LA VOZ DE LA AFICIÓN

Número 49 / Octubre de 2016

Boletín de la Asociación El Toro de Madrid,
inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones con el nº 160.852
Sede Social: Fundación Casa Patas, C/ Cañizares, 10 • 28012 Madrid
Tirada: 4.000 ejemplares, de distribución gratuita

ii E D I T O R I A L ii

Gloria eterna

C
a los toreros caídos
on la Feria de Otoño y los festejos del Día de la Hispanidad
ponemos fin a una temporada gris, marcada por la dure-
za del toro. Han sido muchos los percances: Antonio
Ferrera, torero lidiador al que hemos echado en falta, no pudo hacer
ningún paseíllo; Manuel Escribano y Roca Rey se han visto obliga-
dos a cortar la temporada; y el banderillero José Manuel Soto perdió
una pierna tras una cornada y un cúmulo de despropósitos en el
momento de recibir las primeras atenciones médicas. Son sólo algu-
nos ejemplos a los que se podría aportar alguno más. Pero ninguno
como el vivido en la plaza de Teruel el pasado 9 de julio, cuando un
toro sorprendió a Víctor Barrio toreando con la muleta en la mano
izquierda, le prendió tirándole a la arena, le buscó y le dio una cor-
nada en el pecho mortal de necesidad. En alguna plaza recóndita de
América han sucedido tragedias de esta índole, pero en España había
pasado tiempo desde la última vez que un torero perdía la vida en la
arena de un coso. Los avances de la ciencia y la medicina hacen mila-
gros con cornadas gravísimas que no hace tanto eran de extremaun-
ción y ahora apenas valoramos, sin embargo, la muerte de Víctor
Barrio nos despertó del letargo y nos puso de manifiesto la realidad

Víctor Barrio, Torero. DEP (foto de Ana Escribano)

de la fiesta de toros, recordándonos que estamos ante un rito de una
magnitud sin parangón, donde se ponen en liza valores superiores
del ser, como son la vida y la muerte. El hombre pone a disposición
del toro su bien más preciado, la vida; y ante esto, los argumentos
demagógicos y sensibleros de los antropomorfistas se deshacen y
caen por su propio peso, reducidos a la nada frente a los valores éti-
cos que entraña la tauromaquia.
A Víctor Barrio le recordamos con agrado en sus primeros años de
novillero, en su presentación en Las Ventas en 2010 con utreros de
Rehuelga, cortando una oreja; y en aquella gran tarde que dio con
novillos de Flor de Jara, en la feria de San Isidro 2011. Esta campa-
ña, en San Isidro, se enfrentó con toros de Baltasar Ibán en la que a
la postre ha sido una de las corridas más encastadas de la tempora-
da. El presidente de nuestra Asociación y algunos miembros más se
acercaron a Sepúlveda a dar la última despedida y presentar condo-
lencias a los familiares. Descanse en paz Víctor Barrio, gloria eterna
a los toreros caídos frente al toro.
En plena actualidad tenemos a los políticos de la CAM decidiendo los
candidatos que van a regir Las Ventas los próximos cuatro años, y no
es cuestión baladí. Son dos los concursantes, por un lado Martínez
Uranga junto con Alberto Baillères, un empresario mexicano acau-
dalado; y Simón Casas junto con la agencia de viajes Nautalia.
Ninguna de las opciones encandila, pero el caso de Simón Casas,
conociendo los mensajes que ha lanzado varias veces a los aficiona-
dos reivindicativos de la plaza, sus carteles de ferias basados en el
monoencaste, junto con una agencia de viajes que promete llenar la
plaza de guiris... no nos hace especial ilusión.
El pliego de condiciones fue recibido con revuelo, tiene luces y som-
bras, pero no es tan nefasto como han manifestado los empresarios
a través de ANOET, a quienes barruntamos las ganas de acabar con la
temporada de Madrid más allá de las ferias de abono. Ya saben: San
(Sigue en la página 2)
 ii LA VOZ DE LA AFICIÓN ii
Isidro, se hace caja y adiós muy buenas. Precisamente es uno de los
aspectos positivos que vemos para los aficionados, el nuevo pliego es
continuista con la temporada y pone mecanismos para impulsarla, los
cuales no servirán de nada si no es con el trabajo concienzudo y bien
hecho por parte de la empresa que venga. Los toreros también deben
poner de su parte, actitudes estratégicas y caprichosas hacen muy difi-
cultosas las negociaciones y una gran parte se niega a torear ante la
afición de Madrid si no es al abrigo del abono. Entre los puntos nega-
tivos vemos que nuestra propuesta en cuanto a la diversidad de encas-
tes no ha sido acogida dada la dificultad de encontrar encierros de
estas ganaderías (sic). La diversidad de la raza de lidia debe ser uno de
Sobre el llamado “ciclo de encastes minoritarios”
E
y el abandono de la empresa
ste pasado mes de septiembre hemos presenciado como la
empresa ha dado carpetazo al llamado “ciclo de encastes
minoritarios” que se ha celebrado los últimos años. De las
cuatro corridas anunciadas sólo dos podrían entrar dentro de esta
categoría (San Martín y Conde de la Maza), siendo las dos restantes
de El Montecillo (por tercera vez esta temporada) y Lagunajanda, que
a la postre lidió una corrida de toros blanda y bobalicona. La empre-
sa, a través del perfil oficial de twitter de Las Ventas, afirmó en un
mensaje publicado el día 28 de agosto que “no ha sido posible encon-
trar encierros aptos para Madrid. Se pidió autorización a la Comunidad
y ésta dio su visto bueno”.
Tales manifestaciones dicen mucho de cómo trata la empresa a la que
dicen que es la plaza más importante del mundo. Existen centenares
de ganaderías de lidia entre España, Portugal y Francia; no nos cree-
ACTIVIDADES DE NUESTROS SOCIOS
– El domingo 5 de junio celebramos una tertulia interesantísima como
balance de la feria de San Isidro, contamos con la presencia de los
críticos Antonio Lorca y Pedro María Azofra.
– Nuestra Socia Yolanda Fernández participó una vez más como
miembro del jurado de los premios a la feria de San Isidro de la emi-
sora Onda Cero y fue entrevistada el 25 de septiembre en el progra-
ma Tendido de Sol.
– Nuestro Socio Juan Sanz Mínguela participió en el encuentro de afi-
cionados celebrado en Madrid el 5 de junio al que asistieron repre-
sentantes de diversos colectivos, blog taurinos entre otros para
expresar su preocupación sobre el declive de la fiesta nacional.
– Durante la feria de san Isidro se remitió una carta a diferentes
estamentos sobre la integridad de las reses lidiadas en la feria y
su sospecha.
– Nuestro Presidente, D. Roberto García Yuste, participó en varias
emisoras de radio como onda Sierra Villalba en el programa tauri-
no de Jorge Fajardo y en es.radio de Albacete El Arrastre dirigido por
el crítico Alejandro Martínez, en ambas realizo un resumen de la
feria de S. Isidro destacando que en toda ella no se había visto una
corrida completa en casta bravura y si algún toro suelto.
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los pilares de la tauromaquia, junto con la integridad del toro, desde
la selección, pasando por el manejo y terminando con la presentación
final en la plaza. Razón de ser de nuestra Asociación.
Esperamos y deseamos un buen final de temporada con los feste-
jos de esta –barata- feria de Otoño y la traca final con la corrida
de Palha en la que están anunciados grandes toreros como son
Fernando Robleño y Alberto Aguilar, aunque no pasen por su mejor
momento. Después vendrá el largo invierno sin toros que intenta-
remos sobrellevar con las tertulias taurinas en Casa Patas.
Asociación El Toro de Madrid
mos que entre todas ellas no se puedan sacar cuatro corridas para
Madrid que no sean del encaste dominante. Sabemos que muchas pla-
zas serias y en algunos casos comisiones de aficionados, la mayor de
las veces de origen francés, recorren el campo bravo en busca de la
flor y nata de la ganadería, reservando con muchos meses de antela-
ción para sus plazas. Tenemos la ligera impresión que no es el caso de
la empresa de Madrid, o incluso peor, es probable que ni siquiera se
hayan molestado en buscar, comprando donde sabían que vendían a
buen precio. Nos parece que estamos ante un caso de abandono de
funciones, de pasotismo y de desprecio a los aficionados que deman-
dan todo tipo de toros y encastes; y no están los tiempos para tratar
de este modo al cliente, el pozo se está secando y no parece que ame-
nace lluvia.
Asociación El Toro de Madrid
– Nuestro Presidente junto a otros miembros de la Plataforma de
Aficionados se reunió con el Director Gerente Manuel Ángel
Fernández Mateo quien explicó los nuevos Pliegos de adjudicación
de la Plaza de Toros de Las Ventas. Puede leer el informe completo
en nuestra web www.eltoro.org
– Nuestra socia Yolanda Fernández participo en los Cursos de Verano
de la Universidad de La Rioja, DERECHO, TOROS Y SOCIEDAD con el
tema La situación actual de los aficionados a los toros. Contra-
dicciones y retos.
– El Presidente Roberto García Yuste participa como miembro del
Jurado del certamen de escuelas taurinas que se está celebrando en
la comunidad de Madrid.
– El socio Carlos Hernández Basilio participa como tertuliano en el
programa Tendido de Sol en la emisora Onda Diamante
– El socio Álvaro Ponce Cabrera participa como tertuliano en el pro-
grama taurino Centenario de Onda San Clemente
– El socio Mario de Los Reyes continúa colaborando y escribiendo
crónicas para la revista taurina francesa, Toros.
– Nuestros socios Roberto, Pedro y Rosco fueron entrevistados para un
reportaje sobre la tauromaquia dirigido por el filósofo Francis Wolff.
Nada tiene “sentido” si no hay toro
Nuestros lectores habrán identificado rápidamente el lema de la
Asociación El Toro de Madrid en el título de este artículo; se trata,
efectivamente, de la misma frase con una pequeña variación, la sus-
titución del término “importancia” por el de “sentido” que añade nue-
vas connotaciones a nuestro acertado lema.
El título pretende poner de manifiesto que, no se trata solamente de
que el toro sea el elemento o “guión” que permite valorar la impor-
tancia y el mérito de lo que hacen los que se ponen delante, a los que
tanto admiramos, sino que además va a ser, el toro, lo que de senti-
do y justificación a todo el conjunto de artes y técnicas que se englo-
ban en la palabra de origen griego “tauromaquia” (lucha con el toro),
palabra que define a la perfección la esencia de este viejo Rito.
Para verlo claramente podemos centrarnos en dos aspectos de la lidia,
actualmente en franca decadencia por la falta generalizada de casta
en el toro: La suerte de varas y el toreo ortodoxo cargando la suer-
te, (diferencia entre el toreo y el destoreo).

Cuando las condiciones lo permiten

la suerte de varas crea belleza
con el espectáculo incomparable
del toro bravo en acción
La decadencia de estos aspectos fundamentales de la lidia, es la base
de la decadencia actual de la fiesta, como hemos podido comprobar en
la alarmante disminución de la asistencia de público a las plazas estas
últimas temporadas, consecuencia de un espectáculo, en la mayoría de
las tardes, aburrido y mediocre, que ha prescindido de la importancia
del toro, al que ya no hace falta picar y que, por su docilidad, “colabo-
ra” con un toreo ventajista que ya no necesita mandar ni dominar.
La suerte de varas, y su protagonista, el picador, es la heredera direc-
ta de las suertes caballerescas de alancear toros de las que tenemos
noticia desde el siglo XI e incluso antes, origen de la corrida tal como
la conocemos actualmente, y que, en su desarrollo popular, a partir
del siglo XVIII otorgó una importancia fundamental al picador, com-
parable a la de los propios matadores.
Es importante la lucha de los aficionados para recuperar, en toda su
integridad, este tercio de la lidia, devolviendo el protagonismo que
merecen al toro y a los buenos picadores.
Por mucho que se empeñen críticos y comentaristas tramposos, y
ganaderos criadores de “toros artistas” ó “toros para la muleta”, el
primer tercio es el único que nos permite valorar las condiciones de
fuerza ó debilidad (aptitud para la lidia), casta y temperamento, bra-
vura o mansedumbre, prontitud, fijeza y humillación; características
cuya consideración es imprescindible para que aficionados, ganade-
ros y toreros puedan valorar las condiciones y dificultades a las que
se va a enfrentar su lidiador, y, en consecuencia juzgar su labor.
Cuando las condiciones lo permiten la suerte de varas crea belleza
con el espectáculo incomparable del toro bravo en acción. Cuando se
arranca con alegría al caballo, recarga y puesto nuevamente en suer-
te, repite una, dos, tres y más veces, cada vez desde más lejos y sin
Cargando la suerte
acobardarse. Quien ha tenido la oportunidad de verlo no lo olvidará
jamás. Todo lo contrario del monopuyazo inmisericorde, tan frecuen-
te en nuestros días, que sólo causa repulsión y asco en el aficionado
y en el que no lo es.
Otro elemento que destacábamos entre los que pierden sentido si no
hay toro es el del toreo cargando la suerte.
Si nos atenemos a la definición del gran periodista, ensayista y críti-
co taurino Gregorio Corrochano
“cargar la suerte es indicarle al toro el camino y obligarlo a seguir ese
camino......¿cómo? Adelantándole la pierna por donde ha de pasar y
salir el toro, sin mover la otra.....Con el paso hacia delante, el torero se
acerca más y carga la suerte; con el paso hacia atrás, se quita un paso
al toreo y se descarga la suerte; hacia adelante se acentúa el toreo;
hacia atrás, se destorea; hacia adelante, se manda; hacia atrás se pier-
de el mando, ya no va el toro hacia donde quiere el torero....”
Hemos subrayado los términos clave, obligar y mandar, que sólo tie-
nen sentido ante un toro encastado y fiero. Al toro “bobo” y descas-
tado no es necesario cargarle la suerte para traerlo y llevarlo en línea
recta, cien veces, hasta que se aburre o suena el aviso.
Frente a la concepción clásica del arte de torear nos encontramos
hoy, la mayoría de las tardes, con lo que se ha venido a llamar “toreo
moderno” ó “tauromaquia 2.0”, un toreo predecible, siempre igual,
disimulando sus limitaciones tras una falsa estética incapaz de emo-
cionar; causa fundamental de la decadencia del espectáculo, de la
cada vez menor asistencia de público y del riesgo claro de su desapa-
rición, por su falta de interés, en ciudades y pueblos con larga tradi-
ción de “fiestas de toros”
Carlos Mª Hernández Basilio
Aficionado y miembro de La Asociación El Toro de Madrid

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 ii LA VOZ DE LA AFICIÓN ii
¿Qué futuro?
L a cuestión de las novilladas, tanto de caballos como sin ellos,
ha sido el tema de la temporada, sobre todo en verano. Los
novilleros, esa parte del escalafón donde debería estar el
futuro de esta fiesta de los toros que poco a poco, por culpa de poli-
tiqueos, mafias, corrupción, la poca profesionalidad de todos los esta-
mentos que viven de esto y para esto, etc...va quedando reducida a
algo penoso, demacrado, pernicioso, vulgar... Aun así, para los aficio-
nados en algún momento se despierta la expectación y la emoción
por cualquier detalle: un buen toro, un natural, por una suerte de
varas bien hecha... Y así, aunque sea por pequeños detalles seguimos
yendo a la plaza; y a veces a nuestro pesar, continuamos engancha-
dos a esta afición llena de pasión y eso es lo que de momento la salva.
Mirando las estadísticas, el número de novilladas va decreciendo poco
a poco. Si es verdad que, a nivel económico, quizás sea uno de los
espectáculos taurinos más deficitario, lo que hace que, donde antes
se formaban los aspirantes a toreros y figuras, por los pueblos y alre-
dedores de las grandes capitales, hayan disminuido o prácticamente
hayan desaparecido, siendo las figuras las que ocupen esos puestos.
Si tuvieran un poco de dignidad evitarían ocupar carteles que
deberían estar compuestos por jóvenes novilleros aspirantes a ser
figuras del toreo, pero aquí vale todo. Se salvan Sevilla, Zaragoza,
y algunos pueblos que todavía hacen certámenes de novilladas, como
Arnedo, Arganda del Rey, Algemesi,... y por supuesto Madrid, donde
cada vez se dan más novilladas, para rellenar el pliego.
Madrid, oportunidad sí.... ¿pero qué pasa con los novilleros que se pre-
sentan en Madrid? Ahí está “la madre del cordero”. La mayoría vienen
sin experiencia, sin bagaje, sin recursos, incluso con varios años sin tore-
ar, solo a ver si la trompeta suena, dan el zambombazo y con ello abren
las puertas del triunfo. Desde que soy aficionada a esto, siempre he
pensado que Madrid para los novilleros, debería ser como la selectivi-
dad para un estudiante, algo que te dará el aprobado para seguir con
la carrera de torero. Hacerse un torero curtido, para poder con todo lo
que salga por chiqueros, hoy y el día de mañana. Pero cuando hay cogi-
das y percances en las novilladas en Madrid, en seguida la culpa es de
la afición de la capital por exigir el tipo de novillo que sale a la plaza.
Y es que el novillo que se lidia en de Madrid es el ”toro” que muchas
figuras lidian en cualquier otra plaza de esta piel de toro.
¿Cuál es la solución, bajar la exigencia del novillo? No señores, no....
esa no es la solución. La solución es que programen más novilladas
Debemos cuidar la cantera
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A la juventud hay que proporcionarla ilusión y afición
con caballos y sin ellos, que desaparezcan esos depravados empresa-
rios que juegan con la vida de los chavales a cambio de cuatro perras
mal dadas, tal y como han manifestado dos valientes novilleros, que
este verano han tenido el arrojo de denunciar. Si lo hicieran todos,
otro gallo cantaría. Los novilleros deben forjarse en personalidad, en
habilidad con los trastos, en sus posturas y cuando llegue el momen-
to de venir a Madrid, vengan chavales con ganas de comerse el
mundo, con afición y ambición para llegar a ser alguien, con recur-
sos para aprobar la asignatura que les llevará a tomar la alternativa
como Dios manda, hechos unos tíos.
¿Pero qué pasa con los novilleros
que se presentan en Madrid?
Ahí está “la madre del cordero”.
La mayoría vienen sin experiencia,
sin bagaje, sin recursos, incluso
con varios años sin torear
La base del futuro de la fiesta no está para que cuatro figuritas del
toreo hagan unas cositas más o menos pintureras a toritos elegidos
en plazas se segunda y tercera, ni para que los aficionados estemos
reclamando todos los días la verdad sobre el ruedo, sin hacernos ni
puñetero caso. De lo se trata es de eliminar la corrupción y la mafia
instaurada en este mundo del taurineo que van solo a ganar, ganar
el dinero sin mirar la calidad del espectáculo. Eliminando todo aque-
llo que vaya buscando la emoción, la rivalidad, la expectación que es
lo que debe primar en un espectáculo atrayente. Todo ello lo da el
toro en primer lugar, y luego un torero con ganas de ser figura, pero
con letras grandes. El futuro de la fiesta pasa por volver a un toro
integro, que de emoción y por fomentar a unos novilleros a los
que ofrezcan oportunidades en las que hacerse y forjarse como
toreros y como personas, desarrollando sus personalidades, y no
siendo fotocopias de las figuras de ahora. Que toreando de verdad
y por derecho lleguen a Madrid, curtidos en mil batallas; aunque para
ello hayan tenido que sufrir, pero con dignidad y torería como muchos
lo hicieron antes, por ejemplo, en el Valle del Tiétar. Sé que es muy
difícil según esta montado todo este tinglado... pero señores la fies-
ta se acaba porque los pilares de su existencia se van desmoronan-
do. Luego nos echarán la culpa a los aficionados exigentes. ¡De pena!
Rosa Heras
Aficionada y miembro de La Asociación El Toro de Madrid
Los saltillos de Moreno Silva

M ucho se ha escrito de la corrida celebrada el 31 de mayo

en la Plaza de Toros de las Ventas. Probablemente estas
líneas aquí expuestas causen reprobación, escandalicen
a algún crítico y se me tache de mal aficionado o ignorante del espec-
tro taurino. Pero la fiesta de los toros necesita los astados de Moreno
Silva, y aquí expongo mis razones.
Después de tragarnos las mansadas que año tras año se nos brinda
del mal llamado mono-encaste, viene una de Saltillo con sus mati-
ces y su casta. Mala, pero casta al fin y al cabo.
En esta corrida no se comía pipas, y sí que se estaba pendiente de lo
que estaba ocurriendo en el albero. En el mismo había un animal que
vendía cara su vida, que no se dejaba manipular e inclusive uno,
“Luvino”, que tomó la puerta de chiqueros como queriendo decir al
respetable: “no habéis podido conmigo”.
Efectivamente no fue una buena corrida de toros y solo quedará para David Adalid, una tarde más, pletórico
el recuerdo la devolución a corrales del anteriormente citado y las
banderillas negras que hacía tiempo no se veían en esta plaza al que sus dos hierros, El Vellosino o el Pilar, y estas sí que volverán la tem-
hacía cuarto llamado “Cazarrata”. Fue una corrida de principios del porada venidera y de nuevo con las llamadas “figuras”, en las que el
siglo pasado, con toros a los que ni la afición, ni el público y ni tedio, el aburrimiento y la desilusión fue lo predominante en esa
tampoco la crítica está acostumbrada a ver. Toros a los que hay tarde. No les oí, ni leí, el mismo empeño en resaltar la magnífica corri-
que lidiar y poder, que no permiten el lucimiento y con los que no se da que envió este mismo ganadero y con este mismo hierro en sep-
puede hacer esa tauromaquia moderna que tanto se pondera y valo- tiembre del año pasado. ¿Por qué esa diferencia de trato?.
ra actualmente. En cambio sí que hubo la emoción que trasmite la La afición al toreo va decayendo en la misma proporción que se va
incertidumbre y el riesgo. perdiendo la diversidad de encastes, la variación de comportamien-
Enfrente tres valientes lidiadores con mayúsculas: SÁNCHEZ VARA, to del toro en la lidia, la emoción en el ruedo que proporciona la
ALBERTO AGUILAR Y JOSE CARLOS VENEGAS. Toreros que no llenan casta, que llega y contagia al público asistente. Hoy debido a esta
páginas, que no generan expectación, que no tienen contratos y que tauromaquia moderna en la que solamente tiene cabida un tipo de
probablemente no tendrán cortijo. Toreros que dignifican su profe- toro, el aburrimiento está garantizado. Cuando sale el astado por el
sión, aunque esto no los reconforte, consuele y tampoco les llene la ya mal llamado portón de los sustos (algunas veces dan más lástima
cuenta corriente. Toreros que pueden y deben tener el orgullo y la que miedo), y según quien esté en el cartel, ya sabemos que es lo que
satisfacción de poder presumir que lo vivido, penado y sufrido ese día va a ocurrir, como se lo va a hacer y de qué manera (salvo contadas
( y alguno más), ninguno de los llamados “maestros” y primeros espa- excepciones que algunas veces las hay). El día 31 de mayo eso no
das del escalafón podrán decir nunca que han vivido y podido. Va por sucedió. Hubo incertidumbre, peligro, riesgo, valor y emoción.
Uds TOREROS. Ingredientes básicos en una corrida de toros.

Esta corrida, para aficionados que no solamente valoran el toreo de
muleta, nos dejó tres momentos para el recuerdo: 1º los pares de ban-
derillas de poder a poder, arriesgando, de DAVID ADALID (¿y cuántos
van?) al toro que se fue vivo a corrales; 2º la brega con el capote de
CESAR PUERTO a “Jabalinoso”. Los de plata también pueden ser figu-
ras; y 3º, como he comentado anteriormente, la gallarda entrada en
chiqueros de “Luvino” después de los tres avisos y dos estocadas.
JOSÉ CARLOS, aunque esto no te de contratos, puedes estar seguro
que ninguno de los que se llevan los titulares lo hubiera hecho mejor
que tú. Es más, nunca se han puesto ni quieren ponerse para saber
si son capaces. En eso, tú, sí que los ganas. Ya nos demostraste tu
hombría y valía delante de “Macetero” de Cuadri el 2 de junio de
2014. Seguro que el destino te tiene una oportunidad guardada y los
aficionados te estaremos esperando.
Los críticos y cronistas taurinos tanto verbales como de prensa,
se han cebado con esta corrida. Pero no lo han hecho con el mismo
énfasis a las enviadas por Núñez del Cuvillo, Juan Pedro Domecq con
Al Sr. Moreno Silva no le salió la corrida que esperaba, que en nada se
pareció a la que nos deleitó el 13 de septiembre del año pasado. En ese
encierro se lidió “Viergado” el toro más bravo y completo de la tempo-
rada pasada en las Ventas y que fue premiado por esta Asociación.
Curiosamente también salió por chiqueros un “Luvino”, que nuestra
cronista ROSA definió como “encastado y con clase”, dándose la cir-
cunstancia que también le tocó en suerte a JOSÉ CARLOS VENEGAS.
No sé quién regirá los destinos de la Plaza de Toros de las Ventas la pró-
xima temporada, pero si me gustaría, nos gustaría a muchos aficio-
nados, volver a ver los Saltillos de Moreno Silva de nuevo en San
Isidro, eso sí, mejor presentados ya que varios ejemplares no tenían
el remate que Madrid exige, y si es posible con algún “figura” acarte-
lado con ellos para que pueda demostrarnos su condición de “maestro”.
Que lo primero no quede en saco roto y de lo segundo... algunas veces
los sueños se cumplen. Que así sea.
Miguel Requis
Aficionado y miembro de la Asociación El Toro de Madrid

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 ii LA VOZ DE LA AFICIÓN ii
Tiempos de incertidumbre
N o reconocer que corren malos tiempos para los espec-
táculos taurinos es negar la evidencia. Una evidencia
que ha llegado marcada por una indefensión por parte
de los responsables políticos y judiciales, donde determinadas
Comunidades Autónomas de manera irresponsable y sin base
popular suficiente que avalara esta decisión han suspendido las
corridas de toros.
Pero hay detalles que llaman poderosamente la atención. Tanto la
prensa como los políticos antitaurinos, independientemente del
negocio de sus funciones, no han reflejado nunca la verdad de los
hechos, tratando con ello de alimentar a la corriente antitaurina,
dando más peso a las manifestaciones de protesta en las proxi-
midades de las plazas de toros, que a los espectadores que acuden
en masa a presenciar los espectáculos, los cuales se han visto en
todas las ocasiones desprotegidos por las instancias públicas.
Los movimientos
antitaurinos han recibido
la colaboración de
políticos que no han
dudado en prestarles su
apoyo, sin caer en la cuenta
en el daño que hacen
Estos individuos que dan la impresión de ser un grupito de jóvenes
inquietos, que prestan su inocencia en contra del maltrato animal,
aprovechan el vacío o la desidia gubernamental, en muchas
ocasiones premeditada, para vocear su desprestigio, calificándolos
de incruentos y antisociales, montando sainetes en las plazas de
toros sin que la autoridad muestre ningún signo para evitarlo,
sesgando con ello la libertad de los ciudadanos que acuden a estos
festejos, llegando incluso al insulto con el propósito de provo-
carlos, y si alguno de ellos cae en este juego, sentirse víctimas de
la violencia que bajo su criterio emana del público que asiste a
este tipo de espectáculos, a la vez que la opinión pública afín a
estos movimientos, los silencian.
Expuesto lo anterior, todo parece indicar que estos señores que
están en contra del trato que reciben los toros durante la lidia, solo
les mueve una incondicional defensa de este animal. Esta
condición de naturalista en la actualidad está bien considerada
por la sociedad, donde haciendo uso de “su libertad”, mani-
fiestan la opinión que el mal trato animal es más propio de una
sociedad sin valores. Sin embargo estos movimientos naturalistas
no mueven un ápice en defensa de los animales que son criados en
condiciones infrahumanas y que luego son utilizados para el
sostenimiento de la humanidad, sin llegar a nombrar a los que son
tratados fraudulentamente con productos químicos de engorde
poniendo en peligro a las personas con el único propósito de
lucrarse en un asunto tan serio como la alimentación.
Lo fundamental de este montaje antitaurino, de falso enfoque
proteccionista, no es la protesta en sí de un grupito de inocentes
exaltados, Ni mucho menos. Sus gritos desaforados chirrían sobre
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la base de su existencia, ya que sobre ellos recaen determinados
rumores, fundados o infundados, confesados por algunos medios
de comunicación, de estar financiados desde empresas afincadas
en otros países de Europa y relacionadas con el negocio de los
animales de compañía, poniendo en entredicho, tanto la dignidad
de su protesta como de las personas que las llevan a cabo, tratando
de mostrar lo que llaman en política, “mensajes enmarcados”, con
el único propósito de inculcar en los ciudadanos una corriente de
afecto a los animales, ocultando la verdadera razón de su
existencia: el lucro a través de estos sentimientos en detrimento
de nuestras ancestrales raíces, donde un animal de bella estampa
como el toro de lidia es criado con esmero durante sus años de
vida, para luego darle la oportunidad de ser admirado por su
comportamiento en el ruedo. De la misma manera que son
“admirados” los animales para el consumo humano, donde son
criados como ya expuse, siendo el final de sus vidas un frio
matadero, donde serán recibidos con un toque mortal de corriente
eléctrica que les harán caer fulminados, sin otra posibilidad de
defensa, sobre la cama de cemento donde serán descuartizados.
Estos hechos, de conocimiento público por ser el medio de
sustento de la humanidad, son silenciados por estas organiza-
ciones, lo que demuestra que su interés es puramente comercial,
de la misma manera que será baladí exponer ante estas camarillas
de nula compresión animalista, que la crianza del toro bravo en
nuestro país no es rentable para muchos ganaderos, que la
mantiene por afición y tradición, pero es muy significativa para
el mantenimiento de un número extenso de hectáreas que
sirven para el sostenimiento del ecosistema, y que si este
animal desapareciera sería casi imposible su conservación. Esta
corriente antitaurina a pesar de ser minoritaria ha conseguido a
través del ruido generado en sus manifestaciones y en los medios
de comunicación ganarle la partida a la ingente cantidad de aficio-
nados que aman la fiesta, que se ha dedicado a defenderla de
manera silenciosa. Sin embargo los movimientos antitaurinos han
recibido la colaboración de políticos que no han dudado en
prestarles su apoyo, sin caer en la cuenta en el daño que hacen,
primero a esta cultura ancestral a través de cientos de años y
después, teniendo en cuenta hechos materiales, como son, la
destrucción de puestos de trabajo y los impuestos que generan
estos espectáculos. Pero a muchos ciudadanos nos cuesta trabajo
creer que tras estos movimientos políticos, de pequeño calado
social, se lleven a cabo con el único fin de conseguir un manojo de
votos. Sería inicuo por su parte, pero ajustándonos a la realidad del
panorama político a nadie le sorprendería. Pero como decía un
gran aficionado a los toros: “los aficionados seremos humildes y
tendremos limitado nuestro campo de acción en defensa de la
fiesta, pero eso no implica que seamos tontos”. Lo que ocurre
en este caso es que la protesta social va recalando poco a poco en
la sociedad, y los ciudadanos que no tienen un marcado interés
por los toros, posiblemente les cueste menos desmarcarse de ellos
que implicarse en su existencia.
Nuca he tenido la tentación de comparar la fiesta de los toros con
otros espectáculos de masas, pero se olvidan determinados próceres
de la pluma y de la libertad, que mientras todos los años no olvidan
denostar a la fiesta a través de sus artículos en los medios de
comunicación, dejan en la absoluta impunidad periodística, creemos

La protesta social va
que con premeditación y alevosía, hechos tan evidentes como los

recalando poco a poco en

que ocasiona la pasión de una gran parte de la sociedad por el
deporte rey. Cierto que en este manifiesto público no fallece ningún
animal, lo que indica que los han dejado sin argumentos para
la sociedad, y los
ciudadanos que no tienen
tratarlos con el mismo desprecio que tratan a la fiesta de los toros,

un marcado interés por los

pero se da la circunstancia que los que fallecen en los estadios o en

toros, posiblemente les

sus aledaños, son personas, y no precisamente de infartos motivados

cueste menos desmarcarse

por la emoción de una buena faena, perdón, por un gol, sino por
enfrentamientos de grupos descerebrados, que marcan cada fin de

de ellos que implicarse en

semana las notas necrológicas de los medios de comunicación.
En estos medios colaboran determinados escritores y periodistas
que aprovechando su libertad y la situación privilegiada del libre
uso de la palabra escrita, no cesan de difamar, tanto a la fiesta
como a los ciudadanos que libremente asisten a ella, mostrando
una evidente falta de respeto llegando incluso a la “vesania
antitaurina”. Sin embargo hay que recordarles a estos grupos de
“documentados” animalistas y a sus insignes plumas que airean
su heroica defensa de los animales, que rara vez aparecen en las
páginas de los periódicos sucesos que indiquen la existencia de
enfrentamientos entre grupos violentos en las plazas de toros. Sin
embargo, esta prensa desde donde la fiesta de los toros recibe esta
injusta sevicia, mitiga o trata con guantes de seda a los exaltados
grupos, violentos en toda regla, que se retan antes, durante o
después de los espectáculos deportivos, llegando en muchas
ocasiones a causar la muerte, bien de algún espectador inocente
o algún contrincante por el solo hecho de pensar de otra manera,
con el agravante que estos “grupitos de exaltados”, como los llama
la prensa afín a estos espectáculos, han sido financiados por las
mismas entidades deportivas de las cuales son socios. A pesar de
este comportamiento diferenciador entre ambos tipos de
espectadores, no ha existido el más leve rechazo a que este
deporte desaparezca, ocultando en todo momento toda la
violencia que aglutina a su alrededor, pero el negocio es el negocio,
y en este caso da para tapar todas las opiniones que sean
necesarias y vayan en contra de su existencia.
su existencia
que la defensa que hacen de ella tiene un recorrido de marcado
corte beneficiario, y cuya responsabilidad ha quedado en entre-
dicho, y de la misma manera que hay políticos comprometidos con
la protesta antitaurina y han conseguido cerrar plazas de toros,
los que no lo están no ha sabido defenderla, permitiendo que los
empresarios y apoderados hicieran de su gestión un campo
abonado a la corruptela en la única dirección de su beneficio y el
de sus toreros, olvidándose de la integridad de la fiesta creando un
animal totalmente adulterado y consiguiendo que la emoción
desaparezca de los espectáculos. Estos gestores no moverán un
dedo en contra de sus intereses, deberán ser los responsables
públicos, los que reciben el beneficio de los impuestos, los que
deberán marcan la línea de defensa, tratando que la emoción
vuelva a reinar en la fiesta, de otra manera será el final de estos
espectáculos. Si lo consiguen, los aficionados apoyarán su gestión
con la única arma que disponen, acudir a las plazas, si no es así
tomarán el camino contrario y la fiesta quedará en total
desamparo, tanto pública como de espectadores, en manos de
unos señores con una ambición desmedida y de unos grupitos de
jóvenes gobernados por unos empresarios sin escrúpulos que solo
adoran el interés que puedan sacar al negocio de los animales.

A pesar de estos movimientos de nueva aparición, no debemos Pepeillo

olvidar que los verdaderos enemigos de la fiesta están dentro, ya Aficionado y miembro de La Asociación El Toro de Madrid

LA VOZ DE LA AFICIÓN
Órgano de expresión de la Asociación EL TORO de Madrid
Sede Social: Fundación Casa Patas, C/ Cañizares, 10 • 28012 Madrid • Correo Postal: Apartado 37014, 28080 Madrid
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La Junta directiva de la Asociación EL TORO de Madrid, elegida en la Asamblea General celebrada el 25 de enero de 2015,
está formada actualmente por las siguientes personas:
Presidente: D. Roberto García Yuste • Vicepresidente y Tesorero en Funciones: D. José Barranco Fernández
Secretaria: Dª Esther Arribas González • Vocales: Pedro Ángel del Cerro Molina, Dª Rosa María Heras Heras y D. Juan Sanz Minguela.
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El presente Boletín es gratuito y sus informaciones pueden ser reproducidas por cualquier medio, siempre que se notifique por escrito a
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 ii LA VOZ DE LA AFICIÓN ii
Hacen falta más aficionados exigentes
L a Fiesta de los toros está cada vez más sensibilizada.
Cuando se habla de los males de las Fiesta se acusa a los
taurinos en general, es decir a los que viven del Toro, pero
también a los políticos, a los antitaurinos y ¡cómo no!! al periodis-
mo taurino, ya que la crítica es prácticamente inexistente. Pero en
realidad muchos de los que se denominan “aficionados” son tam-
bién culpables.
Hay diferentes clases de aficionados; los que les gusta un espectá-
culo íntegro y ven al toro como el verdadero protagonista de esta
Fiesta, que denuncian las irregularidades y luchan contra el frau-
de. Otros que lo que de verdad les gusta es el triunfalismo y ven al
torero como lo fundamental de la corrida. Actualmente estos dos
grupos bien diferenciados, estamos cada vez más desunidos para
luchar contra los fraudes perpetrados por los taurinos. Y por
supuesto, no puede faltar ese público que va a la plaza muchas
veces incluso desconociendo el cartel, pero con un objetivo, que
triunfe el torero y si se pueden hacer una foto con algún persona-
je famoso para luego ponerlo en Twitter mejor.
Una vez leí al maestro Joaquín Vidal, “lo mejor que podemos hacer
frente a los taurinos es alejarnos lo más posible de ellos, para evitar
contaminaciones y que jamás puedan acusarnos luego de aceptar
sus favores o mediatizar nuestras reacciones ante el espectáculo que
darán después en la plaza, siendo ésta la única manera de poder
manifestarnos con total independencia en aquélla, aplaudiendo lo
que nos gusta y protestando lo que nos desagrada”.
Hay gente que va a los toros como simples espectadores, sin
pretender entender ni profundizar en lo que ven, ya que esos
sólo van a divertirse, que es muy legítimo; pagan, aplauden y
no pretenden nada más. Van a que les vean, para poder decir luego
que estuvieron presentes si es que hubo algún triunfo. Otros vamos
a los toros a emocionarnos y si para eso tenemos que sufrir, sufri-
mos. Aguantamos más de setenta tardes, pasando frio, calor, agua,
granizo, lo que sea... para al final salir de la plaza emocionado tan
solo unas tres o cuatro tardes por temporada. !Qué le vamos hacer¡
Que lo tengan en cuenta
8
En el espectáculo taurino aparte del drama, del éxito o del fraca-
so, siempre han existido las broncas por parte de los aficionados;
ahora se han perdido ¿por qué? Nos estamos haciendo blandos y
de eso se están valiendo las cuatro figuritas y los empresarios que
manejan esto. Atrás quedaron broncas como el conflicto de orden
público que protagonizó la afición en la alternativa de Belmonte,
lanzándose al ruedo con el “Toro” vivo en señal de protesta por la
baja presentación y juego de los astados. Los enfados en bastantes
tardes en las que se mostraban las entradas exigiendo la devolu-
ción del dinero por sentirse estafados, hasta el lanzamiento de
tablas de madera que descolgaban de las gradas y andanadas. Las
monumentales y famosas salidas del coso escoltados por la Policía
de Chenel y Curro Romero porque se les exigía. La continúa pro-
testa por la caída de los toros en la época de Manuel Chopera etc.
Y ahora ¿qué? Parece que está muy mal visto protestar, se consien-
te todo, hasta que Morante descabelle desde el burladero, se con-
siente un destoreo generalizado, una inexistente suerte de varas y
no digamos las muy defectuosas estocadas. Pero sobre todo en
muchos casos, existe la sospecha de la integridad de las reses, prin-
cipal protagonista, sin protestar nada. Todo se consiente, no se
protesta apenas porque está mal visto, y así nos va. Recientemente
un joven aficionado en Albacete por criticar la tauromaquia de El
Juli fue echado en volandas de su localidad. No sé dónde vamos a
llegar, pero pinta mal, muy mal. Es verdad que quedan buenos afi-
cionados que expresan sus críticas y opiniones en las redes socia-
les pero no se atreven a expresarlas desde el tendido, que es donde
de verdad hace falta.
Desde esta líneas animo a los aficionados a que alcemos nues-
tra voz, nos reivindiquemos en nuestro tendido y exijamos desde
la integridad de las reses hasta la realización del toreo como Dios
manda, no el destoreo que estamos viendo porque si nos calla-
mos somos cómplices con este silencio y nada cambiará.
Incluso un colaborador-profesor de la escuela taurina de Madrid
nos ha llamado criminales...sólo por defender nuestros derechos de
clientes indignados y exigir el toro con trapío para Madrid, por lo
que en muchas ocasiones nos acusan de haber sacado ganaderías
de tipo, cuando nosotros solo queremos que para la primera plaza
del mundo salga el toro serio, rematado, que imponga el miedo y
respeto que el escenario merece. No nos cansamos de solicitar
variedad de encastes y en especial mayor atención a esos especia-
les que no están pasando por su mejor momento debido a lo mal
que está montando este tinglado.
Hay que luchar porque en todos los foros, en todos los comités haya
aficionados, pero no una representación testimonial, donde nos lle-
van los taurinos para decir que hemos estado, dándoles de alguna
manera una coartada para vocearlo, sino participar en igualdad de
condiciones con los que viven de esto. Menos gente influyente, por-
que la mayoría no son independientes ni aficionados, debería estar
en esos Comités. Somos nosotros, los aficionados íntegros y caba-
les, los que deberíamos marcar las pautas, que para eso pagamos
y mucho. Como ejemplo, sirvan ciertas ferias del sur de Francia,
donde los taurinos deben aceptar las leyes y condiciones que dic-
tan las asociaciones de aficionados. En caso contrario, reciben el
veto durante varios años. Por esto deberíamos luchar. No por dar
homenajes o poder subir a ciertos palcos a presidir o como aseso-
res o comentaristas, donde estos se venden a lo que les digan.
Las Ventas en toda su historia se ha caracterizado entre otras cosas
por ser la plaza qué más da y que más quita, por ser la más difícil
y exigente y por ser una plaza vociferante, siempre contando con
un sector de aficionados exigentes, críticos y por qué no vocingle-
ros que no pasaban ni una, ni en la presencia y comportamiento de
los toros ni en las actuaciones de los espadas. Antiguamente fue el
tendido 3, posteriormente la andanada del 8 y desde hace bastan-
tes años el tendido 7 que con importantes bajas se sigue mante-
niendo. El estar callado y mantenerse en silencio es lo que desean
los taurinos, como ha dicho el indecente Simón Casas, comentan-
do en unas declaraciones que sobramos; claro, para que él siga
haciendo sus fechorías y llenarse los bolsillos a cuesta de nosotros.
Basta ya, estamos cansados y la afición debe alzar su voz, como El Tendido 7, protestando
dice la cabecera de esta revista, que escuchen la voz de la afi-
ción. Somos abonados y aficionados de la primera plaza del mundo dé la importancia que merece. Los toros son nuestra pasión y parte
y debemos exigir. Lo primero el trapío del toro, de acorde a su encas- de nuestro patrimonio cultural, le dedicamos muchas horas y mucho
te, pero siempre un toro serio que es como se caracteriza al toro de dinero para que cuatro personajes que están mandando actualmen-
Madrid. Debemos exigir que se desarrolle la suerte de varas y se le te, se lo quieran cargar. Pues bien, a veces hay que dar un golpe en
la mesa, cuando no nos dejan otra escapatoria. Y los taurinos y las
autoridades sólo se asustan cuando hay BRONCA y si es en la
misma plaza desde nuestra localidad, mejor. Si nos mantenemos
así, alejados e independientes, nos mereceremos el respeto que se
debe tener a un cliente de un espectáculo la mayoría de las veces
adulterado. Como decía mi amigo Joaquín Monfil tenemos la Ley y
la Razón de nuestra parte. Sólo pedimos que se cumplan ambas. De
la primera los presidentes, como máxima autoridad de las plazas,
tienen la palabra. La otra, con los vacíos crecientes en los cosos, nos
la terminarán de dar hasta los taurinos, cuando comprueben que se
están cargando ellos solitos la Fiesta Nacional por la falta de emo-
ción. No hacen falta abolicionistas, ni ecologistas ni protectores de
animales. El bicho está dentro, pero nosotros tenemos el derecho a
exigir y a expresar nuestras reivindicaciones, hagámoslo.

Roberto García Yuste

Rosco y Roberto exigiendo Aficionado y miembro de La Asociación El Toro de Madrid

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Si desea hacerse socio, y que le enviemos información al respecto, cumplimente este cupón (o una fotocopia del mismo) con los
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9
 ii LA VOZ DE LA AFICIÓN ii

La creciente pérdida de mi aficción

D
espués de más de treinta y cinco años de Abonado en el tendido alto del cuatro, de Las Ventas, en Madrid
De haber seguido en distintas etapas por las que creo pasamos todos los aficionados, unas veces a toreros otras
a ganaderías, por distintas plazas, y distintas ferias por España
Este pasado S. Isidro, no he renovado mi abono, y voy perdiendo la afición de forma creciente, no sin que esto
me produzca cierto pesar
Leyendo a Antonio Lorca, su artículo de El País:
Me identifico totalmente y os invito a leerlo, para en la medida de lo posible nos ayude a levantar el ánimo, en
mi caso, y a reforzar el que aun os quede a vosotros, que deseo sea mucho y de muchos por el bien de la Fiesta
Estas son las causas de la “CRECIENTE PERDIDA DE MI AFICION”

El toreo, una MAFIA sin competencia

E
Publicado en el diario

La fiesta desaparecerá, y no por imposición de los políticos,

El País el 29-8-2016

sino por desidia de los que pagan

escrito por Antonio Lorca

l torero Andrés Roca Rey sufre una seria voltereta en
Málaga y se ‘cae’ de la feria de Bilbao. El cartel queda
en un ‘mano a mano’ entre López Simón y José Garrido
por imposición del primero y la posterior e inexplicable aceptación
de la Junta Administrativa. Se cerró, así, el paso a otro torero
joven –caso de Javier Jiménez, reciente triunfador en Las Ventas–,
y el público, lógicamente, expresó su malestar.
El rejoneador Diego Ventura aún no ha debutado en los Sanfermines
por decisión expresa de Hermoso de Mendoza, que manda en aque-
lla plaza, ante el silencio culposo de la Casa de Misericordia.
Enrique Ponce, figura indiscutible, lleva años lidiando inválidos
y demostrando que es un perfecto resucitador de muertos vivientes.
El Juli, otro torero que ha alcanzado la gloria por méritos propios,
está encasillado en un encaste bondadoso y tullido que le permite
mantenerse con comodidad en las alturas.
José Tomás, un diestro de leyenda, goza de unas rentables vaca-
ciones. Erigido en fenómeno social, huye con descaro de la exigen-
cia, y hace caja, (¡y qué cajas!), ante corridas muy escogidas en pla-
zas sin responsabilidad.
No son más que cinco ejemplos, pero el toreo actual está plagado
de casos como estos. Y de todos ellos se pueden entresacar dos con-
clusiones y una causa. Las primeras: por lo general, las corridas son
un pestiño, y, en consecuencia, el público abandona las plazas.
La feria de Bilbao ha sido un desierto; en presencia de las figuras
más reconocidas y con los toros más comerciales, las entradas no
vendidas se han acumulado en las taquillas. El mismo caso se ha
producido en la reciente feria de Almería. Madrid es un dolor cada
tarde, y esta es la tónica habitual en todos los ciclos taurinos que
se celebran en este país. La verdadera noticia es una plaza llena.
dos escrúpulos, que actúa al margen de sus clientes, a los que enga-
ña y decepciona tarde tras tarde. Por eso, la gente no va a las pla-
zas, porque está cansada de mentira y aburrimiento.
Una mafia cerrada a cal y canto que impide la necesaria revolución
y el paso a los nuevos toreros. Y cuando alguno consigue entrar por-
que se le considera beneficioso para el sistema, se convierte en el
peor enemigo de sus compañeros aspirantes. Por esta razón, entre
otras, es tan difícil que los jóvenes triunfen. Si ser figura ya es más
difícil que alcanzar el papado de Roma, el asunto se complica si el
sistema obstaculiza y cercena los sueños de los que llegan. En dos
palabras: que el negocio es de cuatro, y ya se esmeran en que no
aumente el número de los que se reparten los beneficios. Por eso,
los carteles son siempre los mismos, interesen o no a los públicos.
Además, el sector taurino no conoce la competencia en el sentido
comercial del término. No existe regulación del mercado que pro-
mueva la ‘competencia justa’ entre los toreros y los obligue a un
esfuerzo para conseguir el mayor número de clientes.
El toreo es un monopolio de cuatro figuras y cuatro empresas que
imponen toros y compañeros. Abusan de su posición dominante y
ofrecen a los clientes un producto que, a la vista está, solo intere-
sa a los que se benefician de él. Vamos, que si el toreo fuera algo
serio, no se le permitiría a José Tomás anunciarse en plazas de
segunda con toretes de amable condición, del mismo modo que el
Real Madrid no juega con el Alcantarilla C.F.
Por todo ello, -y por fuertes razones políticas y animalistas-, la fies-
ta de los toros desaparecerá más pronto que tarde. Pero no suce-
derá tal cosa por imposición de los que mandan, sino por la desidia
de los que pagan.

Y lo más curioso, -también lo más preocupante-, es que no sucede
nada. Nadie se da por aludido. Está demostrado que las figuras no
interesan, pero continúan en el palmito. Fracasan las empresas, pero
ahí siguen. El toro está desaparecido, pero no importa.
¿Qué ocurre, entonces? (La causa) Ocurre que el toreo es una mafia,
un grupo organizado para la defensa de sus intereses sin demasia-
Y todo ello sucede con la cooperación necesaria de unos periodis-
tas -aquí nos incluimos todos- empeñados en cuidar, proteger y
preservar la fiesta de los toros, y, en consecuencia, ocultar sus
pecados.
El periodista, ya lo dijo el crítico Alfonso Navalón, “no debe erigir-
se en publicista del sistema”, ni en agradador de toreros, empresa-

10
rios y ganaderos, ni en besamanos de todos ellos. El periodista debe
buscar la verdad y contarla. Sin más.
¿Sufriríamos los anodinos carteles, los toros tullidos, las acomodadas
e insulsas figuras y los dislates y profundas injusticias del mundo del
toro si existiera una clase periodística comprometida y exigente con
la fiesta?
Muy pronto, la fiesta de los toros será historia, y serán muchos los que,
entonces, lamentarán su desaparición.
Pocos, sin duda, se acordarán del gravísimo daño infligido por la mafia
del toreo, por ese reducido, compacto, rancio, viejo, inmovilista y ego-
ísta grupo de taurinos que se reparte las migajas de un negocio con-
denado por ellos a muerte.
Quizá, entonces, López Simón lamente su oposición a ofrecer una opor-
tunidad a un compañero; quizá, Hermoso de Mendoza recuerde a
Ventura; quizá, Ponce caiga en la cuenta de que una retirada a tiem-
Con fundas y a lo loco
Han pasado seis años desde mi artículo «Pitones y pistones» sobre las
controvertidas y feas fundas. Desde entonces, lejos de retroceder o sim-
plemente mantenerse a raya, la moda se ha extendido hasta por las
ganaderías más reacias, acostumbrándonos a ver toros vendados en
las dehesas y en las revistas. Incluso se vuelven a enfundar las reses
sobrantes o rechazadas en los reconocimientos. La voz de los críticos,
desengañados y aburridos, permanece adormecida, si no yace defini-
tivamente callada. De su anterior clamor no percibimos ni el eco. Se
nos ha impuesto lo que no nos gustaba. Los puristas, que se negaban
a fotografiar ejemplares enguantados, han pasado por el aro y con ellos
ilustran reportajes o filmaciones. Nunca mejor aplicado el dicho «A la
fuerza ahorcan». Porque ya me dirán qué cabe sino tragar saliva y bilis,
salvo el muy alto precio de renunciar a observar al más selecto y bello
ganado bravo en su ambiente campero.
Yo sigo sosteniendo que no es una práctica legal. Aunque su prohibi-
ción no figure en el reglamento —que no podía contemplar algo impen-
sable cuando se redactó—, de los principios inspiradores e interpreta-
ción sistemática de la legislación taurina se deduce el deber de salva-
guardar la integridad del toro en todas sus partes, lo que obliga a una
completa naturalidad de crianza*. Además, la ley administrativa, al
contrario de la civil, solo permite lo autorizado expresamente, y no al
revés (que sería tolerar todo, salvo lo prohibido). Por tanto, al no hallar-
se previsto el enfundado, no cabe hacerlo, sin que valga agarrase a que
no está explícitamente vetado. De lo contrario, se podrían poner herra-
duras o colgar cencerros, taponar las orejas y recortar o trenzar el rabo
para tal o cual fin que se estimase oportuno.
¿Pero qué hacer ante la evidencia de unos hechos cuya consumación
reduce a inútiles las quejas y protestas una vez sucumbidos hasta los
hierros escrupulosos, los veterinarios reglamentistas y los aficionados
puritanos? Como hay poco que elegir frente a una derrota cantada (por
más que no se base en la certeza científica de que el invento sea ino-
cuo), únicamente cabría el remedio extremo a posteriori de exigir a los
poderes institucionales que regulen una actividad llena de artificiosi-
dad, donde, por mor del vacío legal, reina la anarquía y hasta el capri-
cho de vaqueros o consiliarios espontáneos. Y no puede ser que cada
cual opere a su santísima voluntad, usando el material que se le anto-
je, por el plazo que le parezca y con la anticipación o demora que le
po es una victoria y muchos puestos libres para los jóvenes; quizá, El
Juli entienda entonces que no se pueden lidiar borregos todas las tar-
des; y algunos empresarios comprendan, de una vez, por qué cada vez
se vendían menos entradas. Quizá, a José Tomás le remuerda la con-
ciencia de no haber ejercido el liderazgo para el que nació, y por haber
aprovechado su leyenda para ganar mucho dinero fácil en circunstan-
cias poco exigentes.
Quizá, entonces, este periodista se deba confesar de no haber sido más
responsable y comprometido. Pero ya nada tendrá solución.
A estas causas que expone en su artículo Antonio Lorca solo me queda
por añadir, el pinchazo hondo que me produjo el presenciar la muerte
de VICTOR BARRIO, que además de modificar mi vara de medir a los
Toreros, ha hecho que merme un poco más mi afición
Teodoro Orgaz
Aficionado y miembro de La Asociación El Toro de Madrid
convenga. Mirando solo el interés económico empresarial, no el gene-
ral y público de la fiesta. La longitud a cubrir en el cuerno —pitón, pala
y cepa— es también ahora decisión arbitraria de cada ganadero. Igual
que aplicar tranquilizantes o manejar sin ellos, emplear el mueco o uti-
lizar otro método de inmovilización y, en fin, devolver al campo de
inmediato o previo un lapso de adaptación.
Como ninguna de estas cuestiones puede quedar al albur de cada finca,
parece necesaria una normativa común que fije las condiciones gene-
rales a cumplir sobre los tipos de envoltorios y su elaboración, plazos
de portarlos, profesionales que controlen y garanticen la colocación,
prohibición de reenfundar al mismo animal, etc. Cuanto crea necesa-
rio el organismo que tenga la competencia, asesorado por quienes
sepan del tema y oyendo a empresarios, toreros y asociaciones. Si no
es posible la desaparición de este postizo industrial, refractario a la
intangibilidad del ganado de lidia, que al menos se cuente con una
regulación uniforme que asegure por encima de todo el respeto que
merecen su misterioso origen y su noble destino, reclamantes ambos
de un existir natural y puro.
Le pongo mucha pasión a esta propuesta, pero me temo que, como
otras, irá al fondo de la cesta, pues «Poderosos caballeros son nuestros
ganaderos punteros».
————————————————
* El prólogo del Real Decreto 145/1996, de 2 febrero de 1996
(BOE 2 de marzo), que dio nueva redacción al Reglamento de
Espectáculos Taurinos (atendiendo la moción del Senado de
16/11/94 sobre erradicación del fraude en las astas), dice: «Las reses
bravas, eje sobre el que giran los espectáculos taurinos en sus diver-
sas modalidades, son objeto de especial y minucioso tratamiento con
el fin irrenunciable de articular las medidas precisas para asegurar
la integridad del toro, su sanidad y bravura y la intangibilidad de sus
defensas, previendo a este fin la práctica de reconocimientos y aná-
lisis que lleguen a determinar con absoluto rigor científico y con total
objetividad las posibles manipulaciones fraudulentas».
Eduardo Coca Vita
Abonado de la tercera edad
 ii LA VOZ DE LA AFICIÓN ii

Sacrificio a una religión pagana

Sabio aquel que sabe escapar pronto

E
allí donde la gloria no perdura.
Pues aunque pronto crece el laurel
mucho antes que la rosa se marchita.

n mitad del jolgorio, de la vitalidad de las fiestas de San

Fermín, la noche del 9 de julio, a las once, como de costum-
bre, sobre la ciudad sonó el estallido de los fuegos artificia-
les. En los bulevares, en los parques y en las explanadas, la gente se
congregó para ver las luces. Nadie, o casi nadie, sabía que, pocas horas
antes, un toro había matado a Víctor Barrio en la plaza de Teruel. La
universalmente llamada “Fiesta del Toro” continuaba sin rastro de
dolor o luto. Y nadie era culpable ni de la reciente desgracia ni de la
irrefrenable alegría que desbordaba Pamplona. Nadie. Porque morir en
el ruedo es la letra pequeña en el contrato de cualquier torero, es un
ofrenda a su vocación.
La muerte es una vieja historia y, sin embargo, siempre resulta nueva
para alguien [Ivan Turgueniev]; incluso para los que conviven con ella.
Tras el funeral de Víctor Barrio en Sepúlveda, un amigo, un torero, me El 7 recordó a Víctor Barrio
reconocía: “La frase de nos jugamos la vida es real pero, a veces,
nosotros mismos no le damos importancia”. A propósito de esta corrida de toros es un espectáculo cruel y, por lo tanto, serio y fuera
confesión, Stefan Zweig escribió que no bastaba con pensar en la de alegrías, aunque sólo sean superficiales y fugaces”.
muerte, sino que se debía tener siempre delante: “Entonces la vida se
hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre”. La súbita muerte de Víctor Barrio en la arena el pasado 9 de julio, nos
ha hecho reflexionar sobre el valor de la vida y, si tenemos fe,
Después del fallecimiento de Paquirri, Yiyo, Manolo Montoliú o Soto devolverá los fulgores a aquellos que se visten de luces y calmará la
Vargas, la muerte ha vuelto a visitar el ruedo para poner las cosas en sed de los dioses por varias temporadas. La parca ha venido a ajustar
su sitio. Todas las religiones a lo largo de los tiempos han exigido un viejo reloj que iba perdiendo precisión... Y por las gradas ya sube
sacrificios a los dioses y, el toreo -que es una religión pagana- Víctor con toda su muerte a cuestas. “Buscaba su hermoso cuerpo y
también cumple esta imposición universal. Es un mecanismo tan fácil encontró su sangre abierta”.
como antiguo. Una cornada certera se lleva por delante, no sólo la
vida de un hombre, sino, además, todo lo excesivo y dionisíaco que Ante esa joven cabeza laureada
encierra la Fiesta. contemplarán tu cuerpo inerte
El toreo siempre ha sido una aventura en la que se puede perder la vida y descubrirán entre los rizos de tu pelo
o ganar la gloria. No obstante, como ya apuntaba Antonio Díaz una guirnalda aún sin marchitar.
Cañabate en 1970: “Los riesgos de la profesión taurina, por los avances (Alfred E. Housman)
de la cirugía [...], son mucho menores que los de antaño y por
consecuencia la aureola heroica del torero ha empalidecido con Gloria Sánchez-Grande
pérdida de sus vivos fulgores”. Y otra frase del mismo libro: “Una Aficionada y periodista

Entre todos la mimaron,

pero Antonio Lorca se la cargó, ¿no?

M enuda ha liado Antonio Lorca, periodista del diario El País,

con lo que escribió hace algunas semanas en dicho perió-
dico. Seguro que si se lo llegan a contar, se lo hubiera
pensado dos veces y, quizás, se hubiera mordido la lengua.
Lo de Antonio Lorca ha sido intolerable. Impropio de todo un periodis-
ta taurino. Vergonozoso y censurable. ¡¡Qué mal aficionado a los toros!!
Y sobre todo, qué mal compañero de profesión, pues se la ha liado, y
bien gorda, a unos pocos taurinillos de poca monta, pseudoinforma-
dores y pagafantas del taurineo, que a lo largo de aquel día en el que
le dio por hablar, me cuentan mis buenas fuentes, colapsaron las
urgencias de los hospitales de toda España, siendo atendidos de asfi-
xia. Asfixia en su propia bilis, que la verdad que no ha sido poca. Así
no, señor Lorca. No tiene usted vergüenza, mire que echarle la culpa
del mal que asola la Tauromaquia a los propios taurinos, precisamen-

12

te a ese putrefacto sistema que no ha roto un plato en su vida... ¡¡Mire
que acordarse también en su escrito de sus colegas de profesión!!
¿No se da cuenta, señor Lorca, de que peca usted de cinismo?
Sí, señor Lorca, es usted un cínico y un hipócrita, y le voy a explicar por
qué. Verá, aquí el único antitaurino que hay es usted, no le quepa la menor
duda. Con gente como usted no nos hacen falta ni el PACMA, ni Unidos
(ya no) Podemos, ni los boxeadores esos chatarreros que cada vez que
hablan sube el pan (y baja la droga), ni nada de nada de nada de nada...
No mienta ni sea hipócrita, señor Lorca, que le hemos pillado. ¿Sabe
por qué?
Pues mire, porque de que haya muchas ferias de provincias sin novi-
lladas, y lo que es peor, plazas de tercera y portátiles donde las figu-
ras no dejan una triste migaja a los novilleros, los cuales necesitan
aprender el oficio y curtirse, la culpa, señor Lorca, es de usted.
De que se organicen taaaaaaantas ferias en las que los organizadores
no pagan los mínimos a los toreros, y lo que es peor, que algunos de
estos se malvendan y denigren su profesión y a sus compañeros, la
culpa, señor Lorca, es de usted.
De que hayan desaparecido tantas ganaderías y encastes míticos que
un día dignificaron la Fiesta y le daban variedad, señor Lorca, la culpa
la tiene usted.
¿Sabe que he visto muy alterado a su
colega de profesión José Miguel
Martín de Blas con su escrito? El de
las retrasmisiones de Castilla la
Mancha Televisión, efectivamente
De que la suerte de varas esté prácticamente extinguida y apenas tenga
importancia, señor Lorca, ¿Sabe de quién es culpa? Pues sí señor, de usted.
Oiga, señor Lorca, y lo que le ha pasado a Javier Jiménez en Bilbao,
que fue capaz nadie de darle la sustitución después de triunfar días
antes en Las Ventas, ¿de quién es culpa? Sí hombre sí, de usted.
Y siguiendo el hilo de Javier Jiménez y teniendo en cuenta de que eso
es solo la punta del iceberg en ese tema, ¿quién es culpable de que a
los jóvenes que tienen muchas facultades se les corten las alas? Pues
de quién va a ser, de usted señor Lorca.
Y sobre el fraude y la mala imagen que dan los toros que salen al ruedo
escobillados, sangrando de los pitones y clamorosamente afeitados,
señor Lorca, ¿qué tiene que decir? Usted no sé, pero yo lo tengo claro:
que es usted el culpable.
Por cierto señor Lorca, ¿sabe que he visto muy alterado a su colega de
profesión José Miguel Martín de Blas con su escrito? El de las retras-
misiones de Castilla la Mancha Televisión, efectivamente.
Pues sí, le llama antitaurino y dice que usted no respeta o no se qué.
Claro, señor Lorca, usted también tiene la culpa de las bochornosas
retrasmisiones de televisión que este señor capitanea. Vamos, que usted
tiene la culpa de la pésima imagen que dan los festejos retrasmitidos
por ese pobre mártir de usted y, además, usted le obliga a guardar silen-
cio sobre ello y a no poner el grito en el cielo contra el fraude. ¡¡No
faltaba más!!
De que haya muchas ferias de provincias
sin novilladas, y lo que es peor, plazas
de tercera y portátiles donde las
figuras no dejan una triste migaja a los
novilleros, los cuales necesitan
aprender el oficio y curtirse, la culpa,
señor Lorca, es de usted
También otro compañero suyo, Paco March, le llama antitaurino, ¿sabe
señor Lorca? Es cierto, no me acordaba que es usted quien tiene la
culpa de que en la tierra de su compañero March, Cataluña, los toros
estén prohibidos. Ni Balañá, ni la lamentable gestión de Matilla en la
Monumental, ni rábanos, señor Lorca. ¡¡Usted, usted es el culpable!!
¿Y qué me dice, señor Lorca, del negocio que hay escondido detrás del
homenaje que se tributó al pobre Víctor Barrio en Valladolid? ¿No tiene
nada que decir? Yo sí, desde luego: la culpa es de usted.
Oiga, señor Lorca, me estoy acordando también de los bailes de corra-
les que provocan las figuras cuando aterrizan en Madrid, la supuesta
primera plaza del mundo. En especial, de los mamoneos que se trae el
muñeco de Velilla de San Antonio sieeeeeeempre que torea por aquí.
Recuerdo la última, aquella corrida de Jandilla rechazada que se sus-
tituyó por una infame bueyada del Vellosino, y de la que misteriosa-
mente desaparecieron dos toros, los dos más serios, que días antes sí
llegaron a enchiquerarse en la misma plaza pero que no pudieron ser
lidiados al suspenderse la corrida por lluvia. ¿Qué me va a decir, señor
Lorca, que llegó usted, impuso la bazofia del Vellosino, y a esos dos
toros antes mencionados se los llevó usted a escondidas esa misma
noche y los dio el cambiazo por otros dos mojones? ¡¡Lo sabía, sabía
que usted tenía mucho que ver con aquello!! Pobre Julián, que cargó
con las culpas de algo que no había hecho. Si nunca ha roto un plato,
la criatura.
Hablando de Madrid, me gustaría también hacer hincapié, señor Lorca,
en el daño que causa usted a esa plaza. Usted es el responsable de pro-
gramar tantas novilladas con chavales que no vienen preparados para
pasar ese duro examen; y también tiene la culpa de tanto saldo gana-
dero en esta plaza, y de que los tendidos permanezcan vacíos de tarde
en tarde, siendo usted también incapaz y, por ende, el culpable, de pro-
gramar festejos sin el más mínimo interés para atraer al aficionado a
la plaza.
Y señor Lorca, ya no hablamos de la alarmante falta de casta y bravu-
ra de la que hace alarde el toro actual, ni de lo vulgar que es el toreo
moderno, ni de que se haya perdido el respeto al aficionado, ni de que
este haya desertado las plazas harto y hastiado de tanto despropósi-
to. Usted tiene la culpa de todo ello, no le quepa duda, pero seguro
que los salvapatrias que en el día en que usted dejó de morderse la
lengua por poco se ahogan en su propia bilis, darán palmas de alegría
por ello. Tan contentos, es lo que buscan.
Y querido don Antonio Lorca, menos mal que hoy esos simpatiquísi-
mos y encantadores (anti)taurinos a los que se refirió aquel día no esta-
ban muy inspirados, que si no le culpan a usted también de la crisis
económica, de que no tengamos Gobierno, del hundimiento del Titanic,
de la traición de Judas Iscariote, y de su puñetera madre.
Luis Cordón
Aficionado
13
 ii LA VOZ DE LA AFICIÓN ii

Cuatro grandes toros de San Isidro 2016

Afortunadamente, echamos una feria de San Isidro positiva en cuanto al apartado ganadero se refiere. Corridas en un tono de casta muy alto,
como la de Alcurrucén del día 24 de mayo, la de Victorino Martín, la de Baltasar Ibán, la de Victoriano del Río, la de Montealto, o la de El Torero,
ésta última suavona, pero muy buena para los matadores. Aparte, toros sueltos de buen juego a puñados, de diferentes estilos.
En este artículo voy a recordar cuatro ejemplares que me impresionaron y que a mi modo de ver se podrían calificar de bravos. Cuatro colores
en la heterogénea paleta de la bravura. Y es que no hay un toro igual a otro, uno de tantos aspectos que maravillan de este espectáculo.

Por orden cronológico:
Cubilón, de El Puerto de San Lorenzo
A pesar de la ojeriza que le he cogido a los Lisardos de Valdefresno y
El Puerto por su comportamiento bueyancón, cuando sale un animal
así no queda otra que dar la enhorabuena y despedirlo en pie batien-
do palmas, como fue el caso. Este toro me llegó por su casta fiera, con
nervio. Tuvimos la dicha de que Román lo pusiera en suerte y más toda-
vía de que a caballo lo ahormara Pedro Iturralde, extraordinario jinete
que hace bravo a una burra. En los dos puyazos se arrancó de largo
galopando, cumpliendo sin alardes bajo el peto, y lo pareó magistral-
mente Raúl Martí sin levantar los pies
del suelo. Cubilón fue muy codicioso
por el pitón izquierdo y repetía con el
rabo enhiesto, Román se vio desbor-
donde merecía tamaño toro. Podría haber sido una vuelta al ruedo en
vez de una oreja, pero no era, ni mucho menos, para protestar al tore-
ro. Se pidió la vuelta al ruedo al toro, mas la presidencia no se enteró
de nada. Últimamente, a tenor del criterio que observamos en el palco,
solo asoma el pañuelo azul si se desoreja al toro y sin que lo pida el
público, en caso contrario no merece reconocimiento.
Porque Camarín acudió de largo al caballo y empujó fijo en el peto.
Poderoso en el primer encuentro, en el siguiente lo sacaron rápido. Pedía
pelea y no vimos el ansiado tercer puyazo porque no se administra el
castigo y se lidia de pena, sin mirar las condiciones del toro. En bande-
rillas no hizo ademán de manso y per-
siguió a Rafael González. Todo ello con
viveza, con brío de bravo, codicia y
galope que era todo un deleite.

Garrochista, de Victorino
dado en todo momento y eso que
Martín
faenó resguardado en el tercio. Al salir
me preguntaba qué hubiera sido de la
tarde si Ponce, que tuvo el día de que- Garrochista no aparentó de salida pero
rer, se las hubiera visto con este ejem- fue creciendo según se desarrollaba la
plar. A lo mejor estábamos hablando lidia, a cada lance más grande y más
de otro hito histórico, como el de serio. No fue el más fiero ni el más exi-
Lironcito, quién sabe. gente de la corrida de Victorino, pero

Camarín, de Baltasar Ibán

sí el más bravo en conjunto. El que
mejor cumplió en el caballo y con la
Lo de Camarín fue bravura auténtica, embestida más franca de la tarde,
Tabernero de salida (foto las-ventas.com) larga y humillada; desde el principio
en puridad. La bravura que defino lla-
namente con la frase “hasta aquí que se dejó torear de capa, cosa rara
hemos llegado”. La RAE sólo necesita en esta ganadería. Una tercera vara
una palabra para explicarlo: “Dicho de cambiaría mucho la percepción de
un animal: fiero o feroz”. Porque Garrochista y podría colocarlo en un
Camarín, después de cinco tandas en pedestal. Estoy seguro que la hubiera
las que Alberto Aguilar, en un gesto de tomado de buena gana. El Cid estuvo
valor y buen gusto, le dio distancia y ora aseado, ora superado por el mor-
se lo dejó llegar de largo, sin escon- laco. Muy lejos de la excelencia de
derlo, intentando gobernar las codi- tiempos pretéritos. El de la A corona-
ciosas acometidas del burel sin termi- da fue arrastrado con todos los hono-
nar de conseguirlo, como los bravos de res y no era para menos.

Tabernero, de Miura
veras, en vez de mirar con tontuna a
los tendidos y huir a tablas, Camarín
dijo que se acababa la historia y que Lo primero que hay que decir es que
no le pegaban ni uno más. A esas altu- este toro no lo hubiéramos visto si no
ras de faena Camarín no embestía, es por el valor y la maestría de
cazaba. Aguilar se percató, cogió la Rafaelillo, en manos de otro coleta
espada y se lo llevó a los adentros con nadie en este momento se acordaría de
varios muletazos por bajo que tanto Tabernero. Fue el más serio de la corri-
gustan en esta plaza, sin lucimiento, y da, un Miura monumental como los
se tiró de verdad, con el cuerpo tras la que se ven en Pamplona; en Madrid,
espada, llevándose un pitonazo en el por desgracia, salen mucho más livia-
pecho y colocando el estoque arriba, nos. Era todo poderío y animalidad,
Camarín, empujando en varas (foto Álvaro Marcos)

14
verlo arrancarse al galope constituía de por sí todo un espectáculo. Donde
se le ofrecía pelea allí que acudía, y si no también. Porque era un Miura
con todas las de la ley y si alguno se confiaba, como le sucedió al ban-
derillero José Mora, Tabernero se arrancaba a tirar la cornada, que es el
deber del toro. Pegajoso de salida, Rafaelillo se hizo notar y desde el prin-
cipio dejó claro quién iba a mandar ahí, capeando hasta pararlo en los
medios haciendo que solo viera percal. En la pelea en varas el Miura se
estiraba al sentir la puya y parecía aún más grande, empujando con la
cabeza arriba. Qué furia. Rafaelillo se percató de que cazaba moscas por
el derecho y se cambió a la zurda en los mismísimos medios, la mano
que siempre ha funcionado en Las Ventas, la que daba cortijos. Las pri-
meras series, aunque mandonas, fueron despegadas. En cualquier
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principios de la temporada, los medios especializados tau-
rinos, empresarios y profesionales, nos vendieron que este
año sería el año del cambio, que la Tauromaquia y la Fiesta
de los Toros daría un cambio y que iba a recuperar el estatus de lo que
en un tiempo fue. Todo esto fue debido a la aparición en el escalafón
de una generación de jóvenes toreros entre los que destacan como
máximos representantes Lopez Simón y Roca Rey, entre otros.
Tal fue la fuerza con la que llegaron, que se alabó que las llamadas
figuras del toreo, abrieran carteles y aceptaran torear con ellos, como
si fuese un gesto, cuando cuentan los aficionados veteranos, que siem-
pre fue y debería haber sido así. Tal vez no les quedó otra opción a las
figuras, ya que necesitaban un impulso para llenar los tendidos, ya que
por ellos mismos, a día de hoy no llenan las plazas, salvo la excepcio-
nal campaña de “marketing” que rodea a José Tomás.
Bajo mi punto de vista y con total humildad, creo que no se ha pro-
ducido ningún cambio, y que a día de hoy, la fiesta esta igual o
peor que hace un año. Esta nueva generación de toreros y las llama-
das figuras siguen lidiando ya no solo el encaste mayoritario, si no que
ya incluso se ciñen a tres o cuatro ganaderías de su gusto, siendo la
mayoría de las ferias prácticamente iguales. Sin ningún tipo de ali-
ciente, interés, y lo que es peor, que los aficionados no acudan a las
plazas por la monotonía.
Tampoco ha cambiado nada el maldito afeitado. Gracias a las redes
sociales, muchos aficionados vemos a menudo imágenes de toros por
lo menos “sospechosos” de pasar por el mueco, cosa que nos avergüen-
za y se denuncia pero ¿sirve de algo? ¿La autoridad perseguirá y denun-
ciara estas acciones? ¿Cuántos análisis de astas se realizarán este año?
¿Algún ganadero se atreverá a denunciar que le han pedido manipu-
lar sus toros? ¿Algún medio de comunicación taurino se atreverá a
denunciar una supuesta manipulación?
Personalmente, el caso de manipulación más difícil de digerir este año
para este que escribe, fueron las palabras de un prestigioso ganadero,
semanas después de lidiar sus toros en San Isidro, justificando el com-
portamiento de los mismos por la inyección de una vacuna “anti-pele-
as”, y que como consecuencia de esta vacuna los toros se “abueyaron”.
Tan denunciable y lamentable es la manipulación de las astas, como
la manipulación del comportamiento, la única vacuna que debe de
existir es la de la bravura, casta y trapío, y esa se consigue mediante
la selección y la máxima integridad del TORO.
momento podía soltar el hachazo al cuerpo del torero. A continuación,
viendo que había opciones, Rafaelillo dio el medio pecho, encajó riñones
y le sopló algunos naturales que hicieron rugir la plaza. Fueron pocos
pero cundió la emoción. Lástima la suerte de matar, el de Zahariche no
quiso cuadrar, Rafaelillo pinchó varias veces, siempre señalando arriba y
dejó finalmente una estocada decorosa. Para los restos una nueva lec-
ción del que se ha convertido en icono de la afición con toros de toda
sangre y condición, con toros-toros. Hace tiempo que le sobra el dimi-
nutivo y por todos debería ser conocido como Rafael Rubio, El Grande.
Pedro del Cerro
Aficionado y miembro de la Asociación El Toro de Madrid
El año del cambio
Si alguien cree que ha cambiado algo en la suerte de varas, le reco-
mendaría que se acercara un domingo cualquiera a Las Ventas. Sin
datos objetivos y estadísticos para afirmarlo, la gran mayoría de puya-
zos son traseros, caídos, y rara vez en el sitio, por no hablar que en
ocasiones es un simple simulacro de la suerte.
Rara vez se torea a caballo, y cuando sucede se comenta en los corri-
llos de aficionados como si fuera algo extraordinario, cuando debería
de ser lo normal. Lo último ya para sentenciar de muerte esta suerte,
es promocionar desde el canal de televisión especializado, la reflexión
de suprimir en las plazas de primera categoría el segundo encuentro
con el caballo, ya que según ellos, muchos de los toros con un puya-
zo, están suficientemente ahormados.
Tal vez, lo que deberían de plantearse y reflexionar, no es rebajar ni
mutilar esta suerte, si no el solicitar, reclamar y proteger, toros con
casta y poder, que puedan recibir, dos o más puyazos. Algunos aficio-
nados lo agradeceríamos.
Nada ha cambiado en cuanto a los indultos, cada vez más habi-
tuales, con menos rigor y exigencia, y no siendo objetivos, ya que lo
que debería de marcar un indulto es el comportamiento en la suerte
de varas. Cada plaza y afición desea y anhela un indulto en su feria,
tal vez producido por el efecto “Cobradiezmos” en Sevilla, por lo que
la pérdida de exigencia y conocimientos de lo que debe de ser en rea-
lidad el indulto es cada vez mayor.
Por el contrario si hubo un cambio, como fue el suprimir durante el
mes de septiembre el mal llamado ciclo de “encastes minoritarios” en
la temporada venteña. La empresa se excusó en que a estas alturas de
temporada, en el campo estas ganaderías no disponen de corridas com-
pletas con el suficiente trapío para Las Ventas. ¿Tan difícil hubiera sido
programar una corrida concurso? ¿Tan complicado hubiera sido pro-
gramar un duelo de ganaderías, por ejemplo?
Sin embargo, en muchos cosos de Francia se lidian este tipo de gana-
derías, tal vez porque se trabaja, planifica, y hay voluntad de lidiar esas
corridas. Algunos aficionados deben de desplazarse muchos kilómetros
fuera de su plaza, para poder ver toros de estos encastes, cuando
Madrid, debería de convertirse en el centro y exposición de todos los
encastes posibles.
Estimados amigos, terminando la temporada taurina, creo que el famo-
so cambio no ha llegado, y por lo que me temo tardará en llegar.
David Castuera
Aficionado y miembro de La Asociación El Toro de Madrid
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 El ayer y el hoy en el mundo de los toros
T
Depositarios de Torería
orería, sacrosanta palabra del lenguaje taurino que en los
tiempos que corren en el mundillo de la fiesta parce haber
perdido su verdadero significado. Sin intentar hacer un sesu-
do ensayo lingüístico-semántico, si me gustaría que en este breve artí-
culo precisar algunas consideraciones que nos ayuden a entender
mejor el significado que hoy tiene.
Vayamos a la definición: ¿cómo define torería el Diccionario de la
RAE?, en su primera entrada:”Gremio o conjunto de toreros “en su
segunda acepción “Maestría, garbo y valor propios del torero” y una
tercera muy usada en países sudamericanos, “Travesura, calaverada”.
Es curioso cómo cuando hablamos de torería como cualidad positiva
propia de un torero sólo nos atenemos a la segunda. Y es lógico, pues
siempre en la fiesta poseer esa cualidad y exhibir sus rasgos en la plaza
y fuera de ella, han sido objeto de respeto y dignificación de un pro-
fesional de la fiesta. Se acostumbraba a decir con expresión admira-
tiva: anda con torería, sale de la cara del toro con torería, faena llena
de torería, vive con torería...y así se quería demostrar el arte, el saber
del oficio, el valor, la disposición, la verdad ante el toro que derrocha-
ba en la plaza un torero; por desgracia hoy esta mágica palabra llena
de esencias, y clave para definir y explicar ritos taurinos, está perdien-
do sentido y cada vez se escucha menos o lo que es peor, se denigra
más por su inadecuada utilización. Las palabras, organismos vivos de
nuestra comunicación, también pueden envejecer, dejar de tener su
sentido original o pervertirse con su mal uso.
Eso si es Torería, Rafaelillo dominando a Baratillo de Adolfo Martín
Pero vayamos al grano. Hoy la torería escasea en el mundo de los toros
y además me atrevería a afirmar que no es ya patrimonio exclusivo de
los taurinos. Sí claro, ellos son “un gremio o conjunto de toreros” como
dice la RAE, ¿pero, se comportan con “maestría, garbo y valor propio
de toreros”...?, me temo que viendo y siguiendo a muchas de las lla-
madas primeras figuras del escalafón por esas plazas de Dios duran-
te este verano, nuestra respuesta es un No rotundo. Por citar algunos
ejemplos. ¿Qué me dicen del bochornoso espectáculo del artista
Morante de la Puebla en la Malagueta, es torería?, bueno sí, atenién-
donos a la definición de “travesura o calaverada”, aunque yo diría
mejor, falta de vergüenza torera. ¿Y las puertas grandes del fino y ele-
gante Manzanares tras dos bajonazos en Albacete?, ¿Y qué les pare-
ce ver a un Ponce encarándose con un aficionado que paga, porque le
reprochó el excesivo ventajismo de su toreo en esa misma plaza... ¿
Yes de torería esa costumbre de pedir los toreros los el cambio de ter-
cio en banderillas para no poner el tercer par y permitirlo la presiden-
cia en plazas de segunda y tercera, burlándose de los clientes ...? ¿Y
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es de toreros la actitud de los peones retando a los públicos a sacar
con urgencia los pañuelos...? ¿ Y los indultos vergonzosos a toritos
carretones que se han concedido en muchas plazas pedidos por el
torero de turno...?.Hay mucho más, podría seguir pero no quiero depri-
mir más a los lectores. Si después alguien osa calificar a esos profe-
sionales del toro como toreros con torería, estarán prostituyendo tan
sagrada palabra.
En otro sentido y siguiendo la definición de la RAE, vemos actitudes
en toreros y aficionados, que sí son depositarios de ese rasgo de “valor,
garbo y maestría” aunque muchos de ellos, no se vista de luces.
Torería a raudales tienen los aficionados que cada tarde pasan por
taquilla esperando ver el toreo de verdad y a toros con casta y bravu-
ra, manteniendo con su dinero la fiesta.
Torería, la actitud de continuada defensa de la Tauromaquia que
demuestra André Viard a pesar de estar amenazado de muerte por los
antitaurinos.
Torería la demostrada por las asociaciones y peñas de pequeños pue-
blos y ciudades de este país que luchan por mantener sus fiestas y tra-
diciones con dignidad. Como ejemplo, mi homenaje al pueblo sego-
viano de Riaza y a su peña taurina por organizar dos festejos con casta
y verdad.
Torería la del abogado y aficionado José Ramón García, pues gracias
a su valor torero y maestría, va a lograr sentar en el banquillo a los
agresores antitaurinos del Aula de Tauromaquia del CEU. Torería, y mi
homenaje, la del gran corredor de Pamplona, Julen Madina, (DEP) sím-
bolo de tantos miles de corredores en encierros populares de los pue-
blos de España.
Torería, valor y sensibilidad la del Senado francés por llevar el debate
y el coloquio sobre el hombre y los animales a su seno; así como la
demostrada por las siete ciudades taurinas de Francia que el 5 de octu-
bre firmarán “ La carta por las libertades y la diversidad cultural”.
Torería la de cientos de aficionados anónimos que siguen organizan-
do coloquios, conferencias, cursos en universidades y foros, mante-
niendo viva la fuerza de la palabra Tauromaquia.
Torería y valor la del periodista Antonio Lorca por su artículo, “El toreo,
una mafia sin competencia” del 29 de agosto de El País; duro, crítico
pero por desgracia, real.
Torería la que mantienen ganaderos enamorados de sus encastes no
comerciales desechados por las figuras que luchan por sobrevivir y
mantener su genuino patrimonio genético contra viento y marea.
Torería, valor y perseverancia es lo que demuestran los toreros que se
enfrentan con pundonor y honradez a ganaderías duras y encastadas
sin poder competir en carteles de relumbrón.
Torería a raudales la que derrochó en la goyesca de Arlés, el maestro
Luis Francisco Esplá, bordando el torero clásico y auténtico.
Torería a chorros, la que tienen los toreros que por su valor y verdad
ante el toro han sufrido cornadas y a pesar de ello, siguen amando a
los toros y a la vida. Pero es sin duda Víctor Barrio que con su muer-
te en el ruedo, nos ha dejado la mejor definición de Torería y Vida,
demostrando heroicamente ser maestro, tener garbo y valor pro-
pios de los toreros, RAE dixit.
Yolanda Fernández Fernández-Cuesta
Aficionada y miembro de la Asociación El Toro de Madrid