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UNIDAD DIDÁCTICA I

EL DERECHO COMO NORMA DE CONDUCTA


TEMA 1: NORMAS REGULADORAS DE LA CONDUCTA
HUMANA
I. Conceptos de norma
El Derecho es una norma de las cuales existen diversos conceptos.
Las normas se caracterizan porque no son una descripción de la
realidad, de lo que ocurre. No se sitúan en el plano del ser, lo que
es, sino en el plano del debe ser, en el plano ideal. En este
sentido, se diferencian de las leyes de la naturaleza, que describen
hechos o fenómenos y que son expresión de una causa-efecto que
se produce de manera inexorable.
También se diferencian de lo que podrían ser las leyes sociológicas,
históricas, económicas, etc…, las cuales también son descriptivas
de hechos o fenómenos.
En el ámbito de las normas, en el sentido del Derecho, se
presupone la libertad, la decisión del hombre a la hora de cumplir o
no esas normas, algo que no ocurre con los fenómenos naturales.
Esto quiere decir que las normas, en cuanto establecen que algo
debe ser, comporta siempre la posibilidad de incumplimiento. Si la
norma fuese necesaria, que se cumpliese siempre, perdería el
carácter de norma y se transformaría en una ley fáctica.
La existencia de códigos normativos o reglas de conducta son
necesarios para garantizar el desarrollo de la vida social en
cohesión y en paz. La misma pervivencia de la sociedad radica en
la existencia de estos órdenes normativos que dan seguridad a la
propia vida y a la de los grupos sociales. Estas normas reguladoras
de la conducta humana están presentes en todos los ámbitos de la
vida diaria, lo que provoca que las personas casi siempre actúen
bajo un patrón previsible, lo que no excluye que hoy en día la
sociedad sea plural en lo cultural y en lo moral, pero con la
existencia de un marco normativo que garantiza el respeto a la
libertad individual y a los valores básicos y derechos y libertades
públicas.
II. El hombre como individuo: las normas morales
En primer lugar hay que diferenciar dos conceptos:
- Moral: conjunto de hábitos, actos y carácter del ser humano. Se
puede entender de diversas maneras:
 Moral en el sentido de actitud básica que indica fuerza, impulso
 Moral como estructura en el sentido de ajustamiento y
consiguiente apropiación. El hombre es “libre de” y necesita
justificar sus actos
 Moral como contenido, que sería la justificación como justicia,
como ajuste a una determinada norma ética, que estaría formada
por actos o hábitos
- Ética: es el fundamento de las normas morales. Da razones de
que existan dichas prescripciones morales. Se puede dividir en :
 Las éticas formales: no indican lo que hay que hacer, sino
cómo Las éticas materiales: indican el qué hay que hacer
La dimensión moral del individuo es la función esencial de la
conciencia valorativa ante cualquier norma y ante cualquier modelo
de conducta y, por tanto, nos afecta a todos.
La moral de la conciencia individual parte de la idea de bien que el
individuo se forja en su conciencia y de la cual derivan exigencias
morales de debe ser, que se traducen en normas de
comportamiento para el sujeto. El núcleo de la dimensión moral del
individuo radica en la conciencia individual, que actúa como
juzgadora sobre el cumplimiento o no de las normas y como
sancionadora.
La diferencia entre las normas morales y las normas jurídicas y los
usos sociales es que la sanción es la propia culpabilidad.
III. La dimensión social de la vida humana
El ser humano no es un ser que vive aislado. La vida de cada
hombre se desarrolla dentro de una serie de actuaciones, algunas
individuales, pero la mayoría trascienden al exterior y repercuten en
el modo de vivir de otros individuos, con los que está
permanentemente relacionado.
Los individuos que conviven e interactúan constituyen la sociedad,
que es la forma de vivir habitual cuando existen dos o más
personas. Los seres humanos tienden a vivir en sociedad y en sus
relaciones establecen diversos tipos de sociedades en función de
las necesidades y las finalidades de su convivencia.
La dimensión social de la vida humana se puede contemplar desde
una doble perspectiva:
- En primer lugar, se manifiesta como algo natural y consustancial a
todo ser humano
- En segundo lugar, se presenta como una realidad histórica de
carácter artificial, en cuanto que los hombres crean y planifican sus
sociedades en función de unos fines predeterminados o se adhieren
a otras ya creadas.
Aristóteles defendía que el ser humano es un ser social por
naturaleza, que nace con la característica de la sociabilidad y la va
desarrollando a lo largo de su vida.
Para sobrevivir, los humanos nos necesitamos los unos a los otros y
todos necesitamos de todos. Para Aristóteles, a pesar que los
humanos tenemos una dimensión individual que nos permite
desarrollar nuestra personalidad, nuestro ser, esta dimensión es
inseparable y está dentro de la dimensión social del hombre para la
convivencia en comunidad desde que nacemos. Existe una total
equivalencia entre el ser-hombre y viviren- sociedad.
La vida de los seres humanos está en constante relación con la de
otros seres humanos hasta el punto que todos se necesitan y se
complementan.
Esta interacción de las relaciones humanas produce
comportamientos por parte de cada miembro del grupo. Por ello y
para que la convivencia se establezca de manera ordenada, en paz
y libertad, se hace necesario que las conductas que se realizan se
rijan por unas normas de conducta que delimiten los diversos
ámbitos de actuación de cada individuo dentro del grupo social.
1. Reglas de Trato Social (Usos Sociales)
1.1 El arraigo de las Reglas de Trato Social en los comportamientos
sociales
Los Usos Sociales o Reglas de Trato Social son pautas de
conducta que nos indican el comportamiento que hemos de
observar en el ejercicio de la convivencia con los miembros del
grupo social al que pertenecemos.
Este tipo de reglas nacen de manera espontánea en el seno de la
convivencia social.
1.2 Caracteres de las Reglas de Trato Social
Los usos sociales presentan unos caracteres distintivos que los
tipifican claramente:
- Sociabilidad o alteridad: Los Usos Sociales están dotados de la
característica de la “socialitas” pues regulan conductas de los
individuos dentro del grupo social.
Se llaman conductas de alteridad porque se realizan en relación con
otro (alter)
- Generalidad: Las Reglas de Trato Social se observan por la
mayoría de los miembros del grupo al que afectan, y cuando alguno
no las sigue, es rechazado por el grupo. Se trata de hábitos
practicados por la mayoría del grupo hasta tal punto que, si la
práctica decae, el uso deja de existir.
La característica de la generalidad es la que determina la vigencia
de los Usos Sociales.
- Impersonalidad: Se refleja en un doble sentido, en cuanto al
origen y en cuanto al autor. Por un lado, los Usos Sociales se
generan de manera espontánea en el grupo, sin que sean creados
por ningún legislador. Por otro lado, su autoría es atribuible al grupo
como conjunto
- Irracionalidad: Los Usos Sociales no surgen como consecuencia
de un proceso racional, sino como consecuencia de factores
sociológicos que operan de manera espontánea en el grupo.
- Sectorialidad: Las Reglas de Trato Social se manifiestan en
sectores sociales, grupos concretos determinados por diferentes
factores. Hay usos sociales locales, regionales, nacionales o
internacionales e, incluso, usos universales para algunos arraigados
en todas las sociedades.
- Diferente grado de presión: Los Usos Sociales ejercen diferentes
grados de presión, no todos vinculan con la misma intensidad, por
lo que se puede diferenciar entre usos débiles y usos fuertes. El
individuo, frente a los usos fuertes, se verá muy vinculado y
difícilmente los contravendrá. Por el contrario, los usos débiles
generan un sentimiento de obligación más tenue
2. Las Normas jurídicas
2.1 La presencia de la normatividad jurídica en la vida social
En toda sociedad organizada existen otras normas, dotadas
también de la característica de la alteridad, que regulan también
conductas sociales y las imponen con carácter obligatorio. Son las
normas jurídicas, cuyo conjunto conforma el ordenamiento
jurídico, el Derecho.
La vida del hombre se desarrolla en continuo contacto con el
Derecho. No solo por la existencia de una realidad jurídica, sino
también porque en la vida cotidiana realizamos de manera continua,
actos regulados por normas jurídicas.
2.2 Caracteres de las Normas Jurídicas
Las características de las Normas Jurídicas son:
- Exterioridad: Las normas jurídicas, en cuanto que regulan
conductas sociales, tienen como principal objetivo regular
conductas externas de los miembros del grupo.
- Socialidad o alteridad: Las normas jurídicas comparten con los
usos sociales esta característica pues regulan conductas de los
individuos dentro del grupo social
- Heteronomía: Las normas jurídicas son heterónomas por dos
motivos:
 En cuanto al origen, porque no las crea el propio individuo, sino
que vienen impuestas por otros.
 Porque los sujetos obligados por la norma no se someten a la
misma por propia voluntad, sino que les obligan
independientemente de la opinión que les merezca
- Coercitividad: Las normas jurídicas se imponen de manera
incondicional, esté de acuerdo el sujeto o no, lo que supone una
diferencia notable con otro tipo de normas reguladoras. El
cumplimiento de la norma se realiza incluso por la fuerza y, si no se
cumpliese, se impondría una pena.
IV. Criterios de distinción entre normas morales, reglas de trato
social
y normas jurídicas
Existen claras semejanzas y diferencias entre las normas jurídicas,
los usos sociales y
las normas morales.

1º Individualidad-socialidad: Por el carácter de las conductas


reguladas podemos afirmar que las normas morales son de carácter
individual mientras que las reglas de trato social y las normas
jurídicas son de carácter alterativo.
Lo que quiere decir que la moral enjuicia las conductas humanas
desde la perspectiva de los valores individuales, que afectan solo al
sujeto que realiza la conducta, y los usos sociales y las normas
jurídicas enjuician y regulan las conductas desde el punto de vista
de las repercusiones de éstas sobre las otras personas del grupo.
2º Intimidad-exterioridad: La moral regula solamente las
conductas internas del sujeto, se centra en la interioridad, mientras
que las reglas de trato social y las normas jurídicas regulan las
conductas externas de los seres humanos.
3º Autonomía-Heteronomía: La moral es autónoma porque es el
propio sujeto quién establece el umbral de la moralidad y la norma
de comportamiento. Las normas morales existen para el individuo
solo si éste las reconoce como tales. La moral depende de la libre
voluntad del sujeto el aceptar o no dicha norma.
En cambio, las normas jurídicas y los usos sociales son
heterónomas porque no las crea el propio individuo sino que le son
impuestas por otros y porque la obligación de su cumplimiento no
depende de la voluntad del sujeto, sino de la voluntad de la
sociedad que viene establecida en la propia norma.
4º Coercibilidad-Incoercibilidad: Las normas morales son
incoercibles porque el cumplimiento del deber depende de que el
sujeto acepte o no dicha norma o la obligación que contiene.
Las normas jurídicas, en cambio, son coercibles y obligan
inexorablemente, pues tanto la creación de la norma como los
deberes establecidos vienen exigidos desde fuera y no dependen
de la voluntad del sujeto.
En las reglas de trato social, las sanciones vienen impuestas por el
grupo social, pero sólo serían tales si el sujeto se siente afectado
por ellas. Por eso, la coercibilidad en los usos sociales es objetiva
por el origen de la sanción (ajena al sujeto) pero subjetiva en cuanto
a su eficacia (depende de la aceptación del individuo)
TEMA 2: CARÁCTER PLURIDIMENSIONAL DEL DERECHO

I. Concepto de Derecho La elaboración de un concepto de


Derecho es la cuestión básica y fundamental de la Teoría del
Derecho. Definir el concepto Derecho no es fácil, ya que la palabra
Derecho tiene diversos significados, lo que obliga a analizar sus
diversos usos. Además, la Teoría del Derecho se elabora desde una
concepción filosófica concreta y, dependiendo de ésta, el resultado
de lo que se puede entender por Derecho puede llevar a
concepciones del Derecho no solo diferentes, sino enfrentadas
entre sí.
1. La presencia del Derecho en la vida social
El Derecho es un fenómeno social, observable en todas las
sociedades actuales. Algunos autores sostienen que el Derecho es
propio de las sociedades civilizadas, pero la opinión más aceptable
es la que afirma que toda sociedad, por primitiva que sea, posee un
modelo de organización y que en este modelo está presente el
Derecho. Toda sociedad necesita resolver sus conflictos sociales y
establecer un determinado orden social y para ello es para lo que
surge el Derecho. Un antiguo aforismo romano, ubi societas ubi ius,
afirma que donde hay sociedad hay Derecho. Pero no todos los
conflictos sociales se resuelven mediante el Derecho, ya que éste
solo regula las acciones que tienen una especial relevancia social,
aunque el Derecho regula más aspectos de nuestra vida de los que
pensamos.
2. El sentimiento de lo jurídico
Existe una presencia de un sentimiento jurídico en el ser humano,
bajo la forma psicológica de intuición de la justicia ante situaciones
conflictivas, percibidas como justa o injustas. Dicha percepción va
variando conforme se modifican las pautas sociales de
comportamiento. No obstante, los seres humanos reaccionan con
un sentimiento de aprobación ante situaciones que consideran
justas, o de rechazo ante actos que provocan injusticias. Del mismo
modo, se puede observar un sentimiento de aceptación del
Derecho, así como el convencimiento de que las normas jurídicas
deben ser cumplidas. Este sentimiento jurídico desempeña una
importante función al lograr una implantación efectiva de la justicia
social, así como de la obediencia al Derecho y el consiguiente logro
que la convivencia social se desarrolle de una forma pacífica y
justa.
3. Caracteres del término Derecho
El término Derecho es un término polisémico, con diversos
significados, lo que comporta que se caracterice por ambigüedad,
vaguedad y emotividad. 3.1 Ambigüedad del término Derecho La
palabra Derecho tiene varios significados porque se usa en el
lenguaje ordinario para designar objetos diferentes. - Una de las
acepciones de Derecho es como sinónimo de norma o conjunto de
normas jurídicas. Hace referencia a las normas vigentes en un país
(Derecho español), en un momento histórico determinado (Derecho
medieval, actual…), o que se refieren a una sector concreto de las
relaciones sociales o a concretas instituciones jurídicas (Derecho
civil, penal,…). El conjunto de normas vigentes se denomina
Derecho objetivo y Derecho positivo cuando sus preceptos han sido
puestos, dictados o reconocidos por el Estado. - Otro significado del
término “derecho” es facultad o poder, lo que se denomina derecho
subjetivo. Los derechos subjetivos se suelen definir como las
situaciones de poder concreto amparadas por las leyes; “tener
derecho a…” significa ostentar el poder de exigir, a una persona
concreta o a todos, la observancia de una determinada conducta. -
Un tercer sentido de la palabra Derecho hace referencia a la ciencia
del Derecho, que tiene por objeto el estudio o reflexión sobre las
distintas manifestaciones de la realidad jurídica. - Una cuarta
acepción de la palabra derecho se utiliza como sinónimo de justicia
o ideal de justicia. Por tanto, resulta imprescindible atender al
contexto en el que utiliza la palabra derecho para conocer cuál de
las acepciones se está utilizando. 3.2 Vaguedad del término
Derecho La vaguedad del término Derecho deriva de la falta de
acuerdo sobre los caracteres que determinan que un sistema
normativo o una norma puedan ser consideradas como jurídicas.
Por ejemplo, desde posiciones iusnaturalistas se exige
necesariamente el carácter justo de las normas para considerarlas
jurídicas, siendo una necesidad que niega el positivismo. 3.3
Emotivismo del término Derecho La emotividad del término Derecho
se hace visible cuando se utiliza como sinónimo de justicia y la
discrepancia sobre su alcance y significado constituye el origen de
muchas disputas doctrinales acerca de la cuestión de qué normas
pueden considerarse o no como Derecho válido.

II. Principales concepciones del Derecho. Iusnaturalismo y


Positivismo jurídico Las dificultades para definir el Derecho vienen
dados por los diferentes significados de la propia palabra y también
porque existen diversas teorías para comprender lo jurídico. El
Derecho es algo que se da en momentos determinados de la
historia, de aquí que su concepto haya ido cambiando conforme a
las transformaciones históricas de la sociedad. Su comprensión
también se produce conforme a los modos de conocimiento
históricamente vigentes. A estas dificultades se le añade otra, que
proviene de la dificultad de determinar el objeto jurídico. Para
algunos, el Derecho es exclusivamente un sistema normativo; para
otros, el Derecho es el resultado de la aplicación de dichas normas;
y para otros, solo se puede llamar Derecho a las normas que sean
justas. Las orientaciones más conocidas a la hora de definir el
Derecho son: - El iusnaturalismo - Positivismo jurídico - Algunas
doctrinas renovadoras de las anteriores
1. El iusnaturalismo
Las primeras doctrinas iusnaturalistas surgen en Grecia en el
s. VI a.C. y llega, con matices, hasta la actualidad. Estas
doctrinas se basan en una afirmación que consiste en
entender que, junto a las leyes positivas, las que vienen de la
actividad legisladora, existen otras leyes que son propias de la
naturaleza del hombre, las llamadas leyes naturales, que bien
proceden de un mandato divino o bien de la propia naturaleza
racional de los hombres. Estas leyes naturales determinan el
contenido de la justicia y, por tanto, son el referente desde el
cual el derecho positivo puede ser calificado de justo o injusto
y, en consecuencia, de verdadero Derecho o de Derecho sólo
aparente. Por ello, se considera que el iusnaturalismo es una
doctrina dualista, que afirma la existencia de dos Derechos o
sistemas jurídicos: - El Derecho natural: modelo de toda
legislación positiva y válido para todas las épocas y los
pueblos - El Derecho positivo: válido sólo donde se promulga
2. El Positivismo jurídico
A partir del s. XVII, los estudiosos del Derecho abandonaron
los estudios metafísicos del Derecho, propios del
iusnaturalismo jurídico, y trataron de determinar el objeto del
conocimiento jurídico, concluyendo que este elemento no
podía ser otro que el conjunto de leyes creadas por el
legislador o, lo que es lo mismo, el Derecho puesto por los
hombres o Derecho positivo. La consecuencia inevitable fue la
negación del Derecho natural como auténtico Derecho. Para
la ciencia positiva del Derecho solo cabe estudiar el Derecho
como fenómeno histórico y social, lo que da pie a que se
diversifique su conocimiento científico y dé origen junto las
ciencias normativas sobre el Derecho, al Historicismo jurídico
y a la Sociología del Derecho. - Las ciencias normativas del
Derecho positivo comienzan su andadura con el denominado
positivismo legalista que surge asociado a la codificación y
que identifica al Derecho con la Ley. La Ley es el producto de
la actividad del legislador, quien representa al pueblo
soberano y canaliza su voluntad, de aquí que se considere
inalterable y se sacralice como producto de la voluntad
general. Este modelo de ciencia jurídica dio origen a la
Escuela de la Exégesis en el s. XIX, hasta que en el s. XX las
ciencias normativas culminan en el Normativismo jurídico. El
objeto de conocimiento del Normativismo jurídico se concreta
en el derecho creado por el legislador estatal, bien de forma
directa, bien por delegación en otros agentes creadores de
Derecho. - El Historicismo jurídico tuvo su origen en la
Escuela Histórica del Derecho. Esta escuela considera que el
objeto de la ciencia histórica del Derecho es el derecho que
proviene del “espíritu del pueblo”, es decir, de la evolución
social de cada pueblo y no un conjunto de mandatos
provenientes de la voluntad de los legisladores. - La
Sociología del Derecho se origina en el s. XX en torno a dos
escuelas, el movimiento del Derecho libre y los realismos
jurídicos. Para los representantes de estos movimientos el
auténtico Derecho positivo no son las normas que provienen
de la voluntad estatal, sino de los hechos jurídicos sociales
extraestatales, la facticidad social, que también es el origen
del Derecho estatal.
3. Concepciones renovadoras del iusnaturalismo y el
positivismo jurídico en la actualidad
Las tesis iusnaturalistas fueron superadas por el positivismo
jurídico, pero ambos sistemas siguen teniendo defensores,
tanto de la versión tradicional como de las nuevas versiones,
que tratan de armonizar la inclusión de normas, principios,
valores y, en ocasiones, la facticidad en sus propuestas. En
este sentido, Dworkin sostiene que el Derecho no se compone
solo de reglas, sino también de principios éticos a los cuales
hay que atender a la hora de establecer cuál es el derecho
válido. Este planteamiento explica la validez de las normas en
sistemas jurídicos como los actuales, presididos por
constituciones con grandes valores que tienen que ser
aplicados por los poderes estatales. La validez del Derecho
depende que el órgano legitimado para producirlas respete los
procedimientos formales previstos para ello, pero también
parecida que las normas promulgadas y las sentencias
judiciales sea materialmente coherentes con los valores o
principios constitucionales. Otra destacada doctrina
armonizadora es la doctrina multívoca o pluridimensional del
Derecho. Según esta doctrina, el fenómeno jurídico no puede
ser comprendido sin ahondar en el estudio del Derecho como
un fenómeno complejo que va desde la realidad normativa
hasta la vida social, analizando la interacción de las normas
con la sociedad. En este sentido, se determina que el Derecho
es una experiencia de la acción humana en la sociedad. Una
de las teorías desarrolladas que goza de gran éxito es la
llamada Teoría tridimensional del Derecho.

III. Las dimensiones del fenómeno jurídico. La teoría


tridimensional del Derecho. Miguel Reale elaboró una teoría
pluridimensional del Derecho, llamada Teoría tridimensional del
Derecho, donde afirma que donde quiera que haya un fenómeno
jurídico, hay siempre un hecho subyacente, un valor que confiere
significación a ese hecho y una regla o norma que representa la
relación que integra uno de aquellos elementos en el otro. Así pues,
el Derecho debe ser considerado simultáneamente como hecho,
valor y norma, pues estos elementos no existen separados, sino
que forman una unidad concreta, por lo que no pueden estudiarse
aisladamente, ya que sólo teniéndolas en cuenta de forma
simultánea se puede ofrecer una visión integral del Derecho.
1. Dimensión normativa (validez) La dimensión normativa del
Derecho viene dada por la afirmación que el Derecho está
compuesto por normas, que establecen determinados patrones de
conducta. Estas conductas se prescriben obligatorias, prohibidas o
permitidas. Además, las normas jurídicas son mandatos exigibles de
forma imperativa y las conductas que se preceptúan en ellas
pueden ser exigidas coactivamente. Relacionada con el elemento
normativo del Derecho está la cuestión de la validez de las normas,
ya que decir que una norma es una norma jurídica válida significa
reconocer que esa norma concreta forma parte de un sistema
jurídico y, por tanto, es Derecho.

2. Dimensión fáctica (eficacia) La dimensión fáctica expresa la


presencia del Derecho en todo grupo social: el Derecho es un
hecho social normativo. El Derecho regula relaciones que se
producen en los grupos sociales y siempre está presente en toda
sociedad, donde se exige el cumplimiento del Derecho en la forma
que establecen las normas jurídicas para preservar la paz social y la
cohesión del grupo. Entre el Derecho y la sociedad se establecen
relaciones necesarias: el Derecho necesita a la sociedad como la
materia propia de su regulación y la sociedad necesita al Derecho
para poder subsistir, ya que las normas jurídicas le proporcionan un
orden eficaz. La dimensión fáctica llama a la cuestión de la eficacia.
La eficacia de una norma alude al grado de aceptación y
cumplimiento de la misma en la sociedad, es decir, si los
destinatarios ajustan su conducta a lo prescrito en la norma y si la
aplican los jueces y demás operadores jurídicos.
3. Dimensión valorativa (justicia) La dimensión valorativa se
refiere a que el Derecho debe orientarse hacia la realización de
unos valores en la convivencia social de los hombres. Las normas
imponen como obligatorias las conductas que se orientan a la
consecución de determinados valores, por lo que es imprescindible
analizar las normas según los valores que aporta al sistema jurídico
para alcanzar una visión integral del Derecho. La justicia de una
norma se refiere a la adecuación de la misma en un sistema de
valores. La norma justa también es legítima.
4. Unidad de todas las dimensiones del Derecho Las tres
dimensiones del Derecho no se dan por separado, ya que las tres
interactúan en todos los momentos de la vida del Derecho. Por
tanto, todas ellas tienen la misma importancia para conseguir un
conocimiento integral y pleno del Derecho.

IV. Derecho objetivo y derecho subjetivo: concepto y relación


entre el Derecho objetivo y el derecho subjetivo.
Los términos Derecho objetivo y derecho subjetivo significan dos
sentidos diferentes de Derecho: - Derecho objetivo: hace referencia
a lo jurídico, entendido como conjunto de normas que han estado o
están vigentes en una determinada sociedad. En este sentido,
Derecho objetivo y Derecho positivo son términos sinónimos. -
Derecho subjetivo: hace referencia a facultades o poderes que
ostentan los sujetos frente a otros, que les permiten realizar o no
realizar determinadas acciones, o bien exigir a otros que actúen en
determinado sentido, al amparo de las normas del Derecho objetivo.
Ambos están relacionados, ya que la existencia del derecho
subjetivo depende que haya una norma del Derecho objetivo que
declare su existencia. No obstante, el Derecho objetivo solo actúa
como norma que prescribe las conductas de una manera abstracta
y necesita del concepto de derecho subjetivo. Ambos conceptos
forman parte de otro concepto básico del Derecho, la relación
jurídica, ya que el Derecho objetivo es la norma que regula la
relación, mientras que los derechos subjetivos son las pretensiones
que entran en juego en dicha relación
V. Derecho público y Derecho privado La diferencia más común
entre Derecho público y Derecho privado es la que hace
referencia a los sujetos destinatarios de las normas. Una
norma se considera de Derecho público cuando regula una
relación jurídica en la que interviene un sujeto investido de
potestad pública como, por ejemplo, el Estado. Mientras que
se considera una norma de Derecho privado cuando regula
relaciones entre sujetos particulares. En las relaciones
jurídicas reguladas por el Derecho público, el sujeto público
ostenta una situación de superioridad sobre el sujeto
particular, debido a que se considera que el sujeto público
representa el interés general, frente al interés privado de los
particulares. En las relaciones jurídicas reguladas por el
Derecho privado, los sujetos se relacionan en condiciones de
igualdad. Por lo general, las normas de Derecho público son
preceptivas y excluyen pactos en contrario, mientras que las
de Derecho privado son dispositivas, por lo que permiten, en
uso de la autonomía de la voluntad, pacto en contrario, ya que
se considera que en este tipo de relaciones debe primar la
libertad de los sujetos en el modo de relacionarse con los
demás.

TEMA 3: EL DERECHO OBJETIVO


I. Las fuentes
Existe una problemática con las fuentes del Derecho que se plantea
en dos ámbitos
diferenciables:
- La identificación y valoración de los agentes de producción que
integran el
ordenamiento (fuentes materiales)
- La determinación y valoración de los distintos modelos normativos
utilizados para
dar forma “autentica” a esos elementos (fuentes formales)
1. Fuentes materiales
Las fuentes jurídicas materiales se refieren a los sujetos o agentes
a los que corresponde, dentro de la organización social, la facultad
de crear nuevas normas jurídicas. Existen dos tipos básicos de
análisis:
- Identificación de los sujetos que tienen capacidad para crear
Derecho
- Determinación de la jerarquía u orden de importancia que le
corresponde a cada
uno de ellos.
1.1 Sujetos sociales que tienen capacidad de crear Derecho
Se entiende como agentes creadores de Derecho a aquellos sujetos
de poder que, dentro de cada sistema de organización social, tienen
atribuida la potestad de establecer normas
jurídicamente vinculantes. De modo que la búsqueda de las fuentes
materiales del Derecho debe extenderse a todo el sistema de
organización social.
Se extraen dos conclusiones:
- El número y la identidad de los sujetos sociales que, a través de
las diversas épocas y en las distintas sociedades han actuado como
productores de normas jurídicas es ilimitado
- El propio carácter constitutivamente social de la normatividad
jurídica apunta hacia la posibilidad y conveniencia de que los
procesos de creación y desarrollo del Derecho estén abiertos a
aportaciones de todos los agentes sociales.
1.2 Protagonismo de los distintos sujetos dotados de capacidad
creadora
La responsabilidad que se ha venido atribuyendo a los diferentes
sujetos ha variado de unas épocas a otras y de unas sociedades a
otras. Se puede comprobar cómo ha ido pasando esa
responsabilidad de la comunidad social a los órganos
jurisdiccionales, de éstos al príncipe, del monarca al pueblo
soberano y, finalmente, de las cámaras legislativas al núcleo duro
de dirigentes del gobierno y de los partidos políticos.
El único elemento permanente es la existencia de una práctica de
atribución de la supremacía al sujeto elegido o aceptado en cada
caso por el propio grupo social organizado. Ningún sujeto social
está predestinado a detentar de forma permanente el protagonismo
de la actividad legisladora y ejercerá en cada circunstancia ese
protagonismo el sujeto que logre imponer su poder socio-político.
Hoy se sigue pensando que el sujeto social llamada a poseer el
pleno control de la actividad creadora de Derecho es el Estado.
Pero junto al Estado, existen múltiples sujetos sociales que
desarrollan una actividad creadora de normas jurídicas, lo que no
impide reconocer al Estado como garante y sustento de la
juridicidad de todas las normas del ordenamiento.

2. Fuentes formales
El estudio de los tipos normativos que actúan como formas
vehiculares de expresión de las reglas del Derecho se ha
estructurado en torno a dos tareas prioritarias:
- La identificación de tales formas
- La determinación de su respectiva posición jerárquica dentro de
los ordenamientos jurídicos
2.1 Las principales formas de manifestación de la normatividad
jurídica
Dentro de una perspectiva histórica, el dinamismo característico de
la organización social ha ido acompañado siempre de una gran
movilidad de las formas utilizadas por los distintos grupos humanos
para expresar las diferentes normas jurídicas que rigen el
comportamiento de sus miembros.
Así, las “leyes”, “costumbres”, “estatutos”, etc… han sido formas
expresivas utilizadas por los diversos sujetos creadores de
Derecho.
Sin embargo, actualmente podría afirmarse que son las leyes, las
costumbres, los precedentes judiciales y, en cierta medida, la
doctrina jurídica las vías de manifestación que acaparan la
atención.
2.2 Jerarquía de las “fuentes formales”
La importancia que le ha sido atribuida a la fijación del orden de
prioridad o jerarquía de las diversas fuentes formales no radica en
la propia significación de estas fuentes, sino en la lucha por el
predominio de los sujetos cuya fuerza o poder jurídico se
manifestaba a través de las diferentes formas cuya primacía se
debatía. La discusión teórica acerca de la preferencia de una fuente
formal o de otra no ha sido más que un reflejo de las discusiones
sobre cuál debe ser el sujeto social que ostenta el poder jurídico-
político supremo.
Durante largo tiempo, la costumbre, la práctica judicial y la doctrina
legal fueron, por ese orden y durante largo tiempo, los principales
tipos de normas que integraban los ordenamientos jurídicos de las
sociedades organizadas. Con el creciente poder acumulado por los
gobernantes, se fue abriendo paso un nuevo tipo de norma, la ley,
que ha terminado por convertirse en la forma jurídica predominante
y casi exclusiva.
Hoy en día, la ley ocupa la primera posición de la jerarquía
normativa en la gran mayoría de ordenamientos jurídicos.
II. Los caracteres
Los rasgos que forman parte del perfil conceptual del Derecho han
dado lugar a una lista de caracteres en el que se mezclan los
accesorios con los esenciales. Los esenciales son comunes a
todas las concreciones históricas del Derecho y no pueden faltar en
ninguna. Los accesorios suelen estar vinculados a las
peculiaridades de cada cultura, época o sociedad.
Así, la lista de caracteres diferenciales del Derecho es muy larga,
por lo que solo se explicaran de algunos para tener una idea fiable
de lo que es el Derecho objetivo.
1. Exterioridad y alteridad
Es propio del Derecho ocuparse de la regulación de las conductas
que realizan los sujetos jurídicos cuando se relacionan con otros
sujetos jurídicos. También le corresponde la función de garantizar
que el desarrollo de las relaciones que establecen unos sujetos
jurídicos con otros, dentro de la vida social, se realice de una
manera equilibrada entre las cargas y los beneficios que originan
esas relaciones para cada sujeto.
1.1 La exterioridad
La exterioridad tiene que ser entendida en el sentido de centrarse
prioritariamente en la regulación de la dimensión externa de las
conductas sociales y tomar en consideración la interioridad o
intencionalidad de éstas solo en la medida en que tal dimensión
llegue a condicionar el contenido y alcance de las actuaciones
exteriores, de modo que su influencia llegue ser objetivamente
perceptible y mesurable.
1.2. La alteridad
La alteridad es una condición existencial de toda la vida práctica de
los hombres ya que viven formando parte de un tejido de entes
sociales y políticos en los que realizan su vida a través de
relaciones intersubjetivas.
El Derecho no puede despojarse de su alteridad, sino que actúa
siempre delimitando un marco o contexto de acción mediante el que
pone en referencia a los actos de una persona con los de otra
estableciendo una coordinación objetiva bilateral o plurilateral entre
el obrar de uno y el de los otros. Así, la posibilidad debida o lícita de
un acto en un
sujeto, supone la facultad de éste de impedir todos aquellos
comportamientos de los demás que resulten incompatibles con el
acto a realizar. Y, viceversa, la prohibición para
un sujeto de cierto comportamiento se funda en que tal
comportamiento resulta incompatible con la conducta de vida o lícita
de otra persona.
2. Validez y eficacia
Ningún orden jurídico debe ser considerado verdaderamente válido
si no tiene al mismo tiempo un mínimo grado de operatividad o
“eficacia “en el desarrollo de la vida jurídica.
2.1. La validez
La validez es una de las notas generalmente reconocidas como
rasgo y exigencia esencial del Derecho. En el caso de que una
determinada reglamentación jurídica no esté dotada de validez, no
se puede considerar como Derecho, sino una simple apariencia del
mismo. Cuando se trata de precisar qué es y donde proviene esa
validez, tienen que contabilizarse, al menos, estas tres relevantes
opiniones: la de la teoría formalista, la de la teoría sociológica y la
de la teoría ética.
- Según la teoría formalista, la validez de cada una de las normas
de cualquier ordenamiento jurídico consiste en su propia
conformidad con las exigencias establecidas por otra u otras
normas que estén situadas en un nivel superior de precedencia en
el orden jerárquico de ese ordenamiento.
- Según la teoría sociológica, la validez de las normas jurídicas
radica en su efectividad social, es decir, que sea observada por
parte de los sujetos jurídicos.
- Según la teoría ética, la validez de las normas jurídicas es
tributaria, sobre todo, de su fidelidad a las exigencias directivas de
los principios o valores fundamentales del respectivo sistema
jurídico.
Así pues, al hablar de la validez del Derecho, se hace referencia a
esa cualidad que poseen los ordenamientos jurídicos cuando tienen
el vigor requerido para que las normas que los integran puedan ser
impuestas como obligatorias y exigibles.

2.2 La eficacia
Solo podrán ser calificadas como normas jurídicas válidas aquellas
que han alcanzado un mínimo nivel de efectividad social. Esta
doctrina ha sido mantenida a lo largo de la historia.
Según Kelsen, pese a que la validez de una norma jurídica es algo
completamente distinto de su eficacia, ha de pensarse que la
eficacia es siempre condición necesaria de validez, tanto para la
totalidad del ordenamiento jurídico como para cada una de sus
normas, ya que ni el orden jurídico ni la norma pueden ser
considerados válidos si han dejado de ser eficaces.
Tal doctrina parece quedar desmentida, pues el propio
funcionamiento real de los ordenamientos jurídicos positivos impone
que la validez no depende de la eficacia, ya que solo pueden ser
aplicadas normas que están dotadas de validez. Es frecuente que
existan normas jurídicas que, siendo válidas, no son todavía
eficaces o que no llegarán a
serlo nunca.
3. Legalidad y legitimidad
Ambos caracteres son rasgos consustanciales al Derecho.
3.1 La legalidad
Las revoluciones de finales del XVIII consagraron la legalidad como
primer y fundamental carácter del Derecho. Seguidamente, la
doctrina aceptó el dogma de que el núcleo central de cualquier
ordenamiento jurídico tiene que estar integrado por leyes.
Esto es lo que se sigue pensando en la actualidad, de modo que el
Derecho objetivo es interpretado como un sistema de legalidad, en
el sentido de que está sustentado por un entramado de leyes
jerárquicamente encadenadas. En consecuencia, la juridicidad de
las
diferentes normas del ordenamiento se determina por el grado de
concordancia con las exigencias establecidas en las leyes
generales y en la Constitución; cuando alguna norma carece de esa
concordancia, queda excluida del campo jurídico positivo.
3.2 La legitimidad
Es habitual exigirle al Derecho la cualidad de la legitimidad, es
decir, la conformidad con las exigencias del correspondiente código
de unos principios justificativos situados fuera del ámbito jurídico.
Los ordenamientos jurídicos tienen que tener también el añadido de
una justificación objetiva y extra-legal que legitime ante los
destinatarios su pretensión de pleno acatamiento.
Esta idea ha conseguido un grado de aceptación muy elevado, pero
surgen discrepancias cuando se concretan los criterios o principios
que se deben utilizar para resolver los litigios de legitimación.
4. Vinculatoriedad y coercibilidad
Los ordenamientos jurídicos tienen siempre la pretensión de ser
respetados y cumplidos, independientemente de cual sea la opinión
que los miembros del grupo tengan de cada uno de los cauces
establecidos. Por eso, los caracteres de la vinculatoriedad y la
coercibilidad son consustanciales al Derecho.
4.1 La vinculatoriedad
En cuanto que es norma de conducta, el Derecho es
constitutivamente vinculante; es decir, tiene la capacidad o
posibilidad de condicionar determinantemente el comportamiento
social de los sujetos jurídicos. Eso es lo que significa su
vinculatoriedad, sin perjuicio que tal capacidad se haga efectiva a
través de la imperatividad y la obligatoriedad:
- La imperatividad hace que las normas jurídicas actúen sobre los
sujetos para los que se dictan como órdenes o mandatos cuyo
cumplimiento es exigible, ya que las leyes son decisiones o
imposiciones del legislador y que la imperatividad es un carácter
constitutivo del Derecho.
- La obligatoriedad, es decir, la capacidad de generar la actitud de
acatamiento de la voluntad de los sujetos a los que se dirigen los
mandatos contenidos en las normas, es la vía que lleva a la
vinculatoriedad del Derecho desde la perspectiva de quienes están
sujetos a él y es una característica que tienen que tener
inexcusablemente todas las normas jurídicas genuinas, so pena de
convertirse en simples consejos.
4.2 La coercibilidad
No parece posible pensar una norma que sea genuinamente
jurídica y que carezca de la posibilidad estructural de imponer su
cumplimiento de forma coactiva a todos los sujetos obligados. Dado
que por la propia función que desempeñan dentro de la
organización social, las normas jurídicas no pueden supeditar su
cumplimiento al capricho de cada ciudadano, el Derecho ha de
estar dotado siempre de esa posibilidad estructural en que consiste
la coercibilidad.

TEMA 4: DERECHO SUBJETIVO Y DEBER JURÍDICO


I. El Derecho subjetivo
1. Elemento y contenido
Los derechos subjetivos consisten en determinadas facultades o
poderes que le pertenecen al sujeto y que le permiten exigir o
realizar determinadas conductas. Este concepto faculta al sujeto a
poner en marcha la acción procesal y la reclamación en el juicio de
sus pretensiones jurídicas.
Su contenido se caracteriza por:
- Facultad de reclamación
- Poder para exigir respeto u otras contraprestaciones.
Los derechos subjetivos tienen una gran importancia jurídica, tanto
en el ámbito del derecho privado como en el ámbito del derecho
público, ya que los derechos humanos son considerados derechos
subjetivos.
Por su relación con el derecho objetivo, se puede determinar el
concepto genérico de derecho subjetivo como la facultad o poder
que las normas jurídicas atribuyen a los sujetos de derecho.
En función de su relación, podremos determinar la función que
cumple el derecho objetivo sobre el derecho subjetivo:
- Función atributiva: el derecho objetivo concede el derecho
subjetivo, es decir, el
derecho subjetivo nace porque así lo dicta una norma jurídica
(derecho objetivo)
- Función de reconocimiento: el derecho objetivo reconoce un
derecho subjetivo ya existente
En cualquier caso, el hecho de que sean las normas jurídicas las
que determinan el contenido de estos derechos, permite afirmar que
el fundamento del derecho subjetivo es la norma que atribuye estos
poderes o facultades a los sujetos.
1.1 Definición de derecho subjetivo
El fundamento del derecho subjetivo se encuentra en las normas de
derecho objetivo.
Estas normas son potestativas o autorizativas, pues otorgan
poderes o autorizaciones, que permiten a los sujetos realizar
determinados actos o exigir determinadas conductas.
Dichas normas establecen el carácter lícito o ilícito de las acciones.
Se puede definir el derecho subjetivo como el poder o facultad
atribuida por norma potestativa o autorizativa al sujeto, que le
permite realizar determinados actos o exigir determinadas
conductas.
1.2 Contenido del derecho subjetivo
Se pueden distinguir:
- Elemento externo: la norma de dónde procede.
- Elementos internos:
a) Ejercicio del derecho: es la finalidad básica del derecho
subjetivo. Significa que el titular de un derecho puede ejercitarlo. No
debe confundirse con renunciabilidad o irrenunciabilidad.
b) La pretensión o defensa: la facultad del titular de un derecho
subjetivo para
exigir de otros una determinada conducta. El titular puede usar o no
esta facultad.

2. Diferentes tipos de derechos subjetivos


Clasificación de los diferentes tipos de derechos subjetivos:
1. Tipos de derechos subjetivos en relación con el sujeto pasivo:
a) Absolutos: cuando se ejercitan o pretenden frente a todos los
posibles sujetos pasivos. Es el caso de los derechos
personalísimos.
b) Relativos: cuando el sujeto o sujetos obligados son aquellos que
han establecido una relación determinada con el sujeto activo. Un
ejemplo de derecho subjetivo relativo
es la propiedad.
2. Tipos de derechos subjetivos en relación con el ámbito de su
ejercicio:
a) Públicos: los que se ejercitan frente al Estado (derechos
fundamentales) y aquellos
que otorgan la facultad de solicitar la intervención del Estado en
beneficio de intereses individuales.
b) Privados: los que se ejercitan ante particulares. Pueden ser:
- Personales o de crédito: facultad que una persona (acreedor) tiene
de exigir de otra
(deudor) la realización de una conducta o la entrega de una cosa.
- Real: facultad de una persona sobre las cosas y su beneficio y la
exigencia de un
deber general de respeto.
3. Tipos de derecho subjetivo en relación con las facultades que
otorga al titular:
a) Simples: los que se agotan con la realización de una conducta o
con una prestación
determinada.
b) Complejos: aquellos que otorgan más de una facultad a su
titular. El ejemplo típico es la propiedad.
4. Tipos de derecho subjetivo en relación con los bienes o valores
que protege:
Se distingue entre derechos fundamentales y ordinarios. La
diferencia se encuentra en la especial protección de la que gozan
los derechos fundamentales.
II. El deber jurídico
1. Caracterización, fundamento y contenido
El deber jurídico es el que establecen las normas jurídicas, que
obligan a realizar o
prohíben determinadas conductas.
La diferencia entre el deber jurídico y otros deberes es el origen de
su obligación. El deber jurídico presupone la existencia previa de la
norma jurídica que lo establece y presupone también la posibilidad
de aplicar una sanción.
Se puede definir el deber jurídico como el cumplimiento de
determinadas conductas por parte de los sujetos destinatarios de un
orden jurídico, que se les puede imponer coactivamente mediante la
aplicación de la sanción correspondiente prevista normativamente.
El deber jurídico tiene como principales elementos:
- La norma
- La sanción
– La posibilidad de imponerla coactivamente.
TEMA 5: LA EFICACIA SOCIAL DEL DERECHO
I. Las relaciones entre Derecho y sociedad
Donde ha habido un grupo social, siempre se han necesitado normas. Por eso, el
Derecho desempeña un papel efectivo en la sociedad. Se entiende como una regulación
establecida para lograr unos objetivos en la vida social.
1. La influencia del Derecho sobre la realidad social
El Derecho influye en el grupo social. Es un orden regulador de la convivencia social y
estructura el grupo para que la vida social no sea un caos y se realice de forma pacífica.
El Derecho ha supuesto un factor civilizador y cultural muy importante. Gracias a él, se
han introducido en la sociedad elementos éticos de gran importancia en las relaciones
intersubjetivas.
Posibilita la creación de las estructuras y de los medios para que se pueda dar una vida
en sociedad. La sociedad no se puede concebir sin el Derecho, que determina lo que se
puede hacer y tolerar, y establece las normas de conducta que deben regir las relaciones
entre los miembros de la sociedad.
2. La influencia de los factores sociales en la creación y
aplicación del Derecho
La conexión que existe entre el Derecho y los factores sociales provoca cambios en el
Derecho, tanto en su creación como en su aplicación. El Derecho debe cambiar al
compás de las variaciones que se producen en la sociedad, lo que hace que siempre esté
en una transformación constante.
Este cambio está unido a la eficacia de las normas, ya que si la sociedad cambia pero las
normas no, dichas normas no se cumplirán o no tendrán los efectos para los que se había
promulgado.
II. Principales funciones del Derecho
Las funciones del Derecho son:
- Función de orientación y de organización
- Función de integración y de control
- Función de pacificación y resolución de conflictos
- Función de limitación y legitimación de los poderes sociales
- Función promocional de la Justicia y del bienestar de los ciudadanos
1. La función de orientación y de organización
El Derecho es un mecanismo que conforma nuevas realidades sociales haciendo que los
sujetos se comporten de un modo determinado. Lo que el Derecho no manda o prohíbe
son orientaciones que van educando a la sociedad en un determinado modo de actuar y
de pensar.
Esta función se cumple por parte de los jueces al aplicar el Derecho, pero también por
todos los sujetos que utilizan el Derecho en sus relaciones sociales.
El Derecho no solo tiene que evitar las conductas antijurídicas, sino reorientar y
transformar el comportamiento de la sociedad para que se corresponda con las
condiciones cambiantes del grupo o del individuo.

Para resolver los conflictos, el Derecho:


- Clasifica los intereses en dos categorías: los que merecen protección y los que no.
- Establece una tabla jerárquica en la que determina qué intereses protegidos deben
tener prioridad sobre otros.
- Define los límites dentro de los cuales esos intereses deben ser reconocidos y
protegidos
- Establece y estructura una serie de órganos para declarar las normas que resuelven
conflictos, para ejecutar las normas y para dictar normas individualizadas (sentencias)
donde se apliquen las reglas generales.
2. La función de integración y de control
Es una consecuencia de la función de orientación. Consiste en orientar el
comportamiento de los individuos con la finalidad de lograr mantener la cohesión de un
grupo social.
Existen diversas técnicas para ejercer esta función:
- Técnicas protectoras y represivas: son aquellas que imponen
obligaciones o prohibiciones a los individuos bajo amenaza de pena o sanción. Son
propias del Estado Liberal clásico.
- Técnicas organizativas, directivas, regulativas y de control
público: aquellas mediante las cuales el Derecho organiza la estructura social y
económica. Se caracteriza por un aumento de las estructuras normativo-burocráticas de
carácter público.
- Técnicas promocionales o de alentamiento: aquellas que pretenden
persuadir a los individuos para la realización de comportamientos socialmente
necesarios.
3. La función de pacificación y resolución de conflictos
Esta función parte de la constatación de que las relaciones sociales son conflictivas, ya
que la vida social está caracterizada por exigencias de comportamientos antagónicos
entre sí.
En principio, solo existen dos procedimientos para solucionar los conflictos: por la
fuerza o por medio de una regulación objetiva, que es aceptada por las partes en
conflicto.
Hasta ahora, esta función era la de resolución de conflictos. Sin embargo, en los países
del Derecho continental, esta función no se atribuye exclusivamente al Juez, sino que en
fase legislativa ya se abordan los conflictos, porque el Derecho surge como mecanismo
para resolverlos. Así, el conflicto se convierte en un estímulo para el desarrollo de
nuevas normas.
4. La función de limitación y legitimación de los poderes
sociales
El Derecho busca la legitimación del poder establecido a través del consenso de la
ciudadanía. Se trata de lograr el consenso entre los ciudadanos, procurando su adhesión
al modelo organizativo que se inscribe en las normas jurídicas.
La legitimación implica que el Derecho limita el poder, organizándolo, sometiéndolo a
determinadas formas.
La organización jurídica dota al poder de una mayor estabilidad, pero al mismo tiempo,
limita su alcance, lo que nos aleja de la posibilidad de ser un poder arbitrario.
5. La función promocional de la justicia y el bienestar de
los ciudadanos
Esta función implica una posición activa del Derecho y del Estado, con la intención de
promover situaciones más justas.
El individuo es estimulado a realizar determinados comportamientos a través de una
serie de alicientes o compensaciones.
En esta función hay que distinguir las técnicas promocionales (incentivos, premios, etc.)
de los fines que se pretenden promocionar. Dentro de estos fines cabe destacar los
fines generales o los fines de valores, que sean considerados buenos por el
Derecho, bien por su utilidad, bien por sus principios
UNIDAD DIDÁCTICA II
LA NORMA JURÍDICA Y SISTEMA NORMATIVO
TEMA 6: TEORÍA DE LA NORMA JURÍDICA
I. Naturaleza de la norma jurídica: Concepto y clases
En el ámbito de la Teoría General del Derecho, uno de los campos principales de
investigación se centra en la elaboración de una Teoría de la Norma Jurídica, al
considerar que las normas jurídicas son las piezas fundamentales y la principal
manifestación del Derecho.
Según como configuremos la norma jurídica, la definición que obtenemos será
diferente.
1. Teoría acerca de la norma jurídica
1.1 Tesis imperativistas
Definen a las normas jurídicas como una orden, mandato o imperativo.
Su origen se sitúa en la doctrina de AUSTIN. Para este autor, las normas jurídicas son la
expresión de un deseo que obliga al destinatario, ya que va acompañado de la amenaza
de un daño que recaerá sobre quién no realice las conductas mandadas.
Según esta tesis, el mandato lo configura la existencia de un sujeto u órgano con poder
para garantizar la amenaza de un mal o daño, en el caso que no se cumpla.
Las principales objeciones a esta tesis parten de la necesidad de diferenciar entre poder
y autoridad, ya que lo que caracteriza las normas jurídicas de las simples órdenes es el
requisito de provenir de una autoridad legítima. Por otra parte, esta tesis impide que las
normas tengan una validez normativa objetiva, ya que plantea la necesidad que exista
una relación personal entre mandante y mandatario.
La doctrina de OLIVECRONA concibe a las normas jurídicas como imperativas,
impersonales, es decir, mandatos dirigidos a un conjunto de destinatarios que
tienen como finalidad dar instrucciones sobre la conducta a seguir.
Esta doctrina plantea los inconvenientes de que no puede constatarse la eficacia de las
normas jurídicas y de que éstas conviven con otras normas que tienen otros objetivos.
La doctrina de HART distingue entre las normas primarias, que exigen
determinadas conductas e imponen deberes, y las normas secundarias, que
confieren potestades o derechos y en las que distingue tres tipos: la reglas de
reconocimiento, las reglas de adjudicación y las reglas de
cambio, según se refieran a la creación, modificación o extinción de las normas
primarias. De la unión de las reglas primarias y secundarias surgiría el
ordenamiento jurídico.
1.2 Tesis antiimperativistas
1.2.1 Teoría de la norma jurídica como juicio hipotético
Esta teoría, elaborada por KELSEN, considera que las normas jurídicas son la expresión
de un deber-ser y pretenden regular las conductas humanas a través de unos juicios
hipotéticos que establecen una conexión (deber-ser) entre un hecho y una
determinada consecuencia (sanción).

La vinculación de ambos elementos se basa en el principio de imputación, en


el que las normas jurídicas imputan consecuencias en virtud de que así lo establezca la
norma.
Desde esta perspectiva, las normas jurídicas tienen un carácter esencialmente
sancionador y van dirigidas a los encargados de la aplicación del uso de la fuerza. Éstas
serían consideradas las normas primarias, mientras que las normas dirigidas a los
ciudadanos serían las normas secundarias y se contienen implícitas en las
primeras.
1.2.2 Teoría de la norma jurídica como regla técnica
Según esta teoría, las normas jurídicas han de considerarse instrumentos para la
consecución de fines sociales, por lo que solo proporcionan los medios y
procedimientos a seguir si se desean alcanzar dichos fines.
La principal objeción a esta teoría es que no parece posible que los fines sociales que se
pretenden alcanzar se puedan lograr si se considera a las normas como opcionales, ya
que el cumplimiento del Derecho quedaría supeditado a diferentes razones.
2. Los caracteres de las normas jurídicas
El rasgo que permite diferenciar a las normas jurídicas de otro tipo de normas es su
pertenencia a un sistema que es jurídico y que, por tanto, adquieren el rasgo de
juridicidad que las caracteriza y las distingue. Otros rasgos de las normas jurídicas
son:
- Generalidad: se dirigen y vinculan a toda una clase de sujetos. Las normas crean
una serie de tipos jurídicos, estableciendo los derechos y obligaciones que le
corresponden, de forma que cuando cualquier sujeto realiza la conducta que describe el
tipo jurídico, se le aplican los efectos previstos en la norma para ese tipo. Se cumple con
el fin de igualdad.
- Abstracción: las normas jurídicas regulan determinadas clases de conductas,
atribuyendo al hecho de su realización unas determinadas consecuencias jurídicas.
Esto permite a todos los individuos conocer las consecuencias de transgredir las normas.
Se cumple con el fin de seguridad jurídica.
- Normatividad: las normas jurídicas tienen un carácter normativo, ya que
prescriben las actuaciones que deben ser realizadas por los ciudadanos. Para poder
cumplir esta función normativa, las normas deben ser válidas.
- Validez: desde el punto de vista formal, las normas serán válidas cuando hayan
sido creadas por órganos legitimados y capacitados para su creación.
Desde punto de vista material, las normas deben respetar las normas superiores que
contengan los principios y valores fundamentales.
II. La estructura de la norma jurídica
Según la doctrina kelseniana, la norma jurídica se compone de tres elementos:
- Supuesto jurídico o de hecho
- Consecuencia jurídica
- Nexo de deber-ser
1. Supuesto jurídico
Se entiende por hecho o supuesto jurídico la condición contemplada por la
norma, cuyo cumplimiento o no genera las consecuencias jurídicas establecidas en ella.
Puede consistir en:
- Un hecho jurídico: fenómeno o acontecimiento natural que genera efectos
jurídicos
- Un acto jurídico libre: realizado por aquellos sujetos titulares de un derecho
subjetivo que les faculta para desarrollar determinados actos jurídicos
- Un acto jurídico obligado: consiste en la realización de aquellas prestaciones
que
han de ser realizadas como consecuencia del deber jurídico impuesto por la norma.
- Situación jurídica: genera consecuencias jurídicas permanentes surgidas por el
estatus que los sujetos ocupan en el ámbito de las relaciones sociales.
Los supuestos jurídicos pueden ser, según las condiciones que contengan en su
enunciado:
- Simples: contienen una condición
- Complejo: contienen varias condiciones hipótesis
Según si el supuesto jurídico genera consecuencias por sí mismo o necesita conectarse
con otros para producir sus efectos, el supuesto será independiente o
dependiente.
Los supuestos jurídicos pueden surtir efecto desde el momento de su realización
(eficacia inmediata) o puede quedar condicionado a que se produzca un suceso
futuro (eficaz mediata).
2. El deber-ser
Es el nexo que vincula el supuesto jurídico con la consecuencia jurídica
y se basa en el principio de imputación o de atribución, que provoca que
las consecuencias planteadas en las normas jurídicas se vinculen con los hechos solo
porque así lo establece la norma.
3. La consecuencia jurídica
Hace referencia a los efectos que se derivan por haberse realizado el supuesto jurídico
previsto en la norma.
Las consecuencias jurídicas presentan diferentes naturalezas:
- Cuando el supuesto jurídico es una prohibición, la consecuencia será una
sanción.
- Cuando el supuesto jurídico es una obligación, la consecuencia será directa si
se
cumple, o indirecta o subsidiaria, si no se cumple, lo que consiste en
consecuencias alternativas.
Las normas pueden contemplar diferentes efectos jurídicos, dependiendo de la voluntad
de las partes o de lo que dispongan los encargados de aplicarlas (consecuencias
jurídicas indeterminadas). Sin embargo, hay que tener en cuenta que existen
supuestos en los que las consecuencias están absolutamente tasadas
(consecuencias jurídicas determinadas).
III. Pluralidad (diversidad) de las normas jurídicas
1. Clasificación de las normas jurídicas
1. Atendiendo a la función que la norma pretende desempeñar, se
diferencia entre:
- Normas de conducta: aquellas que de forma directa e inmediata pretenden
regular un comportamiento determinado y que suelen consistir en hacer u omitir la
conducta señalada. Pueden ser:
a) Preceptivas: prescriben una conducta concreta.
b) Prohibitivas: prohíben una conducta concreta.
c) Permisivas: autorizan, de manera excepcional, transgredir las anteriores.
- Normas de organización: pretenden instaurar los mecanismos que aseguren
la
convivencia social, por lo que determinan la estructura y funcionamiento del Estado.
Pueden ser:
a) Declarativas: indican qué sentido ha de atribuirse a los conceptos.
b) Interpretativas: contienen los criterios que deben seguirse para comprender la norma.
c) Procedimentales: fijan los mecanismos que deben utilizarse para crear nuevas
normas.
d) De competencia: señalan las funciones que corresponden a los distintos órganos.
2. Atendiendo al sujeto u órgano del cual emanan, pueden distinguirse
entre:
- Leyes: normas jurídicas dictadas por los órganos del Estado
- Normas consuetudinarias: originadas a través de la costumbre
- Normas jurisprudenciales: procedentes de la actividad judicial
- Normas contractuales: disposiciones establecidas por las partes en los
contratos
3. Atendiendo al grado de vinculación con los destinatarios, se
distingue entre:
- Normas taxativas (ius cogens): obligan a los destinatarios
- Normas dispositivas: establecen una regulación cuando los sujetos no hayan
estipulado nada al respecto.
4. Atendiendo a dónde y cuándo deben ser cumplidas, las normas
pueden ser:
- Dentro del ámbito temporal:
a) Ilimitadas: es la norma general, las normas se dictan con pretensión de vigencia
ilimitada.
b) Limitadas: algunas normas se dictan con un plazo de vigencia concreto.
- Dentro del ámbito espacial:
a) Normas internacionales: su vigencia abarca más de un Estado
b) Normas federales: se aplican al territorio resultante de la unión de diversos Estados
c) Normas nacionales: tienen vigencia en el ámbito territorial de un Estado. Se pueden
distinguir diferentes tipos en función de la estructura estatal. En España, se puede
diferenciar entre estatales, autonómicas y locales.

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