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FRANCISCO RAMÍREZ FUEYO, s.j.

EL FRACASO EN LA BIBLIA

Al igual que en la vida, la experiencia bíblica de fracaso es permanen-


te y compleja. En la Biblia encontramos el fracaso inocente, el fraca-
so por necedad, ignorancia, soberbia, resistencia al cambio, y también
el fracaso de todo Israel a causa de la idolatría, la desobediencia y la
injusticia. Figuras del fracaso y de resiliencia son también los profetas,
los apóstoles e incluso el mismo Dios bíblico, concluyendo con el fra-
caso salvador de la cruz de Cristo.

Sal Terrae, 106 (2018) 213-226

LAS SENDAS QUE LLEVAN AL FRACASO

Fracaso en la misión y 2Cro 24,20-22; Neh 9,26-27; Lc


resiliencia 13,33-35; 24,19; 1Tes 2,15.
Las llamadas Confesiones de
Lejos de ser un cuento de ha- Jeremías (Jer 11,18-12,6; 15,10-21;
das, la Biblia recuerda que la his- 17,14- 18; 18,18-23; 20,7-18) son un
toria humana está tejida también, reflejo -casi único en el AT- del
y en proporción no pequeña, con drama interior de quien debe lle-
los hilos de la derrota, el desastre, var una dura misión en medio de
la decepción y el extravío. En la las dudas personales, de las trai-
Biblia quien fracasa no es Dios, si- ciones; pasando por momentos de
no la libertad humana; pero el Dios profunda depresión y desesperan-
bíblico asume como propio ese fra- za. El fracaso aparente de su mi-
caso: lejos de desentenderse, con- sión es tal que se siente burlado por
tinuará haciéndose presente en la el mismo Dios, y se arrepiente no
historia. Quizás sea ésta una pri- solo de haber aceptado la misión,
mera enseñanza: muchas veces he- sino incluso del haber nacido (Jer
mos de asumir como propio un fra- 20,7-18; cf. Job 3,1s.; 14,1s.; Eclo.
caso ajeno y eso no es nada 23,14).
sencillo. Los profetas, por ejemplo,
constantemente recordaron a Israel San Pablo va algo más allá. El
la obligación de apartarse del mal Apóstol entiende que Dios se le re-
y de avanzar por el camino de la vela precisamente en los fracasos
justicia. Pero fueron casi sistemá- apostólicos, cuando se ve humilla-
ticamente rechazados, y según la do y angustiado por las polémicas
tradición posterior asesinados: que se dan en las comunidades
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(2Cor 12,20-21). En esas circuns- renunciar a su amada esposa,
tancias Pablo encuentra el consue- Mikal?
lo de Dios (2Cor 7,5; cf 4,7-10;
12,9-10). El éxito de un cristiano Debemos incluir en este recuer-
consiste en experimentar la «fuer- do a las innumerables víctimas
za» del Reino de Dios (1Cor 4,20) inocentes de las guerras, llevadas
en medio del desprestigio y la de- a cabo también por los israelitas,
bilidad (1Cor 4,9s). según los cuales Dios les ordena-
ba aniquilar a poblaciones enteras,
El Diccionario de la lengua es- incluyendo mujeres, niños y ani-
pañola ha incorporado reciente- males (Nm 21,2-3; Dt 2,34-37; 3,6-
mente dos nuevos términos, ‘resi- 8; 7,2; 13,13-19; 20,17; Jos 6,17-21;
liente’ y ‘resiliencia’, que vienen a etc). La Biblia da testimonio dra-
significar, en un uso metafórico, la mático de la violencia real de nues-
capacidad no solo de resistir en una tra historia, con frecuencia justifi-
situación adversa, sino también la cada con ideologías y religiones.
de recuperarse tras un fracaso.
Dios, los profetas, y san Pablo son La misma naturaleza es vícti-
buenos ejemplos de resiliencia. Es- ma de la violencia humana y lle-
tán muy alejados del ambiente so- vada al fracaso (Rm 8,20-22). Hay
cial y cultural actual, que cifra el leyes que la protegen, como Dt
éxito en la estabilidad psicológica, 20,19-20, que prohíbe su destruc-
el bienestar material y otros aspec- ción, pero esta norma no se aplica
tos de la «realización personal». en la campaña destructiva de Jorán
contra Mesa, rey de Moab. Cum-
pliendo la profecía de Eliseo (2Re
El fracaso de las víctimas 3,15- 19), los israelitas devastarán
el territorio (2Re 3,25). La tierra
de Moab es condenada a la infer-
La Sagrada Escritura está llena tilidad. Hoy sabemos hasta qué
de vidas frustradas no por sus de- punto la humanidad ha transfor-
cisiones erróneas, sino por la vio- mado la naturaleza. Nos enfrenta-
lencia ejercida sobre ellas por otras mos a la tragedia de que el “éxito”
personas, por las circunstancias o de la especie humana puede supo-
por la naturaleza. Es la realidad de ner el fracaso de nuestro planeta.
muchos de los seres humanos con
los que compartimos este mundo.
En las páginas bíblicas aparecen Fracaso y falta de realismo
mujeres víctimas de abuso sexual,
como Tamar, hermana de Absalón
(2Sam 13). ¿Cómo olvidar a la jo- El fracaso puede ser conse-
ven hija de Jefté, sacrificada por cuencia de la falta de realismo, de
un voto imprudente de su padre haber actuado movido por ideales
(Jue 11,34-40), o al esposo anóni- exagerados. Jesús hablaba de la ca-
mo (2Sam 3,16) a quien obligan a sa construida sobre arena (Mt 7,26)
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o sobre tierra, sin cimiento (Lc no hay que tener miedo al fracaso.
6,49). Cuando se va a construir una Incluso la última secuela de la sa-
torre, hay que calcular bien el pre- ga de Star Wars hace decir al es-
supuesto: ¿Tenemos suficiente para pecialista en tópicos maestro Yo-
completarla? (Lc 14,28-30). da, en su hiperbático estilo: «El
El prudente va aprendiendo qué mejor maestro, el fracaso es».
se le da bien y qué se le da mal y El tópico tiene mucho de ver-
busca los terrenos en los que se sa- dad. De los errores se puede apren-
be ganador. Israel habita en las sie- der mucho, siempre que se exami-
rras y tiene un Dios celeste cuyos ne con cuidado lo que ha fallado.
santuarios se colocan en la cima Pero lo cierto es que los errores
de las montañas. Si lucha en el cuestionan la confianza que depo-
monte, triunfa sobre sus enemigos sitamos en quien se equivoca. Lo
(1Re 20,23). Si presenta batalla en normal, por ello, es que la priori-
el llano, se arriesga a la derrota (Jdt dad de las personas sea no fallar.
5,3.5.19; 7,9.1O). El fracaso es se- Solo los grandes líderes saben mi-
guro cuando uno da coces contra rar a medio o largo plazo, aceptan-
el aguijón (Hch 26,14). do e incluso animando a que se
Aun con buenas intenciones puedan cometer errores en el cor-
hay personajes que fracasan o que to plazo.
son vistos como fracasados. Le pa- Nadie quiere experimentar el
só a san Pedro en Antioquía cuan- fracaso. Cada fracaso provoca en
do, quizás con un propósito conci- la persona enfado y vergüenza; de-
liador, permitió que una comunidad ja heridas; mina la seguridad en
se dividiera en dos asambleas eu- uno mismo y puede conducir a la
carísticas, una judeocristiana y depresión. No es extraño, por ello,
otra gentil-cristiana (Gal 2,11s). la actitud de quien prefiere no
Fue quizás la experiencia de Ja- arriesgar. Los hay que, de tanto es-
són, que fracasó en un proyecto perar a los vientos o las nubes pro-
noble: reformar el Judaísmo en una picias, no siembran nunca (Ecl
línea abierta al diálogo cultural 11,4). El miedo, la cobardía o la
con el helenismo, frente a las re- excesiva prudencia lleva al siervo
formas de Esdras, que suponían de la parábola en versión lucana
(Es 7,26; Ex 13,7.19; 21,24; 22,27; (Lc 19,12-27 // Mt 25,14-30) a
Lv 17,15-16; 18,26; 24,16.21) una guardar el dinero en un paño, con
política nacionalista judía, segre- lo que no puede ofrecer ninguna
gacionista y racista. ganancia al rey. Las mujeres de
Marcos, por miedo, no llevan ade-
lante la misión que Jesús les ha en-
Fracasar por miedo comendado (Mc 16,8).
El miedo aumenta la percep-
Con cierta ligereza se dice que ción de la magnitud del peligro.
El fracaso en la Biblia   165
Cuando Moisés envía explorado- es que no les faltarán aduladores
res antes de pasar a la Tierra Pro- que constantemente les confirmen
metida (Nm 13), éstos vuelven ala- su infalibilidad (1Re 22,11; Jr 20,1-
bando su riqueza, pero el miedo 3; Am 7,10-17). El rey Ajab de Is-
les hace describir a las gentes que rael, ante la insistencia de su alia-
allí habitan como gigantes y a ver- do Josa fat de Jud á , ac ept a
se a sí mismos como «langostas» consultar el oráculo profético an-
(Nm 13,33). Sólo Caleb y Josué se tes de partir a la guerra contra los
mostrarán valientes (Nm. 14,9) y sirios (1Re 22). De todos los pro-
por ello serán recompensados con fetas, solo uno, Miqueas, evita la
la entrada en la Tier ra (Nm adulación y profetiza el desastre
14,24.30). Los cobardes se queda- que se avecina. Pero en balde: el
rán atrás. rey Ajab irá a la guerra que ya te-
nía decidida, y allí morirá.
La Carta a los hebreos dice que
Jesús vino a liberar «a los que, por El líder sabio, en cambio, está
miedo a la muerte, pasan la vida deseando ser advertido de sus erro-
como esclavos» (Heb 2,15). San res: «Quién pusiera un guardia so-
Pablo, a pesar de su «temor y tem- bre mis pensamientos y un sabio
blor» ante una ciudad con fama de instructor en mi mente que no per-
peligrosa como era Corinto, no de- donara mis yerros ni disimulara
jó de ir a ella y evangelizarla (1Cor mis pecados!» (Eclo. 23,2).
2,3).

Necedad y sabiduría
Fracaso y narcisismo
El necio cae en las trampas; el
Todos tenemos, en mayor o me- astuto las evita. José es un buen
nor medida, lo que algunos llaman modelo de respuesta, al salir por
el «complejo de dios»: creer que lo pies acosado por la mujer de Puti-
sabemos todo, que no hemos de far (Gn 39,12). El mismo Jesús tu-
aprender nada nuevo. Le pasó al vo que retirarse en varios momen-
Faraón en Egipto: por más pruebas tos de su vida para dar la espalda
que ha visto -las famosas diez pla- a los cantos de poder y prestigio
gas (Ex 7-12)- de que Dios está con con que era seducido (Mt 4,1-11
Israel, sigue sin aceptar que ese par.; Jn 6,15; quizás Mt 15,39 par.).
pueblo sea algo más que una hor-
La literatura sapiencial bíblica
da de esclavos insumisos. Su obs-
recordará constantemente que la
tinación acabará sumergida en el
sabiduría es camino de éxito. Por
mar (Ex 14).
el contrario, ser necio, impío, hol-
El problema de los que tienen gazán (Prov 20,4), avaricioso
el complejo de dios, especialmen- (1Tim 6,9), adúltero o violador
te si ocupan puestos de gobierno, (Prov 6,32), mentiroso (Sir 20,25),
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injusto, malvado (Prov 10,24) o Fracasar a causa del éxito
criminal (Job 31,3) conduce al fra-
caso. Uno cosecha lo que siembra:
Se puede fracasar en medio del
«Quien siembra maldad cosecha
éxito, caer desde lo alto de la cima,
desgracia: la vara de su arrogancia
lo que en inglés llaman self-sabo-
se consumirá» (Prov 22,8; cf. Sal
tage: sabotearse a uno mismo. Les
126,5; Job 4,8; Sir 7,3; Gál 6,7-9;
ocurre con frecuencia a los que al-
2Cor 9,6).
canzan la cima del poder político,
Pero, ¡ay!, la misma sabiduría económico o profesional. Les ven-
práctica que es fuente de felicidad ce el orgullo, la hybris griega: des-
nos hace ver que no siempre la vir- mesura y soberbia, desprecio te-
tud produce bienestar, sino que en merario de los límites, falta de
ocasiones acarrea dificultades y control de los propios impulsos.
disgustos. De ello da buen ejemplo Este orgullo o soberbia es causa
el rey Josías (2Re 22-23), probable- frecuente de ruina en la Escritura.
mente el rey mejor valorado por la Dios no soporta el orgullo, ni la
tradición bíblica (2Re 23,25). Su soberbia del poder, ni el lujo y fas-
gran virtud no le libró del enorme to con que se manifiesta: «Delante
fracaso militar y de la muerte con- de la ruina va la soberbia, delante
tra el faraón Necó en Meguido de la caída va la presunción» (Prov
(2Re 23,29). 16,18).
Pocas libros más desencanta- Paradigma de soberbia y fraca-
dos ha producido la literatura hu- so en la cima del éxito es Salomón,
mana que el libro de Qohélet, el quien, en sus años últimos, tras ha-
predicador. El ser humano, con su ber sido reconocido como un rey
trabajo y esfuerzo, también con su sabio, prudente y piadoso, y haber
búsqueda de felicidad y placer, no construido el Templo, fue cegado
hace sino esforzarse por «cazar seguramente por su poder y rique-
viento» (Ecl 2,11.17.26; 4,4 etc.). zas (1Re 10,23). Puso su confianza
La vida humana «no dura más que en la fuerza militar, en sus carros
un soplo» (Sal 39,6; 78,33; 144,4). y caballos (1Re 10,26), y fue sedu-
«Todo es vanidad» (Ecl 1,2); «to- cido por mujeres extranjeras y sus
do es fracaso» sería una traducción dioses (1Re 11, 1s).
posible: la vida resulta ser el ma-
Antes de Salomón, Saúl tam-
yor de los fracasos («vanidad de
bién había sido paradigma de có-
vanidades»).
mo puede venirse abajo lo cons-
Pero la desesperación, según la truido con la bendición divina. En
Biblia, es también cosa de necios: psicología se conoce el fenómeno
la sabiduría consiste en aceptar la del “estancamiento” (en inglés
realidad, y disfrutar con modera- stagnation), cuando alguien se re-
ción el tiempo que nos sea posible siste a crecer, a mejorar, a permi-
(2,25; 3,13; 7,14; 9,7s.). tir que su vida continúe en un pro-
El fracaso en la Biblia   167
ceso de f lorecimiento. Se ha la amenaza y maldición formula-
alcanzado un cierto nivel de satis- da en Lv 26,13-45 (cf. Dt 8.30
facción y no se acepta el sufri- etc.). Son tres, principalmente, las
miento que supone seguir avan- infidelidades que, según la Biblia,
zando en la virtud. La persona se llevaron al fracaso. La primera es
conforma con una cierta medio- la idolatría, que lleva no solo a
cridad. Intenta evitar los desafíos adorar a otros dioses, sino, aún
personales buscando que los de- más grave, a creer que han sido
más participen de su mediocridad. esos otros dioses los que le han
El estancamiento del rey Saúl se salvado (Ex 32,34). Lo expresa be-
convierte en obsesión por los llamente Jeremías: “… me aban-
triunfos de David. En lugar de donaron a mí, fuente de agua vi-
aprovechar el potencial de David va, y se cavaron aljibes, aljibes
para ayudarse de él, buscará ma- agrietados que no retienen el
tarle (1Sam 18,6-16). agua” (Jer 2,13). Esta idolatría se
expresa también en la confianza
Una envidia similar lleva a los
en los medios humanos, en la
hijos de Jacob a deshacerse del her-
fuerza militar y en las riquezas,
mano José (Gn 37); envidia cuyo
en lugar de en Dios mismo (Is 8,6;
origen es la agresividad que pro-
cf Is 10,20). El segundo fracaso es
voca el “soñador”. La ancianidad
haber rechazado la Ley de Dios,
puede llevar también a un conser-
la Toráh, entendida como manda-
vadurismo y apego a las tradicio-
miento y como instrucción (Lv
nes, cerrando el paso a la novedad
26,43; Is 5,24; Jer 6,19; Ez 5,6;
(Mc 7,1-23). Por el contrario, Eli-
20,13.16; Os 4,5; Am 2,4-5). En
seo se muestra como ejemplo del
tercer lugar, se encuentra la rup-
profeta que, ya anciano y cansado,
tura de la igualdad fundamental
acepta la palabra de Dios que le
de los israelitas, el quebranta-
propone escoger a un sucesor -Eli-
miento de la fraternidad:
seo- y ungirle (1Re 20,16s.) para
más tarde comunicarle -no sin “Venden al inocente por dine-
cierta resistencia- parte de su es- ro y al pobre por un par de sanda-
píritu (2Re 2,10). lias revuelcan en el polvo al des-
valido y tuercen el proceso del
indigente”.
El Pueblo Elegido… ¿para
(Am 2,6-7).
fracasar?

a) Las causas del fracaso de b) Fracaso y rechazo


Israel
En muchas ocasiones expresa
La redacción bíblica considera el texto bíblico el riesgo o la cons-
la caída de los reinos de Israel y tatación de que Dios ha rechazado
de Judá como un cumplimento de a su pueblo, al que una vez eligió:
168  Francisco Ramírez Fueyo, s.j.
«Porque […] te olvidaste de la ley uno que todos hemos experimen-
de tu Dios, también yo me olvida- tado. Aquella chica que no aceptó
ré de tus hijos.» (Os 4,6; cf 2Re mi invitación, el matrimonio roto
17,20; 23,27; Jer 31,37; Os 4,6; porque él o ella ha preferido a otra
9,15; Lam 3,42-48). San Pablo ha- persona, el no ser elegidos para un
blará de ello en Rm 9-11, inician- puesto de trabajo, etc. El rechazo,
do con la pregunta: «¿Ha rechaza- hasta el más trivial, toca fibras
do Dios a su pueblo?» (Rm 11,1). muy íntimas, mina la confianza y
la estima de uno mismo, nos hace
La experiencia del rechazo es dudar de nuestras cualidades y re-
uno de los fracasos más comunes, sucita heridas antiguas.

CÓMO REACCIONAR ANTE EL RECHAZO


¿CÓMO REACCIONA ISRAEL?

Tiempo, paciencia, serenidad y misteriosas revelaciones divinas


(Ex 17,6; 33,6; 33,7s) y lugar de la
En primer lugar, Israel deberá Alianza (Dt 4,10.15; 5,2 etc.).
reconciliarse con su propia memo- Elías, ante el fracaso, vuelve a los
ria. La memoria nos zahiere con lugares originales de la experien-
el remordimiento encerrándonos cia de Dios. La situación es de to-
en un bucle de negación, de incre- tal fracaso o desesperanza (1Re
dulidad y de autocastigo. El fraca- 19,10). Ve pasar sucesivamente un
so convertido en memoria del fra- huracán violento, un terremoto y
caso puede result a r estér il, un fuego, en ninguno de los cua-
alienante, descorazonador, una les está el Señor. Viene luego una
bomba en nuestro espíritu. brisa tenue, y ahí sí está la voz del
Señor. El fracaso o el rechazo pro-
Pero el recuerdo del fracaso voca huracán, violencia, agresivi-
también puede abrir paso a la es- dad, ira… y hay que dejarlos pa-
peranza. En primer lugar, será ne- sar. La brisa sugiere la tarea:
cesario dejar pasar un lapso gene- reconstruir el profetismo israelita
roso de tiempo. A veces también a partir de un discípulo que será
hay que poner tierra de por medio. Eliseo.
Israel necesitará muchos años de
exilio para reorganizar su memo-
ria y su fe. Elías, sabiéndose per- Examinar y reconocer los
seguido a muerte por Jezabel, hu- errores cometidos
ye hasta llegar al Horeb (1Re 19).
El Horeb es el «monte de Dios»,
el de la zarza ardiendo (Ex 3,1), Israel deberá también recono-
lugar de una de las más profundas cer el error, aceptar el pecado co-
El fracaso en la Biblia   169
metido (Sal 106,6-7; Dan 9,4s.). Mirar más allá de uno mismo
Tras el fracaso será necesario ob-
jetivar lo sucedido, mirar con rea- Además del reconocimiento re-
lismo a la historia. alista de la desobediencia pasada,
En ocasiones, como en la pará- otro modo como Israel ha asumi-
bola lucana del Hijo pródigo (Lc do el rechazo de Dios ha sido el
15), las causas del fracaso son evi- mirarse a sí mismo como uno más
dentes. En otras se necesita dete- entre otros pueblos. Al contemplar
nerse y examinar con serenidad, lo que Dios hace con otros pueblos,
puesto que no siempre somos cons- se relativiza el rechazo o el fraca-
cientes de los hábitos o comporta- so propio: el rechazo no es exclu-
mientos que nos han hecho fraca- sivo de Israel, es el modo como
sar. Dios trata a todos los pueblos.
En la parábola lucana hay un La diferencia habla en favor de
aspecto a veces olvidado: el hijo la relación de Israel con Dios: por
pequeño, al volver, viene dispues- un lado, Dios ha tratado a su pue-
to a reparar el mal cometido con blo con una paciencia y misericor-
los pocos medios que le quedan, dia mayor que a otros (Sal 106,1-
con su propio trabajo: «Trátame 48; Sal 89,39); por otro, no todo
como a uno de tus jornaleros» (Lc está perdido, y aún es posible res-
15,19). No basta con la culpa psi- taurar la relación. La experiencia
cológica, ni con el arrepentimien- del rechazo, bien vivida, podrá ser
to expresado. Todo eso puede que- a la larga beneficiosa. El rechazo
dar en meras palabras si no va no es total (Lv 25,44), pues el amor
seguido de una acción que busque es demasiado fuerte y demasiado
enmendar el error. Es curioso que antiguo como para que Dios se ol-
en el hebreo bíblico se encuentra vide de su pueblo (Is 56,6), Dios
una palabra, hattá, que puede sig- no puede echarse atrás (Job 36,5;
nificar al mismo tiempo «pecado» cf. Rm 11,29).
y «sacrificio por el pecado». Esa
palabra designa el fallar un obje-
tivo (Jue 20,16), no encontrar lo Imaginar el futuro con
que se busca (Job 5,24), dar un pa- esperanza, y comenzar a
so en falso (Prov 19,2), transgre- vivirlo
dir una costumbre o una regla
(G en 2 0,9; Ju e 11, 37; L ev El fracaso puede ser ocasión de
4,2.13.27), o una ley divina (Ex comenzar una nueva vida. Los pro-
9,27; 1Sam 2,25; 2Sam 12,13); pe- fetas dejan siempre abierta la puer-
ro también se emplea para desig- ta de la esperanza. Entre los mu-
nar el medio para borrar el peca- chos textos proféticos que incluyen
do (Nm 19,9) o el mismo sacrificio oráculos de esperanza o de salva-
por el pecado (Lv 4,23). ción, uno de los que más trascen-
170  Francisco Ramírez Fueyo, s.j.
dencia han tenido ha sido el de los férrea determinación del Hijo por
huesos secos de Ez 37. Tras con- hacerse hombre, por «verterse» o
templar el castigo que supuso la «derramar» su divinidad en el ser
destrucción de Jerusalén y el exi- humano, asumiendo su existencia
lio, se anima al profeta a pronun- pobre y esclava, aceptando la
ciar un oráculo sobre una visión de muerte en su fracaso social, polí-
un valle lleno de huesos secos, tico, afectivo, religioso, para ser a
símbolo de Israel. Los huesos, po- continuación exaltado y reconoci-
co a poco, se revestirán de vida pa- do como «Señor», es decir, como
ra, finalmente, recibir el espíritu «Dios». La cruz se convierte así
en un acto que recuerda cuando para el cristiano en paradigma del
Dios sopló por primera vez el ba- camino por el que el creyente en-
rro para crear al ser humano. De cuentra la gloria.
un modo similar, Israel deberá ir
La inversión de los valores de
paulatinamente recuperando la vi-
fracaso y éxito es total. La debili-
da que perdió.
dad será, a partir del Triduo pas-
cual, ocasión para manifestarse la
fortaleza de Dios (1Cor 2,3; 9,22;
Salvados por el fracaso
15,43; 2Cor 12,10; 13,3; Job 26,2).
escandaloso de la cruz
Santa Teresa lo expresó bellamen-
te con algunas de sus redondillas
Concluyamos con el mayor fra- más conocidas:
caso de la historia bíblica: la muer-
te del Mesías, del Hijo de Dios; con
Sea mi gozo en el llanto,
el escándalo de la cruz (1Cor 1-4).
sobresalto mi reposo,
Esta muerte no hizo dudar de que
mi sosiego doloroso,
Jesús hubiera sido un gran profeta
y mi bonanza el quebranto.
(Lc 24,17-21), pero sí acabó con el
sueño mesiánico que Jesús había
En la oscuridad mi luz,
alentado.
mi grandeza en puesto bajo.
Como la enseñanza pascual del De mi camino el atajo
Resucitado en el camino de Emaús y mi gloria sea la cruz.
(Lc 24), el «himno» de Filipenses
(2,5-11) proclama que la muerte en Aquí estriba mi firmeza,
cruz no fue un hecho aislado, un aquí mi seguridad,
infortunio, un desagradable e im- la prueba de mi verdad,
previsto incidente. Por el contra- la muestra de mi firmeza.
rio, fue una etapa necesaria en la

Condensó: SANTI TORRES

El fracaso en la Biblia   171

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