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LA M UJER NtJEVA

MORAL SEXUAL
Ml)JER NUEVA

MORAL SEXUAL
KOLONTÂY

LA MUJER NUEVA

MORAL SEXUAL

JUAN PABLOS EDITOR


MEXICO, D. F. 1972
MVJLH NVEVA У ИА MORAL SEXVAI.
АИДп&.
Ь NOVAtA У POLOVMAMORM,
СИны
е Р.ьь ипот,8. х.
МехДИ П. D.
Le de A!epndrc Ko(ontov,la embaiadcxago-
un ertmt7d•.rmaorehese politico en la épcxa ac-
tc.t. Su nombre ha tas fronteras ncctonatesruscc
en ura gran ftqura potinca mundial. En lag
de t' gran Prer.sa de todos tos paícct su ge
y ctro diz. Constttuye gempre una nota de actua-
Ldod pobrtcc.
Su pzc:do. de cctividad revo.'uctonariae intelectual.
ctorg V ege cnrerégen terno a gu figura. Durante
chat g cha no ka czgx'ado en todo género de priozcio-
V per entrepanecon toda et alma a la de-
'erza de La ezp!ctcdoc.
Altp.ndza Ko(or.tsv en 1872. Su padre era general
'*cito ruco. Su mure ere de erigen campesino.Alejan-
drc tc rrsw.z parte de gu infancia y juventud en San Pe-
V Finan".
Lktde muy pcen anfió gran inclinaciónpcr la literatura.
rrorgo tsmbcénccmrnzó a tnreresarsepcr tog problemcgpotí-
ticz= H'ZO amigad con ta criadosde la casa, con los que
reunía pza irxulcztes la indisciplina. Para
qu con ta ig:xntcd revotuciomriadel Ing-
no la permzti«on que ingresaseoficialmente
en éL Lz p=zon profaza prticulcret. Uno de profe-
Victr Cgrcqcczkg,comenzóa intereurta por [cgidea
C.•zrcp m:'rím7áio cucndo era mug joven todavía. Se
dice en cu autobiografía, "para protes-
c«rrc ta de pdrd'. Tret años despuésde
czd.s dicrxció de rrzrido, V. Kotontag,y ge entregópoe
ccmptao c tc de gu HP.
1810 c 1895 intráno en la «ganización de nécteocíle-
Su prímzc intrverzión en el movimientorevoluciona-
de Obreros
tejedoret de
S
obra
os bases
de la
edu.
E' Kotontay partid
con do ciencics económicas
V
en la Unicvrside.d, ta época en
e? las concepc que
tas La se colocó
¿e Raotskv y Rosa I.uvsm5atgo. cuyo folleto ' al lado
ey+rccósobre ella una
'¿Revota.
Ce sas ptoíesores V provistagran in-
de efi-
cert.:s ge Rolontag se trasladó
ee I S ? O. a obvtc.'o do estudiar et movimiento
ee gus. Regresó de Inglaterra completamentega.
a tas y. en de ir a Zurich, partió
Rusa. donde tomó parte activa en las
tos marxistas rasos. Por su inter.
en en Alejandrase ció obligada
a abaneoncr Rusia g a partir para la emigración.
Es:uvo en y en Bélgica, donde dió numerosascon.
en t.:s cetonias de emigrcdos rusos.
Er Bertin se entregó ya con más intensidad at trabajo tite.
Estableció uno gran cmistdd con Kaustsky y Rosa Lus
xemburgo. Sin emb.:rgo. no pedia nunca su contacto con Ru.
sia- En 1911 dió ecti.:s conferencias en Bolonia (Italia), en
lo esuet.: bolcheeiqae creada por Lunc:charsky g Bogdanov.
En de t'irió en Passg, donde escribiósu li-
"A de Europa". En el otoño del mismo año inter-
'echo en huelgas de mujeres en París. En enero de 1912,
donde asiduamente en el British Blusectm,sin perjui-
cio de trcslgdarseen not'iembte a Basileapara interveniren el
Congreso socialista internacional. Después del Congreso, en el
que intervino en nombte de las dos fracciones del partido ruso,
se trcstadó a Suiza, dedicándosepor entero a ta propaganda.
De Suiza se trcsladó a Pcrís.
Vivió en ingicterrg en el vercno de 1913. Tomó en Lon-
¿res coc parte muy actiea en la agitación del "asunto Beilis"•
TraScÑ intensamente en tas obras de carácter social femenino.
A fines de t 913 se trasladó donde
comenzó a dirigir la reeista 'te ta obren"', totetvinO
muy apasionadamente en las dieid/dñ toa
cu.'tistas rusos, es decir, entce meocheeiquea V bolchevique',
Por su intereención en en conteo tu guerra ge
obligada a traslacúr su residencio a Boeieeo,
Al estallar ta gran guerra Alejandro Kotontav ae encontra-
ba de nueeo en Berlín, Se tras:adó al en c0mpah/d
del Uritsky, Pcirncratneote eisitacon Copenhague, Celebraron
reuniones con el Comité det partido soaolista dones, de-
cidirle a adoptar acuerdos contra guerra. rué a
Estocolmo con el mismo objeto, Ea esta covit(/lse propuso co-
mo programa la organizaciónde uno mani/estocióninternacio•
nal contra la guerra. consecuenciade su octieiddd revolucio-
ncria fué detenida. Después de estar detenida varias semanas
fué expulsada de Dinamarca, donde tas autoridades policiacas
ta sometieron a una rioida eigilancia, En esta época logró po-
nerse en relación con Trotskg, que se encontraba en París, V
con Lenin g su mujer, que estaban en Zctrich,
A principios de febrero de 1915 se trastadó a Noruega. Or-
ganizó en Suecia una conferencia internacional de mujeres; pero
no pudo tomar parte personalmenteen ella a consecuenciade
un decreto de expulsión, Se leyó en ta conferencia, sin embar-
go, una declaración suya como secretaria.
Intervino mug activamente en la organización de ta confe-
rencia socialista internacionalista de Zimmeroald. En mago
de 1915 tomó parte en el Congresodel partido socialistano-
ruego celebradoen Trondiem. En cotaboracióncon Tranmaet,
representante del ala izquierda socialista de Noruega, celebró
numerosos mitines contra la guerra. Estableció relacionespet-
manentes con los bolcheeiques e ingresó en la redacción de ta
revista que publicaban entonces Bujarín g Piatakof. En et
verano de 1915 publicó un folleto titulado: "¿A quién bene-
ficia la guerra?", que fué editado por el Comité central bot-
chevique.
En el otoño de 1915 fué invitada por ta fracción alemana
det partido socialistanorteamericanopara realizar propaganda
en favor de las ideas internacionalistas.Provista de ta ti"
teratura bolcheviqueque pudo encontrar, partió en geptiembeç
York. en Unidos
1916, dando cctog de propaganda en md8 de ochenta d
Regresó de nuevo a Noruega con grandes ciudadeg
precaucionet
escapat a la Ggitancia dr la policía ingleoa. Estuvo para
en
de rocrzo a agosto de 1916, en que volvió a partir Ñoruega
te pata tos Estados Unidos. Allí se encontró a nuevamen.
Trotskg, de acuerdo con los cuates trabajó Bujarín
por et programa
de
At entrar tos Estados Unidos en la guerra, Alejandra
tontag se encontraba en medio del Océano en-ruta para 1<0.
ruega. At estallar la primera revolución decidió regresarÑ
pais. Intervino inmediatamenteen la revolución. a tu
Fué delegada
al soviet en representación del "grupo militar bolchevique".
Durante mucho tiempo fué la única mujer pertenecienteal Co.
mité ejecutivo del partido. Hizo varios viajes a Helcingfon
para hacer propaganda entre los marinos.
En mago de 1917 el partido bolcheviqueta designórepre-
sentante en el Congreso socialista de Estocolmo. Estando en
esta capital surgieron nuevos hechos revolucionarios en Rusia,
g la Kotontag decidió regresar a su país. En Tornea fué encar-
celada. El gobierno provisional la tuvo más de un mes preca
en la prisión de San Petersburgo.Al día siguientede catirde
ta cárcelfué arrestadaen su domiciliopor orden de Kerenskq.
Tomó parte mug activa en la insurrecciónde octubre.Al
triunfar ésta fué designada Comisario del pueblo de Asistencia
Pública. En febrero de 1918 trató, como miembro de la dele-
gación del Comité Central ejecutivo panrruso, de penetrar en
Suecia. El barco que les conducía fué destrozado por los hielos
g tuvieron que refugiarse en las islas Aaland.
Abandonó su cargo de Comisario del pueblo por no estar
conforme con los términos del tratado de Brest-Litovsk. Or-
ganizó el primer Congreso panrruso de obreras. Según las ne-
cesidadesde ta propaganda g de agitación, Alejandra Kolontag
recorrió distintos puntos de Rusia. Fué nombrada Comisario
del pueblo para la propaganda g agitación en Ucrania. A con-
secuencia de una grave enfermedad estuvo apartada de todo
trabajo activo de noviembrede 1919 a mago de 1920. Pos-
teriormente trabajó en tas siguientes actividades: en et secre-
tariado internacional de mujeres; en la comisión central encar-
'ada de estudiarel problemade la prostitución; en la sección
de mujeres del partido bolchevique ruso; en la comisión de pro-
paganda entre las mujeres orientales, g en la segunda confe-
tencia internacional de mujeres.
Tornó parte en cl décimo Congresodel partido bolchevique
ruso, en el que polemizó violentamente con Lenin, defendien-
do el punto de vista de la oposiciónobrera.Publicó un folleto
en cl que combatía a la burocraciasoviéticay defendía ideac
que fueron calificadas por los bolcheviquesde anarco-sindica-
listas. Ante la actitud escisionistade la fracción dirigida por la
Kolontag, el Comité del partido adoptó medidas represivas con-
tra ella y sus partidarios. Algunos fueron desterradosa Siberia
g otros encerradosen las prisiones de Moscú.
Liquidada su fracción, Alejandra Kolontag fué designada
embajadora de la Unión Soviética en Oslo, cargo que desempe-
ñó durante cinco años. Fué la primera mujer que ocupó en el
mundo un cargo de tanta importancia. Obtuvo del Gobierno
noruego el reconocimiento' 'de jure" del Gobierno de los 60-
viets g la firma de un tratado de comercio.
En 1926 abandonó el cargo de embajadorade la Unión
Soviética en Oslo. Al poco tiempo fué designadapara ocupar
la embajada soviética en México. La policía de La Habana
la impidió desembarcar en aquel puerto cuando se dirigía a
México. Los mismos obstáculos encontró en Nueva York para
dirigirse en ferrocarril hasta México.

Bajo el título genéricode "La mujer nueva g ta moral se-


xual" van en este volumen dos trabajos de Alejandra Kolontag
sobre un mismo problema eterno g palpitante: el amor. Te-
ma este al que ha dedicado gran atención esta escritora.
Los dos trabajos están escritosen épocas diferentes, g aun-
que no han transcurrido muchos años del uno al otro (el pri-
mero se publicó en 1918 g el segundo en 1921), responden a
finalidades mug distintas. Los dos abarcan el mismo tema g sus
conclusiónesson coincidentes.Pero, sin embargo, su propóstto
es distinto.
En "La mujer y la moral sexuat', Alejandra Roton-
"ada u "torunda at
V dentro de
del la Ancteceta
un
ser otro el
de tc sociedad
et ' •Et amer
en ta tocied2d
t.: ras:» comunist"•
cmcr c pretendeocta_
nueva sociedadexistente.
les t.: st'.va=t
en cl nutro régimen. de g
este trc. •yo E
se de cr: de moral de una sociedad
tc'a. de cre:cidn. d? n:zeeo tipo d? vida. En et
tu' del problema del amor
tCVcpe!: a Koton-
ft.'tt:ro can.'bio de l' estrt:.-tttraeconómico:ociat
de t.: En cl secundo, cunnue aun naciente,ha
do oreciscmerte ta trcnsformcción económicosccial
cstcbtecia que ella
la so!ucidn det problema sexual.
Aunque estes des trcblfos ro están escritos recientemente
(et segundo, pcra jat•entud rusa ha sido sobreoasado
el peonio proceso de desenco!tfmierto de ta sociedad
) , parc el público de española sigue teniendo ta misma
cctuatidcd que cuando fueron escritos.
Et problema sext:ct ha sido tratcdo hasta ahora por nues-
trc.s cutores sólo desde un panto de t'istz purcmente individual
o psicológico. Los trcbãjos de este cénero pretenden tener una
signiiiccción puramente cient'iicc. Precisamente,el interés gue
tienen pza nosctros [cs ideas de Ate;andra Kotontaq es ta for-
ma en que se ptcntea el oroblema. La intervenciÓnde la mu-
jet en la cidã fuera del hogar es interpretcdadesde un plano
estrictamente mcrxista. La moral sexual resoonde igualmente
a una estructura económicosocic{. Las contradiccionesu crisis
de este problema, uno de tos más ornees de la sociedadSurque-
sa de nuestro tiempo. son precisamente {cs contradicciones
propics de ctna sociedad en decadencia.
Parc Alejandra Kotortat/ el problema de (a muier et oro-
btcma ael amor son problemas que se plantean c! caoitc{ismo.
Por esto mrsmo te roncede el mismo interés cuando {o incorpora
a los nuevcs problemas del naciente régimen comunista.
Et secundo trabajo de este oo!umen fué obieto de interescn-
tes polémica y discusionesentre ta juventud comunista'UE,
a consccucnciadel carácter eminentementepráctico que et mig-
mo estudto nene. La Prensa comuntstaabrió una dtscustónen
torno al tema. en cl que tomaron parte signtíicadosespecialis-
tos V teóricos marxtstas de la Untón Soviética.

Estos dos ensayos establecenuna serie de reformas en lo re-


ferente a la situación legal, social g económicade la mujcr, g
tespccto a lus Icycs que rigen el matrimonio. Estas reformas
son pcculiarcs de todo programa socialista. En Rusia soviética
se encuentran llevadas a la práctica todas las condiciones previas,
necesarias para resolver el problema.
El Código soviético concede los mismos derechos a la mu-
jer desde los dicz y ocho años que al hombre. Protege el tra-el
bajo de la mujcr mediante leyes especiales.Ha organizado
socorro y la protección a la maternidad, y ha emprendido una
fucrte campaña contra la prostitución.
En la sociedadburguesael Código matrimonial está basado
cn el concepto de la propiedad. El matrimonio esEn una especie
de operación comercial bendecida pcr la Iglesia. Rusia el
mcttimonio ha dejado de ser un sacramentog se ha reducido
al simple acto de registrar los nombresde dos personas unidas
conservansus
por la comunidad de sentimientos.Los espososvivir
nombres de nacimiento; no están obligados a bajo un
mismo techo g pueden obtener sus pasaportes independiente-
mente. En caso de divorcio, los bienes adquiridos durante el
matrimonio pertenecenpor igual a ambas partes, g los biencs
que cada uno de los contrayentes tuvieran antes de la unión
a peti-
siguen siendo de su pertenencia. El divorcio se concedeun tri-
ción de las dos partes. Es una simple formalidad ante libre
bunat. Pero, sin embargo, aunque se reconoce el amor
la legislación
y el matrimonio legat es fácilmente realizable,mayoría están
matrimonial tiene sus restricciones,que en su
inspirados en principios eugenésicos.
Ningún hombre puede contraer matrimonio antes de tos diez
comienza
g ocho años. La edad matrimonial para las mujeresno pueden
a los diez g seis años. Los parientes consanguíneos personas
contra« matrimonio; tampoco se permite la unidn de
que tengan taras mentales o enfermedadescontagiosas.
prohibida la poligamia, A/
aot/citae et
registro

o huelga,
un oôo después de ión, Todos
legitimoa, inclUSO 105 de
en este toa hijos ticth'0 ace otett(tiltoa
nadi es,
La mujer nueva y la moral sexual

problema de la existencia de un nuevo tipo de


mujer, es decir, de la mujer moderna, es un tema de pal-
pitante actualidad, Pero, ies que existe en realidad este
nuevo tipo de mujer? ¿No será, acaso, un producto de
la imaginación creadora de los literatos, siempre en busca
de novedades sentacionales?¿Y, acaso de que exista, có-
mo es y quién es esta mujer moderna?
Para convencernos de su existencia basta mirar en
torno nuestro. Un breveanálisis,una no muy detenida
reflexión, es Io bastante para convencernosde que la
mujer del nuevo tipo es algo que vive, que encontramos
en la realidad,
La mujer modernaactúa a nuestro lado, fácil es co-
nocerla; nos hemos acostumbradoa verla, y la encon-
tramos con gran frecuenciaen la vida, en todas las cla-
seg sociales,lo mismo en la obrera que entre las mujeres
entregadasal estudio de las ciencias.en la modestaem-
pleada y en la artista genial. Lo unico sorprendentees
que esta mujer nueva, que se da cada día con mayor
frecuencia en todas las manifestacionesde la vida, no
apareceen la literatura con sus rasgos propios, como he-
roína, hasta en las novelasde los últimos tiempos. La
vida de las últimas décadasha forjado, en el pesado
yunque de la necesidadvital, una mujer de tipo psico-
J6gíco completamente desconocido hasta ahora; una mu-
jer con nuevas necesidadesy emociones. Mientras que
la líteratura continuaba presentándonosmujeres del vie-
jo típo; mientras los literatos se esforzaban en dibujar
típos de mujeresdel pasado, que la vida hacía desapa-
KOLONTAY
ALEJANDRA
del comprendido e
la realid*d del nuevo tipo de
producía y
1880, de lumino„idad
1870 a lavtda, por su lado sin sentirlas
asimilárselas y dictinguirlas
los de
unico csctitor que se 110atrevido a toz,
cl suave; pero las imágenes
pincel
figurascon su mucho pálidas, mucho más po
son cn prosa dedicado
nos prcscnta
realidad. En cl poema
bresque la rusa cs únicamente donde Turgucncv se
la muchacha conmovcdora figura de la mujer que se
inclinaante lafranquear el umbral sagrado.
ha atrevidoa heroicas, cuyos nombres han quedado
Las mujercs de la Ilistoria, fueron seguidas
grabadosen las páginas
muchedumbre de desconocidas que perecieron
por una panal destrozado. Sus cadáveres
como abejas en un
sembraronel camino pedregosomujeres que lleva al santo, al
deseado porvenir.El número de del nuevo tipo
se multiplicabaen el transcurso de los años,
aumentaba,
y los poetas pasaban
peto los escritores por su lado sin
verlas,como si una espesa venda les cubriera los ojos.
La mirada del escritor, apasionada por los tipos tradi-
cionalesde mujer, no podía penetrar ni comprcndei la
nueva realidadque pasaba ante sus ojos. La literatura
evolucionaba,se perfeccionabay seguía nuevos derrote-
ros; enriquecíasus medios de expresión con nuevos ma-
ticesy palabras;pero, en cambio, continuaba obstinada
en presentarnosdébiles criaturas, engañadas,
abandonadas mujeres
entregadasal dolor, esposas ávidas de ven-
pnza, seductorashembras, almas "sin
rendidas",y encantadoras
voluntad no com-
jovencitas puras y sin per-
En la mismaépocaen
»vary",vivíaa su ladoque Flaubert escribía "Madame
másluminosa en carne y hueso Jorge
precursoradel nuevo Sand,
tipo de mujer que
estudiabala
psicología estrecha
y limitada de
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 15

la mujer, producto de la esclavitud de que ha sido víc-


tima en el transcurso de los años, en una Ana Karenina;
se complacía en acariciar la imagen encantadora de la
inofensiva Ketty; jugaba con la ardiente naturaleza de
mujer de Natacha Rostova, mientras a su lado la impla-
cable realidad encadenaba duramente a las mujeres del
nuevo tipo en formación, cuyo número crecía sin cesar.
Los grandestalentosdel siglo XIX no sintieronla ne-
cesidad de sustituir la gracia seductora de sus heroínas
por las cualidades característicasde la nueva mujer en
formación. Los escritores más modernos de los últimos
diez o quince años, particularmente las mujeres escrito-
ras, son ya los que no han podido dejar pasar en silen-
cio el nuevo tipo femenino que afirmaba en torno su-
yo: la mujer nueva queda al fin grabada en las páginas
de sus últimas obras.
Actualmente el nuevo tipo femenino no es ya una no-
vedad sensacional. Lo encontramosen la novela de tesis
"de vanguardia", en que se estudia un complicado pro-
blema y también en la narración moderna, en la narración
sin pretensión literaria alguna.
El tipo de mujer nueva varía,como es natural, de un
país a otro. La clase social a que pertenecenestas nuevas
mujeres les imprime igualmente un sello particular. Tam-
bién pueden variar considerablementelos rasgos psicoló-
gicos, los deseosy la finalidad vital de la heroína. Pero
por muy diferentesque se presentenante nosotros estas
mujeres del nuevo tipo, es lo ciertoque encontramos en
todas ellas un rasgo común, un algo que podemos consi-
derar "racial" y que nos permite diferenciarlas inmediata-
mente de las mujeres del pasado. Las mujeres del pasa-
do veían el mundo de una manera distintay reacciona-
ban ante él en otra forma; tomaban la vida de un modo
igualmente distinto. No hace falta poseer conocimientos
especialeshistóricos o literarios para reconocerla fisono-
mía de la mujer del nuevo tipo en medio de la densa mu-
cl*dumbre del pasado que la rodea. No siempre nos da-
16 ALEJANDRA
ROLOÑTA?
mos cuenta de cuáles son esos nuevos
consiste la difctcncia; pero es un hechorasgos
alguna parte, cn la región de lo SUbCOnsciente
evidenteen
nemos nuestro juicio ya plenamente formadoquizá
el cual debemosclasificar y determinar los
nuevos
Determinemos, pues, quiénes son
el nuevo tipo estas
constituyen femenino. Desde mujeres
las encantadoras y "puras" jovencitas cuyaluegonoque
minaba con un matrimonio feliz, ni las esposasnovela
fren resignadamentelas infidelidades del marido e
casadas culpables de adulterio. No son tampoco ni laa
teronasentregadastoda su vida a llorar un amorlas des
tol.
ciado de su juventud, ni las ' 'sacerdotisasde amor",
timas de las tristes condicionesde la vida o de su propia
naturaleza "viciosa". No; estas mujeres son algo nuevo,
es decir, un quinto "tipo de heroína" desconocido ante.
riormente; heroínas que se presentan a la vida con exi.
gencias propias, heroínas que afirman su personalidad;
Heroínas que protestan de la servidumbre de la mujer
dentro del Estado, en el seno de la familia, en sociedad;
heroínas que saben luchar por sus derechos.Represen.
tan un nuevo sexo. Son mujeres "célibes", denomina.
ción la más apropiada que podemos dar a este nuevo tipo

de mujer.
El tipo esencialde la mujer del próximo pasadoera
instrumento, com-
"la esposa", la mujer solo resonancia,
plementodel marido. La mujer del nuevo tipo "célibe" ha ce-
está bien lejos de ser una resonancia del marido;
ser un simple reflejo del hombre. La mujer
sado de
"célibe" posee su propio mundo interior, vive entregada
exterior
a intereseshumanos generosos; es independiente
años, una definición
e interiormente. Hace veinticinco sido
sentido, hubiera
de esta clase hubiera carecido de eran sene
consideradavacía de significado. Los cuadros
madre, la "literata",
cillos y definidos: la jovencita, la Kurakín.
Elena
la amante o la mundana, del género de
LA MUJER NUEVA Y
LA MORAL SCXVAL
en ta novela Guerra y Paz, de
Tolstoi. Estos tipos eran
moneda corriente, clata y comprensible,
"célibe" no quedaba Sitio en la literatura Para la mujer
ni en la vida,
Cuando la Historia ptoducia mujeres
mejantcs a las heroínas contemporáneas, con rasgos se.
como desviaciones puramente accidentales eran consideradas
como verdaderos tenómcnos psicológicos,de la norma,
Peto la vida no puede permanecerinmóvil
de la Historia, al girar cada vez con ritmo y la rueda
obliga a los hombres de una misma generación más acelerado
nociones diferentcs, les bace enriquecer su a aceptar
un material nuevo. El nuevo tipo de mujer, vocabulario con
•'célibe" dcsconocidade nuestras abuelas y hasta la mujer
de nues-
tras mismas madres, cs en nuestra época un hecho
un ser vivo con existenciapropia. real,
Las mujeres del nuevo tipo, las mujeres "célibes", son
esos millones de figuras cnvueltas en trajes grises que se
mueven desde las primeras horas del alba en intermina-
ble fila desde los barrios obreros a los almacenes, a las
fábricas y estaciones, que llenan los trenes y tranvías, ca-
mino del trabajo. Las mujeres ' 'célibes" son esos miles
de muchachaso de mujeresya maduras que en las gran-
dcs ciudades hacen aumentar las estadísticas de hogares
independientcs. Son las muchachas y mujeres que sos-
tienen una sorda y continua lucha por la vida, que pasan
toda su existencia sentadas ante la mesa de la oficina,
junto a los aparatos telegráficosy detrás del mostrador
de las tiendas. Las mujeres "célibes" son esas jóvenes de
alma alegre que, con la cabeza llena de sueños y pro-
yectos audaces,se atreven a llamar a la puerta de los tem-
plos de la cienciay del arte; son las que con paso firme,
casi masculino, recorren las calles de la ciudad en busca de
una lecciónmal retribuída o de algún trabajo ocasional.
Se encuentra a la mujer "célibe" sentada ante la mesa de
trabajo, en el laboratorio entregada a un experimento
científico, en los archivos hojeando libros, cumpliendo
18 ALEJANDRA KOLONTAr

con el trabajo de su clínica o dedicada a preparar un dis.


curso político.
Estas figuras no se parecenen nada a las heroínas
próximo pasado, a aquellas seductoras y conmovedordel
mujercsde Turguenev, de Chejov, a las heroínasde u
la y Maupassant,a los tipos femeninos de virtud
personal de la literatura inglesa y alemana de 1880
y hasta de la última decenadel siglo pasado. La vida'
es la creadora de estas mujeres nuevas, que la literatura
refleja después.
Como en larga cinta de abigarrados colores,se des-
pliega ante nosotros la vanguardia de las heroínasdel
nuevo tipo femenino. A la cabeza, sin detenerseantela
espesabarrera que forman las zarzas espinosas de la rea.
lidad contemporánea, se adelanta con tranquilo paso, va.
liente y resuelta,la obrera Matilde (l).
Las zarzas del camino de la vida hacen sangrarlas
manos y los pies de Matilde, y desgarran su pecho. Peto
su semblante endurecido, templado en las desgraciasy el
sufrimiento, no expresa la menor vacilación.
Sólo unas arrugas amargas se pliegan más profunda-
mente al lado de la boca; únicamcnte su mirada invenci-
blemente desafiadora brilla con una expresión más fría.
Un nuevo dolor, un nuevo destello de alegría, de esa
rara visitante del mundo obrero, pasan por Matilde,sin
conmoverla. Envuelta en su chal gris, se mantiene firme
sobre la montaña, valiente e invencible, como estatuade
la tristeza. Sólo sus ojos fijos en lo desconocidovenun
lejano porvenir en el que cree. Templada su alma por
precoceschoquescon la vida, Matilde va a la ciudad,ale
gre, joven, rebosantede salud. Llama a la puertadela
g
fábrica y entra en el taller. El monstruo de ladrillo
ha tragado una nueva víctima. Pero Matilde no tiene
miedo a la vida. Con paso seguro y confiado, se deshace
que
joven
IN que el destino burlón tiende a la

(U —'da de Karl Raaptm•.


LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL

camina sota, sin rumbo. El lodo y las bajezas de la vida


no manchan su limpio vestido. Matilde conduce su in-
quebrantable fe, con ignoranciaingenua, su "yo" huma-
no, claro y puro, a través de la vida. No es más que
' 'una joven obrera, sola y pobre"; pero se siente orgullo-
sa de ser lo que ' 'es' , satisfechade su fuerza interior y de
su independencia.
Viene después el primer amor, tierno y claro, como la
misma juventud, y la primera alegría de la maternidad.
La primera sensación de dependenciaamorosa, la tímida
"rebelión" por la libertad perdida. Despuésla inquietud
de una nueva pasión ardiente como el estío. Los sufrimien-
tos y los tormentosdel amor: deseo,dolor y decep-
ción. Otra vez la maternidad y, de nuevo, el abandono.
Pero ahora no tenemosante nosotros una muchacha aban-
donada, "perdida", un pobre ser oprimido, sino toda una
individualidad; madre digna, sola y encerradaen sí mis-
ma. La personalidad de Matilde crece,se hace más fuer-
te.Un nuevo dolor no es más que una nueva página en
su vida, que revela con mayor claridad su "yo" poderoso
e invencible.
Al lado de Matilde camina con paso suave Tatiana,
la muchacha de Riasan, con los pies desnudos,curtidos y
agrietados por el calor y el mal tiempo. Tatiana camina
con los vagabundossin asilo, sin hogar como ella. "Pe-
dazo de cobre entresun montón de chatarra carcomida por
el orín". Unas veces trabajando en Maikope durante la
siega; otras vagando sin rumbo por las orillas del Don,
con una cuadrilla de compañeros del azar, de hombres
al acecho de una modesta ganancia.
Tatiana marcha con ellos, libre como el viento, solita-
ria como la hierba de la estepa. Nadie la quiere, nadie la
defiende. Mantiene una lucha cara a cara, cuerpo a cuer-
PO, continua e interminable con el destino, que, impla-
cablementela atormenta. Para las mujeres del tipo "cé-
libe", comoTatiana y Matilde,ya no quedaternan en
el mundo; para ellas sólo asperezas les regrVa la via.
20 ALEJANDRA
ROLONTR?
Tatiana tampoco se doblega a los
En su alma lleva profundamente e Iatigazos de
futuro terrenal, de inocencia tra scondido el sueño la vi
de verano sin soplo de viento. nsparente, como de
mundo en busca de la dicha; pero Tatiana und'.
camina
mofarse de ella, se aleja, cada vez ésta, comosi Ppr
más. y la
de vida,
mente confiada, sólo recoge las sobras tan
grías que le proporciona la tierra. deunas
pocas
Un caminante conmueve su alma, ale

anima, y ella se entrega a él llanamente, la hace


llorar, la
ridad, como sólo se entregan estas con todasince_
mujeres
' 'célibes", por necesidad, estas obreras solitarias
arrancar a la vida sus pequeñas alegríasnómadas,
embargo Tatiana se niega a unir su vidaterrestres.Sin
minante cruzado en su ruta. 'Esto no
a la delCa.
es para mí;
quiero. Si tú fueras un campesino, quizás; pero yo no
tiene sentido. No se mide la vida por una hora, asíno
años. ' sino pot

Y Tatiana, con una dulce sonrisa por adiós,parte


en busca de su sueño de dicha, parte con sus pensamien.
tos, como si estuviera sola en el mundo, y comosilees-
tuviera destinada únicamente a ella la tarea de crearlo pot
completo de nuevo.
Así caminan Matilde y Tatiana, abriéndosepasoatra•
vés de las zarzas de la vida, despejando con el pecho y
las manos el camino nuevo hacia un porvenir ansiado.
Detrás de ellas, vienen, siguiéndolas de cerca,las mujeres
del nuevo tipo, pertenecientes a otras clasessociales
deseo•

lasengan-
sas de alcanzar el camino abierto. Las espinasa caminar
chan y las hieren; sus pies, no acostumbrados
y sushuellas
sobre afiladas puntas, se cubren de llagas,
quedan marcadas con rojos hilillos de sangre. cada
compacta,
es posible detenerse; una muchedumbre
que se
extieB'
ruta
vez más densa, avanzaba por la nueva Inmediatamen'
de sin límites. iDesgraciadas las débiles! filasapreti
las
te son arrojadas al borde del camino por
LA MUJER NUEVAY

das que apresuran su marcha, Isas vecinas que se


aventurado a lanzat una mirada hacia castillo gris de
la esclavitud del pasado. continúan con IA cabeza baja
su marcha a la sombra de la nueva ruta,
Entre la densa muchedumbrede mu,ieresque caminan
por la nueva senda, podemos encontrar heroínas de todas
las nacionalidades y de todas las clasessociales, En
meta fila se destaca la fina silueta de la actriz Magda
la muchacba orgullosa de su arte, de sus luchas
y de su audaz lema: ' •Yo soy yo, y todo Io que soy se
lo debo a mi esfuerzo", Magda ba sabido vencer las trae
diciones de un hogar después de una pequeóa ciudad
provinciana: se ha atrevido a lanzar un reto a la moral
burguesa. Mantiene su gesto de orgullo, ella que ha
"pecado" en la casa paterna, en su "tierra". Magda co.
noce todo lo que vale su individualidad, y defiende in•
flexible su derecho a ser lo que es. ' 'Elevarse por encima
del pecado vale mucho más que la pureza que predicáis
aquí."
Llena de resolución entra en el nuevo camino la audaz
e inteligente Olga, arrancadadel seno de una familia ju-
día de costumbres tradicionales. Después de vencer una
serie de obstáculos se ve lanzada cn el torbellino de la
vida de una gran ciudad europea. Olga forma parte de
un círculo intelectual selecto, ' 'la crema de la sociedad".
Ante ella desfila la vida, llena de atractivos, de un centro
cultural capitalista. En su lucha por la vida, en la lucha
contra el paro forzoso de los intelectuales,en la lucha pa•
ra la afirmación de sí misma como individualidad huma.
na y como mujer, Olga vive como viven miles de mucha.
chas intelectuales en una gran ciudad civilizada. una vida
de soledad y de trabajo. No teme a la vida y pide con au-
dacia al destino su parte de dicha personal. Olga siente
que el hombre que ama está muy cerca y muy lejos de
ella. Sus destinos se cruzan un momento. Pero fundar

(l) Sudetman;
La Patria.
22
no corrrtronde a gus intereses indiv;daa
vida tcmón que una parte de su vida
ana no más
amet pa!ieft«, se extingue: el amorm,ae_
La
y múlttrlc. Se «rifan. No tenemos ante
re tamt'tiñ, a l' muchacha abandonada.
una ro, individualidadque bibido la copa dil
d Vino otaba mezclado con veneno. Olga
tn que hombre ror ella elegido. En gus
m" fotttc que cl
incluso cn aquellas de desengaño amoroso,
de
«n bu«a dc Olga. que ha sabido seguir siendo
ón«a amistad ficl. En la vida complicada de Olga,tia
de amor no
cn acent«tmicntos luchas. la novela
tituyc más que un ' 'episodio".
Entre la muchedumbrede mujercs nuevas, erguidala
bcrmou cabeza. se adelanta. con paso seguro Lansovclo
(l), la muycrmédico. heroína típica de mujer ' 'céliW•.
Su vida toda está dedicadaa la ciencia y a la práctka
de la medicina.Las salas clínicas son, a la vez, templo
y hogar. Ha conquistado, por parte de sus colegasmas.
cultnos, la estimación y el reconocimiento de su valor.
y ha sabido rechazar con dulzura. peto con obstinación
sus proposiciones matrimoniales. Lansovelo necesitali-
bcrtad y la soledad para consagrarsede lleno al trabajo,
sin el cual no podría vivir ni respirar. Ante esta figura
de "mujer emancipada", vestida sobriamente, cuya vida
está dividida en horas de trabajo, lucha por el ejercicio
de su profesión,y triunfos de amor propio al emitirun
diagnóstico exacto. el lector se siente sobrecogido por una
corrientede frialdad. Pero, de repente, como escenaob-
servadacasualmente, la doctora se nos revela en otro as-
pecto completamentedistinto. Han llegado las vacacio-
nes y Lansovelo descansaen el campo con "su amigo',
médico como ella. Allí se nos revela la mujer; allí reina
su ' 'yo" femenino. Sus vestidos son vaporososy claros,
su risa alegre. No esconde "sus amores". Si en París

(l) Cdctt. t•ert: Pri•cesu dc u cienca.


LR MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 23

no vive con su amante, es porque les resulta más "cómo-


do" a los dos nara su trabajo profesional.
Dejando atrás a la doctora, corre la ardiente Teresa
(I), toda fuego y pasión, Teresa es una socialista aus-
triaca, una valiente propagandista. Ha estado en la cár-
cel, trabaja con toda su alma por el partido. Pero cuando
se apodera de ella la pasión, Teresa no renuncia a este
esplendor que alegra la vida, no se envuelve hipócrita-
mente cn cl manto desteñidode la virtud femenina. To-
do lo contrario. Teresa tiende la mano al hombre elegi-
do y parte con él por varias semanaspara beber hasta la
última gota del placer y convencersede su profundidad.
Cuando Teresa se da cuenta de la vulgaridad que encie-
rra, lo rechaza sin remordimientos ni amargura. iPo-
bre Teresa! Para ella, como para la mayoría de sus ca-
maradas masculinos, el amor no puede ser más que una
etapa, un acto momentáneo en el camino de la vida. El
fin de su existencia, todo su contenido, son el partido,
sus ideales, la propaganda y el trabajo.
Agnes Petrovna, otra mujer nueva, una de las prime-
ras heroínas rusas del tipo "célibe", elige la nueva ruta
de la vida después de madurada reflexión. Agnes es es-
crítora y secretariade redacción:es, "ante todo, una mujer
que ama el trabajo." Ante la mesa de trabajo, cuando en
su mente se forma un pensamiento,una idea nueva nada
ni nadie existen para Agnes. "No podría compartir es-
tos momentos con nadie — dice; por eso necesito
mi libertad." Pero cuando Agnes vuelve a su casa desde
la redacción y cambia su sencillo vestido de trabajo
por una cómoda bata, Ic encanta sentirse "solamente
mujer" y exoerimentar el influjo de sus atractivos sobre
el hombre. No busca en el amor el contenido y el fin
de la vida, sino sólo lo que es corriente en los hombres:
el reposo, la poesía, la luz. Agnes no reconoce,ni al hom-
bre amado, ni el menor derecho sobre ella, sobre su "yo".

( 1) Scbnitzler: Camino de la libertad.


24 ALEJANDRA KOLONTAY

' 'Pertenecera un hombre como una cosa,entregarle


voluntad y el corazón, consagrar toda la inteligencia la
, consciente.
mente, esto quizá pueda hacer a una mujer feliz.
¿por qué dedicar todos esos esfuerzos a un hombre p
Si es precisoolvidarsede sí misma, yo no lo haría solo?
un hombre, no le procuraría a él Únicamenteuna pot
comida y un consuelotranquilo; lo haría también buena
otros muchosdesgraciados.. . " Y cuando Miatlevquietepot
atentar contra la libertad de Agnes, cuando exigeque
elija cntre su amor y el trabajo, Agnes considerasu unión
rota, y los caminosde su vida se separan.
Sin prisa, con cierta vacilación y duda, siguea Ag-
nes otra figura, no tan completa,de la mujer del nuevo
tipo ' 'célibe". Vera Nikodinovna (l) pertenecea la an-
tigua generacióncon un ligero matiz de modernismo.Ve-
ra es una mujer "con un pasado" terminado de una ma-
nera "terriblementebanal" y que ha dejado una huella
sombría en su alma. No es precisamentela "necesidad
fisiológica"la que ha arrojado a la razonabley másbien
fría Vera en brazos del hombre. ' 'Nadie se puedeima-
ginar qué lejos estaba mi acción de la sexualidad,qué
lejos estaba de dejarme llevar", declaraVera a su joven
amiga. Algo distinto la ha impulsado. ¿Sedde materni-
dad? Quizás sólo el deseo de encontrar un alma cercana
a la suya, un ser capaz de comprenderla; peligroso anzue•
lo en el que se dejan alcanzarhasta las mujeresdeltipo
"celibe", en las cualespredomina la facultad razonadora.
Después de "aquello" Vera se ve asediada de hombresque
la desean; pero evita acercarsea ellos, aunque mantiene
sus esperanzaspor un hábito heredado de las generacio-
nes pasadas. La "seducción" es la especialidadde Vera
Sin embargo, se aleja del pasado al mantener ante todo
su libertad. Fuera del "coqueteo" de salón, Vera es una
mujer-individualidadde trabajo y pensamiento.

( l) Potapenke:En la niebla.
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 25

Con su sonrisa triste, pasa también la dulce figura de la


tuberculosa Mary (1). A continuación, taconeando con
sus zapatos desgastados,corre en busca de trabajo la pe-
queña T alia (2), intrépida luchadora. Después de ella
se oye la risa mezquina de la ligera Annette (3), pobre
de espíritu, especiede parodia del tipo de mujer "célibe",
La heroína de Sangar, Anna (4), se abre paso con inge-
nuidad brutal en el camino nuevo. Cogidas de la mano
caminan Mira, Lydia y Nolly (5). Cada una de ellas
es interesanteen sí por algo "sagrado" que no es sólo cua-
lidad propiamente femenina. Hasta la pequeña Lydia,
insignificante en apariencia, posee vanidad y ambiciones.
Cuando se presentael amor, cuando sus naturalezas de
mujer les plantea sus exigencias, todas estas muchachas
franquean el umbral prohibido a las jóvenes solteras. sin
el miedo sentimental a sí mismas que sentían las mujeres
del pasado. Arrastradas por los múltiples intereses de la
vida, el amor no es para todas estas mujeres más que
una melodía iniciadora.
Acariciando nuestra mirada con la finura de su alma,
como tejida enteramentede suaves tonos, camina dulce-
mente, para evitar poner su paso sobre las piedras pun-
tíagudas,la actriz de Variedades,Renée(6). Con las ilu-
siones rotas y el corazón herido, deja a su marido y lan-
za un reto al mundo, que hasta entonces le había perte-
necido. Toda su vida está ahora en el arte, en la danza,
en las pantomimas que ella sabe crear. Una vida errante,
fatigosa, consagradaal trabajo. No va en busca de aven-
turas; las rehuye porque su corazón ha sufrido demasiado.
La libertad, la independenciay la soledad constituyen el
contenido de todos sus deseosindividuales. Sin embargo
cuando Renée se sienta junto a la chimenea de su hogar
(l) Wímítchenko:En la balanzade la vida.
(2) Idem,
(3) Idem,
(4 Sangar: Notas de Anna.
5 Grigoriev: El ocaso.
6 Colette Willy: La vagabunda.
26 ALEJANDRA KOLONTAY
solitario despuésde una jornada de duro
menta la sensación de que la melancolía detrabajo,experi.
sus fríos ojos, ha penetrado en la habitaciónla soledad,
talado detrás de la butaca en que está y se ha ins-
sentada.
"Estoy acostumbradaa vivir sola
rio---—;i pero boy me siento tan solitaria!anota en su dia-
Sí; pero terriblemente¿No soy libre,
ta qucjAhay algo de la mujer del pasado sola." En es-
escuchar en torno suyo voces conocidas y acostumbrada a
amadas, a sen-
tirse rodeada de una ternura que le es necesaria.
do Renéeencuentraen su camino un amor Así, cuan.
deja prender en él, envuelta en el vacío obstinado,se
profundo en que vive. Pero la pasión no la cada vez más
turba su cerebro,acostumbradoal análisis. ciega,no
' 'Unicamente son mis sentidos los atacados",
en un arrepentimientolleno de melancolía.' 'Nodeclara
más delirio que el de los sentidos." Renéevuelvesiento
lo que era. El nuevo amor no le ha dado lo que su aalma
ser
buscaba. En los brazos del amado se siente tan sola co-
mo antes. La ' 'vagabunda" huye, huye de su amor, huye
porque esta pasión está muy lejos, no tiene la menorre-
lación con las exigenciasdelicadasdel amor.
La carta de despedida de Renée al hombre que abando-
na es un documento reveladorde la mujer contemporá-
nea, de las nuevas exigencias que este tipo de mujer plan-
tea a la vida.
Detrás de Renéepasa la heroína de Bennet (1), una
mujer escritora. Un anhelo de éxtasis, de adoración,la
lleva a los brazos de un gran músico; pero esta pasión
sólo sirve para encontrarsea sí misma, para afirmarsu
personalidad, para revelar su talento de escritoray en-
frentarse con la vida con más calma, con mayor reflexión,
de un modo más consciente. Algún tiempo después,cuan-
10
do un nuevo amor se le acerca,no huye asustada,como

( l) Bennet: El amor gagrado.


LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 27

hubieran hecho las heroínas de las viejas novelas ingle-


sas, por considerarseuna mujer indigna, "perdida", si-
no, todo lo contrario, sale sonriente a su encuentro.
Llena de dolor se adelanta la inquieta, la apasionada
Maia (l), la de espíritu irónico. Todos los aconteci-
mientos de su vida no son más que etapas en la busca
de sí misma, en el desenvolvimientode su personalidad.
La lucha con su familia para conquistar la independen-
cia,• la ruptura con su primer marido; un corto idilio
con un héroe oriental; un segundo matrimonio, lleno de
complicaciones psicológicas; la lucha ardiente en el alma
de Maia entre la mujer del "pasado" y la nueva mujer
que vive dentro de su ser; otra vez la ruptura y de nue-
vo la búsqueda, hasta que encuentrael hombre que sabe
respetar ' 'su voz" interior, símbolo de la personalidad,
el hombre que reconocesu valor y puede crear esa unión
amorosa interiormentelibre con la que Maia ha soñado
durante toda su vida.
La vida de Maia está llena de complicacionespsicoló-
gicas y de acontecimientosdiversos. Lo que desde muy
pronto hubiera agotado a una mujer del pasado, la trai-
ción del hombre amado, la ruptura con sus dos maridos,
no sirve a Maia más que de "lección", gracias a la cual
puede examinarse y comprendersemejor a sí misma. De
una manera inconscientesigue Maia el consejo de Goe-
the: "Comenzar todos los "días la vida le nuevo como
si realmente comenzase... •'Mi fuerte e inquebranta-
ble voluntad, que nada ha podido romper, es la que me
ha salvado. Mi voluntad de conservación inconsciente,
como la mano de un ángel de la guarda, me ha condu-
cido por la vida", diceMaia. La mujer del tipo nuevo,
independiente, interiormente libre, tiene que luchar con-
tinuamente con una tendencia atávica que la pone en el
peligro de convertirse en "sombra del marido", en su eco.
Son bien conocidos los esfuerzos ingenuos y conscientes

(l) Grete Mauel: La


28 ALEJANDRA
ROLONTAY
de la mujer par," 'adaptarse", incluso
gustos del hombre amado; para ' interiormente
ideal de su elegido. Como si por sí'corregirse"
mujer ningún valor, como si su mismano
personalidad
diese por la actitud de los hombres la
sólo
rasgo atávico de la mujer el que ha hacia ella. EseIhi-
lidades tan magníficas, luminosas Y hecho que
Jorge sand, se hayan visto tentadas seductoras
comola
unas veces
Musset, a
nunciar al vuelo hacia el mundo y otras
estrellado a re-
de
ción artística. Pero la fuerte individualidad la crea.
Sand era la que ponía límite a estas de Jorge
gaba un momento en que Jorge Sand experiencias. Lle-
sentíaque
zaba a perder su personalidad, en que como comen-
de la adaptación, la mujer en ella, Auroraconsecuencia
acabaría por devorar, por aplastar al audaz, Dudevant,
al rebelde,
al ardiente soñador, al poeta Jorge Sand. Entonces
rehacía repentinamente desde su altura y rompíaimpla-se
cablemente con la antigua unión. Cuando en su alma
había madurado esta decisión,no había fuerzahumana,
ni siquiera su propia pasión, capaz de torcerla voluntad
de esta fuerte personalidad. Cuando Aurora Dudevant,
en un sombrío otoño, deja su morada para celebrar una
última y breve entrevista con su amante, una vezadopta-
da la decisiónde romper con él, no sentimosmiedopor
Jorge Sand, porque sabemos que la entrevistano podrá
hacerla cambiar de resolución, porque acudea ellacomo
Jorge Sand
último tributo a la agonizante pasión que
arroja a la sollozante Aurora. La etapa ha concluído.
Un punto termina el episodio.
naturalmente, mucho más
La Maia de Meisel-Hess,es, en ella también
pequeña y débil que Jorge Sand. Pero hombre
deseosdel
se descubre el deseo de adaptarse a los a sí misma,
a
amado, y la tendenciaatávica a renunciar chocacon
desaparecer,a disolverse en el amor, que y se presen-
personalidad humana que se ha desarrolladoel momento
determinado. En
ta en ella de un modo
MORAL SEXUAL 29
Maú sabe también cónlo rehacerse y partir para

de noe»ttos días es muy difícil Ii-


de la mujer, formada en el trans-
de siglos, de asimilación al hombre
el le dado por amo", JCuán difícil es
que la mujer es también un crimen
a si aun en íavor del hombre amado,
del amor!
de camina, con paso firme, la ambiciosa
la «lecalculadorarazón; Outa es actriz, pero con-
sagra su vida a dar un valor y ornato a su ' 'yo"
que es lo mejor del mundo, Parece que sólo
ani.i arte porque es un medio de desenvolver y revelar
con grandeza y variedad su fuerte personalidad,
I lay en Outa como una reacciónnatural ante la secular
humillación de mujer, una protesta contra su renun-
cia al derecho d? ser una personalidad con valor propio.
Una fuerte y apasionada ambición, una razón calcu-
ladera, un inmenso egoísmo y un excepcionaltalento de
actti.t, le hacen rechazar a la mujer Outa a un lugar
oscuro, rasa indiferente al lado de la dicha personal,
al lado de la devoción infinita de Klodt. Aprecia este
amor porque le place contemplar el reflejo como si se
mitaca cn un espejo, Cuando Klodt, impulsado por su
desesperación,atormentado por su indiferencia, la trai-
ciona, Outa llora; pero no es la mujer la que siente la
ofensa, sino es la artista expuesta a las miradas de todos,
la que sufre porque su adorador se ha atrevido a dejarla
por una rival. Es por su orgullo herido, y no por el
amor humillado por lo que Outa solloza. Esta mujer
sigue siempce hasta el fin fiel a sí misma. A través de
la vida le acompaña su alma fría y la adoración a su
' 'yo". Precisamente porque carece del "fuego sagrado"
que alienta en los grandes artistas es derrotada por una
mujercita indiferente y apasionada, la fina e inteligente
ALEJANDRA KOLONTAY
30
Ouda, "gran artista en la comprensión del arte,pero
la que falta la pasión creadora." a
Entre la muchedumbre de mujeres nuevas pasa la at_
tista Tania, a la que la vida reserva todas sus caricias.
Tania es una mujer casada y, sin embargo, pertenece
al tipo de mujeres "célibes", Io mismo que Maia, la
sada tres veces. Este aspecto de su vida correspondeca-en
absoluto a su fisiología. Por lo demás, Tania, que vive
bajo el mismo techo que su marido legal, continúa sien-
do, como antes de casarse, una individualidad libre, in.
dependiente. Tania frunce las cejas cuando su maridole
presentaa sus amigos como su mujer, sin designarlapor
su nombre de soltera.
Marido y mujer viven en su propio mundo. Ellacon-
sagradaal arte, y él dedicadoa la investigacióncientífica.
Constituyen una pareja de buenos compañeros,unidos
sólidos,que no impiden su mutua
por lazos espirituales
libertad.
La clara atmósfera en que viven se rompe por la ciega
pasión física que Tania siente por el hermoso macho
Stark. Tania no ama en Stark su fisonomíaespiritual,
su alma; Tania ama en Stark el "eterno masculino"que
la ha arrastrado hacia él desde su primer encuentro.Para
Tania no tieneningún interés la vida espiritualdelhom-
bre amado, lo mismo que para los hombres, aun los más
modernos, no tiene importancia el alma de la mujer
amada apasionadamente.Cuando una Ana, una Maiao
una Lisa lanzan al hombre amado el reprochehabitual:
"Yo quiero tu alma, que nunca me entregas . " el hom•
bre se siente desconcertado. La actitud de Tania con res-
pecto a Stark tiene, por tanto, algo de masculino.Sena
timos que la personalidad de Tania es más fuerte,está
más desarrolladaque la de su amado. Tania es demasia-
do humana, demasiado poco "hembra" para que una
pasión desnuda pueda satisfacerla; reconoce que la pa•
Sión que siente por Stark empobrece y seca su alma, en
vez de enriquecerla. Es característico de estas mujerescoa
LA MUJER NUEVAY LA MORALSEXUAL 31
Tania el que en las horas en que la embriaguez de la
pasión se disipa, no sufren tanto con el pensamiento de
una infidelidad hecha al marido como ante la imposibi-
lidad de conciliar su pasión con el trabajo paciente y me-
tódico que constituye su vida. La pasión devora sus ener-
sias y le toba el tiempo que debe consagrar al trabajo;
la pasión pone trabas a su libre trabajo creador. Ta-
nia siente que comienza a perderse a sí misma y a per-
de: además. lo más preciadopara ella en la vida. Tania
se va; Tania vuelve al lado de su marido, no impulsada
por un sentimiento de lo que debía ser su •'deber", sino
para salvar su personalidad (l). Al lado de Stark aca-
bará por p€rdersea sí misma; se va de su lado llevando
un hijo suyo en su seno, y cuando la pasión no se ha
extinguido todavía. ¿Qué heroína de novela de los bue-
nos tiempos pasados hubiera tenido valor para obrar co-
mo Tania?
Tania tiene que enfrentarse con el mismo dilema que
la Ellida de Ibsen, una de las primeras mujeres del nuevo
tipo psicológico.Cuando el ' 'hombre del mar" exige a
Elida que se vaya con él, ella se queda al lado de su ma-
rido que le ha dado plena libertad para decidirse.Ellida
se queda, consciente de que así podrá conservar su liber-
tad interior, que perdería al lac'$)del "hombre de mar".
Se da cuenta de que está amenazada de la más terrible
esclavitud para una mujer: la esclavitud de la pasión.
Comprende la superioridad de quien tiene sujeto entre
las manos su corazón de mujer.
Josefa (2), la de alma firme, fuerte de espíritu, se
abre el camino de la vida modestamente. Avanza entre
las zarzas que cbstruyen todavía los bordes de la ruta.

(I) La novela debería terminar en este punto. Todo lo que sigue. tos
¿o el resto de gas amoresccn Stark, es completamente
artificial. En esa
Tania que amolda a las circunstancias.que reniega de su arte, que se
totalmenteen an objeto de placer para Stark, no podemosre:ono-
cet a Tania. de personalidad
vivientey entera.Eg lamentable
el baya calumniadoa gu Tania ea esta forma.
(2) usa Fnpaa: Traba}o,
32 ALEJANDRA
KOLONTAY
Prepara la senda hacia la independencia
mujcrcs de clase burguesa. Josefa econó
las profesiones liberales. con pasoinicia el
indeciso
Ina y prudente va
(l), deliciosa figura espiritual de
que interroga al mundo con grandesmujer
ojos
mujer que por primera vez se da cue
una manera consciente.
nta de figura
' 'Yo
soy yo y sí misma
en el amor podemos fundirnos" es Sutú erestú de
La heroína de Yuchkevitch, la e divisa 'Y Sólo
xtraña
Elena (2), pasa tímidamente al borde y acongojada
del camino
procura ocultar la tragedia de su alma,
humana, incomprensible hasta para ellasu gran
no es una mujer del tipo ' 'célibe". No misma Elena
nueva; los rasgos del viejo y nuevo
es una
tipo se funden mujer
en complicado nudo. Un pujante y acusado en ella
"eterno
menino", equilibrado por el espíritu,por fe.
un ''yo"
mano, que se plantea serios problemas. Su dulce hu.

mujer cariñosa, amante, está almade


llena de contradicciones
femeninas; y hasta de mentiras de esclava,mientras que
su espíritu rebelde, investigador, en un continuointerro.
garse, hace de Elena una figura de mujer del tiponuevo,
Yuchkevitch ha sabido pintar a su heroínacontonos
suaves; ha expresado su imagen con tanto cuidadoy a.
riño como si temiesequebrar con una palabraestadelia-
da alma de mujer, que se pierde a sí mismaen la tragedia
de su espíritu. Entre la multitud de mujeresnuevas
destaca Renata Fuchs (3), C'alma rebelde", queha sabido

conservarla pureza de su alma en medio de la vergüe


y el fango.
penetrado de una cal
El semblante de Renata está soltera de
majestuosa; en sus brazos de muchacha
1 Hcdwig Dohm: Christa Rouland.
2 Yuchketvicht: Salida del Círculo.
O) Wassermann: Renata Facbs.
que sta un nuevo", Al lado de
nao catuana de Gtcnt Allcn,i (l) que, Itena
la mano A su hijita ítegal, fruto de
una ' 'dentostrativa" r«ba•
la totma Con exptcsiÓnataread,' apresura
su at tAtsotatotio la de la clara sonri•
s), ha de ta vida, Con la ca-
alto, ta ptost'tutA Sly lada (4) tnnnticne en m.'
tango la que te' rodea su ' 'misión sagra-
Ia revolucionaria Anna S;emenovna (4)
sabe a su pasión, escondida tras la
m», ata de coqueta", La estudiante inglesa Fano
ny se tuttta de tos del mundo, se des-
li:a tamtuen por ta nueva tuta con paso ligero, sin des-
sus sxstidos frágiles tas zarzas de la vida. La
«le la estudiante det tejano norte Anna Malit
nos satuda tatnbién at pasar. Las lietoínas de Bjorn-
son. de Jonas las bijas del comandante Jakobsen,
de Lott'lct, quieten también entrar en la nueva senda.
Ltcna de inquietudes avanza indecisaJenny como si
escucharaaún en su alma la voz de la mujer del pasado.
Como ta Tania de Nadgcodskaia, Jenny abandona al
padre det hijo que espera, temerosa de que la materni-
dad haga mucho más fucttcs los lazos que empiezan ya
a aprisionarla. Audazmente continúa su camtno; peto
la voz de mujer del tipo viejo le recuerdael pasado, dcs„
pierta en ella sentimientos y concepcionesya olvidados,
Jenny detiene su marcha, mira hacia atrás y desfallece...
Pero a su lado pasan figuras siempre nuevas de mu-
jetes que despiertan, que se rebelan, que buscan el nuevo
caminos La dulce y encantadora silueta de Francoise

«'irent t.a se ba atrevido,


WinnKben\ot En la de ta vida.
Ft sagrado.
O, Rounowt
Shaw: La Obra de Fanny,
Solitarias,
34 ALEJANDRA
Houdon (l), la que sabe sentir un
Christophe y una pasión por otro; amot-
la de
hierro y alma sensible y delicada. A
de vida y tan real, de la trabajadora
cecilia (2)
nora que
•'conquista" está contenida toda la ' en su t
'verdad
sufragista Julia France (3), la emigrada
ne (4), la muchacha judía que logra rusa María a •La
ciudadanía norteamericana y lucha para los derec
posición segura, y así todas las heroínas deconquistar
(5), Gabriela Reuther, Sarah Grande y Rikarda
nas del mundano Marcel Prevost (6). hasta las
Son tantas las heroínas del nuevo tipo,
pletamente imposible citarlas ¿n este breve que es
cisamente el hecho de que sean tantas las estudio.
pertenecena este nuevo tipo, que crece todos mujeres
los
nuevas fuerzas, aunque algunas de estas nuevasdías
aparezcan bajo una forma figura
banal y en literatura
de fo.

( I) Romain Rolland: Jean Christopre.


(2) Romaia Rolland: Jean Cbnstopbe.
(3) G. Aterton: J alia France y sa epoca.
(4) Marie Antine: La tierra prometida.
(5) Por ejemplo: Rosa de Vita Omniun breve.
(6) La mayoría de autores citadcs en esta reseña.coa
Machas de sus obras care:en de verdadero valor artístico; pero cfrt
cen an punto de vista incomparablementemás cxacto para ei fin que
proponemosdemostrar en estas páginas, qae las cbras de los escritores
caliz•, superioresen general por su valor literario. Casi todas
las escritas poz mujeres contienen trozos puramcnte biograficc• q.e
precisamentelos que mayor interés tienen para Aquellz
que nos descubran dc
que reflejensin artificio la verdad de la vida. las
contemporánea.
maneramis exacta la psicología de la mujercomplicaciones y
sus problemas. sus deseos, contradi:c iones. material.en d
serán las que mejo: nos sirvan para enriquecer nuestroque las mujeres
tudio del nuevo tipo de mujer en formación. Desde creadospor qu
ras han depdo ¿e imitar ciegamenteIcs modem alma femenina
se ban atrevido a descubrir los misterios del artistas más geciaks;
ahc•a habían permanecidoocultos incluso para los en su
de que las mujeres escritoras ban ' empezado a expresar
gua" sobre Ica problemasde 'majer••. sus cbras. aanqcetienen
gaza veces de la belleza exterior de la creación artística.
trabap
y ana significación especial. En suma. tcAo• estos tipo en
a a la zujet •'célibe••.a la mujer del nuevo
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 35

l!etín, es signo de que la vida crea y forma sin cansarse


el nuevo tipo de mujer.
La mujer nueva trae consigo algo que nos es comple-
tamente extraño, que a veces llega incluso a repugnarnos
por su originalidad.Contemplamosy buscamoscn este
nuevo tipo de mujer los rasgos queridos y conocidos de
nuestras madres y abuelas. Ante nosotros se alza, cu-
bticndo totalmente el pasado, un mundo de emociones,
de sentimientos, de necesidades,completamente nuevo.
¿Dónde encontrar la encantadora sumisión femenina, la
dulzura de nuestras mujeres del pasado? ¿A dónde ha
ido a parar aquel su talento especialpara "adaptarse" al
matrimonio, para saber desaparecerincluso ante un hom-
bre insignificante, para cederlesiempre el primer puesto
en la vida?
Tenemos ante nosotros a la mujer-individualidad,
una personalidad que tiene valor propio, con un mundo
interior suyo, una personalidad que se afirma, es decir,
en suma, a la mujer que arranca las enmohecidascade-
nas que aprisionan a su sexo.
36 ALEJANDRA ROLONTAY

11

¿Cuáles son, pues. los rasgos característicos,


s psicológicas los sen.
de
que nos permiten clasificarla, dc acuerdo con la mujer
mia interna, dentro de la clase de "mujeres su fisono-
La característicatípica de la mujer del célibes"?
sidcrada además como su mayor ornato y pasado,con-
predominio del sentimiento. La realidaddefecto,erael
no, que ha arrastrado a la mujer a la activa contemporá-
luchapor
la existencia, la exige ante todo la cienciade saber
sus sentimientos y los numerosos obstáculos de vencer
social que se interponen en su camino, así como laorden
capa-
cidad de fortalecer su espíritu poco resistente,su espíritu
que cede con demasiada facilidad, por medio de la vo.
luntad. Para conservar los nuevos derechosconquista-
dos, la mujer tiene que realizar un trabajo de autoedu-
cación mucho más profundo que el del hombre.Sobrela
Josefa de la novela de llse Frapan, Trabajo, pesansom.
bríos pensamientos, graves cuidados. Sus débilesespal-
das no pueden sostener la pesada carga de la vida.Jose-
fa quisiera poder sollozar, llorar por sí misma,entregar-
se a su dolor como lo hacían las mujeres del pasado.Pero
el trabajo en la clínica, su trabajo, ordenado, divididoen
horas, no admite espera. El trabajo de la clínicano esun
trabajo que se puede dejar para otro día, como los que-
haceres de la casa o el remendar la ropa de lossobre niños,

Josefa tiene que hacer el esfuerzo de voluntad
misma a que el hombre está acostumbrado, pero que era

completamente desconocido de las mujeres de los tiem-

hacer el esfuerzo de esconder su


pos pasados; tiene que a
vida privada como detrás de un muro y presentarse

¿rabajar a la hora en punto, como siempre. todasg


Matilde ve morir a su hijo, que constituye
LA MUJER S*CEVAY LA SE.XVAL 37

alegría, y que es todo lo que le ha quedado de su ar-


dienteamor. Peto su oficio la ata con todas sus fuerzas
a! tallet y sus dedos prácticos trabajan, como siempre.
sin tompQt cl hilo.
La realidad contemporáneaexige de una manera,im-
que toda mujct que se ve obligada a trabajar
ut',oficio o profcsión, cn cualquier trabajo que la lle-
va fü:ta del posea 'caa autodisciplina,una fucrza
de voluntad necesariapara saber vencetsus sentimientos,
cualidades sólo podían encontrarsede una manera
excepcionalen las mujeres del tipo antiguo.
Los celos, la desconfianza, la absurda ' 'venganza fe-
menina" cran los caracteresdefinidos de la mujer dc tipo
antiguo. Los celos son el sentimiento que origina todas
las tragediasdel alma femenina.Es cierto que los celos
constituyen también una tragedia para el hombre, pero
no debemos olvidar que Shakespeare no eligió para su
0=10 un inglés disciplinado, educado, ni un veneciano
de inteligenciarefinada, sino un moro dominado por las
pasiones.
Precisamente es la dependencia de la mujer con rela-

cién a sus sentimientos lo que la ha arrastrado a expresar


mons-
su odio por una rival en formas verdaderamente
truosas, con lo que no ha hecho más que sacar a la su-
perficie sus cualidadesmás bajas de "esclava". Si la he-
roína no desfiguraba a su rival con vitriolo en todos los
casos, no dejaba por lo menos de arrojar sobre ella el ve-
neno de la calumnia.
mujeres del tipo nuevo no presentan la reivindi-
Las
cación de la propiedad de su amor. Al exigir el respeto
tienen que apren-
a su propia libertad de sentimientos,
der a admitir esa misma libertad en los demás.Es real-
mente interesanteobservar la actitud de las heroínas de
una seriede novelas contemporáneas con respecto a una
rival. Las mujeres del tipo nuevo no emplean vitriolo
ni la calumnia. En su lugar nos encontramos con una
actitud llena de delicadeza comprensiva hacia la otra mu-
Keto.NtAV
38
ta rival, en ta Va,
Fr, hacia ier
y ta que
no s.' Altan. sino que encontrar un
ten
no que en muchos puntos se
comun y íntitltatuente unt€las qua
cuentan entre sí mas
que las aman, Itera cuando
cómo •'él" ha herido et su
dc
stcnCe conoce los
sufrimientoselesu rival, cuando le cuenta que
amado la consideraba como una que te pertenecia
, y que no tenta pata etta la
"legalmente' ternura
confortadora. Maia se siente por ta
cha a mujer", porque sabe sentir atlá de tos lis
mites propiamente individuales. En Maia se manifiesta
ya un sentimiento completamente desconocido de ta mu.
jet del pasado: cl sentimiento de colectividad, de com.
pañerismo.
Igualmente característicaes la actitud que Maia adop.
ta ante la traiciónabsurdae inútil de su segundomati.
do. Maia no se desmaya ni arma un escándalo al entes
tarse. Simplemente corre a refugiarse al tado de tas cas
mas de tos hijos de la primera mujer de su marido. Las
cabecitasdormidastienen el poder de disipar su tristeza.
Después a su hogar solitario.
filaia tiene frío. Enciende el fuego. se atropa en un
chal y se imponea si misma la lectura de un lit'to inte
resante, Así logrará librarse lo m.is rápidamente pcxsibte
de si misma, de sus propios pensamirntos; así
tá el equilibrio necesario.
Irina, la heroína de la novela de Ktedo En la niebla de
la vida,aceptano solamentela antigua unión de Victor,
sino que le exige con respecto a su rival una actitud de u
licada. Todo lo contrario sucede cuando Victor, ente•l
rado del pasadode Iriaa, le ha dicho con tono de macho/
ofendido: "¿Qué número hago yo?" Quiero saberlo
¿Han sido muchos?" Víctor es un hombre de vanggat•
dia. un escritor; pero dentro
de el. lo mismo que dentro
LA MUJER NUEVA Y LA MORALSEXUAL 39
de los otros, la "bestia" es más fuerte que en la insig-
rificante Irina, que sólo es interesante porque ella tiende
sus brazos hacia la nueva verdad de la vida.
En el nuevo tipo de mujer nueva, ' 'la mujer celosa"
es vencida cada vez con mayor frecuencia por "la mu-
jer-individualidad". Otro rasgo característico de la mu-
jer contemporánea consiste en las exigencias, cada vez ma-
yores, que plantea al hombre. La mujer del pasado esta-
ba acostumbradapor su amo y señor,durante siglos y si-
glos, a olvidarse de sí misma, a descuidarpor completo
su pequeño mundo espiritual.La mujer del pasado no le
daba ningún valor a su personalidad,acostumbradaa
las sonrisas indulgentes que los hombres tienen para sus
debilidades y penas de mujer. Por esto se resignaba sin
protestaa que su compañerono prestasela menor aten-
ción a lo que pensaba y sentía. Todavía en nuestros
tiempos nos asombramos de que solamente algunos hom-
bres extraordinarios sepan comprender a la mujer, aun
en los momentosde mayor intimidad. La causa de casi
todas las tragedias familiares de todas las épocas ha sido
la actitud superficial de abandono del hombre hacia el
"yo" femenino.
Los donjuanes con experienciasabían tomar el cuer-
po de la mujer: pero también se apoderabande su alma,
para lo cual representabanhipócritamentela comedia de
la "comprensión"; afectaban un interés lleno de amor
hacia el "yo" insignificante de la mujer, al cual su ma-
rido, más sincero, no prestaba la menor atención. Pero
como los donjuanes venían y desaparecían,y el señor
legal se quedaba, la mujer iba reduciendosus necesidades
y exigencias,obligada durantesiglos y siglos a adaptarse
a la vida, hasta llegar a convertir su concepciónde la fe•
licidad en la satisfacciónde las cosas exterioresy concre-
' 'Él" le regalabasortijas y pendientes: le llevaba
flores y bombones. No hacía falta otra prueba de su
amor. Si se portaba con relación a ella de una manera
KOLONTAY

si imponía una serie de


ita y despótica,
su derecho, cl derecho de amo de
igendas,cra
contemporánea se hace exigente. 3
-a mujer a Desea
respetoa su personalidad, su almat pretende
cl consideración su "yo". No consiente
se tenga en el
el amante de Maia le
spotismo.Cuando ella no le obedece, él prohibeque
Atecn conciertos y decide, pata
no escribirla durante dos semanas. Este
stigarla", acto
sentimiento hacia su
,ató en Maia todo a ella, que le ha amante.
10 puede castigarla entregado libte.
acnte su corazón?"
En esta lucha de la mujer moderna para proteger
ibettadinterior,hay algo que recuerda a las mujeresde
las antiguasleyendas,a las mujeres de los tiempos
roicos. "Se ha cumplido tu voluntad, pero yo ya no soy
tu mujer", increpaRosamunda a su real esposocuando
le obligaa beber en el cráneo de su padre, asesinadopot
él. Y en boca de Rosamunda no son estas palabras una
simple amenaza. Rosamunda mata a su marido, a quien
había amado apasionadamente hasta aquel momento.
La mujer contemporánea perdona muchas cosasqu
para la mujer del pasado eran las más amargasde pe
donar. Perdona la incapacidad del hombre pata ptopc
cionarla un bienestar material; perdona una falta de ate
ción de orden exterior con respecto a ella; incluso p
de perdonaruna infidelidad; pero, en cambio, no 0
daránuncani aceptaráuna falta de atención con tesp
a su "yo" espiritual,hacia su alma. Si su amigo r
capaz de "comprenderla", sus relaciones pierden pa
mujermodernala mitad de su valor.
CuandoChristaRouland le pregunta a su ama
que piensasobre las mujeres, contesta p
con unas bromas
y éste le
ligeras,
y luego en una forma
corriente,Chtista
tiov No experimenta un alejamiento inv
puedecomprender cómo que hi
conquistatsu el hombre
corazón a causa del interés que ha
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL

trado por su ' 'personalidad",por su "yo" espiritual,


puede mostrarse tan "sordo" y no comprender la enor-
me importancia que para ella tenía el oírle expresarse
en otra forma. Lo que Christa no puede perdonar a
Frank, y lo mismo les sucede a todas las mujeres del
nuevo tipo, es el cambio que experimentael hombre des-
pués de la posesión. El hombre temeroso de perder a la
mujer amada tiene que extinguir en clla, aun en aquella
mujer querida precisamentepor el audaz vuelo de su es-
píritu, por la independenciade su pensamiento, el "fue-
go sagrado" de la investigación. Se esfuerza, colmán-
dola de caricias, en convertirla sólo en un objeto para
su placer, para su goce. Christa Rouland observa, llena
de asombro, cómo el mismo Frank, que quería arrastrarla
a ia esfera de sus propios intereses espirituales, que soña-
ba siempre con una actividad realizada en común, empie-
za a separarse de ella, a vivir en un mundo intelectual ex-
clusivamentesuyo. Ya no se trata de un trabajo realizado
en colaboración. En aquellos momentos en que Chris-
ta toma parte con gran interés en el trabajo de su pen-
samiento, Frank no ve en ella más que a la mujer, tanto
más seductora por ser más fina y espiritual. Christa sien-
te que su espíritu, su capacidadpara elevarsecon él hacia
las altas regionesdel pensamiento, no hacen más que au-
mentar su deseo sexual hacia ella. La mujer del tipo
nuevo perdonará la ofensa hecha a la "hembra", pero
le será imposible olvidar una simple falta de atención
hacia su personalidad.Lo mismo sucedecon la exigencia
de la mujer moderna de que el hombre por ella elegido
tenga una formación espiritual, cuestión de la que nos
habla también Vera Nikodinovna. ' 'En la mujer
piensa Vera — la inteligencia, aun cuando sea de la me-
jor calidad, no juega más que un papel de Segundo orden.
Lo esencial en la mujer es la base moral. Precisamente
el estudio y las lecturas desarrollan esta base moral, la
hacen más atinada y aguda. En los hombres esta base
moral, por el contrario, se cristaliza, y cuando se desa-
KOLONTAY
ALEJANDRA catts.i de que sea-
débil. Esta es cor.tprcnden casi
maneraos hombres
de I
mujer de sentirse amada. no
tiene la sino por el contenido es.
necesidad
La peor' eterno femenino,
cl tiene de sí misma co-
más conciencia cuerpo de por
natural.cuando "Maldigo mi
cs individualidad.
ver quehay dentro de m, algo mucho
No podéis
sui:ulpa. de Nadejda Sanjar. Esta pro-
de Ana.
libro Notasen una u otra forma. la repiten Jas heroí-
testa.expresada nacionalidades. Hasta el alma sencilla
nas de todas las protesta de que se quiera hacer
Gorki,
de la T atina de un instrumento de placer.
de ella simplemente
poseído Pero yo no quiero,yo no
•'Me hubiera sin cariño. como los perros. . i Qué
quieroque sea así, los hombres ! "
serestan bajos sois todospersonalidad de la mujer, cuan-
Cuandomásviva es la
do se sientecon mayor intensidad corno •'ser humano",
másfuertetambiénsiente la ofensa del hombre que. '-on
unamentalidad formadaal correr de los siglos. no sabe
percibirdetrásde la mujer deseada una individualidad
que despierta.
Las exigenciasque con respecto al hombre tienen las
mujerescontemporáneas
de las novelasde nuestraesépocala causa de que las hezo:nas
Sióna otra,quedejenun amor se entreguen de una pa-
lorosolucharpor el logro por otro amor en un do-
moníade la pasióny la de un ideal inaccesible: la ar-
ctonentreel amory
la
afinidad espiritual, la concilia•
pañerismoy de la libertad, la unión nacida del com-
Maia,la infatigable
independencia recíproca.
"Mi másardiente
no quisiera deseoexplotadora
es de la dicha. exclama:
encontrar un hombre del
minalas separarme nunca." que
relacionescon
piraa lograr Y la ' 'vagabunda" ter-
su amigo,
el inextinguible únicamente porque as-
ideal de una unión
amoro-
completa, engaña tod"4
estas dg un perfecto '/
lleno de armonía, tienen que tornper
105 del anjor y de nuevo en de
vación de nucÓo, ee que
doras olvidan que lo que 041rnenteetan
tanto afán no podrá en un porvenir
muy lejano, cuando loo botnbreo dt
nuevo 106
milarse de orgánic;i idea de en toda
onión amorot;acl primer pucoto le cortg;ponde aj
paíierismo y a la libertad,
la jnujer del pasarlo no o,ibía"predar ja independen-
cía pernonal, Peto / le hubiera octvídti de alzo apteciaf•
la? No hay nada dolorooo,nada goe dé una mayor
sensaciónde impotenciaque una espogao un amante
tipo de mujer del pagado abandonada, Cuando el bom-
bre la abandonaba o ge moría, ja mujer no 'ojarnente
perdía gu existencia material, gino también su único apo-
yo moral, La mujer del pagado, incapaz de enfrentarse
sola en la vida, tenía miedo a Ja soledad y por eco esta-
ba siempre dispuesta a renunciar, en cuanto ge le pre-
sentaba la menor ocasión, a gu ínútíJ y desagradable ín-
dependencia.
La mujer del tipo nuevo no solamente no tíene miedo
a Ja independencia,sino todo lo contrarío; cada día
cia m,5s su valor, a medida que sus intereses apte-
sobrepa-
san los límites impuestos por Ja familia, el bogar
amor, Así no bay nada más eopanto»o para Vera y el
kodínovna que Ja dependenciamaterial con Ní-
respecto al
hombre: "10}), si yo dependiera de un hombre,
viera precisadaa escogera uno para que fuera sí yo me
Y me mantuviera, ésta sería mí mayor detzracía mí marído
dice a una amiga. Para Vera, el tener
pietarío y dueño de gu alma" es un un marido "pro-
pensamiento tan te-
rrible como la cárcel para ej prisionero
conquistarla que ha logrado
libertad con la buída, "Jamás
continúa
ALEJANDRA KOLOUTA•t

vera aceptaré ega esclavitud


He pagado
una experienciasemejante
•'[Has estado casada?"
"'No, no me he casado nunca; pero he
vela, be tenido una pasión." vivido mí
La mujer del tipo nuevo se siente
encadenada
tcriores, La mentalidad del hombre "delm que
lazos
pacado"
todavía se manifiesta viva, crea lazos morales
menos sólidos que las cadenas de forma que no que
Por tanto, las nuevas heroínas de externa.
huyen obstinadamentede todo aquello que nuestraliteratura
las, aunque nada más sea exteriormente, al pudieraatar.
do. La dependenciamaterial de la mujerhombreama.
al hombre, su completa impotencia para con respecto
el mundo sin ir apoyada del brazo de unenfrentarsecon
gaba a la mujer del ' 'pasado" a preocuparsehombre,oblí-
ante todode
concretar sus relacíoncscon el hombre, a consolidar
alguna forma las relaciones amorosas. Sólo entonces en
sentía segura esta mujer del nuevo tipo, obligadaa
solver por sí sola los cuidados materialesde la vida,ob-te.
serva una actitud negativa o indiferente ante todasestas
formalidades que para ella no tienen objeto. Estenuevo
tipo de mujer no tiene ninguna prisa en dar una forma
determinadaa sus relacionesamorosas. Cuando la amiga
de Renée, en La Vagabunda, le interroga sobrequéclase
de relacionestiene con el hombre que ama, si una unión
legal o simplemente una unión amorosa momentánea,
Renée no puede contestarle más qué con un movimiento
de hombros.
' '¿Noso:ros? Nosotros sencillamente nos amamos.
"Bueno, pero, ¿y el porvenir"? iOh, Margot excla-
ma Renée— yo no pienso en el porvenir!"
Hasta ahora el contenido fundamental de la vidade
la mayoría de las heroínas se reducía a los sentímíent«a
del amor. El amor bastaba para dar colorido incluso el
una vida llena de privaciones de orden material.Por
t. A 45
SF.XV'AL
la auevncia amot hacia robre y vac\a ta
una Ni tas estertores. ni tos ho•
tu tas atestas ta maternidad podian
pata la muye la de un amot dichos
Si una musar no amaba. ta vida se tc
cia eemo su aparecía tan vas
Esta cs una de las característicasque
una ditettneia neta entre ta mujer del pasado
y el En al lado de la vida dc su co-
ta:ón. existia una actividad particular. Mien•
ttas que ta mujer languidecíaespetando a •'él", al hom-
éste luchaba contra el destino, en un mundo desco-
nexido pata la mujct. y, pot lo tanto, incomprensible.
La mayet parte de las tragedias psicológicasdc las relacio-
nes entre homt'te y mujer tenia por causa cl que el
ansiadamente espetado, al tegtesat a su casa des-
pués de una ausencia debida a los negocioso al trabajo,
sacaba los pap«lcs de la carteta, comía de prisa y corrien-
do pata marcharse a alguna teuniÓn, o se entregaba ávida-
mente a la lectuta de un libro en vez de dedicar toda su
atención a la mujer que con tanto afán le había esperado.
La mujer no podia comprender esta actitud del hombre,
y su corazón estallaba en reproches. Ella había dejado
sin acabar, por esperarle, una blusa; había abandonado la
comida a medio hacer; habta acostado a los niños con el
único fin de estar sola a su lado, para hacerle olvidar
los asuntos, los trabajos y la política. Las mujeres de
todas las clases sociales sufrían igualmente por esta in-

( l) Es característico observat cómo la maternidad ha sido siempre


consideradacomo el último refugiode la felicidadde la mujer. Si el ma-
trimoaio no le babia hecho feliz. si la mujer se veía obligada a renunciar
a una union o enviudaba. quedaban entonces como último •'refu-
Sio•• cuidados y las alegrías de la maternidad. La maternidad sólo tara
vez eta consideradacomo un fin en si misma. Solamenteya cerca de la
vejez se despertabanen la mujer los sentimientosatávicos de la "raza",
sólo entonces aparecía la familia cor algún sentido en la vida, y se con-
vertía en un ídolo. que adoraba. y para el que exigía además, de una ma-
neta despótica. la adoración de los octos de la familia.
ALEJANDRA KOLONTAY
46
hombre y de sus intereses;
del actividades estaban porqut
comprensióncomo sus situados
completamente desconocido.
el hombre cilas De aquí n,
mondo para limites de todo nido familiar. La falta mujer con res
Jos del hombre cra
tante dc dc la psicología igual de encontrar en
comprcnsión que cn la muJer del
dcl profesor
mujer del obrero que en la funcionaro
del
La Irroína
Io rnzsmo
en la
de la csposa ofendida: "iOtra emp:eado'b vista amorosa
pone ir a verla
La cxclamación
aborrecible reunión!' ', acompañaba y ve
aun acorn. terrumpe, casi
vas a tu mismoal marido banquero que al proletar{o. felicidad :
pañalo a medida que la mujer intervieneen •'—No ven
Sin cmbargo, el
vida social, a medida que •
movimientode la mecanismo de la vida se conviene Desptl
del económica, Él no sabí'
en resorteactivo Los muros de su casa, que
horizonte se ensancha. anta ' 'Pero es qt
todo el mundo, se derrumban,
encerrabanpara eliainconscientemente acostumbrado
al principio, mis gustos,
mujer se apodera, de los intereses que poco antq
acabarpor asimilárselos, desconocidos e incomprensibles. Mañana, preci
le eran completamente
¿Es que este
El amor deja de ser para la mujer el contenidoúnico robarme mis
de su vida, empieza a quedar relegado a un lugar secua; ha despertado
dario, como sucedecon la mayoría de los hombes.E: e independenc
cierto que las mujeres del nuevo tipo pasan algunospe; Esta confes
ríodosde su vida en los que el amor o la pasión llena la psicología
por completotoda su alma, su inteligencia, su corazó capaz de retra
y hasta su voluntad; en épocas en las que todos losd deseada, un
más interesesde la vida palidecen o quedan relegados únicamente pe
un segundo término. En estos momentos, la mujerd mañanas, úni
tipo nuevopuede también vivir lo mismo que las muji das, robadas
res del pasado. Pero en la mujer moderna, la pasión, mo era posib
amor, no ccnstituyen más que una parte de su vida,cuy horas perdida
verdaderocontenido es algo más •'sagrado" y a cuyar& dsakia, duran
lización se entrega; es decir, un ideal social, el estudi tinuamente a
de la ciencia, una vocación o el trabajo creador. Estaf! dad.
nalidadde su vida es en general para la mujer moderg "Decididan
algo mucho más importante, mucho preciado,mi rogaré a Starl
cho más sagrado que más
todas las alegrías del amor y qi Y protesta an
todoslos placeresde vado en las
la pasión.
LA MUJER NUEVA
Y LA MORAL SEXUAL 47
De aquí nace la actitud
mujer con respecto al trabajo,completamentenueva de la
encontrar en las heroínas de losactitud que era imposible
buenos tiempos pasados.
La heroína de Bennet ha
vista amorosa con el hombrecelebrado la primera entre-
amado.
pone ir a verla al día siguiente por la Cuando él le pro-
mañana, ella le in-
terrumpe, casi con espanto, a pesar de su
amor y de su
felicidad :
' '—No vengas hasta despuésdel almuerzo."
•'-—1Después del almuerzo. ¿Por qué?"
Él no sabía qué pensar.
"Pero es que durante cinco años de mi vida yo me he
acostumbrado a scr la dueña de mis propios actos. Todos
mis gustos, mis costumbres, mi régimen de vida están
ya establecidos. Nunca recibo a nadie antes del almuerzo.
Mañana, precisamente mañana, tengo mucho que hacer.
¿Es que este hombre, como un conquistador,vendrá a
robarme mis mañanas de trabajo? Sin darme cuenta se
ha despertado en mí una sorda :nquictud por mi libertad
e independencia."
Esta confesión nos revela una nueva característicade
la psicología dcl tipo de la mujer nueva. Una mujer es
capaz de retrasar por su propia voluntad una entrevista
deseada, un encuentro que la hará dichosa. Y hará esto
únicamente porque está acostumbradaa escribir por las
mañanas, únicamente porque le duelen las horas perdi-
das, robadas al trabajo. Para la mujer del pasado, ¿có-
mo era posible que las horas entregadas al amor fueran
horas perdidas? Tanta, la heroína de la novela de Nagro-
dsakia, durante la luna de miel con Stark, se siente con-
tinuamente atormentada por la conciencia de su ociosi-
dad.
"Decididamente, quiero reservarmeel día de hoy. Le
rogaré a Stark que me deje sola." Pero Stark se indigna
y protesta ante su proposición. Este papel estaba reser-
vado en las novelas del pasado a las heroínas.
KOLOÑTAY
ALEJANDRA
48 en un tono de niño
dice
día sin ti",le estaré quieto."
"Todo un molestaré". Me Y lu
"Ño tc "Empiezo a odiar tu art
añade:
poco después, difícil luchar." Tania cede
un
go, rival con cl que cs trabajo abandonado
Es un conciencia del
más, pero la para Tania entregarse con
vez No es posible sus goces amorosos,
martiriza. hallar la calma en
nitud ai placer, sufrir las consecuencias.
tiene que
su trabajo trabajado escribe Tania dichosa
"Hoy he con alegría, casi sin interrupción,
trabajado ávidamente, mañana". Y la reseña de es-
horas de la
desdela primeras está escrita en un tono claro y alegre.
te día de trabajoestas líneas que el ser de Tania se ha li-
al Icer
Se sientetemporalmente de la embriaguez de la pasión y
bertado mismo. Con la paleta
encontrado de nuevo a sí
se ha emrcgada al trabajo, ha despertado
en la mano, Tania,
sueño y se ha dado cuenta de repente de que in-
de su
dependientemente de ella y de Stark, más allá de su at-
el éxtasis, existe un
mósferade pasión que los lleva hastacon sus propias ale.
mundo, lleno de colores y placeres, acuerda
grías y sufrimientos. De repente, se de su ami-
go \Vebery lamentasu abandono. No es posible encon-
trar una mujer del tipo antiguo capaz de lanzar un sus-
piro de alivio, a la manera de los hombres, al verselibre
de la embriaguezde la pasión y reanudar el trabajo aban-
donado, al apreciarde nuevo el valor de su existenciain-
dependiente,de su propia individualidad.
El mayordolor para la mujer del pasado era la pér•
dida o la traición del hombre amado. Para la mujer nueva
la mayor desgraciaes la pérdida de sí misma, el renun•
ciamientoa su propio "yo", sacrificado al hombre ama-
do, a la fehcidaddel amor. Las mujeres del nuevo tipo g
sublevan,no sólo contra las cadenas exteriores, sino tam-
biéncontrala "esclavitud amorosa en sí". Tienen miedo
a las cadenasdel amor con que
la psicología deformada dt
nuestraépoca aprisiona a
perderse los amantes. Acostumbrada a
totalmenteen los torrentes de la pasión. la
LA MUJER NUEVAY 49
jet, aun la mujer dcl nuevo tipo, va al encuentro del amor
casi siempre con un sentimiento de ansiedad, temerosa de
que la fuerza del sentimiento despierte en ella Jas tenden•
oas atávicas, ' 'de mujer resonancia del hombre", teme•
rosa de que la pasión la obligue a renunciar a si misma,
a abandonar su trabajo, su vocacióny la finalidad de gu
vida, Ya no se trata de la lucha por el derecho al amor,
sino de la protesta contra "Ja esclavitud" moral de un
sentimiento que exteriormente puede ser libre, Todo eg-
to significa la ' 'rebelión" de las mujeres de nuestro perío-
do de transición, la4 cuales todavía no han aprendido
a conciliar la independenciay la libertad interior con la
fuerza renovadora del amor,
La mujer del pasado, cuando se alejaba del amor, se
sumergía en el mundo incoloro de su vida gris y pobre de
contenido. La mujer del nuevo tipo, cuando se escapa
del cautiverio amoroso, recobra su libertad con alegría
y sorpresa. ' 'Ya terminó la servidumbre del pensamien-
to", escribe triunfalmente la heroína de Kredo, después
de haberse convencido de que ha pasado la embriaguez de
la pasión, de que ya terminaron todos los sufrimientos,
la agitación y los temores. Otra vez se siente libre, y,
despuésde todo, su corazón no está destrozado a pesar
de que el hombre amado ha desaparecidorepentinamente
de su alma. Irina se regociJacuando "siente que recupera
las fuerzas y la energía, fuerzas y energía que disminuían
siempre que intentaba penetrar en las profundidades de
un alma extraña a la suya, esfuerzoque le daba una sen-
sación de humillación. Por eso el despertar de Irina es
alegre."
Libertarse del cautiverio de un pensamiento ajeno,
escapar al dolor y al sufrimiento, volver ' 'a sí misma",
encontrar de nuevo la personalidad perdida constituye la
mayor felicidad para la mujer-individualidad; senti-
mientos éstos incomprensibles y desconocidos para las
mujeres del pasado,
Ha sido necesario para que no fracasen todos los
ALEJANDRA KOLOÑTAY
50
sentimientosde la mujer en el momento
Vida, que se en
bre seapartaba de produjese
una
cjcse poderosamente su Vida intelectual y
capital de valores que ll tiqu
acumularun propios.
te porque la Vida de la mujer nueva no se Precisa
tiene en su alma una reserva reduce mel
porque de necesidades a a
e
nuestro criterio de apreciación sobre la
la mujer. Durante muchos siglos la mujer personalidad
ha sidov
lorada, no por las propiedades de su alma, sino
virtudesfemeninasque le exigía la moral
la virtud sexual.
burguesa
haber perdón para la mujer que había pecadoNo
código de la moralidad sexual. Por eso los segun
evitaban, con todo género de precauciones, lanovelistu
dc sus heroínas preferidas, mientras que dejaban '•caida•a
otras "pecasen" como los hombres, aunque éstos no quelas
diesenpor ello su valor moral. per.
Las heroínas de las novelas contemporáneas, las
jeres del nuevo tipo •'célibe", infringen a menudo
prohibicionesdel código corriente de la virtud sexualI
sin que el autor ni el lector consideren como •'tiposvi
ciosos'.'a estas heroínas. Admiramos a la audaz Mag
da, de Sudermann, aun cuando esta muchacha haya "pe
cado" varias veces. Matilde, la heroína de Hauptman
nos conmueve a pesar de sus amoreS ilegítimos y de qu
tienehijos de varios amantes (l). En la mayoría deI
hombres se da este caso y, sin embargo, los ' 'respeta
mos" lo mismo.
Sin darnos cuenta de ello, hemos experimentadou
cambio en nuestra psicología en lo que se refierea la

dt
(l) Las aventuras amorosas de Matilde no impiden que dejemos
sentimot
respetarsu personalidadíntegra y pura. Lo mismo que Matilde,pero qgt
una piedaddespreciablepor su hermana Marta. cbrera como ella. entre
con dinero de cada aventura amorosa. Hay todo un abismo
libertadde Matilde, y la venalidad de Marca.
LA MUJCR Y Moruc
moral nueva en formación, que bace cincuenta año'
calificábamos como una "mancha" imborrable en una
muchacha soltera o en una mujer, hoy lo consideramos
como un hecho que no necesita ni jugtíficací6n ni per-
dón, Jorge Sand tuvo que defender el derecho de la
mujer al abandonar a su marido por un amante elegído
libremente por su corazón, En la paradisíaca Inglaterra,
Grent Allan todavía ha tenido no hace mucho que tornar
bajo su protección a la madre soltera, Pero a medida
que la mujer se hace independiente,cuando deja de depen-
der de un padre o de un marido, a medida que participa
al lado del hombre en la lucha social, el viejo criterio re-
sulta completamente inútil.
La acumulación gradual en la mujer de caracteresy
sentimientos morales humanos nos enseña a apreciar en
ella, no sólo a la representantedel sexo, sino también a
una individualidad. Al mismo tiempo desaparecela an-
tigua valoración que consideraba a la mujer como la
hembra capaz de asegurar al marido un retoño legal.
Primeramente la vida nos enseña a aplicar esta medi-
da sólo a las ' 'almas superiores"; por esto perdonamos las
infracciones del código corriente de la moral sexual a
las artistas, a las mujeres de talento.
"Pero ¿por qué han de ser solamente las almas supe-
ríores las únicas que gocen de estos derechos?'', pregunta
con razón Bebel.
"Si Goethe y Jorge Sand tomemos estas dos perso-
nalidades como ejemplo, aunque sean muchos los que
obraron del mismo modo se atrevieron a vivir confor-
me a los deseosde su corazón; si las aventuras amorosaa
de Goethe llenan volúmenes enteros, devorados con un
entusiasmo respetuoso por admiradores de ambos
¿por qué condenaren otros lo que precisamentenos ea-
canta en Goethe y Jorge Sand?".
52 ALEJANDRA
ROLONTAY
Seguramentenos burlaríamos
fueron capacesde negarse a de
Betnhardt o de abandonar un estrechar la hipó
espectáculo
Pero, sin embargo, cuando se trata manocritax
de S
vacilamoscon frecuenciaantes de
sonalidad,y dudamos de l.a actitudde reconoce
que
Si verdaderamente estuviésemos
a estas mujeresla medida moral de decididos
los tiempos
c azar todas aplicar
mujeres más bellas y humanas de las figura
pagadog
poránea. Mientras que las mujeres la a
en el respetoa la pureza inmaculada del pasado,
forzaban en conservar "su virtud" yde la virgen,
mente que esconderY disimular los tenían necesaria
dores de las necesidadesnaturales desentimientos
su revela.
característicode la mujer del nuevo tipo cuerpo, el rasgo
de sí misma, no solamente como es la
individualidad,afirmación
mo representantede su sexo. La rebelión sinoco.
contra la falsedad de la moral sexual es uno de las mujerea
de losras.
Tiene que ser así, porque en la mujer, en la
vida fisiológica juega, contrariamentea las madre, la
concepciones
que le han inculcadode una manera hipócrita, un papel
mucho más importante que en el hombre. La libertad
de sentimiento, la libertad de elección del hombreama.
do, que pueda llegar a ser el padre de los hijos de "ella",
la lucha contra el fetichede la moral hipócrita,talesson
los puntos del programa que realizan de una manera si.
lenciosalas mujeres del nuevo tipo. El rasgo típicode
la mujer del pasado era el renunciamiento a la atracción
de la carne,la "máscara de la pureza", inclusoen elde ma•

trimonio. En cambio, la mujcr nueva no abdica su

naturaleza de mujer, no huye de la vida ni de sus ale

grías "terrenales", que la realidad, tan avara en sonrisas


madres sin esttt
le concede.Las heroínas modernas son amante;suVI'
casadas;abandonana su marido o a su
LA >W'EVA LA MctAt, StXUAt. 53
¿a pedc set rica cn aventurasamorosas,y. sin embargo.
ni ellas mismas ni et autor o el lector contemporáneo
las consideran como ' 'criaturas perdidas". Las aventatag
amot libre y sinccto de Matilde, de Olga, de Maía,
una ética propia, quizás más perfecta que la pasiva
virtud de ta Tatiana de Puchkin (l) o la moral perezosa
de Lisa de Turguencv (2).
Esta es la mujct moderna: la autodisciplina, en vez
de sentimentalismo exagerado; la apreciación de la
llFtttad y la indcpcndcnciaen vcz de la sumisión 7 de
la falta de personalidad; la afirmación de su individualí-
dad y no los esfuerzosestúpidospor compenetrarsecon
el hombre amado; la afirmación del derechoa gozar de
los placeres terrenales y no la máscara hipócrita de la
"panza", y, finalmente, la subordinación de lag aven-
tutas de amot a un lugar secundarioen la vida. Ante
nosotros tenemos, no una hembra, ni una sombra del
hombre. sino una ' 'mujer-individualidad".

Eugenia Onieguin.
(2) Turguc•cv: Nido dc .
54

modernas? ¿Cómo ha
mujeres
[Quiénesson que denominamos "céli.
vida? mujer
creadola moderna,laeconómico del gran capitalismo.
La del sistema tipo accidental, tino
es hija
"célibe", no como
realidad de la masa,
La mujer cotidiana, corno una manera
una realidad que se repíte de una determina-
cornoun hecho con el ruido ínfernal de las máquinas de
da, ha
nacido
sirena de llamada de las fábricas. La
las usinas y la han sufrido las condiciona
que
inmensatransformaciónel transcurso de estos últimos años,
en
de la producción la influencia de las constantes victo-
inclusodespuésde del gran capitalismo, obliga tam-
rías de la producción
adaptarse a las nuevas condiciones crea.
biéna la mujer a El tipo fundamental de
das por la realidad que la rodea.
la mujerestá en relación directa con el grado histórico
de desenvolvimientoeconómico porque atraviesa la Hu-
manidad.Al mismo tiempo que se experimenta una mo-
dificaciónde las condiciones económicas, simultáneamen-
te con la evoluciónde las relaciones de la producción, se
experimentaun cambio en el aspecto psicológico de la
mujer.La mujermoderna,como tipo, no podía aparecer
másque con el aumento cuantitativo de las fuerzas del
trabajo femenino asalariado. Hace cincuenta años toa
davíase considerabala participación
da económica
de la mujer en la vi-
como una desviación de lo normal,
unainfraccióndel como
orden natural de las cosas. Las men•
talidadesmás
avanzadas, los mismos
cabana buscar socialistas, se dedi•
los
volvieraal hogar. medios adecuados para que la muja
encertados
Hoy día, únicamente
en prejuicios los reaccionarios
y en la más
sombría ignoranai'
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 55

son capaces de repetir estas opiniones abandonadas y re-


chazadas desde hace tiempo.
Hace cincuentaaños, las nacionescivilizadas no conta-
ban entre las filas de la población activa más que unas
decenas,todo lo más unos centenaresde miles de mujeres.
Actualmente el crecimiento de la población femenina tra-
baiadora es superior al crecimientode la población mas-
cu!ina. Los pueblos civilizados disponen. no de unos
cirntos de miles, sino de millones de brazos femeninos.
Millones de mujeres forman las filas proletarias: millares
de mujeres tienen una nrofesión. consngtan sus vidas a la
cienciao al arte. En Europa y los Estados Unidos las
estadísticas acusan más de sesentamillones de mujeres ins-
criptas dentro de la clase trabaiadora. i Marcha grandio-
sa la de este ejército independiente de mujeres! El 50
por 100 dc este ejército está integrado por mujeres de;
tiro "célibe". es decir, por mujeres que en la lucha por la
existencia no cuentan más que con sus propias fuerzas:
de muieres que no pueden. según la zntigua costumbre,
vivir únicamente a costa de un marido ' 'que las manten-
ga".
Las relacionesde la producción. que durante tantos
siglos han tenido a la mujer encerradaen la casa y so-
metida al hombre ' 'que la mantenía", son las mismas
que al arrancar las cadenasenmohecidasque la aprisio-
naban emnuian a la muier, débil e inadaptada. hacia el
camino cubierto de espinas qile se abre ante ella. y que
la anris;onan de nuevo a la dependencia económica del
capital. La muier amenazadacon perder todo asilo. an-
te el temor de padecerprivacione«y hambre. se ve obli-
gadi a aorendpra mantenersesola, sin el apoyo del pa-
dre o del marido. La muier tiene que enfrentarsecon el
problema de adaptarse rápidamente a las nuevas cordi-
ciones de su existencia,y tiene que revisar a toda prisa
las "verdades" morales que le han inculcadolas abuelas
que disfrutaron de los buenos tiempos pasados. Se da
cuenta, con asombro, de toda la inutilidad del equipa-
56 ALEJANDRA
R0L0ÑTAY
je moral con que la han cargado
para
misión, dulzura que le fueron
le resultan ahora completamente
inculcadas
dadcs a las mujeres trabajadoras. Lo ad exige
es firmeza, decisión y energía, es que otrasc' ins
decir, se üàli.
des" que se consideraban como aquellasaprecisa
hombre. Privada de la protección propiedad vittu.
exclus;va
que hasta
le prestaba la familia, al encontrarse tlel'
nido abrigado y blando a la batalla lanzada
la lucha de clases, la mujer no tiene de la vida
armarse, que acorazarsea toda prisa más remedio
cológicaspropias del hombre, de su con las
fuerzaspsi.
siempre está en mejores condiciones compañero,
para vencer
lucha por la vida. En esta urgente eh la
nuevas condiciones de su existencia, la adaptación a las
mujer se apode.
ra y asimila, frecuentemente sin someterlas
crítica, ' 'verdades" propiamente a ninguna
masculinas, que luego.
examinadas más detenidamente,son tan sólo '
'verdades"
para la claseburguesa (l).
La realidad capitalista contemporánea pareceesfot.
zarse en crear un tipo de mujer que, por la formación
de su espíritu, se encuentra incomparablemente máscer.
ca del hombre que de la mujer del pasado. Este tipode
mujer es una consecuencia natural e inevitable de la pat.
ticipaciónde la mujer en la corriente de la vidaeconó.
mica y social. El mundo capitalista no recibemásque
en
(I) Tomemos, como ejemplo, la moral simplista del hombre e inevita•
relaciones sexuales, moral que consideto como un hecho natural
novelade
ble la prostitución. Dora, heroína de vanguardia de la liba
chenko, La aatolealtad, es una mujer que se siente interiormente
del mundo
se asimila, sin someterla a crítica, esa ' 'verdad" mascuünaprofundidad de
la
gués. Con "una finalidad superior", para demostrar personalidady evidtrP
sentimientopor el hombre que ama, para afirmar su
ciar 10 alejadosque están sus sentimientos de una
sangre, Dora "compra" a un hombre.. La falsa verdad
libertarsebuso"'
a
clase es aceptadaen este caso por una mujer que aspira
vna verdad superior.
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 57
a las mujeresque han sabido rechazara tiempo las vir-
tudes femeninas y que se han asimilado la filosofía de
la lucha por la vida. Para las "inadaptadas", es decir,
para aquellas mujeres pertenecientesal tipo antiguo, no
queda sitio en las filas de las huestes trabajadoras. De
esta manera se crea una especie de "selección natural"
entre las mujeres de diversas capas sociales. Las filas de
"1as trabajadoras" están siempre formadas por las na-
turalczas más fuertes y resistentes,por las mujeres de es-
píritu más disciplinado. Las naturalczas débiles y pasi-
vas continúan fuertemente atadas alrededor dcl hogar
familiar. Si las necesidades materiales las arrancan de
él para lanzarlas al torrente de la vida, estas mujeres se
deian llevar por el camino fácil de la prostitución "le-
gal" o "ilegal", se casan "por conveniencia"o se lan-
zan a la calle. Las mujeres trabajadoras constituyen la
vanguardia de todas las mujeres y comprenden en sus
filas a representantes de las diversas capas sociales. Sin
embargo, la inmensa mayoría de esta vanguardia feme-
nina no la constituyen mujeres del tipo de Vera Niok-
dinovna, orgullosas de su independencia,sino millones
de Matildes envueltas en chalcs grises, Tatianas de Ria-
san con los pies descalzos, empujadas por la miseria at
nuevo sendero erizado de espinas. Es un profundo error
pensar todavía que el nuevo tipo de mujer, la mujer
"célibe", es el fruto de los esfuerzos heroicos de algunas
individualidades fuertes que se dieron cuenta de su propia
personalidad. Ni la voluntad individual, ni el ejemplo
audaz de Magda, ni el de la decidida Renata han sido
capacesde crear el nuevo tipo de mujer. La transforma-
ción de la mentalidad de la mujer, de su estructura in•
terior espiritual y sentimental se realiza primero. y prin-
cipalmente. en tas capas más profundas de la sociedad,es
decir, allí donde se produce necesariamentela adaptación
de la obra a las condicionesradicalmentetransformadas
de su existencia. Estas mujeres. las Matildes y las Tatia-
nas, no resuelvenningún problema.
ALEJANDRA KOLONTRY

más, intentan aún agarrarse con todas


Es
pasado. Muy a pcsat se ven obligadas a
tica las fuerzas
producción y a dar sus primeros pasosPor la de
a ruta. Caminan al azar dominadas por la
maldiciones
nue-
tristeza
embrando su paso de y acariciandoen
nteriot el sueño de un hogar acogedor, en donde
lisftutat de las tranquilas y modestas alegrías familia.podet
rcs. iAh, si fuera posible abandonar el camino,
andar lo andado! Peto esto es irrealizable porquedes- las
filas de compañeras son cada vez más densas y la arto.
lladora corriente femenina las empuja cada vez más le-
jos del pasado. Es preciso adaptarse a la angustiosafal-
ta de espacio,prepararse para la lucha, ocupar el sitio
que a cada una le corresponde; hay que defenderel de.
techoa la vida.
La mujer de la clase obrera contempla cómo nacey
se fortalecedentro de sí la concienciade su individuali-
dad independiente, y consecuentemente nace en ella la
fe en sus propias fuerzas. Gradualmente, de una maneta
inevitable y poderosa, se desarrolla el proceso de la acu-
mulación de nuevos caracteres morales y espirituales de
la mujer obrera, caracteresque le son indispensablesco-
mo representante de una clase determinada. Pero hay
algo todavía más esencial, y es que este proceco de trans.
formaciónde la estructurainterior de la mujer no que
da reducido únicamente a personalidades, sino co
rresponde a grandes masas, a círculos muy grandes. ct
da vez más extensos.La voluntad individual se sume
ge y desapareceen el esfuerzo colectivo de millones
muieres de la clase obrera, pata adaptarse a las
condiciones de la vida. También en esta transformaci
despliegael capitalismo una gran actividad. Al art
car del hogar, del lado de la cuna, a millares de muie
convierte el capitalismo a estas naturalezas sumisa
pasivas,a las esclavasobedientes del marido, en un
cito que lucha por sus propios derechos y por los
59
LA MUJER NurvA Y LA MORALSEXUAL

«chos y los intereses de la comunidad humana: hace


que se despierte el espíritu de protesta y educa la vo-
luntad. Todo lo cual contribuye a que se desarrolle y
fortalezcala individualidad de la mujer.
iPero desgraciadala obrera que crea en la fuerza in-
vencible de la individualidad aislada! La pesada carreta
del capital la aplastará fríamente sin piedad: las filas
apretadas de mujeres combatientes es la única fuerza
capaz de desviar de su ruta a la pesada carreta del capi-
talismo. De esta manera, al mismo tiempo que se des-
arrolla la concienciade su personalidad y de sus dere-
chos, nace y se desarrolla en la mujer obrera del nuevo
tipo el sentido de la colectividad,el sentido del compa-
ñerismo, que sólo se desenvuelve muy débilmente en la
mujer del nuevo tipo pertenecinte a otras clases socia-
les. Este es el sentimiento fundamental, la esfera de sen-
saciones y pensamientos que separa con una línea di-
visoria definitiva a las mujeres traba iadoras del tipo
"célibe" pertenecientesa las dos clases fundamentales de
la sociedad. En las mujeres del nuevo tipo, pero per-
tenecientesa distintas clasessociales,es común la distin-
ción cualitativa de las mujeres del pasado; como partes
integrantes de las huestes de mujeres trabajadoras su es-
tructura interior ha experimentado igual transformación,
es decir, han logrado desarrollar su inteligencia, refor-
zar su personalidady ensancharsu mundo espiritual.
Pero la esfera de pensamientosy sentimientos que se de-
rivan del concepto de clase son los que separan de una
manera fundamental a las mujeres del nuevo tipo per-
tenecientésa diversas capas sociales. Las obreras sien-
ten el antagonismo de clase con una intensidad infini-
tamentemás grande que las mujeres del tipo antiguo. que
desconocíanla inevitable lucha social. Para la obrera
que ha franqueado el umbral de su casa, que ha expe-
rimentado sobre sí misma toda la fuerza de las contra-
diccionessociales y que se ha visto obligada a partici-
par activamente en la lucha de clases,una ideología de
ALEJANDRA KOLONTAY
60
clase clara y definidataadquiere la importancia
existencia. de
ma en la lucha por La realidad
ta separa de una manera abeoluta a la Tatiana Cade pitalit.
ki de la Tatiana de Nagrodskaia.
la
Es esta
realidad t.
pitalista la que hace que propietaria de un
encucntte por su ideología mucho más alejadatallet
de sus obreras que la buena ama de casa con relación de una
su vecina la mujer de un obrero. Esta realidad a
lista es la que agudiza la sensación del antagonismo
cial entre las mujeres trabajadoras. Para esta categoríaso.
mujeres de un tipo nuevo, sólo puede haber un de
común: su distinción cualitativa de la mujer del pasadopunto
las propiedades especificas que caracterizan a la mujer
independiente, del tipo que hemos denominado ' 'céli-
be". Las mujeres del nuevo tipo pertenecientesa estas
dos clasessociales atraviesan por un período de antago-
nismo: las dos clases luchan por la afirmación de su
personalidad; las de una clase de una manera conscien-
te, por ' 'principio", las de la otra clase, de una manera
elemental,colectivay bajo el yugo de lo inevitable.
Pero mientras que en la mujer nueva perteneciente a
la clase obrera la lucha por la afirmación de su derecho
y de su personalidad coincide con los intereses de su
clase, las mujeres del nuevo tipo pertenecientes a otras
clases sociales, tienen necesariamente que tropezar con
un obstáculo: la ideología de su clase, que es hostil a la
reeducacióndel tipo de mujer. En el medio burgués,la
insurrección de la mujer adquiere un carácter muchc
más agudo, y los dramas morales de la mujer del tip
nuevo son mucho más vivos, tienen más colorido.ofre
cen mayores complicaciones (1) .

(1) Esto explica por qué los novelistas contemporáneoseligen sus t


roinas entre las mujeres representantes del medio burgués. Apenassi
contrames una heroína perteneciente a la clase obrera. Sin embargo,ha
escritoresencontraríanun rico material si se decidieran a descender
estas capas de la sociedad. donde la dura realidad contemporáneacrea,
de una maneraaislada, sino en masa, el tipo de mujeres dotadasde
nueva estructura moral. con nuevas necesidades y emociones.
MUJER NunvA Y LR MORAL SEXUAL 61

el medio obrero no bay ni pueden existir con-


fl,ctosagudos entre la psicologíaen formación de la mu-
del nuevo tipo y la ideología de su clase. Tanto su
psicologíaen formación como su ideología de clase se en-
cuenrranen un proceso de formación, en una fase de su
desarrollo,
nuevo tipo de la mujer, que es interiormente libre
que
e independiente,correspondetotalmente a la moral clase. La
elaborael medio obrero en interés de su propiamisión so-
claseobrera necesitapara la realización de sumujeres sin
cial mujeres que no sean esclavas; no quiere
personalidaden el matrimonio y en el seno de la fami-
ni mujeres que posean las virtudes pasivas femeninas;
necesita compañeras con una individualidad capazcon- de
ser
protestar contra toda servidumbre, que puedan posesión
sideradas como un miembro activo, en plena
de sus derechos,y que conscientementesirvan a la colec-
tividad y a su clase,
La psicología de la mujer del nuevo tipo, de la mujer
independiente y célibe, se refleja sobre la de las muje-
res que permanecenaún en la retaguardia de su tiempo.
por la
Los rasgos característicos,formados en la luchaconvier-
vida, de las mujeres de las filas trabajadoras, se caracte-
ten poco a poco, de una manera gradual, en las
rísticas de las otras mujeres que se han quedado reza-
gadas, Poco importa, pues, que las mujeres trabajado-
ras, no sean todavía más que una minoría, que por cada
mujer del nuevo tipo haya dos, quizá tres mujeres per-
tenecientesal tipo antiguo. Las mujeres trabajadoras son
las que dan tono a la vida y determinanla figura de
mujer que caracteriza una época determinada.
Las mujeres del nuevo tipo, al crear los valores morales
y sexuales,destruyen los viejos principios en el alma de
las mujeres que todavía no se han aventurado a empren-
der la marcha por el, nuevo camino. Son estas mujeres
del tipo nuevo las que hacen que los dogmas que las
ALEJANDRA KOLOÑTA?
62
por la concepción que tenían
esclavizaban poder sobre el del
su alma.
pierdan todo de las mujeres trabajadoras
La influencia
allá dc los limites de su se extien
muay, propia
con
de sus contemporáneas, destruyen su
la enarbolan el estandarte de la
jos ídolos y 108
protestarcontra las "verdades" a las que
para de mujeres. han vivid
sometidas generaciones Las mujeres del
vo upo célibee independicnte, al libertarse a sí
libertan el espíritu, encadenado durante siglos, mismas
de sus
del nuevo
Es cierto que la mujer tipo ha
entrado ya
en la literatura; pero todavía está muy lejos de babe
desterradoa las heroínas de estructura moral pertenecien.t
te a los tiempos pasados. Tampoco ha logrado todavía
la mujer-individualidad descartarel tipo de mujer
espo-
sa, eco del hombre. Sin embargo, fácil es
observar que
aun en las heroínas del tipo antiguo se encuentran,
cada
vez con mayor frecuencia, las propiedades y los rasgos
psicológicosque han aportado a la vida las mujeresde
tipo célibe e independiente. Los escritores dotan
invo-
luntariamentea sus heroínas con sentimientos y carac-
que no eran, en modo
terísticas alguno, propios de las
heroínasde la literatura del período precedente(l).
La literatura contemporánea es rica, sobre todo en
figuras de mujeres del tipo transitorio; es rica en heroí.
nas que tienen simultáneamente las características de la
mujer antigua y de la mujer nueva. Por otra parte,aún
en las mujeresdel tipo "célibe" ya formado, se observa
todavía un cruel proceso de transformación de los valo-

(l) Log raggogpsicológicos aislados característicoa de la mujer nuen


le encaentranen las heroínas de Gorky mucb3 más a menudo qae en 103
escritoresrusos. Su alma de artista sensible, abierta a la realidadfg•
gta. gabeapoderarsecon mucha más facilidad que la de los otros escritora
e que escapana las miradas de 108 demás, loa cuales ge eacge*
u nág atrechameateliga" a la realidad capitalista.
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 63

rcs nuevos, que quiere ser ahogado por la tradición y


por una serie de pensamientos pertenecientesal pasado.
La fuerza de los siglos es demasiadogrande y pesa mu-
cho sobre cl alma de la mujer del nuevo tipo. Los sen-
ttmicntos atávicos perturban y debilitan las nuevas sen-
sacioncs;las viejas concepcionesde la vida encadenan to-
davía el espíritu de la mujer que busca su liberación. Lo
antigUOy lo nuevo se encuentran en continua hostilidad
en el alma de la mujer. Por lo tanto, las heroínas con-
temporáneastienen que luchar contra un enemigo que
presentados frentes: el mundo exterior y sus propias ten-
dcncias. heredadas de madres y abuelas.
Como dice Hedwig Dohn, "los nuevos pensamientos
han nacido ya en nosotros, pero los antiguos no han
muerto todavía. Los restos de las generacionespasadas
no han perdido su fuerza, aunque poseemos ya la for-
mación intelectual, la fuerza de voluntad de la mujer
nueva. "La reeducaciónde la psicología de la mujer ne-
cesaria para adaptarse a las nuevas condiciones de su
existencia económica y social no puede lograrse sin una
profunda y dramática lucha. Cada paso en este sentido
provoca conflictos que eran completamentedesconocidos
de las heroínas de los tiempos pasados. Son estos con-
fiictoslos que inundan el alma oe la mujer, los que po-
co a poco llaman la atención de los escritoresy acaban
por convertirseen manantial de inspiración artística. La
mujer se transforma gradualmente,y de un objeto de la
tragedia masculina se convierte en el sujeto de su propia
tragedia.
CAPITULO lt

EL AMOR Y LA MORAL NUEVA


En los años de 1910 a 1911, períododuranteel cual
disminuyÓ en Rusia el interés por los problemas sexuales,
aparecióen Alemania el estudio psicosociológicode Gre-
te MeiseI-Hess(l) sobre la "crisis sexual", libro que no
fué un éxito público. La novela de Karin Michaelis,
"La edad peligrosa", publicado poco después,libro que
carecede gran valor artístico y cuya audaciano va más
allá de los límites permitidos por las conveniencias de
"buen tono" literario, relegó a segundo término, con
su éxito no merecido,la obra de Meisel-Hess.Fué cali-
ficado por la crítica como "un libro bien escrito, pero
sin ningún valor científico". Unicamenteentre las altas
esferasintelectuales, entre la "crema" de la sociedad ale-
mana, fué saludado este libro con entusiastas aplausos
por parte de unos y muestras de desagádo e indignación
de los otros, suertecomún a todo investigador sincero de
la verdad.
El hecho de que el libro de Meisel-Hesscarezca de una
seriede cualidades científicas, el hecho de que se le pueda
reprocharla falta de método y examen, el que no siga
un procedimiento sistemático, el que su pensamiento sea
en algunos momentos inseguro y sinuoso, y que repita
cosas ya expuestas, no puede disminuir en modo alguno
el valor de este trabajo.
Un hálito de frescura se desprendedel libro: la inves-
tigación de la verdad llena •las páginas vivas y apasiona-

(l) Grete Meisel•Hess:La crisis sexual. Jena Diedcri:bs.


66 ALEJANDRA

das de esta exposición, en la cua1 se


refleja
alma de mujer, que conoce perfectamente
pensamientosde Meisel-Hess no son la
ambiente,llenany saturan toda nuestra nuevos,
problemas que Meisel-Hess atmósfera
examina
te nos
vividoen todo su dolor. No hay ninguna ellos, los
despuésde reflexionar sobre estos problemas
gadopot un caminoo por otro a las no haya
conclusiones
badas en las páginas del libro ' 'La crisis
fielesa la hipocresíaque nos domina, sexual" pgta
rando públicamenteal viejo ídolo: la moral
El mérito de Meisel-Hesses semejante al del
cuento de Andersen. Meisel-Hess se ha atrevidoniño del
a la sociedadque ' 'el rey no tiene camisa", es a gritar
la moral sexual contemporánea no es más que
decir,
una vana
ficción.
En efecto,las normas morales que regulan la vidase.
xual del hombre no pueden tener más que dos finalida.
des, dos objetivos. Primero, asegurar a la Humanidad
una descendenciasana, normalmente desarrollada;con.
tribuir a la selecciónnatural en interés de la raza.Se.
gundo, contribuir al desenvolvimientode la psicología
humana, a enriquecerlacon sentimientos de solidaridad,
de compañerismo,de colectividad.La moral sexualac.
los intereses de
taal, como moral que sirve únicamente ados
la propiedad, no llena ninguna de estas finalidades.
sexual contempo-
Todo el código complicado de la moral indisoluble, que
el matrimonio monógamo
ránea, con dela
amor, y la institución
rara vez está basado en el organizada, no sólo no
prostitución, tan extendida y de la raza,
contribuyeal saneamientoy mejoramiento favo-
es decir,
sino que produce efectos contradictorios,
inverso".
rece"la selecciónnatural en sentido Humani-
conducir a la
contemporánea no hace más que ininterrumpida.el
dad por el caminode la degeneración forzada en
Los matrimoniostardíos, la esterilidad
LA MUJER NUEVA Y LA MORALSEXUAL 67

período más favorable para la concepción, el recurso de


la prostitución completamente ' 'inútil" desde el punto
de vista del interés de la raza, la ausencia de un factor
tan importante como el "éxtasis amoroso" en los ma-
trimoniosde conveniencias,cn el matrimonio legal indi-
soluble; cl que los ejemplares ' 'más hermosos" femeninos,
los más capacitados para provocar las emociones eróticas
de los hombres queden reducidos a la esterilidad de la
prostitución; la condena a muerte que pesa sobre los
' 'hijos del amor", productos ilegales de la raza, frecuen-
amente los más valiosos por ser los más sanos y vigoro-
sos, todos estos son los resultados directos de la moral
corriente, resultados que conducen irremediablemente a
la fealdad, decadenciay degeneraciónfísica y moral de
la raza humana.
El intento de Meisel-Hessde armonizar la moral se-
xual y el objetivo de "la higiene de la raza", mereceuna
gran atención, y debe interesar principalmente a los par-
tidarios de la concepciónmaterialista de la Historia. La
defensade la joven generacióntrabajadora, la protección
de la maternidad y de la infancia, la lucha contra la pros-
titución y otras reivindicacionesde los programas socia-
listas persiguen en esencia "la higiene de la raza" en su
más amplia acepción. Arrancar a la moral sexual la au-
reola del inviolable "imperativo categórico", armonizar
la moral sexual con las necesidades vitales y prácticas
y con las exigenciasde la vanguardia de la Humanidad,
es la tarea que debe figurar en el orden del día, y que
reclama de una manera imperiosa la atención reflexiva
y conscientede todos los programas socialistas.
Por muy valiosos que sean los pensamientos de Mei-
sel-Hess sobre esta cuestión, rebasaríamos indudablemen-
te los límites de este breve ensayo si nos dedicásemosa
analizar de una manera detenida esta parte del libro. Por
lo tanto, nos limitaremos a examinar aquí la segunda
parte del problema sexual. Unicamente estudiaremos
las respuestas, no menos valiosas e interesantes de Mei-
68 ALEJANDRA
ROLOÑTAY
sel-Hess a la segunda pregunta:
la moral sexual, ¿cumplen con los La s formas
da cuestión? Es decir, ¿contribuyen fines de actuales
hombre sentimientos de solidaridad a desarrollar esta
segun
por tanto, al enriquecimiento de la y compañerismo
Después de someter a un análisis psicología
untón sistemático
matrimonio legal, la unión libre Y laentre los las t
sexos
prostitución
de que en el mundo capitalista todas pero
estas formas,
inevitable
n y deforman
mana y hacen perder toda esperanza de el alma
felicidad sólida y durable, en una conseguiruna hu-
profundamente humana: en el estado comunidad de
cionario de la psicología contemporáneainvariable
no hay y esta.
solución
La puerta prohibida sólo puede abrirla una
mación fundamental de la psicología humana; transfor-
enriquecimiento de nuestra psicología en ' 'potencia sólo un
amor" puede transformar las relaciones entre los de
sexos,
y convertirlas en relaciones impregnadas de verdadero
amor, dotadas de una afinidad real, en uniones sexuale;
que nos hagan felices. Pero una transformación de este
género exige de una manera inevitable la transforma.
ción fundamental de las relaciones económico-sociales;
es decir, exige el establecimiento de un régimen comunista.
¿Cuáles son los defectosfundamentales, los lados som.
bríos del matrimonio legal? El matrimonio legal esd
basado en dos principios igualmente falsos: la de la
lubilldad por un lado y el concepto de propiedad. el otro.
posesión absoluta de uno de los cónyuges por
indisolubilidad del matrimonio legal está basad'
La psicológica:
en una concepción contraria a toda ciencia
humana en el tran
en la invariabilidadde la psicologíacontemporánea obliga
curso de una larga vida. La moral cualquierpre
al hombre a encontrar su 'felicidad" a
VA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 69

do, al mismo tiempo, le exige que descubra csa ' 'feli-


cidad" de primcta intención, sin equivocarse nunca. La
notal contcmporáneano admite que el hombre pueda
equivocarseen su elección entre millares de seres que le
rodean. Necesariamentetiene el hombre que encontrar
cl alma cn armonía con la suya, ese segundo "yo" único.
que le hará feliz cn cl matrimonio. Cuando un ser hu-
mano se equivoca en la elección, principalmente si el
scr que vacila y se pierde en la busca del ideal es una mu-
jet, la sociedad, tan exigente y tan deformada por la
moral contemporánea, no acude en socorro de sus miem-
bros necesitados. Poco le importa a nuestra sociedad que
el alma y el corazón de una mujer que se cquivoca que-
den destrozados en las punzantes espinas de las decep-
ciones;no acudirá en su ayuda, pero, en cambio, la per-
seguirácon furia vengadora, e inexorablemente la con-
dcnará.
La delicada flor de nuestra moral sexual es una "fe-
licidad" adquirida a costa de nuestra esclavitud a la so-
ciedad. Una separación leal en una unión amorosa es
considerada por nuestra sociedad actual, interesada úni-
camentepor la idea de la propiedad, y que no considera
nunca los intereses' 'de la especie",ni siquiera los de la
felicidad individual, como la ofensa más grande que se
le puede infligir. Y, sin embargo, nada más cierto, ob-
serva con gran tristeza Meiscl-Hess, que el parecido en-
tre el matrimonio y un piso habitable; sus malas condi-
ciones sólo se descubren despuésde haber vivido algún
tiempo en él. "Si nos vemos obligados a mudarnos con
frecuenciade pisos faltos de comodidades y poco apro-
piados a nuestras necesidades,nos sentimos como perse-
guidos por una "mala estrella"; pero indiscutiblemente
la situación es mucho más terrible si la necesidad nos obli-
ga a vivir todo el resto de nuestra existencia en malas con-
diciones." "El cambio de uniones amorosas en el curso
de la vida humana — continúa Meisel-Hess, — y duran-
te el proceso de evolución de una individualidad, es un
70
ROLONTAY
hecho que tendrá que ser reconocid
ra como algo normal e inevitable. Por la
••l-a indisolubilidad det matrimonio sociedadf
matrimonios se hacen ' 'a ciegas" que lalegal es
rartcs contrayentes sólo tienen el .mayoría
uno del ' que las
e
en absoluto la naturaleza psicológicalos esposos
todavía mucho más grave. 1-0s esposos del
ttacr matrimonio legal que va a ser ignoranal go
si eviste entre ellos una afinidad física,un lago
sin la cual no es poqible la felicidad. esa indisoluble
prueba". practicadas con tanta frecuencia Las ••
Media. dice Meisc1-Hess, no son en durante la Edad
modo
absurda indecencia". Practicadas en otras alguno,
e la condicionesuna
raza
das como medio de asegurar la felicidad y considera-
drían incluso conquistar derecho de ciudadanía. individual,
El segundo factor que envenena el
matrimoniolegal
es la idea de propiedad, de "posesión absoluta"
los cónyuges sobre el otro. No puede darse en de unode
un contrasentido más grande; dos seres la realidad
tienen raros puntos de contacto, tienencuyas almassólo
"necesariamen-
te" que adaptarse el uno al otro, en todos
aspectos de su múltiple ' 'yo". El absolutismolos diversos
de la pose-
Sión lleva irremediablemente la presencia continua
dos seres, comunidad que es tan molesta para de estos
el uno
como para el otro. La idea de la posesión no deja libre
al ' 'yo", no hay momento de soledad para la propia
voluntad, y, si a esto se añade la coacciónejercidaporla
dependencia económica, ya no queda ni siquiera"unpe-
queño rincón", propio. La presencia continua, lasposeí- "exi-
gencias" inevitables que se tienen con el 'objeto
do" son la causa de que un amor ardiente selleva transforme
en indiferencia, esa terrible indiferencia que dentro
En efec-
de sí razonamientos insoportables y mezquinos.con
to; tenemos necesariamente que estar de acuerdo Mei-
LA MU$E* 'F.;V/A LA 71
vida el comândemżgîado
es principal que marchita la delicada flor
del tata.tixtmo mâț pro, iCaănt.as
tace q-;e tenu an arma con Ia otra, qać
reservas de afectuoso son necesari" para
ya el otoîo. 104frutcs țâbrososde ana
titre dos almag!
b.ay tod.avia mâc. Los factores de indaoîabilidad
fundamentos del matr:.mofiio legal, ejercen
Ł6.z<oaccișo sobreel humana.Estos dos fac-
tcgzs pocos esfuer-zos para conservar el
d,' sa compaîero de vida. poesto que estź lizado
a exterioresŕLa forma
măs que
3.ctzaIdel matrimoaio lezzl no haceŕpor tanto.alzuno â
el îlrza.y no contribaye en modo 'V
en Iz Humanidađ de reservas de ese
amor” qcŕ profunda nostalziîde toda Ia vida
Fio r:s.oTcutoi.
deforma mis Ia psžcclozîahamana con otro
Todîîiî
îtȘŕCtO de aniôn sexual: Ia prostitación.
dzrsz alzo mis monstrucso
•••ŁPz.eŁe que el acto amo-
hasta el panto de hacer de una pro-
rcgn devadzdo

a lado todîS las maerias s.•ciîlesqae van


zid." a Iz prrxitación, Ics sufrimientosfisicos, las ea-
las deformidadesy Ia dezeaeraciónde la ta-
y sclzmezte ante Ia cuestióa de la in-
fla.zzci.a gae Iz prostitución ejerce sobre Ia psicologia
No hay nzdî que seąue tanto las almas como
i.' forzada y la compra de caricias de un ser con
ei zo har en comćn. La prostitucića extłnzue
el amor Ios corazones.
La prostituciôn deforma las ideas normala de los
emoŁrece y envezena el alma; la prostitucićn
rcŁz a:zo es Io mis valioso de Ios seres humanos, la

capacidzd para entit apasionîdamente el amor, esa pa-


enriącece Ia personalidad por la aportacićn de
KOLONTAY
ALEJANDRA
La prostitución deforma
vividos. conducen a considerar
que nos
los nocioncs factorcs esenciales de la vida
aqucllas uno dc
cornoacorde final de múltiples sensaciones
como estirn,rlo,cn cambio, como un
mana,
.

a
y nos groseramente bestial. La vida
cas. bajo y
cn la compra de caricias ti,
las
cológicade que pucdcn producir concecucncias m
repcrcusioncs El hombre
psicología scxual en la que estk
prostitución, re!ación
brado a 1.1 psíquicos, caoaccs d? ennobl?ccr
factores
auscnreslos crótico", adquiere cl hábito de apro
verdodero"éxtasis con deceos reducidos. con una psico
ximarsea mujer dcsprovist2 de tonalidades. ACOStum.
logía simplista y sumisas y forzadas, no intcnta
caricias si-
brado a las
comprender la múltiple actividad a que Sc entrega
qt!icra durante c! acto sexual. Este
el almi de la mujer amada"percibir" los sentimientos que
tino de hombre no pu:'de
despicrtaen cl alma de la mu ir; es incapaz de captarg
sus múltiples matices. Muchos dramas fcmcnincs no
tienenotra causa que esta psicología simnlista con que
elhombre sc eproxima a la mujer, y que ha sido ercen.
dradaen las casas de lenocinio. La prostitución cxtien.
d? de un modo innvitable sus alas sombrías sobre h ca-
bczade la muier "libremente amada" lo mismo que sobre
la esposaingenuamcnte amorosa v sobre la amante intui-
tivamcnteexigcnte. La prostitución envenena implaca-
blementela felicidaddel amor de las muiercs que buxan
n el actosexualla compenetraciónfinal d? una pasión
orrespondida,
armoniosa y omnipotente (l).

(1) ConvieneseñalarVe
za de ta deformación las consideracione'
de la psicología mag:vlir,'.expaestat
fenómenoooe h3'ta abota nos facili:aa ta
queIct hombres había permanecido cxulto. La poca
capacidadpata tienen de tomar en c S"'ideraci 'n t' ptico;ogfa
prestarta comprender sentim;ent0f. no '0'amente
odavía:ctndgcenaaten:ión al alma de la mujer. 'ino
"'te mocho
entede lu bombtet a ignorar en absoluto. la
ignorancias,Jas
sensacioau fisiológicas de ta datan'
LA MUJER NutvA Y LA MORALSE.XVAL 73
La mujer normal busca en cl acto sexual la
y la armonia. El hombre, por el contrario. formado co-
está cn la prostitución, que extermina la múltiple
vibraciónde las sensacionesoe amor. no se entrega más
que a un pálido y uniforme deseo físico que deja en
ambasp:rtcs una sensaciónde falta de satisfaccióny de
hambre psíquica. La incomprensión mutua crece: cuan-
do más desarrollada está la individualid2d de la mujer,
múltiples son sus exigcnctas psíquicas. lo que trae
como resultado una crisis sexual muy aguda. Por IO
tanto. la prostitución es peligrosa. porque su influencia
se extiende aún mucho más allá de su propio dominio.
NIciscl-Hess dice:
•'Aún dejando a un lado la cuestión de la degenera-
ción fisiológica de la Humanidad, las enfermedades vené-
reas. el cmpobrecimicnto físico de la raza, hay que tencr
en cucnta todavía otro factor psicológico qu: oscurece
los impulsos morales, mancha y d:forma la conciencia
eróticay hace que cl hombre y la mujer se comprendan
cada vez menos y no sepan gozar mutuamente sin en-
gañarsecl uno al otro."
La tercera forma de las relacionessexuales. la unión
libre, lleva dentro de sí también muchos aspectos igual-
mente sembríos. Las imperfecciones'deesta forma sexual
son más bien de un carácter reflejo: el hombre de nuestra
época va a la unión libre con una psicologíaya defor-
madi por una moral falsa y malsana, fruto del matri-
monio legal, por una parte, y del lúgubre abismo de la
prostitución, por otra. El amor libre choca con dos obs-
táculos inevitables: "la incapacidadpara sentir ei amor
verdadero, esencia de nuestro mundo individualista y la
el acto más íntimo de sas relacionesmutuas. LC6 médicossca los unic• gne
conocenperfe:tamente, por ser cauta frecaen:e de enfermedades nervu:sas. la
falta de satisfacción que algunas mujeres encuetan en cl acto sexual- Es scr-
prendenteque la literatura. impregnadaen absolutopot la zas-
culina. haya dejado pasar en silencio este hecho que explica tcda aza setie de
dramasde familia y de amo:. Curdo Maupassant se :tteve a t:car Eta
cuestiónen la novela "Una vida". sa ••zevelzcióa••
provoca caa iasenaa
sorpresaea la mayoríade los hombres.
ALEJANDRA KOLONTAY

falta del tiempo indispensablepara entregarse


daderos placeres morales. El hombre actual a los
tiempo ' 'para amar". Nuestra sociedad, no Ver.
un principio de concurrencia,la lucha cadafundada tiene
vez mássobte
conquistade un pedazo de pan, de un sueldo
o de
carrera, no deja lugar para el culto del exigente
cado Eros. La pobre Aspasia esperará y
nuestros tiempos, sobre su lecho cubierto inútilmente
"compañero" de sus placeres de amor. Aspasia de rosas
de compartir su lecho con un hombre grosero. no
de nivel
moral indigno de ella: pero el hombre ' 'moralmente
ble" carecede tiempo para pasar las nochesa su no.
Meisel-Hesshace notar con mucha razón un lado.
se da con extraordinaria frecuencia: el hombrehecho que
de nues_
tro tiempo considerael amor-pasión como ' 'la más
de de las desgracias"que le pueden suceder.El gran-
pasión es un obstáculo para la realización de losamor.
obje-
tivos esencialesde su vida: la conquista de la posición,
de un capital, de una colocaciónsegura, de la gloria,etc.
El hombre tiene miedo a los lazos de un amor fuertey
sincero que le "apartaría" posiblemente del principal
objetivo de su vida. La unión libre, en el complicado
ambiente que nos rodea, exige a su vez una pérdidade
tiempo y de fuerzas morales infinitamente más grande
que un matrimonio legal, o que las fugitivas cariciascom.
pradas.
Solamente las citas devoran unas horas preciosaspara
"los negocios". Al mismo tiempo, miles de demonios
amenazan a la pareja unida únicamente por los lazos
del amor. Basta que por una casualidad se origineun
desacuerdomomentáneo, para que inmediatamente
produzca la ruptura. El amor libre en las condiciona
actualesde nuestra sociedad, termina siempre en una
paración o un matrimonio legal. botn•
Según Heisel-Hess, ' 'no ha nacido todavía" el el
bre fuerte y consciente que sea capaz de considerat
LA MUJER NUEVA Y MORAL SEXUAL 75

como parte integrante en la totalidad de sus obje-


vitales, Por esta razón el hombre de nuestra época,
absorbidopor serios trabajos, prefiere abrir la bolsa y
mantener una querida o cumplir con una mujer, dán-
dolesu "nombre", tomando bajo su responsabilidadla
un
carga de una familia legal. Todo antes que perder
tiempo ' 'tan valioso" y que dilapidar sus energías en ho-
ras entregadas a placeres de amor
La mujer, lo mismo que el hombre, particularmente
(este
las mujeres que viven de un trabajo independiente por
tipo de mujer censtituye del cuarenta al cincuenta
cientocn todos los países cultos), tienen que enfrentar-
se con el mismo dilema que el hombre; se ven obligadas
a elegirentre el amor o su profesión. La situación de la
mujer que trabaja se complica todavía más con el fac-
tor de la maternidad. Basta detenerseun momento envi- la
biografíade las mujeresque se han distinguido en la
da, para convencersedel conflicto inevitable entre el amor
y la maternidad por un lado, y la profesión y la voca-
ción por otro. Quizás la causa de que las exigencias de
la mujer ' 'célibe" independiente con respecto al hombre
scan cada vez mayores estribe precisamente en que este
tipo de mujer deposita en la balanza de la felicidad del
amor libre. además de su alma, su trabajo querido, una
profesiónconquistada. Debido a esto, esta mujer exige,
en cambio, como la mayor compensacióna todo lo entre-
gado, "el más rico don": el alma del hombre amado.
La unión libre sufre las consecuenciasde la ausencia
de un factor.moral, de la falta de concienciade "un de-
ber interior". En el estado actual de las relaciones socia-
les, no hay motivo para creer que esta forma de unión se-
xual será lo bastante potente para ayudar a salir a la Hu-
manidad del callejón en que se encuentra la crisis sexual,
solución que esperan, sin embargo, los partidarios del
amor libre. La solución a este complicado problema só-
IO es posible mediante una reeducación fundamental de
nuestra psicología, reeducaciónque a su vez sólo es po-
transformaciónde
toda,
L" moral de b
y rcformas perteneckntrs
como al do
completo a las
ind.•pendenciarcivindicacione•
rtotccción y segUtoa la de d.'-l
- ..c•.a, ccntra la prostitución maternidad
de de en su b
mcs. hijos
f vcién del matrimonio religioso
cml. anulable. reconstrucciónel
de la según los principios
to de no descansa. Pues.comunistas.
en El
nes politico-socia:es. que juzga neccsarias, las
ras a las d: Ics programas socialistas. Lo y queson '
de su detenida investig2ción en
dad buscadela
es que haya caído inconscicntem2nte,
socialista militante, en cl único camino de sin
posible del problema sexual. Pero todas las una
cia:cs, ccndicion:s indispcnsable para las nuevas reformas
cts entre los sexos. serán insuficientes para
crisis sexual si al mismo tiempo no se forma una resolver la
fuera
creadora poderosa, capaz de aumentar el ' 'potencial
de
amor" de la Humanidad.
La agudeza intelectual de Meisel-Hess es la quehace
que por un mcdio completamenteintuitivo llegueestaes.
critora a la misma conclusión. Meiscl-Hess ha compren-
dtdo que toda la atención de la sociedaden lo referente
a la educación y formación del alma, en el dominiodelas
relaciones sexuales, debe modificarse en esta forma.
La unión de los sexos tal y como la entiendeMeisel.
Hess, es decir, la unión fundada en una profunda com
xnetración, en una armoniosa consonancia de los cuet•el
y de las almas. seguirá siendo por mucho tiempo
no hay que
olvi•
deal de la Humanidad futura. Porque
verdadero"
larque un matrimonio basado en el "amor
1.8 Muovtt t/vnvn
algoque geda tatamcnte, punto que amor
on don que el de•tino algunos elegi'
poderoso decir, el ' 'amo' vgrdadoo",
dos.
que calienta nucatta vida con tayoo lomin0006, 6010
toca con su varita mágica onoq cuantoo corazones, Mi•
de setes no ban conocido en su vida encantos,
¿Cuál sctá, pues, la suerte de estoo desheredados? /llsta•
para siempre condenados a log Ír;oq abrazos del mas
ttimonio de conveniencia? ¿No tendón recurso que
la prostitución? ¿Tendrán que plantearse eternamente el
dilema, planteado a la sociedad de nuestra época, de
enfrentarsecon el poco frecuente ' 'amor verdadero" o de
padecerhambre sexual? ,
Meisel-i sigue gu investigación y decubre una nue•
va solución, Donde no existe el ' 'amor verdadero", éste
puedeser reemplazadopor el ' 'amor juego", Para que el
"amor verdadero" llegue a ser patrimonio de toda la Ilu-
manidad, es preciso pasar por una difícil, pero ennoble-
adora ' 'escuela de amor", "El amor juego" es también
una escuela, es un medió de acumulación de "potencial de
amor" en la psicología humana,
¿Qué será este "amor juego" en el que Meisel-Hess
funda tantas esperanzas?
El ' 'amor juego", en sus diversas formas ge encuentra
en todas las épocas de la historia de la Humanidad, En
las relacionesentre la antigua hetaira y su amigo, en el
amor galante de la época del Renacimiento entre la cor-
tesana y su "amante„protector", en la amistad erótica de
la modistilla, libre como un pájaro, y su "compañero"
estudiante. En todas estas relaciones podemos encontrar
fácilmente los elementos principales de este sentimiento.
No es el Eros de semblante trágico que todo lo devora, que
exigela plenitud y la posesión absoluta, pero tampoco es
la brutal sexualidad reducida meramente al acto fisioló-
gico, El "amor juego" que nos describeMeisel-Hessno
puedeset tampoco el amor nacido de una psicología sim-
plista.
el uno del otro Jo
Vida, no pueden permitir oe tc,'ture
vonrient&
no pueden consentir deje en
ni que ee ignore mundo interior,
juego", eziz« entre dga
Ci/,nmutua, rnát delicadeza en todas unidos mayor
de bacer el hombre pierda a poco
relaciorus,
fondo que boy día marca indeleblernzntg el egoísmo
Una actitud llena de tus
rtepectoal alma del otro, además de serviroolicítud
de coa
a sentimientos de simpatía, hace que
tuícíbn, la oentíbijídad y la delicadeza
desarrolle la '
itn tercer lugar, el "amor-jwzo", como no
punto de partida el príncipco de la posesion tiene
acostumbraa los hombres a entregar a la persona absol
Ja parte rnáoagradable de cu ' 'yo" aquella ama/'
que Ja vida sea m" agradable y armoniosa.parte que
gel'}legoque este "amor juego" iniciaría a Piensa
hornbteten
una vírzjnídad superior, enr,eñaría a no entrezarg
enteramentemát que cuando se enfrentan con un
tímiento conttante y profundo, Nuestra tendencia
nog lleva a atentar contra toda Ja personalidad delactual
' 'desde el primer beso", Estarnos
dispuestos a entregu
' 'totalmente" nuestro corazón cuando el otro no siente
todavía ninguna atracción, E' necesariono olvidar
ca que únicamenteel sagrado "amor verdadero"
tener suficientefuerza para conceder "derechos".
Toda vía tiene otrat ventaja' el "amor juego" o la
amistad erótica, Esta relación tezual protege a los bom-
bret de dardos mortale del amor, enseñaa los bom•
brec a taber retíttír a la pación que degrada y oprirneal
índivíduo, Meitel-Hets afirma: "Este. acto espantow
que podernoscalificar de penetración por la violenciaen
el "yo" de otro, no puede darse en el •'amor juego". El
"amor juego" excluye el "pecado" más grande del amor:
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 79

"la pérdida de la personalidad en la corriente arrolladora


de la pasión." La Humanidad contemporáneavive bajo
el sombrío signo de la pasión, siempre ávida de devorar
el "yo" de otro. En la novela de Lasswitz, una habitan-
te de Marte contesta a la proposición amorosa de un ha-
bitante de la Tierra: ' 'Desde el juego alado de los sentí-
mientos,tendría que descendery doblegarmea la esclavi-
tud de la pasión, perder mi libertad, descendercontigo a
la Tierra , . . Vuestra tierra es más grande, quizá más be-
lla que nuestro planeta, pero yo me moriría seguramente
en su atmósfera densa. Pesados como vuestro aire son
vuestroscorazones.Y yo no soy más que Numa
Nuestra época se caracteriza por la ausencia del "arte
de amar". Los hombres desconocenen absoluto el arte
de saber conservar relaciones amorosas, claras, luminosas,
aladas; no saben todo el valor que encierra la amistad
amorosa. El amor para los hombres de nuestra época, es
una tragedia que destroza el alma, o un "vodevil". Es
preciso hacer salir a la Humanidad de este atolladero:
hay que enseñar a los hombres a vivir horas llenas de
belleza, claras, sin graves cuidados. La psicología del
hombre no estará abierta para recibir el amor verdadero,
purificado de todos sus aspectos sombríos, hasta que
no pase por la escuela de la amistad amorosa. Cada
nuevo amor (no nos referimos naturalmente al acto me-
ramente fisiológico brutal), en vez de empobrecerel al-
ma humana, contribuye a enriquecerla. "Un corazón
humano sano y rico—dice Meisel-Hess— no es un pe-
dazo de pan que disminuye a medida que nos lo co-
memos". El amor es una fuerza que crece más cuanto
más se gasta. "Amar siempre, amar profundamente, en
todos los momentos de nuestra vida, amar siempre y
cada vez con mayor abnegación, ése es el destirwardien-
te de todo gran corazón." El amor en sí es una gran
fuerza creadora. Engrandece y enriqueceel alma del que
lo siente, tanto como el alma de quien lo inspira.
Si la Humanidad no tuvieseal amor, se sentiría roba-
60 ALEJANDRA KOLCÑTAY

da. Y dcsgraciada. El amor


a
bre necesita para poder luchar, vivir. hoy día el
trabajat hom
sentirse "afirmado", reconocido. El que Y crear
do sabe que hay alguien que reconoce se siente
su ama.
e esta personalidad
sentirse •'afirmado" nace la suprema conciencia
Pcto es que este reconocimientodel ' 'yo" alegría de de
, esta Vivir
sobre el fantasma amenazador de la victoria
puede lograrse, cn modo alguno, con la soledad
satisfacción
"Sólo el sentimiento btu_
no

total armonía con el ser amado puede de una


sed." Sólo el "verdadero amor" puede darnos extinguir
satisfacción. Por tanto, la crisis sexual es la plena
aguda cuando las reservas del "potencial mucho más
alma humana son menores,cuando los lazos del amor" del
más limitados, cuando la psicología humana socialesson
pobre en sentimientos de solidaridad. es más
Desarrollar ese imprescindible "potencial de
educar, preparar la psicología humana para que amor"
condiciones de recibir el ' 'amor verdadero", ésa estéen
cisamente la finalidad que tiene que cumplir el es pre.
' 'amor
juego" o amistad erótica.
Podemos decir que el "amor juego" no es más que
un sustitutivo del ' 'amor verdadero". "Eso no es su-
ficiente", dirán quizá algunos. En ese caso, responde
Meisel-Hcss, que se atrevan a mirar en torno suyo y se
den cuenta con qué sustituyen en nuestra sociedadel
"amor verdadero". iLa prostitución disfrazadade "amor
verdadero"! iQué gran hipocresía, qué terriblesreservas
de mentira sexual se acumulan en este aspecto! Pon-
gamos un ejemplo de la vida, tomado al azar. Dosno-
vios se sienten poseídos por el mismo deseo; la severa
moral contemporánea les prohibe su satisfaccióny les
Impone un terminante "todavía no". Por tanto,elnovio
va a casa de la prostituta, que no deseasus caricias,pe-
ro que tiene que entregarse a él, mientras que la novia se
81

en Ia de ta autotitaci0n Setú mus


natural, y desde lues•o mocho mas moral que
setes, antmados de un desço, enventta•
cstes
Ia mutua satistacoon su carne en st tutsntos sin
busca: Ia dc
ajenaa una sttuactón que ello.s ban cteado.
Adentas dc 10s aspectos tundamcntalcs de catú•tet
Ia prostitución on psi.
determinante y que está ptotundamcnte gtaba•
do cl alma humana: Ia satisfacciónde una ne«sidad
eróticasin otra preocupación ulterior. ta libertad de su
alma y de su porvenit, sin tenct dc ponetse a
10spies de ser interiormente alejado a su ' 'yo". Fs
ne«sario dar libre poso a este instinto natutat, NO St
puedeahosar a un desgraciadoset enamoradocon ta so•
ga del matrimonio. El ' 'amot juego" nos indica el cami-
no a seguir. ' 'Si queremos set sinceros, si techa:atnos Ias
hipocresiade Ia moral y Ia tnentiva sexual, no mo
tive para negar Ia posibilidad de una solución semeoan•
te para Ia Humanidad colocada en un grado supetiot
de Ia evolución social", dice Mcisel•Hess.
En presencia de una serie de «formas sociales. que
NIeisel-Hessseñala como Ia condición indispensable dc
todas sus deducciones morales, équé delito puede babet
en que el éxtasis erótico sea el que arroje a on set a 10s
brazos del Otto?
Finalmente, 10s limites de Ia amistad erótica son muy
amplios y aún pueden extendetsv más. OCUttecon mus
cha frecuenciaque dos seresque se han aproximado atrai-
dos por una simpatia libre Ileguen a "conocersc mutua-
mente". es decir, que del ' 'amor juego" nazca el *'amot
verdadcro". Para que esto suceda no hay más que creat
posibilidades ebjetivas. ¿Cuáles son, pueS. Ias deducciones
y reivindicacionesprácticas a que Ilega Meisel-lIcss?
En primer lugar. Ia sociedadtendrá que acostumbrat•
se a reconocertodas Ias formas de unión entre 10s se-
xos, aunque se presenten ante ella con contornos nue-
KOLOHTAY

respondan a do
pero pcligro pata la taza y
no
monógama
siendo la
El cambio será tanto
"indi«olubilidad".
c
cuanto más "rnonog:mia sucesiva" será la
1ncvgtablc matrimonio. pero al lado de
fundamcr.taldel toda una gama de aspectosdi.
sexual siempre dentro de los
amorosas,
amistad crótica. reconocimiento real, nq
tcs de la exigencia es ei
La segunda sino de de la santidad
hecho, de
de palabra, tiene la obligación de esta.
solamente La sociedad
la matcrnidad. de la vida de la mujer, bajo to-
todo el camino socorro" que sos-
blecer en posibles, "puestos de
das las formas y materialmente durante el pe.
moral
tengan a la mujerresponsabilidad de su vida.
ríodo de mayor con el fin de que las relaciones más
y
Por último, la mujer "el espantoso des.
supongan para
libres no revisar todo el equipaje mo-
cnfreno",es indispensabic
se carga a la mujer soltera cuando entra en
ral con que
el camino de la vida. tiende solamente a li-
La educación contemporánea
mitar en la vida de la mujer los sentimientos de amor.
Esta educaciónes la causa de esos "corazones destroza.
dos", de esas figuras de mujeres desesperadas, que se aho-
en la primera tempestad de la vida. Es precisoque
e abranante la mujer las múltiples puertas de la vida;
i,ayqueendurecersu corazón y templar su voluntad. Ya
s hora de enseñara la mujer a que considere al amor no
omola únicabasede su vida, sino sólo como una etapa,
un mediode revelar su "yo" verdadero. Es necesa-
o que la mujer aprenda a salir de los conflictos del
nor, no con las alas rotas, sino
como salen los hom-
es, con el alma fortalecida. Es necesario que la mujer
LA MUJER NCJEVAY LA MORAL SEXUAL 83

de Goethe: "Saber rechazar el pasado en el


acepteel lemaque se quiera, y recibir
la vida como si aca-
niomento en Afortunadamente, ya brilla la luz, ya se
barade nacer".
dibujan los tipos femeninos nuevos, las mujeres "céli-
bes" para las cuales los tesoros que puede ofrecer la vida
al amor.
no se limitan de los sentimientos de amor, este nue-
En el dominio
vo tipo de mujer no permite que las corrientes de la vi-
da sean las que dirijan su barca: el timón está en manos
de piloto experimentado, su voluntad se ha endurecido
ya en la lucha por la vida. La vieja exclamación: "i Es
la mujer
una mujer de historia!", es ahora glosada por mujer
del tipo "célibe" en la forma siguiente: "i Esa no
tiene historia! iQué triste destino el suyo!"
Es cierto que este nuevo tipo de mujer no abunda
todavía en la realidad; es igualmente ciertOque la nueva
era sexual, fruto de una organización de la sociedadmás
perfecta,no comenzaráen un mañana inmediato; la de-
primente crisis sexual no podrá resolverse de una sola
vez, no podrá dejar el paso libre a la moral del porve-
nir sin lucha; pero es igualmente cierto que el camino
ha sido ya encontrado y que a lo lejos brilla la puerta
anheladaabierta de par en par.
El libro de Meisel-Hessnos facilita el hilo de Ariad-
na en el laberinto complejo de las relaciones sexuales,
de los dramas psicológicos.No falta ya nada más que
utilizar el precioso tropel de pensamientos que nos ofre-
ce y sacar las consecuenciasen armonía con las tareas
esencialesde la clase que se eleva a un primer puesto en
la sociedad. Nuestra tarea será, por tanto, después de
dejar a un lado pequeños detalles sin valor, después de
subsanar inexactitudes insignificantes, buscar también
en este problcma, en el dominio de las relaciones entre
los sexos, en la psicología del amor, los principios de
la nueva cultura en marcha, cuyo triunfo se avecina de
un modo inevitable, es decir, los principios de la cul-
tura proletaria.
CAPITULO 111

LAS RELACIONES ENTRE LOS SEXOS


Entre los múltiples problemas que perturban la inte-
ligenciay el corazón de la Humanidad, ocupa indiscuti-
blcmentcuno de los primeros puestos cl problema sexual.
No hay una sola nación, un solo pucblo en el que la
cuestiónde las relaciones entre los sexos no adquiera de
día en día un catáctcr más violento y doloroso. La Hu-
manidad contemporánea atraviesa por una crisis sexual
agudaen la forma; una crisis que se prolonga y que, por
lo tanto, es mucho más grave y más difícil de resolver.
En todo el curso de la historia de la Humanidad no
encontraremosseguramenteotra época en la que los pro-
blemassevualeshayan ocupado en la vida de la sociedad
un lugar tan importante, otra época en la que las relacio-
nes sexualeshayan acaparado, como por arte de magia,
las miradas atormentadas de millones de hombres. En
nuestraépoca, más que en ninguna otra de la Historia,
los dramas sexuales constituyenfuente inagotable de ins-
piraciónpara los artistas de todos los géneros del Arte.
Como la terrible crisis sexual se prolonga, su carácter
crónicoadquiere mayor gravedad y más insoluble nos
parecela situación presente. Por esto la Humanidad con-
temporánease arroia anhelante sobre todos los medios
que hacen entrever una posible solución del problema
"maldito". Pero a cada nueva tentativa de solución, se
complicamás el enmarañado complejo de las relaciones
entrelos sexos, y parece como si fuera imposible descu-
brir el único hilo que nos ha de servir para desenredar el
complicado nudo. La Humanidad, atemorizada, se pre-
86 KororrrAY
Cirita dode un extremo al Otto: pero
el
e e Cerrado tan círculo
te como antes,
elementos conqervadores de
de que imprescindible volver
las viejas a
dar nuevo impulso a
de la moni sexual, preciso destruir tradicional
biciones hipócritas prescritas por el código todas
corriente. llegado cl momento de la Probi.
de arrojarmoral
a
individual, la voluntad individual de cada La concienc;a
Icgi«ladorcn una cucstión de carácter tan ser es el único
íntimo"
afirmar entre las filas del campo individualista
' 'La solución dc los problemas sexuales sólo burgués
se con cl establecimiento de un orden social podrá ballar.
y económi.
a transformación fundamental
tra sociedad actual", afirman los socialistas. Pero de nues.
samente este esperar cn cl mañana éno indica preci.
también
quc no«otros tampoco hemos logrado apoderarnos
hilo conductor? del
El camino que debemos seguir en esta investigación
nos lo ofrece la historia misma de las sociedadeshuma.
nas: nos lo ofrecela historia de la lucha ininterrumpida
dc las clases y de los diversos grupos sociales, opuestospor
sus interesesy sus tendencias.
No cs la primera vez que la Humanidadatraviesa un
período de crisis sexual aguda. No es la primeravezque
las al parecer firmes y claras prescripciones de la moralal
uso, en el dominio de la unión sexual, han sidodestrui-
das por el aflujo de la corriente de nuevosidealessocia-
les. La Humanidad ha pasado por una épocade crisis
sexual verdaderamente aguda durante los períodosdel
Renacimientoy la Reforma, en el momento en queun
formidable desplazamiento social relegaba a un segundo
término la aristocracia feudal, orgullosa de su nobleza'
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 87

acostumbr:daa dominar sin limitación, y en su lugar se


nueva fuerza social, la burguesía ascenden-
asentabauna
y se desarrollaba cada vez con mayor im-
te, que crecía
y poder. El código de la moral sexual del mundo
fc.cdal,n:cido en el seno de la sociedad aristocrática, con
un sistemade economía comunal y basado en principios
autoritarios de castas, devoraba la voluntad individual
de los miembros de esa sociedad que intentaban perma-
neccraislados: el viejo código moral chocaba con el nue-
vo código moral de principios opuestos que imponía la
claseburguesaen formación. La moral sexual de la nue-
va burguesía estaba basada cn principios radicalmente
opuestosa los principios morales más esencialesdel có-
digo feudal. Para sustituir el principio de castas, apare-
cía una severa individualización: Ics límites cerrados de
la pequeña familia burguesa. 'El factor dc "colaboración"
esencialen la sociedad feudal, característico de su econo-
mía comunal tanto como de la economía regional, era re-
emplazadopor el principio de la concurrencia.Los últi-
mos vestigios de ideas comunales propias de los diversos
grados de todas las evoluciones de la vida de castas fue-
ron barridos por el principio triunfante de la propiedad
privada individualizada, aislada. La Humanidad, per-
dida durante el proceso de transición, titubeó durante
varios siglos entre los dos códigos sexualesde espíritu tan
diverso,ansiosa de adaptarse a la situación, hasta el mo-
mento cn que el laboratorio de la vida transformó las
normasviejas en un molde nuevo y logró, cuando menos,
una armonía en la forma, una solución en cuanto al as-
pecto externo.
Pero durante esta época de transición, tan viva y llena
de colorido. la crisis sexual, a pesar de revestir un carac-
ter de gravedad, no se presentó en una forma tan grave Y
amenazadoracomo en nuestros tiempos. Esto fué debi-
do a que durante los gloriosos dias del Renacimiento,
durante aquel nuevo siglo iluminado por los rayos bri-
llantes de una nueva cultura espiritual que teñía de vivos
88 ALEJANDRA KOLOÑTAY

coloresla vida pobre de contenido del agon•


de la Edad Media, la crisis sexual sólo laIZante mund
una parte relativamente reducida de la sociedadexpetimn
e cl La capa
ta cuantitativo, los campesinos, no sufrió laspunto de
de la crisis sexual más que de una manera vis.
cuando, por lento proceso secular, se indirecta
transformaban
a esta
es decir, únicamente en la medida en que clase social
las relaciones económicas. Las dos tendencias evolucionaban
chaban en las capas superiores de la. sociedad. opuestaslu
_
Allí era
donde se enfrentaban los ideales y las normas
de dos con_
cepcionesdiversas de la sociedad: v allí era donde
mente la crisis sexual, cada vez más grave y precisa
_
se apoderaba de sus víctimas. Los campesinos, amenazadora,
a toda innovación, clase apegada a sus principios, rebeldes
nuaba apoyándose en las viejas columnas de las conti-
tradicio-
nes ancestrales, y no se transformaba, no dulcificaba
adaptaba a las nuevas condiciones de su vida ni
el código inconmoviblede la económica,
moral sexual tradicional
más que bajo la presión de una gran necesidad.La cri-
sis sexual durante la época de lucha aguda entre el mundo
burgués naciente y el mundo feudal, no afectó a la ' 'clase
tributaria". Es más, al desplomarse en las cumbresde los
viejos muros se aferraban a la clase campesinacon mayor
fuerza sus ancestrales tradiciones. A pesar de todas las
tempestadesque se desencadenaban sobre su cabeza,que
conmovían hasta el suelo que pisaba, la clase campesina
en general. y particularmente los campesinosrusos,logra-
ron conservardurante siglos.y siglos, en su forma primiti-
va, los principiosesencialesde su código moral sexual.
El problema de nuestra época presenta un aspectoto-
talmente distinto. La crisis sexual de nuestra épocano
perdona siquiera a la clase campesina. Como una enfer-
medad infecciosa, no reconoce "ni grados ni rangos','r
contaminalos palaciosy las aldeasy los barriosobreros
los
donde viven amontonados miles de seres;.entra en
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 89

apaciblcshogares burgueses, se abre camino hasta la mi-


serablcy solitaria aldea rusa, elige sus víctim2s lo mismo
entrelos habitantes de la ciudad provinciana burguesa de
Europa, que en los húmedos sótanos donde se bacina
la familia obrera y en la choza ahumada del campesino.
para la crisis sexual no hay ' 'obstáculos ni cerrojos".
Es un profundo error creer que la crisis sexual sólo al-
canza a los representantes de las clases que tienen una
posicióneconómica materialmente asegurada. La indefini-
da inquietud de la crisis sexual franquea cada vez con ma-
yor frecuencia el umbral de las habitaciones obreras, y
causaallí tristes dramas que por su intensidad dolorosa
no tienen nada que envidiar a los conflictos psicológicos
del ' 'exquisito" mundo burgués. Pero precisamentepor-
que la crisis sexual no ataca sólo a los interesesde "los
que todo lo poseen", precisamente porque estos problemas
sexuales afectan también a una clase social tan extensa
como el proletariado de nuestros tiempos, es incomprensi-
ble e imperdonable que esta cuestión vital, esencialmente
violenta y trágica, sea considerada con tanta indiferencia.
Entre las múltiples consignas fundamentalesque la clase
obrera debe tener en cuenta en su lucha para la conquista
de. la sociedad futura, tiene que incluirse necesariamente
la de establecerrelaciones sexuales más sanas y que, por
Io tanto, hagan más feliz a la Humanidad.
Es imperdonable nuestra actitud dc indiferencia ante
una de las tareas esencialesde la clase obrera. Es inexpli-
cablee injustificable que el vital problema sexual se re-
legue hipócritamente al casillero de las cuestiones "pu-
ramenteprivadas". ¿Por qué negamosa este problema el
auxilio de la energía y de la atención d? la colectividad?
Las relacionesentre los sexos y la elaboración de un códi-
go sexual que rija estas relacionesaparecenen la historia
de la Humanidad, de una manera invariable, como uno
de los factores esencialesde la lucha social. Nada más
cierto que la influencia fundamental y decisiva de las
relacionessexuales de un grupo social y determinado en el
90
de la de con de
El dratna de la Humanidad actual es tan
porque mientras ante nue,tros ojos vrrnos cómo
destruidas las formaq corrientes de unión sexual
son desechados los ptincjpios que las regían, y
desdelas
capas tiiás bajas de la sociedad se alzan frescos
desconocidosque nos hacen conccbir esperanzas
sobre una nueva fornna de vida, y llenan el alma risueñag
con la nostalgia de idealesfuturos. pero cuya humana
no parece posible. Nosotros. los hombres de unrealización
sigloCa,
ractctizado por el dominio de la propiedad capitalista
de un siglo rebosante de agudas contradiccionesde
clase:
nosotros, los hombres imbuidos de moral individualis.
ta, vivimos y pensamoq bajo el funesto signo de un
vencible aislamiento moral. La terrible soledad in.
hombre siente en las inmensas ciudades populosas,que el
ciudades modernas tan bulliciosas y tentadoras: laen Iag
sole.
dad, que no disipa la compañía de amigos y compañeros,
cs la que tmpuja al hombre a buscar, con avidezmals.i.
na, a su ilusoria : 'alma gemela" en un ser del sexo contra.
rio, puesto que sólo el amor posee cl mágico poder de ahu.
yentar, aunque sólo sea momentáneamente, las tinieblas
de la soledad.
En ninguna otra época de la Historia han sentidolos
hombres con tanta intensidad como en la nuestrala so.
ledad moral. Necesariamente tiene que ser así. La noche
es mucho más impenetrablecuando a lo lejos vemosbti.
llar una luz. Los hombres individualistas de nuestraépo-
ca, unidos por débileslazos a la comunidado a otrasia-
dividualidades,ven ya brillar en la lejanía una m:evaiuz.
la transformación de las relaciones sexuales mediantela
sustitución del ciego factor fisiológico por el nuevo fac-
tor creador de la solidaridad, de la camaradería.
La moral de la propiedad individualista de nuestros
tiempos empiezaa ahogar a los hombres. El hombrecon-
temporáneo no se contenta criticando las relacionesentre
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 91
negando las
los sexos. moral formas exteriores prescriptas poz el
códigode la corriente. Su alma anhela la rcno.'5-
de la cscncia misma de las relaciones sexuales, de
ción
ardientcmcnteencontrar el ' 'amor verdadero". esa gr
fuerzaconfortadora y creadora que es la única que puede
ahuyentar cl frío fantasma de la soledad que padecen
los individualistas contemporáneos. Si es cierto que la
crisissexual está condicionada en sus tres cuartas partes
por relaciones externas de carácter económicosocial,no es
menoscierto que la otra cuarta parte de su intensidad
cs debida a nuestra refinada psicología individualista,
con tanto cuidado ha cultivado la dominante ideolo-
burguesa. La Humanidad contemporánea, como dice
acertadamente la escritora alemana Meisel-Hess, es muy
pobre en "potencial de amor". Cada uno de los sexos
buscaal otro con la única esperanzade lograr la mayor
satisfacción posible de placeres espirituales y físicos para
sí, utilizando como medio el otro. El amante o el novio
no piensa para nada en los sentimientos, en la labor psi-
cológicaque se efectúa en el alma de la mujer amada.
Quizás no haya ninguna otra relaciónhumnna como
las relacionesentre los sexos en la que se manifieste con
tanta intensidad el individualismo grosero que caracteri-
za nuestra época. Absurdamente se imagina el hombre
que para escapar de la soledad moral que le rodea le bas-
ta con amar, con exigir sus derechos sobre otra alma.
Unicamente así espera obtener esa rara dicha: la armonía
de la afinidad moral y la comprensión entre dos seres.
Nosotros, los individualistas, dotados de un alma que
se ha hecho grosera por el constante culto de nuestro
"yo", creemostodavía que podemosconquistar sin nin-
gún sacrificiola mayor de las dichas humanas, el "amor
verdadero", no sólo para nosotros, sino también para
nuestrossemejantes. Creemos lograr esto sin dar, en cam-
bio, los tesoros de nuestra propia alma.
Pretendemos conquistar la totalidad del alma del ser
amado, pero, en cambio, somos incapacesde respetar la
92 ALEJANDRA KOLONTAY

fórmula de amor más sencilla: acercarnosal alma


dispuestos a guardarle todo género de de Otto
Esta sencilla fórmula nos será únicamente consideraciones
inculcada
las nuevas relacionesentre los sexos, relaciones
comenzado a manifestarse y que están basadas que ya han
principios nuevos también: libertad absoluta, por en dos
do, e igualdad y verdadera solidaridad como un la_
pañeros, por otro. Sin embargo, por el momento, entre corn-
manidad tiene que sufrir todavía el frío de la la Hu_
moral, y no le queda más remedio que soñar con soledad
ca mejor cn la que todas las relacioneshumanas una épo-
tericen por sentimientos de solidaridad, que se carac-
posibles a causa de las nuevas condiciones de lapodrán set
existencia.
La crisis sexual es insoluble sin una transformación
damental de la psicologíahumana; la crisis sexual fun-
puede ser vencida por la acumulación de "potencial sólo
amor". Pero esta transformación psíquica depende de
en ab-
soluto de la reorganizaciónfundamental de nuestrasrela-
ciones.económicassobre una base comunista. Si rechaza-
mos esta "vieja verdad", el problema sexual no
solución. tiene
A pesar de todas las formas de unión sexual
saya la Humanidad presente, la crisis sexual no seque en-
resuel-
ve en ningún sitio.No se han conocido en
ninguna época
de la historia tantas formas diVersas de unión entre
sexos. Matrimonio indisoluble. con una familia firme- los
mente constituída,y a su lado la unión libre pasajera;el
adulterio conservadoen el mayor secreto,al lado del ma-
trimonio y de la vida en común de una muchachasoltera
con su amante, el matrimonio "por detrás de la iglesia",
el matrimonio de dos y el matrimonio "triángulo", e in-
cluso hasta la forma complicadadel "matrimonio de cua-
tro", sin contar las múltiples variantes de la prostitución.
Al lado de estas formas de unión, entre los campesinosy
la pequeña burguesía, encontramos vestigios de las viejas
costumbres de casta, mezclados con los principios en dese
composición de la familia burguesa e individualista;la
LA MUJER NUEVAY Moruc SEXUAL 93
del adulterio, la vida marital entre el sueg:o
vcrgücnza y la libertad absoluta pata la joven solara,
la nuera misma ' 'moral doble", Las formas actunlcs
sicmprela los sexos son contradictorias y embrol:a•
dc onión cntrc
de tal modo, que uno se ve obligado a interrogarse
cómocs posible que el hombre que ha conservadopueda en su
la fe en la firmeza de los principios morales
continuar admitiendo estas contradicctones y salvar estos
criterios morales irreconciliables, que necesariamente se
dcstruyenel uno al otro. 'Vampocoresuelvela cuestión Ja
justificaciónque se oye corrientemente: ' 'Yo vivo confor-
a los principios de una moral nueva", puesto que esta
"moral nueva" se encuentra todavía en procesode forma-
bac«r
ción. Precisamente la labor a realizar consiste en
que surja esta nueva moral; hay que cxtraeó de entre el
nuotra épo-
cacsde la; normas sexuales contradictorias de al es-
ca las premisas de los principios que corresponden
píritu de la clase revolucionaria ascendente.
Además del extremado individualicmo, defecto funda-
mentalde la psicología de la época actual, de un egocen-
trismo erigido en culto, la crisis sexual se agrava cnucho
más con otros dos factores de la contemporá-
nea: la idea del derecho de propiedad ee un ser sobre el
ctro y el prejuicio secular de la desigualdadentre los se-
en todas las esferas de la vida.
La idea de la propiedad inviolable del esposo ha sido
cultivadacon todo esmero por el codieo moral de la cla-
se•burguesa, con su familia individuil}sta encerrada en
sí misma, cone,truida totalmente sobre las bascs de la pro-
piedad privada. La burguesía ha logrado perfección
la inoculaciónde esta idea en la psicc!ozia humana. El
conccptode propicdad dentro del matrttnonio ya hoy dia
mucho mas allá que cl concepto de la propiedad en las
relacionessexuales del código aristocrático. En cl curso
dcl largo período histórico que transcurrió bajo el signo
del principio de casta, la idea de la posesión de la majer
por el marido (la mujer carecía de derechos de pcopie•
94 ALEJANDRA Kot.0NTAY

sobre el marido) no se extendía más allá la


s.•ón fisica; pero su alma le pertenecía en absoluto, pose.
Los caballeros de la Edad Media llegaban incluso
conocer a sus eposas el derecho de tenvr .idç•radores a
torneos y a recibir cl testimonio de adoracionde
caballeros y menestrales. El ideal de la posesión absoluta,
de la posesión no sólo del "yo" físico, sino también
yo" espiritual por parte del el ideal que del
una reivindicación de derechos de propiedad sobre cladmite
do espiritual y moral del ser amado es un ideal que
La tormado totalmente, y que na sido cultivado Igualse
mente por la burguesia con el fin de reforzar los íun._
damcntos de la familia, para asegurarse estabiRdady
su fuerza durante el periodo de lucha para la conquista
dc su predominio social. Este ideal no solo lo hemosacep-
t,'do como herencia, sino que llegamos incluso a 1te.
tender que sea considerado ' 'como un injpcrat:vo" moral
indestructible. La idea de la propiedad sc ext:ende mucho
más allá del matrimonio legal. Es un factor inevitable
que penetra hasta en la unión amorosa más ' 'libre". Los
amantes de nuestra época, a pesar de su respeto ' 'teórico"
por la libertad, sólo se satisfacen con la condienciade la
fidelidad psicológicade la persona amada. Con el fin de
ahuyentar de nosotros el fantasma amenazador de la so-
ledad, pcnetramosde una manera violenta eu el almadel
ser "amado", con una crueldady una falca de delicadeza
que será incomprensiblea la Humanidad futura; de la
misma manera pretendemos hacer valer nuestros derechos
sobre su "yo" espiritualmás íntimo. El amante contem-
poránco está dispuesto a perdonar más tácilmente al ser
querido una infidelidadfísica que una infidelidadmoral,
y pretende que le pertenece cada partícula del alma de la
persona amada, que se extienda más allá de los limitesde
su unión libre. Considera todo esto como un despilfa-
rro, como un robo imperdonablede tesor"€', le perte-
necían exclusivamente,y, por lo tanto, como un despojo
cometido a sus expensas.
tA YrA Sr Svsv

tiene la absurda que


lodos bentos
se avoan•
apenas ban sus te•
«s se apresuran A sus
las tela€loncs personales Otto y a intctvetut
lo toas y su svres que
el uno al Otto, hoy, úntcamcnte
unen senKas\oncsetottcas se apresuran a
ta set'te el alma del Otto, a alma
y nusteoosa la cual ha grabado
y a \nstalatse en su \ntettot
cetilo estuvieran su casa, Esta la pos
de una amorosa extiende su do-
mtnto de tal lotina que casi no nos sotptendc un hecho
tan anormal como el siguiente: IDOS casados vivian
hastaayer cada uno su al stguicnte de su
unión cada uno de ellos abre sin cl menor escrupulo la co-
trespondencta del Otto y, consecv;entemente,el contenido
de la carta ptocedente de una tetceta persona que soto tie•
ne relacióncon uno de los esposos. se convtette en pro-
piedadcotuÚn. Una ' 'intimidad" de este género no puede
adquirirse más que cento resultado de una verdadera
unión entre las almas cn el CUtSOde una latga vida co-
mun de amtstad puesta a 1.0 que OCUtteen general
es que a esta intimidad se le busca un substitutivo legiti-
me. que tiene por base la idea, totaimente equivocada, de
que la intimidad fisica cnttc dos setes es una tazon sufi-
cientepara extender el derecho de propiedad sobre el set
moral de la persona amada,
El segundo factor que deforma la mentalidad det hom-
bre contetnporaneo v que es causa de que la crisis sexual
se agudice,es la idea de desigualdad,cntte los sexos, des-
igualdadde derechos y desigualdad en la valoración de sus
sensacionespsicotisiológicas. La ' 'motat doble", caracte-
tistica del código burgues y del código aristocrático, ha
96

envenenado durante tantos siglos Ja psicologíad?


y mujcres, que todavía es mucho d/f'CiJ
gu penetrante ponzoñj que d? J," Ideas tocantesa la
pedad dc un espoaocobre el otro, heredada' de
logia burguesv La concepción de desiztoldad Ja'VL
saos, hasta en el dom;mo picofisioló¿gco, obliga entre
te medidas diversas para actc,t a apli.
según el sexo que los haya realizado, Un Idéntico,
hombred;
urguéo que baya
desde hace hicmpo superar lao prescrjpcjoncc cabido
de la moral en uso, será Incapaz de sustraerse a del
la influen-
cia del rncdio ambiente y emitirá un juicio
te distinto, scgún se trate de un hombre o de completamen-
Bastará un eJemplo vulgar: Jmagincmos que una un
mujer,
tual burgués, un hombre de ciencia, un político, unintelec-
bre de actividades sociales, en una palabra, "una ho
naiidad", se enamora de tu cocinera (hecho que, pcrso.
se da con bastantefrecuencia) y llega, incluso, además
con ella. ¿Modificará la sociedad burguesapora casarse
cho su conducta con respectoa la "personalidad" ertehe.
este hombre? ¿Pondrá acaso en cuestión su de
dad"? ¿Dudará desus cualidadesmorales?Naturalmen-"personalí.
te, no. Ahora pongamos otro ejemplo: Una mujer
tenecinente a la sociedad burguesa, una mujer per.
considerada, una profesora, médica o escritora;reapetada,
una
jer, en suma, con "personalidad", se enamora de un mu-
do y colma el "escándalo" consolidando esta cuestión cría-
con un matrimonio legal. ¿Cuál será la actítud de la
ciedad burguesa respecto a esta persona hasta ahora res- so-
petada? La sociedad, naturalmente, la mortificará con
su "desprecio". Pero todavía será mucho más terriblegi
su marido, el criado, posee una bella fisonomía
u otros
atractivos de carácter físico. Nuestra hipócrita sociedad
burguesa juzgará su elección de la forma siguiente:
"i Hasta dónde ha descendidoesta mujer!"
La sociedad burguesa no puede perdonar a la mujer
que se atreve a dar a la eleccióndel hombre amadoun
SVVVA Y tA MORAI. Sr XVAI.
t.A 9
individual. Según la tradición berc-
dc de casta, nuestra sociedad prctcndc
que 1.1 continúe temcndo en cuenta, en cl
de entregar su corazon, una serte dc considera-
de grados y tangos sociales, que tenga en conside•
cl medio familiar y loe intcrcscsde la familia. La
burguesa no puede considerar a la mujer inde-
célula familiar; le cs completamente im-
.ndientede la como una
apreciarla personalidad fuera del círcu-
cs
de las virtudes y deberes familiatcs.
La sociedadcontemporánea va mucho más lejos que
Io

clordenantiguo cn la tutela que ejercesobre una mujer.


sólo le prescribe casarse unicamentc con hombres ' 'dig-
' de ella, sino que le prohibe incluso que llegue a
nos
amara un ser que es su "inferior".
Estamos acostum-
bradosa ver cómo hombres de un nivel moral e intelec-
tual muy elevado eligen para compañera de la vida a una
mujerinsignificantey vacua, sin ningún valor al lado
delvalor del esposo. Apreciamos este hecho como comple-
mantonormal y, por lo tanto, no merecesiquieranues-
tra consideración.Todo lo más que puede sucede es que
los amigos ' 'se lamenten de que Ivan Jvanitch se haya
casadocon una mujer insoportable". El caso varía si se
trata de una mujer. Entonces nuestra indignación no tie-
ne límites, y la expresamos con frases como la siguiente:
"iCómo cs posible que una mujer tan inteligente como
María Petrovna putda amar a una nulidad así! ... Ten-
dremosque poner en duda su inteligencia.
¿A qué obedece esta manera diferente de juzgar las
cosas?¿Qué causa determina una apreciación tan contra-
ria? Esta diversidad de criterio no tiene otro origen que
la ideade la desigualdad entre los sexos, idea que ha sido
inoculadaa la Humanidad durante siglos y siglos y que
ha acabadopor apoderarse de nuestra mentalidad de una
maneracrgánica. Estamos acostumbradosa valorar a la
mujer, no como una personalidad, con cualidades y de-
fectosindividuales, independientesde sus sensacionespsi-
KOLONTAY
98
cofisiológicas.Para nosotros la mujer no tiene valor
hombre.
que conto accesoriodel la mujer suElluz:hombre, marido
es él, y no
amante, proyecta sobre en consideración ella
misma, a quien tomamos como el ver.
dadero elemento dctcrmir.ante de la estructura espiritual
y moral de la mujer. En cambio, cuando valorizamos
la personalidad del hombre hacemos por anticipado una
total abstracción de sus actos con relación a las relaciones
sexuales.
La personalidadde la mujer, por cl contrario, se valo-
riza cn relación directa con su vida sexual. Este modo
dc apreciar el valor de una personalidad femeninase de-
riva del papel que ha representado la mujer durante
tantos siglos. La revisión de valores en este dominio esen-
cial sólo se hace, o por mejor decir, se indica, de un modo
gradual. La atenuación de estas falsas e hipócritascon.
cepciones sólo podrá realizarse con la transformación
del papel económicode la mujer en la sociedad,consu
entrada en las filas del trabajo independiente.
Los tres factores fundamentales que deforman nuestra
psicología son los siguientes: un egocentrismo extrema-
do, la idea del derecho de propiedad de los espososentre
sí, y el concepto de la desiguaidad e.ntre Ic.s sexos en el
aspecto psicofiosiológico. Estos tres factores son los que
cierran el camino que conduce a la solución del problema
sexual. La Humanidad no encontrará solución a este
problema hasta que no haya acumulado en su psicología
suficientes reservas de sensaciones depuradas, hasta que
no se haya enseñoreado de su alma el "potencial de amor",
hasta que el concepto de la libertad en el matrimonio y
en la unión libre no sea un hecho consolidado, en suma,
hasta que el principio de camaradería no haya triunfado
de los conceptos tradicionales de desigualdad y de sub-
ordinación en las relaciones entre los sexos. Sin una re-
construcción total y fundamental de nuestra psicología
es insoluble el problema sexual.
¿Pero no será esta condición previa una utopía despro•
MU"/ f SEXUAL 99
e en que gus consígnaa inge-
Intentctnos aumentar (l
tic lei ¿Acaso los sa.
de desde Buda y Confucio
entregado desde tiempos tctnotos

Sin alguien que (tea que el "potenoal


at/tncntado cn la Iturnanidad? Reducir la
de de crisis sexual a utopías, de esta clase, por
bien intencionadas que sean, ¿no significará prácti-
un reconocimientode importancia y un renuncia-
rnicoto solución anhelada?
si ('Sto cg cierto, La tceducaciÓn fundamental
de nuestra psicología en cl dominio de las relacioncs se-
guales no cs algo imposible de lograr. Esta reeducación
es poqibleporque cg algo que no está cn contraposición
con la vida real, Precisamente cn los momentos actuales,
observamoscómo se inicia un poderoso desplazamiento
social y económico, suficiente para engendrar nuevas ba-
sesde vida en cl campo de los sentimientos, y que, por las
condicionesen que han surgido, están de acuerdo con las
exigenciasseñaladas más arriba.
Ya en nuestra sociedad avanza un nuevo grupo social
que intenta ocupar el primer puesto y dar de lado a la
burguesía,con su ideología de clase y su código de moral
sexual individualista. Esta clase ascendente, de vanguar-
día, lleva necesariamenteen su seno los gérmenesde nue-
vas orientacionesentre los sexos, relaciones que forzosa-
mentehan de estar estrechamenteunidas a sus objetivos
sociales de clase.
La compleja evolución de las relaciones económico-so-
cíalcsque sc verifica ante nuestros ojos, que pone en con-
moción todas nuestras concepcionessobre cl papel de la
mujer en la vida social y destruye los fundamentos de la
moral sexual burguesa, trae consigo dos hechos que a pri-
mera vista parecen contradictorios. Por un lado, obser-
vamos los esfuerzos infatigables de la Humanidad para
Al Kot0HTAY

ilánóol,s un nuevo
conteniilo (tria
de la estenor dcl matrimonio n
y inonógAf1i0, to al mismo tiempo Indi
de cl recono
de la libertad de Jos cqjosos)
la accptación de formas nuevas
que
to os os elementos llevenen
del matrimonio burgués (la unión libredel código
d,Siccbod,' propiedad de los dos esposos en la
sobrcpase los limites del derechounidos
dad jnatrimonio legal), Por otra parte, de propie.
menos de señalar la aparición lenta, pero no pod?
invencible,de
nucvas formas de unión entre los sexos; nuevas
en la parte externa como por el espíritu que no tanto
normas vivificadoras, La Humanidad sondea animasus
con
tud los nuevos ideales: pero basta examinarlos un inquie-
pocode_
tenidamente para reconocer en ellos, a pesar de que
mites no están todavía lo suficientementemarcados, sus lí-
rasgos característicos merced a los cuales están los
estrecha.
mente unidos con las tareas dcl proletariado, clase
a la que incumbe apoderarse de la fo,-taleza del social
porvenir.
El que quiera encontrar en el laberinto de las normas
xuales contradictorias los gérmenes de relaciones se-
entre los sexos, más sanas y que prometan libertad futuras
a la
Humanidad de la crisis sexual que atraviesa, tienenecesa-
riamente que abandonar los barrios donde habitan las
gentes selectas, con su refinada psicología individualistay
lanzar una ojeada a las habitaciones hacinadas de los
obreros, en las que, cn medio de la oscuridad y del ho-
rror causados por el capitalismo, entre lágrimas y maldi-
ciones, surgen a pesar de todo manantiales vivificadores
que se abren paso por la nueva senda.
Entre la clase obrera, bajo la presión de duras condi-
ciones económicas, bajo el yugo implacable de la explo-
tación del capital, se observa el doble proceso a que aca-
bamos de referirnos. La influencia destructiva del ca-
MV]/ R NUEVA Y Mon,qt, jol

que aniquila todos los fundanjentoq de ta fa,


obrera, obliga al
nwnte" a las condicgoncs del mundo que le rodea, y
por lo tanto, una de hechoscn lo referente
relacionesentre los análogos los se PIO•
también cn otras cap.3S(le I los
ucidos se retrasa de un.) nj,jncrei continua e
salarios ted
inevitable la edad de contraer dcl obrero.
Si veinticinco años un obrero podía casarse de los
veintidó<a veinticinco años, hoy día cl proletario no
puedecrear un bogar hasta los treinta años aproxim)da-
mente (l). Además, eranto más deqnrrolladas están en
cl obrero lac necesidades culturales, tanto más valor con•
cedea éste a la de seguir el ritmo de la vida
cultural, de ir al teatro, de asistir a conferencias, leer pe-
riódicos,consagrar cl tiempo que el trabajo le deja libre
a la lucha sindical, a la política, a una actividad por la
quesiente afición, al arte, a la lectura, etc.
Todo esto contribuye a retrasar la edad cn que puede
contraermatrimonio cl obrero. Sin embargo, las necesida-
des fisiológicas no tienen para nada en cuenta cl estado
del bolsillo: son neccsidadesvitales de las que no se pue-
de prescindir, y cl obrero célibe, lo mismo que el burgués
' 'célibe", resuelven su problema en la prostitución. Este
hecho cs un síntoma de la adaptación pasiva de la clase
obrera a las condiciones desfavorables de la existencia.
Al casarseun obrero, y a causa del nivel tan bajo de los
salarios,la nueva familia obrera se ve obligada a resol-
ver cl problema del nacimiento de tos hijos lo mismo que
las familias burgucsas
La frecucnciade los infanticidios y el desarrollo de la
prostitución, son dos hechos que se pueden clasificar den-
tro dc un solo y mismo orden. Ambos son medios de
adaptaciónpasiva del obrero a la espantosa realidad que

(l) Este ensayoestá escrito en 1918.


KOLOHTAY

olvidar es que cn
que no rropi»mcnte al pro.
roda. rcro nada es propia de todas la,
no adaptación
ctari.•do. envueltas cn cl proccso mundial
qt,e
capitalistl.
de Ll evolución comicnza precisamente cuan.
de diferenciación activos y creadores; la
La Tínca principios
cn jucgos Jos donde no ec trata va d?
do entran
dcr;mít.tciénse marcauna reacción frcnte a la realidad
adaptpción.sino dc donde nacctl y sc nuevo,
oprcsora, Cornicnza tímidas tentativas de relaciones
idcalcs. dendr surgcnun cspítitu nuevo, pero aún bay
sexualcsdotadas dc
señalar que este proceso de reacciÓn sc ini.
m5s dcbrmos obrera,
Ci,'Únicamcntccntre la clasemodo alguno, que las otras
Esto no quiere dccir, cn principalmente Ja de los in-
clasesy capas de la socicdad, clase que por las
telcctualcsburgucscs,que es la más
condicio-
ncs de su existencia social se encuentra cerca de la
clascobrera, no sc apodcrcn de cst0S elcmentos nuevos
que el proletariado crca y desenvuelve. La burguesía, im-
pulsadapcr el dcscoinstintivo de inyectar vida nueva
las formas agonizantes de la suya, y ante la impotencia
de
st,'f diversas formas de relaciones scxualcs, aprehende a
toda prisa las formas nuevas que la clase obrera lleva
consigo; pcro, desgraciadamente, ni los ideales, ni el
digo de moral sexual elaborados dc un modo có-
por cl proletariado corresponden a la esencia gradual
las exigencias burguesas de clase. Por moral de
la moral sexual nacida de las necesidades tanto, mientras
ra se convierte para esta de la clase obre-
clase en un
de Ivcba social, los "'modernismos" instrumento nuevo
que de esa moral deduce la de segundo mano
destruirde un modo burguesía, no hacen más
definitivo las bases de su
que
superiori-
El intento de los
intelectualesburgueses
matrimonioindisoluble
Por de sustituir
'ácilmentedesligables los lazos más libres, más
del matrimonio civil,
conmueve las
LAMVJtp t».

de la estabilidad 'Otíal dt la
ordenser otras que la familia

lbcrtaden la unión entre 'oc


con las tareas fundamentalesde eta
podcmosdecir que se derivan de eg-ag
tareas,
Lo mnmo sucedecon la nezacVun
desubordinaciónen el matrimonio qve
lazos artificiales de la fam;lia Tc"
contrariosucedeen la clase proletaria, El factor ¿e ia
subordinaciónde un miembro de mta clav wci;l a
otroes, lo mismo que el conceptodel proleta:iado- A
los interesesde la clase revolucionaria no
en modoalguno "atar" a uno de sus miembros.petto
quea cada uno de sus representantes Iz
incumbeante todo el deber de servir a los ¿e
clasey no los de una célula familiar aislada. El
del miembrode la sociedad proletaria es ante todo cos-
tribuir al triunfo de los interesesde clase.pcz eya-
PIO, actuar en las huelgas. participar en todo momento
en la lucha. La moral con que la clase jzz-
ga todos estos actos caracteriza con perfecta claridad 12
basede la nueva moral proletaria.
Supongamos que un financiero acreditado. —ctTido
únicamentepor intereses famiiiares. retira ¿e los
cios su capital en un momentocrítico la empresa.
Su acción, apreciadadesdeel punto de vista de lz moral
burguesa.no puede ser más clara, "porque los
de la familia deben figurar en primer lugar". Compa-
remosahora este juicio con la actitud ¿e los
ante el rompe-huelgas, que acude al trabajo durante El
conflicto para que su familia no pase hambre. Los
teresesde la clase figuran en esteejemplo en prima
Representémonos ahora a un marido burgués que YA oca-
seguidopor su amor y devoción a la familia tener alejZa
a su mujer de todos sus intereses, a excepción de
ALEJANDRA KCLONTAY
104
ama de casa y de mujer consagrada por completo
rcs de El juicio de la sociedad bUtguesa
al cuidado dc los hijos.
• "un marido ideal que ha sabido crear una familia
será. la actitud de los obreros hacia
ideal". Pero, ¿cuál sería
clase que intentase hacer que
un miembro consciente de sulucha social? La
su mujcr se apartasede la moral de la
clase exige, a costa incluso de la felicidad individual, a
costa de la familia, la participación dc la mujer en la vi-
da de lucha que transcurre fucra de los muros de su bo-
gar. Atar a la mujer a la casa, colocar en primer plano los
interesesfamiliares, propagar la idea de los derechos de
la propiedad absoluta de un esposo sobre su mujer, son
actos que violan el principio fundamental de la ideolo-
gía de la clase obrera, que destruyen la solidaridad y el
compañerismo, que rompen las cadenas que une a todo el
proletariado. El concepto de posesión de una personali-
dad por otra, la idea de la subordinación y de la desigual-
dad de los miembros de una sola y misma clase,son con-
ceptoscontrarios a la esenciadel concepto de camaradería,
que es el principio proletario más fundamental. Este
principio básicode la ideología de la clase ascendentees el
que da colorido y determina el nuevo código en formación
de la moral sexual del proletario, merced al cual se trans-
forma la psicología de la Humanidad y llega a adquirir
una acumulación de sentimientos de solidaridad y
de li-
bertad, en vez del concepto de la propiedad:
mulación de una acu-
compañerismo en vez de los conceptos de
desigualdad y desubordinación.
Vieja verdad es la que establece
que toda nueva clase
ascendente, nacida como consecuenciade una
terial distinta de la del grado cultura ma-
económica,enriquecea toda laprecedente de la evolución
logía nueva característica de Humanidad con la ideo-
moral sexual constituye esta clase. El código de la
una parte integrante de la nueva
ideología.Por tanto, basta pronunciar los términos "éti•
ca proletaria" y
"moral sexual proletaria",
de la trivial
argumentación: la moral para escapar
sexual proletaria
c! fondo m" que ona Mientra'
PO en la total ttanoforrnao/,n de base eco•
te
no poede haber lugar par' ella, ;Como 'i una
(I género que futre, no
hubtera pttHfutído Ja transform•ci/'fi de
pata asegurar do•
de la de que se trate' La expervn«ía de
que elaboración de la ideología dt un
y consccucntemtntela de la moral sexual
grupo durante el proceto mismo de la Jucba
también,se realiza las fuerzas adversa'.
contra
de ore grupo locha «,10 puede fortalecer tus posiciones
Veta clat,ede
con la ayuda de nuevos valores espirituales saca-
do' de su promo seno, y que ret.pondantotalmente a suse
tareas como clase asccnd:nte. Sólo mediante normas
ideales nurvos puede e',ta clase arrcbatar el Pcx.lera los
grupos sociales contrarios,
La tarea que corresponde, por tanto, a los ideólogos
de la clase obrera es buscar el criterio moral fundamental.y
producto de los intereses específicosde la clase obrera
armonizar con este criterio las nacientes normas sexuales.
Ya es hora dc comprender que únicamentedespués de
haber tanteado el proceso creador que se realiza allá aba-
engendra
jo, en las profundas capas sociales, proceso que posible
necesidadcsnuevas, nuevos ideales y formas, será re-
vislumbrar el camino en el caos contradictorio de las
del
laciones sexuales y desenrnarañar la enredada madeja
problema sexual.
Debemos recordar que el código de la moral sexual, en
armonía con las tareas fundamentales de clase, puede
convertirsecn poderoso instrumento que refuerce la po-
Sición de combate de la clase ascendente, ¿Por qué no
servirsede este instrumento, pues, en interés de la clase
obrera, en su lucha para el establecimiento del régimen
comunistay, a la vez también, para establecerrelaciones
nuevasentre los sexos, que sean más perfectas y felices?
El Amor en la Sociedad Comunista
(CARTAA LA JUVENTUD OBRERA)

EL AMOR COMO FACTOR SOCIAL Y PSIQUICO

Me preguntas, joven camarada, qué lugar corresponde


al amoren la ideología proletaria. Te sorprende el hecho
deque en los momentos actuales la juventud trabajadora
"sepreocupamucho más del amor y de todas las cuestio-
nescon él relacionadas" que de los grandes problemas que
tieneque resolver la República de los obreros. Si esto es
así (difícilmente puedo apreciarlo desde lejos), busque-
mos juntos la explicación de este hecho y hallaremos la
respuestaa esta primera cuestión: ¿Qué lugar correspon-
de al amor en la ideología de la clase trabajadora?
Es un hecho cierto que la Rusia soviética ha entrado
en una nueva fase de guerra civil. El frente revoluciona-
rio ha sufrido un desplazamiento. Actualmente la Iu-
cha hay que librarla entre dos ideologías, entre dos ci-
vilizaciones:la ideología burguesa y la ideología prole-
taria. Su incompatibilidad se manifiesta cada vez con
mayor claridad. Las contradiccionesentre estas dos ci-
vilizaciones diferentes son de día en día mucho más
agudas.
La victoria de los principios e ideales comunistas en
el dominio de la política y la economía tenía necesaria-
mente que ser la causa de una revolución en las ideas
8 ALEJANDRA KOLONTAY

bre la concepcióndel mundo, en los sentimiento


da formaciónespiritual de la humanidad 8
n los momentos actuales se puede observar ya trabajadora
)rmaciónde estas concepcionesde la vida y de una trans•
ad, del trabajo, del arte y de las ' 'reglas de la
ucta", es decir, de la moral. Las nuestra con.
relaciones sexuales
ituyen una parte importante de estas reglas de cons.
-a revolución en el frente ideológico pondráconducta
ransformación realizada en el pensamiento fin a la
humano du_
ante los cinco años de existencia de la República
de los
Sin embargo, a medida que la lucha entre las
dos ideo-
logias, la burguesa y la proletaria, se hace más
aguda
a medida que esta lucha se extiende y abarca nuevos
minios, surgen ante la Humanidad do-
nuevos "problemas
de la vida", que sólo la ideología de la claseobrera
drá resolver de una manera satisfactoria. Po.
Entre estos múltiples problemas se encuentra,
joven
camarada, el que tú señalas: "el problema del amor"
,que
la Humanidad, en las diversas fases de su desenvolvi-
mientobistórico,ha pretendidoresolverpor procedimien-
tos diversos. Sin embargo, ' 'el problema" subsistía: úni-
camente variaban sus intentos de solución, que diferían,
naturalmente, según el período, la clase y el "espíritu
de la época", es decir, la cultura.
En Rusia, hasta recientemente, durante los años de la
intensa guerra civil y de la lucha contra la desorganización
económica, solo a unos pocos interesaba este problema.
Eran otros sentimientos, otras pasiones más reales las que
retenían a la humanidad trabajadora. ¿Quién hubiera
sido capaz de preocuparse seriamente de las penas y sufri-
mientos del amor durante aquellos años en que el espec-
tro descarnado de la muerte acechaba a todos? Durante
aquellos años, la cuestión palpitante se resumía en un
¿quién vencerá? ¿La revolución (el progreso) o la con-
trarrevolución (la reacción)?
Y LA SEXV.'L 109
aspecto de la enorme contienda. la
echado Eros, ' 'dios del Amor", tenia ne-
desaparecer apresuradamente. No había
ni psíquicas pata abandenatse a las •'ale-
las del amor. La Humanidad res-
a una ley de conservaciónde la enetgia so-
Y esta cnetgia cs aplicada siempre al fin
e del memento histérico. Pot tanto,
estes otes se adueñó de la situación la simple y
ve: la naturaleza. cl mismo instinto biológico
la la atracción entre des setes de sexo
El v la se unían o separaban
isümente. mucho más fácilmente que durante el pas•do.
El y la mujer se entregaban mutuamente sin cs-
titmecimknto en sus almas y se separaban sin lágrimas
ai ¿Ser.
Es cierto que desaparecíala prostitución, pero en cam-
aumentaban las uniones libres entre los sexos. unio-
nes sin compromisosmutuos, y en las cuales el factor
cra el instinto de reproducción, desprovisto de la
bellezade los sentimientos de amor. Muchos fueron los
que ante este hecho sintieron espanto, pero es lo cierto
que durante aquellos años las relacionesentre los sexos
no podían ser de otro modo. No podían darse más que
dos formas de unión sexual, o bien cl matrimonio conso-
li&do durante varios años por un sentimiento duradero
de camaradería,de amistad conservada a través de los
años. y que, precisamente,por la seriedad del momento.
convertía en un lazo de unión más firme, o. por cl
contrario, las relaciones matrimoniales que surgían para
satisfacer una necesidad puramente biológica, y consti-
tuian simplemente un capricho pasajero del que ambas
partes se saciaban pronto, y que se apresurab.ln a liqui-
dar rápidamente,para que ro obstaculizaseel fin esenciil
de la vida: la lucha por el triunfo de la revolución.
El instinto brutal de reproducción,la simp:e atraccion
entrelos sexos. que nace y desaparececon la misma tapi-
KOLONTAY
ALEJÑOR,A
ni espirituales, es ese
sentimentales
lazos tejido con emoci(
dez sin crear consume,amor
"alado" en el corazón y en
forjadas
sido
que ban
divcrs'as
voluntad, ni llena de coníusiór
vacilar la
hace cerebro. La clase formada por
tribajo del llevarpor el Eros de alas
dejarse trastorno de la
el frío no podía momentos de
en aquellos cesar al combate a la Humanidad
plegadas llamaban sin
luciónque de los miembros de la
fuerzas psíquicas
desperdiciar luchaba, en sentimientos de orden
las
colectividadque
contribuían de una manera directa al triun-
no
dario que
que se concentra en un hombre o
matrimonio,
la base del una pérdida enorme de energía psí_
mujer, exige
en una aquellos años de lucha, la clase obrera,
quica. Durante vida, no estaba interesada solamente cn
tíficede la nueva de sus riquezas materiales,si-
posible
la mayor economía ahorrar también la
energía psíquica de
no que intentaba
para aplicarla a las tarcasge.
cada uno de sus individuos No es otra la causa de que
neralesde Ja colectividad.de lucha revolucionaria el "ala-
duranteel período agudoconsume a su paso, fuera reempla-
do Eros", que todo lo
zado por el instinto poco exigente de la reproducción,por
el Eros desprovisto de alas.
Pero ahora el cuadro es muy distinto. La República
de los Soviets, y con ella toda la Humanidad trabajadc-
ra, ha entrado en un período de relativa calma. Ahora co-
mienza una labor muy complicada, puesto que se trata
de comprender y de fijar de una manera definitivatodo
lo conquistado,todo lo adquirido, todo Io creado.El
proletario,arquitectode las nuevas formas de la vida,s:
ve obligadoa sacar una enseñanza de todo géneroso-
cial ypsíquico. Debe, por tanto,
comprender este fe-
nómeno también; tiene que asimilarlo, apropiárselo y
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 111

transformarloen un arma más para la defensa de su clase.


de haberse
sólo dcspués las riquezasasimilado las leyes que presiden
materiales y las que dirigen los
la creacióndedel alma podrá
sentimientos el proletariado entrar arma-
do hasta los dientes en la liza contra el viejo mundo
burgués.Sólo entoncespodrá la Humanidad trabajadora
vencercn el frente ideológico, como ha triunfado en el
frentemilitar y en el del trabajo.
Despuésdel triunfo y la consolidaciónde la revolución
en Rusia, cuando empieza a aclararse la atmósfera del
combaterevolucionario, y el hombre ya no se entrega
por entero a la lucha, reaparece de nuevo y reclama sus
derechosel tierno Eros de ' 'alas desplegadas", desprecia-
do durante los años de agitación. Se atreve a salir de
nuevo a la sombra del insolente Eros sin alas, del ins-
tinto de la reproducción, que desconoce los encantos del
amor, porque éste ha dejado ya de satisfacer las necesida-
des de los hombres. En este período de relativa calma, se
ha acumulado un excedente de energía, que los hombres del
presente,aún los representantes de la clase trabajadora,
no saben todavía aplicar a la vida intelectual de la colec-
tividad. Este excedente de energía psíquica busca su sa-
lida en los sentimientos amorosos. Y sucedeque la lira de
múltiplescuerdasdel dios alado del Amor apaga de nue-
vo el sonido de la monótona voz del Eros "sin alas". El
hombre y la mujer no se unen ya como durante los años
de la revolución, no buscan una unión pasajera para satis-
facer sus instintos sexuales, sino que comienzan de nuevo
a vivir "novelas de amor", con todos los sufrimientos y el
éxtasis amoroso que acompaña al alado Eros.
Presenciamosen la República Soviética un indudable
crecimientode las necesidades intelectuales; cada día se
sientemayor avidez de saber; las cuestionescientíficas, el
r.stud10del arte, el teatro, despiertan todo nuestro inte-
tés. Este afán Investigador que se experimenta en la Re-
pública de los Soviets por encontrar nuevas formas en
que encerrarlas riquezas intelectualesde la Humanidad,
112 ALEJANDRA KOI.OHCAY

comprende también, como lógico, la esfera


timientos amorosos. Sc observa, por tanto, de los
tar del interés en todo Io que se refiere a la un decptr.
sexual, es decir, cn el "problema amor". Es
aspecto de la vida del que con mayor o menor éct?uína
participan todos los individuos, Se obscrva conintent',dad
cómo militantes que hace algún tiempo no ason,b?
que los artículos editorialcs del diario Pravda, leían
con fruición libros en donde se canta al "diosleenahota
Eros, el
¿Debemos Interpretar esto como síntoma de
¿Acaso como señal de decadencia en la acción reacción?
ria? Dc ningún revoluciona.
modo. Ya es hora que rechacemosde
una vez para siempre toda la hipocresía del
burgués. Ha llegado ya el momento de reconocerpensamiento
tamente que el amor no es solamente un poderoso abícr.
de la Naturaleza, que no es únicamente una factor
fuerza
lógica, sino también un factor social. En su misma bio-
esen.
cia es el amor un sentimiento de carácter profundamente
social. Lo cierto es que el amor, en sus diferentes formas
y aspectos, ha constituído en todos los grados del
envolvimiento humano una parte indispensable e inse- des-
parable dc la cultura intelectual de cada época. Hasta la
burguesía,
que reconocealgunas veces que el amor es "un
asunto dc orden privado", sabe en realidad cómo enca-
denar el amor a sus normas morales para que sirva al lo-
gro y afirmación de sus interesesde clase.
Pero aun hay otro aspectode los sentimientosamoro-
sos al que la ideología de la clase obrera debe concederma-
yor im-portancia.Nos referimos al amor consideradocomo
un factor del que se pueden obtener beneficiosa favor de
la colectividad, lo mismo que de cualquier otro fenómeno
de carácter social y psíquico. Que el amor no es en modo
alguno un "asunto privado" que intercseúnicamente a
dos "corazones" aislados, sino por el contrarío, que.el
amor supone un principio de unión de un valor incalcula-
ble para la colectividad, se evidencia con el hecho de quo
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 113

todos los grados de su desenvolvimiento histórico, la


en ha establecido reglas que determinaban cuán-
el amor era considerado ' 'legíti-
do y cn qué condiciones
(es decir, cuando correspondía con los intereses dc
la colectividad),y cuándo tenía que ser consideradocomo
"culpable" (es decir, cuando el amor se encontraba en
contradiccióncon la sociedad) .
UN POCODE HISTORIA
Casi desde tiempcs inmzmcria:es
dad a establecerreglas comenzó la P
regulasen
laciones sexuales, sino también
En la época del patriarcado, la
de los hombres era el amor
de la sangre. En aquellos tiempos, por
crificase por el marido amado
bación y el despreciode la familia 0
perteneciese.En cambio, se daba g:aa va.'c
los sentimientos amorosos con respecto al
la hermana. La Antígona de los griegos
cadáveres de sus hermanos muertos con
¿e
pia vida. Este solo hecho hace 12 figura ¿z
na una heroína a los ojos de sus La
sociedad burguesa de nuestro tiempo calificaría aza z-
ción, realizada por la hermana y no por la
algo extraño y un poco impropio.
Durante los años de dominio de la sociedad
y de creación de las formas del Estado, el
amor más normal fué sin duda alguna. la amistad
dos individuos de una misma tribu.Era ¿z aza i=cr-
tancia transcendentalpara la colectividad, apeasZ-
bía sobrepasadola fase de la organización a-
miliar, y que, por lo tanto, todavía se sentía¿¿u za-
punto de vista social, el que todos sus individzos
vieran unidos por sentimientos de amor y rízalos
rituales. a
Las emocionespsíquicas que respondían
del amor-ar.isüd T
finalidad eran las determinantes D'E
los sentimientos amorosos de las relacio=es
colectividad
ante esteperíodo, los intereses'dela
LA 181UJERNUEVA Y LA MORAL SEXUAL 125

le aprisionaban con fuertes cadenas. Así nacie-


borgucsa
ronY„se que la clase
burggcsacreó, sirvió para expresar los conflictos amorosos
originadospor el encadenamiento del amor. El amor se
saliaconstantementede los límites matrimoniales que le
habíansido impuestos, y tomaba la forma de unión li-
breo adulterio, que la moral de la burguesía condenaba,
peroque en realidad noamor
hacia más que cultivar.
no corresponde a las necesi-
El ideal burgués del
dadcsde la capa social más numerosa, no llena las ne-
cesidadesde la clase obrera. Tampoco llena las aspiracio-
nesde la vida de los trabajadorcs intelectuales.A esto
se debe precisamente el enorme interés que despiertan en
lospaisesde capitalismo muy desarrollado todos los pro-
blemasdel sexo y del amor. Dc aquí nacen las investiga-
cionesapasionadaspara encontrar una solución a este pro-
blemaangustioso que inquieta a la Humanidad desde ha-
ce varios siglos. ¿Cómo será posible establecer relaciones
entrelos sexos que contribuyan a hacer a los hombres
másfelices,pero que al mismo tiempo no destruyan los
interesesde la colectividad?
Este mismo problema se plantea actualmente a la ju-
ventud trabajadora de Rusia. Un ligero examen de la
evoluciónde las relaciones matrimoniales y de los seati-
mientosde amor nos ayudará, joven camarada, a com-
prenderuna verdad indiscutible: que el amor no cs "una
cuestiónprivada", como parece entendersea primera vts-
ta. El amor es un precioso factor social y psíquico qtle
la Humanidad maneja instintivamente según los intere-
sesde la colectividad. Es la humanidad trabajadora, ar-
mada con el método científico del marxismo, y coa la
experienciadel pasado, la que tiene que comprender el
lugarque la nueva Humanidad debe reservar al amor en
las relacionessociales. ¿Cuál es, pues, el ideal de amor
que respondea los intereses la clase que lucha para
tendersu dominio por todo de mundo? ex-
el
111

EL AMOR- CAMARADERIA
La nueva sociedad comunista está
edificada
sobreel
es la solidaridad? No solamente debemos '
solidaridad la conciencia de la comunidad entender¿qué por
la solidaridad la constituyen también los de intereses.
tales y espirituales establecidos entre los lazos Sentimen_
misma colectividad trabajadora. El régimen miembros de una
socialedi_
ficado sobre principio de solidaridad y colaboración
ge, sin embargo, que la sociedad en cuestión exi-
arrollada en alto grado, "la capacidad de posea,des-
es decir, la capacidad para sensaciones potencialde
patía. de sim-
Si estas sensaciones faltan, el sentimiento de
dería no puede consolidarse.Por esto intenta la camara
proletaria educar y reforzar en cada uno de los ideología
miembros
de la clase obrera sentimientos de simpatía ante lossu-
frimientos y las necesidades de sus camaradas de clase.
También tiende Ja ideología proletaria a comprenderlas
aspiracionesde los demás y a desarrollar la conciencia
de
su unión con los otros miembrosde la colectividad.
Pe-
ro todas estas "sensaciones de simpatía", delicadeza,sen-
sibilidad y simpatía se derivan de una fuente común:de
la capacidadpara amar, no de amar en sentidopropia-
mente sexual, sino del amor en el sentido más amplio
de esta palabra.
El amor es un sentimiento que une a Jos individuos;
podemos incluso decir que es un sentimiento de orden
orgánico. La burguesía ha comprendido tambiéntoda
la fuerza de unión entre los hombres que puedetenerel
amor, y, por lo tanto, procuraba sujetarlo bien a susinte•
reses.Por eso la ideología burguesa, al intentar consolidar
la familia, recurrea la virtud moral del ' 'amor entrelos
LP,MUJER NUEVA Y Moran,SEXUAL 127

ser ' 'un padre de familia" era a los ojos de la


una de las rnás grandes y preciadas cualidades
burguesía
hombre.
del proletariado, por su parte, debe descontar el papel
El del sentimiento de amor, lo mismo
socialy psicológico de la palabra que en lo que se rcfic-
sentido
cl enel amplio
a las relacicncs entre los sexos, que puede y debe ju-
ué re los lazos, no son en el dominio de las re-
or garpara reforzar
laciones matrimoniales y de la familia, sino los lazos que
n- contribuyenal desenvolvimiento de la solidaridad colec-
la tíva.
¿Cuál será, pues, el ídeal de amor de la clase obrera?
¿En qué sentimientos tienen que basarse las relaciones se-
gualesen la ideología proletaria?
he Ya hemos visto, mi joven camarada, como cada épo-
ca de la historia posee su ideal de amor peculiar; hemos
analizado cómo cada clase, en su propio interés, da a la
nociónmoral del amor un contenido determinado. Cada
a gradode civilización trae a la Ilumanidad sensacionesmo-
S rales e intelectuales más ricas en matices, que recubren
de un color determinado las delicadas alas de Eros. La
evoluciónen el desenvolvimiento de la economía y las
costumbressociales, ha sido siempre acompañada de mo-
dificacionesnuevas en el concepto del amor. Algunos ma-
ticesde este sentimiento se reforzaban, mientras otros ca-
racteresdisminuían o desaparecían totalmente.
El amor en el transcurso de los siglos de existencia de
la sociedadhumana evolucionaba desde ser un simple ins-
tinto biológico (el instinto de reproducción, común a
todos los seres vivientes superiores o inferiores divididos
en dos sexos), y se enriquecía sin cesar con nuevas sen-
sacionespsíquicas, hasta convertirse en un sentimiento
muy complicado (1).
(l) Otro origen biológiconatural del amor es e! instinto de mater-
nidad; los cuidados que la madre tiene que prestar a sg hijo, se mezclan
Ycruzanentre sí
y los
ral parael desarrollo dos instintos son los que han creado una base natu-
contribuido las de las sensacionescomplejasdel amor a lag que han
relaciones sociales.
128 ALEJANDRA KOLONTAY

El amor pasó de ser un fenómeno biológico


a
El instinto biologico de reproducción que
las reiaciones entre los sexos en los primeros determinó
desenvolvimientode la Humanidad, tomó, grados del
Sión de las fuerzas económicas y sociales, bajo la
diametralmenteopuestos, Por un lado, dos sentido
bajo la
de relaciones económicas y sociales monstruosas, presión
todo bajo el yugo capitalista,el sano instinto
atrncción física de dos seresde sexo distinto sexual(Id
instinto de reproducción), degencró y se basadaen
juria malsana. El acto sexual se transformó convirtió en lu
en _
cn sí mismo, en un medio para lograr ' 'mayor un fin
sidad", cn una depravación exacerbadapor voluptuo_
las perversionesy los malsanos aguijonazos los excesos
El hombre buscaba a la mujer, no impulsado de la carne.
na corriente sexual que le empujase con todopor una sa-
hacia una mujer; el hombre ' 'buscaba" a la mujer su ímpetu
perimcntar ninguna necesidadsexual, y la buscaba sin ex-
el único fin de provocar esta necesidadmediante con
timidad del contacto con la mujer. De este modo ella in-
bre se procura una voluptuosidad con el hecho mismo hom-
acto sexual. Si la intimidad del trato con la mujerdel no
provoca en el hombre la excitaciónesperada,los hombres
estragados por los excesos sexuales recurren a toda clase
de aberraciones.
Por otra parte, la atracción física entre los sexosse
complica en el transcurso de los siglos de vida socialde
la Humanidad y de las diversascivilizaciones,y adquie-
re toda una gama de matices y sentimientos diversos.En
su forma actual, el amor es un estado psicológicomuy
complejo que desde hace mucho tiempo se desprendió
por completo de su fuente originaria, el instinto bioló-
gico de reproducción, y que llega en muchos casosa estar
incluso en contradicción con él. El amor es un conglo-
merado de sentimientos diversos: pasión, ternura espiri-
rual, lástima, inclinación, costumbre, etc. Es difícil,
SEXUAL
LA MUJER NUEVA Y LA Moe.AL 129

ante tan gran complejidad, establecerun lazo de


ges, directo entre el "Eros sin alas" (atracción física
sexos), y el "Eros de alas desplegadas" (atrac-
entre los El amor-amistad, en el que no es posible
cíón psíquica).
ní un átomo de atracción física; el amor espi-
encontrar por la causa,por la idea; cl amor imperso-
r'ltual,sentidocolectividad, son sentimientos que demues-
nal hacía una basta qué punto se ha realizado y se ha
tranclaramente base biológica el sentimiento de amor.
alejado de su
el problema mucho más. Con
pero aún se complica flagrante
granfrecuenciasurge una contradicción entre las
diversasmanifestacionesdel amor, y comienza la lucha.
El amorsentido por la "causa amada" (no el amor sim-
plcmente por la causa,sino por la causaamada) no con-
cuerdacon el amor sentido por el elegido o elegida del
corazón; (1), el amor sentido por la colectividad se
presentaen conflicto con el amor sentido por la mujer,
el marido o los hijos. El amor-amistad se encuentra en
contradiccióncon el amor-pasión. En un caso el amor
estádominadopor la armonía psíquica; en el otro tiene
por base "la armonía del cuerpo"
El amor se ha revestido de múltiples aspectos. Desde
el punto de vista de las emocionesde amor, el hombre de
nuestraépoca, en el cual los siglos de evolución cultura!
han hecho que se desarrollen y eduquen los diferentes ma-
ticesde este sentimiento, se siente como a disgusto en el
significado demasiado vago y general del sentido de la
palabraamor (2).
La .multiplicidad del sentimiento de amor crea, bajo
el yugo de la ideología y costumbres capitalistas, una serie

(l) Este conflictose da principalmentecon gran frecuenciaen las mo-


jeru en la épcxa contemporánea de transición.
(2) La nueva humanidadse verá obligadaa encontrar nuevas palabru
pataexpresarlos múltiples
mentese traducenen torma grosera.de las senucioaet psíquicas que actual•
tales como
anhelo.comple}0amoroso y amistad. Elpalabras
pr
estado de alma tan
pasión.
queresultade la union de estoo
"do en modoalguno diversa. no puede ser expct•
por estas ntx•oaes y tan vagas.
130 ALEJANDRA KOLONTAY
dramas morales. Desde fines
de dolorosos e insolubles los escritores psicólogos a tra-
del siglo XIX empezaron multiplicidad
la
tar como tema favorito representantes del sentimiento
de amor. Los reflexivos de la cultura bur-
gucsa empezaron a sentir inquietud y desconciertoante
aquel "enigma" del amor por dos y hasta por tres seres"
H. A. Herzcn, nuestro gran pensador y publicistadel
siglo pasado, intentó encontrar una solución a esta com-
pl:jidad del alma humana, a este desdoblamiento de sen-
timientos, en su novela titulada: "¿De quién es la cul-
pa?" También Chernychevsky intentó encontrar la so-
lución a este problema en la novela social "¿Qué hacer?"
El desdoblamientodel sentimiento de amor, su multi-
plicidad, ha preocupadoa los más grandes escritoresde
Escandinavia, tales como Hanisen, Ibsen, Bernsen (l)
y Heierstan. Los literatos franceses del siglo pasado se
han ocupado también de este tema. Romain Rolland,
escritor que simpatiza con el comunismo, y Maeterlink
(2), que no puede encontrarse más alejado de nuestros
ideales, han tratado igualmente de encontrar la solución
a este problema. Los genios poéticos como Goethe, By-
ron y Jorge Sand, este último uno de los pionners más
ardientes del dominio de las relaciones entre los sexos,
han intentado resolver en la práctica este problema com-
plicado, este "enigma del amor". Herzen, el autor delli-
bro "¿De quién es la culpa?", lo mismo que otrospen-
sadores, poetas y hombres de Estado, se han dado cuenta
del terrible problema a la luz de su propia experiencia.
Pero bajo el peso del "enigma de la dualidad de senti-
mientos de amor", se doblegan también los hombresque
no son 'grandes" en modo alguno, pero que buscan en
vano la clave de la solución del problema dentro de los
solu-
límites impuestos por el pensamiento burgués. La
ción del problema está precisamente en manos del pro-

Hilde. La mal avenida


8a Celisette.
NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 131
LA
pertenece a la
do. La solución de este problema la Humanidad
y al nuevo género de vida de
ideología
trabajadora. dualidad del sentimiento de
Cuando hablamos de la
desplega-
de las complejidades del "Eros de alas
no debemos confundir esta dualidad con las rela-
d;s", un hombre con varias mujeres. o de
ciones sexuales de
mujer con varios hombres. La poligamia, en la que
una
se da el sentimiento de amor, puede ser causa de con-
no precoz del organismo,
secuencias nefastas (agotamiento
felicidad para contraer enfermedades venéreas, et-
mayor crean "dramas morales"'
¿cera) ; pero estas uniones nosurgen cuando nos encon-
Los ''dramas", los conflictos sus matices y
tramosen presenciadel amor con todos
puede amar a ua
diversas.Una
manifestaciones mujer
solamente si sus pensamientos,
hombre, "por su espíritu"
los su-
sus aspiracionesy sus deseosestán en armonía con por la
yos, y al mismo tiempo puede sentirsearrastrada
hombre. Lo mismo que
poderosa atracción física a otro
la mujer puede el hombre experimentar un sentimiento
de ternura lleno de consideraciones,de compasión llena
otra en-
de solicitudpor una mujer, mientras que en
cuentrasu apoyo y la comprensiónde las más altas y
mejoresaspiracionesde su "yo". ¿A cuál de estas dos
mujeresdeberá entregar la plenitud de "Eros"? ¿Ten-
drá necesariamente que mutilar su alma y arrancarse uno
de estos sentimientos cuando sólo puede adquirir la ple-
nitud de su ser con el mantenimiento de estos dos
de amor?
Bajo el régimen burgués el desdoblamiento del alma
y del sentimiento lleva consigo inevitables sufrimientos.
La ideologíabasada en el instinto de propiedad ha incul-
cadoal hombre durante siglos y siglos que todo senti-
miento de amor debe estar fundamentado en un pnncl-
pio de propiedad. La ideología burguesa ha gravado en
la cabezade los hombres la idea de que el amor da de-
rechoa poseerenteramente,y sin compartirlo con nadie,
132 ALEJANDRA KOLONTAY

el corazón del ser amado. Este ideal, esta


en el sentimiento de amor la exclusividad
la forma establecida del matrimonio indisoluble
ideal burgués d; e'amor absorbente" entre y
Pero un ideal de esta clase, ¿puede responderlos es
reses de la clase obrera? Mucho más importante a
seable es desde el punto de vista de la y
letaria el que las sensacionesde los hombres ideologia
can cada vez con mayor contenido y se hagan se
tiples. La multiplicidad del alma constituye más
te un hecho que facilita el desarrolloy educaciónptecisamea.
lazos del corazón y del espíritu, mediantelos de
consolidará la colectividadtrabajadora. Cuantocualesse
merosos son los hilos tendidos entre las almas,entre más
corazones y las inteligencias, más solidez adquiere los
espíritu de solidaridad y con más facilidad
lizarse el ideol de la clase obrera: camaraderíay
El exclusivismoy ' 'la absorción" en el sentimiento
amor, no pueden constituir, desde el punto de vistade de
la ideología proletaria, el ideal del amot determinantt
de las relacionesentre los sexos. Todo Io conttatWEl
proletariado, al darse cuenta de la multiplicidad
"Eros de alas desplegadas", no se asusta en absolutode
este descubrimiento, ni tampoco experimentaindigna.
ción moral como lo aparenta la hipocresíaburguesa. El
proletariado trata, en cambio, de dar a este fenómeao
(que es el resultado de complicadascausasoficiales)una
dirección que sirva a sus fines de clase en el memento
de la lucha y de la edificaciónde la sociedadcomunista.
¿Estará acaso la multiplicidad del amor en si misma
en contradiccióncon los interesesdel proletariado?Te de
do lo contrario; esta multiplicidad del sentimiento
amor facilita el triunfo del ideal de amor en las relaciona
entre los sexos, que se forman y cristalizanya en el
mismo de la clase obrera: el amor-camaradcría. al amoc
La humanidad del patriarcado se presentó
como el cariño entre miembros de una familia (amvx
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL.
SEXUAL 133
entrehcrmanas y hermanos, entre los hijos y los
padres)
El mundo antiguo anteponía a todo otro sentimientoel.
amor amistad. El mundo feudal hacía su ideal de
amo"
al amor ' 'espiritual" del caballero, amor independiente
del matrimonio y que no llevaba consigo la satisfacción
de la carne. El ideal dc amor de la sociedadburguesa
era
cl amor de una pareja unida por un sentimiento legítirao.
El ideal de amor de la clase obrera está basado cn
colaboraciónen el trabajo, en la solidaridad de espiritu la
y de la voluntad de todos los miembros,hombresy mu-
jercs,y se distingue, por lo tanto, de un modo absoluto
de la noción que del amor tenían las otras épocasde ci-
vilización. ¿Qué es, pues, el "amor-camaradería?" ¿Que-
rrá todo esto decir que la severa ideología de la clase
obrera, forjada en una atmósfera de lucha para el triunfo
de la dictadura del proletariado, se dispone a arrojar de
un modo despiadado al delicado Eros alado? De nin-
gún modo. La ideología de la clase obrera no puede des-
plazar al "Eros de alas desplegadas". Más bien todo
lo contrario; es decir, prepara el reconocimientodel
sentimiento de amor como fuerza socialy psíquica.
La hipócrita moral de la cultura burguesaque obliga-
ba al dios Eros a no visitar más que a la "pareja unida
legalmente", le arrancaba sin piedad las plumas más be-
llas de sus alas de brillantes colores. Fuera del matri-
monio no podía existir para la ideologíaburguesa más
que el Eros sin alas, el Eros despojado de sus plumas de
vivos colores; la atracción pasajera entre los sexos bajo
la forma de caricias compradas (prostitución) o de cari-
cias robadas (adulterio) .
La moral de la clase obrera, por el contrario, recha-
za francamente la forma exterior que establecelas relacio-
nes de amot entre los sexoa.
Para el logro de las tareas del proletariado es com-
pletamente igual que el amor tome la forma de una unión
estableo que no tenga más importancia que la de una
unión pasajera. La ideología de la clasecbrera no pue-
134 AL r JAHI)PA

de fijar límites al amor, Por el contrarío,


empieza a wnfir inquietud el
del amor. por los lazos de sentimientosy
unen a Por eso en este vntido la ider,bzía
dos t.cXOS.
tiene gue perseguir al "Eros sín alas"
ria. satisfacción unica de Jos deseoscarnales por la
titución, transformacióndel "acto sexual" en un fin
sí m;qmo, lo que hace de él un "placer fácil" , etc.),
implacablemente que lo hacía Ja moral burguesa.ma u
' 'Eros sin alas" está en contradicción los '.ntere•zg
de la clase obrera. En primc•r lugar, este amor sU',)
inevitablemcntelos excesosy el egotamítr,to zg
do lo cual contribuye a que diminuya la restrvadeener-
tc.
gia de la Humanidad, En segundo Jugar, el ' 'ErosLin
alas" empobreceel alma porque impide el desenvolví-
miento entre los seres humanos de lazos psíquicosy de
sensaciones de simpatía. En tercer lugar, este amor tízne
por base la desigualdad de derechos entre los sexosen las
relaciones sexuales; es decir, está fundado en la depen-
dencia de la mujer con relación al hombre, cn la fatui-
dad o insensibilidaddel hombre; todo lo cual abogane-
cesariamentetoda la posibilidad de experimentarun
timiento de camaradería. En cambio la acción ejercidaso-
bre los sereshumanos por el ' 'Eros de alas desplegadas"
es completamente distinta.
Es indudable que en el fondo del "Eros de alas des-
plegadas se encuentra, lo mismo que en el "Eros tia
alas", la atracción física entre los sexos. La diferen:ía
consíste precisamenteen que en el ser movido por gentí-
mientos de amor que le empujan hacia otro ser, se
piertan y se manifiestan justamente aquellascualídadc
del alma necesariasa los constructoresde la nuevacultu-
ra: sensibilidad,delicadezay deseo de ser útil a otro.
La ideología burguesa, en cambio, exige que ef hombre
o la mujer no hagan gala de estas cualidadesmás qg
en presencia del elegido o elegida, es decir, en sus relacio-
con un solo hombre o con una sola mujer Lo
LA BIVJER NUEVA Y LA ,MCRALSEXUAL 135

ta ideología proletaria es que cestas


im,ortantc para se desarrollen y se eduquen cn
cualidads se despierten,
y por tinto. que no se manifiesten
todoslos hombres con e! objeto amado, sino en las
sólo cn las relaciones
retaciencscon todos los dcmás miembros de la colecti-
vidad.
En realidad para el proletariado no tienen importan.
cia los matic:s y sentimientos predominantes en el ' 'Eros

de alas desplegadas" cl proletariado se siente indiferen-
te ante los delicados tonos del complejo amoroso. ante
los encendidoscolores d: la pasión o ante la armoní.l
del espíritu. Lo único que le interesa es que en todas
las manifestacionesy sentimientos de amor existan los
elementospsíquicos que desarrollan el sentimiento de
camaradería.
El ideal de amor-camaradería forjado por la ideolo-
gía proletaria para sustituir al "absorbente" y ' 'exclusi-
vo" amor conyugal de la moral burguesa, está fundado
en el reconocimientode derechos recíprocos, en el arte de
saber respetar, incluso en el amor, la personalidad de
otro, en un firme apoyo mutuo y en la comunidadde
aspiraciones colectivas.
El amor-camaraderíaes el ideal necesarioal proletario
en los períodos difíciles de grandes responsabilidades, en
los que lucha para el establecimiento de su dictadura o
para fortalecer su mantenimiento. Sin embargo, cuando
el proletariadohaya triunfado totalmente y sea ya un
hecho la sociedadconstituída, el amor, el "Eros de alas
desplegadas"se presentará en una forma completamente
distinta, revestirá un aspecto diferente en absoluto al que
tiene actualmente, adquirirá un aspecto completamente
desconocido hasta ahora por los hombres. Los "lazos
de simpatía" entre los miembros de la nueva sociedad
habrán desarrollado y fortalecido. la "capacidad para se
amar" será mucho mayor, y el amor-camaradería
Vertiráen "animador", papel que en la se con-
estabareservadoal principio de sociedadburgue•
concurrencia y al egoís-
136 ALCJANDRA KOLONTAY

mo. E! colectivismodel espíritu y de la voluntad t/iun_


farán sobre el individualismo que se bastaba a sí mismo.
Desaparcccrácl •'frío de la soledad moral", de la que
cn cl tégtmcn burgués intentaban escapar los hombres
fugiándoseen cl amor o cn cl matrimonio; los hombres
quedarán unidos entre sí por innumerables lazos senti-
mcntAlcsy psíquicos. Los sentimientos de los hombres
sc modificarán en cl sentido de los intcresescada vez más
grandes hacia la cosa pública. Desaparecerán en el olvido
sin dejar cl menor rastro la desigualdad entre los sexos
y todas las formas de dependenciade la mujer con rela-
ción al hombre.
En esta nueva sociedad, colectivista por su espíritu
y sus emociones,caracterizadapor la unión feliz y las
relaciones fraternales entre los miembros de la colectivi-
dad trabajadora y creadora, Eros, el dios del amor, ocu-
pará un puesto de honor, como sentimiento capaz de en-
riquecer la felicidad humana. ¿Cómo se transfigurará
este Eros? Ni la fantasía más creadora es capaz de ima-
ginárselo. Lo único indiscutible es que cuanto más uni-
da esté la Humanidad por los lazos duraderos de la soli-
daridad, tanto más íntimamente unida estará en todos
los aspectosde la vida, de la creacióno de las relaciones
mutuas. Por consiguiente, tanto menos lugar quedará
para el amor en el sentidocontemporáneode la palabra.
En nuestros tiempos el amor peca siemprepor un exceso
de absorción de todos los pensamientos, de todos los sen-
timientos entre dos "corazones que se aman", y que,
por lo tanto, aislan y separan a la pareja amante del resto
de la colectividad. Este apartamiento, este aislamiento
moral de la "pareja amorosa", no sólo será completa-
mente inútil, sino que psicológicamenteserá imposible
en una sociedad en la que estén íntimamente unidos los
intereses,las tareas y las aspiracionesde todos los miem-
bros de la colectividad.En este mundo nuevo la forma
reconocida, normal y deseablede las relaciones entre los
estará basada puramente en la atracción sana li-
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL Sr,XVhL

natural (sin perversiones ni excesos) de 106oezçs;


brc y sexuales de los hombres en la nueva
las relaciones determinadas por el "Eros transfigu-
ciedadestarán
rado" actualmente nos encontramos en el recodo don-
pero
se cruzan dos civilizaciones: la cívilízací6n burgueta
de proletaria. En este período de transí-
y la civilización
estos dos mundos luchan encarnízada-
ción, en el que los frentes, incluso, naturalmente en el
menteen todos el proletariado
frcnteidcológico, está muy ínteresado en
lograrpor todos los mediosa su alcancela acumulación
más rápida posible de "sensaciones y sentimientos de
simpatía". En este período de transición la ídea moral
que determina las relaciones entre los sexos no puede
ser el brutal instinto sexual, sino las múltiples sensaciones
del amor-camaraderíaexperimentadas por hombres y
mujeres. Para que estas sensaciones correspondan a la
nueva moral proletaria en formación, es necesario gue
esténbasadasen los tres postulados siguientes:
Igualdad en las relacionesmutuas (es decir, des-
apariciónde la suficienciamasculina y de la servil su-
misiónde la individualidad de la mujer al amor),
29 Reconocimiento mutuo y recíproco de sus dere-
chos, sin pretender ninguno de los seres unidos por re-
lacionesde amor la posesión absoluta del corazón y el
alma del ser amado. (Desaparición del sentimiento de
propiedad fomentadopor la civilización burguesa).
3 0 Sensibilidad fraternal; el
arte de asimilarse y com-
prenderel trabajo psíquico que se realiza en el alma del
ser amado. (La civilización burguesa
mujerposeyeseen el amor esta sólo exigía que la
Pero
sensibilidad),
aunque la ideología de la clase obrera
selos derechosdel proclama-
' 'Eros de alas desplegadas" (del amor)
subordinaal mismo tiempo
de la colectividad el amor que los miembros
sentimiento
trabajadora sienten entre sí, a otro
mucho más poderoso, un sentimiento
ber con la de de-
colectividad. Por
muy grande que sea el amor
138 ALEJANDRA KOLONTAY
que una a dos individuos de sexos diferentes, por
que sean los vínculos que unan sus corazoncgy tnucbog
mas, los lazos que los unan a Ja colectividad tienen al.
scr mucho más fuertes, más numerosos y orgánicos. " que
do para el hombre amado", proclamaba la moral
sa; ' 'Todo para la colectividad",establecela moralburgue.
Ictaria. pro.
Ahora te oigo argumentar, mi joven camarada:
cedido, como afirmas, que las relaciones de amor, "Con.
en el espíritu de fraternidad, se conviertan en el basadas
la clase obrera. Pero, ¿"no pesará demasiado este idealde
ta "medida moral" del amor sobre los sentimientos ideal,eg-
rosos? ¿No pudiera ocurrir que este ideal destroceyamo.
mu.
tile las delicadas alas del ' 'suspicaz Eros"? Hemos liber-
tado al amor de las cadenasde la moral burguesa;pero,
¿no le crearemostal vez otras?"
Tienes razón, mi joven camarada.La ideologíapro-
letaria, al rechazar "la moral" burguesaen el dominiode
las relaciones matrimoniales, se forja inevitablementesu
propia moral de clase,sus nuevas normas reglamentado-
ras de las relaciones entre los sexos, que correspondenme-
jor a las tareas de la clase obrera, que sirven para educat
los sentimientos de sus miembros y que, por lo tanto,
constituyen hasta cierto punto cadenasque aprisionanel
sentimiento de amor. Si hablamosdel amor patrocinado
por la ideología burguesaes indudable que el proletaria-
do arrancará irremisiblemente muchas plumas de las alas
del delicado Eros, tal y como se lo representa aquella ideo-
logía. Pero lo que no se puede hacer, porque significa
no darse cuenta del porvenir, es lamentarse de que la clase
obrera imprima su sello en las relacionessexuales,conel
fin de lograr que el sentimiento de amor corresponda'con
sus tareas de clase. Eg evidente que en vez de las viejas
plumas arrancadasa las alas de Eros, la claseascendente
de la Humanidad hará que le crezcan otras de una be
lleza, fuerza y brillo hasta ahora desconocidos.No olví-
des, joven camarada,que el amor cambia de aspectoy $
MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 139
LA
de una manera inevitable a la vez que cam-
transforma económicas y culturales de Ja sociedad.
las fases que de las relaciones de amor desaparezca
Si logramos
exigente y absorbente sentimiento pasional; sg
el
cl ciego, también cl sentimiento de propiedad lo mismo
desaparece
deseo egoísta de ' 'unirse para siempre al ser amado" •
quecl que desaparezcala fatuidad del hombre y que
si logramos
renunciecriminalmentea su "yo", no cabe
la mujerno desaparición de todos estos sentimientos ha-
dudaque la otros elementos preciosos para el
rá que se desarrollen
amor.Así se desarrollará y aumentará el respeto hacia la
personalidadde otro, lo mismo que se perfeccionará el
arte de contar con los derechos de los demás; se educará
la sensibilidadrecíproca y se desarrollará enormemente la
tendenciade manifestar el amor no solamente con besos
y abrazos,sino también con una unidad de acción y de
voluntaden la creación común.
La tarea de la ideología proletaria no es, pues, separar
de sus relacionessociales al ' 'Eros alado". Consiste sim-
plementeen llenar su carcaj con nuevas flechas; consiste
en hacerque se desarrolle el sentimiento de amor entre
lossexos,basadoen la más poderosa fuerza psíquica nue-
va: la solidaridad fraternal.
Espero,joven camarada, que ahora verás claramente
queel hecho de que el problema del amor despierte un
interéstan extraordinario entre la juventud trabajadora
no es en modo alguno síntoma de "decadencia". Creo
queahora podrás encontrar por ti mismo el lugar que
debecorresponderal amor, no sólo en la
proletariado, ideología del
sino en la vida diaria de la juventud tra-
bajadora.

DE "LA MUJER
NUEVA Y LA MORAL SEXUAL"
INDICE
Págs.
5
Pró\ogo
CAPITULO PRIMERO
moral sexual 13
I. ----La mujer nueva y la 36
11. ---- 54
--
111.
CAPITULO SEGUNDO
El amor y la moral nueva 65
CAPITULOTERCERO
Las relacionesentre los sexos 85
EL AMOR EN LA SOCIEDAD COMUNISTA
I.—EI amor como factor social y psíquico 107
II.—Un poco de historia 114
111.—-EI amor-camaradería ; 26
So terminó el SO de abril
de 1972en la Imprenta do
Juan Pablos. S. A., Mexicali
núm. 39. México 11. D. F.
1,000ejemplares

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