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La tesis lombrosiana ha sido muy criticada desde los más variados puntos de vista. Se
reprocha a LOMBROSO su particular evolucionismo, carente de toda base empírica,
ya que ni el comportamiento de otros seres vivos es extrapolable al hombre, ni si quiera
se ha demostrado la existencia de tasas superiores de criminalidad entre las tribus
primitivas, sino todo lo contrario. Suele censurarse, también, el supuesto carácter
atávico del delincuente natío y el significado que LOMBROSO atribuye a los
“estigmas”, a su entender, degenerativos. No parece que exista correlación necesaria
alguna entre los estigmas y una tendencia criminal. No es difícil encontrar en cualquier
individuo alguno de estos rasgos, sin que ello tenga una explicación atávica y
ancestral, ni, mucho menos, criminógena. Por el contrario, es una evidencia que ni
todos los delincuentes padecen tales anomalías ni los delincuentes están libres de
ellas. No existe, pues, el “tipo criminal”, de corte antropológico diferente de cualquier
otro individuo no delincuente, dotado de determinadas señas de identidad que le
delaten. Ni es correcto examinar el crimen desde la sola óptica del autor, prescindiendo
de la relevancia de factores exógenos, sociales, etc.
Nació en Verona en 1835 en el seno de una familia acomodada. Desde muy joven
demostró su ingenio, publicando su primera obra a los quince años, un tratado sobre
la Historia de Roma. Pero fue en el campo de la Antropología y la Psiquiatría donde
demostró un verdadero interés, y por lo que sería mundialmente conocido.
En 1871 reinició sus estudios sobre los criminales, después de haber hecho algún
estudio sobre las razas “Estudio sobre razas humanas”, y creyó haber encontrado el
nexo de unión entre el delito y la locura: los atavismos. Es en 1876 cuando publica el
“Tratado antropológico experimental del hombre delincuente” y expone su teoría; esta
obra da comienzo a la Criminología como ciencia.
En enero de 1880 cumple uno de sus grandes sueños y funda la Revista “Archivo de
Psiquiatría, Antropología Criminal y Ciencias Penales para servir al estudio del hombre
alienado y delincuente”. Sus últimos años de vida los pasa sumido en la melancolía y
luchando contra la pelagra, le conceden ciertos homenajes a su obra, sobre todo en
Inglaterra donde viaja por primera vez en el verano de 1908, y en donde su doctrina
tardó en introducirse.
Bajo las influencias de la Teoría de la Evolución de Darwin, y las ideas del zoólogo
alemán Haeckle, Lombroso establece toda su doctrina; en base a sus estudios
desarrolla la Teoría del Delincuente Nato, que ve en el mismo a un ser atávico,
perteneciente a estratos evolutivos ya superados del género humano. Lombroso utiliza
la Selección Natural para explicar la supervivencia de los rasgos primitivos que
caracterizan a dichos delincuentes, tales como senos frontales pronunciados,
mandíbulas voluminosas, etc. El objetivo final de su trabajo sería poder llevar a cabo
detenciones preventivas, es decir, retener a los criminales antes de que cometiesen
un delito.
Delincuente ocasional
Pseudo-criminales
Criminaloides
Habituales
Delincuente pasional
La teoría del delincuente nato, es sin duda, la más conocida y la más criticada y
comentada de Lombroso.
Estos son los principales rasgos con los que puede contar un delincuente nato según
Lombroso.
Lombroso disipa todas sus dudas en cuanto a la epilepsia, al estudiar el célebre caso
Misdea. Misdea era un soldado napolitano de 22 años. Al hacer el estudio de Misdea,
Lombroso descubre que, se trata de un epiléptico, y que no hay un claro estado
alcohólico, ni tampoco encuentra enfermedad mental declarada; ahora se dedica a
buscar epilépticos, en cárceles y manicomios, encontrando que, efectivamente, hay
una gran cantidad de estos pacientes entre delincuentes, y se da cuenta que Este tipo
de homicidas tiene reacciones violentísimas , en la que después de haber cometido el
delito quedan tranquilos y sin aparentes remordimientos, dice que sienten vértigos en
la cabeza, que les gira o da vueltas.
Junto con los locos morales son los únicos que se asocian.
o Simulación de locura o ataque epiléptico
o Cambios de humor
o Amnesia
o Auras
Lombroso hace una diferencia entre los delincuentes locos y los locos delincuentes,
siendo los locos delincuentes los enfermos dementes, sin capacidad de entender o de
querer, que cometen algún crimen sin saber lo que hacen, en cambio el delincuente
loco es el sujeto que ha cometido un delito y después enloquece en prisión. Dice
Lombroso que además los jueces que dictan las sentencias no conocen nada de
psiquiatría, y son llamados en una idea general como locos criminales, esta es la
puerta por la que escapan al justo castigo.
Alcohólico
Histérico
Existen delitos múltiples aunque los más comunes son difamación, robo, faltas a la
moral, homicidios.
Mattoide
La palabra mattoide proviene de matto que significa loco, y la palabra mattoide quizás
quiera decir textualmente Locoide, vendría siendo el sujeto que no está loco, pero casi.
Las características del Mattoide serían:
Delincuentes Pseudo−Criminales
Aquellos que cometen delitos involuntarios, que no son reos a los ojos de la sociedad
y de la antropología, pero no por eso son menos punibles.
Los autores de delitos, en los cuales no existe ninguna perversidad, y que no causan
ningún daño social, pero que son considerables ante la ley, y entran lo que aun así
que no parezcan para nosotros delitos lo son, algunos se cometen por necesidad o por
dura necesidad.
Criminaloides
Son aquellos en que un incidente los lleva al delito, sujetos con cierta predisposición,
pero que no hubiera llegado al delito de no haberse presentado la oportunidad, la
ocasión hace al ladrón.
La imitación
La cárcel como esta ahora es la ocasión para asociarse al crimen.
Finalmente están los que son apresados por engranajes de la ley
Delincuentes Habituales
Son aquellos que no son adecuados primariamente de los parientes, de la escuela etc.
La educación les llega desde temprano a la adecuación al delito.
Estos criminales pueden llegar a ser peligrosos hasta cierto punto porque no llegan a
cometer delitos.