TEXTOS, IMAGENES Y S{MBOLOS
LENGUA Y CULTURA EN LA
AMERICA VIRREINAL
En homenaje a Claudia Parodi
Acrta HELMER (#D.)
VUEI cielo de la Nueva Espafia:
astrologfa, astronomia y ficciones
virreinales
Jost Francisco Rostes
University of Washington
Bn la dedicaroria dicgida a Cosimo II de Medici, incluida al inicio
dal opisculo Siderexr Nuncius (1610), Galileo Galilei anunciaba
tuna serie de observaciones astronémicas ealizadas por primera ver
mediante el uso del telescopio (Galilei 1993). Como ancesala a
sus deseripeiones de la superficie lunar, de algunas constelaciones
¥ de los satlies de Jipites, Galileo reflexiond acerca de las posi-
bilidades que brindaba la obsecvacién del espacio que rodeaba la
“Tieata. Para el astrénomo toscano, a vida cerena y la del espacio
sideral enfan caracteristics diferentes: todo lo que habitaen nues-
to mundo corresponderfa, segin él, a una dimensién efimera que
tarde o temprano habria de perecer. Sabiendo esto, scribe Galileo,
fl ingenio humano se dedieé a comprender lo que “il tempo vo-
face e Finvidiosa vecchiezea non rivendicasseto a sé aleun diritto”
(1993: 75) ("el tiempo vorsz y la envidiosa vejez no reclamaron
para s{ningiin derecho", esto es, lainfnita vida del cosmos. De
fra manera, la observacién del cielo serla para el astrénomo la
concemplacién “della vita eterna’; mirar més ald de la Tierra, por
Consiguiente, seria un acto que buscaria desentrafiar los misterios
de nuestra humana y efimera existencia a partir del expejo de lo
eterno que rodea al mundo.
Lcjor del ambiente cientico europeo que vio sugir ls hallazgos
y refleriones de Galileo, la observacin del cielo fue también una de
fas actividades que se desarrolé desde muy temprano en el vrreinato™ Jost Faancrsco Rosiss
de la Nueva Expat, Diversos textos esctitos por novohispans, 0 por
Gjienes vivian en el cerioro, dan cuca de ese interés por expo-
Mr aquel espacio supra-ertenal de “vita eterna” en cl cual el tiempo
patela deteners: como veremos, para algunos escttoesvireeinaes
2a suspensign temporal del cielo infinito —como una imagen de le
munipreenciay eternidad divina— fue una iavitacién para observer
su srandeeay sus signs, consular la influencia de sus constlaciones
{interpretar sus posibles mensajes. Precisamente, este trabajo esta
Snfocado en estudiar el cielo novohispano como un espacio de po-
Sibilidades y lecaras desde el cual los escritores de lo siglos xv y
spon explorazon diversosasuntos de importancia para la vida vieei-
val ques en los siguientes apartados, analzaé a partir de custo cfs
principales.
Tin el primero examinaré algunas obras que proponen al ciclo de
ta Nueva Espafa como una fuente de reivindicaciones y excusiones
fdentitarias: su positiva influencta en las caracteristicas de sus babi-
fants criollos y europeosy I legitimaci6n de sus eapacidades espir-
ules intelecuales en oposicién al mando indigena, supuestamente
Separado de esta benigna infiuencia En el segundo, la observacién
‘Ei cielo cobrard una nueva dimensin: alll estdiaré la discusién en
‘ome al leance de la astrologi en Java humana presente en la com
fecstén de algunos pronésticos y lunasios. En el tercero confluirin
parciakmente los dos puntos anteriores: analizré no solo obmo esta
viscasidn sobre la asttologia ineidiré en una polémica entre un novo
hispano y un europeo en torno al paso de un cometa y sus posibles
Geetve en el viteinat, sino también cémo este debate dio pie ota
GrindicaciOn, la de la ciencia crolla, En el cuasto y tltimo punto
emostraé que el ciclo novobispano fue también un espacio propicio
part el desarrollo dela imaginacgn litera, espectcamente en dos
vas, as cuales propusieron una exploraciOn epistemologica a partit
‘dela apereura cognitivabrindada por ls avancescientificos
TH anilisis de estos cuatro cjes en este ensayo apunta a un riseno
abjeivo: considera al cielo de la Nueva Espaia como un escenasio
srs de la vida viteinal, en el cual se representaron identidades, se
osqueé el fut, se iniciaron polémicas cieniicasy inalmente
brie como una oportunidad para explorar fccionalmente —desde la
“Ramer vida terreal, como dirfa Galileo—Ia inmensidad del cosmos
Jy su conesin con la exisencia humana.
Ex easto pe La Nueva Esrasa 1
‘Un ciclo benigno: identidades y exclusiones
Para algunos letrados llegados al Nuevo Mundo durante el primer
siglo de vida vireinal, el ciclo novohispano habia reservado parti-
calares beneficios para quienes nacian o vivian en el tetrtoro: las
Conjunciones estelares, bajo las cuales giraba su geografia, habrian
‘efinido una serie de caracteriticas en sus habitantes. Mediante estas
cpiniones, algunos escrtores de la Nueva Espafia —tanto avecinda-
ddos come criollos— pretendieron resaltar la capacidad intelectual y
‘epitieual de los novohispanos. La fortuna desu ubicacién geogr
5 ln alabanza ala benignidad del cielo y del lima se encausars, como
pronco veremos, hacia una positivareafirmaciéa idenctaria espe
mente para los crolos.
‘Uno de estos primeros escritores fue el astrdlogo y cosmégrafo
euuropeo Henrico Martine, cuya obra Reportoro dels viempos 3 bis
tris navural derta Nueva Espaha trata sobre esta supuesta beneficiosa
influencia del cielo en el virreinato. En este trabajo, Martinez qu
vivié por varias décadas en Ja Nueva Espa, aseguraba que por razo-
hes climéticas el virreinao era un lugar propicio para el surgimiento
de lo que é lama “buenos ingenios’ al seialar que, “como el tem-
pperamento desta Nueva Espatia sea mas caliente que io, siguise ser
comodado para producir buenos ingenios” (1606: 181). El cosmé-
trafo agrega algo més: que el cielo y clima de la Nucva Espafia no
Solo produce estos “buenos ingenios” sino que, alos que vienen de
Buropa, “se les abivan los ingenios en estas pares” (1606: 183).
Estas afirmaciones de Martinez, como él mismo declara (1606:
181), estén basadas en las teorias de Arist6teles, por entonces auro-
ridad absolua en materias cientfcas. En el decimocuatte libro de
‘us Problems, el flésofo afizma que quienes habitan regiones rela
tivamente templadas, mds calientes que fiias, son mas sabios —o
tienen una mayor inclinacién por el conocimiento— que aquellos
{que pueblan las zonas extemas (Aristtcles 2011: 9106.16). Mar
tines no seré el tinico que extrapolaré estas teorlas climaticas de la
“Anigitedad al espacio vitreinal. Otto escitor europeo avecindado
fen México, el asteblogo y médico Diego Cisneros, también apoyard
sta resis. Sin estar de acuerdo con Martinez en todos los plantea~
tnientos sobre el clima mexicano y su incidencia en la salud y 1
personalidad de sus habirantes, Cisneros coincide con él en algunos