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ANÁLISIS DE LA PELÍCULA “EN MÉTODO PELIGROSO”

Por: Luis Enrique Balcázar Alarcón

La película nos muestra un drama histórico psicológico, ocurrido en la década de


1907. Donde Sigmund Freud y Carl Jung protagonizan debates personales
relacionados a sus teorías.

Jung, por su parte, argumenta, a través de su experiencia con una joven rusa de
origen judío, a quien le ofrece seguimiento, que habría que cambiar ciertas
palabras o significados que se daban en el psicoanálisis, con la finalidad de que
existan otros métodos dentro de la misma. Pero Freud, por su parte, se enfocaba
en el aspecto sexual como causal del mal que padecía la joven Sabina Spielrein y
que debía tomar en cuenta para este caso.

Carl Jung, dirige a la señorita por el recomendado camino terapéutico de Freud,


pero surgen en el proceso muchas dificultades que estaban ya descritas en las
líneas de la teoría Freudiana y que no debían pasar, como lo era la transferencia y
la contratransferencia. Esto a Jung no le había pasado antes, sin embargo lo
condujeron por nuevas formas de explorar la psique de su cliente.

Personalmente, lo que me llevó a navegar en mi pensamiento y reflexionar sobre


el papel del psicólogo en la terapia o en la entrevista misma, fue la escena donde
se encuentra con Otto Gross y tiene una entrevista con él. De alguna manera se
habla del convencimiento, de la persuasión, del “lo que yo quiero para el paciente”
más del “lo que quiere el paciente para sí”, de la libertad; conceptos que, a mi
parecer, son manejados relativamente de la ideología, del protocolo teórico, de la
técnica que varía de psicólogo en psicólogo. Pero, ¿qué será lo correcto? ; ¿cuál
sería la manera adecuada de entrevistar, seguir, dirigir, guiar al cliente?, ¿Sobre
qué base sustento cada acto que ejerzo en el paciente?, ¿será la formula
adecuada ver el problema tal y como lo ve el paciente? Esta bien, quizá tengamos
que “persuadir” al cliente para que busque el bien propio y el de los demás, pero
qué entiende él por “bien”, por “bueno”.
Con esto he podido aprender de que de la misma forma en que los test tanto
proyectivos como psicométricos sirven para complementar la información mas no
para dar un diagnostico directo post test, también puedo pensar que la teoría,
hallazgos en los pacientes que han sido tomados en cuenta para diversas escalas
de clasificación de trastornos y la múltiple variedad de técnicas que se puedan
emplear para su proceso, deben ser utilizados no para etiquetar a los pacientes
sino para obtenerlos como recurso inmediato, y sin ninguna obligación a utilizarlos
si o si, de modo que sigamos aprendiendo y viendo desde el punto de vista del
paciente, según sus vivencias y su cosmogonía o su misma percepción, de su
problema.

Veo que siempre van a haber muchas otras maneras de intervenir al paciente, el
estar encerrados a una sola teoría hará que obviemos a las que nos ofrecen un
panorama más amplio y acertado. Le ocurrió a Jung cuando trataba de buscar una
forma de tratar a la joven pero se veía quizá limitado por su inclinación al
psicoanálisis. A veces el mismo cliente emite su propia solución y debemos tener
agudeza para captar correctamente lo que busca.

En función a la coherencia de vida de cada psicólogo, debemos estar preparados


emocionalmente, vivir la vida de forma virtuosa o al menos de la forma esperable
de una persona con buena salud mental y que esta sea directamente proporcional
a las recomendaciones o consejería que les brindemos. Por eso es bueno tener en
calidad de estudiantes de Psicología nuestro propio análisis acompañado de un
profesional de la salud mental.

Por último y para dar por terminado este análisis, podría decir que el psicólogo
debe estar en constante aprendizaje, sea dentro de aulas o en el mismo campo de
trabajo, de ese modo podemos encontrar nuevos métodos de intervención y hasta,
por qué no, crear nuestros métodos propios. Tomando en cuenta las bases que
nos dejaron los teóricos y estudiosos mas destacados de la psicología.

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