El decreto 28699 que deroga el artículo 55 del decreto 21060 no garantiza realmente la estabilidad laboral debido a que mantiene vigente el artículo 13 de la ley de inversiones que establece la libre contratación. Aunque el decreto reconoce principios de protección a los trabajadores, en la práctica es posible que las empresas continúen evadiendo la legislación laboral como lo han hecho históricamente. El decreto tampoco aborda estructuralmente los efectos negativos del modelo neoliberal que han generado inestabilidad
El decreto 28699 que deroga el artículo 55 del decreto 21060 no garantiza realmente la estabilidad laboral debido a que mantiene vigente el artículo 13 de la ley de inversiones que establece la libre contratación. Aunque el decreto reconoce principios de protección a los trabajadores, en la práctica es posible que las empresas continúen evadiendo la legislación laboral como lo han hecho históricamente. El decreto tampoco aborda estructuralmente los efectos negativos del modelo neoliberal que han generado inestabilidad
El decreto 28699 que deroga el artículo 55 del decreto 21060 no garantiza realmente la estabilidad laboral debido a que mantiene vigente el artículo 13 de la ley de inversiones que establece la libre contratación. Aunque el decreto reconoce principios de protección a los trabajadores, en la práctica es posible que las empresas continúen evadiendo la legislación laboral como lo han hecho históricamente. El decreto tampoco aborda estructuralmente los efectos negativos del modelo neoliberal que han generado inestabilidad
OBSERVATORIO DE EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIALCentro de
Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario Año 1, junio 2006, Nº 1Av. Jaimes Freire Nº 2940, Tel 2412429 – 2413175. www.cedla.org¿Fin de la libre contratación? EL DECRETO 28699 NO GARANTIZA LA ESTABILIDAD LABORAL Bruno Rojas, Investigador del CEDLAEl D.S. 28699 que, según el gobierno de Evo Morales establece el fin de la librecontratación y por tanto garantiza la estabilidad laboral, no contribuye a superar la situaciónde inestabilidad y precariedad laboral de los trabajadores, toda vez que esta situación fueresultado de la aplicación del modelo neoliberal en su integralidad expresado en un procesode extrema flexibilización laboral en consonancia con la liberación de mercados, la aperturairrestricta de la economía al comercio mundial y a la inversión extranjera y, la reforma delEstado traducida en la privatización de las empresas públicas. Es decir, mientras no seafecte estructuralmente el contenido y políticas del modelo neoliberal vigente desde 1985 ylas limitaciones del capitalismo atrasado por su vocación primario exportadora, lainestabilidad laboral y las condiciones de trabajo actuales altamente depauperadas tenderána mantenerse.El decreto que deroga el artículo 55 del D.S 21060 y el artículo 39 del D.S. 22407, que fueincluido en el programa de gobierno del MAS y ratificado en la oferta gubernamental en los100 primeros días de gestión, es en apariencia uno de los planteamientos que muestra lavoluntad política del gobierno de Evo Morales por transformar las condiciones laborales delos trabajadores y trabajadoras y mostrarse como un gobierno proclive a los intereses de laclase obrera. Empero, es necesario recordar que la demanda central de gran parte de lasorganizaciones laborales estuvo y está referida a la abrogatoria total del D.S 21060 en elentendido de que esta disposición que dio origen a la aplicación de medidas de ajusteestructural y reformas de enajenación de los recursos naturales, constituye la razón históricaque explica el estado de pobreza y desprotección de la fuerza laboral en el país.El reino de la libre contrataciónDesde 1985, con el D.S. 21060, la relación laboral (trabajadores – empleadores) en el país yla suerte de los trabajadores y trabajadoras, estuvieron marcadas por la libre contratación.El artículo 55 disponía que “Las empresas y entidades del sector público y privado podránlibremente convenir o rescindir contratos de trabajo con estricta sujeción a la Ley Generaldel Trabajo y su Decreto Reglamentario….”, fijando de esta manera una de las condicionesimportantes para una mayor acumulación de capital de los empresarios cual es una fuerzade trabajo barata. Una lectura atenta de este artículo revela que la libre contratación nocontradecía a la Ley General del Trabajo y que era incapaz, por su menor jerarquía jurídica,de inhabilitarla. Sin embargo, durante los 21 años de neoliberalismo, esta disposición comoparte de una política más amplia de liberalización de mercados a favor de los empresarios,fue asumida como un derecho absoluto de éstos desconociendo la legislación laboralboliviana vigente que por principio (en el marco de la normativa burguesa) protege losderechos de los trabajadores. 1
2. El artículo 55 fue ratificado posteriormente en el D.S. 22407 (art.
39) y en la Ley deInversiones (art. 13), aprobados en 1990 durante el gobierno de Jaime Paz Zamora,señalando una vez más la sujeción de la libre contratación a la legislación laboral, aunque yaen la práctica, los empresarios habían adoptado de facto la flexibilización en el uso ygestión de la fuerza de trabajo. No hay duda que los empresarios recogieron una lecturatotalmente interesada y parcial de esta disposición al asumir la libre contratación como unamedida separada e independiente de la normativa laboral, vinculada más bien a la libreoferta y demanda y a la libertad de empresa. De esta manera, se promovió el despido detrabajadores y la negación de sus derechos aduciendo estar obrando correctamente alaplicar la norma.En tal sentido, son innegables las consecuencias negativas provocadas en la dinámica yestructura de los mercados de trabajo actuales y en las condiciones laborales de lostrabajadores, al extremo que se tradujeron en formas ilegales de uso de la fuerza de trabajocomo la subcontratación de empresas que concentran trabajadores al margen de losderechos normados y de artesanos y trabajadores a domicilio sujetos a un acuerdo civil y nolaboral. Estos efectos hablan por sí solos del desconocimiento de la normativa laboral,acción que inspiró a organizaciones empresariales a plantear una reforma y“modernización” de la Ley General del Trabajo acorde a “los cambios y retos actuales” dela economía mundial y la globalización. El interés actual de los empresarios y delcapitalismo parece orientarse más a una modificación sustancial de la legislación laboralque, a mantener el artículo en cuestión.Es preciso señalar que el desconocimiento de la legislación laboral como efecto de lalibertad de contratación no obedece a un comportamiento individual o gremial, sino esparte de una praxis mayor que hace a una concepción integral del capitalismo actual quetiene su sustento en la exacerbación de una serie de libertades económicas afines a losintereses de los empresarios y a la acumulación de capital. Es decir, la libertad de “conveniro rescindir contratos de trabajo” trascendió la normativa laboral boliviana y por tantosupera la misma medida contenida en el artículo 55.Alcances y límites del Decreto Supremo 28699Un análisis detallado del D.S. 28699 permite plantear las siguientes puntualizaciones:• El Decreto Supremo 28699 formalmente deroga “el Artículo 55 del Decreto Supremo Nº 21060 del 29 de agosto de 1985 y el Artículo 39 del Decreto Supremo Nº 22407 del 11 de agosto de 1990” (art. 14) y, establece al mismo tiempo “la concordancia y aplicación del artículo 13 de la Ley Nº 1182 (Ley de Inversiones) a la estricta sujeción a la Ley General del Trabajo y sus disposiciones reglamentarias” (art.1). El artículo 13 de la Ley de Inversiones que es casi una réplica del articulo 55 al establecer la libre contratación como garantía de la inversión nacional y extranjera, no es derogado ya que, un decreto como el que analizamos tiene menos jerarquía que una ley y lo que si puede hacer es reglamentar u operativizar un determinado artículo o un conjunto de artículos. En este sentido, al no ser derogado el mencionado artículo y sólo concordado, deja abierta la posibilidad de ser interpretada y asumida desde las prácticas empresariales que han hecho de la libre contratación un criterio de competitividad, como una norma vigente.• Es importante recordar que el artículo 55 del D.S. 21060 también sujetaba la libre contratación a la Ley General del Trabajo y sus decretos reglamentarios, sin embargo, la 2
3. aplicación de este artículo concretado en las prácticas de los
empleadores, evitó la relación con la normativa laboral pese a su rango de ley.• El decreto adquiere el rango de “Disposición Reglamentaria de la Ley General del Trabajo” y por el que el artículo 13 de la Ley de Inversiones debe “estar totalmente enmarcada a todos los conceptos y procedimientos definidos en la presente disposición reglamentaria de la Ley General del Trabajo” (art. 8) y “se debe aplicar en el concepto y disposiciones de esta norma”. Asimismo dispone que, en caso de incumplimiento de esta norma por parte de los empleadores, estos se hacen pasibles a sanciones. Por definición, una “Disposición Reglamentaria” regula o reglamenta una norma o varias normas similares, pero nunca la cambia o las reemplaza, esto quiere decir que, el contenido del artículo 13 no tendrá alteración alguna y se mantendrá vigente.• La nueva disposición reconoce y ratifica las características centrales de la relación laboral y el ámbito de aplicación establecidos en el D.S. 23570 (26/06/93), por lo que no añade nada nuevo ni corresponde a la situación actual de los mercados de trabajo que muestran diversas formas de uso y gestión de la fuerza de trabajo.• El decreto incorpora y reconoce explícitamente los principios del derecho laboral lo que permitiría el establecimiento de un probable escenario favorable de protección de los trabajadores y sus derechos y donde la intervención del Estado aparece como uno de sus atributos principales. Cualquier situación de negociación individual o colectiva y de conflicto laboral podrían orientarse por estos principios de tal modo que favorezca a los trabajadores. En perspectiva, estos principios podrían fortalecer también los argumentos legales de los trabajadores y sus organizaciones para la defensa y conquista de derechos.• Otro elemento de relevancia del decreto se refiere a proteger y reconocer a los trabajadores insertos en formas de trabajo encubiertas en una relación civil o comercial (subcontratación, trabajadores a domicilio), siguiendo los principios establecidos en esta disposición. Si esta norma se complementara en la práctica con la movilización de los inspectores de trabajo en visitas de control en las empresas podría avanzarse en la protección de un ejército importante de trabajadores sujetos a formas de contratación aparentemente de naturaleza civil.• A través del reconocimiento de las diversas formas de pago por el uso de la fuerza de trabajo como salario o remuneración, el decreto busca ratificar la protección a todos aquellos trabajadores contratados bajo una relación civil (pago por obra, por porcentaje entre otros) aunque deja el resquicio del salario en especie (“cuando esté permitido”) como una de las alternativas de remuneración, cuando esta modalidad oculta una de las peores formas de subvaloración del salario y la sobreexplotación de los trabajadores• Se ratifica asimismo, la obligación que tienen los inversionistas “de dar estricto cumplimiento al régimen de seguridad social vigente en el país” (inciso III, art. 8), planteamiento que complementa el artículo 13 de la Ley de Inversiones. El “régimen de seguridad social vigente” no es precisamente favorable a los trabajadores porque rompe con los principios de solidaridad, universalidad e intervención estatal que protegen la fuerza laboral y condena a alrededor del 80% de la población ocupada a no gozar de un seguro de jubilación. 3
4. • El decreto ratifica y especifica el pago de todos los beneficios
sociales que correspondan en caso de despidos (justificados) de los trabajadores y establece una sanción pecuniaria (multa) cuando el empleador incumpla con el plazo para el pago del finiquito y beneficios adicionales. Asimismo, en caso de despidos injustificados, el trabajador podría optar por dos posibilidades: el cobro de los beneficios sociales correspondientes o la reincorporación inmediata, fijándose nuevamente sanciones (multa) en caso de incumplimiento por parte de los empleadores. Si bien ambas normas se orientan a proteger a los trabajadores y evitar los despidos indiscriminados al margen de la normativa laboral, resultará muy difícil en la práctica el pleno cumplimiento de esta normativa toda vez que los empleadores podrían optar fácilmente por los contratos a plazo fijo o por servicio a fin de evitar la cobertura de los beneficios sociales fijados por ley en caso de un contrato indefinido. La situación de los trabajadores muestra que en el año 2001, según información del INE, 4 de cada 10 tenían contratos eventuales y 6 no figuraban en planillas. Los contratos eventuales continuos que no están contemplados en la Ley General del Trabajo, fue la figura predominante utilizada por los empleadores, particularmente en la industria manufacturera, con el propósito de evitar el pago de beneficios sociales. Asimismo, el promedio de años de antigüedad desde el año 1999 hasta el 2001 había disminuido a menos de 5 años, lo que reflejaba una tendencia en los empleadores a deshacerse de los trabajadores más antiguos y optar por otros nuevos bajo nuevas reglas protegidas por la libre contratación.• El decreto reconoce la estabilidad laboral para todos los trabajadores asalariados aunque sujeta a la “naturaleza de la relación laboral” establecida por la Ley General del Trabajo que dispone varios tipos de contrato obviamente no todos con carácter indefinido. Queda pendiente en manos del Poder Ejecutivo la elaboración de un Reglamento que norme “la forma y los alcances de la estabilidad laboral” (inciso II, art. 11). Es importante tomar en cuenta que la estabilidad laboral va más allá de su reglamentación o de un artículo específico porque en 21 años de neoliberalismo en el país fue la expresión del modelo económico en su integralidad que disminuyó el empleo público al reducir la participación del Estado en la economía, debilitó la industria nacional concentrando la producción en pequeñas empresas con bajo nivel de competitividad, apostó a la inversión extranjera directa que generó poco empleo y provocó en las ciudades el crecimiento irrefrenable de las actividades informales de subsistencia debido al desempleo creciente. La inestabilidad e inseguridad laboral actual es un problema de calidad de empleo consistente en un conjunto de condiciones laborales (salario justo, jornada laboral semanal de 48 horas, acceso a beneficios sociales colaterales y seguridad social de corto y largo plazo) orientadas a la protección de la fuerza laboral y no es solamente un acto de ejercicio o reglamentación jurídica.• El decreto establece también que los reglamentos internos de las entidades comprendidas en la Ley General del Trabajo deben ser actualizados en un plazo de 30 días en función del decreto analizado una vez aprobado el “Reglamento Específico” que proponga el Poder Ejecutivo. Es de esperar que la reglamentación que se emita absuelva las dudas existentes sobre los alcances específicos del decreto y norme el mismo a favor de los trabajadores aunque con el antecedente que se lo hará en el marco de ajustar o reformar la libre contratación como principio de relación laboral. 4
5. • El decreto en cuestión no hace alusión alguna sobre la situación
de los empleados públicos y la vigencia del Estatuto del Funcionario Público que restringe en el país el ejercicio de los derechos individuales y colectivos de estos trabajadores. Por información complementaria se sabe que el gobierno estaría estudiando la pertinencia del Estatuto mencionado.• El decreto deja fuera a los trabajadores informales que en el ámbito urbano del país constituyen el 65% de la población ocupada. Estos trabajadores que son parte de pequeñas unidades económicas reproducen empleos precarios y al margen de la normativa laboral.• El decreto no tiene carácter retroactivo, es decir, todos/as aquellos/as trabajadores que fueron despedidos en aplicación del artículo 55 antes de esta disposición, no podrán ser reincorporados o poder presentar una demanda en este sentido.Por todo lo señalado, el D. S. 28699 muestra algunos avances en términos de proteger laestabilidad laboral como uno de los derechos de los trabajadores, sin embargo, deja grandesdudas respecto a la vigencia de la libre contratación al reglamentar y no abrogar el artículo13 de la Ley de Inversiones; por lo que resulta difícil afirmar que a partir de esta disposiciónse pueda garantizar la estabilidad laboral de los trabajadores. En el contexto actual deprofunda precarización laboral, el decreto es insuficiente para proteger el derecho a untrabajo estable de los/as trabajadores/as, mientras se mantenga el modelo neoliberal que esla causa principal de la flexibilización laboral y de la negación de los derechos laborales. Lavoluntad política del Gobierno expresada en el decreto, no se complementa precisamentecon otras disposiciones como el incremento reducido del salario mínimo nacional que casino tendrá impacto alguno en la magra economía de los trabajadores y las medidas de“nacionalización”, privatización de El Mutún y el Plan Nacional de Desarrollo quemantienen la gran propiedad privada nacional y extranjera, base de la explotación de los/astrabajadores/as. 5