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Instituto Tecnológico Superior De

Acayucan

Desarrollo Sustentable.

ACD-0908

Tema:

Investigación

Presentan:

o José Manuel Gómez Crescencio.


o Shareni Del Carmen Martínez Reyes.
o Evelin Yanet Pascual Joaquín.
o Yasuri Sánchez Mendiola.

Ingeniería en Gestión Empresarial

805-A

Docente:
Jazmin del Roció Fonseca Domínguez

Acayucan, Ver. A 3 de Abril del 2019

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Contenido
UNIDAD 3.- ESCENARIO SOCIOCULTURAL ........................................................................... 3
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................................. 3
3.1 Sociedad Organizacional Social. ......................................................................................... 3
3.2 Cultura, Diversidad Socio Cultural. .................................................................................... 4
3.3 Fenómenos poblacionales. ................................................................................................... 7
3.4 Desarrollo Humano. ................................................................................................................ 8
3.4.1 Índice de Desarrollo Humano. .................................................................................... 10
3.4.2 Índice de Desarrollo social. ......................................................................................... 11
3.5 Desarrollo Urbano y Rural................................................................................................... 13
3.6 Estilos de Vida y Consumo. ................................................................................................ 14
3.7 Democracia, Equidad, Paz, Ciudadanía. .......................................................................... 16
3.8 Intervención en comunidades. ........................................................................................... 17

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UNIDAD 3.- ESCENARIO SOCIOCULTURAL

INTRODUCCIÓN.
La dimensión socio-cultural, del desarrollo sustentable consiste en reconocer el
derecho a un acceso equitativo a los bienes comunes para todos los seres
humanos en términos intergeneracional e intergeneracionales tanto entre géneros
como entre culturas esta dimensión no sólo se refiere a a la distribución espacial y
etaria (por edades) de la población, sino que remite, de manera especial, al
conjunto de relaciones sociales y económicas que se establecen en cualquier
sociedad y que tienen como base la religión, la ética y la propia cultura.

Asimismo, esta dimensión tiene como referente obligatorio a la población y presta


especial atención a sus formas de organización y de participación en la toma de
decisiones. También se refiere a las interacciones entre la sociedad civil y el
sector público.

3.1 Sociedad Organizacional Social.

La organización de una sociedad moderna se basa en la superposición de un


conjunto de estructuras y redes que se encargan de regular su funcionamiento y
de mantener su estabilidad. La estructura cultural se basa en la superposición de
las experiencias culturales. La red civil complementa la estructura cultural,
regulando las interacciones que se producen en la sociedad. La organización
social se sostiene en el conjunto de servicios públicos que hacen viable la
igualdad de oportunidades. El Estado complementa la organización de la sociedad
con criterios basados en el interés general. El sistema económico pretende una
óptima gestión de los recursos y el sistema político aporta los criterios que
permiten a la opinión pública, pronunciarse sobre la eventual dirección que debe
emprender la evolución de la sociedad. Aspectos relacionados con la moral
pública o con las relaciones interpersonales acaban siendo el resultado de la
evolución de las experiencias más personales, aunque también haya interacción
con la evolución global.

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Como quiera que la organización de la sociedad liberal tenía que superar la
organización social basada en la unidad cultural, anunció su alternativa política a
partir de la libertad individual de cada uno de los ciudadanos. Ese fue el resumen
de sus principios:

 La diversidad cultural fue un reconocimiento a la permanencia de culturas y


creencias en la sociedad, diversidad que daba lugar a valoraciones muy
diversas, más allá de las indicadas en la ilustración.
 La igualdad ante la ley ha acabado legitimando los derechos civiles y la
libertad de oportunidades; La unidad civil de cada sociedad, expresan la
diferenciación sustantiva respecto a otras sociedades organizadas.
 La pluralidad política es el medio a través del que pueden expresarse las
distintas alternativas ante los retos de cada sociedad. Su desarrollo ha
servido para potenciar y difundir la democracia.

Tales principios siguen siendo la base de cualquier sociedad democrática,


reconocidos en la mayoría de los países y complementados por los tradicionales
valores (libertad, igualdad y solidaridad) que tenían que dar contenido a las
aspiraciones de los ciudadanos, poco convencidos de que fuera mejor sociedad,
aquella que dependiera de las "codicia" humana.

3.2 Cultura, Diversidad Socio Cultural.


Para hablar de diversidad es necesario hacer una diferencia entre lo que significa
la uniformidad y la diversidad. En la vida cotidiana cuando hablamos de
uniformidad estamos refiriéndonos actualmente a un concepto negativo o
peyorativo, el cual anula, por ende, la personalidad y la identidad de quienes
“padecen” esta etiqueta, refiriéndose tanto a individuos aislados como a
comunidades. Sin embargo, cuando hablamos utilizando el término diversidad nos
estamos refiriendo a una forma de enriquecimiento con un fuerte componente
positivo por el contrario, lo que viene dado por razón del pensamiento democrático
en el que nos encontramos inmersos en la actualidad.

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Siguiendo a Bobbio (1995) podemos decir que la diversidad y la uniformidad
pueden ser identificadas de distinto modo. Por un lado la diversidad significa la
diferencia y la desigualdad, esto es así porque podemos contemplar que existe
diversidad de personas en lo que se refiere a las distintas variables que se
manejan normalmente en el contexto social, esto es, la raza, el género, la cultura,
la edad, etc. Y esto es así también cuando nos referimos a la diversidad teniendo
en cuenta los grupos minoritarios de la sociedad, los cuales se diferencian por el
mismo tipo de variables, esto es, raza, edad, economía, lengua, etc. Cuando
existen estas variables como una diferencia abismal entre los sujetos se está
hablando asimismo de “desigualdad”, no interviniendo siempre las mismas
variables como causa de la desigualdad y la diversidad.
Cuando hablamos de “uniformidad” nos referimos al igualitarismo, la repetición y la
falta de identidad propia; aunque cuando hablamos de igualdad estamos hablando
a veces de la “igualdad de derechos para todos”, esto es, los derechos de las
personas deben ser iguales para todos, sin discriminación de colectivos humanos.
Estos derechos deben considerarse iguales en los ámbitos de la educación, la
salud y el trabajo. Esto es algo evidente en nuestros días.
Por otra parte, Perez de Lara (1996) señala que el “discurso humanista de la
igualdad” es aquel que propone los valores de “libertad, igualdad y fraternidad”, lo
que implica ofrecer a toda la población escolar, evidentemente plural dadas las
variables de raza, sexo, origen social y características individuales, los valores
propios de la cultura occidental. Este logro supondría la consecución del respeto a
la diversidad en la igualdad.
Asimismo para Gimeno (1996) la “diversidad” alude a la “circunstancia de ser
distinto y diferente, pero también a la de ser desigual, lo que no sólo se manifiesta
en una forma de ser variada, sino de poder ser, de tener posibilidades de ser y de
participar en los bienes sociales, económicos y culturales... Lo diverso lo
contraponemos a lo homogéneo ... lo desigual lo confrontamos con la nivelación y
ésta es una aspiración básica de la educación que es, capacitación para poder
ser”.

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En realidad, una actitud de respeto hacia la diversidad en la sociedad democrática
actual se entiende como la aceptación del pluralismo existente (Gimeno, 1996). La
“búsqueda de la igualdad es la lucha por que algunas de las diferencias entre los
seres humanos... no se conviertan en murallas para el imposible ejercicio de la
libertad de los menos dotados en esa sociedad democrática”.
La conclusión evidente es que los términos “uniformidad” y “diversidad” tienen en
nuestros días sus aspectos positivos y negativos, dependiendo de las personas o
comunidades a las que nos estemos refiriendo. Para Etxeberría (1996) “la
uniformidad es deseable cuando se trata de garantizar los derechos mínimos,
combatir los estados de inferioridad, situaciones de injusticia o la consolidación de
una serie de pautas de convivencia que permitan el desarrollo de una comunidad.
La uniformidad se convierte en una situación discutible cuando, una vez
garantizados los derechos humanos básicos, pretende abarcar todos los derechos
de la persona, con sus hábitos, gustos, creatividad, etc.”
Pero, ¿cómo podemos pensar en la uniformidad y en la diversidad al mismo
tiempo?, ¿cómo se pueden compaginar ambas?. Si pensamos, por una parte,
como acabamos de señalar, en los derechos humanos como uniformidad y en las
características propias de cada comunidad como diversidad, se pueden
considerar, por tanto, positivas ambas y con un significado agradable. En este
sentido Camps (1993) señala lo siguiente: “No se trata, pues, de negar la cultura
homogénea para
salvar la diversificación cultural, sino de ver las ve tajas indiscutibles de uno y otro
fenómeno, la necesidad de que ambos convivan pacíficamente ... la
homogeneización hace posible el diálogo, porque supone el valor básico de la
educación ... pero es preciso también que no todo sea homogéneo pues, en tal
caso, la capacidad de juzgar y discernir carecería de objeto. Sólo cuando existe la
discrepancia y la disparidad en el gusto son interesantes la discusión y el diálogo”.

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3.3 Fenómenos poblacionales.

Es un sistema biológico formado por un grupo de individuos de la misma especie


que viven en un lugar determinado.

Los temas relacionados con el crecimiento demográfico son altamente polémicos.


Hay quienes piensan que la población debe seguir creciendo de acuerdo con el
mandato bíblico Creced y multiplicaos, mientras que otros sostienen tesis
antinatalistas, favoreciendo programas de control de la natalidad, de planificación
familiar, de la legalización del aborto, etc. Y estas tesis se han llegado a
desarrollar en países enteros. Como señala Masseyeff: En este tema, más que en
ningún otro, los optimistas (que favorecen las tesis pro-natalistas) y los pesimistas
(anti-natalistas) son irreconciliables

La población del país en 1980 era de 67.4 millones de habitantes y crecía a una
tasa promedio anual de 2.5 por ciento. Para 2010 la población aumentó 60.9 por
ciento, alcanzando 108.4 millones de personas; en cambio su ritmo de crecimiento
ha disminuido considerablemente a menos de la mitad (0.77% anual). Aunque la
tasa de crecimiento ha descendido gradualmente, como se puede observar en la
gráfica 1, la población sigue creciendo en números absolutos. Con base en las
últimas previsiones de la evolución de la población del CONAPO, se espera que a
partir del año 2042 se registre un descenso de la población mexicana.

 El crecimiento demográfico ha sido siempre un proceso continuo, con


algunas interrupciones (La época de la Peste Negra, períodos de guerra
generalizada, etc.). Como resulta lógico, el lento crecimiento de la población
hasta el siglo XX se debía a que la mortalidad era muy elevada, ya que
siempre estaba presente la amenaza de los cuatro jinetes del Apocalipsis
(el hambre, la guerra, la peste y la muerte), como se cuenta en la novela de
Vicente Blasco Ibáñez.[9] Aunque la trama de la novela se centra en el
período de la primera guerra mundial, cuando millones de personas
murieron y el número de personas en el mundo descendió durante unos

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años, la película de Vincente Minnelli se ambientó en la segunda guerra
mundial, cuando casi 70 millones de personas murieron principalmente en
Europa y Asia.
 Pero fue en la segunda mitad del siglo XX, es decir, después de la segunda
guerra mundial, cuando el crecimiento demográfico alcanzó unas
proporciones enormes, debido al proceso conocido como control de la
mortalidad por el desarrollo de los antibióticos, los avances de la medicina,
el tratamiento de muchas enfermedades infecciosas y otros muchos
desarrollos. A este proceso de rápido crecimiento de la población se le
denominó explosión demográfica. Sin embargo, ha sido ese mismo
desarrollo tecnológico lo que ha venido a ocasionar una declinación
incipiente de la natalidad aunque cada vez mayor que se conoce como la
fase de transición demográfica, término empleado y definido por Warren S.
Thompson en 1929 y recogido en una traducción española editada por La
Prensa Médica Mexicana en 1969.[10] La mortalidad descendió
drásticamente mientras que la natalidad siguió siendo alta. Pero como se
ha visto, este proceso de transición demográfica se vio contrarrestado en el
tiempo por un descenso de la natalidad que ha vuelto a equilibrar el
proceso de crecimiento demográfico a un nivel más bajo.

3.4 Desarrollo Humano.


El desarrollo humano es el proceso por el que una sociedad mejora las
condiciones de vida de sus ciudadanos a través de un incremento de los bienes
con los que puede cubrir sus necesidades básicas y complementarias, y de la
creación de un entorno en el que se respeten los derechos humanos de todos
ellos. También se considera como la cantidad de opciones que tiene un ser
humano en su propio medio, para ser o hacer lo que él desea ser o hacer. El
Desarrollo Humano podría definirse también como una forma de medir la calidad
de vida del ser humano en el medio en que se desenvuelve, y una variable
fundamental para la calificación de un país o región

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En un sentido genérico el desarrollo humano es la adquisición de parte de los
individuos, comunidades e instituciones, de la capacidad de participar
efectivamente en la construcción de una civilización mundial que es próspera tanto
en un sentido material como espiritualmente.
El ser humano se encuentra en un constante cambio, no sólo en lo referido a los
avances tecnológicos de lo cual estamos al tanto, sino también en todo lo que se
refiere al desarrollo de individuo en sí mismo como persona. Es por ello que el
concepto de desarrollo humano se ha ido alejando progresivamente de la esfera
de la economía para incorporar otros aspectos igualmente relevantes para la vida,
como la cultura, que también fue redefiniendo su papel frente al desarrollo.

Así pues el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define hoy al
desarrollo humano como "el proceso de expansión de las capacidades de las
personas que amplían sus opciones y oportunidades". Tal definición asocia el
desarrollo directamente con el progreso de la vida y el bienestar humano, con el
fortalecimiento de capacidades relacionadas con todas las cosas que una persona
puede ser y hacer en su vida en forma plena y en todos los terrenos, con la
libertad de poder vivir como nos gustaría hacerlo y con la posibilidad de que todos
los individuos sean sujetos y beneficiarios del desarrollo.
El desarrollo humano, según el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, integra aspectos del desarrollo relativos al desarrollo social, el
desarrollo económico (incluyendo el desarrollo local y rural) así como el desarrollo
sostenible.

También puede decirse que el desarrollo humano implica satisfacer las


necesidades identificadas por Abraham Maslow en la denominada Pirámide de
Maslow
El concepto de desarrollo humano tiene sus orígenes, como bien lo ha subrayado
Amartya Sen, en el pensamiento clásico y, en particular, en las ideas de
Aristóteles, quien consideraba que alcanzar la plenitud del florecimiento de las
capacidades humanas es el sentido y fin de todo desarrollo.

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3.4.1 Índice de Desarrollo Humano.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es una medida resumen del desarrollo
humano, que refleja los logros medios de un país en tres dimensiones básicas de
desarrollo humano: una vida larga y saludable (salud), acceso al conocimiento
(educación) y un nivel de vida digno (ingresos). La disponibilidad de datos
determina la cobertura de países del IDH. Para posibilitar comparaciones entre
países y siempre que sea posible, el IDH se calcula en base a datos disponibles
en el momento de redactar el Informe provenientes de las principales agencias
internacionales de datos y otras fuentes con credibilidad demostrada.

El IDH se creó para enfatizar que las personas y sus capacidades deberían ser el
criterio más importante para evaluar el desarrollo de un país, no sólo el
crecimiento económico. El IDH también ha solido cuestionar las decisiones
políticas nacionales: en numerosas ocasiones, ha planteado cómo dos países con
el mismo nivel de INB per cápita pueden mostrar resultados de desarrollo humano
tan diferentes. Por ejemplo, Bahamas y Nueva Zelanda tienen similares ingresos
per cápita, pero la esperanza de vida y los años de escolarización difieren de
forma muy significativa entre los dos países, obteniendo Nueva Zelanda un IDH
mucho mayor que Bahamas. Estos contrastes tan llamativos pueden estimular el
debate sobre las prioridades políticas de los gobiernos.

De Dónde provienen los datos del IDH

La esperanza de vida al nacer lo ofrece el Departamento de Economía y Asuntos


Sociales de la ONU; los años de educación promedio se basan en Barro y Lee
(2010); los años esperados de instrucción los determina el Instituto de Estadísticas
de UNESCO; y el INB per cápita proviene del Banco Mundial y del Fondo
Monetario Internacional. Para unos pocos países, los años medios de
escolarización se calculan a partir de encuestas nacionales representativas
realizadas en los hogares y, en el caso de otros pocos, el INB se ha obtenido de la
base de datos de Principales Agregados del SNA de la ONU. De todas formas,
todavía existen enormes lagunas estadísticas, incluso en áreas muy básicas de
los indicadores de desarrollo humano. Aunque se abogue activamente por mejorar

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la calidad de los datos sobre el desarrollo humano, tanto como principios como por
razones prácticas, la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano no recoge
directamente los datos de los países.

3.4.2 Índice de Desarrollo social.


El desarrollo social es un proceso de mejoramiento e igualación de las condiciones
generales de bienestar de la población que permite una mejor calidad de vida y la
reducción significativa en las brechas existentes en las dimensiones económica,
social, ambiental, política y cultural, en particular, en aspectos como alimentación,
salud, educación, vivienda, empleo, salarios y seguridad social, entre otros.
El desarrollo social también se conceptualiza como un camino de progreso hacia
niveles de vida más elevados –como los parámetros correspondientes a
sociedades de mayor desarrollo-, con una mayor igualdad de oportunidades y la
consecución de los derechos humanos básicos. Aunque se acepta que el
desarrollo social debe adecuarse a las condiciones socioeconómicas específicas
de cada país, también existen algunos umbrales internacionales considerados
“metas sociales deseables”.
Si bien existen diferentes interpretaciones, generalmente el logro del desarrollo
social supone la disminución de la pobreza y la desigualdad en el ingreso. El
desarrollo social también implica una valoración de los aspectos positivos a
diferencia de los conceptos que destacan la parte negativa o de rezagos sociales
como los de pobreza, marginación, exclusión o desigualdad. Este es un cambio de
enfoque al poner el acento en las mejores condiciones de vida, absolutas o
relativas.
En el marco del enfoque de los Derechos Humanos de segunda generación,
establecidos en el Pacto Internacional los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (DESC), se encuentran los derechos al trabajo, la formación de
sindicatos, la seguridad social, la salud, la alimentación, la educación primaria y
secundaria gratuita, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios
sociales necesarios para lograr una vida digna. La mayoría de estos derechos se

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pueden ubicar en el espacio geográfico aunque no siempre existe la información
necesaria para elaborar esta representación.
Con el reconocimiento jurídico de estos derechos sociales, así como su
cumplimiento se consolida la noción del Estado Social de Derecho. En el proceso
de consecución del desarrollo social el papel del Estado resulta fundamental como
promotor y coordinador de las acciones de los actores sociales, públicos y
privados. El Estado adquiere un papel central para garantizar los mecanismos de
redistribución de la riqueza social hacia los grupos sociales y los espacios
geográficos que se encuentran en desventaja o al margen de los beneficios del
desarrollo. Este rol es estratégico frente a las desigualdades socioeconómicas
históricas o coyunturales que, combinadas en el tiempo, producen brechas
geográficas que limitan las opciones para mejorar la calidad de vida de la
población y afectan el desarrollo nacional.
Para algunos autores, el desarrollo social, es decir, “el proceso de promoción del
bienestar de las personas –se debe dar- en conjunción con un proceso dinámico
de desarrollo económico” (Midgley, 1995).
El crecimiento económico se asume entonces como una condición necesaria,
aunque no suficiente, para alcanzar el desarrollo social. Y también se llama la
atención sobre la calidad de dicho crecimiento, en el sentido de que éste sea
incluyente, equitativo y que contribuya al desarrollo social, asimismo se incorpora
su carácter sustentable.
En México, los derechos sociales fundamentales están establecidos en la
Constitución Política de 1917, en particular en los artículos 3°, 4°, 25 y 123, así
como en las sucesivas reformas a la protección social. No obstante, hay discusión
sobre la forma de garantizar el cumplimiento de tales derechos y sobre los
umbrales mínimos correspondientes a cada uno de ellos.
En los términos de la Ley de Desarrollo Social del Distrito Federal, Artículo 3,
Fracción VI, el desarrollo social “es el proceso de realización de los derechos de la
población mediante el cual se fomenta el mejoramiento integral de las condiciones
y calidad de vida” (Gaceta Oficial DF, 2000).

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3.5 Desarrollo Urbano y Rural.

En los países en desarrollo, la urbanización avanza rápidamente y cada año más


de 60 millones de personas pasan a formar parte de la población de las ciudades.
Las consecuencias de la migración de las zonas rurales a las urbanas causan
preocupación en muchos países. La transformación de la producción, la
elaboración, la comercialización, el transporte y la distribución como consecuencia
del rápido desarrollo urbano, representa un problema importante para todo el
sector alimentario. México es un país que no escapa de estas acentuadas
tendencias, cuya población es cada vez más inminentemente urbana, lo que
significa que la educación no sólo es diferenciada entre sectores sociales, sino en
la medida en que se acerca a los más pobres, la calidad disminuye
sustancialmente, por lo tanto hay una desigual distribución social del
conocimiento, lo que tiene como consecuencia que sea imposible la igualdad de
oportunidades.
De acuerdo con el XI Censo de Población y vivienda, en el país existen 187938
localidades con viviendas habitadas; de éstas, cerca de 185000 (98.3%) tienen
menos de 2500 habitantes; entre 2640 entre 2500 y 15000 habitantes; 427 de
15000 a 100000 personas; 112 de 100000 a 1000000, y solamente once
asentamientos humanos superan el millón de habitantes. También existen 83161
localidades que tienen solamente 1 o dos viviendas, lo que muestra el alto grado
de dispersión de las localidades y la atomización de parte de la población rural.
Dentro del marco de esta distribución, en las localidades de menos de 2500
habitantes vive el 23.5% del total de la población del país; mientras que en las
localidades de 100 mil a un millón de habitantes reside el 34.6%, y en las de más
de un millón lo hace el 14.3% (INEGI 2005).
Los resultados definitivos demuestran que en México hay 53 millones 13 mil 433
mujeres que representan el 51.2% de la población nacional; en tanto que 48.8%
restante son hombres. La cifra de estos asciende a 50 millones 249 mil 955
personas. Ambos grupos suman una población total de 112 millones 336 mil 538
personas. Es de notarse que entre los dos grupos se hace evidente una brecha

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demográfica entre unas y otros, lo cual marca una diferencia de 2.2% a favor de
las mujeres.
En términos de la clasificación de los centros poblacionales, la evolución de estas
localidades va a la par de la expansión demográfica. En 1950 poco menos del
43% de la población en México vivía en localidades urbanas. 60 años más tarde el
XI Censo de Población y Vivienda arroja una cifra aproximada del 76%. En 6
décadas la tasa acumulada de urbanización se colocó por arriba del 33%.

3.6 Estilos de Vida y Consumo.

La globalización de la economía mundial, los mercados y los avances de las


tecnologías de la información y comunicación, están propiciando cambios
acelerados de todo orden y, en particular, según los resultados de los estudios de
AC Nielsen (2006, 2007 y 2008) relacionados con los cambios en los patrones de
consumo, en las expectativas, preferencias y decisiones de los consumidores. El
desafío del marketing de conocer y entender al cliente tan bien que el producto o
servicio se adecúe de manera pertinente a éste y se venda solo, como lo
proponían los clásicos del marketing, es una constante que demanda estrategias y
metodologías más eficaces para crear y mantener intercambios que satisfagan de
manera recíproca objetivos de los consumidores y de las empresas. En este
contexto, la segmentación de mercados ha adquirido en los últimos tiempos una
gran relevancia en el campo del marketing de las empresas. En tanto, hoy en día,
los clientes son más numerosos y diversos en cuanto a sus necesidades de
compra. Al parecer, un ingrediente de éxito es buscar e identificar segmentos de
mercado cada vez más específicos a los cuales dirigir bienes y servicios de forma
más eficaz. No es suficiente la selección de los mercados meta con base en
factores geográficos, demográficos y socioeconómicos, sino que requiere basarse
en las características individuales, de personalidad y de sus comportamientos de
consumo, para lo cual es indispensable identificar y definir los perfiles de distintos
grupos de compradores que podrían requerir determinados bienes o servicios. Se

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reconoce que aun cuando los compradores de cada segmento son muy similares
en cuanto a deseos y necesidades, no hay dos compradores que sean realmente
iguales, por lo cual es importante tomar en cuenta tanto los niveles (segmentos,
nichos, áreas locales e individuos) como los patrones de segmentación de
mercados (segmentos de preferencia: homogéneas, difusas, agrupadas). En la
segmentación de mercados de consumo es muy relevante la segmentación
psicográfica, relacionada con las características de los consumidores, sobre todo,
en lo que se refiere al estilo de vida, personalidad y valores. Entre las estrategias
mercadológicas de éxito está el buscar relaciones entre los productos y los estilos
de vida. Y es que los estilos de vida definen actitudes diferentes respecto al
consumo de las personas Identificar estilos de vida permite conocer más a fondo
al consumidor, entender cómo piensa y cuáles son sus motivaciones en la
elección de compra, saber mejor lo que espera de un bien o servicio, tanto
emocional como mentalmente y, a partir de ello, formular estrategias
mercadológicas específicas y más eficaces. Estilos de vida En la segmentación de
mercados de consumo, la segmentación psicográfica divide a los compradores en
diferentes grupos, con base en su estilo de vida, personalidad y valores (Kotler,
2002). En la conducta de compra de los consumidores se reconoce que influyen
factores tales como los culturales, sociales, personales y psicológicos, con los
cuales se puede conformar el modelo de conducta del comprador. Entre los
factores personales está el llamado estilo de vida. El estilo de vida se define como
“el patrón de vida de la persona en el mundo, expresado en sus actividades,
intereses y opiniones. El estilo de vida muestra a la persona entera, interactuando
con su entorno” (Kotler, 2002, p. 92). Ramírez (2009, p. 21) propone que el
concepto de estilo de vida “busca proveer de significado generando patrones de
comportamiento, identificando aspiraciones del consumidor y factores de decisión
empleados en la elección de los productos”. Por su parte, Arellano (2001, p. 270),
define los estilos de vida como “los modos de vivir de los consumidores que se
reflejan en sus actitudes, intereses y opiniones”. En cambio para Assael (2000, p.
409) los estilos de vida se definen por “la manera en que los individuos utilizan su
tiempo (actividades), lo que consideran importante en su entorno (intereses) y lo

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que piensan de sí mismos y el mundo que les rodea (opiniones)”. Los estilos de
vida son importantes, en opinión de Cohen (2006, p.102) porque “a los
consumidores ya no basta definirlos por su edad, sino por el tipo de vida que
llevan y el estilo de vida que los identifica”. En este sentido, por ejemplo, las
marcas y los productos son creados para incidir en las opciones de estilo de vida.
Los cambios más reconocidos en la actualidad en los estilos de vida de los
consumidores, están relacionados con cambios en los roles de compra del hombre
y la mujer; la nivelación de intereses en torno al cuidado y preservación de la salud
y la condición física; mayor permanencia y tiempo dedicado al trabajo; mayor
conocimiento de sí mismo; y mayores presiones de tiempo (estrés). El estudio
psicográfico es la técnica que permite medir y clasificar los estilos de vida de los
consumidores. Producto de estas mediciones psicográficas han sido las
clasificaciones conocidas como Valores y Estilos de Vida (VALS, Values and
Lifestyles), desarrolladas por el Stanford Research Institute, que en1998 tuvo una
nueva versión conocida como VALS 2. Este sistema clasifica a las personas en 8
grupos con estilos de vida distintos, que dependen de dos dimensiones: auto
orientación y recursos.

3.7 Democracia, Equidad, Paz, Ciudadanía.

La legalidad supone, además, en términos democráticos, la igualdad de todos los


ciudadanos ante la ley. La ley pretende universalizar derechos y obligaciones y
normar, en este caso, la vida política. Esa igualdad ante la ley -que trasciende las
diferencias de riqueza, propiedad, sexo, religión, ideología- rompe con los
privilegios estamentales y corporativos de las sociedades premodernas y
predemocráticas, construyendo una nueva figura: el ciudadano. Esa igualdad
jurídica que no acaba con las desigualdades reales (y que algunas corrientes han
considerado, por ello, una mera ficción), es el basamento a partir del cual se
puede construir un entramado democrático soportado por hombres y mujeres que
adquieren su reconocimiento como ciudadanos. Al ser iguales ante la ley 1y al

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gozar de los mismos derechos, la 1competencia equitativa entre las distintas
agrupaciones puede ser posible, pero además garantiza que independientemente
del triunfo de unos u otros, el individuo seguirá siendo tratado igualitariamente.
CIUDADANÍA En ese marco, el presupuesto básico es que existen en una
sociedad moderna hombres con capacidad de discernir racionalmente entre las
ofertas que se les presentan, que pueden contribuir con su opinión a la toma de
acuerdos, que ellos mismos pueden agruparse para participar en los asuntos
públicos y que como individuos gozan de una serie de derechos. En una palabra,
que los individuos son considerados ciudadanos. La familiaridad que esta palabra
ha adquirido hace pensar que los ciudadanos siempre han existido. Sin embargo,
parece necesario subrayar que la construcción de ciudadanos es un proceso
histórico que precisamente se engarza con la modernidad y tiene su cabal
expresión en un régimen democrático. El ciudadano, piedra de toque del edificio
democrático, tiene una serie de derechos y obligaciones: derechos civiles,
políticos y sociales, y obligaciones en esos tres terrenos. Los regímenes
autoritarios precisamente suprimen algunos o todos los derechos ciudadanos. Así,
no es raro que los golpes militares, asonadas y cuartelazos sean inmediatamente
sucedidos por la supresión de algunos de los derechos ciudadanos básicos, por
ejemplo, el derecho de reunión, de asociación, de publicación, etcétera. A
diferencia de otros regímenes, donde los individuos son considerados simples
engranajes para la reproducción del orden imperante, en la democracia éstos
gozan de una serie de garantías que son consustanciales a la forma de
organización democrática.

3.8 Intervención en comunidades.

El cómo de la intervención

Un proceso de intervención comunitaria tiene como objetivo mejorar las


condiciones de vida de la población y que la comunidad sea protagonista de dicho

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cambio. Parte y tiene que ver con las necesidades, aspiraciones, problemas o
temas de interés para la comunidad.

Se trata de procesos a mediano y largo plazo, de tipo global y centrado en una


comunidad concreta, entendida ésta como el conjunto formado por los siguientes
elementos y sus interrelaciones: territorio, población, recursos y demandas,
dinámica de relaciones de poder (asimetrías).

En todo proceso comunitario se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

· Conocimiento y comprensión de la realidad: A través de estudios


cuantitativos y de la utilización de técnicas cualitativas (entrevistas, historia de
vida, recorridos barriales, grupos focales, talleres, recopilación de relatos,
categorizaciones, etc.)

· Perspectiva global: Lo que nos permite construir un pasaje del diagnóstico


de salud al diagnóstico comunitario; transformar las prioridades centradas en el
equipo en prioridades compartidas; abordar los programas sanitarios desde una
perspectiva interdisciplinaria; superar el protagonismo del profesional de la salud
habilitando el protagonismo de la población.

· Información: Sin información no hay participación. La información es


pública y un derecho ciudadano. La información desde el ámbito de salud,
educación, seguridad, etc. Todos los conocimientos deben ser compartidos para
poder saber desde donde partimos y hacia donde vamos. Se debe dar la misma
información a todos los implicados, instituciones, técnicos y población, pero con
lenguajes adaptados.

· Coordinación: Sin coordinación no hay intervención comunitaria. Cada


actor social decide su nivel y posibilidades de implicación; integrándose a lo que

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ya se viene haciendo desde otros ámbitos (públicos, privados, organizaciones no
gubernamentales, etc.) evitando de esta manera superposiciones y por lo tanto, un
debilitamiento tanto de las estrategias como de los recursos. Para garantizar la
continuidad, la implicación es del recurso o institución no de las personas. La
coordinación del personal técnico debe contar con el apoyo de la Institución a la
que pertenece.

· Participación ciudadana, como proceso y como cesión de poder: El


posicionarnos como ciudadanos, con derechos y deberes, es lo que permite la
posibilidad de pasar de ser un «consumidor» de prestaciones a un ciudadano
agente de su propio desarrollo, del ciudadano individual una población organizada.
Esto implica un primer movimiento al interno de los equipos de salud.
¿Defendemos nuestros derechos como trabajadores? ¿Somos capaces de pasar
de la queja a la acción?

El proceso comunitario es complejo y difícil, aparecen obstáculos técnicos y


metodológicos relacionados con una escasa formación en esta temática por parte
de muchos trabajadores del ámbito de salud, y con el que se pretende poner en
marcha acciones que van a contracorriente del modelo imperante.

Las dificultades encontradas en cada una de las etapas se pueden ir solucionando


a partir del trabajo y colaboración de todas las personas implicadas en el proceso
y la convicción de estar desarrollando un trabajo serio y con rigor.

De esta manera se entiende que aquello que es obstáculo o conflicto muchas


veces es la oportunidad de repensar acciones y de nuevos posicionamientos que
permiten avanzar hacia intervenciones más efectivas.

Intervención

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La psicología, y en general otras disciplinas, buscan solucionar problemas u
optimizar procesos a partir de una serie de procedimientos llevados a cabo
sistemáticamente. Este proceso se puede comprender como 'intervención'.
Aunque la noción de "intervención" ha sido asociada a formas de construcción
relacionales asociadas al modelo experto/destinatario, el término expresa los
modelos de estrategias más utilizados en los que la "intervención externa" produce
cambios. Campos de "intervención"

Proyectos sociales (Desarrollo Social Local, socioeconómico, cultural y


psicosocial)

Proyectos de Construcción de Ciudadanía. (Equidad, participación comunitaria,


desarrollo de redes sociales y comunitarias)

Bibliografía:

http://www.redes-
cepalcala.org/inspector/DOCUMENTOS%20Y%20LIBROS/EDUCACION-
ESPECIAL/LA%20DIVERSIDAD%20COMO%20FUENTE%20DE%20ENRIQUECI
MIENTO.pdf

http://desarrollosustentableige.blogspot.mx/2012/03/33-fenomenos-
poblacionales.html

http://www.mimdes.gob.pe/files/DIRECCIONES/DGPDS/indice_desarrollo_social2.
pdf

http://www.itescam.edu.mx/principal/sylabus/fpdb/recursos/r71163.PPT

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