la
Escritura. Has sido escogido para ser vocero, consejero, y maestro. Escucha la voz de Dios que
te dice: “Predica la palabra. Insiste a tiempo y fuera de tiempo. Amonesta, reprende, exhorta
con mucha paciencia e instrucción” (2 Tim. 4:2).

Recuerda que tú tienes el privilegio de alimentar a sus ovejas. Tu llamado no es a ser


relevante… por lo menos no como la cultura moderna lo define, pues la Escritura siempre es
relevante. Tampoco es a entretener; para eso hay circos. Tu llamado es a alimentar bien. ¿Qué
mayor privilegio que ese?
Mira cómo el famoso predicador escocés William Still hablaba de este tema:

“El pastor, por definición, es un pastor que alimenta. Él es subpastor del rebaño de Dios. Su
tarea principal es alimentar al rebaño guiándolos hacia pastos verdes… El pastor está llamado a
alimentar a las ovejas, incluso si las ovejas no quieren ser alimentadas” (The Work of the
Pastor [El trabajo del pastor]).

¿Alcanzas a entender lo que el Señor ha hecho contigo? En la iglesia en la que sirvo, cuando
alguien quiere servir en el ministerio de niños, se le pide a la persona que llene una rigurosa
aplicación, donde se encuentran preguntas de toda clase: trasfondo, historia, y experiencia.
Además pedimos referencias. Una de las preguntas que le hacemos es la siguiente: ¿Dejarías
tú a tus hijos con esta persona? Si no estamos dispuestos a dejar a nuestros hijos con esa
persona, no hay ninguna razón de por qué dejarla con los niños de la iglesia.

En su infinita sabiduría, el Señor pone en nuestras manos a sus hijos. Como pastor, tengo una
responsabilidad frente a Él y su pueblo de alimentarlos lo mejor que pueda. ¡Qué privilegio tan
grande!

También tienes el privilegio de ser un modelo de entrega, fe, carácter y amor. El autor de
Hebreos escribe:

“Acuérdense de sus guías que les hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de
su conducta, imiten su fe” (Heb. 13:7).

“Obedezcan a sus pastores y sujétense a ellos, porque ellos velan por sus almas, como quienes
han de dar cuenta” (Heb. 13:17).

Estos pasajes me hacen temblar cada vez que los leo. Hay muchos pastores que se enfocan en
las palabras “acuérdense”, “obedezcan”, y “sujétense”. Yo me enfoco en “consideren”,
“conducta”, “imitar su fe”, “velar”, y “dar cuentas”. Estas palabras me recuerdan la increíble
responsabilidad que tengo. El Señor no solo me da el privilegio de predicar y enseñar, sino
también el de modelar.

D.A. Carson escribió algo que nunca he olvidado: “Si un líder no está dispuesto a decir lo que
Pablo dijo, ‘Imítenme a mí, como yo a Cristo’, entonces no debería ser líder”. Así mismo, un
amigo veterano en el ministerio una vez me dijo: “La gente no sigue solo ideas, la gente sigue
gente”. Hay mucha sabiduría en eso. Pienso que es verdad. Daremos cuentas de lo que
enseñamos y modelamos. ¿No te parece que el pastoreo es un privilegio increíble?

3. Tu llamado es a confiar

Probablemente has experimentado la desilusión de sentir que no has hecho o dicho lo


suficiente. Esto se aplica a la predicación y a todas las áreas pastorales. Sin embargo, lo que me
ha mantenido hasta hoy, especialmente en esos momentos difíciles, es la convicción de que si
he sido fiel al exponer, enseñar, y aplicar la Palabra, ella nunca vuelve vacía (Heb. 4:11-13).
William Still lo diría así: “Nunca predico sin creer que se hará algo que durará por la
eternidad”.

Podemos descansar en eso. El Señor está más interesado en su rebaño que nosotros mismos.
Pablo me es de inspiración. Era un hombre con plena confianza en la “necesidad de la
predicación” (1 Cor. 1:21). No se dejó dominar ni por sus deseos, ni por sus luchas, ni por sus
miedos, y mucho menos por temor al hombre (1 Cor. 9:19-23; 2 Cor. 7:5). ¡Estamos llamados a
confiar!

4. Tu llamado es por gracia

¿Qué tienes tú que no se te haya dado? ¿No es tu llamado una evidencia de gracia? Y si es por
gracia, ¿hay algo que puedas perder? ¿Hay algo que puedas ganar? ¿No está todo seguro en
Cristo? Puedes descansar en eso.

Pero cuando olvido esa gracia, mi corazón se rebela. Siento que no puedo llevar las cargas de
los demás, ¡cuando ese no es mi rol! Mi rol es apuntar a aquel que sí las puede llevar. Cuando
siento que no puedo más, he caído en el engaño de la actividad compulsiva. Es así como
Eugene Peterson lo llamaría:

“Los pastores están especialmente en peligro a causa del activismo compulsivo, tanto cultural
como eclesiástico, en el que estamos inmersos simplemente por estar vivos en este momento
en la historia. Se necesita vigilancia cuidadosa y persistente para evitar caer en la trampa
activista”.

Es por eso que el mismo autor nos llama a cultivar vidas de oración, lectura, y dirección
espiritual, para evitar caer en la trampa del activismo. Yo llamaría esto evidencias de gracia
pastoral. Peterson continúa:
“Estos tres actos pastorales son tan básicos, tan críticos, que determinan la forma de todo lo
demás…En el clamoroso mundo pastoral nadie nos llama a participar en estos actos … Estas
tres áreas constituyen actos de atención: la oración es un acto en el que traigo mi atención
delante de Dios, leer la Escritura es un acto de atender a Dios en su discurso y acción a lo largo
de la historia, y la dirección espiritual es un acto de atención a lo que Dios está haciendo en Su
pueblo” (Working the Angles [Trabajando los ángulos]).

Mi hermano, tú no simplemente pastoreas. Tú eres pastor. No es acerca de hacer. Es acerca de


ser. Tienes un llamado, y es un privilegio. Aprende a confiar, y recuerda que todo es por gracia.

“Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús” (Fil. 1:6).

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