You are on page 1of 4

LAS HORMIGAS

Extrañadas las hormigas de la pesebrera, abrieron su agujero,


confundidas, moviendo las antenas, creyeron que había
llegado la primavera. “Cosa más rara” dijo la encargada de
las compuertas, “todo indica que es tiempo de salir a estirar
las piernas”. “Si”-dijo otra- “pero las bodegas aún con
comida están llenas… “algo muy raro pasa allá afuera” –
añadió una tercera. –“informemos a la reina para que envíe
a las exploradoras porque podría ser truco de los sapos o de
ranas pérfidas. La reina de las hormigas que apenas
comenzaba a agarrar sueño – después de varios meses de
parir camadas de hormiguitas, no le hizo mucha gracia la
noticia. ¿Qué dices? ¿Qué ya llegó la primavera?-dijo la
soberana del hormiguero. “Imposible!! Mis antenitas me
indican que apenas es diciembre.. . Vamos a ver de qué se
trata..ah y que despierten a los ingenieros y que salgan de
inmediato” Una fila de hormigas salió de su escondrijo y
orillaron las paredes del lugar deslumbradas por el brillo, casi
tambaleándose por la potencia de tantas emisiones olfativas.
Las exploradoras enloquecidas cada cierto trecho, se devolvían
y le revolvían las antenas a todas las que seguía con un: “este
es el máximo delirio. Toda la dulzura del valle esta a las
mismas puertas de nuestro hormiguero.
Finalmente la fila trepó hasta la vieja canoa, donde se
depositaba el heno para los animales y descubrieron el bebé,
luminoso, olía como lo mejor del universo, a mieles y flores..
Varias hormiguitas se cayeron desde esa altura al suelo, ebrias
de golosinas. Duras, como son, rebotaban en la tierra; y
fuera de sí, corrían haciéndose ecos hasta ir a meterse de un
piquero al hormiguero. “Salgan hermanas! Algo tremendo
pasa justo arriba de nuestro hormiguero” gritaban
atropellándose por las galerías. Y hasta la más pequeña salió a
mirar. Subieron hasta una viga y con miles de ojitos negros
vieron al Dios del universo. La reina, admirada de la criatura
divina, dijo fuerte y con su mejor vozarrón de pecho ay
niñito, dulce y bueno, has que mis hormiguitas sean luces y
floten por el cielo, y ya no más arranque de las pisadas de
crueles animalejos. Y esa noche dorada nacieron las
luciérnagas, un regalito del niño Jesús
EL CONEJO

Qué perfume sale de la pesebrera, qué es esa luz que emana


del boquerón oscuro y maloliente.. A un conejo como yo esas
grutas le asustan, solo sirven de escondrijo a las fieras. Qué
será esta irresistible atracción por averiguar qué pasará allí
adentro, porque debo estar enloqueciendo para ir a meterme
en esa caverna donde veo muy sentado a la entrada al señor
zorro, si! Yo debiera estar descansando para ir temprano a
los prados a hartarme de tallos tiernos y abundantes, después
de las lluvias de invierno.
Parece que otros conejos han sentido lo mismo porque ahí
viene mamá coneja con su nueva camada, y mi docena de
primos. Hey!! Alto, alto! Deténganse conejitos! Está don zorro
y estoy seguro que vi la huella de una culebra. No entren
animales necios, también podría ser trampa de un cazador;
claro que yo me quedaré atrás… si los veo correr , de dos
saltos me refugiaré entre las raíces de los olivos. No daré mi
piel para hacer cojines como mis hermanos que los atrapó un
cruel trampero, de los 14 quedé solito. Los vi después hechos
forro de almohadón para montura de camello.
Pero es tanta mi curiosidad que voy a entrar, si! Tengo que
ver eso! Cómo puede estar zorro tan relajado al lado de mis
parientes. Entremos con saltos elegantes para impresionar a
ese zorro mala clase.
Oooohhhh!!! Aquí hay un niño luminoso como el día, cerraré
los ojos y sentiré su aroma. Mmmmm huele a praderas, como
si en pleno invierno hubiese llegado la primavera. Y sus bellos
ángeles alados que derraman polvo de estrellas, quiénes son?…
y a mí.. qué me esta sucediendo?
La mirada de ese niño me ha quitado todo temor, me hace
sentir tan amado, tan importante y lleno de felicidad… y yo
que no quería venir… que me estremecía al ver a mis
enemigos. Gracias niño luminoso!! Que has tornado blanco
todo mi pelo, y ya no soy pardo, ni gris, sino un ángel conejo
albo, como la nieve.
Aaahhh… me acurrucaré a tus pies niño para que se entibien
tus piececitos con el calor de mi cuerpo.

You might also like