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Profesión:
1. Abogado (Institución: Universidad Nacional)2. Escritor
Otro
Cargo:
1. Líder popular - Sin Datos
2. Sin datos - Universidad Nacional
Según testigos, el autor material del magnicidio fue Juan Roa Sierra, quien murió linchado
rápidamente por la muchedumbre enfurecida, lo que en gran medida no dejó muchos
indicios para investigar los móviles de su asesinato así como de la autoría intelectual.
'Que lo mató la CIA, que lo mató el Gobierno, que lo mataron los conservadores, que lo
mataron los comunistas, que lo mataron los Estados Unidos'... La incertidumbre, la rabia,
la impotencia e inconformidad de miles de bogotanos, la mayoría de los sectores más
pobres de la ciudad, que veían en Gaitán su esperanza política de un país con menor
desigualdad económica y con una Reforma Agraria justa, se desató en un frenesí de
violencia y destrucción que como nunca sacudió los cimientos de la capital.
La ciudad fue devastada por los enfrentamientos, calle a calle, entre partidarios liberales y
conservadores, entre el Estado y los alzados en armas, entre los saqueadores y quienes
trataban de recomponer el orden de una ciudad. Tras varios días de revueltas quedaría el
pavoroso saldo de cerca de 3.000 personas muertas o desaparecidas y más de 146
edificaciones destruidas, sobre todo, al centro de la ciudad.
Las revueltas tendrían su eco en otras ciudades del país y 'El Bogotazo' daría inicio a lo que
los historiadores llaman como el pico y el inicio de la época de La Violencia, tras la cual
más de 200.000 colombianos perecerían a causa de la guerra partidista.
Información Personal
Jorge Eliécer Gaitán (Bogotá, 1902 - 1948)
Nacido en el popular barrio de Las Cruces, era hijo de Eliécer Gaitán Otálora, liberal radical
que tras trabajar en diferentes oficios se dedicó finalmente a la venta de libros usados. Su
madre fue Manuela Ayala de Gaitán, maestra de escuela, mujer activa y progresista que
dejó honda huella en la formación de su hijo. Los Gaitán tuvieron seis hijos, siendo Jorge
Eliécer el mayor de ellos.
Fue elegido para la Asamblea de Cundinamarca entre 1924 y 1925. Sus primeros años de
desempeño profesional fueron de una dificultad extrema, debido a su condición social,
pero poco a poco su brillantez le otorgó el reconocimiento que merecía. Formó parte del
movimiento estudiantil liberal que socavó las bases de la hegemonía conservadora. Con
grandes esfuerzos logró ahorrar dinero y en julio de 1926 viajó a Italia. Allí ingresó en la
Real Universidad de Roma, la escuela más prestigiosa de derecho en ese país, dirigida por
Enrico Ferri, penalista de fama mundial, donde obtuvo el título de doctor en
jurisprudencia. Su tesis mereció la calificación Magna cum laude y el premio Enrico Ferri, y
llegó a ser texto de estudio; llevaba como título "El criterio positivo de la premeditación".
Gaitán regresó al país en 1928, año intenso tanto para la vida del joven abogado como
para la política del país. Fue elegido representante a la Cámara en marzo, en junio
encabezó las manifestaciones contra la corrupción administrativa y visitó en diciembre la
zona bananera. Allí investigó la masacre de trabajadores de la United Fruit (novelada
muchos años después por Gabriel García Márquez en Cien años de soledad). Sus
denuncias sobre los graves acontecimientos se convirtieron en abiertos debates contra el
gobierno de Abadía Méndez, y logró que muchos trabajadores fueran liberados e
indemnizaciones para las familias de los caídos.
Aunque el movimiento captó adeptos no sólo en el campo sino también dentro del sector
trabajador de la incipiente industria nacional, las tácticas disolutorias de la burguesía
obtuvieron frutos: en el campo con la represión, y en el liberalismo oficial y en la prensa
con el silencio y la acusación de pro comunismo. Aprovechando la vanidad e impaciencia
del líder, se logró atraer de nuevo a las filas oficialistas al propio Gaitán, quien declaró
disuelta la UNIR en mayo de 1935.
En 1936 Gaitán contrajo matrimonio con doña Amparo Jaramillo, y el 8 de junio de ese
año se posesionó como alcalde de Bogotá. Como tal, realizó una labor progresista, aunque
corta; pero ciertas medidas algo extremas y la presión de la derecha lo obligaron a dejar el
cargo. En febrero de 1937 falleció doña Manuela Ayala; la pérdida de su madre y maestra
fue un duro golpe, sólo mitigado por el nacimiento, siete meses más tarde, de su única
hija, Gloria. Tras algunos viajes internacionales, Gaitán fue elegido magistrado de la Corte
Suprema de Justicia en 1939 y, al año siguiente, el presidente Eduardo Santos lo hizo
ministro de Educación. Ocupó este cargo nuevamente por corto tiempo, pero entre otros
logros desarrolló un ambicioso plan contra el analfabetismo y para la popularización de la
educación y la cultura.
Opuesto a la reelección de López Pumarejo, Gaitán iniciaría en 1941 una carrera política
que sólo se detuvo con su asesinato: senador por Nariño en 1942, presidente del Senado
en septiembre de ese año, ministro de Trabajo entre 1943 y 1944, y candidato
presidencial en oposición al liberal oficialista Gabriel Turbay, creando el Movimiento
Liberal Gaitanista. Éste, más que un socialismo estructurado, era de corte populista.
En las elecciones del 5 de mayo de 1946, que ganó Mariano Ospina Pérez, Gaitán, para
quien esa contienda sólo había sido un paso más hacia el poder, ocupó un tercer lugar,
con sorprendente número de votos y con un apoyo mayoritario en los centros urbanos.
Sirvieron también estos comicios para que el gaitanismo tomara el poder dentro del
liberalismo y fuera elegido jefe único del partido.
Sus planteamientos sociales fueron enunciados en la Convención del Teatro Colón del 18
de enero de 1947 y en agosto del mismo año, en el Congreso, con el fallido Plan Gaitán.
Legendarias son ya la Marcha de las antorchas, organizada desde el popular barrio La
Perseverancia, en la que él quería "un río de candela, que no se vieran filas cada tres
metros, sino filas bien juntas para formar un río de fuego sobre Bogotá", y la
sobrecogedora Marcha del silencio, en la que multitudes nunca vistas y perfectamente
organizadas llenaron de temor, con su mutismo, a los sectores tradicionales de ambos
partidos.
El 9 de abril logró Gaitán uno de sus mayores triunfos como penalista al obtener la
absolución del teniente Jesús Cortés. Hacia la una de la tarde, cuando salía del edificio
donde tenía sus oficinas, fue muerto a balazos, en presencia de algunos de sus amigos,
por un pálido joven llamado Juan Roa Sierra, iniciándose así la más pavorosa jornada de
muerte y destrucción que haya vivido Bogotá y agudizándose la creciente ola de violencia
que, con escasos respiros, viviría el país durante las siguientes décadas.