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E. La letra mayúscula 'E' (primera EBERHARD (JOHANN AUGUST) de Leibniz, de modo que lo que es
vocal del término nego) es usada en (1739-1809), nac. en Halberstadt, es- verdadero en Kant se halla ya en
la literatura lógica para representar tudió en Halle, recibiendo la in- Leibniz. Por otro lado, lo que no se
simbólicamente la proposición uni- fluencia de Baumgarten y Wolff. Los halla en Leibniz, es erróneo. En el
versal negativa, negatio universalis, debates en torno a su Nueva apología citado trabajo Eberhard intentó dar
uno de cuyos ejemplos es la pro- de Sócrates (véase bibliografía) estu- una prueba de la realidad objetiva
posición: vieron a punto de arruinar su carrera del "concepto" de razón suficiente, y
eclesiástica, pero protegido por el Ba- una prueba de la realidad objetiva del
Ningún hombre es mortal.
rón vor der Horst, en cuya casa había concepto de simplicidad en los obje-
En textos escolásticos se halla con sido tutor, obtuvo un puesto de predi- tos de experiencia; y propuso un mé-
frecuencia el ejemplo (dado por cador en Charlottenburg. En 1778 fue todo para pasar de lo sensible a lo no
Boecio): nombrado profesor de filosofía en la sensible. Todos los argumentos de
Nullus homo iustus est, Universidad de Halle. Schleiermacher Eberhard fueron contestados por Kant
siguió, en 1787, los cursos de Eber- en su escrito Über eine Entdekcung
y en multitud de textos lógicos la le- hard. nach der alle neue Kritik der reinen
tra 'A' sustituye al esquema 'Ningún Eberhard es considerado como uno Vernunft durch eine ältere entbehrlich
S es P', sobre todo cuando se intro- de los miembros de la llamada "es- gemacht werden soll, aparecido en
duce el llamado cuadro de oposición cuela de Leibniz-Wolff". Su interés 1790 (Sobre cierto descubrimiento de
(VÉASE). principal consistió en desarrollar una que cualquier nueva crítica de la ra-
En los textos escolásticos se dice "filosofía ilustrada" capaz de propor- zón pura se ha hecho superflua frente
de E que negat universaliter o gene- cionar interpretaciones racionales de a otra más antigua), a veces conocido
raliter, niega umversalmente o gene- las cuestiones fundamentales éticas y como Respuesta a Eberhard. Eberhard
ralmente. También se usa en dichos teológicas. En su teoría del conoci- criticó asimismo la filosofía de Fichte,
textos la letra 'E' para simbolizar ks miento Eberhard propuso una distin- pero defendió a éste contra la acusa-
proposiciones modales en modus afir- ción entre el sentir y el pensar corres- ción de ateísmo en la llamada "disputa
mativo y dictum negativo (véase MO- pondiente a la distinción entre la pa- sobre el ateísmo".
DALIDAD), es decir, las proposiciones sividad y la actividad de la concien-
del tipo: cia. Aunque esta distinción parece si-
Es imposible que p, milar a la establecida por Kant entre
sensibilidad y entendimiento, hay con-
donde 'p' simboliza un enunciado siderable diferencia al respecto entre
declarativo. Eberhard y Kant. Por lo demás,
La letra 'E' (en cursiva) es usada Eberhard es conocido hoy sobre todo
por Lukasiewicz para representar la como un adversario de la filosofía crí-
conectiva 'si y sólo si' o bicondicio- tica de Kant, la cual juzgó como una
nal (v. ), que nosotros simbolizamos inadecuada versión de la "crítica de
por ' = '. 'E' se antepone a las fór- la razón" leibniziana. Eberhard fundó
mulas, de modo que 'p = q' se es- dos revistas: el Philosophisches
cribe en la notación de Lukasiewicz 'E Magazin, en Halle, del que aparecie-
p q'. ron cuatro volúmenes (1788-1789) y el
El mismo autor ha usado 'E' para Philosophisches Archiv (1792-1794). En
representar el cuantificador univer- uno y otro Eberhard y diversos
sal negativo. 'E' se antepone a las autores se opusieron tenazmente a la
variables 'a', 'b', 'c', etc., de tal modo filosofía kantiana como desorganizadora
que 'E a b' se lee 'b no pertenece a del saber filosófico y a la vez la
ningún a o 'ningún a es b'. consideraron como una mera repeti-
Para distinguir entre 'E' en el sen- ción de Leibniz (o de Berkeley). En
tido del último y del penúltimo pá- la Parte III del tomo I del Philoso-
rrafos, Lukasiewicz a veces ha em- phisches Magazin Eberhard lanzó un
pleado 'Y' en lugar del cuantificador ataque a Kant intentando mostrar que
universal negativo 'E'. las tesis de Kant son esencialmente las
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ECC ECK ECK
Véase O. Ferber, Der philosophisclie denheit, erróneamente traducido a ve- Utrum in corpore Christi) la idea que
Streit zwischen I. Kant und J. A. E., ces por "desapego", "separación" o el Maestro Eckhart se hace de Dios
1894 (Dis.). — Κ. Lungwitz, Die "resolución") y en los diversos Ser- es una idea en la que aunque hay
Religionsphilosophie Eberhards, 1911. mones—, el Maestro Eckhart introdu- igualdad entre el essc de Dios y su in-
— G. Draeger, /. A. Eberhards Psy- ce una serie de términos que son a telligere, lo que hubo en un princi-
chologie und Aesthetik, 1915 (Dis.).
veces traducciones de autores con los pio era el intelligere (el "Logos", la
ECCEIDAD. Véase HAECCEIDAD. que estaba más familiarizado (Pla- "Palabra"), por lo que el esse o el he-
ECKHART (Maestro Eckhart, tón, especialmente el Timeo; San cho de ser un ens no es por sí mismo
Meister Eckhart, Magister Eccardus) Agustín; Santo Tomás de Aquino), un predicado suficiente. De ahí que,
(ca. 1260-1327) nac. en Hochheim pero cuyo sentido no es siempre el de desde el punto de vista del "mero ser"
(Turingia). Hacia 1275 ingresó en el los vocablos originarios. Así ocurre con (que no es el "pleno ser" o el "ser
monasterio dominico de Erfurt, pa- el citado término Abgescheidenheit, en pureza), Dios aparezca como algo
sando luego a Colonia donde recibió, con Bild (que traduce ymago), con que "no es". Pero Dios no es simple-
en 1302, el título de magister sacrae Inne Sein e Inne Bleiben ("recoger- mente ser, porque es "más que ser".
theologie. En 1303 fue nombrado se en sí mismo"), Nihte o Nihtes, Cierto que en el posterior Opus tri-
Provincial de la Orden dominicana en Nihte (el actual Nichts, que no es "la partitum, el Maestro Eckhart declara
Sajonia, siendo, además, desde 1307, nada", sino "la pobreza", pero una que Dios es esse. Pero este esse es
Vicario de Bohemia. De 1311 a 1314 "pobreza" con sentido "ontológico" ), perfecta y completa unidad, la cual
residió en París (que había ya visi- y otros. El Maestro Eckhart predica es la unidad del intelligere. Ahora
tado en 1303-1304), donde recibió los el desinterés [que, una vez más, no bien, puesto que nada hay fuera de
grados académicos superiores. Desde es "reclusión" o "retiro"] y lo coloca la perfecta unidad, puede concluirse
1320 fue magister theologiae en el por encima del amor. Una razón de que nada hay fuera de Dios. Esta es,
Studiam generale dominico de Colo- ello es aunque "lo mejor del amor es dicho sea de paso, una de las tesis
nia. Las ásperas disputas teológicas que me fuerza a amar a Dios", es me- que han llevado a algunos a conside-
entre dominicos y franciscanos fueron jor para mí "mover a Dios hacia mí rar al Maestro Eckhart como un autor
probablemente una de las causas de que yo moverme hacia Él, pues mi panteísta. Pero decir que "fuera de
que, hacia 1326, algunos considera- bienaventuranza eterna consiste en Dios no hay nada" es como decir que
ran sus enseñanzas sospechosas. En que yo y Dios seamos uno, y Él puede "fuera de la Existencia nada existe",
1327 tuvo que justificarse ante la encajarse y unificarse mejor conmigo o, si se quiere, que todo lo que existe
Corte del Arzobispo de Colonia, que que yo con Él". Otra razón es que se mide por su relación con la
era franciscano. El proceso iniciado "el amor me obliga a sufrir por mor Existencia. Por otro lado, no hay, se-
en Colonia terminó en 1329, dos años de Dios, en tanto que el desinterés gún el Maestro Eckhart, nada tan dis-
después de la muerte del Maestro me hace sensible únicamente a Dios" tinto de Dios, el Creador, como lo
Eckhart, con la condenación, por el (esto es, me lleva a "no poder recibir creado y las criaturas. Así, pues, pa-
Papa Juan XXII, en Aviñón, de 28 sino a Dios"). rece que el Maestro Eckhart subraya
proposiciones. Todo esto lleva a considerar al tanto la fusión como la separación. Y
El Maestro Eckhart es considerado Maestro Eckhart como un místico, y, así es, en efecto. En parte ello puede
como uno de los iniciadores de la fi- además, como un místico para el cual deberse a que hay "períodos" en el
losofía alemana y, en todo caso, como la teología negativa es superior a la pensamiento de Eckhart. En parte a
uno de forjadores, si no el primer for- positiva. Se ha indicado que las fuen- que hay, como en muchos autores,
jador, del idioma alemán como len- tes de la teología negativa y mística "inconsistencias". Pero en parte tam-
guaje filosófico y teológico. El Maes- del Maestro Eckhart se hallan en la bién a que el Maestro Eckhart piensa
tro Eckhart predicó en alemán y es- tradición neoplatónica y del Pseudo- en forma "antinómica", única que
cribió en este idioma parte de sus Dionisio, lo cual puede ser cierto si puede poner de relieve el carácter
obras, empezando con el folleto Das se tiene en cuenta que él mismo se "profundo" de las cuestiones teológi-
sint die rede der unterscheidunge. Es- refiere al Liber de causis y que (se- cas y, en general, de la "vida reli-
tos son los discursos de instrucción gún algunos autores) recibió la in- giosa".
[del Vicario de Turingia y Prior de fluencia de Dietrich de Freiberg, el Este carácter antinómico del pen-
Erfurt, Maestro Eckhart], escrito hacia cual a su vez fue influido por Pro- samiento de Eckhart se manifiesta en
1300. En estos "discursos de instruc- clo. Hay que tener en cuenta, sin em- la famosa doctrina del alma como
ción" el Maestro Eckhart recomienda bargo, que el Maestro Eckhart, aun "centella" (vünkelin, vünke-, en latín:
la obediencia y el no prestar atención si lo consideramos como un místico, scintilla). Según indica G. Faggin (op.
a los bienes temporales, pero no para no es simplemente un místico que tra- cit. infra, Parte I, cap. V), Eckhart
oponerse ascéticamente a éstos, sino duce los términos de la teología en da muy diversos nombres a esta "cen-
sencillamente para no ocuparse de términos de alguna "experiencia per- tella" o "chispa"; además de vünkelin,
ellos, tomándolos como vengan. Ade- sonal". El Maestro Eckhart es asimis- vünke, tenemos bürgelin der sele (cas-
más, habla de "tener en uno la reali- mo teólogo, y no siempre su teología tillo del alma), grunt der sele (fondo
dad de Dios" en tal forma que todo es "negativa". Lo que sucede es que, del alma), zwic (brote), huote des
"refleja a Dios y sabe a Él". En otros como consta ya en sus diversas Quaes- geistes (roca del espíritu), razón
textos alemanes —por ejemplo, en El tiones ( las quaestiones Utrum in Deo, (vernünfticheit) — y, en latín: do-
Libro de la divina confortación, en su Utrum intelligere Angeli, Utrum laus; mus dei; abditum animae o abditum
escrito sobre el desinterés (Abgeschei- y las posteriores Aliquem motum, cordis, anima muda y synteresis [véa-
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se SINDÉRESIS]. "La teoría eckhartiana
—escribe Faggin— tiene sus genui-
nos antecedentes históricos en el 'cen-
tro del alma' de Plotino y en la 'flor
del intelecto' de Proclo, y me parece
que interpreta el espíritu auténtico de
la doctrina neoplatónica: pero tiene
sus anticipaciones, bastante frecuen-
tes aunque inspiradas por mayores ga-
rantías, también en la mística cristia-
na latina, especialmente en Agustín
[quien la llama acies cordis o agudeza
del corazón] y en Buenaventura"
(Faggin, op. cit., trad. esp., págs. 172-
73). En todo caso, la "centella del
alma" es el fondo último del alma.
Dios se une al alma, por así decirlo,
"en su centella". La "centella" del al-
ma no se limita a comprender a Dios
como Verdad o a quererlo como el
Bien: se une a Él. Lo cual parece con-
ducir a la idea de una identificación
de la "centella del alma" (scintilla ani- ECLECTICISMO, Diógenes Laer-
mae) con Dios y, además, con un cio (Proem., 21) habla de un filósofo,
Dios cuya unidad radical trasciende llamado Potamón (VÉASE), de Alejan-
por completo la diversidad de las Per- dría, que seleccionó lo mejor de las
sonas. Pero, por otro lado, esta iden- opiniones de cada escuela. Con ello in-
tificación es presentada como la que trodujo lo que Diógenes Laercio llama
existe entre la imagen y el modelo. e)klektikh/ a)i/resij que significa lite-
Junto a todo ello, debe considerarse ralmente "escuela [o secta] seleccio-
que el lenguaje usado por el Maestro nadora" (de e)kle/gein), = 'seleccionar',
Eckhart en sus obras en alemán, y es- 'elegir','recoger',etc. )Eklektikh\ a)i/resij
pecialmente en los Sermones, es un se transcribe usualmente como "es-
lenguaje más "exhortativo" que "de- cuela ecléctica", y la tendencia a se-
clarativo". Por lo tanto, es un lengua- leccionar o elegir en el sentido apun-
je que se dirige a los fieles con el fin tado recibe el nombre de "ecleticis-
de producir —o "suscitar"— en ellos mo". Así, el eclecticismo es un "selec-
una elevación y a la vez un recogi- cionismo".
miento sin los cuales no habría posi- La tendencia eclética en cuanto ten-
bilidad de "estar presentes" a Dios. dencia a seleccionar lo que se estima
La conclusión más razonable res- "lo mejor" de cada doctrina se mani-
pecto a las doctrinas del Maestro festó con frecuencia dentro del pe-
Eckhart es que éstas constituyen una ríodo llamado helenístico-romano.
trama compleja en la que se mezclan Ciertos autores, como Cicerón, son
diversas tradiciones y a la vez las exi- llamados con frecuencia "eclécticos".
gencias de la predicación. Ello no sig- Se han considerado asimismo como
nifica que el pensamiento de Eckhart eclécticos muchos autores de la Aca-
carezca de unidad. Pero es improba- demia platónica (VÉASE) y no pocos
ble que esta unidad sea sólo la de la peripatéticos (VÉASE). Durante mucho
mística basada en la teología negativa, tiempo fue habitual llamar eclécticos
o la de un tomismo con tendencias a casi todos los autores neoplatónicos
neoplatonizantes, o la de un "germa- (Cfr. infra). Ello ha llevado a identifi-
nismo "incipiente pero ya en lucha car el eclecticismo con el sincretismo
contra la "ortodoxia". (VÉASE). Sin embargo, otras veces se
Se suele considerar como "conti- distingue entre "eclecticismo" y "sin-
nuadores" del Maestro Eckhart a Juan cretismo" por las varias razones indi-
Tauler (1300-1361), Enrique Suso (ca. cadas en el artículo sobre este último
1295-1365), ambos autores de textos concepto.
exhortativos y místicos en alemán y En la época en que algunos autores
de algunas obras latinas, y, sobre todo, cristianos comenzaron a asimilar doc-
a Juan Ruysbroek (VÉASE ). trinalmente la tradición intelectual
griega, el eclecticismo respecto a esta
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tradición fue considerado como muy los filósofos que los han defendido y "dogmáticos". Puede preguntarse si
aceptable. Así sucede, por ejemplo con con la sola intención de alcanzar la son eclécticos los autores (especial-
San Clemente, el cual manifiesta que verdad, por lo cual la filosofía ecléc- mente los autores modernos ) que con-
hay algo bueno en cada escuela fi- tica no es en modo alguno compara- fiesan estar interesados en diversas
losófica (griega), de modo que pue- ble con la "sincrética" (véase SINCRE- doctrinas —los que dicen ser "amigos"
den usarse ciertas doctrinas filosófi- TISMO). Ejemplos de eclécticos mo- de Platón, Aristóteles (y Suárez, Ra-
cas griegas siempre que sea como me- dernos son los gassendistas carte- mus, Descartes, etc.)—, pero indican
dios y no como fines. "Por otro lado sianos, los newtonianos, los leibnizia- que "prefieren la verdad", siguiendo
—escribe San Clemente (Stromata, I, nos, etc. (Bruckner, Historia, tomo IV el famoso apotegma Plato amicus sed
vii, 37, 6)— cuando digo 'filosofía' [1774]). magis amica veritas. Es difícil dar una
no entiendo por ello la del Pórtico, o Muchas de las informaciones y de respuesta tajante a esta pregunta, por-
la de Platón o de Epicuro o de Aris- las ideas de Jacob Bruckner sobre el que todo depende del modo como se
tóteles; sino que cuanto se ha dicho desarrollo de la "secta ecléctica" se integran las diversas doctrinas en "la
de bueno en cada una de estas es- hallan reproducidas en el artículo verdad". En vista de estas dificultades
cuelas y que nos enseña la justicia "Ecléctisme" en la Encyclopédie (véase es tentador renunciar a los términos
junto con la ciencia de piedad, eso es ENCICLOPEDIA). Como podría es- 'eclecticismo' y 'ecléctico'. Sin embar-
la selección [o conjunto] que llamo perarse, el autor de este artículo apro- go, puede intentar precisarse el senti-
filosofía" (tou=to su=mpan to\ e)kleltilo/n vecha la oportunidad para expresar do de 'eclecticismo' de varios modos.
filosofi/an fhmi/). sus opiniones al respecto. Por ejemplo, 1. Pueden calificarse de "eclécti
Las doctrinas eclécticas abundaron escribe de Juliano el Apóstata: "azote cos" a los filósofos que no son "secta
durante el Renacimiento especialmente del Cristianismo, honra del eclec- rios" o "dogmáticos". En este caso,
en los autores que de algún modo ticismo". El eclecticismo es presenta- el adjetivo 'ecléctico' es más negativo
aspiraron a conciliar las principales do como "una doctrina harto razona- que positivo y se aplica a número con
"escuelas" (como las "escuelas" de ble" practicada antes de que surgiera siderable de pensadores.
Platón, Aristóteles y los estoicos). En su nombre por los antiguos y revivida 2. Puede llamarse ecléctica en un
el siglo XVIII se tendió a considerar el por modernos tales como Girolamo sentido más estricto a la filosofía de
eclecticismo como una "secta filosó- Cardano, Francis Bacon, Tommaso Victor Cousin y de sus partidarios.
fica", la secta ecléctica, de muy larga Campanella, Descartes, Leibniz y otros El propio Cousin (VÉASE ) se consi
historia. En su Historia critica philo- autores. Doctrinas eclécticas, a su en- deró a sí mismo como "ecléctico" y
sophiae (tomo II [1742], págs. 189- tender, son el "cartesianismo", el su doctrina es llamada con frecuencia
462), Jacob Brucker se extiende casi "leibnizianismo" y "los seguidores de "esplritualismo ecléctico". Debe ob
interminablemente sobre la "secta Thomasius". Todo ello no significa servarse que para Cousin el eclecticis
ecléctica". Según Bruckner, la secta que los principios de "los eclécticos" mo es a la vez una posición filosófica
ecléctica se originó (genuit) de la sec- sean buenos sin reservas. Así, por y una determinada fase en la histo
ta platónica. El método propio de la ejemplo, los "principios de la dialécti- ria de la filosofía. La posición filo
secta ecléctica consiste en elegir de ca de los eclécticos" son oscuros por sófica consiste en la adopción de un
todas las demás sectas las opiniones tratarse en su mayor parte de "ideas criterio en vista del cual se seleccio
que son más "apropiadas a la verdad" aristotélicas tan quintaesenciadas y nan las doctrinas del pasado. Por eso
y más "apropiadas para ser unidas con tan refinadas, que lo bueno se ha eva- Cousin escribió: "No aconsejo, cier
las propias meditaciones". En rigor, la porado de ellas, de modo que se ha- tamente, ese ciego sincretismo que
secta ecléctica es antiquissima y ofrece llan en todo instante muy cerca de la perdió a la escuela de Alejandría y
numerosos ejemplos: los pitagóricos verborrea". Tales principios, lo mismo que intentaba aproximar por la fuerza
sacaron (seleccionaron) algo de los que los de la cosmología y teología de los sistemas contrarios. Lo que reco
egipcios; Platón, de "la filosofía los eclécticos proceden en su mayor miendo es un eclecticismo ilustrado
itálica, socrática, heraclítea", etc. Pero parte de "nuestro muy ininteligible fi- que, juzgando con equidad e inclusi
de un modo propio la "secta eclécti- lósofo, Plotino". ve con benevolencia todas las escue
ca", cuando menos la antigua, está Actualmente no se habla ya de "es- las, les pida prestado lo que tienen de
constituida sobre todo, según Bruck- cuela ecléctica" o de "secta ecléctica" verdadero y elimine lo que tienen de
ner, por autores que hoy se estiman en virtud de la distinta imagen que, falso. Puesto que el espíritu de partido
neoplatónicos (Plotino, Porfirio, Ame- a partir de Hegel sobre todo, se tiene nos ha dado tan mal resultado hasta
lio, Proclo, Suriano, Damascio, Jám- de la historia de la filosofía (véase el presente, ensayemos el espíritu de
blico), así como por Juliano el Após- FILOSOFÍA [HISTORIA DE LA ]. Tampoco conciliación" (Du Vraie, du Beau, du
tata. Bruckner presenta un número se consideran necesariamente como Bien. Discurso preliminar). El eclec-
(muy elevado) de "tesis" de la "secta "eclécticos" los filósofos que Bruckner tismo, según Cousin, no disuelve la
ecléctica" que son en gran parte "te- y la Encyclopédie nombraban tales. filosofía en su historia. Por el contra
sis neoplatónicas". En cuanto a la "re- Acaso se considerarían como eclécti- rio, "la crítica de los sistemas exige
surrección de la filosofía ecléctica" en cos a Cicerón o a Andrónico de Rodas, casi un sistema, y la historia de la filo
la época moderna, no se trata sola- pero sólo en tanto que no resulta siem- sofía se ve obligada a pedir prestada,
mente de una tendencia a restaurar la pre fácil adscribirlos a una determi- por lo pronto, a la filosofía la luz que
antigua secta ecléctica, sino más bien nada "escuela". Los "leibnizianos" y debe devolverle oportunamente con
de la tendencia a aceptar principios los "wolffianos" no serían llamados creces" ( loc. cit.). Puede verse que el
claros y evidentes sean cuales fueren hoy "eclécticos", sino por ventura eclecticismo de Cousin es resultado de
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una "actitud" conciliadora, tolerante brevemente en qué consisten cada tóricas y espirituales de k actividad
y esencialmente "moderada". Por me- uno de estos análisis. económica humana.
dio de esta actitud se intenta "salvar" En tanto que objeto de una onto- En lo que toca al segundo punto
el pasado pero no restituirlo íntegra- logía descriptiva, la economía es con- —la "economía del pensamiento" o
mente. siderada como una actividad humana "economía del pensar"—, el concepto
3. Pueden subrayarse varios ele- destinada a la producción de ciertos de economía es primordialmente un
mentos presentes, totalmente o sólo en valores de utilidad. La ontología de concepto metodológico o, si se quiere,
parte, en toda tendencia ecléctica. Al- la economía es, pues, una de las lla- gnoseológico-metodológico. Se ha ha-
gunos de estos elementos han sido in- madas "ontologías regionales". Como blado al respecto de un "principio
dicados en [1] y [2]: son principal- lo producido son valores, la ontología de economía" (y, más propiamente,
mente la oposición al dogmatismo y en cuestión se yuxtapone a una axio- de una "regla de economía"). No
el radicalismo en nombre de la tole- logía o teoría de los valores útiles, debe confundirse este principio con el
rancia y la conciliación. Otros elemen- y en ocasiones a ciertas partes de la de la menor acción, pues mientras el
tos son: la busca de un criterio de antropología (v.) filosófica. último tiene alcance físico y metafí-
verdad que permita no sólo justificar En tanto que objeto de una epis- sico, el primero tiene alcance metodo-
las propias posiciones, sino también temología de las ciencias naturales, lógico, gnoseológico o metodológico-
posiciones adoptadas desde otros pun- la economía es considerada como una gnoseológico. El principio de la me-
tos de vista; la busca de una armo- actividad humana sometida a ciertas nor acción es un principio de carácter
nía (VÉASE) entre posiciones aparen- leyes de acuerdo con las cuales tiene sumamente general al cual se supone
temente contrarias, pero que, "en el lugar la producción de bienes, su dis- que "se pliegan" todos los procesos
fondo", se estima concordantes. El tribución y su consumo. Tal episte- naturales, y más específicamente los
eclecticismo no es entonces un sin- mología alcanza sus mayores triunfos procesos mecánicos. El principio de
cretismo — por lo menos si defini- cuando prescinde, en la medida de economía establece que, dados dos
mos a éste como una tendencia a fu- lo posible, de factores históricos (o métodos (o, en general, dos modos o
sionar elementos simplemente por el histórico-psicológicos) y cuando se formas de pensamiento) con vistas a
deseo de fusionarlos. No es tampoco refiere a la actividad económica que llevar a cabo descripciones, análisis,
un integracionismo (VÉASE ), en el tiene lugar en sociedades cuantitati- demostraciones, etc., debe preferirse el
cual hay una cierta tendencia "dia- vamente importantes y relativamente método que alcance iguales resulta-
léctica" que no se halla en el eclec- niveladas. Todo lo "espiritual" —sea dos con menor número de medios
ticismo. El sincretismo es mera acu- en sentido subjetivo u objetivo— es (conceptuales) — si se quiere, con
mulación; el integracionismo pretende eliminado del análisis epistemológico menor número de supuestos, reglas,
ser una creación. Por otro lado, el naturalista. conceptos, etc. El principio de econo-
eclecticismo no es —o no es necesa- En tanto que objeto de una epis- mía puede aplicarse a los llamados a
riamente— ese mosaico de que habla- temología de las ciencias del espíritu, veces "sistemas ideales" lógica, mate-
ba Simmel, mosaico compuesto con la economía es considerada como una mática, etc.), lo mismo que a lo que
fragmentos de ideas enteramente da- de estas ciencias. Sin desconocerse podría calificarse de "sistemas reales"
das y con cristalizaciones dogmáticas. sus bases naturales, se estima entonces (la Naturaleza o parte de ella, la cul-
La característica más saliente del que los bienes calificados de econó- tura o parte de ella, etc.).
eclecticismo parece ser la moderación micos pueden ser tales únicamente Una de las formulaciones más co-
constante, inclusive con respecto a la cuando el espíritu subjetivo u objeti- nocidas del principio de economía es
propia actitud ecléctica. Por eso el vo (o ambos) les han impuesto sus la regla Entia non sunt multiplicanda
eclecticismo no es tampoco un histo- determinaciones. La economía en sen- praeter necessitatem. En el artículo
ricismo ( VÉASE ). tido científico-espiritual se preocupa, dedicado a esta regla (véase ENTIA,
ECONOMÍA. En dos sentidos pue- pues, por ello grandemente de las etc.), nos hemos referido a sus diver-
de examinarse el concepto de econo- condiciones psicológicas de la produc- sas formulaciones. Nos limitaremos
mía desde el punto de vista filosófico: ción económica y en particular de las aquí a señalar que esta regla es ad-
desde el ángulo de la fundamentación condiciones históricas, llegando —en mitida, implícita o explícitamente, por
filosófica de la economía (o reflexión las direcciones más historicistas— a casi todos los filósofos y científicos.
filosófica sobre la economía) y desde hacer depender la forma de la econo- Los filósofos que no parecen haber
el ángulo de la cuestión de la llamada mía de la historia, y no viceversa. economizado medios conceptuales no
"economía del pensamiento" — al Conviene observar que los tres ti- son necesariamente enemigos del prin-
que nos hemos referido asimismo en pos de análisis antes mencionados no cipio de economía. Lo más probable
otros artículos (véase ACCIÓN [ΡRIΝ- se presentan nunca en toda su pure- es que, confrontados con cualquier
CI PI O DE LA M EN OR ] y EN TI A NON za y que la mayor parte de las filo- crítica relativa a la abundancia de me-
SUNT MULTIPLICANDA PRAETER NE- sofías de la economía incluyen los dios conceptuales por ellos emplea-
CESSITATEM ). tres puntos de vista si bien con pre- dos, dichos filósofos respondan que
En lo que toca al primer punto, el dominio de uno de ellos. Una concep- no hay tal "abundancia" y que si em-
concepto de economía puede ser ob- ción integradora de la filosofía de la plean más conceptos que otros filó-
jeto de una ontología descriptiva, de economía comenzaría con una onto- sofos es porque quieren expresar algo
una epistemología de las ciencias na- logía descriptiva, seguiría con un aná- que los últimos no han alcanzado a
turales y de una epistemología de las lisis científico-natural y terminaría ver o a comprender. Sin embargo, el
ciencias del espíritu. Reseñaremos con un estudio de las condiciones his- principio de economía como regla ex-
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plícita ha sido destacado especialmente nomía del pensar". Ello ocurre, a
por varios filósofos a partir de las nuestro entender, sobre todo con el
últimas décadas del siglo XIX. Entre operacionalismo ( VÉASE ).
estos filósofos se han distinguido Rus- Según V. Jankélévith ("Signification
sell, Mach y Avenarius ( VÉANSE ). spirituelle du principe d'économie",
Russell ha tratado el principio de eco- Revue philosophique de la France et de
nomía sobre todo en la lógica; Mach, l'Étranger, 53a année (1928), 88-126,
sobre todo en la física y en la episte- incorporado en su libro L'Alternative
mología; Avenarisus, sobre todo en la [1938], Cap. II), "hay que ser
epistemología como estudio de la "tra- pragmatista para creer todavía en el
ma de la experiencia". De estos tres principio de economía". Este principio
filósofos es probablemente Avenarius forma, según dicho autor, "la espina
el que ha colocado el principio de eco- dorsal de una teoría utilitaria y bioló-
nomía más en el centro de sus ideas. gica de la ciencia" y "traduce la cre-
Simples razones de vocabulario nos ciente indiferencia experimentada por
han llevado a exponer las ideas de los filósofos con respecto al contenido
Avenarius al respecto, así como algu- de las cosas". El principio de econo-
nas de las objeciones suscitadas por mía es adoptado por los que se intere-
las mismas, en el artículo ACCIÓN san únicamente en el "trabajo del es-
(PRINCIPIO DE LA MENOR). Avenarius píritu" y no en "los problemas del es- ECONOMÍA DEL PENSAR (PRIN-
empleo, en efecto, la expresión 'prin- píritu". Ahora bien, es posible encon- CIPIO DE). Véase ECONOMÍA. Tam-
cipio del menor gasto de energía', la trar en dicho principio una significa- bién, ACCIÓN ( PRINCIPIO DE LA ME -
cual ofrece una factura muy similar ción "más profunda" que nos ofrezca NOR).
a la expresión 'principio de la menor el modo de romper el "universo aca- EDDINGTON (ARTHUR STAN-
acción'. Ello no significa que en Ave- bado y administrativo" en el cual pa- LEY) (1882-1944), nac. en Kendal
narius se confundan los dos princi- rece encerrarnos. Jankélévitch habla a (Westmorland, Inglaterra), fue, desde
pios; el principio de Avenarius sigue tal efecto de una distinción entre "eco- 1913, "lumian Professor" de astrono-
siendo esencialmente un "principio nomía cerrada" y "economía abierta". mía y "filosofía experimental" en
del pensar" y no de la realidad. Ejemplos de economía cerrada son: Cambridge. Conocido sobre todo co-
Sin embargo, se ha dicho a veces la limitación del esfuerzo, la reduc- mo astrónomo y físico, aquí destaca-
que, por lo menos en la formulación ción de las realidades a un mínimo; remos las ideas de Eddington de in-
que dieron al principio de economía la sistematización y en particular la terés para la teoría del conocimiento
Mach y Avenarius, resulta poco claro aspiración a la simetría. La economía y filosofía de la Naturaleza.
si se trata de una regla metodológica cerrada no es inventiva sino previsora. Eddington ha considerado los con-
o de una doctrina basada en supuestos Ejemplos de economía abierta son: la ceptos físicos como estructuras men-
biologistas. Según Husserl (Logische idealización de la Naturaleza por el tales por medio de las cuales se
Untersuchuungen; trad, esp.: Investi- espíritu; el hábito ( en el sentido de aprehenden los fenómenos; de la for-
gaciones lógicas. Prolegómenos, § 53), Ravaisson); el "teleoclinismo". La eco- ma de tales estructuras depende la
"como quiera que se formule, el prin- nomía abierta es inventiva y adivina- aprehensión. Por lo tanto, los concep-
cipio [de economía del pensar] tiene toria. Ello no significa que haya un tos físicos no describen de un modo
el carácter de un principio de evolu- abismo entre "las dos economías". invariable la realidad física "en sí
ción o de adaptación que se refiere Ambas se basan en el mismo fenóme- misma". Se ha considerado por ello
a la concepción de la ciencia como no: el "fenómeno mnémico". Pero, que Eddington ha sostenido una epis-
una adaptación de los pensamientos además, una de estas economías —la temología idealista o, cuando menos,
a las distintas esferas de los fenóme- "cerrada o realizada"— aparece como criticista, pero puede asimismo indi-
nos, adaptación lo más adecuada po- una degeneración de la otra — la carse que su epistemología es fuerte-
sible o la que más fuerzas ahorra"; "abierta o generosa". Hay en la eco- mente "simbolista". En todo caso,
por este motivo, el principio de refe- nomía una duplicidad y, con ello, una ciertos conceptos, tales como el de
rencia en Mach y Avenarius tiene, se- "alternativa". permanencia (o, en términos tradicio-
gún Husserl, "un carácter teleológi- nales, "substancia"), son vistos por
co". Eddington como simbolizaciones re-
En la actualidad preocupa poco a sultantes de "selecciones" mentales lle-
los filósofos el modo como el princi- vadas a cabo por el físico. Eddington
pio de economía del pensar fue pre- se ha opuesto al mecanicismo y deter-
sentado por Mach, Avenarius o hasta minismo clásicos en cuanto lo que
Russell. La expresión misma 'econo- podrían llamarse "simbolizaciones In-
mía del pensar' ha caído casi en adecuadas". Interesante es también
desuso en la literatura filosófica con- filosóficamente la teoría física de Edd-
temporánea. Pero ciertas doctrinas ington llamada "teoría fundamental",
epistemológicas parecen ser particu- en la cual llega a resultados simila-
larmente aptas para formular un nue- res a los de la teoría de la relatividad
vo y más riguroso "principio de eco- generalizada, pero sin partir de los
EDU EDU EDU
datos y supuestos einsteinianos. Se ha más usual es que uno implique al puedan proporcionar auxilio en la ci-
alegado en vista de ello que Edding- otro, de tal modo que los procedi- tada labor de esclarecimiento: antro-
ton llegó a tales resultados porque los mientos usados dependen con fre- pología, psicología, sociología, biolo-
conocía de antemano y dispuso su cuencia de los fines generales mante- gía, historia, etc., etc. Ahora bien,
"teoría fundamental" en vista de tales nidos, y éstos a su vez están determi- aun reduciendo la filosofía de la edu-
resultados, pero la cuestión está aún nados en gran parte por los métodos cación a una dilucidación no dogmá-
lejos de estar resuelta. empleados. Esta mutua interdepen- tica del problema educativo (o pro-
dencia se hace patente en las ideas y blemas educativos) es usual (y hasta
métodos de trabajo adoptados por mu- inevitable) que el filósofo opere de
chos educadores, especialmente de los acuerdo con ciertos supuestos. Tal
que no se han limitado a la elabora- ocurre especialmente cuando se trata
ción concreta de métodos y técnicas de sentar, o descubrir, los "fines de la
de aprendizaje específicos. Así, edu- educación". En tal caso desempeñan
cadores como Pestalozzi (v. ) y Georg un papel fundamental ciertas convic-
M. Kerschensteiner (1854-1921) han ciones "previas" —políticas, religio-
sobrepuesto (o sotopuesto) a menudo sas, etc.—, así como ciertas ideas que
a la labor metódica concreta una re- pueden estimarse muy básicas —como
flexión sobre los fines de la educación. la idea que se tenga acerca de lo que
Otros, como Herbart o Dewey, han es el hombre, cuál es su puesto en el
propuesto ciertos métodos en vista mundo, etc.—, y también ciertas
de ciertos fines. Por los ejemplos ci- creencias características de una deter-
tados se puede ver que la cuestión minada cultura, o de un determinado
de los fines, aun sin absorber com- período histórico. Muy importante para
pletamente el problema de los mé- determinar tal "fin (o fines) de la
todos, ha ocupado principalmente a educación" han sido las ideas mante-
los que son, estrictamente hablando, nidas acerca de cuál sea la más des-
filósofos. Ello es comprensible: el tacada o fundamental de las "facul-
problema de los fines de la educación tades" en el hombre. También han
es considerado habitualmente como sido importantes las ideas mantenidas
una cuestión filosófica. El examen acerca de la naturaleza del individuo
de la misma es uno de los principales y su relación con la comunidad. Ha
temas de la llamada filosofía de la habido, en efecto, filosofías de la edu-
educación, la cual se distingue de la cación de sesgo intelectualista; otras,
pedagogía en tanto que esta última de carácter voluntarista; otras, de ten-
suele destacar las cuestiones de méto- dencia emotivista. Ha habido asimis-
do y de procedimiento. mo filosofías de la educación indivi-
Por la índole de la presente obra dualistas, colectivistas, personalistas,
nos interesan aquí únicamente los pro- transpersonalistas, etc., etc.
blemas filosóficos de la educación. Es- Uno de los "problemas eternos"
tos problemas han sido tratados de con que tienen que habérselas todos
muy diversas maneras. Algunos auto- los filósofos de la educación es el de
res han considerado que los proble- determinar ( sea en general, sea en ca-
mas filosóficos planteados por la edu- sos concretos) la parte que le toca,
cación pueden resolverse únicamente o debe tocarle, desempeñar a la lla-
dentro de una filosofía general. En mada "espontaneidad" del individuo,
este caso la filosofía de la educación y la parte que le toca, o debe tocarle,
se convierte en una de las disciplinas desempeñar a la llamada "espontanei-
EDUCACIÓN. Los problemas que filosóficas pertenecientes al grupo de dad" del individuo, y la parte que le
plantea la educación pueden dividirse las llamadas "filosofías de" (de la toca, o debe tocarle, desempeñar a los
en dos grupos: técnicos y generales. sociedad, de la historia, de la ciencia, llamados "bienes culturales" entre los
Los problemas técnicos son problemas de la religión, etc.). Esta opinión es que vive el individuo. Dos teorías ra-
de procedimiento y requieren el estimada hoy día como demasiado "es- dicales y extremas se han afrontado
conocimiento de las situaciones peculativa", y se tiende a afirmar que en este respecto. Según una, hay que
concretas y de los medios que pue- la misión del filósofo con respecto a dar rienda suelta a la espontaneidad
den emplearse en vista de ellas. Los la educación se Umita al examen y, individual, pues de lo contrario la asi-
problemas generales son en la mayor sobre todo a la aclaración de ciertas milación de los bienes culturales es
parte de los casos problemas de sen- cuestiones suscitadas por el proceso forzada y, en última medida, contra-
tido y exigen una reflexión sobre los educativo. No es, pues, ya tan usual producente. Según otra, hay que "con-
diversos fines en vista de los cuales como lo fue antaño intentar derivar ducir" o "educar" al individuo tratan-
se dirige el proceso educativo. una pedagogía de una filosofía. En do de hacerle asimilar los bienes Cul-
Los citados dos grupos de proble- vez de ello, la filosofía de la educa- turales, inclusive, si es menester, con
mas no se excluyen mutuamente. Lo ción recurre a todas las ciencias que amenazas o castigos, pues de lo con-
499
EDU EDU
trario los bienes culturales se asimi- económica y culturalmente desarrolla-
lan insuficientemente, o imperfecta- da, la educación desempeña un papel
mente. La primera teoría ofrece ten- cada vez más fundamental. Hablar en
dencias llamadas "progresistas"; la se- general de "la educación de las
gunda teoría, tendencias llamadas masas" o de "la educación por el tra-
"tradicionalistas" o "conservadoras". bajo" o de "la educación que da la
Los partidarios de la primera teoría vida", etc., es decir tanto respecto a
desconfían a menudo del valor de los la educación que no se dice apenas
bienes culturales por sí mismos, y con nada. Pero examinar con detalle los
frecuencia del valor de los bienes cul- problemas que plantea la educación
turales de una cierta sociedad, perío- como incorporación ordenada de bie-
do histórico, etc. Los partidarios de la nes culturales con vistas a su compren-
segunda teoría confían de un modo sión, y sobre todo a su transformación,
casi absoluto en el valor de un deter- es sacar la filosofía de la educación
minado complejo o sistema de tales de los angostos límites en que algu-
bienes culturales. Unos, pues, desta- EDUCCIÓN. Véase BACON ( FRAN-
nos autores la habían colocado para CIS).
can y fomentan la espontaneidad y la relacionarla con todas las cuestiones
libertad; otros, la disciplina y la auto- EDWARDS (JONATHAN) (1703-
que afectan a la vida humana como 1758), nac. en South Windsor, Con-
ridad. Entre estas teorías se sitúan
vida en sociedad. necticut (EE.UU.), presidente de la
gran número de doctrinas intermedias.
Común a muchas de éstas es la idea Universidad de Princeton, New Jer-
de que deben asimilarse los bienes sey (EE.UU.), es considerado como
culturales respetando a la vez la es- el más distinguido de los teólogos cal-
pontaneidad del individuo. Los parti- vinistas norteamericanos. El interés
darios de estas doctrinas intermedias que ofrece Jonathan Edwards como
tratan de reconocer el complejo juego filósofo reside sobre todo en su refor-
que hay entre lo espontáneo y libre, mulación de la teología calvinista a la
y lo disciplinario y autoritario. luz de las ideas de Locke y de la "fi-
Lo dicho hasta ahora es, por des- losofía natural" de Newton. Jonathan
contado, muy esquemático, y dema- Edwards trató de conciliar de este mo-
siado abstracto, pero nuestra intención do el pietismo con la "filosofía ilus-
era destacar simplemente algunos pro- trada". Con ayuda de esta filosofía
blemas llevando, para mayor claridad, Jonathan Edwards defendió la idea
ciertas actitudes básicas a un extremo. de la predestinación estricta en sentido
Con este espíritu mencionaremos, para calvinista. A base de la psicología
terminar, una cuestión en filosofía de empirista de Locke defendió la doctri-
la educación que va adquiriendo cada na del carácter fundamentalmente de-
día mayor importancia. Es la cuestión pravado del hombre. La misma psico-
de los límites (caso que los haya) del logía, y las tendencias empiristas loc-
proceso de la educación según la edad kianas, le ayudaron a defender la te-
del hombre. La mayor parte de las sis de que las verdades religiosas no
filosofías de la educación en el pasado dependen de argumentos racionales,
han considerado sobre todo el niño y, sino de la experiencia — a su enten-
luego, por extensión, el adolescente y der, de la experiencia mística, única
el joven. Hoy se tiende a considerar verdaderamente religiosa.
que la educación del hombre puede
no cesar, y aun debe no cesar, nunca,
transformándose solamente de acuer-
do con las diversas edades, capacida-
des, intereses, etc. Esta tendencia ac-
tual corre el riesgo de hacer tan va-
gos los problemas de la educación,
que sólo por hábito o comodidad
puede seguir empleándose el término
'educación' para designar muy distin-
tos fenómenos, especialmente fenóme-
nos de que se ocupan la psicología y
la sociología. Pero si se afinan los con-
ceptos suficientemente, la tendencia
en cuestión puede resultar muy fecun-
da, ya que en ella se tiene en cuenta
que, especialmente en una sociedad
EFE EGI EGI
of J. E., 1960 (según el autor, J. E. den y en 1295 fue nombrado arzo- lado, en la tesis de que, aun acep-
no fue un puro calvinista). — Véase bispo de Bourges. La Orden de los tándose las quinque viae tomistas
también H. W. Schneider, A History Ermitaños de San Agustín lo consi- para la demostración de la existencia
of American Philosophy, 1946 (trad. deró ya desde 1287 como su doctor de Dios ( VÉASE ), tal existencia es
esp.: Historia de la filosofía norte- oficial. también evidente por sí misma. En
americana, 1950). sus doctrinas político-eclesiásticas,
Muchas de las doctrinas de Egidio
EFECTO. Véase CAUSA. Romano tienen como base o, cuando Egidio Romano se inclinó en favor de
EFICIENTE. Véase CAUSA. menos, como punto de partida la fi- la supremacía completa del poder pa-
EGIDIO DE LESSINES, Aegidius losofía aristotélico-tomista. Sin em- pal inclusive en asuntos temporales;
de Luxinis, Gil de Lessines (ca. 1230 - bargo, tanto por la influencia de el hecho de que tal poder no sea
ca. 1304), nac. en Lessines (Bélgica), Proclo y de San Agustín como por el siempre empleado, no significa, según
miembro de la Orden de los desarrollo interno de su propio pen- Egidio Romano, que no exista en
Predicadores, estudió bajo el magiste- samiento, el llamado "tomismo de principio.
rio de Alberto el Grande. Uno de los Egidio Romano" es sólo relativo; en Las doctrinas de Egidio Romano
primeros filósofos que siguieron las rigor, se separó en muchos puntos de dieron origen a una escuela egidiana
orientaciones tomistas, Egidio de Les- la doctrina del Aquinate. La activi- (schola aegidiana) que persistió in-
sines defendió la doctrina de la uni- dad de Egidio Romano en las con- clusive hasta el siglo XVIII y que
dad de la forma no solamente en los troversias filosóficas de la época fue contó entre sus miembros principales
compuestos distintos del hombre, sino grande; notoria fue en particular su a varios filósofos de la Orden de los
también en el hombre. Egidio de polémica contra Enrique de Gante. Ermitaños de San Agustín. Menciona-
Lessines rechazó los argumentos en Egidio Romano defendió, en efecto, mos al efecto a Jacobo de Viterbo;
contra de dicha teoría y en favor contra la tesis de la pluralidad de a Augustinus Triumphus [Agostino
de la tesis de la pluralidad de for- formas la doctrina de la unidad de Trionfo] (1243-1328), autor de nu-
mas proporcionados por Roberto Kil- la forma substancial. Además, se opu- merosos escritos filosóficos (entre
wardby en su carta a Pedro de Con- so a la distinción intencional o ra- ellos comentarios a Aristóteles y a las
fleto, e intentó mostrar que la posi- cional entre la esencia y la existencia, Sentencias) y de una influyente Sum-
ción tomista al respecto no ofrece y defendió una distinción real. En ma de potestate papae, dedicada a
las dificultades teológicas que desta- este último punto fue, empero, mu- Juan XXII; y a Tomás (Thomas ab
caban sus oponentes. Característico cho más allá de Santo Tomás, pues Argentina) (t 1357), autor de un
de la doctrina de Egidio de Lessines no consideró la esencia como una comentario a las Sentencias.
es la afirmación de que cada forma forma y la existencia como un acto, Egidio Romano es autor de nume-
posee un ser específico. sino ambas como dos cosas que se rosos comentarios a Aristóteles, repe-
El tratado de Egidio de Lessines distinguen como cosas (res) y son, tidas veces editados durante los si-
contra la carta de Roberto Kilward- glos XV y XVI. Mencionamos los co-
bv se titula De unitate formae, escri- por ende, separables. El motivo prin-
cipal del radicalismo de Egidio Ro- mentarios a Priora Analytica, edita-
to hacia 1278 y ed. por M. de Wulf dos en 1499, 1504, 1516, 1522; a
en el tomo I de la serie Les Philo- mano en este punto era su argumento Posteriora Analytica, 1488, 1495,
sophes Belges (1901). Otro escrito: de que sólo la mencionada distinción 1500, 1513, 1530; a la Physica, 1483,
De usuris, ed. en Opuscula de Santo real podía evitar la afirmación de 1491, 1493, 1496, 1502; al De gene-
Tomás de Aquino (Opusculum 73; que las criaturas existen en virtud de ratione et corruptione, 1480, 1493,
Opera omnia, XVII, 1570). — Véase su propia esencia. En rigor, la exis- 1498, 1500, 1518, 1520, 1555, 1567;
A. Birkenmajer, Vermischte Un- tencia creada es, según Egidio Ro- al De anima, 1496, 1499, 1500; a
tersuchungen zur Geschichte der mano, una participación en la esen- varios libros de la Metaphysica
mittelalterlichen Philosophie, 1922 [Quaestiones metaphysicales], 1499,
[Beiträge zur Geschichte der Philoso- cia divina, aunque no en la forma
de la emanación, sino por medio de 1501, 1552. Escribió también comen
phie des Mittealalters, XX. 5, págs. tarios al Liber de causis (1550), a
36-9). — P. Glorieux, Répertoire des la creación. Unida a la citada doc- las Sententiae (5 vols., a cargo de A.
Maîtres en théologie de Paris au XIIIe trina se halla la tesis de que el en- de Aguilar, 1707). Son importantes
siècle, 1933. tendimiento activo ilumina el enten- sus Quaestiones disputatae de ente
EGIDIO ROMANO, Aegidius Ro- dimiento pasivo, con lo cual se pro- et essentia, sus Quaestiones quodli-
manus, Gil de Roma, llamado Co- duce la especie inteligible, la cual betales, sus diversos Theoremata (de
lonna (ca. 1247-1316), nac. en Roma, informa el entendimiento y hace po- corpore Christi, de ente et essentia),
fue calificado de doctor fundatissi- sible la intelección. Las diferencias su De formatione corporis humanis
mus. Ingresó en la Orden de los Er- de opinión entre Egidio Romano y (1515, 1524, 1528, 1551), su De inte-
Santo Tomás de Aquino se manifiestan llectu possibili y De gradibus forma-
mitaños de San Agustín (Orden de rum (estos dos últimos incluidos en
Juan Bon, constituida en orden men- asimismo en dos puntos importantes. la edición de 1550 de De anima ). La
dicante a partir de 1256), estudió Por un lado, en la tesis del primero obra político-eclesiástica referida en
en París, quizá bajo el magisterio de de que, siendo la forma del cuerpo el artículo es De ecclesiastica pro
Santo Tomás de Aquino (1269-1272), humano o alma y el cuerpo entidades testate (ed. R. Scholz, reimp., 1960).
profesó en la misma ciudad hasta que no sólo distintas, mas también Observemos que su anterior obra
fue afectado por la condenación de separables, el cuerpo es numé- de filosofía política titulada De re-
1277, pero volvió a ella como maestro ricamente el mismo aun separado gimine principum es más moderada
de teología de 1285 a 1295. En 1292 del alma, no necesitándose, así, una y no defiende el completo absolu
fue elegido Vicario General de su Or- forma de la corporeidad. Por otro tismo papal ( Cfr. al respecto Glosa
501
EGO EGO
según la cual el fundamento de todo interés". En este sentido se han re-
conocer se halla en el yo, y especial- referido al "egoísmo" (sin usar este
mente en el "yo individual", en el "mí nombre) varios autores modernos. Por
mismo" o solus ipse. Es frecuente con- ejemplo, Hobbes, Spinoza, Bernard de
siderar el egoísmo como una especie Mandeville y otros han indicado que
de "solipsismo práctico", es decir, co- los hombres se mueven por sus pro-
mo la actitud según la cual lo único pios intereses, es decir, "egoísticamen-
que realmente importa es "yo mismo", te". Ello parece hacer imposible la so-
a diferencia de los "otros" y aun con- ciedad. Pero es posible concebir una
tra los "otros". sociedad donde, sin haber desapare-
Este vocabulario es hoy el más cido el egoísmo, se haya transforma-
usual. Sin embargo, debe tenerse en do; en verdad, la transformación del
cuenta que los vocablos 'egoísmo' y egoísmo de cada cual (que lleva a
'solipsismo' fueron empleados durante la aniquilación de todos por todos)
el siglo XVIII —cuando comenzaron a en egoísmo colectivo (por medio del
ser usados por autores como Wolff, cual cada individuo adquiere una re-
Baumgarten, Tetens, Mendelssohn, lativa seguridad) es lo que hace po-
Kant y otros autores— o bien indife- sible, según Hobbes, la sociedad.
rentemente, o bien en sentido contra- Para Bernard de Mandeville, por otro
rio al anteriormente indicado. Cuan- lado, la combinación de los egoísmos
do se emplearon indiferentemente, ta- individuales puede dar lugar, y da
les vocablos designaron una doctrina usualmente lugar, a beneficios comu-
según la cual el fundamento de todo nes. Una doctrina parecida a la hobbe-
conocer y de todo obrar se halla en el siana es mantenida por Félix Le Dan-
yo, en el ego o el solus ipse. Cuando tec en su obra L'egoisme, seule base
se emplearon distinguiéndose entre de toute société (1911). Según di-
ellos, se tendió a considerar el egoís- cho autor, el estado llamado "civiliza-
mo como un "yoísmo teórico" y el do" es una capa sobrepuesta y fácil-
"solipsismo" como un "yoísmo prácti- mente desmontable. La existencia hu-
co". Durante el siglo XIX se tendió o mana es, en último término, indivi-
bien a distinguir entre "egoísmo teó- dual, de modo que el "progreso" no
rico" y "egoísmo práctico" (como hace la afecta. El egoísmo es, al parecer de
Schopenhauer) o bien a distinguir en- Le Dantec, el "constitutivo natural"
tre el egoísmo como una "actitud" y del hombre que se revela tan pronto
el solipsismo como una "doctrina so- como se prescinde de todo lo que ha
bre el conocimiento", que es la distin- agregado al hombre "la cultura" y el
ción todavía usada hoy. llamado "progreso".
Antes de usarse los términos 'egoís- Además de las distinciones antes se-
mo' y 'solipsismo', hubo ya doctrinas ñaladas se han propuesto de vez en
egoístas y solipsistas ( o, como las lla- cuando clasificaciones de formas de
maremos desde ahora, "egoístas"). egoísmo. Una de ellas es la de Kant en
Hubo asimismo análisis del egoísmo y su Anthropologie in pragmatischer
de las actitudes egoístas. Parte de lo Hinsicht (I, § 2). Según Kant, hay
que Aristóteles dice sobre "el amor que distinguir entre egoísmo lógico
a sí mismo" o φιλαυτία (en Eth. Nic., (en el cual se mantiene el propio jui-
IX, 1168 a 28 - 69 b 2) se refiere a cio sin considerar el de los demás),
lo que se ha llamado con frecuencia egoísmo estético (en el cual se afir-
"egoísmo". Éste, sin embargo, tiene ma el propio gusto), egoísmo moral
muchos matices. Por ejemplo, puede (en el cual el individuo se confina a
distinguirse entre el egoísmo como su propia acción) y el egoísmo meta-
amor a sí mismo y el egoísmo en cuan- físico (en el cual se rehusa reconocer
to "amor propio"; o bien puede con- la existencia, o justificación de la exis-
siderarse este último como una mani- tencia, de otros "yos" o de la "reali-
festación del primero. Si se estima que dad externa"). Hoy día se llama a ve-
el "egoísmo" es equivalente al "amor ces "solipsismo" al egoísmo metafísi-
a sí mismo" o amor sui, puede distin- co" (que es más bien gnoseológico).
guirse entre un "egoísmo propio" y un Se pueden considerar como "egoís-
"egoísmo impropio" ( al hilo de la dis- tas" doctrinas tales como la de Stir-
EGO, ECOLOGÍA. Véase Yo. ner (VÉASE) y Nietzsche (v.), aun
tinción agustiniana entre el probus
EGOÍSMO. En Solipsismo (VÉASE) amor sui y el improbus amor sui). cuando en ambos casos son muy dis-
nos hemos referido a lo que se ha lla- El egoísmo puede ser asimismo con- tintos los fundamentos de tal "egoís-
mado a veces "egoísmo teórico", es siderado como equivalente al "propio mo". En el primer caso, se trata del
decir, a una teoría del conocimiento
502
EHR EHR EID
resultado de la afirmación de "mí mis- inseparables del conjunto de los com- EIDÉTICO. En dos sentidos por lo
mo" como "único". En el segundo ponentes y dadas de manera inme- menos puede entenderse el término
caso, se trata de la "autoafirmación" diata. Las "cualidades de forma" no 'eidético' 1. Siendo, para Platón, el
y de la "voluntad de poder". son, por lo tanto, un elemento más ei)=doj de las cosas la imagen que
Se distingue a veces entre 'egoísmo' agregado al conjunto total de la per- ofrecen cuando son contempladas en
y 'egotismo'. Con este último término cepción o de cualquier otro acto de la visión, ίδέα, de lo que son ver-
se designa el afán inmoderado de afir- la vida psíquica, sino algo unido a daderamente, el carácter eidético será
mar la propia personalidad, especial- dicho conjunto en una relación indi- propio de las esencias. Husserl ha
mente hablando excesivamente de sí visible. En la teoría de los valores, reafirmado, bien que con diferentes
mismo. El egotismo equivale en este Ehrenfels defendió contra Meinong supuestos, este carácter de las esen-
caso a un inmoderado subjetivismo. el carácter valioso de lo deseado, lo cias, y ha opuesto lo eidético a lo
En este sentido ha usado el vocablo cual no implicaba ciertamente la no fáctico, no en cuanto mera contrapo-
Santayana en su libro Egotism in Ger- adscripción del valor a cuanto no fue- sición de lo formal con lo material,
mán Philosophy (1915). se existente, pues las existencias eran sino como diferencia entre las esen-
Unamuno ha empleado también el valoradas por el hecho de que se cias (formales o materiales) y los he-
vocablo 'egotismo' (y 'egotista') para consideraba indeseable su pérdida. chos. La llamada reducción eidética
diferenciarlo de 'egoísmo' (y 'egoís- Ehrenfels superaba así las dificulta- es precisamente el resultado de poner
ta'): "El egoísta es el que defiende y des experimentadas por Meinong en entre paréntesis, de excluir o "sus-
exalta sus intereses, sus cosas, no a sí su teoría del agrado como funda- pender" las existencias con el fin de
mismo, al yo que es, y el egotista es el mento del valor, pero seguía radi- llegar a la intuición esencial. A base
que se defiende y exalta a sí mismo, cando el valor y la valoración en la de ello puede hablarse de juicios
al yo que es" (De esto y de aquello, subjetividad, sin distinguir entre el eidéticos y también de necesidad
IV, pág. 10). Comentando este pasaje hecho de poseer valor y el hecho eidética. Las ciencias de las esencias
observa Ezequiel de Olaso (Los de reconocerlo. son, así, ciencias eidéticas en las que
nombres de Unamuno [1964], Cap. I) están fundadas las ciencias de he-
que Unamuno "aparente enemigo del chos o fácticas (véase HECHO), en
egoísmo lo critica pero extremándolo virtud de la necesaria participación
y al egoísmo del tener opone el egoís- de todo hecho en su esencia. Por lo
mo del ser". tanto, la calificación de eidético con-
E. Pfleiderer, Eudämonismus und viene sólo a las esencias y a las cien-
Egoismus, 1881. — A. Dix, Der Egois- cias que se ocupan de ellas, sin que
mus, 1894. — D. Gusti, Egoismus con ello quede prejuzgado el carácter
und Altruismus, 1904. — A. Costa, formal o material de las propias
I problemi dell'egoismo. 1912. — La esencias, que no abandonan en nin-
mayor parte de las obras sobre ética
o cuestiones éticas tratan del proble- gún momento su universalidad y
ma del egoísmo y de la comparación aprioridad. Con una significación dis-
entre egoísmo y altruismo. tinta, aunque emparentada con la
EHRENFELS (CHRISTIAN, BA- husserliana, Joseph Geyser ( VÉASE)
RÓN DE) (1859-1932), nac. en Ro- emplea la noción de eidos como con-
daun (Austria), "docente privado" en tenido de una eidología o filosofía
Viena (1888-1896), "profesor extra- en tanto que "conocimiento de la for-
ordinario" (1896-1900) y titular (des- ma". Se trata en este caso de una
de 1900) en Praga, fue discípulo de noción ni puramente lógico-formal ni
Meinong y en parte de Brentano, a puramente metafísica. Las "formas"
cuya escuela es habitualmente ads- de que trata la eidología no son los
crito. Sus más importantes contribu- nombres conceptuales; son las signi-
ciones radican en el campo de la ficaciones descubiertas por medio de
psicología y de la teoría de los va- una intuición trascendental muy pa-
lores, así como en la elaboración recida a la intuición abstractiva ad-
de algunos de los principios que con- mitida por muchos neoescolásticos y
dujeron a Meinong a la fundamen- sobre todo por muchos neotomistas.
tación de la teoría de los objetos. En 2. El término 'eidético' se emplea
oposición al asociacionismo, Ehrenfels también en psicología. De un modo
defiende en sus trabajos la noción general, y aplicado a una disposición,
de la totalidad en la percepción psi- designa la tendencia a convertir los
cológica como conjunto no constitui- procesos mentales en imágenes; en
do meramente por la suma de los este sentido se dice, por ejemplo, que
elementos integrantes, que sólo por el pensamiento infantil y el de los
medio de la abstracción pueden ser pueblos primitivos es un pensar eidé-
separados. Semejante totalidad en la tico. En un sentido más particular,
percepción de los objetos es posible designa una clase especial de fenó-
gracias a las "cualidades de forma", menos psíquicos que han sido inves-
EID EÏN EIN
tigados por V. Urbantschitsch (Über ofrece una realidad cuando se la ve mulante para sus actividades cientí-
subjektive optische Anschauungs- en lo que la constituye como tal rea- ficas teóricas— y durante este período
bilder, 1907) y por Erich R. Jaensch lidad. Desde este punto de vista el se doctoró en la Universidad de
(VÉASE) y que han dado origen a una eidos es el tipo de realidad a que per- Zürich (1905). Fue profesor en la
disciplina particular llamada eidética tenece, o que es, una cosa dada. Co- Universidad de Zurich (1909-1910),
(Cfr. Die Eidetik und die typologi- mo el tipo de realidad que algo es, en la Universidad alemana de Praga
sche Forschungsmcthode in ihrer Be- es "visible", o se supone que es apre- (1910-1912), en el citado Instituto
deutung für die Jugendpsychologie hensible, por medio de alguna opera- de Zürich (1912-1913) y en la Uni-
und Pädagogik, für die allgemeine ción intelectual, el eidos es entendido versidad de Berlín (1913-1933) —en
Psychologie und die Psychophysiolo- asimismo como la idea de la realidad. cuya ciudad fue nombrado, además,
gie der menschlichen Persönlichkeit, Así, pues, el eidos es un "aspecto director de física teórica del Kaiser
1925 [trad. esp.: Eidética y explo- esencial" que parece ofrecer a su vez Wilhelm Institut. Opuesto al nazis-
ración tipológica, 1957] ). Jaensch lla- dos aspectos esenciales: el de la rea- mo por sus convicciones políticas li-
ma fenómenos eidéticos a ciertas imá- lidad y el de la aprehensión inteligi- berales y por su origen hebreo, fue
genes que no pueden ser reducidas ni ble, conceptual, etc. de la realidad. desposeído en 1933 de su cátedra y
a representaciones ni a percepciones y Cuando se funden estos dos aspectos de su ciudadanía. El mismo año
que, por consiguiente, constituyen una en uno solo tenemos la idea del eidos aceptó ser miembro del Institute of
zona indiferenciada que, mediante ul- como una esencia que es a la vez un Advanced Studies, de Princeton, don-
terior descomposición y diferenciación, concepto: el de eidos es entonces a la de residió casi ininterrumpidamente,
puede dar lugar a los procesos repre- vez algo "real" y algo "conceptual" aun después de haberse jubilado
sentativos y perceptivos. Los fenóme- (objetivo o formal). (1945). En 1921 recibió el Premio
nos eidéticos, especialmente abundan- El eidos puede ser interpretado de Nobel por sus investigaciones físicas.
tes en la vida infantil y en los procesos muy diversas maneras. Como ejemplos Éstas son fundamentales. En 1905
artísticos, pueden acercarse más o de interpretaciones clásicas menciona- presentó su teoría especial de la rela-
menos a la vida representativa y es mos las de Platón y de Aristóteles. La tividad, postuló la existencia de los
precisamente esta mayor o menor cer- diferencia capital entre estas dos in- fotones como cuantos de luz y explicó
canía a ella lo que permite una dife- terpretaciones es la de la separabili- el llamado efecto fotoeléctrico. En
renciación tipológica. Son, en cierto dad: para Platón el eidos es separable 1907 estableció la nueva ecuación entre
modo, procesos subjetivos conscien- de los individuos que participan del energía y masa (E = mc2) [véase
tes, de índole generalmente visual, eidos, en tanto que para Aristóteles el ENERGÍA]. En 1916 presentó, ya com-
pero no propiamente alucinatoria. eidos está, por así decirlo, encarnado, pleta, la teoría general de la relativi-
Las diferencias observadas en las o realizado, en los individuos. Pero dad, que había sido anticipada en
imágenes eidéticas fundamentan, así, junto a estas dos interpretaciones pue- 1911 con su teoría de la equivalen-
la tipología de Jaensch (véase TIPO) den mencionarse otras. Así, por ejem- cia de la gravedad y la inercia. Du-
y son, por lo tanto, la base no sólo plo, el eidos puede ser tomado como rante muchas décadas ha trabajado en
de una teoría de los estados pato- momento específico (separable o no) la llamada teoría unificada del campo,
lógicos, sino también de una psicolo- de una realidad, o como momento es decir, en la teoría que permitiera
gía que aspira a convertirse en antro- constitutivo de una realidad. En el unir en un solo grupo de ecuaciones
pología filosófica. primer caso, y para seguir usando ter- los fenómenos gravitorios y los elec-
Sobre la doctrina clásica del eidos: minología griega, el eidos es visto desde tromagnéticos; la formulación mate-
Nicolai Hartmann, Zur Lehre vom el logos; en el segundo caso, el eidos mática fue presentada en 1950. Im-
Eidos bei Platon und Aristoteles es visto desde la physis en cuanto portantes son los trabajos de Einstein
[Abhandlungen der Preuss. Akade- realidad. Visto desde el logos, el en cosmología y también en epistemo-
mie der Wissenschaften], 1941 (reimp. eidos puede ser a su vez una aprehen- logía; entre los últimos destaca su de-
en Kleinere Schriften, II, 1957). — fensa del determinismo frente a la
Sobre eidética en sentido psicológi- sión mental, o un concepto, o algo
co: A. Riekel, Eidética. La memoria entre los dos (según la posición adop- opinión de muchos contemporáneos.
sensorial y su investigación (trad. esp., tada en la doctrina de los universales); El presente artículo se limita a los
1950). — Sobre Jaensch: M. Krudewig, puede ser también o una intención o datos biográficos; una explicación su-
Die Lehren vn der visuellen Wahr- el término de un acto intencional. maria de la teoría de la relatividad
nehmung und Vorstellung bei E. R. Visto desde la physis en cuanto reali- einsteiniana y de algunas de las con-
Jaensch und seinen Schülern, 1953. dad, el eidos puede ser sujeto indivi- troversias filosóficas en tomo a ella
EIDOS. En varios artículos de esta dual o realidad supuestamente funda- se encontrará en el artículo Relati-
obra, especialmente en ESENCIA, FOR- mental y a la cual se "reduzcan" las vidad ( VÉASE ). Hemos hecho refe-
MA e IDEA, nos hemos referido al tér- demás realidades, etc. rencia a doctrinas de Einstein tam-
mino griego e)\idoj y a sus diversas EINFÜHLUNG. Véase EMPATIA. bién en otros artículos (véase, por
significaciones, sobre todo en autores EINSTEIN (ALBERT) (1879-1955), ejemplo, COSMOLOGÍA, ENERGÍA, FÍSI-
que han usado el propio vocablo eidos nac. en Ulm, hizo sus estudios téc- C A , M AT E M ÁT I C A , M O V I M I E N T O ,
como vocablo técnico (Platón, Aris- nicos en el Instituto Federal de Tec- TIEMPO ).
tóteles, Husserl). Indiquemos aquí nología de Zurich. Desde 1902 a Entre los escritos científicos más
simplemente que en la raíz de múlti- 1909 trabajó en la oficina de paten- destacados de Einstein mencionamos:
ples significados de eidos se halla la tes de Berna —un trabajo que, según Eine neue Bestimmung der Molekül-
noción de "aspecto" (species) que dimensionen, 1905 (folleto; publica-
propia confesión, resultó muy esti-
504
EJE
Lexikon, 1912. — Geist und Körper,
1912 (Espíritu y cuerpo). — Kant-Le-
xikon, 1930, reimp. 1961. — El co-
nocido Diccionario de conceptos filo-
sóficos: Wörterbuch der philosophi-
schen Begriffe, apareció en 1901, 4*
ed., muy ampliada, 3 vols., 1927-30.
E IX IM E N IÇ [E IX IM E N IS ]
(FRANCESC) (ca. 1340-1410), nac.
probablemente en Gerona, estudió en
Valencia, donde residió durante la
mayor parte de su vida. Miembro de
la Orden Franciscana, sus más impor-
tantes contribuciones filosóficas son: la
obra titulada Terç Del Crestià —de
carácter apologético y moral y conser-
vada sólo en parte—; el Regiment de
la cosa pública —acerca de la natura-
leza, constitución y normas de la socie-
dad civil—; el Cercapou — tratado-
religioso. Se deben asimismo a Eixi-
meniç varios opúsculos latinos (usual-
mente llamados Saltiri) y una Vida de
Jesucrist. Según algunos autores, el
EISLER (RUDOLF) (1873-1926) espíritu de las ideas de Eiximeniç es
nac. en Viena, estudió en la Universi- plenamente "medieval". Otros, en
dad de Viena bajo el magisterio de cambio, lo consideran como un "re-
W. Wundt. Eisler se inclinó en mu- nacentista" o "pre-renacentista".
chas cuestiones a la renovación de la Terç del Crestià, ed. P. Martí de
filosofía kantiana que tuvo lugar en Barcelona y Norbert d'Ordal, O. M.,
Alemania a fines del siglo XIX y co- 2 vols., 1929-1930 [Els Nostres Clàs-
mienzos del siglo xx. En metafísica, sics, serie B, 1 y 2] [237 de los 1036
sin embargo, se aproximó considera- artículos de que se compone el Terç].
blemente al pensamiento de Wundt, — Edición del Cercapou por E. San-
de quien es considerado discípulo. sone, 1959. Véase F. Martí de Barce-
Eisler defendía, en efecto, un dina- lona. Fra Francesc Eiximeni, Ç. O. M.
mismo voluntarista y una metafísica (1340-1409), 1929 [monog.: Collecta-
espiritualista que en la mayor parte nea Sarrianensia, I, 13]. — Id., id.,
de los casos parecía inclinarse al "L'Esglèsia i l'Estat segons Francesc
Eiximeniç", Criterion (1931), 325-
dualismo. Como en Wundt, las ideas 33, 337-40. — J. H. Probst, "Die
metafísicas de Eisler estaban basadas ethischen und sozialen Ideen des ka-
en una generalización inductiva de talanischen Franziskaners Eiximeniç",
los resultados de las ciencias y en una Wissenschaft und Weisheit (1938),
interpretación analógica de los fe- 73-94. — Nolasc del Molar, O. F. M.,
nómenos psicológicos. Eisler se dis- Eiximenis, 1962 [conferencia, con
tinguió por sus léxicos filosóficos: de Caps. VII-XVII de la obra de E. ti-
conceptos, de filósofos y kantiano. tulada L'Assumpcio de la Verge].
EJECUTIVO. Traducimos con el
término 'ejecutivo' el vocablo perfo-
mative introducido por J. L. Austin
(VÉASE). Traduciremos con las pala-
bras 'expresiones ejecutivas' la expre-
sión del mismo Austin perfomative
utterances. El término español 'ejecu-
tivo' es, dentro de nuestro contexto
por lo menos, tan "feo" como lo es,
según Austin, el neologismo inglés,
pero dice bastante aproximadamente
lo que Austin pretende decir. Austin
señala que el término operative ('ope-
rativo') sería asimismo adecuado, pero
que es mejor descartarlo con el fin
de evitar pensar en ciertos otros uso?
EJE EJE ELE
de operative. Lo mismo puede decir- efectivamente bautizado. Pero ello elocucionario", esto es, "la ejecución
se de Operativo'. equivale a decir que no ha sido real- de un acto al decir algo, en contraste
Austin trata de las expresiones eje- mente bautizado, o a decir que ha con la ejecución del acto de decir al-
cutivas en el artículo "Perfomative sido mal bautizado. Se puede decir go" (op. cit., pág. 99). Ejemplo de ac-
Utterances" [1956], publicado en sus "Lo prometo" y tener la intención de to elocucionario es "Arguyo que...",
Philosophical Papers, ed. J. O. Urmson no cumplir lo prometido, pero ello no a diferencia del acto locucionario
y G. J. Warnock [1961, págs. 220- significa que "Lo prometo" sea falso; ("Dijo que... " ) y del acto perlocu-
39]; en la comunicación titulada sólo quiere decir que se ha prometi- cionario ("Me convenció de que...")
"Performatif-Constatif" presentada en do insinceramente. Por ello las expre- (op. cit., pág. 102). El acto elocucio-
el Coloquio de Royaumont sobre la siones ejecutivas pueden ser, como nario posee una cierta fuerza al decir
filosofía analítica ( texto publicado en dice Austin, "felices" o "infelices". algo (op. cit., pág. 121). Puede hablar-
el volumen La philosophie analytique Otras expresiones ejecutivas son aque- se de este modo de "fuerzas elocucio-
[1962, págs. 271-81] "Cahiers de llas en las que de un modo imperso- narias". En resumen, para todas las ex-
Royaumont. Philosophie, 4; págs. 282- nal se anuncia o se prohibe algo. Así, presiones de que Austin se ha ocupado
304 con "Discusión sobre la comuni- por ejemplo, "Se prohibe echar pape- puede hablarse de: (1) La dimensión
cación de Austin y con intervenciones les" es ejecutivo porque la expresión de felicidad/infelicidad; (1a) Una fuer-
de E. Weil, R. Hare, Ph. Devaux, es a la vez la ejecución del acto de za elocucionaria; (2) La dimensión de
prohibición. verdad/falsedad; (2a) Un significado
J. Wahl, Ch. Perelman, E. Poirier y,
Austin reconoce que hay ciertas locucionario (significación y denota-
desde luego, el propio Austin); y en
expresiones que es difícil clasificar ción) (op. cit., pág. 147). Con todo lo
How to do Things with Words (1962) cual "la doctrina de la distinción eje-
como ejecutivos o no ejecutivas. Así,
[The William James Lectures, Har- cutivo/constativo se halla con respecto
decir "Eres un gandul" puede ser eje-
vard University 1955) — bien que en cutivo si al decirlo se "hace" o "eje- a la doctrina de los actos locucio-
este volumen último, como veremos, cuta" algo (si se censura a una per- narios y elocucionarios en el acto total
se sustituye la distinción entre "eje- sona), pero puede no ser ejecutivo si del habla, en la misma relación en
cutivo" y "constantivo" (de 'constar', al decirlo se insulta a la persona de que se halla la teoría especial con res-
"hacer constar') por una teoría más la cual se dice que es un gandul. Pero pecto a la teoría general (loc. cit.).
general. Antes de referirnos a ésta todo ello muestra simplemente que el Se puede preguntar qué consecuen-
procederemos a explicar el significado lenguaje (y el mundo) es asunto cias filosóficas se derivan de los aná-
de 'ejecutivo' y de 'expresiones ejecu- complicado y no se deja reducir a es- lisis de Austin. El mismo autor sugiere
tivas' en el sentido de Austin. quemas absolutamente bien definidos que una de ellas es que el objeto que
Austin distingue entre 'ejecutivo' y y perfilados: "la vida y la verdad y se trata de dilucidar es, en último
'constantivo' indicando que mientras las cosas tienden a ser complicadas. término, "el acto total del habla en
las expresiones constativas "hacen No las cosas, sino los filósofos son la situación total del habla" (lo que,
constar" algo determinado, que puede simples" ( "Perfomative Utterances", dicho sea de paso, lleva a Austin a
ser verdadero o falso, las expresiones en op. cit., pág. 239). una doctrina "situacionista" que no es
ejecutivas se caracterizan porque la En las conferencias de 1955, How ajena a ciertas conclusiones de "fi-
persona que las usa hace algo (esto to do Things with Words (Ch. supra) losofías existenciales" ). Otra es que
es, ejecuta algo) al usarlas en vez de Austin somete los términos 'ejecutivo' pueden deshacerse muchas falsas di-
decir meramente algo. Ejemplos de y 'constativo' a detallado análisis. Una cotomías (como la dicotomía "norma-
expresiones ejecutivas son: "Me dis- de las consecuencias en que la distin- tivo-fáctico"). Otra, que es preciso
culpo", "Te bautizo con el nombre ción entre expresiones ejecutivas y ex- reformular la teoría de la significa-
'Santiago' ", "Lo prometo". No se presiones constativas —las primeras, ción en cuanto equivalente a una teo-
puede alegar que estas expresiones "felices" o "infelices"; las segundas, ría del significado y la denotación.
describen un "estado inferior" de la verdaderas o falsas— no es tan obvia Otra, que pueden investigarse las
persona que las usa y que por ello como parece. Se pueden usar varias "fuerzas elocucionarias" de las expre-
pueden ser verdaderas o falsas según tretas con el fin de hacer que una siones, lo cual lleva a una clasifica-
sea verdadero o falso el supuesto "es- expresión ejecutiva lo sea al máximo, ción de expresiones de acuerdo con
tado inferior". "Me disculpé", "Te y para pasar de lo que Austin llama tales "fuerzas". Finalmente, la pro-
bauticé [o "Lo bauticé"] con el nom- "ejecutivo primario" al "ejecutivo ex- ducción de una lista completa de
bre 'Santiago' ", "Lo prometí" pue- plícito", pero sigue habiendo dificul- actos elocucionarios de cierta especie
den efectivamente ser verdaderos o tades; además, se advierte pronto que puede conducir a saber, por ejemplo,
falsos, pero no las mismas expresio- junto a expresiones ejecutivas explíci- lo que podemos hacer con un vocablo
nes en primera persona del presente tas las hay semi-descriptivas y des- como "bueno', y así con otros voca-
indicativo. En efecto, estas últimas criptivas. Ello lleva a Austin a consi- blos de interés filosófico. "Lo bueno
expresiones requieren para ser acepta- derar con más detalle los posibles [de la teoría de Austin] empieza
das como tales el pronunciarse dentro verbos ejecutivos; a distinguir entre cuando comenzamos a aplicarla a la
el acto fonético (producción de cier- filosofía" (op. cit., pág. 163).
de ciertas circunstancias y convencio-
tos sonidos), el acto fático (elocución Anthony Kenny, Action, Emotion,
nes. Si alguien que no está autorizado and Will, 1963.
a ello bautiza a alguien [o a algo] de ciertos vocablos) y el acto rétco
(ejecución del acto de usar tales vo- ELEATAS. Dentro de los presocrá-
con el nombre 'Santiago', no por ello
cablo); a introducir la noción de "acto ticos se llaman eleatas a Jenófanes
el bautizado [o lo bautizado] queda
506
ELE ELE ELE
de Colofón, Parménides de Elea, Ze- ELEMENTO. Puede emplearse este cuatro elementos (los citados de Em-
nón de Elea y Meliso de Samos. Co- término en cualquiera de los cuatro pédocles), pero no los consideró como
mo se ve, sólo el segundo y tercero sentidos siguientes. verdaderas "partes constituyentes"; ta-
de los mencionados filósofos tuvieron ( 1 ) Para compendiar una serie de les partes son más bien ciertas figuras
su patria en Elea (Sur de Italia), vocablos usados por diversos filósofos sólidas, cada una de las cuales es la
lugar que da su nombre a la escuela. con el fin de designar las entidades base de un "elemento" (el tetraedro
Jenófanes, sin embargo, emigró de últimas que, a su entender, constitu- = fuego; el cubo = tierra; el
la costa de Asia Menor al Sur de yen la realidad y en particular la octaedro = aire; el icosaedro = agua).
Italia y vivió durante su vejez en realidad material. Entre tales voca- Además, Platón (siguiendo a los pi-
Elea. Por lo demás, se considera que blos se hallan los que siguen: 'áto- tagóricos) se refirió a tales "elemen-
la filosofía de los eleatas estuvo en mos' ( a)tomoi ), 'corpúsculos' (corpus- tos" o "principios" de los números
estrecha relación con la de los jóni- culo, a)reth= sw/mata, a)diai/reta, o)/gkoi como la unidad y la diada. Varios au-
cos ( VÉASE), no sólo a causa de los ), 'partes mínimas' (minima naturae), tores (el pitagórico Filolao, el plató-
lazos que unieron las ciudades jonias 'homeomerías' ( o(moiomeri/ai), 'semillas' nico Espeusipo y, sobre todo, Aristó-
con las itálicas meridionales, sino (semina o semina rerum, r(izw/mata ), teles, hablaron de cinco elementos:
también porque las dos participaban 'espermas' (σπέρματα), 'razones se- tierra, fuego, agua, aire y éter (o
de varios supuestos comunes, en par- minales' (λόγοι σπερματικοί). "continente" del cosmos). Los estoi-
ticular de la tendencia monista. Ca- El nombre común en griego es cos volvieron a la teoría "clásica" de
racterístico de los eleatas era, en stoixei=on, que se traduce por 'ele- los cuatro elementos; en cambio, va-
efecto, la afirmación de la unidad mento'. Así, un átomo, un corpúsculo, rios platónicos (como Albino) intro-
de lo que hay. Esta unidad fue sub- una "semilla", etc. son elementos. El dujeron los antes citados cinco ele-
rayada por Jenófanes desde un punto significado originario de stoixei=on mentos. En la Edad Media fue
de vista teológico; por Parménides, es "letra (del alfabeto)" o "sonido". corriente presentar la "doctrina de los
desde un punto de vista onto-lógico; El número y cualidad de los ele- cuatro elementos", pero se habló asi-
por Zenón, desde un punto de vista mentos considerados como "partes mismo del éter en cuanto "quinto
dialéctico; y por Meliso, desde un constitutivas" de las realidades natu- elemento" o quinta essentia (la
punto de vista cosmológico rales ha variado mucho. En los siste- "quintaesencia" del lenguaje corriente
(teniendo en cuenta la peculiar mas de la filosofía india se habla a para designar algo sutil e impalpable).
significación que los términos 'teo- veces de cuatro elementos o bhutas Los epicúreos siguieron, naturalmente,
lógico', Ontológico", 'dialéctico' y (tierra, agua, fuego, aire) y a veces a Demócrito en la concepción de los
'cosmológico' tienen en el pensa- de cinco (los cuatro citados más el elementos como "átomos".
miento de los presocráticos ). Es co- éter). Los budistas hablan de los ele- (2) Para designar las nociones que
mún, en todo caso, considerar que mentos o shandhas que suelen (en- componen una doctrina en tanto que
con los eleatas, y sobre todo con Par- gañosamente) unirse en la supuesta "materiales" con los cuales tal doctrina
ménides, se plantearon por vez pri- individualidad. Los chinos han habla- se construye. En este sentido Kant
mera con plena madurez algunos de do de cinco elementos (tierra, agua, dividió la Crítica de la Razón Pura
los temas fundamentales de la meta- fuego, madera, metal); tres de estos en doctrina de los elementos (Ele-
física occidental, y en particular el elementos (fuego, agua, tierra) pare- mentar-Lehre) y doctrina del método
problema de la relación entre la rea- cen ser más fundamentales y son los (Methoden-Lehre). La "doctrina de
lidad y la razón. Los historiadores introducidos en algunos escritos. Los los elementos de la razón pura" com-
han debatido mucho la cuestión de órficos hablaron también de tres ele- prende la Estética y la Lógica tras-
la relación entre los eleatas y las otras mentos (fuego, agua, tierra). Tales, cendentales, y esta última está divi-
escuelas presocráticas, especialmente Anaximandro, Anaxímenes hablaron dida en Analítica y Dialéctica tras-
la de los pitagóricos. Algunos autores de un solo elemento (agua, "apei- cendentales.
(como E. Frank) niegan la relación; rón" y aire respectivamente). Para (2) Para designar los principios
otros ( como F. Enriques y G. de San- Jenófanes hay dos elementos básicos de una ciencia o de un sistema. Es
tillana) indican que con toda proba- (tierra, agua). Para Parménides los el uso corriente en muchos manuales
bilidad ciertas tesis de los eleatas elementos eran "formas", μορφαί. de introducción a una disciplina:
influyeron cuando menos sobre al- Anaxágoras habló de un número infi- Elementos de filosofía, Elementos de
gunos de los pitagóricos posteriores nito (o indefinido) de elementos cua- física, etc. Tenemos un ejemplo clá
(como Arquitas). litativamente distintos (las "homeo- sico de este uso en la obra Στοιχε-
Para bibliografía véase FILOSOFÍA merías") y Demócrito de un número ίωσις θεολογική, de Proclo: la Insti-
GRIEGA, JENÓFANTES, MELISO, PAR- infinito de elementos (los átomos; tutio theologica o Elementos de teo
MÉNIDES, PRESOCRÁTICOS, ZENÓN DE véase ATOMISMO). Se debe a Empé- logía.
ELEA. Además: Guido Calogero, Stu- docles la formulación más precisa de (3) Como expresión de la realidad
di sull'eleatismo, 1932. — J. Zafiro- la llamada "doctrina de los cuatro
poulo, L'École éléate, 1950. — J. H. M. en la cual se encuentra o "baña" una
M. Loenen, Parménides, Melissus, elementos" (tierra, agua, fuego, aire; entidad o concepto determinados. Así
Gorgias. A. Reinterpretation of Eleatic o, mejor, "lo sólido", "lo líquido", por ejemplo, cuando Hegel usa expre
Philosophy, 1959. "lo seco", "lo gaseoso"), de tan per- siones tales como "el elemento de lo
ELECCIÓN. Véase ALBEDRÍO (LI- sistente influencia en la Antigüedad negativo".
BRE ), DECISIÓN. y Edad Media y hasta principios de Véase: Laminne, Les quatre élé-
la época moderna. Platón habló de
507
ELO EMA EME
ments: le feu, l'air, l'eau, la terre. His- no sólo el alma, sino el universo en- nal-especulativo sobre la realidad.
toire d'une hypothèse, 1904. — W. tero. Por eso en el proceso dramático La noción de emanación fue utili-
Vollgraff, "Elementum", Mnemos IV, el tiempo actúa verdaderamente y zada, dentro del neoplatonismo, no
2 (1949), 89-115. — H. Koller, "Stoi- resulta absolutamente decisivo. sólo por Plotino, sino también por
cheion", Glotta, XXXIV (1955), 161- Jámblico. Éste consideraba como
74. — W. Burkert, "Stoixei=on . Eine La diferencia entre emanación y
semasiologische Studie", Philologus, creación es de orden todavía más fuente de la emanación lo que está
CIII (1959), 167-97. — Adolf Lum- complejo que el apuntado. En ri- más allá de lo Uno, más allá del prin-
pe, "Der Begriff 'Element' im Alter- gor, sólo puede entenderse con cla- cipio supremo inefable, h( a)/rrhtoj
tum", Archiv für Begriffsgeschichte, ridad suficiente cuando distinguimos a)rxh/. En los gnósticos, la emanación
VII (1962), 285-93. entre los diversos modos de produc- no suprime el proceso dramático,
ELOCUCIONARIO. Véase EJECU- ción de un ser. Estos modos de pro- puesto que está condicionada por la
TIVO. ducción han sido puestos especial- superioridad de las potencias buenas;
EMANACIÓN. En diversas doctrinas mente de relieve por la teología ca- así, el desarrollo dramático del uni-
y especialmente en el neoplatonismo, tólica, sobre todo en la medida en verso gnóstico está hecho, en último
la emanación es el proceso en el que ha sometido a elaboración con- término, por medio de una serie de
cual lo superior produce lo inferior ceptual las nociones de la teología emanaciones que se producen en el
por su propia superabundancia, sin helénica y ha establecido una com- instante en que se necesitan. La ema-
que el primero pierda nada en tal paración entre el modo de produc- nación ha sido asimismo admitida en
proceso, como ocurre (meta- ción que admite el cristiano como ciertos sistemas que han tendido al
fóricamente) en el acto de la difu- propio de Dios y otros modos po- panteísmo. Desde luego, en Avice-
sión de la luz. Pero, al mismo tiempo, sibles. Así, puede hablarse de un brón (VÉASE ). Pero también, en cier-
hay en el proceso de emanación un modo de producción por procesión to modo, en Escoto Erigena. Aun
proceso de degradación, pues de lo ( VÉ ASE ), en la cual una naturaleza cuando no pueda decirse de Escoto
superior a lo inferior existe la relación inmutable es comunicada entera a Erigena que su sistema sea entera-
de lo perfecto a lo imperfecto, de lo varias personas. Como veremos en mente panteísta, funciona en él la
existente a lo menos existente. La el artículo correspondiente, esta emanación como una procesión que
emanación es así distinta de la crea- comunicación puede operarse a su experimentará, una vez desarrollada,
ción (v.) que produce algo de la nada; vez de varias maneras, y es justa- una conversión. Sin embargo, como
en la emanación del principio supre- mente esta diversa operación lo que ya antes se indicó, no siempre que se
mo no hay, en cambio, creación de la permite entender en una cierta medida habla de processio y de irradiación
nada, sino autodespliegue sin pérdida el problema de las procesiones del ser al modo de la τερίλαμψις
del ser que se manifiesta. Lo emanado trinitarias. Puede hablarse de un plotiniana, hay emanación; el caso
tiende, como dice Plotino, a iden- modo de producción por transforma- de las procesiones trinitarias hace pa-
tificarse con el ser del cual emana, ción, donde un agente externo deter- tente tal diferencia.
con su modelo más bien que con mina en otro un cambio. Puede ha- EMERGENTE. El vocablo 'emer-
su creador. De ahí ciertos límites blarse de un modo de producción gente' ha sido usado todo en inglés
infranqueables entre el neoplatonismo por creación ( VÉASE ), cuando un (émergent) para caracterizar una de
y el cristianismo, el cual subrayaba agente absoluto extrae algo de la las teorías generales sobre la evolu-
la creación del mundo a partir de nada, es decir, lleva a la existencia ción (v.): la teoría de la evolución
la nada y, por lo tanto, tiene que algo no preexistente. Y puede hablarse emergente (émergent evolution). Esta
negar el proceso de emanación unido a de un modo de producción por doctrina, defendida por C. Lloyd
la idea de una eternidad del mundo. emanación, en la cual un agente ex- Morgan, Samuel Alexander y otros
Tal contraposición ha de entenderse trae de sí una substancia parecida. autores, afirma que cada nivel del ser
sobre todo en función de la Este tipo de emanación se llama es emergente respecto al nivel an-
introducción o no introducción del substancial, a diferencia de la ema- terior —e inferior—, es decir, que
tiempo: si en el neoplatonismo el nación modal en la cual el agente cada nivel del ser tiene respecto al
tiempo (VÉASE) no es ni mucho menos produce en sí una manera de ser nue- anterior una cualidad irreductible.
negado, acaba por reducirse y va, pero no esencial y necesariamente Por niveles —o capas— del ser se
concentrarse a la unidad originaria del ligada a él. Desde este ángulo no sólo entienden realidades tales como ma-
modelo; en el cristianismo, en cambio, aparecen como distintas la creación y teria, organismo (o vida), conciencia,
el tiempo es esencial, porque el la emanación, sino que se impone etc. Según Lloyd Morgan, el concepto
proceso del mundo no es simple una distinción entre esta última y de emergencia fue ya desarrollado por
despliegue, sino esencial drama. La ciertos modos especiales de procesión. J. S. Mill en su Lógica al discutir las
emanación suprime toda "peripecia" — Así, la noción de emanación en el "leyes heteropáticas" en las causas. J.
entendida ésta como aquello que no sentido usualmente utilizado en el S. Mill indica que no hay que
está forzosamente predeterminado y neoplatonismo y más todavía en desesperar de que ciencias como la
que puede decidir en un momento la diversas doctrinas de sesgo panteísta, química y la fisiología puedan elevarse
salvación o condenación del alma. El parece surgir siempre que la razón al rango de ciencias deductivas, pues
proceso dramático, en cambio, se funciona sobre lo real sin ciertas "aunque es imposible deducir todas
compone justamente de peripecias y trabas que la realidad impone; es, en las verdades químicas y fisiológicas
de situaciones, en las que puede cierto modo, una de las condiciones de las leyes o propiedades de
intervenir de todo pensamiento racio- substancias simples o agentes ele-
508
EME EME EME
mentales, pueden deducirse posible- que su lugar en la estructura varía a la vez de todo sensualismo y ato-
mente de leyes que comienzan cuan- de un modo semejante a como el valor mismo. De ahí que para Emerson
do esos agentes elementales se unen y sentido de una nota musical varía todo hecho de la Naturaleza sea un
en algún número no excesivo de com- de acuerdo con el lugar que ocupa reflejo y como un signo de un hecho
binaciones no demasiado complejas". en una composición. Por este motivo, del espíritu: los hechos naturales son
Así, las leyes de la vida no pueden la teoría de la cualidad ( VÉASE) fue caminos que conducen a realidades
deducirse, según J. S. Mill, de las elaborada con particular detalle por trascendentes, que se encuentran en
leyes de sus ingredientes, pero los los evolucionistas emergentistas, es- el fondo del alma tanto como en el
hechos de la vida pueden deducirse pecialmente por Samuel Alexander al fondo de las propias cosas. Ni en la
de leyes relativamente simples de la concebir justamente las cualidades Naturaleza ni en el espíritu hay esci-
vida. Tenemos, pues, por un lado, como "emergencias". Así, en el sistema siones absolutas, irremediables, pero
una reducibilidad (en algunos res- de Alexander las diferentes capas del esta identidad de toda cosa no es
pectos) y por el otro una irreducibi- ser se definen de acuerdo con sus más que el hecho de la posesión por
lidad (en otros respectos), lo cual cualidades, las cuales cambian según cada ser de una ley propia, de un
insinúa la posibilidad de emergen- las cosas, a diferencia de las modo de existir en cuya fidelidad
cias. Tal posibilidad es afirmada ex- categorías, que son invariables. Por radica su verdadera plenitud. La fi-
plícitamente por J. S. Mill cuando ejemplo, el movimiento es una cuali- losofía de Emerson insiste de conti-
manifiesta que si bien las causas com- dad emergente del Espacio-Tiempo. nuo en este pensamiento fundamental
binadas producen por lo general los De él emergen el universo empírico; de la ley propia de cada ser, que le
mismos efectos que cuando obran se- de éste la materia mecánica; de ésta, permite realizarse completamente; la
paradas, hay en algunos puntos par- la existencia físico-química; de ésta, creencia y la confianza en esta ley
ticulares casos en que las leyes cam- la vida y, finalmente, de la vida el implican, por una parte, la vida reli-
bian durante la transición, de tal suer- espíritu o la conciencia. giosa, cuyo valor consiste en su pro-
te que se produce una serie entera- C. Lloyd Morgan, Emergent Evo- funda interioridad y, por otra, la
mente nueva de efectos. Podríamos, lution (1923), I, § 1). El texto de existencia moral, conforme a la vez
así concluir que J. S. Mill admite J. S. Mill, en A System of Logic a la Naturaleza y al espíritu, por ser
la emergencia en los hechos aun (1843), III, vi, 2. El de G. H. Lewes en última instancia conforme con la
cuando la niegue en las leyes. en Problems of Lije and Mind, II divinidad.
(1874), Prop. V, cap. iii. — Para S.
El propio término 'emergente' co- Alexander, véase Space, Time, and
mo contrastante con 'resultante', fue Deity, 1920 passim. — Véase tam-
sugerido a C. Lloyd Morgan por G. bién: A. O. Lovejoy, en Proceedings
H. Lewes. Ambos distinguen entre of the Sixth Int. Congress of Philo-
(a) propiedades exclusivamente suma- sophy (1926), págs. 20-33. Id., id.,
tivas y substractivas, las cuales son "The Meanings of 'Emergent' and Its
predecibles, y (b) cualidades nuevas Modes", Journal of Philosophical Stu-
e imprevisibles. Lo resultante es pro- dies, II (1927). — Una teoría se-
ducto de suma; lo emergente es, mejante a la de los emergentistas,
pero sin las implicaciones empírico-
como dice Alexander, una "cualidad" evolutivas de los mismos, es la de N.
nueva. La concepción de la vida como Hartmann, el cual adopta un lenguaje
evolución emergente, señala C. Lloyd más bien ontológico-descriptivo. —
Morgan, se opone a su concepción Véase además: R. L. Worrall,
como una reagrupación de hechos Emergency and Matter, 1948.
físico-químicos. Esta última con- EMERSON (RALPH WALDO)
cepción, llamada mecánica, resulta, (1803-1882), nacido en Boston, es-
a su entender, inadecuada, pues si tudió en Harvard y fue ordenado
bien hay que admitir los resultan- en 1829 ministro de la "Old North
tes no pueden eliminarse los emer- Church" de Boston, cargo al que re-
gentes. La idea de C. Lloyd Morgan nunció en 1832, trasladándose a
se aplicó sobre todo a las relaciones Concord, donde falleció. Influido
entre la materia, la vida y la con- por el individualismo histórico de
ciencia. La vida, por ejemplo, es de- Carlyle y por el idealismo, figura
finida como una cualidad emergente capital del trascendentalismo ( VÍA-
de la materia (o del llamado "qui- SE), la filosofía de Emerson no tiene
mismo" de la materia). Varios ejem- ningún carácter extemo sistemático,
plos, casi todos ellos tomados de la pero no por ello consiste en un ar-
química del carbono en su relación bitrario conjunto de opiniones. Por
con la vida biológica, son, para C. el contrario, el fondo último de su
Lloyd Morgan, suficientemente pro- pensamiento es estrictamente cohe-
batorios de su teoría. La vida bioló- rente y responde tanto a un postulado
gica es, pues, una síntesis cuyos ele- íntimo como a un pensar atenido a
mentos no se alteran, pero cuya cua- las verdades eternas del idealismo en
lidad es modificada por el hecho de tanto que opuestas y superadoras
509
EMI EMO EMO
Poet and Thinker, 1904. — H. D. existe no puede comenzar a ser ahora, nas cuestiones tales como la depen-
Gray, Emerson, 1917. — J. A. Hill, como no sea producida por una cosa dencia o independencia de las emo-
Emerson and His Philosophy, 1919. que posea en sí, formal o eminente- ciones respecto a la estructura bioló-
—P. Sakmann, Emersons Geisteswelt, mente, todo lo que entre en la com- gica, y el carácter intencional o no
1927. — R. Reaver, Emerson as Myth-
Maker, 1954. posición de la piedra, es decir, que intencional de las emociones. Sin em-
contenga en sí las mismas cosas u bargo, debe tenerse en cuenta que
EMINENTE. Los escolásticos dis- otras más excelentes que las que están algunas de estas cuestiones son asi-
tinguen entre la perfección en sentido en la piedra" (Meditaciones, III; A. mismo dilucidadas en los menciona-
formal, en sentido virtual y en T. VII 44-45). En otros términos: "Las dos artículos sobre Pasión y Senti-
sentido eminente. La primera es la mismas cosas se dice que están miento. En lo que respecta a la clasi-
que está en un sujeto según su razón formalmente en los objetos de las ficación de las emociones, remitimos
especifica; la segunda es la que está ideas cuando están en ellos tal como al artículo sobre el concepto de pa-
en él contenida sin manifestación; la las concebimos; y se dice que están sión.
última es la que tiene el sujeto cuando en ellos eminentemente cuando no Una teoría de la emoción como
la posee del modo más perfecto. A son en verdad tales, sino que son tan afección del alma se halla ya en Aris-
su vez, la perfección eminente grandes que pueden suplir a su falta tóteles, cuando se refiere a las emo-
puede ser entendida eminentemente- por su excelencia" (Respuestas a las ciones (que, por lo demás, pueden
formalmente o eminentemente-virtual- Segundas objeciones. Definiciones, también llamarse "pasiones") como
mente. La noción de eminencia es IV; A. T. VII, 161). O también: una de las tres clases de cosas que se
aplicada sobre todo a Dios; se ha- "Pues aunque el ser objetivo de la encuentran en el alma. Emociones son
bla entonces de eminencia ontoló- idea deba tener una causa real, no afectos tales como el apetito (VÉASE),
gica, entendiendo por ella la que hay siempre necesidad que esta causa el miedo, la envidia, la alegría, el
corresponde a la Persona divina cuan- la contenga formaliter, sino sólo emi- odio y, en general, los sentimientos
do, comparada con la criatura, no nenter" (Carta a Mersenne de marzo acompañados de placer y dolor (Eth.
ofrece similitud de especie o de gé- de 1642; A. T. III, 545). Nos hemos Nic., II 4. 1105 b 21 y sigs.). Estas
nero y trasciende todos los grados extendido en estas citas de Descartes emociones se manifiestan casi siempre
del ser creado. De ahí que se diga para mostrar que el filósofo usa el ante la perspectiva de algo; el alma
que en Dios se encuentran eminen- citado vocablo —y, con él, muchos se siente con ello agitada y "movi
temente las perfecciones finitas y se términos técnicos de la filosofía da". Los filósofos han discutido mu-
hable en teología de un "método medieval— no sólo ocasionalmente, cho acerca del papel que las emocio-
de eminencia". La eminencia es lla- sino de un modo reiterado. Un uso nes desempeñan en la vida humana.
mada lógica cuando, referida a la análogo del término 'eminente' se Algunos han proclamado que debe
propia inconmensurabilidad, permite halla en Spinoza, y también en buscarse una armonía de las emocio-
sostener que no hay con respecto Wolff. nes; otros, que deben cultivarse so-
a Dios una adecuación del intelecto lamente aquellas emociones que cau-
y de la cosa como la que hay EMOCIÓN. No es fácil distinguir
entre el significado de 'emoción' y el san alegría o placer; otros, que,
respecto a los entes creados. cualesquiera que sean las emociones
Él uso del término 'eminente' en significado de 'pasión' o hasta de
'sentimiento'. En los tres términos late habidas, han de experimentarse con
un sentido muy semejante fue adop- moderación; otros, finalmente, que es
tado por la mayor parte de los gran- la idea de una agitación del ánimo.
Emociones tales como la alegría o la mejor descartar las emociones — lo
des filósofos del siglo XVII. Descartes, que se suele manifestar usualmente
por ejemplo, distingue entre la exis- tristeza son llamadas asimismo "pasio-
nes" y, sobre todo, "sentimientos". Es como necesidad de "descartar las pa-
tencia objetiva, la existencia formal siones". Los filósofos que se han in-
y la existencia eminente. La primera mejor reconocer que no poco de lo
que se dice acerca de las emociones clinado por esta última alternativa
es la existencia en la idea formada (entre los cuales descollaron los estoi-
por la mente, es decir, la existencia puede decirse también de las pasiones
y de los sentimientos; remitimos a tal cos) han fundado su doctrina en una
como objeto del pensamiento de idea de la emoción como perturba-
acuerdo con el sentido tradicional del efecto a los artículos correspondientes.
Algunas veces se ha intentado distin- ción innecesaria del ánimo. Esta per-
objeto (VÉASE). La segunda es la turbación empaña la serenidad que
existencia que hoy llamamos objetiva, guir entre los tres citados conceptos
de un modo cuantitativo; se ha dicho, acompaña a la racionalidad, por lo
y que equivale a la existencia en sí. que la emoción es entonces conside-
La última es la existencia de algo por ejemplo, que la pasión es más
fuerte que la emoción y ésta es más rada como opuesta a la razón. Sin
en el principio que le da origen y embargo, aun los filósofos que han
ser. Algo existe eminentemente en intensa que el sentimiento. Pero las
diferencias cuantitativas no son aquí acentuado la necesidad de sobrepo-
otra cosa cuando debe su realidad ner la razón a la emoción, no han ido
a esta cosa; la existencia eminente enteramente satisfactorias. En vista
de estas dificultades, adoptaremos el tan lejos hasta predicar una completa
es el fundamento de toda existencia supresión de todas las emociones.
formal y objetiva, pues, como dice siguiente criterio: tratar el concepto
de emoción especialmente en tanto Pues hay emociones "buenas" y emo-
Descartes, "lo que contiene en sí más ciones "malas", emociones nobles y
realidad no puede ser consecuencia que afecto general en relación con (y
también en contraste con) lo intelec- emociones innobles.
y dependencia de lo menos perfecto",
al modo como "la piedra que aún no tual y lo volitivo. En el curso de este La tendencia de muchos filósofos
análisis discutiremos brevemente algu- a predicar el dominio de las emocio-
510
EMO EMO EMO
nes (y de las "pasiones") fue conti- dividido en dos escuelas. Una de ellas Junto a los intentos antes reseñados
nuada por no pocos pensadores cris- sostiene que lo que hay primero es la ha habido esfuerzos con el fin de dis-
tianos. Pero éstos, especialmente los emoción (por ejemplo, temor, ver- tinguir entre la emoción y la expre-
de inclinación agustiniana, relaciona- güenza) y luego, como consecuencia sión de la emoción (que en Darwin
ron con frecuencia íntimamente las de ella, ciertas alteraciones fisiológi- [The Expression of Emotions in Man
emociones con la voluntad. Lo que cas (por ejemplo, temor, rubor). Otra and Animáis, 1872] y luego, por dis-
importa en la emoción no es ella mis- mantiene que lo que hay primero son tintos motivos, en los behavioristas
ma, sino el modo como es querida. ciertas alteraciones fisiológicas y lue- [véase BEHAVIORISMO] aparecen es-
Como escribió San Agustín, "la vo- go, como consecuencia de ellas, una trechamente ligadas). En un pasaje
luntad justa es un amor bueno; la emoción. Destacados representantes de su obra sobre el mito del Estado,
voluntad perversa, un amor malo" de esta última opinión son F. A. Lan- Ernst Cassirer ha escrito a este efecto
(De civ. Dei, XIV viii 2 ). Sin embar- ge y William James (por lo que tal lo siguiente: "La expresión de una
go, ello no significa que la voluntad doctrina recibe el nombre de "doctri- emoción no es la propia emoción: es
sea absolutamente determinante; en na de Lange-James"). Ha sido expre- la emoción convertida en imagen." A
rigor, voluntad y emoción parecen de- sada con gran claridad por William la vez, Cassirer distingue entre expre-
terminarse una a la otra en cuanto James en una famosa página de sus siones físicas y expresiones simbólicas.
que una emoción "buena" puede de- Principios de Psicología (Principies of Las primeras son comunes a los ani-
terminar la dirección de la voluntad. Psychology, 1890, t. II): "Sentimos males y al hombre; las segundas, son
En todo caso, las emociones desem- algo (we feel sorry) porque lloramos; propias sólo del último. Lo que im-
peñan dentro del pensamiento cristia- estamos furiosos, porque golpeamos; porta en las emociones humanas es su
no un papel más fundamental que temerosos, porque temblamos" y no expresión simbólica — la cual ha pro-
dentro del pensamiento griego. "lloramos, golpeamos o temblamos, ducido las representaciones míticas y
En la época moderna ha sido muy porque sentimos algo, estamos furio- religiosas. Esta distinción se halla
corriente considerar las emociones co- sos o temerosos". fundada en una antropología: aquella
mo una forma inferior de actividad En nuestro siglo ha habido varios según la cual el hombre es esencial-
intelectual (Leibniz, Wolff, Herbart). intentos de poner de relieve el carác- mente un "animal simbólico".
La emoción aparece como un cono- ter peculiar (y a veces, irreductible)
cimiento confuso. Las emociones no de las emociones y a la vez su inten-
tienen una "lógica propia"; la idea cionalidad. Uno de los más logrados
pascaliana de una "lógica del cora- intentos al respecto es el de Max
zón" ha sido considerada durante mu- Scheler. Éste hace de la emoción un
cho tiempo como una paradoja. Se ha acto intencional en el cual son dadas
admitido que se puede conocer algo esencias sin significaciones. La vida
mediante las emociones, pues se ha emocional no es una especie inferior
reconocido el carácter intencional de en la vida intelectual. No se halla
éstas, pero lo que haya en las emo- tampoco fundada en procesos fisioló-
ciones de "lógico" se ha reducido al gicos (aunque se halle acompañada
intelecto, única facultad capaz de di- por ellos) ni es un simple "estado"
rigir y clarificar las emociones. Cuan- más o menos pasivo. La vida emocio-
do, después de las citadas tendencias nal posee, según Scheler, su propia
racionalistas, se ha intentado com- autonomía. Scheler ha investigado lo
prender la naturaleza propia de las que ha llamado "las leyes de la vida
emociones, lo comente ha sido negar- emocional" como leyes autónomas. Su
les el carácter intencional. Las emo- doctrina se ha basado en el análisis
ciones han sido concebidas como —y, sobre todo, en la descripción fe-
"modos de ser" de la psique, capaces nomenológica— de "unidades de vi-
de teñir por completo la vida psicoló- vencia" y no en el estudio de supues-
gica, pero sin estar necesariamente tos elementos abstraídos artificialmen-
correlacionadas con "objetos". En este te de estados afectivos totales. Se ha
caso se ha subrayado que las emocio- hablado al respecto de un "panemo-
nes eran fundamentalmente "estados" cionalismo" o ("panemotivismo"), tan
y se ha destacado su carácter básica- unilateral como el "panintelectualis-
mente "pasivo". Pero cuando se ha mo" y el "panvoluntarismo". Nos he-
procurado ver en qué se fundaban las mos referido con más detalle a las
emociones se ha llegado con frecuen- doctrinas de Scheler sobre este punto
cia a las dos conclusiones siguientes. en el artículo acerca de la noción de
Primero, que las emociones se hallan Sentimiento. Agreguemos que aunque
ligadas a la expresión de las emocio- los resultados obtenidos son muy dis-
nes. Segundo, que las emociones se tintos de los de Scheler, el estudio por
hallan relacionadas estrechamente con Jean-Paul Sartre de las emociones se
procesos fisiológicos. Los que han de- halla encaminado asimismo a destacar
fendido esta última opinión se han su autonomía y su intencionalidad.
511
EMO EMP EMP
EMOTIVÍSIMO. Si se acepta, con nistas manifestándose que los enun- siderado como la mezcla de cuatro
los positivistas lógicos, que todas ciados éticos son "imperativos" o elementos o "principios" —agua, fue-
las proposiciones pueden clasificarse cuando menos "recomendativos". go, aire y tierra—, calificados con
en proposiciones puramente analíticas Ahora bien, puesto que las propues- nombres divinos — Nestis, Zeus, He-
y proposiciones empíricamente tas anteriores no parecen agotar todo ra, Edoneo. Estos principios o ele-
verificables, hay que concluir que cier- lo que hay en las expresiones éticas, mentos son eternos e indestructi-
tas "proposiciones" tales como "robar se ha intentado elaborar una teoría bles; son, como dice Aristóteles,
es malo", "ayudar al prójimo es bue- más completa de los usos del lenguaje "eternamente subsistentes y no en-
no", "esto es injusto", "esto es justo", en el que tienen lugar enunciados gendrados". Todas las cosas nacen
etc., no son, propiamente, proposicio- normalmente considerados como éti- y perecen por unión y separación de
nes. La objeción de que lo son porque cos. Mencionemos a este respecto la los mismos, de tal suerte que la cua-
pueden traducirse a proposiciones em- idea del lenguaje prescriptivo y su lidad de cada objeto reside en la
píricamente verificables —por ejem- clasificación en enunciados imperati- proporción en que cada uno de los
plo, la "proposición" "robar es malo" vos y enunciados valorativos (R. M. elementos entra en la mezcla. "Hay
puede traducirse por la proposición Hare); los últimos no pueden simple- sólo —afirma Empédocles— mezcla y
"No apruebo el robo"— ha sido des- mente reducirse a los primeros, por lo separación de lo mezclado, pero no
echada mostrándose que la desapro- que hay que determinar en qué con- nacimiento, que es una simple manera
bación (o aprobación) de algo no es siste la valoración en que se funda de decir de los hombres." Ahora
en modo alguno incompatible con la gran parte de la actividad ética. Se bien, lo que hace que los elementos
aserción de que tal algo es malo (o ha propuesto a este respecto la idea se mezclen y separen, son dos fuer-
bueno). Por lo tanto, parece que hay de que valorar es comparable a "gra- zas externas —el Amor y el Odio—,
que negar a las expresiones éticas el duar", esto es, a elegir de acuerdo con que representan un poder natural y
carácter de proposiciones o bien in- ciertos criterios (J. O. Urmson). Se divino, que son respectivamente el
troducir un nuevo tipo de éstas. Algu- ha reconocido con ello la peculiaridad Bien y el Mal, el Orden y el Desor-
nos autores han propuesto que las y a la vez la complejidad del lengua- den, la Construcción y la Destruc-
expresiones éticas, aunque no son em- je ético, y se ha concluido que el ción. Lo que había en el comienzo
píricas, son emotivas, esto es, mani- emotivismo, por lo menos en las pri- era el Bien y el Orden, el absoluto
fiestan sentimientos de índole ética. meras formulaciones dadas del mis- predominio del Amor, por el cual exis-
Como tales, no pueden ser declaradas mo, era una teoría excesivamente sim- tía una mezcla completa de los cuatro
verdaderas o falsas. Pero ello no signi- plificada. elementos en la unidad orgánica de
fica que sean necesariamente de ca- una "esfera". La intervención del
rácter "arbitrario" o "subjetivo". Los Odio fue el origen de las cosas, de
enunciados éticos y, en general, valo- los seres individuales, que se van
rativos, no pueden confirmarse por no diversificando hasta la separación
ser empíricos, pero no por ello dejan absoluta y el dominio absoluto del
de ser enunciados éticos en vez de mal. Pero en este estado no hay
ser sólo manifestaciones de humor tampoco cosas particulares; es, a la
personal. vez que la culminación del imperio
La doctrina en cuestión ha recibido del Odio, el principio del Amor que
los nombres de emotivismo y también vuelve a confundirlo y mezclarlo
teoría emotiva. Ha sido propuesta y todo hasta que haya una sola cosa,
desarrollada sobre todo por autores esa perfecta esfera que se llama tam-
anglosajones (A. J. Ayer, C. L. Ste- bién Dios. Tal perfección se encuen-
venson) en oposición a otras múltiples tra así en el origen del mundo actual
doctrinas éticas (ética "metafísica", y en su término; el mundo actual,
ética axiológica, naturalismo, intuicio- EMPATIA. Véase ENDOPATÍA, SIM- donde hay seres individuales y, por lo
nismo, etc.). Las dificultades con que PATÍA. tanto, odio e injusticia, es, en el fon-
ha topado dicha doctrina han sido EMPÉDOCLES. (ca. 483/2-430 an- do, una expiación, un proceso de pu-
examinadas con detalle por los mis- tes de J. C. ) de Agrigento fue consi- rificación que sólo terminará cuando
mos autores que la han propuesto. Se derado durante toda la Antigüedad el Amor triunfe nuevamente; pero
ha advertido, por ejemplo, que los como un taumaturgo y un profeta; este triunfo es también precario y la
enunciados éticos no son inútiles, por- parece haber recorrido las ciudades evolución de los mundos no es sino
que tienen un carácter de "mando" y de la Magna Grecia como orador y un proceso en el cual se manifiesta
de "incitación" a la acción. También mago, y el propio Diógenes Laercio inexorablemente un dominio alternati-
se ha dicho (C. L. Stevenson) que si dice que hay variedad de opiniones vo del Odio y del Amor, del Bien
bien los términos usados en enuncia- acerca de su muerte, siendo una de y del Mal.
dos éticos no son términos descripti- las más difundidas versiones la de Aunque hemos presentado sumaria-
vos, son, en cambio, términos dinámi- que se suicidó arrojándose al cráter mente "la" doctrina de Empédocles
cos que producen (o pueden producir) del Etna. Siguiendo la tradición de según consta en los fragmentos que
reacciones afectivas. En suma, se ha los jónicos, Empédocles desarrolló del filósofo se conservan, debe adver-
intentado eludir las objeciones presen- una explicación del universo, en la tirse que las dos obras suyas, Acerca de
tadas por naturalistas y por intuicio- cual todo fenómeno natural es con- la Naturaleza (Peri/ fusewj) y Las
512
EMP EMP EMP
Purificaciones (kaqarmoi) parecen re- el sensacionismo neutralista de Mach contrapone también al lunatismo (v.)
velar dos distintas tendencias: una, y especialmente la filosofía gnoseo- según el cual el espíritu, el alma, la
"científica" (y hasta "materialista"); lógica de la inmanencia ( VÉASE ). En mente y, en general, el llamado "su-
la otra, religiosa (y hasta mística). substancia, el empiriocriticismo con- jeto cognoscente" posee ideas inna-
Se ha debatido a veces si Empédocles siste en una crítica de la experiencia tas, esto es, anteriores a toda adquisi-
pasó de la primera a la segunda o pura por medio de la cual se elimi- ción de "datos". Para los empiristas,
viceversa por medio de una especie nan todos los supuestos metafísicos el sujeto cognoscente es comparable a
de "conversión", o si ambas tenden- operantes no sólo en el racionalismo, una tabla ( VÉASE ) rasa o a un ence-
cias coexistieron en la mente del filó- sino en casi todas las corrientes fi- rado donde se inscriben las impresio-
sofo. En este último caso —el más losóficas. Esta crítica de la experien- nes procedentes del "mundo externo".
probable— se ha discutido asimismo cia no es, pues, simplemente una Se pueden destacar en el empirismo los
si hay que considerar ambas tenden- "solución" de los problemas. En un aspectos psicológico, gnoseológico y
cias como filosóficamente indepen- sentido análogo al de ciertas corrien- metafísico. El empirismo psicológico
dientes entre sí o si hay alguna tesis tes del actual positivismo lógico, el mantiene que el conocimiento tiene
o intuición filosófica que las religue. empiriocriticismo procede a una des- enteramente su origen en la expe-
Algunos autores (E. R. Dodds, Gre- problematización del mundo, sólo riencia. El empirismo gnoseológico
gory Vlastos) opinan que no se pue- posible cuando se cumplen lo que mantiene sobre todo que la validez de
den concordar las dos tendencias. todo conocimiento radica en la expe-
Avenarius llama los axiomas o su-
Otros autores (F. M. Cornford, K. S. riencia. El empirismo metafísico man-
puestos de la doctrina. Éstos com-
Guthrie) manifiestan que no sólo las tiene, o tiende a mantener, que "la
dos tendencias en cuestión coexistie- prenden el axioma de los conteni-
realidad misma" es, por así decirlo,
ron sin extrañeza mutua en el pensa- dos del conocimiento —según el "empírica", esto es, que no hay más
miento de Empédocles, sino también cual cada "sujeto" acoge lo que se realidad que la que es accesible a la
que algunos elementos de una (como le da en el contorno en el cual vive— experiencia, y en particular a la expe-
la idea de Amor [o Amistad] que re- y el axioma de las formas del cono- riencia sensible.
liga y une las cosas) son interpreta- cimiento — según el cual todas las Tomado en un sentido muy general
bles a la vez materialística y mística- formas científicas del conocer son se pueden rastrear muchas corrientes
mente. Los partidarios de esta última consecuencias o derivaciones de una empiristas en la historia de la filoso-
opinión se apoyan en el hecho de que forma pre-científica de conocer o, fía. Así, por ejemplo, es común des-
en la cultura griega de la época no mejor dicho, de "acoger" lo que se cribir la filosofía aristotélica, el epicu-
había necesariamente conflicto entre da. El empiriocriticismo parte, por reismo, el escepticismo (especialmente
lo filosófico (o "científico") y lo reli- consiguiente, de un "concepto natu- Sexto, justamente llamado "el
gioso — y, en general, entre lo ra- ral del mundo" previo inclusive a empírico"), el nominalismo, etc. como
cional ν lo irracional. su ulterior posible elaboración "na- empiristas. La gran diversidad de co-
turalista" o de acuerdo con las ca- rrientes calificadas, parcial o total-
tegorías que se suponen constituir mente, de empiristas muestra ya que
la Naturaleza. La introyección o en- el término 'empirismo' puede enten-
dopatía ( VÉASE) representa un fal- derse de muchas maneras. El empiris-
seamiento de este concepto natural o mo aristotélico es, en efecto, muy
concepto puramente empírico, caren- distinto del empirismo de los epicú-
te de supuestos no sólo metafísicos, reos. No todos los empiristas fundan
sino también "científicos", por lo el conocimiento en el mismo tipo de
menos en el sentido habitual y tra- experiencia. En vista de ello se ha ale-
dicional de esta expresión. gado que solamente merecen ser lla-
Además de las obras de Avenarius mados "empiristas" los autores que se
véase: G. Wobbermin, Théologie und apoyan exclusivamente en la experien-
Metaphysik, 1901 (Parte II: Ueber cia de los sentidos. En este último
den Empiriokritizismus vom Stand caso está Sexto el Empírico, pero no,
punkt des theologischen Interesset
aus). ·— F. van Cauwelaert, "L'empi en cambio, Aristóteles o los estoicos.
rio-criticisme", Revue néo-scolasti· Se ha alegado asimismo que es mejor
que", XIII (1906) y XIV (1907). restringir el término 'empirismo' apli-
EMPIRIOMONISMO. Véase BOG cándolo al llamado "empirismo mo-
DANOV (A.). derno" y especialmente al "empirismo
EMPIRISMO es el nombre que re- inglés" (Francis Bacon, Hobbes, Loc-
cibe una doctrina filosófica, y en par ke, Berkeley, Hume). Los que admiten
ticular gnoseológica, según la cual el tal restricción suelen, además,
conocimiento se halla fundado en 1: contraponer este "empirismo inglés"
EMPIRIOCRITICISMO. Se llama experiencia (VÉASE). El empirismo se al "racionalismo continental" (el de
empiriocriticismo a la filosofía de contrapone por lo usual al racionalis Descartes, Malebranche, Spinoza,
Avenarius, la cual está a su vez re- mo (VÉASE), según el cual el conoci- Leibniz, Wolff, etc.). En el presente
lacionada con doctrinas hasta cierto miento se halla fundado, cuando me- artículo entenderemos el empirismo
punto "empiriocríticas", tales como nos en gran parte, en la razón. Se como "empirismo moderno y contení-
513
EMP EMP EMP
poráneo" y usaremos la citada expre- marse "reflexión" y mediante el cual priori (en la matemática y en la físi-
sión "empirismo inglés". Pero lo últi- se hace posible el reconocimiento de ca). El rechazo del empirismo (gno-
mo no significa que consideremos conceptos y, en general, de algo "uni- seológico) es, así, equivalente a la
plenamente adecuada la contraposi- versal". Esto no significa que lo admisión de la aprioridad en cuanto
ción entre "empirismo inglés" y "ra- "universal" sea aceptado como pro- "constitutiva" ( véase CONSTITUCIÓN
cionalismo continental". En efecto, piamente real. Especialmente los au- Y CONSTITUTIVO).
hay autores empiristas que, como tores que son a la vez empiristas y Es típico de la mayor parte de co-
Locke, muestran un fuerte componente nominalistas manifiestan gran descon- rrientes empiristas concebir la expe-
racionalista. fianza hacia todo lo que aparece como riencia —cuando menos en su primera
Común a casi todos los empiristas "abstracción". Por eso hay entre los "fase"— como "experiencia sensible"
modernos, y en particular a los empi- autores empiristas muy diversas doc- o "experiencia de los sentidos". Por
ristas ingleses, es la concepción del trinas acerca de la naturaleza de "lo este motivo no se suelen considerar
espíritu o sujeto cognoscente como un abstracto". En este sentido hay gran- como propiamente empiristas las doc-
"receptáculo" —al principio, un "re- des diferencias entre Locke y Berke- trinas para las cuales el fundamento
ceptáculo vacío"— en el cual ingre- ley o entre Locke y Hume y aun a de la experiencia es la llamada "ex-
san los datos del mundo exterior veces entre Berkeley y Hume — para periencia interior" (como en Maine
transmitidos por los sentidos mediante limitarnos a mencionar los "tres em- de Biran y varios espiritualistas fran-
la percepción. Los datos que ingresan piristas ingleses 'clásicos' ". También ceses). Tampoco se suelen considerar
en tal "receptáculo" son las llamadas, difieren los empiristas en lo que res- como empiristas las tendencias que
por Locke y Berkeley, "ideas" y las pecta a la naturaleza de los procesos han ensayado una ampliación de la
llamadas, por Hume, "sensaciones". de inferencia y a lo que Hume llamó noción de experiencia en la cual se ha
Estas ideas o sensaciones son la base "relaciones de ideas". La admisión de incluido la llamada "experiencia ideal"
de todo conocimiento. Pero el conoci- una diferencia básica entre los "he- o "experiencia de los objetos ideales"
miento no se reduce a ellas; en efecto, chos" y las "ideas", tal como es pro- (y de las "esencias"), según ocurre en
si tal fuera el "conocimiento" sería puesta por Hume, para quien las la fenomenología, con su aspiración a
simplemente una serie inconexa de da- "ideas" (en el sentido de "relaciones un "positivismo total". Por otro lado,
tos meramente "presentes". Es menes- de ideas") son meras posibilidades de son empiristas doctrinas como la de
ter que las ideas o sensaciones se combinación, no es el único tipo de John Stuart Mill, el cual intentó redu-
"acumulen", por así decirlo, en el es- empirismo existente, pero es uno de cir inclusive lo "ideal" (por ejemplo,
píritu, de donde "acuden" o, mejor, los formulados con mayor precisión y los objetos matemáticos) a la expe-
de donde "son llamadas" para enla- uno de los que han ejercido mayor riencia sensible.
zarse con otras percepciones. Con ello influencia. Gran parte de las tenden- Teniendo ahora en cuenta el citado
se hace posible ejecutar operaciones cias empiristas contemporáneas, desde "empirismo inglés" y otras formas de
tales como recordar, pensar, etc. —a Mach hasta el positivismo lógico, han empirismo manifestadas especialmen-
menos que sean estas operaciones las seguido en este respecto el empirismo te en la época contemporánea, pueden
que hacen posible el recurrir a las de Hume. clasificarse las doctrinas empiristas en
ideas o sensaciones "depositadas"—; Es característico de los empiristas la forma siguiente:
en todo caso, es necesaria esta segunda antes mencionados el apoyarse en lo ( 1 ) El empirismo sensible, basado
fase del proceso cognoscitivo para que que hemos llamado "empirismo psico- principalmente en las sensaciones (y
el conocimiento sea propiamente lógico" —o la descripción de la "geo- llamado a veces por ello también
conocimiento y no mera "presencia de grafía del espíritu"— y darle un sen- "sensacionismo" ), ya sean tales sensa-
percepciones" continuamente cam- tido gnoseológico. Contra ello se ma- ciones concebidas psicológicamente o
biante. La relación entre la primera y nifestó Kant. Al comienzo de la Crítica bien como el aspecto que ofrece, mi-
la segunda fase del proceso cognosci- de la razón pura, Kant declara que si rada interiormente —y neutralmente—
tivo es paralela a la relación entre las bien todo conocimiento comienza con la trama de lo real. (2) El empirismo
ideas o sensaciones primitivas y las la experiencia (mit der Erfahnmg inteligible, para el cual el sujeto pro-
ideas o sensaciones llamadas "comple- anfange; mit der Erfahrund anhebt), pio posee la condición de una cierta
jas" sin las cuales no podría haber no todo él procede de la experiencia apertura natural a lo ideal, de tal
nociones de objetos compuestos de va- (entspring. . .aus der Erfahrung). Ello modo que hay entre ellos una espe-
rias "ideas elementales", esto es, de quiere decir que el origen del conoci- cie de adecuación, y de tal modo,
objetos (que se suponen ser "subs- miento se halla (psicológicamente) en además, que el extremo límite de
tancias") con cualidades. En efecto, la experiencia, pero que la validez del este "empirismo" sería ya un ontolo-
la formación de los objetos compues- conocimiento se halla ( gnoseológica- gismo (VÉASE ). (3) El empirismo
tos no sigue el orden en el cual han mente) fuera de la experiencia. Así, moderado o crítico, que admite el
sido originariamente dadas las impre- el conocimiento no es para Kant todo origen empírico del conocer, pero
siones primarias, sino diversos otros él a posteriori; se "constituye" por niega que en tal origen se halle el
órdenes que, por lo demás, tienen que medio del a priori (VÉASE). Para los fundamento de la validez, pues la
ser siempre confirmados recurriendo empiristas ingleses, y especialmente relación es siempre para dicha ten-
a la experiencia primaria. para Hume, lo a posteriori es sintético dencia algo distinto de lo relacio-
Al lado de los citados procesos o, y lo a priori es analítico (véase ANA- nado. (4) El empirismo radical, que
mejor dicho, sobreponiéndose a ellos, LÍTICO Y SINTÉTICO). Para Kant hay no solamente considera que la expe-
se halla un proceso que puede lla- la posibilidad de juicios sintéticos a riencia es el fundamento del conoci-
514
EMP EMP EMP
miento, sino que llega a hacer de mente dicho, o al Círculo de Viena, ningún elemento debe ser omitido
todas las relaciones algo directamente pueden considerarse como incorpora- del inventario". No hay razón, en
experimentable; siendo las rela- dos al empirismo científico; así, lógi- efecto, para hacer como Hume y de-
ciones, en esta tendencia, partes de cos y filósofos como A. J. Ayer, Ernest tenerse en las condiciones sustanti-
la experiencia, todo lo que no sea Nagel, F. P. Ramsey, John Wisdom, vas del "yo" para olvidar las con-
experiencia será pura inexistencia. I. H. Feigl, etc. ( procedentes, pues, de diciones transitivas, pues ello tiene
En efecto, como dice W. James, diversas direcciones: escuela de Cam- por consecuencia olvidar "la esencial
defensor de este tipo de empirismo, bridge, neonaturalismo norteamerica- continuidad de la mente" (Mind).
"con el fin de que un empirismo no, círculo fiel a Wittgenstein, etc.), (8) El empirismo idealista o idealismo
sea radical es menester que no admita pertenecen o han pertenecido al movi- empírico, defendido por Edgar Arthur
en sus construcciones ningún elemento miento del empirismo científico, el Singer ( VÉASE ), quien pretende una
que no sea directamente ex- cual se ha concretado en el llamado reconciliación del idealismo con el
perimentado, ni excluya de ellas nin- "Movimiento para la Ciencia Unificada" empirismo y aun con el mecanicismo.
gún elemento que sea directamente y que ha expresado sus puntos de vista, (9) El empirismo dialéctico, una de las
experimentado" (Essays in Radical antes en parte defendidos en formas que adopta el integracionismo
Empiricism, II, i). (5) El empirismo Erkenntnis, y en las colecciones Ein- (v. ) defendido por el autor de la
científico, punto de reunión en las heitswissenschaft, en el Journal of Uni- presente obra. Ahora bien, y para
últimas décadas de otras múltiples fied Science, así como en las monogra- señalar los principales representantes
posiciones: tendencias "analíticas" de fías destinadas a constituir la Encyclo- de los tipos de empirismo
todas clases (véase ANÁLISIS); afir- paedia of Unified Science. A esta primeramente citados, podríamos decir
mación de la necesidad de verifica- dirección se han incorporado también que mientras el empirismo sensible (1)
bilidad (véase VERIFICACIÓN ) para algunos lógicos del Círculo de Varso- es el empirismo de tipo "clásico" y co-
la significación de toda proposición via (VÉASE) e inclusive algunos an- rresponde a filosofías tales como las
sintética; interés por el desarrollo tiguos neo-realistas. Así, las diferen- de Hume y John Stuart Mill (y, en
de la estructura lógica de las cien- cias entre el empirismo científico y la medida en que sea sensacionista,
cias, en particular de las físico-ma- las direcciones que desembocaron en a la de Mach), el empirismo inteli-
temáticas; simbolismo, etc. Estr em- él o lo prepararon son a veces una gible (2) es la posición de todos los
pirismo es llamado, en algunas de simple cuestión de matiz; en rigor, que han intentado superar el posi-
sus direcciones, empirismo lógico, todos pertenecen a un movimiento tivismo mediante la afirmación de
aunque, por lo general, se reconoce que, rechazando la clásica solución la aprehensibilidad de las esencias
que el empirismo científico es una empirista de subordinar completa- (Husserl) o mediante el descubri-
posición más amplia, de la cual el mente el análisis a la síntesis y de miento de una realidad proporcio-
empirismo lógico o positivismo ló- deducir lo ideal de lo real, mantienen nada por los datos inmediatos y
gico —principalmente el de la escuela estrictamente separados los dos órde- ocultada por la conceptualización
de Viena—, así como el analitismo de nes, aspiran a constituir una mathesis utilitaria (Bergson). Por su lado, el
la Escuela de Cambridge, los universalis tanto más posible cuanto empirismo moderado o crítico (3) es
grupos de Oslo y Upsala, etc., se- que previamente se ha vaciado a lo el típico de una cierta interpretación
rían simples componentes. Su carac- ideal de todo lo que no sea pura- del kantismo, y el empirismo radical
terística más acusada es el propósito mente analítico, aspiran a constituir ( 4 ) es el propio de todas aquellas
de vincularse a las demás formas, "científicamente" la filosofía —in- filosofías centradas en torno al im-
clásicas y contemporáneas, del empi- clusive en la vía de la especialización presionismo filosófico (Mach) o en
rismo, intentando una unificación de y cooperación— y definen esta última torno a la concepción experimental
todas las actitudes empíricas sin ne- como "actividad aclaradora", como de toda forma de relación (James).
cesidad de sostener ninguna tesis de "sistema de actos". Junto a ellos hay: Sobre el empirismo griego, véase:
carácter metafísico, antes bien recha- (6) el empirismo integral, como ha
zando enérgicamente toda tesis meta- sido defendido por R. Frondizi (VÉA-
física como carente de significación. SE ) y (7) El empirismo total, defen-
Históricamente, el empirismo cientí- dido por S. Alexander (Cfr. Space, Ti-
fico se ha constituido, pues, como me, and Deity, Libro I, cap. vi) cuando
un intento de unificación de todos se adhiere a la máxima de Hume,
los tipos del positivismo lógico, del según el cual hay que buscar siempre
empirismo lógico y de las direcciones la base empírica de nuestras ideas,
"analíticas". Estas corrientes, auxilia- pero corrigiéndola en el sentido de
das por el progreso de la logística combatir su inadmisible prejuicio en
(VÉASE) y por el desarrollo de las favor de ciertas impresiones. Para
investigaciones de índole semiótica, Alexander, "un empirismo cabal acepta
consideraron necesario llegar a un su fórmula [la de Hume], pero como
acuerdo de principio, que fue pro- no tiene ningún prejuicio en favor de
pugnado muy particularmente por las existencias separadas o distintas
H. Reichenbach, W. Dubislav y Ch. que atraen nuestra atención, insiste
Morris. Muchos que no prestarían su en que en el curso de las inspecciones
adhesión al positismo lógico propia- hechas por la experiencia
515
EN EN
mundo, el mundo está en la concien- (4 Como el género está en la espe-
cia. Puede analizarse con fruto el sig- cie y, en general, la parte de la forma
nificado de 'en' en numerosos filóso- específica está en la definición de la
fos: en Aristóteles, en Hegel, en Hei- forma específica.
degber, etc. El análisis de la preposi- (5) Como la salud está en las co
ción 'en' puede llevarse a cabo de muy sas calientes y frías y, en general, la
diversas maneras. Pueden examinarse forma está en la materia.
los significados de 'en', los usos de (6) Como los asuntos de Grecia
'en', etc. Puede adoptarse un punto de están en el que tiene el poder ( = de
vista primariamente "lingüístico", o penden del que tiene el poder), y, en
uno lógico, o uno ontológico (especial- general, los acontecimientos están en
mente ontológico formal) o uno meta- el agente (= dependen del agente).
físico, etc., o bien una combinación (7) Como algo está en su bien
de tales puntos de vista. Pueden in- (= está subordinado a su bien) y, en
terpretarse diversas expresiones —es- general, está en su "fin", es decir, en
pecialmente adverbios— desde el án- aquello por lo cual existe.
gulo del 'en'. En el presente artículo (8) En el sentido más estricto, co
nos limitaremos a destacar algunos mo una cosa está en su continente y,
significados de 'en'. Las informaciones en general, en un lugar (= en su
aquí proporcionadas al respecto deben lugar).
completarse con las contenidas en Santo Tomás (4 phys., 4 a; S. theol,
otros artículos de la presente obra; re- I, q. XI, II 5 ob 1 et al) ha seguido a
mitimos particularmente a los artículos Aristóteles en este respecto, conside-
ACCIDENTE, INESSE, INHERENCIA, TE- rando que los ocho citados modos
NER, RELACIÓN — el último en tanto de "estar en" son los modos en los
que 'en' expresa una relación, como la cuales se dice que algo está en algo,
relación "incluido en'. quibus aliquid in aliquo dicitur esse.
El uso de 'en' dio origen muy pronto El modo (8) incluye, según Santo To-
a dificultades y hasta paradojas. La más, el tiempo, ya que lo mismo que
dificultad más conocida es la puesta el lugar ( VÉASE ) es la medida de lo
de relieve por Zenón de Elea al indi- que se mueve ( locus est mensura mo-
car que no hay tal realidad como el bilis), el tiempo ( VÉASE ) es la medi-
"lugar", pues si así sucediera debería da del movimiento (tempus est men-
estar en otra realidad —esto es, en sura motus). Estas formas del aliquid
otro lugar—, y así ad infinitum. Para in aliquo son de algún modo similares
resolver esta dificultad había que ana- a las formas del esse in alio, pero no
lizar los diversos sentidos de 'en'. Es totalmente. El esse in alio (que, a di-
lo que hizo Aristóteles, el cual, ade- ferencia del "estar en otro" podemos
más, encontró que al distinguirse entre traducir por "ser en otro") se centra
varios significados de 'en' pueden en la noción de no subsistencia (me-
resolverse otras dificultades. tafísica) de una cosa. Con ello se
Dicho filósofo se refiere al asunto plantea el problema de si una entidad
en dos pasajes. Uno es Met, Δ 1023 a dada es o no subsistente, subsistens,
23-25, donde dice que "estar en algo" o puede o no existir, o subsistir, sepa-
EN. La preposición 'en' tiene gran tiene significados parecidos a los de rada, separatum subsistens,
interés filosófico. Consideremos los si- "tener", e) \xein — los cuales analiza Tanto en Santo Tomás como en
guientes enunciados: "Los objetos ma- en las líneas anteriores del citado pa- otros escolásticos se pueden encontrar
teriales están en el espacio"; "El atri- saje de Met. Δ y en Cat., 15 b 17-33 numerosas dilucidaciones del proble-
buto está en el sujeto"; "Los objetos (véase TENER). El otro pasaje —más ma del "estar en". A veces se usa al
de conocimiento están en la concien- importante a nuestro efecto— es efecto la expresión esse in. Ésta puede
cia cognoscente"; "La parte está en el Phys., IV, 210 a 15-210 b 22. Según ser interpretada de varios modos; por
todo"; "El hombre está en el mundo". el mismo, hay ocho modos de decir ejemplo, los siguientes cuatro modos
Estos, y otros muchos enunciados si- 'en', e)n ; esto es, de decir que algo propuestos por Occam: ( 1 ) estar
milares, tienen significación, o signifi- está en otra cosa: una cosa en un lugar o un accidente
caciones, que dependen en gran medi- ( 1 ) Como el dedo está en la mano en un sujeto; (2) estar la especie en
da del sentido de 'en'. Doctrinas filo- y, en general, la parte en el todo. el género; (3) ser atribuido (= ser
sóficas enteras pueden analizarse en (2) Como el todo está en las par- predicado); (4) ser conocido o tener
función del significado y uso de la tes, ya que no hay ningún todo por la posibilidad de ser conocido. La
preposición 'en'. Así, por ejemplo, el encima de las partes. cuestión de cómo los accidentes están
realismo metafísico y el idealismo me- (3 Como el hombre está en el ani- en la substancia se trató extensamen-
tafísico suponen un modo, o modos, mal y, en general, la especie en el te (véase ACCIDENTE). También dio
de "estar en": la conciencia está en el género. lugar a numerosos análisis la cuestión
516
EN ΕΝΑ ΕΝΑ
de cómo las cosas "están en" Dios. El en cuanto para Hegel la conciencia aspecto, por así decirlo, "natural-so-
último problema revela hasta qué infeliz es "el alma enajenada" o "la cial" de la enajenación. Particularmen-
punto la cuestión de la "relación" en- conciencia de sí como naturaleza di- te importante resultó para Marx la
tre Dios y el mundo puede ser asimis- vidida" o "escindida", según indica en cuestión de la enajenación del hombre
mo analizada a la luz del sentido, o la Fenomenología del Espíritu. Con en el trabajo. Según Marx, la separa-
sentidos, del 'en'. Lo mismo ocurre ello significa Hegel que la conciencia ción entre el productor y la propiedad
con la cuestión de la "relación" entre puede experimentarse como separada de sus condiciones de trabajo consti-
la esencia y la existencia (véase de la realidad a la cual de alguna ma- tuye un proceso que transforma en
ESENCIA, EXISTENCIA). nera pertenece. Surge entonces un sen- capital los medios de producción y a
La expresión usada con frecuencia timiento de desgarramiento y des- la vez transforma a los productores en
al referirnos al 'en' es inesse. Sin em- unión, un sentimiento de alejamiento, asalariados (Das Kapital, I, iii). Es,
bargo, por haber sido ésta usada con enajenación y desposesión. Hegel uti- pues, menester liberar al hombre de la
frecuencia como expresión lógica liza los términos Entzweiung, Tren- esclavitud originada por el trabajo
—bien que no siempre independiente- nung, Entfremdung, Entäusserung. que no le pertenece (el "plus" de tra-
mente de las cuestiones metafísicas y Entfremdung puede traducirse por bajo) mediante una apropiación del
"físicas" antes mencionadas— le dedi- 'alejamiento', siempre que se entienda trabajo. De este modo el hombre pue-
camos un artículo especial (véase como 'alejamiento de sí'; Entäusserung de cesar de vivir en estado enajenado
INESSE ). puede traducirse por 'enajenación' y para alcanzar la libertad, o apropia-
Sería largo tratar, siquiera breve- también por 'alienación'. Nosotros pre- ción.
mente, de los sentidos del 'en' en la ferimos 'enajenación' en cuanto signi- El concepto hegeliano de enajena-
filosofía moderna. Baste reiterar que fica la acción y efecto de desposeerse, ción es, o parece ser, metafísico. El
uno de los problemas fundamentales de "ponerse fuera de sí". Como la concepto marxista es considerado co-
en esta filosofía —el problema del conciencia no puede persistir en esta- mo primordialmente económico, aun-
modo de estar la realidad en la con- do de desgarramiento, debe hallarse que podría llamársele también econó-
ciencia cognoscente— está íntimamen- en medio de una reconciliación (Ver- mico-moral. Junto a estos conceptos
te ligado a la cuestión de los signifi- söhnung), que es una reunión (Ve- de enajenación podrían mencionarse
cados de 'en'. Lo mismo sucede con reinigung) y una apropiación (Aneinig- otros: el psicológico, el existencial y
las nuevas interpretaciones del 'estar ung) — la cual debería describirse, uno de carácter más "general". Desde
en' a que ha dado lugar el pensamien- más exactamente, como una re-apro- el punto de vista psicológico, la ena-
to de Heidegger ( VÉASE ) y a las que piación. jenación aparece como una "separa-
nos hemos referido en varios artículos La enajenación en sentido hegelia- ción", o sentimiento de separación,
(por ejemplo: DASEIN). Para algunas no es una forma de alteración ( VÉASE), del hombre respecto a su trabajo;
informaciones sobre la interpretación pero hemos usado este último término congruentemente, la solución del pro-
de 'en' en la filosofía moderna, véase en un sentido algo distinto. El térmi- blema psicológico de la enajenación
el artículo EXTERIOR . no 'enajenación' puede usarse en un es buscada en medios también psico-
El 'en' puede considerarse como sentido muy general como todo esta- lógicos. Desde el punto de vista exis-
expresión de una relación. Se trata de do en el cual una realidad se halla tencial, la enajenación es muy similar
una relación diádica no simétrica. En fuera de sí (ausser sich) en contrapo- a todas las formas de vivir inauténti-
algunos casos puede ser considerada sición al ser en sí ( bei sich ). Este úl- cas, pero sería excesivo equiparar el
como una relación transitiva; así, por timo designa el estado de la libertad concepto de enajenación tal como ha
ejemplo, si se dice que el cenicero en sentido positivo, es decir, no como sido tratado por autores como Sartre
está en la habitación y la habitación liberación de algo, sino como libera- y Merleau-Ponty como idéntico al de
en la casa, se puede decir que el ce- ción para sí mismo, esto es, como auto- autenticidad. Desde un punto de vista
nicero está en la casa. Sin embargo, si rrealización. más "general", la enajenación aparece
se atiende al ejemplo (2) aristotélico El concepto hegeliano de enajena- como resultado de diversos factores,
del "estar en", la relación "en" no es ción influyó en Marx, el cual usó el entre los cuales pueden contarse el
transitiva. El análisis del "estar en" término Entfremdung ya en sus pri- económico y el psicológico, pero no se
desde el punto de vista de la lógica de meros escritos, especialmente en los reduce a ninguno de ellos. En este
la relación fue llevada a cabo con par- Manuscritos económicos y filosóficos sentido Gilbert Sismondon ha hablado
ticular detalle por Leibniz como rela- compuestos en París en 1844 y publi- de la enajenación en el trabajo, pero
ción primero entre conceptos o ideas cados por vez primera en 1931 ( Marx, tomando el trabajo mismo como causa
y luego como relación entre elementos Engels, Historischekritische Gesamtau- principal del proceso de enajenación y
abstractos (véase al efecto R. Kauppi, sgabe, ed. D. Ryazanov, V. Adoratski, los demás factores —incluyendo el
Ueber die Leibnizsche Logik [1960], vol. III). Pero mientras Hegel trató "existencial"— como modalidades de
págs. 66 y sigs.). la noción de enajenación en una for- la enajenación.
EN Sí. Véase ABSOLUTO , COSA, ma metafísica —y, para Marx, excesi- H. Popitz, Der entfremdete Mensch,
HEGEL, SARTRE , SER . vamente "espiritual" y "abstracta"—, 1953. — Pierre Bigo, Marxisme et
Marx se interesó por el aspecto "con- Humanisme, 1953. — H. Marcuse,
ENAJENACIÓN. En el artículo Reason and Revolution, 1954. — Guy
CONCIENCIA nos hemos referido al
creto" y "humano" de la enajenación.
Marx trató primero el problema de la Caire, L'aliénation dans les oeuvres
concepto hegeliano de la "conciencia de jeunesse de Karl Marx, 1956. —
infeliz". Este concepto se halla rela- enajenación del hombre en la cultura. Gilbert Sismondon, Du mode d'exis-
cionado con la idea de enajenación, Siguiendo a Feuerbach, trató luego el tence des objets techniques, 1958, es-
517
ENC ENC
autores alejandrinos. A menudo se ca- sin dar lugar a equívocos; así sucede,
lifica de "primera Enciclopedia" (por por ejemplo, con la Encyclopaedia of
lo menos en "Occidente") los 37 li- Unified Science, a la que nos hemos
bros de las Historias naturales, de referido en otro lugar (véase VIENA
Plinto el Viejo. Las Etimologías, [CÍRCULO DE]).
de San Isidoro, son de carácter "en- En la historia de la filosofía el tér-
ciclopédico". Lo mismo ocurre con mino 'Enciclopedia' es usado especial-
obras tales como el Speculum mundi, mente al referirse a la "Enciclopedia
de Vicente de Beauvais. Aunque más francesa" del siglo XVIII, a la llamada a
"especializadas", son a su modo enci- veces por antonomasia "la Enciclo-
clopedias las Sumas medievales. Des- pedia" (l'Encyclopédie). Anteceden-
de Ramón Llull hasta Leibniz, pa- tes lejanos de esta Enciclopedia son
sando por Francis Bacon, ha habido los repertorios a que nos hemos refe-
desde fines de la Edad Media hasta rido antes. Antecedentes más inme-
bien entrada la Edad Moderna varios diatos son varios a los que alude
intentos de organizar el saber: la for- Francisco Romero (art. cit. infra,
ma sistemática de esta organización págs. 66 y sigs. ) : un libro de Ringel-
(el intento de erección de una "cien- bergius, publicado en Basilea en 1541
cia universal") no obsta a que el con- en cuyo título aparece ( acaso por vez
ENCICLOPEDIA. El vocablo 'enci- tenido del saber que se pretendía primera) el vocablo 'enciclopedia'; el
clopedia' significa literalmente "ciclo abarcar fuese también "enciclopédi- repertorio enciclopédico de Alsted, pu-
educativo", es decir, sistema completo co". Mutatis mutandis intentos pare- blicado en 1620; el Grand Dictionnaire
de educación que abarca todas las cidos existen en otras culturas; como historique, de Louis Moren, de
disciplinas y los fundamentos de éstas. ejemplo mencionamos la a veces lla- 1673; el Lexicón universale, de Hoff-
El vocablo ha venido a significar luego mada "primera enciclopedia científica mann (1677); el Dictionnaire, de
la exposición de los conocimientos en de los musulmanes" (G. Sarton, Bayle (VÉASE) ; los 17 primeros y úni-
forma sintética y lo más completa Nicholas Rescher): la Mafâtih al- cos volúmenes de los 45 volúmenes
posible. El orden más usual de expo- Ulum o Llave de las ciencias, de Abú planeados por Vincenzo Coronelli bajo
sición es el alfabético, pero hay asi- Abd-Allâh Muhammad bn Ahmad bn el título Biblioteca universal (1701 y
mismo enciclopedias organizadas "se- Yusuf al-Qwarizmi (ca. 980; ed. por siguientes); el Gran léxico universal
gún materias". Por extensión se aplica G. van Vloten, 1895). completo, editado por Zedler desde
el vocablo 'enciclopedia' a la exposi- En los últimos casos puede decirse 1732, etc. Antecedentes realmente in-
ción sintética y lo más completa po- que el carácter "sistemático" predo- mediatos son los "Diccionarios ingle-
sible de una disciplina o conjunto de mina sobre el "enciclopédico". Este ses" a que nos referiremos a conti-
disciplinas, incluyendo por lo usual la último suele estar organizado de nuación.
historia de la disciplina o conjunto de acuerdo con ciertos procedimientos es- El título completo de la Enciclope-
disciplinas, datos relativos a sus culti- timados útiles o cómodos (orden al- dia francesa es: Encyclopédie ou Dic-
vadores, etc. También aquí el orden fabético; clasificación muy detallada tionnaire raisonné des sciences des
más usual es el alfabético. Puede ha- de las ciencias, etc.) y no de acuerdo arts et des métiers, recueilli des meil-
blarse, pues, de "Enciclopedia de la con "principios". La "enciclopedia" leurs auteurs et particulièrement des
física", "Enciclopedia de la filosofía", no es —o no es necesariamente— un Dictionnaires anglois de Chambers,
etc. La distinción en este último caso "sistema". Cuando lo sistemático pre- d'Harris, de Dyche, &c. par une so-
entre "Enciclopedia" y "Diccionario" domina casi exclusivamente, el térmi- ciété de gens de lettres. Los "Diccio-
no es siempre fácil; aunque el criterio no 'enciclopedia' es usado entonces narios ingleses" a que se refiere el ci-
más corriente es la extensión, resulta en sentido muy amplio, como "con- tado título son: Cyclopaedia: Or, An
a veces difícil indicar cuándo una junto de" u otras expresiones simila- Universal Dictionary of Arts and
obra de este tipo deja de ser "Diccio- res. Tal ocurre con el término en cues- Sciences, de Ephraim Chambers (2
nario" y se convierte en "Enciclope- tión en una de las obras filosóficas vols., 1727); Lexicum technicum: Or,
dia". El presente Diccionario de filo- más sistemáticas que se conocen: la An Universal English Dictionary of
sofía, por ejemplo, podría ser asimismo Enciclopedia de ciencias filosóficas the Arts and Sciences, de John Harris
llamado Enciclopedia de la filosofía. (Enzyldopadie der philosophischen (1704-1710), revisado y reeditado
Desde la Antigüedad ha habido Wissenschaften), de Hegel. Si lo que (1744) con el título de A Supplément
ciertas obras a las que podría califi- importara fuese el sistema, y espe- to Dr. Harris's Dictionary of Arts and
carse de "enciclopedias" o por lo me- cialmente el sistema deductivo, los Sciences... By a Society of Gentle-
nos de "Enciclopedias especiales". El Elementos de Euclides serían una men; A New General Dictionary, de
Corpus aristotelicum tiene no poco de "Enciclopedia" — y no digamos los Thomas Dyche (3a ed., 1740). La
"enciclopedia". Tienen también algo sistemas deductivos más acabadamen- Encyclopédie derivó de un primitivo
de "enciclopedia" los "sistemas" pre- te formalizados. Cuando hay a la proyecto de traducir la Cyclopaedia
sentados por ciertas escuelas (como vez cierto sistema y un conjunto rela- de Chambers al francés. El trabajo de
los estoicos). Enciclopedias (y Dic- tivamente amplio de saberes incluidos traducción se inició en 1745, con di-
cionarios) especiales de carácter eru- en una exposición, el nombre 'enci- versos colaboradores, entre los cuales
dito fueron compilados por algunos clopedia' puede ser usado, en cambio, figuraban, pero sin ocupar lugar des-
518
ENC ENC ENC
tacado, Diderot y d'Alembert. Por di- coincidió con el auge de la Ilustración carácter enciclopédico. Por eso, entre
ferencias de opinión entre los que se (VÉASE) francesa, y aun europea. Fue otras razones, a la aparición del Pros-
comprometieron originalmente a im- uno de los grandes acontecimientos pectus de la Enciclopedia, en 1751, y
primir y distribuir la obra, uno de intelectuales y sociales de la época. de los primeros volúmenes de ésta, se
ellos encargó la dirección de la em- Se usa a veces el término 'enciclo- inició una polémica en la cual pare-
presa al Abate Gua de Malves. Según pedismo' para designar las tendencias cieron contraponerse dos "Dicciona-
Herbert Dickmann, dicho abate fue ilustradas y liberales que se manifies- rios": el de los encyclopédistes y el de
probablemente el que primero conci- tan o se dejan traslucir en muchos de los journalistes. El Journal de Trévoux
bió la idea de redactar una enciclo- los artículos de la Enciclopedia. Aun- apareció a la vez como un Dictionnaire
pedia que no se limitara a ser una que los autores de la Enciclopedia, y de Trévoux, y el Padre Berthier
traducción de Chambers. En 1747, especialmente sus directores, discrepa- acusó a los enciclopedistas primero de
d'Alembert se encargó de la dirección. ban entre sí en muchos puntos, coin- haber saqueado el Journal en varios
A tal efecto se asoció con Diderot; los cidieron todos (con la notoria excep- artículos y luego de aprovechar la pu-
nombres de ambos aparecen como di- ción de Rousseau) en varios ideales: blicación de una "Enciclopedia" para
rectores en la primera página del tolerancia religiosa, optimismo respecto "atacar la religión". Para hacer el
Prospecto y de la Enciclopedia — la al futuro de la Humanidad, confianza Journal más "enciclopédico" se planeó,
cual se anuncia como un trabajo "mis en el poder de la razón libre, oposición ya en 1732, pero especialmente en
en ordre & publié par M. Diderot; a la autoridad excesiva de la Iglesia, 1744, una "Tabla general de materias
& quant à la partie mathématique, interés por problemas sociales, del Journal", pero sólo en 1864 fue
par M. d'Alembert". En manos de Di- importancia otorgada a las técnicas y publicada por el Padre Charles Som-
derot y de d'Alembert, la Encyclopé- oficios, tendencias naturalistas, respeto mervogel La Table Méthodique des
die (llamada por ello a veces "la En- a la experiencia, entusiasmo por el Mémoires de Trévoux, 1701-1775. El
ciclopedia de Diderot y d'Alembert") conocimiento y por el progreso, etc. Journal de Trévoux, suspendió su pu-
se apartó más y más del primitivo Sin embargo, todo ello formó más blicación en 1762, cuando se disolvió
proyecto de una traducción y —si bien un estado de espíritu que una en Francia la Compañía de Jesús.
bien aprovechando los datos conteni- filosofía. Se ha discutido mucho hasta qué
dos en las antes mencionadas Enciclo- El enciclopedismo fue muy acla- punto la Enciclopedia es o no uno de
pedias y Diccionarios ingleses— se mado y también muy combatido. Co- los factores que contribuyeron a la
convirtió en la influyente obra que mo ejemplo de oposición citamos el Revolución Francesa. Ciertos autores
conocemos. manifestado por los redactores de las sostienen que fue el principal factor
En 1750 apareció el Prospecto, y a Mémoires pour l'histoire des sciences de tal Revolución o, cuando menos,
partir de 1751 la Enciclopedia. Hasta ir de beaux. Arts, llamadas Journal de una conditio sine qua non de ella. En
su terminación, en 1766, la publica- Trévoux. Las citadas Mémoires co- tales casos la obra de la Enciclopedia
ción pasó por diversas vicisitudes (in- menzaron a aparecer en Trévoux ( cer- es examinada, y con frecuencia juzga-
cluyendo su prohibición el 8 de marzo ca de Lyon) en 1701. Fundadas y da, por sus supuestas "consecuencias".
de 1759). D'Alembert redactó el im- redactadas especialmente por jesuitas, Otros autores, sin negar la contribu-
portante Discours préliminaire. La las Mémoires (o el Journal) tenían ción del enciclopedismo a los cambios
Enciclopedia fue presentada como un por objeto dar noticia de publicacio- políticos y sociales que estallaron en
compendio de los conocimientos hu- nes, descubrimientos, etc. —aunque la Revolución, prefieren considerar la
manos, incluyendo tantos las "artes principalmente de publicaciones— en Enciclopedia como el resultado de un
mecánicas" como las "artes liberales". forma más amplía que la manifestada largo proceso anterior: en este caso la
El término "razonado" (raisoné) con en el Journal des Savants; por lo de- Enciclopedia es estudiada como un ja-
que se adjetivaba el vocablo 'Diccio- más, se estima que el Journal de Tré- lón —acaso el más importante— en
nario' (Dictionnaire) significaba que voux pretendía hacer, desde el punto la "historia de los Diccionarios y de
se presentaban y explicaban los prin- de vista de los jesuitas, lo que el Jour- las Bibliotecas". Es lo que piensa Paul
cipios generales de cada arte y de sus nal des Savants hacía (bien que algu- Hazard cuando escribe: "habría que
ramas. nos colaboradores del último lo fueron señalar el cambio progresivo de conte-
Escribieron para la Enciclopedia asimismo del Journal de Trévoux). El nido [de los "Diccionarios"]: en el
numerosos autores. Entre los que nos Journal de Trévoux pasó por diversas Renacimiento, Diccionarios de lenguas
interesan desde el punto de vista fi- vicisitudes siendo impreso en París antiguas, para los humanistas; en el
losófico figuraron entre los colabora- desde 1734 — y siendo, además, imi- siglo XVH, Diccionarios de lenguas na-
dores —además de Diderot y d'Alem- tado en dos ediciones italianas a par- cionales, para el uso de las gentes de
bert— Voltaire, Rousseau, Holbach tir de 1743. Una época decisiva del bien; luego, Diccionarios históricos y
(VÉANSE), François Quesnay (1694- Journal fue la iniciada en 1745 con la críticos. Pero las gentes pedían dic-
1774), A. R. J. Turgot (1727-1781), dirección del Padre Berthier (Padre cionarios de otra clase, substanciales:
L. J. M. Daubenton (1716-1799/ Guillaume-François Berthier, S. J.), diccionarios de artes, del comercio, de
1800), J. F. Marmontel (1723-1799), violentamente atacado por Voltaire geografía, y se deseaba uno que con-
y el Abate André Morellet (1727- (especialmente en la "Relation de la tuviese a los demás, capaz de satisfa-
1819). No colaboraron directamente, Maladie, de la Confession, de la Mort cer el apetito de saber que excitaba a
pero no fueron ajenos a la obra, di- et de l'Apparition du Jésuite Ber- los espíritus" (La pensée européenne
versos pensadores, tales como Helve- thier"). El carácter informativo y po- au XVIII siècle, t. I, 1946, pág. 274).
cio. La publicación de la Enciclopedia lémico del Journal se dobló con un De este ambiente intelectual y social
519
ENC END
nació la Enciclopedia o "Diccionario la participación afectiva en realidades
razonado". anímicas o de algún modo relaciona-
Fecha de las primeras ediciones: das con lo anímico.
Prospecto de la Encyclopédie, 1750; Trataremos aquí ante todo del con-
tomos I y II, 1751; III a VII, 1753- cepto de endopatía en la teoría esté-
57; VIII a XVII y 5 volúmenes de tica y nos referiremos luego a signifi-
planchas, 1765; 6 volúmenes de plan- cados más amplios de dicho concepto,
chas, 1772. Suplementos, 5 volúme-
nes: 1777. 2 vols, de tablas, 1780. ya derivados de análisis estéticos, ya
— Le sigue la Encyclopédie métho surgidos independientemente de estos
dique ou par ordre de matières, par últimos.
une société de gens de lettres (Paris, En su A History of Esthetics (2a
1782-93; Agasse, 1792-1832, 166, 12 ed., 1954, pág. 537), K. E. Gilbert y
vols, y 6439 planchas). — Véase el H. Kuhn indican que el primero que
resumen de R. Ollivier, L'Esprit de usó el término Einfühlung fue el filó-
l'Enciclopédie ou Choix des articles sofo del arte estético Robert Vischer
les plus curieux et les plus piquants (1847-1933). En varias de sus obras
de ce grand Dictionnaire, 1798- ENCICLOPEDISMO. Véase ENCI-
1800, 12 vols. — Sobre la Enciclope (Ästhetische Faktoren der Rauman-
CLOPEDIA.
dia y los enciclopedistas, véase: John schauung, 1896; Raumästhetic und
ENDOPATÍA. Se usa a menudo el geometrischoptische Täuschungen,
Morley, Diderot and the Encyclopae- término 'endopatía' para traducir el
dists, 2 vols., 1878, 2a ed., 1886. 1897; System der Ästhetik, 3 vols.,
— Louis Ducros, Les Encyclopédis vocablo alemán Einfühlung. Otros 1905-1914; Drei Schriften zum ästhe-
tes, 1900. — L. Thorndike, "L'En términos usados al mismo efecto son: tischen Formproblem, 1927 [recopila-
cyclopédie and History of Science" 'empatia' (usado con bastante fre- ción de escritos publicados antes sepa-
Isis (1924). — M. Muller, La philo cuencia), 'proyección afectiva' y "pro- radamente] ) Vischer introdujo el tér-
sophie de Jean d'Alembart, 1926. — yección sentimental' (menos corrien- mino Einfühlung para explicar la be-
Joseph Legras, Diderot et l'Encyclo- tes o con una significación más espe-
pédie, 1928. — Roger Tisserand, Au lleza de la Naturaleza o el modo como
cífica) e 'introafección' (poco común). esta belleza es aprehendida por el sujeto
temps de l'Encyclopédie. L'Académie La definición más general que cabe
de Dijon de 1740 à 1793, 1936. — R. humano. La Einfühlung es una
dar del concepto designado por el tér- vivificación de la imaginación; junto
Naves, Voltaire and Encyclopédie,
1938. — B. Groethuysen, "L'Enciclo- mino 'endopatía' es la siguiente: "par- a ella hay la Anfühlung o animación
pédie" (en Tableau de la littérature ticipación afectiva y, por lo común, de la sensibilidad, la Zufühlung o re-
française de Corneille à André Ché- emotiva, de un sujeto humano en una creación de la forma y la Nachfühlung
nier, 1939). — Paul Hazard, La pen realidad ajena al sujeto." En principio, o sentido de la forma expresada simbó-
sée européenne au XVIIIe siècle, 1946 la realidad en la que el sujeto puede licamente. Lipps y otros autores (Cfr.
(trad, esp.: El pensamiento europeo participar afectivamente ofrece nume- infra) elaboraron algunas de las ideas
en el siglo XVIII, 1946). — F. Ventu- rosos aspectos; puede tratarse de obje-
ri, Le origini del'Enciclopedia, 1946. de Robert Vischer sobre la naturaleza
tos del contorno familiar; de procesos y formas de la Einfühlung. El concepto
— Id., id., "Le origini dell'Enciclo- o fenómenos naturales; de bienes cul-
pedia in Inghilterra", Itinerari, II expresado por este vocablo parece, sin
(1954), 200-20. — D. H. Gordon y turales y en particular de obras artís- embargo, diversificarse. Por un lado, se
N, L. Torney The Censoring of Di- ticas; de ideas; de ideales; de otros ha hecho observar (Croce) que hay dos
derot's Encyclopédie and the Re-esta- sujetos humanos; de una comunidad; conceptos de la endopatía: el estético y
blished Text, 1947. — N. N. Schargo, de una forma de vida; de un período el psicológico. Por otro lado, se ha
History in the "Encyclopédie", 1947. histórico, etc. La participación en indicado (Cfr. Milton C. Nahm, op.
— G. Charlier y R. Mortier, Une suite cuestión puede ser a su vez consciente cit. en bibliografía) que hay dos
de l'Encyclopédie, le "Journal en o inconsciente. Puede tener lugar co-
cyclopédique" (1756-1793), 1952. — tradiciones en la historia del concepto
mo consecuencia de una intención o de endopatía: una, representada por
Eberhard Weis, Geschichtschreibung sin previa intención. Los autores que
und Staatsauffassung in der französis- quienes prestan escasa, o nula,
admiten la posibilidad, y la frecuen- atención a la acción y al com-
chen Enzyklopädie, 1956. —F. Schalk,
"Zur Vorgeschichte der Diderot'schen cia, de semejante participación afecti- portamiento del sujeto "endopático";
Enzyklopädie", Romanische Forsch- va suelen poner de relieve que sólo otra, representada por quienes se in-
ungen, LXX (1958), 30-53. — Sobre mediante ella puede alcanzarse una teresan sobre todo por las reacciones
el Journal de Trévoux: Alfred Desau "más profunda" comprensión de cier- endopáticas tal como se manifiestan
tels, S. J., Les Mémoires de Trévoux tos fenómenos o procesos extrasubje- psicofisiológicamente. El más conocido
et le mouvement des idées au XVIIIe tivos. Con el fin de parar el golpe a exponente de la primera tradición es
siècle (1701-1734), 1956 [Bibliotheca la objeción de que gran parte del co-
Instituti Historici S. J., 8]. — J. Ν. Theodor Lipps y a él nos referiremos
nocimiento, por lo menos del conoci- luego con más detalle. Exponentes de
Pappas, Berthier's Journal de Trévoux miento de los objetos y procesos natu-
and the Philosophes, 1957 (Studies la segunda tradición son Ver-non Lee
on Voltaire and the Eighteenth Cen- rales, se funda en una "comprensión y H. S. Langfeld, los cuales han
tury, t. III). — Herbert Dickmann, objetiva" y no "endopática" de dichos investigado la "conducta estética"
"The Concept of Knowledge in the objetos y procesos, se ha restringidc experimentalmente y han descrito y
Encyclopédie", en Essays in Compa con frecuencia el alcance de la noción analizado las actitudes motoras que
rative Literature, por Herbert Dick de endopatía, entendiéndose por ésta dan lugar a tal conducta.
mann, Harry Levin y Helmut Motekat,
520
END END END
El autor más influyente en la ela- más importante de estas esferas es la a concluir que dos sujetos mantienen
boración del concepto que nos ocupa psicológica (o psíquica). Lipps indica entre sí "relaciones endopáticas" sólo
es sin duda Theodor Lipps (v.). Lipps a tal efecto que la endopatía es el cuando se tienen "mutua simpatía".
trató el concepto de endopatía prima- fundamento de la posibilidad de co- Tan endopática como la simpatía es
riamente como concepto básico para municación entre los hombres. Ni la antipatía (y, por supuesto, la aver-
aclarar los diversos aspectos de la ex- Lipps ni ningún otro de los "endopa- sión, el odio, etc.). Pero si damos al
periencia estética. Según Lipps, los tólogos" elaboraron un concepto deci- concepto de simpatía un sentido muy
dos componentes fundamentales de la didamente existencial de la comunica- general de "ser (afectivamente) uno
endopatía son la "proyección" y la ció n ( VÉ ASE ). Sus reflexion es al con otro", puede decirse que endopatía
"imitación". Por medio de la primera respecto fueron de índole fundamen- y "simpatía" son nociones muy
el sujeto "extiende" su propio ser a talmente psicológica. Pero no sería similares; tanto, en rigor, que a veces
una realidad. Por medio de la segunda difícil extraer de la doctrina de Lipps parecen idénticas. Las críticas que se
el sujeto se apropia ciertas formas de sobre la comunicación humana como formulen contra una valdrán en gran
tal realidad. Siguieron a Lipps en este fenómeno endopático ciertas conse- parte para la otra. Así sucede en la
camino varios filósofos —como Richard cuencias en las que estarían posible- obra de Max Scheler sobre la natura-
Müller-Freienfels ( VÉASE ), Johannes mente de acuerdo varios pensadores leza y formas de la simpatía. Hemos
Volkelt (v.) y Karl Groos (v.)— y más o menos "existenciales" (Jaspers, reseñado los principales argumentos
por lo menos un historiador del arte Berdiaev, acaso Buber). Sea como de Scheler al respecto en el artículo
— Wilhelm Worringer ( véanse obras fuere, las doctrinas de Lipps en cues- SIMPATÍA. Agreguemos sólo que las
al respecto de dichos autores en la tión fueron formuladas en un lenguaje dificultades que ha hallado Scheler en
bibliografía al final del presente "psicológico". Según Lipps, la co- la noción de simpatía (y de "endo-
articulo). Común a todos estos auto- municación como comunicación au- patía") han sido perfiladas en el cur-
res es examinar con particular aten- ténticamente humana es un fenómeno so de un análisis fenomenológico. A
ción lo que se ha llamado "contagio que revela los dos ya citados compo- estas dificultades pueden agregarse
estético". Las ideas de Lipps y de los nentes de la endopatía: la "proyec- otras derivadas de observaciones de
citados autores son harto complejas, ción" y la "imitación". Ello no quiere hecho, pero este es un punto en el que
pero en el fondo de ellas late una idea decir que todas las relaciones entre no necesitamos entrar aquí.
muy sencilla, y repetidamente confir- humanos sean de carácter endopático. El traslado del concepto de endopa-
mada en el nivel de la apreciación ar- Hay sujetos humanos que podrían lla- tía del campo estético al campo psico-
tística: la idea de que sólo participan- marse "de alta endopatía" y otros su- lógico es sólo una de las extensiones
do afectivamente en una obra de arte jetos que podrían llamarse "de baja posibles de tal concepto. Éste puede
—en los dos sentidos de "proyectarse" endopatía". Además, un determinado emplearse asimismo en las llamadas
hacia ella y de "apropiársela"— es sujeto puede ser endopáticamente re- "ciencias culturales" y en la ciencia
posib le "comprend er" tal obra. La ceptivo o bien estar endopáticamente histórica. Dentro de las ciencias cul-
idea en cuestión ha sido expresada "ciego" para otro determinado sujeto. turales la que parece más propicia a
hace ya mucho tiempo en dos famosos Sólo cuando hay recepción puede ha- admitir el concepto de endopatía, o
versos : "Yo no digo esta canción / sino ber verdaderamente comunicación, o, uno semejante, es la llamada "antro-
a quien conmigo va" (Cfr. infra). si se quiere, sólo entonces puede un pología cultural". Los cultivadores de
Semejante idea sería enérgicamente sujeto apropiarse y comprender las esta disciplina han notado que el co-
rechazada (caso de que condescendie- emociones de otro, a la vez que co- nocimiento d e una comun idad que
ran a ocuparse de ella) por todos los municar sus propias emociones a otro. tenga usos, lenguaje, estructuras so-
críticos de tendencia formalista (véa- La relación endopática no tiene, pues, ciales, etc., distintos (con frecuencia
se FORMALISMO). Estos críticos mani- nada que ver con el llamado "argu- muy distintos) de la comunidad a la
festarían: primero, que las obras de mento de analogía" p or el cual un cual pertenece el presunto antropólo-
arte no tienen ningún "contenido emo- sujeto dado "concluye", a base de la go, plantea el problema de si puede
tivo"; segundo, que participar afecti- percepción de ciertas manifestaciones entenderse la comunidad en cuestión
vamente en una obra de arte es cosa corporales de otro sujeto, que este úl- sin de algún modo participarse en los
muy distinta que comprender tal obra timo posee ciertas afecciones psíqui- usos, lenguaje, estructuras sociales,
—en rigor, añadirían seguramente los cas, por razón de que en el sujeto etc. propios de ella. Responder afir-
críticos de referencia—: la participa- percipiente se han dado relaciones en- mativamente a la cuestión significa
ción afectiva en una obra de arte es tre movimientos corporales y afeccio- negar toda posibilidad de endopatía.
el mayor obstáculo con que puede to- nes psíquicas análogas a las por él Suced e, pues, aquí lo mismo que lo
parse para su "verdadera" compren- observadas. Por otro lado, la relación que describimos sucintamente al refe-
sión. endopática en el sentido de Lipps y rirnos a la comprensión de la obra de
A pesar del interés de los referidos otros autores se asemeja un tanto a las arte. Responder negativamente a la
autores (Lipps, etc.) por la estética y relaciones interhumanas tal como fue- cuestión es o admitir, o presuponer,
el problema de naturaleza de la ex- ron analizadas por los filósofos ingle- que hay ciertas posibilidades de "imi-
periencia estética, la mayor parte de ses del llamado "sentido moral" ( VÉA- tación" y de "proyección", aun cuando
ellos (incluyendo a Lipps) han ten- SE ), a base de la noción de simpatía. éstas sean transitorias y, por supuesto,
dido a examinar o, cuando menos, a También se asemejan a las ideas de conscientes. No es este el lugar de
utilizar la noción de endopatía en es- algunos psicólogos modernos (como describir las distintas posicion es qu e
feras no primariamente estéticas. La Alexander Bain). Ello no debe llevar ad optan o, mejor dich o,
521
END END END
que adoptarían los antropólogos al en- en particular de su labor de interpreta- de ser captado a diferentes niveles de
frentarse con la noción de endopatía ción histórica de España. Podría ex- valor y mediante criterios de valora-
— previamente modificada y especifi- tenderse al radio de aplicación de di- ción y estructuración creados por el
cada con el fin de adaptarla a los fi- cho lema y sostenerse que sólo quien historiador" (ibid., pág. 147). "Consi-
nes señalados. La cuestión se complica viva por así decirlo "desde dentro" las dero indispensable.. . que el historió-
(pero se hace a la vez más interesante) formas de ser (y, como añadiría Cas- grafo no pierda de vista que la histo-
cuando el objeto de posible endopatía tro, de valer) de la comunidad por ria —rigurosamente hablando— no se
es no sólo una cierta comunidad "aje- acaso estudiada, será capaz de com- construye sobre nada que simplemente
na", sino un período histórico, y muy prender la historia de tal comunidad sea, exista o acontezca, sino sobre las
en particular una comunidad en cuanto o, para seguir pidiendo prestadas fór- dimensiones valiosas de lo que
se ha desarrollado y estructurado en el mulas a dicho autor, tal comunidad en aparezca como habiendo existido en el
curso de su propia historia. Se puede su historia. Sin embargo, Américo Cas- pasado de nuestra experiencia tempo-
también preguntar aquí si, con ul- tro ha reconocido asimismo que sólo ral" (ibid., pág. 165). El sentido filo-
teriores previas revisiones, el concepto quien logra situarse a cierta "distan- sófico último de estas declaraciones
de endopatía es admisible, esto es, si cia" de la comunidad estudiada puede podría formularse, a nuestro entender,
es posible, y hasta qué punto lo es, comprender, exponer y analizar su es- por medio de esta fórmula, que es
comprender la historia de una comuni- tructura y sus formas de vida. Ahora también una regla: "Comprender una
dad humana en su desarrollo histórico bien, comprender desde dentro y com- comunidad (o una obra de arte, o un
si el que se interesa por esa comuni- prender a cierta distancia (o desde estilo artístico, o una forma de vida,
dad, especialmente en tanto que his- fuera) parecen ser operaciones cuya o, en general, algo "humano") requiere
toriador, se halla colocado decidida- ejecución simultánea es impracticable. como condición sine qua non situarse
mente fuera de ella. En vista de ello podría sugerirse de de algún modo a la vez 'dentro' y
Dos opiniones extremas pueden ma- nuevo adoptar una posición ecléctica. 'fuera' de tal comunidad". El ad-
nifestarse aquí, paralelas a algunas de Pero no es esta la posición adoptada verbio 'a la vez", aunque insuficiente
las anteriormente reseñadas. Se puede por Castro cuando analizamos los su- para expresar el tipo de "situación"
afirmar que no hay, ni puede haber, puestos filosóficos de sus declaraciones requerida, nos pone en la pista por lo
tal endopatía, y que si la hubiera em- sobre el trabajo del historiador, la menos de lo siguiente: de que el tipo
pañaría la necesaria objetividad del comprensión histórica, y otros temas de comprensión que intentamos dilu-
conocimiento histórico. Se puede sos- similares. Consideraremos algunos de cidar es de carácter esencialmente di-
tener, por otro lado, que sólo endopá- los pronunciamientos de Castro al res- námico. Ello significa que lo que
ticamente, esto es, mediante participa- pecto. "Lo historiado se fundará tanto hemos llamado "situarse dentro" y
ción afectiva, puede comprenderse a en sym-pathia como en razón discur- "situarse fuera" es, en rigor, un cons-
derechas la historia de una comunidad siva: deberá expresarse mediante jui- tante ir hacia adentro e ir hacia afuera
humana. Como cada una de estas opi- cios axiológicos y abiertos, no en tra- — o, si se quiere, un constante ir
niones choca con dificultades, no es badas cadenas de determinaciones físi- (mentalmente) de un dentro a un fuera
raro encontrar quienes adoptan una cas, biológicas o psíquicas." (Dos en- y de un fuera a un dentro, o, más
actitud "intermedia" y más o menos sayos [1956], págs. 10-11). "Histo- precisamente, un constante ir (men-
vagamente ecléctica. Inclusive los riar... no es simple operación de co- talmente) de dentro afuera y de fuera
partidarios de alguna de las opiniones nocimiento, no consiste en desvelar la adentro. Limando el vocablo 'dialécti-
extremas suelen matizarla cuando lle- realidad de una 'cosa' que existe sola ca' de muchas de las significaciones
ga el momento de ponerla a prueba. y para sí. La tarea de historiar es una espurias que se han adherido a él, di-
Así, y para dar un solo ejemplo, la forma de conversación, de convivir remos que nos las habemos aquí con
tesis de Croce de que toda historia es con quienes en alguna forma dejaron una operación de índole dialéctica. Si
"historia contemporánea", y la tesis expresiones vivientes de sus vidas, las admitimos que el acto de ir hacia den-
de Collingwood de que historiar equi- cuales no hablarán a todos de la misma tro (el adentrarse, el adentramiento)
vale a "rehacer [o, mejor, re-actuar] forma" (ibid., pág. 33). "El historiador representa un "vivir" en cuanto expe-
el pasado" son presentadas por sus au- ... ha de habérselas con objetos rimentar o vitalmente participar, y
tores respectivos cualificándolas y res- expresivos del vivir de otros hombres, que el acto de ir hacia fuera ( el extra-
tringiendo a menudo su sentido. y ha de participar, en alguna forma, ñamiento, que hace posible tratar un
Se puede preguntar ahora si es po- del movimiento vital de quienes lucha- vivir como problema) representa un
sible una opinión sobre el asunto que ron, creyeron, pensaron, sintieron y "pensar", podremos concluir con una
no sea del tipo extremo de las reseña- crearon, ya que actividades de esa clase fórmula aplicable a todo buen enten-
das y que al mismo tiempo no sea un se dan dentro de la experiencia per- der no sólo la historia, o la historia de
mero compromiso. Estimamos que la sonal de cada uno. Los objetos de tal una comunidad, sino cuanto de algún
respuesta es afirmativa, y procedere- experiencia, de suyo movibles, ingre- modo es "humano": "comprender
mos a ilustrarla con un ejemplo. san en el movimiento vital de quien efectivamente consiste en un acto de
Américo Castro ha citado con fre- se ponga en contacto con ellos" (Ori- vivir con vistas a un pensar, indisolu-
cuencia los dos versos introducidos al gen, ser y existir de los españoles blemente ligado a un acto de pensar
principio ("Yo no digo esta can- [1959], pág. 146 [previamente publi- con vistas a un vivir".
ción. . ."), considerándolos de algún cado en Cuadernos, París, N° 24, El problema que hemos planteado
modo como uno de ios lemas de su la- 1957]. ". . .el tema de la historia corre desborda, en rigor, las cuestiones que
bor de interpretación histórica, y muy a lo largo de la fluencia del vivir, y ha se suscitaron al tratar de los usos y
522
END ENE ENE
significados del término 'endopatía'. La referencia a los "dos tradiciones" magistrado de la ciudad. Su principal
Es un problema para cuyo adecuado en la historia del concepto de endo- obra filosófica o, más exactamente, fi-
tratamiento habría que introducir, y patía, en Milton C. Nahm, Aesthetic losófico-teológica, es el diálogo titulado
posiblemente refinar, varios concep- Experience and Its Presuppositions, Teofrastro o de la inmortalidad del
tos, entre los que mencionamos, como 1946, págs. 452 y sigs. — Para Ver- alma y de la resurrección del cuerpo.
non Lee (Violet Paget) véanse Beauty Fiel seguidor de Platón, tanto por la
ejemplos, los de vivencia (VÉASE), and Ugüness, 1912 y The Beautiful,
interpretación (véase HERMENÉUTICA) forma como por la abundancia de las
1913. — Para H. S. Langfeld, The citas procedentes de diálogos platóni-
y comprensión (v.). Pero de alguna Aesthetic Attitude, 1920. — Lipps cos, Eneas defiende en dicho diálogo
manera dicho problema está vincula- desarrolló sus teorías en varios escri la doctrina creacionista (véase CREA-
do a la noción de 'endopatía', razón tos; citamos: "Einfühlung, innere Na- CIONISMO), según la cual el alma,
por la cual lo hemos tratado en el chahmung und Organenempfindun- aunque inmortal, no ha preexistido al
presente artículo. gen", Archiv für die gesamte Psycho
logie, I (1903). — "Weiteres zur Ein cuerpo, sino que ha sido creada por
Puesto que uno de los elementos de Dios en el momento de aparecer el
la endopatía, cuando menos en el sen- fühlung", ibid., IV (1904-1905). —
Especialmente importante es la obra cuerpo. Defiende asimismo la doctrina
tido de Lipps, es la "proyección", éste Asthetik. Psychologie des Schönen de la creación del mundo por Dios
podría ser, si nos atuviéramos exclu- und der Kunst, 2 vols., 1903-1906, 2a contra la tesis de la eternidad del
sivamente a afinidades de vocabula- ed., 1914-1920. — El concepto (esté mundo. Contra el fatalismo y el cor-
rio, el lugar apropiado para presentar tico) de endopatía fue examinado por poralismo de los estoicos, Eneas ar-
y examinar la idea de proyección (o, R. Müller-Freienfels en su Psycholo gumenta en favor del libre albedrío y
más rigurosamente, "proyección hacia gie der Kunts, 3 vols., 1922-1923, 2a de la espiritualidad del alma humana.
adentro") propuesta por Avenarius ed., 1937-1938. — De J. Volkelt, véa Edición del Teofrastro en Migne, P.
(VÉASE) con el fin de dar cuenta del se System der Asthetik, 3 vols., 1905- G. LXXXV, cols. 865-1004; rep. por
origen y causa de las representaciones 1914, 2a ed., 1925-1927. — De Κ. G. F. Boissonade en Aeneas Ga-zeus. ..
Groos véase Die Spiele der Tiere, de inmortalitate animae, 1886. —
metafísicas y de lograr una "cura" de 1896; Die Spiele der Menschen, 1899;
estas "proyecciones" que nos restituya Edición de Cartas (25 Cartas) en R.
Der ästhetische Genuss, 1902. — La Hercher, Epistolographi graeci, 1873,
a lo que dicho autor ha llamado "el obra principal de W. Worringer sobre págs. 24-32. — Véase G.
concepto natural del mundo". Pero nuestro tema es Abstraktion und Ein Schalkhasser, Aenea von Gaza als
siendo los motivos que llevaron a Ave- fühlung, 1908, nueva ed., 1948 (trad. Philosoph, 1898 (Dis.). — E. Legier,
narius a formular y defender su doc- esp.: Abstracción y Naturaleza, 1953). "Essai de biographie d'Énée de Ga-
trina muy distintos de cualesquiera de — De los numerosos escritos que han
considerado la noción de endopatía za", Oriens Christianus [Roma], VII
los anteriormente indicados, o aludi- (1907), 349-69. — St. Sikorski, De
dos, preferimos, para mayor claridad, como base, sea para análisis o bien
para crítica (y a veces ambos), nos li Aenea Gazaeo, 1909 [Breslauer Phi-
dedicar un artículo especial al con- mitamos a mencionar: Ventura Pezzo- lologische Abh., IX, 5]. — V. Val-
cepto de proyección tratado por Ave- lano, Estética de la proyección senti denberg, "Énée de Gaza", Byzantion
narius. Remitimos a tal efecto al ar- mental, 1933 (principalmente sobre [Bruselas], IV (1928), 262-68. —
tículo Introyección, que es el propio el aspecto estético). — D. A. Stewart, Véase también bibliografía de GAZA
término (Introjektion) empleado por A Preface to Empathy, 1956 (princi ( ESCUELA DE ).
Avenarius al exponer su doctrina. palmente sobre el aspecto psicológi ENERGÉTICA. Véase ENERGÍA,
Por otro lado, el concepto de pro- co). — P.-H. Maucorps y R. Bassoul, OST WALD ( WILHE LM ).
yección, tanto en el sentido de Lipps Empathies et connaissance d'autrui, ENERGÍA. El vocablo 'energía' ha
como en el de Avenarius, es muy dis- 1960. Tratan asimismo de la endopa
tía o nociones similares muchas de las sido empleado a veces para traducir
tinto de la noción de "ir más allá de obras mencionadas en la bibliografía los términos griegos e) n e/ r geia y
sí" (el famoso "pre-ser-se, sich vor- del artículo OT RO ( E L ). — Además du/ n amij, así como el término latino
weg schon sein) heideggeriano, del de las dos obras de Américo Castro a vis. Esta traducción no es siempre sa-
"ir hacia adelante" orteguiano y, en que nos hemos referido en el artícu tisfactoria. En efecto, cabe verter tam-
general, de todo anticiparse a sí mis- lo, hay que tener en cuenta las si bién (y sobre todo) e) n e/ r geia por
mo (como tal sí mismo). Tratamos guientes del mismo autor: España en 'acto' ( VÉASE) y du/namij por 'poten-
este problema en el artículo Proyec- su historia, 1948, 2a ed. muy modifi cia' ( VÉASE ), lo mismo que cualquie-
ción. cada y ampliada, con el título: La ra de ellos y vis por 'fuerza'. Es reco-
Hemos usado antes la idea de "par- realidad histórica de España, 1954;
nueva ed., asimismo modificada y am mendable usar 'acto' como traducción
ticipación" (en cuanto "participación pliada, 2 vols., 1963-1964. — Aspec de e) n e/ r geia para evitar confundir el
afectiva o emotiva"). La noción de tos del vivir hispánico, 1949. — Ha concepto antiguo de energía con el
participación (VÉASE) en sentido me- cia Cervantes, 1957, 2a ed., 1960. — moderno. Sin embargo, la confusión
tafísico y ontológico) plantea proble- Santiago de España, 1958. — De la que resulta con frecuencia de ciertas
mas de muy distinto alcance, pero en edad conflictiva, 1961. traducciones no es debida a que se
un caso por lo menos la concepción ENEADAS. Véase PLOTTNO. trate de meras cuestiones de palabras.
(platónica) de la participación obliga ENEAS de Gaza (Palestina) (ca. En el presente artículo compararemos
a Platón a preguntarse dialécticamen- 450-534), de la llamada "Escuela de los sentidos de los dos citados concep-
te cómo es posible que algo participe Gaza" (v. GAZA [ESCUELA DE ]), fue tos —el antiguo y el moderno— pero
y no participe de algo — cuestión que discípulo en Alejandría del neoplató- con el fin de hacer posible la compa-
puede vincularse a una de las ante- nico Hierocles. En Gaza fue durante ración consideraremos que los térmi-
riormente dilucidadas. muchos años maestro de retórica y nos e) n e/ r geia, du/namij y vis tienen
523
un
ENE ENE ENE
sentido predominantemente físico. Es- lectual, como actividad contemplativa mente, pero parece estarse ya lejos de
to es, desde luego, asunto de conven- del intelecto humano o como activi- las nociones connotadas por la e)ner-
ción, pues no es justo escindir la on- dad pura (y a veces como el entendi- geia y por la du/namij aristotélicas.
tología de la Naturaleza desarrollada miento activo). Estos sentidos no se El concepto de energía, tal como se
por los antiguos (aristotélicos, estoi- hallan claramente separados entre sí entiende actualmente —inclusive
cos, etc. ) en una parte claramente en el Corpus aristotelicum, pero en cuando se niega que la energía pueda
metafísica y en una parte claramente ciertas ocasiones un sentido predomina subsistir por sí misma— se ha des-
física. Pero adoptaremos la división considerablemente sobre los otros arrollado plenamente sólo en la edad
propuesta para simplificar (y (Cfr. art. cit. infra). moderna, y especialmente a partir de
aclarar) las cosas. Se ha argüido que en diversos pe- Kepler y Galileo (momento). En no
En la física de Aristóteles, la "ener- ríodos de la antigüedad y de la Edad pocos de los textos en lengua latina de
gía", e) n e/ r geia, no es un proceso di- Media se han puesto de relieve ideas comienzos de la época moderna se usa
námico en el cual se conserve una al respecto de carácter más activista el vocablo vis — que se traduce usual-
fuerza, sino un estado de inmovilidad que las anteriormente reseñadas. Pare- mente por 'fuerza'. Así lo vemos,
y perfección de una entidad. Como ce que Empédocles había distinguido por ejemplo, en las discusiones sobre
indica Emile Bréhier (art. cit. infra), ya entre materia y fuerza, siendo esta la llamada "conservación de la fuerza
"en Aristóteles, y en un sentido justa- última de carácter activo y "energéti- viva". Puede citarse al respecto la
mente opuesto al de la física moderna, co" (Cfr. S. Sambursky, op. cit. infra).
la conservación de la energía es idén- Parece asimismo que Platón y muchos fórmula clásica: E = mV 2 / 2
tica a la conservación de un valor, al neoplatónicos admitieron que la fuer- ("la energía [fuerza] es igual a la
derecho que tiene la perfección a exis- za —en cuanto energía "activa"— esta mitad del producto de la masa de un
tir por el hecho de ser perfección y ínsita en la materia ( Cfr. Max Jam- cuerpo por él cuadrado de su
explicar todo lo demás. Lo inmutable mer, op. cit. infra). En la misma línea velocidad"), fórmula que se halla al
no se halla en el movimiento, sino puede citarse la idea estoica de ten- principio de una historia de la
que es fin o finalidad del movimien- sión ( VÉASE), considerada como un formulación matemática del concepto
to". Puede, pues, hablarse de una con- campo de fuerza cósmico cuya ener- de energía que desemboca en la
cepción "pasivista" de la energía en gía se mantiene continuamente (Sam- ecuación de Einstein: E = m c2 ( "la
Aristóteles —y en todos los aristotéli- bursky, op. cit. Infra [cont. de la ante- energía [medida en ergs] es igual al
cos, incluyendo no pocos de los to- rior]. Finalmente, puede hacerse refe- producto de La masa [medida en
mistas clásicos—, a la cual se opone rencia a las críticas de las concepciones gramos] por el cuadrado de la
la concepción "activista" moderna, se- cosmológicas aristotélicas, tales como velocidad de la luz [medida en
gún la cual el concepto de energía las contenidas en el curioso tratado de
adquiere un valor físico determinado Plutarco De fade in orbe lunae, don- centímetros por segundo]". El térmi-
en cuanto fuerza que se conserva. de se explica que la Luna no cae no vis se halla en Newton (Philoso-
Si el concepto de energía es usado sobre la Tierra a causa de la fuerza phia naturalis principia mathematica,
como correspondiente al de e) n e/ r geia que la mantiene en movimiento y Int. def. 3) donde leemos que la ex-
parece que se le insufla ya una idea neutraliza la atracción terrestre. Sin presión vis insita es equivalente a la
de fuerza, pero se trata de una fuerza embargo, puede preguntarse si al adu- expresión vis inertiae — que habría
basada en la noción de posibilidad y cirse estos casos no se tiene en cuenta que traducir por 'fuerza inercial' y no
"potencia de ser", no de una fuerza la noción de fuerza más que la de 'energía inercial').
física determinada, pues con el fin de energía, y si es legítimo hablar, como Vemos, así, que en la época moder-
que la potencia pase al acto es me- si tuvieran el mismo significado, o un na se entrecruzan con frecuencia los
nester que concurran ciertas causas significada muy aproximado, los tér- conceptos de energía y de fuerza, pero
eficientes. En ambos casos hay, pues, minos e) n e/ r geia y du/namij por una sin que quepa reducir siempre el uno
en el concepto aristotélico de energía parte y un vocablo como vis por la al otro. Una historia del concepto de
una cierta nota de pasividad. otra. energía en sentido propio podría
empezar sólo en el siglo XIX,
cuando se introdujo el vocablo
Según Chung-Hwan Chen, el tér- De todos modos, la concepción "ac- 'energía' especialmente a partir de
mino 'energía' tiene varios significa- tivista" de la energía y la idea de una Julius Robert Mayer (1814-1878:
dos en los escritos de Aristóteles. Por cierta conservación de ésta se han 'Bemerkungen über die Kräfte der
lo pronto, se puede entender en dos abierto paso antes de la Edad Moder- unbelebten Na-tur", en Annalen der
sentidos: cuasi-modal y no-modal. En na en una serie de especulaciones y Chemie und Pharmacie [1842]). Este
tanto que concepto cuasi-modal la análisis sobre los conceptos de movi- autor formuló el principio de la
energía puede equivaler a la actuali- miento, fuerza, energía y otros simi- conservación total de la energía en un
dad (en cuyo caso contrasta con la lares (Cfr. Anneliese Maier, op. cit. sistema físico cerrado (formulación
potencia), al ser actual o perfecto, o infra). Las diversas teorías del ímpetu casi simultáneamente llevada a cabo
a un principio de la forma y del alma. (v. ) pueden ser consideradas en este por Joule y Helmholtz) al tratar el
En tanto que concepto no-modal, la respecto. En algunos de los autores problema de la distribución de la
energía puede entenderse como ac- que elaboraron tales teorías se halla la energía — distribución que, antes de la
tualización (la cual incluye la poten- idea de una conservación del teoría de los cuantos, era considerada
cia, si bien en grado continuamente movimiento por el proyectil; se esti- como formando un proceso continuo. .
decreciente), como elemento aplicado ma, por cierto, que la energía dismi- Se especuló con frecuencia que ello
a la sensación y al conocimiento inte- nuye y que, al final, se disipa entera- llevaba a una fundamentación
científica del de-

524
ENE ENE ENE
terminismo (v. ), sobre todo si era po- permanecería constante. Ello significa ción) no rija el principio. Aunque ello
sible reducir toda forma de energía a que la energía tiene una cierta direc- llevaría a la idea de que la materia
energía mecánica. Ahora bien, la ción dentro de un sistema aislado; puede emerger de un espacio que no
energía mecánica, en sus aspectos de puede_hablarse,_así, dejan "principio contenga ninguna energía, no se po-
energía potencial y actual, es uno de de evolución" distinto de ( y, según dría ya admitir la validez universal
los tipos de energía física. Puede ha- algunos, contrario a) un "principio de del principio de referencia si hubiera
blarse asimismo de energía eléctrica, conservación" de la energía. Ahora conclusiones experimentales que nega-
magnética, térmica, radiante, etc. Al- Bien, si se estima el universo entero ran tal validez universal.
gunos autores, a finales del siglo pa- como un sistema físico térmicamente El concepto de energía ha sido em-
sado y comienzos del actual, se ocu- aislado, se llega a la conclusión de pleado asimismo en psicología por al-
paron justamente de lo que puede que la entropía del universo tiende a gunos autores; destacan a este respec-
llamarse "clasificación de las formas un máximo, es decir, a lo que se ha to Johannes Müller (véase ENERGÍA
de energía", con el propósito, por lo llamado "la muerte del universo". ESPECÍFICA DE LOS SENTIDOS ) y, en un
demás, de encontrar un fundamento Ciertos pensadores estimaron que o sentido distinto, C. G. Jung ( VÉASE )
común para todas esas formas. Es el había conflicto entre los dos principios con el "sentido psicoanalítico de Ja
caso de Wilhelm Ostwald (v.) y de citados o que el segundo principio energía".
su "energética". Para este autor hay terminaría por imponerse sobre el pri-
un tipo básico de energía: la energía mero o el primero sobre el segundo.
absoluta, sustancia dinámica del uni- La mayor parte de los físicos, en cam-
verso. Las transformaciones de la subs- bio, aceptaron los dos principios espe-
tancia-energía producen, según Ost- rando que podría darse cabida a am-
wald, todos los fenómenos en todos bos dentro de una teoría física unifi-
sus aspectos (incluyendo lo que lla- cada — o con ciertas modificaciones
ma "energía vital" y "energía psíqui- introducidas en las teorías físicas exis-
ca"). Ahora bien, como, a pesar del tentes. En todo caso, desecharon
principio de conservación de la ener- tanto las conclusiones deterministas
gía, los procesos energéticos pueden adoptadas sobre todo por los que se
ser irreversibles ( o, según la entropía, apoyaban en el primer principio como
puede haber una parte de energía in- las conclusiones indeterministas pro-
utilizable y no transformable en tra- pugnadas por los que destacaban la
bajo mecánico), Ostwald completa su importancia del segundo principio.
especulación físico-metafísica con un Los desarrollos en los experimentos
"imperativo energético" que ordena no físicos, observaciones físicas y teorías
dilapidar la energía, sino utilizarla. físicas a fines del pasado siglo y co-
_ El principio de conservación de mienzos del siglo actual, y en particu-
la lar la introducción del concepto de
energía es el primer principio de la probabilidad en la termodinámica la
termodinámica. En la formulación que teoría de los cuantos, han salido al
le dio Helmholtz ( Über die Erhaltung paso de muchas especulaciones filosó-
der Kraft, 1847), este principio se ficas carentes de base. En todo caso,
enuncia diciendo que en las transfor- ha podido elaborarse una interpreta-
maciones del calor en trabajo (mecá- ción estadística del segundo principio,
nico) y del trabajo (mecánico) en ca- la cual ha sido confirmada por varias
lor hay una_relación_constante — pu- observaciones (por ejemplo, el llama-
diendo ser ambos manifestaciones de do "movimiento browniano").
la energía. Las especulaciones a que Debe advertirse que el principio de
dio lugar este principio aumentaron la conservación de la energía ( el "pri-
cuando filósofos y algunos científicos mer principio", algunas veces llamado
reflexionaron sobre el segundo princi- "ley de conservación") no es, de to-
pio de la termodinámica, llamado asi- dos modos, un "principio evidente"
mismo "principio de entropía" (o a priori — como no lo son ninguno de
"transformación" ). Este segundo prin- los "principios" físicos. Hasta el
cipio fue formulado antes que el pri- presente se ha comprobado la validez
mero (ya por Sadi Carnot [1796- del "principio de conservación" hasta
1832] en su célebre trabajo Réflexions en las interacciones "débiles" (las
sur la puissance motrice du feu et sur mismas en las cuales se ha demostra-
les machines propres à développer cet- do que no rige el "principio de pari-
te puissance, publicado en 1834. Se- dad" ). Pero los físicos no excluyen la
gún el mismo (en la forma generali- posibilidad de que un día se pueda
zada que le dio Claude Carnot-Clau- demostrar que en ciertas interaciones
sius") la entropía total de un sistema "débilísimas" (en las cuales interven-
térmicamente aislado aumenta. Sólo si gan, por ejemplo, fuerzas de gravita-
el sistema fuese reversible la entropía 525
ENE ENE ENG
Hedwig Conrad-Martius, Der Selb- ENESIDEMO (fl. 70 antes de J. C.) estudios no sólo de Marx, sino tam-
staufbau der Natur. Entelechien und de Cnosos (Creta) enseñó en Ale- bién de Engels. Habiéndonos exten-
Energien, 1944, 2a ed., 1961. jandría, oponiendo a los estoicos y a dido sobre tales doctrinas en el artí-
ENERGÍA ESPECÍFICA DE LOS los académicos el pirronismo como culo citado, nos limitaremos aquí a
SENTIDOS. El fisiólogo alemán Jo- única doctrina adecuada al sabio. En indicar los más destacados rasgos de
hannes Müller formuló en su obra sus Discursos pirrónicos recopiló, en la contribución filosófica de Engels
Handbuch der Physiologie des Men- efecto, Enesidemo todas las doctri- a la misma. Ante todo, y aun cuando
sclien (I, 1883) una ley llamada "ley nas divergentes sobre cada punto Engels se ocupó constantemente de
de la energía específica de los senti- para demostrar la incertidumbre del obtener información sobre problemas
dos". Según la misma, los diversos ti- conocimiento, y desarrolló en los lla- económicos y sociales (y también
pos de sensación no proceden de cua- mados tropos ( VÉASE) sus objeciones estratégicos), trabajó más bien en el
lidades específicas de los estímulos, destinadas a evidenciar la imposibi- aspecto propiamente filosófico de la
sino de estructuras específicas de los lidad de conseguir un saber verdadero doctrina. El materialismo (v.), fue
sentidos. Los mismos estímulos provo- a causa de la multiplicidad de concebido por Engels no sólo como
can, según los órganos que los reci- condiciones externas e internas que materialismo histórico, sino de un
ben, sensaciones diferentes; a la in- concurren en el juicio. Durante mu-
modo general como materialismo
versa, diferentes estímulos pueden cho tiempo se consideró que el escep-
ticismo de Enesidemo era sólo una dialéctico. Uno de los aspectos impor-
provocar, al pasar por un solo órgano, tantes de este último era la dialéctica
un mismo tipo de sensación. Ejemplo preparación para la admisión de la
doctrina de Heráclito; sin embargo, (v.) de la naturaleza. Puede decirse,
del primer caso son sensaciones de ti- pues, que la insistencia tan ca-
po diverso provocadas por una co- parece que, en última instancia, la
crítica de todo criterio de verdad racterística de los marxistas en la
rriente eléctrica; ejemplo del segundo unión del materialismo con la dialéc-
no tenía para él otro sentido que la
caso son sensaciones luminosas provo- tica procede de Engels. Un rasgo
suspensión del juicio y, por tanto,
cadas por estímulos mecánicos, eléc- la adopción del temple impasible de muy destacado de las doctrinas de
tricos, por la luz, etc. ánimo, de la ataraxia (VÉASE; véase Engels es el esfuerzo dedicado a
La doctrina de Johannes Müller ha también ESCEPTICISMO). aclarar las relaciones entre la infra-
sido objeto de mucho debate. Nume- De los Ocho libros de los Discursos estructura económica y las superes-
rosas investigaciones han probado que pirrónicos, Purrwneiwn lo/gwn oxtw/ tructuras culturales. Contrariamente
los órganos receptores no poseen la bibli/a, hay resumen en Photios. Bi- a lo que creen algunos, estas relacio-
especificidad que les atribuía Müller; blioteca (Cod. 212), ed. I. Bekker. nes son, según Engels, complejas, de
en todo caso, han demostrado que la Véase Karl Goebel, Die Begrün-dung tal modo que no se admite la expli-
producción de sensaciones constituye der Skepsis des Aenesidemus durch cación causal directa de los aconteci-
un proceso mucho más complejo del die zehn Tropen, 1880. — Victor
Brochard, Les sceptiques grecs, 1887 mientos no económicos por otros eco-
que aparece en la teoría de la energía (Libro III) (trad. esp.: Los escépticos nómicos, sino que se mantiene que la
específica. Aunque se reconoce que griegos, 1944). — Eugen Pappenheim, superestructura influye a su vez sobre
un mismo estímulo puede producir Der angebliche Hera-klitismus des la estructura; ideas, convicciones po-
sensaciones diversas, ello no se atribu- Skeptikers Ainesidemos, 1889. — líticas y religiosas, etc., no pueden,
ye ya a la ley de Müller, sino a pro- Véase también la bibliografía del pues, según Engels, descartarse fácil-
cesos neurofisiológicos en los que pue- artículo ESCEPTICISMO (obras de V. mente en una interpretación rigurosa
de intervenir el organismo entero. Brochard, A. Goedeckemeyer, L.
Robin et. al.). del curso de la historia humana.
Desde el punto de vista fisiológico, ENFASEOLOGÍA. Véase BAUM- Obras principales de interés filo-
parece que el interés de la doctrina GARTEN ( ALEXANDER), EXPRESIÓN (I).
sófico: Herrn Dühring Umwälzung
de Müller consiste en las cuestiones der Wissenschaften, 1877-1878 (La
ENGELS (FRIEDRICH) (1820- transformación de las ciencias por el
que suscita respecto a la formación 1895), nac. en Barmen (hoy, Wup-
del conocimiento. Ahora bien, acéptese Sr. Dühring, conocido con frecuencia
pertal [Westfalia]), desarrolló una con el título Anti-Dühring), — Lud-
o no la doctrina de la energía específica actividad múltiple, interviniendo en
de los sentidos, debe reconocerse que wig Feuerbach und das Ende der
el periodismo, en la industria (tra- klassischen deutschen Philosophie,
los resultados no afectan a las bajó en la fábrica de su padre, en 1886 (L. Feuerbach y el fin de la
cuestiones epistemológicas, las cuales, Manchester) y en las luchas filosó- filosofía alemana clásica). Hay trads.
como ya indicó Kant, se refieren a la ficas y político-sociales. El más im- esps. de estas dos obras en numero-
validez del conocimiento y no a los portante acontecimiento de su vida sas ediciones. — Dialektik der Natur
procesos fisiológicos, psicológicos o (escrita entre 1873 y 1883 y publicada
fue su encuentro con Marx (1844), de por vez primera en 1925 por Rya-
neurológicos por medio de los cuales quien fue el más íntimo amigo y cola-
se adquiere. zanov). — Para las obras más im-
borador, hasta el punto de que es di- portantes escritas en colaboración con
Algunos historiadores han declara- fícil con frecuencia precisar cuál fue Marx, véase el artículo sobre éste.
do que la doctrina de Müller puede la contribución de cada un o de Lo mismo para edición de obras com-
ya rastrearse en algunos presocráticos, ellos a las ideas fundamentales del pletas. Hay numerosas trads. esp.; en-
como Empédocles o Demócrito. marxismo (VÉASE). En verdad, lo que tre ellas citamos: Origen de la fami-
Véanse las obras mencionadas en hemos expuesto bajo este nombre es lia, de la propiedad y del Estado, s/f.
PERCEPCIÓN, especialmente las rela- — Socialismo utópico y socialismo
tivas a las bases físicas de la percep- el desarrollo de una serie de doctrinas
científico, 1886. — El anti-Dühring
ción. que tienen por base las ideas y los o "La revolución de la ciencia" de
526
ENR ENR
los pocos filósofos de su época que no ción. Por ella se hace posible conce-
pertenecieron a una Orden religiosa, bir el ser como ser. Este ser puede
profesó en la Universidad de París referirse al creador o a las criaturas,
desde 1276 hasta un año antes de aunque no en sentido unívoco. Im-
su muerte y colaboró con Esteban portante es en la doctrina de Enrique
Tempier en la condenación del ave- de Gante su teoría del ser propio a
rroísmo, de 1277. Durante algún una entidad en sí misma: es la esen-
tiempo ha sido considerado como una cia o, mejor dicho, el ser de la esencia
figura de escasa importancia en el (esse essentiae). Este ser de la
pensamiento medieval; en las últimas esencia permite distinguir entre un
décadas, sin embargo, los estudios ser que posee realidad objetiva y un
realizados sobre él han mostrado que ser tan sólo mental. Hay que tener
no sólo su doctrina tiene considerable en cuenta, sin embargo, que tal ser
originalidad e importancia, sino que de la esencia es un ser de ésta en
también influyó grandemente sobre cuanto tal y no una naturaleza de
otros varios pensadores, entre ellos la existencia. En lo que se refiere
Duns Escoto, y que hasta el siglo a esta última Enrique de Gante la
XVIII hubo polémicas en torno a explica como una posibilidad actua-
sus tesis. En el siglo XVI la Orden lizada por su causa. Por otro lado,
de los sevitas lo consideró como su no hay (contra Egidio Romano) dis-
doctor, pero se ha mostrado que el tinción real entre la esencia y la
propio Enrique de Gante no perte- existencia; tal distinción es meramente
neció a la Orden. No es fácil exponer intencional. Característico de la fi-
su doctrina a causa de los muchos sofía de Enrique de Gante es la te-
elementos de que se compone. Por sis de que el principio de indivi-
haber en ella temas aristotélicos, dualización consiste en una doble
agustinianos y avicenianos se ha lla- negación: negación de división in-
ENRIQUE DE AUXERRE (ca. mado con frecuencia a su autor un trínseca y negación de la identidad
841-ca. 876) estudió y enseñó en filósofo ecléctico, situado entre el de un ser con respecto a otros seres.
Auxerre (Yonne), donde tuvo como aristotelismo y el agustinismo, sin Típico de ella es también la tesis
discípulo, entre otros, a Remigio de adherirse a ninguno de ellos, aun de que la materia no es una pura po-
Auxerre (v.). Enrique de Auxerre cuando con preferencia por ciertas tencia; la materia tiene también, pues,
tradujo y comentó a algunos poetas soluciones agustinianas. Sin embargo, esse essentiae. Por eso hay que re-
latinos clásicos. Se le deben glosas la consistencia interna del pensamiento chazar, según nuestro autor, el hile-
marginales al escrito pseudo-agusti- de Enrique de Gante es suficien- morfismo en todos los entes y afir-
niano Categoriae decem, así como no- temente sólida para que si se le con- mar la doctrina de la pluralidad de
tas a las traducciones latinas por Boe- sidera un ecléctico no se interprete las formas en los seres materiales. En
cio del De interpretatione, de Aristó- este calificativo como indicando mera vista de todo ello Gilson ha caracte-
teles, y de la Isagoge, de Porfirio. En yuxtaposición de diversas doctrinas. rizado la filosofía de Enrique de
estas notas Enrique de Auxerre discu- Nos referiremos a algunas de las que Gante como una de las formas del
tió la cuestión de los universales, con- se destacan del complejo conjunto agustinismo avicenizante. El agusti-
siderando como tales no sólo la especie doctrinal. Ante todo, a la doctrina nismo resulta patente en la doctrina
y el género, sino un "universal" de del conocimiento. Éste es concebido de la iluminación, y en la explicación
mínima comprehensión: la "ousía" o como una iluminación (v. ) divina con- del mundo de las existencias como
substancia. Siendo los universales pa- cedida por Dios al hombre, lo cual resultado de la creación; el avicenis-
ra Enrique de Auxerre abreviaturas supone que el conocimiento natural mo, en la teoría de las esencias.
de nombres, pareció inclinarse a un por sí es insuficiente, aun usando Las principales obras de Enrique
nominalismo moderado. Enrique de todos los grados de abstracción, y de Gante son sus quince Quodlibeta
Auxerre fue incluido en sus comenta- explica la frase, de tendencia apa- (entre 1276 y 1291) y una Summa
rios por Juan Escoto Erigena. rentemente escéptica (bien que de un theologica. Edición de los primeros:
Véase B. Hauréau, Histoire de la escepticismo referido a una sola París, 1518 (reimp. en 2 vols., 1960);
philosophie scolastique, I, 1872 (in- fuente), con que comienza su Sum- Venecia, 1608, 1613. Edición de la
cluye las glosas a Categoriae decem). ma: "¿Sabe el hombre algo?" Ello segunda: Summa quaestionum ordi-
M. Grabmann, Geschichte der scho- no significa que se rechace por entero narium Henrici a Gandavo, París,
lastischen Méthode, I, 1909. — Véa- 1520 [reimpresión de esta edición: 2
se también J. Reiners, Der aristote- el conocimiento sensible. Pero este vols., 1953, en Franciscan Institute
lische Realismus in der Frühscholastik, conocimiento es objeto solamente de Publications. Text Series Ν 5, ed. E.
1907 y Der Nominalismus in der la física, la cual procede por abstrac- M. Buytaert, O. F. M.] y Magistri
Frühscholatiks, 1910 [Beitráge, etc., ción de lo singular a lo universal. La Henrici Goethals a Gandavo Summa
VIII 5). metafísica, en cambio, comienza con in tres partes praecipuas digesta ope-
ENRIQUE DE GANTE, llamado el lo universal y es la única que puede ra, Ferrara, 1646. Edición de obras fi-
doctor solemnis (ca. 1217-1293) nac. descubrir lo inteligible. Fundamental losóficas por Ángelus Ventura, Bolo-
en Gante (o en Tournai), y uno de es a este respecto la citada ilumina- nia, 1701 (incluyendo libros errónea-
527
ENS ENT
guramente menos familiares que las diminutum es exclusivamente el que
anteriormente introducidas o cuyo sig- está in anima, identificándolo con el
nificado no aparece tan transparente ens rationih, ens cognitum (en Op.
en la lectura. Entre ellas citamos las Ox., IV, d. 1, q. 2, u. 3; cit. por É.
dos siguientes: ens diminutum y ens Gilson en Jeans Duns Scot, 1952, pág.
ratum. 292, nota). El ser "disminuido" como
Armand Maurrer, C. S. B. ("Ens ser en la mente es (dice Maurer) no
Diminutum: A note on Its Origin and los universales, sino "un ser relacional
Meaning", Mediaeval Studies, XII producido por la razón" (art. cit.,
[1950], 216-22) indica que la expre- pág. 221).
sión ens diminutum procede de una En la obra de Gilson antes citada
versión latina de una versión árabe (págs. 294-5) este autor se refiere a la
de un pasaje (VI 4, 1027 b 33) de la expresión usada por Duns Escoto, ens
Metafísica de Aristóteles. Según Mau- ratum. Este es definido como un ente
rer, la palabra griega λοιπόν (reli- que tiene "un ser firme y verdadero,
quum, restante) en la expresión aris- o esencia o existencia". El ens ratum
totélica to\ lsipo\n gh/noj tsu= o=ntoj es, pues, el "ser real" (Op. Ox., I, d.
(reliquum genus entis, el género res- 36. ad. art. 11).
tante del ser) fue traducida al árabe ENS UNUM VERUM BONUM
por naquis ("disminuido"). Aristóte- CONVERTUNTUR. Véase TRASCEN-
les había distinguido entre el ser que DENTALES.
se divide en las categorías y el ser ENSIMISMAMIENTO. Véase AL-
como ser accidental (y también como TERACIÓN, INTIMIDAD .
ser verdadero). Estos dos últimos pa- ENTE. El infinitivo griego ei=na:
recían ser menos "completos", por lo equivale al infinitivo latino esse y se
que es posible que el traductor intro- traduce al español por 'ser'. El parti-
dujera el término 'disminuido'. Roge- cipio presente griego del mismo ver-
lio Bacon (siempre según Maurer), bo, o)/n, equivale a ens y se traduce al
en sus Quaestiones sobre la Metafísi- español por 'ente'. En italiano se usan
ca sigue el uso de la aludida versión respectivamente a tal efecto ente y
latina e introduce la expresión ens di- essere; en alemán se usan Seiendes y
minutum para designar lo accidental Sein. En francés y en inglés ha soli-
y lo verdadero. Sin embargo, parece do usarse un solo término para 'ente'
ENS. Nos hemos ocupado del tér- haber dos tipos de ens diminutum :
mino ens en el artículo sobre Ente y para 'ser': être y Being, pero desde
el que está "fuera del alma" o "en hace algún tiempo (y especialmente
(VÉASE). Señalaremos aquí que los es- la realidad" y el que está "en el al- debido a la necesidad de traducir al-
colásticos han usado no sólo el voca- ma". Adán de Buckfield llamó a este gunos textos de Heidegger, donde se
blo ens sin más, sino también, y con último el ser disminuido por excelen- insiste en que debe distinguirse entre
frecuencia, dicho vocablo acompaña- cia ens per se diminutum. Santo To- el ente y el ser) se usan en dichos
do de un adjetivo o de una locución. más usa una vez la expresión ens di- idiomas los neologismos étant y es-
Tenemos así, entre otras, las expre- minutum (en 4 Sent., 1. 1, 4, 2c), sent, que podrían muy bien emplear-
siones ens creatum, ens increatum, pero prefiere las expresiones ens ra- se como traducciones del latin ens.
ens divinum, ens fixum, ens immobile, tionis intentio, esse intentionale. Puesto Sin embargo, el problema de la po-
ens mobile, ens perfectum, ens imper- que sólo el ser fuera del alma parece sible distinción entre 'ente' y 'ser' no
fectum, ens completum, ens incomple- poder dividirse en las categorías, el es tan fácil como parece desprenderse
tum, ens finitum, ens infinitum, ens "ser en el alma" o ens in anima es de dichas precisiones de vocabulario.
secundum se, ens in alio, ens in actu considerado como el ens diminutum Desde el punto de vista lingüístico
(o actu), ens in potentia (o potentia), por Sigerio de Brabante y Godofredo hay que tener en cuenta que los sig-
ens contingens, ens necessarium, ens de Fontaines. Maurer apunta que nificados de 'ente' y 'ser' dependen en
naturale, ens particulare, ens subsis- Duns Escoto fue el que usó la expre- gran parte del modo como son intro-
tens, ens realis, ens rationis. El exa- sión ens diminutum más frecuente- ducidos estos términos. Por ejemplo,
men de estas diversas formas de ens mente, en el sentido del ens que está no es lo mismo decir 'un ente' que
o ente se halla en diversos artículos de en el alma. Mientras algunos autores decir 'el ente'; no es lo mismo emplear
este Diccionario: citamos, a modo de árabes (entre ellos, Averroes) habían 'ser' como cópula en un juicio que
ejemplo, Creación, Infinito, Acto, distinguido dentro del "restante géne- decir 'el ser'. En vistas de estas y
Contingente, Ente de razón, Necesi- ro del ser" entre un ser como el ser otras dificultades se ha argüido a ve-
dad, Absoluto. El lector podrá com- por accidente que está fuera del alma ces que la distinción entre ente y
pletar la lista fácilmente. y el ser en cuanto "ser verdadero" ser, cuando menos dentro de la lla-
Para el ens rationis, véase el artícu- que está dentro del alma, pero habían mada "ontología clásica", es punto
lo ENTE DE RAZÓN . considerado a ambos como ens dimi- menos que artificial o en todo caso
Hay varias expresiones en las que nutum (por la lectura antes indica- insignificante. Así, los griegos emplea-
interviene el vocablo ens que son se- da), Duns Escoto estima que el ens ron la expresión ti/ to\ o)/n; que ha
528 sido
ENT ENT ENT
traducida al latín por quid est ens? circularon durante la época escolástica lo que es como tal. Por otro lado, si
y que se traduce al español no sólo como términos técnicos indispensables el ente es lo real en su realidad, el
por "¿Qué es el ente?", sino también, (estimamos como de poca, o ninguna, ente puede ser lo que sostiene onto-
y sobre todo, por "¿Qué es el ser?", importancia filosófica el uso de ens en lógicamente todos los entes. Final-
Algunos autores, sin embargo, insis- textos no filosóficos, donde ens es mente, si el ente es todo lo que es o
ten en que preguntar por el ente y equiparado a existens; Cfr. Du Cange, puede ser, habrá que precisar de qué
preguntar por el ser no es lo mismo; Glossarium mediae et infimae distintos modos se dice de algo que es
el ente es "lo que es" mientras que Latinitatis, s. v. "Ens"). Especialmente ente. Por ejemplo, puede dividirse el
"el ser" es el hecho de que cualquier desde el siglo XIII se discutió lo que es ente en ente real y de razón, en ente
ente dado sea. El asunto se complica el ens como "lo que es" o "ser que es", potencial y ente actual, y este último
en vista de ciertas expresiones tales esto es, como o)/n. Α la pregunta quid en esencia y existencia. Puede asimis-
como to\ ti/ h(=n ei)=n ai, que se ha tra- est ens?, correspondiente al ya citado mo estudiarse de qué modo se puede
ducido al latín por quod quid erat ti/ to/ o)/n aristotélico ( en Met., Γ hablar del ente: análoga, unívoca,
esse y que se refiere al "ser que era 1.003 a 21) se respondió que ens est equívocamente. Ciertas formas de ser
un algo", a un quid que posee, como quod primo intellectus concipit (Santo que pueden equipararse al ente deben
tal, una quidditas en virtud de la cual Tomás, De verit, q. I a 1 c) y que illud distinguirse de éste. Tal ocurre, por
"era" antes de haberse realizado en quod primo cadit sub appre-hensione ejemplo, con la distinción entre el ente
un individuo particular. est ens (S. theol., II-Ia q. XCIV a 2). y la cosa. Como señala Santo Tomás
Si el concepto del ente y el del ser Nada se puede decir de lo que es a (De veritate, q. I a 2) —siguiendo en
son lo mismo, lo que hemos dicho a menos que el decir se halle ya situado ello a Avicena—, cosa se distingue de
propósito del último (véase SER) vale dentro de la primera y previa ente por cuanto el ente es sumitur ab
para el primero. Pero si no son exacta- aprehensión del ente. El ente es id actu essendi, en tanto que el nombre
mente lo mismo, hay que tratar de ver quod est, aquello que es (In Boëth de de la cosa expresa la quid-didad o la
qué distinciones se han efectuado en hebd., lect 2). Santo Tomás habla esencia del ente.
el curso de la historia. asimismo del esse (ser), pero para Además de las divisiones del ente,
Con el fin de aclarar esta cuestión, definirlo en términos del ens: Esse di- de los modos de decirse el ente y de
proponemos lo siguiente: referir bre- citur actus entis inquantum ens est. la distinción entre el ente y nociones
vemente (aun a riesgo de repetición Este es el ente que se divide en diez similares, los escolásticos estudiaron
respecto a lo dicho en el artículo SER) géneros (véase CATEGORÍA). Santo To- otros modos de tratar el ente. Por
lo que algunos escritores en lengua más estudia el ser como ser con su ejemplo, se puede tratar del ente como
latina han dicho acerca del ente y de esencia, como "lo que es" (y en cuanto objeto material, del ente como objeto
su concepto. Puede considerarse par- es). El ente es lo más común en formal quod y del ente como objeto
te de la información aquí proporcio- cuanto sujeto de aprehensión. A la formal quo. En el primer caso, se trata
nada como un complemento a lo in- vez, es algo que trasciende todo lo del ente en cuanto (quodcumque) ente;
dicado en el citado artículo Ser. Des- que es; no puede definirse por nin- en el segundo de la ratio del ente; en el
pués, presentaremos algunos ejemplos gún modo especial de ser —por ningún tercero, de un grado altísimo y
en el pensamiento actual en los que ser "tal o cual"— y es por ello un sumamente abstracto de la materia-
se ha intentado distinguir entre el ente trascendental ( VÉASE) —y como lidad. La doctrina escolástica del ente
y el ser. trascendental—, por lo demás, "con- culmina posiblemente en Suárez (v.).
Él vocablo latino ens fue usado por vertible" en lo uno, la cosa, el "algo", Sus Diputaciones metafísicas son a la
Quintiliano en Institutiones Oratoriae lo verdadero y lo bueno. Se ha dicho vez, sino primariamente, "disputacio-
(VIII 3): "Muchos nuevos vocablos que, además de ser un trascendental, nes ontológicas". El ente es estudiado
han sido formados a base del griego, el ente es un supertrascendental; co- por Suárez no sólo como "lo que es",
sobre todo por Sergio Flavio [Sergius mo trascendental es lo que es en cuanto sino como la condición, o condiciones,
Flavius]; algunos de ellos, como ens relativo a lo real, y como supertras- que hacen posible (e inteligible) todo
y essentia [ut queens et essentia, es cendental es lo que es en cuanto rela- ser. Se ha dicho por ello que la
decir utque ens et essentia) conside- tivo no sólo al ente real, sino también doctrina del ente ha desembocado en
rados como un tanto duros." Quinti- al ente de razón (v.). Se podría añadir un puro formalismo. Pero habría que
liano usó asimismo el plural entia co- que si se extienden las posibilidades ver hasta qué punto ello es cierto. El
mo traducción de o)/nta/ (ibid., II 14): del ente y se hace referencia no sólo formalismo aparece, en cambio,
"No todas las traducciones del griego a la realidad, sino también a la bastante claramente en Wolff (y en
son propias, como no lo es el intento posibilidad, entonces tenemos el más autores anteriores a Wolff) en
de poner vocablos latinos en forma amplio concepto posible del ente. Esta cuanto el ente es definido (Wolff,
griega. Y esta traslación no es menos ampliación de significado ocurrió con Philosophia prima sive antología, § 134)
dura que la de essentia y entía [essen- Wolff (Cfr. infra). Por el momento como todo aquello a lo cual no repugna
tia et queentia, es decir, essentia utque baste considerar el concepto del ente la existencia. Si tal ocurre, el ente es
entía)". El gramático Prisciano de Ce- en cuanto "lo que es". entonces la posibilidad lógica. Ahora
sárea manifestó que ens fue usado Los escolásticos han tratado con de- bien, aun en este caso hay en la
por César. Ahora bien, mientras los talle de la cuestión del ente en este ontología de Wolff supuestos meta-
clásicos latinos y los retores considera- respecto. Una serie de problemas se físicos — los que derivan de la doc-
ban tal uso como un tanto "duro" (o pkntean. Por un lado, si la noción del trina de Leibniz, según la cual todo
"bárbaro"), los vocablos ens y entía ente es "comunísima", el ente es todo lo posible tiende a la existencia, de
529
ENT ENT ENT
acuerdo con la composibilidad (v.). de ciertos modos particulares —bien física", Pensamiento, XVII (1961),
En los escolásticos y en Wolff halla- que relacionados con la "tradición"— 135-64. — Nimio de Anquin, Ente y
mos, en todo caso, una compleja mez- con que se ha empleado el vocablo Ser (Perspectivas para una filosofía
cla de los conceptos del ente y del 'ente'. Por ejemplo, Gioberti habla del del ser naci-ente), 1962. — Véase asi-
ser, correspondiente a la compleja mismo: Nicolai Hartmann, Zur Grund-
ente en la célebre fórmula l'ente crea legung der Ontologie, 1935, págs.
mezcla existente de los motivos me- l'esistente, dándole el sentido de Dios. 39-87 (en trad. esp.): Ontología. I.
tafísicos con los ontológicos. Rosmini considera el ente como el tér- Fundamentos, 1954, págs. 45-98).
Han sido varios filósofos actuales mino del ser, el cual precede al ente, ENTE DE RAZÓN. En los artícu-
los que más han insistido en la nece- cuando menos en el orden de los con- los Ens y Ente (v.) nos hemos refe-
sidad de deshacer los equívocos en ceptos. Es difícil, en vista de todo rido a los diversos modos en que el
que se ha incurrido al tratar la doc- ello, proceder a una conclusión gene- ente es dividido en la filosofía escolás-
trina tradicional del ente. Heidegger ral respecto al problema del ente y tica. Uno de los entes por ella conside-
se ha destacado entre tales filósofos de la relación entre este problema rados es el ente de razón (ens rations).
al manifestar que la cuestión del ser y el del ser. En muchos casos, han Por su particular importancia para la
y la del ente no son iguales: la primera sido tratados como el mismo proble- comprensión de la naturaleza de la
es ontológica; la segunda, óntica ma. En otros casos, se ha considerado lógica según los escolásticos, damos
(véase ÓNTICO). La determinación que el concepto de ser es más general aquí sobre el mismo algunas indica-
hasta cierto punto justificada del ente que el del ente. En otros todavía se ciones complementarias.
—la 'definición' de la lógica tradicio- ha admitido sólo el concepto del ente Los escolásticos definen el ente
nal que tiene su fundamento en la an- —como "lo que es" o inclusive como de razón como el que posee ser obje-
tigua ontologia— no es aplicable al "lo que existe"— considerándose que tivo solamente en el entendimiento.
ser (Sein und Zett, § 1). El ser (Sein) mientras es legítimo hablar de un pro- El término 'objetivo' es usado aquí
es previo a los entes ( Seienden ). Que blema del ente, no es legítimo hablar en su sentido tradicional (véase OB-
sea tal ser y cómo puede lograrse —si de un problema del ser. El ser no pue- JETO Y OBJETIVO). En efecto, los es-
puede lograrse— un acceso a él, es la de ser un sujeto — sólo lo que es de colásticos distinguen entre tres modos
gran cuestión que Heidegger se ha alguna manera, un ente, puede ser su- como puede estar algo en el enten-
propuesto desentrañar, sin que, al pa- jeto. No puede ser tampoco un predi- dimiento: subjetivamente, efectiva-
recer, lo haya logrado. Según Heideg- cado (véase ONTOLÓGICA [PRUEBA] ), mente y objetivamente. Algo está
ger (el "primer Heidegger" por lo me- pues de nada puede decirse simple- en el entendimiento subjetivamente
nos; véase HEIDEGGER [MARTIN ]), sólo mente que es a menos de decirse de cuando inhiere en el sujeto en cuanto
el análisis existenciario (v.) del ente qué clase de entidad se trata o cuáles accidente. Algo está en el entendi-
que pregunta por el ser —el Dasein son las propiedades fundamentales (la miento efectivamente cuando es un
(v.)—, es decir, del ente a quien en su "esencia") de tal entidad. A modo de efecto inmanente del entendimiento,
ser le va su ser, puede abrir el camino expediente, proponemos los siguientes es decir, cuando es un movimiento
para una comprensión del sentido del usos: vital o serie de movimientos vitales
ser. Heidegger supone, pues, que la (1) Al referirse a la ontologia "clá que proceden del entendimiento fí-
clásica pregunta por el ens ha velado sica", y especialmente a la desarrolla sico o realmente. Algo está en el en-
la pregunta más originaria por el ser. da por los escolásticos y por los wolf- tendimiento objetivamente cuando es
En suma, que debe distinguirse en- fianos, pueden identificarse los con aprehendido por él pura y simple-
tre ser y ente: " 'Sein' ist nicht so et- ceptos de ente y de ser. mente, esto es, cuando su naturaleza
was Seiendes" (op. cit. § 1; Cfr. tam- (2) En términos generales puede consiste en el modo de aprehensión
bién Einführung in die Metaphysïk, decirse que el ser es el modo de pre del objeto. Ahora bien, mientras las
especialmente Cap. I). Según Nicolai sentarse una realidad como tal reali especies inteligibles están en el en-
Hartmann, "el ser y el ente se distin- dad. Si el ente es definido como "lo tendimiento subjetivamente, y el con-
guen al modo como se distinguen la que es", su ser será entonces el modo cepto formal está en el entendimiento
verdad de lo verdadero, la realidad (o los modos) de presentarse lo que subjetivamente y efectivamente, el
[Wirklichkeit, y también Realität] de es en cuanto es. ente de razón está en el entendimiento
lo real [como wirklich y como rede]" (3) El concepto de ser tendrá en —y sólo en él— objetivamente. Si
(Zur Grundlegung der Ontologie, tonces un alcance más general que el estuviera en otro lugar además de
1935, pág. 40). El ens en sentido tradi- concepto de ente, pero su generalidad estar en el entendimiento no sería,
cional es el o)/n objeto de la Metaphy- no significará que "hay" algo que sea en efecto, ente de razón.
sica, mientras que el ser es el Sv objeto "el ser": para que haya el ser de algo Según los escolásticos, el ente de
de la Ontologia. Cierto que es es menester que haya algo —real, razón no tiene una causa eficiente,
"prácticamente imposible referirse al ideal, actual, posible, etc.— del que pero sí un fundamento: aquello según
ser sin investigar el ente" (op. cit., quepa decir que es en tal o cual mo lo cual es formado objetivamente por
pág. 41), pero ello no impide que do fundamental (u ontológico). el entendimiento humano. Según la
pueda establecerse (cuando menos Véase la bibliografía de los artícu- razón del fundamento por accidente,
mentalmente) una distinción entre los ANALOGÍA y SER. Además: R. C. el ente de razón puede tener o no
ambos. Kwant, De gradibus entis, 1946. — tener fundamentum in re (o realidad
Debe advertirse que la historia del P. Carosi, Due sisnificati dell'Ente e "objetiva" en el sentido actual del
concepto "ente" es más compleja to- l'oggeto formale dell´ ontologia, 1952.
— José Hellín, S. I., "Obtención del vocablo). Según la razón del funda-
davía de lo aquí presentado, a causa concepto del ente, objeto de la meta- mento esencial, el ente de razón
530
ENT ENT ENT
puede ser o negación o privación. rus tradujo e)ntelexe/ia precisamente aplicación al alma, a la doctrina de
En ningún caso, el ente de razón es por "el hecho de tener perfección", Aristóteles. En Enn., IV, vii, 8 se-
algo actual, pero ello no le impide perfec-tihabia, según indica Leibniz ñalaba Plotino que el alma ocupa en
ser aprehendido por el entendimien- (Mon., § 18; Theod., I § 87). En su el compuesto el lugar de la forma.
to. Los entes de razón se entienden edición de la Metaphysica de Si tenemos que hablar de entelequia,
en función de las intenciones (véase Aristóteles Bo-nitz indica que nos será forzoso entenderla como
INTENCIÓN, INTENCIONAL, INTENCIO- e)ntele/xeia es sinónimo de perfectus. algo que adhiere al ser de que es en-
NALIDAD) que la razón ve en los ob- El propio Bonitz hace notar (Index telequia. Ahora bien, Plotino señala
jetos que considera. Cuando consi- arist., 253 b) que Aristóteles usó explícitamente que el alma no es
dera intenciones como el género, la e)ntele/xeia de un modo ambiguo; a como una entelequia, pues el alma no
especie, etc. que no descubre en la veces distingue e)ntele/xeia de es inseparable del cuerpo.
naturaleza de las cosas, sino que se e)ne/rgeia y a veces hace estos vocablos En la época moderna la noción
siguen, como dice Santo Tomás (in sinónimos. de entelequia ha sido generalmente
lib. IV Met., lect. 4, 574), de las En tanto que designa "el hecho de desechada; se ha llegado inclusive a
consideraciones de la razón misma, el poseer perfección", el término 'entele- dar a 'entelequia' el sentido peyorativo
resultado de ello son entes de razón, quia' significa la actualidad o perfec- de lo "no existente", que todavía
y tales entes de razón son el objeto ción resultante de una actualización. conserva en el lenguaje común. En
de la lógica. Las intenciones referidas La entelequia es entonces el acto en ciertos momentos, sin embargo, se ha
son las llamadas por los escolásticos tanto que cumplido. En este sentido revalorizado el término, y ello preci-
segundas intenciones. Así, el objeto entelequia se distingue de actividad o samente en dos doctrinas de innega-
de la lógica (formal) es la intención actualización, e)nergeia . En tanto que ble carácter teleológico: una en el
segunda o ente de razón lógico. Y constituye la perfección del proceso siglo XVII y otra en la época contem-
como la intención segunda está fun- de actualización, la entelequia es el poránea. La del siglo XVII en la de
dada en una intención primera, se cumplimiento de un proceso cuyo fin Leibniz. Para este filósofo las entele-
puede decir que para los escolásticos se halla en la misma entidad. Por eso quias son "todas las substancias sim-
los objetos de que habla la lógica puede haber entelequia de la actua- ples o mónadas creadas, pues tienen
no pueden ser aprehendidos sino con lización, pero no del simple movi- en sí una cierta perfección e)xosi to/
un cierto fundamento en la realidad. miento, xi/nhsij . e)nteleς y hay en ellas una cierta capa-
La lógica habla, pues, de la realidad. Aristóteles, según se ha indicado, no cidad de bastarse a sí mismas ( au)ta/r-
Pero no de un modo directo (ni el es siempre consistente en el uso del keia ) que las hace fuentes de sus
ente real ni el ente no real pueden término 'entelequia'. En De an., II 1, acciones internas y, por así decirlo,
ser objetos de lógica), sino indirec- 412 a 27 b 5 señala que el alma es autómatas incorpóreos" (Monadologie,
tamente: los entes de razón lógicos entelequia. En cambio, en Met., H, 3, § 18). En cuanto a las revaluaciones
son como el mapa que representa 1043 a 35 dice que el alma es actuali- contemporáneas del concepto de ente-
isomórficamente las estructuras (fun- zación, "energía", e)ne/rgeia . Aquí los lequia mencionaremos dos, ambas
damentales) de lo real. dos términos son sinónimos. En Met., mantenidas por biólogos y filósofos
ENTELEQUIA. Aristóteles usó en L 6, Aristóteles describe al Primer neo-vitalistas: Hans Driesch y Alwin
varios pasajes de sus obras el término Motor como e)nergeia y en Met., Λ 6 Mittsch. Para Driesch (Cfr. Philosophie
e)ntele/xeia que se transcribe en espa- lo describe como entelequia. Es posi- des Organischen, 4a ed., 1928, espe-
ñol en la forma indicada: entelequia. ble que en el primer caso el Estagi- cialmente págs. 373 y sigs. ) la entele-
Como Platón había dicho que el alma rita quiera subrayar la actividad del quia designa la forma de acontecer
posee e)ntele/xeia ο movimiento conti- Primer Motor y en el segundo su per- que se rige por la causalidad de totali-
nuo, se ha supuesto a veces que Aris- fección que hace que tal actividad dad y que puede ser calificada de cau-
tóteles alteró el vocablo platónico pa- consista en "mover sin ser movido". salidad entelequial. La entelequia es
ra diferenciar su doctrina de la de En Met., H 8, 1050 a 20 sigs., Aristó- una "substancia individualizada" o, si
teles indica que la acción, e)/rgon, es el se quiere, una "causalidad individua-
Platón. Esta suposición parece inco-
fin, τέλος, y que la actualidad o ac- lizante" — uno de los nombres que
rrecta. También parece incorrecta la
tualización, e)ne/rgeia, es la acción, de tiene la "causalidad total". Para Mit-
suposición de que en tiempo de Aristó- modo que el propio término 'actuali- tasch (Entelechie, 1952), que sigue
teles existía el adjetivo e)ntelexh/j y que dad' se deriva de 'acción' y equivale en parte las orientaciones de Driesch,
Aristóteles formó el sustantivo a la entelequia. En Met., Γ 4, 1077 b hay ciertas fuerzas que en vez de
e()ntele/xeia a base de dicho adjetivo. Lo 25-30 Aristóteles escribe que lo que producir energía o potencia regulan
más probable es que el Estagirita for- es indeterminado existe potencialmen- tal energía o tal potencia. A estas
jara el vocablo e)ntele/xeia a base de la te y no en su entelequia. Como puede fuerzas pertenece la entelequia orgá-
expresión uo) e)ntele\j e)\xwn, "el hecho de verse, el uso aristotélico de 'entele- nica. Mittasch advierte, sin embargo,
poseer perfección". W. D. Ross en co- quia' es algo flotante. Sin embargo, que su concepto de entelequia difiere
mentario a su edición de la Metaphy- en ciertos casos su significado aparece en varios respectos del de Driesch.
sica (vol. II, págs. 245-6) se adhiere más claro y tajante; particularmente Éste había indicado que la entelequia
a esta última opinión, la cual coincide importante al respecto es la definición suspende las leyes físicas y químicas.
en gran parte con la ya expresada por aristotélica del alma ( VÉASE ). Mittasch lo niega y manifiesta que
Filopón (Commentaria in Aristotelem Plotino utilizó asimismo la noción se limita a regularlas. Además, a di-
Graeca, XV, 208). Hermolaus Barba- de entelequia, pero no se adhirió, ferencia de Driesch, la entelequia
cuando menos en lo que toca a su
531
ENT ENT ENT
propuesta por Mittasch no se limita y contraponen a raison, Vernunft y miento que han defendido ciertos au-
a la esfera orgánica, sino que inter- Reason (= 'razón'). tores modernos es una contraposición
viene en la esfera físico-química. Fi- Es común entre los filósofos moder- —o, mejor, distinción— "interna"
nalmente, mientras Driesch tendía a nos usar 'entendimiento' (o los voca- dentro del entendimiento. Éste puede
considerar la entelequia como una blos pertinentes en los diversos idio- ser pasivo, cuando recibe las impre-
idea regulativa (en el sentido de mas) para designar la entera facultad siones, y activo cuando saca a la vista
Kant), Mittasch se inclina a estimar- (o potencia) intelectual. En algunos (brings in sight) las ideas que habían
la como una idea constitutiva. casos, como en Spinoza, el entendi- sido impresas en el entendimiento
miento (que así suele traducirse el (op. cit., II, x, 2).
vocablo spinozano intellectus en la No queda siempre claro en Locke
obra Tractatus de intellectus emenda- si el entendimiento es una facultad
tione: Tratado de la reforma del en- que recibe y maneja "ideas" o si es el
tendimiento) es equivalente a la "fa- recibir y manejar ideas, aunque lo úl-
cultad de conocimiento" en sus diver- timo sería más adecuado que lo pri-
sos (cuatro) grados. Los modos en mero dada la tendencia de Locke y,
que puede ejercitarse el entendimiento en general, de los empiristas a no
o "modos de percepción" —según "lo admitir el carácter independiente del
que se dice" o según cualquier signo entendimiento en relación con sus
elegido arbitrariamente; por ex- "ideas". Berkeley indica explícitamente
periencia vaga; por aprehensión de la que "el entendimiento no es diferente
esencia de una cosa concluida de otra de las percepciones particulares o
esencia, mas no adecuadamente; por ideas" (Philosophical Commenta-
percepción de la sola esencia de la ries. Notebook A, 614, ed. Luce), si
cosa o conocimiento de la causa pró- bien señala que la idea es "un objeto
xima— son a la vez "modos del en- del entendimiento" (op. cit., 665), y
tendimiento". Spinoza distingue asi- que el entendimiento "considerado co-
mismo entre entendimiento finito e mo una facultad" no es realmente
infinito, y habla (Eth., V) de potentia distinto de la voluntad" (op. cit.,
intellectus seu de libértate humana, la 614a). Según Berkeley, el entendi-
cual es equivalente a la potentia ra- miento y la voluntad quedan inclui-
tionis en cuanto muestra lo que puede dos en el "espíritu", por el cual en-
la razón por sí misma (ipsa ratio] en tiende "todo lo que es activo" (op.
orden a dominar las afecciones (af- cit., 848). El entendimiento es, pues,
fectus). para Berkeley, en último término, al-
Esta idea del entendimiento como go "espiritual".
potencia cognoscitiva completa —bien Para Hume el entendimiento es el
que organizada en diversos grados— modo de ser del hombre como sujeto
se halla en otros autores modernos. que conoce — o, si se quiere, como
Por ejemplo, y no obstante la dife- cognoscente. La ciencia de la natu-
rencia entre un "racionalista" y un raleza humana equivale al "examen
"empirista", en Locke. Éste llama del entendimiento" y del modo como
ENTENDIMIENTO. El vocablo "entendimiento" (Understanding) y, está "amoblado", es decir, del modo
griego nou=j (véase Nous) y el voca- más específicamente, "entendimiento como tienen lugar las percepciones en
blo latino intellectus se traducen al humano" (Human Understanding) toda tanto que se resuelven en impresiones
español de varias maneras, entre ellas la facultad de conocimiento en sus y en ideas (Treatise, I, i, 1).
por 'entendimiento' e 'intelecto'. Estos diversos modos. El entendimiento es Leibniz distingue entre sensibilidad
dos vocablos son a veces usados como para Locke lo que coloca al hombre y entendimiento, pero esta diferencia
si fuesen sinónimos. Así, por ejemplo, por encima del resto de las cosas sen- no es esencial, sino gradual. En efec-
se escribe 'entendimiento agente (o sibles. El entendimiento es como el to, conocer equivale a tener represen-
activo)' y también 'intelecto agente ojo, el cual "al tiempo que nos permite taciones, las cuales pueden ser menos
(o activo)'. En la presente obra trata- ver y percibir todas las otras cosas, no claras (sensibilidad) o más claras
mos bajo el vocablo 'Intelecto' ( VÉA- repara en sí mismo, requiriendo arte (entendimiento propiamente dicho, o
SE) de diversos sentidos que se dan a y penas colocarlo a cierta distancia y intelecto). La sensibilidad se halla su-
nou=j y a intellectus en la filosofía an- convertirlo en su propio objeto" (Essay, bordinada al entendimiento, en el cual
tigua y medieval. Bajo el vocablo 'en- Introducción). Los objetos del las representaciones alcanzan el grado
tendimiento' trataremos de varios sen- entendimiento son las "ideas", tanto apetecible de claridad y distinción. El
tidos de la "potencia intelectual" en las de sensación como las de refle- entendimiento ejerce aquí una fun-
la filosofía moderna. Usamos, así, xión (véase IDEA). Ello muestra que ción parecida a la de la "razón" car-
'entendimiento' como correspondiente en Locke el entendimiento compren- tesiana. Sin embargo, dentro del con-
a términos tales como entendement. de, en su primer grado, lo que a veces cepto de entendimiento parece poder
Verstand y Understanding, especial- se llama "sensibilidad". La contrapo- haber dos modos de conocer: el indi-
mente en tanto que éstos se comparan sición entre sensibilidad y entendi- recto y el intuitivo o directo. Sólo este
532
ENT ENT ENT
último merece el nombre de "razón" de juicios. Según Kant, todas estas hicieron Fichte, Schelling, F. A. Schle-
(y a veces de "intuición", en el senti- definiciones son idénticas, pues equi- gel, Hegel y todos los filósofos llama-
do de "intuición intelectual"). valen a la citada "facultad de las re- dos "románticos" o, cuando menos,
Kant se opone a la idea leibniziana glas" (ibid, A 126). Pero con ello "idealistas". No se trataba ya de afir-
de que la sensibilidad es una forma resulta que, no obstante el lenguaje mar la posibilidad de un contacto con
inferior del entendimiento, y proclama psicológico usado por Kant (derivado "la realidad en sí" por medio de la
una distinción fundamental entre la probablemente de la "psicología de las razón práctica; era la razón teórica y
una y la otra. La sensibilidad —de facultades" de su época), el entendi- especulativa lo que aprehendía lo "en
que se ocupa la "Estética trascenden- miento no es propiamente una facul- sí". La noción de "cosa en sí" (v.)
tal", en la Crítica de la Razón Pura— tad, sino una función o conjunto de era rechazada como un límite, pero
es una facultad de intuición. Mediante operaciones encaminadas a producir era reinsertada como la realidad. En
la facultad sensible se agrupan los síntesis y, con ello, a hacer posible el algunas ocasiones, ciertamente, esta
fenómenos según los órdenes (tras- conocimiento en formas cada vez más reinserción se efectuaba al hilo de la
cendentales) del espacio y del tiem- rigurosas. razón práctica, siguiéndose con ello al
po. La sensibilidad es la facultad de Según Kant, pues, el entendimiento propio Kant. Así, para Fichte lo que
las intuiciones α priori. El entendi- pone en relación las intuiciones y lleva hay es, ante todo, la libertad. Pero
miento, en cambio, es una "facultad a cabo las síntesis sin las cuales no mientras Kant consideraba a ésta den-
de las reglas". Por ella se piensa sin- puede haber enunciados necesarios y tro del terreno de la moralidad, Fichte
téticamente la diversidad de la expe- universales. Así, el entendimiento hacía de la libertad el Absoluto meta-
riencia. La sensibilidad se ocupa de constituye el conocimiento ordenando físico que solamente la Razón (y no
intuiciones; el entendimiento, de con- y dando forma a las intuiciones sensi- el entendimiento) podía aprehender.
ceptos. Éstos son ciegos sin las intui- bles. A la vez que estructura positiva- Hegel siguió el camino de Jacobi y
ciones, pero éstas son vacías sin los mente el conocimiento (o, mejor, su Fichte. Pero en vez de subordinar el
conceptos (K.r.V., A 51/B 75). "El posibilidad), lo estructura negativa- entendimiento a la razón de un modo
entendimiento no puede incluir nada; mente, pues establece los límites más romántico, ensayó integrarlos y jerar-
los sentidos no pueden pensar nada" allá de los cuales no puede irse. Estos quizarlos de un modo sistemático. He-
(loc. cit.). La lógica del empleo espe- límites están marcados por la divisoria gel concibe el entendimiento (Ver-
cial del entendimiento es la "lógica entre el entendimiento y la razón. Ésta stand) como la razón abstracta, a
trascendental", la cual se divide en no puede constituir el conocimiento; a diferencia de la razón concreta, única
Analítica y Dialéctica (VÉANSE). La lo sumo, puede establecer ciertas que puede ser llamada propiamente
Analítica trascendental se ocupa de regulaciones y ciertas direcciones de razón (Vernunft). Mientras el en-
"la disección de la facultad del en- carácter muy general (como, por tendimiento es la misma razón iden-
tendimiento" (ibid., A 65/B 90); en ejemplo, la regulación, o idea, re- tificadora que huye de lo concreto
el curso de su estudio se obtienen los gulativa de la razón, de la unidad de o que, a lo sumo, quiere asimilar las
conceptos del entendimiento, concep- la Naturaleza). Ahora bien, la distin- diferencias de lo concreto, la razón es
tos radicales o conceptos elementales ción kantiana fue aceptada por varios absorción de lo concreto por lo racio-
(véase CATEGORÍA ), los principios del autores, como Jacobi, Fichte, Sche- nal, identificación última de lo racio-
entendimiento y los esquemas de apli- lling y Hegel, pero al mismo tiempo nal con lo real más allá de la simple
cación del entendimiento (V. ESQUE- fue vuelta del revés. Se consideró que identificación abstracta. Así lo expresa
MA ). El entendimiento, en suma, si sucedía lo que Kant proponía era Hegel al comienzo de la Lógica: "El
piensa el objeto de la intuición sensi- porque el entendimiento era una fa- entendimiento determina y se atiene a
ble, de tal suerte que la facultad del cultad inferior, que no puede compa- las determinaciones; la razón es nega-
entendimiento y la de la sensibilidad rarse en poder y majestad con la ra- tiva y dialéctica, porque disuelve las
no pueden "trocar sus funciones": só- zón. Se estimó que esta última podía determinaciones del entendimiento en
lo cuando se unen se obtiene conoci- penetrar en aquel reino que Kant había la nada, y es positiva, porque pro-
miento. Puede asimismo definirse el colocado fuera de los límites del duce lo general y concibe en él lo
entendimiento como la facultad de conocimiento (teórico) por medio de singular." La razón es, en verdad,
juzgar. Por medio del entendimiento la intuición — bien entendido, una espíritu, el cual ha de ser conside-
se producen, en efecto, las síntesis. "intuición intelectual", intellektuelle rado como algo superior a la pura ra-
También puede definirse el entendi- Anschauung. Jacobi proclamó este zón "raciocinante".
miento como "la unidad de la aper- poder de la razón (como "razón in- La bibliografía sobre las concepcio-
cepción (v.) en relación con la sínte- tuitiva") con gran vigor y en todos nes antiguas y medievales del "en-
sis de la imaginación"; esta misma los tonos, lo que motivó una reacción tendimiento" (= "intelecto"), en el
unidad con referencia a la "síntesis adversa de Kant contra el "cierto tono artículo INTELECTO. — Para razón y
distinguido" que se nota "hoy" en la entendimiento en Kant, Jacobi, Fichte,
trascendental de la imaginación es el etc.: Arthur O. Lovejoy, The Reason,
entendimiento puro" (ibid., A. 119). filosofía ("Von einem neuerdings erho- the Understanding and Time, 1961.
Se puede ver con ello que el enten- benen vornehmen Ton in der Philoso- ENTIA NON SUNT MULTIPLI-
dimiento es definible de muy diversos phie", 1796). Las protestas de Kant, CANDA PRAETER NECESSITA-
modos: como espontaneidad (a dife- sin embargo, pesaron poco: Jacobi in- TEM es un principio o regla que pue-
rencia de la pasividad de la sensibili- dicó una y otra vez que el entendi- de traducirse como sigue: "No deben
dad), como poder de pensar, como miento no debe subordinarse a la ra- multiplicarse [aumentarse] las entida-
facultad de conceptos, como facultad zón y que ésta es soberana. Lo mismo
533
ENT ENT ENT
des más de lo necesario." El principio pauciora ("Es vano hacer con más lo Otra significación de 'entimema' es
o regla en cuestión puede tener dos que puede hacerse con menos"). Estas la que se halla en la mayor parte de
significados. Por un lado, puede signi- fórmulas están relacionadas en Occam los textos lógicos: el entimema es un
ficar que no deben introducirse más con su tesis de que nada debe afirmar- silogismo incompleto, por no ser ex-
realidades o entidades de las que son se sin una razón suficiente (excepto presada una de las premisas. Si falta
menester para dar cuenta de un fenó- cuando se trata de algo conocido por la premisa mayor el entimema es
meno, un proceso, o hasta la propia sí mismo, por experiencia, o por reve- llamado de primer orden; si falta
estructura del universo. Por otro lado, lación). Philotheus Boehner (Ockham. la premisa menor, es llamado de se-
puede significar que no deben em- Philosophical Writings, 1957) ha de- gundo orden. Así, "Los búlgaros be-
plearse más conceptos (reglas, princi- clarado que el más antiguo filósofo ben Kéfir; Los búlgaros gozan de
pios, supuestos, etc.) de los que son escolástico en el cual puede encon- buena salud" es un entimema de pri-
estrictamente necesarios para producir trarse una fórmula similar a cualquie- mer orden; "Todos los ingleses leen
una demostración o proporcionar una ra de las indicadas es Odón Rigaldo novelas; John Smith lee novelas" es
explicación. Los dos significados se (Odo Rigaldus) en su Commentarium un entimema de segundo orden. Tra-
hallan, por lo demás, estrechamente super Sententias ( MS Brujas 208, fol. dicionalmente —por ejemplo, en la
relacionados entre sí, pues aunque las 150a). Odón Rigaldo propuso la Lógica de Port-Royal— se admitían
demostraciones y explicaciones se lle- fórmula siguiente: Frustra fit per plu- solamente los citados dos órdenes. Al-
van a cabo mediante conceptos, se ra quod potest fieri per unum ("Es gunos autores, siguiendo a Hamilton,
tiende a considerar que tales concep- vano hacer con varios lo que puede introducen un entimema de tercer or-
tos denotan siempre realidades. Por hacerse con uno") — muy semejante den: aquel en el cual falta la con-
ejemplo, atribuir a una "substancia en la forma, e idéntica en el conteni- clusión.
calorífica" la causa del calor es intro- do, a la segunda de las fórmulas de Según varios autores, solamente el
ducir un concepto —el concepto de Occam antes mencionadas. primer tipo de entimema, el basado
substancia calorífica— innecesario y En la forma hoy más usual —Entia en la semejanza o signo, es propia-
suponer a la vez que hay una realidad non sunt multiplicanda praeter neces- mente aristotélico. Otros autores, sin
denotada por tal concepto — la reali- sitatem— parece que el más antiguo embargo, estiman que el Estagirita no
dad "substancia calorífica". Sin em- antecedente de ella se encuentra en la desconoció el entimema como un silo-
bargo, es posible dar una interpreta- Logica vetus et nova (1654), de gismo truncado, como se muestra en
ción estrictamente conceptual de la Clauberg. Rhet., I 2, 1357 a 15-20, donde in-
regla en cuestión. En tal caso la regla ENTIDAD ACTUAL. Véase PRO- dica que "el entimema debe constar
recomienda que, dadas dos explica- CESO, WHITEHEAD (N.A. ). de pocas proposiciones, menos de las
ciones posibles de una realidad, un que constituyen el silogismo ordina-
ENTIMEMA. El término 'entimema'
proceso, un fenómeno, etc., hay que rio", y ello en vista del hecho de que
ha sido empleado con varios significa-
elegir la explicación que se valga del el hombre en su lenguaje cotidiano
dos desde Aristóteles; Hamilton, por
menor número posible de conceptos tiende a formular razonamientos su-
ejemplo, distingue entre 17 diversas
o, en otros términos, la explicación primiendo expresiones que da por en-
significaciones. Aquí nos referiremos
más simple. tendidas al oyente.
a las dos más corrientes.
Hemos tratado de esta regla en el W. Hamilton, Discussions on Phi-
Una primera significación es la que losophy and Literature, Education
artículo Economía (al referirnos al lla-
se halla en Aristóteles. Según ella, el and Unicersity Reform, 1852, 3a ed.,
mado "principio de economía del pen-
entimema, e)nqu/mhma, es un silogismo 1866, págs. 153-56. — E. H. Madden,
samiento") y también algunos aspec-
basado en semejanzas o signos (los 'The Enthymeme: Crossroads of Lo-
tos de la misma en el artículo Acción
cuales pueden ser entendidos de tres gic, Rhetoric, and Metaphysics", The
(Principio de la Menor). Aquí nos Philosophical Review, LXI (1952),
modos de acuerdo con la posición del
limitaremos a proporcionar algunos 368-76.
término medio en las figuras) (An.
datos sobre el origen histórico de la
Pr., II 27, 70 a 10). Por ejemplo: del ENTROPÍA. Véase ENERGÍA.
regla y sobre diversas variantes en la
signo (o hecho) de que una mujer ENTUSIASMO. Platón habló del
formulación de la misma.
tiene leche, podemos inferir que está entusiasmo, e)nqusiasmo/j como algo
Durante mucho tiempo la fórmula embarazada. En otro lugar dice Aris-
Entia non sunt, etc., fue atribuida a inspirado por la divinidad (Phaed.
tóteles que el entimema expresa la 253 A). El entusiasmo es una especie
Guillermo de Occam. Por este moti- demostración de un orador y que se
vo, algunos autores (por ejemplo, de en-diosamiento, de trance divino;
trata de la más "efectiva" de las ma-
Bertrand Russell) han llamado a la en el estado de entusiasmo el alma se
neras de demostración. El entimema
regla expresada en tal fórmula "la halla fuera de sí para tener su sede en
es una clase de silogismo: el silogis-
navaja [de afeitar] de Occam" (Oc- mo retórico. (Rhet., I 1, 1355 a 6 la divinidad misma. El mismo autor
cam's razor). Pero en los textos de sigs. ) Algunos autores consideran que se refiere al entusiasmo al hablar de
Occam no se encuentra la fórmula en las dos definiciones dadas anterior- la inspiración poética; los poetas for-
cuestión; se encuentran fórmulas simi- mente por Aristóteles coinciden y man una "cadena de inspirados" lle-
lares, tales como las dos siguientes: que lo importante en el entimema 'vados por el entusiasmo (Ion, 533 E).
Pluralitas non est ponenda sine neces- es el que sea un razonamiento cuyas El entusiasmo está relacionado con la
sitate ("No debe introducirse innece- premisas son meramente probables o potencia divinatoria, μαντική, (Tim.,
sariamente una pluralidad") y Frustra constituyen simplemente ejemplos. 71 E).
fit per plura quod potets fieri per Las ideas platónicas al respecto han
534
ENU EON EPI
ejercido influencia en todos los auto- entonces el hecho de enunciar una la cual los hombres pueden llegar
res que han seguido de algún modo la proposición. Finalmente, se interpre- a la comunidad, sino por múlti-
doctrina de que la inspiración está li- ta el enunciado como un discurso ples aspectos de su doctrina práctica,
gada al entusiasmo. Pero entre los au- (v. ) (oratio), si bien, como hemos no siendo casual, por tanto, que las
tores modernos solamente Shaftesbury visto en el artículo correspondiente, máximas de Epicteto hayan sido co-
(v.) se ocupó con particular atención el sentido de 'discurso' es vago: la mentadas en círculos cristianos. Sin
de la naturaleza y función del entu- enuntiatio es uno de los varios sen- embargo, la coincidencia con el cris-
siasmo. En la "Carta sobre el entu- tidos posibles de la oratio. tianismo en la obra de Epitecto es,
siasmo" ("Letter Concerning Enthu- En la lógica moderna se usa mu- por lo menos, tan grande como su di-
siasm"), publicada en Characteristics, cho 'enunciado' como equiparable a vergencia; en ningún momento aban-
etc. (2a ed., corregida, Vol. I, Seccio- 'sentencia' (v.). Los dos términos son dona Epicteto la tradición de la es-
nes VI y VII), Shaftesbury indica de fácil uso en inglés (statement - cuela estoica, particularmente del
que es menester manifestar el entu- sentence), pero de uso menos fácil antiguo estoicismo, tal como fue des-
siasmo, y ello no sólo por los poetas, en alemán (a causa de la imprecisión arrollado por Zenón de Citio y, ante
sino inclusive por los filósofos que que acompaña a términos como Ge- todo, por Crisipo. Según Epicte-
luchan contra la "superstición". El en- danke y Satz). En francés podría to, hay que distinguir entre las cosas
tusiasmo es una especie de "espíritu adoptarse el mismo uso que en in- que dependen y no dependen del
visionario", un movimiento poderoso glés (y que en español), pero el ma- hombre, pues sólo atendiendo a lo
del ánimo. Cierto que debe distin- yor academicismo del lenguaje cien- que depende de él, a su propia vo-
guirse entre entusiasmo e inspiración; tífico francés hace que se rechace la luntad, podrá conseguirse la verdadera
esta última es un sentimiento real de palabra sentence ( que a veces se dice dicha y sosiego del espíritu frente a
lo divino, en tanto que el primero es phrase). Por eso no hay en francés la las falsas opiniones y a la intran-
un sentimiento falso de lo divino. Pero equiparación de sentencia y enuncia- quilidad producida por la apetencia
ambos suscitan una muy parecida pa- do: lo normal es el uso de énouncé. de los bienes externos. En ello radica
sión. Ello hace que la inspiración El problema de la naturaleza de justamente la verdadera libertad del
pueda ser llamada "entusiasmo divi- los enunciados es tratado en manuales sabio, que es ciudadano del mundo
no", ya que el vocablo mismo signifi- de lógica. — Véase también: G. y para el cual lo que menos importa
ca "presencia divina", habiendo sido Schmidt, Vom Wesen der Aussage, es la clase a que pertenece, pues
usado por aquel filósofo que los Pa- 1955 [Monographien zur philosophi- inclusive el esclavo puede ser supe-
dres Cristianos llamaron "el Divino" schen Forschung, 17]. —- Ezio Rion- rior a su dueño, encadenado por los
dato, La teoría aristotelica dell'enun-
(Platón) "con el fin de expresar todo ciazione, 1957. deseos y las pasiones. Las máximas
lo que hay de sublime en las pasiones de Epicteto, procedentes de las Dia-
humanas". EÓN. Véase CONSTANTE, ETERNO tribas y de las Homilias, fueron re-
RETORNO, GNOSTICISMO, ORS (EUGE- copiladas por su discípulo Arriano de
El filósofo español Diego Ruiz pro-
NIO D'), VALENTINO. Nicomedia, en el Encheiridion o Pe-
puso una "ética basada en el entusias-
mo" — el entusiasmo como "princi- EPICTETO (ca. 50-138 antes de queño manual.
pio de toda futura ética". Aunque J. C.) de Hierápolis (Frigia), esclavo Bajo el nombre de Epitecto se
Scheler no se ha referido explícita- liberto en Roma, abandonó la ciudad, incluyen sus Diatribai/
mente al entusiasmo, pueden conside- trasladándose al Epiro, donde dio sus (Discursos o Disertaciones, en
rarse sus ideas acerca de la alegría enseñanzas filosóficas. En ellas se número de 8), transcripciones casi
acusan los rasgos religiosos del es- taquigráficas de su discípulo
(VÉASE) como afines a la idea de que Arriano, y el Manual o
no hay ética posible sin una cierta toicismo de la época imperial, hasta )Egxeiri/dion. Que las Diatribai/
cantidad de entusiasmo. tal punto que Epicteto fue considera- fueron escritas por Arriano según las
Josef Pieper, Bepeisterung und do durante mucho tiempo como un palabras del maestro, lo manifiesta el
göttlicher Wahnsinn. Über den plato- cristiano oculto y, de un modo aná- primero en sus palabras a Lucio
nischen Dialog, "Phaidros", 1962. logo a Séneca, se le atribuyó el co- Gelio: "no he compuesto yo mismo"
ENUNCIADO. En la lógica tradi- nocimiento de escritos cristianos y su estas "Palabras de Epitecto", sino
cional el término 'enunciado' se usa asimilación dentro del marco de la que "solía anotar, palabra por pala-
doctrina estoica. Aun cuando no pa- bra, lo mejor que podía, todo lo que
con frecuencia en el sentido de pro- le oía decir". La editio princeps de
posición ( VÉASE). En este caso, lo rece confirmado este último supuesto
Epitecto es la de Victor Trincavelli
dicho en el artículo sobre este último (modernamente defendido por Th. (Venecia, 1535); a ella siguieron la
término sirve para el enunciado. A Zahn en su libro Der Stoiker Epiktet edición de Jacob Shegk (Basilea,
veces se usa 'proposición' para un und sein Verhältnis zum Christen- 1554), con trad. latina; la de Hie-
enunciado aislado, y 'enunciado' tum (1894), y refutado por Bonhöffer ronymus Wolf (Basilea, 1560), la
cuando está dentro de un silogismo. en la obra de 1911 mencionada en de John Upton (Londres, 1739-1741).
En ocasiones "enunciado' es un tér- la bibliografía del presente artículo), La primera verdadera edición crítica
mino neutral, descomponible en 'pro- la realidad es que la actitud reli- de Epicteto es la de Johannes
posición' (producto lógico del pensa- giosa de Epicteto se parece en oca- Schweighäuser (5 vols., Leipzig,
miento) y 'juicio' (proceso psicoló- siones de modo extraordinario a la 1799-1800), junto con el comentario
gico del pensamiento). Esta descom- de Simplicio al Manual. Edición en
cristiana, no sólo por su creencia en griego y latín de las obras de Epic-
posición se efectúa a veces en sen- un Dios padre, en una persona di- teto junto con los Caracteres de Teo-
tido inverso: el enunciado designa vina trascendente al mundo y con frastro, los libros de Marco Aurelio,
el comentario de Simplicio, la Cebe-
535
EPI EPI
tilene de Lesbos y en Lámpsaco. los primeros miembros de la escuela
Mencionamos a este efecto a Hemarco epicúrea de polemizar contra las doc-
de Mitilene, a Metrodoro de Lámp- trinas epistemológicas y cosmológicas
saco y a su hermano Timócrates. De de los estoicos. La lógica formalista
Lámpsaco procedían también otros de éstos ofrecía, en efecto, un mar-
discípulos, tales como Colotes, Po- cado contraste con la lógica y la se-
liano, y probablemente Ctesipo. He- miótica empíricas de los epicúreos,
marco fue el primer sucesor de Epi- quienes consideraban que la relación
curo en el Jardín. Lo sucedió Polís- entre los signos y los objetos era di-
trato, autor de un tratado titulado recta, sin intervención de los con-
Sobre el desprecio no razonado contra ceptos o lekta/. Con ello los epicú-
los cínicos y los estoicos. Ya desde reos se aproximaron a algunas de las
entonces fue muy común entre los posiciones luego defendidas —aunque
epicúreos la polémica contra las dos en forma mucho más radical— por
citadas escuelas, así como contra los los escépticos (por ejemplo, por Sexto
peripatéticos. Característico de todos el Empírico, a quien se deben
estos epicúreos es el hecho de que largas y detalladas exposiciones de
no obstante su defensa del conoci- las doctrinas de las tres escuelas: epi-
miento a base de las percepciones in- cúreos, estoicos y escépticos). La po-
mediatas de la realidad material ha- lémica contra los peripatéticos fue
bía en sus doctrinas una buena copia también proseguida por los epicúreos,
de racionalismo. También es caracte- especialmente en tanto que procura-
rístico de ellos el hecho de que, no ban mostrar el carácter excesivamente
obstante ocuparse abundantemente dogmático —y, a su entender, ar-
de física y de canónica, seguían con- bitrario— de la semiótica peripaté-
siderando como eje de su actividad tica. Peripatéticos y estoicos se ba-
filosófica la ética. En cambio, los saban en gran parte en lo que los
epicúreos del siglo I antes de J. C. epicúreos rechazaban por entero: la
se inclinaron —con la excepción de admisión del argumento de inconce-
Lucrecio— a reducir la importancia bibilidad, fundado en un análisis ra-
de los elementos racionales y a sub- cional y no en nuestra experiencia.
rayar el papel de los factores em- Ahora bien, este desarrollo de la fi-
píricos. Esta dirección había sido ya losofía epicúrea no representaba, co-
emprendida por varios epicúreos que mo a veces se ha sostenido, un cambio
profesaron en Atenas: Zenón de Si- de frente en la escuela, sino un des-
dón, Demetrio de Laconia, posible- arrollo de muchas de las posiciones
mente Apolodoro. Pero se desarrolló ya admitidas, pero no elaboradas,
sobre todo en Ñapóles por obra de por el propio Epicuro.
Filodemo de Gadara. Puede hablarse Sin abandonar los temas de lógica,
inclusive de una escuela empírica epistemología y cosmología, los epicú-
epicúrea fundada por el citado Filo- reos desde fines del siglo I después
EPICUREISMO. Véase EPICÚREOS demo, desarrollada por Sirón (maestro de J. C. hasta el siglo ν regresaron,
y EPICURO. de Virgilio) y continuada —espe- en cambio, a las posiciones primaria-
EPICÚREOS. En el artículo sobre cialmente en el campo de la medicina mente éticas y ético-vitales del anti-
Epicuro hemos expuesto las princi- empírica— por Asclepíades de Prusa. guo epicureismo. Lo vemos en Dió-
pales doctrinas comunes a todos los Temas como el origen del co- genes de Oinoanda y en Diogeniano,
epicúreos. No quiere esto decir que nocimiento, la naturaleza de los sig- quienes polemizaron contra los estoi-
los epicúreos hayan reproducido siem- nos por medio de los cuales conoce- cos (especialmente contra Crisipo),
pre exactamente las opiniones del mos, la índole de las inferencias que pero quienes, en general, tuvieron
fundador de la escuela. En el pre- usamos y, sobre todo, la aplicación frente a las otras escuelas una acti-
sente artículo nos referiremos a al- de las reglas empíricas a la retórica, tud más receptiva que los epicúreos
gunos de los filósofos que contribu- a la religión, a la ética, a la medicina anteriores. Como muchos de los fi-
yeron a completar el perfil del epicu- y a las ciencias naturales fueron, al lósofos de esta época, los epicúreos
reismo. Por lo demás, hemos dedica- parecer, predominantes en la mencio- tendieron al eclecticismo.
do a varios de ellos artículos espe- nada escuela cuyas "relaciones" con El epicureismo ha resurgido en di-
ciales. Cicerón (quien, por lo demás, atacó ferentes épocas, pero generalmente
Los más fieles epicúreos fueron los con frecuencia las doctrinas epicú- sólo en aspectos parciales, tales como
discípulos inmediatos del fundador reas) y otros escritores romanos pa- ciertas formas de atomismo ( VÉASE).
de la escuela, es decir, los que vi- recen más que probables. Como lo De un modo más propio puede ha-
vieron con su maestro en estrecha h an most ra d o Ph. H. de La cy y blarse de una renovación epicúrea
"amistad epicúrea". Muchos de ellos E. A. de Lacy, los epicúreos de esta o de una tendencia neoepicúrea —y
fueron conocidos por Epicuro en Mi- época se ocuparon todavía más que también neodemocriteana— en los
536
EPI EPI EPI
siglos XVII y XVIII. Esta tendencia Nausifanes, discípulo de Demócrito. A y, a través de ella, la ataraxia, no
tuvo representantes en varios países, los 18 años se dirigió a Atenas, donde para insensibilizarse por completo,
incluyendo, como hemos señalado en permaneció un año. Luego pasó un sino para alcanzar el estado de au-
el citado artículo, en España, pero es tiempo en Colofón, en Mitilene de sencia de temor, de dolor, de pena y
conocido sobre todo por tres nombres : Lesbos y en Lámpsaco, madurando su de preocupación. El sabio debe su-
Bérigard, Maignan y Gassendi (VÉAN- doctrina y trabando amistad con al- primir todos los obstáculos que se
SE). De ellos solamente Gassendi y los gunos de los que fueron luego los más oponen a la felicidad y cultivar todo
gassendistas pueden ser considerados íntimos de su círculo. A los 35 años aquello (por ejemplo, la amistad) que
como neoepicúreos en toda su exten- se estableció en Atenas, donde fundó contribuya a aumentarla. Así, pues,
sión, pues su doctrina abarcaba no su escuela, llamada el Jardín (306), no se trata de un estado de completa
sólo la física atomista, sino también famosa no solamente por las enseñan- ausencia de afecciones, sino de un
en gran parte la ética dentro del es- zas del maestro, sino también por el estado de posesión de éstas condu-
píritu del epicureismo antiguo. cultivo de la amistad — la "amistad cente a la vida dichosa. A tal fin
epicúrea", en la que participaban no hay que saber cuáles son las verda-
solamente hombres (como era habi- deras necesidades del hombre: son
tual en la Academia y el Liceo), solamente las necesidades elementales
sino también mujeres. — comer, beber, tener abrigo. Y aun
A diferencia de lo que sucedo con ellas deben ser reducidas a lo
el estoicismo, elaborado por muchos indispensable, para que el sabio no
autores (véase ESTOICOS ) y poseedor se vea inquietado por los deseos de
de muchas variantes, el epicureismo poseer o de disfrutar de aquello que
y la doctrina de Epicuro son prácti- no tiene y que cuesta esfuerzo e in-
mente coïncidentes. Ello no significa quietud alcanzar. Podríamos, pues,
que, una vez instaurada, la doctrina reducir la felicidad al placer. Pero no-
epicúrea haya persistido sin varian- se trata de un placer exclusivamente
tes; a alguna de éstas nos hemos re- "material", como los antiepicúreos han
ferido en el artículo sobre los epicú- achacado tan frecuentemente al filóso-
reos (v.). Pero en lo fundamental las fo y a sus partidarios, sino de un placer
concepciones básicas del epicureismo duradero, de índole espiritual o, mejor,
fueron establecidas por Epicuro. afectiva. Las máximas conducentes a la
Epicuro —que se opuso a las eliminación de los dolores, las normas
concepciones fundamentales de los que enseñan cómo combinar los
estoicos, platónicos y peripatéticos, "placeres" con el fin de conseguir el
acercándose, en cambio, a las de los "placer reposado", el equilibrio
cirenaicos— partió de una doble ne- perfecto del ánimo, la supresión de la
cesidad: la de eliminar el temor a ansiedad y de la turbulencia, tienen
los dioses (que había engendrado el todos el mismo propósito. La meta
tipo del δεισιδαίμων, ο individuo ex- última es la serenidad — una cualidad,
cesivamente piadoso — casi el supers- ciertamente, positiva y no negativa. El
ticioso) y la de desprenderse del sabio no debe, pues, suprimir los
temor a la muerte. Lo primero se placeres del gusto, del oído, del tacto,
consigue declarando que los dioses de la vista, sino ordenarlos y, sobre
son tan perfectos, que están más allá todo, subordinarlos a su bienestar
del alcance del hombre y de su mun- físico y espiritual. La belleza y la
do; los dioses existen (pues, contra- virtud, ha escrito Epicuro, deben ser
riamente a la opinión tradicional, Epi- aceptadas si producen tal serenidad y
curo no era ateo), pero son indife- satisfacción; deben ser eliminadas
rentes a los destinos humanos. Lo si no la producen. Pues si se
segundo se consigue advirtiendo —se- rechazan todas las sensaciones,
gún el célebre razonamiento— que proclama también, no habrá ningún
mientras se vive no se tiene sensa- patrón para medir las que son
ción de la muerte y que cuando se beneficiosas. El placer debe ser con-
está muerto no se tiene sensación al- seguido sin que haya ninguna otra
guna. Sobre estos dos supuestos está afección que compita con él, pues en
basada toda la doctrina epicúrea. El tal caso no sería placer (es decir,
fin de la misma es la vida tranquila, serenidad), sino dolor y pena. ΕΓ
EPICURO (ca. 341-270 antes de J. y por eso Epicuro, a diferencia de los fin a que aspira el sabio es, pues, si
C.) nac. en Samos, de padres pro- filósofos de otras escuelas, recomienda se quiere, el placer, h(donh/, pero no
cedentes del demos ático de Gar- no ocuparse de la vida política, un placer equivalente al goce sen-
gettos, se trasladó a Teos (al Norte origen de innumerables sinsabores. La sual, sino a la salud del cuerpo, acom-
de Samos, costa de Asia Menor) a felicidad se consigue, por consiguien- pañada del ejercicio de la mente por
los 14 años para oír las lecciones de te, cuando se conquista la autarquía medio de la filosofía.
537
EPI EPI EPI
Podemos así decir que el eje de la los dioses. En cuanto a la física, está del alma, ei) mh\ to\ th=j yuxh= j
doctrina epicúrea es la ética, basada basada en una reelaboración del ato- e) k ba/l l-ei pa/q oj.
en la concepción del carácter positi- mismo. Epicuro define los mundos en Diógenes Laercio atribuye a Epi-
vo del placer sereno y duradero, ma- un sentido físico como porciones cir- curo muchas obras, hasta el punto de
terial y espiritual, y de la consiguiente cunscriptas del espacio. Estos mundos presentarlo como uno de los autores
clasificación y equilibrio de los pla- son infinitos en número y son eternos. más prolíficos de la antigüedad, com-
ceres. Mas para conseguir esa fina- pitiendo al respecto con Crisipo. De
La materia de que están compuestos estas obras se ha conservado una
lidad es necesario desarrollar las otras son los átomos. Hay, en efecto, una
partes de la filosofía. Como dice Epi- muy pequeña parte. Lo principal que
infinidad de átomos o partículas indi- tenemos es: una carta a Herodoto,
curo al comienzo de su carta a Me- visibles, a)/tomoi, en el vacío infinito. una carta a Pitocles, una carta a
noceo, nunca es demasiado pronto ni El universo es cuerpo y espacio, Menoceo, una serie de principios lla-
demasiado tarde para estudiar la fi- sw/m ata kai\ to/p oj (según texto mados Doctrinas capitales, una se-
losofía, pues estando ésta encaminada agregado por Usener). Siendo los rie de fragmentos (unos llamados,
a conseguir la salud del alma, átomos las semillas, σπέρματα, de las por la colección, Sententiae Vatica-
yuxh=j u(gi/eia, no estudiarla equivale cosas, las combinaciones de los átomos
nae, y otros de varios libros, cartas
a decir o que no se ha llegado toda- y procedencias inciertas). Para otras
permiten explicar no solamente las for- fuentes véase EPICÚREOS. La doctrina
vía a la época de la felicidad o que mas, mas también las cualidades
es ya demasiado tarde para ella. Y de Epicuro en D. Laercio, se halla
de éstas. Los átomos son más o menos en X, 1-154. Los papiros de Hercu-
como una de las condiciones para lanum referentes a Epicuro son: 176,
finos y sutiles según que los cuerpos
alcanzar la felicidad es mostrar que 1232, 1289. Han sido editados por
no deben perturbar el alma ni el sean más o menos pesados. Los más
ligeros son los de las imágenes (véase A. Vogliano en Epicuri et Epicureo-
temor a los dioses ni el temor a la rum scripta in Herculanensibus papy-
IMAGEN) y del alma. Los átomos se
muerte, es necesario elaborar no so- ris servato, 1928. La edición clásica
lamente la ética, sino también la físi- distinguen entre sí por su forma, de textos y testimonios (excluyendo
ca. Y como la física es un conoci- sxh=ma, peso, βάρος, y tamaño, los textos de Herculanum) es la de
miento, se requiere asimismo una μέγεθος. El número de formas es H. Usener, Epicúrea, 1887. Otra buena
doctrina sobre éste. Así, el sistema muy grande, pero no infinito. Como edición es la de C. Bailey, Epi-curus.
en Demócrito, los átomos son en la The Extant Remains, 1926. Mucha
completo de Epicuro contiene la ca- información en ediciones de textos de
nónica ( VÉASE ) (o doctrina dialéc- doctrina de Epicuro inalterables e
Filodemo. Traducción importante de
tica y doctrina del conocimiento), la indestructibles, completamente sóli- textos y testimonios de Epicuro con
física (o doctrina de la Naturaleza) y dos, de tal modo que permanecen notas por E. Bignone, Epicuro, 1920.
la ética (o doctrina del alma y su tras la disolución de los compuestos, — Edición crítica de textos y
comportamiento ). Habiéndonos ya re- συγκρίσεις . Mas, a diferencia de De- fragmentos, con trad. italiana, notas e
ferido a esta última, señalaremos bre- mócrito, el cual proclamó la necesi- introducción por Graziano Arrighetti,
vemente los rasgos principales de la dad absoluta, Epicuro —y luego Lu- Opere, 1960 (Classici della filosofía,
primera y segunda. La canónica se crecio— desarrollaron la doctrina de ed. Giorgio Colli, 4). Entre las
ediciones de fragmentos diversos de
ocupa principalmente de las diversas una cierta contingencia, producida Epicuro mencionamos: Peri\ fu/sewj,
clases de aprehensiones de la realidad. por una desviación en la caída ver- Α, Γ, ed. H. Diels en Abh. Berlin,
Aunque desarrollada con más detalle tical de los átomos, es decir, por el 1916-1917; una carta atribuida al
por otros representantes del epicu- hecho de que los átomos κεκλιμένα filósofo, ed. H. Diels en Sitzungsber.
reismo (por algunos de ellos, como Nos hemos referido con más detalle a Berlín, XXXVII (1916),
Filodemo de Gadara, en un sentido este punto en el artículo Clinamen (v.). 886 Sigs.; Περί φύσεως, ed. A. Vo-gliano
empírico más bien que racionalista), Digamos aquí sólo que dicha en Rendiconti d. R. Acc. di Bologna.
se encuentran en el propio Epicuro desviación no transforma el mundo Cl. di scienze morali, serie III, vol. VI
suficientes elementos de ella para po- (1931-1932), 33-76; "Nuovi
forjado por Epicuro en una realidad Frammenti del Περί φύσεως di
der presentarla sistemáticamente. Las que se modifica y se hace continua- Epicuro dal Pap. Ercol. N° 1420",
aprehensiones son, en efecto, de dis- mente nueva. Epicuro afirma explí- L'Antiquité classique, V (1936), 273-
tintas clases: las de la sensación, citamente no sólo que nada surge 323, por R. Cantarella; "A Newly
ai)/sqhsij, ο aprehensiones primarias e de la nada, y que nada se sumerge Identified Fragment of Epicurus Περί
inmediatas, de acuerdo con las cuales en la nada, sino que el universo ha φύσεως", Journal of Philology, XIII
debe efectuarse toda investigación; la sido siempre como es y será siempre (1885), 289-98 ed. W. Scott. — Ed.
llamada pre-noción, anticipación o completa y crítica del Papyrum Her-
el mismo. Estas verdades son justa- culeanum 1413 (atribuible a Epicuro)
concepción general, pro/lhyij —deriva- mente principios evidentes no perci-
da de la sensación—; y la visión di- por R. Cantarella, en 1l Pensiero ( Mi-
bidos. Nada hay, pues, fuera del uni- lán), enero de 1957. — Ethica edidit
recta (de un conjunto), o intuición, verso que penetre en él e introduzca adnotationibus instruxit Carolus Dia-
e)pibolh/ , a base de principios prima- un cambio. Y la visión de este uni- no (1946) [incluye todos los textos
rios e imperceptibles del cosmos, verso que permanece inmutable tras éticos de E. y textos antiguos en los
a)/dhla. En la e)pibolh/ , se dan sin em- que se expone o critica su doctrina],
el cambio no es lo que menos ha — Abundante información sobre Epi-
bargo, tanto los objetos sensibles y
visibles como los objetos invisibles contribuido a engendrar esa serenidad curo (y sobre Aristóteles) a la luz de
— por ejemplo, los átomos, y también, y tranquilidad que el sabio busca. la polémica del primero contra los
como dice Epicuro en una ocasión, Porque la filosofía, dice Epicuro, es peripatéticos en E. Bignone, La for-
inútil si no cura los sufrimientos
538
EPI EPO
mente cuando sostiene que la con- juicio, sino que se dedicaba a la
ciencia significa la transposición al busca incesante, aun cuando sin ob-
plano "espiritual" de los movimientos tener o quizás sin pretender jamás
habidos en el plano de la "materia". obtener ningún resultado. Otros pre-
Para esta posición, la comprobación sentan a Arcesilao como el primero
de la "fuerza" que poseen la que usó ampliamente dicha noción.
con cien cia, el alma o el espíritu Los estoicos habían defendido en la
es una mera ilusión; la aparente doctrina del conocimiento la teoría de
libertad de la conciencia se transforma la posibilidad de obtener represen-
en determinación rigurosa tan pronto taciones comprensivas" (véase CA-
como se examinan desde el punto de TALÉPTICO). Contra ello Arcesilao ar-
vista científico los "supuestos" de esta guyó que tales representaciones son
conciencia libre. En cambio, las teorías condicionadas por el asentimiento, y
que afirman la subsistencia de la como éste no puede dado, las repre-
conciencia niegan esta determinación sentaciones comprensivas son imposi-
y aun apoyándose, como acontece en bles. En todo caso, parece cierto que
Bergson, en bases científicas, la noción de epojé fue usada sobre to-
muestran que la teoría de la do para oponerse a la teoría estoica del
conciencia como epifenómeno falla por conocimiento. En el mismo sentido se
sus bases debido justamente a que pronunció Carnéades, el cual distin-
no presta suficiente atención a las guió entre una epojé generalizada y
comprobaciones empíricas. una epojé particular, y afirmó que el
EPIFILOSOFÍA. Véase PERIFILO- sabio debe atenerse a la primera. Ene-
SOFÍA. sidemo y Sexto el Empírico, por su
EPIQUEREMA. Véase SILOGISMO. lado, afirmaron la epojé como resulta-
EPISILOGISMO. Véase SILOGISMO. do de los tropos (v.), pero adoptaron
EPISTEMOLOGÍA. Véase CIENCIA, diversas actitudes de "suspensión" que
CONOCIMIENTO y GNOSEOLOGÍA . rozaban a veces el probabilismo (v.).
EPOJÉ. En el vocabulario filosó- Así, sobre todo Sexto distinguía entre
fico es común ya usar el término la pura y simple abstención, el re-
'epojé', trascrito a veces 'epoché', co- conocimiento de una posibilidad de
mo transcripción y traducción del que algo sea cierto, el reconocimiento
término griego εποχή (suspensión, de que no es imposible que algo sea
suspensión del juicio), que los filó- cierto, la afirmación de que no puede
EPIFENÓMENO es, en general, un sofos de la Nueva Academia (espe- haber decisión entre dos casos, etc.
fenómeno adscrito a otro, añadido a cialmente Arcesilao y Carnéades), y Hay que observar que la epojé tenía
otro sin constituir una parte esencial los escépticos (especialmente Enesi- en todos estos filósofos no solamente
de él. En psicología se llama a demo y Sexto el Empírico) usaron un sentido teórico, sino también
veces epifenómeno a la conciencia en para expresar su actitud frente al pro- práctico, pues concernía tanto al
el sentido de que puede ser consi- blema del conocimiento. 'Epojé' en conocimiento del objeto como al
derada como un elemento accesorio la definición de Sexto el Empírico, reconocimiento del bien, y espe-
a los procesos psíquicos, sin el cual "es estado de reposo mental [sta/sij cialmente del Bien supremo. Sin em-
éstos siguen desarrollando fundamen- dianoi/aj], por el cual ni afirmamos bargo, parece observarse en los aca-
talmente la misma actividad. La con- ni negamos" (Hyp. Pyrr., I, 10), un démicos nuevos y en los escépticos
cepción de la conciencia como epife- estado que conduce a la impertur- una tendencia a acentuar diferente-
nómeno y de los hechos de conciencia babilidad, a)taraci/a (véase mente la suspensión del juicio según
como epifenómenos es defendida es- ATARAXIA). No se sabe exactamente se tratara del aspecto teórico o del
pecialmente por el psicofisiologismo quién fue el primer filósofo que práctico. En lo que toca al primero,
mecanicista. Éste llega a admitir, introdujo la noción de epojé. Algunos la epojé era casi siempre radical. En
pues, que la conciencia no es sino indican que fue Pirrón (v.) quien lo que se refiere al segundo, se ten-
una fosforescencia que se mueve so- combinó la epojé con la llamada día con frecuencia a la llamada me-
bre la superficie de los procesos fisio- acatalepsia o imposibilidad de tripatía — la actitud moderada res-
lógicos, algo que sin estos procesos aprehender inmediatamente la pecto a los juicios de carácter moral.
no existiría. Pero este no existir de la realidad del objeto. L. Robin seña- El término 'epojé' ha sido revivido con
conciencia sin la actividad fisiológica la, sin embargo, que Pirrón no puede distinto sentido del escéptico en la
no significa que ésta sea concebida ser considerado como un sabio eféc- fenomenología de Husserl. Este fi-
como mera condición; la actividad tico (que suspende el ánimo como lósofo introduce, en efecto, el citado
psicofisiológica es inclusive conside- resultado de la investigación), sino término en la formación del método
rada como causa efectiva. Doctrina como un sabio cetético (o buscador); para conseguir la llamada reducción
tal se expresa, por ejemplo, en algu- a diferencia de lo que indica Sexto fenomenológica. En un sentido pri-
el Empírico (véase ESCEPTICISMO), mario, la epojé filosófica no significa
nos de los rasgos asumidos por el
Pirrón no suspendía radicalmente el más que el hecho de que "suspende-
paralelismo psicofisiológico, especial-
539
EQU £QU EQU
mos el juicio frente al contenido doc- nes o enunciados puede entenderse de do' = 'Algún libro es aburrido'). En
trinal de toda filosofía dada y reali- varios modos. Gramaticalmente dos o cuanto a la equipolencia respecto a
zamos todas nuestras comprobaciones más proposiciones o enunciados son las partes significativas del enunciado,
dentro del marco de tal suspensión" equipolentes entre sí cuando difieren se debe a Jungius (op. cit. supra),
(Ideen, I § 18; Husserliana, III, 33). sólo en los vocablos. Así, Ensis est según ha indicado H. Scholz (Ge-
En un sentido husserliano propio, la ferreus y Gladis est ex ferro ( ejemplo schichte der Logik, 1931) el haber
epojé fenomenológica significa el cam- dado por Jungius; Cfr. infra) son gra- puesto de relieve una de las formas
bio radical de la "tesis natural". En maticalmente equipolentes. Lógica- más importantes de tal equipolencia:
la "tesis natural" la conciencia está mente, dos o más proposiciones son la llamada aequipollentia per incer-
situada frente al mundo en tanto que equipolentes entre sí cuando tienen el sionem relationis. Jungius indica que
realidad que existe siempre o está mismo predicado, pero difieren en la esta equipolencia se da cuando la parte
siempre "ahí". Al cambiarse esta tesis forma. Según Jungius (Lógica Ham- principal del predicado en un enun-
se produce la suspensión o colocación burgucnsis, págs. 134-7; ed. R. W. ciado se comporta como el correlato
entre paréntesis (Ausschal-tung, Meyers, págs. 88-9), que siguió en de la parte principal del correlato en
Einklammerung) no solamente de las esto a muchos tratadistas anteriores, otro enunciado. Uno de los ejemplos
doctrinas acerca de la realidad, y de la equipolencia lógica puede enten- dados por Jungius ( 'David es el padre
la acción sobre la realidad, sino de la derse de dos modos: o con respecto a de Salomón' = 'Salomón es el hijo de
propia realidad. Ahora bien, éstas los términos sincategoremáticos o con David') permite ver que la equipolen-
no quedan eliminadas, sino alteradas respecto a las partes significativas del cia en cuestión puede tener lugar
por la suspensión. Por lo tanto, el enunciado. La equipolencia lógica con cuando se dan relaciones que tienen
"mundo natural" no queda negado ni respecto a los términos sincategoremá- ciertas propiedades (como el ser irre-
se duda de su existencia (ibid., I, H ticos (o constantes lógicas) es la que flexivas, o asimétricas, o intransitivas
31-2, 55 ). Así, la epojé femenológica se da entre dos enunciados que po- [de todas las cuales es ejemplo la re-
no es comparable ni a la duda seen el mismo sujeto y el mismo pre- lación padre de]). La aequipollentia
cartesiana, ni a la suspensión escéptica dicado cuando se dan ciertas condi- per inversionen relationis de que ha-
del juicio, ni a la negación de la ciones relativas a la cantidad y a la blaba Jungius es simbolizada en la
realidad por algunos sofistas ni a la cualidad de los enunciados. Así (1) lógica actual por medio del bicondi-
abstención de explicaciones pro- dados dos enunciados con el mismo cional:
pugnada, en nombre de una actitud sujeto y predicado y la misma canti- x Ř y = y R x,
libre de teorías y supuestos metafísi- dad, resultan equipolentes cuando un
cos, por el positivismo de Comte. Sólo enunciado afirma umversalmente S y donde R es el converso de R.
así es posible, según Husserl, consti- niega Ρ y el otro enunciado niega Mencionaremos dos ejemplos de uso
tuir la conciencia pura o trascenden- umversalmente S y afirma Ρ (ejem- del término 'equipolencia' en la lógica
tal como residuo fenomenológico. plo [usando '=' como símbolo de 'es contemporánea. Uno se halla en R.
Sobre la epojé en sentido antiguo equipolente con']: Ningún libro es Carnap. Según este autor, R1 y R2
véase P. Couisson, "L'origine et l'évo- aburrido = Todo libro es no aburri- (donde 'R' sustituye a 'clase senten-
lution de l'epoché", Revue des Études do). También (2), dados dos enun- cial') son equipolentes cuando coin-
grecques (1929). Tratan asimismo del ciados contradictorios (ejemplos: 'To- ciden en su contenido, llamándose
problema todas las obras sobre los es- do libro es aburrido'; 'Algún libro no contenido de R1 a la clase de senten-
cépticos griegos a que nos hemos re- es aburrido'), el segundo de los enun- cias no válidas que son consecuencias
ferido en la bibliografía de ESCEPTI- de R1. La definición de Carnap es
CISMO; sin embargo, destacamos de
ciados mencionados es equipolente
con el primer enunciado cuando se sintáctica. El otro ejemplo se halla en
ellas Léon Robin, Pyrrhon et le scep- H. Reichenbach. Según este autor,
ticisme grec, 1944. Para la epojé en antepone el signo de negación al su-
los escépticos modernos véase Richard jeto de éste (ejemplo: 'No todo libro dos fórmulas son equipolentes cuando
H. Popkin, The History of Scepticism es aburrido' — 'Algún libro no es una es derivable de la otra y vicever-
from Erasmus to Descartes, 1960. aburrido'). Asimismo (3), dados dos sa. Así, 'Fx' y '(x) Fx' son, según Rei-
Para la epojé en sentido fenomenoló- enunciados contrarios (ejemplos: 'Todo chenbach, fórmulas equipolentes por-
gico, véanse las obras mencionadas libro es aburrido'; 'Ningún libro es que de 'Fx' puede derivarse '(x)Fx' y
en las bibliografías de FENOMENOLO- aburrido'), el segundo de los enuncia- de '(x)Fx' puede derivarse 'Fx'. Rei-
GÍA y HUSSERL. chenbach indica que esta equipolencia
dos mencionados es equipolente con el
EQUIPOLENCIA. La expresión primero cuando se antepone el signo es una generalización de la equiva-
griega, i/fodunamou=sai prota/seij suele de negación al predicado de éste lencia tautológica. Las fórmulas tau-
traducirse 'proposiciones equipolentes' (ejemplo: 'Todo libro no es aburri- tológicamente equivalentes son tam-
o 'enunciados equipolentes'. Fue usa- do' — 'Ningún libro es aburrido'). bién equipolentes. No así, sin embar-
da por Galeno (Prantl, I, 606). Apu- Finalmente (4), dados dos enuncia- go, a la inversa.
leyo usó la expresión propositiones dos subalternos (ejemplos: 'Todo li- EQUIVALENCIA. En el artículo
aequipollentes. Luego, en los textos bro es aburrido'; 'Algún libro es abu- Bicondicional ( v. ) hemos leído ' = '
lógicos escolásticos y buena parte de rrido'), el segundo de los enunciados como 'si y solo si'. Esta lectura reci-
los modernos se ha empleado a me- mencionados es equipolente con el pri- be con frecuencia el nombre de inter-
nudo la expresión aequipollentia enun- mero cuando se anteponen signos de pretación material del bicondicional o
tiationum. La equipolencia de las negación al sujeto y predicado de éste también el de equivalencia material.
proposicio- (ejemplo: 'No todo libro no es aburri- Sin embargo, lo mismo que sucede
540
ERA ERA
lo opuso a Lutero, algunas de cuyas yado, una voluntad. Hoy día llama
tesis había considerado Erasmo fa- la atención la discrepancia existente
vorablemente en su deseo de intro- entre la "insignificancia" filosófica
ducir una reforma en la Iglesia. Se del erasmismo y la influencia ejercida
produjo por este motivo una ruptura en su época sobre los filósofos. Pero
entre Erasmo y Lutero, definitiva esta discrepancia aparece menos acu-
desde la publicación por este último sada si tenemos en cuenta que en la
de su tratado De servo arbitrio época de Erasmo la filosofía buscaba
(1525) contra el De Libero Arbitrio no solamente nuevas ideas, sino tam-
ΔΙΑΤRIΒΗ, publicada por Erasmo un bién nuevas formas de expresión, y
año antes. La defensa del libre albe- que Erasmo contribuyó notablemente
drío no significa, sin embargo, que a estas últimas.
Erasmo estuviera en favor de tesis
naturalistas o neopelagianas extremas.
Lo que pretendía era más bien encon-
trar un justo medio que, al tiempo
que salvara la libertad, confirmara
la religación del hombre a Dios. Este
justo medio fue, por lo demás, muy
característico de la actitud filosófica
y humana de Erasmo en todos los
problemas importantes. Así, por ejem-
plo, parece inclinarse a veces por el
"Dios único" manifestado en todas
las religiones y caro a ciertos espíri-
tus renacentistas. Mas esta inclina-
EQUIVOCACIÓN. Véase SOFISMA. ción queda corregida por su insisten-
EQUÍVOCO. Véase ANALOGÍA, SI- cia en el carácter peculiar de la vida
NÓNIMO, UNÍVOCO. cristiana y en su opinión de que so-
ERASMO (DESIDERIO) ( 1467- lamente dentro de esta vida se da
1536), de Rotterdam, ingresó en el la posibilidad de una conciliación y
convento de los Canónigos regulares de un verdadero humanismo. Lo
de Emmaus (Steyn), se ordenó de mismo ocurre con sus aspiraciones de
sacerdote y fue tutor de Enrique de reforma. Se trataba, en efecto, para
Bergen, en cuyo servicio realizó nume- Erasmo de conseguir la tan anhelada
rosos viajes (Inglaterra, Francia, Sui- pax fidei, de que había hablado Ni-
za, Italia). En 1517 fue dispensado colás de Cusa, por medio de una phi-
de los votos, pero siguió dentro del losophia Christi, basada en el desarro-
sacerdocio, ligando amistad con los llo de la vida interna del cristianis-
mayores humanistas de su época. mo, pero sin destruir —antes bien,
Erasmo fue él mismo uno de los revitalizando— la vida y la organi-
principales representantes del huma- zación de la Iglesia. El humanismo,
nismo renacentista. Su labor de hu- y la actitud tolerante inherente al
manista, manifestada en sus ediciones mismo, debían constituir justamente
de autores clásicos y en sus trabajos para Erasmo una de las bases para
críticos sobre el Viejo y el Nuevo tal reforma.
Testamentos, representó, sin embar- Las doctrinas y opiniones de Eras-
go, solamente un aspecto de su ac- mo ejercieron en su época una enorme
tividad intelectual. Aunque no puede influencia. El erasmismo se convirtió
considerarse propiamente como un en uno de los grandes temas de dis-
filósofo, por lo menos como un filó- cusión. La forma adoptada por el
sofo sistemático, Erasmo estuvo en mismo dependió en gran parte de
el centro de muchas de las discusio- la situación histórica del país en el
nes filosóficas de su época. Entre cual encontraba adeptos. En muchas
ellas cabe mencionar especialmente partes de Europa se convirtió en
la que se centró en torno al proble- una doctrina destinada a impulsar el
ma del libre albedrío (v. ). Contra los saber y a mantener la unidad de la
que acentuaban excesivamente la su- fe. En otras apareció como una doc-
misión del albedrío humano a la vo- trina filosófica que mezclaba sabia-
luntad divina, Erasmo defendió la mente humanismo y cristianismo. En
existencia y potencia de este albe- alguna, como España, fue casi siem-
drío. Esto fue, por lo demás, lo que pre, como Americo Castro ha subra-
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ERD ERI ERR
(trad. esp., con algunas modificacio- no es, de consiguiente, inútil para la lugar a juicios desfavorables. Es lo
nes: Erasmo y España, 2 vols., 1950), lógica, como no lo es tampoco para que ocurrió con la escuela de Me-
y Americo Castro, Lo hispánico y el la teoría del conocimiento, que Erd- gara. Todavía el fundador de la es-
erasmismo, 1942 (refundición de esta cuela, Euclides, usaba procedimientos
obra en el libro titulado Aspectos del mann edificó en un sentido fenome-
vivir hispánico. Mesianismo, esplri- nalísta, aprovechando los elementos dialécticos para defender sus posi-
tualismo t¡ actitud personal en los proporcionados por lo que llamó la ciones filosóficas; el rechazo de las
siglos XIV al XVI, s/f. [1949]. "teoría de los residuos" en sus as- sensaciones y de las opiniones deri-
ERDMANN (BENNO) (1851-1921) pectos inconsciente-psíquico y físico, vadas de las sensaciones conducía a
nac. en Guhrau o Goglau, profesor y admitiendo en parte una base me- Euclides a basarse únicamente en la
desde 1876 en Berlín, desde 1878 en tafísica que lo condujo del fenome- razón y a construir argumentos, se-
Kiel, desde 1884 en Breslau, desdo nalismo puro a un paralelismo psico- mejantes a los de los eleatas, que en
1890 en Halle, desde 1898 en Bonn físico fundado en un fenomenismo. modo alguno son considerados como
y desde 1909 nuevamente en Berlín, sofísticos. Solamente cuando Euclides
se distinguió en el fomento del cono- se complacía exclusivamente en con-
cimiento de Kant, hasta el punto de fundir a los contrarios, el aspecto ne-
que, cuando menos en la dimensión gativo de la erística predominaba so-
"filológica" (él mismo ha tenido a bre el positivo. En cambio, los discí-
su cargo la gran edición kantiana de pulos de Euclides parecieron inclinar-
la Academia de Ciencias de Berlín), se casi enteramente al primero, de tal
puede ser considerado como perte- modo que el término 'erístíca' como
neciente al grupo del primer neokan- argumento sofístico o capcioso y como
tismo. Sin embargo, sus principales dialéctica degenerada en mera disputa
contribuciones sistemáticas tuvieron por el placer de la disputa fue ad-
lugar en el campo de la lógica en quiriendo cada vez más una signi-
su relación con la psicología y la ficación peyorativa. Ello, sin embargo,
gramática filosófica. Erdmann sos- es más propio de los sofismas de
tenía que el objeto de la primera Eubúlides (el cornudo, el calvo) que
coincide con el de las dos últimas, de los argumentos de Diodoro Cro-
pero esta coincidencia no significaba no contra la posibilidad del movi-
que lógica, psicología y gramática miento y a favor de la definición
fueran una misma cosa; antes bien, de lo real como actual. Y aun dentro
debían ser rigurosamente separadas de los llamados sofismas de Eubúli-
en la investigación lógica y metódica, des, uno de ellos, el del mentiroso,
por tratar cada una de ellas una constituye una paradoja semántica
dimensión distinta de la "realidad" más bien que un sofisma. Ahora
(la psicología, los "hechos"; la ló- bien, el abuso del argumentar por
gica, "las condiciones del pensamiento el mero argumentar en que parecie-
universalmente válido"; la gramática, ron complacerse algunos de los me-
la "envoltura verbal" de los gáricos condujo a muchos a identifi-
pensamientos y de las significacio- car la erística con la sofística y la
nes). La lógica de Erdmann, que dialéctica, con la consecuencia de
usualmente es considerada como psi- que la erística fue definida como un
cologista, y que Husserl calificó hasta inmoderado apetito de triunfar sobre
de antropologista, representó, con to- el adversario por encima de las exi-
do, una contribución al tránsito del gencias de la verdad y sin tener en
psicologismo al logicismo tal como cuenta los medios empleados: círcu-
posteriormente fue desarrollado por los viciosos, paso a otros géneros y
diversos pensadores. En efecto, ló- cualquier otra clase de sofismas (véase
gica y psicología coinciden para Erd- ERÍSTICA. Se llama erística al SOFISMA). Es el sentido que tiene
mann sólo cuando el objeto de la arte de la disputa, e(/rij. Si esta dispu- todavía hoy el término 'erística' en
lógica es una parte del objeto de la ta se entiende como un procedimiento la literatura filosófica.
psicología (el pensamiento formulado dialéctico en el sentido que tiene la ERLEBNIS. Véase VIVENCIA.
en el lenguaje). Una se sirve, pues, dialéctica ( VÉASE ) en Platón, enton- ERROR. Según Zenón de Elea (y
de la otra y permite sostener un ces el método erístico y el método luego algunos sofistas) solamente
normativismo análogo al de Sigwart dialéctico coinciden y no son toma- puede hablarse del ser. Del no ser
(VÉASE). Lo que negaba Erdmann es, dos casi nunca en sentido peyorativo, no puede enunciarse nada. Por lo
pues, la existencia de objetividades ni siquiera cuando se rechazan co- tanto, el error es imposible. Una pro-
absolutamente evidentes. Lo que haya mo insuficientes o como escasamente posición que no sea verdadera no
de objetividad en el juicio —centro probatorios. Si, en cambio, la disputa puede recibir el nombre de proposi-
de la investigación lógica— es el tiene como fin la propia disputa, la ción; es, a lo sumo, un conjunto
conjunto de los "contenidos significa- erística degenera en sofística y la in- de signos carentes de sentido. Los
tivos". La psicología del pensamiento terpretación del método erístico da autores que no admiten tal doctrina
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radical señalan que el error se da en (en parte anticipada por Juan Duns tres soluciones y que de cada una de
proposiciones tan significativas como Escoto), según la cual el error reside ellas depende la concepción que se
las que expresan la verdad. La dife- en el acto de la voluntad que se tenga acerca del error. La primera
rencia entre las proposiciones falsas pronuncia sobre el juicio y no en el solución —ya antes mencionada— es
y las verdaderas consiste en que mien- propio juicio. Ello se debe a que la que, con Parménides, Spinoza y
tras las primeras no designan nada Descartes estableció previamente una otros autores, elimina el error al
real, las segundas designan algo real. separación entre la aprehensión de eliminar el no-ser: sólo la idea del
En tal caso, el error es definido co- ideas y "una cierta potencia de juz- ser, que es además la única existente,
mo un decir 'S es P' en vez de decir gar". Esta última es potencia de co- es verdad. La segunda solución es
'S es R' si S es R y si S no es P. nocer o potencia de elegir (o libre la que afirma que tanto el ser como
Aristóteles examinó el problema del albedrío). El error se debe a alguna el no ser son. Por lo tanto, habiendo
error en el juicio en los An. Pr., II imperfección en estas potencias. Pero una forma "atenuada" de ser que
21, 66 b 19 y sigs. A veces, dice como el acto de juzgar es un acto vo- son los posibles, el error posee a su
el Estagirita, nos equivocamos en la luntario, sólo puede decirse que hay vez una cierta realidad: "un pensa-
posición de los términos. Pero tam- error cuando se hace intervenir la miento falso —escribe Brochard—
bién erramos en el juicio expresado voluntad. En lo que se refiere al en- sería la aparición en el mundo actual
sobre ellos. Ahora bien, como, según tendimiento, no se niega ni se afirma; de un fragmento de esos mundos po-
el Estagirita, nosotros vemos las cosas es la voluntad la que afirma o niega sibles a los cuales la voluntad divina
particulares por medio del conoci- y, por lo tanto, la que puede equivo- ha rehusado la existencia" (De
miento de lo general, el error es po- carse. Los errores nacen del hecho de l'erreur, 3a ed., 1926, pág. 246). El
sible sin que nuestro error y nuestro que "como la voluntad es mucho más error sería en tal caso, como en Des-
conocimiento sean mutuamente con- amplia y más extendida que el enten- cartes y Leibniz —bien que de dife-
trarios. Pues el conocimiento se refiere dimiento, no la contengo en los mis- rentes maneras—, una privación de
a lo general, en tanto que el error mos límites, sino que la extiendo asi- inteligibilidad. Una tercera solución
alcanza a lo particular. Entre los es- mismo a las cosas que no compren- sostendría, en cambio, que no hay una
colásticos, el problema del error es do" (Med., III). Y esa voluntad puede verdad, sino que hay verdades. El
examinado dentro de la cuestión de extenderse do tal modo ilegítimo no error sería entonces algo real, que po-
la certidumbre ( VÉASE ); en rigor, el sólo a la afirmación de ideas que no dría definirse como la representación
error puede ser entendido únicamente corresponden a la realidad, sino tam- de existencias inacabadas. Brochard
cuando hemos puesto en claro las bién a la elección del mal en lugar estima, uniendo lo más plausible de
diferentes formas en que puede darse del bien. De este modo son una y las citadas tesis, que la existencia del
la verdad (VÉASE ) y, en particular, la misma causa la del error y la del error no es una privación de inteligi-
esta forma peculiar de hallar lo pecado. bilidad, sino de voluntad. Pero, a su
contrario a la verdad que es la de- Muchos autores insisten en que no vez, el error no sería posible si no hu-
cepción y la desilusión. Los escolás- es legítimo confundir simplemente el biese en un ser, el hombre, una unión
ticos decían por ello que el error se error con la ignorancia, aun en el caso de voluntad y entendimiento. Por eso
opone a la verdad. Si la verdad es de que se suponga que el primero se podría decir que "lo que hace
coincidencia entre el juicio y la cosa procede de la segunda. En efecto, posible el error en sí mismo es la
juzgada, el error será la discrepancia mientras la ignorancia es una falta de unión en el mundo de la idea y de
entre ellos. Otra cuestión, en cam- conocimiento, el error supone previa- la voluntad". No habría error con
bio, es la que se refiere a las cau- mente un conocimiento acerca del la sola inteligencia y sin la volun-
sas del error, causas que afectan no cual hay error. Con ello se admite que tad. Y por ello "el principio me-
sólo a la estructura lógica, sino tam- el error es, en cierto modo, algo po- tafísico del error es la libertad"
bién a la psicológica, en particular sitivo. Sobre esta base puede existir, (op. cit., pág. 275), libertad que es al
a las causas que hacen posible la como ha indicado Victor Brochard, mismo tiempo el principio metafísico
ignorancia. Esta cuestión fue asimis- un "problema del error", que se des- que hace posible la eliminación del
mo dilucidada por los pensadores me- vanecería tan pronto como se supu- error y la obtención de la verdad,
dievales, pero fue muy especialmente siera que el error es simplemente una Max Scheler ("Die Idole der Selbs-
destacada por los filósofos modernos, carencia. terkenntnis", en Vom Umsturz der
quienes más que por alcanzar la ver- El problema de la naturaleza del Werte, I [1905], reimp. en Gesam-
dad se preocuparon por eliminar el error es tan fundamental que la "doc- melte Werke, 3 [1955], págs. 213-9)
error. Así ocurre, por ejemplo, en trina del error" puede caracterizar la distingue entre el error (Irrtum) y el
Descartes, el cual se refiere a este índole de un sistema filosófico. En engaño (Täuschung). El error sólo
punto en muchos pasajes de sus es- efecto, la existencia del error supone se da en la esfera de las proposiciones
critos (Rcgulae, VIII; Med., IV y V; una cierta forma de relación con la y de los juicios; el engaño sólo se da
Princ., I, 30 sigs., etc.); en Male- realidad y, por consiguiente, envuelve en la esfera de las percepciones. Los
branche, el cual dedica al asunto todos los problemas clásicos acerca de que han creído que no puede haber
prácticamente toda su Recherche, y la relación entre el ser y el no ser, pa- engaño en la percepción (subjetivis-
en muchos otros filósofos. El caso ralelos a las cuestiones suscitadas acer- tas, fenomenistas ) han confundido la
de Descartes merece, sin embargo, ca de la relación entre la verdad y el percepción con la sensación y han in-
una atención especial a causa del ca- error. Brochard señala, por ejemplo, terpretado torcidamente la frase de
rácter extremo a que llevó su tesis que dichos problemas han recibido Aristóteles: "No puede haber engaño
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de los sentidos." En la sensación no nada o antes de tomar ninguna deci- misión era,. paradójicamente, mostrar
puede haber ni engaño ni error. En sión. El fundamento de la actitud la inanidad de toda discusión.
el juicio no puede haber engaño, pero escéptica es la cautela, la circunspec- No hay propiamente hablando "una
sí error. En la percepción no puede ción. escuela escéptica antigua", sino muy
haber error, pero sí engaño (el cual El escepticismo como doctrina fi- diversas "corrientes escépticas", cada
puede tener un fundamento objetivo losófica tiene dos aspectos: uno teó- una de las cuales forma una especie
o un fundamento subjetivo). Por eso rico y otro práctico. Desde el punto de "secta" o "subsecta" filosófica. Se
un sujeto puede engañarse en las per- de vista teórico, el escepticismo es una ha considerado a veces a los sofistas
cepciones y no errar en los juicios, y doctrina del conocimiento según la como los primeros escépticos, o como
viceversa. cual no hay ningún saber firme, ni precursores de los escépticos. Sin em-
puede encontrarse nunca ninguna opi- bargo, escépticos propiamente dichos
nión absolutamente segura. Desde el empezó a haberlos sólo hacia el siglo
punto de vista práctico, el escepticis- III antes de J. C., con Pirrón y los pi-
mo es una actitud que encuentra en rrónicos — que a menudo fueron lla-
la negativa a adherirse a ninguna mados "escépticos" pura y simplemen-
opinión determinada, en la suspensión te. Entre los discípulos de Pirrón
del juicio, εποχή (véase EPOJÉ ) la destacaron Filón de Atenas; Nausifa-
"salvación del individuo", la paz in- nes de Teos (partidario también de
terior. En el primer caso se opone a Demócrito y maestro de Epicuro);
lo que podría llamarse "decisionismo". y Timón de Flionte (ca. 320-230 an-
O, si se quiere, adopta una sola de- tes de J. C.), discípulo del megárico
cisión: la de abstenerse de toda deci- Estilpon, y cuyas Sátiras (Σίλλοι) cons-
sión. tituyen una polémica contra todos los
El carácter peculiar del escepticis- filósofos que pretenden haber encon-
mo antiguo fue descrito ya por Sex- trado un criterio de verdad. Aunque
to el Empírico ( VÉASE ) al clasificar hubo escépticos después de los nom-
las doctrinas —o "sectas"— filosófi- brados, el escepticismo reverdeció sólo
cas en tres tipos: la de aquellos durante los dos primeros siglos de
que creen haber descubierto la verdad, nuestra era especialmente en Eneside-
o dogmáticos —como Aristóteles, los mo, Sexto el Empírico y Agripa (VÉA-
epicúreos y los estoicos—; (2) la de SE). Se discute si los miembros de la
aquellos que suponen no puede ser Academia platónica en el curso de los
aprehendida —como los "académi- siglo III y II antes de J. C. (platonis-
cos—; (3) la de aquellos que siguen mo medio: Arcesilao; y platonismo
investigando — como los escépticos. nuevo". Carneades) pueden ser consi-
De ahí que el escéptico sea llamado derados como escépticos. Si entende-
también "cetético", ςητητική , a causa mos 'escéptico' en el sentido radical
de su afán de indagación; "eféctico", (pirrónico), ciertamente que no; más
e)fektikh/| , por la suspensión del juicio que la suspensión del juicio los miem-
producida por la indagación, y "apo- bros de dicha Academia en los perío-
rético", a)porhtikh|/, por el hábito de dos citados defendieron teorías de la
dudar y la indecisión que tal hábito verosimilitud y de la probabilidad.
acarrea. Cuando el escéptico lo es de Aunque suele confinarse el escepti-
veras, se convierte en "pirrónico" cismo como "escuela filosófica" al
—nombre que se le dio por ser Pirrón mundo antiguo, ha habido corrientes
(VÉASE) el que, al parecer, llevó el es- filosóficas escépticas (y no sólo argu-
cepticismo a sus últimas consecuen- mentos de carácter escéptico) hasta
cias. nuestros días. Ahora bien, dentro de
La estrecha alianza de lo teórico y una posible "historia general del es-
de lo práctico en el escepticismo an- cepticismo en Occidente" hay, aparte
tiguo no significa que un aspecto no de la antigüedad, ciertos períodos de
se distinga del otro. Aun en el caso intenso cultivo y difusión de tenden-
ESCEPTICISMO, ESCÉPTICOS. El de que se considere el escepticismo cias escépticas. Uno de estos períodos
verbo griego σκέπτομαι significa "mirar —por lo menos el escepticismo anti- es el siglo XVII. Es el período que va
cuidadosamente" (una cosa, o en tor- guo— como una "actitud" más bien de Erasmo a Descartes. Según Richard
no), "vigilar", "examinar atentamen- que como una "doctrina", debe reco- H. Popkin (op. cit infra), es caracte-
te". Según ello, el vocablo 'escéptico' nocerse que muchos escépticos acu- rístico de tal período que el escep-
significa originariamente "el que mira mularon argumentos con el fin de ticismo —o, mejor dicho, el pirronis-
o examina cuidadosamente". 'Escep- mostrar lo juicioso y razonable que es mo— fuera elaborado y discutido co-
ticismo' significa entonces "la tenden- terminar por "suspender el juicio". Los mo consecuencia de la cuestión plan-
cia a mirar cuidadosamente" — se en- escépticos fueron con frecuencia em- teada por la Reforma: hallar un cri-
tiende, antes de pronunciarse sobre pedernidos "disputadores" — cuya terio de verdad religiosa. Ello replan-
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teó "la cuestión del criterio" de que conclusiones escépticas basadas en la la actitud escéptica más bien que re-
ya había tratado Sexto en Hyp. Pyrr. contraposición de las opiniones hu- futaciones de cualquier proposición
(II, 4), esto es, el problema que sus- manas —escribe dicho autor— alcan- escéptica. Nos referimos a continua-
cita el que para decidir en una disputa zan las dudas surgidas de la progresi- ción a algunas de estas refutaciones.
hay que tener un criterio de verdad, va elaboración de la conciencia histó- Característico de la mayor parte de
el cual requiere otro criterio para rica". Ello significa que la conciencia ella es que estiman que el escepticis-
decidir del primero y así sucesiva- histórica no elude simplemente el es- mo debe ser no sólo refutado, sino
mente ad infinitum. El tratamiento cepticismo, descartándolo en nombre también, y sobre todo, "superado".
del criterio de verdad religiosa fue de un supuesto conocimiento absolu- Por ejemplo, Ortega y Casset ha se-
examinado en el período citado (1500- to: lo admite con el fin de disolverlo ñalado que todo escéptico mantiene,
1650) no sólo teniendo en cuenta las en la propia conciencia histórica. El a modo de supuesto por él inadverti-
cuestiones específicas suscitadas por escepticismo de que se habla en este do, que hay una especie de verdad
la Reforma —validez de las enseñan- caso es un escepticismo relativo a toda absoluta. Sin la mencionada suposi-
zas de la Iglesia, interpretación de las realidad. Pero puede hablarse de es- ción no podría el escéptico ni siquiera
Escrituras, supuesta iluminación por cepticismo parcial, de acuerdo con la colocarse en la situación de dudar de
Dios, etc.—, sino también teniendo realidad a la cual se aplique. En este tal verdad.
presentes —para seguirlos, reforzar- caso tenemos tipos de escepticismo: En una primera redacción de su
los o rebatirlos— los argumentos de metafísico, religioso, ético, etc. Algu- obra Réflexions métaphysiques sur la
los antiguos escépticos, en particular nos autores manifiestan que un tipo mort et le problème du sujet (1957),
los de Pirrón, tal como fueron expues- de escepticismo parcial no merece el José R. Echeverría hacía reparar que
tos por Sexto, cuyas obras comenza- nombre de escepticismo; sólo el escep- el escéptico tendría que anularse a sí
ron a ser difundidas a partir de la ticismo como "concepción del mundo" mismo, pues debería eliminar el yo
publicación, en 1562, de una versión plantea los problemas a los que la dubitante en tanto que dubitante. En
latina (Henri Estienne) de las Hypo- conciencia histórica diltheyana se apli- efecto, si el yo duda de algo, lo pone
typoses, a la que siguió, en 1569, una ca. en la esfera de la duda. Pone no sólo
reimpresión, junto con una versión Se ha argüido a veces que el escep- en tal esfera aquello de que duda, sino
latina (Gentian Hervet) de Adversus ticismo es imposible, porque da lugar el propio yo dubitante. Pero tanto el
Mathematicos (texto griego impreso a paradojas semánticas (véase PARA- contenido de la duda como el yo du-
en 1621). Entre los autores que cabe DOJA). En efecto, si se afirma que nin- bitante pasan entonces a ser "algo
mencionar del período en cuestión guna proposición es verdadera, hay de que se ha dudado". El recuerdo de
destacan Montaigne, Charron, Fran- que admitir que existe por lo menos esta duda no entra dentro de la esfera
cisco Sánchez. Algunos de los autores una proposición que es verdadera, esto de la duda excepto cuando se proce-
de la época son llamados "neo-pirró- es, la proposición de que ninguna pro- de a dudar de este recuerdo. Pero en-
nicos"; otros, "eruditos libertinos". posición es verdadera, con lo cual esta tonces pasa a ser también "algo de que
El escepticismo antiguo es en la última proposición se convierte en fal- se ha dudado". Y así sucesivamente.
mayor parte de los casos una "acti- sa. Se alega con ello que el escepti- No hay, pues, posibilidad de ser en
tud"; el escepticismo renacentista y cismo se refuta a sí mismo. ningún momento un "yo dubitante".
moderno es con frecuencia una "po- Hay que tener en cuenta, sin em- Con ello Echeverría considera la po-
sición". Cuando lo estudiamos con in- bargo, dos puntos. El primero es que sición escéptica no como una propo-
dependencia de la situación histórica la paradoja engendrada por una pro- sición intemporal que no formularía
y atendiendo a su significación epis- posición como 'Ninguna proposición nadie, sino como una proposición ac-
temológica, el escepticismo aparece es verdadera' es una de las paradojas tualmente pensada por un yo dubi-
como una cierta "tesis" sobre la po- metalógicas — una de las formas que tante.
sibilidad (o imposibilidad) del cono- adoptan las llamadas "paradojas sobre A veces se ha alegado que no se
cimiento. Según el escepticismo, el su- la verdad". Por tanto, se puede re- puede decir 'Todo es ilusorio', porque
jeto no puede nunca aprehender el solver la paradoja del modo similar se atribuye algo que no es —lo ilu-
objeto, o lo puede aprehender única- a como se resuelven tales paradojas sorio— a algo que es — "todo lo que
mente en forma relativa y cambiante. sobre la verdad ( VÉASE). En otros es". Por otro lado, se ha alegado
Los antiguos escépticos habían insis- términos, se puede formular sin que que no se puede decir 'Nada es iluso-
tido en los obstáculos que se oponen dé lugar a ninguna paradoja la pro- rio', porque se atribuye un predicado
al conocimiento seguro (véase TRO- posición siguiente: —el ser ilusorio— a un sujeto que no
POS ). Los escépticos de todos los 'Ninguna proposición es verdadera' es — "nada", es decir, ninguna cosa.
tiempos han indicado (o supuesto) es verdadera. Ello parece llevar a considerar que no
que si hubiese conocimiento seguro El segundo punto es que el escep- sólo es imposible el escepticismo com-
—identificado, por lo demás, con co- ticismo no afirma propiamente nin- pleto mas también es imposible el
nocimiento puro y simple— no ha- guna proposición, sino que se abstiene dogmatismo completo. Afirmar algo
bría cambios en el contenido del co- de formular cualquier proposición por de algo equivale, pues, a admitir la
nocimiento. Dilthey ha hecho obser- estimar que no vale la pena formu- posibilidad de que el sujeto pueda
var que la llamada "anarquía de los lar proposiciones que inmediatamente existir o no existir y de que lo que se
sistemas filosóficos" ha sido la razón van a convertirse en dudosas. diga del sujeto sea o no sea tal.
principal del escepticismo. Pero a La mayor parte de las refutaciones Algunos autores han tratado de re-
"mucha mayor profundidad que las del escepticismo son refutaciones de futar el escepticismo indicando que no
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es posible sustraerse a una "fe" radi- sis des 18. Jahr.; der biologische dicho filósofo en la "Aberdeen Philo-
cal. Ejemplo de este tipo de refutación Skeptizismus im 19. Jahrhundert, sophical Society" (fundada en 1758),
es la doctrina de Santayana sobre la 1908. — Sobre el escepticismo anti- a veces conocida con el nombre de
"fe animal". Ésta es una consecuencia guo, además del tomo I de la obra "Wise Club". Miembros de la socie-
de la realidad de la vida y de la citada de Richter: Norman Maccol,
The Greek Sceptics, Phyrrho to Sex- dad fueron, además de Reid, George
necesidad que tiene ésta de "tomar la tus, 1869. — Victor Brochard, Les Campbell (véase RETÓRICA), Alexan-
"tomar la Naturaleza por la mano" en sceptiques grecs, 1887, reimp., 1962 der Gerard (1728-1759) —que se
el curso de su existencia. Es, pues, lí- (trad, esp.: Los escépticos griegos, distinguió por sus escritos sobre temas
cito, según Santayana, comenzar por 1944 ). — Albert Goedeckemeyer, Die de estética, especialmente por sus tra-
llevar el escepticismo a sus últimas Geschichte des griechischem Skepti- bajos An Essay on Taste ( 1759 ) y An
consecuencias y aun más radicalmente zismus, 1905. — Mary Mills Patrick, Essay on Genius (1774)— y James
de lo que hicieron los escépticos grie- The Greek Sceptics, 1929. — L. Ro- Beattie (v.). Pero de todos los
gos, Descartes, Hume o Kant, pero bin, Pyrrhon et le scepticisme grec, mencionados solamente Reid y Beat-
sin olvidar que "el escepticismo es una 1944 ( sobre pirronianos, académicos y
neoescépticos ). — M. del Pra, Lo tie son considerados usualmente como
forma de creencia" (Scepticism and scetticismo greco, 1950. — A. Wei- "filósofos del sentido común" en sen-
Animal Faith [1823], Cap. I; trad, sche, Cicero und die Neue Akademie. tido estricto. A ellos puede agregarse
esp.: Escepticismo y fe animal [1952]. Untersuchungen zur Entstehung und James Oswald (1715-1769, autor de
Como el conocimiento es también una Geschichte des antiken Skeptizismus, la obra An Appeal to Common Sense
"fe" —si bien "una fe con interpo- 1961. — Véanse también las obras in Behalf of Religion, 2 vols., 1766-
sición de símbolos" (op. cit., Cap. citadas en la bibliografía de los ar- 1772. Al ser nombrado Reid profesor
XVIII)—, no es posible oponer el es- tículos dedicados a los pensadores de filosofía moral en Glasgow, esta
cepticismo al dogmatismo, o a la in- escépticos (Enesidemo, Pirrón, Sexto ciudad se convirtió en el centro de la
versa. Ambos se mueven dentro del Empírico); importante es especial-
mente la serie de Eugen Pappenheim escuela. El centro se desplazó a Edim-
mismo ámbito — el de "la vida". (Die Tropen der griechischen Skepti- burgo con el discípulo de Reid, Du-
Lo único que cabe hacer es aceptar- ker, 1885. — Lebensverhältnisse des gald Stewart (v.), quien contó entre
los sin ilusión y con desapego. Esta Sextus Empiricus, 1887. — Der Sitz sus discípulos a James Mill (v.).
actitud permite a Santayana pasar de der Schule der griechischen Skepti- Las ideas de Reid, Beattie y Du-
la duda al reconocimiento de "los rei- ker, 1887. — Erläuterung zu des Sex- gald Stewart —y en particular la del
nos del ser", los cuales no son diver- tus Empiricus Pyrrhonischen Grund- primero— se hallaban en estrecha re-
sos tipos de realidad, sino "categorías zügen, 1888. — Das angebliche He- lación con las de Hume, a quien los
de las cosas". raklitismus des Skeptikers Aineside- escoceses celebraron como el más
mos, 1889) y los estudios de Si-
món Sepp (Pyrrhonische Studien. grande de los filósofos de su tiempo.
I. Die philosophische Richtung des Pero ello no significa que tales ideas
Cornélius Celsus. II. Untersuchun- fuesen una continuación de las de
gen auf dem Gebiete der Skepsis, Hume; más bien se trataba de una
1893). — Sobre el escepticismo mo- "respuesta" al problema epistemológi-
derno, además del tomo II de la co por Hume planteado. A veces se
obra de Richter: V. Sartini, Storia ha estimado que la "respuesta" de los
dello scetticismo moderno, 1876. — escoceses a Hume es similar a la de
E. Saisset, Le scepticisme (Enésidè- Kant, pero el propio Kant manifestó,
me, Pascal, Kant), 1865. — J. Loe-
wenberg, "The Metaphysics of Mo- en los Prolegomena, que las nociones
dern Scepticism", Philosophical Re- del sentido común propuestas por los
view, XXII (1923), 278-88. — M. L. escoceses eran sólo "los juicios de la
Wiley, The Subtle Knot, 1952 (sobre muchedumbre". Reid y los demás fi-
escepticismo en Inglaterra en el siglo lósofos de la escuela consideraron como
XVII). — Richard H. Popkin, The predecesores suyos a Francis Bacon y a
History of Scepticism from Erasmus Newton. Se ha observado que hay
to Descartes, 1960 (Wijsgerige Teksten hartas similaridades entre el pen-
en Studies ). — Véase también biblio- samiento de los filósofos escoceses
grafía de PIRRONISMO. — Sobre el
problema del escepticismo en relación (especialmente de Reid, Beattie y Os-
con la cuestión de lo absoluto, véase wald) y el de Claude Buffier (v.),
S. E. Rohde, Zweifel und Erkenntnis. pero Reid y Beattie manifestaron que
Ueber das Problem des Skeptizismus si bien tales similaridades existen ello
und den Begriff des Absoluten, 1945. no quiere decir que hubiesen "pla-
ESCÉPTICOS. Véase ESCEPTICIS - giado" a Buffier.
MO. Con frecuencia se incluye entre los
ESCOCESA (ESCUELA). La escue- filósofos de la escuela escocesa a Tho-
la filosófica escocesa, llamada tam- mas Brown (v.), pero éste disintió de
bién "filosofía del sentido común", se los demás filósofos del sentido común,
inició con Thomas Reid (v. ) en Aber- y en particular de Reid y Dugald Ste-
deen y tuvo su primera manifestación wart, en muchos puntos capitales.
en las comunicaciones presentadas por Menos todavía puede incluirse como
ESC ESC ESC
miembros de la escuela a William escocesa terminó con los ataques a Philosophy: The Old and the New,
Hamilton (v.), pues aunque éste se Hamilton lanzados por John Stuart 1856. — James McCosh, Scottish Phi-
proponía desarrollar "la filosofía del Mill y John Hutchison Stirling y, por losophy from Hutcheson to Hamilton,
sentido común" lo hizo en forma muy lo tanto, mediante un ataque combi- 1875. — Andrew Seth (Pringle-
distinta de la de Reid y los otros pen- Pattison), Scottish Philosophy; A Com-
nado utilitarista-idealista. R. Metz parison of the Scottish and Germán
sadores citados. (Die philosophische Strömungen der Answers to Hume, 1885. — H. Lau-
Es importante decidir de antemano Gegenwart in Grossbritannien, 1935, rie, Scottish Philosophy in its Natio-
quiénes pertenecían o no a la "escuela t. I, pág. 19) indica que la escuela es- nal Development, 1902. — T. T. Se-
escocesa", pues de ello depende el cocesa ha revivido en varias corrientes gerstedt, The Problem of Knowledge
sentido que tenga hablar de las in- filosóficas anglosajonas del presente in Scottish Philosophy, 1935 (Reid-
fluencias ejercidas por tal escuela siglo, y que como las ideas de los es- Stewart-Hamilton-Ferrier ). — George
sobre pensadores de otros países. Ha- coceses "son representadas por pensa- Boas, "The Scottish School of Com-
blaremos aquí de "influencias direc- dores de la escuela neo-realista más mon Sensé", en Dominant Themes of
Modem Philosophy, 1957, Cap. XIII,
tas" cuando se trate de las ejercidas frecuentemente que por cualquier otra págs. 438-57. — 'Bibliografía: T. E.
por los "miembros en sentido estric- (con máxima evidencia por J. C. Wil- Jessop, A Bibliography of David
to" (Reid, Beattie, Dugald Stewart), son, G. F. Stout, G. E. Moore, John Hume and of Scottish Philosophy,
y de "influencias" simplemente cuan- Laird y C. E. M. Joad), se sigue que 1938.
do hayan tenido lugar por medio de lo poco que hay todavía de vivo de ESCOLARCA. Como hemos visto
reformadores importantes de las ten- la escuela escose debe ser buscado en otro lugar (véase DIÁDOCO), los
dencias escocesas (como Hamilton) y principalmente en el neo-realismo". términos 'escolarca' y 'diádoco' son
por la acción combinada de los esco- Esta observación de Metz, aunque prácticamente equivalentes en la his-
ceses con otros pensadores. Entre las justa en parte, no debe despistarnos: toria de la filosofía. Sin embargo,
influencias directas se cuenta la ejer- la filosofía del sentido común de au- creemos conveniente atenernos a la
cida en Francia por Dugald Stewart, tores como G. E. Moore tiene bases distinción introducida en el citado
cuyos Eléments fueron traducidos por muy distintas de las manifestadas por artículo y entender bajo el vocablo
Jouffroy (v.) con el título Philosophie los autores escoceses. 'escolarcas' la serie de los filósofos de
de l'Esprit. Reid influyó directamente Para las tesis principales de la es- una escuela, incluyendo tanto los fun-
sobre Royer-Collard (v.), proporcio- cuela escocesa pueden consultarse los dadores como los sucesivos jefes de
nándole armas en su polémica contra artículos dedicados a Reíd, Beattie y la misma. Siguiendo la tabla presen-
el "condillacismo" (V. CONDILLAC). Dugald Stewart. Limitémonos a des- tada en la Historia de Ueberweg-
Victor Cousin (v.), en cambio, fue tacar las siguientes opiniones de la Heinze (12a ed., por K. Prächter) a
influido sólo indirectamente por los escuela: (1) Poner en duda el sentido base de varios trabajos y fuentes (K.
escoceses, puesto que parte de la in- común es absurdo; los propios escép- Zumpt, E. Zeller, S. Mekler, y la Cró-
fluencia la recibió a través de Royer- ticos lo presuponen, o tienen que pre- nica de Apolodoro editada por F. Ja-
Collard. El filósofo norteamericano suponerlo si no quieren desembocar coby) indicamos a continuación los
James McCosh (1811-1894), a veces en paradojas; (2) Puede errarse en escolarcas de Atenas de las escuelas
descrito como "influido por los esco- cuestiones de hecho, pero no en cues- platónicas, aristotélica, estoica y epi-
ceses", lo fue a través de Hamilton, tiones de principio, justamente las que cúrea. El signo de interrogación en
de quien fue discípulo. Todavía más establece el sentido común; (3) El paréntesis después de algunos nom-
indirecta es la influencia de los pri- sentido común es una facultad que bres indica que no hay seguridad
meros miembros de la escuela escoce- percibe la verdad por medio de un completa respecto a ellos. A muchos
sa sobre los discípulos de Hamilton, "impulso instantáneo, instintivo e irre- de los filósofos mencionados se han
Henry Calderwood (1830-1897: Phi- sistible" (Beattie); (4) El sentido dedicado artículos especiales.
losophy of the Infinity; a Treatise on común equivale a la razón, siempre Platónicos: Platón - Espeusipo -
Mans Knowledge of the Infinite que ésta se entienda como algo más Jenócrates - Polemón - Crates de
Being, in Answer to Sir William Ha- que la argumentación; (5) Las verda- Atenas - Arcesilao - Laquides - Te-
milton and Dr. Mansel, 1854; Hand- des evidentes proclamadas por el sen- lecles - Euandro - Heguesino - Car-
book of Moral Philosophy, 1872) y tido común no pueden demostrarse, néades de Cirene - Carnéades, hijo
John Veith (1829-1894: Institutes of sino sólo "mostrarse". Estas y otras de Polemarco - Crates de Tarso -
Logic, 1885; Knowing and Being, opiniones llevaban a los filósofos del Clitómaco - Filón de Larisa - Antíoco
1889; Dualism and Monism, 1895, ed. sentido común a oponerse a corrien- de Ascalón - Aristón de Ascalón -
R. M. Wenle). Martí de Eixalà y su tes escépticas, fenomenistas, idealistas Teomnesto - Ammonio - Calvisio
discípulo, Llorens y Barba (v.), así (o las que luego han sido llamadas Tauro - Ático - Teodoto — Eubu-
como Balmes (v.), en España, fue- fenomenistas e idealistas ) : lo caracte- lo - Prisco (?) - Plutarco - Siriano -
ron influidos por los escoceses así rístico de la escuela de que tratamos, Domnino - Proclo - Marino - Isidoro
como por autores franceses que ela- desde el punto de vista de los "ismos", de Alejandría - Hegías - Zanodo-
boraron la filosofía del sentido común. es el realismo y también, en gran me- to - Damascio.
Indirecta, pero importante, es la in- dida, el "esplritualismo" — aunque en Aristotélicos: Aristóteles - Teofras-
fluencia de la filosofía escocesa en principio una filosofía del sentido to - Estratón - Licón - Aristón -
Italia sobre los "ontologistas" (véase común puede asimismo ser natura- Critolao - Diodoro de Tiro - Erim-
ONTOLOGISMO). Se considera que en lista. neo - Andrónico de Rodas - Cra-
Inglaterra la influencia de la escuela James Frederick Ferrier, Scottish tipo (?) - Jenarco (?) - Menefi-
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ESC ESC ESC
lo (?) - Aspasio (?) - Hermino término 'escolástica' a ciertos autores ron por sus investigaciones metafísicas
(?) cristianos e identificar 'escolástica' con y lógicas. En lo que toca al método,
- Alejandro de Damasco - Aristo- 'escolástica cristiana'. En el presente lo esencial del mismo ha sido presen-
cles (?) - Sosígenes (?) - Alejandro artículo nos referiremos principalmen- tado en el artículo DISPUTACIÓN.
de Afrodisia - Ammonio (?) - Pro- te a esta última. Junto a las cuestiones que ha susci-
senes. Las orientaciones filosóficas en tado la escolástica como "escolástica
Estoicos: Zenon de Citio - Clean- cuestión están determinadas en gran medieval", se han planteado diversos
tes — Crisipo - Zenón de Tarso - parte por la elaboración de comenta- problemas en lo que toca al modo de
Diógenes, el Babilonio - Antipatro de rios y sistemas filosóficos y teológicos considerar la relación entre la escolás-
Tarso - Panecio - Mnesarco - Apo- que se hallan "dentro" de los dogmas tica y la filosofía moderna. Interesan-
lodoro de Atenas (?) — Dionisio (?) católicos, pero sin que ni tales dog- tes al respecto han sido las diversas
- Antipatro de Tiro - T. Coponio mas ni la teología correspondiente opiniones que han manifestado auto-
Máximo - Aurelio Heráclides Eupí- determinen siempre y unívocamente res modernos y contemporáneos que
rides - Julio Zosimiano - Ateneo (?) las reflexiones propiamente filosóficas. siguen la tradición escolástica. Ha ha-
- Musonio (?) - Calietes (?). Durante algún tiempo se ha descrito bido por lo menos tres posiciones fun-
Epicúreos: Epicuro - Hemarco - la filosofía escolástica como una an- damentales.
Polistrato - Dionisio - Basílides - cilla theologiae — una "sirvienta de 1. Unos han considerado que como
Protarco (?) - Apolodoro el epi- la teología". Hoy día se tiende a re- la escolástica es la única philosophia
cúreo - Zenón de Sidón (?) — Fedro chazar esta concepción o a no insistir perennis (VÉASE), el pensamiento mo
- Patrón. demasiado en ella. Es común presentar derno en todas sus formas es un error.
ESCOLÁSTICA. Usualmente se con- la escolástica como una continuación Idealismo, inmanentismo y antropo-
funde la escolástica con la filosofía de la patrística (VÉASE). Pero, como centrismo son, se ha alegado, las ca
medieval. No obstante, ésta contiene escribe Gilson, "no es continuación de racterísticas principales del pensa
muchos otros elementos, entre ellos la patrística desde el solo punto de miento moderno. Como la escolástica
las tendencias místicas, que no pue- vista religioso. La misma elaboración no ofrece ninguna de tales caracterís
den identificarse sin más con la filo- filosófica a la cual va a hallarse ticas y aun está en contra de todas
sofía escolástica. Puede haber en un sometida la verdad religiosa, no es, a ellas, la escolástica puede, y debe, se
mismo autor "tendencias escolásticas" su vez, más que la prolongación de pararse pulcramente de la filosofía
y "tendencias místicas", pero ninguna un esfuerzo que se une con la filosofía moderna.
de tales tendencias se reduce a la griega y llena los siglos precedentes" 2. Otros han considerado que la fi
otra. Por otro lado, la escolástica ha (La philosophie au moyen âge, 1922 losofía moderna ha sido eficaz meto
persistido más allá de la filosofía me- [trad. esp. : La filosofía en la Edad dológicamente y que necesita ser ade
dieval, en el Renacimiento, en la épo- Media, 1940, pág. 12]). Según el Pa- cuadamente cribada.
ca moderna y —bajo la forma llama- dre Laberthonnière (en A. Lalande, 3. Otros han estimado que la filo
da "neoescolástica" (VÉASE)— al fi- Vocabulaire, ed. de 1932, t. III, págs. sofía moderna es, en el fondo, una
nal de la época moderna y en la 110-12), no es exacto que la escolás- continuación de la filosofía medieval
edad contemporánea. Sin embargo, tica medieval esté subordinada a la escolástica. Según esta opinión, la fi
aunque no puedan equipararse "filo- teología. Si ello es cierto de San An- losofía moderna no es un error ni una
sofía medieval" y "filosofía escolásti- selmo, no lo es de Abelardo, Alberto desviación, aunque haya "desviacio
ca", esta última constituye el ingre- Magno o Santo Tomás, para quienes nes" en ciertas "aberraciones" moder
diente filosófico más importante de la la filosofía se basta a sí misma y para nas. Filosofías, empero, como la gran
Edad Media. Los grandes autores es- quienes lo sabido no es lo creído. Por metafísica del siglo XVII no pueden
colásticos son siempre —o casi siem- otro lado, direcciones como las de San ser
pre— "autores medievales". Buenaventura y las comentes místicas estimadas, según ya sostenía el P.
El término 'escolástica' procede del de sesgo agustiniano consideran la Gratry, como errores, sino más bien
vocablo scholasticus ( "escolástico" ), religión como una forma de sabiduría como culminaciones del movimiento
es decir, el que enseña en una escuela. que sustituye a la antigua; por tanto, "interno" de la escolástica. La filoso
Más específicamente era llamado sostienen que las verdades sobrenatu- fía moderna en sus mejores manifes
scholasticus el que enseñaba las artes rales son objeto de un conocimiento taciones no es entonces algo mera
liberales (véase TRIVIUM Y QUADRI- distinto del sensible. mente "influido" por la escolástica,
VIUM) en una de las escuelas monaca- El lector puede tener una idea del sino un desarrollo de ella.
les. 'Escolástico' designó luego el tipo de pensamiento escolástico y, por Ateniéndonos al aspecto histórico,
maestro que seguía ciertas orientacio- tanto, de lo que hemos llamado se llama "escolástica" ("escolástica
nes filosóficas y que adoptaba a tal "orientaciones filosóficas" de la esco- medieval" o, a veces, "escolástica pro-
efecto ciertos métodos. Parte de las lástica en lo que dice al respecto en piamente dicha") a la fase principal
aludidas orientaciones filosóficas se diversos artículos de la presente obra; del pensamiento filosófico medieval
hallan también en autores "medieva- a modo de ejemplo remitimos a los desarrollado desde la última época de
les" judíos y árabes (véase FILOSOFÍA artículos DIOS, ENTE, ESENCIA, EXIS- la Patrística hasta el siglo XVI y aun
ÁRABE y FILOSOFÍA JUDÍA), por lo que TENCIA, INTELECTO, SER, SUBSTANCIA, parte del XVII. Esto no supone, natu-
se ha hablado de "escolástica árabe" TRASCENDENTAL, UNIVERSALES. Los ralmente, la no existencia de la esco-
(o "escolástica musulmana" y "esco- autores escolásticos trataron a fondo lástica en otros períodos; indica sim-
lástica judía"). Sin embargo, es más esos temas; en general, se distinguie- plemente que fuera de la época citada
propio, o más corriente, confinar el la escolástica no es un tipo de pensa-

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miento filosófico "vigente". Así, en la reparos que indicamos a continua- do ( 3 ) no puede llamarse "período de
filosofía moderna —aparte de lo que ción. decadencia", sino "período de floreci-
haya de escolástica en ella— ha ha- Uno de los reparos ha sido formu- miento". Además, desde este punto de
bido en varias ocasiones un desarrollo lado por E. A. Moody ("Empiricism vista puede comprenderse el paso de
de la escolástica, renovada en los últi- and Metaphysics in Medieval Philo- la escolástica a la ciencia y a la filo-
mos decenios con la neoescolástica sophy", The Philosophical Review, sofía modernas. "Los historiadores de
(VÉASE) y con el neotomismo (VÉASE). LXVII [1958], 145-63). Indica este la filosofía —escribe Moody— han
Y dentro de la Patrística hay muchos autor que hay que tener en cuenta un tendido a proyectar la actitud moderna
elementos de la posterior escolástica. hecho fundamental: que la Iglesia no de la Iglesia [la que consiste en re-
Ahora bien, si nos limitamos al uso propugnó tradicionalmente el cultivo comendar la filosofía, y especialmente
más corriente entre los historiadores de la filosofía. Esto ocurrió únicamente la de Santo Tomás, como arma en de-
de la filosofía, se considera la esco- a partir del siglo XVI y llegó a al- fensa de la fe] respecto a la filosofía,
lástica como una fase encerrada dentro canzar estado oficial solamente con el a la Edad Media", lo cual es "un ana-
de los mencionados límites temporales. origen y desenvolvimiento de la neo- cronismo no justificado por los hechos".
Según M. Grabmann (Geschichte der escolástica en el siglo XIX. Con este El segundo reparo está relacionado con
scholastichen Methode, I, 179 sigs.), hecho a la vista, puede formarse el el nuevo modo de ver la llamada
la escolástica medieval (y en parte siguiente cuadro de la escolástica me- "escolástica decadente" por un estudio
"renacentista") se puede dividir en 4 dieval: 1. Un período, que abarca la más a fondo de los hechos y una
periodos. 1. Una pre-escolástica (fines Patrística y la llamada alta escolástica, interpretación de los mismos a la luz
del siglo VII a fines del XI, teniendo durante el cual cuanto hay de filoso- de investigaciones contemporáneas so-
como principales momentos el llamado fía, y especialmente de metafísica ra- bre los mismos problemas que preocu-
Renacimiento carolingio y la filosofía cional, es un desarrollo interno de la paron a muchos escolásticos de tal
de Juan Escoto Erigena ). Sus teología. Este desarrollo interno pro- período. En primer lugar, se ha visto
características son el tradicionalismo, dujo grandes especulaciones teológico- que dentro de la "escolástica deca-
la sumisión a la autoridad, la produc- metafísicas del tipo de las de Juan dente" había nada menos que los orí-
ción intelectual basada en recopila- Escoto Erigena y San Anselmo, pero genes de la ciencia moderna (P. Du-
ciones y florilegios, la receptividad, en modo alguno puede confundirse hem, C. Michalski, Anneliese Maier y
la fijación de los libros recipiendis con una época en la cual la filosofía otros). Las escuelas de Oxford, París
y non recipiendis, sobre todo mediante es simplemente ancilla theologiae. 2. y Padua, entre otras, desarrollaron no
la Decretal del Papa Gelasio, los Un período en el cual la "invasión" sólo una "atmósfera intelectual" apro-
inicios del pensar dialéctico a través del pensamiento griego, y en particular piada para el desarrollo de la ciencia
de la ordenación de sentencias, del del aristotélico, a través de los filósofos (especialmente la física) moderna, sino
procedimiento mediante interrogations árabes, obligó a los pensadores que elaboraron conceptos emparenta-
et solutiones, la prosecución del cristianos a acotar los campos y a es- dos con los posteriormente tratados
enciclopedismo según el modelo de tablecer una línea divisoria entre la (véase ÍMPETU). En segundo término,
las Etimologías de San Isidoro. 2. El filosofía ( dependiente de la razón na- aunque es cierto que algunos escolás-
período de la escolástica temprana tural) y la teología (fundada en ver- ticos de los siglos xrv y xv cayeron en
(fines del siglo XII y comienzos del dades de fe reveladas). Precedido por artificios y logomaquias, es también
XIII), caracterizada por la importancia Abelardo, Alberto Magno y Santo To- verdad que no pocos escolásticos de
dada a los posibles conflictos entre más trabajaron con éxito en esta di- esta época (como lo han mostrado
auctoritas y ratio, por los debates entre rección, logrando contrarrestar los ata- Bochenski, Ph. Boehner, E. A. Moody,
"dialécticos" y "antidialécticos", por ques antiaristotélicos de los teólogos A. N. Prior y otros) desarrollaron no-
los comentarios a las Sentencias, por "puros". 3. Un período que, en parte tablemente los estudios lógicos y se-
las primeras Sumas, por el auge de la precedido por los rasgos empiristas mióticos, en particular semánticos.
cuestión de los universales y de sus que pueden hallarse en el pensamiento Finalmente, tenemos en los citados si-
implicaciones teológicas y lógico- de Santo Tomás, desembocó en un glos varios grandes comentaristas de
gramaticales. 3. La alta escolástica, empirismo con el cual se intentaba Santo Tomás, tales como Juan Ca-
con la maduración de los temas ante- colocar a las verdades de fe más allá preolus (v. ), Antonio de Florencia
riores, la absorción definitiva de los de toda prueba (y, por lo tanto, tam- (1389-1459), Dionisio el Cartujo
motivos del pensamiento árabe, judío bién refutación) racional. Los esfuer- (1402/3-1471), Pedro Negro (t 1481),
y aristotélico, el desarrollo y la forma- zos realizados por Duns Escoto para continuados por Juan Capreolo, Car-
ción de las grandes Sumas teológicas "salvar" a la metafísica racional tuvie- denal Cayetano y Francisco Silvestre
y filosóficas. 4. La escolástica "deca- ron éxito sólo en tanto que "transfor- de Ferrara ( VÉANSE ). Es cierto que,
dente" (siglos XIV y XV), atenida maron la metafísica haciéndola pasar como indica M. de Wulf, la escolás-
principalmente a problemas especiales, de lo que había sido —teoría cosmo- tica de los citados siglos no fue ya,
preocupada por cuestiones lógicas y lógica del universo— a teoría raciona- como la del siglo xm, una filosofía
semánticas y por divisiones y subdivi- lista del conocimiento". La tendencia de "las grandes personalidades" y se
siones de conceptos. más representativa de este período fue convirtió "en el reino de las escuelas"
La anterior opinión de Grabmann la que culminó en Guillermo de Oc- (Histoire, 6a ed., 1947, §460). Pero
ha sido aceptada durante algún tiem- cam, cuyos argumentos eran muy pa- ello no significa que el trabajo de tales
po como la más autorizada. Sin em- recidos a los posteriores de Hume. escolásticos fuera siempre de escasa
bargo, hay que tener en cuenta los Desde este punto de vista, el perío- consideración.
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A la escolástica antes descrita pue- nia philosophiae aristotelico-Lullianae tos filosóficos dentro de una "escue-
de agregarse otra fase, que a veces es et Rameae, 1610; Logicae Systema la" o de cualquier ámbito "cerrado".
considerada como "nueva": se trata harmonicum..., 1614; Logica Petri Según esto, podría hablarse de esco-
de la llamada "escolástica del barro- Rami..., 1617; Scientiarum omnium lástica en cada uno de aquellos mo-
co", activa sobre todo entre 1550 y Encyclopaedia, 1620, ed. rev., 1630; mentos de la historia de la filosofía
1650. Importancia decisiva tuvieron Compendium lexici philosophici, en los cuales el trabajo filosófico
en ella filósofos portugueses y españoles 1621), Clemens Timpler (Metaphy- consistiera predominantemente (o hasta
(véase infra). Arraigado históricamente sicae systema methodicum, 1604), exclusivamente) en la elaboración de
en el movimiento contrarre-formista (y Christoph Scheibler, llamado "Suárez detalles sin poner jamás en tela de
llamado por ello también "escolástica protestante" (Opus metaphysicum, juicio los principios. O en los cuales el
de la contrarreforma") este período lia 1617), Jacob Revius (Suárez repur- trabajo filosófico consistiera en anali-
sido calificado a veces de gatus, 1649, Franco Burgerdijk (Ins- zar y elaborar "ideas recibidas". "Lla-
"neoescolástica" por los filósofos de titutionem metaphysicorum libri duo, mo 'escolasticismo' —ha escrito Orte-
la misma época, aunque hoy día se 1640). Casi todos ellos recibieron la ga y Gasset (La idea de principio en
prefiere usar este último vocablo para influencia de Suárez —punto culmi- Leibniz [1958], pág. 238)—a toda fi-
el resurgimiento escolástico que co- nante de la metafísica del barroco— losofía recibida, y llamo recibida a toda
menzó en el siglo XIX (véase NEOESCO- y muchos de ellos lo siguieron fiel- filosofía que pertenece a un círculo
LÁSTICA). Desde luego, él está más mente. Dentro de la misma época se cultural distinto y distante —en el
vinculado que la escolástica "clásica" sitúan obras de carácter tomista puro, espacio social o en el tiempo históri-
con la filosofía moderna stricto sen- tales como el importante Cursus philo- co— de aquel en que es aprendida y
su, no sólo porque está influida por sophicum (1648), de Juan de Santo adoptada. Recibir una filosofía no es,
ella, y también porque cierta parte Tomás, pero es obvio que el suarismo claro está, exponerla, cosa que revierte
de la filosofía moderna —la de los obtiene muy pronto la primacía. En a otra operación intelectual diferente
aristotélicos protestantes centro-euro- rigor, aunque apoyados en un movi- de la recepción y se reduce a un
peos no menos que la de Descar- miento anterior o contemporáneo, fue- caso particular de la habitual in-
tes, Spinoza o Leibniz— ha recibido ron los jesuitas quienes impulsaron terpretación de textos."
la influencia de esta escolástica, sino más vigorosamente este movimiento y En este y otros sentidos análogos
porque una y otra surgen en el mis- los que sobre todo se extendieron por puede hablarse, entre otras, de una
mo período y responden a la mis- las Universidades europeas. Los esco- escolástica platónica (o de un escolas-
ma situación histórica. Esta escolás- lásticos españoles —pertenecientes, sin ticismo platónico), así como de una
tica ha influido de un modo muy embargo, a diversas Órdenes, y no escolástica de las diferentes escuelas
particular en la enseñanza filosófica sólo a la de los Jesuitas— que se griegas: epicúreos, estoicos, escépti-
dada en las Universidades holande- distinguieron en esta escolástica nueva cos, etc. A su vez, el platonismo ha
sas, alemanas y bohemias del pueden ser articulados, como hemos dado origen a formaciones de tipo
XVII y aun de parte del XVIII, sobre intentado hacer en otro lugar, en escolástico en la tradición platónico-
todo desde el momento en que, con cinco generaciones. Mencionamos agustiniana y en el platonismo de
Me-lanchton, los protestantes aquí a guisa de ilustración los Cambridge. Y han dado asimismo ori-
intentaron, por así decirlo, "volver" a principales nombres de cada una gen a formaciones filosóficas de tipo
la filosofía. Pueden mencionarse a de ellas: 1. Francisco de Vitoria escolástico sistemas como el cartesia-
este respecto: Cornrlius Martini (1568- (c. 1480-1546). 2. Domingo de Soto nismo, el de Leibniz-Wolff, el de la
1621: Disputationes metaphysicae, (1494-1560), Alonso de Castro (1495- escuela escocesa, el del kantismo, el
1604-1608; Metaphysicae 1558), Pedro de Oña (t 1626), Melchor del hegelianismo, el del neorrealis-
Commentatio [Compendium Cano (ca. 1509-1560). 3. Pedro de mo, la fenomenología, el empirismo
metaphysicum], 1605; Metaphysica, Fonseca (1528-1599), Domingo Báñez lógico, la "filosofía lingüística", la fi-
1622; Theologiae Compendium, 1650), (1528-1604), Francisco de Toledo losofía soviética, etc. Sin embargo, la
Jacobus [Jakob] Martini (1570-1649; (1533-1596), Benito Pereira (1535- necesidad de ampliar entonces desme-
Theorematum meta-physicorum 1610), Diego de Zúñiga (1536- suradamente la significación del voca-
exercitationes, 1603-1604; 1597/8), Luis de Molina (1535-1610), blo 'escolástica', hace recomendable
Disputationes metaphysicae, 1611; Francisco Zumel (1540/1-1607). 4. limitar su empleo a la escolástica
Collegium metaphysicum, 1614; Ver- Francisco Suárez (1548-1617), Ga- medieval y a la neoescolástica o bien
nunfspiegel, 1618); Andrian [Andreas] briel Vázquez (1549-1604), Grego- a hacer preceder su uso, en los demás
Heereboord (1614-1661: Parallelismus rio de Valencia (1549-1603). 5. Pe- casos, de una consideración prelimi-
Aristotelicae et Cartesianae philoso- dro Hurtado de Mendoza (1578- nar que explique el particular sig-
phiae naturalis, 1643; Meletemata, 1651), Rodrigo de Amaga (1592- nificado asumido por el término.
philosophica maximam partem meta- 1667), Francisco Oviedo (1602- Muchos de los textos de los filóso-
physica, 1654; Philosophia rationalis, 1651), Juan Caramuel de Lobkowitz fos escolásticos se encuentran en la
moralis et naturalis, 1654; Ερμηνεία, (1606-1682). A este movimiento deben colección de J. P. Migne, Patrologiae
Lógica, 1657), Johann Heinrich Alsted agregarse los importantes Cursos de cursus completus. Series Latina, 221
[Alstàdt, Alstedius] (1588-1638: Cla- los Conimbricenses ( VÉASE ). vols., 1844-1864 (que alcanza hasta
el año 1216). Otras colecciones im-
vis artis Lullianae et verae logicae, En un sentido traslaticio se habla portantes son: la de H. Denifle y
1609; Panacea philosophica, id est también de escolástica cuando se de- Fr. Ehrle, Archiv für Literatur und
methodus docendi et discendi ency- signa el desarrollo de los pensamien- Kirchengeschichte des Mittelalters,
clopaediam, 1610; Criticus, de harmo-

550
ESC ESE
desarrollo del pensamiento filosófico at Oxford in the thirteenth Century,
moderno, de modo que no es extraño 1930. — P. van de Woestijne, Scho-
que puedan descubrirse en la trama lae franciscanae aptatus cursus phi-
de éste, a veces bajo expresiones dis- losophicus in breve collectus, 2a ed.,
tintas, numerosos "hilos escotistas". 3 vols., I, II, 1932-33. — S. Belmond,
En lo que toca a los caracteres "Essai de synthèse prilosophique du
fundamentales del escotismo, todos scotisme", La France franciscaine,
XVI (1933), 73-131. — B. Jansen,
los autores están de acuerdo en que Zur Philosophie der Skotisten des 17.
hay por lo menos los dos siguientes: Jahrhunderts, 1936.
la afirmación del ser como unívoco ESCOTO ERIGENA (JUAN). Véa-
( V É ASE ) y la teoría de la distin- se JUAN ESCOTO ERIGENA.
ción (v.) formal. A estos caracteres ESENCIA. Pueden formularse va-
pueden agregarse otros: el intuicio- rias preguntas acerca de un ente cual-
nismo psicológico, el voluntarismo, el quiera, x: (1) Si x es o, más específi-
realismo o concepción de las espe- camente, si x existe; (2) Qué es x;
cies y géneros como realidades por sí (3) Por qué x es como es; (4) De dón-
constitutivas de las esencias, y la doc- de (ex) procede x, etc. La segunda
trina de la individuación por la hac- pregunta se refiere a la esencia de x.
ceidad (v.). Muchas veces se ha puesto El término 'esencia' —o los térmi-
de relieve la oposición entre el nos que en varias lenguas (Cfr. infra)
escotismo y el tomismo; en todo caso, corresponden más o menos aproxima-
las discusiones entre escotistas y to- damente a 'esencia'— ha sido enten-
mistas han sido muy abundantes. Pa- dido de muy diversas maneras. Nos
rece difícil, en efecto, acordar las dos referiremos a algunas de ellas en or-
ESCOTISMO. El pensamiento fi- tendencias especialmente cuando se den histórico. Las informaciones aquí
losófico y teológico de Juan Duns tiene presente que mantienen puntos proporcionadas deben completarse con
Escoto fue pronto acogido por un de vista muy distintos sobre los ci- algunas de las contenidas en otros ar-
grupo de franciscanos. Ya en el siglo tados puntos capitales. Sin embargo, tículos; citamos al respecto ACCIDEN-
XIV se destacaron entre los escotistas no es justo equiparar dicha oposición TE, COSA, ENTE , ESPECIE, EXISTENCIA,
Francisco de Meyronnes ( VÉASE ); a la existente entre el intento de FORMA , HAECCEITAS , HIPÓSTASIS ,
Antonio Andreas (t 1320), llamado el transformar filosóficamente la tradi- IDEA, INDIVIDUACIÓN , LOGOS, OUSÍA,
doctor dulcifluus, autor de comenta- ción agustiniana y el esfuerzo de cris- PREDICABLES, PROPIEDAD Y PROPIO,
rios a las Sentencias, al Ars vetus, a tianizar el aristotelismo (o de aris- QUIDDIDAD , SER, SUBSISTENCIA, SUBS-
k Metafísica, de Aristóteles, al De di- totelizar el cristianismo). En efecto, TANCIA, VÍNCULO. Importante es espe-
visione de Boecio, y del tratado De ni el aristotelismo está ausente de cialmente el artículo EXISTENCIA ;
tribus principiis rerum naturalium, el Duns Escoto ni el agustinismo lo está véanse, además, ESENCI ALISMO y
cual está tan dentro del espíritu del de Santo Tomás. Y, por otro lado,
EXISTENCIALISMO.
maestro, que es difícil distinguir entre tanto uno como otro pensador coin-
ciden en algo fundamental, que fue En la medida en que Platón consi-
los escritos de ambos; Guillermo de deró las Ideas o Formas como mode-
Alnwick (t 1332), autor de unas ya claramente advertido en el siglo
XIV: ambos son, en tanto que reales, los y "realidades verdaderas", las vio
Quastiones disputatae de esse intelligi- como esencias. Pero sólo con Aristóte-
bili et de quolibet (publicadas en seguidores de la via antiqua, a dife-
rencia de los nominales o de los ter- les comienza un análisis apropiado de
1 937) ; Ju an de Bass ol es ( Ai ne) la idea de esencia. Veamos algunos
(t 1347), autor de comentarios a las ministae, representantes de la via mo-
derna. Así, la oposición —o, mejor, ejemplos.
Sentencias de tendencia realista esco- En Cat., 5, 2 a 11 y sigs. Aristóte-
tista; Juan de Ripa (ν.) ο de Marchia, contraste— entre escotismo y tomis-
les introduce el término ou)si/a (véase
Gualterio Burleigh (v.) y Tomás Brad- mo puede entenderse mejor cuando
OUSÍA), que por razones que se verán
wardine (v.). En el siglo XV se distin- se consideran como dos complejos
doctrinales por sí mismos muy com- luego ha sido traducido a veces por
guió entre los escotistas Pedro Tarta- 'substancia' y a veces por 'esencia'. En
reto (VÉASE). En general, fueron los pletos, poseedores cada uno de una
serie muy definida de posiciones fi- cuanto sustantivación del participio
franciscanos quienes se adhirieron más presente de ei= m i ( ei= n ai = 'ser'),
firmemente al escotismo — propen- losóficas, tendiendo en muchas oca-
siones a resolver los mismos proble- ou)si/a designa algo así como "lo que
sión que ha continuado hasta nues- es siendo". Puede, pues, concluirse
tros propios días. No nos referiremos mas, pero con distinto método y con
diferente espíritu. que aquí se trata de la noción de esen-
aquí a los posteriores representantes cia. Sin embargo, se trata de ella sólo
del escotismo. Indicaremos solamente L. Ciganotto, Scuola francescana.
Método e sistema scientifico del ve- en un sentido. En efecto, el término
que la influencia de Duns Escoto no ou)si/a es vertido, de acuerdo con el
se limita a los autores más directamen- nerabile G. Duns Scoto, 1898. — D.
Scaramuzzi, Il pensiero di G. Duns uso que de él hace Aristóteles en el
te influidos por él. Tanto los temas citado texto, por 'substancia' ( VÉASE).
tratados por el filósofo como las solu-
Scoto nel Mezzogiorno d'Italia, 1927.
— Id., id., Lo scotismo nell"Universi- Pero la substancia se entiende en dos
ciones ofrecidas y el método adoptado tà e nei Collegi di Roma, 1930. — sentidos. Como substancia primera es
han tocado puntos muy vitales en el D. E. Sharp, Franciscan Philosophy
552
ESE ESE ESE
lo que no es afirmado de un sujeto se aclara cuando advertimos que Aris- rio. Decir que la esencia es una enti-
(por ejemplo, el hombre o el caballo tóteles usa aquí no la expresión ou)si/a dad abstracta (un universal) equivale
individuales). Como substancia segun- sino la expresión to\ ti/ h(=n ei)=nai, quod a adoptar una cierta posición
da es la especie en la cual se halla quid erat esse, es decir, "lo que era ontológica que no puede ser suscrita
contenida la substancia primera, es de- antes de haber sido" o "haberse reali- por todos los filósofos. Puede también,
cir, aquello que es afirmado de una zado" la entidad — si se quiere, lo pues, volverse a la "realidad" y alegar
substancia primera (por ejemplo, la que era antes de ser en el sentido de que la esencia es un constitutivo me-
especie "hombre" o la especie "caba- existir. to\ ti/ h(=n ei)=nai se traduce con tafísico de cualquier realidad — por
llo"). La substancia primera es la frecuencia por quidditas (véase QUID - lo menos de cualquier realidad que
substancia propiamente dicha. La se- DIDAD). Parece designar la esencia y se suponga poseer esencia. Las res-
gunda es la esencia (o algo que forma también la forma. En vista de todo lo puestas que se han dado al problema
parte de la esencia). Aristóteles pare- cual, parece que estamos ante una de la esencia han dependido en gran
ce suponer (op. cit., 5, 2 b 8 y sigs.) completa confusión y que la noción de parte del aspecto que se haya subra-
que hay una cierta "continuidad" en- esencia se nos escapa. yado, y especialmente de si se ha sub-
tre las substancias primeras y segun- Para aclarar estos puntos, es menes- rayado el aspecto "lógico" (o concep-
das, cuando menos en tanto que la ter tener en cuenta dos cosas. Por un tual) o el aspecto "metafísico" (o
especie es "más substancia" que el gé- lado, desde Aristóteles se considera real), o acaso una combinación de
nero, estando más "cerca de" la subs- como esencia el qué de una cosa, esto ambos. Así, si se define la esencia
tancia primera. Pero tan pronto como es, no que la cosa sea (o el hecho de como un predicado, se pregunta si es
se introducen las substancias segun- ser la cosa), sino qué es. Por otro la- necesario o suficiente. Si se define
das se expresan como predicados de do, se considera que la esencia es cier- como un universal, puede preguntarse
las primeras. Las substancias segun- to predicado por medio del cual se si se trata de un género o de una es-
das son, pues, determinaciones o, si se dice qué es la cosa, o se define la pecie, o de ambos (como cuando se
quiere, "especificaciones" de las subs- cosa (véase DEFINICIÓN). En el pri- dice que la esencia de una cosa, en
tancias primeras. Como tales, consti- mer caso tenemos la esencia como algo cuanto pertenece íntegramente a esta
tuyen sus esencias o, mejor dicho, for- real. En el segundo, como algo "lógi- cosa, es la especie, llamándose "géne-
man o pueden formar parte de sus co" — o conceptual. Los dos senti- ro" a la parte de la esencia común con
esencias. dos se hallan estrechamente relaciona- otras esencias). Si es un constitutivo
En Top., I, 9, 103 b 27 y sigs. Aris- dos, pero se tiende a ver el primero metafísico, puede considerarse como
tóteles escribe: "Al significar lo que desde el segundo. Por eso el problema una idea, como una forma, como un
algo es, se significa ora la substancia, de la esencia ha sido con frecuencia modo de causa (la causa formal), etc.
ora la cualidad, ora una de las demás el problema de la predicación. Desde Por otro lado, desde el punto de vista
categorías. Cuando en presencia de un luego, no todos los predicados son metafísico, puede considerarse —co-
hombre se dice que lo que hay delan- esenciales. Decir "Pedro es un buen mo se ha hecho a menudo— la esen-
te es un hombre o un animal, se indi- estudiante" no es enunciar la esencia cia como una "parte" de la cosa junto
ca lo que es, y se significa una subs- de Pedro, pues 'es un buen estudiante' a la existencia. En este punto es donde
tancia. Pero cuando ante un color puede estimarse como un predicado se plantea con más urgencia la
blanco se dice que es blanco o es un accidental de Pedro. Decir "Pedro es cuestión de la "relación" entre la
color se indica que se trata de una un hombre" expresa el ser esencial de esencia y la existencia, tan abundan-
cualidad.. . Y lo mismo sucede con Pedro. Pero expresa asimismo el ser temente tratada por los filósofos me-
las demás categorías: para cada una esencial de Pablo, Antonio, Juan, etc. dievales, y en particular por los filó-
de las nociones señaladas, si se afirma Para saber lo que Pedro es habría que sofos escolásticos — incluyendo los
género se expresa la esencia. Por el encontrar una "diferencia" que lo "escolásticos árabes".
contrario, cuando se afirma algo sobre acotara esencialmente con respecto a Los escolásticos —cristianos y ára-
otra cosa que la cosa misma portadora Pablo, Antonio, Juan, etc. Ahora bien, bes— recogieron el concepto de esen-
de la afirmación no se expresa la esen- en vista de la dificultad de encontrar cia de la tradición griega. Sin embar-
cia, sino la cantidad o la cualidad o definiciones esenciales para individuos go, por razón de su teología, la cues-
una de las demás categorías." Aquí es se ha tendido a reservar las definicio- tión de la esencia se complicó pronto
presentada la esencia no como una de- nes esenciales para clases de indivi- con otros problemas.
terminación cualquiera de la cosa o duos. Por ejemplo, decir "El hombre Aunque ουσία se tradujo por essen-
entidad consideradas, sino como una es un animal racional" ha sido consi- tia y substantia, se advirtió pronto que
determinación a base del género al derado como una definición esencial no podían usarse estos dos términos
cual la cosa o entidad pertenece. La (necesaria y suficiente), pues se expre- indiscriminadamente. Etimológicamen-
esencia es aquí, pues, la naturaleza de san el género próximo y la diferencia te essentia equivale a ou)si/a. Pero en
la cosa o entidad. Podría asimismo específica, de modo que no puede la medida en que Aristóteles dio a
llamarse "substancia formal" o "for- confundirse el hombre con ninguna ουσία el significado primario de subs-
ma", como cuando Aristóteles escribe: otra clase de individuos. tantia, hubo que emplear essentia co-
"llamo forma a la esencia de cada ser, En vista de ello muchos autores a mo traducción de to\ ti/ h(=n eni)=a. La
su substancia primera" (Met., Z 7, partir de Aristóteles han afirmado que cuestión de vocabulario siguió siendo,
1032 b 1-2). Este último pasaje pa- la esencia se predica solamente de no obstante, harto complicada, por
rece poco claro, pues la esencia apa- universales ( VÉASE). Sin embargo, ello cuanto se empleó asimismo hipóstasis
rece como "substancia primera". Pero no resulta completamente satisfacto- ( VÉASE) para designar la substancia
553
ESE ESE ESE
individual, en cuyo caso ou)si/a pudo sada en la definición no puede ser Entre la multitud de opiniones al
tratarse (o seguir tratándose) como simplemente la forma, pues entonces respecto destacan algunas fundamen-
equivalente de essentía. Por otro lado, no habría posibilidad de distinguir tales. Nos hemos referido a las dos
el término essentia se relacionó estre- entre un ser natural y un ser "ideal". principales en el artículo Existencia
chamente con el término esse. Así, en Por tanto, en la definición de un ob- (VÉASE): la opinión según la cual hay
San Agustín, para quien "esencia se jeto natural entre la materia como distinción real, y la opinión según la
dice de aquello que es ser (ab eo una parte de la esencia, pero no en el cual no hay distinción real. Hemos
quod est esse dicta est essentía), co- sentido de que la definición sea en- aludido asimismo en dicho artículo a
mo sapientia viene de sapere, y scien- tonces la mera expresión de una rela- varios modos de distinción cuando no
tia de scire. Las demás cosas que se ción entre la materia y la forma, o se afirma la distinción real. Comple-
llaman esencias o substancias impli- una entidad sobrepuesta a ambas. "El taremos y aclararemos aquí estas opi-
can accidentes que causan en ellas existir de la substancia compuesta niones y nos referiremos, además, a
algún cambio" (De Trin., V, ii, 3), —escribe Santo Tomás— no es sólo otros puntos estrechamente relaciona-
Con ello se afirma que Dios es subs- el existir de la forma, ni sólo el existir dos con ellas.
tancia o, si este nombre le conviene de la materia, sino de su compuesto. Santo Tomás y los autores influidos
mejor, essentia. En cuanto carácter La esencia, por otra parte, es aquello por él afirman que hay distinción real
fundamental del ser, la esencia corres- según lo cual se dice que la realidad entre la esencia y la existencia en los
ponde aquí sólo a Dios. Desde luego, existe. Por eso conviene que la esen- entes creados, pero ello no significa
la derivación de essentia (de esse) se cia, por la cual la realidad se llama sostener que la existencia sea un mero
refiere aquí al esse como ser ("divi- ente, no sea tan sólo la forma ni tan accidente agregado a la esencia. Pue-
dido" en las diez categorías) y no a sólo la materia, sino ambas, aun cuan- de ser una causa eficiente trascendente
la cópula en la oración. La essentia do tan sólo la forma sea, a su manera, a la esencia y, por tanto, algo muy
fue llamada también (especialmente la causa de su ser" (op. cit., II). distinto de un aggregatum. Con ello
desde Boecio ) forma y natura. Es for- De todo lo anterior parece resultar se oponía Santo Tomás a la teoría
ma, por cuanto constituye el ser; es clara sólo una cosa: que es muy difí- aviceniana.
natura, en cuanto puede ser objeto cil saber de qué se trata cuando se Según ésta, la existencia se agrega
del intelecto — y es, por tanto, obje- dice 'esencia'. El asunto se aclara un a la esencia (o, si se quiere, el esse
to de definición. tanto, sin embargo, cuando se consi- se agrega a la quidditas). La esencia
Completemos estas precisiones de dera en los escolásticos medievales (o es la pura realidad de la cosa, inde-
vocabulario. Al referirse a la noción en gran número de ellos) el modo pendientemente de las determinacio-
de persona ( VÉASE), Ricardo de San como se entiende la esencia en rela- nes lógicas del pensamiento de la co-
Victor indicaba que podía preguntarse ción con la existencia. sa. La esencia de una cosa es, pues,
qué persona es o de dónde procede su Por lo pronto, es común considerar la cosa en cuanto tal y nada más. "Así
ser. La primera pregunta concierne a este problema con respecto a la "di- —ha escrito Avicena— la existencia
la esencia; la segunda, a la existencia. ferencia" entre Dios y las cosas crea- es un atributo que pertenece a las co-
El ex-sistere es la manifestación del das. La tradición vigente todavía en sas que poseen diversas esencias y le
origen, ex, de la cosa que es (De Trin., San Anselmo afirmaba que Dios es es dada como un predicado extrínseco
IV, ii, 12). Según Santo Tomás, la propiamente esencia. En la esencia a la constitución de sus esencias, como
esencia se dice de aquello por lo cual divina (increada, creadora) su ser, su lo blanco y lo negro, que no varían a
y en lo cual la cosa tiene el ser: esse, es su existir. La esencia divina y pesar de la variedad de sus sujetos de
essentia dicitur secundum quod per la existencia divina son lo mismo. Esto inhesión" (Avicena, Sobre metafísica
eam et in ea res habet esse (De ente es para San Anselmo y los autores [Antología, trad. y notas de M. Cruz
et essentia, I). Todas estas definicio- "anselmianos" no sólo una verdad per Hernández], 1950, pág. 65).
nes de essentia parecen ser primaria- se, sino también una verdad quoad Los escolásticos cristianos más o
mente "metafísicas". Pueden, sin em- nos; de ahí el argumento anselmiano menos "avicenianos" estiman que este
bargo, "doblarse" mediante una ca- (véase ONTOLÓGICA [PRUEBA] ). Para modo de considerar la esencia es el
racterización lógica". En efecto, la Santo Tomás sigue siendo una verdad modo propiamente metafísico. La
esencia puede ser concebida como algo per se, pero no quoad nos; de ahí el esencia debe ser tomada en sí misma
que "constituye" la cosa; la esencia rechazo de tal argumento. Pero, ade- y no en la cosa o en el intelecto. En
responde a la pregunta quid est ens. más, aunque sigue considerándose que la cosa, la esencia es aquello por lo
Pero este "algo" se expresa definito- Dios es esse no se admite que sólo cual la cosa es. En el intelecto, es
riamente indicando mediante qué tér- Dios sea propiamente esencia. La aquello que es mediante definición;
minos se define esencialmente la cosa. esencia conviene por analogía ( VÉASE) en sí misma, la esencia es lo que es.
Estos términos pueden expresar, se- de atribución per prius a Dios. Pero Así afirma Duns Escoto cuando esti-
gún indica Santo Tomás, la forma, la conviene también, aunque per poste- ma que la esencia puede ser conside-
quiddidad o la naturaleza. La cosa rius, a las criaturas. Y es en éstas don- rada en sí misma (estado metafísico),
misma —res ipsa— es lo único a lo de se plantea el problema del modo en lo real singular (estado físico o
que cabe llamar quiddidad, en tanto como la esencia se relaciona con la real) o en el pensamiento (estado ló-
que la forma es la realidad recibida existencia, es decir, el problema de gico). Metafísicamente considerada, la
en un individuo, y la naturaleza es el qué tipo de distinción (VÉASE) debe esencia se distingue de la existencia
principio de la acción. Así, entre las admitirse en los entes creados entre sólo por una distinción formal.
substancias naturales la esencia expre- esencia y existencia. Alejandro de Hales no admitió una
554
ESE ESE ESE
distinción real entre esencia y existen- Se ve, pues, que la cuestión de la males de la esencia) y abstractas (o
cia, sino sólo distinción de razón esencia fue debatida en el pensamien- "lógicas" en sentido amplio, incluyen-
— opinión que siguió luego Suárez to antiguo y medieval, y especialmente do formales, objetivas, conceptivas,
(véase infra). en este último, muy frecuentemente y etc.).
Enrique de Gante (VÉASE ) abogó con singular detalle. Para resolver Algunos de los problemas antes re-
por una distinción intencional. Esta los problemas planteados por la cues- señados pasaron a la filosofía moder-
teoría está fundada en una concep- tión de la esencia se adoptaron varios na. Desde luego, los grandes escolásti-
ción del ser de la esencia en cuanto puntos de vista; por ejemplo, lógico y cos modernos se ocuparon de la cues-
tal. metafísico, y con frecuencia una com- tión de la esencia siguiendo por lo
Averroes tendió a no admitir ningu- binación de ambos. Se consideró la general alguna de las grandes "vías"
na distinción. Similarmente, Guillermo esencia por lo menos en los tres modos medievales (por ejemplo, tomista, es-
de Occam afirmó que la esencia y la ya citados: en la cosa, en el concepto cotista, occamista), pero aportando
existencia no son dos realidades dis- y en sí misma. Dentro del concepto se precisiones que no se encuentran siem-
tintas: tanto en Dios como en la cria- consideró u objetivamente ( en la con- pre en los escolásticos medievales. Así,
tura no se distinguen entre sí la esen- cepción ) o formalmente ( en lo conce- por ejemplo, de las tres sentencias
cia y la existencia más de lo que cada bido). Se distinguió entre esencia y fundamentales que Suárez examina
una difiere de sí misma. 'Esencia' y existencia de diversos modos, y tam- con detalle en su Disputatio XXXI
'existencia' son dos términos que sig- bien de diversos modos se afirmó que acerca de la distinción entre esencia
nifican la misma cosa, pero una la sig- esencia y existencia son la misma cosa. y existencia —sentencia tomista: dis-
nifica al modo de un verbo, y la otra Se discutió la cuestión de la aptitud tinción real; escotista: distinción for-
al modo de un nombre. de las esencias para la existencia, di- mal; de Alejandro de Hales: distin-
Las opiniones al respecto estaban lucidándose los modos como intrínseca ción de razón—, Suárez se inclina por
ligadas casi siempre a otras doctrinas, o extrínsecamente existe o puede la última. El argumento que ofrece
entre ellas las elaboradas con respecto existir tal aptitud. Se consideró la para abonar su opinión es que la exis-
a dos puntos: a la naturaleza de las esencia como forma, o como quiddi- tencia no puede considerarse como
esencias posibles (o de "los posibles") dad, o como naturaleza. Se estudió si realmente distinta de la esencia, ya
y al modo como se concebía la "rela- la esencia es o no una "parte" (parte que de lo contrario tendríamos en la
ción" entre Dios y los entes creados, constitutiva o no) de la cosa real junto cosa un modo de ser que no le perte-
y en particular el hombre. a la existencia, y qué distinción cabe nece por su propia naturaleza. Una
Ciertos autores han afirmado que entonces admitir entre ambas "partes". distinción real es admisible para Suá-
las esencias posibles tienen una apti- Se debatió en qué consiste el ser de la rez si de lo que es trata es de la dife-
tud intrínseca para la existencia. Otros esencia (esse essentiae) y el ser de la rencia entre ser potencial y ser actual.
han sostenido que tienen una mera existencia (esse existentiae) y de qué Pero tratándose de una esencia actual
aptitud extrínseca. Si se supone lo pri- maneras un esse incluye, o puede y de una existencia actual sólo puede
mero se concluye que las esencias no incluir, ambas; admitir la primera sin haber distinción de razón, si bien con
dependen de una decisión divina "ar- admitir la segunda; admitir la primera fundamento en la cosa — distinctio
bitraria" — lo que, dicho sea de paso, una vez dada la segunda; admitir am- rationis cum fundamento in re.
no requiere limitar el poder de Dios, bas (bien que no necesariamente) pa- Parte considerable de la discusión
sino entender de un cierto modo la ra constituir un ens ratum (véase sobre las esencias en la filosofía mo-
idea de potentia divina. Si se supo- ENS). Se dilucidó la naturaleza de las derna, especialmente entre los grandes
ne lo segundo, se concluye que el ser "esencias posibles" y su aptitud in- filósofos del siglo XVII, giró en
mismo de las esencias depende de la trínseca o extrínseca, distinguiéndose torno a la naturaleza de las esencias.
voluntad o decisión de Dios. Los to- con frecuencia entre esencia posible y Nos hemos referido ya (Cfr. supra) a
mistas (y luego Leibniz) tienden a esencia a secas, pues de lo contrario dos opiniones de filósofos modernos
la primera opinión. Los escotistas (y habría que admitir que la esencia es sobre el asunto — siguiendo, por lo
luego Descartes) tienden a la se- identificable con la posibilidad —y la demás, posiciones ya defendidas por
gunda. existencia con la actualidad—, lo que autores escolásticos. Hemos tratado
En lo que toca a la citada "rela- muchos autores han rechazado. asimismo esta cuestión en el artículo
ción" entre Dios y los entes creados, Algunas de las cuestiones plantea- Posibilidad (v. ). La cuestión de
algunos autores han sostenido que un das pueden aclararse mediante ade- referencia estuvo ligada en parte a la
ser cuya esencia no sea existir no tie- cuada cualificación del vocablo 'esen- de la "relación" entre la esencia y la
ne de qué existir. De ahí que haya cia'. Así, se ha hablado no sólo de existencia. Esta relación fue
que suponerlo directamente depen- esencia divina o infinita y esencia concebida por Spinoza como
diente de Dios. Otros afirman que un creada o finita, sino también (dentro inmediata: "Pertenece a la esencia de
ente creado tiene de qué existir si se de esta última) de varios tipos de alguna cosa aquello que, siendo dado,
lo considera en su esencia; ésta no im- esencia: absoluta, actual, concreta, in- pone necesariamente la cosa y que, no
plica, y menos aun implica necesaria- dividual, metafísica, meramente posi- siendo dado, la destruye
mente la existencia, pero ello es por- ble. Las esencias finitas pueden clasi- necesariamente, o aquello sin lo cual
que no es menester adherirse a la tesis ficarse en individuales, específicas y la cosa no puede ser ni ser concebida y
de que hay primero una distinción meramente posibles. Las esencias es- que, viceversa, no puede sin la cosa ser
real para luego ver cómo la existen- pecíficas pueden clasificarse en esen- ni ser concebido" ( Eth., II, def. ii).
cia se une a la esencia. cias totales, parciales (o partes for- Esta concepción de la esencia ha
555 sido calificada a menudo
ESE ESE ESE
de "realista" — en el sentido ontológi- (Logik, I, libro II). En el verbo 'ser' del de las cosas y de los procesos men-
co de 'realista'. Autores como Hob- (Sein) la lengua alemana ha conserva- tales (Meinong, Husserl, etc.).
bes y, en general, los filósofos de ten- do el término 'esencia' (Wesen) en el Para Louis Lavelle (De l'Acte
dencia nominalista y terminista han pasado de dicho verbo (ge-wesen), [1937], Cap. VI, artículos 1-3) la
considerado la esencia como un tér- pues la esencia es el pasado, pero el esencia y la existencia se hallan com-
mino mediante el cual se nombra algo pasado intemporal ( loc. cit. ). La esen- prendidas en el Ser, el cual es su uni-
—generalmente, una clase— o se pre- cia no aparece como algo negativo dad (no su síntesis) y precede a am-
dica algo de algo — generalmente, (ya que entonces seria "exterior"), sino bas. La disociación de la esencia y la
uno de los llamados "predicados esen- como el movimiento propio, infinito, existencia se lleva a cabo mediante "el
ciales". Leibniz insistió mucho en la del ser. La esencia es el ser en y para Acto", el cual procede a reunirlas: "lo
idea de que hay una exigentia existen- sí mismo ( An-und-Fürsich-ein ) o sea propio del Acto es disociar [la esencia
tiae inherente a cada esencia: toda el ser en sí absoluto (absolûtes An- y la existencia] para unirlas". Lavelle
esencia, afirma repetidamente, tiende sichsein). La esencia es el lugar inter- indica que hay que "invertir la rela-
por sí misma a la existencia, viéndose mediario entre el ser y el concepto; ción clásica entre esencia y existen-
limitada en su "pretensión a existir" "su movimiento se efectúa del ser al cia" cuando se trata de seres libres;
por el principio de composibilidad concepto", con lo cual se tiene la tría- en efecto "la existencia es, si se quie-
(VÉASE). Las esencias son concebidas da: Ser, Esencia, Concepto. A la vez, re, esta aptitud real y hasta actual que
por Leibniz casi siempre como "posi- la esencia se desarrolla dialécticamen- poseo de darme a mí mismo mi esen-
bles" que poseen un conatus que las te en tres fases: primero, aparece en cia por un acto cuya realización de-
lleva a realizarse siempre que se ha- sí o como reflexión y es esencia simple pende de mí".
llen fundadas en un ser necesario exis- en sí (ansichseiendes Wesen); segun- Las dos más completas y complejas
tente (véase, entre otras referencias a do, aparece como esencia que emerge doctrinas de la esencia en la época ac-
esta cuestión en Leibniz la edición de a la existencia (heraustretend in das tual son las desarrolladas por Husserl
escritos de Gerhardt, I, 331; III, 573; Dasein); tercero, se revela como esen- y los fenomenólogos, y por Xavier
VI, 616; VII, 303-5, 310, y el texto cia que forma una unidad con su Zubiri.
más conocido [de Mon. § 54], 290-1). aparición (Erscheinung). Esta últi- A las esencias en el sentido de la
La razón de esta propensio ad existen- ma fase de la esencia, antes de pa- fenomenología nos hemos referido en
dum se halla para Leibniz en el prin- sar al concepto, es llamada por Hegel el artículo sobre este movimiento y en
cipio de razón suficiente. "Decir que "realidad" ["actualidad"] Wirklich- varios otros de la obra presente (por
ciertas esencias tienen una inclinación keit). ejemplo: ATENCIÓN, EIDÉTICA, EVI-
a existir y otras no, es decir algo sin Importante fue en el siglo XIX la DENCIA, HUSSERL [EDMUND], INTUI -
razón, pues la existencia parece estar detallada doctrina de Rosmini sobre la CI ÓN , IN T EN C I ÓN ..., RE D U CCI ÓN ).
umversalmente relacionada con cada esencia. Según dicho autor, la esencia Nos limitaremos aquí a algunas indi-
esencia del mismo modo." "Si no hu- es "lo que se comprende en cualquier caciones acerca del carácter de las
biese alguna inclinación inherente a la idea" (Nuovo Saggio, ed. E. Castelli, esencias obtenidas por medio de la
naturaleza de la esencia a existir, nada § 647 y sigs.), de modo que la idea intuición esencial fenomenológica
existiría." Por eso también puede de- es, en rigor, la cosa en cuanto es me- —hecha posible primero por la epojé
cirse que "el Ser más Perfecto es el ramente pensada por mí como posible. (VÉASE) y luego por la reducción (v.)
que contiene más esencia" — una Pero si bien las esencias pueden ser eidética—, y acerca de la naturaleza
esencia, por lo demás, que equivale a —correspondiendo a las ideas— espe- de las llamadas "ciencias eidéticas" o
su existir, pues no se entendería el ser cíficas y genéricas, hay una esencia "ciencias de esencias".
perfecto si no existiera. que corresponde a la idea universalí- Las esencias no son para la fenome-
Ha sido corriente en la época mo- sima de ser, y esta esencia universalí- nología realidades propiamente meta-
derna distinguir entre esencia nomi- sima es, como esencia pura y simple, físicas. Pero no son tampoco concep-
nal y esencia real: la primera es la ex- el ser mismo. tos (sea formales, sea objetivos),
presión que predica algo de algo; la Para Santayana (Cfr. The Realm of operaciones mentales, etc., etc. Son
segunda es la verdadera (o supuesta- Essence [1927]), hay un "reino de "unidades ideales de significación"
mente verdadera) realidad intrínseca esencias" que abarca cuanto puede ser —o "significaciones"— que se dan a
(y a veces declarada incognoscible) de aprehendido (pensado, concebido, la conciencia intencional cuando ésta
una cosa. Aunque en ocasiones se es- imaginado, etc.). Este reino es, como procede a describir pulcramente lo da-
tima que la "verdadera esencia" es la el de las esencias platónicas, intempo- do. Las esencias en sentido fenome-
esencia real y no la nominal, se con- ral. Pero, a diferencia de las ideas pla- nológico son intemporales y aprióricas.
cluye a menudo que la primera es tónicas, las ideas en el sentido de Se distinguen, pues, de los hechos,
enunciable sólo por medio de la se- Santayana no han sido hipostasiadas que son temporales y aposterióricos
gunda, la cual puede ser o una expre- (véase HIPÓSTASIS). Puede decirse que — si bien Scheler ha hablado de "he-
sión o un proceso mental o un con- las esencias en Santayana equivalen a chos fenomenológicos" (véase HE -
cepto formal. "significaciones" y que, por tanto, su CHO). Las esencias en las fenomeno-
La noción de esencia desempeña un doctrina al respecto se asemeja en al- logía son asimismo universales y hasta
papel capital en la filosofía de Hegel. gunos puntos a la de Husserl (Cfr. son a veces descritas como "universa-
Según este autor, el absoluto aparece infra) y, en general, a la de todos los lidades". Sin embargo, en vez de ser
primero como ser y luego como esen- autores que han hablado, o dado por "abstractos" son "concretos". En vista
cia. "La esencia es la verdad del ser" supuesto, un "tercer reino" distinto de esto, han recibido en ocasiones el
556
ESE ESE ESE
nombre de "universales concretos" esencia como concepto objetivo [Leib- unidades comunes abstractas. La di-
— en un sentido distinto del de He- niz y otros autores]; la esencia como ferencia en cuestión es "una diferen-
gel, aunque, según algunos autores, correlato real de la definición [Aristó- cia dentro del mismo ejemplar numé-
no necesariamente opuesto al de He- teles principalmente]) son satisfacto- rico entre su esencia constitutiva y ese
gel. Las esencias no poseen realidades rias, aunque cada una de ellas enuncia su momento físico de quiddidad" que
o existencia, sino idealidad. algo meritorio, aprovechable y, desde es la "esencia quidditativa" (pág. 222).
Las esencias de que hablamos pue- luego, importante sobre la esencia. Por otro lado, las esencias quidditati-
den ser formales y materiales. Las pri- Para llegar a una doctrina satisfactoria vas son, desde el punto de vista de la
meras son esencias que no tienen con- de la esencia hay que recorrer un largo esencia física, momentos de las esen-
tenido y que valen para todos los camino que comienza con una cias constitutivas (pág. 225). Por eso
objetos tanto ideales como reales. Su acotación provisional. En ésta aparece "toda esencia constitutiva es entitativa
estudio pertenece a las disciplinas for- la esencia bajo cinco respectos: como y formalmente individual", de modo
mal-ontológicas. Las segundas son "momento de una cosa real'; como que "las diferencias individuales son
esencias con contenido limitado, refe- "unidad primaria de sus notas"; como siempre esenciales" (pág. 247). Queda
rido a una esfera y válida solamente "unidad intrínseca a la cosa misma"; así confirmado que la esencia es "un
para esta esfera. Su estudio compete como unidad en tanto que "principio momento fundante de la substantivi-
a las ontologías regionales. A las esen- en que se fundan las demás notas dad" (págs. 264 y sigs.).
cias materiales corresponden verdades (necesarias o no) de la cosa"; como la No siendo la esencia definición —ni
esenciales "sintéticas", que no deben verdad de la cosa o "verdad de la rea- correlato real de definición—, debe
ser entendidas como particularizacio- lidad" (Sobre la esencia [1962], pág. buscarse otro modo de "decir la esen-
nes de las verdades formal-ontológi- 98). Para ver lo que cada uno de tales cia" que el proceso definitorio. Este
cas, sino como verdades regionales. La respectos significa hay que proceder: modo es "la proposición esencial", la
diferencia entre esencias formales y primero, a acotar "el ámbito de lo cual es distinta tanto de la definición
materiales no se funda en su naturale- esenciable" o de "las cosas esencia- metafísica como de la definición físi-
za sino en el radio de su aplicación. bles"; segundo, indicar cuáles son "las ca. El lenguaje en el cual se expresa
Las ciencias de esencias o ciencias cosas esenciadas"; tercero, determinar la esencia es "el estado constructo"
eidéticas se distinguen de las ciencias en qué consiste formalmente la "esen- donde se indican las notas esenciales
de hechos o ciencias fácticas en que cia" de estas cosas ( op. cit., pág. 83 ). como "notas-de" en tanto que funda-
no se fundan en la experiencia. Por El ámbito de lo esenciable son las co- das en la unidad que es el "en" — la
otro lado, las ciencias fácticas se fun- sas reales (no las "cosas-sentido" ni unidad esencial como momento abso-
dan en ciencias eidéticas. Husserl ha las puras significaciones). El ámbito luto "en las notas" esenciales.
hablado de ciencias eidéticas puras, de lo esenciado es la realidad simpli- La esencia puede ser considerada
como la lógica pura, la matemática citer o "la realidad verdadera". (Cfr. supra) como aquello por lo cual
pura, la teoria pura del tiempo, del Según Zubiri, la función de la esen- la realidad es tal cual es (la talidad)
espacio, del movimiento. En estas cia no es especificar la realidad, sino y como aquello por lo cual la realidad
ciencias "ninguna experiencia como estructurarla (pág. 211). La esencia no es real (la trascendentalidad). La ta-
tal experiencia, es decir, como reali- es una realidad dentro de la cosa, sino lidad es la manera de estar construida
dad, como conciencia que aprehende que es la cosa misma en cuanto es tal la cosa real como "tal". La trascen-
una existencia, puede emprender la cosa y en cuanto es real. La esencia dentalidad es el modo como la cosa
función de la fundamentación". O, si se halla en realidades substantivas es "de suyo", de suerte que "esencia
se quiere, "toda ciencia de hechos o (véase SUBSTANTIVO), de modo que la es absolutamente idéntico a realidad"
ciencia de experiencia tiene funda- realidad esenciada es la realidad subs- (pág. 458). El examen de la esencia
mentos esenciales teóricos en las on- tantiva. La esencia es un momento resulta ser con ello el examen del
tologías eidéticas" (Ideen, § 9). físico de la cosa: "un momento de la principio estructural de la realidad.
Tan difícil como exponer sumaria- realidad substantiva en cuanto tal" Sobre el problema de la esencia,
mente la doctrina fenomenológica de (pág. 188). La esencia es un momento el conocimiento de las esencias, la
las esencias es presentar en pocas pa- último de la substantividad. Posee un relación entre esencia y existencia,
labras la doctrina de Zubiri sobre la carácter entitativo individual y no es etc.: Jean Hering, "Bemerkungen
esencia. Nos hemos referido a esta un "momento lógico". Como la reali- über das Wesen, die Wesenheit und
doctrina —que es una de las partes dad substantiva es "un sistema de no- die Idee", Jahrbuch für Philosophie
tas constitucionales", averiguar cuáles und phanomenologische Forschung,
fundamentales, si no la parte funda- IV (1921), 495-593. — Román In-
mental, de la "filosofía primera", de son las notas esenciales equivale a ave- garden, "Essentiale Fragen. Ein Bei-
dicho autor— en varios artículos de riguar cuál es el momento esencial del trag zum Problem des Wesens", Jahr-
esta obra (Cfr. entre otros, SUBSTAN - sistema de tales notas. En suma, la buch, etc., VII (1925), 125-304. —
VO, ZUBIRI [XAVIER]). Nos limitaremos esencia es esencia de la substantivi- Maximilian Beck, Wesen und Wert,
aquí a algunas indicaciones. dad, y no de la substancia. 2 vols., 1925. — W. Poli, Wesen und
Zubiri señala que ninguna de las Puede hablarse, según Zubiri, de Wesenserkenntnis, 1936. — Etienne
teorías fundamentales sobre la esencia esencias constitutivas y esencias quid- Gilson, L'Être et l'Essence, 1948, nue-
ditativas, pero la diferencia entre ellas va ed., 1962 (trad. esp.: El ser y la
(la esencia como sentido o lo que he- esencia, 1951). — Stanislas Breton,
mos llamado "unidad ideal de signifi- no es que las primeras sean unidades Essence et Existence, 1962 [Initiation
cación" [Husserl; Cfr. supra]); la esen- comunes abstractas y las segundas philosophique, 53]. — Algunas de las
cia como concepto formal [Hegel]; la sean realizaciones numéricas de tales obras de los autores a los cuales nos
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ESE ESF
tencia a la esencia. En otros términos, el vocablo 'esencialismo' designaría
el vocablo 'esencialismo' se ha usado una doctrina completamente distinta
como contrapuesto al término 'exis- de los esencialismos o semi-esencialis-
tencialismo' (VÉASE). Ejemplo de mos antes referidos. Que la "realidad
esencialismo en este sentido es la fi- esenciada" sea la "realidad substanti-
losofía de Louis Lavelle ( VÉASE ). va" no autoriza a hablar de un esen-
También se considera como ejemplo cialismo. La función estructurante de
de esencialismo la filosofía de Geor- la esencia consiste en darle a la reali-
ges Gusdorf. Sin embargo, este esen- dad "constitución". Pero ello es por-
cialismo sostiene que lo que precede que la realidad no se "reduce" a
a la existencia y la determina es la esencia (como ocurriría con el "esen-
"esencia individual". Por esta razón cialismo"), sino que se constituye
el esencialismo de Lavelle y Gusford "esencialmente".
ha sido llamado por Paul Foulquié En un cierto sentido (y con mu-
(véase obra infra) "existencialismo chas reservas) puede calificarse de
esencialista". esencialista a la filosofía —o una parte
De un modo más general puede de la filosofía— de Husserl. Ello, sin
llamarse "esencialista" a la filosofía embargo, se debe simplemente a que
de Platón por cuanto hace de las en dicho autor la función de la
esencias (como "Ideas" o "Formas") conciencia intencional es la aprehen-
las "verdaderas realidades" o, si se sión de las esencias como significa-
quiere, las "verdaderas existencias". ciones y, en último término, la apre-
Puesto que para San Agustín la hensión de la esencia de la conciencia.
essentia es equiparada con "lo que Dada la tendencia de Husserl al
existe", algunos autores tienden a in- "idealismo" es justificado, empero, no
terpretar la filosofía de San Agustín insistir demasiado en su "esencialis-
—o por lo menos su teología— como mo". En todo caso, semejante esen-
"esencialista", pero consideramos aquí cialismo tiene un signo distinto de los
este término como poco apropiado. usuales; mejor sería llamarlo "eide-
Puede hablarse (con reservas) de tismo".
un "esencialismo" en Ricardo de San Véase Paul Foulquié, L'Existentia-
Victor, en la medida por lo menos en lisme, 1947, págs. 115-25 (trad. esp.
que su definición de la existencia El existencialismo, 1948). — F. Me-
yer, Essentialism, 1950. — Miguel
( VÉASE) se funda en la idea de esen- Oromí, O. F. M., Introducción a la
cia; en efecto, en el sistere del ex- filosofía esencialista, 1961 (Sophia
sistere, se halla la esencia de donde [Madrid], 10). — Para el "esencia-
procede el ser. lismo" medieval véase E. Gilson,
Se ha hablado en todo caso (Gil- L'Être et l'Essence, 1948, nueva ed.,
son ) de un "esencialismo" de Avicena 1962 (trad. esp.: El ser y la esencia,
y del avicenismo por cuanto según 1951). — Para la doctrina de Zubiri
véase Sobre la esencia, 1962, passim.
Avicena la existencia es un accidente — La contraposición entre "hechos" y
de la esencia. Es más discutible que "essencias" y entre "ciencias fácticas '
pueda hablarse de un esencialismo en y "ciencias eidéticas" es estudiada
ESENCIA Y EXISTENCIA (DIS- Duns Escoto. Sin duda que para este por casi todos los que han tratado
TINCIÓN ENTRE). Véase ESENCIA, autor la esencia es la realidad de lo del pensamiento de Husserl ( VÉASE )
EXISTENCIA. inteligible y que la metafísica es una y de la fenomenología (VÉASE); remi-
ESENCIALISMO. Este término ha ciencia de las esencias como realida- timos especialmente a Theodor Celms,
des inteligibles. Sin embargo, aunque Der phänomenologische Idealismos
sido forjado para designar las doctri- Husserls, 1928 (trad. esp.: El idea-
nas filosóficas (más específicamente, las esencias posean entidad, no pue- lismo fenomenológico de Husserl,
doctrinas metafísicas y ontológicas) de decirse de ellas propiamente que 1931, Cap. I.)
en las cuales se afirma que la esencia son. ESFERA. Lo que puede llamarse
prima sobre la existencia, o que la Puesto que Xavier Zubiri ha trata- "metáfora de la esfera" (y metáforas
esencia es previa a la existencia, o do amplia y sistemáticamente de la similares, como la "metáfora de la cir-
que la existencia se resuelve en esen- esencia como "momento último de la cunferencia" y la "metáfora del círcu-
cia o se reduce a esencia. sustantividad" (véase ESENCIA), y ha lo") ha sido frecuente en la literatura
El vocablo 'esencialismo' se ha apli- considerado a la esencia entitativa- filosófica. Aparte la tradición orien-
cado sobre todo a las doctrinas que mente, puede preguntarse si su pen- tal, a la cual nos referimos al final
han sostenido el citado primado de la samiento debería ser calificado de del presente artículo, puede decirse
esencia frente a las doctrinas que sos- "esencialista". Creemos que la res- que ya desde los presocráticos, y muy
tienen, o se supone que sostienen, el puesta es negativa a menos que se en particular desde los pitagóricos, la
primado de la existencia sobre la precise con detalle lo que Zubiri en- esfera fue considerada como la más
esencia o la anterioridad de la exis- tiende por 'esencia'. Pero en tal caso
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ESF ESF ESF
perfecta de las figuras; resultaba, de lo perfecto, de lo pleno, resulta Media. Dietrich Mahnke, que ha in-
pues, casi inevitable referirse a ella predominante. Aparece asimismo en vestigado exhaustivamente este pro-
cada vez que quería darse la imagen muchos autores árabes y en varios blema en su libro Unendliche Sphäre
de la plenitud. El ejemplo más cono- escolásticos medievales. und Allmittelpunkt (1937; reimp.,
cido es el de Parménides cuando En el uso hecho de tal imagen me- 1963) indica que desde sus orígenes
concibió el ser como perfecto en to- rece destacarse la comparación de en los himnos órficos hasta la mística
das sus "partes", comparable a una Dios con una esfera (también con matemática de von Hardenberg (No-
bien redondeada esfera: tetelesme/non un círculo) infinita cuyo centro está valis), con su idea de la Sphäroidik o
e)sti/ pa/ntoqen, eu)ku/klou sfai/rhj en todas partes y cuya circunferencia de las esferas místicas, la metáfora de
e)nali/g-kion o)/gkwi ( Diels-Kranz, Β. 8, no se halla en parte alguna. La com- la esfera y en muchos casos la compa-
42-43), sin que pueda determinarse si paración se halla en el Corpus Her- ración citada de la divinidad con una
esta famosa esfera parmenídea es meticum o, mejor dicho, en el Liber esfera infinita sin centro aparece prác-
concebida como una realidad XXXIV Philosophorumm (ed. Clemens ticamente en todas las manifestacio-
material, o bien si el nombre Baeumker, Beiträge zur Geschichte nes de lo que llama la mística geomé-
sfai=roj es solamente una imagen der Philosophie des Mittelalters trica. Por lo tanto, además de los
que pretende describir el carácter [1928], págs. 207-14), un "libro autores citados y las corrientes referi-
completo y perfecto del ser único e pseudo-hermético" del siglo XII. La das, en los cabalistas en general, en
inmutable. Algunos autores suponen fórmula en que aparece y la más fre- muchos autores idealistas como Fich-
que Parménides fue llevado a esta cuentemente citada es: Deus est te, Schelling, Oken y muy especial-
concepción por el ejemplo de sphaera cujus centrum unique, cir- mente von Baader. Se halla también
Jenófanes, aun cuando resulta todavía cumferentia nusquam. Georges Poulet (lo que no menciona Mahnke) en la
dudoso ( como ya lo era en la (trabajo citado infra) hace observar detallada elaboración de la noción de
Antigüedad) que este último filósofo que esta definición de Dios debe con- esfera en la teoría de la luz ( VÉASE )
concibiera a Dios en forma esférica. siderarse en relación con otras 23 de- de Roberto Grosseteste. Según Geor-
Entre los que se declaran por la afir- finiciones de Dios, las cuales forman ges Poulet ("Le symbole du cercle
mativa (apoyándose en la "tradición un conjunto coherente. Son especial- infini dans la littérature et la philoso-
indirecta") se halla Olof Gigon en mente importantes las tres primeras phie", Revue de Métaphysique et de
su libro Der Ursprung der griechi- definiciones: (1) Deus est monas mo- Morale, Año LXIII [1959], 257-75,
schen Philosophie (1945, capítulo nadem gignens et in se reflectens recogido en el libro del mismo autor:
XXVIII); para Gigon es casi indu- suum ardorem (Dios es una mónada Les métamorphoses du cercle, 1961),
dable que Jenófanes vio la esfera engendradora de una mónada y refle- págs. 1-31, la imagen aquí estudiada,
como la forma que más se parece a jando en sí su propio ardor); (2) La o reflejos de la misma, se encuentra
la realidad divina y, por lo tanto, definición de Dios como esfera antes en Pedro Aureol (Commentarii in
que concibió a Dios esféricamente, mencionada; (3) Deus est totus in Primum Librum Sententiarum Pars
sfairoeidh/j. Otro ejemplo es el de Em- quolibet sut (Dios se halla entero en Prima, 1956), en Juan Gerson (Trac-
pédocles. Para este pensador, Dios es cualquier parte de sí mismo). La de- tatus super Magnificat), en Suso
una esfera por doquier igual a sí mis- finición de Dios como "esfera" (o (Vita) y, desde luego, en el Pseudo-
ma y por doquier sin límites —"rea- definición segunda en la serie menta- Dionisio (De div. nom., 5). También
lidad esferoide llena de alegre orgu- da) fue utilizada, entre otros autores, se halla, según Poulet, en el poeta es-
llo en su dominador reposo" (verti- por Alano de Lille. Santo Tomás la pañol Alonso de Bonilla (siglo XVII),
mos μονίηι por 'en reposo' y no, co- menciona en De ver., q. 2, a3 obj. 11 en Marsilio Ficino, Campanella, Bru-
mo Diels, por 'en soledad', siguiendo y ad. 11, así como en III Contra Gent., no, Ramus, Paracelso, Kepler, Boeh-
las indicaciones de Werner Jaeger en c. 17 y en In lib. de din. nom., c. 7, me, Kircher, Leibniz, los platónicos
su libro The Theology of the Early lect. Esta tradición se halla en el origen de Cambridge, los "poetas metafísi-
Greek Philosophers, 1947, capítulo de la célebre frase de Pascal: "La cos" ingleses y el místico español Juan
VIII)—: pa/ntoqen i)=soj kai\ pampan divinidad es una esfera cuyo centro se de los Angeles.
a)p-ei)rwn Sfai=roj kukloterh\j moni/hi halla dondequiera y la circunferencia Relacionada con la idea de la esfe-
peri-hge\i gai/wn (Diels-Kranz, Β. en ninguna parte" (Pensées, ed. ra —de la "esfera eterna"— y del
28); la esfera es, según Empédocles, la Brunschvicg, II, 72; c. M. de círculo —del "círculo infinito"— se
imagen del mundo cuando el Amor lo Gandillac, "La Sphère infinie de Pas- halla la idea del movimiento circular
penetra enteramente, la etapa final cal", Revue d'Histoire de la philoso- como el más perfecto de los movi-
que ha de volver necesariamente. phie et d'Histoire générale de la civi- mientos, idea que ocupa un lugar cen-
Pero los anteriores son sólo algunos lisation, XXXIII [1943], 32-45). tral en la cosmología aristotélica y en
de los ejemplos que pueden presen- Pascal la tomó probablemente de una la ontología clásica del movimiento.
tarse. De un modo o de otro aparece edición anotada de Montaigne, pero Cierto que ambas ideas se oponen en
la metáfora de la esfera en los pitagó- la idea se encuentra en muchos au- un punto capital: en la primera hay
ricos, en Platón (por ejemplo, en Tim., tores: en Leibniz, en Rabelais, en la noción de infinitud, mientras que
39 D), en Plotino (especialmente bajo Tauler, en Eckhart, en Nicolás de en la segunda se subraya la finitud.
la forma de las esferas espirituales, Cusa, en Kepler, en Weigel, en H. Sin embargo, pueden relacionarse en
sfai)ra nohth/), en los neoplatónicos y More, en F. M. van Helmont, en tanto que en ambas se aboga por una
neopitagóricos y, en general, en todas Böhme, en la mística cabalística del imagen de lo esférico y de lo circular
aquellas tendencias en las cuales la Renacimiento y de finales de la Edad como perfecto.
idea de lo completo, de lo acabado,

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ESO ESO ESP
La idea de la esfera es una de esas tius, quod in commentariis relique- etc. ) y que ello no hacía sino reiterar
ideas que persisten durante largo runt, non semper idem dicere uiden- lo que era ya común en la época de
tiempo, no sólo por transmitirse de tur, nec in summa tamen ipsa aut Platón y de Aristóteles. En cambio,
unos autores a otros, sino también uarietas est ulla apud hos quidem algunos autores (como, por ejemplo,
porque se le "ocurren", por así decirlo quos nomiuaui, aut inter ipsos dis- George Boas) han manifestado que
naturalmente, al espíritu humano cada sensio"), se califican de esotéricas ninguna de las razones anteriores
vez que intenta comprender lo in- ciertas doctrinas filosóficas que se dic- es suficiente para mantener el sen-
comprensible y, sobre todo, cada vez tan para la enseñanza interior de una tido de 'esotérico' como 'secreto' y
que intenta hallar en una representa- determinada escuela. Opuestas a ellas que la distinción entre 'esotérico' y
ción figurada la imagen de lo que es se hallan las doctrinas exotéricas, des- 'exotérico' debe entenderse únicamente
difícil, si no imposible, expresar en tinadas al público y generalmente en el sentido apuntado al comienzo de
palabras. Por tal razón la imagen de manifestadas por escrito. Por otro la- este artículo. Boas declara a tal
la esfera es propia en particular de las do, se califican de esotéricas ciertas efecto que los textos de Plutarco (Vit.
direcciones místicas, sin que ello sig- doctrinas que se suponen deben co- Alex., VII, 3), de Aulio Gelio (Noct.
nifique, como hemos podido advertir municarse solamente a los iniciados. Att., XX, v), de Temistio (Sobre la
por los autores citados, que se reduz- En tal caso, 'esotérico' significa 'oculto' Phys., 217 b 31), de Cicerón (De fi-
ca siempre a ellas. o 'secreto'. En muchas ocasiones, nibus, V, iv) y otros no permiten indu-
Hemos indicado que nos referi- además, la trasmisión de la doctrina cir sino la existencia de dos maneras
ríamos a la tradición oriental. Tam- va ligada a las prácticas rituales de un de manifestación filosófica: la del len-
bién en ella se encuentra, en efecto, culto y a la comunicación de doctrinas guaje popular, accesible al público,
la metáfora de la esfera o metáforas de índole profética o adivinatoria. y la del lenguaje filosófico técnico,
relacionadas con ella. Un ejemplo es Ahora bien, se ha discutido mucho en mejor fundamentado que el anterior,
la metáfora taoísta de la rueda cós- qué sentido debe entenderse el término pero no más secreto. El sentido de
mica cuyos movimientos debe seguir, 'esotérico' cuando se aplica a varios fi- 'esotérico' en las antiguas escuelas
sin inmutarse, el Sabio, pues sola- lósofos y escuelas filosóficas griegos. filosóficas griegas es, pues, obje-
mente así será completamente libre, Algunos autores, apoyándose en tes- to de debates, que alcanzan inclu-
lo que significa que será uno con el timonios antiguos (Diógenes Laercio, sive a la famosa Carta VII (341 C-E),
Todo. El Sabio, dice Chuang-tse en Clemente de Alejandría), mantienen de Platón, donde el filósofo se re-
el Nan-Hoa-Chen-King, debe situarse la opinión de que por lo menos doc- fiere a la dificultad y hasta impo-
frente a la realidad como si ocupara trinas como las de los pitagóricos y sibilidad de comunicación de ciertas
el centro de una circunferencia, con las de Platón tienen una parte esoté- doctrinas.
el fin de abarcar con una mirada la rica en el sentido de lo secreto y En un sentido general, el término
totalidad de lo real. Desde tal oculto. Otros van más lejos y man- 'esotérico' ha venido a tener casi en-
centro, en efecto, cuanto los hombres tienen que la conocida distinción de teramente la significación de 'secreto',
comunes distinguen aparece religado los escritos de Aristóteles entre es- Oculto', 'apto solamente para los ini-
y unido; las oposiciones se desvanecen critos esotéricos (o también acroamá- ciados'. Se ha formado a base de
y los estados sucesivos de la realidad ticos), tales como los que constan en ello el vocablo 'esoterismo', que sig-
no son más que fases de ella. El los libros de la filosofía primera o nifica no solamente una cierta clase
centro de la Gran Circunferencia, metafísica, y escritos exotéricos o co- o forma de saber, sino una cierta
que es a la vez el centro de la Gran munes, tales como los que constan actitud frente al propio saber, pues
Rueda Cósmica, es el lugar donde en el Organon, coincide con la dis- supone la distinción entre un saber
se encuentra la Norma. En torno a tinción entre lo oculto y lo público. vulgar, popular, superficial y poco
ella gira todo o, mejor dicho, ella Los fundamentos de esta opinión son adentrado en la verdadera naturale-
es el Todo. Podemos, pues, diversos. Unos son de carácter textual za de lo real, y un saber auténtico,
equiparar estas metáforas taoís-tas con y se apoyan en los varios pasajes del único que se reserva para el elegido,
la metáfora occidental de la esfera propio Aristóteles (por ejemplo: Eth. el sabio, el adivino, el profeta. La
infinita aun sin olvidar que los Nic., I, 13, 1102 a 26; Met., Ν 1, trasmisión de este saber auténtico es
supuestos que han impulsado a cada 1076 a 28; Pol, III, 6, 1278 b 31), considerada por los partidarios del
una de las grandes culturas a inventar donde el filósofo emplea expresiones esoterismo como algo perjudicial, tan-
y a usar semejantes imágenes son tales como u(po\ tw=n e=cwt erikw= ) to para el propio saber como para
muy distintos. lo/gwn, dia\ tw=n e)cwterikw=n lo/gwn los hombres que no pueden resistirlo,
ESOTÉRICO. El término 'esotérico' y e)n toi=j e)c-wterikoi=j lo/goij. Otros ya que paraliza su vida y la acción
se usa en un sentido restringido y en son de carácter sociológico y se en la que se supone consiste la vida
un sentido general. En el primer sen- basan en la tesis de que la trasmisión de los no iniciados.
tido se aplica sobre todo a algunas del pensamiento filosófico en ESPACIO. En la filosofía antigua
de las filosofías y de las escuelas de Grecia siguió vías distintas de las el problema del espacio fue discuti-
filosofía griegas. Dentro de este sen- modernas. Otros son de índole do con frecuencia al hilo de la opo-
tido, 'esotérico' se entiende de dos tradicional y se fundan en el hecho de sición entre lo lleno, to\ ple/on y lo
maneras. Por un lado (Cfr. Cicerón, que el término 'esotérico' fue muy vacío, to\ keno/n. Desde cierto punto de
De fin, IV, 12: ".. .quia duo genera empleado en el sentido de 'secreto' en vista, esta oposición es paralela a la
líbrorum sunt, unum populariter scrip- la época helenística (comentaristas de que existe entre la materia y el es-
tum, quod appellabant, alterum lima- Aristóteles, Diógenes Laercio,
Plutarco, neoplatónicos,
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pació. Desde otro, es paralela a la son, al parecer, solamente negativas: sérvese, sin embargo, que el nombre
que existe entre el ser y el no ser. es lo que propiamente no es, sino que usado por Simplicio al efecto es el
A veces los dos puntos de vista se únicamente es llenado. Ahora bien, el mismo nombre aristotélico de to/poj,
hallan mezclados; a veces, separados. problema que se plantea al respecto, "lugar").
A menudo es difícil precisar dónde y que ha ocupado desde muy pronto S. Sambursky (The Physical World
empieza o dónde termina el parale- la atención de los comentaristas del of Late Antiquity [1962], págs. 2 y
lismo. La razón de esta variedad y filósofo, es el de si, en tanto que sigs.) recuerda que las principales
a la vez de esta imprecisión radica vacío receptáculo, el espacio no debe concepciones sobre el espacio después
en la dificultad de dar una interpre- ser también el lugar donde se hallan de Aristóteles fueron descritas por
tación unívoca a las cosmologías he- las Formas. Platón parece negar que Simplicio (In phys. comm.). Entre
lénicas, especialmente a las de los esto sea posible. Las Formas no están estas concepciones se destacan dos.
presocráticos. Tomemos dos ejemplos: propiamente hablando en ninguna Una se debe a Teofrasto, el cual pro-
Parménides y Demócrito. Al negar parte: la negatividad del espacio no pone considerar el espacio no como
que se pueda hablar del no ser, Par- lo convierte en aquello en lo cual una realidad en sí misma, sino como
ménides niega al mismo tiempo que están todas las realidades, incluyendo "algo" definido mediante la posición
se pueda hablar del vacío: lo único las Formas, sino más bien en un ser y orden de los cuerpos. Esta concep-
que hay, y de que puede hablarse, "intermedio" entre las Formas y las ción del espacio, comenta Sambursky,
es el ser, y el ser es enteramente realidades sensibles. El espacio en es similar, si no idéntica, a la idea
lleno. Mas este ser lleno puede ser, cuanto receptáculo puro es un "con- relacional del espacio propuesta por
entre otras cosas, la materia compac- tinuo" sin cualidades. El espacio es Leibniz en su polémica con Clarke
ta, o el espacio. Al afirmar que existe un "habitáculo" y nada más; no se (Cfr. infra). La obra se debe a Estra-
el vacío, Demócrito afirma a la vez halla ni en la tierra ni en el cielo (in- tón de Lámpsaco, el cual propone con-
que puede hablarse en cierto modo teligible), de modo que no puede de- siderar el espacio como una realidad
del no ser; tanto los átomos como el cirse de él que "existe". equivalente a la totalidad del cuerpo
vacío existen, ya que de otra suerte Puesto que el espacio es concebido cósmico. El espacio es "algo" com-
no podría haber movimiento, pero por Aristóteles como "lugar", remiti- pletamente vacío, pero siempre llena-
son dos distintas formas de existencia mos al artículo sobre este concepto do con cuerpos (la idea de Estratón
que parecen equivaler respectivamen- (V. LUGAR) para la influyente doctrina de Lámpsaco es, indica Simplicio, la
te a la materia y al espacio. aristotélica. Agreguemos aquí sólo que misma que la de muchos "platóni-
Mayores precisiones sobre la no- sí el "lugar" aristotélico merece ser cos") . Esta concepción del espacio,
ción de espacio como tal se encuen- llamado "espacio", lo es únicamente comenta Sambursky, es similar, si no
tran en Platón, aun cuando este autor en tanto que equivale a un "campo" idéntica, a la idea del espacio como
ha tratado el problema solamente en donde las cosas son particu- un "absoluto" propuesta por Clarke
un pasaje de sus obras (Tim., 52 A larizaciones. En parte, las cosas están y, según la mayor parte de intérpre-
sigs.), y este pasaje es susceptible de hechas, según Aristóteles, de "espa- tes, por Newton.
varias interpretaciones. Según Platón, cio", pero ello no significa que sean Según Sambursky, todas las con-
hay tres géneros de ser: Uno, que es —como en Descartes (Cfr. infra)— cepciones del espacio durante la época
siempre el mismo, increado e modos de un continuo espacial. En helenística fueron variaciones de las
indestructible, invisible para los sen- rigor, mejor que decir que las cosas ideas propuestas por Teofrasto o por
tidos, que nada recibe de fuera ni están hechas en parte de "espacio" es Estratón de Lámpsaco. Sin embargo,
se transforma en otra cosa: son las decir que el espacio "emana" de las no parece que pueda descartarse la
formas o las ideas. Otro, que está cosas. Puesto que, de acuerdo con el concepción aristotélica del espacio
siempre en movimiento, es creado, concepto de "lugar", no es posible como "lugar", la cual fue admitida por
perceptible para los sentidos y la concebir las cosas sin su espacio, el autores que en otros respectos se
opinión, y siempre llegando a ser en espacio no puede ser mero receptáculo adhirieron a concepciones no
un lugar y desapareciendo de él: son vacío. Hay, pues, una diferencia aristotélicas. Por ejemplo, Plotino
las cosas sensibles. Otro, finalmente, fundamental entre la doctrina aristo- declara que el lugar puede concebirse
que es eterno y no susceptible de télica y la doctrina platónica al res- como un intervalo (en cuanto "in-
destrucción, constituye el habitáculo pecto. Hay también una diferencia tervalo vacío"). En este sentido el
de las cosas creadas, es aprehendido básica entre la doctrina aristotélica y lugar es una "realidad incorpórea"
por medio de una razón espuria y la atomista. Los atomistas concibieron (Enn., IV, iii, 20). Así, Plotino parece
es apenas real: es el espacio, χώρα. el espacio como "lo vacío"; el espacio seguir en este punto a Platón. Pero
Formas (o ser), devenir y espacio no es una cosa, pues únicamente los Plotino señala también que todo tiene
han existido, según Platón, antes de átomos son "cosas". Pero gracias al su "lugar propio" (Enn., IV, viii, 2).
la existencia del cielo. El espacio, espacio puede concebirse el movi- Así, Plotino parece seguir aquí a
además, ha tomado las formas de los miento; este último es desplazamiento Aristóteles. Lo que Plotino reprocha
elementos. Por eso, como indica A. E. de las "cosas" o átomos en el "no ser" a Aristóteles es haber distinguido entre
Taylor en su comentario al Timeo, el o "vacío" espacial. Por eso De-mócrito el "lugar" y el "donde"; en rigor,
nombre 'espacio', χώρα, se da a lo que llamó al espacio indistintamente siempre que indicamos un "donde"
luego es definido como receptáculo. "vacío", to\ keno/n , "nada" to\ mh\ o)n , indicamos un "lugar" (Enn., VI, i,
Como el espacio carece de figura, las e "infinito" to/ a)peiro/n (Simplicio, in 14). Por otro lado, la concepción es-
definiciones que pueden darse de él de caelo comm., 195, I; ob- toica del espacio se distingue de la
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aristotélica en cuanto que los estoicos como la que va a efectuarse a conti- conciben las propiedades espaciales
concibieron el espacio como un "con- nuación es insuficiente para dar cuenta en la geometría euclidiana y por otro
tinuo" dentro del cual hay "posicio- debida de ellas. Las teorías aristo- lado a la concepción del espacio como
nes" y "órdenes" de los cuerpos. Pero télicas y escolásticas subsisten en infinito.
se aproxima a la aristotélica por cuanto varios autores. Además, conceptos de- Ahora bien, las discusiones filosó-
las disposiciones de los cuerpos en- rivados de la escolástica se hallan in- ficas sobre el espacio fueron numero-
gendran los distintos "lugares" en que clusive en quienes se opusieron a sas. La idea de espacio juega un
se encuentran, o pueden encontrarse. dicha tendencia. Pero hay cambios papel determinante en la filosofía car-
Combinaciones de las doctrinas pla- fundamentales en la noción de refe- tesiana. El espacio es para Descartes
tónica, estoica y (en menor propor- rencia. Uno de ellos se rastrea ya en res extensa, cuyas propiedades son la
ción) aristotélica se hallan en autores la cosmología del Renacimiento. Con- continuidad, la exterioridad (el ser
como Siriano (VÉASE) y Damascio cetta Orsi ha escrito al respecto: "En partes extra partes), la reversibilidad,
(VÉASE). El espacio es para estos au- vez de la idea de un espacio que la tridimensionalidad, etc. A la vez,
tores como una especie de "matriz" abarca y comprende en sí los lugares la res extensa constituye la esencia de
dentro de la cual se halla la posibili- como elementos particulares, de un los cuerpos (Regulae, XIV; Medita-
dad de las diversas "posiciones" de espacio concebido esencialmente como tiones, V; Princ. Phil, II, 4, 9, 11,
los cuerpos y de las relaciones entre límite y determinación exterior de los 12, 13, 14, 15 ). Una vez se ha despo-
los cuerpos. cuerpos, aparece la idea de un espa- jado a los cuerpos de todas las pro-
Durante la Edad Media, y espe- cio entendido como extensión homo- piedades sensibles (siempre cambian-
cialmente entre los escolásticos, las génea e indiferenciada, que constituye tes) queda de ellos la extensión; "la
ideas sobre la naturaleza del espacio el supuesto de los sucesivos desarro- naturaleza de la materia o del cuerpo
se fundaron en nociones ya dilucida- llos de la geometría y de la física tomado en general, no consiste en ser
das en la filosofía antigua. Uno de los moderna." (Il problema dello spazio. algo duro, pesado, o coloreado, o algo
principales problemas planteados fue I. Dal Rinascimento a Kant, s/a. que afecte nuestros sentidos de algún
el de la dependencia o independencia [1957], pág. 34). Ejemplo característi- otro modo, sino el ser una substancia
del espacio respecto a los cuerpos. La co de tal sustitución es la concepción extendida en longitud, anchura y pro-
opinión que predominó fue la aristo- de Bernardino Telesio. Contribuyeron fundidad" (Princ. Phil, II, 4). Así,
télica: la del espacio como lugar. Ello también a la misma Tommaso Cam- la substancia corporal solamente puede
no significa que no se distinguiera panella y Francisco Patrizzi (este úl- ser conocida claramente por medio de
entre varios nociones de espacio. Una timo en su obra Panarchia, 1591). la extensión (ibid., II, 9). Es cierto
distinción importante fue la estableci- Pero las nuevas ideas sobre el espacio que Descartes introduce las nociones
da entre espacio real y espacio ima- no son todavía una interpretación fi- de lugar y situación. Pero la función
ginario. El espacio real es finito, losófica del mismo; en algunos casos, que tienen estas nociones es distinta
teniendo los mismos límites que el además, son la reformulación de ideas de la que tienen en la escolástica. El
universo de las cosas. El espacio ima- acerca del espacio mantenidas por De- lugar indica la situación o modo como
ginario —el que se "extiende" más mócrito y Platón, a diferencia de, y un cuerpo se orienta. Pero ambos "se
allá de las cosas actuales o, mejor di- en contraste con, las ideas del espacio hallan" en el espacio en tanto que pura
cho, el que se piensa como "conte- como "lugar" defendidas por los es- extensión. El espacio es conocido a
niendo" otras cosas posibles— es colásticos. A continuación indicare- priori, con perfecta claridad y
potencialmente infinito. El espacio mos qué cuerpo fueron tomando di- distinción; la extensión en que consiste
imaginario es a veces identificado con chas ideas y las diversas interpreta- el espacio es perfectamente
el vacío puro. El espacio real es el ciones filosóficas dadas por algunos transparente. Esta extensión no es
espacio de los cuerpos. Puede pensarse pensadores modernos. "sensible"; es, pues, como señalaba
o como algo "real" o como algo Filósofos y hombres de ciencias Malebranche, "inteligible" ( Entre-
puramente "mental" o (según indicó tendieron cada vez más a concebir el tiens sur la Métaphysique, I viii [tam-
Suárez en Disp. Met., LI) como una espacio como una especie de "conti- bién ix y x]). La idea del espacio sin
abstracción mental cum fundamento nente universal" de los cuerpos físi- límites es, escribe Malebranche, "ne-
in re. Por otro lado, muchos escolás- cos. Este espacio tiene varias propie- cesaria, eterna, inmutable, común a
ticos distinguieron entre tres nocio- dades, entre las cuales destacan las todos los espíritus, a los ángeles, al
nes: la de locus, la de situs y la de siguientes: el ser homogéneo (es de- propio Dios"; no es posible "separarse
spatium. El locus es el τόπος aristoté- cir, el ser sus "partes" indiscernibles de ella o perderla enteramente de
lico, el cual es definido por Santo To- unas de otras desde el punto de vista vista". Para Spinoza, la substancia ex-
más, siguiendo la fórmula del Esta- cualitativo) ; el ser isotrópico ( el te- tensa "es uno de los atributos infinitos
girita (véase LUGAR) como terminus ner todas las direcciones en el espacio de Dios" (Eth., I, prop. xv, sch.). La
immobilis continentis primum. El si- las mismas propiedades); el ser conti- extensión "es un atributo de Dios, esto
tus es la disposición de las partes del nuo; el ser ilimitado; el ser tridimen- es, Dios es cosa extensa" (ibid, II,
cuerpo en "su" lugar. El spatium es sional, y el ser homoloidal (el que prop. ii); "el modo de la extensión y
la distancia entre dos puntos, es decir, una figura dada sea matriz de un nú- la idea de este modo son una y la
el intervalo ("vacío"). mero infinito de figuras a diferentes misma cosa, si bien expresada de dos
Las doctrinas modernas sobre la escalas, pero asemejándose unas a distintas maneras" (ibid., II, prop. vii,
noción de espacio son tan abundantes otras). Esta idea del espacio corres- sch.). En todas estas interpretaciones
y complejas que aun una selección ponde por un lado al modo como se filosóficas, el espacio aparece como
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una realidad substancial o, como Kant parada ni real ni mentalmente" (ibid., líneas esenciales de la polémica.
dirá luego, como "cosa en sí". Estas II xiii 13). Las ideas de Locke al res- Newton definió el espacio del si-
interpretaciones encajaban con las pecto tienen una consecuencia: que guiente modo: "El espacio absoluto,
ideas de los llamados (por Berkeley) aunque la noción de espacio tiene ori- en su propia naturaleza, sin relación
"filósofos mecánicos", es decir, con gen empírico, el espacio es concebido con nada externo, permanece siempre
las ideas de quienes mantenían que como algo "en sí". Ello se comprende similar e inmóvil. El espacio relativo
hay ciertas propiedades de los cuer- cuando se tiene presente que Locke es una dimensión movible o medida
pos físicos que son "primarias", sien- insistió grandemente en la diferencia de los espacios absolutos, que nues-
do la extensión una, si no la principal, entre cualidades primarias y secunda- tros sentidos determinan mediante su
y a veces la única, de ellas), a dife- rias (véase CUALIDAD ); la extensión posición respecto a los cuerpos, y que
rencia de las propiedades, o cualida- y sus modos es una cualidad primaria es vulgarmente considerado como es-
des, secundarias, percibidas por los y, por lo tanto, constituye una de las pacio inmovible" (Principia, escolio a
sentidos. De algún modo puede cali- "propiedades mecánicas" que subya- la def. viii). La interpretación más
ficarse de "racionalistas" a todas estas cen a las propiedades sensibles. Puede corriente de estas fórmulas es la si-
interpretaciones de la noción de espa- concluirse que las opiniones de Locke guiente: el espacio es para Newton
cio. La mayor parte de ellas pueden son psicológicamente empiristas, pero una medida absoluta y hasta una "en-
ser calificadas asimismo de "realis- ontológicamente "racionalistas" y tidad absoluta". Puesto que las medi-
tas". Pero no todas las interpretacio- "realistas". Berkeley lo puso claramente das en el espacio relativo son función
nes "racionalistas" y "realistas" son de relieve. Considerar el espacio del espacio absoluto, puede concluir-
del tipo de las antes reseñadas, ni to- como una "cualidad primaria" es su- se que este último es el fundamento
das las interpretaciones "racionalistas" poner que el espacio existe con inde- de toda dimensión espacial. En el
son "realistas" o viceversa. La teoría pendencia del ser percibido. Pero si Escolio General de los Principia,
de Malebranche, por ejemplo, apunta ser es ser percibido (V. ESSE EST Newton indica que aunque Dios no
a un cierto "idealismo". Teorías cla- PERCIPI ), el espacio es una idea, lo es espacio, se halla dondequiera, de
ramente "idealistas" como la de Leib- mismo que las cualidades secundarias modo que constituye el espacio (y la
niz (Cfr. infra) son a la vez "raciona- como el color, el sabor, etc. Ello no duración ). El espacio y el tiempo son,
listas". Y no pocas teorías empiristas significa que el espacio sea una ilu- así, sensoria Dei, órganos sensoriales
son "realistas". sión; el espacio es una realidad — o, de la divinidad, como manifestó Henry
Ayudaría no poco poder clasificar mejor, una "idea real". Pero decir More al dar a estas ideas un fun-
las interpretaciones modernas de la "el espacio existe" no es decir que damento teológico (y el propio New-
noción de espacio en racionalistas y hay algo que trascienda el ser perci- ton en Opticks, query 28). Esta idea
empiristas, y considerar que mientras bido o la posibilidad de ser percibido. del espacio fue rechazada por Berke-
las primeras fueron defendidas sobre Tenemos aquí una concepción a la vez ley (por los motivos antes apuntados),
todo por "filósofos continentales", las empirista, fenomenista e idealista del por Huygens y por Leibniz — como
segundas fueron defendidas por "filó- espacio. Pero el empirismo de Berke- más tarde, por Ernst Mach. Fue
sofos insulares" (ingleses o irlande- ley es, como se ve, harto distinto del defendida, en cambio, por Clarke, es-
ses). Por desgracia, el cuadro histó- de Locke; de hecho, exactamente in- pecialmente en su correspondencia con
rico es harto más complicado. verso al de Locke. En cierto sentido, Leibniz. Ahora bien, antes de dar ma-
Podemos considerar la teoría de hay más similaridades, por un lado, yor información sobre esta polémica,
Locke como empirista (siempre que entre Descartes y Locke, y, por el diremos unas palabras sobre la posi-
no olvidemos las fuertes tendencias otro, entre Berkeley y Leibniz (Cfr. bilidad de otra interpretación de las
racionalistas que hay en el pensa- infra) de las que hay entre Descartes ideas newtonianas.
miento lockiano). Locke se interesa y Leibniz, y Locke y Berkeley. Stephen Toulmin ("Criticism in the
sobre todo por el problema del origen La discusión sobre la naturaleza del History of Science: Newton on Abso-
de la idea del espacio. Esta idea es espacio fue (junto con la discusión lute Space, Time, and Motion. I",
obtenida por medio de la vista y del sobre la naturaleza del tiempo ( VÉASE) The Philosophical Review, LXVIII
tacto. Forma una "idea simple", con muy movida durante la segunda mi- [1959], 1-29; ibid., II, 203-27) alega
sus "modos" (distancia, capacidad, tad del siglo XVII y primer tercio del que no es en modo alguno evidente
inmensidad, etc.) (Essay, I v). Locke siglo XVIII. Aunque muchos autores que Newton mantuviera una concep-
distingue entre la extensión y el cuer- contribuyeron a estas discusiones, sue- ción del espacio como cosa, entidad
po. Los cuerpos son sólidos y exten- len centrarse en torno a la polémica o realidad absolutas. Aunque la letra
sos, teniendo partes separables y mo- entre Newton (y Clarke) y Leibniz. del "Escolio" a la definición viii pu-
vibles en diferentes modos, en tanto Ciertos autores mantuvieron posicio- diera dar pie a esta interpretación, el
que la extensión es solamente el es- nes distintas de las de los menciona- modo como las ideas newtonianas son
pacio que se halla entre las extremi- dos autores; otros, en cambio, se aplicadas en los Principia y, sobre to-
dades de estas partes sólidas coheren- aproximaron grandemente a ellos y do, la estructura lógica de los Princi-
tes (ibid., II xiii 11). La extensión no hasta los precedieron. Es singular- pia la hacen dudosa. Dentro de seme-
incluye solidez, ni resistencia al mo- mente el caso de Gassendi, el cual jante estructura, la concepción newto-
vimiento del cuerpo (ibid., II xiii 12). manifestó una idea del espacio simi- niana del espacio (así como las del
Las partes del espacio puro "son in- lar a la newtoniana (Cfr. Syntagma tiempo y el movimiento) tiene, según
separables unas de otras, de modo philosophicum, pars II sect. i, lib. II, Toulmin, un carácter claro: es una
que la continuidad no puede ser se- c. i). Indicaremos a continuación las definición operacional. Así, la distin-
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ción entre espacio matemático y espa- ser substancia. Como relación, el es- riencia externa sólo es posible por la
cio sensible no es empírica; no se dis- pacio es un orden: el orden de co- representación del espacio". "Es una
tingue entre dos series de cosas (una existencia — o, más rigurosamente, el representación necesaria a priori, que
estacionaria y la otra móvil), sino entre orden de los fenómenos coexisten- sirve de fundamento a todas las intui-
dos posibles series de operaciones. "El tes. El espacio no es real, sino ideal. ciones externas", porque "es imposi-
espacio y el tiempo absolutos — Mientras Clarke mantenía que el es- ble concebir que no existe espacio,
escribe Toulmin— no son, según ello, pacio es real, que "no se halla limita- aunque se le puede pensar sin que
las más perfectas medidas que do por los cuerpos, sino que existe contenga objeto alguno". El espacio
pudieran concebirse, sino más bien igualmente dentro de los cuerpos y es, en suma, "la condición de la posi-
ideales teóricos respecto a los cuales sin ellos" ("Cuarta respuesta" a Leib- bilidad de los fenómenos", es decir,
todas las medidas relativas son apro- niz en la Correspondencia Leibniz- "una representación a priori, necesa-
ximaciones mejores o peores." La in- Clarke), Leibniz sostenía (y repetía) rio fundamento de los fenómenos". El
terpretación exclusiva o casi exclusi- que el espacio es un orden de exis- espacio no es ningún concepto dis-
vamente "teológica" de las concepcio- tencia de las cosas en su simultanei- cursivo, sino una intuición pura y, fi-
nes de Newton se debe primariamente dad; que no hay espacio real fuera nalmente, el espacio es representado
a haberse confundido éstas con las del universo material; que el espacio como un quantum infinito dado. En
ideas de algunos de sus seguidores, es en sí mismo una cosa ideal, lo mis- la exposición trascendental se demues-
tales como Clarke y Joseph Rawson mo que el tiempo ("Respuesta a la tra a su vez que "el espacio no repre-
(este último en su obra On the Real citada 'Cuarta respuesta' " ). senta ninguna propiedad de las 'co-
Space or the Infinite Being, 1702). No obstante el fuerte componente sas', que no es más que la forma de
En suma, el famoso escolio no tiene teológico de las opiniones de los los fenómenos de los sentidos exter-
un contenido teológico, sino diná- "newtonianos", éstos fueron llamados nos, es decir, la única condición sub-
mico. "matemáticos", en tanto que los par- jetiva de la sensibilidad, mediante la
Toulmin se funda para interpretar tidarios de Leibniz (y de Wolff ) fue- cual nos es posible la intuición exter-
las ideas de Newton en lo que éste ron llamados "metafísicos". Euler, por na". El resultado de la investigación
hace más bien que en lo que éste ejemplo, defendió a Newton como kantiana es la adscripción al espacio
dice, de acuerdo con la máxima eins- "matemático". Pero sería erróneo ima- de los caracteres de aprioridad, inde-
teiniana: "Para saber algo sobre los ginar que hubo solamente en esta pendencia de la experiencia, intuitivi-
métodos usados por los físicos teóri- época las dos opiniones mencionadas: dad e idealidad trascendental. Como
cos hay que atenerse al siguiente prin- el espacio como algo real (y aun ab- intuición pura, el espacio es, por con-
cipio: no prestar atención a lo que soluto) y el espacio como algo ideal. siguiente, una "forma pura de la sen-
dicen, sino a lo que hacen." Ahora Así, Boscovich (v. ) examinó el pro- sibilidad" o "la forma de todas las
bien, es un hecho que los que se opu- blema del espacio (y, como todos los apariencias del sentido externo" (K.
sieron a Newton no entendieron las autores citados, del tiempo) a la vez r. V., A 26 - Β 42). Estas proposicio-
definiciones de éste como definicio- como realidad y como idealidad: lo nes sobre el espacio en la Crítica de
nes operacionales, sino como defini- primero es el espacio como es, y lo la razón pura, son, por lo demás, la
ciones reales. Y aunque es verdad que segundo el espacio como es conocido profundización y sistematización de lo
Berkeley y Leibniz parecen tomar (y, sobre todo, medido). Ahora bien, que Kant había ya anticipado al res-
más en consideración lo que sobre el la más famosa teoría sobre el espacio pecto en la citada disertación De
espacio dijeran Clarke y Rawson, es formulada poco después de Boscovich mundi sensibilis atque intelligibilis
también cierto que toman a estos au- es la de Kant. Este filósofo trata de forma et principiis. En efecto, aquí es
tores como representando la opinión explicar el modo como la noción de presentado el espacio "no como algo
newtoniana. Y lo que importaba de espacio es usada en la mecánica new- objetivo y real, ni como substancia,
ésta era la concepción del espacio co- toniana sin por ello adherirse a la con- accidente o relación, sino como algo
mo realidad absoluta y fundamento cepción realista de Clarke y otros. subjetivo e ideal", como "un esquema
de toda medida. Newton representaba, Precedido por las especulaciones de que surge por una ley constante dedu-
pues, aquí la idea del espacio como autores como Tetens y Lambert, Kant cida de la naturaleza del espíritu para
realidad en sí, independiente en siguió primero las orientaciones leib- la coordinación de todos los sentidos
principio de los objetos situados en él nizianas. Pero si bien, como Leibniz, externos" (III, 15 D). Con lo cual
y de sus movimientos: los movimien- mantuvo que el espacio es una rela- queda rechazada tanto la fenomena-
tos son relativos, pero el espacio no ción, hizo de esta última no un orden lidad del espacio (Hobbes) y su irre-
lo es. El espacio no era concebido ideal, sino trascendental ( VÉASE). Las presentabilidad sin los cuerpos (Ber-
como un accidente (ni siquiera como ideas kantianas sobre el espacio se keley) como el mero orden sucesivo
un "accidente esencial") de las subs- hallan sobre todo en su Disertación dado por el hábito (Hume). Ahora
tancias; no es que los cuerpos fueran inaugural de 1770 y en la "Estética bien, el llamado idealismo alemán
espaciales, sino que se movían en el trascendental" de la Crítica de la Ra- acentuó el constructivismo del espacio
espacio. Contra ello manifestó Leibniz zón Pura. El espacio es para Kant (lo en una proporción que Kant no había
su opinión famosa: el espacio no es mismo que el tiempo) una forma de imaginado. En Fichte, por ejemplo,
un absoluto, no es una substancia, no la intuición sensible, es decir, una el espacio aparece como algo puesto
es un accidente de substancias, sino forma a priori de la sensibilidad. No por el yo cuando éste pone el objeto
una relación. Sólo las mónadas son es "un concepto empírico derivado de como extenso. Y en Hegel el espacio
substancias; el espacio no puede experiencias externas, porque la expe- es una fase, un "momento" en el des-
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envolvimiento dialéctico de la Idea, métrica. Se habla así en física de Importantes contribuciones al pro-
la pura exterioridad de ésta. El espa- espacios pluridimensionales, hiperes- blema del espacio se hallan en algu-
cio aparece en este último caso como pacios, continuo espacio-tiempo, etc. nos resultados de la física contem-
la generalidad abstracta del ser-fuera- Desde el punto de vista gnoseológico, poránea. Nos hemos referido a ellos
de sí de la Naturaleza. Podemos decir el espacio es examinado en cuanto en varios artículos (por ejemplo, Con-
entonces que la subjetivación del es- clase especial de las categorías. Desd e tinuo y Tiempo [VÉANSE ]). Comple-
pacio da lugar a una idea muy dis- e l o nt ol ó gi co , como u n a d e las taremos aquí esa información desta-
tinta según la forma en que sea ad- determinaciones de ciertos tipos de cando que la noción de espacio es exa-
mitida precisamente tal subjetivación. objetos. Finalmente, desde el punto minada en tal física en estrecha rela-
Desde la idea constructivista hasta la de vista metafísica, el problema del ción con la noción de tiempo. Así, en
vuelta a su fenomenalidad por parte espacio engloba el problema más la física de Minkowski, en la teoría de
de las tendencias criticistas orienta- amplio de la comprensión de la es- la relatividad (especial y generalizada),
das en un predominio de lo regulativo tructura de la realidad y va ligado en la mecánica ondulatoria (en par-
sobre lo constitutivo, la idea del es- casi siempre a concepciones muy ge- ticular la de Schrödinger), en los dis-
pacio ocupa un lugar destacado en nerales que vinculan el predominio de tintos modelos de universo a que
todas las corrientes importantes del la especialización al del racionalismo nos hemos referido en el artículo sobre
siglo XIX. Sólo el naturalismo radical y el inmanentismo, y el de la tempo- Cosmología (v.), la noción que
admitirá, sin crítica, una objetividad ralización, al del irracionalismo y el siempre se introduce en la de Espa-
exterior del espacio. Las corrientes trascendentismo. Pues, en efecto, el cio-Tiempo, que se supone forman un
criticistas o las que parten del aná- proceso de racionalización de lo real a continuo. Importantes sobre todo son
lisis del yo llegarán, en cambio, a que tiende casi siempre la ciencia en este respecto los trabajos de Ein-
admitir el espacio como categoría o cuando se llevan a las últimas conse- stein. Ya en su teoría generalizada de
inclusive un "espacio interno" por cuencias sus impulsos iniciales, parece 1916 este físico había logrado unificar
el cual se constituirá, mediante una desembocar en una espacialización espacio-tiempo, materia y gravitación.
especie de "desenvolvimiento", la ex- radical de toda existencia, espaciali- El campo electromagnético, sin em-
terioridad del espacio. Durante el si- zación que no es a su vez sino un bargo, había quedado fuera de este
glo XIX ha sido frecuente examinar no momento de tránsito hacia una re- marco. Solamente en 1953 pudo pro-
sólo la naturaleza del espacio (o de ducción de todo lo real a lo idénti- poner Einstein una teoría según la
la idea de espacio), sino también la co. Meyerson sobre todo ha puesto cual el campo electromagnético resul-
cuestión del origen de la noción de de relieve esta "marcha hacia la es- taba lógicamente de las propiedades
espacio. Ha habido numerosas discu- pacialización" a que conduce la ra- geométricas del continuo cuadrimen-
siones sobre el carácter absoluto o re- zón asimiladora e identificadora y sional espacio-temporal. Esta teoría
lativo, objetivo o subjetivo, del espa- que puede descubrirse en los secretos recibió gran esfuerzo cuando el mate-
cio, así como sobre el problema de las postulados tanto del racionalismo mático checo Vaclav Hlatavy ( actual-
relaciones del espacio con el tiempo y tradicional como de la ciencia meca- mente en EE.UU.) presentó un siste-
la materia. Las distintas consideracio- nicista moderna. Contra tal marcha ma de ecuaciones que resolvían pro-
nes de que ha sido objeto el espacio: se han opuesto diversas tendencias blemas fundamentales del modelo de
la geométrica, la física, la gnoseológi- filosóficas contemporáneas. Una es la universo presentado por Einstein y
ca, la psicológica, la ontológica y la fenomenología, que niega la identi- que permitían ver una posibilidad de
metafísica, se han fundido a veces en ficabilidad racionalista en nombre de bosquejar una teoría unificada que
una sola teoría general, pero aquí in- una pura descripción del espacio tendiera un puente entre la teoría de
dicaremos algunas tesis sobre cada como fenómeno. Otra es la filosofía la relatividad y la de los cuantos. To-
uno de los citados puntos de vista. de Bergson (ν.), en la cual se concibe dos estos trabajos son de naturaleza
Desde el punto de vista psicológico, el espacio como el resultado de una estrictamente físico-matemática. Sin
el espacio es considerado como objeto detención, como la inversión de un embargo, no pueden enteramente se-
de la percepción, y la respuesta al movimiento originario, como la disten- pararse de intentos realizados por al-
problema ha dado por resultado dife- sión de una tensión consistente en úl- gunos filósofos con el fin de entender
rentes teorías acerca de los distintos tima instancia en duración pura y en los problemas implicados en el con-
espacios (táctil, auditivo, visual, etc.), pura conciencia (aunque, como pone tinuo espacio-tiempo. Entre tales in-
así como de la adquisición de la idea de relieve Gabriel Marcel [Présence et tentos merece especial mención el
de espacio (empirismo, nativismo, immortalité, 1959, pág. 31], hay en el de S. Alexander, con su doctrina del
etc.). Desde el punto de vista geo- propio Bergson ciertas indicaciones espacio-tiempo como matriz de toda
métrico, el espacio es considerado no exploradas por él que permiten realidad. Los problemas físicos y fi-
como "el lugar de las dimensio- superar la oposición entre espacio y losóficos no se agotan, sin embargo,
nes", como algo continuo e ilimitado. tiempo; de algún modo podría hablar- solamente con el intento mencionado.
Desde el punto de vista físico, el se, como lo hizo E. Minkowski, de Son asimismo muy significadas las
problema del espacio se relaciona un "espacio vivido" ). Ni en uno ni en cuestiones epistemológicas que suscitan
íntimamente con las cuestiones refe- otro caso el espacio es, pues, un "al- las construcciones de la física
rentes a la materia y al tiempo, y, go" dentro del cual tienen lugar los fe- contemporánea, especialmente el re-
en realidad, la respuesta a estas cues- nómenos o procesos de la Naturaleza, conocimiento de que las imágenes
tiones afecta también, como en la pero tampoco es una realidad ideal o usuales del espacio y del tiempo son
reciente física, a la constitución geo- el resultado de una construcción. inadecuadas (como ha precisado
565
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Bohr) para describir los procesos mi- filósofo en el tratamiento del proble- tica del espacio, 1952. — I. Rice Pe-
crofísicos. Por este motivo se han pro- ma del mundo exterior (v.). reira, The Nature of Space, 1956. —
puesto concepciones discontinuas del Como la mayor parte de los pro- Eugen Fink, Zur ontologischen Früh-
espacio-tiempo (Bohr, Heisenberg, L. blemas filosóficos fundamentales, el geschichte van Raum, Zeit, Bewegung,
de Broglie, Schwinger) de que he- 1957. — Hedwig Conrad-Martius,
del espacio da lugar a ciertas posicio- Der Raum, 1958. — Erwin Jaeckle.
mos hablado someramente en el ar- nes últimas, entre las cuales parecen Phanomenologie des Raumes, 1959. —
tículo sobre la noción de continuo moverse todas las teorías metafísicas Varios autores, El espacio, 1959 (Re-
(v.) y que muestran que tanto los sobre este concepto. Tales posiciones unión de Aproximación Filosófico-
conceptos del espacio como los del pueden distribuirse en dos grupos: Científica. Zaragoza. C.S.I.C.). —
tiempo se hallan en la misma crisis unas en las cuales el problema del Sobre el espacio absoluto: Aloys Mü-
general que afecta a todas las cien- espacio es estudiado en relación con ller, Das Problem des absoluten
cias y que ha conducido ya a algunos un sujeto o una conciencia; otras en Raumes und seine Beziehung zum al-
de los más grandes descubrimientos las cuales el espacio es considerado gemeinen Raumproblem, 1911. —
físicos y matemáticos. Hugo Dingler, Das Problem des abso-
en sí mismo. El primer grupo da lu- luten Raumes in historisch-kritischer
En los últimos párrafos hemos ha- gar a dos actitudes radicales: la que Behandlung, 1923. — Sobre represen-
blado o de teorías científicas del es- hace del espacio la realidad en la cual tación psicológica del espacio: Ch.
pacio o de doctrinas metafísicas que, están las cosas y, con ello, los suje- Dunan, Théorie psychologique de
de un modo o de otro, están atentas tos, y la que hace del espacio una l'espace, 1895. — H. Sachs, Die Ent-
a los resultados y a las conceptua- construcción (cualquiera que sea la stehung der Raumvorstellung, 1897.
ciones de la ciencia. En cambio, la interpretación dada a ésta). El se- — Sobre intuición del espacio y lógi
concepción del espacio mantenida por gundo grupo da lugar a otras dos ac- ca: A. Berger, Raumanschauung und
Heidegger se coloca en un estadio titudes: la que hace del espacio una fórmale Logik, 1904. — Sobre espacio
existenciario (v.) que tiene forzosa- y geometría: Ferdinand Gonseth, La
pura exterioridad en la cual se cum- géométrie et le problème de l'espace,
mente que ser "pre-científico". En ple la tradicional constitución de partes 1948-1955(1. La doctrine préalable. II.
efecto, el análisis del espacio corres- extra partes, y la que hace del Les trois aspects de la géométrie. III.
pondiente a los entes que no tienen espacio algo "recogido" en sí mismo L'édification axiomatique. IV. La syn-
la estructura de la Existencia (v.) no y, por consiguiente, algo poseedor de thèse dialectique. V y VI La géomé
puede, según Heidegger, proporcio- una cierta "interioridad", por más que trie et le problème de l'espace). —
narnos sino un hilo conductor —y ne- ésta deba entenderse solamente como Teorías sobre el espacio y análisis
cesariamente equívoco— para la com- un predicado analógico. Las relacio- (principalmente análisis matemático)
prensión de la espacialidad de tal nes entre el espacio y lo que no es de la noción de espacio, a menudo
Existencia. El espacio de dichos en- en relación con la de tiempo: G.
espacio —por ejemplo, entre el es- Lachelas, Études sur l'espace et le
tes es el lugar donde se encuentran, pacio y la materia— varían funda- temps, 1896. — Melchior Palágyi,
de tal suerte que es posible inclusive mentalmente de acuerdo con las doc- Neue Théorie des Raumes und der
enunciar de ellos que se entienden trinas anteriores. Muchas son las teo- Zeit. Entwurf einer Metageometrie,
(como hizo Descartes con las reali- rías que han intentado combinar las 1901. — A. A. Robb, A Theory of
dades no pensantes) partiendo del posiciones en cuestión. Es curioso Time and Space, 1914, 2· edición,
espacio. En cambio, la espacialidad comprobar que en las doctrinas ac- 1936. — Hermann Weyl, Raum, Zeit,
de la Existencia debe entenderse, de tuales se repiten algunas de las doctri- Materie, 1918.—Hans Reichenbach,
acuerdo con el filósofo alemán, par- nas del pasado, hasta el punto de Die Philosophie der Raum-Zeit Lehre,
tiendo de la propia Existencia. Resul- 1928. — E. Schrödinger, Space-Time
que si en la física puede hablarse Structure, 1950. — G. Graef Fernán
tado de este análisis es la afirmación de un neocartesianismo, en la meta- dez, Espacio matemático y espacio
de que el des-alejamiento (Ent-fern- física se ha podido hablar de un neo- físico, 1955 (Seminario de problemas
ung) y la dirección u orientación leibnizianismo, patente sobre todo en científicos y filosóficos. México. Cuad.
(Ausrichtung) —que, por lo demás, aquellos que para escapar a las di- 2). — E. A. Ruch, Space and Time:
deben comprenderse ontológico-exis- ficultades que plantea la concepción a Comparative Study of the Theories
tenciariamente y no óntico-psicológi- meramente "exteriorista" del espacio of Aristotle and A. Einstein, 1958
camente— constituyen caracteres de postulan doctrinas que no parecen ser (monog.). — La mayor parte de los
dicha espacialidad. Ahora bien, a base consistentes si no colocamos en su libros citados en el último aparta
de esta última se obtiene una com- base alguna forma de nueva mona- do son el desarrollo filosófico de teo
rías físicas del espacio. — Sobre espa
prensión del espacio como tal. Según dología. cio e hiperespacio: Francisco Vera,
ella, el espacio no está en el sujeto Además de los loci classici citados Espacio, Hiperespacio y Tiempo,
—como afirmaba el idealismo— ni el en el texto, véanse las obras siguien- 1928. — Sobre espacio y tiempo: E.
mundo está en el espacio — como tes: Obras generales sobre el proble- Borel, L'Espace et le Temps, 1922.
sostenía el realismo. Más bien ocurre ma del espacio, especialmente desde — Sobre el espacio en la filosofía del
que el espacio está en el mundo (v.), el punto de vista metafísico: Désiré siglo XIX y en la filosofía y física
Nys, La notion d'espace au point de del
por cuanto es el ser-en-el-mundo de vue cosmologique et psychologique,
la Existencia el que ha dejado "franco" siglo XX: J. Baumann, Oie
1901. — Id., id., La notion d'espace, Lehren
el espacio. Con ello invierte Heidegger 1922. — Ernst von Aster, Raum und
Zeit, 1922. — Max Bense, Raum vom Raum, Zeit und Mathematik in
el planteamiento del problema del der neueren Philosophie, 2 vols., 1868.
espacio, en un sentido análogo a la und Ich. Eine Philosophie über den — Moritz Schlick, Raum und Zeit in
inversión efectuada por el mismo Raum, 1934. — R. Saumells, Dialéc-
der gegenivärtigen Physik, 1917 (trad.
esp., Espacio y tiempo en la física ac
tual, 1931). — Gaston Bachelard,

566
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todo, desde Aristóteles, la noción de nición muy común de la especie es
especie ha sido examinada tanto ló- unum aptum inesse pluribus, numero
gica como metafísicamente. Desde el differentibus, et praedicari de illis in
punto de vista lógico, la especie, ei)=doj, quid complete, a diferencia del género,
species, es considerada como una cuya predicación es incompleta. Las
clase subordinada al género, γένος, especies son divididas entonces en
genus (VÉASE), y supraordinada a los supremas, ínfimas y subalternas: la
individuos. Desde el punto de vista especie suprema es la que no tiene
metafísico, la especie es considerada ninguna otra sobre ella salvo el gé-
como un universal, planteándose en- nero; la especie ínfima es la que no
tonces con respecto a ella todos los tiene debajo de ella otras especies,
problemas que suscitan los univer- sino sólo individuos; la especie subal-
sales (v. ). Los dos puntos de vista terna es la que admite otras especies
aparecen con frecuencia confundidos, encima y debajo de ella. Ejemplo
especialmente cuando se insiste en el de especie suprema es el Cuerpo, que
proceso platónico de la división y se tiene encima de él el género de la
supone que la jerarquía lógica tiene Substancia. Ejemplo de especie in-
su exacto paralelo en una jerarquía fima es —como antes vimos— el
ontológica. Uno de los ejemplos que Hombre, que tiene debajo de sí in-
muestran esta doble jerarquía lo cons- dividuos humanos. Ejemplo de especie
tituye el Árbol (v.) de Porfirio. subalterna es el Animal, especie
Aristóteles afirma en Cat., 5, 2 b inferior respecto del Ser viviente y
19 sigs. que la especie es al género especie superior respecto del Hombre.
lo que el sujeto es al predicado, pues En otro sentido reciben el nombre de
el género es predicado de la especie especies las copias que, por así
mientras que la especie no puede ser decirlo, los objetos externos envían
predicada del género. La especie se al alma para su aprehensión. La es-
halla más cercana a la substancia pecie es, en la terminología escolás-
primera que el género (ibid., 2 b tica y especialmente en la tomista,
7). Cuando decimos, en efecto, 'x es la imagen que el alma se forma de
un hombre', informamos más sobre un objeto, llamándose especie inteli-
lo que es x que cuando decimos 'x gible a la idea general que el enten-
es un animal'. Hay, pues, una prio- dimiento activo se forja a base de las
ridad de la especie con respecto al imágenes sensibles. Las "especies"
género y a la diferencia (Top., VI, representan el intermediario entre el
14 151 b 30). Por otro lado, puede sujeto y el objeto, pero ello no sig-
decirse que la especie se constituye nifica que el alma se limite a un
cuando añadimos la diferencia al gé- conocimiento de las species y excluya
nero (ibid., VI, 6, 143 b 8). Entre siempre el objeto trascendente. Por
las especies merece mención una: el contrario, el realismo gnoseológi-
la especie especialísima, especie úl- co de la escolástica afirma decidida-
tima o especie ínfima, e)/xaston ei=)doj, mente la posibilidad del conocimiento
después de la cual no puede hallarse directo de las cosas, más acá de todo
ninguna diferencia específica. fenomenalismo o de todo idealismo,
Ejemplo de ella es la especie Hom- que son concebidos por los
bre, que se constituye como resultado neoescolásticos como manifestaciones
de la adición de la diferencia especí- del relativismo. Pero las species se
fica Racional al género ínfimo Animal. entienden en dos sentidos. Como
Aristóteles no incluyó, pues, la es- especies sensibles representan la ima-
pecie entre los predicables ( VÉASE ). gen que imprimen sobre el alma los
El responsable de tal inclusión fue objetos individuales con sus deter-
Porfirio. En su Isagoge Porfirio minaciones individuales. De ahí que
definió la especie en un sentido pa- se llamen también especies impresas.
recido al que hemos indicado al prin- Como especies inteligibles, en cam-
cipio de este artículo, pero, como se- bio, representan, según se ha apun-
ñalamos, la consideró como una de tado, la idea general de la cosa, es
las quinque voces. Lo mismo hicie- decir, reproducen el objeto en su
ron los escolásticos. La species era esencia y no en sus contingencias.
para ellos uno de los modos en que Mientras las especies sensibles o im-
puede efectuarse la predicación al presas se originan por la "presión"
lado del genus, de la differentia, del que ejercen las cosas sobre los senti-
proprium y del accidens. Una defi- dos, las especies inteligibles o expresas
ESPECIE. Desde Platón y, sobre
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son, en la concepción aristotélico- cia para traducir el griego θεωρία, que ca. En muchos casos no se alcanzó
escolástica, no, como podría despren- también fue vertido por contemplatio a distinguir entre "especulación" y
derse de la tradición platónica o {véase CONTE MPLACI ÓN ). Cuando "contemplación": ambas fueron consi-
platónico-agustiniana, ideas innatas, θεωρία (teoría) — speculatio (espe- deradas como modos de "teoría" o
formas a priori que se encuentran culación), entonces el conocimiento simplemente identificadas con la "teo-
en el alma en virtud de una reminis- especulativo equivale al conocimiento ría". Entre los filósofos medievales
cencia o de una acción divina, sino teórico, e)pisth/mh qewrhtikh/ , de que fue corriente la noción de especula-
transformaciones de las impresiones hablaba Aristóteles al clasificar toda ción. A veces se consideró ésta como
realizadas por el entendimiento ( VÉA- ciencia en ciencia práctica, e)pisth/mh equivalente a la "teoría"; a veces se
SE ) agente, que así constituye las praktikh|,/ ciencia productiva o "poéti- establecieron ciertas diferencias entre
nociones abstractas. El intelecto agen- ca", e)pisth/mh psihtikh) , y ciencia teó- especulación y otras actividades "teó-
te tiene a su cargo la operación de rica, e)pisth/mh ' qewrhtikh) , y al decir ricas". A menudo se relacionó el tér-
la abstracción por la cual de las imá- que como la Physica (en el sentido mino speculatio con el vocablo spé-
genes formadas por los sentidos se aristotélico de este término) no es ni culum ("espejo" o bien "imagen" en
desprenden las particularidades y las práctica ni "poética", es teórica (Met., cuanto "reproducción fiel"). De ahí
contingencias adheridas a la esencia 1, 1025 b, 18-27), es decir, teórica que se interpretara 'especular' como
del objeto. del ser susceptible de movimiento y 'modo de reflejar' — es decir, 'reflejar
El término 'especie' se usa también, de la substancia, y con frecuencia de contemplativamente'. Se distinguió
en biología y especialmente en teoría la substancia formal, pero no separada asimismo entre speculatio, contempla-
evolutiva, para referirse a las especies de la materia. Al mismo conocimiento tio y meditatio. Mediante contempla-
orgánicas. Hemos tratado esta cues- teórico, contemplación o "es- ción (contemplatio) se considera a
tión en el artículo EVOLUCIÓN. peculación" se refiere Aristóteles al Dios como es en sí mismo. Mediante
Hans Pichier, "Zur Lehre von Gat- decir que la θεωρία es lo mejor y lo especulación (speculatio) se considera
tung und Individuum", Beiträge zur más grato (Met., L, 7, 1072 b, 23) o a Dios tal como se refleja en las
Philosophie des deutschen laealis- al fundar la felicidad en la contem- cosas creadas, al modo como la ima-
mus, I (1918). — G. Rabeau, Species. plación (Eth. Nic., X, 8, 1178 b, 32). gen se refleja en el espejo (spéculum).
Verbum. L'activité intellectuelle élé- Mediante meditación (meditatio) se
mentaire selon Saint Thomas d'Aquin, En estos sentidos de 'especulación'
1938. — Mortimer J. Adler, Problems hay ciertas analogías entre la specula- pone el alma en tensión con el fin de
for Thomists: The Problem of Species, tio y la lucubratio ( lucubración ). Lu- alcanzar la contemplación. Estas dis-
1940. — John Frederick Peifer, The cubrere [lucubro] designa el acto de tinciones no fueron aceptadas por to-
Concept in Thomism, 1952 (especial- velar (a la luz de la vela, general- dos los autores; algunos de ellos, ade-
mente Caps. III, IV y V). — Para el mente a altas horas de la noche) con más, como los Victorinos ( VÉASE )
concepto de especie en el sentido de el fin de pensar, escribir o, en gene- introdujeron una distinción entre
la ciencia natural, véase el número "pensamiento" (cogitatio), que pro-
de la revista Dialectica (vol. I, N° 3, ral, llevar a cabo alguna faena inte-
1947) consagrado al tema. lectual. Esto es lo que hacía Plinio el cede de la imaginación; meditación,
ESPECULACIÓN, ESPECULATI- Viejo para redactar sus obras: estar que procede de la razón (en el sentido
VO. Algunos de los significados que in lucubratione. La lucubración es de una unificación de las facultades
pueden darse a los términos 'especu- también el fruto de la velada, la obra espirituales); y contemplación, que
lación' y 'especulativo' se hallan en producida por el espíritu. Siendo esta procede de la "inteligencia". No hay
los artículos Contemplación y Teoría obra una obra de "pensamiento" (en aquí propiamente especulación; o bien
(VÉANSE). Sin embargo, los términos un sentido muy general de 'pensa- se identifica con la meditación. En todo
'especulación' y 'especulativo' mere- miento') puede decirse que se especu- caso, era muy común estimar que la
cen artículo aparte por haber sido la cuando se lucubra y viceversa. especulación es un estadio interme-
usados con frecuencia en otros senti- Aquí no encontramos todavía el sen- diario que lleva a la contemplación.
dos (por lo general, complementa- tido peyorativo que adquirieron pos- Los escolásticos más cercanos a
rios) o en otros contextos. teriormente los términos speculatio y Aristóteles, como Santo Tomás, en-
El vocablo latino speculatio signi- lucubratio (o sus versiones a idiomas tienden a menudo speculativum como
modernos). Lo único censurable que theoricum; ambos se contraponen a
fica la acción y efecto de speculare
parece haber en estos vocablos (por operativum y practicum. La finalidad
[speculor]. Este verbo designa la ac-
lo menos entre los romanos) es que de lo speculativum es el conocimiento
ción de observar, y en particular la
describen una actitud "desinteresada" (speculativum dirigit, ut sciatur); la
acción de observar desde una altura.
y, de consiguiente, "poco cívica": finalidad de lo practicum es la "obra"
Designa asimismo la acción de obser-
mientras se lucubra y especula se des- (practicum dirigit, ut fíat). Se dice a
var los astros (Cicerón) y de espiar.
atienden los asuntos públicos, los ne- veces que los principios especulativos
La speculatio se lleva a cabo desde
gocios de la res publica, que eran para son "resolutivos" (analíticos) en tanto
un lugar de observación, specula. En
los romanos absolutamente preemi- que los principios prácticos son
su sentido originario speculatio no
nentes. "compositivos" (sintéticos). Se habla
significa, pues, "imaginar algo sin te-
Como "teoría", la especulación es asimismo de scientia specu-lativa y de
ner fundamento para ello", sino más
una actividad fundamental en diver- ars speculativa; ambas son
bien "escrutar algo atentamente", si
sas escuelas filosóficas del final del consecuencia del habitus speculativus
bien, por así decirlo, "a vista de pá-
mundo antiguo — por ejemplo, y so- (que es a la vez cognitivus o conside-
jaro". Speculatio se usó con frecuen-
bre todo, en la escuela neoplatóni- rativus) .
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Muchos autores modernos se han la Razón o "Pensamiento especulati- la vida, la filosofía de la existencia, el
opuesto a la "especulación" y a todo vo" es el único que permite unir y historicismo, etc. Se suele acusar a la
lo "especulativo" considerándolo como conciliar los opuestos manifestados en "filosofía especulativa" de ser "pura-
algo infundado y sin ningún alcance el proceso dialéctico. El pensamiento mente abstracta" y de alejarse de lo-
"práctico" (y hasta "teórico"). Así, especulativo supera, pues, las tensio- concreto. Es curioso que esta acusa-
Descartes: "Pues me parecía que po- nes reveladas por el pensamiento dia- ción sea la misma que Hegel y los
día encontrar más verdad en los razo- léctico. Las referencias de Hegel al hegelianos lanzaban contra los que
namientos que hace cada cual relati- pensamiento especulativo son numero- rechazaban el "pensamiento especula-
vos a los asuntos que le incumben y sas. He aquí algunas: "Lo especulati- tivo", pero ello se debe probable-
cuyo resultado ha de redundar luego vo es lo positivo-racional, lo espiritual, mente a los sentidos muy distintos
en perjuicio suyo si ha juzgado mal, lo único auténticamente filosófico" que unos y otros han solido dar a los
que en los que hace un hombre de (Philosophische Propädeutik; Glöck- vocablos 'especulativo' y 'especula-
letras en su gabinete relativos a espe- ner, 3: 313). "La especulación consis- ción'.
culaciones que no producen efecto te en la concepción de lo opuesto en ESPERANZA. El concepto de es-
alguno..." ( Discours, Parte I. ) La su unidad, o de lo positivo en lo ne- peranza ha sido tratado por teólogos
especulación ha sido considerada por gativo" (Logik; Glöckner, 4: 54-5). (especialmente por teólogos cristianos)
no pocos filósofos modernos como una "Lo especulativo o positivo-racional con más frecuencia que por filósofos.
actividad de la razón cuando ésta se concibe la unidad de las determina- Sin embargo, el estudio de este con-
nutre de sí misma, a semejanza de ciones en su oposición" (System der cepto tiene resonancias filosóficas.
"las arañas, que lo extraen todo de su Philosophie; Glöckner, 8; 195). "La Salvo incidentalmente, la esperanza
propia substancia" (véase BACON filosofía especulativa es la conciencia no fue tema de especulación en la
[FRANCIS]). Ello no significa que en de la idea, de modo que todo es con- filosofía griega clásica. En cambio,
la época moderna no haya tenido nin- cebido como idea" (Philosophie der tanto en el Antiguo Testamento como
guna importancia la especulación o, Religion; Glöckner, 15: 39). Lo que en el Nuevo Testamento aparece la
mejor, lo que Kant llamaba "razón aparece claro al entendimiento es con- idea de esperanza como un tema cen
especulativa". Ésta constituye el fun- tradictorio; sólo lo racional-especula- tral. En el Antiguo Testamento la
damento de muchas de las proposicio- tivo cancela (y absorbe) las contra- esperanza es descrita como la expec
nes sentadas por autores "racionalis- dicciones. tación ante la Promesa hecha a Abra-
tas", en particular por autores de la Las ideas de Hegel sobre la especu- hán; la esperanza está relacionada con
llamada "escuela de Leibniz-Wolff". lación y lo especulativo fueron repro- la visión de la Tierra Prometida y de
Frente a esta confianza en la "razón ducidas por los idealistas hegelianos la Ciudad Nueva (Cfr., por ejemplo,
especulativa" Kant elaboró su teoría en muy diversas formas. La noción Is., 40 y sigs.; Ezeq., 40 y sigs.). Lue
del conocimiento, la cual tenía por de la filosofía como pensamiento es- go, la esperanza está ligada a la idea
objeto, entre otros, delimitar las posi- peculativo se reveló con frecuencia de la resurrección (Macab., II 7). En
bilidades de la razón y mostrar que como el leit-motiv del idealismo. Ci- el Nuevo Testamento no se encuentra
ningún conocimiento es admisible que tamos al efecto el título de la revista el vocablo griego e) l pi/j (que se tra
no se halle dentro de los límites de la filosófica fundada por W. T. Harris, duce por 'esperanza'); la esperanza
experiencia posible. Según Kant, el del "Círculo de Saint Louis", en está inclusa en la fe, πίστις, en el Rei
"conocimiento de la Naturaleza" di- 1867: The Journal of Speculative Phi- no de Dios. En San Pablo (Heb., II 1)
fiere del "conocimiento teórico", el losophy, la cual estaba "exclusivamen- la fe es presentada como "la substan
cual "es especulativo si se refiere a un te consagrada a los intereses de la cia de las cosas que se esperan". La
objeto, o a los conceptos de un obje- filosofía especulativa". Su primer nú- esperanza se halla, pues, íntimamente
to, que no puede ser alcanzado me- mero se iniciaba con un artículo titu- ligada a la fe, y hasta como su objeto.
diante ninguna experiencia" (K. r. V., lado "The Speculative", escrito por el Se halla asimismo íntimamente liga
A 634 / Β 662). El "conocimiento" director ( Harris ). En él se decía que da a la caridad (véase AMOR ). Pero
fundado en "principios especulativos "el alma del método [especulativo] ello no significa que la esperanza sea
de la razón" debe ser, pues, sometido reside en la comprensión de lo negati- idéntica a la fe y a la caridad. La es
a crítica. Parece, pues, que con Kant vo" y que "lo especulativo penetra peranza es una virtud por sí misma;
se ponen definitivamente límites a la en la construcción de lo positivo a junto con la fe y la caridad es una de
especulación, o "razón especulativa". base de lo negativo". las tres llamadas "virtudes teóloga-
Sin embargo, después de Kant los tér- La oposición a lo especulativo y a la les".
minos 'especulación' y 'especulativo' razón especulativa se ha manifestado Para los griegos la esperanza era
volvieron a ser empleados no sólo co- por un lado dentro de la propia es- un consuelo. Para los cristianos es una
mo enteramente admisibles, sino in- cuela hegeliana (sobre todo con Marx confianza, un acto positivo que pone
clusive como los únicos que pueden y Feuerbach) y luego en la mayor al hombre en camino hacia el Reina
calificar la "especie superior del co- parte de las tendencias filosóficas de de Dios. Algunos han interpretada
nocimiento". Tal sucedió con los auto- los últimos cien años. Así, las tenden- esta esperanza en el sentido del "mi-
res que rechazaron la limitación de cias positivistas, "analíticas", "lingüís- lenio". Pero la mayor parte de los teó-
Kant al "entendimiento" (VÉASE) y ticas", empiristas, neokantianas, etc. logos cristianos, especialmente a par-
propugnaron por una "intuición ( VÉA- pueden ser calificadas de anti-especu- tir de San Agustín, y en gran parte
SE) intelectual". El autor más impor- lativas, pero ello sucede también con por influencia de éste, consideraron la
tante al respecto es Hegel. Según éste, tendencias tales como la filosofía de esperanza como una virtud relativa a
569
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un bien de carácter personal. Este ca- bargo, los dos citados serán aquí su- causas. Laín examina la espera espe-
rácter personal fue integrado por San- ficientes, sobre todo porque uno de cíficamente humana en sus diversas
to Tomás en una concepción comuni- ellos, Laín Entralgo, ha proporciona- formas (como proyecto, como pre-
taria — relativa a una comunidad de do la primera amplia y completa his- gunta) y destaca siete momentos dis-
personas que viven en expectación toria, fenomenología y metafísica de tintos en dicha espera: finitud, nada,
del Reino de Dios, es decir, en ex- la esperanza en la época actual. realidad en cuanto tal, ser, infinitud,
pectación de "la posesión de Dios". Para Marcel, la esperanza no es abertura a lo fundamentante y comu-
Ello es posible, porque Dios ha pro- meramente un esperar que algo tenga nidad. Ello posibilita la esperanza en
metido su Reino al hombre, de modo lugar, sino un esperar fundado en una cuanto "esperanza genuina", la cual
que éste puede entonces —en virtud abertura tanto del que espera como de culmina en la beata spes, a cuya com-
de la Promesa— esperar. lo esperado. La esperanza se halla, prensión no accede la filosofía.
Por la índole de la presente obra pues, fundada en la trascendencia. Además de las obras citadas en el
no podemos extendernos sobre las Tiene un carácter personal, en cuanto texto, véase: J. Pieper, Über die
abundantes y complejas especulacio- es esperanza de alguien para alguien, Hoffnung, 1935. — Joaquín Andúriz,
nes de pensadores y cristianos en tor- pero también, y sobre todo, un carác- El existencialismo de la esperanza,
1949. — O. F. Bollnow, "Die Tugend
no a la noción de esperanza como ter ontológico en cuanto que se refie- der Hoffnung. Eine Auseinandersetz-
virtud teologal. Nos limitaremos a in- re al ser y no simplemente al tener ung mit den Existentialismus", Hu-
dicar que en la época moderna y con- (v.). La esperanza es para Marcel un manitas, X (1955), 153-64, reimp.,
temporánea ha habido por lo menos misterio y no un problema (VÉASE ). con ampliaciones, en Neue Gebor-
tres modos de considerar la esperan- La definición que Marcel da de la senheit, 1955 (trad. esp.: Filosofía de
za. Uno es el teológico cristiano al esperanza reza así (usamos la traduc- la esperanza, 1962). — Teófilo Urda-
que ya nos hemos referido y que ha ción de Laín ) : "La esperanza es esen- noz, "Para una filosofía y teología de
la esperanza", Ciencia Tomista, N°
sido objeto de múltiples debates por cialmente la disponibilidad de un al- 264 (1957), 549-612. — Ch.-A. Ber-
parte de teólogos y filósofos, como ma, tan íntimamente comprometida nard, S. J., Théologie de l'espérance
puede verse por la importancia dada en una experiencia de comunión que selon Saint Thomas d'Aquin, 1961.
a dicha noción en diversas direccio- puede cumplir un acto trascendente a ESPEUSIPO (ca. 407-339 antes de
nes: tomistas, jansenistas, molinosis- la oposición entre el querer y el co- J. C.), sobrino de Platón, nació en
tas, luteranos, etc. Otro es el modo nocer; un acto por el cual afirma la Atenas, entró en la Academia en 387,
"psicológico"; según éste, la esperanza perennidad viviente de que esta ex- acompañó a su maestro en su tercer
es una de las llamadas "pasiones del periencia ofrece a la vez granjeria y viaje a Sicilia y fue nombrado por
alma". Desde este punto de vista la primicia." él escolarca de la Academia, cargo
esperanza ha sido definida como la Laín Entralgo llega asimismo a la que ocupó desde 347 hasta la muer-
perspectiva de adquisición de un bien idea de la esperanza que puede cali- te. Aunque Diógenes Laercio (IV,
con probabilidad de alcanzarlo (Des- ficarse de ontológica, pero, a diferen- 1) dice de Espeusipo que siguió fiel-
cartes, Les passions de l'âme, art. 58) cia de Marcel, lleva a cabo un logrado mente las enseñanzas de Platón, lo
o como un placer experimentado ante esfuerzo con el fin de poner en rela- cierto es que criticó acerbamente la
la idea de un probable futuro goce ción (usando aquí la distinción hei- doctrina de las ideas. En vez de las
de algo que puede producir deleite deggeriana) lo ontológico con lo ónti- ideas propuso los números — no co-
(Locke, Essay, II xx 9). Este análisis co. Laín se interesa por lo que puede mo números ideales o ideas de núme-
psicológico de la esperanza hace de descubrirse en el análisis del acto de ros, pero sí como entidades separadas
ésta fundamentalmente una "espera" esperar por parte del animal. Un exa- de la experiencia. Además, rechazó
y una "expectación". Otro modo, fi- men del "estado de alerta" muestra la doctrina platónica del Bien como
nalmente, es el que, casi siempre en que "la futurición de la existencia idea de las ideas y lo consideró sólo
relación con la tradición cristiana, se animal tiene su forma más propia en como un fin. El Bien era, pues, para
ha manifestado en nuestro tiempo con la espera. Vivir animalmente es, en Espeusipo, distinto de la Unidad y
autores que han tendido a una inter- su más honda y específica raíz, ejerci- de la Razón. Pues el Bien es un
pretación "existencial" de la esperan- tar una espera predatoria o defensi- resultado —un resultado de un pro-
za. Destacamos a este respecto las ceso—, en tanto que la Unidad es
va" (subrayado por Laín). Ahora
un principio, y la Razón es la divi-
ideas de Gabriel Marcel (en el trabajo bien, la espera humana participa de nidad. Esta última puede ser equi-
"Esquisse d'une phénoménologie et los caracteres del esperar animal, pero parada al Alma rectora del Mundo.
d'une métaphysique de l'espérance" trasciende de ellos en diversos res- Sin embargo, Espeusipo no se limitó
[1942], incluida en el volumen Homo pectos. Por ejemplo, la espera humana en su filosofía a las cuestiones meta-
viator. Prolegomènes à une métaphy- es "suprainstintiva, suprasituacio-nal físicas. Se ocupó asimismo de pro-
sique de l'esperance [1944] y las de e indefinida". Con ello se abre el blemas del conocimiento (afirmando
Pedro Laín Entralgo (en La espera y camino para la constitución de la es- que hay una "percepción cognoscen-
la esperanza, 1957, 2a ed., 1958). peranza. Ello no significa que la espe- te", e)pisthmonikh\ ai)/sqhsij, capaz de
Puede también a este respecto hacerse ranza sea un mero desarrollo de la proporcionar definiciones); de cues-
referencia a ideas de Kierkegaard, espera animal. Pero puede muy bien tiones éticas (sosteniendo que la per-
Heidegger y otros autores (incluyendo destacarse el carácter espiritual de la fección es un bien obtenido por con-
a algunos que, como Sartre, parecen esperanza sin desligarlo de los funda- formidad con la Naturaleza); y de
tratar la esperanza fundándose en un mentos naturales, los cuales aparecen clasificaciones de animales y plantas
análisis del "desesperar"). Sin em- entonces como condiciones y no como
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(en la obra titulada )Omoi/a). Las lla- pueblo" (esprit des nations) está bien un espíritu determinado — y deter-
madas críticas de Aristóteles a Pla- clara tanto en su Ensayo como en sus minado por la historia. Por eso el
tón en los libros M y N de la Meta- obras históricas. La relación entre espíritu de un pueblo equivale a un
física están en parte (según Jaeger) Francia y Alemania al respecto está individuo en el curso de la historia
dirigidas contra Espeusipo. aún por averiguar con detalle; según universal y por eso los espíritus de
Espeusipo escribió, al parecer, gran Ortega y Gasset, un estudio completo los diversos pueblos en el curso de la
número de memorias y diálogos. Sólo del intercambio cultural franco- historia son los grados en la historia
quedan fragmentos. Véase al respecto germano entre 1798 y 1830 mostraría del universo, en la cual se realiza el
H. Diels, Doxographi Graeci, 1879. hasta qué punto los alemanes son Espíritu universal. Este espíritu
— F. W. A. Mullach, Fragmenta
philosophorum graecorum, III, 1881 deudores de los franceses —y espe- universal aparece encarnado según las
(§ § 62-9). — P. Lang, De Speusippi cialmente de Voltaire— en la idea del épocas en un pueblo determinado y
academici scriptis, accedunt fragmen Volksgeist (a ello habría que agregar hasta en un determinado individuo,
ta, 1911 (Dis.). — Sobre Espeusipo: la posible influencia de la histo- que representa la conciencia del pue-
F. Ravaisson, Speusippi de primis re- riografía inglesa del siglo XVIII, espe- blo y de la época. La idea del es-
rum principiis placita, 1838. — M. cialmente la de Gibbon y Hume). píritu del pueblo fue asimismo con-
A. Fischer, De Speusippi vita, 1845. En todo caso, tal como es hoy enten- siderablemente desarrollada en la lla-
— E. Frank, Plato und die sogenan- dida, la idea está llena de resonan- mada "escuela histórica" alemana, aun
nten Pythagoreer, 1923. — H. Cher-
niss, The Riddle of the Early Aca- cias romántico-alemanas. En efecto, cuando se la despojó del aspecto me-
demy, 1945, Cap. II. — Art. de J. cualesquiera que fuesen sus orígenes, tafísico que tenía en Hegel para ate-
Stenzel sobre Espeusipo (Speusippos) los alemanes insistieron más que nadie nerse a sus manifestaciones "empíri-
en Pauly-Wissowa. sobre este tema. Así lo vemos en cas". De un modo o de otro la idea
ESPIRITISMO. Véase METAPSÍ - Herder, quien entiende la historia se infiltró en concepciones muy di-
QUICA. como historia de la humanidad, pero versas durante el siglo XIX y hasta
ESPÍRITU (CIENCIAS DEL). quien a la vez muestra en sus Ideas parte del siglo XX.
Véase ESPÍRITU, ESPIRITUAL. que la historia humana se realiza a Hemos indicado que hay estrecha
ESPÍRITU DEL PUEBLO. Tradu- través de una serie de 'espíritus po- relación entre la noción del espíritu
cimos con esta expresión el término pulares". Lo vemos también en Fichte, del pueblo y la noción del espíritu
Volksgeist, tan usado por Hegel y no sólo en sus Caracteres de la edad de la época. El espíritu de la época
por algunos de los llamados román- contemporánea, sino también, y de puede ser considerado inclusive como
ticos alemanes. Podría asimismo ver- un modo más concreto, en sus escritos el espíritu del pueblo en una época
terse por 'Espíritu nacional', si no fue- filosófico-políticos: los Discursos y determinada. Sin embargo, suele ha-
se por las connotaciones políticas pos- el Estado comercial cerrado. Lo ve- blarse de espíritu de la época en
teriores que ha arrastrado el adjetivo mos, finalmente, y con mayor ampli- forma más general como aquel modo
'nacional' y que no estaban incluidas tud, en Hegel, quien se refiere al de ser o de actuar (o conjunto de
en la idea de Volk (aun cuando debe espíritu de los pueblos en diferentes modos de ser o de actuar) que expre-
advertirse que Hegel usa algunas ve- ocasiones (en la Propedéutica de san lo más esencial de una época his-
ces la expresión Nationalgeist en un 1808/1809; Glöckner, 3: 202-3, donde tórica. Se ha discutido con frecuencia
sentido similar al de Volksgeist; define la vida interna del espíritu de si la noción de espíritu de la época
ejemplos de ello se encuentran en la un pueblo como formada por costum- es justificada; sí representa una rea-
Filosofía del Espíritu § 394; Glockner, bres, leyes y constitución; en la Fe- lidad o es simplemente la hipóstasis
10: 79, y en la Filosofía de la nomenología del Espíritu, § 33; de ciertas realidades. Iluminativos son
Religión, Parte 1, C; Glöckner 15: Glockner, 7:85, en donde concibe el al respecto los versos que Goethe
233). Volk es entendido la mayor "Espíritu universal" como formado pone en boca de Fausto en la pri-
parte de las veces como la comuni- por la concurrencia y relación entre sí mera parte del poema durante una
dad de un pueblo poseedor de su de los espíritus de los diversos pue- conversación con el criado Wagner:
propio destino. blos a través de la historia). En esto Was ihr den Geist der Zeiten heisst,
La idea del espíritu del pueblo no vemos, dicho sea de paso, la estrecha Das ist im Grund der Herren eigner
es, sin embargo, de origen alemán. relación que hay entre la idea del Geist,
Surgió en Francia durante el siglo Espíritu del pueblo y la idea del In dem die Zeiten sich bespiegeln.
XVIII —y justamente con el Zeitgeist o Espíritu de la época. Nos (Lo que llamas el espíritu de los
nombre de 'espíritu de la nación'— referiremos luego a este último. Con- tiempos es, en el fondo, el
en aquellos instantes en que, como tinuemos indicando que vemos tam- espíritu de las
señala Paul Hazard, abundaron los bién tratada la noción de Volksgeist gentes en quienes los tiempos se
estudios sobre 'el espíritu de...'. especialmente en la Introducción a la reflejan.)
Así, por ejemplo, y sobre todo, en Filosofía de la Historia; Glockner,
Montesquieu y Voltaire. 11:84, siguientes; en trad. Gaos, I, Fausto añade: "Da ist's denn wahr-
Montesquieu habla en L'esprit des 1928, 92 y sigs. Dice allí Hegel que lich oft ein Jammer!" ("Con frecuen-
lois (xix, 4) de "el espíritu nacional" el sentimiento que un pueblo tiene cia no es más que una miseria"). Con
o "espíritu de una nación" resultante de sí y de sus posesiones, institucio- ello expresa aquí Goethe la reacción
de diversos factores (clima, religión, nes, costumbres, pasado, etc. consti- contra la enfática literatura produci-
etc., etc.). En cuanto a Voltaire, la tuye una entidad: es el Espíritu del da en torno a la idea del Espíritu de
idea de un "espíritu nacional" o pueblo. Se trata, agrega Hegel, de la época, el cual era considerado por
"espíritu del
571
ESP ESP ESP
sus adversarios como la hipóstasis pne= m a tiene un significado menos escolástico. El término 'espíritu' es
de una realidad últimamente indivi- "espiritual" que 'espíritu'. En vista de usado aquí para designar una subs-
dual y psicológica. estas dificultades, y de la multiplici- tancia o una forma viviente inmate-
Theodor Litt, Philosophie und Zeit- dad de significados de los vocablos rial. 'Espiritual' es casi siempre sinó-
geist, 1955. griegos en cuestión, es recomendable nimo de 'inmaterial' pero como hay
ESPÍRITU, ESPIRITUAL. Estos en muchos casos limitarse a transcri- realidades inmateriales (por ejemplo,
términos han sido usados, y son en birlos. Es lo que hemos hecho en los los números) que no son substancias
parte todavía usados, en varios senti- artículos Nous y Pneuma ( VÉANSE ). o formas vivientes, hay que precisar
dos y dentro de muy diversos contex- No obstante, puede usarse el voca- el sentido de la "inmaterialidad". Este
tos. Examinaremos aquí algunos de blo 'espíritu' como término general sentido depende en gran medida de
los significados y de los usos, y bos- que designa todos los diversos modos la forma de relación (o falta de rela-
quejaremos luego diversas concepcio- de ser que de algún modo trascienden ción) de lo espiritual con lo material.
nes sobre el espíritu y lo espiritual en lo vital. En este caso, puede decirse Los escolásticos, y especialmente los
las cuales estos términos son de fun- que autores como Anaxágoras y Aris- autores tomistas, estiman que no puede
damental importancia. tóteles, así como muchos neoplatóni- hablarse de realidad espiritual si ésta
El término 'espíritu' se ha usado cos, desarrollaron una concepción del depende intrínsecamente de algo
con frecuencia para traducir el voca- espíritu y de lo espiritual. material, es decir, si la realidad "es-
blo griego nou= j (nous) y también En numerosos casos, el espíritu (de- piritual" (o, si se quiere, las activida-
para traducir el vocablo griego signado con este mismo nombre o des "espirituales") han surgido como
pneu= m a (pneuma). Hay razones a fa- mediante otros) es entendido como consecuencia de la existencia de una
vor y en contra de esta traducción. algo opuesto a la materia. También realidad material (o de la actuación
Entre las razones en favor, mencio- se ha entendido el espíritu como algo de realidades materiales). Puede ha-
naremos las siguientes. El término opuesto a la carne ("el espíritu es blarse, en cambio, de realidad o de
nou= j se ha usado muchas veces para fuerte, pero la carne es débil"). El actividad espirituales si la dependen-
designar una realidad —o un princi- carácter complejo del concepto de es- cia de la materia es extrínseca, es
pio de actividades— de naturaleza píritu se revela en la abundancia de decir, si la operación de un principio
distinta y casi siempre "superior" a la los usos del término 'espíritu'. Par- material para la producción de activi-
realidad —o principio de activida- tiendo de una idea general de "esen- dades espirituales es una condición
des— designada por el vocablo Yuxh) cia última" de algo, se ha hablado del necesaria, pero no suficiente. Ahora
(psyché) o "alma". Mientras el "alma" "espíritu de la ley" (muchas veces, bien, este "espíritu" no es todavía el
(en este sentido) es algo orgánico o en oposición a la simple "letra de la "espíritu puro". Para la existencia de
protoorgánico, o algo afectivo y emo- ley"), del "espíritu de una época", este último es menester que no haya
tivo, etc., el nous es algo "intelec- del "espíritu de las naciones", del "es- ninguna dependencia de lo material,
tual". El "alma" es un principio "vi- píritu del pueblo" ( VÉASE ), del "espí- ni intrínseca ni extrínseca. La espiri-
vificante" mientras que el nous es un ritu positivo" (Comte), etc., etc., etc. tualidad del alma humana es para la
principio "pensante". Algo semejante Para complicar las cosas, el término mayor parte de los autores escolásti-
ocurre con el término pneu=ma. Así, 'espíritu' se usó asimismo en diversas cos una espiritualidad no pura, es de-
pues, en tanto que nou= j y pneu=ma de- épocas para referirse a alguna reali- cir, fundada en una dependencia
signan realidades que trascienden lo dad orgánica o psico-orgánica; tal, extrínseca, y en una independencia
"vital" y lo "orgánico", son traduci- por ejemplo, los llamados "espíritus intrínseca, cuando menos en su ser. A
bles por 'espíritu'. Por lo demás, el animales" y "espíritus vitales". veces se distingue entre espíritu, en
término 'espíritu' procede del latín En vista de todo ello, podría pre- cuanto forma viviente inmaterial, y
spiritus, el cual, si bien originariamente guntarse si no sería mejor desterrar de espíritu puro, en cuanto substancia
designa "soplo", "aliento", "exhala- la filosofía los vocablos 'espíritu' y 'es- (no meramente forma) inmaterial.
ción", etc., se ha usado asimismo, y piritual', sobre todo si se tiene pre- Otro contexto en el cual los térmi-
con frecuencia, para referirse a algo sente que en algunos idiomas moder- nos 'espíritu' y 'espiritual' alcanzan
esencialmente inmaterial y dotado de nos se confunde entre lo "espiritual" un sentido más definido que el común
"razón" — a algo, pues, semejante a y lo "mental" y en otros se distingue y vago es el de las filosofías de corte
lo designado mediante los dos indica- entre ellos. Hay, sin embargo, una o tradición "espiritualista". Esta
dos vocablos griegos. posibilidad de hacer más preciso el tradición es muy variada. Puede
Sin embargo, militan en contra de sentido de 'espíritu' y 'espiritual', y incluirse en ella el "inmaterialismo"
la traducción propuesta el que nou= j es confinar estos términos a concep- (por ejemplo, de Berkeley), ciertas
y pneu=ma se hayan traducido asimis- ciones filosóficas en las cuales tiene formas de "eclecticismo" (especial-
mo, y más adecuadamente, por otros un sentido preciso, o relativamente mente el de Victor Cousin) y las co-
vocablos. Por ejemplo, no se dice "es- preciso — o, en todo caso, más preci- rrientes en las cuales se afirma la
píritu activo" y "espíritu pasivo", sino so que el uso general de 'espíritu' existencia y con frecuencia realidad
"entendimiento activo" y "entendi- para designar o una "esencia última" preeminente de un "yo interior pro-
miento pasivo" o bien "intelecto acti- o alguna "actividad superior del al- fundo" no identificable con lo psíqui-
vo" e "intelecto pasivo". Por otro la- ma". Ello ocurre principalmente en co y menos aun identificable con lo
do, aunque se dice "Espíritu Santo" tres contextos, a los que nos referire- psíquico-orgánico (aunque posible-
para traducir a)/gion Pneu=ma , hay que mos de inmediato. mente revelable a través de este últi-
tener en cuenta que en otros casos El primero es el del vocabulario mo). Ejemplos de esta última forma
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los tenemos en diversas filosofías des- la "filosofía del Espíritu" sucede y formulación de la filosofía del Espí-
arrolladas en Francia (Maine de Bi- supera la "lógica" y la "filosofía de la ritu como "acto puro" (Gentile).
ran, Lachelier, Bergson, etc.). Naturaleza". Ello no significa que el Menos ligados a Hegel se hallan cier-
El último contexto es, a nuestro Espíritu "aparezca" solamente des- tos autores de la escuela neokantiana
entender, el más importante desde el pués del "Ser" y de la "Naturaleza"; de Badén (véase BADÉN [ESCUELA
punto de vista de la filosofía contem- éstos eran Espíritus "antes de serlo" DE ]); la preocupación por los proble-
poránea. Es el que se originó en par- por lo menos en el sentido en que mas de la estructura y formas de la
te dentro del idealismo alemán, al- eran caminos (dialécticos) hacia la realidad cultural e histórica llevó a
canzó gran desarrollo con Hegel y se autorrealización del Espíritu. Este úl- tales autores (como Rickert y Win-
ha manifestado durante las últimas timo alcanza el estadio que le es pro- delband) a estudiar el "espíritu obje-
décadas en una serie de doctrinas so- pio al comenzar el regreso de la Na- tivo" o, si se quiere, las "objetivacio-
bre "el ser espiritual", ya sea como turaleza hacia sí misma en el reino de nes espirituales". También han desa-
un modo de ser específico, ya como la conciencia de sí. Este regreso tiene rrollado teorías o filosofías del espíritu
la manera de ser propia del hombre tres etapas, las cuales corresponden a autores como Léon Brunschvicg ( VÉA-
como "ser histórico". Nos referiremos las tres nociones hegelianas del Espí- SE ) y R. Eucken (v.). El primero
brevemente a las citadas corrientes. ritu: el Espíritu subjetivo, el Espíritu describió "la vida espiritual" como
Uno de los vocablos más abundan- objetivo y el Espíritu absoluto. La una realidad simultáneamente inteli-
temente usados por los idealistas ale- filosofía del Espíritu como Espíritu gente y activa. El segundo acentuó la
manes fue el vocablo Geist — que se subjetivo estudia el emerger del Es- autonomía de la "vida espiritual" y
traduce muy adecuadamente por 'es- píritu desde su situación de "hundi- propuso un método noológico (VÉASE
píritu'. Importante dentro del pen- miento" en la Naturaleza, el desarro- [debe tenerse presente que el signifi-
samiento idealista, fue por un lado la llo de la conciencia y el desenvolvi- cado de 'noológico' en Eucken no es
idea de una contraposición entre Es- miento del sujeto como sujeto práctico el mismo que en autores anteriores a
píritu y Naturaleza y por otro lado la (moral) y teórico ( cognoscente ). La Hegel, como Crusius, para quien la
idea de una "conciliación" de ambas, filosofía del Espíritu como Espíritu noología (o teoría del espíritu) equi-
o de una "absorción" de la "tensión" objetivo estudia los modos como el vale más bien a la "psicología racio-
apuntada mediante "el Espíritu". Nos Espíritu subjetivo se "fija" en la mo- nal", o que en autores muy alejados
limitaremos aquí a referirnos a Hegel. ralidad, el Estado y la historia. La de Hegel, como Hamilton, donde la
Este autor habla a veces de "Idea" y filosofía del Espíritu como Espíritu noología es la doctrina de la razón o,
de "Idea absoluta" como si fuesen lo absoluto estudia el cumplimiento de mejor dicho, de los principios racio-
mismo que el "Espíritu" (Geist). Y la evolución o autodesarrollo del Es- nales]). El método noológico de Euc-
en cierta medida son lo mismo, sólo píritu en el arte, la religión y la filo- ken es, o pretende ser, un método
que la Idea es el aspecto abstracto de sofía. La última etapa es la historia específico para el estudio de la vida
la realidad concreta y viviente del de la filosofía misma, que culmina en espiritual, la actividad espiritual y las
Espíritu. La dificultad de circunscri- el sistema hegeliano del Espíritu. objetivaciones espirituales — método
bir la noción de Espíritu se debe a La noción hegeliana de espíritu ha distinto, y aun opuesto, al de las cien-
que de alguna manera el Espíritu es influido grandemente en muchas co- cias naturales. En todos estos auto-
"todo". Ahora bien, antes de ser "to- rrientes filosóficas, incluyendo algunas res el espíritu es presentado como una
do" o, más propiamente, "la verdad que han rechazado formalmente la realidad por así decirlo "viviente" y
de todo", el Espíritu comienza por metafísica de Hegel o que han queri- activa. Ludwig Klages (VÉASE), en
ser una verdad parcial que necesita do purificarla de su "dialéctica". Ello cambio, ha hablado del Espíritu
completarse. El Espíritu aparece co- no quiere decir que las investigacio- (Geist) en oposición al alma (Seele).
mo el objeto y el sujeto de la con- nes sobre la naturaleza de la llamada Según Klages, el Espíritu reseca, des-
ciencia de sí. Pero el Espíritu no es "realidad espiritual" y los esfuerzos integra y destruye mientras que el
algo particular — y menos todavía realizados con el fin de exhibir los alma vivifica, integra y crea.
una "substancia particular": el Es- grados y formas de tal realidad sean El problema del método para el
píritu es un Universal que se despliega simplemente desarrollos del pensa- estudio de la realidad espiritual y sus
a sí mismo. La "fenomenología del miento hegeliano. Con esta reserva a formas, y la cuestión de si tal método
Espíritu" es la descripción de la his- la vista, mencionaremos las tesis prin- es o no distinto del método (o méto-
toria de este auto-despliegue, en el cipales de algunas de las corrientes dos) empleados por las ciencias natu-
curso del cual se hallan los "objetos" filosóficas aludidas. rales, ha ocupado a no pocos filósofos.
en los cuales, por los cuales y también Dentro de una tradición más o me- Entre ellos destaca Dilthey ( VÉASE ).
contra los cuales el Espíritu se realiza. nos hegeliana se hallan las filosofías Éste ha distinguido entre ciencias de
Al llegar al último estadio de su des- del Espíritu elaboradas por idealistas la Naturaleza (Naturwissenschaften) y
envolvimiento el Espíritu se reconoce ingleses, norteamericanos e italianos. ciencias del Espíritu ( Geisteswissen-
como una Verdad que es tal solamente Destacan a este respecto las filosofías schaften). Se ha indicado a veces que
porque ha "absorbido" el error, la de Croce (VÉASE) y Gentile (v.), es- la expresión 'ciencias del Espíritu' tie-
negatividad y la parcialidad. La filo- pecialmente en tanto que han hecho ne un sentido similar a expresiones
sofía es, en cierto modo, "filosofía del formalmente uso de la noción de es- tales como 'ciencias naturales', 'cien-
Espíritu". Ahora bien, Hegel llama píritu. Importantes al respecto son las cias humanas', 'ciencias humanísticas',
también así a la tercera sección de la distinciones entre los aspectos teórico etc., etc., pero ello no es del todo cier-
Enciclopedia de ciencias filosóficas; y práctico del Espíritu (Croce) y la to, pues, en la acepción diltheyana
573
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cuando menos, "ciencias del espíritu" forman un todo homogéneo compara- ante lo que es y lo que vale. Ahora
no son simplemente un conjunto de ble al de las ciencias naturales. No bien, contra lo que creían "los anti-
disciplinas literarias, morales y políti- poseen tampoco ni un método común guos" el espíritu no es para Scheler
cas, sino un grupo de ciencias carac- ni ningún conjunto de supuestos me- un principio universal y activo. El es-
terizadas por un método: el método todológicos comunes, por lo cual son píritu no es sólo el resultado de la
"científico-espiritual" ( geisteswissen- "imposibles". Varios autores para represión de los impulsos naturales,
schaftliche Methode) a que nos he- quienes hay (por lo menos en princi- pero no es tampoco el principio su-
mos referido en el artículo sobre el pio) una continuidad entre todas las premo de actividad. Asentado sobre la
citado pensador. Este método ha sido ciencias, manifiestan que ello no sig- psique, el espíritu es la parte superior,
elaborado por numerosos autores (E. nifica que las ciencias del espíritu mas también la más débil del "ser".
Spranger, E. Rothacker, H. Leisegang, puedan reducirse a las ciencias natu- El espíritu logra influir sólo en cuanto
M. Frischeisen-Köhler, Hans Frayer, rales o, más específicamente, que los se ponen a su servicio los impulsos
etc.). Observemos solamente que métodos o el lenguaje de las primeras naturales. Éstos quedan determinados
Spranger ha elaborado una teoría del sean reducibles a los métodos o al por el espíritu. Sin embargo, la deter-
espíritu objetivo concebido como el lenguaje de las segundas. Pero que minación no es causa, sino una direc-
conjunto de objetivaciones de la vida no haya tal reducción (VÉASE ) no ción. El espíritu dirige y canaliza la
individual, como las formas superindi- equivale a una separación completa energía de los impulsos. Por eso la
viduales dotadas de sentido (Sinn) y entre ambos grupos de ciencias; hasta historia no debe explicarse a base de
susceptibles de comprensión ( VÉASE) es posible que unas se apoyen en impulsos ciegos ( el impulso sexual, la
y que Freyer ha establecido una cla- otras sin "reducirse" a ellas. necesidad económica, etc. ), pero tam-
sificación de las formas del espíritu Terminaremos refiriéndonos breve- poco como resultado de una actividad
objetivo en cinco grupos: las forma- mente a las opiniones de Max Scheleí puramente espiritual. La historia pue-
ciones con sentido propio, los útiles, y de Nicolai Hartmann sobre la idea de explicarse sólo —metafísicamente
los signos, las formas sociales y el del espíritu y los caracteres de la "rea- hablando— por medio de la conjun-
proceso educativo. lidad espiritual". Tanto Scheler como ción de factores reales (impulsivos) y
Es común considerar que las cien- N. Hartmann han recibido influencias determinaciones ideales (espirituales).
cias del espíritu comprenden, por un diversas (fenomenología, Dilthey, neo- N. Hartmann considera que el es-
lado, la psicología ( la "psicología des- kantismo, "neohegelianismo", etc.), píritu es la parte del ser por la cual
criptiva y analítica" en sentido dilthe- pero el resultado de sus trabajos no penetran los valores. El espíritu es
yano) y, por el otro, las "ciencias de puede reducirse simplemente a tales como una zona de contacto de lo hu-
la cultura". La psicología es ciencia influencias. mano con lo ideal. N. Hartmann se
del espíritu individual y subjetivo; las El problema del espíritu se halla ha ocupado especialmente de la cues-
ciencias de la cultura son ciencias del unido en Scheler al problema de la tión de los "grados del ser espiritual".
espíritu objetivo. Las ciencias cultura- constitución de una antropología (VÉA- Siguiendo a Hegel, N. Hartmann dis-
les como ciencias del espíritu se ocu- SE ) filosófica y, por tanto, al de la tingue entre el espíritu individual (o,
pan de la realidad psico-espiritual en esencia del hombre. Al examinar lo mejor, personal) y el espíritu objeti-
tanto que objetivada o constituida por que distingue al hombre del resto de vo. A diferencia de Hegel, sin embar-
las llamadas a veces "formas transub- la realidad, y en particular de los ani- go, considera que el espíritu objetivo,
jetivas", las cuales poseen "sentido" y males superiores, Scheler manifiesta bien que superindividual, no es subs-
se fundan de algún modo en viven- que no es la memoria asociativa ni la tancial.
cias orginarias (véase VIVENCIA). Así inteligencia práctica, ni menos aun el Indicamos a continuación, por or-
tales ciencias se ocupan del Estado, psiquismo (que es común a todo ser den cronológico, diversas obras en las
de la sociedad, del arte, del lenguaje, viviente): es el espíritu. Éste se dis- cuales se trata, desde diversos puntos
de la historia, etc. tingue de la psique y de la vida; es de vista, el problema del significado
del concepto "espíritu" y la cuestión
Se ha discutido a menudo si las un principio "que se opone a toda de la naturaleza del espíritu y la vida
ciencias del espíritu son o no inde- vida en general" y que no puede re- espiritual.
pendientes de las ciencias naturales. ducirse a la razón, porque ésta es uno Rudolf Eucken, Die Einheit des
Los autores últimamente citados, y de sus "momentos" o formas. El espí- Geistesleben in Bewusstsein und Tat
en particular Dilthey, se han manifes- ritu es el conjunto de los actos supe- der Menschheit, 1888. — íd., id., Der
tado a favor de una casi completa riores centrados en la unidad dinámi- Kampf um einen geistigen Lebens-
independencia mutua. Los autores de ca de la persona (v. ). Estos actos no inhalt, 1896 (trad. esp.: La lucha por
un contenido espiritual de la vida,
tendencia naturalista y otros que, sin son sólo de naturaleza pensante, sino 1925). — G. Class, Untersuchungen
ser naturalistas, no se adhieren a la también emotiva. El acto espiritual zur Phänomenologie und Ontologie
idea de la división del globus intellec- por excelencia es la intuición de esen- des menschlichen Geistes, 1896. —
tualis en dos hemisferios incomunica- cias. Las notas características del es- Léon Brunschvicg, Introduction à la
dos, sostienen o que no hay distinción píritu son: libertad, objetividad, con- vie de l'esprit, 1900. — Hermann
de principio entre las ciencias natu- ciencia de sí. Por la libertad el espíritu Siebeck, "Neue Beiträge zur Entwick-
rales y las llamadas "ciencias del es- se distingue de lo psicofísico. Por la lungsgeschichte des Geist-Begriffs",
Archiv für Geschichte der Philosophie,
píritu" o que si hay distinción es gra- objetividad, trasciende el medio natu- XXVII (1914), 1-16. — Hans Freyer,
dual y no tajante. Algunos autores ral y reconoce la realidad en su ver- Der Begriff Geist in der deutschen
(como J. Kraft, op. cit. infra) decla- dad. Por la conciencia de sí, alcanza Philosophie von Kant bis Hegel, 1908
ran que las ciencias del espíritu no la autoposesión. El espíritu se inclina
574
ESP ESP ESP
(Kantstudien. Ergänzungshefte 7). — agregar algunas de autores a que nos ESPIRITUALISMO se entiende:
Helmut Plessner Grundlinien zu einer hemos referido en el texto (Croce, (1) En sentido psicológico, como la
Aesthesiologie des Geistes, 1923. — Gentile principalmente; también Louis afirmación del primado del espíritu en
Hans Freyer, Theorie des objektiven Lavelle, René Le Senne). Obras en la explicación de los fenómenos psí-
Geistes, 1923, 3a ed., 1934. — Theo- inglés donde se trata el problema del quicos. (2) En sentido metafísico,
dor Erismann, Die Eíngenart des espíritu como algo distinto de la "psi- como la afirmación de que el mundo
Geistigen, 1924. — J. Hessing, Zelf- que" son, entre otras: G. F. Thomas,
bewusstwording des geestes, 1925 (en The Spirit and Its Freedom, 1939. — se halla constituido, en su fondo úl-
trad. alemana: Das Selbsbewusstwer- E. S. Brightman, The Spiritual Life, timo, por lo espiritual. Ambas signi-
den des Geistes, 1936). — E. Wechss- 1942. — Otras obras en inglés donde ficaciones se unen muchas veces
ler, Esprit und Geist, 1927. — José se trata del concepto de mind (tales cuando, al sostenerse el esplritualismo
Ortega y Gasset, "Vitalidad, alma, es- como C. W. Morris, Six Theories of metafísico, se considera que esa subs-
píritu", El Espectador, V, 1927, Mind, 1932, y G. Ryle, The Concept tancia espiritual que constituye el
reimp. en Obras completas, II. — Max of Mind, 1949) no se refieren al espí- fondo de lo existente es de carácter
Scheler, Die Stellung des Menschen ritu en el sentido tratado en el pre- psíquico. Así ocurre, por ejemplo, en
im Kosmos, 1928 ( trad. esp. : El puesto sente artículo. Más cerca de este con-
del hombre en el cosmos, 1929). — cepto se halla G. Santayana en The Leibniz y Lotze. Lo psíquico es en
Othmar Spann, Der Schöpfungsgang Realm of Spirit, 1940. Erwin Schrö- este caso una realidad que tiene di-
des Geistes, 1928. — Richard Kröner, dinger, Mind and Matter, 1956 (The versos grados, que va desde la in-
Die Selbstverwirklichung des Geistes. Tarner Lectures, 1956; trad. esp.: La consciencia absoluta hasta la con-
Prolegomena, zur Kulturphilosophie, mente y la materia, 1958) dilucida ciencia absoluta, hasta el espíritu en
1928. — Gallo Galli, Saggia sulla dia- algunos aspectos que pueden entrar el sentido más propio del vocablo.
lettica della realtà spirituale, 1933, 3a en la idea de "espíritu", aunque siem- El esplritualismo desemboca de este
ed., 1950. — Id., id., Linee fonda- pre muy próximos a la idea de "reali- modo con frecuencia en el monismo,
mentali di una filosofía dello spiríto, dad mental". Para la oposición en- pues tiende a concebir la realidad ma-
1962. — F. Noltenius, Materie, Psy- tre alma y espíritu a favor de la pri-
che, Geist, 1934. — Nicolai Hart- mera: Ludwis Klages, Der Geist als terial como fundada en la espiritual,
mann, Das Problem des geistigen Widersacher der Seele, 1929. — Para como el aspecto mecánico, extenso e
Seins, 1934. — Francisco Romero, Fi- el espíritu en el sentido sui generis inerte del espíritu. Sin embargo, no
losofía de la persona, 1934. — Id., id., de Jung (VÉASE ): C. G. Jung, Sym- todo esplritualismo es monista. No lo
Teoría del hombre, 1952. — Hermann bolik des Geistes. Studium über psy- es, por ejemplo, el esplritualismo de
Glöckner, Das Abenteuer des Geistes, chische Phänomenologie, 1948 (trad. Berkeley y Collier. Según William
1938. — Hermann Schmalenbach, esp.: Simbología del espíritu, 1962). James (A Pluralistic Universe, Cap.
Geist und Sein, 1939. — A. Carlini, — Para la idea del espíritu en N. I), el esplritualismo se subdivide en
La vita dello spirito, 1940. — Id., id., Hartmann: S. Breton, L'Être spiritual. dos especies: el esplritualismo "más
Lineamenti di una concezione realis- Recherches sur la philosophie de N. íntimo" (monista) y el esplritualismo
tica dello spirito umano, 1942. — W. H., 1962.
Szilasi, Macht imd Ohnmacht des De las numerosas obras sobre "menos íntimo" (dualista). "La espe-
Geistes, 1946. — Fritz Medicus, Na- "ciencias del espíritu" destacamos: cie dualista es el teísmo, que ha sido
tur und Geist, 1946. — Theodor Litt, W. Dilthey, Einleitung in die Geis- elaborado por los filósofos escolásti-
Mensch und Welt. Grundlinien einer teswissenschaften, 1883 (Gesammelte cos, en tanto que la especie monista
Philosophie des Geistes, 1948, 2a ed., Schriften, I, 1922; trad. esp. cit. en es el panteísmo, del cual se habla a
1961. — P. Wust, Dialektik des Geis- bibliografía de Dilthey [Wilhelm]). veces simplemente como de un idea-
tes, 1950. — L. Lupi, Preliminari di — E. Rothacker, Einleitung in die lismo, y a veces como del idealismo
una metafísica dello spirito, 1954. — Geisteswissenschafften, 1920. — Id., "post-kantiano" o 'absoluto'." A su
Ugo Redaño, Natura e spirito, 1954. id., Logik und Systematik der Geistes- vez, el esplritualismo de índole "más
— Imgard Gindl, Seele und Geist. wissenschaften, 1926, 3a ed., 1948. —
Versuch einer Unterscheidung, 1955. íntima" se subdivide en otras dos es-
Erich Becher, Geisteswissenschaft und pecies (o subespecies): una de forma
— Wolfgang Cramer, Grundlegung Naturwissenschaft, 1921. — E. Spran-
einer Theorie des Geistes, 1957. — más monista y otra de forma más plu-
ger, Der Sinn der Voraussetzungslosig-
José Camón Aznar, El ser en el espí keit in den Geisteswissenschaften, ralista. Esta última es la defendida
ritu, 1959. — André Marc, L'Être 1929. — Julius Kraft, Die Unmöglich- por el propio James.
et l'Esprit, 1955 (trad. esp.: El ser y keit der Geisteswissenschaft, 1934, 2a Por todas estas posibles divisiones,
el espíritu, 1962. — M. F. Sciacca, ed., 1959. — F. Schmidt, Kleine Lo el término 'espiritualismo' resulta un
Qué es el esplritualismo contemporá tanto ambiguo. Pero, además, la defi-
neo (trad. esp., 1962 [Esquemas, 55]. gik der Geisteswissenschaften, 1938.
La abundancia de obras alemanas — Juan Roura Parella, Spranger y las nición del término se complica por la
e italianas citadas refleja el hecho de ciencias del espíritu, 1944, especial definición que cada una de las ten-
que en Alemania y en Italia se ha mente Caps, II, III y IV. E. Grassi y dencias espiritualistas da del predica-
desarrollado muy particularmente la Th. von Uexküll, Vom Ursprung und do 'es espiritual'. Así, unos reducen lo
"filosofía del espíritu". Hay que te- Grenzen der Geisteswissenschaften espiritual a lo inmaterial puro y sim-
ner en cuenta que muchas obras que und Naturwissenschaften, 1950 (trad. ple; otros lo identifican con lo psíqui-
no se refieren especialmente al espí- esp.: Las ciencias de la Naturaleza y
ritu tratan asimismo de él. Tratan del espíritu, 1952). — Véase asimis co en general; otros, finalmente, sos-
también de la cuestión del espíritu mo bibliografía de BADÉN ( ESCUELAS tienen el primado del espíritu inclusive
la mayor parte de obras sobre el idea- DE ), CULTURA. sobre la psique, la vida y la materia,
lismo (VÉASE) alemán y sus diversas ESPÍRITU OBJETIVO. Véase ES- ya sea como una realidad superior,
ramificaciones en varios países. Por PÍRITU.
ya como la realidad de la cual las
lo demás, a las obras citadas hay que demás son manifestaciones.
575
ESQ ESQ ESQ
Cuando se habla de la filosofía posible una ciencia de la Naturaleza). imágenes (véase FANTASÍA, IMAGINA-
espiritualista en la filosofía, hay que Se plantea con ello lo que Kant llama CIÓN).
precisar lo que se entiende por 'espi- el problema de "la subsunción de las Ejemplos de esquemas son: el es-
ritualista'. El término 'espiritualista' es intuiciones bajo los conceptos puros". quema de la magnitud (cantidad) en
con gran frecuencia un vocablo po- Hay que investigar, en suma, cómo cuanto concepto del entendimiento es
lémico con el cual se pretende im- pueden aplicarse los conceptos puros el número —en cuanto unidad debida
pugnar o defender cierta vaga ten- del entendimiento (categorías) a la al engendrarse el tiempo en el curso
dencia al "primado de lo espiritual". experiencia. de la aprehensión de la intuición—;
Así ha ocurrido, por ejemplo, en gran Kant señala que debe haber un ele- el esquema de la substancia es la per-
número de polémicas sobre la escuela mento que sea homogéneo, por un manencia de lo real en el tiempo; el
de Cousin. La calificación de espiri- lado, con la categoría y, por el otro esquema de la necesidad es la exis-
tualista a una tendencia como si este lado, con la apariencia, de suerte que tencia de un objeto en todo tiempo;
término agotara su definición y diera se haga posible la aplicación de la el esquema de la causalidad es la su-
cuenta cabal de todas sus caracte- primera a la segunda. Se trata de un cesión temporal de la diversidad de
rísticas, a veces sumamente complejas, elemento "mediador", de una "repre- acuerdo con una regla.
es sin duda un residuo de la sentación mediadora" que sea en un Si consideramos ahora la causali-
consideración de la historia de la respecto intelectual y en otro respecto dad, podremos ver mejor en qué con-
filosofía desde el punto de vista de sensible. "Tal representación [media- siste un esquema y, además, reparar
las "sectas". El esplritualismo sería dora entre la categoría y la apariencia en un aspecto básico de la epistemo-
así una "secta" más, opuesta por lo o fenómeno] es el esquema trascen- logía kantiana. Una pura forma lógica
general al materialismo o al sensua- dental." del juicio, como la forma hipotética,
lismo, cierta afirmación de lo espi- "El concepto del entendimiento nada dice sobre la realidad. Es me-
ritual tanto en la metafísica como en —escribe Kant [Cfr. infra para bib.]— nester derivar la categoría de relación
la ética. Pero la oposición mencio- contiene la pura unidad sintética de (causalidad y dependencia). Ésta, a
nada y la calificación de espiritualista la diversidad en general. El tiempo, su vez, no puede directamente apli-
son siempre insuficientes, porque, como condición formal de la diversi- carse a los fenómenos. Pero los fenó-
aparte las múltiples nociones de lo dad del sentido interno y, por lo tanto, menos no revelan (como había dicho
espiritual, ni siquiera la precisión de de la conexión de todas las repre- Hume) más que la sucesión temporal
lo que se entiende por 'espíritu' puede sentaciones, contiene una diversidad sin un lazo causal necesario y univer-
caracterizar propiamente a una direc- a priori en la intuición pura. Ahora sal. La producción del esquema de
ción filosófica. bien, una determinación trascendental causalidad mediador entre la catego-
El espiritualismo contemporáneo se del tiempo es homogénea con la cate- ría y la sucesión temporal permite, en
ha manifestado especialmente en goría que constituye su unidad por cambio, afirmar que hay sucesión
Francia (con la "filosofía del espíri- cuanto es universal y se basa en una temporal de acuerdo con una regla a
tu " de L. La velle y R. Le Se nne regla a priori. Mas, por otro lado, es priori.
( VÉANSE]) y en Italia (con el llamado homogénea con la apariencia [fenó- El propio Kant destacó la dificul-
"espiritualismo cristiano" de muchos meno] en cuanto el tiempo se halla tad del esquematismo del entendi-
autores: M. F. Sciacca, Augusto Guz- contenido en toda representación em- miento en su aplicación a las aparien-
zo, L. Pareyson, Armando Carlini y pírica de la diversidad. Así, una apli- cias al escribir que se trata de "un
otros). cación de la categoría a las aparien- arte oculto en las profundidades del
Perceval Frutiger, Volonté et cias [fenómenos] resulta posible por alma humana cuyos modos reales de
Conscience: Essai de dualisme es- medio de la determinación trascen- actividad la Naturaleza no nos permi-
piritualiste, 1920. — M. F. Sciacca, dental del tiempo, el cual, como es- tirá jamás descubrir y abrir a nuestra
Linee di uno spiritualisme critico,
1936. — F. P. Alessio, Studi sul quema de los conceptos del entendi- mirada". Kant indicó, además, que el
Neospiritualismo, 1953 (sobre la "fi- miento, efectúa la subsunción de las esquema es, propiamente, "sólo el fe-
losofía del espíritu" de Carlini, Guzzo, apariencias [fenómenos] bajo la cate- nómeno o concepto sensible de un
Le Senne, Sciacca, Lavelle, etc.). — goría." objeto en acuerdo con la categoría".
N. Licciardello, Teoria dello spiritua- El esquema es siempre un produc- Por la dificultad tanto de la aplica-
lisme integrale, 1955. — S. Alberghi, to de la imaginación, pero no es una ción de la doctrina del esquematismo
Metafísica e spiritualisti italiani con- imagen. El esquema de un concepto como de la idea misma de "esquema",
temporanei, 1960.
es "la idea de un procedimiento uni- esta parte de la Crítica de la razón
ESQUEMA. Los conceptos puros versal de la imaginación" que hace pura ha suscitado numerosos comen-
del entendimiento en sentido kantiano posible una imagen del concepto. tarios. Nos referiremos a varios ejem-
(véase CATEGORÍA) son heterogéneos Mientras "la imagen es un producto plos de ellos considerando sobre todo
a las intuiciones empíricas y no diga- de la facultad empírica de la imagi- dos aspectos: (1) la cuestión de la
mos a las intuiciones sensibles. Sin nación reproductiva [a veces se lee: naturaleza de los esquemas del enten-
embargo, tales conceptos deben apli- productiva]", el "esquema de los con- dimiento; (2) la cuestión del papel
carse de algún modo a los fenómenos ceptos sensibles, tales como de las que la doctrina del esquematismo del
si los juicios formulados acerca de és- figuras en el espacio, es un producto entendimiento desempeña en la filo-
tos deben tener un carácter universal y, por así decirlo, un monograma de sofía kantiana.
y necesario (es decir, contener un la pura imaginación a priori" por me- ( 1 ) La interpretación "clásica" de
elemento a priori sin el cual no sería dio de la cual se hacen posibles las la doctrina kantiana al respecto es la
576
ESQ ESQ ESQ
que subraya el papel "mediador" de procedimiento con el fin de llegar a ger ha hablado de los "esquemas
los esquemas en el proceso del cono- un fin determinado y específico (por horizontales" al referirse a los tres
cimiento en el nivel del juicio. Una ejemplo, construir círculos), y un es- éxtasis de la temporalidad (véanse
vez admitido este papel "mediador" quema como regla de procedimiento ÉXTASIS, HORIZONTE ). Eugenio d'Ors
se discute acerca de si el procedimien- con el fin de construir fórmulas según ha desarrollado una "filosofía del es-
to de Kant al formular la doctrina del las cuales se cumplen ciertos fines, el quema" según la cual la inteligencia
esquematismo es sintético o analítico. esquematismo aparece siempre como —a diferencia de la razón abstracta y
Si es sintético, entonces "lo primero" una regla de procedimiento que per- de la intuición sensible— es capaz de
son las categorías —cuya significa- mite la "actuación inteligente". Es- captar los "esquemas" de las realida-
ción, cuando no son "aplicadas", es quematizar es, pues, tener un plan, des individuales haciendo éstas inteli-
meramente lógica—; luego vienen los aunque no una imagen. gibles sin destruir su carácter indivi-
esquemas y, con ello, la posibilidad (2) Peirce manifestó que la doctri- dual y concreto. La realidad de las
de aplicabilidad de los conceptos del na kantiana del esquematismo es algo cosas no consiste, según d'Ors, en su
entendimiento. Si es analítico, enton- sobrepuesto a la estructura de la Crí- "fenomenalidad apariencial" ni en su
ces "lo primero" son nociones tales tica de la razón pura. La distinción "abstracta esencia", sino en su "es-
como "substancia", "causa", etc. que tajante entre procesos intuitivos (sen- quema", que es como el orden y la
aparecen como modificadas temporal- sibilidad) y procesos discursivos (en- forma de las cosas. El esquema es,
mente; al analizarse tales nociones se tendimiento) permitió a Kant eman- así, un "universal concreto". "El es-
encuentran las categorías puras. El ciparse del leibnizianismo y concluir quema constituido por una línea que,
procedimiento sintético es el que pa- que no es posible dar ninguna des- a cierta altura, irradia varias líneas,
rece hallarse en la propia exposición cripción general de la existencia. La cada una de las cuales o alguna de
de Kant. Sin embargo, algunos auto- distinción kantiana fue en este senti- ellas, a su vez, irradia a cierta altura
res (como Gottfried Martin) indican do fecunda. Por desgracia, indica nuevas líneas, es... el lugar lógico en
que "para Kant no hay primero una Peirce, fue oscurecida por un lamen- que coinciden entidades tan distintas
categoría pura y luego algo añadido table defecto: el no poder correlacio- como ciertos grupos de palabras en el
a ella en el esquema, sino que la de- nar de nuevo la intuición con el "dis- lenguaje, como los miembros de una
terminación temporal de las catego- curso". Para corregir este defecto, se familia, como un árbol vegetal. . .
rías es algo originaria e inseparable- hizo necesaria la doctrina del esque- Más elementalmente aun, una esfera
mente dado a nosotros y meramente matismo. Ahora bien, si tal doctrina representa el esquema formal común
analizado" (op. cit. infra). no se le hubiese ocurrido a Kant pos- del planeta tierra (sin detenernos aho-
Heidegger (op. cit. infra) mantiene teriormente, como una solución ad ra a considerar hasta qué punto de
una opinión semejante a la última hoc, y hubiese partido de ella, habría regularidad o de exactitud), de una
citada, pero en vez de atenerse a la inundado todo su sistema. Peirce re- naranja, de una gota de mercurio."
interpretación "tradicional" de índole conoce, pues, que la doctrina del es- (La ciencia de la cultura, 1963.) Ors
predominantemente epistemológica quematismo es una teoría fundamen- llama al "pensar esquemático" "pen-
subraya el carácter ontológico de la tal, pero que no encaja dentro de la sar figurativo", pues los esquemas son
doctrina kantiana. Que "el concepto Crítica de la razón pura. las figuras a la vez inteligibles y con-
no sea nada fuera de la unidad regu- Para Heidegger, la doctrina kan- cretas de la realidad. Los esquemas
lativa de la regla" muestra que "lo tiana en cuestión es tan importante, introducen ritmos, formas, "eones",
primero" es la categoría en cuanto que representa "la etapa decisiva en estilos, etc. ( Véase José Luis L. Aran-
esquematizada. Pero ello no es una la instauración del fundamento de la guren, La filosofía de Eugenio d'Ors,
simple cuestión epistemológica; "el metaphysica generalis". La doctrina 1945, págs. 125 y sigs.).
esquematismo pertenece necesaria- del esquematismo es la piedra angu- Para Kant véase K. r. V., A 137 / Β
mente a la trascendencia". Y de ahí lar o pieza fundamental (Kernstück) 176 - A 148 / Β 187. — Casi todas
que "el problema del esquematismo de la Crítica kantiana. Contra la opi- las obras sobre Kant ( VÉASE ) tratan
de los conceptos puros del entendi- nión de muchos autores, que destacan con algún detalle la doctrina del es-
miento sea una cuestión sobre la na- la oscuridad y ambigüedad de esta quematismo. Especialmente detallados
turaleza última del conocimiento on- parte de la Crítica de la razón pura, son los comentarios de obras acerca
de la Deducción trascendental ( VÉA-
tológico". Heidegger opina que "cada palabra SE ). Las opiniones de G. Martin, en
Para T. D. Weldon, lo más impor- ha sido medida". En un sentido pare- I. Kant. Ontologie und Wissenschafts-
tante de la doctrina kantiana que co- cido se manifiesta Roger Duvel (op. theorie, 1951, § 12. — Las de Hei-
mentamos es que permite comprender cit. infra) al decir que la doctrina del degger, en Kant und das Problem der
lo que Kant entendía por 'pensar' esquematismo es el eje de la filosofía Metaphysik, 1929, § § 19-23. — Las
(Weldon, op. cit. infra) — tomando la kantiana. Según Duval, los esquemas de T. D. Weldon, en Kant's Critique
expresión 'pensar' en un sentido res- permiten resolver a fondo el problema of Pure Reason, 2a ed., 1958 [1a ed.,
tringido. Los esquemas son reglas de capital del conocimiento: la unión de 1945], págs. 163-71. — Las de Peir-
procedimiento por medio de las cua- lo a priori con lo a posteriori, y de lo ce, en Collected Papers, 1.35. — Las
de R. Duval, en La métaphysique de
les se llevan a cabo ciertos "planes": necesario con lo contingente. Kant d'après la théorie du schéma-
pensar por medio de esquemas es, Los términos 'esquema' y 'esque- tisme, 1951, passim. — Entre otros co-
pues, "actuar" (inteligentemente). mático' han sido usados en un sentido mentarios, mencionamos: W. Zschok-
Aunque Kant no distinguió claramen- preciso por diversos filósofos contem- ke, "Ueber Kants Lehre vom Schema-
te entre un esquema como regla de poráneos. Así, por ejemplo, Heideg- tismus der reinen Vernunft", Kantstu-
577
ESS ESS EST
dien, XII (1907). — H. Levy, Kants (3) Que los que se oponen a su ateísmo y el escepticismo, defensa del
Lehre vom Schematismus der reinen "tesis" lo hacen por seguir la doctri espiritualismo) y el modo como los
Verstandsbegriffe, I Teil, 1907. — F. na de las "ideas abstractas", con la llevó a cabo (crítica del realismo en
Heinemann, Der Aufbau von Kants cual no se hace sino duplicar innece la doctrina de los universales y de
Kritik der reinen Vernunft und das la epistemología de Locke). En todo
Problem der Zeit, 1911, especialmente sariamente la realidad (Principles,
págs. 131-214. — H. J. Patón, Kant's §§ 5 et al.). caso, aunque sea muy importante el
Metaphysic of Experience. A Com- (4) Que tal "tesis" no se aplica componente epistemológico (y lin-
mentary on the First Half of the sólo a las llamadas "cualidades secun güístico) en las citadas opiniones de
Kritik der reinen Vernunft, 1936, es- darias", sino también a las (errónea Berkeley, sería injusto desestimar por
pecialmente págs. 17-78. — Enzo mente) llamadas "cualidades prima completo el componente teológico.
Paci, "Critica dello schematismo trans- rias" (Principles, § 9; Three Dialo Este último se manifiesta sobre todo
cendentale", Rivista di Filosofía cuando, al plantearse la cuestión de lo
(1955), 387-414 y (1956), 37-56. — gues, I). Es absurdo, pues, afirmar
que existe algo que se llama "mate que ocurre cuando nadie percibe una
Pasquale Salvucci, La dottrina kantia-
na dello schematismo transcendentale ria" o "substancia corpórea". No hay idea, y, sin embargo, el objeto signi-
1957. más substancias que las substancias ficado por ella sigue existiendo, Ber-
ESSE. Véase ENTE, ESENCIA, EXIS- activas, las cuales son espíritus. keley indica que hay un Espíritu Uni-
TENCIA, SER. Las opiniones de Berkeley llevan al versal (Dios) que percibe todo lo
ESSE EST INESSE. Véase ACCI- idealismo y al esplritualismo. Sin em- percibible desde todos los ángulos po-
DENTE , INESSE.
sibles. El fundamento de la percep-
bargo, puede subrayarse asimismo en
ESSE EST PERCIPI. Berkeley ción (o del esse est percipi) es, pues,
ellas el nominalismo y el fenomenis- Dios — y no sólo, como escribe en
(VÉASE) mantenía que todos los obje- mo. Cuando se destaca el idealismo y una ocasión, aunque sin insistir luego
tos del conocimiento son "ideas real- el esplritualismo, el esse est percipi en ello, la mera "posibilidad" de per-
mente impresas en los sentidos, o bien berkeleyano parece estar en contradic- cepción por un espíritu finito.
tales [es decir, tales objetos de cono- ción con el "sentido común". Cuando En la mencionada edición de Luce-
cimiento] que son percibidos al prestar se destacan el nominalismo y el feno- Jessop, los pasajes más pertinentes al
atención a las pasiones y operaciones menismo (y especialmente este últi- asunto tratado se hallan en los si-
del espíritu, o finalmente ideas mo), el "principio" berkeleyano parece guientes volúmenes y páginas: II, 42
formadas con auxilio de la memoria constituir una defensa del sentido y sigs., 50 y sigs., 59, 61, 76, 78 y
y de la imaginación, ya sea compo- común. Además, parece ser no tanto sigs., 80 y sigs., 168, 175, 179, 190,
niendo, dividiendo o meramente re- una afirmación sobre la existencia co- 200, 230, 234, 237, 244, 249, 250,
presentando las que son originaria- mo más bien una interpretación del 257 y sigs.; III, 13; V, 12, 119, 135.
mente percibidas en los modos indi- significado del predicado 'existe'. Es ESTADÍSTICA. Nos limitamos en
cados" (Principles, § 1). Lo que se plausible afirmar que hay en Berkeley este artículo a poner de relieve el pro-
llama "una cosa" significada por me- todas estas intenciones a un tiempo. blema general planteado por el uso
dio de un nombre es una colección En sus Comentarios —los Philosophi- del método estadístico en las ciencias.
de ideas. En consecuencia, el ser de cal Commentaries, antes llamados Prescindiremos de cuestiones técnicas
un objeto consiste en su ser percibido, Commonplace Book of Occasional y de las diferentes formas que adopta
esto es, esse est percipi. Metaphysical Thoughts— Berkeley in- el método estadístico. Conviene com-
A la vez, estas ideas son percibidas dicó ya que "No existen propiamente pletar este artículo con lo dicho en
por un espíritu. Las ideas son pasivas, sino personas, es decir, cosas cons- los dedicados a las nociones de in-
pero el espíritu es activo. El ser de cientes, no siendo las demás cosas ducción y probabilidad ( VÉANSE ).
este último consiste en percibir ideas, tanto existencias como modos de exis-
El ideal de la ciencia durante la
por lo cual su ser puede ser definido tencia de personas" (Notebook B.
época moderna ha sido la formula-
como un percibir, esto es, esse est per- Entry, 24; Works, ed. Luce-Jessop, I,
ción de leyes en las cuales se sos-
cipere. Si consideramos ahora todas 10). Pero también señaló: "No se diga
tenga que un fenómeno o grupo de
las formas de ser posibles, tendremos que suprimo la existencia. Únicamente
fenómenos sigue siempre a la apari-
que el ser sólo o ser percibido o per- declaro el significado del término en
ción de otro fenómeno o grupo de
cibir, de acuerdo con la fórmula esse cuanto puedo comprenderlo" (ibid., -
fenómenos dados. La filosofía sub-
est percipi et [o, mejor, aut] perci- 593; I, 74). Por tanto, las fórmulas
yacente en tal ideal ha sido el de-
pere. berkeleyanas esse est percipi y esse est
terminismo (v. ). Ahora bien, tan
Berkeley se extiende sobre esta percipere constituyen a la vez una tesis
pronto como se suprime de la con-
cuestión manifestando, en defensa de sobre la existencia y una tesis sobre
sideración anterior el vocablo 'siem-
su posición: el significado de 'existe'. Algunos
pre', es menester abandonar el citado
( 1 ) Que ser percibido puede que- autores estiman que la primera tesis
ideal. Si, por ejemplo, establecemos
rer decir asimismo poder ser percibi- se funda en la segunda; otros, que
que un fenómeno dado sigue a un
do (Principles, § 2). Berkeley desembocó en la segunda en
grupo de hechos dados 90 veces por
(2) Que negar su tesis (la cual no vista de la primera. Estimamos aquí
cada 100 veces, formulamos una ley
es, a su entender, una tesis, sino un que ambas tesis se hallan
de tipo distinto de la ley causal de-
hecho primordial innegable) equivale íntimamente relacionadas entre sí
terminista: es una ley estadística. Ob-
a admitir la existencia de realidades dentro del conjunto del pensamiento
servemos que en la formulación de
no percibidas o no percibibles, de las de Berkeley, esto es, si consideramos
tal ley no se supone que por cada
cuales no se puede decir nada. sus varios propósitos (lucha contra el
578
EST EST EST
100 veces que tenemos el grupo de nos objetivos. Aunque en las ciencias aristocracia, tiranía, etc. y se discutía
hechos en cuestión tendremos 90 ve- se usan ambos métodos, conviene cuál era el mejor régimen. Tanto Pla-
ces el referido fenómeno (ni menos distinguirlos. Siguiendo a Carnap, di- tón (véase especialmente Rep., VIII)
que lo tendremos 9 por cada 10 ve- remos que el método estadístico se como Aristóteles (Pol., passim] discu-
ces). En la ley estadística se declara halla ligado al concepto de probabi- tieron ampliamente estos problemas y
que, dado un número suficientemen- lidad como frecuencia relativa, mien- trataron de encontrar el fundamento
te grande de repeticiones del proce- tras que el método inductivo se re- de la legitimidad del poder en el Es-
so considerado, se tiende a obtener fiere al concepto de probabilidad co- tado en un tipo de constitución que
90 una razón de mo grado de confirmación. se hallara distante de la anarquía y
90/100. Por medio del R. von Mises, Wahrscheinlichkeit, de la oligarquía. Que el poder de go-
método estadístico definimos, por con- Statistik und Wahrheit, 1928 (trad. bierno en el Estado sea patrimonio de
siguiente, una cierta área de incerti- esp.: Probabilidad, estadística y ver- los "pocos" no significa, ni en Platón
dumbre, que se va restringiendo a dad, 1948). — M. R. Cohen, É. Na- ni en Aristóteles, que sea un poder
gel, An Introduction to Logic and oligárquico. El poder de los gober-
medida que aumentamos el número Scientific Method, 1934, Cap. XVI.
de casos. El método estadístico hace, — H. Schorer, Grundlegung und nantes no está fundado en los intere-
pues, posible la obtención de un tér- Einführung in die statistische Me- ses particulares de éstos, sino en el
mino medio y, con ello, la realiza- thode, 1946. — Lancelot Hogben, interés del Estado en tanto que com-
ción de uno de los propósitos esen- Statistical Theory: the Relationship of puesto de distintos grupos cuyas rela-
ciales de las ciencias y de la acción Probability, Credibility, and Error, ciones entre sí están determinadas por
humana: la predicción. 1957. — Véase asimismo la bibliogra- la justicia.
El método estadístico es usado hoy fía de INDUCCIÓN y PROBABILIDAD. En la Edad Media la disputa sobre
en todas las ciencias. En algunas de ESTADO. El Estado ha sido tema la naturaleza del Estado versó sobre
ellas —como las ciencias sociales, la de reflexión filosófica en casi todos todo en torno a la supremacía del Es-
biología (teoría de la herencia), et- los grandes pensadores, los cuales, tado sobre la Iglesia o viceversa, en-
cétera— es el método más destacado. en particular desde Platón, han in- tendiéndose por el primero una comu-
En otras —como en la física— des- tentado definir su esencia y su mi- nidad temporal e histórica, y por la
empeña un papel menos decisivo, pero sión con respecto al individuo y a la segunda una comunidad espiritual
de todos modos importante. Ello su- sociedad. En la Antigüedad, el pro- que se halla en la historia, pero que
cede especialmente en la escala mi- blema del Estado era un caso par- trasciende de ella. Las teorías de San
crofísica, en la cual el citado méto- ticular del problema más general de Agustín (V. CIUDAD DE Dios) y de
do es fundamental. Se considera a la justicia, y de ahí que tanto en Santo Tomás de Aquino sobre el Esta-
veces inclusive que la certidumbre la discusión platónica sobre el Estado do, relacionadas con la visión cristiana
alcanzada en las leyes macrofísicas ideal como en los escritos políticos de la historia, concluyen la inferiori-
se debe a la restricción al máximo de Aristóteles, que reanudan, por dad del Estado respecto a la Iglesia,
del área de incertidumbre definida otro lado, los temas puestos en cir- pero mientras para el primero el Esta-
en el área microfísica. Sin embargo, culación por los sofistas, se hable del do es con frecuencia algo malo, para
si hay acuerdo en el uso de los mé- Estado como la mejor organización el segundo es un reflejo de la Iglesia,
todos, no lo hay siempre en la inter- de la sociedad, como aquella forma una comunidad que representa los in-
pretación dada de los mismos. Algu- o articulación de los individuos y de tereses temporales, pero que debe ser
nos autores suponen que se usa el las clases que permite realizar en la guiada por los fines espirituales de
método estadístico porque todavía no medida de lo posible la idea de la la Iglesia. En el Renacimiento se
se ha aprendido a suprimir el área justicia, dando a cada uno lo que opera un cambio radical en la con-
de incertidumbre. Otros, en cambio, de derecho le pertenece. Con ello cepción del Estado; como reacción
señalan que la citada área de incerti- Platón y Aristóteles se oponían por contra la pretensión de predominio
dumbre es una realidad objetiva, que igual a algunos sofistas, quienes esti- de la Iglesia y como consecuencia
el método estadístico se limita a des- maban que el Estado no se halla fun- de la formación de los Estados nacio-
cribir. Estos últimos afirman que, dado en la justicia, sino en "el interés nales, la filosofía del Estado tiende
cuando menos en ciertas esferas de del más fuerte" (Trasímaco en Pla- como, por ejemplo, en Maquiavelo
la realidad, hay azar y no determina- tón, Rep., I), anticipando con ello al- (como ya ocurrió en Marsilio de Pa-
ción. Hay que tener cuidado, con gunos de los temas del maquiavelis- dua), a una exigencia de separación
todo, de no confundir el azar con mo, de la teoría del contrato social rigurosa del Estado y de la Iglesia, a
la libertad; hablar, por ejemplo, de (v.) y del totalitarismo modernos. Para la cual se niega toda soberanía tempo-
"la libertad de un electrón" es una tales sofistas, el Estado se halla bási- ral como paso al primado del Estado.
emta/basij ei)j a)/llo ge/ noj contra camente ligado al "poder". Con ello el Estado es desvinculado,
la cual el filósofo y el científico deben Especialmente a partir de Platón por una parte, de su fundamento
precaverse. ocupó grandemente a los griegos la divino y es decididamente insertado
El método estadístico es uno de cuestión de los diversos posibles tipos en la temporalidad y en la historia.
los métodos de la probabilidad: el de Estado de acuerdo con el grupo o Se enlazan con ello diversas teorías
que se refiere a fenómenos objetivos. grupos que ejercieran el poder, es de- utópicas acerca del Estado ideal
Ño debe confundirse este método con cir, la cuestión de la "constitución —Campanella, Tomás Moro— que,
los inductivos, los cuales se refieren política". Se hablaba a este respecto continuando la ruta iniciada por Pla-
a proposiciones sobre tales fenóme- de timocracia, oligarquía, democracia, tón, intentan encontrar una organi-
579
EST EST EST
zación de tal Índole que sea posible das las funciones que pudieran co- "el orden estatal es la forma extrema
en ella la paz y la justicia. Durante rresponder tanto a una clase como de lo colectivo", "el superlativo de lo
los siglos XVII y XVIII predomina la a un individuo o a una Iglesia. El social". El Estado, siempre que no
teoría del Estado como pacto (V. Estado es para Hegel el lugar donde pretenda sustituir a la sociedad, se
CONTRATO SOCIAL), ya sea en cuanto el espíritu objetivo, vencida la opo- limita a intervenir en ella cuando,
contrato realizado por los hombres sición entre la familia y la sociedad dentro de las actividades sociales que
para evitar el aniquilamiento final civil, llega a realizarse plenamente. han surgido espontáneamente, en-
que produciría la guerra de todos El que rige el Estado debe ser, con- cuentra algunas que son ineludibles,
contra todos (Hobbes), ya sea como forme a la teoría romántica, el repre- que deben ser conservadas, manteni-
renuncia al egoísmo producido por sentante del "espíritu del pueblo" (v.) das y ordenadas. La actividad espon-
el estado innatural de civilización, y o "espíritu nacional" (Volksgeist), el tánea social queda entonces estatifi-
consiguiente sometimiento a la que cumple los fines objetivos plan- cada, oficializada. Por eso el Estado
voluntad general (Rousseau). Pa- teados por este espíritu. es, en el fondo, la fijación y determi-
ralelamente se desenvuelve la teoría La discusión sobre el Estado se nación de toda espontaneidad social.
del Estado como comunidad de los mueve durante casi todo el siglo XIX La filosofía del Estado tiene por
hombres libres, los cuales son más dentro de los rieles de la lucha entre misión definir la esencia del Estado
libres precisamente porque viven en el individualismo y el colectivismo. y determinar sus formas efectivas y
el Estado "según el decreto común" En ambos casos es concebido el Es- posibles. Para ello debe procurar
(Spinoza). El Estado es así aquella tado como un equilibrio, pero mien- ante todo establecer una distinción
organización de la sociedad que ga- tras para el primero es el equilibrio entre lo que aparece casi siempre
rantiza la libertad, cuyo fin es, en de la tensión entre las voluntades confundido y mezclado —Estado, na-
realidad, la libertad, por la cual se particulares, para el segundo es el ción, pueblo, sociedad— y precisar
entiende casi siempre la libertad de equilibrio resultante de la supresión la función del Estado dentro de cada
pensamiento o, mejor dicho, la libertad de estas voluntades, cuya presencia una de estas realidades y como re-
de profesar una religión sin so- y actuación se suponen nocivas para unión parcial de todas ellas. En sus
metimiento forzoso a la oficial del el Estado. En el marxismo, el Estado investigaciones, la filosofía del Estado
Estado. El Estado aparece aquí ya representa el dominio de una clase, se relaciona íntimamente con la filo-
en gran parte como un equilibrio, la cual ejerce desde el poder, bajo sofía del Derecho, con la sociología
equilibrio de las distintas sectas reli- la máscara del equilibrio y de la y, desde luego, con la ciencia y la
giosas, por un lado, y de las clases justicia, su propia y particular do- filosofía de la historia. No debe con-
por otro. Durante la Ilustración, el minación, y por eso en tal doctrina fundirse, sin embargo, la filosofía del
Estado es concebido muchas veces, se propugna la desaparición del Es- Estado con la ciencia del Estado;
de acuerdo con la doctrina del "des- tado una vez que se haya conseguido, la primera es la reflexión filosófica
potismo ilustrado", como aquella or- mediante la dictadura proletaria, la sobre la realidad llamada "Estado",
ganización que puede conducir a los abolición definitiva de las clases. La realidad que aparece en la vida hu-
hombres por el camino de la razón supresión de la tensión entre las cla- mana y debe ser comprendida como
frente al oscurantismo, las nieblas y ses mediante una dictadura aparece una forma de esta vida; la segunda
las supersticiones del pasado. Para de nuevo en los llamados Estados to- comprende, en cambio, el estudio
Kant, el Estado debe estar constituido talitarios, donde toda actividad queda concreto de la organización y estruc-
de tal modo que, sea cual fuere su integrada en el cuerpo del Estado, tura del Estado, la teoría general de
origen histórico, la ley corresponda a identificado con un partido que pre- su constitución.
una organización establecida por tende representar a su vez la nación, Teorías jurídicas y filosófico-jurí-
pacto y contrato. La libertad es tam- la raza, el pueblo, etc. En el Estado dicas sobre el Estado: Georg Jellinek,
bién el fin del Estado, pero esta totalitario queda excluido todo lo Allgemeine Staatslehre, 1900 (trad.
libertad no debe entenderse como una que no se halle al servicio del Estado, esp.: Teoría general del Estado, 2
arbitrariedad subjetiva, sino como el vols., 1914-15). — O. G. Fischbach,
toda actividad espontánea desenvuelta Allgemeine Staatslehre, 2a ed., 1928
respeto de la libertad moral de cada al margen de él, que es estimada (trad. esp.: Teoría general del Esta-
uno a la libertad moral del conjunto, simultáneamente opuesta a él. La do, 1934). — Hans Kelsen, Allge-
hecha posible mediante la ley. Los ascendencia hegeliana de estos tipos meine Staatslehre, 1925 (trad. esp.:
componentes del Estado son, en de Estados resulta sobre todo evi- Teoría general del Estado, 1934).
cuanto hombres, fines en sí que deben dente en la propensión a la diviniza- — R. Carré de Malberg, Contribution
someterse al fin en sí de su ción del Estado y a su confusión con à la théorie générale de l'État, I, 1920;
moralidad y que no deben ser em- II, 1922 (trad. esp.: Teoría general
todas las instancias —sociedad, na- del Estado, 1948). — L. T. Hobhouse,
pleados en ningún caso como medios. ción, pueblo— que significan reali- The Metaphysical Theory of the
En cambio, la filosofía romántica dades muy diferentes, por íntima State). 1918 (Parte I de los
desarrollada en Alemania al hilo de que sea su vinculación con la orga- Principles of Sociology de dicho
un violento despertar nacionalista, nización estatal. autor). — Othmar Spann, Der wahre
tiende a identificar la nación con el El Estado es, en realidad, como Staat, 1921. — F. Oppen-heimer,
Estado y a atribuir a éste, como señala Ortega y Gasset, un modo o System der Soziologie (vol. II: Der
verdadero representante de aquélla, Staat, 1926). — Hans Freyer, Der
porción de la sociedad; en el Estado Staat, 1925. — Ha-rold T- Laski, The
de la comunidad de todos los hom- quedan potenciadas todas las vigen- State in Theory and Practice, 1935.
bres unidos por un mismo fin, to- cias sociales, hasta el punto de que — Karl Petras-
580
EST EST EST
hek, System der Philosophie des Staa- tado", o, más precisamente, varios En cierto sentido se puede decir en-
tes und des Völkerrechts, 1938. — modos de "estar". Puede decirse que tonces que el ser de cada cosa es pro-
R. G. Collingwood, The New Le- el "estar" es una de las maneras del piamente (y hasta formalmente) su
viathan, or Man, Society, Civiliza- "ser". Pero a la vez puede admitirse "estado" o su "estar".
tion and Barbarism, 1942. — Agustín el "estar" como un modo distinto del
Basave Fernández del Valle, Teoría Las ideas sobre el status naturae o
del Estado. Fundamentos de filosofía "ser". Como ha indicado Julián Ma- "estado de Naturaleza" —es decir, al
política, 1955. — Concepto sociológico rías (Ensayos de convivencia, 1955; supuesto estado natural del hombre
y concepto jurídico: Hans Kelsen, Der reimp. en Obras completas, III [1959], antes de la sociedad— han abundado
soziologische und der juristische págs. 172-3), el uso (y, además, la en la época moderna; nos hemos refe-
Staatsbegriff, 1928. — Fenomenología posibilidad de frecuencia del uso) del rido a esta cuestión en artículos tales
del Estado: Edith Stein, Eine verbo 'estar' en español permite ex- como CONTRATO SOCIAL y JUSNATU-
Untersuchung über den Staat, 1925
[Jahrbuch für Philosophie und presar conceptos que quedan velados, RALISMO (y también GROCIO [HUGO],
phanomenologische Forschung, VII]. o por lo menos, no suficientemente HOBBES [THOMAS ] y ROUSSEAU [JEAN-
— Filosofía del Estado: Holstein y claros en idiomas que no poseen la JACQUES] ).
Larenz, Staatsphilosophie, 1933. — clara distinción entre 'ser' y 'estar'. Agreguemos que el término 'esta-
Kurt Schilling, Der Staat. Seine geis- Así, por ejemplo, el 'estar' y varias do' aparece en algunos autores ingle-
tigen Grundlagen, seine Entstehung locuciones en las cuales interviene ses en un sentido bastante preciso en
und Entwicklung, 1935. — Arnold 'estar' (como 'estar en', 'estar a', 'estar la expresión state of affairs. El state
Gehlen, Der Staat und die Philoso-
phie, 1934. — Historia de las doc- abocado a', etc. etc.) hacen posible, of affairs es "lo que al caso" en cuanto
trinas filosóficas del Estado: L. Gum- entre otras cosas, dar mayor preci- correlato de una proposición y es,
plowicz, Geschichte der Staatstheo- sión a la idea heideggeriana del Da- pues, equivalente al alemán Sachver-
rien, 1926. — E. von Hippel, Ges- sein (véase DASEIN, EXISTENCIA) en halt, empleado en sentidos parecidos
chichte der Statsphilosophie in Haupt· cuanto "estar" puede analizarse y, a por Husserl y "Wittgenstein (la expre-
kapiteln, 2 vols., 1955-1958. — Filo- la vez, enriquecerse, en comparación sión Sachverhalt en el Tractatus 2.01
musi Guelfi, La dottrina dello Stato y contraste con las ideas del "ser", del ha sido traducida justamente por state
nellantiquità greca nei suo rapporti
con l'etica, 1874. — Leopold Ziegler, "ser así", del "ser tal o cual" y otras. of affairs). El state of affairs o
Von Platons Staatheit zum chrístlichen En su forma sustantiva, el vocablo estado de cosas es, en cierto modo,
Staat, 1948. — Adolfo Ravà, Le teorie 'estado' podría en principio dar gran un hecho ( VÉASE), siempre que éste
filosofiche sullo Stato, 1933. — Ha- juego en comparación y contraste con sea interpretado no como el ser del
rold J. Laski, El Estado moderno (trad. los vocablos 'esencia', 'existencia', 'ser', hecho, sino justamente como su "es-
esp., 1931, de la obra A Gram-mar of 'ente', 'hábito', 'condición', etc. Podría tar" o "estar siendo" (lo que es, o tal
Politics, 1925). — Robert Morrison entonces darse a 'estado' una signifi- como es).
MacIver, The Modem State, 1926. —
A. Weber, La crisis de la idea cación más amplia de la que tiene ESTAR. Véase ESTADO (STATUS),
moderna del Estado en Europa (trad. cuando se emplea esta palabra para ESTAR; EXISTENCIA, SER .
esp., 1932). — Karl Larenz, Rechts- traducir una de las citadas categorías ESTÉTICA. En tanto que derivada
und Staatsphilosophie der aristotélicas, sea la situación o postura, de ai)\sqhsij, sensación, Kant llama Es-
Gegenwart, 1932. — Para el des- o sea (como ocurre con especial tética trascendental a la "ciencia de
arrollo histórico de las teorías polí- frecuencia) la (décima) categoría de todos los principios a priori de la
ticas: Ernst Cassirer, The Myth of
the State, 1946 (trad. esp.: El mito la "pasión" o "hábito". sensibilidad" (K.r.V., Β 35 / A 21).
del Estado, 1947). En el artículo Situación ( VÉASE ) En la "Estética trascendental" así
ESTADO (STATUS), ESTAR. El hemos aludido al uso medieval de entendida, considera Kant, en primer
vocablo 'estado' —que escribimos con status, que es, según Renato Lazzari- lugar, la sensibilidad separada del en-
minúscula para distinguirlo de 'Esta- ni, un antecedente del concepto ac- tendimiento, y, en segundo término,
do' ( VÉASE )— designa el modo de tual (o de algunos de los conceptos separa de la intuición todo lo que per-
ser de una realidad, la situación en actuales) de "situación". Agregamos tenece a la sensación, "con el fin de
que se halla una realidad. El estado aquí que el término status ha sido quedarnos sólo con la intuición pura
es el hecho de estar, es decir, de ha- empleado frecuentemente en la Edad y con la forma del fenómeno, que es
llarse en una cierta situación o condi- Media en relación con expresiones co- lo único que la sensibilidad puede dar
ción, de encontrarse en un cierto mo- mo status naturae, "estado de Natura- a priori" (op. cit., Β 36 / A 22). La
do. Puede emplearse 'estado' para tra- leza", que ha tenido un sentido "Estética trascendental" se distingue
ducir la categoría ( VÉASE) aristotélica teológico y también un sentido antro- de la "Lógica trascendental", que exa-
kei=sqai (como 'echado', 'sentado'). pológico. De un modo preciso ha de- mina los principios del entendimiento
Esta categoría es traducida también finido Duns Escoto (apud É. Gilson, puro, y poco tiene, por tanto, que ver
por 'situación' o 'postura'. Podría asi- Jean Duns Scot [1952], pág. 61) el con lo que en la actualidad se llama
mismo emplearse 'estado' para tradu- "estado" (status) como una perma- estética, ciencia de lo bello o filosofía
cir la categoría aristotélica χάσχειν nencia estable asegurada por las leyes del arte. En este último sentido, el
(como 'cortado'). Esta categoría es asi- de la sabiduría divina (stabilis per- término 'estética' fue empleado por
mismo traducida por 'pasión'. La po- manentia legibus divinae sapientiae Alexander Baumgarten ( VÉASE) y des-
sibilidad de emplear el mismo térmi- firmata). Las entidades se hallan en de entonces la estética ha sido consi-
no para traducir varias categorías el estado que corresponde a su natu- derada como una disciplina filosófica
indica que hay varios modos de "es- raleza en cuanto ha sido establecida, sin que ello excluya la existencia de
y afirmada, por la sabiduría de Dios. reflexiones y aun de sistemas estéticos
581
EST EST EST
en la anterior filosofía. El problema de la naturaleza subjetiva. El juicio es- Schelling reduce la belleza a la iden-
capital de la estética en el sentido de tético es, pues, por lo pronto, un juicio tidad de los contrarios en el seno de
Baumgarten es, en efecto, el de la de valor, distinto, por consiguiente, no lo Absoluto, a la síntesis de lo subje-
esencia de lo bello. Según Baum- sólo de los juicios de existencia sino tivo y objetivo, o cuando Hegel con-
garten, la estética, en cuanto theoria también de los demás juicios axio- vierte lo bello en manifestación de
liberalium artium, gnoseologia infe- lógicos, pero mientras en éstos hay la Idea. Una tendencia análoga se
rior, ars pulchre cogitandi, ars analo-gi satisfacción de un deseo o corres- revela en Schopenhauer al hacer del
rationis, es la scientia cognitionis pondencia con la voluntad moral, arte la revelación más propia de las
sensitivae (Aesthetica, § 1 ). Es decir, en la adecuación de lo bello con el ideas eternas, pues el artista es, frente
el fin de la estética es la perfectio sujeto, esto es, en el juicio estético al hombre vulgar, el que contempla
cognitionis sensitivae, qua talis (ibid., por el cual encontramos algo bello, serenamente las objetivaciones de la
§ 14). El problema fue ya dilucidado no hay satisfacción, sino agrado des- Voluntad metafísica.
en la Antigüedad especialmente por interesado. El desinterés caracteriza En las últimas décadas se han pro-
Platón, Aristóteles y Plotino, quienes, la actitud estética en el mismo sen- puesto muchas definiciones de la es-
al lado de consideraciones estéticas tido en que el juego es la actividad tética, algunas de las cuales no han
más o menos "puras", siguieron la puramente desinteresada, la compla- hecho sino reformular en un nuevo
antigua tendencia a la identificación cencia sin finalidad útil o moral. lenguaje las antiguas concepciones
de lo bello con lo bueno en la unidad Por eso lo estético es independiente antes mencionadas. Puede hablarse
de lo real perfecto, y, por lo tanto, su- y no puede estar al servicio de fines así de concepciones absolutistas y re-
bordinaron en la mayor parte de ca- ajenos a él; es, en sus propias pa- lativistas, subjetivistas y objetivistas
sos, al tratar de definir la esencia de labras, "finalidad sin fin". Lo bello de la estética según se consideren
lo bello y no simplemente de averiguar no es reconocido objetivamente co- respectivamente la naturaleza de los
en detalle los problemas estéticos, el mo un valor absoluto, sino que tiene objetos estéticos o el origen de los
valor de la belleza a valores extraesté- sólo relación con el sujeto; el hecho juicios estéticos. Otras concepciones
ticos y particularmente a entidades de las distintas y contradictorias apre- que se han propuesto y de las que
metafísicas. La identificación de lo ciaciones sobre lo bello, no es, sin diremos unas palabras son las si-
bueno con lo bello es propia asimismo embargo, el producto de esta necesa- guientes: la formalista y la intuido-
de la filosofía inglesa del sentimiento ria referencia a la subjetividad, sino nista, la psicológica y la sociológica,
moral, en particular de Shaftesbury, el hecho de que la actitud del sujeto la axiológica y la semiótica. Las con-
y se encuentra en algunas direcciones sea siempre plena y puramente cepciones formalistas atienden exclu-
del idealismo romántico. En realidad, desinteresada, dedicada a la contem- sivamente a la forma de los objetos
sólo desde hace relativamente poco plación. La prioridad del juicio es- estéticos en el sentido en el que
tiempo se ha intentado erigir una es- tético requiere, a pesar de su referen- hemos analizado el problema de lo
tética independiente, alejada de consi- cia al sujeto, el desprendimiento en formal en el artículo Formalismo
deraciones de tipo predominantemente éste de cuanto sea ajeno al desinte- (VÉASE). Las concepciones intuicio-
metafísico, lógico, psicológico o rés y a la finalidad sin fin. nistas han reducido a lo mínimo el
gnoseológico. Los gérmenes de esta Esta concepción, llamada subjeti- papel de los elementos puramente
estética como disciplina independiente va, de la estética, ha sido prose- formales y han establecido una muy
se encuentran ya en gran número en guida a través del siglo XIX y durante rígida línea divisoria entre la intui-
la Antigüedad y en la Edad Media, pero buena parte del actual por gran nú- ción estética y la expresión ( VÉASE )
han sido desarrollados sobre todo con la mero de pensadores, quienes, sin de esta intuición. Las concepciones
crítica kantiana del juicio, que es en embargo, han mezclado las tesis sub- psicológicas y sociológicas tienen de
parte una delimitación de esferas jetivas con las objetivas o han ten- común el hecho de que han intentado
axiológicas. Mientras para Baum-garten dido a una concepción puramente reducir el significado de los juicios
lo estético era sólo, siguiendo la axiológica como, por otro lado, está estéticos al origen —individual y co-
tendencia general de la escuela de ya preformada en el propio Kant. lectivo— de los mismos. Más com-
Leibniz-Wolff, algo inferior y confuso Considerada desde el sujeto, la esté- plejas —y sobre todo más influyen-
frente a lo consciente y racional, tica ha sido elaborada sobre todo tes— son las dos últimas concepciones
sensitivae, Kant trató el juicio estético atendiendo a lo que hace del juicio mencionadas en nuestra lista: la axio-
al lado del teológico examinando lo estético el producto de una vivencia, lógica y la semiótica, por lo que nos
que hay de a priori en el sentimiento. tanto si ésta es concebida como oscura extenderemos algo más sobre ellas. La
Lo que caracteriza al juicio reflexivo es, intuición cuanto si es presentada estética axiológica considera la estética
según Kant, la finalidad, pero mientras como una clara aprehensión, como como la ciencia de un grupo de va-
ésta es objetiva en el juicio teológico una mera contemplación o como una lores (lo bello, lo feo, lo ordenado, lo
propiamente dicho, que se refiere a lo proyección sentimental. En cambio, desordenado, lo alusivo, lo expresivo,
orgánico, es subjetiva en el juicio la estética desarrollada desde el ob- etc. etc.). Sus dos principales pro-
estético, por cuanto la finalidad de la jeto ha tendido particularmente a blemas son: primero, la descripción
forma del objeto es adecuada con una reducción de lo estético a lo ex- de tales valores; segundo, la inter-
respecto al sujeto, lo que no significa traestético, a la definición de la es- pretación de los mismos. Este último
precisamente con respecto al sujeto tructura de lo bello mediante carac- problema ha dado origen a múltiples
individual, sino a todo sujeto, con lo teres ajenos a él. Este es, por ejemplo, discusiones, paralelas a las que han
cual puede llamarse la unidad el caso del idealismo alemán cuando tenido lugar en la teoría del va-
582
EST
lor ( VÉASE ) en general. En efecto,
se ha examinado si los valores en
cuestión son absolutos o relativos, si
dependen del individuo o de la co-
lectividad, si están o no ligados a
otros valores y cuestiones análogas.
Ha sido inevitable, pues, que se hayan
reinsertado en la estética axiológica
los problemas tradicionales a que he-
mos hecho ya referencia. En cuanto
a la estética semiótica, considera la
estética como una parte de la semió-
tica general, por lo que ha sido lla-
mada a veces una semiótica no lógi-
ca. Su principal misión es el análisis
de los llamados signos estéticos
¡cónicos, y su finalidad es la consi-
deración del objeto estético como un
vehículo de comunicación. Hay que
notar a este respecto que la estética
semiótica no es forzosamente incom-
patible con la estética axiológica; al-
gunos autores han defendido la tesis
de que una teoría estética completa
se apoya tanto en la teoría de los
signos como en una teoría de los
valores.
A veces se distingue entre la esté-
tica y la filosofía del arte. A veces
se estima que las dos forman una sola
disciplina. Si considerarnos ahora el
conjunto de los problemas que se
plantean al tratadista de estética, po-
demos dar (sin pretensión exhaustiva)
la enumeración siguiente: (1) La fe-
nomenología de los procesos estéti-
cos; (2) El análisis del lenguaje es-
tético comparado con los demás len-
guajes; (3) La ontología regional de
los valores estéticos, cualquiera que
sea el status ontológico que se ads-
criba a éstos; (4) El origen de los
juicios estéticos; (5) La relación entre
forma y materia; (6) El estudio de
la función de los juicios estéticos den-
tro de la vida humana, y (7) El exa-
men de la función de supuestos de
índole estética en juicios no estéticos
(como, por ejemplo, los de la ciencia).
EST EST
(Macedonia) entre fines del siglo V versario de Carnéades. Se incluyen a
y comienzos del siglo VI, es conside- veces entre los viejos estoicos a Boeto
rado como un neoplatónico. Su impor- (Boezo) de Sidón (entre siglos π y i
tancia radica en lo doxografía (véase antes de J. C.), también influido por
DOXÓGRAFOS) usualmente citada como los peripatéticos; Arquidemo de Tarso
Eclogae [Eclogae physicae o Eclo-gae (siglo II antes de J. C.) y Zenón de
physicae et ethicae] o "Extractos". Tarso. Los antiguos estoicos recogie-
Recogiendo numerosas informaciones ron algunos rasgos de la escuela cí-
sobre filósofos y doctrinas, así corno nica, especialmente en la política y la
numerosos fragmentos y extractos, y moral, y se preocuparon intensamente
basándose en gran parte en los Placita de cuestiones físicas —que relaciona-
de Aecio (VÉASE), Estobeo compuso ron con sus ideas acerca de la divini-
cuatro libros titulados al parecer dad y del destino— y lógicas. La fí-
Eklogw=n a)pofqegma/twn u)poqhkwn sica estoica y los notables trabajos
bibli/a te/ssara. Estos cuatro libros se estoicos en la lógica proceden casi en-
repartieron en dos volúmenes de dos teramente de este período. Algunos
ESTILO DE VIDA. Véase ADLER libros cada uno. El primer volumen autores subrayan el naturalismo y ra-
(ALFRED) . abarca las citadas Eclogae; el segundo cionalismo de los viejos estoicos.
ESTILPÓN DE MEGARA (fl. 320 es la llamada Antología, (2) El llamado estoicismo medio.
antes de J. C. ), uno de los miembros ( A nqolo/ g ion o Florilegium. Sus principales figuras son Panecio y
de la escuela de Megara o de los Edición crítica por C. Wachsmuth Posidonio (VÉANSE). Figuras menos
megáricos ( VÉASE ), profesó en Ate- y O. Hense en 5 vols., 1884-1923. — importantes son: Recatón de Rodas
Véase Hermann Diels, Doxographi (siglo π antes de J. C.), discípulo de
nas. Según Diógenes Laercio (II, graeci, 1879; editio itérala, 1929. —
113 sigs.), fue discípulo de algunos Panecio, que se interesó grandemente
Id., id., "Stobaios und Aëtios", Rhei-
de los seguidores de Euclides de Me- nisches Museum, Ν. F. XXXVI por cuestiones morales e influyó mu-
gara o quizá del propio Euclides, (1881), 343-50. — Artículo de O. cho sobre el desarrollo del estoicismo
destacándose por su σοφιστεία ο arte Hense sobre Estobeo (loannes Sto- romano; Dionisio de Cirene (siglo II
sofístico. Muy versado en la contro- baois) en Pauly-Wissowa. antes de J. C.); Mnesarco de Atenas
versia, Estilpón atacó la doctrina pla- ESTOICISMO. Véase ESTOICOS. (fines siglo II y principios siglo I antes
tónica de las ideas en tanto que pre- ESTOICOS. El estoicismo —un de J. C.), discípulo de Panecio. Se
tendía explicar lo individual como conjunto de doctrinas filosóficas, un menciona asimismo a Asclepiodoto, a
copia (o como efecto) de lo univer- modo de vida y una concepción del Gemino y a Fenias (Fainias), discí-
sal; en efecto, según Estilpón lo ge- mundo— es una escuela filosófica pulos de Posidonio y miembros de la
nérico e inmóvil (que es el ser) está griega y grecorromana y, al mismo llamada "escuela de Rodas", la cual
enteramente separado de lo indivi- tiempo, una "constante" (histórica) en fue continuada por Jasón de Niza y
dual y movible (que es la aparien- el pensamiento occidental. es considerada como representando el
cia). Es absurdo, pues, según dicho En el primer sentido, la escuela paso al nuevo estoicismo. El estoicis-
filósofo, usar un término general suele dividirse en tres períodos. mo medio influyó en pensadores que
—por ejemplo, 'hombre'— para apli- (1) El llamado estocismo antiguo pertenecen formalmente a otras escue-
carlo a un hombre individual deter- (los "viejos estoicos"). Fue "fundado" las y que algunas veces son presenta-
minado. Estilpón se aproximó en mu- por Zenón de Citio y tuvo, como prin- dos como estoicos (tal el caso de
chos puntos a las posiciones éticas cipales figuras, a Aristón de Quíos, Antíoco de Ascaón [fl. 180 antes de
de Antístenes, y hasta —a juzgar por Cleantes y Crisipo (VÉANSE). Como fi- J. C.], que fue propiamente un "aca-
lo que dice Diógenes Laercio— a la guras menos importantes se cita a las démico" (véase ACADEMIA PLATÓNI -
figura del sabio cínico. Siendo el siguientes: Herilo de Cartago (siglo CA), y que se opuso a los escépticos.
sabio para Estilpón aquel que se basta III antes de J. C.), quien siguió las Característico del estoicismo medio es
absolutamente a sí mismo, la suma enseñanzas de Zenón de Citio y las la tendencia al sincretismo y a la uni-
virtud deberá ser la apatía. Se interpretó en forma a veces distintas versalidad de intereses intelectuales,
atribuyen a Estilpón nueve diálogos, de las de Cleantes y Crisipo; Dioni- tal como es revelada por el "enciclo-
de los cuales no se han conservado sio de Heraclia (siglo III antes de pedismo" de Posidonio. En esta es-
fragmentos. Uno de sus discípulos J. C.), discípulo de Zenón de Citio y cuela se manifiestan rasgos platónicos
fue Zenón de Cito, el fundador de grandemente inclinado hacia la doc- y a veces pitagorizantes, así como
la escuela estoica; otro, su hijo trina de los cirenaicos; Perseo (Par- tendencias escépticas moderadas en la
Brisón, que influyó al parecer sobre saio) de Citio (siglo III antes de J. teoría del conocimiento. En teología
Pirrón. C. ), amigo de Zenón de Citio e in- hay una fuerte tendencia al panteís-
Véase la bibliografía de MEGÁ- clinado en favor de las doctrinas de mo (o a un politeísmo "jerarquiza-
RICOS. Artículo de K. Praechter sobre los megáricos y élicoerétricos; Esfero do"). Los estoicos de este período,
Estilpón (Stilpo) en Pauly-Wissowa. (Sfero) del Bósforo (siglo III antes de sin descuidar las especulaciones sobre
ESTIMATIVA. Véase VALOR. J. C. ), condiscípulo de Cleantes; la física, tendieron a dar mayor im-
ESTOBEO (JUAN ESTOBEO; Apolodoro de Seleucia (siglo II antes portancia a problemas humanos y mo-
JUAN DE STOBI; IOANNES STO- de J. C.), escolarca de la escuela, rales. Sus ideas influyeron grande-
BAEUS o STOBAIOS), nac. en Stobi maestro de Panecio de Rodas y ad- mente sobre el mundo intelectual y
584
EST EST EST
político romano sobre todo por medio Si hacemos ahora abstracción de conocidos de su cosmovision. Los ele-
del círculo de Escipión Emiliano, las diferencias que separan a los ci- mentos racionalistas, materialistas (o,
constituyendo el fundamento de las tados períodos y de las particulares mejor dicho, corporalistas ) y deter-
creencias políticas y de la acción mo- doctrinas o intereses de cada uno de ministas que invaden sus doctrinas
ral de no pocos estadistas de Roma a los principales representantes de la están fundados en gran parte en su
partir del siglo I antes de J. C. escuela, llegamos a una doctrina uni- concepción de la realidad física. Para
(3) El llamado estoicismo nuevo ficada —y forzosamente simplifica- los estoicos, el mundo es esencial-
(los "nuevos estoicos" o "estoicos ro- da— que puede ser considerada co- mente corporal, pero ello no significa
manos"), llamado también a veces mún a todos los estoicos. Esta doctrina que se nieguen ciertas realidades que
(aunque impropiamente ) estoicismo se presenta dividida en tres partes: la se llaman los incorpóreos. Contra los
imperial. Sus principales figuras son lógica, la física y la ética. La lógica aristotélicos, los estoicos proponían,
Séneca, Musonio, Epicteto, Hierocles o filosofía racional puede, a su vez, además, ciertas doctrinas propias;
y Marco Aurelio ( VÉANSE). Se desta- subdividirse en dos ramas: la lógica así, por ejemplo, la tesis de la
can asimismo: Lucio Anneo Cornuto formal y la teoría del conocimiento. En interpenetrabilidad de los cuerpos a
(siglo I), maestro de Lucano y Persio, la lógica formal —durante mucho que nos hemos referido en los ar-
interesado por la retórica; Flavio tiempo desdeñada o desconocida— la tículos sobre el espacio y el lugar
Amano, de Nicomedia (fines siglo I), contribución de los estoicos fue (VÉANSE). Importante es que, a dife-
discípulo de Epicteto en Roma, cuyas sumamente importante. Como lo han rencia de la física atomista de Demó-
doctrinas transcribió y expuso (V. mostrado Lukasiewicz, Bochenski, crito y de Epicuro, basada en el pos-
EPICTETO). Como figuras menores Benson Mates y otros autores, se trata tulado (o "intuición") de la existencia
puede citarse a un número considera- de una lógica formalista, que se de partículas invisibles (véase ATO-
ble de escritores y pensadores, algu- preocupa sobre todo de las MISMO), la física estoica se funda en
nos de ellos influidos por el estoicismo proposiciones —en vez de con- la idea de un continuo dinámico. En
medio, singularmente el de Posidonio. centrarse, como gran parte de la ló- este respecto la física estoica se pare-
Nos limitamos a mencionar: Atenodo- gica aristotélica, en los términos— y ce a la aristotélica. Pero a diferencia
ro de Tarso (siglo I antes de J. C.), que llega a establecer las bases del de ella, la de los estoicos supone, co-
bibliotecario de Pérgamo y enemigo cálculo proposicional. Nos hemos re- mo indica Sambursky, la existencia
de los cínicos; Antipatro de Tiro (siglo ferido a este punto en el artículo de "una isla inmersa en un vacío infi-
I antes de J. C.), que influyó sobre Lógica (VÉASE) y en varios otros ar- nito". En efecto, lo real es pleno y
Catón de Utica y escribió sobre los tículos de este Diccionario (por ejem- continuo ( VÉASE), pero lo rodea el
deberes; Apolonio de Calcedonia o plo, Variable [v.]). Junto a ello los vacío. El sustrato que llena el cosmos
Nicomedia (siglo II), maestro de estoicos elaboraron con gran detalle es el pneuma ( v. ). Propiedad funda-
Marco Aurelio. Se menciona a veces y refinamiento reglas de inferencia mental del pneuma es la tensión (v.),
asimismo a A. Persio Flacco, amigo para tal cálculo, como lo muestra su por medio de la cual tiene lugar la
de Cornuto; M. Anneo Lucano, sobri- doctrina de los indemostrables (v.). cohesión, συνεχεία, de la materia. Ello
no de Séneca. El estoicismo de esta En la teoría del conocimiento, los es- llevó a los estoicos a suponer que nin-
época, sobre todo el de las grandes toicos elaboraron la doctrina del alma guna cosa es igual a otra dentro del
figuras señaladas al principio de este como un encerado sobre el cual ins- continuo dinámico, y a la vez a esta-
párrafo, fue principalmente de índole criben las cosas externas las impre- blecer la ley de necesidad universal o
moral y religiosa. El estoicismo con- siones (o "fantasías") que el alma causalidad para relacionar las inter-
quistó en esta época gran parte del puede aceptar o negar, dependiendo acciones dentro del conjunto. Siguien-
mundo político-intelectual romano, sin de ello la verdad o el error. Si se do antecedentes heracliteanos, los es-
que pudiera ser considerado, empero, acepta la impresión tal como es, surge toicos consideraban el fuego como
como un "partido", sino como una una comprensión ( o "catalepsia" ). La principio del cosmos; de él han naci-
norma para la acción. Sería erróneo, certidumbre absoluta o evidencia es do los cuatro elementos y a él vuel-
sin embargo, considerar que la doctrina una "impresión comprensiva" (o ven en una sucesión infinita de naci-
estoica de esta época se limitó a la "fantasía cataléptica" (v.) Esta doc- mientos y destrucciones. El fuego es
ética. Si bien no se produjeron nue- trina distinguía a los estoicos tanto de el principio activo, dinámico, que se
vos descubrimientos en la lógica, se los platónicos como de los empíricos opone a la pasividad que gradualmen-
desarrollaron, en cambio, bastante las y escépticos. Otras investigaciones es- te van adquiriendo los cuatro elemen-
cuestiones naturales y las tendencias taban relacionadas con la filosofía tos al alejarse de él. El universo es un
enciclopédicas. El estoicismo greco- racional; entre ellas, todas las que se compuesto de elementos reales y ra-
romano no se limitó, por lo demás, referían a la retórica y a la semiótica, cionales —logoi—; sus diversas partes
a los citados períodos y figuras. Mu- que los estoicos trataron con particu- se mantienen unidas gracias a la ten-
chas de sus doctrinas penetraron en lar detalle. El hecho, pues, de que sión producida por el alma universal
autores no formalmente estoicos. Un muchos estoicos (principalmente los que todo lo penetra y vivifica. Así, la
caso ejemplar es el del neoplatonis- nuevos estoicos) considerasen la lógica teoría de las fuerzas divinas aproxima
mo (hay mucho de estoicismo en como una rama subordinada a la éti- las concepciones físicas del antiguo es-
Plotino), así como el de numerosos ca, no significa, pues, que descui- toicismo a las creencias religiosas
autores cristianos (entre los que po- daran esta rama. populares de los griegos, de las que
demos mencionar, como figura típica, En la física de los estoicos se ma- se apartaron en los posteriores pe-
a Boecio). nifestaron algunos de los rasgos más ríodos.
585
EST EST EST
La parte más conocida del estoi- cos tendían a una filosofía religiosa se tiñe de contenidos que sólo de
cismo, la ética, se halla fundada en —o a una religión filosófica— propia modo ocasional habían estado pre-
la eudemonía, pero ésta no consiste exclusivamente del elegido que, sentes en el estoicismo antiguo: el
en el placer, sino en el ejercicio cons- teniendo conciencia de la crisis, pre- "humanismo" es, por ejemplo, uno
tante de la virtud, en la propia auto- tendía sobreponerse a ella, los es- de ellos, en una forma más radical
suficiencia que permite al hombre toicos descendían de continuo hacia que el humanismo cosmopolita del
desasirse de los bienes externos. El el hombre común, de suerte que el "estoicismo imperial" o estoicismo
primer imperativo ético es vivir con- estoicismo representa un vigoroso es- nuevo. Desde el punto de vista his-
forme a la Naturaleza, esto es, con- fuerzo de salvación total y no sólo tórico-filosófico, se suele considerar
forme a la razón, pues lo natural de desdeñoso apartamiento del sabio. como neoestoicos estrictos a autores
es racional. La felicidad radica en la El aprendizaje de la actitud ante la como G. du Vair (que, al parecer,
aceptación del destino, en el com- muerte, el sostenerse y resistir en influyó sobre Charron), así como Jus-
bate contra las fuerzas de la pasión el mar embravecido de la existencia, tus Lipsius, cuyas obras ejercieron
que producen la intranquilidad. Al podían transmitirse a todos, y si de una gran influencia. Otros autores de
resignarse al destino se resigna tam- hecho no ocurrió así en una propor- la misma tendencia son C. Schoppe
bién el hombre a la justicia, pues el ción análoga a como ocurrió en el o Scioppius (1576-1649), Thomas
mundo es, en tanto que racional, cristianismo, se debió a que, a pesar Gataker (1574-1654) y Daniel Hein-
justo. La existencia del mal y el he- de todo, el estoicismo era una filo- sius ( 1580-1655 ). Pero limitar a ellos el
cho de la coexistencia en las pasiones sofía popularizada y una religión "neoestoicismo" es no comprender el
de la naturalidad y de la irraciona- filosófica en vez de ser un pensa- sentido de la actitud estoica en la
lidad dio origen a una teodicea, miento común a todos y una religión época. La literatura, sobre todo, está
desarrollada sobre todo por Crisipo, auténtica. Sin embargo, la persistencia impregnada de elementos estoicos, y
que intentó justificar el mal por la de la actitud estoica en Occidente en algunos casos, como en la literatura
necesidad de los contrarios. El mal señala que es tal vez una de las española, estos elementos representan
consiste en lo que es contrario a raíces de su vida o, cuando menos, uno de los pilares sobre los cuales se
la voluntad de la razón del mundo, una de las actitudes últimas que el basa el escritor. Se ha mostrado esto,
en el vicio, en las pasiones, en cuanto hombre occidental adopta cuando, por ejemplo, en la misma concepción
destruye y perturba el equilibrio. Con aparecida la crisis, busca un cami- del honor en los dramaturgos del Siglo
todo, la teoría de la resignación, que n o par a a comod a rse a el la, un de Oro, oscilante entre una concepción
hubiera debido conducir apa- ideal provisional que tenga en lo po- "pública" y "externa" —"Honra es
rentemente a la aceptación de todo sible la figura de una postura de- aquello que consiste en otro", como
lo existente como necesario, no im- finitiva. dice un personaje de Lope en Los
pidió a los estoicos ejercer una crítica Podría, empero, hacerse una histo- comendadores de Córdoba— y una
social y política y abogar por ria del estoicismo en Occidente no concepción "interior", que identifica
reformas fundadas en sus ideales del sólo como una de las actitudes últi- honor y virtud. Y el caso posterior de
cosmopolitismo y del sabio. El fondo mas del hombre ante ciertas situacio- Quevedo es una prueba de este papel
estoico de muchas personalidades del nes, sino también como reiteración de fundamental desempeñado por el
mundo romano vale como una prueba un conjunto de doctrinas que el es- estoicismo, sin que haya que adherirse
de este rasgo del estoicismo, que se toicismo antiguo desarrolló en forma para defender esta idea a la tesis
manifiesta con más vigor cuando la particularmente detallada y madura. extrema de Ganivet, que hace del
parte teórica va siendo arrinconada De esta historia es usual mencionar estoicismo uno de los cimientos de la
por la concepción del estoicismo la llamada renovación estoica —o vida española. Lo que importa, en
como actitud ante la vida y aun como neoestoicismo— que surgió en Europa todo caso, es no identificar siempre
religión. desde el Renacimiento. Como lo ha precipitadamente las doctrinas estoicas,
Considerado en su conjunto, el indicado Cassirer, este movimiento solidificadas en fórmulas, con la
estoicismo aparece, por lo tanto, tiene raíces múltiples, todas ellas actitud estoica, que puede en
como algo más que como una es- vinculadas al afán del "conocimiento principio admitir varias formas. Los
cuela y una "secta"; es, en la opinión del hombre", y se desarrolló sobre neoestoicos como secta filosófica en
de María Zambrano, "la recapitulación todo, en sus principios, en Italia y el período que nos ocupa tendían, por
de los conceptos e ideas fundamenta- en España, de tal modo que puede supuesto (a diferencia de los literatos)
les de la filosofía griega", "el zumo rastrearse en autores como Telesio, a subrayar el primer aspecto. A ellos
que arroja al ser exprimida la filosofía Cardano y Vives. Este movimiento se refiere Leibniz cuando señala
griega cuando alguien quiere saber a surge, naturalmente, en estrecha re- (Cfr. Gerhardt, VII, 333) que "la
qué atenerse". Lo cual no significa en lación con otros intentos de renova- secta de los nuevos estoicos cree que
modo alguno que el estoicismo sea ción del pensamiento "antiguo" (ta- hay substancias incorporales, que las
un mero sincretismo; de modo aná- les, el epicureismo y especialmente almas humanas no son cuerpos, que
logo a los neoplatónicos, los estoicos el escepticismo, por no decir nada Dios es el alma o, si queréis, la pri-
representaban la transposición al plano del neoplatonismo y el aristotelismo mera potencia del mundo, que es
filosófico del afán común de humanistas), pero adquiere una par- inclusive causa de la materia, pero
salvación y aun la expresión de esta ticular fuerza en las tendencias neo- que una necesidad ciega le mueve a
salvación en la forma de vida del estoicas. Como es apenas necesario obrar, de modo que es en el mun-
sabio. Pero mientras los neoplatóni- mencionarlo, este nuevo estoicismo
586
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do lo que son el muelle o el peso sico, por haberse ocupado principal-
en el reloj". El "esplritualismo" de mente (y extensamente) de ciencias
los neoestoicos, a diferencia del "cor- naturales (física, mecánica, cosmolo-
poralismo" de los estoicos antiguos, gía, meteorología, geografía, zoología,
sobre todo los más tradicionales, fisiología, psicología, medicina), aun
introduce, por supuesto, en la doc- cuando también se ocupó de ética,
trina misma una diferencia consi- lógica y teología. La tendencia de
derable, pero la afirmación del po- Estratón fue naturalista y aun meca-
der del fatum y la necesidad de re- nicista; intentando combinar las teo-
signarse ante él parece no haber sido rías de Aristóteles con las de Demó-
alterada. crito, defendió el atomismo. Pero los
átomos de que habla Estratón eran
infinitamente divisibles y, además, es-
taban dotados —contrariamente a los
de Demócrito— de cualidades, espe-
cialmente de las cualidades de lo cá-
lido y lo frío. En psicología Estratón
mantuvo la doctrina de la unión de
la percepción (que es movimiento)
y el pensar, así como la fundamen-
tación somática de todos los procesos
psíquicos. Ahora bien, ello no sig-
nificaba un corporalismo completo,
sino la afirmación del hecho de que
el alma, como soporte de las afeccio-
nes psíquicas, es la unidad del cuer-
po. Los trabajos de Estratón influyeron
considerablemente sobre los in-
vestigadores de la época alejandrina,
especialmente en física y medicina.
Texto y comentario por Fritz
Wehrli en el Cuaderno V de Die
Schule des Aristoteles: Straton von
Lampsakos, 1950. — Véase también
C. Nauwerk, De Stratone Lampsceno,
1836. — G. Rodier, La physique de
Straton de Lampsaque, 1890. — H.
Diels, "Ueber das physikalische Sys-
tem des Straton", Sitzungsberichte
der Preuss. Akademie der Wissen-
schaften (1893). — Artículos de W.
Capelle sobre Estratón de Lámpsaco
(Straton, 25) en Pauly-Wissowa, y de
O. Regenbogen sobre el mismo autor
en Supplementband VII de P.-W.
ESTRUCTURA. El significado del
vocablo 'estructura' está relacionado
con los significados de los términos
'forma', 'configuración', 'trama', 'com-
plexo', 'conexión' (o 'interconexión'),
'enrejado' y otros similares. 'Estruc-
tura' designa un conjunto de elemen-
tos solidarios entre sí, o cuyas partes
son funciones unas de otras. Los com-
ponentes de una estructura se hallan
interrelacionados; cada componente
está relacionado con los demás y con
la totalidad. Se dice por ello que una
ESTRATIFICACIÓN (LEY o estructura está compuesta de miem-
PRINCIPIO DE). Véase CATEGORÍA. bros más bien que de partes, y que es
ESTRATÓN DE LAMPSACO fue un todo ( VÉASE) más bien que una
escolarca del Liceo, como sucesor de suma. Los miembros de un todo de
Teofrasto, desde 288/7 ó 287/6 an- esta índole están, según dice Husserl,
tes de J. C. y durante dieciocho años.
Es conocido por el nombre de el fí-
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enlazados entre sí de tal forma que "asociacionistas". Según hemos puesto —no solamente filósofos, sino tam-
puede hablarse de no independencia de relieve (véase ASOCIACIÓN Y bién psicólogos y, en general, cientí-
relativa de unos con otros y de com- ASOCIACIONISMO ), los estructuralistas ficos— rechazan una distinción de-
penetración mutua. En la estructura o gestaltistas han criticado diversos masiado radical e indican que la no-
hay, pues, enlace y función, más bien supuestos del asociacionismo, pero ción de estructura podría ser aplicada
que adición y fusión. Por eso en la han aprovechado muchos trabajos de a todas las ciencias. Esto se ve
descripción de una estructura salen a la "escuela asociacionista", integrán- especialmente en el libro colectivo
relucir vocablos tales como 'articula- dolos en sus propias concepciones. sobre el concepto de forma menciona-
ción', 'compenetración funcional' y Junto al asociacionismo han contribui- do en la bibliografía (ed. L. L.
'solidaridad'. do a la formación de la teoría de la Whyte, 1951). Partiendo de la psico-
La idea general de estructura ha estructura las investigaciones de Mei- logía estructuralista suponen algunos,
sido utilizada desde muy antiguo. Sin nyng y Ehrenfels sobre las "cualidades en efecto, la posibilidad de una "físi-
embargo, se ha insistido en la noción de forma" y en parte (menor) las ca estructuralista" o "gestaltista", cu-
de estructura y aun en el carácter es- investigaciones de Husserl a que nos yo "modelo" es la biología. También
tructural de lo real especialmente des- hemos referido en el artículo TODO. imaginan la posibilidad de que tanto
de el romanticismo. Lo que puede Pero el precedente más inmediato de la física como la biología se desarro-
llamarse "estructuralismo" se ha con- las teorías de los citados psicólogos se llen siguiendo conceptos "estructura-
trapuesto con frecuencia al "atomis- encuentra en los trabajos de Ehren- listas". Otros autores hablan de un
mo" (VÉASE) y también al asociacio- fels, Lipps y especialmente F. Krüger "estructuralismo" en la matemática
nismo (véase ASOCIACIÓN Y ASOCIA- y J. Volkelt. Los trabajos experimen- — o, por lo menos, en la topología y
CIONISMO). Se han dado como ejem- tales de Krüger sobre la noción de to- otras ramas no estrictamente "cuanti-
plos de estructuras los organismos bio- talidad psíquica proceden de 1905- tativas" de la matemática.
lógicos, las colectividades humanas, 1906; los de Volkelt, de 1912. Éste es Dentro de la psicología estructura-
los complexos psíquicos, las configu- considerado el año 1 en la historia de lista ha desarrollado Kurt Lewin ( VÉA-
raciones de objetos dentro de un con- la teoría psicológica de la estructura. SE) una "psicología topológica". Una
texto, etc. etc. Estos ejemplos de es- En el curso del mismo publicó 'Wer- especie de "estructuralismo topológi-
tructuras han sido examinados, por así theimer su trabajo "Experimentelle co" ha sido presentado por Raymond
decirlo, "en su totalidad" y no, o no Studien über das Sehen von Bewegun- Ruyer (VÉASE) en su obra Esquisse
sólo, en los elementos componentes. gen" (Zeitschrift für Psychologie, 61). d'une philosophie de la structure
Ha podido hablarse por ello no sólo Koffka publicó en 1913 sus "Beiträge (1930). Ruyer ha modificado luego
de una concepción estructuralista, sino zur Psychologie der Gestalt-und sus puntos de vista, pero en la obra
también de un método estructuralista, Bewegunserlebnisse" (ibid., 67). Las citada aspiró a defender un "mecani-
contrapropuesta al método analítico contribuciones a la teoría de la estruc- cismo integral" fundado en una con-
— o, mejor, a los métodos analítico y tura a partir de estas fechas han cepción geométrico-mecánica, "es de-
sintético, de descomposición y recom- sido abundantes. Lo más importante cir [son sus propias palabras], estruc-
posición de elementos. El estructu- desde el punto de vista filosófico fue tural", de la realidad. Ésta fue conce-
ralismo ha recibido también los nom- la extensión dada al concepto de es- bida por dicho autor como un conjunto
bres de "organicismo", "totalismo" y tructura por Kóhler en 1920 con su de formas. La forma a su vez era
otros similares. Algunos autores han escrito Die physischen Gestalten im definida como "un conjunto de posi-
indicado que el método estructuralista Ruhe una im stationären Zustand. ciones en el espacio y en el tiempo".
no es opuesto al método "atomis-ta", Han sido, por lo demás, escritos de En las ciencias del espíritu (véase
el cual puede ser usado como auxiliar este tipo más bien que los propiamente ESPÍRITU , ESPIRITUAL ) la noción de
del primero. Ello ha ocurrido, según psicológico-experimentales los que han estructura ha sido desarrollada sobre
veremos de inmediato, en la psicología. suscitado numerosos debates. Muchos todo por Dilthey y su escuela. Mien-
La noción de estructura ha alcan- psicólogos que admiten los resultados tras en la psicología de la estructura
zado gran predicamento especialmente experimentales de la teoría de la esta última es principalmente una
en la psicología. El término 'es- estructura se niegan a admitir las "configuración", en Dilthey y autores
tructura' suele traducir el vocablo correspondientes implicaciones on- diltheyanos aparece sobre todo como
alemán Gestalt, hablándose de "ges- tológicas y lógicas. Por otro lado, la una "conexión significativa" (Sinnzu-
taltismo" no menos que de "estructu- suposición de que en la base de tal sammenhang). Tal conexión es propia
ralismo". Otros términos usados al teoría se halla el realismo tradicional tanto de los complexos psíquicos como
efecto han sido 'forma' y 'configura- aparece a algunos como demasiado de los objetos culturales y hasta del
ción'. Los principales promotores de vaga; de hecho, las implicaciones on- sistema completo del "espíritu objeti-
la teoría (psicológica) de la estructura tológicas y lógicas de la teoría psi- vo". En la idea de estructura como
son Max Wertheimer (VÉASE), Kurt cológica de la estructura (y de su conexión significativa desempeña un
Koffka (v.), y Wolfgang Köhler (v.). aplicación a la realidad entera) son papel fundamental el elemento tem-
Debe advertirse que la teoría de la más complejas. En vista de ello po- poral y, a la postre, histórico. Subjeti-
estructura en psicología, o psicología dría declararse que es necesario esta- vamente, las totalidades estructurales
estructuralista (o "gestaltista"), no ha blecer una completa distinción entre aparecen como vivencias (véase VI-
surgido como reacción completa a las la teoría psicológica estructuralista y VENCIA); objetivamente, aparecen co-
concepciones llamadas "atomistas" y la filosofía general estructuralista. mo formas del espíritu ( objetivo ). Las
Ahora bien, bastantes investigadores estructuras como conexiones significa-
588
EST EST EST
tivas no pueden ser propiamente ex- y la propuesta por los lógicos. Pode- Teoría psicológica de la estructu-
plicadas; en vez de explicación hay mos ahora preguntarnos si hay rela- ra: Max Wertheimer, Ueber Gestalt-
descripción y comprensión ( VÉASE). ciones entre las tres nociones. theorie, 1925. — Id. id., Drei Ab-
No todas las direcciones de la filo- Dos respuestas se nos ocurren. Por handlungen zur Gestalttheorie, 1925.
sofía contemporánea están de acuerdo un lado, podemos aproximar los con- — W. Κöler, Gestaltpsychologie,
ceptos psicológico y lógico en virtud 1929 (trad. esp.: Psicología de la for-
en concebir del mismo modo la es- ma, 1948) (véase también la obra del
tructura. Varios autores declaran que de su común tendencia a considerar mismo autor, citada en el texto de
la concepción estructural, tal como es la estructura estáticamente, a diferen- este artículo, sobre la estructura en
utilizada en la psicología y, en gene- cia del sentido temporal y "dinámico" los objetos físicos). — K. Koffka,
ral, en las ciencias del espíritu, adolece del concepto diltheyano. Podemos asi- Principies of Gestalt Psychology,
del defecto de una insuficiente di- mismo aproximar este último concepto 1935 (trad. esp.: Principios de psico-
lucidación lógica de la noción de al psicológico por basarse ambos en logía de la forma, 1953. — Félix Krü-
estructura. Russell ha señalado, por observaciones de hechos de naturaleza ger, "Ueber psychische Ganzheit",
ejemplo, que la noción de estructura análoga. Y podemos finalmente consi- Neue Psychologische Studien, I
(1926). —'Id., id., "Das Problem der
no puede aplicarse a conjuntos o a co- derar el concepto lógico como una Ganzheit", Bläter für deutsche Philo-
lecciones —donde el todo "determi- generalización y formalización de todo sophie, VI (1932). Otras obras de Krü-
na" a la parte—, sino únicamente a concepto de estructura, incluidos los ger, en la bibliografía sobre este filó-
relaciones. La estructura es entonces conceptos psicológico y diltheyano. sofo. En esp. véase especialmente su
función de sistemas relaciónales; la Por otro lado, podemos seguir a obra El concepto de totalidad en psi-
estructura común de dos o más de Knut Erik Tranöy ( Wholes and Struc- cología (trad., 1941). En colaboración
estos sistemas equivale a la referencia tures. An Attempt at a Philosophical con F. Sander, Félix Krüger publicó
de cada uno de los "elementos" de Analysys, 1959) y examinar los usos también, en los citados Neue Psycho-
un sistema a cada uno de los de otro de los términos 'todo' y 'estructura'. logische Studien (1928), un estudio
sobre estructura y sentido: "Gestalt
u otros. Otros autores concuerdan en Según dicho autor, esos términos pue- und Sinn". — El órgano de la es-
parecidas opiniones. S. K. Langer in- den aplicarse a diversas entidades que cuela psicológica estructuralista fue
dica que la estructura es "el puente consideramos como todos y estructu- durante varios años Psychologische
que une todos los diversos significa- ras, pero el significado que adquieren Forschung (fundado en 1922). —
dos de la forma " (donde "forma", los citados términos en sus diversas Las obras principales de Kurt Lewin
o "forma lógica" designa "el modo aplicaciones es tan distinto que pare- han sido mencionadas en el artículo
mediante el cual es construida una ce quebrarse la "unidad del uso". Si dedicado al mismo. Una exposición
cosa"), de tal suerte que "cualquier consideramos los objetos de investiga- amplia de la teoría de la estructura,
cosa que posee una forma definida ción científica (o científica y filosó- por K. Koffka, M. Ogden y E. Rig-
nano: La teoría de la estructura
resulta construida de una manera fica) como un "continuo" en uno de (trad. esp., 1928). — Sobre la teo-
también definida" (An Introduction cuyos extremos se halle la matemática ría de la estructura de Werthei-
to Symbolic Logic, 1937, pág. 24). y la lógica, y en el otro extremo las mer, Koffka y Kôhler: B. Petermann,
K. Grelling y P. Oppenheim declaran disciplinas humanísticas (y al final Die Wertheimer- Koffka- Köhler-
que la noción de estructura debe ser probablemente la estética), podremos sche Gestalttheorie und das Gestalt-
analizada en estrecha relación con la advertir que hay una transformación problem, 1929. — Sobre psicología
noción de correspondencia. La apli- continua del uso del vocablo 'estruc- de la estructura y la teoría general
cación del análisis lógico permite, tura' desde un concepto puramente de la estructura: E. R. Jaensch, Ge-
además, a su entender, traducir a un formal en el que predomina la noción staltpsychologie und Gestalttheorie,
de "sistema de relaciones entre ele- 1929. — Exposición de las diferentes
lenguaje más formal proposiciones de teorías psicológicas de la estructura
carácter estructuralista que hasta ahora mentos" que forman la estructura, por E. Pucciarelli, La psicología de la
habían sido interpretadas en un hasta la noción de todo "holístico", en estructura, 1936 [Publicaciones de la
sentido demasiado metafísico. Así el cual la noción de relación entre Universidad de La Plata, XX, N°
ocurre, por ejemplo, con una propo- elementos pierde importancia (o se 10]. — P. Guillaume, Psicología de
sición tal como "La estructura (Ges- hace sumamente vago), de modo que la forma (trad. esp., 1947). — F. H.
talt) es más que la suma de las par- los componentes llamados "elementos" Allport, Theories of Perception and
tes", la cual se expresa más riguro- o "partes" van siendo cada vez más the Concept of Structure, 1955. —
samente mediante la proposición "El variados y heterogéneos. Sucede como Emil Altschul, Problem und Programm
si en las estructuras formales los ele- der Ganzheits-Psychologie, 1956. —
sistema de acciones es más que el D. W. Hamlyn, The Psychology of
agregado". Por lo general, estos y mentos (y sus relaciones) determina- Perception; a Philosophical Examina-
otros autores han tendido a aproxi- ran la estructura, y como si en las tion of Gestalt Theory and Derivative
mar, pues, la noción de estructura a estructuras no formales los todos "ho- Theories of Perception, 1957. — So-
nociones tales como las de correspon- lísticos" determinaran el tipo de los bre método estructural: F. Weind-
dencia, orden (formal) e isomorfis- elementos y las relaciones que deben handl, Die Methode der Gestaltanaly-
mo ( VÉANSE ). mantenerse entre ellos. En ambos ca- se, 1923. — Id., id., Die Gestaltana-
Según lo anterior, parece haber tres sos se mantiene la noción de estruc- lyse, 1927. — Martin Scheerer, Die
distintas nociones de estructura: la tura, pero la forma de relación entre Lehre von der Gestalt, ihre Methode
el todo y las partes se invierte casi und psychologischer Gegenstand,
elaborada por psicólogos (Ehrenfels, 1931. — Sobre configuraciones y sen-
Koffka, Krüger, etc.); la ofrecida por totalmente. timientos: Varios autores, Komplex-
los filósofos de la escuela de Dilthey, qualitäten, Gestalten und Gefühl,

589
ETE ETE
Kurt Grelling y Paul Oppenheim sado y el futuro, que son especies
"Der Gestaltbegriff im Lichte der creadas de tiempo. De la esencia
neuen Logik", Erkenntnis, VI ( 1937- eterna decimos a veces que fue, o
38), 211-25. — Id., id., "Logical que será, pero en verdad solamente
Analysis of 'Gestalt' as 'Functional
Whole' " (V Congreso Int. de Uni- podemos decir de ella que es. En
dad de la Ciencia), 1939. — Véase efecto, lo que es inmóvil no puede
también Knut Erik Tranöy, op. cit. llegar a ser más joven ni más viejo.
en el texto. De la eternidad se dice que es siem-
ETERNIDAD. En dos sentidos sue- pre, pero es menester destacar más
le entenderse el vocablo 'eternidad': el 'es' que el 'siempre'. Por este mo-
en un sentido común, según el cual tivo no puede decirse que la eternidad
significa el tiempo infinito, o la dura- es una proyección del tiempo al
ción infinita, y en un sentido más infinito. Más bien cabe decir que el
usual entre muchos filósofos, según el tiempo es la imagen móvil de la eter-
cual significa algo que no puede ser nidad, es decir, una imagen perdu-
medido por el tiempo, pues trasciende rable de lo eterno que se mueve de
el tiempo. Los griegos, filósofos o no, acuerdo con el número: me/nontoj ai)-
entendieron con frecuencia 'eternidad' w=noj e)n e(ni\ kat' a)riqmo\n i)ou=san
en el primer sentido. Así ocurría cuan- ai)w/nion ei)ko/na . Con esto se admite un
do daban a lo eterno, ai)w/n, el signifi- contraste entre lo eterno, ai)w/nioj, y lo
cado de lo que dura a través de todo sempiterno o perdurable, a) i/ d ioj.
el tiempo, de lo que perdura, dia\ Pero que la eternidad no sea
panto\j a)e i/ tou= xro/n ou, o el simplemente la infinita perduración
significado de lo que es desde siempre, temporal no quiere decir que sea algo
o de lo que ha sido hasta ahora sin opuesto al tiempo. La eternidad no
interrupción. Especialmente vivo se niega el tiempo, sino que lo acoge, por
halla este sentido en las doctrinas de los así decirlo, en su seno: el tiempo se
filósofos presocráticos cuando hablan mueve en la eternidad, que es su
de que la realidad primordial es eterna modelo. Estas ideas fueron recogidas
(es decir, sempiterna), o cuando y elaboradas por Plotino. Mas para
mantienen la teoría del eterno retorno formular su teoría de la eternidad
(VÉASE ). En el propio Platón Plotino tuvo asimismo en cuenta la
tenemos este sentido en algunos doctrina aristotélica. En el artículo
pasajes, tales como en el Fedón (103 sobre el tiempo nos hemos referido ya
E), donde se refiere a la duración al cambio semántico del vocablo ai)w/n
eterna o por todo el tiempo, ei)j to\n ; de querer decir 'de un cabo a otro de
a)ei\ xro/non, que pertenece a las una existencia' pasó a significar 'de
formas (otro pasaje de tipo análogo un cabo a otro de la edad del cielo
en Rep., X, 608 D). Y en Aristóteles entero'. No es este el lugar de
se encuentra el sentido de 'eternidad' embarcarnos en informaciones
como infinita duración en sus semánticas (esto es, semántico-
afirmaciones acerca de la eternidad filológicas ). Pero llamamos la
del movimiento circular (Phys., VIII atención del lector sobre la riqueza de
8, 263 a 3) acerca del existir "desde el significaciones del término griego
principio" las cosas eternas (Met., Θ 9, ai)w/n tal como ha sido puesta de
1051 a 20) y aun acerca de la relieve por A.-J. Festugière en su
eternidad de una de las tres clases de artículo "Le sens philosophique du mot
substancias: las substancias que son a ai)w/n", La Parola del Passato. Rivista
la vez sensibles y eternas (Met., Λ 1, di Studi Classici, XI (1949), 172-89,
1069 a 31 b). Ahora bien, tan pronto de que hemos dado cuenta en el
como se procedió a analizar la relación artículo Tiempo, y tal como ha sido
entre la eternidad y el tiempo se investigada por Enzo Degani en su obra
descubrió que no era fácil medir ΑΙΩΝ. Da Omero ad Aristo-tele, 1961.
aquélla por medio de éste. Ello se Degani indica que debemos recurrir
advierte en el famoso pasaje de por lo menos a diez vocablos para
Platón en el Timeo (37 D), donde se traducir diversos sentidos de ai)w/n :
manifiesta que antes de crearse el 'fuerza vital', 'médula espinal', 'vida',
cielo no había noches ni días, meses 'tiempo', 'duración de la vida', 'edad',
ni años. Estas medidas del tiempo — 'época', 'generación', 'suerte (destino),
que son partes del tiempo— 'eternidad'. Ai)wn es realmente un
surgieron al crearse el cielo. Es un término πολύσημος . Pero pueden
error, pues, transferir a la esencia distinguirse filosóficamente varios
eterna el pa- significados básicos, y puede
590
ETE ETE ETE
también trazarse una historia de cam- que no admite modificaciones en el el tiempo existe con "anterioridad"
bios semánticos fundamentales aten- porvenir y que no ha cambiado en a las cosas temporales, y en virtud
diendo a los escritos de los filósofos. el pasado", pues "lo que se encuentra de la tesis, tan cara a los neoplató-
Es lo que hacemos en el presente ar- en los límites del ser posee una vida nicos, de que el principio es "ante-
tículo destacando dos sentidos impor- presente a la vez, plena e indivisible rior" a lo principiado. Por eso la
tantes para nuestro tema. en todos los sentidos". El análisis de eternidad es la medida de las cosas
Aristóteles parece atenerse todavía Plotino insiste continuamente en este eternas, como el tiempo es la medida
a la concepción más común de la eter- carácter de concentración de lo de las cosas temporales. Sin embargo,
nidad, según la cual ésta es tiempo eterno, en ese ser total no compuesto estas dos medidas son distintas. El
que perdura siempre. Pero al acentuar de partes, sino más bien en-gendrador tiempo mide por partes,, kata\
que carece de principio y de fin, y de las partes. En esto se distingue de me/ r h. La eternidad, en cambio, mide
sobre todo, al manifestar que el ai)w/n lo engendrado, pues si de lo por la totalidad, kaq' o(/lon .
incluye todo el tiempo y es duración engendrado se segrega el devenir, lo La meditación agustiniana sobre lo
inmortal y divina (De caelo, I 9, 279 engendrado pierde su ser, en tanto eterno sigue una vía parecida. La
a 22-9), Aristóteles usó asimismo la que si se otorga un devenir a lo no eternidad no puede medirse, según
contraposición mencionada al comienzo engendrado experimenta una "caída" San Agustín, por el tiempo, pero no
de este artículo. Pues la eternidad es de su ser verdadero. De ahí que los es simplemente lo intemporal: "la
un fin que está abarcando, περιέχον, lo seres primeros e inteligibles no eternidad no tiene en sí nada que
infinito. Ahora bien, Plotino recalcó tiendan hacia el porvenir para ser; pasa; en ella está todo presente, cosa
aun más la tesis platónica. En el cap. estos seres son ya la totalidad del que no ocurre con el tiempo, que no
vii de su tercera Eneada indica Plotino ser: nada poseen, pues están, por así puede estar jamás verdaderamente
que la eternidad no puede reducirse a decirlo, plenamente en sí mis-mos, presente". Por eso la eternidad per-
la mera inteligibilidad ni al reposo de suerte que en vez de depender de tenece a Dios en un sentido parecido
(uno de los cinco grandes género del otra cosa para seguir subsistiendo, a como en el neoplatonismo pertene-
ser establecidos por Platón en el subsisten en su propio ser. La ce a lo Uno. Por lo tanto, San Agus-
Sofista). Además de estos caracteres, eternidad es "la vida infinita"; por lo tín acentúa la plenitud de lo eterno
la eternidad posee dos propiedades: tanto, la vida total que nada frente a la indefinición de lo mera-
unidad e indivisibilidad. Una realidad pierde de sí misma. Y de ahí que el mente perdurable y a la abstracción
es eterna, pues, cuando no es algo en ser eterno se halle, dice Plotino, cerca de lo simplemente presente en un
un momento y cosa distinta en otro de lo Uno, hasta el punto de que, momento. Lo mismo ocurre en Boe-
momento, sino cuando lo es todo a siguiendo la sentencia platónica, puede cio. La diferencia entre los dos con-
la vez, es decir, cuando posee una decirse que "la eternidad permanece ceptos de eternidad queda aclarada
"perfección indivisible". La eternidad en lo Uno" (Timeo, 37 E). En rigor, por medio de dos vocablos. Por un
es, por así decirlo, el "momento" de no habría que decir de la naturaleza lado hay la sempiternidad, sempiter-
absoluta estabilidad de la reunión de eterna que es eterna, sino nitas, la cual transcurre en el tiempo,
los inteligibles en un punto único. simplemente que es — a saber, que currens in tempore. Por otro, hay la
Por eso, como en Platón, no puede es verdad. "Pues lo que es, no es eternidad, aeternitas, la cual consti-
hablarse ni de futuro ni de pasado; distinto de lo que es siempre, en el tuye lo eterno estando y permane-
lo eterno se encuentra siempre en el mismo sentido en que el filósofo no ciendo, stans et permanens. La eter-
presente; es lo que es y es siempre lo es diferente del filósofo verdadero." nidad es la posesión entera, simul-
que es. De ahí las características En otras palabras, "lo que es siem- tánea y perfecta de una vida inter-
definiciones plotinianas: "la eternidad pre debe tomarse en el sentido de: minable, interminabilis vitae tota si-
no es el substrato de los inteligibles, lo que es verdaderamente". El tiempo mul et perfecta possesio (De consol.,
sino en cierto modo la irradiación que ( VÉASE ) es por ello caída e imagen V). Santo Tomás aceptó esta defini-
procede de ellos gracias a esa de la eternidad, la cual no es mera ción en varios pasajes de sus obras
identidad que afirma de sí misma, abstracción del ser temporal, sino (Cfr. 1 sent., 8, 2, 1 c; De potentia,
no con lo que será luego, sino con lo fundamento de este ser. La eternidad q. 3 [De creatione], art. 14; S. theol, I
que es". El punto en que se unen es el fundamento de la temporalidad. 9, X, i-vi). En los comentarios a las
todas las líneas y que persiste sin Análogamente, Proclo (Inst. Theol, Sentencias, la definición de Boecio
modificación en su identidad no props. 52-55; ed. Dodds, 51-55) ha es introducida y comentada con apro-
tiene porvenir que no le esté ya indicado que lo eterno, ai)w/nio/n, sig- bación. En el De potentia se presenta
presente. Claro está que tal ser no es nifica lo que es siempre, to\ a)e i\ o)/n , el contraste entre la duración del
tampoco el ser de un presente; en pero como algo distinto de la exis- mundo y la eternidad; solamente esta
tal caso la eternidad no sería sino tencia temporal o devenir. No se última es omnisimultánea, tota simul.
representación de la fugacidad. Al puede distinguir entre sus partes, ni En la S. theol. se plantea el proble-
decir que lo eterno es lo que es, entre un antes y un después, pues se ma de la eternidad de Dios y se
quiere decirse, en última instancia, trata de algo que es simultáneamen- formulan las cuestiones siguientes:
que posee en sí la plenitud del ser y te la totalidad de lo que es. La (1) ¿Qué es la eternidad? (2) ¿Es
que pasado y futuro se encuentran en eternidad existe inclusive, a su enten- Dios eterno?; (3) ¿Es Dios la única
él como concentrados y recogidos. der, con "anterioridad" a las cosas realidad eterna?; (4) ¿Cuál es la di-
La eternidad es, en otros términos, eternas, en el mismo sentido en que ferencia entre la eternidad y el tiem-
"el ser estable po?; (5) ¿Cuál es la diferencia en-

591
ETE ETE ETE
tre la eviternidad y el tiempo?; nidad, pues el antes y el después son lizó para resolver el problema de la
(6) ¿Hay solamente una eviternidad compatibles con ella. Así, la eterni- creación los resultados obtenidos por
así como hay un tiempo y una eter- dad es una inmovilidad completa, sin sus antecesores, especialmente por Al-
nidad? Nos interesa aquí especial- sucesión, y la eviternidad es una in- berto el Grande y Maimónides. Pero
mente la cuestión ( 1 ), pero haremos movilidad esencial, unida a la movi- la posición que adopta no se confun-
referencia ocasional a otras cuestio- lidad accidental. El tiempo tiene an- de con ninguna de las posiciones
nes especialmente con el fin de de- tes y después; la eviternidad no tiene adoptadas por sus predecesores" (É.
finir el concepto de eviternidad. Di- en sí antes ni después, pero éstos Gilson, Le Thomisme, 5a ed., 1947,
gamos ante todo que Santo Tomás pueden ser conjugados; la eternidad pág. 213). [V. EX NIHILO NIHIL
no solamente aprueba la definición no tiene ni antes ni después, ni am- FIT.]
citada de Boecio, sino que la de- bos se compadecen. Por eso la evi- Aunque en sentido muy distinto del
fiende contra las objeciones que se ternidad no puede, como la eterni- tomista, la idea de que no puede de-
habían presentado en su contra. Sub- dad, coexistir con el tiempo excedién- mostrarse ni la eternidad ni la no eter-
rayemos en particular la objeción dolo al infinito, ni coexistir con los nidad del mundo fue puesta de re-
contra la simultaneidad, objeción que acontecimientos medidos por el tiem- lieve por Kant en la "primera antino-
fue luego muy desarrollada por los po excepto en el instante en que se mia" de la razón pura (K.r.V., A 426 /
escotistas. Según ella, la eternidad no producen las operaciones que permi- 454; véase ANTINOMIA). A diferencia
puede ser omnisimultánea, pues cuan- ten tal medición. de Santo Tomás, sin embargo, Kant
do las Escrituras se refieren a días Uno de los problemas que se discu- trató de mostrar que puede probarse
y a épocas en la eternidad, la refe- tieron a menudo durante la Edad Me- tanto la eternidad como la no eterni-
rencia es en plural. Santo Tomás ale- dia y parte de la época moderna fue dad. Mas ello equivale a decir que
ga que lo mismo que Dios, aunque el de si el mundo es o no eterno: el ninguna de las dos proposiciones pue-
incorpóreo, es nombrado en las Es- problema de aeternitate mundi. Los de ser propiamente "probada": no se
crituras mediante términos que de- autores cristianos admiten como dog- trata de conocimientos, sino de puras
signan realidades corpóreas, la eter- ma que el mundo ha sido creado de "ideas de la razón", donde las "prue-
nidad, aunque omnisimultánea, es lla- la nada; por consiguiente, concluyen bas" no se aplican a los fenómenos.
mada con nombres que implican que el mundo no es eterno y, en todo Durante la época moderna se trató
tiempo y sucesión. A este argumento caso, no tiene la eternidad que corres- el concepto de eternidad en sentidos
puede agregarse otro, de naturaleza ponde a Dios. Sin embargo, no todos semejantes a los puestos de relieve por
más filosófica: que la eternidad es los teólogos y filósofos cristianos tra- los filósofos medievales. Pero además
omnisimultánea justamente porque se tan la cuestión de la misma manera. de ello se consideró el problema de si
necesita eliminar de su definición el San Agustín no se limitó a afirmar el mundo es o no eterno, y aun llegó
tiempo, ad removendum tempus. Con que el mundo no es eterno; sostuvo este problema a adquirir un primado
ello se hace posible distinguir rigu- que se puede probar que no lo es. San sobre los demás en los que está en-
rosamente entre la eternidad y el Buenaventura y otros autores siguie- vuelta la noción de eternidad. Algu-
tiempo: la primera es simultánea y ron en ello a San Agustín. De este nos autores, como Giordano Bruno,
mide el ser permanente; el segundo modo se refutaba el averroísmo ( VÉA- afirmaron —o, más bien, exaltaron—
es sucesivo y mide todo movimiento. SE), el cual interpretaba a Aristóteles la idea de la eternidad del mundo sin
También así se hace posible distin- sosteniendo que el mundo es eterno. dar demasiadas precisiones sobre el
guir entre la eviternidad (aevum) y Por otro lado, Santo Tomás negaba sentido de 'es eterno'. Otros autores
el tiempo. Aparentemente se trata de que el mundo fuese eterno. Pero en se interesaron por dar definiciones
lo mismo. Pero no es así: la eviter- los escritos acerca de esa cuestión (2 más o menos formales de la eternidad.
nidad difiere, según Santo Tomás, sent, 1 qu. 1 art. 5; Cont. Gent., II, Así, en la Ethica, I, def. viii, Spinoza
del tiempo y de la eternidad como 31-38; Quaest. disp. de pot. qu. 3, indica que entiende por eternidad "la
el medio entre los extremos. En efec- art. 17; S. theol, I, qu. VII, arts. 2-4 existencia misma en tanto que se con-
to, la eviternidad es la forma de du- y qu. XLVI arts. 1 y 2; Quaest. quod- cibe necesariamente como siguiéndo-
ración propia de los espíritus puros. lib., quod. 9 y 12 y de aeternitate se de la sola definición de la cosa
De ellos no puede decirse que están mundi; textos señalados por A. Ant- eterna" (Per aeternitatem intelligo
en el tiempo en tanto que medida del weiler, op. cit. infra), Santo Tomás ipsam existentiam, qua tenus ex sola
tiempo según lo anterior y lo poste- mostraba que si bien no puede de- rei aeterna definitione necessario se-
rior. Tampoco puede decirse de ellos mostrarse la eternidad del mundo, no qui concipitur), y agrega que tal exis-
que son eternos, pues la eternidad puede demostrarse tampoco su no tencia no puede ser explicada me-
solamente pertenece a Dios. Por eso eternidad. La autoridad de Aristóteles diante la duración o el tiempo, aun
hay que decir que son eviternos. Y no es suficiente al respecto. Pero tam- cuando la duración sea concebida sin
ello significa que aunque en su na- poco los argumentos producidos son principio y fin. Algunos pensadores,
turaleza no hay diferencia entre pa- convincentes. "Contra [los averroís- como Locke y Condillac, han exami-
sado y futuro y puede decirse que tas], Tomás de Aquino mantiene la nado la noción de eternidad desde el
son inmutables, en sus operaciones posibilidad de un comienzo del uni- punto de vista de la formación psi-
—pensamientos y "propósitos"— hay verso en el tiempo, pero mantiene cológica de su idea. Así, Locke in-
sucesión real, aunque no —como en también, inclusive contra murmuran- dica (Essay, I ii, xiv) que la idea de
el tiempo— continua. La eviternidad tes, la posibilidad de su eternidad. eternidad procede de la misma impre-
es omnisimultánea, pero no es la éter- Es indudable que nuestro filósofo uti- sión original de la cual surge la idea
del tiempo (idea de sucesión y dura-

592
ETE ETE ETE
ción), pero procediendo in infinitum anticipación del futuro. La eternidad importantes: "La eternidad no es nada
(y concibiendo que la razón subsiste plotiniana analizada por Rouges con- si ella misma no es para nosotros un
siempre con el fin de ir más lejos). siste, en cambio, en una temporali- perpetuo 'mientras' " y "La eternidad
En cuanto a Condillac, señala (Traité dad sin tiempo, pues no necesita su- misma debe ser elegida por medio
des sensations, I iii §§ 13, 14) que su cesión, que es una forma inferior de de un acto libre: debe ser siempre
imaginaria estatua puede asimismo la temporalidad, ya que abarca todo aceptada o rechazada". La-velle
adquirir la noción de eternidad en el tiempo en un presente perfecto. El coincide, pues, con una cierta tradición
tanto que duración indefinida de las presente de lo espiritual no es, en filosófica que define la eternidad
sensaciones que han precedido y las efecto, según Rouges, el presente de como "el hontanar del tiempo" en
que tienen la costumbre de seguir. Al lo físico; es en cierto modo lo inver- vez de concebirla como negación del
proceder de este modo, tanto Locke so de él. Por eso mientras la tempo- tiempo, pero intenta mostrar este
como Condillac han tendido a consi- ralidad del último necesita el tiempo, carácter "fundamentante" por medio
derar la eternidad como una idea de la del primero lleva suspendido, por de una visión de la eternidad en tanto
tiempo sin principio ni fin y, por lo así decirlo, el tiempo en su interior: que creadora; la eternidad posee,
tanto, a usar el método de entender es el perfecto recogimiento del pri- declara dicho autor, una "función
lo eterno como ampliación hasta el mer ser. creadora" y gracias a ella el tiempo
infinito de lo temporal. Finalmente, Alquié ha analizado "el deseo de aparece como algo que está en
otros, como Hegel, han subrayado el eternidad", sea lo que fuere lo eterno perpetuo "renacimiento".
momento de la intemporalidad al (leyes físicas, Dios, etc.). Esta eter-
declarar que la eternidad es la nidad aparece en primer lugar como
intemporalidad absoluta, absolute la conciencia de una ausencia. Por es-
Zeitlosigkeit, del concepto o del es- te motivo hay que buscarla en las
píritu. diversas operaciones de la conciencia
En el artículo sobre la noción de en las cuales se manifiesta tal deseo.
tiempo (v. ) nos hemos referido a las Las pasiones, la memoria, el hábito, el
propensiones "temporalistas" de varias remordimiento, el pensamiento son
escuelas filosóficas contemporáneas. varias de estas manifestaciones. La
Advirtamos aquí que ello no ha impe- conclusión de esta investigación es que
dido algunas importantes reflexiones la eternidad no es algo separado del
sobre la cuestión de la eternidad y tiempo, sino algo exigido por el espíri-
aun el deseo de hacer de ésta un eje tu en virtud de la realidad del tiempo.
central de la filosofía. Entre los pensa- Conviene, sin embargo, según Alquié,
dores más destacados al respecto fi- no confundir entre la presencia espiri-
guran Alberto Rouges, Ferdinand Al- tual de la eternidad y el deseo subje-
quíé y Louis Lavelle. Reseñaremos tivo de eternidad: la "eternidad real"
brevemente sus doctrinas. no pertenece al individuo. Esta com-
Rouges concibe una jerarquía de prensión, propia de la vida espiritual,
seres fundada en la mayor o menor hace posible percibir que el pensa-
eternidad de cada uno. El grado in- miento fecundo no es un retorno a lo
ferior es el del ser físico, que nace eterno, sino "un descenso de lo eterno
y perece continuamente, que es ab- a lo temporal, una aplicación de lo
solutamente instantáneo. El grado su- eterno a las cosas". De este modo, la
perior es el ser espiritual. Ahora bien, eternidad no es una huida y un re-
"situadas así entre el ser físico y el chazo del tiempo. Todo lo contrario,
máximo Ser espiritual, todas las je- "solamente nuestras empresas tem-
rarquías del ser son jalones del ca- porales pueden manifestar nuestra fi-
mino a la eternidad, momentos dra- delidad al Espíritu", que es raíz de
máticos de una empresa divina". temporalidad y substancia de eter-
Esto supone una crítica y a la vez nidad.
una complementación de la filoso- En cuanto a Louis Lavelle, conclu-
fía bergsoniana; se admite de ésta ye que la eternidad no puede conce-
la noción de lo espiritual, pero se birse como si estuviera más allá del
le añade la anticipación del futuro tiempo y como sí hubiese entre am-
que allí faltaba. De este modo la bos un abismo insalvable. Por el
eternidad plotiniana no aparece ya contrario, hay que concebir a toda
como un corte efectuado en la fluen- existencia temporal como si impli-
cia del devenir ( VÉASE ), sino como cara una especie de "circulación en
un presente espiritual infinitamente la eternidad". Ello es posible porque
rico, que comprende el pasado y el hay una realidad que une por su
futuro. Bergson necesitaba una eter- base la eternidad y el tiempo: es la
nidad moviente, porque tal eternidad, libertad. De ahí ciertas fórmulas, en-
lo mismo que la duración, carecía de tre las cuales dos son especialmente
593
ETE ETE ΕΤΙ
rece en una sucesión cíclica tiene ponden justamente a las antiguas cosmólogos contemporáneos. Es el ca-
muy antiguos precedentes. Uno de ideas del eterno retorno), representa so de G. Gamow, cuya teoría al res-
ellos se encuentra en el hinduismo, la transposición al plano de un pro- pecto hemos bosquejado en el artículo
que influyó en este respecto sobre el ceso único de la doctrina de la "repe- sobre cosmología ( VÉASE ). Es cu-
budismo. En este último se habla, tición". Es también el caso de Juan rioso comprobar que la teoría en
en efecto, de Kalpas, es decir, de pe- Escoto Erigena, si bien no debe ol- cuestión se parece extraordinariamen-
ríodos que van desde el nacimiento vidarse que la deificatio de todas te, en sus líneas más generales, a
hasta la destrucción de un mundo. las cosas no expresa, como parece los precedentes más remotos de la
La duración de cada Kalpa es inde- a primera vista (véase JUAN Escoto doctrina del eterno retorno; en efec-
terminada, pero se supone muy grande E RI GE N A ), una radical absorción to, en esta cosmología contemporánea
— posiblemente, varios millones de de ellas en el seno de Dios. En la interviene la noción de condensación
años. El nacimiento del mundo tiene época contemporánea Nietzsche ha extrema de la materia y su expansión
lugar por condensación extrema; su formulado la doctrina del eterno re- hasta alcanzar un estado de rarefac-
final, por una conflagración. El torno (die ewige Wiederkunft) al su- ción extrema, a partir del cual se
número de Kalpas es infinito, de modo poner (o imaginar) que, en un mundo produce de nuevo la condensación
que el proceso cíclico es eterno. La en donde los átomos sean indestructi- y así hasta el infinito.
doctrina del eterno retorno o sucesión bles y finitos, las infinitas combinacio- Karl Löwith, Nietzsches Philoso-
phie der ewigen Wiederkehr des
cíclica de los mundos fue defendida nes posibles de los mismos en la eter- Gleichen, 1935; 2a ed., 1956. — O.
asimismo por muchos pensadores nidad del tiempo darán un número Becker, "Nietzsches Beweise für seine
griegos; era común entre éstos infinito de mundos entre los cuales es- Lehre von der ewigen Wiederkunft",
considerar cada ciclo como un "Gran tará comprendido un número infinito Blätter für deutsche Philosophie, IX
Año". Así, la teoría atribuida a Herá- de momentos iguales. El hombre ha (1936). — M. Heidegger, Nietzsche, 2
clito, según la cual el mundo surge de vivir, por consiguiente, un número vols., 1961. — M. Éliade, Le mythe de
del fuego y vuelve al fuego según ci- l'étenel retour: archétypes et répé-
infinito de vidas. Nietzsche llama a tition, 1949 (trad. esp.: El mito del
clos fijados y por toda la eternidad esta doctrina "una profecía" y exige eterno retorno, 1952, especialmente
( Di og. L., IV, 9), es u na for ma para llegar a ella "libertarse de la Caps. III y IV). — A. Blum, Die
de la doctrina del eterno retorno. Lo moral". Unamuno llama a la doctrina Lehre von der ewigen Wiederkehr,
mismo ocurrió con muchos pitagóri- del eterno retorno "una formidable 1951 ( especialmente desde el punto
cos y en particular con los estoicos, tragicomedia" y un "remedo de la de vista del problema moral). — Ch.
que tomaron en parte su cosmología inmortalidad del alma". Jaspers supone Mugler, Deux thèmes de la cosmolo-
de Heráclito. Los motivos filosóficos gie grecque: devenir cyclique et plu-
que la doctrina nietzscheana del eterno ralité des mondes, 1953. — M. Hei-
de esta doctrina son, entre otros, la retorno es exclusivamente ética y en degger, Was heisst Denken?, 1954
necesidad de reconocer el movimiento modo alguno cosmológica (o mi- (trad. esp.: ¿Qué significa pensar?,
y de limitarlo mediante una ley o, tológico-cosmológica ) : lo que tal doc- 1958).
mejor dicho, una "medida". Las cau- trina tiende a mostrar es que el hom- ÉTICA. El término 'ética' deriva
sas empíricas que promovieron su bre es responsable por sus acciones de de h(/qoj , que significa 'costumbre' y,
adopción son probablemente la ob- un modo definitivo, hasta el punto por ello, se ha definido con frecuen-
servación del carácter cíclico de mu- de que cada una de sus acciones se cia la ética como la doctrina de las
chos procesos naturales (por ejemplo, repite un número infinito de veces. costumbres, sobre todo en las direc-
el cambio de las estaciones, que daba Heidegger hace de la doctrina del ciones empiristas. La distinción aris-
la idea de un continuo regresar al eterno retorno nietzscheana uno de los totélica entre las virtudes éticas,
punto de partida). Varios pensado- elementos fundamentales de la "des- h= q ikai a) r etai/ , y virtudes
res medievales, especialmente árabes, trucción de la metafísica occidental". dianoéticas, dianhtikai/ a)retai/, indica
expresaron ideas parecidas. Así, Al- Con frecuencia se estima que dicha que el término 'ético' es tomado
kindi, Avicena, Averroes —y también teoría sufre de las mismas contradic- primitivamente sólo en un sentido
el llamado averroísmo latino— admi- ciones con que choca toda doctrina "adjetivo": se trata de saber si una
tieron una reaparición periódica de que opere en la realidad con el con- acción, una cualidad, una "virtud" o
los acontecimientos, una evolución cepto de lo infinito. En su significa- un modo de ser son o no "éticos". Las
circular del mundo único regido por ción física excluye la posibilidad de virtudes éticas son para Aristóteles
la revolución eterna de los astros. sistemas cerrados o relativamente ce- aquellas que se desenvuelven en la
Los autores cristianos no podían ad- rrados dentro del Universo; en su práctica y que van encaminadas a la
mitir, en cambio, la idea de un eterno sentido metafísico excluye la idea de consecución de un fin, en tanto que
retorno; "lo que pasa" no vuelve a la irreversibilidad del tiempo y la re- las dianoéticas son las virtudes
pasar, porque es historia, y hasta "dra- ducción de todas las realidades a un propiamente intelectuales. A las
ma". Sólo en algunos casos se conci- mismo nivel. primeras pertenecen las virtudes que
bió el "devenir" a modo de un vol- Considerada como una descripción sirven para la realización del orden de
ver: el "volver a la unidad primera". plausible del proceso cósmico y no la vida del Estado —la justicia, la
Ello sucedió cuando se rozó, o se su- como una teoría filosófica apoyada en amistad, el valor, etc.— y tienen su
pone que se rozó, el "panteísmo". Es la posibilidad de un número infinito origen directo en las costumbres y en
el caso de Orígenes, cuya apocatásta- de combinaciones de los mismos ele- el hábito, por lo cual pueden llamarse
sis de todas las cosas, la restitutio mentos, la doctrina del eterno retor- virtudes de hábito o tendencia. A las
universalis (expresiones que corres- no ha sido reformulada por algunos segundas, en cambio,
594
ΕΤΙ ΕΤΙ ΕΤΙ
pertenecen las virtudes fundamenta- ideas de carácter moral que tienen hombres tienen que comportarse de
les, las que son como los principios de una base filosófica, es decir, que, en una cierta manera. Podemos citar a
las éticas, las virtudes de la inteligen- vez de darse simplemente por su- este respecto las reflexiones éticas de
cia o de la razón: sabiduría, σοφία, y puestas, son examinadas en sus fun- Demócrito. Pero sobre todo entran
prudencia, φρόνησις. En la evolución damentos; en otros términos, son fi- en este capítulo las meditaciones al
posterior del sentido del vocablo, lo losóficamente justificadas. No importa respecto de Sócrates y de Platón.
ético se ha identificado cada vez para el caso que la justificación de Muchos autores consideran a Sócrates
más con lo moral, y la ética ha lle- un sistema de ideas morales sea extra- como el fundador de una reflexión
gado a significar propiamente la moral (por ejemplo, que se base en ética autónoma, aun reconociendo
ciencia que se ocupa de los objetos una metafísica o en una teología ) ; lo que la misma no hubiera sido posi-
morales en todas sus formas, la fi- decisivo es que haya una explicación ble sin el sistema de ideas morales
losofía moral. racional de las ideas o de las normas dentro de las cuales vivía el filósofo
Antes de describir los problemas adoptadas. Por este motivo, los y especialmente sin las cuestiones sus-
fundamentales de la ética tal como historiadores de la ética suelen seguir citadas acerca de ellas por los sofis-
se presentan al filósofo contemporá- los mismos procedimientos y adoptar tas. En efecto, al considerar el pro-
neo, nos ocuparemos brevemente de las mismas divisiones propuestos por blema ético individual como el pro-
la historia de la ética y de las posicio- los historiadores de la filosofía. Ello blema central filosófico, Sócrates pa-
nes capitales adoptadas a lo largo de plantea para la historia de la ética el reció centrar toda reflexión filosófica
ella. Ante todo, cabe advertir que la mismo problema que se plantea a la en la ética. En un sentido parecido
historia de la ética como disciplina fi- historia de la filosofía, a saber, el de trabajó Platón en los primeros
losófica es más limitada en el tiempo averiguar si es justo limitar tal historia tiempos, antes de examinar la idea
y en el material tratado que la historia a Occidente y de si no deberían del Bien ( VÉASE ) a la luz de la teoría
de las ideas morales de la humanidad. también introducirse capítulos sobre la de las ideas y, por consiguiente,
Esta última historia comprende el es- ética filosófica de varios pueblos antes de subordinar, por así decirlo,
tudio de todas las normas que han re- orientales, especialmente de los de la la ética a la metafísica. En cuanto
gulado la conducta humana desde los China y la India, en los que parecen a Aristóteles, no solamente fundó la
tiempos prehistóricos hasta nuestros haberse suscitado cuestiones filosóficas ética como disciplina filosófica, sino
días. Este estudio no es sólo filosó- análogas a las que han existido en que, además, planteó la mayor parte
fico o histórico-filosófico, sino tam- Occidente y, por consiguiente, de los problemas que luego ocuparon
bién social. Por este motivo, la histo- problemas éticos susceptibles de ser la atención de los filósofos morales:
ria de las ideas morales —o, si se descritos e historiados filosóficamente. relación entre las normas y los bienes;
prefiere eliminar el término 'historia', La respuesta que damos a esta cues- relación entre la ética individual y
la descripción de los diversos grupos tión es la misma que hemos dado la social; clasificación y jerarquía de
de ideas morales— es asunto de que al tratar el problema de la filosofía, los bienes; clasificación (precedida
se ocupan disciplinas tales como la de la historia de la filosofía y de la por la platónica) de las virtudes; exa-
sociología y la antropología. Ahora filosofía oriental. En efecto, conside- men de la relación entre la vida teó-
bien, la existencia de ideas morales ramos que aun cuando en otras co- rica y la vida práctica, etc. Después
y de actitudes morales no implica to- munidades distintas de la occidental de Aristóteles muchas escuelas filo-
davía la presencia de una particular se hayan dado ideas morales, y aun sóficas —tales los cínicos, cirenaicos
disciplina filosófica. Así, por ejemplo, importantes sistemas de ideas mora- y en parte estoicos— se ocuparon
pueden estudiarse las actitudes e les, la consideración de la ética como principalmente de escrutar los fun-
ideas morales de diversos pueblos disciplina filosófica especial ha sur- damentos de la vida moral desde el
primitivos, o de los pueblos orienta- gido solamente en su madurez dentro punto de vista filosófico. Especial-
les, o de los hebreos, o de los egip- del Occidente, de modo que una his- mente ocupó a los pensadores post-
cios, etc., sin que el material resul- toria de la ética filosófica coincide aristotélicos la magna cuestión de la
tante deba forzosamente encuadrarse con una historia de la ética occi- relación entre la existencia teórica y
en la historia de la ética. En nuestra dental. la práctica, con frecuente tendencia
opinión, por consiguiente, solamente De hecho, esta historia comenzó a establecer —si bien por considera-
hay historia de la ética dentro del solamente de un modo formal con ciones teóricas— el primado de la
marco de la historia de la filosofía. Aristóteles, con cuyas ideas sobre la última sobre la primera. Común a
Aun así, la historia de la ética ética y las virtudes éticas hemos ini- muchas escuelas de la época fue —co-
resulta a veces de una amplitud con- ciado este artículo. Sin embargo, antes mo ocurrió con los estoicos— el in-
siderable, pues se hace difícil con de Aristóteles se hallan ya preceden- tentar descubrir un fundamento de
frecuencia establecer una separación tes para la constitución de la ética la ética en la Naturaleza. Por este
estricta entre los sistemas morales como disciplina filosófica. Entre los motivo, muchas comentes éticas de
—objeto propio de la ética— y el con- presocráticos, por ejemplo, pueden la época pueden ser calificadas de
junto de normas y actitudes de ca- encontrarse reflexiones de carácter naturalistas, si bien teniendo presente
rácter moral predominantes en una ético que no están ya ligadas a la que el término 'naturalismo' (v.) no
sociedad o en una fase histórica da- aceptación de ciertas normas sociales debe entenderse en el mismo sentido
das. Con el fin de solucionar este vigentes —o a la protesta contra tales que ha llegado a tener en la época
problema, los historiadores de la ética normas—, sino que procuran descu- moderna. También fue común a la
han limitado su estudio a aquellas brir las razones por las cuales los mayor parte de tales escuelas el ma-
595
EΤΙ ΕΤΙ ΕΤΙ
ninfestar los dos siguientes rasgos. Pri- necesario que los aspectos hedonistas, mencionamos las teorías éticas fun-
mero, el de considerar la ética como naturalistas y autonómicos que ca- dadas en el egoísmo (Hobbes), en el
ética de los bienes, es decir, el esta- racterizaron a varias escuelas éticas realismo político (maquiavélicos), en
blecer una jerarquía de bienes con- griegas se pusieran completamente de el sentimiento moral (Hutcheson y
cretos hacia los cuales aspira el hom- lado. En tanto que se considerara otros autores). Fundamental para la
bre y por los cuales se mide la mora- que el hombre es un ser peregrino mayor parte de los pensadores mo-
lidad de sus actos. Segundo: el bus- que está en esta tierra con el fin de dernos fue la cuestión del origen de
car la tranquilidad de ánimo, que prepararse para una vida futura ultra- las ideas morales. Algunos las encon-
según algunos (los estoicos) se halla terrena, era natural que la noción de traron en ciertas facultades innatas
en la impasibilidad, según otros (los felicidad, tan importante en muchos! del hombre, ya sea de carácter in-
cínicos) en el desprecio a las con- éticos griegos (véase EUDEMONÍA),; telectual o bien de carácter emotivo;
venciones, y según otros (los epicú- fuera sustituida por otras nociones otros buscaron las bases de la ética en
reos) en el placer moderado o, mejor más adecuadas a la vida cristiana. una intuición especial, o en el sentido
dicho, en el equilibrio racional entre Ahora bien, ello no significa que la común, o en la simpatía, o en la
las pasiones y su satisfacción. ética cristiana fuese siempre y nece- utilidad (individual o social); otros
El auge del neoplatonismo y la apa- sariamente una ética de índole ascé- llamaron la atención sobre el papel
rición del cristianismo modificaron tica. Como en muchas otras cosas, que desempeña la sociedad en la
sustancialmente muchas de las ante- en el terreno ético el cristianismo formación de los conceptos éticos;
riores ideas éticas. Por un lado, los ofrece variantes. Los bienes terrena- otros, finalmente, insistieron en que
neoplatónicos tendieron a edificar la les, especialmente en la medida en el fundamento último de la ética
ética al hilo de la teoría platónica que fueron considerados como otor- sigue siendo la creencia religiosa o
de las ideas, aun cuando es cierto gados por Dios, no fueron tampoco la dogmática religiosa. Las cuestiones
que en algunos autores —como Plo- eliminados. De ahí la posibilidad de de la libertad de la voluntad frente
tino— la ética platónica se presenta adoptar poco a poco puntos de vista al determinismo de la Naturaleza; de
mezclada con ideas morales aristotéli- éticos que durante algún tiempo ha- la relación entre la ley moral y la
cas y en particular estoicas. Por otro bían sido considerados como especí- ley de la Naturaleza, y otras análogas,
lado, los pensadores cristianos tuvieron, ficamente griegos y punto menos predominaron durante los siglos XVII
cuando menos en los comienzos, una que incompatibles con una vida cris- y XVIII. Se formaron así diversas co-
doble actitud frente a la ética. En un tiana. Esto explica, entre otras cosas, rrientes éticas que han recibido los
sentido, absorbieron lo ético en lo la creciente introducción de las teo- nombres de naturalismo, egoísmo,
religioso, y de ello nació una tendencia rías éticas aristotélicas en los filóso- asociacionismo, intuicionismo, etc. Un
a edificar el tipo de ética que luego se fos escolásticos, al compás de la in- cambio radical experimentó la ética
ha llamado heterónoma o, más troducción de la filosofía general aris- con la filosofía de Kant. Según he-
propiamente, teónoma, es decir, la que totélica que culminó en el siglo XIII. mos expuesto en varios artículos ( véase
fundamenta en Dios los principios de De hecho, en la última época de la BUE N A V OLUNT AD , CON CIEN CI A
la moral. En otro sentido, en cambio, escolástica clásica se llegó a la for- MORAL, DEBER, INTENCIÓN, KANT ),
aprovecharon muchas de las ideas de mulación de una teoría ética que lo- Kant rechazó toda ética de los bienes
la ética griega —principalmente las gró fundir la mayor parte de los prin- (véase BIEN ), y procuró en su lugar
platónicas y estoicas—, de tal modo cipios fundamentales éticos griegos fundamentar una ética formal, autó-
que partes de la ética tales como la con las normas cristianas. noma (V. AUT ON OMÍ A ) y, en cierta
doctrina de las virtudes y su La historia de la ética se compli- medida, penetrada de rigorismo. La
clasificación se insertaron casi ca a partir del Renacimiento. Por un meditación de ,Kant al respecto in-
enteramente dentro del cuerpo de la lado, resurgieron muchas tendencias fluyó grandemente sobre muchas teo-
ética cristiana. Muy corriente fue el éticas que, aunque no totalmente rías posteriores de la ética. Es cierto
adoptar ciertas normas éticas de abandonadas, habían sido atenuadas que en el curso del siglo XIX domina-
algunas escuelas (como la estoica), considerablemente: es el caso del es- ron otras corrientes además de la kan-
negando sus fundamentos naturalistas y toicismo. Fuertes corrientes neo-es- tiana y de la desarrollada por el
suprimiendo aquellas porciones (por tóicas se divulgaron durante los si- idealismo alemán (especialmente por
ejemplo, la justificación del suicidio) glos XV, XVI y XVII, alcanzando a Fichte). Mencionamos entre ellas la
que eran incompatibles con las ideas filósofos como Descartes y, sobre todo, prosecución de las corrientes adscritas
morales cristianas. Ahora bien, a Spinoza. Por otro lado, los nuevos a la filosofía del sentido común (v.),
medida que se fue acogiendo el problemas presentados al individuo la tendencia a examinar las cuestio-
pensamiento griego dentro del y a la sociedad a partir especialmente nes éticas desde el punto de vista
cristiano se pusieron de relieve ciertos del siglo XVII, los cambios de normas psicológico, el desarrollo del utilita-
fundamentos que resultaron ser en las relaciones entre personas y rismo (v.), el intuicionismo inglés, el
comunes a ambos. Entre ellos entre naciones, condujeron a refor- evolucionismo ético, la tesis de la
mencionamos como el principal la mulaciones radicales de las teorías absoluta diferencia entre la ética y
clásica equiparación de lo bueno con éticas. De ello surgieron sistemas di- la religión (v.). El evolucionismo
lo verdadero, que los filósofos versos que, aunque apoyándose en ético en particular renovó el natura-
cristianos desarrollaron en su teoría nociones tradicionales, aspiraban a lismo ético agregándole un aspecto
de los trascendentales (v.). Para con- cambiar las bases de la reflexión ético- dinámico que el antiguo naturalismo
seguir tal comunidad de supuestos fue flosófica. Como ejemplo de ellos no había conocido. De ello surgieron
596
ΕΤΙ ΕΤΙ ΕΤΙ
cambios revolucionarios en las con- efecto, los principios éticos superio- la realización de un valor positivo
cepciones éticas que terminaron, co- res, los imperativos, son absolutamente sin sacrificio de los valores superio-
mo ocurrió con Nietzsche, con esfuer- válidos a priori y tienen con respecto res y de completo acuerdo con el
zos para introducir una inversión a la experiencia moral la misma carácter de cada personalidad.
completa en todas las tablas de va- función que las categorías con respecto En lo que se refiere al problema
lores. Consecuencia de ello fue la a la experiencia científica. El resultado del origen, la discusión ha girado
adopción de puntos de vista axioló- de semejante inversión de las tesis sobre todo en torno al carácter au-
gicos, que habían sido poco atendi- morales conduce, por lo pronto, al tónomo o heterónomo de la moral.
dos por los autores anteriores. Ahora trastorno de todas las teorías existentes Para los partidarios del primero, lo
bien, la fundamentación de la ética con respecto al origen de los principios que se ha realizado por una fuerza
en una explícita teoría de los valores éticos: Dios, libertad e inmortalidad no o coacción externa no es propiamente
—posición defendida por varias teo- son ya, en efecto, los fundamentos de moral; para los que admiten el
rías éticas contemporáneas— vino la razón práctica, sino sus segundo, no hay de hecho posibilidad
asimismo por otros lados. En efecto, postulad os. De ahí que el de acción moral sin esa fuerza extraña,
como reacción contra el formalismo formalismo moral kantiano exija, al que puede radicar en la sociedad o,
y rigorismo kantianos —interpretados, propio tiempo, la autonomía ética, como ocurre en la mayor parte de los
por lo demás, demasiado al pie de la el hecho de que la ley moral no sea casos, en Dios. A ellas se han
letra— autores como Brentano inten- ajena a la misma personalidad que sobrepuesto asimismo tendencias
taron edificar una ética que fuese al la ejecuta. Opuestas a este formalis- conciliadoras que ven la necesidad de
mismo tiempo material y rigurosa y mo se presentan todas los doctrinas la autonomía del acto moral, pero que
no dependiese de un sistema de bie- éticas materiales, de las cuales cabe niegan que esta autonomía destruya
nes o arbitrariamente seleccionado, distinguir, como ha hecho A. Müller, el fundamento efectivo de las
o considerado como establecido por la entre la ética de los bienes y la de normas morales, pues el origen del
sociedad, o estimado como conocido los valores. La de los bienes com- acto puede distinguirse perfectamente
de un modo inmediato y evidente, prende todas las doctrinas que, fun- de la cuestión del origen de la ley.
o fundado en una heteronomía. Des- dadas en el hedonismo o consecución En otros sentidos, se han contrapuesto
de entonces la ética ha entrado en de la felicidad, comienzan por plan- entre sí las tendencias aprioristas y
una fase muy activa de su desarrollo. tearse un fin. Según este fin, la mo- empiristas, voluntaristas e
Y ello de tal modo que se hace di- ral se llama utilitaria, perfeccionista, intelectualistas, que se refieren
fícil presentar un cuadro de la ética evolucionista, religiosa, individual, más bien al origen efectivo de los
contemporánea desde el punto de social, etc. Su carácter común es el preceptos morales en el curso de la
vista de las diversas escuelas, y re- hecho de que la bondad o maldad historia o en la evolución de la in-
sulta más plausible dar una breve de todo acto dependa de la adecua- dividualidad humana y que quedan
descripción de los problemas funda- ción o inadecuación con el fin pro- con frecuencia sintetizadas en una
mentales de la ética y de las prin- puesto, a diferencia del rigorismo concepción perspectivista en la cual
cipales soluciones propuestas para so- kantiano donde las nociones de de- el voluntarismo y el intelectualismo,
lucionarlos. Examinaremos cuatro de ber, intención, buena voluntad y mo- el innatismo y el empirismo son con-
estos problemas: la esencia de la éti- ralidad interna anulan todo posible cebidos como meros aspectos de la
ca, su origen, su objeto o fin y el eudemonismo en la conducta moral. visión de los objetos morales, de los
lenguaje ético. En una dirección parecida, pero con valores absolutos y eternamente vá-
En lo que toca a la cuestión de distintos fundamentos, se halla la lidos, progresivamente descubiertos
la esencia, hay dos concepciones an- ética de los valores, la cual repre- en el curso de la historia. En cuanto
titéticas, que pueden designarse con senta, por un lado, una síntesis del al problema de la finalidad, equi-
el nombre de ética formal y ética formalismo y del materialismo y, por vale en parte a la misma cuestión
material. Ninguna de ellas aparece, otro, una conciliación entre el empi- de la esencia de la ética y hace re-
naturalmente, en toda su pureza y rismo y el apriorismo moral. El ma- ferencia a las posiciones eudemonis-
puede decirse, por lo contrario, que yor sistematizador de este tipo de tas, hedonistas, utilitaristas, etc., que
toda doctrina ética es un compuesto ética, Max Scheler, la ha definido, responden a la pregunta por la
de formalismo y "materialismo", los de hecho, como un apriorismo moral esencia, siempre que ésta sea defi-
cuales se han mantenido como cons- material, pues en él empieza por nida de acuerdo con un determinado
tantes a lo largo de toda la historia excluirse todo relativismo, aunque, bien.
de las teorías y actitudes morales. al mismo tiempo, se reconoce la im- Finalmente, en lo que respecta al
No obstante el predominio del ele- posibilidad de fundar las normas problema del lenguaje de la ética,
mento formal en la filosofía práctica efectivas de la ética en un impera- se han presentado varías teorías. Las
de Kant y del elemento material en tivo vacío y abstracto. El hecho de más importantes han sido elaboradas
casi todos los demás tipos de ética, que semejante ética se funde en por autores como C. K. Ogden e I. A.
ha contrapuesto radicalmente el kan- los valores demuestra ya el "objeti- Richards, J. Dewey, A. J. Ayer, R. B.
tismo al resto de las doctrinas mo- vismo" que la guía, sobre todo si Perry, Ch. L. Stevenson, R. M. Hare,
rales y lo ha hecho aparecer como se tiene en cuenta que en la teoría etc., es decir, por filósofos que se han
uno de los primeros intentos, relati- de Scheler el valor moral se halla ocupado de la significación de las ex-
vamente logrados, para establecer lo ausente de la tabla de valores y, presiones éticas, o que han analizado
a priori en la moral. Para Kant, en por lo tanto, consiste justamente en la naturaleza de las "reacciones" de
597
ΕΤΙ ΕΤΙ
un sujeto ante los imperativos éticos. abierta y que mientras las posiciones
Una de las doctrinas más difundidas relativas a la esencia, origen y objeto
ha sido la de J. Dewey al distinguir o fin de la ética están ya bien delimi-
entre términos valorativos (como 'de- tadas, las que se refieren al lenguaje
seado' y términos descriptivos (como ético se encuentran aún en estado de
'deseable' ). Los términos éticos perte- formación.
necen al segundo grupo. Ogden y Ri-
chards han distinguido entre lenguaje
indicativo o científico, y lenguaje
emotivo no científico; el de la ética
pertenece a la segunda serie. El lla-
mado análisis emotivo en la ética ha
sido defendido por Ayer (y Carnap).
Consiste en hacer de los juicios valo-
rativos ( dentro de los cuales se hallan
los éticos) juicios metafísicos, esto es,
no teóricos y no verificables (véase
IMPERATIVO). Ch. L. Stevenson ha ela-
borado estas distinciones, pero refi-
nándolas considerablemente al mostrar
que el hecho de que los juicios éticos
no sean indicativos, sino pres-criptivos,
no significa que tales juicios
pertenezcan pura y simplemente a la
"propaganda" (véase EMOTIVIS -MO).
Los análisis de Perry están dentro del
marco de una ética normativa, la cual
pretende ser a la vez una ciencia
natural. En cuanto a Hare, ha exa-
minado sobre todo los usos de los tér-
minos éticos y axiológicos, mostrando
que aun cuando todos ellos están dentro
de un lenguaje prescriptivo, no pueden
simplemente confundirse entre
imperativos y juicios de valor, y entre
imperativos singulares y universales, o
entre juicios de valor morales y no
morales. Lo común en todas estas
investigaciones ha sido el hecho de
haberse reconocido que hay un len-
guaje propio de la ética, que este
lenguaje es de naturaleza prescripti-
va, que se expresa mediante mandatos
o mediante juicios de valor y que no
es posible en general un estudio de
la ética sin un previo estudio de su
lenguaje. Las principales dificultades
que al respecto se ofrecen aparecen
cuando se examinan las relaciones
entre el lenguaje ético imperativo y el
lenguaje ético valorativo, y
especialmente cuando se plantea la
cuestión de hasta qué punto tales
lenguajes están relacionados con el
lenguaje cognoscitivo. En los primeros
tiempos en que empezó a estudiarse
el problema del lenguaje ético se
tendía a negar que éste tuviese
carácter cognoscitivo. En época más
reciente tal negación se ha atenuado
mucho (V. EMOTIVISMO). Puede de-
cirse que la cuestión está todavía
EUC EUC
EUCKEN (RUDOLF) (1846-1926), cional o lógico, sino como algo que
nacido en Aurich (Ostfriesland), fue trasciende lo racional y lo lógico (aun-
profesor en la Universidad de Basilea que a la vez abarcándolos) forma de
(1874-1920]. En 1908 recibió el Pre- este modo un reino universal en el que
mio Nobel de Literatura. En oposición cada personalidad participa y en el
al naturalismo, al positivismo y al cri- que se resuelven en última instancia
ticismo, Eucken aspiró a reanudar lo los problemas de la historia y de la
que consideraba la tradición filosófica cultura. Esta participación no es una
alemana por medio de una metafísica pasiva entrega, sino una actividad
neo-idealista que, sin embargo, no que la persona natural ejerce, pues
niega la verdad de la imagen que pro- la libertad es tanto la condición ne-
porciona de lo real la ciencia de la Na- cesaria de la vida espiritual como su
turaleza. Eucken reprocha al natu- esencia. Lo espiritual es el reino de
ralismo la pretensión de hacer de su los valores superiores, pero estos va-
visión la única admisible. Frente al lores no son presentados por Eucken
naturalismo acentúa Eucken la reali- como esencias rígidas, infinitamente
dad de la vida del espíritu como rea- alejadas del hombre; son más bien
lidad plenamente justificada e inde- vida activa, que se crea constante-
pendiente, pues el espíritu o, mejor mente y se realiza en los actos de
dicho, la vida espiritual (Geistesleben) participación de la persona. La fre-
es no sólo autónoma frente a la vida cuentemente subrayada nebulosidad
psíquica y a la razón, sino que las de la filosofía de Eucken no impide,
engloba en cierto modo como ele- con todo, el reconocimiento de que
mentos inmanentes. Mientras lo psí- en él se perfila la visión de una
quico se halla inevitablemente arrai- realidad peculiar e irreductible. En
ÉTICO-TEOLOGÍA. Véase Físico- gado en la Naturaleza y está some- este camino le siguió sobre todo Max
TEOLOGÍA. tido, por lo tanto, a las categorías Scheler, que fue primitivamente dis-
ETOLOGÍA es la ciencia que es- deterministas y causalistas de la cien- cípulo suyo, así como, en parte, Ju-
tudia los caracteres y especialmente cia, lo espiritual puede desarrollar lius Goldstein y Otto Braun.
los caracteres morales, determinando sin trabas su propia actividad. La
sus tipos y sus variedades. La eto- psicología al uso es impotente para
logía es para J. Stuart Mill una ciencia aprehender la peculiaridad de esta
del espíritu y, como tal, una "ciencia realidad superior de la vida del es-
deductiva" que deriva sus resultados píritu, porque el método psicológico
de las leyes establecidas por la opera con categorías que el espíritu
psicología y que constituye a la rechaza; por eso se impone, según
vez el fundamento sobre el cual Eucken, sustituir el método natural
debe apoyarse necesariamente la por el método "noológico", por el
educación. En cambio, en otras cual debe entenderse una forma de
direcciones (por ejemplo, en Albert aprehensión que penetra en la pro-
Bayet, La science des faits moraux) la fundidad del espíritu, que comprende
etología es estimada como una ciencia la vida espiritual desde su totalidad
puramente empírica; a diferencia de íntegra y permite abrazarla en toda su
la moral, que sería la investigación de realidad y en toda su verdad. Pero la
los elementos aprióricos de la conduc- idea de la vida espiritual, que es
ta, de la jerarquía eterna de los valo- menos explicada que ensalzada, no es
res, etc., la etología se limitaría al es- sólo el resultado de un método
tudio de cómo de hecho se han reali- nuevo: es también aquello a que
zado en el curso de la historia las necesariamente llega la metafísica
normas morales. La etología puede cuando se desprende de todo lastre
considerarse entonces, según los casos, positivista y racionalista. La metafísica
como una ciencia derivada de la moral de Eucken, íntimamente enlazada con
apriórica, que proporciona el cuadro una ética, con una filosofía de la
dentro del cual se inserta la etología, o religión y con una teoría de los
bien como el fundamento de esta valores, procura en todas sus partes
misma moral, que sería el resultado de destacar la peculiaridad de la vida
un concreto estudio "etológi-co", de espiritual, que desde su raíz personal
una investigación de las "costumbres" y concreta se convierte bien pronto
y de los "caracteres morales". en la realidad única, en el fundamento
EUCATALEPSIA. Véase BACON del mundo, en esencia de la divinidad.
(FRANCIS ). Lo espiritual, que Eucken no entiende
como algo puramente ra-
599
EUC EUD
of R. Eucken, 1914. — M. Müller, Ethica (Spengel, Fritzsche, Suse-
Individualitäts- und Persönlichkeits- mihl), una opinión ya mantenida en
gedanke bel Eucken, 1916 (Dis.). — la Antigüedad, pero descartada, se-
A. Heussner, Einführung in R. Euc-
kens Lebens- und Weltanschauung, gún apuntan Kapp, Von der Mühll y
1912. — E. Becher, R. Eucken und Jaeger, por un mayor número de opi-
seine Philosophie, 1927. — P. Kal- niones inclinadas a declararla obra de
weit, Euckens religionsphilosophische Aristóteles, si bien, al parecer, con
Leistung, 1927. — Manuel Argüelles, importantes modificaciones con res-
El neoidealismo en Eucken, 1929. pecto a lo que Jaeger considera el
EUCLIDES (ca. 450-ca. 380 antes texto original. En general, se supone
de J. C. ) de Megara, siguió primero que, aunque trabajando sobre una
las doctrinas de los eleatas ( VÉASE ), materia común —los textos y notas
pero bajo la influencia de Sócrates, de de lecciones de Aristóteles—, la di-
quien fue discípulo en Atenas, modi- ferencia entre Eudemo y Teofrasto
ficó aquellas doctrinas en un sentido consiste principalmente cu que mien-
ético. Según indica Diógenes Laercio tras este último manifestó tendencias
(II 106), Euclides de Megara conside- enciclopédicas y decidida inclinación
ró el Bien como idéntico a lo Uno y por investigaciones naturales, el pri-
al Ser, de tal forma que todo lo que mero se preocupó más bien de cues-
puede decirse del Ser único puede tiones éticas y religiosas. Esta dife-
asimismo decirse del Bien. Fiel al rencia es paralela a la que existe entre
eleatismo, Euclides consideró, ade- la tendencia naturalista de Teofrasto
más, que de lo que no es el Bien y la teológica de Eudemo.
no puede decirse nada, pues, siendo Eudemi Rhodii Peripatetici fragmenta
idéntico al no ser, no existe. Con el quae supersunt, coll. I. Spen-gel,
fin de defender esta doctrina Eucli- Berolini, 1866, y F. W. A. Mu-ach,
des de Megara usó argumentos pa- Fragmenta Philosophorum
recidos a los de Zenón de Elea. Como Graecorum, III, 1881. Edición re-
Índica Diógenes Laercio, Euclides no ciente de textos: Fritz Wehrli, Die
Schule des Aristoteles. Heft VIII;
ofrecía propiamente demostraciones, Eudemos von Rhodos, 1955. — Véan-
sino reducciones al absurdo. Éstas se los trabajos de A. Th. H. Fritzsche
constituyeron el fundamento de la en su edición de Eudemi Rhodii Ethi-
llamada erística (v.), desarrollada ca, Regensburg, 185], y de E. Zeller
por los megáricos (v.) ο seguidores en Archiv für Geschichte der Philo-
de Euclides, quien es considerado sophie, V (1892), 442-3.
como el fundador de esta escuela. EUDEMONISMO. Literalmente,
Véase la bibliografía del artículo 'eudemonismo' significa "posesión de
MEGÁRICOS. un buen demonio" ( eu)dai/mon ), es
EUDEMO de Rodas fue, con Teo- decir, goce o disfrute de un modo de
frasto de Ereso, uno de los dos más ser por el cual se alcanza la prosperi-
inmediatos y fieles discípulos de Aris- dad y la felicidad, eu)dai/moni/a . Filo-
tóteles, hasta el punto de que, como sóficamente se entiende por 'eudemo-
cuenta Aulio Gelio en las Noctes nismo' toda tendencia ética según la
Atticae, el Estagirita estuvo indeciso cual la felicidad ( VÉASE) es el sumo
acerca de quién de los dos habría de bien.
regentar el Liceo tras su muerte, pues La felicidad puede entenderse de
el vino lésbico (Teofrasto) y el vino muchas maneras: puede consistir en
ródico (Eudemo) eran "por igual "bienestar", en "placer", en "activi-
excelentes". Siendo todavía confusas dad contemplativa", etc. etc. En todo
las relaciones intelectuales entre Aris- caso, se trata de un "bien" y con fre-
tóteles, Teofrasto y Eudemo no obs- cuencia también de una "finalidad".
tante los importantes trabajos de Jae- Se dice por ello que la ética eudemo-
ger, Zürcher y otros al respecto, no nista equivale a una "ética de bienes
se puede determinar aún cuál fue la y fines". Es costumbre desde Kant
exacta contribución de Eudemo a] llamar a este tipo de ética "ética ma-
Corpus Aristotelicum. Podemos acep- terial", a diferencia de la "ética for-
tar que colaboró con Teofrasto ( VÉA- mal", elaborada y defendida por Kant.
SE ) en los notables trabajos lógicos
En la medida en que se identifica el
que Bochenski ha destacado. Se ha
supuesto también que la Ethica bien con la felicidad o, mejor dicho,
Eudemia fue escrita por el discípulo en la medida en que se estima que la
y se la ha llamado Eudemi Rhodii felicidad se alcanza al conseguirse el
bien a que se aspira, se puede decir
600
EUD EUD EUL
que todas las éticas materiales son éti- doro trató también, al parecer, de la Sonnekreise der Alten, vorzüglich den
cas eudemonistas. noción de lo Uno, en sentido a la eudoxischen, 1863, y el artículo de
En vista de ello pueden considerar- vez platónico y neopitagórico, apro- F. Gisinger (Στοιχεία, Heft VI, 1921).
se como eudemonistas todos los "prin- ximándose en este análisis a algunas Para su teoría de las ideas: Heinrich
de las distinciones posteriormente des- Karpp, Untersuchungen zur Philoso-
cipios materiales" prácticos a que se phie des Eudoxos von Knidos, 1933
refiere Kant en la Crítica de la razón arrolladas por los neoplatónioos. (Dis.). — Id., id., "Neue Untersu-
práctica. Estos principios son de dos De la obra sobre la división de la chungen zur Philosophie des Eudoxos
clases: subjetivos y objetivos. Los filosofía, Diai)resij tou= kata\ von Knidos" [II], Gnomos, XI, 407-
principios subjetivos pueden ser ex- filosofi/an lo/gou, hay fragmentos en 16. Véase también O. Becker, "Eu-
Estobeo, Eclog., II, 42, 11-45. Véase doxos-Studien" [III] Quellen und
ternos (de la educación, como en H. Diels, Doxographi Graeci, 1879.
Montaigne; de la constitución civil, Studien zur Geschichte der Mathe-
Artículo de E. Martini sobre Eudoro matik und Physik, III, id. (1936),
como en Bernard de Mandeville) o (Eudoros, 10) en Pauly-Wissowa. 236-444; 'Eudoxos-Studien" [IV], id.,
internos (del sentimiento de carácter EUDOXO DE CNIDO (ca. 408-355 III (1936), 370-8S; "Eudoxos-Stu-
físico, como en Epicuro; del senti- antes de J. C. ) es considerado por dien" [V], id., III (1936), 389-410.
miento moral, como en Hutcheson). Diógenes Laercio (VIII, 86-91) co- — Para la ética; artículo de Phi-
Los principios objetivos pueden asi- mo uno de los pitagóricos, aunque lippson en Hermès (1925). Artículo de
mismo ser externos ( de la voluntad de F. Hultsch sobre Eudoxo (Eudoxos)
hoy se le suele incluir entre los pla- en Pauly-Wissowa.
Dios, como en Crusius y otras mora- tónicos en tanto que miembro de la
les teológicas ) o internos ( de la per- EULER (LEONHARD) ( 1707-
antigua Academia platónica ( VÉASE). 1783) nac. en Basilea, fue profesor
fección, como en Wolff y en los Se ocupó extensamente de astrono-
estoicos). (1731-1741) de física y matemáticas
mía, matemáticas, medicina y geome- en San Petersburgo, adonde fue lla-
Característico del eudemonismo es tría. En metafísica criticó la doctrina
estimar que no puede haber incom- mado por Catalina la Grande. Por
platónica de la relación entre las ideas invitación de Federico el Grande pro-
patibilidad entre la felicidad y el bien. y las cosas mediante la participa-
Los que se oponen al eudemonismo, fesó en Berlín desde 1741 hasta su
ción y se inclinó hacia una anterior regreso a San Petersburgo en 1766.
en cambio, admiten que la felicidad opinión de Platón: la de que las ideas
y el bien pueden coincidir, pero no Euler es conocido por sus trabajos
están mezcladas con las cosas, opi- científicos en matemática (cálculo de
necesitan coincidir. Para el eudemo- nión que Eudoxo desarrolló. Según la
nismo, la felicidad es el premio de la variaciones, trigonometría), física (es-
reconstrucción de H. Karpp (véase pecialmente hidrodinámica y óptica)
virtud y, en general, de la acción mo- la bibliografía) a base de la Metafí-
ral. Para el anti-eudemonismo, en y astronomía. Contra Newton defen-
sica de Aristóteles y de los fragmen- dió Euler la teoría ondulatoria de la
cambio, la virtud vale por sí misma, tos del Peri\ )Idew=n, del mismo autor,
independientemente de la felicidad luz y una teoría general del éter. En
conservados por Alejandro, las ideas sus reflexiones filosóficas sobre el es-
que puede producir. son para Eudoxo inmanentes en los
Véase E. Pfleiderer, Eudamonismus pacio y el tiempo, Euler rechazó la
objetos sensibles (una opinión que doctrina según la cual están origina-
und Egoismus, 1881. — M. Heinze, se ha comparado con algunas de las
Der Eudamonismus in der griechischen dos en la experiencia, pero también
Philosophie, 1883. — Β. I. M. Boelen, concepciones de Anaxágoras ). En éti- (contra Leibniz) la tesis de que se
Eudaimonie in het wezen der ethiek, ca Eudoxo defendió la doctrina de trata de conceptos ideales (o rela-
1949. — Véase también bibliografía que el bien es el placer, aunque es ciones). Si fuera lo primero, espacio
de FELICIDAD. probable que deba entenderse éste y tiempo serían —lo que para Euler
EUDORO DE ALEJANDRÍA (fl. en el sentido del "placer duradero y no es el caso— propiedades percep-
25 antes de J. C.) es considerado co- moderado" tan ensalzado por muchos tibles; si fuera lo segundo no podría
mo un filósofo ecléctico (véase socráticos. En astronomía y cosmolo- adscribirse objetivamente un objeto
ECLECTICISMO, ECLÉCTICOS. Siguiendo gía, Eudoxo elaboró un sistema que en el contexto del espacio y del
tendencias muy difundidas en su explicaba los "movimientos" de los tiempo.
época, Eudoro de Alejandría trató de astros mediante una serie de esferas
Se conoce con el nombre de dia-
combinar el platonismo, el neopitago- concéntricas que giraban en torno a
la Tierra inmóvil. Este sistema influ- grama de Euler la representación grá-
rismo y el estoicismo, con predominio fica por medio de la cual se mues-
de la primera tendencia. Entre las yó sobre Platón (quien lo incorporó
a las especulaciones cosmológicas del tra que todos los miembros de una
obras que se le atribuyen figuran un clase A, son miembros de otra clase,
comentario al Timeo, un escrito so- Timeo) y sobre Aristóteles.
B. Hemos introducido esta diagrama
bre las Categorías de Aristóteles en Fragmentos en O. Vose, op. cit. en
el artículo sobre Heraclides. — Entre en el artículo Venn (Diagramas de)
el cual parece haberse opuesto al Es- (VÉASE), pero debemos advertir que,
tagirita, una obra sobre la división los artículos sobre Eudoxo destacamos
los de K. von Fritz sobre su vida según investigaciones de G. Vacca, el
de la filosofía (en ética, física y ló- (Philologus, 1930), sobre su doctrina diagrama en cuestión fue empleado
gica) y una obra titulada Acerca del de las ideas (ibid., 1927), el de C. antes por Leibniz.
fin en la cual dilucida este concepto Jensen sobre los textos en Fi-lodemo y Obras: Mechanica sive motus
no solamente en sentido moral sino Horacio (Sitzungsberichte der Preuss. scientia analytice exposita, 2 vols.,
también metafísico, con tendencia a Ak. der Wissenschaften, 1936). Para la 1736-42. — Introductio in analysim
hacer de él la expresión de la iden- astronomía de Eudoxo: A. Boeckh, infinitorum, 2 vols., 1744. — Metho-
tificación del alma con lo divino. Eu- Ueber die vierjährige dus inveniendi lineas curvas maximi
601
EUS EVA EVI
minimeve proprietate gaudentes, sentido platónico-ecléctico y aun neo- terística de la llamada interpretación
1744. — "Réflexions sur l'espace et le platónico. Eusebio, como otros auto- alegórico-racionalista de los dioses,
temps", Mémoires de l'Académie ro- res, consideró a Platón como un Moi- había sido ya preludiada por algunos
yale des Sciences de Berlin, IV, 1748. sés que había hablado en lengua áti- presocráticos (por ejemplo, Jenófa-
— Theoria motus corporum solidorum ca, e interpretó las "ideas" platónicas nes ) y por algunos sofistas ( por ejem-
seu rigidorum, 1765. — Lettres à como pensamientos divinos. Halló
une princesse d'Allemagne sur quel- plo, Critias), pero solamente Eveme-
ques sujets de physique et de philo- asimismo en Platón otros precedentes ro la presentó con suficiente amplitud
sophie, 3 vols., 1768-72. — Institu- cristianos, tales como la doctrina de y radicalismo. Huellas de ella pue-
tiones calculi integralis, 4 vols., 1768- la inmortalidad del alma, y ciertos den encontrarse en algunos estoicos,
94. — Edición crítica de obras Opera atisbos del dogma de la Trinidad. pero mientras en éstos había una ten-
omnia (Leipzig; luego Zurich), 49 No obstante, estos precedentes eran, dencia a destacar la unidad de lo
vols., 1911 y siguientes. — Véase A. a su entender, insuficientes frente a divino en la Naturaleza (junto a la
Speiser, E. und die deutsche Philoso- la verdad completa de la revelación conservación de los cultos oficiales),
phie, 1934. — Ernst Cassirer, obra cristiana, y estaban, además, macu-
sobre el conocimiento mencionada en en Evemero no hay aparentemente
lados por doctrinas erróneas, en parti- ninguna inclinación en este sentido.
CASSIRER ( ERNST) y CONOCIMIENTO, cular por las tendencias emanatistas,
vol. II. El llamado evemerismo fue utilizado
el dualismo y otras características del posteriormente por muchos historia-
EUSEBIO DE CESÁREA, Eusebius platonismo ecléctico. Eusebio refun-
Pamphili (ca. 265-339/40), nac. en dores como explicación de los mitos,
dió sus dos mencionadas apologías
Cesárea (Palestina), obispo de la mis- en una Teofanía (Περί της θεοφανίας ), y el poeta romano Ennio (239-169
ma ciudad (desde ca. 314), es cono- de la cual se han conservado algunos antes de J. C.) emprendió una ela-
cido sobre todo como historiógrafo, fragmentos, y escribió también una boración del Escrito sagrado.
especialmente por su fundamental obra —perdida— contra Porfirio y Fragmentos en F. Jacoby, Die
Historia de la Iglesia ( Εκκλησιαστική dos tratados teológicos: Contra Mar- Fragmente der griechischen Histori-
ker, I, 300 y sigs. Jacoby es también
Ιστορία), pero tiene importancia en celo y Sobre la teología eclesiástica. el autor del artículo sobre Evemero
la historia de la filosofía por sus Ediciones: Migne, P. G. XIX- (Euhemeros) en Pauly-Wissowa.
obras apologéticas, la Praeparatio XXIV; J. A. Heikel, R. Helm, J. Ka-
ret, Th. Mommsen, E. Klostermann, EVEMERISMO. Véase EVEMERO.
evangélica (Ευαγγελική προπαρασκευή) EVIDENCIA. El problema de la
y la Demonstratio evangélica (Ευαγγ- H. Gressmann, J. Karts, en la edi-
ción de los Griechischen christlichen evidencia está estrechamente relacio-
ελική άπόδειξις). La significación fi- nado con el de la certidumbre ( VÉA-
losófica de estas obras reside en dos Schriftsteller, de Berlín, 7 vols., 1902-
1920. — Edición de la Praeparatio: SE ); lo que hemos dicho acerca de
aspectos. Primero, en la cantidad de ésta puede iluminar grandemente lo
E. H. Gifford, 4 vols., 1903. — En
datos que proporciona Eusebio sobre trad. esp.: Historia de la Iglesia, 1950. que se podría enunciar sobre aquélla.
doctrinas filosóficas griegas; la Prae- — Véase bibliografía de APOLOGIS Los debates habidos respecto a la re-
paratio constituye en particular una TAS ; además: M. Weiss, Die Stellung lación entre evidencia y certidumbre
de las fuentes básicas para el cono- des Eusebios im arianischen Streit, sugieren, sin embargo, que tal rela-
cimiento de buen número de tales 1920 (Dis.). — A. Puech, Histoire de ción puede entenderse de diversos
doctrinas. Segundo, en la actitud fi- la littérature grecque chrétienne jus modos. Por un lado puede conside-
losófica del autor. Esta actitud es qu'à la fin au IVe siècle, 3 vols., rarse que la evidencia es una de las
claramente apologética, de tal modo 1928-1930 (especialmente vol. II, especies de la certidumbre. Por otro
que puede considerarse a Eusebio 167-226). — H. Berkhof, Die Theolo lado puede admitirse que, no ha-
como a uno de los continuadores de gie des Eusebios von Cnidos, 1939. biendo certidumbre sin evidencia,
la obra de los apologistas ( VÉASE) del — D. S. Wallace-Hadrill, E. of C., ésta podría ser un género de la que
siglo II. Pero hay marcadas diferen- 1960. aquélla fuese una especie. La solu-
cias con respecto a ellos. Ante todo, EVANGELIO ETERNO. Véase ción al problema depende mucho,
Eusebio utilizó muchos de los ele- JOAQUÍN DE FLORIS . naturalmente, no sólo de lo que se
mentos y métodos de los cristianos EVEMERO (fl 300 antes de J. C.) entiende por 'evidencia', sino tam-
alejandrinos, en particular de San no fue un miembro de la escuela de bién, y especialmente, de los tipos
Clemente y de Panfilo de Cesárea. los cirenaicos, pero se aproximó a las de evidencia. En cierto sentido, evi-
Por lo tanto, hay en su obra una opiniones de éstos en muchos respec- dencia es aquello de que poseemos
cierta cantidad de elementos de ca- tos. Su nombre y sus doctrinas fue- un saber cierto, indudable y no so-
rácter alegórico. Luego, sus juicios ron muy difundidas en la Antigüedad, metible a revisión. Tal concepción
sobre el pensamiento griego no coin- especialmente a causa de su escrito acentúa, desde luego, el aspecto sub-
ciden sino en parte con los de otros Ιερά αναγραφή ο Escrito sagrado, jetivo de la evidencia. Pero otros
apologistas predecesores suyos. Son redactado en forma de narración de aspectos pueden resultar necesarios.
juicios extremadamente críticos, en la un viaje. La tesis principal de Eve- Por ejemplo, los dos siguientes es-
formulación de los cuales Eusebio mero —a la cual se da todavía hoy tudiados por los escolásticos: la evi-
utilizaba argumentos escépticos. Mas el nombre de evemerismo— es la de dencia llamada de verdad o eviden-
a la vez interpretaba una parte de que los dioses —los dioses populares, cia objetiva, y la evidencia llamada
dicho pensamiento como una clara νομιζόμενοι θεοί— no son sino hombres de credibilidad. La primera es aque-
"preparación" para las enseñanzas que fueron divinizados en tiempos lla que se apoya en el mismo objeto
cristianas. Esta parte es el platonis- remotos a causa de su poder y de su que se ofrece al intelecto. La segunda
mo — entendido casi siempre en un sabiduría. Esta doctrina, carac-
602
EVI EVI EVI
es aquella que se apoya en el hecho juicios sobre percepciones internas. de la evidencia de los "objetos pre-
mismo de ser aceptada como creíble Pero n o debe nun ca con fun dirse dados" y la evidencia de los juicios.
sin ninguna duda. La evidencia pue- el juicio sobre la percepción con Debe distinguirse no sólo entre estas
de dividirse también según los tipos la percepción (Cfr. obra de Brentano dos formas de evidencia, sino entre
de objeto; hay entonces una eviden- en bibliografía infra). En cuanto a varias especies de evidencia de los
cia formal, una evidencia material, Husserl, ha tratado con frecuencia de juicios. En Erste Philosophie (textos
una evidencia moral, etc. la noción de evidencia. Nos referire- de 1923/24, pub. por Rudolf Boehm,
Algunos autores niegan que la evi- mos aquí únicamente a tres obras de 1959, en Htisserliana, VIII, 26 sigs.)
dencia tenga un papel decisivo, es- dicho autor. En Logische Intersuchun- Husserl habla de cuatro tipos de evi-
pecialmente en los procesos formales gen (Investigaciones lógicas) Husserl dencia: natural, trascendental, apodíc-
de razonamiento. Consideran, en indica que la evidencia se da cuando tica y adecuada. La evidencia natural
efecto, que si la evidencia es la hay una adecuación completa entre lo es la de la llamada "positividad"; le
aprehensión directa de la verdad de mentado y lo dado, cuando hay una evidencia trascendental es la de la cla-
una proposición por medio de lo que referencia al "acto de la síntesis de ridad del origen (trascendental); la
Descartes llamaba una simplex mentis cumplimiento más perfecta, que da a evidencia apodíctica es la evidencia
inspectio, la evidencia tendrá que ba- la intención la absoluta plenitud de absoluta (necesaria); la evidencia ade-
sarse en la intuición ( VÉASE ). Pero contenido, la del objeto mismo". En el cuada es la que se justifica como tal.
como la intuición no garantiza en acto de la evidencia se vive la plena Esta última evidencia es la única que
manera alguna la consistencia formal concordancia entre lo mentado y lo resulta, por así decirlo, "llenada" o
de un sistema, se prefiere una deri- dado; la evidencia es entonces "la ve- "cumplida" por medio de un princi-
vación puramente formal, única que rificación actual de la identificación pio general de justificación.
puede evitar las paradojas que la in- adecuada". Esta evidencia no es, em- Puede preguntarse si hay algún
tuición no ha sabido ni prever ni pero, simplemente de la percepción. fundamento común para todas las for-
resolver. Otros autores señalan, en No es ni siquiera la percepción ade- mas de evidencia. Proponemos a este
cambio, que no puede eludirse la cuada de la verdad; es su verificación efecto el reconocimiento del carácter
evidencia, cuando menos en la pre- mediante un acto peculiar. Para en- esencialmente relacional de la evi-
sentación de los axiomas primitivos tenderlo hay que tener en cuenta que dencia, carácter que no ha sido de-
de un sistema. Varios filósofos pro- Husserl se coloca en un terreno que bidamente subrayado en los intentos
ponen que es necesario distinguir entre supone previo al de toda "actitud na- de distinguir entre la evidencia y la
la evidencia de proposiciones en un tural" y también previo al de las pro- vivencia de la evidencia. Como apunta
sistema formal y la evidencia de los posiciones científicas; las evidencias Hessen, "entiéndase por evidencia lo
hechos. Contra ello se arguye que la de que habla el autor son previas a que se quiera, no se puede prescindir
noción de evidencia debe ser única, las llamadas "evidencias" en lenguaje en ella de la relación con la conciencia
pues de lo contrario tenemos dos científico o lenguaje corriente. Térmi- cognoscente, ya se caracterice esta
nociones y no una sola. Entre quie- nos corno 'cumplimiento', 'efectua- relación —desde el objeto o el
nes más han insistido en el papel ción', 'adecuación', etc. no se refieren hecho— como un ver claramente,
desempeñado por la evidencia en un a la correspondencia entre algo per- ya, desde la conciencia, como un intuir
sentido general y en la estrecha re- cibido y lo que se dice sobre él, sino o percibir" (Teoría del conocimiento,
lación existente entre la evidencia y a la vivencia (fenomenológica) de V. 2).
la verdad se encuentran Brentano y algo inmediatamente dado, anterior a H. Bergmann, Untersuchungen
los fenomenólogos, en particular Hus- toda teoría, construcción, suposición, zum Problem der Evidenz der inné·
serl. Para Brentano la evidencia es etc. Ahora bien, hay para Husserl ren Wahrnehmung, 1908. — Isenkra-
una propiedad de ciertos juicios; sólo varias clases de evidencia: asertórica he, Zum Problem der Evidenz, 1927.
— Joseph Geyser, Ueber Wahrheit
de éstos —y no de las representa- (llamada simplemente evidencia); apo- und Evidenz, 1918. — Franz Brenta
ciones— puede decirse que hay evi- díctica (llamada intelección). La evi- no, Wahrheit und Evidenz, Erkennt-
dencia. La evidencia excluye el error dencia asertórica se aplica a lo indi- nistheoretische Ábhandlungen und
y la duda, pero hay que observar vidual; la apodíctica, a las esencias. Briefe, ed. O. Kraus, 1930. — Paul
que ni la liberación del error ni la La asertórica es inadecuada; la apo- Wilpert, Das Problem der Wahrheits-
liberación de la duda convierten un díctica, adecuada. Husserl habla de sicherung bei Thomas von Aquin.
juicio en evidente. La evidencia es, "visión asertórica" y de "visión apo- Ein Beitrag zur Geschichte des Evi-
denz-problems, 1931 [Beitràge zur
pues, una propiedad por la cual se díctica", pero también de "visiones Geschichte der Philosophie und Théo
caracteriza un juicio como correcto. mixtas" ("evidencias aleatorias"). logie des Mittelaters, XXX, 3). — C.
Los juicios evidentes pueden ser, por Ejemplo de estas últimas es la intelec- Vier, O. F. M., Evidence and Its
otro lado, o inmediata o mediata- ción de un hecho asertórico. También Function according to J. Duns Scotus,
mente evidentes. Los juicios inmedia- lo es el conocimiento de la necesidad 1950. — R. M. Chisholm, Perceiving;
tamente evidentes pueden dividirse en del accidente en un ser individual. a Philosophical Study, 1957 (Parte II).
juicios de hechos (como "Yo pienso") En su obra Erfahmng una Urteil — Leonardo Polo, Evidencia y reali
dad en Descartes, 1961.
y en verdades de razón ( como el prin- Husserl habla de "los grados del pro-
cipio "Nada sucede sin razón sufi- blema de la evidencia" y declara que EVOLUCIÓN. Consideraremos pri-
ciente"; véase RAZÓN SUFICIENTE ). cada tipo de objeto posee su propia mero el término mismo. Ateniéndonos
Los juicios de hechos inmediatamente forma de ser dado, es decir, de evi- a su significado originario (evolutio,
evidentes solamente pueden ser dencia. Por lo pronto, hay la cuestión del verbo evolvo), el vocablo 'evolu-
603
EVO EVO EVO
ción' designa la acción y efecto de que reconocer que han sido usados en de continuidad". Pero con ello Leibniz
desenvolverse, desplegarse, desarro- muy diversos contextos. Por ejemplo, no hacía sino indicar una "condición
llarse algo. 'Evolución' es uno de los para algunos místicos de fines de la formal general" en el desarrollo
términos en una numerosa familia de Edad Media y del Renacimiento, la — condición sin la cual, por lo demás,
vocablos en cuya raíz se halla la idea palabra explicatio designa la manifes- no puede hablarse propiamente de
o la imagen de rodar, correr, dar vuel- tación o automanifestación de una desarrollo. Durante el siglo xvm se
tas: 'involución', 'devolución', 'revolu- realidad: la explicatio Dei (Nicolás discutió mucho cómo tiene efectiva-
ción', "circunvolución' y otros simila- de Cusa) es equivalente a la teofanía. mente lugar la "evolución" del orga-
res. La idea o imagen que suscita Por otro lado, algunos autores han to- nismo: si mediante epigénesis —o su-
'evolución' es la del despliegue, des- mado el concepto de evolución en un cesiva incorporación de partes—; o
arrollo o desenvolvimiento de algo que sentido metafísico, como desenvolvi- medíante preformación — o crecimien-
se hallaba plegado (o replegado), miento de una realidad o, mejor di- to de un organismo ya formado al
arrollado o envuelto. Una vez desen- cho, de la Realidad. Ejemplo de esta principio bien que en proporción más
vuelta o desplegada, una realidad tendencia es la filosofía de Hegel, pa- reducida. Se trataba aquí de dar
puede revolverse o replegarse. A la ra quien lo real es des-envolvimiento cuenta del proceso ontogenético — co-
evolución puede suceder la involu- (Ent-wicklung). Finalmente, otros au- mo se había hecho ya, por lo demás,
ción. Junto a la citada idea o imagen tores han estudiado la evolución en un desde la Antigüedad, según puede
de desenvolvimiento de lo envuelto, sentido más "concreto", ya sea en un verse en el De generatione animalium,
encontramos en 'evolución' la idea de sentido predominantemente histórico de Aristóteles. La doctrina ontoge-
un proceso a la vez gradual y orde- (como sucede en varios filósofos de la nética preformista recibió el nombre
nado, a diferencia de la revolución, Ilustración: Turgot, Condorcet, etc.), de "evolucionista" por cuanto se su-
que es un proceso de despliegue sú- ya sea en un sentido biológico (como ponía que había un auténtico desarro-
bito y posiblemente violento. ocurre con las grandes teorías evolu- llo de lo previamente "arrollado". Tal
El proceso en cuestión puede, en cionistas del siglo XIX ). doctrina, además, fue siendo elabora-
principio, afectar a cualquier realidad. En vista de todo ello, podría con- da y refinada al considerarse que el
Puede afectar a las ideas o conceptos, cluirse que es mejor delimitar siempre germen no tiene que ser forzosamente
de los cuales puede asimismo decirse claramente los distintos significados un modelo "en escala reducida" del
que se desarrollan o pueden desarro- de 'evolución' (o de términos cuyo organismo adulto, sino simplemente
llarse. Sin embargo, sería abusivo ads- significado es afín al de 'evolución'). contener las substancias de las cuales
cribir 'evolución' a las ideas o a los Podría hablarse entonces de evolución va emergiendo el organismo adulto en
conceptos, salvo cuando nos referimos en sentido teológico, metafísico, histó- relación con el medio. Las citadas
a la llamada "evolución histórica". rico, biológico, etc., o, como hemos doctrinas ontogenéticas son muy dis-
Pero entonces no son las ideas o los indicado antes, de evolución en senti- tintas de las posteriores doctrinas filo-
conceptos los que propiamente evo- do "real" y de evolución en sentido genéticas, según ha indicado Osear
lucionan: evolucionan más bien las "conceptual". Sin embargo, separar Hertwig en su obra Génesis de los
actitudes y las opiniones sobre tales excesivamente los significados unos de organismos, Vol. I, cap. i), pero las
ideas y conceptos. No hay inconve- otros llevaría a olvidar que hay ele- primeras manejan a veces conceptos
niente en hablar de "la evolución de mentos comunes en el concepto de similares a los usados por las se-
una idea" siempre que tengamos pre- evolución, por lo menos durante la gundas.
sente que la idea no "evoluciona" al época moderna, y en particular desde Segundo, ciertas ideas surgidas a
modo como puede "evolucionar" un mediados del siglo XVIII hasta la fe- consecuencia de los trabajos de Lin-
organismo. Una idea o un concepto cha. Llevaría a olvidar, además, que neo (1707-1778) y Cuvier (1769-
pueden contener ciertos elementos que aunque ciertos significados son dis- 1832) con vistas a la clasificación de
sólo se van manifestando sucesiva- tintos de otros, arraigan en un común las especies. A este respecto Bergson
mente. Pero es más adecuado decir "suelo histórico". ha escrito lo siguiente: "La idea del
que la idea o el concepto van explici- Es difícil precisar cuál es el "suelo transformismo se halla ya en germen
tando lo que se hallaba en ellos im- histórico" del moderno concepto de en la clasificación general de los seres
plícito, y que en esta explicitación lo evolución, pero puede aventurarse que organizados. El naturalista aproxima,
importante no es el proceso temporal, está constituido en gran parte por va- en efecto, entre sí los organismos que
sino el paso de lo menos específico a rios elementos. Describiremos breve- se asemejan y luego divide el grupo
lo más específico, de los principios a mente algunos de éstos. en subgrupos en el interior de los cua-
las consecuencias. Si nos atenemos so- Primero (no necesariamente en el les es aun mayor la semejanza, y así
lamente a las imágenes suscitadas por orden del tiempo), las diversas doctri- sucesivamente. En el curso de tal ope-
los correspondientes vocablos, podre- nas —llamadas "doctrinas ontogenéti- ración los caracteres del grupo van
mos asentir a la idea de que los térmi- cas"— que se ingeniaron antes del emergiendo como temas generales so-
nos 'evolución' e 'involución' se hallan siglo XIX para explicar cómo de un bre los que cada uno de los grupos
en su significado "intuitivo" muy pró- germen emerge un organismo entero. ejecutará sus variaciones particulares",
ximos a términos como 'explicación' e Leibniz había puesto ya de relieve y ello de tal suerte que aun suponien-
'implicación' (o también 'complica- que la diferencia entre el germen y do el transformismo convicto de error,
ción'). Además, si consideramos la el organismo adulto parece muy gran- la doctrina no quedaría afectada en lo
historia de los vocablos, tendremos de sólo cuando no se tienen en cuenta que tiene de más importante. En efec-
¡as fases intermediarias según la "ley to, "la clasificación subsistiría en sus
604
EVO EVO EVO
grandes líneas". Aunque se tratara de Una de las primeras etapas en la contemporáneos) la idea de evolución
un parentesco ideal "habría aun que historia de la idea moderna de evolu- abarca toda la realidad. Otros ejem-
admitir que aparecieron sucesiva, y no ción orgánica y de las doctrinas evo- plos de evolucionismo "general" se
simultáneamente, las formas entre las lucionistas está constituida por la po- hallan en autores como Edward Wes-
cuales se revela un tal parentesco" lémica entre Cuvier y Etienne Geof- termack (1862-1939: The History of
(L'Évolution créatrice, 1907, págs. 24 froy Saint-Hilaire (1772-1844). Se Human Marriage, 1891, 5a edic., 3
y sigs.). disputó a la sazón si había o no una vols., 1925; The Origin and Develop-
Tercero, las ideas ya aludidas de unidad de plan orgánico en la forma- ment of Moral Ideas, 2 vols., 1906-
"desarrollo" y, sobre todo, "progreso" ción de las especies. Otra etapa, más 1908) —el cual consideró la evolu-
lüstórico tal como fueron introducidas importante, es la constituida por el ción en sentido sociológico—; Wi-
y discutidas por varios filósofos de la lamarckismo. Nos hemos referido a lliam Kingdon Clifford (VÉASE), G. J.
época de la Ilustración. ella en el artículo sobre el darwinis- Romanes (v.) Leslie Stephen (v.),
Cuarto, los intentos de concebir la mo (v.). En este mismo artículo he- etc. Por otro lado, autores como Tho-
evolución como manifestación de un mos descrito lo que puede conside- mas Henry Huxley (1825-1895:
universal "devenir". De un modo más rarse como una nueva, y la más Mans Place in Nature, 1864; Evolu-
o menos confuso estos intentos se discutida e influyente etapa, en la for- tion and Ethics, 1893; Collected Es-
desarrollaron dentro del llamado "ro- mulación de doctrinas evolucionistas. says, 2 vols., 1893-1894; Scientific
manticismo" y en particular dentro de Recordemos que en ella concluyen las Memoire, 4 vols., 1898) y Karl Pear-
la "filosofía romántica alemana". En tesis de Alfred Russell Wallace (1823- son (1857-1936: The Ethics of Free-
este respecto es particularmente ilu- 1913) acerca de "las tendencias de las thought, 1888; The Grammar of
minadora e importante la filosofía de variedades a desviarse indefinidamente Science, 2 vols., 1892, 3a ed., 1911;
Hegel. Ésta puede ser considerada co- del tipo original" y la comunicación de Darwinism, 1912), aunque considera-
mo punto de madurez de una serie de Darwin sobre "las tendencias de las ron asimismo el problema de la evo-
corrientes "evolucionistas" y a la vez especies a formar variedades, y sobre lución "en general" se basaron funda-
como punto de partida de otra serie la perpetuación de las variedades y mentalmente en el evolucionismo dar-
de análogas corrientes. Ciertas con- de las especies por los procesos de la winiano. Algo parecido ocurrió con la
cepciones de algún modo "evolucio- selección natural". El año 1858, fecha corriente del llamado "darwinismo so-
nistas" derivaron más o menos direc- en que se hicieron públicas las ideas cial" en los Estados Unidos, al cual se
tamente del hegelianismo (como de los dos autores citados, o, si se refiere Dewey en su libro The In-
sucede con Marx). Otras son inde- quiere, el año 1859, fecha de pu- fluence of Darwin on Philosophy, and
pendientes de Hegel, pero pueden blicación de la primera edición de la Other Essays (1910). Doctrinas evo-
comprenderse mejor si se considera a obra de Darwin Sobre el origen de las lucionistas filosóficas de muy distinto
Hegel como centro "ideal" de esos especies, puede considerarse como el carácter han sido elaboradas por Ale-
diversos movimientos. momento crucial en la historia del xander, Lloyd Morgan, McDougall,
Ahora bien, a partir de mediados evolucionismo en el sentido aquí tra- H. Wildon Carr y Bergson ( VÉANSE);
del siglo XIX sobre todo, la noción de tado. Los numerosos debates a que característica común de todas estas
evolución y el llamado "evolucionis- dio lugar la teoría darwiniana hacen doctrinas es la idea, explícitamente
mo" se centraron cada vez más en la que a veces se equipare 'evolucionis- formulada por Lloyd Morgan, de la
idea de la evolución de los organis- mo' con 'darwinismo'. Pero aunque es evolución emergente ( VÉASE ). Tam-
mos. Trataremos desde ahora este as- cierto que las doctrinas de Darwin bién puede considerarse como evolu-
pecto, teniendo en cuenta no solamen- dieron gran impulso a diversas teo- cionista la doctrina de Jan Christian
te que es hoy día el que más salta a rías evolucionistas, el evolucionismo Smuts ( 1870-1950: Holism and Evo-
la vista cuando se usan los vocablos tiene un carácter más general que el lution, 1926), el cual desarrolló la
'evolución' y 'evolucionismo', sino darwinismo. doctrina llamada "holismo", según la
también que algunas otras ideas acerca El término 'evolucionismo' suele cual el universo puede describirse co-
de "evolución" están de algún modo usarse, en efecto, para designar no mo un conjunto evolutivo formado de
calcadas sobre un modelo orgánico. En sólo el lamarckismo y el darwinismo, totalidades que a su vez dan origen,
este último sentido escribió Me- sino también sistemas filosóficos co- en series emergentes, a totalidades
yerson en su libro De l'explication mo el de Spencer ( VÉASE ), el cual nuevas. La doctrina de Smuts perte-
dans les sciences que "la imagen que concibió su idea de evolución con an- nece por ello a la corriente de la "evo-
constituye el fondo de esas locuciones terioridad a Darwin y definió la evo- lución emergente" antes mencionada.
['evolución', 'desenvolvimiento', 'des- lución como "la integración de la ma- Podría incluirse asimismo en esta enu-
arrollo', y hasta 'explicación'] es ca- teria y la disipación concomitante del meración la filosofía de Boodin
rácter preformista" — y esto quiere movimiento por la cual la materia (VÉASE).
decir, "orgánico" o "biológico". Dada pasa de un estado de homogeneidad Volviendo ahora al aspecto más
la índole de la presente obra, sin em- indeterminada e incoherente a un es- propiamente biológico de la idea de
bargo, nos ocuparemos menos de las tado de heterogeneidad determinada evolución, mencionaremos que a par-
teorías evolucionistas stricto sensu que y coherente". También son concebidas tir de Darwin se suscitaron numerosos
de ciertas ideas filosóficas subyacentes como "evolucionistas" doctrinas como debates acerca del modo como tuvo
en algunas de las teorías o que se pu- la de Bergson. En el caso de Spencer lugar la evolución de las especies. Au-
sieron a discusión como consecuencia y de Bergson (como, según veremos tores como Ernst Haeckel ( VÉASE) ge-
de ellas. al final, en el de algunos biólogos neralizaron lo que consideraron las
605
EVO EVO EVO
ideas fundamentales darwinianas pro- cepto más general de evolución que lutiva no es, ni puede ser, una expli-
clamando el paralelismo de la ontoge- afecta asimismo a la naturaleza inor- cación de naturaleza deductiva, pero
nia (evolución del organismo) y la gánica y que culmina (pero no nece- que puede haber explicaciones de los
filogenia (evolución de la especie o sariamente termina) en el h ombre y procesos evolutivos por medio de le-
especies). Es lo que Haeckel (y otros) en la cultura e historia humanas. Este yes qu e mu estran có mo de un grupo
llamaron "la ley fundamental bioge- esquema evolucionista generalizado ha de condiciones iniciales se desarrolla
nética", hoy día aceptada por mu y sido defendido tanto por ciertos autores (o, mejor, "se ha desarrollado") un
pocos autores. Hugo de Vries ( 1848- que ven en la evolución un sentido cierto proceso (Ernest Nagel), que
1935: Die Mutationstheorie. Versuche espiritual como por quienes adoptan produce ciertas otras condiciones, a la
und Beobachtungen über die Entste- un punto de vista ajeno a toda valora- vez regidas por ciertas leyes.
hung der Arten im Pflanzenreich, 2 ción. Entre los primeros destacan Le- Las obras de varios de los autores
vols., 1901-1903) propuso su famosa comte de Noü y, Teilhard de Chardin mencionados en el texto han sido
"teoría de las mutaciones bruscas" en y Albert Vandel. Entre los segundos indicadas en los artículos correspon-
oposición al "continuismo" que pre- destacan los biólogos y filósofos que dientes.
valecía en muchas doctrinas evolucio- se han ocupado de los conceptos sub-
nistas biológicas. Autores como Louis yacentes en el llamado "neo-darwinis-
Vialleton han llegado a conclusiones mo" (Julián Huxley y otros). Ilumi-
más o menos antievolucionistas mos- nadores para esta última posición son
trando la imposibilidad de reducir a los trabajos contenidos en la obra co-
un tronco común las ramas paralelas lectiva en tres volú menes publicada
d e los d istintos árb oles gen ealó gi- en Chicago con motivo de la celebra-
cos de las especies. ción del centenario de la publicación
Un punto muy debatido dentro de del Origen de las especies. La evolu-
la teoría evolucionista biológica es el ción biológica aparece aquí (según ha
de la llamada "herencia de los carac- manifestado Julián Huxley) como una
teres adquiridos". Es común afirmar fase en un proceso total evolutivo
que, contrariamente a lo sostenido, o compuesto de tres distintos momentos:
implicado, por el lamarckismo, no hay la fase inorgánica o pre-biológica, la
tal herencia. Por otro lado, las doctri- orgánica o b ioló gica y la hu mana o
nas de Michurin-Lyssenko defienden post-biológica. Cada una de estas
en parte la herencia de los caracteres fases tiene sus propias peculiaridades
adquiridos. Hoy se tiende a concluir y su propio tempo, aunqu e las tres
que un carácter es adquirido sólo en están ligadas en un proceso evolutivo
tanto que el gen se desarrolla en un general. Lo característico de la primera
cierto medio. El medio es uno de los fase, o evolución inorgánica, es la
elementos del desarrollo del carácter. formación de elementos físico-quími-
Según manifiesta Theodosius Dob- cos complejos hasta constituir las con-
zhansky (Mankind evolving: The diciones que hacen posible el mundo
Evolution of the Human Species, orgánico. Lo característico de la se-
1961) se puede afirmar que los cam- gunda fase, o evolución biológica, es
bios se dan por transmisión heredita- la formación de organismos que sur-
ria (los gen es) en con d icion es fijas gen y se eliminan por medio de se-
(o normales). Cuando cambian las lección natural, y que se van desple-
condiciones, cambian los caracteres. gand o en u n idades orgánicas d e
En su ma, el carácter es el resultad o órdenes crecientemente más comple-
de una interacción entre los gen es y jos. Lo característico de la tercera fase,
el medio. Por lo demás, debe adver- o evolución humana, es el proceso de
tirse que cuando se habla de evolu- la cultura y la posibilidad de una
ción y de "caracteres" hay que dis- "filogenia de formas culturales". Si
tingu ir entre la evolu ción d e un hay o no "propósito" en esta evolu-
organismo y la evolución de la especie ción, es asunto muy discutido y dis-
— lo que en el caso del hombre im- cutible. Por lo general, no se admite
plica la diferencia entre la evolución hoy día una teleología en el proceso
del hombre y la de la especie humana. evolutivo, pero se admite la posibili-
Esta distinción no aparece siempre dad de procesos teleonómicos, esto es,
clara en las discusiones filosóficas sobre de procesos que poseen su propia "di-
la idea de evolución. rección".
En las dos últimas décadas se ha Los epistemólogos se han ocupado
abierto paso, entre biólogos y filóso- del problema de la explicación de los
fos d e la Naturaleza, la id ea d e qu e procesos evolutivos, especialmente en
el concepto de evolución en los orga- la evolución biológica. Se ha conclui-
nismos biológicos es parte de un con- do al respecto que la explicación evo-
606
EVO EX
Simpson, The Meaning of Evolution. (de la ciencia natural) —de naturali-
A Study of the History of Life and Its bus naturaliter— se puede decir que
Significance for Man, 1949. — Véase nunca ha cesado ni cesará la genera-
también la bibliografía de DARWINIS - ción. Egidio Romano y Juan Buridán
M O y SPEN CE R ( HE RBE RT ).
(entre otros) abundaban en considera-
EVOLUCIONISMO. Véase EVOLU- ciones análogas, si bien iban más lejos
CIÓN.
que Santo Tomás y Alberto Magno.
EX NIHILO FIT ENS CREATUM. Cuando se habla de las cosas natura-
Véase CREACIÓN , Ex NIHILO NI HIL les (cum loquamur de naturalibus) se
FIT , NADA.
puede afirmar el ex. nihilo nihil fit
EX NIHILO NIHIL FIT (De la (Cfr. Anneliese Maier, Metaphysische
nada, nada adviene). En el artículo Hintergründe der spätscholastischen
NADA nos hemos referido a este prin-
Naturphilosophie, 1955, págs. 14 y
cipio en el pensamiento griego, con- sigs.). Una cosa es hablar teológica-
trastándolo con el principio Ex nihilo mente; la otra es hablar filosóficamente
fit ens creatum de la teología cristia- (o "naturalmente"). Ahora bien,
na. Completaremos aquí la informa- mientras cuando menos en Santo To-
ción proporcionada en dicho artículo más los dos modos de hablar tienen
con algunas referencias históricas. que coincidir en algún momento, no
El principio en cuestión fue soste- es seguro que ello ocurra siempre en
nido con toda consecuencia por los Egidio Romano y Juan Buridán. Se
eleatas. Parménides ( VÉASE ) señala dice, es verdad, que mientras la idea
que del No-Ser ("Nada") no puede de que el mundo ha sido creado por
hablarse siquiera en virtud del princi- Dios es una verdad absoluta, la idea
pio de que sólo el Ser es; el Ño-Ser de que de la nada no ha surgido nada
(la Nada) no es. El Ser ha sido siem- es una verdad "probable" — a dife-
pre (donde "siempre" no significa rencia de los griegos, para quienes
"todo el tiempo", sino más bien eter- era un principio absolutamente evi-
namente). Meliso de Samos señala dente e incontrovertible. Pero hasta
que el Ser no puede originarse o en- qué punto ciertos autores se acercan
gendrarse, pues en tal caso debería a la tesis del ex nihilo nihil fit como
surgir de la nada, pero si fuese nada, principio verdadero más que como te-
nada podría engendrarse de la nada, sis probable, es todavía difícil deter-
ou)/da/ma a)/n ge/noito ou)den e) k minarlo en virtud del modo "ambi-
medeno/j (Diels-Kanz, 30 Β). Para guo" adoptado en algunos de sus tex-
Aristóteles no se engendra tampoco tos. Algo semejante puede decirse de
nada del No-Ser, pero siempre que este los filósofos de la llamada "Escuela
No-Ser se entienda como mh\ o)/n de Padua" (VÉASE) tales como Pietro
simpliciter; en cambio, puede surgir d'Abano, Agostino Nifo y otros.
algo de la privación (VÉASE), en tanto En la época moderna se ha habla-
que ésta es privación de algo (Phys., I do casi siempre como si el principio
viii). El principio de que nada surge ex nihilo nihil fit fuese irrebatible, so-
de la nada fue afirmado bre todo en la medida en que los pen-
insistentemente por los epicúreos sadores se han ocupado de cuestiones
(Cfr. cita de Lucrecio en NADA. filosóficas y científicas más que de
Los autores cristianos, en tanto que cuestiones teológicas. Es cierto que al
mantuvieron la idea de que el mundo llegar a ciertos límites que rozaban
ha sido creado de la nada por Dios, estas últimas cuestiones se suponía
no podían sostener con toda conse- con frecuencia no sólo que el mundo
cuencia el principio de referencia. Sin ha sido creado de la nada, sino inclu-
embargo, se ha sostenido este princi- sive que su existencia depende de una
pio en lo que se refiere a las cosas creatio continua (Descartes) o, si se
creadas. Para el mundo natural, en quiere, de la continua presencia de
efecto, es cierto que ex nihilo nihil Dios como Espíritu universal (Berke-
fit; lo que sucede es que el mundo ley). El principio que aquí nos ocupa
mismo en su totalidad, como Ente ha servido de hipótesis última a no
que es, ha sido creado (Cfr. Santo pocos de los desarrollos de la ciencia
Tomás, S. theol, I q. XLV a 1 ad natural moderna, especialmente de la
3). Alberto Magno sostuvo, al tratar mecánica, y en muchas ocasiones ha
la cuestión de la eternidad (v. ) del sido vinculado estrechamente al de-
mundo, que cuando se habla de las terminismo ( VÉASE ). Hoy día no se
cosas naturales en el lenguaje natural es tan dogmático en la materia, pero
607
ΕΧΕ EXI EXI
sólo porque se reconoce que un prin- problema de la existencia como tal "sistemas" platónico, aristotélico y
cipio como el apuntado es demasiado fue planteado varias veces; si lo que neoplatónico, hay diferencias básicas
vasto para enunciar algo determinado existe es lo inteligible, el mundo de entre ciertas concepciones griegas de
sobre los procesos naturales; dice poco las ideas, y si tal mundo no es "lo 'existencia' y la mayor parte de las
justamente por pretender decir dema- que está ahí", sino "más allá de todo concepciones medievales. Por lo pron-
siado. ahí", la cuestión de la naturaleza de to, los griegos tendieron a concebir la
EXÉGESIS. Véase HERMENÉUTICA. la existencia y del existir se suscita existencia como cosa — por "refina-
EXISTENCIA. En tanto que deri- con toda agudeza. Sin embargo, sólo da" y "sutil" que ésta fuera. Los filó-
vado del término latino existentia, el Aristóteles elaboró un sistema de con- sofos medievales, especialmente los de
vocablo 'existencia' significa "lo que ceptos que parecía capaz de dilucidar inspiración cristiana, tuvieron en cuenta
está ahí", lo que "está afuera" — ex- el ser de la existencia como tal en re- que hay existencias que no son pro-
sistit. Algo existe porque está en la lación con, o contraste con, el ser de piamente cosas, y que ni siquiera
cosa, in re; la existencia en este senti- la esencia, de la substancia, etc. pueden comprenderse por analogía
do es equiparable a la realidad. Lo Para Aristóteles, la existencia se en- con ninguna "cosa" y que, sin em-
que hemos dicho en los artículos Real tiende como substancia, es decir, como bargo, son más "existentes" que otras
y Realidad, Ser y también Esencia (en entidad. Para que algo exista, tiene entidades — Dios, las personas, etc.
cuanto ésta se contrapone a la exis- que poseer un "haber", una ousía (v.). Según muchos autores medievales, el
tencia) puede ayudar a comprender Tiene, además, que serle propia. La existir es propiamente el esse; mejor
el concepto aquí dilucidado. Pero no existencia es la substancia (v.) primera todavía, "existir" es ipsum esse. La
es suficiente, por lo que considerare- en tanto que aquello de que puede comprensión de la existencia parece
mos ahora con algún detalle la no- decirse algo y en "dónde" residen las entonces requerir la nota de la "ac-
ción de existencia como tal. propiedades. Cuando la existencia se tualidad" (véase ACT O ). Gilson
De un modo general el término halla unida con la esencia tenemos un (L'Être et l'Essence [1948], especial-
'existencia' puede referirse a cualquier ser. De él podemos saber qué es jus- mente págs. 88 y sigs.) ha puesto de
entidad; puede hablarse de existencia tamente porque sabemos que es. Aris- relieve que la ambigüedad del término
real e ideal, de existencia física y ma- tóteles se interesa por averiguar lo que esse ha planteado varios problemas a la
temática, etc. etc. Sin embargo, como pueden llamarse los "requisitos" de la filosofía medieval, incluyendo
esta universalidad del significado de existencia. Los conceptos de materia problemas relativos a la "naturaleza
'existencia' se presta a confusiones, es y forma, de potencia y acto ( VÉANSE) de la existencia" y aun en particular
mejor examinar el modo como, a tra- desempeñan en este respecto un papel tales problemas. En efecto, esse denota
vés de la historia de la filosofía, se ha importante. Pero como no puede ha- a veces la esencia y a veces el acto de
entendido el concepto de existencia blarse de la existencia a menos que existir. Según ello, hay dos con-
como concepto filosófico técnico. La sea inteligible, y como la existencia cepciones fundamentales de la esencia
noción de existencia se aplica a las solamente es inteligible a partir de en su relación con la existencia. Una
"entidades existentes" —también lla- aquello que la hace ser, tenemos ya de estas concepciones puede designarse
madas "los existentes"—, pero cabe desde este momento sentadas las ba- como "primado de la esencia sobre la
distinguir entre los existentes y la exis- ses para muchas ulteriores discusiones existencia". De acuerdo con la misma,
tencia — o hecho de que los existen- acerca de la relación entre la existen- la existencia es concebida inclusive
tes existan. Se trata aquí, pues, de di- cia y lo que hace ser la existencia. Si como un accidente de la esencia
lucidar la cuestión de la naturaleza o llamamos a lo último "esencia", tene- (Avicena y filósofos más o menos "avi-
esencia de la existencia y no de nin- mos la base para los debates sobre la cenianos"). Otra de estas concepcio-
guno de los existentes, si bien es po- relación entre esencia y existencia. nes puede designarse como "primado
sible que tal dilucidación sea posible Muchos de estos debates tuvieron de la existencia sobre la esencia". De
únicamente a base de un análisis de lugar durante la Edad Media. Para acuerdo con la misma, la esencia es
entidades existentes — o supuestamente entenderlos adecuadamente es menes- algo así como la inteligibilidad de la
existentes. ter tener en cuenta los significados, y existencia. Existir no sería en este caso
En los primeros momentos de la cambios de significados, de varios tér- algo "simplemente dado" y menos aun
historia de la filosofía griega los pen- minos básicos: no sólo essentia y exis- algo "irracional". Pero sería, según
sadores no parecían interesados en tentia, sino también substantia, esse, apunta Gilson (op. cit.)., como "un
saber cuál es la naturaleza de lo exis- etc. Se encontrarán referencias a tales punto de energía de intensidad dada,
tente; les ocupaba más indicar qué significados y cambios de significados el cual engendra un cono de fuerza
entidad o entidades eran, a su enten- en varios artículos de la presente obra; del cual constituiría la cima, siendo la
der, existentes —o "realmente exis- remitimos, entre otros, a los artículos base la esencia".
tentes"— a diferencia de las entida- ENTE , ESENCIA, HAECCEIDAD, HIPÓS - Todos los autores medievales coin-
des que parecían tener una existencia TASIS, OUSÍA, PERSONA, QUIDDIDAD, ciden en decir, o suponer, que la
real, pero que eran, en el fondo, mo- SER, SUBSTANCIA. Aquí nos limitare- esencia es una respuesta a la pregunta
dos o manifestaciones de tal existen- mos a algunas indicaciones sobre las quid sit res (qué es la cosa) en tanto
cia. Decir que "lo que hay" es agua, tendencias generales asumidas por di- que la existencia es una respuesta a
aire, apeirón y hasta números no es chos debates. la pregunta an res sit (si la cosa es).
todavía decir qué es haber algo, esto Aunque los autores medievales tu- Sin embargo, decir lo que es la cosa
es, qué es existir. Luego, con Parmé- vieron en cuenta el sistema de con- puede significar no, o no solo, predi-
nides y, sobre todo, con Platón, el ceptos griegos y en particular los car de ella algo —y algo "univer-
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EXI EXI EXI
sal"—, sino indicar lo que es la cosa nismo. Además, puede no admitirse pone que el concepto que describe al-
en tanto que es. Ahora bien, aun en una distinción real y no admitirse go existente y el concepto que describe
este último caso no se ha precisado tampoco una mera distinción concep- algo ficticio no son, en cuanto
suficientemente lo que se entiende por tual. Así, por ejemplo, Duns Escoto conceptos, distintos: lo posible y lo
'existencia'. Varios autores propusieron proponía una distinción actual formal real están, respecto al concepto, por
por ello definiciones de la existencia por la naturaleza de la cosa (véase así decirlo, en el mismo modo de refe-
sobre todo en términos de 'existir'. DISTINCIÓN ). rencia. En otras palabras, el referente
Entre tales autores destaca Ricardo de Cuando como —según ocurrió en la del concepto no introduce ninguna
San Victor, el cual en De Trinitate, mayoría de los casos— se equiparó forma particular en el concepto por
IV, ii, 12, escribe: "En cuanto al tér- existencia y esse, se suscitó la cuestión medio de la cual nos sea posible de-
mino ex-sistere, implica no sólo la po- de si, una vez dado algo que exista, terminar si tal referente existe o no
sesión del ser, sino un cierto origen.. . puede o no predicarse de él el existir existe. Algunos autores han negado se-
Es lo que da a entender, en el verbo mismo. Algunos autores sostienen que mejante tesis alegando que el modo de
compuesto, la preposición ex que va la existencia es el primer predicado concepción del objeto o del referente
adjunta. En efecto, ¿qué es existir [ex- de cualquier entidad existente, siendo no es el mismo en cada caso. Pero con-
sistere] sino ser 'de' alguien, tener de todos los demás predicados secunda- tra esto se ha alegado a su vez que la
alguien su ser substancial?" Ahora rios. Ello significa que "la existencia determinación del "modo de concep-
bien, ello lleva a considerar que el no existe", pero existen todas las en- ción" depende de condiciones no ínsi-
modelo de la existencia no es la cosa, tidades existentes. Otros autores han tas en el propio concepto. Habría, una
sino la persona. En efecto, con res- negado que la existencia sea un pre- vez más, que volver a una determi-
pecto a la persona puede determinarse dicado. Esta diferencia de opiniones nación sensible, empírica o trascen-
la diferencia entre el qué y el de dón- no se confinó al pensamiento medie- dental del contenido del concepto
de, que en la cosa pueden ser equipa- val ni a los autores escolásticos. De y en modo alguno a una mera consi-
rables. algún modo o de otro la cuestión de deración ontológica y menos todavía
Los autores medievales que, como referencia ha sido tratada por muchos puramente conceptual-analítica. Au-
Santo Tomás, han acentuado el mo- autores modernos. Entre ellos se ha tores como Brentano han intentado,
mento de la "actualidad" en la exis- destacado Kant, con su famosa afir- en cambio, mediar entre el intelec-
tencia, han definido esta última como mación de que el ser (Sein) —que tualismo "tradicional" y las exigen-
la actualidad de la existencia, la últi- aquí puede entenderse como "exis- cias del empirismo. Han reconocido,
ma actualidad de la cosa, la presencia tir"— no es un predicado real al modo según ello, que la afirmación de que
actual de la cosa en el orden "físico", como pueden serlo otros predicados algo es no carece de sentido, pero
es decir, en el orden "real". Existir no tales como 'es blanco', 'es pesado', etc. han señalado al mismo tiempo que
es entonces simplemente "estar ahí", "'Ser' no es evidentemente un predi- el decir "es" no dice todavía nada
sino "estar fuera de las causas" —ex- cado real, es decir, no el concepto de respecto a la forma de ser el corres-
tra causas— en cuanto estar "fuera de algo que pudiera agregarse al con- pondiente objeto. El "ser" no sería,
la nada" —extra nihilum—, de la cepto de una cosa. Es meramente la pues, como en Kant, un predicado
simple potencia. posición (Setzung) de una cosa o de real, pero sería una condición onto-
Los debates en torno al significado ciertas determinaciones en cuanto lógica de los entes. La existencia
de 'existencia' y 'existir' en la filosofía existentes en sí mismas. Lógicamente, sería, en suma, en el juicio una pura
medieval han estado frecuentemente es la cópula de un juicio" (K.r.V., actualidad. Lo cual equivaldría a su-
ligados a la cuestión de la llamada A 598 / Β 626). Referirse a algo y primir toda temporalidad del juicio
"relación entre la esencia y la existen- decir de ello que existe es una redun- (aunque no de la cosa), de suerte
cia", primero en Dios y luego en las dancia. Si la existencia fuese un atri- que, en el nivel del juzgar, habría que
criaturas. Mencionemos aquí algunas buto, todas las proposiciones exis- expresar un acontecimiento —si se
de las principales "sentencias" a este tenciales afirmativas no serían más trata de algo pasado— no como algo
respecto. que tautologías, y todas las propo- que ha sido, sino como la afirmación
Algunos autores escolásticos —tales, siones existenciales negativas serían de que "es verdad el haber sido de la
Guillermo de Auvemia, Alejandro de meras contradicciones. Por otro lado, cosa". Fácil es advertir que el pro-
Hales, San Buenaventura, San Alber- decir de algo que es no significa blema de la existencia ha quedado
to el Grande, Santo Tomás, y, más decir que existe. El "es" no puede implicado entonces en la magna
tarde, Fonseca, los Conimbrincenses— subsistir por sí mismo: alude siempre quaestio de la relación entre la lógica
han mantenido la llamada "distinción a un modo en el cual se supone que y lo real. Los que han mantenido
real entre esencia y existencia" en el es esto o aquello. Y si llenamos el pre- ligados ambos términos de algún
orden de lo creado. La esencia no im- dicado por medio del existir, diciendo modo —ya sea suponiendo que lo
plica la existencia, pero es, según que tal determinada entidad "es exis- real engendra las estructuras lógicas
apuntamos antes, la inteligibilidad de tente", todavía faltará precisar la ma- o bien que lo lógico es el modo de
esta última. Otros autores —como nera, el cómo, el cuándo o el dónde manifestarse la estructura ontológica
Duns Escoto, Occam, Aurelo, Gabriel de la existencia. De modo que, de de lo real— han llegado a considerar
Biel, Suárez— han negado tal distin- acuerdo con estas bases, el "ser exis- que el concepto de algo existente
ción real. La negación de la distinción tente" no puede poseer ninguna sig- viene determinado por el modo de su
real no equivale en todos los casos a nificación si no se da dentro de un referencia. No así los que han sos-
la adhesión al nominalismo o al termi- contexto. Lo cual, evidentemente, su- tenido una completa heterogeneidad
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de ambas instancias. En tal caso, el parecen contradictorias. Por un lado, en numerosos au tores ya desde fines
modo de referencia no dice nada es justo que, como ha escrito Gilson del siglo XIX. Ello no quiere decir que
acerca del contenido del concepto, (Introduction à la philosophie chré- todos estos autores se hayan inspirado
ya que éste es por principio absolu- tienne, 1960, pág. 201), "existencia en Kierkegaard; significa solamente
tamente neutral frente a lo real. evoca hoy connotaciones distintas de que, al igual que Kierkegaard, pero con
Otros, finalmente, como Gilson, han las que antaño tenía el término exis- distintos supuestos, y muy distintas
sostenido la irreductibilidad funda- tentia, sobre todo, por ejemplo, en una orientaciones, numerosos autores
mental de la esencia y de la existencia, doctrina como la de Báñez, donde el "contemporáneos" se hallan inclina-
por lo menos cuando la existencia es sentido de la palabra no se distinguía dos a reconocer que de algún modo
mentada por el concepto. En tal caso en absoluto del del verbo o del sus- "la existencia precede a la esencia".
es posible inclusive aprehender la tantivo verbal esse". Por otro lado, no Mencionamos a este respecto a autores
esencia de la existencia, pero no el pocas de las ideas propuestas por au- tan diversos como Nietzsche, Dil-they,
acto del existir mismo, el cual, como tores existencialistas —o llamados ta- Unamuno, Bergson, Simmel, James,
objeto de la existencia, sólo podría ser les— se hallan fundadas en supuestos Marcel, Lavelle, Jaspers, Gri-sebach,
accesible a una "experiencia" — ontológicos relacionados con el pasado Ortega, Sartre, y hasta, en algunos
experiencia no forzosamente de índole filosófico y que en alguna medida la respectos, o en cierto nivel por lo
irracional, pues, en último término, noción "existencialista" de existencia menos, Heidegger. El "primado de la
representaría la posibilidad del "juicio es una reiteración —ciertamente, muy existencia sobre la esencia" se ha
existencial". Es, en efecto, el juicio el radical— de ciertas anteriores posi- afirmado con tanta frecuencia y con
que, como dice Ma-ritain, "se enfrenta ciones de afirmación de la existencia tan diversos tonos en el pensamiento
con el acto del existir". Con lo cual "contra" la esencia. contemporáneo que varios pensadores
el concepto de la existencia no podría Describiremos aquí el sentido del allegados a tendencias en principio
ser, una vez más, separado del concepto de existencia en varios auto- muy distintas de toda filosofía
concepto de la esencia. "Inseparable res que pueden ser alojados dentro de "existencial" han recabado para sí la
de él —escribe Maritain (Court una tendencia "existencial" — usan- originalidad en la afirmación de tal
Traité de l'Existence et de l'Existant, do este término en un sentido muy primado. Es lo que ha sucedido con
1948, pág. 46)—, no constituye con él amplio, puesto que incluiremos, entre algunos representantes del neotomis-
más que un solo y único concepto ellos, a Heidegger, cuya interpreta- mo; para ellos, el tomismo es la "ver-
simple, bien que intrínsecamente ción de la existencia es fundamental- dadera filosofía existencial" — una fi-
variado, un solo y mismo concepto mente ontológica y existenciaria, y a losofía que subraya la importancia de
esencialmente análogo, el del ser, que otros autores que, por diversos moti- la existencia sin por ello suprimir la
es el primero de todos, y del cual vos, rechazan ser calificados de exis- esencia o la natura de las entidades
todos los demás son variantes o tencialistas. existentes. En vista de ello, conven-
determinaciones, por cuanto surge en El primero en el tiempo de tales dría restringir el significado de la ex-
el espíritu en el primer despertar del autores es Kierkegaard. La existencia presión 'primado de la existencia sobre
pensamiento, en la primera es para este filósofo ante todo el exis- la esencia' a los autores que se han
aprehensión inteligible operada en la tente — el existente humano. Se referido explícitamente al mismo. Co-
experiencia de los sentidos que trata de aquel cuyo "ser" consiste en mo ejemplos mencionamos aquí dos
trasciende los sentidos." De este la subjetividad, es decir, en la pura de ellos: Sartre y Lavelle. El primero
modo no se caería en la irracionalidad libertad de "elección". No puede ha- llegó inclusive a definir el significado
de la existencia —o en la reducción blarse, en rigor, de la esencia de la de 'existencialismo' como la afirmación
unilateral de la existencia a un existencia. Ni siquiera puede hablarse de tal primado (véase L'existentialisme
existente—, pues la idea del ser de la existencia. Hay que hablar úni- est un humanisme, aunque luego Sartre
precedería a todo juicio de existencia camente de "este existente" o "aquel ha declarado que ello representa una
en el orden de la causalidad material o existente" — "existentes" cuya ver- excesiva simplificación de su propia
subjetiva, y el juicio de existencia dad es la "subjetividad". Existir signi- doctrina existencialista). El segundo
precedería a la idea del ser en el fica para Kierkegaard tomar una "de- ha proclamado que "el ser es la
orden de la causalidad formal. No cisión última" con respecto a la unidad de la esencia y de la existencia"
podría decirse, en suma, que no hay absoluta trascendencia divina. Tal de- (De l'Acte, Cap. VI, art. 1), pero a la
un concepto de la existencia. Por el cisión determina el "momento", que vez ha manifestado que "debe alterarse
contrario, lo inevitable sería el haber no es ni la mera fluencia del "tiempo la relación clásica entre la existencia y
un tal concepto, concepto en el cual la universal" ni tampoco una participa- la esencia y considerar la existencia
existencia aparecería como ción cualquiera en un mundo inteligi- como el medio de conquistar mi
significada al espíritu, al modo de ble eterno. Por eso la filosofía no es esencia" (ibid., art. 3). "La existencia
una esencia aun cuando sin ser una especulación; es "decisión"; no es des- —ha escrito Lavelle— es, si se
esencia (op. cit., pág. 58). Puede cripción de esencias; es afirmación de quiere, esa aptitud real y hasta
preguntarse si en el existencialismo existencias. actual que poseo de darme a mí
(VEASE) actual el término 'existencia' Hay en Kierkegaard, pues, un "pri- mismo mi esencia mediante un acto
debe ser o no tomado en un sentido mado de la existencia" — y, en térmi- cuya realización depende de mí" (loc.
afín al tradicional. No hay más nos tradicionales, un "primado de la cit.). Ello no significa para Lavelle
remedio que responder a esta existencia sobre la esencia". En este que la "inversión del primado" sea
pregunta con dos afirmaciones que sentido hay motivos kierkegaardianos universal: "hay inversión de las rela-
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EXI EXI EXI
ciones entre la existencia y la existen- tinguir entre la noción tradicional de no, extrínseco, meramente accidental
cia según se trate de cosas o de seres existencia (que corresponde a los en- a la Existencia, sino precisamente
libres" (ibid., art. 4). tes que no tienen la forma de la Exis- una determinación óntica de esta
Sartre y Lavelle no han debatido tencia [Dasein] y el tipo de existir Existencia. Dicho en términos que re-
solamente el concepto de existencia y que corresponde a la Existencia (Da- cuerdan a los de Kierkegaard —aun-
la relación entre éste y el de esencia, sein), Heidegger propone para esta que no exactamente superponibles a
sino que han usado en sus filosofías última el vocablo Existentz (véase los de Heidegger—, todo pensamien-
el término 'existencia' en sentido téc- infra). La Existencia no es algo que to incluye el ser que lo piensa, su
nico. Hay otros filósofos que no han ya es, o es dado; es un poder-ser. Su existencia o "subjetividad".
usado el término en tal sentido, pero misma comprensión, y con ello la com- En cuanto a Jaspers, ha calificado
que han empleado otros vocablos en prensión del ser, es su propia deter- a su filosofía de "filosofía de la exis-
un sentido próximo al "existencial". minación. Por eso "el carácter distin- tencia", pero —según hemos indicado
Es lo que ocurre con las expresiones tivo de la Existencia consiste en que en Dasein (v. )— debemos ponemos
'el hombre de carne y hueco' (Una- es ontológica". "Al ser mismo con él en guardia respecto al vocabulario. En
muno), 'nuestra vida' (Ortega y Gas- que la Existencia se enfrenta o puede efecto, Jaspers llama Dasein a lo que
set). Remitimos al lector a los artícu- enfrentarse siempre de algún modo lo existe en el nivel de lo sensible (en
los sobre estos filósofos, así como a llamamos existencia (Existentz). Y nosotros ). El ser del Dasein, lo mismo
otros artículos en los que nos referi- como la determinación esencial de este que el de la conciencia, del espíritu,
mos a sus doctrinas — EXISTENCIALIS - ente no puede llevarse a cabo me- del alma, etc. es de algún modo "ob-
MO , VIDA , etc. Aquí nos limitare- diante indicación de un qué objetivo, jetivo", bien que de una objetividad
mos a completar la información ini- sino que su esencia consiste más bien distinta de lo que está fuera de nos-
ciada refiriéndonos al término 'exis- en el hecho de que posee su propio otros en cuanto "mundo". Lo real-
tencia' tal como ha sido usado por dos ser como suyo, se ha elegido el voca- mente "existencial" es llamado por
autores: Heidegger y Jaspers. blo Existencia (Dasein) como pura Jaspers Existenz. Esta existencia es lo
Heidegger emplea el término Da- expresión del ser de este ente" (Sein que yo soy; es el acto de ponerme a
sein, que se traduce a veces por 'exis- und Zeit, § 4). La Existencia es ónti- mí mismo como libre; "el ser que no
tencia', pero que, como indica el camente preeminente (pues se define es, sino que puede ser y debe ser"
autor, no significa existentia en el por su Existentz); es ontológicamente (Philosophie, 11 1). Por eso puede de-
sentido tradicional. A causa de ello, preeminente (por ser ella misma on- cirse que mi Dasein no es Existenz,
se han propuesto varios vocablos: 'es- tológica), y constituye, finalmente, la sino que el hombre es en el Dasein
tar en algo' ( Zubiri ), 'realidad - de - condición óntico-ontológica de todas de la existencia (Existenz) posible.
verdad' (García Bacca), 'el humano las ontologías. No puede en modo alguno aprehen-
estar' (Laín Entralgo), el 'estar' (Ma- Por lo tanto, resulta comprensible derse el ser de la existencia; sólo pue-
nuel Sacristán Luzón), 'ser-ahí' que, como dice Heidegger, el ser de vivirse el existir en cuanto que es
(Gaos). Esta última versión es bastante del Dasein consista en su Existenz. "mío". La aprehensión de la existencia
apropiada (y es la usada con fre- Aparentemente, se trata de la tras- requiere la objetividad, y ésta destruye
cuencia en otros idiomas: être-là, posición a la realidad del Dasein del el carácter irreductible del existir. No
being-there, por cuanto permite ver argumento ontológico y por ello mis- hay, pues, para Jaspers una ontología
los elementos que integran el concepto: mo de una divinización de la Existen- de la existencia. La existencia no es un
Da y Sein. El Da del Dasein es, en cia. Sin embargo, como A. de Wael- nivel de "realidad"; a lo sumo, es lo
efecto, fundamental para Heidegger. hens ha puesto de relieve (Lo phi- que religa todos los niveles.
Sin embargo, este Da no significa losophie de M. Heidegger, 1942, Tenemos, pues, en la filosofía ac-
propiamente "ahí", sino abertura de págs. 27-8), ello significa sólo que tual diversos significados de 'existen-
un ente (el ente humano) al ser "la esencia de la Existencia no es cia' que son, por un lado, distintos de
(Sein). Nosotros hemos traducido Da- sino su manera de existir", que ser los significados tradicionales y que,
sein por 'Existencia' ( con inicial ma- algo determinado significa para la por otro lado, se distinguen entre sí.
yúscula, a diferencia de 'existencia'), Existencia (Dasein) existir según un Esta distinción puede comprenderse
porque consideramos este artificio or- determinado modo. Pues la "Existen- sobre todo desde el ángulo de estas
tográfico suficiente para los propósi- cia cuyo ser es existir" en el sentido dos posibilidades: una interpretación
tos de la presente obra. Hemos tratado de ser algo existencial no es una de la existencia como raíz del existir,
de la significación de 'Existencia' realidad dada para siempre; Existenz y una interpretación de ella como
(Dasein) en Heidegger en el artículo como algo constitutivo del Dasein fundamento de una ontología. Algu-
sobre este filósofo y en otro sobre el significa aquí una anticipación de sí nos autores parecen participar de las-
término Dasein. Señalaremos aquí sólo constituida fundamentalmente por el dos interpretaciones. Es el caso de
que para Heidegger lo característico cuidado, de tal modo que podría- Jean-Paul Sartre. Su noción del "para-
de la Existencia es que en su ser le mos inclusive decir (op. cit., pág. 308) sí" es a la vez (para usar el vocabu-
va su ser. Por eso el análisis de la que la esencia de la Existencia ra- lario de Heidegger) óntica y ontoló-
Existencia posibilita la ontología fun- dica en el cuidado. En todo caso, gica. En vista de ello, puede pregun-
damental, que debe constituir la base la analítica existenciaria será la base tarse si hay algún significado común
para una ontología general y para una para una comprensión del ser que se en el uso actual del vocablo 'existen-
respuesta a la pregunta sobre el senti- hace posible en virtud del hecho de cia' inclusive dentro de las filosofías-
do del ser (Sein). A la vez, para dis- que esta comprensión no es algo aje-
611
EXI EXI EXI
latamente llamadas "existenciales". concepto como propiedad, a un ob- debidas, al parecer, a la falta de
Creemos que lo hay: es el que se de- jeto que cae bajo él. En cuanto a un análisis lógico del significado
riva de concebir la existencia como un Russell, somete la noción de existencia de las proposiciones. La teoría de
modo de "ser" que no es nunca "da- a un análisis lógico de tal índole que la descripción ( VÉASE ) está destina-
do", pero que tampoco es "puesto" queda reducida siempre a la noción da, según Russell, a poner de relieve
(como afirmaría el idealismo trascen- de "algunas veces verdadero". La y a solucionar lógicamente tales di-
dental); un modo de ser que constitu- teoría de los objetos de Meinong había ficultades. El problema derivaría, por
ye su propio ser, que se hace a sí admitido entidades inexistentes, lo tanto, de la transposición a una
mismo. La existencia es entonces lo correspondientes a un universo del forma lógica de una simple forma
que forja su propia esencia, lo que discurso, por medio del cual tales gramatical compleja o, si se quiere,
crea su propia inteligibilidad y hasta entidades podían ser afirmadas signi- del empleo de un mero nombre en
la del mundo en la cual se halla su- ficativamente; el centauro, por ejem- vez de la descripción correspondien-
mida. Por eso la mayor parte de los plo, no existe, pero subsiste. Russell te. Podemos, inclusive, acumular toda
pensadores pertenecientes a la citada señala, en cambio, que no podemos clase de datos acerca de un nombre;
dirección tienden a situarse o "más formar proposiciones de las cuales el no lograremos con esto hacer que el
allá" o "más acá" del plano lógico sujeto sea del tipo de "la montaña de nombre sea más que un nombre. Por
— que todavía había preocupado oro" o "el cuadrado redondo". Estos eso dice Russell (op. cit., Cap. XVI)
grandemente a los filósofos que si- "entes" no poseen un ser lógico y, que la existencia puede ser afirmada
guieron la ontología "tradicional". por lo tanto, ninguna "subsistencia" significativamente sólo de descripcio-
Los análisis anteriores son casi to- propia. "Decimos —escribe Russell— nes — definidas o indefinidas. Si
dos de carácter metafísico o, si se que un argumento a 'satisface' una 'a' es un nombre, debe nombrar algo,
quiere, filosófico general. Hay, sin función Φx si Φa es verdadero; esto y lo que no nombra nada no es un
embargo, otro modo de afrontar el es el mismo sentido en el cual se nombre, sino un símbolo sin signi-
problema de la existencia: el análisis dice que las raíces de una ecuación ficación. Algunos autores han decla-
lógico. Nos referiremos para ello prin- 'satisfacen' la ecuación. Ahora bien, rado que, en todo caso, las entidades
cipalmente a las doctrinas de Frege si Φx es algunas veces verdadero, ficticias tienen alguna forma de exis-
y de Russell. En Die Grundlagen der podemos decir que hay x para los tencia en el reino de lo ficticio — por
Arithmetik, 1884, § 53, Frege indica cuales es verdadero, o podemos decir ejemplo, en la imaginación humana,
que las propiedades afirmadas de 'argumentos que satisfacen Φx exis- que las imagina realmente. Pero
un concepto no son las característi- ten'. Esta es la significación funda- esto llevaría de nuevo a la conside-
cas que componen el concepto. Estas mental del vocablo 'existencia'. Las ración de proposiciones que no nom-
características son propiedades de las otras significaciones se derivan de bran nada y en las cuales el término
cosas que caen bajo el concepto, no ella o implican una mera confusión 'existencia' carece de sentido. Ahora
propiedades del concepto. Por eso el del pensamiento" ( Introduction to bien, desde el punto de vista del aná-
ser rectangular no es una propiedad Mathematical Logic, 1919, Cap. XV). lisis lógico, parece evidente que,
del concepto Triángulo rectángulo. Así, podremos decir "los hombres como declara L. S. Stebbing, térmi-
Pero la proposición según la cual no existen" si significamos que "x es un nos como 'un centauro' y 'un león'
hay ningún triángulo rectángulo, hombre" es a veces verdadero. Pero no pertenecen al mismo tipo lógico,
equilátero y escaleno expresa una si decimos "los hombres existen; Só- con la única diferencia de que el se-
propiedad del concepto Triángulo crates es un hombre; por lo tanto, gundo existe y el primero no existe.
rectángulo equilátero escaleno: le Sócrates existe", no diremos nada con La falla lógica consistiría entonces
asigna 0. Partiendo de esto puede significación, pues "Sócrates" no es, en considerar la proposición "los cen-
entenderse el concepto de existencia como "hombres", meramente un ar- tauros son pensados" de la misma
como afín o análogo al de número. gumento indeterminado para una forma que "los leones son cazados".
Así, la afirmación de la existencia función ( VÉASE) preposicional dada. Ahora bien, la proposición "pienso
"no es otra cosa que la negación del Sería como decir: "Los hombres son en un centauro" no afirma, según
O". Siendo, pues, la existencia una numerosos; Sócrates es hombre; por dicha autora, que la propiedad de ser
propiedad de los conceptos, el ar- lo tanto, Sócrates es numeroso." De un centauro y la propiedad de ser
gumento ontológico resulta inadmisi- ahí que sea correcto decir "los hom- pensado por mí pertenezcan a algo.
ble. Ahora bien, Frege admite que bres existen", pero incorrecto adscri- Pues ser pensado no es una propie-
sería erróneo concluir de todo esto bir existencia a un particular dado dad (en el mismo sentido en que lo
que es imposible en principio deducir * que resulta ser un hombre. Por lo es "ser cazado") a pesar de que
de un concepto, es decir, de sus tanto, la expresión "términos que sa- "pienso en un centauro" y "cazo un
características, algo que sea propie- tisfacen Φχ existen" significa "Φχ es león" tengan la misma forma verbal
dad del concepto. No hay que ir a veces verdadero", pero una expre- o gramatical. La segunda proposi-
tan lejos hasta afirmar que jamás sión como "a existe" (en la cual α es ción no puede ser verdadera si no
se puede inferir de las características un término que satisface Φχ) es un existen leones, pero la primera puede
de un concepto la existencia o la simple flatus vocis — a mere noise serlo aunque no existan centauros.
particularidad (Einzigkeit); lo que or shape. Con esto se resuelven, se- La diferencia de forma lógica es,
sostiene Frege es que esto no ocurre gún Russell, muchas de las dificul- pues, de la mayor importancia. Ella
del modo inmediato como atribuimos tades tradicionales pertenecientes a nos obliga a suponer que sólo la no-
o asignamos la característica de un la noción de existencia, dificultades ción de pertenencia a algo constituye
612
EXI EXI
una base lógica suficiente para la que, como han indicado varios auto-
predicación de las existencias. Una res allegados a esta tendencia, ya no
vez más, la existencia sólo podrá ser significa apenas nada. Se han califica-
afirmada de descripciones, pero no do de "existencialistas", en efecto, no
de entidades. Ahora bien, tal con- sólo ciertas tendencias filosóficas con-
cepción de la existencia está basada temporáneas, sino muchas de las ten-
en un supuesto claro: en el del poder dencias filosóficas del pasado, anti-
del análisis lógico para precisar el guas y modernas. Se ha dicho, por
ámbito dentro del cual, por así de- ejemplo, que los jónicos, los estoicos,
cirlo, se da la posibilidad de las exis- los agustinianos, los empiristas y mu-
tencias. Cuando se abandona tal su- chos otros han sido de algún modo
puesto, el término 'existencia' no puede "existencialistas". Se ha dicho tam-
ya ser definido por medio de la bién que son "existencialistas" todas
función realizada por los operadores. las filosofías en las que se ha afirma-
Es lo que sucede precisamente con do, o se ha dado por supuesto, el lla-
las concepciones de la existencia an- mado "primado de la existencia ( VÉA-
teriormente mencionadas, tanto las clá- SE) sobre la esencia (v. )". Por eso se
sicas como las propiamente "existen- ha hablado del "exietencialismo" de
ciales". Según Urban (Language and Santo Tomás de Aquino, por lo menos
Reality, 1939, pág. 304), el supuesto a diferencia del "esencialismo" de
último de la noción lógico-analítica de Avicena.
existencia es, paradójicamente, el de Para combatir este abuso del térmi-
una concepción unívoca de la existen- no 'existencialismo' hay que limitar la
cia. Así, mientras el análisis lógico se- aplicación del vocablo a cierta época
ñala que el uso tradicional del término y, dentro de ello, a ciertas corrientes
'existir' está afectado por ambigüeda- o actitudes filosóficas.
des debidas a la identificación de la Desde este punto de vista el origen
forma lógica con la forma gramatical, del existencialismo se remonta sola-
la concepción tradicional señala a su mente a Kierkegaard ( VÉASE), el cual
vez que el análisis lógico está afec- lanzó por vez primera el grito de com-
tado por ambigüedades procedentes bate: "contra la filosofía especulativa
de un uso unívoco y no analógico [principalmente la de Hegel], la filo-
de 'existencia'. Concepción "tradi- sofía existencial". Con ello abogó por
cional", concepción "existencia!" y un "pensar existencial" en el cual el
concepción "lógica" de la existencia sujeto que piensa —este hombre con-
podrían ser, así, tres ideas debidas creto y, como diría Unamuno, "de
a supuestos últimos cuya dilucida- carne y hueso"— se incluye a sí mis-
ción revela algunos de los problemas mo en el pensar en vez de reflejar, o
más fundamentales de la filosofía. pretender reflejar, objetivamente la
realidad. Este pensar "existencial" que
da origen al "existencialismo" es muy
a menudo de tipo "irracionalista"
(véase IRRACIONAL, IRRACIONALÍSMO),
Pero puede ser, si es menester, racio-
nalista. En efecto, un pensador racio-
nalista que incluyera su propio ser en
su pensar, pensaría asimismo "existen-
cialmente". Esto es, por lo demás, lo
que sucedió con Sócrates, a quien
Kierkegaard tenía muy presente.
Por tanto, lo primero que hace la
filosofía existencial —o, mejor dicho,
el hombre que piensa y vive existen-
cialmente— es negarse a reducir su
ser humano, su personalidad, a una
entidad cualquiera. El hombre no
puede reducirse a ser un animal ra-
cional, pero tampoco a ser un animal
sociable, o un ente psíquico, o bioló-
EXISTENCIAL. Véase EXISTENCIA, gico. En rigor, el hombre no es nin-
EXISTENCIALISMO, EXlSTENCIARIO. gún "ente", porque es más bien un
EXISTENCIALISMO. Se ha abusa- "existente" — y, en puridad, "este
do tanto del vocablo 'existencialismo'
EXI EXI EXI
existente". El hombre no es, pues, nin- tencialistas. Se ha hablado en este cialismo en acto vivido o ejercido". El
guna substancia, susceptible de ser sentido de existencialismo teológico, segundo es "el existencialismo en acto
determinada objetivamente. Su ser es existencialismo cristiano, existencialis- significado" como máquina de ideas y
un constituirse a sí mismo. En el pro- mo ateo, y hasta existencialismo mar- aparato para confeccionar tesis. Nico-la
ceso de esta su autoconstitución exis- xista. Se ha ensayado describir la ge- Abbagnano ha indicado que hay
tencial, el hombre puede engendrar nealogía del existencialismo contem- diversas formas de existencialismo se-
el ámbito de inteligibilidad que le per- poráneo en general y al efecto se ha gún el modo como se establezca la
mitirá comprenderse a sí mismo, y a traído a colación no sólo a Kierke- "relación" entre la existencia y el ser.
su situación con los demás y en el gaard, sino también a Nietzsche, el Siendo fundamental en todo existen-
mundo. Para el pensar existencial, el pragmatismo, la fenomenología, etc. cialismo la idea de que la existencia
hombre no es "conciencia" y menos etc. En vista de la dificultad tanto de no es ser, sino relación o rapporto con
aun "conciencia de la realidad": es definir el existencialismo como de dar el ser, tal relación puede ser interpre-
"la realidad misma". cuenta de sus contenidos o de clasifi- tada de tres maneras. La primera se
El existencialismo es, así, prima- carlo en forma aceptable para la ma- refiere al punto de partida: a la nada
riamente, un modo de entender la yor parte de autores o historiadores de la cual se supone que emerge la
existencia en cuanto existencia huma- de la filosofía contemporánea, presen- existencia. La segunda se refiere al
na. Se ha hablado por ello de "antro- taremos en este artículo varias clasifi- punto de llegada: al ser hacia el cual
pocentrismo existencial" o "existencia- caciones propuestas, al hilo de las cua- "se dirige" la existencia. La tercera se
lista". Ahora bien, partir de la exis- les se puede dar cuenta de algunas refiere a la unidad del punto de par-
tencia humana como un "existir" no tendencias existencialistas o semi-exis- tida con el de llegada: a la relación
significa siempre afirmar que sola- tencialistas contemporáneas. A base de misma. En el primer caso, se define
mente hay existencia humana. Tal estas clasificaciones discutiremos luego 'existencia' como 'imposibilidad de no
afirmación no se encuentra ni en Kier- algunas formas básicas de existen- ser nada'. En el segundo caso, se de-
kegaard ni tampoco en autores como cialismo y algunas de las reacciones fine 'existencia' como 'trascendencia' y
Chestov, Berdiaex o Marcel. En otras suscitadas por "el movimiento exis- ésta como 'imposibilidad de ser un
palabras, el existencialismo a que da tencialista" en general. ser'. En el tercer caso se define 'exis-
origen el citado "pensar existencial" Según Emmanuel Mounier (Intro- tencia' como 'posibilidad de ser la re-
no es necesariamente inmanentista. duction aux existentialismes [1947], lación misma con el ser'. Abbagnano
Pero aun cuando rechazan el punto pág. 11), el existencialismo puede dice que el primer tipo de existencia-
de vista "antropocéntrico", los autores compararse a un árbol alimentado en lismo es propio de Heidegger; que el
existencialistas —o llamados tales— sus raíces por Sócrates, por el estoicis- segundo ha sido representado especial-
reconocen que la existencia, y en par- mo y por el agustinismo. Estas raíces mente por Jaspers, y que el tercero es
ticular la existencia humana, es de producen filosofías como las de Pascal el del propio Abbagnano. La insisten-
algún modo algo "primario". Sólo des- y Maine de Biran. El tronco del árbol cia en la "posibilidad" excluye, según
de ella es posible, y legítimo, filosofar. representa a Kierkegaard. Desde el Abbagnano, retrotraer la existencia al
Se ha intentado a menudo definir tronco se extiende una ancha copa en modo de ser propio de las cosas. En
'existencialismo' sin que se haya en- la cual se hallan representados, en efecto, la existencia puede relacionarse
contrado una definición satisfactoria una ramificación harto compleja, la o no con el ser, acentuar o debilitar su
— entre otras razones, porque el exis- fenomenología, Jaspers, el personalis- rapporto con él. Otras clasificaciones
tencialismo, especialmente en cuanto mo, Marcel, Soloviev, Chestov, Ber- presentadas son del tipo de la ya
"actitud existencial", rehuye cualquier diaev, la teología dialéctica (sin olvi- aludida antes: existencialismo "ateo"
definición. A lo más que se ha lle- dar el "judaismo trascendental" de (Heidegger, Sartre) y existencialismo
gado es a subrayar ciertos temas que Buber), Scheler, Lansberg, Bergson, "cristiano" (Jaspers, Marcel, Lavelle).
aparecen muy a menudo en la litera- Blondel, Laberthonnière, Nietzsche, Todas estas clasificaciones ofrecen
tura filosófica existencialista y para- Heidegger, J.-P. Sartre (terminal "iz- inconvenientes. Por lo pronto, se in-
existencialista. Estos temas son, entre quierdo" del "movimiento"). Siguien- cluye en ellas con frecuencia a Hei-
otros, la subjetividad, la finitud, la do el mismo símil se podrían incluir degger. Pero si la filosofía de Heideg-
contingencia, la autenticidad, la "li- en esta copa el pragmatismo, Unamu- ger es un "existencialismo", lo es sólo
bertad necesaria", la enajenación, la no, Ortega y Gasset y otros muchos en el sentido de una preparación para
situación, la decisión, la elección, el autores. una ontología: "sólo en este sentido
compromiso, la anticipación de sí mis- Esta clasificación de Mounier pe- ontológico —ha escrito Fritz Kauf-
mo, la soledad ( y también la "compa- ca por exceso. Mounier califica de mann— figura el hombre como centro
ñía") existencial, el estar en el mun- "existencialistas" a no pocos autores de la metafísica de Heidegger" (Phi-
do, el estar abocado a la muerte, el que, como Bergson, no han sido tales, losophy and Phenomenological Re-
hacerse a sí mismo. Nos hemos refe- y a otros que, como Heidegger y Or- search, I [1940-1941], pág. 363). Se
rido a estos temas en varios artículos tega y Gasset, han rechazado legítima- ha dicho por ello que una filosofía es
de la presente obra. Rozaremos asi- mente ser considerados tales. Jacques existencialista sólo cuando se apoya en
mismo algunos en este artículo al ha- Maritain ha propuesto otra clasifica- lo óntico (VÉASE), pero no cuando se
blar luego con más detalle de varias ción: según ella, hay por un lado un apoya en lo ontológico. Es cierto que
corrientes existencialistas o considera- existencialismo propiamente existen- algunos críticos han declarado que
das tales. Se ha intentado asimismo a cial y un existencialismo meramente Heidegger no ha podido pasar, muy a
menudo clasificar las corrientes exis- académico. El primero es "el existen- pesar suyo, del campo del "análisis
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EXI EXI EXI
existencial" a la ontología, y que, en damentos de la metafísica, 1945-1946). do de ejemplo mencionamos a Roberto
general, tal paso no es posible. Pero lo Podríamos decir inclusive que la Giordani, el cual en su obra sobre el
estimamos dudoso. Por otro lado, las mencionada unilateralidad es debida "transexistencialismo" (Cfr. infra, bi-
clasificaciones en cuestión no tienen a un factor fundamental y realmente bliografía) se ha propuesto superar no
siempre en cuenta la diferencia entre único: a que se insiste en que el sólo el "existencialismo" de Heidegger
"actitud existencial" y "pensamiento trascender de la existencia no tiene (o "procedente de Heidegger"), sino
existencial". Sólo este último merece otra finalidad que la constitución de también el derivado de la dialéctica
ser llamado "existencialismo". En efec- la propia existencia. Cuando así no hegeliana. Según Giordani, la dialéc-
to, el existencialismo no es, no debe ocurre, la unilateralidad desaparece, tica debe ser sustituida por la apodíc-
ser, una mera "actitud" o inclusive y entonces todos los modos de la tica, la cual va de lo negativo a lo
una simple "toma de posición". El finitud existencial son posibilidades positivo absoluto en todas las esferas:
existencialismo es, o debe ser, una fi- y condiciones, pero no el constituti- de lo material a lo espiritual a través
losofía. Ciertos autores niegan que tal vum metaphysicum de la existencia. de lo corporal; del ser al existir por el
filosofía sea posible. Manifiestan que Por eso se ha subrayado también que devenir; de la no-temporalidad a la
desde el momento en que se adopta el inevitable trascender de la existencia eternidad por la temporalidad; de
una actitud existencial se excluye toda humana se descubre en el hecho de la particularidad a la personalidad
posible "racionalización" de la exis- que esta existencia no puede "vivir por la individualidad; de lo incons-
tencia, y que sin tal "racionalización" por sí". No todos los autores, sin ciente al estado de vigilia absoluto por
no es posible, o no es legítimo, hablar embargo, están de acuerdo en el la conciencia; de la exterioridad a la
de filosofía. Otros autores niegan la significado de esta última restricción. interioridad por la ambigüedad de am-
posibilidad de tal filosofía alegando Algunos sostienen que si el funda- bas. Giordani pretende que su paso de
que los análisis de la existencia humana mento de la existencia no es la propia lo negativo a lo positivo no puede ser
en que son pródigos los autores existencia, entonces debe necesa- equiparado a la dialéctica hegeliana,
existencialistas son, a pesar de lo que riamente recurrirse a Dios. Otros sos- en la cual dos entidades indetermina-
dichos autores pretenden, de carácter tienen que basta con reconocer un das (como el ser y la nada) dan ori-
empírico-psicológico y no tienen nin- reino trascendente de valores. Otros, gen a una entidad determinada ( como
gún carácter propiamente "existen- finalmente, encuentran el fundamento el devenir).
cial". de la existencia en la Naturaleza. Con Entre las discusiones que ha sus-
Los autores que admiten la posibili- ello las cuestiones acerca de la citado el existencialismo en las últi-
dad de una filosofía existencial no existencia vuelven a suscitar los pro- mas décadas mencionaremos dos: una
están siempre de acuerdo en las bases blemas tradicionales y representan, es la interpretación de esta tendencia
de tal filosofía. Según ha indicado en cierto modo, una reformulación de desde el punto de vista histórico; la
José Gaos (Cfr. Filosofía y Letras estos problemas. otra es su relación —o falta de re-
[México], Ν° 6, pág. 260), el existen- Ha habido por lo menos tres actitu- lación— con otras filosofías contem-
cialismo más difundido sufre de una des en el pensamiento actual frente poráneas.
"falsa unilateralidad exclusiva de sus al existencialismo: la completa indife- En lo que toca al primer punto,
bases". Tal carácter negativo se debe rencia; la oposición cerrada; y el es- las respuestas dadas han solido de-
en gran parte a que para estas filo- fuerzo por "superar" el existencialismo pender de posiciones filosóficas —y
sofías el cristianismo es visto desde desde dentro. a veces político-sociales— previamen-
fuera, como un juego filosófico; se La indiferencia se ha manifestado te adoptadas. Así, por ejemplo, el
toma, por lo tanto, uno de sus extre- a veces mediante el simple desdén; a existencialismo es interpretado por
mos —Pascal, Kierkegaard, experien- este efecto ha sido corriente decir que los marxistas como la filosofía de la
cias de la angustia, de la nada, etc.—, las tendencias existencialistas son o burguesía en su estado de degenera-
y se olvidan otros extremos —los puro patetismo o puro verbalismo (o ción y descomposición; por muchos
Evangelios, el franciscanismo, etc.—, ambas cosas a un tiempo). La oposi- "tradicionalistas" (en el sentido de
donde, en vez de la inquietud an- ción cerrada ha partido a veces de los "partidarios de la tradición filosófica"
gustiada, hay una inquietud espe- que en otras ocasiones han manifesta- y en particular de una philosophia
ranzada y una serie de vivencias do indiferencia; tal es el caso de no perennis), como una de las más pe-
—amor, alegría, etc.— que el exis- pocos autores de tendencia "analíti- ligrosas manifestaciones del ateísmo
tencialismo usualmente desatiende o ca" (véase ANÁLISIS ). Se ha dicho moderno; por los racionalistas, como
desestima. Como señala ya Louis (por ejemplo, A. J. Ayer, cuando me- una explosión antirracionalista, hostil
Lavelle, consistiendo primariamente nos en una cierta fase de su pensa- a la ciencia y a toda sana razón hu-
la existencia en emoción de existir miento) que el existencialismo es sim- mana; por muchos individualistas,
(la cual nos proporciona un acceso plemente un "abuso del verbo 'ser'". como una reacción saludable de la
al ser), tal emoción no puede ser Otros filósofos hostiles al existencia- persona contra las amenazas de escla-
simplemente reducida a la angustia: lismo lo han combatido desde posicio- vitud suscitadas por todo género de
tiene, dice Lavelle, una fase positiva nes consideradas por ellos como fir- totalitarismos. En todos estos casos,
que es el émerveillement d'exister, es memente establecidas (como marxismo la interpretación se refiere más a la
decir, el "encontrar en mí una o neoescolasticismo). En cuanto a los función que el existencialismo tiene,
participación en una realidad que no esfuerzos por superar el existencialis- o se pretende que tenga, dentro de la
cesa de constituirme" (Curso en el mo "desde dentro", se han llevado a sociedad contemporánea, que a los
Collège de France sobre Los fun- cabo por varios existencialistas. A mo- contenidos mismos de tal filosofía, a
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EXI EXI EXI
los que nos hemos referido en el existencialista ni el positivista lógico la ciencia. Como ha señalado A. de
resto de este artículo. acepten semejante entendimiento. El Waelhens en su libro sobre Heideg-
En cuanto al segundo punto, el exis- primero declarará seguramente o bien ger, puede acusarse a este autor de
tencialismo sostiene relaciones muy que el discurso meta-racional es el muchas cosas menos de "ingenui-
matizadas con otras direcciones con- que él ya emplea, o bien que tal dis- dad" filosófica. Finalmente, es dudosa
temporáneas. Ya hemos visto antes curso tiene que someterse a supuestos la frecuente equiparación que algu-
que su tendencia a rechazar la "co- que no son demostrables por medio nos adversarios del existencialismo
sificación" de la existencia humana del lenguaje científico. El segundo hacen de esta corriente con ciertas
es compartida por otros movimientos argüirá o bien que el discurso meta- tendencias políticas: por ejemplo, el
filosóficos, inclusive por algunos que racional carece de significación o irracionalismo totalitario. Según F. H.
son en otros respectos declaradamente bien que no es más que un término Heinemann, hay al respecto muchas
antiexistencialistas. También hay, inapropiado para designar los instru- diferencias entre los diversos filósofos,
como ha visto E. W. Beth, alguna mentos de expresión descubiertos por y lo que puede decirse de Heidegger
relación entre el existencialismo y la la semiótica. En vista de ello, parece no corresponde, por ejemplo, a Jas-
crisis de la razón (cuando menos de que lo único que cabe hacer es mos- pers. Esta crítica política de las ten-
la razón tradicional) que se ha ma- trar la efectiva conjunción parcial del dencias existencialistas es, por supues-
nifestado en algunas de las direccio- existencialismo y del positivismo ló- to, tan errónea y, sobre todo, tan
nes de la lógica y de la filosofía ma- gico mediante la demostración de que desencaminadora como la que algunos
temática. Finalmente, no pueden ne- ambos parten de supuestos comunes, autores (por ejemplo, C. E. M. Joad)
garse ciertos puntos de contacto entre de los cuales hay unos de carácter ne- han hecho del positivismo lógico, con-
el existencialismo y algunas mani- gativo —como el hecho de rehuir co- denado frecuente —y erróneamente—
festaciones del pragmatismo. Con las mo principio las doctrinas tradiciona- como conducente a una sociedad to-
únicas filosofías con las que el exis- les del "ser"—, y otros de carácter talitaria.
tencialismo parece estar en completo positivo — como la fuerte tendencia Agreguemos que en relación con el
desacuerdo es con el positivismo ló- común a aceptar el fenomenismo. existencialismo y, más específicamen-
gico, la filosofía analítica y direccio- Probablemente sólo en el futuro podrá te, en relación con ciertas ideas de las
nes afines. No obstante, una posibi- verse con suficiente claridad si se varias "filosofías existenciales" a que
lidad de comunicación mutua no está trata de dos movimientos comple- nos hemos referido en el presente ar-
excluida. Que tal comunicación cho- tamente opuestos —hasta el punto tículo, se han desarrollado ciertas co-
ca con obstáculos, es evidente. Wal- de que sólo equívocamente puede in- rrientes psicológicas y psiquiátricas
ter Cerf, en "Logical Positivism and cluirse a ambos dentro del campo de que han hecho uso de conceptos bá-
Existentialism" (Philosophy of Scien- la filosofía—, o bien de dos distintas sicos existenciales, aun cuando trans-
ce, XVIII [1951], 327-38), ha seña- manifestaciones de supuestos comu- formándolos considerablemente en el
lado que los principales son: la re- nes a la mayor parte de las doctrinas curso del trabajo psicológico y psi-
nuncia del positivista lógico a con- vivas de nuestro tiempo. Lo que pa- quiátrico. Como ejemplo de un "mo-
siderar otro "horizonte" que el del rece, en todo caso, problemático es vimiento existencial en psicología" ci-
"hombre como animal racional", y la sostener que dichas doctrinas son tamos el de Ludwig Binswanger
renuncia del existencialista a com- enteramente peculiares de ciertos (VÉASE). Esta tendencia al "análisis
prender siquiera el lenguaje analítico países o tipos psicológicos (por ejem- existencial" y otras afines han sido
y científico del positivista lógico. Ta- plo: él positivismo lógico, de los asimismo desarrolladas por autores co-
les obstáculos podrían, con todo, re- países angosajones; el existencialismo, mo V. E. von Gebsattel (nac. 1883),
ducirse si: (a) el existencialista aban- de Alemania o de los países latinos). Eugène Minkowski (nac. 1885), F. J.
donara su tendencia a lo irracional, Esta afirmación toma lo que sucede Buytendijk, Erwin W. Straus, Roland
evocativo y emotivo, y (b) el posi- actualmente en filosofía por lo que Kuhn y Rollo May.
tivista lógico comprendiera que su ha sucedido siempre; es un caso de Para el llamado "psicoanálisis exis-
análisis se basa en una previa deci- "presentismo" del cual no están tencial", véase PSICOANÁLISIS.
sión que, corno tal, es de carácter exentos ni los existencialistas ni los Véase la bibliografía de los ar-
"existencial". Los dos hablan dos len- positivistas lógicos. Tampoco pueden tículos ESENCIA y EXISTENCIA, así
guajes distintos; para establecer una admitirse los argumentos habituales: como la bibliografía de los autores
comunicación entre ellos es necesario, el existencialismo es puro verbalismo principales citados en el texto del
pues, descubrir un lenguaje "inter- y emocionalismo; el positivismo lógi- presente artículo, especialmente la de
aquellos que son considerados como
mediario". El asunto es difícil, pero co es una manifestación de sequedad existencialistas o adheridos a alguna
no imposible. Pues si se logra, al de espíritu. Estos últimos argumentos forma de la filosofía de la existencia.
entender de dicho autor, averiguar son más propios del lenguaje polémico A continuación señalamos en orden
cuáles son las condiciones del discurso que del descriptivo; es tanto más cronológico algunas obras publicadas
meta-racional, el existencialista podrá sorprendente que a ellos se hayan en los últimos tiempos acerca de la
modificar su lenguaje adecuándolo al dejado arrastrar filósofos simpatizantes cuestión, tanto si son a favor como en
del positivista lógico, y a la vez con el positivismo lógico, que se han contra, si son meras exposiciones o in-
éste comprenderá que su lenguaje dedicado a atacar el existencialismo a terpretaciones, si tratan el problema
está, por así decirlo, encajado dentro base de puros estallidos de indignación en general o algunos de sus aspectos;
en todo caso, insistimos que deben ser
de una meta-racionalidad. Ahora o con insistentes afirmaciones acerca completadas por las mencionadas en
bien, es probable que ni él del carácter superior de otras bibliografías. Arnold Gehlen,
616
EXI EXP
phie, o filosofía existenciaria, y la presencia o actualidad ( Gegenwärtig-
Existenzphilosophie o existenzielle keit) histórica; la expresión (Ausd-
Philosophie, filosofía existencial o ruck) en cuanto expresión de la per-
existencialismo ( VÉASE ). La primera sonalidad y comunicación de esta
es la desarrollada explícitamente por expresión a otras personalidades; la
Heidegger o por autores como Ga- "significación" (Sinnhaftigkeit) o ac-
briel Marcel (prescindiendo aquí de ción sobre los significados y la libertad
su posibilidad última); la segunda es (Freiheit) del espíritu (Geist).
la propia del pensamiento filosófico EXOTÉRICO. Véase ESOTÉRICO.
de Kierkegaard, de Jaspers y hasta de EXPERIENCIA. El término 'expe-
Jean-Paul Sartre. Ahora bien, el vo- riencia' se usa en varios sentidos: (1)
cablo 'existenciario' significa también, La aprehensión por un sujeto de una
en su uso substantivo, un elemento realidad, una forma de ser, un modo
constitutivo del ser de la Existencia de hacer, una manera de vivir, etc.
(Dasein) (véase DASEIN , EXISTEN - La experiencia es entonces un modo
CI A ). Por eso Heidegger llama a de conocer algo inmediatamente an-
los caracteres del ser de la Existencia tes de todo juicio formulado sobre lo
los existenciarios. Éstos se distinguen aprehendido. (2) La aprehensión sen-
de un modo riguroso de las deter- sible de la realidad externa. Se dice
minaciones del ser del ente no entonces que tal realidad se da por
daseinförmige (que no tiene la es- medio de la experiencia, también por
tructura de la Existencia en tanto lo común antes de toda reflexión — y,
que Dasein), es decir, de lo que como diría Husserl, pre-predicativa-
tradicionalmente se llaman categorías mente. (3) La enseñanza adquirida
( VÉASE). El uso ontológico y primario con la práctica. Se habla entonces de
de este término como "acusación" se la experiencia en un oficio y, en ge-
reproduce en el caso de los neral, de la experiencia de la vida.
existenciarios, pero mientras las (4) La confirmación de los juicios so-
categorías "acusan" el qué del ente bre la realidad por medio de una ve-
y lo dejan ver en su existentia o rificación, por lo usual sensible, de
presencia (Vorhandenheit), los exis- esta realidad. Se dice entonces que
tenciarios acusan el quién del ente, un juicio sobre la realidad es confir-
su existencia en sentido propio ( Exis- mable, o verificable, por medio de la
tenz). Los existenciarios, en tanto experiencia. (5) El hecho de soportar
que hilos conductores de la analítica o "sufrir" algo, como cuando se dice
de la Existencia (Dasein) son diver- que se experimenta un dolor, una ale-
sos y aparecen en tanto que son mos- gría, etc. En este último caso la expe-
trados primariamente en el estar-en-el- riencia aparece como un "hecho in-
mundo (in-der-Welt-sein), en el terno".
cuidado ( VÉASE), etc. Ejemplo de un La multiplicidad de sentidos del
EXISTENCIARIO. Siguiendo a Jo- modo de ver existenciario es el "estar- término 'experiencia' hace difícil exa-
sé Gaos (en su version de Sein und en" que caracteriza a la Existencia a minar su concepto a menos de enzar-
Zeit, de Heidegger: El Ser y el Tiem- diferencia del "estar en" que se revela zarse en enojosas precisiones. Por otro
po, 1951), traducimos por 'existencia- en la posición de unos objetos dentro lado, aunque hay algo de común en
rio' el término existenzial que Heideg- del espacio. Lo cual no significa que todos los sentidos de nuestro vocablo
ger usa para referirse a la estructura se le niegue a la Existencia la espacia- —el hecho de que se trate siempre de
ontológica de la Existencia (VÉASE). El lidad, sino que se interpreta a ésta una aprehensión inmediata por un su-
conjunto de las estructuras ontoló- como "especialidad existenciaria". jeto de algo que se supone "dado"—,
gicas de la Existencia se llamará en- Pueden considerarse asimismo como ello es demasiado vago para servir de
tonces la existenciariedad (Existenzia- elementos existenciarios constitutivos punto de partida de un análisis. En
lität), de modo que lo que se llama de la Existencia la comprensión del vista de estas dificultades, seguiremos
usualmente analítica existencial, por existir, el habla y aun el propio "ser el procedimiento siguiente: describir
la cual se accede a la pregunta por anónimo" (das Man), el cual, no por varios sentidos capitales del vocablo
el sentido del ser, tal como Heidegger ser una manifestación "inauténtica", 'experiencia' a través de la historia de
la entiende, será, en rigor, una deja de ser real. la filosofía, y subrayar en cada caso
analítica existenciaria. El término En su obra Philosophische Anthro- por lo menos uno de dos sentidos pri-
'existencial' traducirá, en cambio, el pologie (1957) Hans-Eduard Heng- mordiales: (a) la experiencia como
vocablo existenziell mediante el cual stenberg habla de cinco Existentialien confirmación, o posibilidad de confir-
se hace referencia a la constitución ("existenciales", pero muy semejantes mación, empírica (y con frecuencia
óntica de la Existencia. De ahí que a los "existenciarios" heideggerianos): sensible) de datos, y (b) la experien-
pueda entonces resultar clara la dis- el existir ( existieren o modo de in-der- cia como hecho de vivir algo dado
tinción entre la Existenzialphiloso- Welt-sein de la existencia humana; la anteriormente a toda reflexión o pre-
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EXP EXP EXP
dicación. En cada uno de estos casos co tiene, pues, los sentidos (2) y (4), experiencia como una iluminación in-
se puede destacar el carácter "exter- el sentido (a) y una parte del senti- terior (véase BACON [ROGELIO], ad
no" o "interno" de la experiencia, aun- do (b), pero el Estagirita se refiere finem; también obra de R. Cartón
que es frecuente —si bien no exclu- también a la experiencia, y destaca mencionada en bibliografía del citado
sivo— que el primero corresponda su importancia, cuando habla de la artículo). Ahora bien, la noción de
más bien al sentido (a) y el segundo práctica y manifiesta que en ciertos experiencia que predominó durante
al sentido (b). En algunos casos, la asuntos, como en la dirección y admi- los primeros siglos modernos fue la ex-
noción de experiencia ha sido usada nistración de las cosas del Estado, la periencia en cuanto a sensu oritur, u
como concepto fundamental metafísi- habilidad y la experiencia son extre- originada en los sentidos, como había
co o como concepto previo a todos los madamente importantes; los hombres ya afirmado Santo Tomás (S. theol.,
otros. Nos referiremos a este punto al de Estado practican su arte por expe- I q. LXVI 1 ob 5), siguiendo a Aris-
presentar varias de las doctrinas ac- riencia más bien que por medio del tóteles. Entre los autores modernos
tuales sobre la experiencia. pensamiento (Eth. Nic., X 9, 1181 a que más insistieron en la necesidad de
La distinción platónica entre el 1 sigs.). atenerse a la experiencia no sólo co-
mundo sensible y el mundo inteligible En muchos autores medievales la mo punto de partida del conocimien-
equivale en parte a la distinción entre experiencia tiene varios sentidos, pero to, sino como fundamento último del
experiencia y razón. La experiencia dos de ellos predominan: la experien- conocimiento se halla Francis Bacon.
aparece en este caso como conoci- cia como amplio y extenso conoci- Entre los muchos pasajes de este au-
miento de lo cambiante — por lo tanto, miento de casos, que da lugar a ciertas tor que se refieren al asunto destaca-
como una "opinión" más que como un reglas y a ciertos conocimientos mos los que figuran en Novum Orga-
conocimiento propiamente dicho. Es generales, y la experiencia como apre- non, I, Lxx, I, Lxxiv y I, Lxxxii. En
cierto que Platón, especialmente en hensión inmediata de procesos "inter- el primero dice Bacon que "la mejor
lo que tiene de más socrático, no nos". El primer sentido puede califi- demostración hasta ahora consiste en
descuida la experiencia como la "prác- carse de "científico"; el segundo, de la experiencia, siempre que no vaya
tica" (por lo menos "práctica intelec- "psicológico" y también de "perso- más allá del experimento efectivo.
tual") necesaria con el fin de poder nal". En el primer caso la experiencia En el segundo señala que las "artes
formular conceptos y alcanzar el rei- es, como en Aristóteles, el punto de mecánicas" se fundan "en la
no de las ideas. Pero la experiencia partida del conocimiento del mundo naturaleza y la luz de la
no tiene en ningún caso el carácter exterior. En el segundo caso puede ser experiencia". En el tercero, que hay
preciso e inteligible de las ideas. En punto de partida del conocimiento del una simple experiencia (la
Aristóteles, la experiencia queda mejor mundo "interior" (e íntimo), pero "experiencia vulgar") que tiene lugar
integrada dentro de la estructura del también base para la aprehensión de por accidente, y una "experiencia
conocimiento. La experiencia, ciertas "evidencias" de carácter no buscada" (la "experiencia científica").
εμπειρία , es algo que poseen todos natural. Así, la experiencia puede de- Según Bacon, "el verdadero método
los seres vivientes. La experiencia es signar la vivencia interna de la vida de la experiencia. .. enciende ante
necesaria, pero no suficiente; a ella se de la fe y, en último término, de la todo la vela, y luego por medio de
sobreponen el arte, τέχνη, y el razo- vida mística. La doctrina de la ilu- ella muestra el camino". La ciencia se
namiento, λογιςμoς (Met., A. 1, 981 b minación divina, de raigambre agusti- basa en experiencia, pero en una ex-
27). La experiencia surge de la niana, subraya este último tipo de periencia ordenada. Bacon subraya la
multiplicidad numérica de recuerdos experiencia, más fundamental que nin- importancia de la experimentación (de
(An. post., II 19, 100 a 5); la persis- gún otro. Por otro lado, en lo que toca los "experimentos") como "experien-
tencia de las mismas impresiones es el a los objetos naturales, se distingue cia ordenada" y distingue entre ex-
tejido de la experiencia a base del entre una experiencia vulgar y una perimenta lucifera y experimenta fruc-
cual se forma la noción, esto es, lo experiencia propiamente "científica", tifera (ibid., I, xcix). Bacon se refiere
universal. La experiencia es, pues, la cual es considerada como una "ex- a la experiencia y a los métodos que
para Aristóteles, la aprehensión de lo periencia organizada". deben adoptarse para hacer descubri-
singular. Sin esta aprehensión previa Las concepciones sobre la experien- mientos en muchos otros pasajes de
no habría posibilidad de ciencia. Ade- cia en la época moderna son tan nu- esta y otras obras suyas; en verdad, la
más, sólo la experiencia puede pro- merosas que no hay más remedio que noción de experiencia parece ser la
porcionar los principios pertenecientes confinarse a algunas de las más influ- central en este autor. Lo es también
a cada ciencia; hay que observar pri- yentes. Debe hacerse constar al res- en gran parte en todos los autores lla-
mero los fenómenos y ver qué son con pecto que la insistencia en la expe- mados "empiristas", aunque no siem-
el fin de proceder luego a demostra- riencia, que se considera como típica pre se obtiene gran claridad en ellos
ciones (An. pr., I 30, 46 a 17 sigs.). en la época moderna, se halla asimis- respecto al significado del término
Pero la ciencia propiamente dicha lo mo en no pocos autores medievales. 'experiencia'. Por lo común, se trata
es sólo de lo universal; lo particular Podemos citar al respecto a Rogelio de la aprehensión intuitiva de cosas
constituye el "material" y los ejem- Bacon; este autor usó con frecuencia singulares, de fenómenos singulares
plos. Hay "arte" sólo cuando de una el vocablo experientia, pero se debate — o, en general, de "datos" de los
multitud de nociones de carácter ex- todavía su significado. En no poca sentidos. En todo caso, la experiencia
perimental se desprende un juicio medida Rogelio Bacon entendía la constituye para los filósofos empiristas
universal (Met., A 1, 981 a 6). La experientia como aprehensión de cosas la condición y el límite de todo cono-
experiencia en sentido aristotéli- singulares, pero a la vez admitía la cimiento merecedor de este nombre.
Los filósofos llamados "racionalis-
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EXP EXP EXP
tas" no desdeñan, como a veces se es consciente mediante tal experien- de la experiencia". En efecto, una vez
supone, la experiencia, pero estiman cia. Con respecto a las llamadas "ana- eliminada la cosa en sí, la "ciencia"
que se trata de un acceso a la realidad logías de la experiencia" en Kant, (Wissenschaft) es primariamente
confuso y, como agregaría Spinoza, véase ANALOGÍA. "ciencia de la experiencia de la con-
"mutilado" (Eth., II 40 schol. 2). La Los idealistas alemanes (Fichte, ciencia". La experiencia es para Hegel
experiencia es entendida aquí casi Hegel) trataron extensamente de la "un movimiento dialéctico" que con-
siempre como "experiencia vaga". Para cuestión de la experiencia. Apoyándose duce la conciencia hacia sí misma, ex-
Leibniz, la experiencia da sólo pro- en Kant (o alegando que se apoyaban plicitándose a sí misma como objeto
posiciones contingentes; las verdades en él), los idealistas estimaron que la propio ( Cfr. Phänomenologie des Gei-
eternas solamente pueden adquirirse tarea de la filosofía es dar razón de stes; Glöckner, 2:36, págs. 37 y sigs.).
por medio de la razón. Siguiendo a toda experiencia, o, si se quiere, dar El contenido de la conciencia es lo
Leibniz era común (en Wolff y otros razón del fundamento de toda real; y la más inmediata conciencia de
autores) concebir la experiencia como experiencia. Según Fichte (Erste Ein- tal contenido es justamente la expe-
conocimiento confuso, aun cuando se leitung in die Wissenschaftslehre riencia. Pero la filosofía no se limita
estimara que era necesario (por lo [1797]; trad. esp.: Primera [y Segun- en Hegel a ser una ciencia de la ex-
menos psicológicamente) como punto da] Introducción a la teoría de la periencia. En rigor, Hegel suprimió la
de partida. ciencia [1934], "el filósofo puede abs- expresión 'ciencia de la experiencia de
La noción de experiencia desempeña traer, es decir, separar mediante la la conciencia' para sustituirla por la
un papel fundamental en la teoría libertad del pensar lo unido en la ex- expresión 'ciencia de la fenomenología
kantiana del conocimiento. Kant ad- periencia. En la experiencia están in- del Espíritu', y luego 'fenomenología
mite, con los empiristas, que la ex- separablemente unidas la cosa, aquello del Espíritu'. Tal cambio puede ser
periencia constituye el punto de par- que debe estar determinado indepen- debido, como apunta Heidegger (op.
tida del conocimiento. Pero esto quiere dientemente de nuestra libertad y por cit. infra), a que Hegel quería indicar
decir sólo que el conocimiento lo que debe dirigirse nuestro conoci- (con el nuevo título) que se refería
comienza con la experiencia, no que miento, y la inteligencia, que es la únicamente a "la conversación entre
procede de ella (es decir, obtiene su que debe conocer. El filósofo puede la conciencia natural y el saber abso-
validez mediante la experiencia ). Pero abstraer de una de las dos — y enton- luto". En todo caso, la "ciencia de la
esto dice todavía muy poco acerca de ces ha abstraído de la experiencia y experiencia de la conciencia" como
la idea kantiana de la experiencia. se ha elevado sobre ella. Si abstrae "fenomenología del Espíritu" es sólo
Esta idea es sumamente compleja; de la primera, obtiene una inteligen- el umbral de la "ciencia total" en la
además, se hallan en Kant (aun con- cia en sí, es decir, abstraída de su re- cual la filosofía es presentada como
finándonos a su epistemología) muy lación con la experiencia; si abstrae "lógica", esto es, como "filosofía espe-
diversas referencias a la noción de ex- de la última, obtiene una cosa en sí, culativa". La experiencia es para He-
periencia. Baste aquí consignar que es decir, abstraída de que se presente gel el modo como aparece el Ser en
la experiencia aparece en Kant como en la experiencia; una u otra como tanto que se da a la conciencia y se
el área dentro de la cual se hace posi- fundamento explicativo de la expe- constituye por medio de ésta. La no-
ble el conocimiento. Según Kant, no riencia. El primer proceder se llama ción de experiencia no es, pues, aquí
es posible conocer nada que no se idealismo; el segundo, dogmatismo". ni experiencia interior "subjetiva" ni
halle dentro de la "experiencia posi- Hay, pues, dos modos de dar razón de tampoco experiencia exterior "objeti-
ble". Como el conocimiento, además, la experiencia; adoptar uno de ellos va", sino experiencia absoluta.
es conocimiento del mundo de la apa- es decidirse por uno de ellos, con una Durante gran parte del siglo
riencia (VÉASE) —en el sentido kan- forma de decisión muy similar a la XIX se ha entendido el vocablo
tiano de este término—, la noción de decisión (VÉASE) existencial. El filó- 'experiencia' en varios sentidos, de los
experiencia se halla íntimamente liga- sofo que prefiere la libertad a la nece- cuales destacamos los siguientes: (a)
da a la noción de apariencia. La crí- sidad se decide en favor del modo de La experiencia como "sentimiento
tica de la razón tiene justamente por dar razón de la experiencia que se inmediato"; éste puede entenderse
objeto examinar las condiciones de la llama "idealismo". En la Darstellung como "experiencia interna" o
posibilidad de la experiencia — las der Wissenschaftslehre [1801] (trad. "subjetiva", o como "experiencia
cuales son idénticas a las condiciones esp. parcial: El concepto de la teoría inmediata" en tanto que primera fase
de la posibilidad de los objetos de la de la ciencia [1949]) Fichte habla de en la constitución del saber total
experiencia (K.r.V., A 111). El exa- la "experiencia" (asimismo llamada (Bradley). (b) La experiencia como
men de las condiciones a priori de "percepción") como "conciencia de lo aprehensión sensible de los datos
la posibilidad de la experiencia (ibid., particular". Esta experiencia no cons- "naturales", (c) La experiencia como
A 94 / Β 126) determina de qué modo tituye el saber, el cual "descansa y aprehensión directa de "datos
pueden formularse juicios universales consiste únicamente en la intuición" inmediatos", (d) La experiencia como
y necesarios sobre la realidad (como ("intuición intelectual" o "saber abso- general "experiencia de la vida".
apariencia ). De este modo pueden luto"). El saber propiamente dicho Durante el mismo siglo comenzó a
formularse juicios empíricos (Er- no es, pues, experiencia, sino saber del estudiarse el problema de si hay
fahnmgsurteile), esto es, juicios váli- fundamento de toda experiencia y, en diversas formas de experiencia corres-
dos. Kant habla asimismo de experien- último término, saber del saber. Hegel pondientes a diversos "objetos" o "mo-
cia interna (innere Erfahrung) y habla más bien de la "experiencia de dos de ser" de lo real. Algunos autores
señala que mi existencia en el tiempo la conciencia" que de la "conciencia se dispusieron a desarrollar filosofías
que tuvieran en cuenta cada vez más
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amplias "formas de experiencia". Uno riencia son en algunos respectos im- dificaciones por virtud de su reac-
de estos autores (Dilthey) intentó portantes similares a la noción de ex- ción; (3) en la acepción tradicional
desarrollar una filosofía que tuviese periencia elaborada por algunos auto- sólo el pasado cuenta, de modo que
en cuenta toda la experiencia y que res que han considerado la experiencia la esencia de la experiencia es, en
fuese, por tanto, una "filosofía de la como la base de toda ulterior reflexión última instancia, la referencia a lo
realidad", pero sin supuestos metafí- filosófica. Todo saber se funda, según precedente, y el empirismo es conce-
sicos de ninguna especie y, en conse- estos autores, en un mundo previo de bido como vinculación a lo que ha
cuencia, en forma muy distinta de la experiencias vividas. A este respecto sido o es dado, en tanto que la
característica de los idealistas alema- puede mencionarse a Gabriel Marcel, experiencia en su forma vital es ex-
nes. La metafísica aparece entonces especialmente en las ideas propuestas perimental y representa un esfuerzo
simplemente como una de las posibles en una comunicación titulada "L'idée para cambiar lo dado, una proyec-
maneras de aprehender y organizar la de niveau d'expérience et sa portée ción hacia lo desconocido, un mar-
experiencia. Otros autores se interesa- métaphysique" (diciembre de 1955). char hacia el futuro; (4) la tradición
ron por examinar la naturaleza y pro- Las ideas de Marcel han sido elabora- empírica está sometida al particularis-
piedades de cada una de las formas das por Henry G. Bugbee en su libro mo, en tanto que la actual acepción
básicas de experiencia. En el siglo xx The Inward Moming. A Philosophical de la experiencia tiene en cuenta las
se ha reavivado, y refinado, el interés Exploration in Journal Form (1958). conexiones y continuidades; (5) en la
por este último tipo de examen. Se ha La filosofía de Marcel y Bugbee pue- acepción tradicional existe una antí-
clasificado la experiencia en varios ti- dé inclusive calificarse de "experien- tesis entre experiencia y pensamien-
pos: experiencia sensible, experiencia cialista". También insisten en la im- to, al revés de lo que ocurre en la
natural, experiencia científica, expe- portancia de la experiencia los filóso- nueva noción de experiencia, donde
riencia religiosa, experiencia artística, fos que siguen la tradición agustiniana no hay experiencia consciente sin
experiencia fenomenológica, experien- (por ejemplo, Johannes Hessen), los inferencia y la reflexión es innata y
cia metafísica, etc. etc. Se ha intenta- que continúan las ideas de Dilthey constante ( "The Need for a Recovery
do averiguar si hay algún tipo de (véase supra) y los que consideran que in Philosophy", en el volumen colec-
experiencia que sea previo a todos los la filosofía es, en último término, el tivo: Creative Intelligence, 1917).
demás. Se ha examinado si hay una "recubrimiento" conceptual de expe- Una de las cuestiones que se han
experiencia filosófica distinta de cual- riencias. debatido más a menudo en relación
quier otra forma de experiencia. Nos Entre los pensadores de lengua in- con la noción de experiencia es si hay
referiremos brevemente a estas dos úl- glesa han insistido sobre el carácter o no una experiencia filosófica propia,
timas cuestiones. decisivo de la experiencia William Ja- distinta de las demás, y usualmente
Al suponer que hay "datos inmedia- mes y John Dewey. James hace de la precediendo las demás. Según Ferdi-
tos de la conciencia" Bergson aceptó experiencia (en cuanto "experiencia nand Alquié (L'expérience, 1957, 2a
la posibilidad de una experiencia de abierta") el fundamento de todo sa- ed., 1961), no hay experiencia propia-
lo inmediatamente dado". Esta expe- ber (y de toda acción). El estar abierto mente filosófica; el filósofo debe re-
riencia primaria es la "intuición". Es a la experiencia hace posible, según flexionar críticamente sobre todos los
una experiencia análoga a lo que se James, evitar el universo "dado" pre- tipos de experiencia (sensible, inte-
había llamado anteriormente la "ex- ferido de los filósofos racionalistas. La lectual; moral, estética; física, religio-
periencia interna", pero no es sola- atención a la experiencia garantiza la sa, mística, metafísica) sin intentar
mente experiencia de sí, sino también atención constante a la realidad. De- unificarlas arbitrariamente en un sis-
de cuanto es dado sin mediación. wey ha tomado la noción de experien- tema conceptual. La experiencia es
Aunque Bergson no usa con frecuen- cia como el punto central alrededor para Alquié por lo pronto sólo el ele-
cia la noción de experiencia, su idea del cual gira el debate entre "la vieja mento de "receptividad pasiva" que
de la intuición equivale a una forma filosofía" y la "nueva filosofía". Se- se encuentra en todas nuestras expe-
—la forma básica— de la experiencia. gún Dewey, los contrastes más desta- riencias. Por eso se puede "otorgar al
Husserl admite asimismo una experien- cados entre la descripción ortodoxa término 'experiencia' un sentido exacto
cia primaria, anterior a la expe- de la noción de experiencia y la que y declarar que un hecho, una sen-
riencia del mundo natural: es la expe- corresponde a las condiciones actuales sación, una idea, una verdad son da-
riencia fenomenológica. Hay, en todo son los siguientes: (1) En la concep- das por la experiencia cuando son
caso, según Husserl, una "experiencia ción ortodoxa, la experiencia es consi- objeto de una comprobación pura con
pre-predicativa", que en ocasiones ha derada meramente como un asunto de exclusión de toda fabricación, de toda
identificado con el hecho de ser dados conocimiento, en tanto que ahora apa- operación y de toda construcción del
con evidencia los objetos individuales rece como una relación entre el ser espíritu" (op. cit., pág. 4). Pero como
(Erfahrung und Urteil, § 6). Pero vivo y su contorno físico y social; (2) la noción de experiencia que resulta
ninguna experiencia es aislada; toda en la acepción tradicional la experien- de esta definición es demasiado am-
experiencia se halla, por así decirlo, cia es, cuando menos de un modo pri- plia, es menester concretarla con una
alojada en un "horizonte de experien- mario, una cosa física, empapada de o varias de las formas conocidas de
cia". Los modos de la experiencia subjetividad, en tanto que la expe- experiencia, a través de las cuales se
pueden ser entendidos en relación con riencia designa ahora un mundo au- revela que "si se puede hablar de una
los diversos horizontes de la expe- ténticamente objetivo del que forman unidad de la experiencia, esta unidad
riencia. parte las acciones y sufrimientos de solamente puede aparecer como abs-
Las ideas anteriores sobre la expe- los hombres y que experimenta mo- tracta" (ibid., pág. 97). En las expe-
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riencias efectivas se manifiestan los rienda moral, metafísica, religiosa, etc. tiene grados; en este caso la pruden-
elementos de separación y de dualidad La ausencia de claridad en el concept o cia es el primero o más bajo y la sabi-
(la oposición entre lo dado y las exi- ob ed ece a qu e con frecu en cia n o se duría el más alto. La exp eriencia de
gencias de la razón en la experiencia sabe si se está hablando de experiencia la vida se adquiere viviendo, pero ello
sensible; la contraposición entre el de- natural, objetiva o "externa" o de no quiere decir que sea una serie in-
ber y nuestras tendencias en la expe- "exp eriencia interna", y tampoco se conexa de experiencias: "la experien-
riencia moral; la dualidad entre lo sabe si la experiencia se refiere a entes cia de la vida tiene carácter unitario'
imaginario y lo real en la experiencia individuales, a modo de la realidad, a la (ibid ., pág. 3 5).
estética, y una dualidad fundamental realidad como tal e inmediatamente Para textos clásicos hasta Hegel, ver
—la de la conciencia y el ser— en la dada, etc. etc. Conviene, pues, indicar supra. — Sobre el concepto de expe-
esfera metafísica). Los positivistas no siempre de qué clase de experiencia se riencia en sentido empiriocriticista :
admiten tampoco —aunque por razo- trata, y en particular si se trata de Richard Avenarais, Kritik der reinen
nes distintas de las formuladas por experiencia externa o interna, de Erfahrung, 2 vols., 1888-1890. — Jo-
seph Petzoldt, Einfühmng in die Phi-
Alquié— que haya una experiencia experiencia pura (caso de ad mitirse su losophie der reinen Erfahrung, 2 vols.,
propiamente filosófica. Cuando ha- posibilidad) o no pura, de experiencia 1899-1904. — En sentido pragmatista
blan de experiencia la entienden úni- total o de experiencia particular. Una e instrumentalista: H. Reverdin, La
camente como "posibilidad de com- forma de experiencia de que han notion d'expérience d'après William
probación (objetiva, esto es, en la hablado algunos filósofos y James, 1913. — John Dewey, Expe-
realidad) de los juicios. Otros filóso- psicólogos es la llamada "experiencia rience and Nature, 1925, nueva ed.,
fos, en cambio, estiman que si no hay de la vida". Según Spranger (op. cit. 1929 (trad. esp.: La experiencia y la
una experiencia filosófica propia, la infra), esta exp erien cia es "un modo Naturaleza, 1948). — R. D. Mack,
filosofía no tien e ninguna razón de de confrontación con el material de la The Appeal to Immédiate Expérience:
Philosophie Method in Bradley, Whi-
ser. vida, en el que siempre está implicada tehead, and Dewey, 1945. — En sen-
El concepto de experiencia es uno una concreta identidad". La experiencia tido idealista: J. Β. Baillie, The Idea-
de los más vagos e imprecisos. En en cuestión "está relacionada siempre listic Construction of Experience,
algunas ocasiones no es menester acla- con quien la tiene y enuncia algo 1906. — R. D. Mack, op. cit. supra.
rarlo, porque lo que se quiere dar a acerca de él" (op. cit., pág. 23). La — En sentido metafísico-realista: S.
entender con el término 'experiencia' experiencia de la vida "no brota de los H. Hodgson, The Metaphysics of Ex-
es suficientemente comprensible. Así, meros objetos del aprend er, sin o qu e perience, 4 vols., 1898. — En sentido
por ejemplo, cuando Gilson mantiene su punto d e aparición se halla lógico-científico: Hans Reichenbach,
que hay una "unidad en la experien- precisamente en la conjunción del Experience and Prediction, 1938. —
En sentido fenomenológico: E. Hus-
cia filosófica", lo que quiere decir sujeto vivo con el mundo del noyó " serl, op. cit. supra. — A. de Wael-
simplemente es que la historia del (pág. 33). La experien cia de la vida, hens, La philosophie et les expérien-
pensamiento filosófico se halla dentro finalmente, no es registro de ces naturelles, 1961, especialmente
de un ámbito de experiencias comunes contenidos, sino valoración de conte- págs. 1-40. — Lud wig Land greb e,
a todos los filósofos, y estas experien- nidos (pág. 35). Según Julián Marías, Der Weg der Phänomenologie. Das
cias son expresadas por medio de in- "la experiencia de la vida es un saber Problem einer ursprüinglichen Erfah-
tereses comunes, problemas comunes, superior, qu e puede pon erse al lad o rung, 1962. — Sobre experiencia co-
etc. Tampoco es menester aclarar de- de los más altos y radicales" (op. cit. tidiana: Eino Kaila, Die perzeptuellen
masiado el concepto de experiencia infra, pág. 10). Es una experien cia und konzeptuellen Komponenten der
Alltagserfahrung, 1962 [Acta Philoso-
cuando se discute, por ejemplo, si la que, caso de ser presentada verbal- phica Fennica, fase. 13]. — Sobre
geometría se basa o no en la expe- mente, es objeto de narración y no de experiencia de la vida: E. Spranger,
riencia. En muchos casos, sin embar- explicación (ibid., 113-4). Es una ex- La experiencia de la vida (trad. esp.,
go, es necesario precisar lo que el periencia que se hace en soledad, pero 1949 [incluye otros escritos del mismo
filósofo entiende por experiencia. Al- "retirándose d e la convivencia". Es autor], — J. Marías, P. Laín Entralgo,
gunos filósofos han precisado el con- una experiencia en un contexto — y Azorín, J. L. L. Aranguren, R. Me-
cepto por medio de cierta interpreta- en una "h istoria". Es una exp erien- néndez-Pidal, Experiencia de la vida
ción de la experiencia (así ocurre, por cia "sistemática" — por cuanto "la vida 1960, especialmente J. L. L. Aranguren
ejemplo, con el concepto de "expe- humana es sistema". "La experiencia [págs. 21-46] y J. Marías [págs. 101-
33]. — Sobre experiencia y pen-
riencia pura" en el sentido de Avena- de la vida es. . . la forma no teórica de samiento: Johannes Volkelt, Erfahrung
rius [v.], de William James; o con el la razón vital, cuando se ap lica a la und Denken, 1886. — Cleto Carbo-
concepto de "sensibilidad" en el sen- totalidad de lo real, y n o a las cosas" nara, Pensiero ed esperienza, 1957. —
tido de Whitehead; o con la idea de (ibid., pág. 133). Según Aranguren Sobre experiencia e instinto: C. Lloyd
experiencia como experimentación en (misma obra infra), hay algo común a Morgan, Instinct and Experience,
sentido amplio, en el sentido de An- la experiencia de la vida y a la 1912. — Sobre experiencia y razón:
tonio Aliotta ). Otros filósofos, por des- sabiduría: el ser vividas ambas "d esde W. H. Walsh, Reason and Experience,
gracia, no han proporcionado claridad dentro". Pero exp erien cia de la vida 1947. — Sobre experiencia y substan-
sobre la noción de experiencia, a pesar y sabiduría no son estrictamente cia: D. H. Parker, Experience and
Substance, 1941. — Sobre la experien-
de haberla usado abundantemente. sinónimas: sólo lo son la experiencia de cia y la filosofía: Augusto Guzzo,
Tamp oco qu eda claro en la mayor la vida y la sabiduría de la vida (ibid., L'esperienza e la filosofía, 1942. —
parte de los casos qué se entiende por págs. 30-1). Puede estimarse qu e la Sobre experiencia interna: Adolf Pha-
experiencia cuando se habla de expe- exp erien cia d e la vida len, Beitrag zur Klärung der Begriffs
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otros dos verbos que emplean estas
lenguas eslavas ( rastolkovat' y wytlo-
maczyc') expresan más bien la idea
de una traducción, significación que,
por lo demás, asume también el verbo
explicar, en francés, cuando se habla,
p. ej., de 'explicar un texto'." (De
l'explication dans les sciences, I.)
El problema de la explicación ha
sido examinado sobre todo al hilo
del contraste entre la explicación y la
descripción (ν.) ο la comprensión (v.).
Ya Leibniz afirmaba (Teodicée. Dis-
cours prel., § 5) que explicar y com-
prender difieren en principio, por
cuanto los misterios de la fe, por ejem-
plo, pueden explicarse, pero no com-
prenderse, y aun en la ciencia física
ciertas cualidades sensibles se expli-
can de un modo imperfecto y sin
comprenderlas. La diferencia entre ex-
plicación y comprensión ha sido dilu-
cidada en otro sentido por dos tenden-
cias filosóficas contemporáneas. Una,
constituida por Dilthey y los filósofos
de las ciencias del espíritu, según la
cual hay que distinguir rigurosamente
entre la explicación y la comprensión
( VÉASE ). La explicación es, según
ello, el método típico de las ciencias
EXPERIENCIALISMO. Véase EX- de la Naturaleza, que se preocupan
PERIENCIA. por la causa, en tanto que la com-
EXPERIMENTALISMO. Ver prensión es el método típico de las
ALIOTTA ( ANTONIO ). ciencias del espíritu, que se preocupan
EXPLICACIÓN. En un sentido ge- por el sentido. Otra, constituida por
neral, y ateniéndose a su etimología, positivistas y fenomenistas, según la
el término 'explicación' designa el pro- cual es menester distinguir entre la
ceso mediante el cual se des-envuelve explicación y la descripción. La pri-
lo que estaba envuelto, se hace pre- mera es considerada con frecuencia
sente lo que estaba latente. Al expli- como una especulación ilegítima sobre
car algo lo desplegamos ante la visión causas últimas; solamente la segunda
intelectual, con lo cual lo que apare- es admitida como auténtico método
cía oscuro y confuso aparece claro y de la ciencia.
detallado. Meyerson ha puesto de re- Entre las investigaciones sobre la
lieve que este sentido general del tér- explicación durante el presente si-
mino "explicación" se revela en varios glo que merecen atención particular
idiomas. "El italiano spiegare —escri- se hallan las de Meyerson, Lalande,
be dicho autor— es etimológicamente Brunschvicg, K. Popper., H. Feigl,
idéntico al verbo francés expliquer, y Cari G. Hempel, Paul Oppenheim, R.
el inglés to explain es tributario de B. Braithwaite y E. Nagel. Los tres
la misma imagen. El alemán erklären, primeros autores citados han subraya-
aclarar, esclarecer, iluminar, procede do la necesidad que la ciencia tiene de
de una imagen física diferente, pero la explicación. Oponiéndose al positi-
desemboca, finalmente, en una con- vismo y al fenomenismo, han indica-
cepción muy análoga, pues el aumento do —como lo ha expresado claramen-
de luz está evidentemente destinado te Meyerson— que la ciencia busca
a permitir la percepción de detalles las verdaderas causas de los fenóme-
que han podido escapar a un examen nos, y que la busca de estas causas
más superficial. A la misma figura del se hace posible mediante un proceso
aumento de iluminación recurren los de asimilación de la realidad a la
términos rusos y polacos obiasnif y razón constituyente (como proclama
objasnic', en tanto que los Lalande) o mediante un proceso de
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identificación (como señala Meyer- la otra es una serie de enunciados cación probabilística (o, mejor, expli-
son). Los autores restantes se han L1, L2 .. .Lr, que representa leyes caciones probabilísticas), donde las
ocupado más bien de precisar el sig- generales. A partir de esto se señalan premisas son lógicamente insuficientes
nificado de 'explicar' y, sobre todo, ciertas condiciones lógicas y empíri- para garantizar la verdad de lo que
de 'explicar causalmente'. Así, Popper cas para que una explicación sea debe ser explicado, pero donde pue-
ha indicado que 'explicar causalmente' adecuada. En términos generales, den alcanzarse enunciados "proba-
un proceso significa poder derivar Hempel y Oppenheim señalan que bles"; (3) Las explicaciones funcionales
deductivamente de leyes y condiciones estas condiciones son: (1) Condicio- o teleológicas, en las cuales se
concomitantes (a veces llamadas nes lógicas. (Rl.) El explanandum emplean locuciones tales como 'con
causas) una proposición que describe debe ser una consecuencia lógica del el fin de y otras similares y donde, en
tal proceso. En toda explicación hay, explanans. (R2.) El explanans debe muchos casos, se hace referencia a un
ante todo, una hipótesis o una contener leyes generales, y éstas de- estado o acontecimiento futuro en fun-
proposición que tiene el carácter de ben ser efectivamente requeridas ción del cual la existencia de una
una ley natural, y luego una serie de para la derivación del explanandum. cosa o el suceder de un acto resultan
proposiciones válidas solamente para (R3.) El explanans debe poseer con- inteligibles; (4) las explicaciones ge-
el caso considerado. La explicación tenido empírico, es decir, debe ser néticas, en las cuales se establece una
capaz, por lo menos en principio, de secuencia de acontecimientos mediante
causal está, pues, ligada a la
prueba mediante experimento u ob- la cual un sistema dado se transforma
posibilidad de pronosticar la en otro sistema (posterior en tiempo).
aparición de fenómenos. Como puede servación (condición implícita en
Hay algo de común en todos estos tipos
advertirse, este análisis —lo mismo Rl). (2) Condiciones empíricas. (R4.)
de explicación: el hecho de que en
que los que señalaremos a continua- Las sentencias que forman el expla- todos ellos se intenta responder a la
ción— no se basa en una oposición a nans deben ser verdaderas. Con esto pregunta "¿por qué?" ("¿por qué algo
la descripción, pues considera a ésta se evitan, según Hempel y Oppen- es como es?" o "¿por qué sucede algo
como formando parte del proceso ex- heim, ciertas consecuencias, que in- como sucede?"). Nagel coincide en
plicativo. Con esto se abandonan an- citarían a afirmar en un estadio de este punto con Meyerson, en tanto que
teriores simplificaciones, que se limi- la ciencia la verdad de una expli- admite la posibilidad de "explicación
taban a reducir la explicación a la cación y a pronunciarse luego acerca verdadera" en las ciencias en vez de
indicación del "porqué" y a contras- de su falsedad o, si se quiere, a considerar que las ciencias se limitan a
tarla con la descripción en tanto que afirmar sucesivamente su corrección presentar descripciones, esto es, a
indicación del "cómo". El peligro de e incorrección. Finalmente, R. B. responder a la pregunta "¿cómo?" El
esos análisis reside en que las defini- Braithwaite ha propuesto una teoría hecho de que no todas las
ciones presentadas sean tan estrechas de la explicación basada en una con- explicaciones sean de naturaleza
y rígidas que acabe por olvidarse toda cepción de la ciencia como modo de deductiva no significa que no sean
distinción entre la explicación y la ordenar coherentemente nuestras ex- auténticas explicaciones; ocurre sólo
comprensión. El operacionalismo ex- periencias. Ahora bien, esta ordena- que en muchas de las explicaciones
tremo, sobre todo, incurre en este ción coherente no consiste tan sólo científicas las consecuencias no pue-
defecto. Para oponerse a él H. Feigl en el establecimiento de ciertas leyes den derivarse simplemente de un mo-
propone que la explicación sea defi- que reúnan un cierto número de he- do formal de las premisas. Aun las
nida como "la derivación inductivo- chos y los expliquen. Las leyes cien- ciencias que más se aproximan al
deductiva o (en niveles superiores) tíficas y explicativas están organizadas modo deductivo (como la física teó-
hipotético-deductiva de proposiciones en una jerarquía, según la cual hay rica) requieren enunciados singulares
más específicas (últimamente des- leyes primarias que explican hechos por medio de los cuales se establecen
criptivas) a partir de supuestos más observados, leyes secundarias, o leyes las condiciones iniciales de un sistema.
generales (leyes, hipótesis, postula- de leyes, que explican conjuntos de Para las obras de Dilthey, Meyerson,
dos teóricos) en conjunción con otras leyes primarias, leyes terciarias, o le- Lalande y Brunschvicg, véanse las
proposiciones descriptivas (y frecuen- yes de leyes, que explican conjuntos bibliografías de los artículos sobre
temente junto con definiciones)". de leyes secundarias, y así sucesiva- estos autores. Las tesis de Popper, en
Por su lado, Carl G. Hempel y mente (los términos 'primario', 'se- Logik der Forschung, 1935, especial-
Paul Oppenheim han propuesto un cundario' y 'terciario' son nuestros). mente págs. 29 y sigs. Trad. inglesa
modelo esquemático umversalmente Con ello se refina el concepto de ex- con numerosos nuevos apéndices: The
válido de explicación científica. Se- plicación y se hace posible ver que Logic of Scientific Discovery, 1959.
gún el mismo, toda explicación se ciertas leyes que reúnen entre sí con- Trad. esp.: La lógica del descubri-
divide en dos elementos constitutivos ceptos muy generales puedan ser con- miento científico, 1960 (lo caracterís-
principales: el explanandum (o sen- sideradas como explicativas y no sólo, tico de una proposición científica, se-
según argüían los positivistas del siglo gún Popper, es la "falsicabilidad" más
tencia que describe el fenómeno que
XIX, como especulativas. bien que la "verificabilidad"). Las te-
deberá ser explicado) y el explanans sis de Feigl, en "Some Remarks on
(o clase de sentencias que tienen Ernest Nagel ha investigado las di- the Meaning of Scientific Explana-
que dar cuenta del fenómeno). Este ferencias fundamentales en explicacio- tion", The Psychological Review, XLV
último ingrediente contiene dos sub- nes científicas, indicando que hay (1948). Las de Hempel y Oppenheim,
clases: una de ellas contiene ciertos cuatro tipos de explicación: (1) las en "Studies in the Logic of Explana-
enunciados C1 C2 ... Ck, que señalan que siguen el modelo deductivo ( como tion", Philosophy of Science, XV
condiciones específicas antecedentes; en lógica y matemática); (2) la expli- (1948), 136-8. Las de Braithwaite, en
624
EXP
(Descartes), el tratado more geomé- idea y expresión como la más plausi-
trico (Spinoza), el ensayo (Mon- ble. La historia nos muestra gran mul-
taigne, Locke, Hume), los aforismos tiplicidad de formas de expresión. Nos
(Francis Bacon, moralistas en general, indica, además, como señala María
Nietzsche, Wittgenstein), los pen- Zambrano, que cuando tiene lugar
samientos (Pascal, aun considerando una crisis, ésta se extiende tanto a
un "azar" el no haber sido desarro- los pensamientos como a sus formas
llados), el diario filosófico (Maine (de donde, según dicha autora, la ne-
de Biran, Kierkegaard, Gabriel Mar- cesidad de rescatar formas olvidadas,
cel), la novela (Unamuno), etc., etc. humildes, menores, sin admitir que
La mayor parte de los autores citados sólo son filosóficas las ideas expresa-
han usado también otras formas de das en forma sistemática y "acadé-
expresión y exposición (San Agustín mica"). Ahora bien, nuestra tesis no
no se limitó a las confesiones ni Des- se limita a ello; afirma que hay una
cartes a la autobiografía intelectual), continua oscilación entre la separa-
pero son tan características de una ción completa (teoría creativo-abso-
parte fundamental de sus respectivas lutista) y la unión completa (teoría
filosofías que se plantea un problema: historicista) de forma y materia en
el de la relación entre contenido la filosofía. Una y otra teoría son la
(idea) y forma (expresión, exposi- expresión de dos conceptos-límites,
ción). Puede formularse así: "¿Se no de dos realidades. Lo que hay, en
halla la expresión ligada al conteni- efecto, es una realidad —la filoso-
do?" La mayor parte de los filóso- fía— en la cual a veces se manifiesta
fos han contestado —implícita o ex- una separación y a veces una casi
plícitamente— a tal pregunta de un completa identificación entre forma y
modo afirmativo. Si no han sostenido contenido. Lo primero suele tener lu-
que a cada tipo de doctrina co- gar en épocas de crisis; lo segundo,
rresponde una determinada forma de en épocas más estables.
expresión (lo cual es muy problemá- La cuestión de las formas de expo-
tico y totalmente inadmisible en el sición filosófica no queda agotada
caso de "formas" como la del "sis- con las indicaciones anteriores. El es-
tema", que abarcan diversos modos tudio de tales formas es asunto más
expresivos), por lo menos es cierto complejo. No se reduce a la enume-
EXPLICATIO. Véase DISPUTACIÓN, que han adoptado para exponer sus ración de las citadas —tratados, guías,
EVOLUCIÓN, EXPLICACIÓN, EXPRE- pensamientos aquellos géneros que epístolas, etc.—, sino que incluye el
SIÓN. mejor encajaban con las formas ge- estudio de formas más generales.
EXPOSICIÓN (EXPOSITIO). nerales de su pensar o con las más Como ejemplo de ellas indicamos la
Véase DISPUTACIÓN. EXPOSITIO vigentes en su tiempo. Ello es obvio tesis de Hegel, según la cual la filo-
(EXPOSICIÓN). en los estoicos nuevos o en los su- sofía es como un círculo dentro del
Véase DISPUTACIÓN. mistas medievales. Una filosofía cual están inscritos subcírculos que
EXPRESIÓN. Tratamos en este ar- exhortativa como la primera no puede constituyen sus "partes" (no, pues,
ticulo (I) de las formas de expresión adoptar el tratado magistral; una como un agregado de partes, pero
y, por lo tanto, también de exposi- filosofía omnicomprensiva como la de tampoco como un organismo que po-
ción de las filosofías, (II) del signi- los segundos no puede utilizar la dia- see miembros, pues los círculos ins-
ficado del término 'expresión' en la triba. Sin embargo, algunos otros filó- critos son a su vez "organismos de
semiótica y en la lógica y (III) de la sofos niegan que haya acuerdo entre pensamientos"). Como señala Her-
expresión en estética. Sobre el sentido pensamiento y forma de expresión o mann Glöckner, cada una de las "par-
de 'expresión' en una "metafísica ge- exposición. Entre ellos destacamos a tes" es un momento necesario del
neral de la expresión", véase NICOL Bergson. La teoría bergsoniana de la todo, "de modo que el sistema de
(EDUARDO). intuición filosófica supone la indepen- sus elementos particulares constituye
I. Formas de expresión en filosofía. dencia de la expresión con respecto a la entera idea que a su vez aparece
Estas formas son y han sido muy la idea (o a la "intuición"), pues la en cada uno". Esta forma de filo-
variadas. He aquí algunas: el poema primera no es más que la "cascara ac- sofar puede ser común a varios "gé-
(Parménides, Lucrecio), el diálogo cidental" de la segunda. De acuerdo neros". De hecho, habría que distin-
(Platón, Berkeley), el tratado o las con ello, una misma idea puede ser guir entre "géneros" y "formas". En
notas magistrales (Aristóteles), la expresada de muy diversas formas. Es este artículo nos referimos principal-
diatriba (cínicos), la exhortación y comprensible, pues, que para Bergson mente a los primeros. En el artículo
las epístolas (estoicos), las confesio- el filósofo quede en "libertad" para perifilosofía (VÉASE) tratamos sobre
nes (San Agustín), las glosas, co- expresar su idea del mejor modo que todo las segundas. Información com-
mentarios, cuestiones, disputaciones, pueda. plementaria sobre el problema dilu-
sumas (escolásticos), la "guía" (Mai- Nosotros consideramos la opinión cidado en el presente artículo se halla
mónides), la autobiografía intelectual de que hay una cierta relación entre en Aforismo, Diatriba, Disputación,
625
EXP EXP EXT
Suma (VÉANSE). El artículo sobre la mas o reglas de carácter objetivo. En E. Grassi] (de Archivio di filosofía,
disputación contiene, además, refe- suma, la expresión sería entonces sim- 2). — Eugenio Pucciarelli, "La filo-
rencias a otros modos de expresión plemente la imitación ( VÉASE). Para sofía y los géneros literarios", Cuader-
y exposición (por ejemplo, las "cues- evitar esta objetivización de la expre- nos filosóficos [Rosario], N° 1 (1960),
9-21. — E. Nicol, E. Souriau, J. J.
tiones"). Véanse también METÁFORA y sión, se ha dicho que la expresión es Fisher, W. Tatarkiewicz, A. T. Ima-
OBRA LITERARIA. siempre y en todos los casos de índole michi, L. Formigari, artículos en el
Recordemos que Alexander Baum- subjetiva; dependiendo de la experien- número titulado "L'Expression", de
garten (v. ) llama enfaseología a la cia estética y de sus numerosas varia- Revue Internationale de Philosophie,
teoría de la expresión, como parte de ciones. En este último caso se ha li- Ν° 59 (1962), 3-115.
la "filosofía práctica". gado la expresión con la imaginación Para el uso de expresión en senti-
II. El término 'expresión' en la se (Vico, Herder y, en general, los auto- do (II), véanse textos de lógica, se-
miótica y en la lógica. Se suele usar res "románticos"). mántica y semiótica en bibliografías
este término para designar una se Se ha discutido asimismo, especial- de artículos sobre estos conceptos.
rie de signos de cualquier clase mente en la estética contemporánea, ÉXTASIS. Según É. Gilson (La
dentro de un lenguaje escrito. Ejem en qué relaciones se halla la expre- théologie mystique de Saint Bernard,
plos de expresiones son: 'Buenos Ai sión con la intuición — en un sentido 1934, pág. 27, nota), el término 'éxta-
res es la capital federal de Argentina", semejante al debatido en (I). Al- sis' (en cuanto término "técnico")
"Venus es un planeta que', 'p ⊃ q', gunos autores han distinguido riguro- parece haber sido introducido en el
'175', 'Regg tiel up'. Como se puede samente entre ambas; según ellos, la vocabulario cristiano por Tertuliano
ver, es indiferente que una expresión intuición (artística) puede manifes- (Adversus Marcionem, IV, 22). Tertu-
tenga o no significación dentro de tarse en muy diversas expresiones. liano manifiesta deberlo a los griegos.
un lenguaje dado. Solamente una Otros autores han declarado que in- 'Éxtasis' significa "fuera de la propia
condición es necesaria para que pue tuición y expresión son lo mismo. Se razón por gracia divina", amentia.
da hablarse de una expresión: que ha destacado entre los últimos Croce Plotino y los neoplatónicos hicieron
tenga o pueda tener una forma li al escribir en su Aesthetica in nuce uso del concepto de éxtasis acaso con
neal. Así '341' no es una expresión que "la intuición es expresión y nada mayor frecuencia que cualesquiera
antes más —nada más y nada menos— que otros filósofos griegos. De los neopla
a menos que se reduzca a una for- expresión". Según ello, en arte no hay tónicos deriva la significación de 'éx-
ma lineal. Parece oponerse a esta con- propiamente sentimientos; el arte es la tasis", e)/k-stasij (=
dición el hecho de que ciertos sig- expresión de los sentimientos (o, si se "desplazamiento", "perdida"), como
nos no aparecen linealmente en al- quiere, los sentimientos en tanto que salida de sí mismo, abandono de los
gunas expresiones. Así, '2' en 'n2 ' y expresados ). lazos que unen el "sí mismo" —la
el acento ' ´ ' en 'vendré' no están or- Las discusiones sobre el significado conciencia, el yo, el espíritu— a
denados en la forma requerida. Sin de la expresión en estética se han re- lo material, y el traslado del alma
embargo, pueden reducirse a forma lacionado a veces con el problema de a una región en que se pone en
lineal, esto es, a una serie de signos la expresión de las emociones. Nos he- presencia directa de Dios o, según la
cada uno de los cuales ocupa un lu- mos referido brevemente a este último filosofía sustentada, de lo inteligible.
gar determinado. Es frecuente en la punto en el artículo Emoción. El éxtasis es por ello el estado que,
semiótica y en la lógica llamar 'expre- La cita de María Zambrano proce- mediante el entrenamiento ascético y
sión' a cualquier secuencia de signos de de su artículo "La 'Guía', forma la purificación, permite, como decía
en orden lineal o reducible al orden del pensamiento", en Hacia un saber Plotino, un "contacto" con lo
lineal cuando se quiere evitar el em- sobre el alma (1950), 50-70. Para divino. Esta salida de sí no
Bergson, véase sobre todo La pensée significaba, empero, para Plotino y,
pleo de un vocablo más específico, tal et le mouvant, págs. 117-42; para Cro-
como 'fórmula', 'proposición', etc. en general, el neoplatonismo, la
ce, sus textos de estética. La cita de supresión de todo lo racional para
Aunque no puede considerarse co- Glöckner procede del Hegel-Lexikon,
mo únicamente de naturaleza semió- I (1935), en Hegels Werke, XXXII, sumergirse en la irracionalidad; lo que
tica, el concepto de expresión tal pág. xix. — Véanse también José Fe- el éxtasis alcanzaba era más bien un
como ha sido usado por Husserl es rrater Mora, "De la expresión filosó- elemento supra-racional para llegar al
como el cuadro lingüístico susceptible fica", en Variaciones sobre el espíritu, cual el pensar racional constituía una
1945, págs. 71-101. — Julián Marias, de las principales vías de acceso. Pero
o no de "cumplimiento" por medio de "El género literario en filosofía", La
una significación. Nos hemos referido el éxtasis, a la vez, colocaba al
Torre, 4 (1953), 11-39, reimp. alma en una situación en la cual
a este punto en el artículo Fenome- Ensayos de teoría ( 1954 ) y en Obras
nología. completas, IV (1959), 317-40. — D. todo decir y enunciar resultaban
Wendland, Ontologie des Ausdrucks, insuficientes. El éxtasis podía llegar
III. La expresión en estética. Se ha
1957 [Forschungen zur neueren Phi- hasta la pura supra-racionalidad, pero
discutido muchas veces en qué rela losophie und ihrer Geschichte, N. F. tenía que prescindir de toda
ción se halla un contenido estético 12]. — P. Burgelin, E. Castelli, H. envoltura verbal, todavía inmersa en
con la expresión del mismo. Esta ex Gouhier, R. Klein, F. Lombardi, P. lo sensible. El éxtasis era, en suma, la
presión ha sido a veces identificada Prini, R. Pucci, G. Semerari, La dia- perfecta contemplatio. En los místicos
con la forma. Pero como la forma tie ristica filosófica, 1959 [sobre "Diarios
filosóficos", "Confesiones" y "Auto- medievales, el éxtasis era definido
ne un carácter universal se ha objeta habitualmente como un raptus men-
do que en tal caso hay que identificar biografías" intelectuales, con fragmen-
tos de G. Marcel, J. Guitton, E. Paci, tis. La "mente" quedaba "arrebata-
la expresión con un conjunto de nor-
626
EXT
da" en el éxtasis al alcanzar el último Napoleón no haya existido. Lo mis- último es una realidad cuya propiedad
grado de la contemplación, el grado mo podría decirse, a su entender, del es el "ser extenso". También se ha
en que cesaba toda operación de éxtasis de los místicos. distinguido entre 'extensión' y 'espa-
las potencias inferiores. Ahora bien, En un sentido distinto Heidegger cio', empleándose el primer vocablo
mientras la mistica helenística paga- ha utilizado el término 'éxtasis' al en sentido metafísico y el segundo en
na suponía, por lo menos implícita- referirse a los "éxtasis de la tempo- sentido físico. Muchos escolásticos
mente, que el estado de éxtasis es ralidad", es decir, a los fenómenos consideran que la extensión es una
alcanzado por un esfuerzo total del del pasado, presente y futuro que cierta propiedad del cuerpo que hace
alma, la mística cristiana, tanto la resultan de la "salida de sí misma" posible para este último ocupar un
de inspiración griega como latina, de la temporalidad originaria. Los cierto espacio. En este caso, el espacio
admitía que, después de la "lucha éxtasis temporales surgen, por lo tan- aparece como una especie de recep-
con Dios", era necesaria alguna gra- to, cuando la temporalidad se tem- táculo en el cual se hallan los cuerpos
cia divina para que el éxtasis fuese poraliza en sus propias manifesta- naturales en tanto que "cuerpos ex-
posible: el alma no se bastaba, pues, ciones, cuando se hace propiamente tensos". Los escolásticos han distin-
totalmente a sí misma. temporal lo que era "temporario". guido entre varios modos de decirse
Santo Tomás indica que puede ha- Jean-Paul Sartre ha retomado la doc- la extensión. La extensión puede ser
blarse del raptus de dos modos. Con trina heideggeriana de los éxtasis extrínseca (o externa) —posición de
respecto al término mismo, no perte- temporales. Pasado, presente y futuro las partes de un cuerpo en el espacio,
nece a la potencia apetitiva, sino sólo se explican primariamente como éx- de la que resultan volumen y tama-
a la cognoscitiva. Con respecto a su tasis temporales, es decir, por las ño—; intrínseca (o interna) —posi-
causa, puede tenerla en el poder ape- tres dimensiones de la temporalidad ción de las partes de un cuerpo rela-
titivo. Además, ejerce un efecto sobre en las cuales surge el "para sí" como tivamente unas a otras independiente-
el poder apetitivo, por cuanto un ser que está destina d o a p oseer mente del espacio en que el cuerpo
hombre puede deleitarse en las cosas su ser bajo la forma "diaspórica" de se halla—; y virtual — situación de
que lo "arrebatan" ( S. theol., II-IIa q. la temporalidad. puntos-fuerzas en el espacio determi-
CLXXV a 2). El "rapto" o "arrebata- Sobre éxtasis en sentido psicológico e nada por las fuerzas y movimientos
miento", además, añade algo al éxta- histórico-social: J. Beck, Die Extase, de un cuerpo dado. No pocos autores
sis. Este último significa una simple ein Beitrag zur Psychologie und modernos (Descartes, Spinoza, Leib-
"salida de sí", en tanto que el raptus Völkerkunde, 1906. — Pierre Janet, niz) han tendido a usar las expresio-
denota "una cierta violencia en la ac- De l'angoisse à l'extase. Études sur nes 'extensión' y 'cosa extensa" (res
les croyances et les sentiments, 2
ción" (ibid., ad 1). vols., 1926. — Sobre éxtasis en extensa) con preferencia al término
El problema del éxtasis ha sido sentido místico y religioso: A. Ha- 'espacio'. A veces la extensión ha sido
tratado modernamente desde un pun- mon, art. Extase, en el Dictionnaire considerada como la continuidad en
to de vista psicológico, como algo de Théologie catholique, de Vacant- el espacio (Leibniz). A veces, final-
que puede ser "causado" por agentes Mangenot-Amann, t. V, 2, col. 1871- mente, se ha concebido la extensión
extemos; habría en este caso una 1896. — M. Laski, Ecstasy. A Study como determinada topológicamente, a
especie de "reduccionismo" de los of Some Secular and Religious Expe- diferencia del espacio que se ha con-
estados extáticos. Tal opinión ha sido riences, 1961. — Sobre éxtasis en el cebido determinado numéricamente.
sentido de Heidegger y Jean-Paul Sar- Los problemas relativos a la natu-
naturalmente combatida por los teó- tre, véanse las obras principales (Sein
logos católicos, quienes consideran und Zeit, L'Être et le Néant, res- raleza de la extensión, realidad o idea-
que si el éxtasis puede ser "causado", pectivamente) de estos dos filósofos. lidad de la misma, y otros problemas
ello no obsta para la posibilidad de EXTENSIÓN. El término 'extensión' similares, han sido dilucidados en el
una concepción enteramente espiri- se entiende sobre todo de dos artículo sobre la noción de Espacio
tual de este estado. De este modo maneras. ( VÉASE [véase también LUGAR] ).
se rechazan las concepciones sobre el En primer lugar (1) designa la cua- En segundo lugar (2) se llama
éxtasis tal como han sido desarrolla- lidad de lo extenso, es decir, el carác- extensión de un concepto a los ob-
das por William James en su libro ter de la situación de algo en el espa- jetos que caen bajo el concepto. La
acerca de las variedades de la expe- cio. Las cosas extensas son las cosas extensión se halla en relación inversa
riencia religiosa, aun cuando hay que que ocupan espacio, pero, a su vez, el a la comprensión ( VÉASE), esto es, a
tener en cuenta que James no pre- espacio es considerado como "algo que mayor comprensión corresponde me-
tendía en principio sostener un re- tiene extensión". La extensión como nor extensión y viceversa. Sin em-
duccionismo psicof isiológico y se acer- carácter fundamental del espacio ha- bargo, el "caer bajo el concepto" de
caba mucho a la posterior opinión ce de éste la cosa extensa por excelen- los objetos no significa que la exten-
bergsoniana según la cual los estados cia, conduciendo, así, desde la distin- sión de un concepto, desde el punto
extáticos pueden inclusive, llevando ción apuntada, a una identificación, de vista estrictamente lógico, quede
las cosas al extremo, ser causados u habitual en el lenguaje vulgar, entre representada por la cantidad de los
ocasionados por agentes externos o espacio y extensión. En este caso, objetos. Esta cantidad es empírica y
"trastornos" patológicos, pero sin que todo lo que hemos dicho acerca del puede variar según el número de
ello signifique que sean siempre ex- espacio ( VÉASE) corresponderá tam- objetos existentes en un momento da-
plicados por ellos. El hecho de que bién a la extensión. Sin embargo, a do. En cambio, la extensión lógica
haya locos que creen ser Napoleón veces se ha distinguido entre exten- es constante, tiene una dimensión
no significa, señala Bergson, que sión y espacio, estimándose que este determinada. La extensión lógica
627
EXT EXT EXT
está constituida, según dice Pfänder, dadero, etc. (Cfr. Quine, Methods of distintamente. Aquí usaremos el voca-
"por aquellos objetos que, cayendo Logic, §§ 12, 17, 24). blo 'exterior', pero advirtiendo que en
bajo el concepto, no están expuestos Uno Je los problemas hoy día ya muchos casos hubiéramos podido asi-
a las modificaciones del mundo real". clásicos relativos a la noción lógica mismo emplear el vocablo 'externo'.
Tales objetos son los objetos espe- de extensión es el que fue planteado En la literatura filosófica se encuen-
cíficos y genéricos, esto es, sólo los por Frege al hacer su famosa pro- tra, por ejemplo, la expresión 'mundo
conceptos de especie y género tienen puesta de que hay predicados que externo" tan frecuentemente como la
una extensión. La afirmación de la tienen la misma extensión (Bedeu- expresión 'mundo exterior'.
relación inversa entre el contenido o tung, denotación) y, en cambio, di- 'Exterior' se usa comunmente en
comprensión y la extensión es, por lo fieren en su significación (Sinn). El sentido espacial. X es exterior a Y
tanto, una fórmula inexacta, pues "en ejemplo dado por Frege es: los pre- porque se halla en distinto lugar que
primer lugar, ello equivale a admi- dicados '(es la) estrella matutina' y Y. A la vez, el espacio es considerado
tir la disminución y aumento de un '(es la) estrella vespertina'. Cada uno en sí mismo como algo "exterior",
contenido sin la referencia necesaria de estos predicados tiene una signi- porque cada una de sus "partes" es
a las circunstancias ontológicas de ficación propia, pero ambos tienen la exterior a cualquier otra parte; el es-
las especies de que se trata, y en se- misma extensión: la estrella Venus. pacio es partes extra partes. Sin em-
gundo lugar no se tiene en cuenta En el artículo sobre la noción de si- bargo, es posible usar el vocablo 'ex-
que las dimensiones de la extensión, nónimo (VÉASE) hemos indicado que, terior' sin darle sentido espacial. Por
tales como están determinadas por el según Nelson Goodman, dos predi- ejemplo, puede decirse que lo tras-
número de las especies inferiores, de- cados son sinónimos cuando tienen la cendente es exterior a lo inmanente.
penden del modo de ser de las espe- misma extensión. Ello parece echar Tomado en su sentido más general, lo
cies de que se trata y del número por tierra la distinción de Frege, exterior es definido como el "ser fuera
de las especies ínfimas que entren pues ocurriría entonces con los pre- de. . .". Metafísicamente, lo exterior
en las especies a que se hace refe- dicados antes mencionados lo mismo es definido como el "ser fuera de sí", a
rencia" (Lógica, II, 5). que con los términos 'centauro' y diferencia de lo interior (o, mejor,
En la lógica contemporánea es co- 'unicornio': que, al tener la misma íntimo), caracterizado como un "ser
rriente entender la extensión de un extensión, tendrían la misma signifi- para sí mismo".
término como la clase de los objetos cación. Para obviar este inconveniente, En teoría del conocimiento y en
de los cuales el término es verdadero Goodman propone una distinción entre metafísica se ha planteado el llamado
(a veces se dice "como la clase de la extensión primaria y la extensión "problema de la existencia del mundo
los objetos denotados por el térmi- secundaria. La primera es la exterior". Es el problema de si existe
no"). Por ejemplo: la extensión del extensión de un predicado por sí tal mundo independientemente de un
término 'español' es la clase de los mismo; la segunda, la extensión de "sujeto" y de si puede probarse con-
españoles; la extensión del término cualquiera de sus compuestos. Por cluyentemente su existencia. La inde-
'sirena' es la clase nula. Algunos au- ejemplo, hay 'cuadros de estrella ma- pendencia en cuestión no significa
tores proponen que el término sea tutina" que no son 'cuadros de estrella que el mundo exterior se halle en "un
considerado como el nombre de su vespertina' y viceversa. La extensión lugar distinto" del que "ocupa" el
extensión, pero varios lógicos (como primaria de '(es la) estrella matutina' "sujeto". La relación entre el "sujeto"
Carnap y Quine) indican que ello y '(es la) estrella vespertina" es la (sea metafísico, sea gnoseológico) y el
no es necesario, pues entonces se evita estrella Venus. Pero 'cuadros de mundo exterior se determina aquí por
suponer la existencia de los objetos estrella matutina' y 'cuadros de es- medio de los conceptos de trascenden-
abstractos llamados clases. Si, trella vespertina' son extensiones se- cia e inmanencia. El "sujeto" de que
siguiendo a Quine, se lee 'denota' cundarias, que permiten explicar la se habla no es necesariamente un "su-
como 'es verdadero de" entonces pue- diferencia de significación entre los jeto psicológico"; es un sujeto meta-
de decirse que la noción de exten- dos citados predicados. Lo mismo físico, o un sujeto gnoseológico.
sión de un término puede aplicarse cabe decir de otros términos o de El problema de la relación, o rela-
asimismo a sentencias abiertas tales otros predicados para los cuales pue- ciones, entre un sujeto gnoseológico y
como 'x es un español', 'x = x', etc., den forjarse otras extensiones secun- el "mundo exterior" ha sido dilucidado
pues la extensión de una sentencia darias. en el artículo Conocimiento ( VÉASE).
abierta será la clase de todos los ob- Para la extensión en el sentido ( 1) Agreguemos aquí que este problema
jetos de los cuales la sentencia abierta véase la bibliografía en el artículo. consiste en un cierto número de
es verdadera. También se podrá ESPACIO. Además: J. Durand-Doat,
cuestiones, tales como las siguientes:
aplicar la noción de extensión a pre- Essai sur l'étendue, 1928.
"¿Es el mundo exterior independiente
dicados cerrados (o predicados sin EXTERIOR. Dícese de algo que es de su ser conocido?", "¿Cómo puede
variables libres); la extensión de un exterior cuando se halla fuera de algo tenerse una seguridad completa de
predicado cerrado con una letra ar- dado. 'Exterior' significa, pues, "fue- que hay un mundo exterior?", "¿Está
gumento será la clase de todas las ra", "fuera de". Se dice de algo que el conocimiento del mundo exterior
cosas de las cuales el predicado es es externo cuando se manifiesta al determinado, cuando menos en parte,
verdadero; la extensión de un pre- exterior. Los sentidos de 'exterior' y por un sistema de conceptos 'impues-
dicado cerrado con dos letras argu- 'externo' se hallan íntimamente rela- tos' (o, mejor, 'sobreimpuestos') por,
mentos será la clase de todos los pa- cionados. En filosofía suelen emplear- el sujeto?" Como ejemplos clásicos
res de los cuales el predicado es ver- se los dos términos casi siempre in- del modo de plantear el problema del
628
EXT EXT EXT
mundo exterior pueden citarse los de blema metafísico (Cfr. infra). Otras Algunas de las doctrinas idealistas
Descartes, Berkeley y Kant. En general, son exclusivamente gnoseológicas. Lo metafísicas son a la vez idealistas gno-
dos tesis se han enfrentado en lo que mismo que sucede con el realismo, seológicas [o epistemológicas] (como
toca a la cuestión gnoseológica del también el idealismo en algunas de ocurre con Berkeley), pero no todas
mundo exterior: el realismo y el sus formas se acerca a la doctrina las doctrinas idealistas gnoseológicas
idealismo, con numerosas posiciones "contraria". Debe advertirse que así son idealistas metafísicas (como ocu-
intermedias. El realismo ( VÉASE) sos- como la mayor parte de las doctrinas rre con Kant). La mayor parte de las
tiene que hay un mundo exterior in- llamadas "idealistas metafísicas" deri- doctrinas realistas metafísicas son a la
dependiente del sujeto cognoscente, van de un cierto modo de entender vez realistas gnoseológicas. En ciertos
pero hay muchos modos de sostener los predicados 'existe', 'existe indepen- casos es muy difícil deslindar lo que
esta "independencia": puede afirmarse dientemente de', etc., la mayor parte hay de metafísico de lo que hay de
que lo que en verdad hay es lo que se de las doctrinas llamadas "idealistas gnoseológico en una doctrina idealista
llama "mundo exterior" o "las cosas" y gnoseológicas" derivan de un cierto o realista. Esas expresiones —'inma-
que no solamente tal mundo es modo de entender los predicados 'exis- nente a', 'trascendente a', 'contenido
trascendente al sujeto, sino que el lla- te como objeto conocido', 'no existe de', etc.— son con frecuencia las mis-
mado "sujeto" es simplemente una independientemente de. .. como obje- mas, y son parecidas también las de-
parte del mundo que se limita a reflejar to conocido', etc. finiciones ofrecidas de las correspon-
éste y a actuar sobre él; puede El problema gnoseológico no puede dientes doctrinas. Por este motivo se
afirmarse que el mundo exterior existe siempre deslindarse fácilmente del ha planteado a veces la cuestión de si
y es tal como existe; puede sostenerse problema metafísico. Mucho de lo que es posible distinguir completamente
que existe, pero que su realidad "en sí" hemos dicho sobre el primero podría entre el idealismo metafísico y el idea-
es incognoscible, siendo cognoscibles aplicarse al segundo. Diremos, sin lismo gnoseológico, y entre el realismo
sólo las "apariencias" de tal mundo; embargo, algunas palabras más sobre metafísico y el realismo gnoseológico.
puede sostenerse que existe y que el último. Las dos principales doctri- En la medida en que una teoría del
puede ser conocido como es con tal nas que se han enfrentado al respecto conocimiento presupone una metafísi-
que se examine críticamente el han recibido asimismo los nombres de ca, y a la inversa (Nicolai Hartmann),
proceso del conocimiento, etc. etc. En "idealismo" y "realismo" (metafísicos), la distinción resulta imposible. Pero
vista de la diversidad de tales posicio- con numerosas variantes. Según el el mismo hecho de que se habla de
nes, suele agregarse algún adjetivo al idealismo, el mundo exterior —o, en "elementos metafísicos" y de "elemen-
nombre 'realismo': el realismo es in- general, "el mundo"— es inmanente tos gnoseológicos" que se implican
genuo, crítico, trascendental, etc. etc. (ontológicamente) al sujeto, al yo, al mutuamente permite suponer que cier-
Además, algunas de las posiciones lla- espíritu, a la conciencia, etc. El idea- ta distinción por lo menos es practi-
madas "realistas" se aproximan a algu- lismo extremo sostiene que el mundo cable.
nas de las posiciones llamadas "idea- es "producido" o "engendrado" por el Debe observarse que cada una de
listas", cuando menos las "idealistas sujeto, yo, etc., pero aun así no debe las doctrinas en cuestión, además de
moderadas". El idealismo (v.), a su imaginarse que tal idealismo sostiene ofrecer numerosas variantes, se com-
vez, mantiene que el mundo exterior que el sujeto produce el mundo al bina con otras doctrinas metafísicas u
no es independiente del sujeto cog- modo como se "producen" las cosas. ontológicas en diversas medidas. Así,
noscente, pero hay asimismo muchos El idealismo moderado mantiene que por ejemplo, el idealismo metafísico
modos de entender esta falta de inde- el mundo es "contenido" del sujeto, se combina a veces con el monismo
pendencia: puede sostenerse que no del yo, etc., pero tampoco hay que (Bradley), y hasta se afirma que un
hay propiamente "mundo exterior", entender la expresión 'es contenido idealismo metafísico consecuente tiene
puesto que todo ser es ser percibido de' como designando una cosa en otra, que ser monista. En todo caso, lo
(véase ESSE EST PERCIPI); puede afir- o cualquier cosa en un espacio. Nin- inverso no es en manera alguna obvio:
marse que el llamado "mundo exte- guna forma de idealismo niega que en efecto, el monismo puede no ser
rior" (o "la realidad") es cognoscible haya "cosas externas". Pero interpreta (y con frecuencia no es) idealista, sino
sólo porque es ( metafísicamente ) en- 'haber' en un sentido muy distinto del realista (y aun realista materialista).
gendrado o producido por un sujeto que proponen las doctrinas realistas. Otras veces el idealismo se combina
—o "el sujeto", la subjetividad como Las "cosas externas" carecen de sufi- con una doctrina dialéctica, pero tam-
tal—; puede sostenerse que, exista o ciencia ontológica; propiamente ha- bién tal doctrina puede aliarse con el
no un mundo exterior, su ser se da blando, su "ser" consiste en "estar realismo.
únicamente como ser conocido; puede fundado en el sujeto". Según el rea- Algunos autores han declarado que
indicarse que el mundo exterior es lismo, el mundo es trascendente (on- las dificultades suscitadas por todas
(gnoseológicamente) inmanente al su- tológicamente) al sujeto, al yo, al las doctrinas idealistas y realistas (sea
jeto cognoscente en los muy diversos espíritu, a la conciencia, etc. Estos úl- metafísicas, sea epistemológicas, o am-
sentidos de la expresión 'inmanente a', timos "se hallan" en el mundo. Pero bas a un tiempo) se debe a que se
etc. etc. También se adjetiva la posi- la mayor parte de los autores realistas comienza por establecer una contra-
ción idealista de muy diversos modos: no entiende tampoco 'hallarse en el posición artificial de lo inmanente con
idealismo absoluto, crítico, trascenden- mundo" al modo como una cosa se lo trascendente, del sujeto con el obje-
tal. Algunas de estas cualificaciones halla en otra, o una cosa se halla en to, de la conciencia con el mundo,
proceden del planteamiento del pro- un espacio. El sujeto no es, en rigor, etc. Así, los filósofos de tendencia
blema del mundo exterior como pro- una "cosa"; es un "conocer el mundo". "neutralista", es decir, los que han
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sostenido que no hay razón para dis- tea es, pues, solamente el de por qué da" y acaso también por empeñarse
tinguir entre lo físico y lo psíquico la Existencia como estar-en-el-mundo en afrontar el problema como problema
(E. Mach, Russell en cierta fase de su "tiene la tendencia a sepultar el 'mundo epistemológico; Scheler, por interpretar
pensamiento filosófico, Avenarius, exterior' en una nada epistemológica la existencia (en su teoría volitiva de
etc.), han incluido que las posiciones con el fin de probar su realidad" (Sein la existencia) como algo "presente".
idealistas y realistas (cuando menos una Zeit, § 43). Con la Existencia Según Heidegger, los análisis de
las "tradicionales") carecen de funda- como estar-en-el-mundo, las cosas del Dilthey y Scheler contienen aspectos
mento. Contra ello se ha argüido que mundo aparecen ya manifiestas. positivos. Pero no se ha reparado en
todo "neutralismo" tiene una cierta Afirmar esto, indica Heidegger, parece ellos que la experiencia de la
tendencia idealista. Por otro lado, la indicar que se favorece la tesis resistencia es ontológicamente posible
idea de la conciencia como "concien- "realista". Y cierto que se favorece sólo a base de la concepción de la
cia intencional" (véase INTENCIÓN, tal tesis en cuanto que no se niega Existencia (Dasein) como un cons-
INTENCIONAL, INTENCIONALIDAD ) ha que haya seres intra-mundanos "a la titutivo "estar abierto" al mundo, y
parecido asimismo salir al paso de mano". Pero la tesis realista es distinta este último como la "apertura". A lo
cualquier intento de considerar las po- de la de Heidegger en cuanto que sumo, se puede decir que la resisten-
siciones idealistas y realistas como presupone que el "mundo" requiere cia caracteriza "el mundo externo"
fundamentales y "previas" a cualquier "prueba" y que "puede probarse". Por sólo en el sentido de "las cosas en el
otra concepción filosófica. Si la con- otro lado, la tesis de la Existencia como mundo". Pero no en el sentido de "el
ciencia es "conciencia de", no hay estar-en-el-mundo parece favorecer la mundo". Como indica Heidegger, "'la
propiamente un sujeto substante que tesis idealista en cuanto ésta se conciencia de la realidad' es ella misma
se halle en el mundo o que "conten- desprende de toda contaminación un modo de estar-en-el-mundo" (loc.
ga" o "engendre" el mundo: la con- "psicológica" y afirma que el ser no cit.). En ello se muestra que la
ciencia no es una realidad, sino una puede explicarse por medio de los en- Existencia como Existencia-que-está-
"dirección". A la vez, no puede haber tes, esto es, que el ser es trascendental en-el-mundo no puede compararse
"conciencia de" sin un objeto al cual a los entes (lo cual sostuvo no sólo con ninguna de las "entidades" que
se dirija la conciencia: por tanto, hay Kant, sino también, a la postre, Aris- idealistas, realistas, "neutralistas" e
por lo menos un "objeto intencional". tóteles). Pero la tesis idealista es dis- inclusive filósofos de la "resistencia"
Ahora bien, los desarrollos que ha ex- tinta de la de Heidegger en cuanto presuponen: sujeto, yo, conciencia,
perimentado la teoría de la conciencia sostiene que todos los entes se "redu- etc. Y tampoco el "mundo" puede
como conciencia intencional (especial- cen" a un sujeto o a una conciencia. compararse con el mundo de que tales
mente los desarrollos de tal teoría en Realismo e idealismo coinciden en filósofos hablan, pues para Heidegger
Husserl) han mostrado que no es difícil considerar el mundo exterior como el mundo no es un ente, ni una
dar ciertas interpretaciones que se algo "añadido" a un "sujeto". Pero no colección de entes, sino "apertura de
acercan, según los casos, al realismo hay tal "añadido" ni siquiera tal "su- la Existencia a los entes". Ni siquiera
o al idealismo. Aunque el llamado jeto". Como escribe Zubiri, al refor- se puede decir que los objetos son
"idealismo fenomenológico" sea dis- mular el análisis de Heidegger, si el trascendentes al sujeto y que éste
tinto de los idealismos anteriores a él, "ser del sujeto consiste, formalmente, consiste en dirigirse intencional-mente
suscita con frecuencia problemas muy en una de sus dimensiones, en estar a los objetos. Se puede decir, en
similares. 'abierto' a las cosas", la exterioridad cambio, que la Existencia trasciende
Heidegger coincide con los autores del mundo no será un simple factum, los entes hacia el mundo ( VÉASE). Las
últimamente referidos en cuanto que sino "la estructura ontológica formal del ideas de Heidegger acerca del
se esfuerza por situarse "más acá" del sujeto humano". Lo que se llama problema (o pseudo-problema) del
idealismo y del realismo, pero funda- "sujeto" o "sujeto humano", empero, mundo exterior han ejercido notable
menta su posición de modo muy dis- no es un ente, sino un "estar en"; si influencia, aun en pensadores que se
tinto. No se trata para Heidegger de se quiere, una "situación". Y esta "si- hallan muy alejados de todas las de-
dar "una prueba" de la existencia del tuación" no se halla en el mundo, sino más tesis heideggerianas. Pero nume-
mundo exterior; el hecho de que no que consiste en un estar-en-el-mundo. rosas tendencias filosóficas contempo-
se haya encontrado hasta ahora una Con ello Heidegger pretende no sólo ráneas prefieren un planteamiento dis-
prueba satisfactoria no es "el escán- colocarse "más acá" del realismo y tinto del problema sin por ello pre-
dalo de la filosofía". Más bien es "el del idealismo, sino también de toda tender reproducir simplemente las
escándalo de la filosofía" el que se doctrina para la cual el significado de posiciones "clásicas". Así ocurre con
espere que haya algún día tal prueba, 'realidad' es 'conciencia de resistencia' G. E. Moore, cuya "refutación del
o que se siga buscando. No hay, en ( VÉASE RESISTENCIA). Los filósofos idealismo" hemos expuesto en el ar-
suma, "un problema de la realidad que abogaron por esta última doctrina tículo dedicado a este pensador. Aquí
del mundo exterior", sea metafísico o —la doctrina de la realidad como parece que se trata solamente de re-
sea epistemológico. La Existencia "resistibilidad"— eludieron algunas afirmar el "sentido común", pero debe
( VÉASE) —Dasein (v.)— es "estar en de las más graves dificultades suscita- tenerse en cuenta que en la refuta-
el mundo", lo cual no significa que das por el idealismo o el realismo "tra- ción de Moore se halla implícita una
hay un mundo en el cual se halla la dicionales". Pero tales filósofos (Dil- "idea de la realidad" no siempre re-
Existencia, sino que la Existencia es they, Max Scheler) fallaron por varios ducible a la mantenida por muchos
en tanto que Existencia-que-está-en- motivos: Dilthey, por dejar ontológi- realistas. Así ocurre asimismo con los
el-mundo. El problema que se plan- camente indefinida la noción de "vi- filósofos adscriptos al Neo-realismo
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(VÉASE), que se han esforzado por re- maneras: puede ser declarada una
plantear la cuestión del mundo exter- cuestión permanente de la filosofía;
no. Para algunos positivistas lógicos, puede ser denunciada como una pseu-
la cuestión del mundo exterior es fun- do-cuestión; o puede ser presentada
damentalmente la cuestión de cómo como una cuestión que ha surgido
puede hablarse del mundo Ínter-sub- dentro de un cierto "horizonte" filosó-
jetivamente si los enunciados básicos fico y que tiene sentido solamente
o protocolarios ( v. ) describen "lo que dentro de tal "horizonte". Los que
hay" para cada sujeto dado. Positivis- afrontan la cuestión de este último
tas lógicos, atomistas lógicos (véase modo suelen indicar que se trata de
ATOMISMO LÓGICO) y, en general, los un problema de "la filosofía moder-
filósofos de tendencia "analítica" han na", especialmente a partir de Des-
tendido a plantear el problema del cartes. En este caso habría que recha-
mundo exterior en función de la zar el adjetivo 'realista' aplicado a la
cuestión de la relación entre lenguaje mayor parte de las doctrinas filosófi-
y realidad. Los análisis de Sartre y cas antiguas y medievales, ya que pa-
ra éstas no se plantearía el problema
Merleau-Ponty, en cambio, son, por lo
de si hay que ser realista o idealista.
menos en espíritu, semejantes al de Indicamos, en orden cronológico, al-
Heidegger. Un estudio detallado del gunos trabajos sobre el problema del
problema del mundo exterior ha sido mundo exterior, con excepción (salvo
llevado a cabo por Román Ingarden unos pocos casos) de las obras de los
(VÉASE). Nicolai Hartmann ha procla- autores referidos en el artículo. Debe
mado que su posición se halla "más completarse la siguiente bibliografía
allá del realismo y del idealismo", con trabajos que se incluyen en los
pues éstos han partido del objeto o artículos CONOCIMIENTO, IDEALISMO,
del sujeto y han intentado luego ab- NEO-REALISMO, PERCEPCIÓN y REA-
sorber en el uno o en el otro, o "si- LISMO.
tuar" al uno "dentro" del otro, o rela-
cionarlos de algún modo, cuando lo
que sucede es que ni el sujeto tiene
sentido sin el objeto ni el objeto sin
el sujeto; ambos se hallan "co-impli-
cados". Se ha argüido que la doctrina
de N. Hartmann al respecto es pura-
mente "formal" comparada con la de
Heidegger, pero los que siguen a
Hartmann han indicado que la doc-
trina de Heidegger depende de una
"ontología especulativa" y no —como
debería ser— de una "ontología crí-
tica". EXTREMOS (EXTREMO MAYOR,
La cuestión de la existencia del EXTREMO MENOR). Véase SILO-
mundo exterior —sea considerada co- GISMO.
mo cuestión metafísica, o como cues- EYECCIÓN. Véase CLIFFORD ( WI-
tión epistemológica, o ambas a un LLIAM KINGDON ), ROMANES (GEORGE
tiempo— puede ser afrontada de tres JOHN ).

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