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Los desastres (del latín: dis, des, y astrum, astro) fueron explicados en la
antigüedad como productos de la mala suerte o como castigo de los dioses. Hoy
conocemos, que no es así, hay razones científicas de sus orígenes, se ha listado
la ocurrencia de los grandes eventos destructivos en el país y las respuestas que
se implementaron, se han descrito las amenazas que podrían alcanzar categoría
de catástrofe así como la susceptibilidad del entorno, se ha revisado el estado de
los recursos para afrontar los riesgos y los daños, y la vulnerabilidad que algunos
de estos recursos –los hospitales– pueden albergar. Especial énfasis se ha puesto
en el riesgo sísmico del litoral central por la importancia que esto podría tener para
el país. Las casualidades han cedido paso a las causalidades, ahora conocemos
los períodos de retorno para grandes eventos y las medidas de mitigación
aplicables, el dilema es cómo hacerlo.
Por otro lado, Según el coordinador del Grupo para el Manejo de Crisis y Desastres
de la PUCP, Jorge Vargas Flórez menciona que esta realidad podría cambiar si los
peruanos demostraran un verdadero interés y preocupación por aprender
herramientas básicas en gestión de desastres como, por ejemplo, técnicas de
respiración artificial. Él dice lo siguiente “Las personas deben tomar conciencia de
que estamos en un país altamente vulnerable ante diversos fenómenos naturales.
Esto ya no debería sorprenderlos, sino que deben aprender a convivir con estos.”
Sin embargo, todo desastre es una crisis, pero toda crisis encierra una oportunidad
de hacer cambios, estos deben llevar a robustecer la seguridad de las ciudades e
instituciones para asegurar el desarrollo, ello se puede alcanzar mediante la
intervención del riesgo.
Así mismo será beneficiosa en el plano de la salud mental, ya que cuando una
emergencia irrumpe de manera abrupta, las personas suelen tener un cúmulo de
emociones que pueden paralizar los mecanismos de afrontamiento, de ahí la
importancia de que quienes participamos en la atención de la emergencia podamos
apoyar a movilizarlos para que no se conviertan en obstáculos para la resolución
de la misma. Las personas ante una emergencia o desastre pueden reaccionar con
estrés, temor, ansiedad, nerviosismo, entre otras, siendo necesario aplicar alguna
de las técnicas.
MARCO TEÓRICO
2.1 Antecedentes de la investigación
Antecedentes internacionales
2.2.1 Crisis
• Taquicardia
• Síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos y diarreas) (Diaforesis
(sudor))
• Ansiedad leve
• Temblores o tensión muscular
• Micción frecuente
Reacción depresiva:
• Mutismo
• Expresión verbal de un sentimiento de inestabilidad hacia los hechos
• Alteraciones del período del sueño
• Sentimiento de vacío
• Inmovilidad
Reacción de ansiedad:
• Conversación rápida y continua
• Presta poca atención
• Uso inapropiado del sentido del humor
• Hiperactividad física
• Deseo de rebatir todo cuanto se le dice
Reacción histérica:
• Intentos irracionales por abandonar el área
• Desplazamientos incontrolables y sin sentido alrededor de la zona
• Deterioro grave del juicio y el criterio
• Intentos de huida a ciegas
• Llanto o gritos incontrolables
• Escucha responsible
• Transmitir aceptación
• Atmosfera de confianza y empatía
• Proporcionar información
• Permitir la expresión
2.2.7 Protocolo ABCDE de los primeros auxilios psicológicos
El cómo llego, cómo y cuánto me acerco, el tono de voz que utilizo al hablar
debe ser utilizado con cautela, observando las reacciones del paciente. Aquí
será importante observar la postura del paciente, por ejemplo, si está en el
piso deberemos agacharnos y no permanecer parados.
La empatía que consiste en “ponerse en los zapatos del otro” debe tomarse
en cuenta con la salvedad de que una vez que termina la intervención
tendremos que “quitarnos los zapatos” del paciente.
Este paso es el que podrá llevar más tiempo, pues la idea consiste es que el
paciente descargue sus emociones y empiece elaborar la situación que
produjo la crisis, realizando puntualizaciones que promuevan dicha
elaboración.
Puntualizamos con énfasis que debes dejar como último recurso el ser
directivo es decir sugerir al paciente algunas opciones de solución, quizá esto
se deba a un cuadro de depresión, por lo que se deberá estar advertido de lo
contrario a la hora de la canalización.
Ayudar a tomar una acción concreta significa que, una vez que se tiene la
solución inmediata al problema, se promovería que esta se lleve a cabo.
Implica que, una vez que las cosas están tranquilas y se ha llegado a un
contrato en el caso de los pacientes suicidas, se solicitara al paciente que
hable a la institución posteriormente (en unas horas, siguiente día) para dar
un seguimiento del caso, el cual nos permite darnos cuenta de su situación
emocional.
Pacientes rojos
Los pacientes rojos llevarán la primera prioridad; son pacientes que presentan
síntomas y signos que muestran estado crítico compatible con la vida.
Pacientes más comprometidos: en shock emocional, excitación psicomotriz
severa, disociación severa, síntomas psicóticos. Pacientes que requieren de
medicación para evitar riesgos conductuales.
Pacientes amarillos
Los pacientes amarillos llevarán segunda prioridad, y son los pacientes que
presentan signos y síntomas que permiten diferir la atención.
Pacientes con los que se puede trabajar sin prioridad la medicación: presentan
hiperactivación, desborde afectivo, alteración de la conciencia,
desorientación, excitación psicomotriz. Pacientes que pueden generar una
crisis colectiva.
Pacientes verdes
Pacientes negros
Por último, proporcionar el enlace con las fuentes de asistencia, esta submeta
se vincula directamente con la definición de la crisis vital como un período en
el que los suministros y recursos personales se han agotado (Miller e Iscoe,
1963). Antes que tratar de resolver el problema completo de manera
inmediata, el asistente fija con precisión las necesidades fundamentales y
entonces realiza una remisión adecuada a algún otro asistente o agencia.
Algunas veces está remisión será para orientación individual de tipo (de
terapia para crisis) breve. Otras veces será para asistencia legal o auxilio de
parte de una agencia de servicio social. Una vez revisados estos tres aspectos
de manera general, es importante concretizar cuáles son los primeros auxilios
psicológicos que se aplican en los momentos de crisis (Slaikeu, 2000), ya que
la aplicación de estos, le permitirá a la persona afrontar de manera eficiente y
eficaz la situación de emergencia, que de otra manera lo hubiera dejado
paralizado o inutilizado.