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MORAL SEXUAL
Ml)JER NUEVA
MORAL SEXUAL
KOLONTÂY
LA MUJER NUEVA
MORAL SEXUAL
o huelga,
un oôo después de ión, Todos
legitimoa, inclUSO 105 de
en este toa hijos ticth'0 ace otett(tiltoa
nadi es,
La mujer nueva y la moral sexual
de mujer.
El tipo esencialde la mujer del próximo pasadoera
instrumento, com-
"la esposa", la mujer solo resonancia,
plementodel marido. La mujer del nuevo tipo "célibe" ha ce-
está bien lejos de ser una resonancia del marido;
ser un simple reflejo del hombre. La mujer
sado de
"célibe" posee su propio mundo interior, vive entregada
exterior
a intereseshumanos generosos; es independiente
años, una definición
e interiormente. Hace veinticinco sido
sentido, hubiera
de esta clase hubiera carecido de eran sene
consideradavacía de significado. Los cuadros
madre, la "literata",
cillos y definidos: la jovencita, la Kurakín.
Elena
la amante o la mundana, del género de
LA MUJER NUEVA Y
LA MORAL SCXVAL
en ta novela Guerra y Paz, de
Tolstoi. Estos tipos eran
moneda corriente, clata y comprensible,
"célibe" no quedaba Sitio en la literatura Para la mujer
ni en la vida,
Cuando la Historia ptoducia mujeres
mejantcs a las heroínas contemporáneas, con rasgos se.
como desviaciones puramente accidentales eran consideradas
como verdaderos tenómcnos psicológicos,de la norma,
Peto la vida no puede permanecerinmóvil
de la Historia, al girar cada vez con ritmo y la rueda
obliga a los hombres de una misma generación más acelerado
nociones diferentcs, les bace enriquecer su a aceptar
un material nuevo. El nuevo tipo de mujer, vocabulario con
•'célibe" dcsconocidade nuestras abuelas y hasta la mujer
de nues-
tras mismas madres, cs en nuestra época un hecho
un ser vivo con existenciapropia. real,
Las mujeres del nuevo tipo, las mujeres "célibes", son
esos millones de figuras cnvueltas en trajes grises que se
mueven desde las primeras horas del alba en intermina-
ble fila desde los barrios obreros a los almacenes, a las
fábricas y estaciones, que llenan los trenes y tranvías, ca-
mino del trabajo. Las mujeres ' 'célibes" son esos miles
de muchachaso de mujeresya maduras que en las gran-
dcs ciudades hacen aumentar las estadísticas de hogares
independientcs. Son las muchachas y mujeres que sos-
tienen una sorda y continua lucha por la vida, que pasan
toda su existencia sentadas ante la mesa de la oficina,
junto a los aparatos telegráficosy detrás del mostrador
de las tiendas. Las mujeres "célibes" son esas jóvenes de
alma alegre que, con la cabeza llena de sueños y pro-
yectos audaces,se atreven a llamar a la puerta de los tem-
plos de la cienciay del arte; son las que con paso firme,
casi masculino, recorren las calles de la ciudad en busca de
una lecciónmal retribuída o de algún trabajo ocasional.
Se encuentra a la mujer "célibe" sentada ante la mesa de
trabajo, en el laboratorio entregada a un experimento
científico, en los archivos hojeando libros, cumpliendo
18 ALEJANDRA KOLONTAr
lasengan-
sas de alcanzar el camino abierto. Las espinasa caminar
chan y las hieren; sus pies, no acostumbrados
y sushuellas
sobre afiladas puntas, se cubren de llagas,
quedan marcadas con rojos hilillos de sangre. cada
compacta,
es posible detenerse; una muchedumbre
que se
extieB'
ruta
vez más densa, avanzaba por la nueva Inmediatamen'
de sin límites. iDesgraciadas las débiles! filasapreti
las
te son arrojadas al borde del camino por
LA MUJER NUEVAY
(l) Sudetman;
La Patria.
22
no corrrtronde a gus intereses indiv;daa
vida tcmón que una parte de su vida
ana no más
amet pa!ieft«, se extingue: el amorm,ae_
La
y múlttrlc. Se «rifan. No tenemos ante
re tamt'tiñ, a l' muchacha abandonada.
una ro, individualidadque bibido la copa dil
d Vino otaba mezclado con veneno. Olga
tn que hombre ror ella elegido. En gus
m" fotttc que cl
incluso cn aquellas de desengaño amoroso,
de
«n bu«a dc Olga. que ha sabido seguir siendo
ón«a amistad ficl. En la vida complicada de Olga,tia
de amor no
cn acent«tmicntos luchas. la novela
tituyc más que un ' 'episodio".
Entre la muchedumbrede mujercs nuevas, erguidala
bcrmou cabeza. se adelanta. con paso seguro Lansovclo
(l), la muycrmédico. heroína típica de mujer ' 'céliW•.
Su vida toda está dedicadaa la ciencia y a la práctka
de la medicina.Las salas clínicas son, a la vez, templo
y hogar. Ha conquistado, por parte de sus colegasmas.
cultnos, la estimación y el reconocimiento de su valor.
y ha sabido rechazar con dulzura. peto con obstinación
sus proposiciones matrimoniales. Lansovelo necesitali-
bcrtad y la soledad para consagrarsede lleno al trabajo,
sin el cual no podría vivir ni respirar. Ante esta figura
de "mujer emancipada", vestida sobriamente, cuya vida
está dividida en horas de trabajo, lucha por el ejercicio
de su profesión,y triunfos de amor propio al emitirun
diagnóstico exacto. el lector se siente sobrecogido por una
corrientede frialdad. Pero, de repente, como escenaob-
servadacasualmente, la doctora se nos revela en otro as-
pecto completamentedistinto. Han llegado las vacacio-
nes y Lansovelo descansaen el campo con "su amigo',
médico como ella. Allí se nos revela la mujer; allí reina
su ' 'yo" femenino. Sus vestidos son vaporososy claros,
su risa alegre. No esconde "sus amores". Si en París
( l) Potapenke:En la niebla.
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 25
(I) La novela debería terminar en este punto. Todo lo que sigue. tos
¿o el resto de gas amoresccn Stark, es completamente
artificial. En esa
Tania que amolda a las circunstancias.que reniega de su arte, que se
totalmenteen an objeto de placer para Stark, no podemosre:ono-
cet a Tania. de personalidad
vivientey entera.Eg lamentable
el baya calumniadoa gu Tania ea esta forma.
(2) usa Fnpaa: Traba}o,
32 ALEJANDRA
KOLONTAY
Prepara la senda hacia la independencia
mujcrcs de clase burguesa. Josefa econó
las profesiones liberales. con pasoinicia el
indeciso
Ina y prudente va
(l), deliciosa figura espiritual de
que interroga al mundo con grandesmujer
ojos
mujer que por primera vez se da cue
una manera consciente.
nta de figura
' 'Yo
soy yo y sí misma
en el amor podemos fundirnos" es Sutú erestú de
La heroína de Yuchkevitch, la e divisa 'Y Sólo
xtraña
Elena (2), pasa tímidamente al borde y acongojada
del camino
procura ocultar la tragedia de su alma,
humana, incomprensible hasta para ellasu gran
no es una mujer del tipo ' 'célibe". No misma Elena
nueva; los rasgos del viejo y nuevo
es una
tipo se funden mujer
en complicado nudo. Un pujante y acusado en ella
"eterno
menino", equilibrado por el espíritu,por fe.
un ''yo"
mano, que se plantea serios problemas. Su dulce hu.
11
dt
(l) Las aventuras amorosas de Matilde no impiden que dejemos
sentimot
respetarsu personalidadíntegra y pura. Lo mismo que Matilde,pero qgt
una piedaddespreciablepor su hermana Marta. cbrera como ella. entre
con dinero de cada aventura amorosa. Hay todo un abismo
libertadde Matilde, y la venalidad de Marca.
LA MUJCR Y Moruc
moral nueva en formación, que bace cincuenta año'
calificábamos como una "mancha" imborrable en una
muchacha soltera o en una mujer, hoy lo consideramos
como un hecho que no necesita ni jugtíficací6n ni per-
dón, Jorge Sand tuvo que defender el derecho de la
mujer al abandonar a su marido por un amante elegído
libremente por su corazón, En la paradisíaca Inglaterra,
Grent Allan todavía ha tenido no hace mucho que tornar
bajo su protección a la madre soltera, Pero a medida
que la mujer se hace independiente,cuando deja de depen-
der de un padre o de un marido, a medida que participa
al lado del hombre en la lucha social, el viejo criterio re-
sulta completamente inútil.
La acumulación gradual en la mujer de caracteresy
sentimientos morales humanos nos enseña a apreciar en
ella, no sólo a la representantedel sexo, sino también a
una individualidad. Al mismo tiempo desaparecela an-
tigua valoración que consideraba a la mujer como la
hembra capaz de asegurar al marido un retoño legal.
Primeramente la vida nos enseña a aplicar esta medi-
da sólo a las ' 'almas superiores"; por esto perdonamos las
infracciones del código corriente de la moral sexual a
las artistas, a las mujeres de talento.
"Pero ¿por qué han de ser solamente las almas supe-
ríores las únicas que gocen de estos derechos?'', pregunta
con razón Bebel.
"Si Goethe y Jorge Sand tomemos estas dos perso-
nalidades como ejemplo, aunque sean muchos los que
obraron del mismo modo se atrevieron a vivir confor-
me a los deseosde su corazón; si las aventuras amorosaa
de Goethe llenan volúmenes enteros, devorados con un
entusiasmo respetuoso por admiradores de ambos
¿por qué condenaren otros lo que precisamentenos ea-
canta en Goethe y Jorge Sand?".
52 ALEJANDRA
ROLONTAY
Seguramentenos burlaríamos
fueron capacesde negarse a de
Betnhardt o de abandonar un estrechar la hipó
espectáculo
Pero, sin embargo, cuando se trata manocritax
de S
vacilamoscon frecuenciaantes de
sonalidad,y dudamos de l.a actitudde reconoce
que
Si verdaderamente estuviésemos
a estas mujeresla medida moral de decididos
los tiempos
c azar todas aplicar
mujeres más bellas y humanas de las figura
pagadog
poránea. Mientras que las mujeres la a
en el respetoa la pureza inmaculada del pasado,
forzaban en conservar "su virtud" yde la virgen,
mente que esconderY disimular los tenían necesaria
dores de las necesidadesnaturales desentimientos
su revela.
característicode la mujer del nuevo tipo cuerpo, el rasgo
de sí misma, no solamente como es la
individualidad,afirmación
mo representantede su sexo. La rebelión sinoco.
contra la falsedad de la moral sexual es uno de las mujerea
de losras.
Tiene que ser así, porque en la mujer, en la
vida fisiológica juega, contrariamentea las madre, la
concepciones
que le han inculcadode una manera hipócrita, un papel
mucho más importante que en el hombre. La libertad
de sentimiento, la libertad de elección del hombreama.
do, que pueda llegar a ser el padre de los hijos de "ella",
la lucha contra el fetichede la moral hipócrita,talesson
los puntos del programa que realizan de una manera si.
lenciosalas mujeres del nuevo tipo. El rasgo típicode
la mujer del pasado era el renunciamiento a la atracción
de la carne,la "máscara de la pureza", inclusoen elde ma•
Eugenia Onieguin.
(2) Turguc•cv: Nido dc .
54
modernas? ¿Cómo ha
mujeres
[Quiénesson que denominamos "céli.
vida? mujer
creadola moderna,laeconómico del gran capitalismo.
La del sistema tipo accidental, tino
es hija
"célibe", no como
realidad de la masa,
La mujer cotidiana, corno una manera
una realidad que se repíte de una determina-
cornoun hecho con el ruido ínfernal de las máquinas de
da, ha
nacido
sirena de llamada de las fábricas. La
las usinas y la han sufrido las condiciona
que
inmensatransformaciónel transcurso de estos últimos años,
en
de la producción la influencia de las constantes victo-
inclusodespuésde del gran capitalismo, obliga tam-
rías de la producción
adaptarse a las nuevas condiciones crea.
biéna la mujer a El tipo fundamental de
das por la realidad que la rodea.
la mujerestá en relación directa con el grado histórico
de desenvolvimientoeconómico porque atraviesa la Hu-
manidad.Al mismo tiempo que se experimenta una mo-
dificaciónde las condiciones económicas, simultáneamen-
te con la evoluciónde las relaciones de la producción, se
experimentaun cambio en el aspecto psicológico de la
mujer.La mujermoderna,como tipo, no podía aparecer
másque con el aumento cuantitativo de las fuerzas del
trabajo femenino asalariado. Hace cincuenta años toa
davíase considerabala participación
da económica
de la mujer en la vi-
como una desviación de lo normal,
unainfraccióndel como
orden natural de las cosas. Las men•
talidadesmás
avanzadas, los mismos
cabana buscar socialistas, se dedi•
los
volvieraal hogar. medios adecuados para que la muja
encertados
Hoy día, únicamente
en prejuicios los reaccionarios
y en la más
sombría ignoranai'
LA MUJER NUEVA Y LA MORAL SEXUAL 55
a
y nos groseramente bestial. La vida
cas. bajo y
cn la compra de caricias ti,
las
cológicade que pucdcn producir concecucncias m
repcrcusioncs El hombre
psicología scxual en la que estk
prostitución, re!ación
brado a 1.1 psíquicos, caoaccs d? ennobl?ccr
factores
auscnreslos crótico", adquiere cl hábito de apro
verdodero"éxtasis con deceos reducidos. con una psico
ximarsea mujer dcsprovist2 de tonalidades. ACOStum.
logía simplista y sumisas y forzadas, no intcnta
caricias si-
brado a las
comprender la múltiple actividad a que Sc entrega
qt!icra durante c! acto sexual. Este
el almi de la mujer amada"percibir" los sentimientos que
tino de hombre no pu:'de
despicrtaen cl alma de la mu ir; es incapaz de captarg
sus múltiples matices. Muchos dramas fcmcnincs no
tienenotra causa que esta psicología simnlista con que
elhombre sc eproxima a la mujer, y que ha sido ercen.
dradaen las casas de lenocinio. La prostitución cxtien.
d? de un modo innvitable sus alas sombrías sobre h ca-
bczade la muier "libremente amada" lo mismo que sobre
la esposaingenuamcnte amorosa v sobre la amante intui-
tivamcnteexigcnte. La prostitución envenena implaca-
blementela felicidaddel amor de las muiercs que buxan
n el actosexualla compenetraciónfinal d? una pasión
orrespondida,
armoniosa y omnipotente (l).
(1) ConvieneseñalarVe
za de ta deformación las consideracione'
de la psicología mag:vlir,'.expaestat
fenómenoooe h3'ta abota nos facili:aa ta
queIct hombres había permanecido cxulto. La poca
capacidadpata tienen de tomar en c S"'ideraci 'n t' ptico;ogfa
prestarta comprender sentim;ent0f. no '0'amente
odavía:ctndgcenaaten:ión al alma de la mujer. 'ino
"'te mocho
entede lu bombtet a ignorar en absoluto. la
ignorancias,Jas
sensacioau fisiológicas de ta datan'
LA MUJER NutvA Y LA MORALSE.XVAL 73
La mujer normal busca en cl acto sexual la
y la armonia. El hombre, por el contrario. formado co-
está cn la prostitución, que extermina la múltiple
vibraciónde las sensacionesoe amor. no se entrega más
que a un pálido y uniforme deseo físico que deja en
ambasp:rtcs una sensaciónde falta de satisfaccióny de
hambre psíquica. La incomprensión mutua crece: cuan-
do más desarrollada está la individualid2d de la mujer,
múltiples son sus exigcnctas psíquicas. lo que trae
como resultado una crisis sexual muy aguda. Por IO
tanto. la prostitución es peligrosa. porque su influencia
se extiende aún mucho más allá de su propio dominio.
NIciscl-Hess dice:
•'Aún dejando a un lado la cuestión de la degenera-
ción fisiológica de la Humanidad, las enfermedades vené-
reas. el cmpobrecimicnto físico de la raza, hay que tencr
en cucnta todavía otro factor psicológico qu: oscurece
los impulsos morales, mancha y d:forma la conciencia
eróticay hace que cl hombre y la mujer se comprendan
cada vez menos y no sepan gozar mutuamente sin en-
gañarsecl uno al otro."
La tercera forma de las relacionessexuales. la unión
libre, lleva dentro de sí también muchos aspectos igual-
mente sembríos. Las imperfecciones'deesta forma sexual
son más bien de un carácter reflejo: el hombre de nuestra
época va a la unión libre con una psicologíaya defor-
madi por una moral falsa y malsana, fruto del matri-
monio legal, por una parte, y del lúgubre abismo de la
prostitución, por otra. El amor libre choca con dos obs-
táculos inevitables: "la incapacidadpara sentir ei amor
verdadero, esencia de nuestro mundo individualista y la
el acto más íntimo de sas relacionesmutuas. LC6 médicossca los unic• gne
conocenperfe:tamente, por ser cauta frecaen:e de enfermedades nervu:sas. la
falta de satisfacción que algunas mujeres encuetan en cl acto sexual- Es scr-
prendenteque la literatura. impregnadaen absolutopot la zas-
culina. haya dejado pasar en silencio este hecho que explica tcda aza setie de
dramasde familia y de amo:. Curdo Maupassant se :tteve a t:car Eta
cuestiónen la novela "Una vida". sa ••zevelzcióa••
provoca caa iasenaa
sorpresaea la mayoríade los hombres.
ALEJANDRA KOLONTAY
respondan a do
pero pcligro pata la taza y
no
monógama
siendo la
El cambio será tanto
"indi«olubilidad".
c
cuanto más "rnonog:mia sucesiva" será la
1ncvgtablc matrimonio. pero al lado de
fundamcr.taldel toda una gama de aspectosdi.
sexual siempre dentro de los
amorosas,
amistad crótica. reconocimiento real, nq
tcs de la exigencia es ei
La segunda sino de de la santidad
hecho, de
de palabra, tiene la obligación de esta.
solamente La sociedad
la matcrnidad. de la vida de la mujer, bajo to-
todo el camino socorro" que sos-
blecer en posibles, "puestos de
das las formas y materialmente durante el pe.
moral
tengan a la mujerresponsabilidad de su vida.
ríodo de mayor con el fin de que las relaciones más
y
Por último, la mujer "el espantoso des.
supongan para
libres no revisar todo el equipaje mo-
cnfreno",es indispensabic
se carga a la mujer soltera cuando entra en
ral con que
el camino de la vida. tiende solamente a li-
La educación contemporánea
mitar en la vida de la mujer los sentimientos de amor.
Esta educaciónes la causa de esos "corazones destroza.
dos", de esas figuras de mujeres desesperadas, que se aho-
en la primera tempestad de la vida. Es precisoque
e abranante la mujer las múltiples puertas de la vida;
i,ayqueendurecersu corazón y templar su voluntad. Ya
s hora de enseñara la mujer a que considere al amor no
omola únicabasede su vida, sino sólo como una etapa,
un mediode revelar su "yo" verdadero. Es necesa-
o que la mujer aprenda a salir de los conflictos del
nor, no con las alas rotas, sino
como salen los hom-
es, con el alma fortalecida. Es necesario que la mujer
LA MUJER NCJEVAY LA MORAL SEXUAL 83
ilánóol,s un nuevo
conteniilo (tria
de la estenor dcl matrimonio n
y inonógAf1i0, to al mismo tiempo Indi
de cl recono
de la libertad de Jos cqjosos)
la accptación de formas nuevas
que
to os os elementos llevenen
del matrimonio burgués (la unión libredel código
d,Siccbod,' propiedad de los dos esposos en la
sobrcpase los limites del derechounidos
dad jnatrimonio legal), Por otra parte, de propie.
menos de señalar la aparición lenta, pero no pod?
invencible,de
nucvas formas de unión entre los sexos; nuevas
en la parte externa como por el espíritu que no tanto
normas vivificadoras, La Humanidad sondea animasus
con
tud los nuevos ideales: pero basta examinarlos un inquie-
pocode_
tenidamente para reconocer en ellos, a pesar de que
mites no están todavía lo suficientementemarcados, sus lí-
rasgos característicos merced a los cuales están los
estrecha.
mente unidos con las tareas dcl proletariado, clase
a la que incumbe apoderarse de la fo,-taleza del social
porvenir.
El que quiera encontrar en el laberinto de las normas
xuales contradictorias los gérmenes de relaciones se-
entre los sexos, más sanas y que prometan libertad futuras
a la
Humanidad de la crisis sexual que atraviesa, tienenecesa-
riamente que abandonar los barrios donde habitan las
gentes selectas, con su refinada psicología individualistay
lanzar una ojeada a las habitaciones hacinadas de los
obreros, en las que, cn medio de la oscuridad y del ho-
rror causados por el capitalismo, entre lágrimas y maldi-
ciones, surgen a pesar de todo manantiales vivificadores
que se abren paso por la nueva senda.
Entre la clase obrera, bajo la presión de duras condi-
ciones económicas, bajo el yugo implacable de la explo-
tación del capital, se observa el doble proceso a que aca-
bamos de referirnos. La influencia destructiva del ca-
MV]/ R NUEVA Y Mon,qt, jol
olvidar es que cn
que no rropi»mcnte al pro.
roda. rcro nada es propia de todas la,
no adaptación
ctari.•do. envueltas cn cl proccso mundial
qt,e
capitalistl.
de Ll evolución comicnza precisamente cuan.
de diferenciación activos y creadores; la
La Tínca principios
cn jucgos Jos donde no ec trata va d?
do entran
dcr;mít.tciénse marcauna reacción frcnte a la realidad
adaptpción.sino dc donde nacctl y sc nuevo,
oprcsora, Cornicnza tímidas tentativas de relaciones
idcalcs. dendr surgcnun cspítitu nuevo, pero aún bay
sexualcsdotadas dc
señalar que este proceso de reacciÓn sc ini.
m5s dcbrmos obrera,
Ci,'Únicamcntccntre la clasemodo alguno, que las otras
Esto no quiere dccir, cn principalmente Ja de los in-
clasesy capas de la socicdad, clase que por las
telcctualcsburgucscs,que es la más
condicio-
ncs de su existencia social se encuentra cerca de la
clascobrera, no sc apodcrcn de cst0S elcmentos nuevos
que el proletariado crca y desenvuelve. La burguesía, im-
pulsadapcr el dcscoinstintivo de inyectar vida nueva
las formas agonizantes de la suya, y ante la impotencia
de
st,'f diversas formas de relaciones scxualcs, aprehende a
toda prisa las formas nuevas que la clase obrera lleva
consigo; pcro, desgraciadamente, ni los ideales, ni el
digo de moral sexual elaborados dc un modo có-
por cl proletariado corresponden a la esencia gradual
las exigencias burguesas de clase. Por moral de
la moral sexual nacida de las necesidades tanto, mientras
ra se convierte para esta de la clase obre-
clase en un
de Ivcba social, los "'modernismos" instrumento nuevo
que de esa moral deduce la de segundo mano
destruirde un modo burguesía, no hacen más
definitivo las bases de su
que
superiori-
El intento de los
intelectualesburgueses
matrimonioindisoluble
Por de sustituir
'ácilmentedesligables los lazos más libres, más
del matrimonio civil,
conmueve las
LAMVJtp t».
de la estabilidad 'Otíal dt la
ordenser otras que la familia
EL AMOR- CAMARADERIA
La nueva sociedad comunista está
edificada
sobreel
es la solidaridad? No solamente debemos '
solidaridad la conciencia de la comunidad entender¿qué por
la solidaridad la constituyen también los de intereses.
tales y espirituales establecidos entre los lazos Sentimen_
misma colectividad trabajadora. El régimen miembros de una
socialedi_
ficado sobre principio de solidaridad y colaboración
ge, sin embargo, que la sociedad en cuestión exi-
arrollada en alto grado, "la capacidad de posea,des-
es decir, la capacidad para sensaciones potencialde
patía. de sim-
Si estas sensaciones faltan, el sentimiento de
dería no puede consolidarse.Por esto intenta la camara
proletaria educar y reforzar en cada uno de los ideología
miembros
de la clase obrera sentimientos de simpatía ante lossu-
frimientos y las necesidades de sus camaradas de clase.
También tiende Ja ideología proletaria a comprenderlas
aspiracionesde los demás y a desarrollar la conciencia
de
su unión con los otros miembrosde la colectividad.
Pe-
ro todas estas "sensaciones de simpatía", delicadeza,sen-
sibilidad y simpatía se derivan de una fuente común:de
la capacidadpara amar, no de amar en sentidopropia-
mente sexual, sino del amor en el sentido más amplio
de esta palabra.
El amor es un sentimiento que une a Jos individuos;
podemos incluso decir que es un sentimiento de orden
orgánico. La burguesía ha comprendido tambiéntoda
la fuerza de unión entre los hombres que puedetenerel
amor, y, por lo tanto, procuraba sujetarlo bien a susinte•
reses.Por eso la ideología burguesa, al intentar consolidar
la familia, recurrea la virtud moral del ' 'amor entrelos
LP,MUJER NUEVA Y Moran,SEXUAL 127
DE "LA MUJER
NUEVA Y LA MORAL SEXUAL"
INDICE
Págs.
5
Pró\ogo
CAPITULO PRIMERO
moral sexual 13
I. ----La mujer nueva y la 36
11. ---- 54
--
111.
CAPITULO SEGUNDO
El amor y la moral nueva 65
CAPITULOTERCERO
Las relacionesentre los sexos 85
EL AMOR EN LA SOCIEDAD COMUNISTA
I.—EI amor como factor social y psíquico 107
II.—Un poco de historia 114
111.—-EI amor-camaradería ; 26
So terminó el SO de abril
de 1972en la Imprenta do
Juan Pablos. S. A., Mexicali
núm. 39. México 11. D. F.
1,000ejemplares