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PAN Y AFECTOS
La transformación
de las familias
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J elin, Elizabeth
Pan y afectos : la transformación de las familias. - 2a ed. - ÍNDICE
Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2010.
224 p. ; 17xll cm. - (Popular) Prólogo a la nueva edición .................................... . 11
ISBN 978-950-557-852-8 Agradecimientos y algo nzás .................................. . 15
l. Sociología. 2. Familia. I. Título
Prefacio ................................................................. . 17
CDD 306.85 Introducción ....................... ~ ................................. . 21
. .
II . La separacwn entre casa y tra ba¡o
~ 11 . ............. . 45
11 11 11
8
. 11. LA SEPARACIÓN
11 11
ENTRE CASA'' y TRABAJO"
45
res, en aquellas situaciones en que éstas no están
espera de él que "salga" a trabajar y con el ingreso
separadas espacialmente de las domésticas.
monetario que recibe cubra las necesidades básicas
La diferenciación espacial entre casa y trabajo
-y, de ser posible, los gustos y lujos- de los miem-
-~o ha-ex1stidosiempre riren tódosTadü~·. :E~ ~~~ü~
bros de su familia. También se espera de él que ac-
dad,~ s'e 'trata de una fór'ma de organización que se
túe como autoridad principal o última en el disci-
g~neraliza en-la modernidad, al profundi~ars~ 1~ di::
f¡_~·
plinamiento de los hijos ("vas a ver cuando llegue
,ferericütción de las esferas institucionales, especial-
tu padre" es una expresión que todos hemos oído
mente las instituciones económicas y productivas.
alguna vez ... ). La l!l:lljer es laprincipal resp()n~-~-~~
de las tareas reproductivas, tareas que pueden ser
Anteriormente, por ejemplo en el siglo XVII, en
Fran-
cia e Inglaterra, las "casas" de los ricos terratenien-
~Úferenciad.a~ en tres ni;~les: en primer lugar, las
tes llegaron a ser muy grandes: incluían a muchos
mujeres tienen a su cargo la reproducción biológica,
parientes y empleados. Se trataba de "casas" con
que en el plano familiar sig~ifica g~st-ar y-t~;-;r hi-::-
numerosos empleados y empleadas domésticas,
jos, y en el social se refiere a los aspectos sociode-
cuya función era muy ambigua. Como señala
mográficos de la fecundidad. Segundo, se ocupan
Flandrin, 1 si se acepta la perspectiva de los escrito-
de la organización y gran parte de las tareas de la
res del siglo XVIII, que protestaban por la prolifera-
reproducción cotidfana, o sea, de las tareas domés-
,._ ' •• "···· .. ~·----~ .. -~· .. -·.•""'· .-"";·."· ._. .... '· · ' ' . < '. ·'-"' •
ción del servicio doméstico, estos/as empleados/as
ticas que permiten el mantenimiento y la subsisten-
eran todos parásitos. Pero la realidad era otra. Ac-
cia de los miembros de su familia. Tercero, desem-
peñan un papel fundamental en la reproducción .
tualmente un empresario establece una muy clara
distinción entre los (numerosos) trabajadores y em-
§Ocial, o sea, en las tareas dirigidas al ~anie;J.iñiTe~-=-~-
pleados de su empresa y las (comparativamente po-
to del sistema social, especialmente en el cuidado y
cas) empleadas domésticas que trabajan en su casa.
la socialización temprana de los niños y las niñas,
Esta diferenciación no era común en esa época: al-
transmitiendo normas y patrones de conducta
aceptadosfty esperados. Sin embargo, esto no es
todo, porque las mujeres también desarrollan, en 1Jean-Louis Flandrin, Familles: parenté, maison, sexualité
forma creciente, tareas productivas en el mercado dans l'ancienne société, París, Hachette, 1976 [trad. esp.: Oríge-
de trabajo, y siempre han participado en las activi- nes de la familia moderna. La familia, el parentesco y la sexuali-
dad en la sociedad tradicional, Barcelona, Crítica, 1979].
dades productivas de los emprendimientos familia-
¡il
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gunos se ocupaban solamente de las tareas de la a ocuparse de las tareas que se realizan cerca de la
casa y del bienestar de sus patrones; otros cumplían casa -cuidar animales domésticos, cuidar la huer-
tareas de ayuda profesional o laboral, otros transi- ta-, mientras que los hombres llevan adelante las
taban de una esfera a la otra, porque en realidad no tareas de campo· más alejadas. En la ciudad, por lo
estaban diferenciadas. Tampoco lo estaban en so- general, si el hombre participa en la empresa fami-
ciedades donde existía la esclavitud. liar, es él quien tiene a su cargo la organización y
En nuestros días, la diferenciación entre trabajo el control de las tareas de la empresa. Por otro
para""el mercado y trabajo doméstico es m~~h~; lado, si bien no hablamos formalmente de trabaja-
nítida. Esto ocurre porque, con muy rar~s e~cep<;!9~ dores que viven en la casa de su patrón, puesto que
, nes, ei trabajador no vive en la casa de .. su emplea-
.. ·-------...... . '. ,_ ,, ,' ' ··.~ ,..,- se trata de familias y parentescos, está claro que la
dor. Cada vez más, la unidad de producción no coin- empresa familiar tiene requerimientos de mano de
cide con la unidad de residen~ia (:fe;;
.
y consumo:··;¡. , ., .::·.··-~r;·-'·-~""""
obra. Para que pueda funcionar y progresar, debe
punto de que los casos en que esto ocurre ~~.J;tª!:t contar con ~~ trabajo no remunerado de varios
convertido en la excepción. miembros de la familia. Las probabilidades de éxi-
Sin embargo, éstas son situaciones diferentes to de este tipo de emprendimiento son mayores si
de las que relata Flandrin. Los casos en que casa y el grupo familiar transita un determinado estadio
trabajo
-.~................. ........, ...
~
coinciden no son grandes-7;cáSas"ile¡;;;;-d-;
_,.......,, '-"~"'·"'""'"" del curso de vida (hijos/as que están en edad de
trabajadores, sino más bien ~-~9~~~~1i.!:.!PPE.e.~~~--f.~- "ayudar", mujeres que están parcialmente "libera-
IE:.~_!i.~:r:-_~s y ~m_:eE.~~~!~!~~!<?.~-8':1-e. -~e .ll~y~n.a .c.abo das" del cuidado intensivo de hijos/as pequeños/as
desde
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el hogar
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(pequeñas chacras o talleres en la o que pueden ser reemplazadas por hijas o abue-
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casa, el tradicional almacén de barrio donde la fa- las) y/o, si es posible, ampliar el grupo doméstico
milia vive en el fondo del negocio, etc.), trabajado- incorporando a otros parientes que participen en
res a domicilio y trabajadores autónomos -inclu- las tareas.
yendo escri~!ores, artistas y profesionales- que En Occidente, "casa" y "trabajo" comienzan a se-
trabajan ep sus casas. Aun en estas situac~~nes~;'f·se pararse apaftir·de la RevoluCión Industrial y de la
mantiene la división sexual y generacionaldel tra- aparición de la fábrica como lugar de producción
bajo dentro de la familia. Los estudios de la econo- diferenciado y basado en el trabajo asalariado. A
mía campesina muestran que las mujeres tienden partir de esta transformación, las condiciones en
·-·---..,.---~
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que se desarrolla la familia se modif?:~eª!LY-~§lªe--Yª :, ¿Por qué menci.onamos esta situación aquí? Co-
pero1endo-supá¡)-erproaúcilvo .. pa~~ ocup_~[.§e_ px:in~ menzamos hablando de aquella situación en que
clpál:tnente-ede-las- tareas-de ela répro'd~cción. Si la casa y trabajo coinciden espacialmente y están su-
estructura productiva no puede sustentar un tipo ~e perpuestos, y términamos hablando de la separa-
1
familia, como es el caso del campesinado en mu- .} ción más extrema, donde la "casa" y el "trabajo"
!
chas regiones del mundo, este tipo de familia y de están a muchos kilómetros de distancia. Ocurre
organización doméstica entra en crisis y tiende a que esta situación, la de una organización familiar
desaparecer. productivo/reproductiva que se torna económica-
Sin embargo, también existen estrategias fami- mente inviable, está en el eje de gran parte de las
liares adaptativas a las cambiantes condiciones eco- corrientes migratorias internas e internacionales y
nómicas y productivas. En algunas circunstancias de las transferencias y remesas económicas priva-
(Lourdes Arizpe lo ha estudiado para México), las das en el mundo contemporáneo. Cuando la dis-
familias campesinas que entran en crisis al estable- tancia entre casa y trabajo es extrema, el "cemento"
cerse nuevas formas de producción agrícola tecnifi- reside en un vínculo de responsabilidad familiar,
cadas y con producción en escala elaboran estrate- con distintos grados de cercanía afectiva, que pa-
gias para mantener el "modo de vida campesino" radójicamente se mantiene cuando la convivencia
cuando su base económica decae. Para ello se re- cotidiana deja de ser viable y se torna imposible.
quieren recursos monetarios adicionales. El trabajo Hacia comienzos del siglo XXI, las migraciones in-
asalariado de los/as jóvenes sirve entonces para ternacionaJ.es a través de enormes distancias, que
mantener un modo de vida y no un modo de pro- mantienen vínculos familiares transnacionales y
ducción. Los hijos y las hijas migran (para realizar estructuran redes y circuitos de comercialización
trabajo agrícola asalariado, pero más a menudo a y de movilidad de la mano de obra, de remesas
actividades urbanas) y envían remesas a su familia económicas y de circulación cultural, son un fe-
de origen. ,~1 modelo funciona en la medida en que nómeno de creciente visibilidad e importancia. A
se mantiene el vínculo de responsabilidad familiar pesar de las distanci~s, sin embargo, seguimos ha-
de los migrantes. Cuando éste se quiebra -hijos/as blando de familia ... l \
que se van a la ciudad y no mandan dinero ni regre- 1\
san-, el modelo se torna inviable.
so ¡il
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ALGO DE HISTORIA. Mundial y comenzó a recibir migrantes internos en
LA MIGRACIÓN RURAL-URBANA Y LAS REDES los años treinta, fue una excepción. Probablemen-
DE PARENTESCO EN AMÉRICA LATINA te, los primeros migrantes que llegaron a las ciuda-
des, los "pioneros", eran solitarios y no contaban
La historia social de América Latina en el siglo xx con redes de. ayuda. A partir de
....
los años
····-···-
cincuenta,
...... ...-· ----~~-~----~- ~~---.------------·--·· ····-~---··_...,., --·-~---·---
punto de llegada, la ciudad, como contrapartida \· <::!<l!~s: desde siempre, las clases altas residentes en .
1
de lo que dejaron atrás y de los vínculos que man- las provincias enviaban a sus hijos a estudiar a las '
tienen con el lugar de origen, tema mencionado ciudades-capitales, donde contaban con redes de
anteriormente. parentesco para proveer un lugar de residencia y el
A partir de la década de 1930, los procesos de mantenimiento cotidiano de los jóvenes -además
_ credmierifó-iirbáno Implicaroñ·una _m-líJi!J?.Jj~_;::ct:.~ del control social que los parientes podían ejercer-.
de los flujo~ migratorios internos.1 En las décadas La expansión del acceso a la educación media y
.. -- --u~ - - - ..... ··------··--------~------------ . . . . _ superior, fundamentalmente en las ciudades más
del treintay·dercüarenta, la migración hacia Jas
ciudades :fue numéricamente pequeña en lb. matyo- ~ J• ~'!¡_ grandes a partir de los años cincuenta, no hizo
q • ::L, ; t. .,
ría de los países. La intensa migración hacia Bue- más que expandir el sector social que utilizó esta
nos Aires, que ya había recibido un enorme flujo modalidad de organización del parentesco, típica
de migrantes europeos antes de la Primera Guerra de las clases media alta.
52 53
En las clases populares, la inclusión en redes de origen, lo cual brindaba seguridad a la emplea-
implica el hechü-ae·q~~--;l-llegar a la ciudad, los y da y al mismo tiempo le quitaba libertad de movi-
las migrantes encuentran una casa donde pasar la:s miento en la ciudad.
' primeras noches y poseen contactos que les per~i Hasta los años cincuenta, en el marco de las
ten una inserción relativamente fluida en el merca- fuertes corrientes migratorias y del crecimiento
l do de trabajo urbano. En términos más globales, la
- presencia de estos vasos comunicantes entre las zo-
de las ciudades, la vida cotidiana de los migrantes
estaba centrada en la adaptación a la vida urbana,
nas de origen y las ciudades permite la integración, es decir, en conseguir un lugar para vivir y ayu-
en una misma red, de unidades domésticas en la dar a la red de parientes y familiares en el proceso
ciudad y en el campo, con migraciones en ambas di- migratorio. La organización familiar y doméstica
recciones y remesas de dinero y de productos, lo que iba adaptándose a las cambiantes condiciones. En
configura una estrategia compartida entre los un estudio sobre una "barriada" en Lima, Blon-
que se quedaron en el campo o en el pueblo y los re- det2 muestra cómo en los inicios, hacia los años
sidentes urbanos. cincuenta, el patrón de división del trabajo esta-
A menudo, la migración ocurre en el contexto blecía que los hombres salían a trabajar fuera de
social de redes clientelísticas de carácter vertical o la barriada para asegurar el ingreso monetario,
aun semiservil. Las familias "ricas" del pueblo que mientras que las mujeres se quedaban en el barrio
se trasladan a la ciudad son el vínculo para los y a cargo de las tareas domésticas. En esa prime-
las pobres que llegan y se establecen en una situa- ra etapa, construir e ir mejorando~'Ta"-vívTeñ<láy·
ción de dependencia. Esta modalidad, mucho más 1~-;-;~;;,icrüs-c-ürécHvos ·-rür:-~abaii I>arte·ae ta- Ias
común en los años treinta y cuarenta, se mantuvo ;~;5-·if~'~é~ti~~·~, ~ ~~·;:"'de
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tarea:~ de muj~-r~·s.
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las
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Los servicios no estaban definidos ni como parte A partir deJ<:>sJ:lños sesenta,Ja migración dejó
--.·--<·-------- -··· ____ .,._ --.
de lo que se compra en el mercado ni como parte de de ser el motor del crecimiento urbano. Además,
los derechos ciudadanos a ser reclamados frente :orda i~~;;rJ?~~~~ión masÍ~a ·d~ la; m~jeres adultas
al Estado. Tampoco eran tareas privadas que pu- afmund~ lab~~~~ ·~·~·-p~~cl~Jje~o~ 'tra~~fo~maciones
diera desarrollar cada familia o unidad doméstica s1gíiificativasen el me~cado de trabajo. Como con-
de manera aislada. En función de sus tareas (con- secuenCia de eÜo, ~o~en~a~on a hacerse visibles
seguir agua, electricidad, transporte, escuela para algunas modificacio~es ..eD.la orga~ización doil1és-
~ .
sus hijos/as, mejoras en calles y senderos, protec- tica y familiar. Al igual que en el caso de Lima, el
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ción frente a las inundaciones, etc.), las lJlUjere-s- __. .... ---"-r··~ impacto de la crisis económica de los ochenta en
desarrol~ai?all t1P.G~.IDPP Q~... rel~<;::ion~~--bar:J::@:l~s toda la región latinoamericana generó nuevas mo-
propias, aunque sin llegar a elaborar una iden!i- dalidades de respuesta doméstica y colectiva, que
dad colectiva
.
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a. recono~~r-ui1
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~sp~~i~
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d~ ;-~ción
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incluyeron la proliferación de organizaciones no
colectiva _com(i:gL E~_l~_!l:le~icla. e~ qll:~J~~... Y!.Yi~n.;.. gubernamentales que se incorporaron a la organi-
das se tornaban habitables y los servicios básicos zación comunitaria de las tareas de mantenimiento
estuvieron'' provistos~- las'é:lcÍividades barrüiies--c~ de la población frente al retiro de las prestaciones
lectivas fueron dismin~yell.cio y las mujeres_se~-fu~~ por parte del Estado.
ron "encerrando" más en sus propias casas, Sólo
muchos años después, apartir de los cambios en
el sistema político y ·e;¡-¡;~--~-~;;d:i~io~e-~---~coiiómi: .. TRABAJO Y FAMILIA
cas de los oéherita, hubO pór'párte·delaS'iii'ufe.res
y sus hijas un cambié:> en la ·corfcepción respecto Volvamos a la separación casa-trabajo y a la divi-
de sus deiechos· y .. se--comenzó a· elaborar--una···es.:: sión sexual del trabajo. La imagen ideal de familia
trategiá de accióíipuolica'Hasada·ehdéñiáridasc;so:· nuclear con una nítida di~lsió:i:i del trabajo entre
Ciales coleclfvas y eri -tina. nueva concépcíóii ·ae 'íos ,, 'gé·~~~¡;~ ;; ~~t;~"'éf'iafue~;;¡ :Y'él'íad~~tro·¡;,· se alej~
derechos ;ñurbanos de_~~4q~-~a.níª~-Désde~~rfoJ"ifes _~ muchc;·¿~·-1asfl:l.í;tCión·soci~freaL':EJideal de u~
y en toda la región latinoamericana, las ínujeres ' grupo do~é~tico mantenido por ~n único salario o
t~~--~il-- p~p~l prot~góJ:liéo en los mo~Tinieiúo-s ingreso sólo puede ser materializado adecuada-
- -- - ......
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cos, el mantenimiento familiar está asegurado por fundamental en la familia, como educadoras y
............_...,ni'
la renta de la riqueza antes que por el ingreso sala- transmisoras de valores -en este caso, revoluciona-
rial. Y en las clases trabajadoras, el ideal ha sido ----~-~--""~"'""'"'"",,..,,.,...,...~ ...~,.;~d-
rios- a sus hijos (yarones). Es más, si debido a cir-
pocas veces alcanzado en la práctica, porque los cunstancias de la vida y de la clase social, las rn1..1je-
niveles salariales son demasiado bajos para cubrir res se veían obligadas a trabajar en fábricas, ello
los costos de la supervivencia. Tanto en el pasado era producto de la "necesidad" y era considerado
como en el presente, el ingreso del"jefe de familia" corno una situación poco deseable. A la ..,..mujer tr(l::..
,,._,.._".,,_... .....
~-..--~~"''"""-·y_,- "'''"''_,,..,_~---·"
de las clases populares debe ser complementado bajadora había que "protegerla", y la solución id~al,
por el ingreso de otros miembros de la familia -el la
~·;~--~~j~;::ar shuaClóií' so~iaJ p~;~ cil.le el trabajo
de las mujeres y/o el de sus hijos e hijas solteras :f~In.eñ.i.iiO no fuera riece-sario.
jóvenes, o con el ingreso de otros miembros de la ~·"'':En ésci época:'i.i sit.uició~ se presentaba ligera~
familia. Cuando ninguna de estas condiciones se mente diferente en las clases medias, donde se ha-
puede efectivizar, el resultado es vivir en situación bía gestado un sector de mujeres educadas que rei- .~--
"-
de pobreza. Hasta hace poco tiempo, el trabajo vindicaban sus derechos civiles y sociales. Sin
asalariado de las mujeres casadas con hijos/as pe- ninguna duda, eran una minoría aun dentro de su
queños/as constituía un ingrediente secundario en clase. La educación de las mujeres estaba orientada
el presupuesto familiar, ya que eran pocas las que a prepararlas para ser mejores amas de casa, mejo-[
!
trabajaban fuera del hogar. res madres, mejores anfitrionas.
Hasta los años treinta, escaso número de muje- _D.esd.e___~nt9.nc_~~_,_:rJlucho ha cambiado en Jª so-
res--tenían
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otra p~rspectiva -- que no.- . ·-fuera
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ci~dad respecto del ~~-~~;:d~,d;·~;;ba]O'. ~ambio ':Ei
es rel;ti~~~~~t~--~~nor para las horñh~es que para
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venes y las solteras (y "solteronas") de cualquier las mujeres. Entre los :Qgm,br,es, debido al aumento
edad, las de procreación para las casadas. En am- de la escolaridad, se fu;;G~~t~~~~ndo el momento del
bos caso~', el mundo femenino debía ser el mundo ingreso al mundo del trabajo. En el otro extremo, a
doméstico, p~i.;áaü: ·:r~r~-~;~-·~~j-;;;~, ¡;~~~11¿;··-~;;-·- partir del mejoramiento de los planes de jubilación
~i~Ó;¡i;;:;~ .d~ vf~"i0""y prosHtuCióii':··xu:n--los.. m-ovf:· y retiro, comenzó a disminuir la participación eco-
rñféñt~~ 'áilarquista"s" y ~o~i~Ü~t~~ de comienzos del nómica de los más viejos. Entre las mujeres urba-
siglo xx reivindicaban para las mujeres un papel nas, cuyos niveles de participación laboral eran
58 59 ¡:
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muy bajos en la década del treinta, las décadas si- CUADRO n.1. Participación de mujeres y hombres
guientes presenciaron un incremento sostenido .Y en la fuerza de trabajo. Países latinoamericanos
muy notorio en la inserción en el mundo del traba- seleccionados,
. 1990-201. O (porcentaje sobre
jo. Tanto los ritmos de cambio como los niveles ·de la población de 15 años y más)
participación
,. han sido muy variables entre países.
('Para América Latina, el período de mayor cambio Tasas de participación (%)
ocurrÍÓ-·;~·p-;rt·¡;·d~-Í 960, e incluyó no sólo el au-
2
País Mujeres Hombres
mento de la participación laboral de las mujeres jó-
venes solteras, sino también una salida importante 1990 2010 1990 2010
al mundo del trabajo extra-doméstico de las muje- Argentina 35,9 51,4 77,4 74,6
res casadas, y el de las casadas con hijos, lo que Brasil 47,5 58,9 85,3 82,2
tuvo profundas implicaciones para la organización
Chile 29,9 43,4 75,4 73,8
~oméstica y para la familia.
Los datos sobre el empleo en América Latina Colombia 39,9 58,1 77,9 82,0
son contundentes en este punto: entre 1960 y 1990 Cuba 33,6 39,6 68,7 66,2
la participación de las mujeres en la fuerza de tra-
México 25,8 44,2 77,4 80,4
bajo en la región creció considerablemente, mien-
tras que la tasa de actividad masculina disminuyó Paraguay 39,4 52,1 88,9 82,3
algo. Hacia 1990, cerca de tres de cada diez traba- Perú
. 38,2 60,9 79,3 80,5
jadores (28,1%) eran mujeres mientras que treinta
Uruguay 42,9 53,0 76,7 75,0
años antes no llegaban al 20 por ciento.
Los datos desde entonces indican una tenden- América Latina
38,2 52,8 80,8 80,0
(20 países)
cia creciw;n.te de participación, de modo que en el
conjunto 'de la región, hacia 2010, más de la mi- Fuente: CEPAL, Anuario estadístico 2009, tabla 1.2.2. Los
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tad de'las mujeres de 15 años y más~~tárilen la H datos para 201 O son estimaciones basadas en extrapolaciones.
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60 61
so al trabajo se ha ido incrementando tanto para
H•r.,>;:>><~·-~·-··-~~~~,-· -~"···-~,_.,,.,_, ___ ~,_,.,,, ,........,,.._,..., .,.,....~...,~..-~.·,.,- ,,,_,,,.,,.. ,.:,.:. ·>··• •·•~··..!-··-.··-~~···· -.~ •. ,.,_, .. ' · ~~,, ,,. J,•, ..,-.~-- •"••' '~< :._••. ,..:-=~;_·~·--•"':,'<W.Ir,......,r."?.".,...,-,.''''""'·J,'::C
63
Estos cambios en la participación económica de ~:ra~~<!~__!gs,..ingr:esos.,de...amho.s...mi~mlu;:Q~J.._!I!.~.~"
las mujeres no están acompañados por un camqio qve en el modelo del "varón proveedor". 5 Y con el
~.,.,~.....,.,......~ ........... ,~.,............... ---..,._--=-r,~-.."''-"'~-.,...... .,. ..,.._..,,_~,--,~--.,. ... ,..___ .,,.~--····-.. ,....,-._-__...,__ ~,__.,.~--
en las responsabilidades entre los miembros de la aumento de las tasas de divorcio y separación, es
pareja ni en las instituciones públicas q9:~g~piéran mayor la cantidad de mujeres que deben automan-
¡;.<·~,c.--··""···<.""'·,
intervenir en las actividades ligadas ~~~.~~Sf)En tenerse. Estas tendencias de largo plazo se ven tam-
(los últimos años, la "conciliación" entre"'Tr~ábajo y bién influidas por lo que sucede en coyunturas
\familia para las mujeres se ha ido convirtiendo en de crisis económica y de-empleo: las mujeres an1as de
1una cuestión de política pública en todos los nive- casa se ven impulsadas a buscar ingresos adicio-
fles: desde los organismos internacionales hasta go- nales, entrando a un mercado de trabajo que está
l
ó'c~paci.~~itYé'iitre'·géneros. Mie~tras
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económica de las mujeres? El aumento de los
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niveles educativos de la población femenina y el bres participan en todo tipo de sectores económi-
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acceso a niveles de educadon más altos en las cla- cos-;lasmTijeres~lifoanai:fsé concentran
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....de la oferta de trabajadoras., Las mujeres que tie-
_ . . . . -. ~ fem~I1i;;é:l,~;~:·~~ deCir. aqueii~sque son definidas so-
. - · ""•' • <" : ••o •' o "'•"•• ... _ . '• o • ·- "'• ,."- "'" O<ó • _. • • "'•- '<e~ •••• "• • ,"">";,o V • •
64
65
doméstica: para las mujeres populares, servicio do- llevaron a cabo investigaciones especiales que die-
~méstíco-eñ otras casas, limpieza, lavado y plancha- ron como resultado la elaboración de un índice
do de ropa, costura, cuidado de niños, ancianos y que incorpora la~ desigualdades de género en el
enfermos; para las mujeres más educadas de secto- desarrollo humano y de otro que mide el "empo-
res medios, enfermería, secretariado, docencia (to- deramiento de género", índices que se siguen pu-
das tareas de cuidado y atención personalizada de blicando año a año en el Informe. Además, y a esto
es a lo que nos referiremos ahora, se llevó a cabo
terceros).
Hasta ahora, el aumento de la participación un estudio en profundidad sobre el uso del tiempo
económica de las mujeres no ha implicado una en 31 países. Para analizar los datos, el informe
reestructuración profunda de las labores en el ho- combina el tiempo de trabajo remunerado con el
gar, que siguen siendo su responsabilidad princi- tiempo de trabajo no remunerado (que incluye tra-
pal. La redistribución de tareas y responsabilidades bajo doméstico y de cuidado). Los resultados indi-
hacia los miembros varones es limitada, y tiende a caban que:
implicar una participación en el cuidado de los/as
hijos/as más que una participación activa y siste- • En casi todos los países las mujeres trabaja-
mática en las tareas doméstiCas. Ambas ,_}as ta- ban más horas que los hombres. En prome-
reas domésticas y las de cuidado_:'"~ig~~;¡··;i;;_¿~ dio, las mujeres tenían a su cargo el 53% del
'defiñiCfa'5"''éó'ffi(f.íeñiéilin'as, -a·cargh ae~"Ias ··muJeres tiempo de trabajo en los países en desarrollo y
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un estudio comparativo realizado por el Instituto nas mujeres les dedican unos pocos minutos al día,
de Investigaciones de las Naciones Unidas para el mientras que para otras son varias horas. Esto_____indi-
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Desarrollo Social (United Nations Research lnsti- ~!:1...~!:!-~!!.Q_.I.!tY~LP.ec de~igyªlc,lªcl Jmtr~.las rnuje:re.s pe
tute for Social Development, UNRISD) en la segunda distintas clases sociales.
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mitad de la década de 2000 indican que en todos Este estudío muestra que hay diferencias y simi-
los países estudiados el tiempo que las mujeres litudes importantes entre los países. Lo que hay que
dedican a las tareas de cuidado no remuneradas resaltar es que las notorias diferencias son utia cla-
es en promedio más del doble del tiempo que los ra evidencia de que las características y actividades
hombres dedican a esas tareas. De los seis países ligadas al género no son inmutables, sino que va-
incluidos en un primer informe (Argentina, Nica- rían según los países y las culturas. En consecuen-
ragua, Tanzania, la India, Corea del Sur y Sudáfri- cia, no hay nada que indique que sea imposible in-
ca), la diferencia de género es abismal en la India, troducir cambios en pos de una distribución más
donde el tiempo dedicado al cuidado no remunera- equitativa de las responsabilidades y tareas domés-
do por parte de las mujeres es casi diez veces ma- ticas y de cuidado. 7
yor que el de los hombres. Aunque los hombres dE;-
dican rri4is tiempo al trabajo.remunerado, ,e~ tm:l~; 7Debbie Budlender, "The Statistical Evidence on Care and
los casos las mujeres, ~1 combinar tai:ea~ remuné~ '¡!~
Non-Care Work across Six Countries", en Gender and Develop-
' ~~ '' ' ' '1 ¡"~
ment Programme Paper N° 4, .Ginebra, UNRISD, 2008. Este y
' 1 otros documentos del programa están disponibles en línea en:
www.unrisd.org/research/gd/care. Para el análisis de uso del
6Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo tiempo en la Ciudad de Buenos Aires, véase Valeria Esquive!,
(PNUD),Informe sobre desarrollo humano, Nueva York, PNUD, Uso del tiempo en la Ciudad de Buenos Aires, Los Polvorines,
1995~ p. ~S. Buenos Aires, UNGS, 2009.
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En realidad, uno de los grandes dilemas con- la igualdad en el tiempo libre y el principio de la 1
temporáneos es cómo definir y promover la igualdad en el respeto. .
equidad de género. Con respecto a ella, existen No resulta fácil producir cambios en la dis,tri-
posturas que resaltan la igualdad de la condiCión bución de la labor doméstica. La posible reestruc-
humana y otras que destacan las diferencias entre turación de la relación entre géneros en la labor
hombres y mujeres; propuestas que ponen el én- doméstica dependerá de la negociación intrado-
fasis en igualar las condiciones de participación méstica en cada hogar, con escasa intervención
en la fuerza de trabajo (como las políticas de Sue- externa, con la excepción de lo que pueda trans-
cia) y otras que privilegian políticas de apoyo a mitirse a través de los medios de comunicación
las mujeres en su responsabilidad por las labores de masas como modelos altemativos. Donde sí es
de cuidado de otros/as y de la domesticidad. En más fácil intervenir es en la oferta de servicios al-
este último tipo, se apunta auayudar" a las muje- ternativos y de apoyo a la labor doméstica. Por
res en el cumplimiento de sus responsabilidades ejemplo, el acceso (muy insuficiente en la actuali-
familiares y maternales, con políticas de licen- dad) a guarderías y formas colectivas de cuidado
cias laborales y provisión de mejores servicios; de niños/as puede liberar parcialmente o "aliviar"
se refuerza así la división sexual del trabajo y la la carga de trabajo maternal aunque, normalmen-
tipificación de la figura de la mujer-madre. Cual- te, no la libere de la responsabilidad. En realidad,
quiera sea la resolución histórica y política de es- la variación en la carga de la labor doméstica para
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f ¡ cipio de la igualdad de ingresos, el principio de fe~f a "servidos /ue;;a del hogar, sean comunitarios
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8 Nancy
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1 l;s guarderías )/los ser\ricios de cuÚiad.~ d~. epfe~~
Fraser, Iustitia interrupta. Reflexiones criticas desde
la posición "postsocialista", Bogotá, Siglo del Hombre, Univer- ~os y ancianos~ ·ermayor·üsOde b1.e~esy servicios
sidad de los Andes, 1997. per~oi.í.ales e;¿t;ad~~é~üc()s, elacce~_g. tecrlOlogí_a ª'
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doméstica que implica ahorro de tiempo y esfuer- tivas que promuevan la asunción de responsabilida-\
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externas (fundamentalmente políticas
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tatales) con el propósito de detectar y solucionar las
situaciones de "déficit doméstico". Esto implica
además reconocer la necesidad de acciones afirma-
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