Professional Documents
Culture Documents
No obstante el historiador más relevante fue Leopold von Ranke (1795-1886) que ha
sido considerado el fundador de la historiografía contemporánea. Ranke recoge la
postura erudita de Niebuhr para incorporarla a un nuevo modelo metodológico que
pretende que la tarea del historiador es exponer cómo ocurrieron las cosas. De esta
manera deja fuera del conocimiento histórico la interpretación. Pero ni la objetividad, ni
la neutralidad, ni la imparcialidad son posibles de manera absoluta. Ni el propio Ranke
pudo sustraerse a seleccionar los hechos más relevantes, ni a hacer juicios de valor. Es
Ranke quien afirma que la misión de la historia «no consiste tanto en reunir y acoplar
hechos como en comprenderlos y explicarlos».
2
erudición. En 1830 escribirá «Introducción a la historia universal» y en 1874 «Historia
de la Revolución francesa». En su «Historia de Francia» el pueblo pasará a ser el
protagonista de la historia, por lo que se estudiarán los fenómenos económicos, sociales,
etc.
Johann Gottfried von Herder (1744-1803) fue el pionero de esta ideología, con su
libro «Ideas sobre la filosofía de la historia de la humanidad». Herder afirmaba que la
historia de la humanidad, y su evolución diversa, era producto del espíritu o el alma
colectiva de cada pueblo, que se concretan en el lenguaje, la literatura, la educación, las
costumbres, etc. Aquí está el origen de los movimientos nacionalistas contemporáneos,
así como el etnocentrismo europeísta. Y hasta el racismo moderno.
Immanuel Kant (1724-1804) creó toda una filosofía de la Historia. Herder fue
discípulo de Kant, y en este se encuentran las ideas fundamentales de su doctrina. Kant
expone sus ideas en un breve ensayo titulado «Ideas acerca de la historia universal
desde el punto de vista universal». Según Kant, todas las acciones del hombre tienen un
fin, por lo tanto las acciones de todos los hombres, la historia, también tiene un fin:
conseguir la felicidad y la libertad racional. Pero ¿cuándo y cómo se alcanza ese fin?.
Esto supone que el rumbo de la historia no depende de la voluntad de los hombres sino
de la naturaleza creadora. El fin debía estar en una sociedad única, con un solo Estado y
un una sola ley.
Para Johann Gottlieb Fichte (1726-1814) la misión del historiador era explicar el
presente. Cada tiempo histórico posee unas características que le identifican porque es
el resultado de las aspiraciones del pasado. Las ideas fundamentales de los períodos del
pasado forman una secuencia lógica según el esquema dialéctico de: tesis, antítesis y
síntesis. Pero como idealista, Fichte cree que lo que hace avanzar la historia son las
ideas políticas. Fichte concibe la historia como si su finalidad fuera el presente. Todos
los hechos del pasado han de justificar la situación presente.
3
Pero el gran representante del idealismo histórico es Georg Friedrich Hegel (1770-
1831). Hegel elaboró una filosofía de la Historia que era en realidad la historia vuelta
filosofía. Es decir, no sólo historia de los hechos, sino historia comprendida. Hegel
elaboró una visión racional de la historia universal, situando en el centro el espíritu de
los acontecimientos que hacen surgir los hechos. La historia universal es la exposición
del espíritu y cómo el espíritu llega a saber de sí. Para Hegel el espíritu es el espíritu del
pueblo. Hegel cree que la historia universal es el progreso de la conciencia de la
Libertad, ya que el fin último es ser consciente de la Libertad, y ejercerla. En este
proceso, el Estado es la representación que el pueblo da a sus aspiraciones y el que
garantiza la Libertad. Sólo en el Estado el hombre tiene existencia racional. Por lo tanto,
la historia es la historia del Estado. Para Hegel todo lo real es racional y todo lo racional
real. Esta es la esencia del idealismo.
4
social es la que determina su conciencia. Esta es la esencia del materialismo histórico.
Pero esto no quiere decir que los condicionamientos económicos sean los únicos agentes
que modifican la historia. También las formas culturales que crean son ingredientes que
la modifican, entre otras cosas porque ofrecen nuevas respuestas a las maneras de
producción, y en última instancia a los modos de producción. Los modos de producción
no son absolutos ni estables, sino que cambian, y por lo tanto la historia cambia, se
transforma, creando nuevas culturas. Es la sociedad quien hace la historia, pero en
función de dar respuestas a problemas concretos.
2. La Historiografía en el siglo XX
La Historiografía del siglo XIX ha dado sus frutos en el siglo XX creando multitud
de escuelas y de interpretaciones, sin embargo, la historia de los distintos países cada
vez está más interrelacionada, cada vez es más la historia universal. La interpretación de
la historiografía dejará de estar en manos de los filósofos y pasará a los historiadores
que son los que realmente hacen Historia.
Las escuelas idealistas del siglo XX tienen como fundamento las ideas
filosóficas kantianas y hegelianas.
Wilhelm Dilthey (1833-1911) elaboró una teoría histórica de base kantiana en la que
parte de la separación clara entre ciencias del espíritu y ciencias de la naturaleza. La
Historia será una ciencia del espíritu. Para Dilthey la Historia debe ser estudiada como
experiencia vivida, y en cuanto tal debe ocuparse del pensamiento humano. La Historia
es la historia del pensamiento. Como ciencia del espíritu la Historia debe tratar de la
liberación del espíritu humano.
5
que una proyección del pensamiento del presente sobre el pasado. La historia siempre es
presente, puesto que depende del punto de vista del historiador.
Pero las teorías presentistas habían nacido en el marco del capitalismo triunfante, sin
embargo, cuando este se tambalea, aparece en Alemania la primera teoría cíclica del
siglo XX. Fue Oswald Spengler (1880-1936), tras escribir «La decadencia de
Occidente», quien inauguró esta corriente. Spengler buscó similitudes en la historia que
le permitiesen construir ciclos de apogeo y decadencia que se repiten inexorablemente,
lo que nos permite vaticinar el futuro. Para Spengler la historia visible es el alma hecha
forma. Encuentra las similitudes en la cultura. Para él todas las culturas y civilizaciones
nacen, crecen y mueren.
6
influencia es hace más débil. En 1946 la revista se llamará «Annales. Economías.
Sociedades. Civilizaciones». Todo en plural, porque todos los hechos se enlazan y
forman las civilizaciones, que no son las de Toynbee. Pero, además, la escuela de los
Annales tiene claras influencias de la Geografía y la Sociología.
Se cambia el objeto de estudio, que pasa a ser el ser humano que vive en sociedad.
Todas las manifestaciones históricas deben ser tratadas como una unidad, que sólo
existe en la realidad social, en el tiempo y en el espacio. Las barreras cronológicas y
espaciales se vuelven artificiosas. El estudio histórico debe centrarse en sociedades
concretas, delimitadas en el espacio y en el tiempo.
La escuela de los Annales tratará de convertir la Historia en una ciencia, para lo cual
Bloch formulará un nuevo concepto de hecho histórico. Frente al hecho histórico se
muestra partidario de la opción de hecho, de la historia como problema, de formular
hipótesis y plantear problemas. Los hechos fundamentales de la Historia pueden
cambiar debido a la complejidad de la misma.
7
2.3. La historia económica
No cabe duda de que fue el marxismo la ideología que más influyó en estos
historiadores, sin embargo, también hubo corrientes no marxistas. La historiografía
económica dio lugar a una Historia cuantificada: con series de precios, salarios,
producción, etc., y a la utilización masiva de la estadística en Historia.
Esta metodología dará tres corrientes, la historia serial, representada por la escuela
de los Annales, la historia cuantitativa en el mundo anglosajón, y la nueva historia
económica, en los Estados Unidos.
8
Yuri Plejánov (1856-1918) fue el introductor del marxismo en Rusia. Es un pensador
que abarca temas de todos los campos. En el terreno de la Historia ayuda a fijar los
principios del materialismo histórico.
Karl Kautsky (1854-1938) y Rose Luxemburg tendrán una obra en el mismo sentido,
como muchos otros marxistas en Europa, por ejemplo Jean Jaures (1858-1914).
Las obras de Ernest Labrousse, Vere Gordon Childe (1892-1957) y Maurice Dobb
(1900-1976) impulsarán la renovación del marxismo tras la caída del estalinismo. Cada
vez más, los estudios se centran en las condiciones materiales en las que viven los
hombres y en las estructuras que crean.
En la siguiente generación surgen figuras tan importantes como las de Pierre Vilar,
con su idea de la Historia total, basado en las realizaciones prácticas de los hombres,
George Lefebvre, Albert Soboul, Michelle Vovelle, Guy Bois, Pierre Goubert, Jacques
Dorz, Jean Chesneaux, etc. Sin embargo, la mayor contribución a la renovación vino del
marxismo inglés, dentro del grupo de Historiadores del Partido Comunista, con figuras
como, Christopher Hill, John Saville, Eric J. Hobsbawm, Rafael Samuel, Edward P.
Thomson, Rodney Hilton, Raymond Williams, etc., que optan por el compromiso
político. Se pretende estudiar la historia en su totalidad, superestructura e
infraestructura. Esta es la única manera de comprender el pasado, la historia total de la
sociedad. Harán una apuesta por la historia de las clases populares, y en particular los
pobres. Con ellos la historiografía marxista ha dejado de ser dogmática, y han
contribuido a hacer de la Historia una ciencia.
9
2.5. El fin de la historia y la Historiografía actual
Tras la caída del muro de Berlín en 1989 y el fin del régimen soviético en 1991, el
capitalismo, y EE UU, se sienten triunfadores de la guerra fría y declaran que se ha
alcanzado la sociedad perfecta, ¡la historia ha terminado!.
10
También son interesantes las obras de John Murra, Angel Palerm y Martínez Alier, lo
que revela que este es un asunto de utilidad en la Historia, pero no exclusivo.
Pero siempre ha habido historiadores que han tratado de integrar los estudios
parciales en una visión global de la historia: en la historia de la cultura y la historia
social de los marxistas dogmáticos. Sin embargo, los actuales estudios de historia social
están muy alejados de ese dogmatismo. Son las tendencias que estudian la historia y sus
cambios como un fenómeno conjunto, con sus elementos económicos y culturales. Este
es el caso de historiadores como Gramsci, Walter Benjamin, Raymond Williams,
Christopher Hill, E. P. Thomson, Gurévich o Bajtin.
La Historia no debe perder sus objetivos, debe hacernos entender cómo era el mundo
cuando este era presente. La Historia debe ser una ciencia que intente abarcar lo
humano en su conjunto, de acuerdo con un objetivo que trascienda a la ciencia, como es
el de explicar el mundo real y enseñar a otros a verlo con ojos críticos, para ayudar a
trasformarlo.
BIBLIOGRAFÍA
Josep Fontana: La Historia después del fin de la historia. Crítica. Barcelona 1992
11