Professional Documents
Culture Documents
INTRODUCCION
1
II. OBJETIVOS
2
III. REVISION BIBLIOGRAFICA
Respecto a ello, Tisdale y Nelson (1991) refieren que el maíz extrae cantidades
importantes de nitrógeno, a comparación de los demás cultivos, y ello es así
referido similarmente por Mengel y Kirby (2000); indicando estos autores
además que, de los cereales, el maíz es el cultivo que más extrae nitrógeno en
la producción en campo.
Por tanto, es por lo que se ha referido anteriormente en este tema, que se toma
en cuenta al cultivo de maíz como un indicador idóneo de la eficiencia de la
fertilización nitrogenada en el campo en este estudio, aparte además, de ser un
cultivo de amplio conocimiento académico y económico - social, ello tanto a
nivel nacional como internacional, lo que facilita su utilización como insumo o
material importante en las investigaciones agronómicas en el campo, siendo
3
por ello entonces indicado para el planteamiento de la presente propuesta de
investigación.
4
3.3 El Compost y la Fertilización Nitrogenada en el Maíz
5
sólo fertilizantes sintéticos (120 kg de Nitrógeno/ha) en el rendimiento de grano.
Asimismo, Fortis-Hernández et al. (2010) refieren en su estudio que los
mayores valores de rendimiento (de materia seca) se obtuvieron con las
aplicaciones de vermicompost, a comparación de los demás tratamientos,
donde se realizó la aplicación de 200 kg de Nitrógeno/ha en uno de los
tratamientos con sólo fertilizantes sintéticos.
Pero ello en este estudio se cree que no sería tan sencillo de considerar o
estipular de tal forma, dado que por ejemplo, al aplicarse las enmiendas
orgánicas se observa que hay una acción diferenciada en la actividad
enzimática del suelo con estos insumos, que indirectamente resultaría en un
aporte nutricional al medio edáfico al final de dicho suceso, y ello debido
probablemente a que este insumo interactúa con los materiales orgánicos e
inorgánicos de dicho medio, lo que al final se traduciría en un aporte o aumento
de los niveles de nitrógeno disponibles en el suelo. Si bien estos aportes no
serían provenientes directamente de la ley del fertilizante orgánico, al final
cumplirían el objetivo concreto de incrementar el nivel nutricional del suelo para
el beneficio de las plantas, y todo ello incentivando los mecanismos biológicos
que ocurren siempre en todos los medio ambientes edáficos con la práctica de
la fertilización (externa o antrópica) en el suelo.
6
en la mineralización de este nutriente son llevados a cabo por endo y
exoenzimas microbianas (Tisdale y Nelson, 1991).
Es por ello que en este último caso entonces también se tendería a conservar
el nivel de materia orgánica en el suelo, o en muchas ocasiones a
7
incrementarla con el aporte de carbono externo, tal como se observó ello en los
estudios a largo plazo llevados a cabo en Versailles y Rothamsted (FAO,
2002), siendo ambos experimentos de más de 50 y 100 años (respectivamente)
en los que se practicó continuamente en el campo agricultura convencional y
orgánica que derivó en un decrecimiento de la materia orgánica del suelo en la
agricultura convencional, y a un aumento de la materia orgánica en el caso de
la agricultura orgánica.
8
Rivera et al. (2004) y Vázquez – Gálvez et al. (2008) en el cultivo de maíz y
fresa respectivamente. Y asimismo, dicho suceso en este aspecto se
observaría también en los estudios donde se probaron distintas tensiones de
humedad en el campo, donde en ese caso los tratamientos más cercanos a la
capacidad de campo obtuvieron los rendimientos más altos registrados en esos
estudios, tal como se observó en el cultivo de ajo (Barrios et al., 2006) y limón
(Zermeño et al., 2007).
Van Kessel y Roskoski (1988) mencionan que cuando se aproximan las plantas
de maíz en el campo, estas tienden a acelerar el proceso de absorción de
nitrógeno mientras se va aumentando la competencia intraespecífica entre ellos
(o mientras se aumenta su acercamiento en el campo). Asimismo, los autores
anteriores muestran en su estudio que a los 50 días de la siembra se obtiene
una cantidad de materia seca en las plantas mayor en el campo con el menor
distanciamiento entre surcos. Ello se observó también de igual forma en el
cultivo de sorgo (Bolaños y Emile, 2011), donde la acumulación de materia
seca se incrementó o se hizo más eficiente utilizándose esta técnica,
reflejándose ello luego en el rendimiento de materia seca al final de la campaña
en ese estudio.
9
surcos de 75 a 50 centímetros, obtuvieron un mayor rendimiento de grano en el
campo en dicho caso.
10
duro; y, considerando un rendimiento promedio a nivel nacional de 4.5 t/ha
(MINAG, 2011), se tiene entonces un estimado de 1.46 millones de toneladas
de grano producidas para esa campaña, siendo esa cantidad aún inferior
incluso que la cantidad importada en el año anterior lamentablemente.
11
IV. MATERIALES Y METODOS
12
4.2 DESCRIPCION DEL CULTIVO
13
4.3 DATOS METEOROLOGICOS
14
de la semilla, con lo cual podría indicarse que no debió haber habido una
alteración de consideración en el desarrollo de la fenología del cultivo en el
campo en el periodo en estudio.
En este caso, cabe acotar (en detalle) que con la reducción del 50 % del
número de cintas de riego (debido a su mayor distanciamiento), se
establecieron dos surcos del cultivo con una sola cinta de riego,
obteniéndose por tanto dos surcos aproximados (o apareados) por cada
cinta de riego bajo este sistema, ello sin la alteración de la densidad de
plantas total en el campo.
15
sino, de dos modos o dos distribuciones de siembra del cultivo en el
campo, estando ambos modos de siembra bajo un solo sistema de riego
(siendo este el presurizado superficial, conocido comúnmente como el
de goteo). Teniendo en cuenta ello, se va a seguir tratando entonces
dicho aspecto en el estudio tal como se ha referido (sistemas de riego),
lo que reste del mismo.
Por otro lado, cabe mencionar también que el estudio fue dividido en dos
experimentos con la finalidad de poder aleatorizar y efectuar el control
local debido en el campo en forma adecuada, para luego realizar las
comparaciones y los análisis en forma integral o combinada de acuerdo
con los objetivos del estudio.
16
ello en cada medio o sistema de riego que se estipula establecer en el estudio).
Puntualizando entonces, bajo dichas premisas expuestas se va evaluar el uso
de una dosis baja (120 kg/ha) y una dosis alta de fertilización nitrogenada en un
cultivo de maíz establecido en la Costa Central Peruana (según Manrique et al.,
1993), y su vez, su desempeño bajo una dosis alta y una dosis baja de
fertilizante orgánico (ello según lo establecido bajo las experiencias del uso de
este insumo en los campos de cultivo del INIA, según Ing. Ricardo Sevilla, jefe
del CGIAR – Perú, comunicación personal), en un campo de cultivo bajo las
condiciones descritas en el estudio (cabiendo indicar que a ello se le suma la
interacción del desempeño de ambos insumos en su aplicación nula en el
campo).
17
Cuadro 1: Tratamientos evaluados en el Experimento 1, correspondiente al
Sistema de Riego en Surcos Pareados.
18
4.4.3 CARACTERÍSTICAS DEL CAMPO EXPERIMENTAL
19
4.4.3.2 EXPERIMENTO 2 (SISTEMA DE RIEGO PRESURIZADO EN
SURCOS SIMPLES):
20
4.4.3.3 DETALLES DE LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS CAMPOS
EXPERIMENTALES
EXPERIMENTO EXPERIMENTO
1 (Surcos 2 (Surcos
pareados) simples)
Número de
2 2
Bloques
Área Total del
432 432
Bloque (𝒎𝟐 )
Área Útil Total del
Experimento – sin 864 864
calles - (𝒎𝟐 )
Área de la Parcela
72 72
(𝒎𝟐 )
Área de la
24 24
subparcela (𝒎𝟐 )
Largo del Surco
8 8
(metros)
Distanciamiento
entre Surcos – 1.5 0.75
(metros)
Número de
Surcos por
subparcela (o 4 4
unidad
experimental)
Distanciamiento
entre golpes 0.4 0.4
(metros)
Número de
2 2
plantas por Golpe
Número de
42 42
Plantas por Surco
Número de
Plantas por 504 504
Parcela
Número de
Plantas por 168 168
Subparcela
Densidad de
Siembra 66666 66666
(Plantas/ha)
21
4.5 DISEÑO EXPERIMENTAL
Donde:
µ : Promedio general
22
Pi : Efecto de la i-ésima fuente orgánica
GL CM F cal
Fuente de Variación
Total parcelas ar – 1
Total abr – 1
23
5.5.3 MODELO ADITIVO LINEAL DEL ANALISIS COMBINADO:
+ εijk(s)
Donde:
µ : Promedio general
24
Εijk(s): Efecto aleatorio del error asociado a la i-ésima fuente orgánica en la j-
ésima fuente nitrogenada sintética en el k-ésimo bloque en el s-ésimo
sistema de surcos de riego, (Error b)
Cuadrados
Fuentes de Variación Grados de Libertad F calculado
Medios
Niveles de Compost
a-1 CMC CMC/ CMerror(a)
(C)
Urea x Diseño de
(s – 1)(b – 1) CMUS CMUS/ CMerror(b)
Sistemas de Riego
Urea x Compost x
Diseño de Sistemas de (s – 1) (a - 1)(b – 1) CMUCS CMUCS/ CMerror(b)
Riego
Total sabr – 1
25
4.6 CONDUCCIÓN DEL EXPERIMENTO
26
hora en el sistema presurizado en surcos simples, y de dos horas en
promedio en el sistema presurizado en surcos pareados.
27
En total, en todo el ciclo del cultivo bajo ese sistema de riego, se aplicó el
volumen de agua de riego de: 760.8 + 1711.8 = 2472.6 metros
cúbicos/ha/campaña
En total, en todo el ciclo del cultivo bajo ese sistema de riego, se aplicó el
volumen de agua de riego de: 758.4 + 1706.4 = 2464.8 metros
cúbicos/ha/campaña
28
4.7 EVALUACIONES Y DETERMINACIONES:
R = (10/A) X 0.971 X % D X P
Donde:
R = Rendimiento en t/ha
29
Se realizó el ajuste del peso del grano al 14% de humedad con la
fórmula siguiente:
cosecha)/86
Fallas = M – 0.3 F
M–F
Donde:
30
4.7.2 VARIABLES DE PRECOCIDAD
31
4.7.3.3 Número de hojas totales por planta
Se determinó previo a la cosecha el número de hojas totales por planta, donde
se realizó 10 medidas o muestras de las que se obtuvo el número de hojas
promedio (ponderado) para cada unidad experimental de cada uno de los
tratamientos.
32
4.7.4.3 Peso de mazorca
Se determinaron los pesos de mazorca considerando el peso de grano total
obtenido en cada unidad experimental, corrigiéndose ésta a la humedad
requerida (14 %), cuyo valor obtenido luego fue dividido entre el número de
mazorcas obtenidas en cada unidad experimental, con lo que se obtuvo
finalmente el peso individual de mazorca en cada repetición de los tratamientos
establecidos en el estudio.
Fórmula:
33
V. RESULTADOS
34
En las Pruebas de Duncan (anexo 8) realizadas en el análisis combinado e
individual de cada sistema de riego, no se encontraron diferencias en ninguno
de los factores analizados en el estudio.
35
5.2 VARIABLES DE PRECOCIDAD
36
Por otro lado, en las Pruebas de comparación de Duncan (anexo 3), realizadas
en su conjunto (combinado) y en cada sistema de riego, se obtuvo como
superior y significativo a la aplicación de 10 toneladas de compost; es decir, el
número de días a la antesis masculina fue mayor con 10 toneladas de compost;
y por el contrario, el número de días a la antesis fue menor con la aplicación de
las dosis menores de compost (0 y 5 t/ha en este caso).
37
5.2.2 Días hasta la emisión de estigmas (floración femenina)
SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
PROMEDIO
B-
TRATAMIENTO A- Surcos Surcos GENERAL
Urea
Compost pareados simples (días)
(kg
(t/ha) (días) (días)
N/ha)
T1 0 0 122.50 125.50 124.00
T2 0 120 122.50 125.50 124.00
T3 0 240 122.00 122.50 122.25
T4 5 0 122.50 122.50 122.50
T5 5 120 123.50 122.50 123.00
T6 5 240 126.00 124.50 125.25
T7 10 0 125.00 126.00 125.50
T8 10 120 126.50 123.50 125.00
T9 10 240 126.50 125.50 126.00
PROMEDIOS 124.11 124.22 124.17
38
superior (mayor número de días) a la aplicación de 10 toneladas de compost en
el sistema de riego en surcos pareados, mientras que en el sistema en surcos
simples no se obtuvo diferencias en ninguno de los factores evaluados.
39
5.3 VARIABLES DE CRECIMIENTO VEGETATIVO
SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
B- PROMEDIO
TRATAMIENTO A-
Urea Surcos Surcos GENERAL
Compost
(kg pareados simples
(t/ha)
N/ha)
T1 0 0 2.00 0.50 1.25
T2 0 120 2.50 0.00 1.25
T3 0 240 5.50 0.50 3.00
T4 5 0 0.50 0.00 0.25
T5 5 120 1.00 0.00 0.50
T6 5 240 0.50 0.50 0.50
T7 10 0 1.50 0.50 1.00
T8 10 120 1.00 1.00 1.00
T9 10 240 2.50 1.50 2.00
PROMEDIO 1.89 0.50 1.19
40
En la Prueba de Duncan realizada individualmente en cada sistema de riego
(anexo 4), se observó que en el sistema en surcos pareados, las aplicaciones
nulas de Compost (0 t/ha) fueron significativamente mayores (o de un mayor
tumbado de plantas) a las demás dosis (5 y 10 t/ha) de compost. Por otro lado,
en el sistema en surcos simples, no se encontraron diferencias significativas en
ninguno de los factores evaluados en este caso.
41
5.3.2 Altura de planta
SISTEMAS DE
FACTOR RIEGO
PROMEDIO
(EXPERIMENTO)
TRATAMIENTO GENERAL
A- B- Surcos Surcos
(metros)
Compost Urea pareados simples
(t/ha) (kg N/ha) (metros) (metros)
T1 0 0 2,50 2,65 2.58
T2 0 120 2,55 2,65 2.60
T3 0 240 2,45 2,75 2.60
T4 5 0 2,50 2,75 2.63
T5 5 120 2,15 2,65 2.40
T6 5 240 2,25 2,60 2.43
T7 10 0 2,55 2,50 2.53
T8 10 120 2,55 2,50 2.53
T9 10 240 2,55 2,50 2.53
PROMEDIO 2.45 2.62 2.53
42
t/ha) de compost; mientras que en el sistema en surcos simples, no se
observaron diferencias en ninguno de los factores evaluados.
SISTEMAS DE
FACTOR RIEGO
(EXPERIMENTO) PROMEDIO
TRATAMIENTO B- GENERAL
A- Surcos Surcos
Urea (mm)
Compost pareados simples
(kg
(t/ha) (mm) (mm)
N/ha)
T1 0 0 23,95 26,30 25.13
T2 0 120 23,90 25,90 24.90
T3 0 240 24,15 26,50 25.33
T4 5 0 23,90 25,60 24.75
T5 5 120 23,10 25,70 24.40
T6 5 240 23,30 27,60 25.45
T7 10 0 23,25 24,30 23.78
T8 10 120 25,25 25,70 25.48
T9 10 240 24,25 25,50 24.88
PROMEDIO 23.89 25.90 24.90
43
Figura 5: Medias obtenidas en los sistemas de riego en el diámetro de tallo
44
Cuadro 12: Promedio general y por sistemas de riego,
número de hojas totales por planta.
SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
B- PROMEDIO
TRATAMIENTO A-
Urea Surcos Surcos GENERAL
Compost
(kg pareados simples
(t/ha)
N/ha)
T1 0 0 16,50 16,35 16.43
T2 0 120 15,40 16,55 15.98
T3 0 240 16,40 16,95 16.68
T4 5 0 16,55 16,90 16.73
T5 5 120 15,40 16,60 16.00
T6 5 240 15,20 16,40 15.80
T7 10 0 15,50 16,75 16.13
T8 10 120 16,20 16,50 16.35
T9 10 240 15,35 16,80 16.08
PROMEDIO 15.83 16.64 16.24
45
5.4 VARIABLES DE CAPACIDAD PRODUCTIVA
SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
PROMEDIO
B-
TRATAMIENTO A- Surcos Surcos GENERAL
Urea
Compost pareados simples (mm)
(kg
(t/ha) (mm) (mm)
N/ha)
T1 0 0 174.50 187.00 180.75
T2 0 120 185.00 188.50 186.75
T3 0 240 175.50 182.50 179.00
T4 5 0 176.50 191.50 184.00
T5 5 120 159.50 180.50 170.00
T6 5 240 169.00 170.00 169.50
T7 10 0 181.50 186.50 184.00
T8 10 120 184.00 188.00 186.00
T9 10 240 181.50 189.00 185.25
PROMEDIO 176.33 184.83 180.58
46
5.4.2 Diámetro de mazorca
SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
PROMEDIO
B-
TRATAMIENTO A- Surcos Surcos GENERAL
Urea
Compost pareados simples (mm)
(kg
(t/ha) (mm) (mm)
N/ha)
T1 0 0 48.50 51.00 49.75
T2 0 120 48.50 49.50 49.00
T3 0 240 49.00 49.50 49.25
T4 5 0 48.50 50.50 49.50
T5 5 120 48.00 48.50 48.25
T6 5 240 47.50 48.50 48.00
T7 10 0 47.50 48.00 47.75
T8 10 120 47.00 50.50 48.75
T9 10 240 48.00 48.50 48.25
PROMEDIO 48.06 49.39 48.72
47
5.4.3 Peso de mazorca
SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
PROMEDIO
B-
TRATAMIENTO A- Surcos Surcos GENERAL
Urea
Compost pareados simples (gramos)
(kg
(t/ha) (gramos) (gramos)
N/ha)
T1 0 0 168.8 189.47 179.13
T2 0 120 149.95 185.38 167.67
T3 0 240 158.74 185.36 172.05
T4 5 0 149.8 200.33 175.06
T5 5 120 133.63 163.77 148.68
T6 5 240 143.06 176.83 159.95
T7 10 0 129.74 170.32 150.03
T8 10 120 144.67 173.59 159.13
T9 10 240 143.04 171.29 157.16
PROMEDIO 146.82 179.59 163.21
48
Figura 7: Medias obtenidas en los sistemas de riego en el peso de mazorca
49
Cuadro 16: Promedio general y por sistemas de riego,
número de mazorcas por planta.
SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
B- PROMEDIO
TRATAMIENTO A-
Urea Surcos Surcos GENERAL
Compost
(kg pareados simples
(t/ha)
N/ha)
T1 0 0 0.92 0.97 0.94
T2 0 120 1.09 1.04 1.06
T3 0 240 1.05 1.11 1.08
T4 5 0 1.04 1.03 1.03
T5 5 120 1.05 1.15 1.10
T6 5 240 0.99 1.10 1.05
T7 10 0 1.09 0.98 1.03
T8 10 120 1.06 1.07 1.06
T9 10 240 1.04 1.05 1.05
PROMEDIO 1.04 1.05 1.04
50
5.5 VARIABLE DE CALIDAD
SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
PROMEDIO
B-
TRATAMIENTO A- Surcos Surcos GENERAL
Urea
Compost pareados simples (gramos)
(kg
(t/ha) (gramos) (gramos)
N/ha)
T1 0 0 421.34 451.37 436.36
51
individual de cada sistema de riego (anexo 2), no se encontraron diferencias
significativas (95%) en ninguno de los factores analizados.
52
VI. DISCUSION
53
tratamientos fueran iguales, o que no se presentaran diferencias entre sí. Es
decir, ello indica que es indiferente aplicar fertilizantes nitrogenados o no, lo
cual estaría en discusión, o en todo caso podría circunscribirse sólo a este
experimento, dado a que el cultivo de maíz presenta respuesta a la fertilización
nitrogenada, tal como se indica desde Arnon (1975), y de la misma forma, se
tiene conocimiento que la variedad utilizada ha respondido en otro estudio a la
fertilización sintética de nitrógeno (Ing. Julián Chura, jefe del PCIM de la
UNALM, comunicación personal). Asimismo, las diferencias obtenidas en el
estudio en el promedio general y entre los sistemas de riego en los
tratamientos establecidos en esta investigación (Cuadro 6), justificaron en
ambos casos diferencias estadísticas significativas en los estudios realizados
en maíz amarillo duro en la UNALM, tales como los estudios de dosis
crecientes de nitrógeno inorgánico (en forma de urea, de 0 a 240 kg N/ha)
realizados por Villarreal (2006) y Pampa (2004).
Ello deja entrever más de un caso o perspectiva en este tema: por un lado, se
podría indicar que la evaluación estadística quizás no tuvo el planteamiento
adecuado; debido a que debe tenerse en cuenta que por mencionar un
ejemplo, en el rendimiento hubo una diferencia de 2.1 t/ha de grano entre el
tratamiento con mayor y menor rendimiento en el sistema de riego en surcos
simples, el cual, la estadística lo consideró como irrelevante (siendo ello
importante en el cultivo tal como se ha indicado). O por otro lado, se podría
indicar también que realmente esos fueron los resultados que se debieron
obtener en este estudio, dado que se podría considerar quizás que el medio no
habría propiciado a que se den tales diferencias entre los tratamientos en el
campo; y, aunque ello es muy aparte de la evaluación estadística, podría caber
también en este caso, siendo ello analizado más en detalle posteriormente en
el estudio.
54
de este tema en la actualidad otros autores, tales como Christley, 2010 y
Gonzales-Lutz, 2008), dado que la potencia de la prueba de hipótesis se la
refiere también como la sensibilidad del estudio, puesto que esta indica la
capacidad del diseño estadístico de detectar diferencias (allí donde las haya
realmente), en este caso, entre los tratamientos del estudio (Quezada, 2007).
55
diseño estadístico en este caso), en la cual se muestra la potencia de la prueba
de hipótesis obtenida en ese caso en los tratamientos evaluados en el estudio.
Al respecto, cabe indicar que la potencia de prueba debe superar el 80 % para
que la evaluación estadística realizada sea adecuada o confiable (Thomas y
Juanes, 1996). Es decir, se muestra en este caso que respecto a la potencia de
la prueba obtenida (0.56, o 56 %, Cuadro 18) de los tratamientos evaluados en
el estudio en dicha forma de análisis, este es de baja potencia o sensibilidad
para poder obtener una conclusión o inferencia respecto al análisis estadístico
planteado.
Total 2805,523 36
56
sus estudios realizados en el Perú en el cultivo de maíz (Ing., Ricardo Sevilla,
jefe del CGIAR - Perú, comunicación personal).
Por otra parte, en otro aspecto del análisis estadístico, se debe mencionar que
en general en todo el estudio (hasta el momento) se consideró o se tomó más a
los tratamientos provenientes de cada sistema de riego en forma individual (es
decir, en sus casos provenientes de su sistemas de riego), o, como si estos (en
todo caso) fuesen los mismos, o haciendo uso del promedio general de estos o
del promedio ponderado de los mismos (tal como se observa en los cuadros de
los resultados, Capítulo 5); y ello sin considerar debidamente las diferencias
entre los tratamientos provenientes de uno y otro sistema de riego, a pesar de
que hay un factor en el Análisis Combinado que evidentemente sí consideró
una combinación de los sistemas de riego y los insumos utilizados en este
estudio (Urea x Compost x Sistemas de Riego), y además, de que dichas
diferencias resultantes entre estas combinaciones resultarían ser relevantes o
importantes tal como se va tratar al respecto. En la definición de tratamientos,
se indica a estos como la condición especifica del experimento bajo el cual está
sujeto la unidad experimental; o también, como un factor (condición especifica)
sometido a estudio y a comparación en la unidad experimental de un
experimento. Y en este estudio, en cada unidad experimental se dio una
combinación de 3 factores simples, el cual vino a ser cada tratamiento aplicado
en cada unidad experimental del mismo, tal como también lo indican Badii et al.
(2007) de tal forma. Según dicho concepto entonces, no se puede considerar
en este estudio a los tratamientos provenientes de cada sistema de riego de
igual forma, debido a que cada uno de estos sistemas presentan (condiciones
o) diferencias entre sí; por ejemplo, estos difirieron en la distribución de las
plantas en el suelo, y también, en la distribución de los goteros de riego en el
campo.
57
detectar las diferencias obtenidas en los resultados de esas combinaciones,
puesto que esas diferencias llegaron a ser en más de una ocasión de más de 3
t/ha en el rendimiento de grano entre dichas combinaciones, o dicho de otro
modo, entre los tratamientos de uno y otro sistema de riego, siendo estas
diferencias importantes en el maíz según se ha referido por ejemplo en los
estudios realizados en la UNALM tal como ha sido mencionado al respecto
previamente en este Capítulo.
58
6.1.1 Variable de Rendimiento
10.00
9.00
Toneladas/hectarea
8.00
7.00
6.00
5.00
4.00
3.00
2.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamientos
12.00
11.00
10.00
Toneladas/hectarea
9.00
8.00
7.00
Surcos Pareados
6.00
Surcos Simples
5.00
4.00
3.00
2.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamientos
Figura 10: Promedio por Sistemas de riego del Rendimiento de grano de los
tratamientos establecidos en el campo.
59
En los gráficos anteriores de rendimiento (figuras 9 y 10), si se consideran los 3
rendimientos más altos observados en el estudio, se observa que se
encuentran en el T2, con 120 kg N/ha; en el T3, con 240 kg N/ha (ambos en
forma de urea), y además, en un tratamiento con sólo insumo orgánico (T4, con
5 t/ha de compost). El que obtuvo el mayor valor en el rendimiento fue el que
se aplicó sólo la mayor dosis de urea (T3) en el campo, ello en cada sistema de
riego, y por tanto también en el promedio general del estudio. Por otra parte, el
tratamiento con compost (T4), obtuvo el segundo mayor rendimiento en el
promedio general o global, y el segundo y tercer valor más alto en los sistemas
de surcos simples y surcos pareados respectivamente. Por último, el
tratamiento en que se aplicó la dosis baja de urea (T2) fue el de tercer mayor
rendimiento en el promedio general, y el que obtuvo el tercer y segundo mayor
valor obtenido en el sistema en surcos simples y surcos pareados,
respectivamente.
60
relevancia en la respuesta obtenida en los cultivos establecidos en el campo. Al
respecto, se menciona como ejemplo adicional, que en el estudio de Lamm et
al. (2001) al implementarse un control de humedad en el suelo, se obtuvieron
altos rendimientos de grano de maíz (superiores a las 12 t/ha) sin aplicarse
fertilizantes nitrogenados en el suelo (donde cabe indicar que dichos
rendimientos se obtuvieron en un suelo de textura media – de 1.3
gramos/centímetro cubico – según se refiere, siendo este suelo además
perteneciente a un centro de experimentación).
Respecto asimismo a los estudios con compost en el Perú, se debe indicar que
las respuestas obtenidas en este estudio se asemejaron por ejemplo a lo
obtenido por Chunga et al. (1999) en su estudio. Dicha investigación se
estableció igualmente en un cultivo de maíz amarillo duro, en un suelo con la
misma clase textural a este, con un compost de similares características a las
de este estudio, y además, se estableció también bajo condiciones de costa
peruana, donde se obtuvo en dicho caso de forma similar un mayor rendimiento
de grano con el uso de la dosis baja de compost (5 t/ha), y un menor
rendimiento de grano con la dosis mayor de compost (en su caso, 8 t/ha).
Por otro lado, cabe indicar también que los resultados obtenidos en las
interacciones o en las combinaciones de insumos o fertilizantes (T5, T6, T8,
T9) realizados en este estudio, sí se asemejan a los obtenidos en los estudios
al respecto (por ejemplo, al de Han et al., 2004), es decir, sí se encuentran
estos en la literatura científica. Esos resultados son opuestos a lo que
comúnmente se hace referencia, dado que se considera generalmente que el
abonamiento orgánico “siempre” favorece la fertilización inorgánica, siendo ello
erróneo dado que en la literatura indicada y en este estudio se observó en más
de un caso que las combinaciones de fertilizantes sintéticos con el compost
61
resultaron contraproducentes, o con una tendencia a ser de menor rendimiento
que en los casos que se aplicaron individualmente ambos insumos.
Variables que no lo
Orden de Variables que sí lo favorecieron
favorecieron
Rendimiento
(según el
Trat. Obtuvo el
promedio Obtuvo el Obtuvo el
general, Obtuvo el segundo
segundo mejor valor menos
Cuadro 06) mejor valor en: valor menos
valor en: favorable en:
favorable en:
- Altura
De más alto
- Número de
rendimiento
- Días a hojas
(1ero., o el de T3 - Acame
Floración - Peso grano
mayor
- Mazorcas/
rendimiento)
planta
- Altura - Floración
De más alto
- Número de - Diámetro de - Mazorcas/
rendimiento T4
hojas mazorca planta
(2do.)
- Acame
De más bajo
- Longitud de - Peso grano
rendimiento T9 - Floración
mazorca - Acame
(8vo.)
- Diámetro
De más bajo de tallo
rendimiento - Diámetro
- Días a
(9no., o el de T7 de
Floración
menor mazorca
rendimiento) - Mazorcas/
planta
62
6.1.2 Variables de Precocidad
63
una estrecha relación con la tasa de crecimiento del cultivo (desde dicho
periodo indicado), y ambos a su vez, se ven influenciados por las deficiencias
de nitrógeno en el suelo, siendo entonces probablemente de tal forma que se
estaría determinando su posterior aparición en el cultivo, y de tal manera por
tanto, que se establecería la relación entre estas características en el mismo.
64
investigación, serían el tallo y las hojas de la planta, cuya relevancia en el
estudio se exponen a continuación.
El tallo, aparte de ser sostén de las hojas y del grano, funciona también como
órgano de almacenamiento de sólidos solubles (que contribuyen después al
llenado de grano); ello a su vez está condicionado al volumen que ocupan
estos líquidos en el tallo, cabiendo indicar además que el aporte de este órgano
representa alrededor del 20 % del peso final del grano (Evans, 1983).
Entonces, el volumen de este órgano vegetativo adquiriría por tanto
importancia en la producción, y en el estudio se estaría determinando en gran
medida por la altura y el diámetro del tallo obtenido en cada tratamiento.
Respecto a las hojas, estas participarían de aproximadamente el 80 % de los
metabolitos presentes en el grano (según lo indicado por el autor anterior, y
tomando en cuenta la fuente de provisión de carbono referida para este órgano
en ese caso), por lo tanto, estas tendrían una gran importancia en la definición
del rendimiento de grano obtenido en el campo.
Asimismo, debe tenerse en cuenta que según los resultados, en general sólo
hay una mazorca por planta en todos los tratamientos establecidos en el
estudio (Cuadro 16). Por lo tanto, de ello se derivaría que un mayor número de
hojas en la planta tendría la posibilidad de determinar una mayor producción de
fotoasimilados para esa (sola) mazorca, lo que determinaría una mayor
ganancia de materia seca en los granos de esta misma, aunque, ello
dependería también de la tasa de la fotosíntesis y de la duración de las hojas
activas en la planta.
Evans (1983), indica que existe una relación directa entre la aparición de las
hojas en el tallo de maíz y la disponibilidad de nitrógeno en el medio. Asimismo,
respecto a ello, Maturano (2002) menciona que la tasa de fotosíntesis en el
maíz tiene una alta sensibilidad a la concentración de nitrógeno foliar,
característica que está relacionada con la acumulación de nitrógeno en la
planta y con la disponibilidad de este nutriente en el medio. Conforme a ello,
podría indicarse que pudo haber el caso que se relacione o se asuma en este
estudio que estos aspectos (fotosíntesis y nutrición nitrogenada) fueron o
serían favorables al cultivo; y asimismo, que ello podría haber impactado o
65
haberse relacionado también con el rendimiento obtenido posteriormente en el
campo. Ello se verá con mayor detalle a continuación.
66
realizaron aplicaciones de nitrógeno inorgánico al suelo; más aún, se observó
ser esta variable mayor cuando se realizó la aplicación de la dosis más alta de
nitrógeno en el campo (observándose ello por ende especialmente en el T3,
aplicado con sólo 240 kg N/ha). Asimismo, se observó que esta variable en
todos los tratamientos aplicados con compost disminuyó visiblemente, incluso,
hasta no registrarse acame en dos ocasiones en el estudio (tratamientos T4 y
T5, ambos con aplicaciones de 5 t/ha de compost) en el sistema de riego en
surcos simples.
Al respecto, Jacob and von Uexkul (1963, mencionado por Arnon, 1975)
indican que la aplicación de cantidades excesivas de nitrógeno en los cultivos
estimulan la síntesis de proteínas a tal grado que las reservas de carbohidratos
son usados en gran medida en la formación de aminoácidos y proteínas
solubles. Ello, según se indica, hace que la formación de tejidos de
fortalecimiento en el maíz se reduzca o decaiga, obteniéndose por resultado
que el tallo de la planta de maíz sea menos fuerte predisponiéndolo al
tumbado. Eso a su vez concuerda con lo indicado por Mengel y Kirby (2000),
manifestando estos autores que esta misma característica (tumbado o acame)
se observa en todos los cereales, producida de igual forma por excesivas
aplicaciones de fertilización nitrogenada sintética en los suelos de los campos
de cultivo.
67
El aspecto anterior entonces tendría importancia en el estudio, debido a que
podría estar confirmando que hubo posiblemente una alta o importante
disponibilidad de nitrógeno en esos tratamientos, concordando ello además con
los resultados del rendimiento obtenidos en este estudio, ello debido a que en
el tratamiento que se presentó un mayor acame, se presentó también un mayor
rendimiento de grano (T3), y en el de menor rendimiento de grano (T7), se
observó asimismo un bajo acame en el cultivo (menor al promedio general,
Cuadro 9), indicando que en ese tratamiento también pudo haber
probablemente una menor disponibilidad de nitrógeno en el suelo.
68
y también la tasa de acumulación en el grano; es decir, en resumen, define los
componentes del rendimiento en el cultivo. Aparte, se indica en la literatura que
la longitud de la mazorca determina el número de granos por hilera, y el
diámetro a su vez determina el número de filas de grano en la mazorca
(Cantarero y Martínez, 2002). Entonces, lo que finalmente se podría determinar
con la longitud y el diámetro de la mazorca sería el número de granos
producidos en la planta (y también en su área productiva en el suelo), y es
asimismo esta característica, el principal componente (del rendimiento) en el
maíz en determinar el rendimiento en el cultivo, siendo el segundo en
importancia según se indica el peso del grano (Satorre, 2002).
69
de mazorca en ambos casos fue superior a la media general de los
tratamientos, siendo el de segundo mayor valor observado en el estudio el T4
(Cuadro 14); asimismo, la longitud de mazorca de estos tratamientos fueron
similares (T3), o superaron (T4) al promedio del estudio (Cuadro 13). Por otro
lado, respecto a su peso de 1000 granos, las medias de estos tratamientos
superaron al promedio obtenido en estos casos, obteniéndose en el T3 el
segundo mayor valor de peso de grano en el estudio (Cuadro 17).
Por otra parte, se observó que en las tendencias (del promedio general) de los
tratamientos de menor rendimiento de grano (T7 y T9), se lograron obtener
longitudes de mazorca superiores al promedio (aunque en dichos casos no
fueron los más altos), pero por otro lado, sus diámetros de mazorca obtuvieron
los menores valores entre los tratamientos, siendo el T7 el de más bajo valor
observado en el estudio. Asimismo, se observó también que en estos casos los
pesos de 1000 granos fueron menores al promedio del estudio, obteniéndose
en el T9 el segundo menor valor de peso de grano registrado en el mismo.
Es así que se aprecia que por ejemplo, el tratamiento de más alto valor en el
rendimiento (T3), obtuvo en varias variables evaluadas en el estudio valores
favorables para la productividad en el campo; y luego, a pesar que el segundo
tratamiento de mayor rendimiento en el estudio (T4), obtuvo igualmente valores
favorables en más de una variable (siendo incluso mayores en ocasiones a los
obtenidos en el T3), este no logró al final superar el rendimiento obtenido en el
T3. Y es que al comparar ambos tratamientos, se observa que el tratamiento
70
más alto (T3), obtuvo valores favorables en más variables que el otro
tratamiento (T4), y ello se da en los resultados del estudio y además en los
gráficos de análisis de las otras variables no evaluadas (o incluidas) en los
resultados de este estudio, por ejemplo, en el número de plantas y mazorcas
logradas u obtenidas por cada tratamiento (anexos 13 y 14).
71
Lo anterior guarda por tanto relación con la fisiología de la planta, es decir de lo
“capaz” que esta sea de absorber nutrientes del medio, y ello no está
necesariamente relacionado con las dimensiones de las plantas establecidas
en el campo (o la disponibilidad de nutrientes en el suelo), dado que la
absorción de nutrientes es tanto un mecanismo externo (o propio del medio
ambiente productivo que la rodea) como interno en la planta.
Sería pues por un lado, ese mecanismo interno el cual tendría probablemente
un rol importante en la producción, el cual es influenciado por la absorción
directa de compuestos orgánicos (por ejemplo, aminoácidos y micronutrientes
quelatados), o por la adquisición de un mecanismo derivado de la aplicación de
estos abonos o insumos orgánicos, traduciéndose ello por ejemplo, en una
mayor inducción (o proliferación) radicular propiciada por la mayor
disponibilidad de hormonas de enraizamiento producidas por los fertilizantes
orgánicos en el medio, siendo ello referido y observado en diversas
investigaciones, por ejemplo por Bula-Meyer (2004) con el uso de aplicaciones
de enmiendas orgánicas; o también, se ha referido dichos mecanismos con
aplicaciones de Azospirillium sp., tal como es indicado por Kapulnik et al.
(1985, mencionado por Canto et al., 2004).
Respecto a estos aspectos por tanto, se observa que según este primer
planteamiento, en el T4 (con sólo la aplicación de 5 t/ha de compost) podrían
darse mecanismos similares a los referidos anteriormente, dado que a pesar de
no haberse aportado nitrógeno inorgánico externamente al suelo, este
tratamiento mostró los valores más altos en varias de las variables más
importantes en el estudio, siendo lo más resaltante de ello en este caso, su
obtención del segundo mayor valor en el rendimiento de grano, debiéndose
posiblemente en este caso a las razones explicadas previamente. Asimismo,
esto se podría contrastar con lo observado en el T3, en el cual posiblemente se
dieron en menor medida estos mecanismos internos, y se dieron posiblemente
más mecanismos externos a la planta en el medio ambiente o sistema
productivo.
72
dinámicas externas a la planta en el sistema productivo tendrían también una
relevancia importante en el estudio, dado que se observa por un lado por
ejemplo que con las aplicaciones de nitrógeno sintético se tiende a obtener
valores importantes en las variables vegetativas y productivas del cultivo con su
incremento en las aplicaciones al suelo, siendo estas favorables a por ejemplo
la obtención del rendimiento de grano. Asimismo, se observa también que la
aplicación de compost en algunos casos habría contravenido estas
características externas en el desempeño del cultivo, según se observó ello en
el campo de igual forma al caso anterior (pero con resultados opuestos),
aunque también igualmente se observaron situaciones en el estudio en las que
se habrían mejorado las características o dinámicas externas en el sistema
productivo del cultivo en esos casos. Es entonces en el análisis de los casos
individuales (y en la observación de la interacción de ambos insumos
establecidos en esta investigación), donde se observaría la dinámica y la
importancia de cada aspecto del cultivo en las respuestas obtenidas en el
medio productivo, siendo por ello que el análisis de estas interacciones y
fenómenos sucedidos en el estudio merecerían el análisis respectivo para cada
caso.
73
6.2 La Biología del Suelo y su importancia en los tratamientos
La incorporación de compost afecta todas las propiedades del suelo, tanto las
físicas, químicas y las biológicas. Se menciona mayormente que la materia
orgánica es principalmente una mejoradora de las propiedades físicas, sean
estas la estructura, porosidad, drenaje y almacenamiento de agua, y también la
aireación, entre otras. Y además, se indica que esta impacta en las
propiedades químicas, cuyo aporte como agente buffer o tampón es conocido,
al igual que su aporte en la capacidad de cambio del complejo arcillo húmico
(Tisdale y Nelson, 1991).
La influencia que tiene el compost (al igual que otros abonos orgánicos) en las
propiedades físicas y químicas ha sido ampliamente estudiada. Según García
(2011), con aplicaciones de compost que van de 12 a 96 t/ha se obtuvo
modificaciones significativas (según se menciona) en las propiedades físicas y
químicas del suelo, siendo por ejemplo la variación del pH de 8.4 a 7.96,
además de la Conductividad Eléctrica, de 0.2 a 1.2 dS/m; asimismo, en ese
estudio se modificaron también parámetros físicos como la porosidad, la
densidad aparente y la humedad volumétrica en capacidad de campo, en
valores de 60 a 61%, de 1.04 a 0.9 gr/cc, y de 24 a 26,7 % respectivamente.
Aparte, en otro estudio (Crespo et al., 2005), con aplicaciones de 10 a 40 t/ha
de dicha enmienda orgánica se logró modificar el pH del suelo de 5,2 a 6.0. Y
por último, se indica en el estudio de Colás et al. (2004), que con aplicaciones
de 4 t/ha de vermicompost, se logró mejorar según se menciona la estructura
del suelo, siendo modificada en esta la plasticidad, la permeabilidad y la
estabilidad estructural del mismo.
Por lo tanto, analizando los casos expuestos previamente y las variaciones que
se indican con distintas aplicaciones de compost en la literatura antes citada, si
bien estas pueden ser significativas en sus respectivos estudios, los cambios
en las condiciones edáficas para el mejoramiento real y/o significativo de la
fertilidad del suelo no serían resaltantes o relevantes, dado que por ejemplo
todos los parámetros característicos en dichos suelos siguieron teniendo la
misma clasificación agronómica que les pertenecía al inicio de cada estudio, ya
74
sea que en algunos sean suelos ácidos o básicos, luego de las aplicaciones de
compost seguían siendo también suelos ácidos o básicos respectivamente.
Por tanto, respecto a ello, en este estudio se observa que la influencia del
compost en los tratamientos se da de distintas (y no previstas) maneras en las
variables vegetativas y reproductivas del cultivo. Por ejemplo, cuando se
aumenta la cantidad de compost de 5 a 10 t/ha se observa un decrecimiento en
el desarrollo vegetativo y reproductivo del cultivo, en contraposición a las
mejoras observadas normalmente en los estudios (anteriormente citados en
esta discusión). Aparte, cuando ello se observa en la respuesta obtenida en
cada sistema de riego, se ve que cuando se combinan la urea con el compost
suceden también situaciones distintas o no previstas, dado que en el sistema
75
en surcos pareados por ejemplo, cuando se combinaron las dosis más bajas de
compost (5 t/ha) con la urea, la respuesta obtenida en las variables productivas
fue menor a la obtenida con las combinaciones de la dosis más alta de
compost (10 t/ha); en cambio, en el sistema en surcos simples, la respuesta
obtenida en esos casos en los tratamientos con las aplicaciones de la dosis
más baja de compost (5 t/ha), fue mayor a la respuesta observada en los
tratamientos con la dosis más alta de compost (10 t/ha), siendo ello difícil de
explicar considerando sólo un posible impacto en las propiedades físicas y/o
químicas del suelo.
Hay una característica o propiedad del suelo que tiene igual importancia que
las físicas y químicas, y podría estar más acorde o en relación con las
variaciones que se observaron en el estudio, siendo estas las propiedades
biológicas del suelo. Estas propiedades comprenden las actividades biológicas
que interaccionan con el sistema suelo – planta, y a su vez impactan en el
desarrollo del proceso productivo de dicho medio edáfico; y asimismo, si bien la
literatura considera al carbono orgánico como una propiedad química del suelo,
pero dado que el almacenamiento del carbono orgánico se da por su dinámica
bajo ese medio (el cual a su vez esta muy ligado a las propiedades biológicas
del suelo), por lo tanto, se va a considerar a esta característica como parte
importante de la dinámica de las propiedades biológicas obtenidas en este
estudio. Es por ello entonces que los parámetros de importancia a considerar
en esta investigación serían el carbono orgánico (o la materia orgánica del
suelo), la biomasa microbiana (es decir, la masa de microorganismos activos
del suelo) y la actividad microbiana, que comprende la actividad enzimática y
respiratoria de esta biomasa microbiana en el suelo.
76
ese estudio, y se indica además ello en los diferentes estudios referidos al tema
(Zagal et al., 2003, por ejemplo).
77
Por otro lado, respecto también a la importancia de las condiciones
medioambientales y la respuesta de la biología del medio, Frioni (1999) refiere
que en la ecología de las microorganismos del suelo, lo que adquiere mayor
importancia son las características de humedad, temperatura y las provisiones
de carbono (o de materia orgánica) que hay en ese medio.
En relación a este tema, se observa al respecto por otro lado que en el caso de
los suelos anegados, la degradación de la materia orgánica del suelo es más
lenta debido a que bajo esas condiciones se induce una producción deficiente
de energía metabólica interna o de ATP en los microorganismos por el
reemplazo del Ciclo de Calvin por la Glucólisis (debido a la falta de oxígeno en
el medio, indicado en Salisbury y Ross, 1993). Ello se puede observar en el
estudio de Quirós y Ramírez (2006), donde al producirse condiciones de
aerobiosis (siembra) y anoxia (luego de la floración hasta la cosecha) en una
misma campaña en el cultivo de arroz, se obtuvieron respuestas
significativamente distintas en la mineralización de nitrógeno en uno y otro
caso, siendo estas de altas y bajas cantidades de nitrógeno mineralizado
respectivamente. En consecuencia, es por ello que todas las características
medioambientales en este caso serían importantes y tendrían que tomarse en
cuenta para que se favorezca o se incremente la productividad natural del
suelo, y por ende, el del cultivo que sea establecido bajo ese medio.
78
Por otro lado, respecto al desempeño de los microorganismos establecidos en
el sistema productivo del suelo y su relación con el carbono del medio, en este
tema es probable que siempre haya habido un error (y a su vez, se indicaría
que dicho tema es relevante en este estudio), dado que se asume que en el
sistema suelo - planta no se necesitaría agregarse carbono, porque, en parte,
la planta fija el carbono del aire y lo proporciona al suelo (Frioni, 1999); y
además, en forma natural ya hay una entrada o fijación de este nutriente
realizado por el mismo suelo (de fuente microbial). Pero a ello se debe indicar
que primeramente, en el suelo hay una mayor predominancia de organismos
heterótrofos sobre autótrofos (Paul y Clark, 1996), es decir, el consumo es
mayor que la producción de carbono en el medio; y por otro lado, la actividad
biológica en el suelo siempre produce un desgaste natural del carbono, siendo
ello de suma importancia sobre todo cuando se da situaciones de
sobreexigencia al sistema productivo y no se aporta el carbono perdido en la
producción del cultivo, como en el caso del uso en agricultura convencional de
dosis muy altas de fertilizantes sintéticos, tal como lo observan Khan et al.,
2007) en su estudio.
79
cultivo bajo ese medio, lo cual se relacionaría con las características
establecidas en cada tratamiento estipulado en este estudio .
80
Por lo tanto, se estaría corroborando actualmente en los estudios la fuente y el
aporte potencial de cada componente del sistema (suelo, fertilizantes, y otros) a
la planta tal como se ha referido, lo cual por tanto indicaría que en el suelo
mismo se tendría la posibilidad de proporcionarse nitrógeno de forma
importante a los cultivos para la producción en el campo, y probablemente, en
mayor medida o cantidad a la que se le ha asignado hasta el momento en la
literatura respectiva. Es decir, siendo más precisos, su aporte sería mayor a la
establecida con la estimación de la tasa de mineralización del nitrógeno
proveniente del humus del suelo (Tisdale y Nelson, 1991), en la que se indica
que sólo de 1 a 5 % del nitrógeno orgánico del suelo seria disponible al cultivo,
según se indica ello normalmente desde la década de 1960 en la literatura
científica.
81
Al respecto, este estudio cree que esa otra fuente de nitrógeno podría o se
debería proveer del mismo sistema natural, dado que por un lado, la fijación
natural del nitrógeno atmosférico se da de forma importante en el maíz (puesto
que este realiza una asociación con organismos diazótrofos en el suelo, tal
como indica Roesch et al., 2006), pudiendo ser del 12 al 33 % del nitrógeno
total extraído por la planta (Montañez et al., 2009). Por otro lado, el suelo
también pudo haber proporcionado una mayor cantidad de nitrógeno, dado que
por ejemplo, pudo incrementarse el nivel de nitrógeno debido al aumento de la
fijación biológica en el suelo (en este caso, no simbiótica), ocasionado por un
mayor dinamismo del sistema productivo, y ello debido a cambios o por una
probable mayor optimización o eficiencia del sistema de riego establecido en el
estudio, lo cual pudo haber favorecido dicho suceso en el suelo. Ello va a ser
explicado posteriormente en mayor detalle en la discusión (Capítulo 6.5).
82
En otro caso en el estudio, cuando se ve el tratamiento con el segundo mayor
rendimiento (T4, con sólo 5 t/ha de compost), éste para llegar a los
rendimientos obtenidos en el estudio habría tenido que extraer una cantidad
importante de nitrógeno de su mismo medio. Por ejemplo, en el sistema en
surcos simples, se habría tenido que extraer del suelo aproximadamente 200
kg N/ha bajo ese tratamiento (considerando su promedio, Cuadro 6), los cuales
según la teoría convencional 100 Kg pudieron ser dados por el suelo (tal como
ya se ha indicado anteriormente), y el resto, debería ser proporcionado
primeramente en este caso por el compost, el cual, según los análisis
realizados, pudo aportar potencialmente 7.5 kg/ha aproximadamente, ello
debido a su limitada cantidad de nitrógeno en su constitución interna, según se
indica en el anexo 12 (en este caso se considera una tasa de degradación de
17.5 % según se toma en cuenta los estudios de Eusufsai, 2013, y Hartz et al.,
2000). Asimismo entonces, indefectiblemente en este caso, el resto o faltante
del nitrógeno absorbido por el cultivo debió ser aportado por el mismo sistema
productivo, el cual en dicho caso se pudo ver beneficiado por el carbono
adicional o externo aportado al sistema, ello debido a que tal como indican
Rennie (1980) y Saito y Minamisawa (2006), el carbono estimula la fijación
biológica en los cultivos, debido a la energía que provee en el medio.
Por tanto, por un lado en este caso se pudo aumentar la fijación del nitrógeno
atmosférico que se da de forma natural en el maíz; y asimismo, por otro lado
también, el carbono aportado pudo haber incrementado el nitrógeno fijado en el
mismo suelo, ello por el incremento de la fijación biológica que se establece en
forma natural en dicho medio cuando se agrega carbono en este, tal como lo
indican Perotti et al. (1995). Se puede indicar de ello entonces que el carbono
aportado por el compost posiblemente “aportó” también nitrógeno, o más
exactamente, habría propiciado dicho aporte en el sistema productivo en este
caso.
Cabe indicar además que el aporte de carbono provisto por el abono orgánico
en el campo, potencialmente pudo ser de 30 a 120 kg/ha aproximadamente
según los análisis (anexo 12) y la bibliografía científica al respecto (según
Eusufsai, 2013, y Hartz et al., 2000, donde se indica una tasa de degradación
de 5 y 30 %, respectivamente en estos casos). Aunque en este aspecto
83
precisado en este tema, también debería indicarse que se produciría un efecto
sinérgico entre la interacción del carbono del compost y la dinámica natural
establecida en el suelo.
84
incrementó con el aumento de carbono orgánico en ese medio. Entonces, la
respuesta del fertilizante estaría muy relacionada con la cantidad de materia
orgánica o carbono del suelo; y ello evidentemente también estaría relacionado
con la actividad microbiana, dado que por un lado, la materia orgánica
condiciona el crecimiento y el desarrollo de los microorganismos, debido
principalmente a que estos en su mayoría responden a su presencia en el
medio edáfico, puesto que estos son heterótrofos (Paul y Clark, 1996), es decir,
se alimentan de la materia orgánica que está disponible en el medio.
85
las aplicaciones de las dosis más bajas de compost (5 t/ha), en lo cual se
observa que el aumento del compost no dio una mejoraría en la nutrición si se
considera su composición nutricional, sino que si se considera el carbono
aplicado y su relación con el medio, ello sería lo que habría dado las dinámicas
distintas para cada caso en este estudio. Más aún, cuando se realizaron
aplicaciones de urea conjuntamente con el compost, se supondría una mayor
degradación del compost en estos casos y por tanto, una mayor disponibilidad
de sus nutrientes (o en todo caso, un mayor aporte nutricional en conjunto),
pero sin embargo se observó un decrecimiento de los rendimientos cuando se
realizaron dichas combinaciones en más de un caso en el estudio, siendo sus
resultados menores incluso al testigo (T1), donde no se realizó ningún aporte
de fertilizantes o abonos al medio productivo.
86
6.3.2 La dinámica del nitrógeno en las aplicaciones de urea (sin compost)
Es importante referir dicho ciclo interno del nitrógeno, dado que este en el suelo
se menciona como el principal proceso del ciclo del nitrógeno en que se
establece la relación entre la mineralización y la inmovilización de nitrógeno
(Frioni, 1999), y por tanto, donde se determina la disponibilidad de nitrógeno
bajo ese medio, siendo dicho proceso establecido principalmente por los
microorganismos del medio, tal como es referido por la autora anterior, lo cual
87
indicaría la relevancia entonces (con mayor precisión) de estos organismos en
este caso del estudio (ello, independientemente de su forma dada o
manifestada en el suelo).
Lo anterior indicaría que la interacción del abono (compost) con el suelo habría
sido en ese caso conveniente para aumentar la eficiencia de la biota del suelo,
y a su vez, para incrementar la disponibilidad de nutrientes en ese medio,
siendo entonces en este caso la relación entre el aporte externo de carbono y
la biomasa microbiana entre sí satisfactoria, y en consecuencia, conveniente
para la mineralización de nutrientes y por ende también, para la producción del
cultivo. Asimismo, otra forma de referir o indicar lo que podría estar sucediendo
en este caso, es que se pudo haber mejorado en mayor medida la respuesta
del suelo (en su mineralización de nitrógeno) bajo ese tratamiento, ello debido
a que se estaría produciendo una sinergia (favorable o positiva) entre el aporte
88
del compost y el suelo, lo que haría que aumente aún más la potencialidad
natural del suelo bajo ese tratamiento.
Pero en la realidad productiva del suelo, ello no suele suceder así, dado que
por ejemplo con los fertilizantes nitrogenados se observa que se dan
variaciones indeseables en las propiedades del medio, como la disminución del
pH (Rengel, 2002). Ello se produciría porque posiblemente los
microorganismos no tienen la capacidad de procesar esa alta cantidad de
nitrógeno nuevo o entrante en ese medio, lo cual derivaría en una influencia o
en un cambio en las propiedades químicas del suelo, produciéndose entonces
por ende un impacto en el desempeño de los microorganismos, lo que induciría
al final una deficiencia en la mineralización de los nutrientes del suelo bajo ese
medio.
Lo anterior se argumentaría también dado que por ejemplo (aparte del impacto
negativo en si del pH bajo en la fisiología de los microorganismos), en
condiciones de pH bajo en el suelo se favorecería más el predominio de los
89
hongos sobre las bacterias (Agrios, 2000), resultando por ello en un menor
desempeño de los microorganismos debido a una menor rapidez en la
degradación de la materia orgánica, puesto que las bacterias serían más
relevantes que los hongos en esa “labor” en el suelo (o al menos en este
estudio ello podría observarse), pudiéndose inferir ello también de lo indicado
por Paul y Clark (1996) y Dixon y Tilson (2010) al respecto.
Entonces, lo que podría estar sucediendo bajo esta dosis de compost es que
se esté incentivando una mayor inmovilización, debido a un mayor incentivo de
la biomasa microbiana por el nitrógeno disponible o libre en el medio, el cual se
pudo encontrar con un ambiente no propicio para ello en ese caso (siendo ese
el caso específico del tratamiento T5 posiblemente). Asimismo, en una
variación a este caso (siendo ello el caso probable del T6), cuando se aumentó
la dosis de nitrógeno sintético, se tendería nuevamente a llegar a obtener el
equilibrio en el medio para una adecuada mineralización en el suelo (donde
debió haber habido cambios importantes en el medio en este caso), aunque no
se llegaría aún a las condiciones ideales (o descritas) en el tratamiento sin urea
(T4). Cualquiera de los dos casos podría suceder, aunque también podría
suceder incluso que ambos se den en forma simultánea (donde predominaría
uno de ellos en ciertos casos), siendo ello quizás lo que describa mejor la
situación real en el campo, dado que en el suelo las interacciones serían muy
complejas como para definirlas de una sola forma o dinámica.
90
Entonces, en dichos casos se observaría que entre ambos sistemas de riego
habría una menor y una mayor predisposición a estos fenómenos (o cambios)
en la biomasa microbiana (o habría una menor y una mayor inhibición de la
biomasa microbiana), dado que entre ambos sistemas productivos (o de riego)
habría diferencias en su capacidad de metabolizar o procesar los insumos
agregados en el medio, y se presume que por ende, ello explicaría las
diferencias encontradas en las combinaciones realizadas en uno y otro sistema
de riego establecido en el estudio.
Por tanto, es muy difícil determinar en este estudio realmente qué sucedió
internamente en el suelo, o qué determinó que hubiera o no una mayor
disponibilidad de nitrógeno en cada tratamiento, dado que no se han realizado
mediciones de la dinámica microbiana o de otras características biológicas y
químicas en el suelo. Pero con los resultados del cultivo y lo establecido en la
literatura al respecto, se podría verificar o estimar en qué casos pudo haber
sucedido cada dinámica descrita anteriormente, tal como se ha realizado en el
estudio.
Asimismo, es por ello también que es muy difícil o poco conveniente estimar a
priori una forma de manejo de los insumos orgánicos en cierto lugar o medio,
siendo por ello que el ensayo previo del manejo de cada insumo orgánico sería
de suma importancia en los lugares a los cuales se desea implementar, dado
que ello permitiría estimar más adecuadamente la dinámica que se estaría
dando en ese medio bajo una situación dada, y saber además por ende la
respuesta real que se tendría con este insumo en ese campo de cultivo a
distintos manejos del mismo.
91
como las proteínas del choque térmico o del estrés (Ulloa et al., 2010), siendo
ello entonces lo que podría estar sucediendo también más precisamente, por
ejemplo, en las aplicaciones de 5 t/ha cuando se combinaron con urea.
En este caso lo que podría estar sucediendo es que, según los datos
presentados por Chocano et al. (2008), cuando se aplica compost al suelo se
crea una importante cantidad de biomasa o carbono microbiano a lo largo de
un ciclo de cultivo, ello debido probablemente a una alta y constante
92
disponibilidad de carbono en el suelo (causado por la aplicación de una dosis
alta de este insumo), lo que pudo haber derivado en este caso en la
inmovilización de los nutrientes bajo ese medio en este caso del estudio.
Ello se argumentaría también con lo observado por Sabahi et al. (2010), dado
que estos autores al incrementar las dosis de compost, observaron que de
igual forma en su caso también se incrementó la biomasa microbiana en el
suelo, pero la mineralización de nitrógeno no se incrementó necesariamente de
la misma manera. Ello debido a que se observó en ese estudio en uno de los
casos decrecimientos constantes de la mineralización de nitrógeno a medida
que se iba aumentando el abono orgánico en el suelo, a pesar de seguir
incrementándose en dicho caso la biomasa microbiana (y obtenerse además
en este caso los más altos valores de este parámetro biológico en el estudio),
pudiéndose inferir de ello que la inmovilización microbiana debió darse de
forma importante bajo ese medio. Esto concuerda también con los resultados
mostrados por Onwonga et al. (2010).
93
suelo, debido a que se observó una mejora en las variables vegetativas y
productivas bajo ese tratamiento (T8).
Ello concuerda con la literatura comúnmente citada en torno a este tema, como
por ejemplo con lo que se observa en el estudio de Arrieche-Luna y Ruiz-Dager
(2010), puesto que se menciona que se produce un mejoramiento de la
práctica del abonamiento (y por ende, que se produce una mayor disponibilidad
de nitrógeno para la planta) al realizar aplicaciones de nitrógeno inorgánico con
abonos orgánicos. Ello se produciría debido probablemente a que la aplicación
conjunta de ambos insumos en este caso (T8), aumentaría la eficiencia de todo
el sistema productivo en la degradación del material orgánico que hay en ese
suelo, obteniéndose por tanto una mayor respuesta (o eficiencia) en la
disponibilidad de nutrientes bajo este manejo (aunque en este caso podría
suceder también quizás, que se aumente el estrés de la biomasa microbiana
con la aplicación de urea, lo que reduciría la posibilidad de esta de inmovilizar
el nitrógeno del medio, aumentándose por tanto su disponibilidad en este;
aunque también ello sería más complicado que suceda en este caso, siendo
más probable esto en los casos que no se aplicó compost, T2 y T3).
Pero, por otro lado, cuando bajo esta dosis de compost se realizaron
aplicaciones mayores de urea (de 240 kg N/ha), las variables mencionadas
(como por ejemplo el rendimiento de grano), tendieron a caer o disminuir
nuevamente (aunque sin llegar a las magnitudes obtenidas en el tratamiento
sin aplicación de nitrógeno sintético, T7).
Entonces, lo que sucedería en este caso podría ser por ejemplo muy similar a
lo que habría ocurrido en los casos que se aplicó 5 t/ha de compost. Es decir,
sucedería que la biomasa microbiana no podría procesar adecuadamente tal
cantidad de nitrógeno incorporado, haciendo que se reduzca su desempeño en
el suelo; o asimismo, podría darse que se esté presentando simultáneamente
por ejemplo un estado de choque térmico o de estrés, lo cual haría que la
microbiota aumente su nivel nitrogenado en su composición interna, limitando
con ello el nitrógeno libre en el medio (es decir, produciendo inmovilización).
94
forma satisfactoria su eficiencia de degradación de carbono en el medio, lo que
también habría incrementado (a su vez) su demanda de nitrógeno en dicho
caso, disminuyendo por ende la mineralización o la disponibilidad de este
nutriente en el suelo, limitándose finalmente por tanto la producción bajo ese
medio o tratamiento (T9). Es decir, explicado de otra forma, en ese caso
estaría ocurriendo que se crearía (con la aplicación conjunta de materia
orgánica y urea) un exceso continuo de biomasa microbiana (debido a una alta
disponibilidad de nitrógeno y de carbono en el suelo), con lo que se degradaría
más rápidamente el material orgánico aportado y el que ya está establecido en
el suelo, aumentándose con ello en forma constante la demanda de nutrientes
por el aumento progresivo en la cantidad de microorganismos en el suelo, con
lo que se estaría limitando por tanto el nitrógeno derivado del fertilizante para el
cultivo.
95
de la dosis de abono orgánico, del manejo, y finalmente, de la dinámica que se
produzca en la interacción de estos componentes y demás factores en el medio
productivo en un momento determinado en el ciclo fenológico del cultivo.
Respecto al carbono, Martínez et al. (2008) indican que hay dos tipos de
carbono en el suelo, el orgánico y el inorgánico, siendo el carbono orgánico el
que afecta a la mayoría de las propiedades químicas, físicas y biológicas del
suelo, y que están vinculadas con la calidad, sustentabilidad y capacidad
productiva del mismo.
96
potencial referido anteriormente, sucedería un alto estrés microbiano en el
suelo, resultando por ejemplo en fijación o inmovilización del nitrógeno, como
en el caso anterior, o por otro lado también, en un alto dinamismo del medio,
como una alta respiración o mineralización en el suelo, lo que puede llevar a un
incremento en la disponibilidad de nitrógeno en ese medio en este caso.
Entonces, esta dinámica del carbono orgánico (o materia orgánica) del suelo
referida anteriormente, sería la que habría dado o inducido las diferencias entre
los tratamientos y entre los sistemas de riego en el estudio. Conforme a ello, se
observó por ejemplo que en el sistema en surcos simples (con rangos de
rendimiento de 8.4 a 12.6 t/ha, anexo 21), probablemente se habría
aprovechado en ocasiones casi todo el potencial del suelo (o de su materia
orgánica), y ello en forma adecuada (o en equilibrio idóneo con su medio), dado
que se alcanzó en más de una ocasión altos rendimientos bajo ese sistema de
riego, ello debido posiblemente a que en ese sistema se observaría (o se
habría dado) una mayor optimización de la humedad en el suelo en ese caso
(siendo las razones de ello explicadas en mayor detalle posteriormente,
Capítulo 6.5.3). En el sistema de riego en surcos pareados, por otro lado, no se
habrían dado las mismas condiciones del riego en el suelo (no llegándose en
este caso a un equilibrio idóneo para la mineralización o productividad del
medio), observándose posiblemente por ello también rangos bajos de
rendimiento en el campo (con un rango de 6.5 a 9.4 t/ha, anexo 20).
97
investigación biológica), pero en este caso son detallados y analizados debido
a la complejidad e importancia que suscitan para este estudio.
98
sino, la cantidad de compuestos orgánicos solubles, disponibles o lábiles
(glucosa, ácidos grasos, aminoácidos, etc.) que se aporte al suelo (o al
sistema), y ello con la finalidad que se contribuya a la activación de la dinámica
microbiana bajo ese medio, y por ende, se incremente la dinámica de todo ese
sistema productivo.
99
productivo, lo cual mejora el desarrollo microbiano del sistema, y por ende,
favorece también el desempeño del insumo orgánico en el mismo medio. Es
por ello que los insumos orgánicos dependerían por ejemplo, de una adecuada
y permanente oxigenación y balance (o reserva) hídrico del suelo; asimismo, de
adecuadas condiciones químicas (suelos de pH neutro o cercano a la
neutralidad), de temperaturas edáficas no muy altas o muy bajas, de un
constante provisionamiento de carbono en el suelo, y de otras características
más, dado que todas estas características mejoran el desempeño microbiano
del suelo y por ende, aportan también en el desarrollo de la máxima
potencialidad productiva de este insumo orgánico en el campo de cultivo.
100
orgánico o sintético, el aprovechamiento del máximo potencial productivo
establecido en ese momento en el medio ambiente edáfico a utilizar.
101
siendo los resultados más conocidos los obtenidos en los estudios de largo
periodo de tiempo de Rothamsted y Versailles (FAO, 2002).
102
Al respecto, se cree que en este estudio hubo dos situaciones importantes que
pudieron influenciar de forma relevante las respuestas observadas en el cultivo
en ambos sistemas de riego.
Por otro lado, la segunda situación que pudo influenciar la respuesta productiva
observada en ambos sistemas de riego, radicó en que el bulbo de agua de
riego en el sistema en surcos simples fue más permanente y de mayor
cobertura superficial que en el sistema en surcos pareados, dado que se
observó en el campo que (a diferencia del sistema en surcos pareados) su
bulbo siempre ocupó casi toda el área superficial del suelo, ocupando
103
posiblemente la mayor parte de la capa arable del campo bajo ese sistema (tal
como se observa en la figura 11). Ese aspecto fue tan marcado, que incluso, al
inicio del ciclo productivo del cultivo acarreó problemas en la emergencia de las
plántulas, debido a que la humedad provista por el riego en el sistema en
surcos simples saturaba en demasía gran parte de la superficie del suelo (lo
que comenzó a dificultar el crecimiento de las plantas), situación que fue
manejada y regularizada al inicio del segundo mes del ciclo de cultivo por los
que llevaron a cabo el estudio.
104
Por lo tanto, en resumen, el menor humedecimiento o la menor distribución del
agua en todo el área potencialmente productiva del campo, indujo
posiblemente a que no todo el potencial del suelo pueda verse explotado por
las plantas en ciertos momentos del estudio, lo que finalmente pudo impactar
en la producción de nutrientes en los sistemas de riego. Cabe indicar además
en este aspecto que en el sistema en surcos pareados se tuvo una
competencia intraespecífica más alta en el campo, lo cual aunado a este
suceso o fenómeno, pudo haber incrementado aún más dicho estrés referido
en el cultivo (o en el sistema productivo).
105
Entonces, acotando en el caso de la limitación hídrica en la superficie del
campo del estudio (y considerando lo indicado previamente respecto a la
productividad de la superficie del suelo), en ese caso más precisamente se
habría producido una limitación de agua para el desarrollo en conjunto de toda
la productividad potencial (o máxima) del sistema productivo establecido bajo
ese espacio o perfil productivo del campo, que en realidad, para un solo
componente del mismo (es decir, para sólo la planta en este caso).
Por lo tanto, por los motivos expuestos en este tema, posiblemente se hayan
observado u originado diferencias entre los sistemas de riego tal como se ha
indicado, lo cual asimismo pudo haber derivado en la obtención de diferencias
en el aprovechamiento del suelo en uno y otro caso dado en el estudio. Una
mayor indagación de ello se desarrolla a continuación.
106
una mayor disponibilidad de nutrientes para las plantas y los microorganismos,
lo que tendería a aumentar nuevamente la degradación de la materia orgánica
del suelo, volviéndose por ello a aumentar la actividad microbiana de ese
medio en ese caso.
Cabe indicar también que respecto al aumento de la humedad del suelo, aparte
del mejoramiento de las propiedades físicas, químicas y biológicas
mencionadas anteriormente, también se suscitan beneficios fisiológicos para la
planta cuando se mantiene una mayor disponibilidad hídrica y una mayor
constancia de la humedad en el medio. Ello es debido a que la temperatura
edáfica no sufriría de muchas variaciones u oscilaciones por el efecto
termorregulador del agua, y dado que la planta regula su temperatura interna
con gasto de energía o ATP (Salisbury y Ross, 1993), una menor oscilación de
esta variable en el medio disminuiría el esfuerzo del metabolismo en sí para
controlar dicho desorden en el organismo.
107
Lo afirmado anteriormente también se aplicaría evidentemente a los
microorganismos, dado que (por indicar un aspecto de ello), estos son
organismos mesófilos (Paul y Clark, 1996), es decir, su óptimo de temperatura
interna para su desempeño fisiológico adecuado se da bajo temperaturas
intermedias o moderadas, siendo estas muy similares al de las plantas.
108
Según Frioni (1999), la máxima densidad microbiana en el suelo se logra a
porcentajes de humedad de 70 - 80 % de capacidad de campo. Esto permite
inferir de los resultados obtenidos en el campo en los estudios antes
mencionados (y probablemente también en este mismo estudio), que la
humedad del suelo posiblemente pudo estar cerca a ese rango, y en forma casi
constante; y ello estaría cumpliéndose no sólo para la planta, sino también para
los microorganismos en el suelo, con lo cual entonces se estaría logrando
mayor dinamismo en todo el sistema en si, y por tanto, por ello se obtendrían
también mayores rendimientos en cada uno de los estudios mencionados
previamente.
Es por ello además que el suelo debería estar entonces con un manejo
adecuado de la humedad permanentemente en todo el ciclo de cultivo, para
que se favorezca a su vez a la planta y a los microorganismos de igual forma
en ese medio, y por tanto, se produzca lo máximo posible de nutrientes bajo
dicho medio edáfico (o sistema productivo). Ello va en contraposición a lo que
sucede con el riego por gravedad, que aparte de producir altos volúmenes de
pérdida (o baja eficiencia en el manejo del agua), sus intervalos prolongados de
cada aplicación del riego acrecientan los estados de sequedad y saturación del
suelo, y por lo tanto, de estrés en todo el sistema (Gallardo et al., 2009),
estando ello en contraposición entonces a la respuesta biológica del suelo y de
la planta (en ambos casos se sufre un estrés). El riego de mayor control, o por
goteo, permitiría por tanto evitar estas condiciones en el suelo en gran medida.
Por lo tanto, según lo indicado en este tema, no se debería regar sólo para que
el suelo tenga una reserva hídrica en el perfil, y luego, únicamente cuando ésta
disminuya visiblemente, recién se aplique el riego nuevamente (usualmente
luego de una o dos semanas, y en grandes cantidades como normalmente se
hace); ello dado ha que la biología del sistema suelo – planta se vería
mermada en buena parte de ese tiempo, lo que consecuentemente disminuiría
en forma importante la productividad a obtenerse potencialmente bajo ese
medio (o suelo).
Entonces, según lo anterior, lo que debe tenerse en cuenta también por tanto
no son las diferencias cuantitativas en el caso del riego, sino se debería ver
109
además en forma importante la optimización del manejo del agua de riego de
acuerdo al funcionamiento de cada componente del sistema suelo – planta (es
decir, las características cualitativas del medio). Se infiere entonces además,
que lo que se debe de poner en importancia es que las diferencias cuantitativas
(que son obvias entre ambos sistemas) no aportan a la explicación de las
diferencias observadas entre estos sistemas, sino más bien, serían las
diferencias cualitativas en este caso las que determinarían las diferencias en
productividad que se aprecian en los diversos estudios que comparan la
productividad obtenida entre cada uno de los sistemas de riego mencionados
(entre gravedad y goteo).
Muy aparte a ello, se podría indicar erróneamente quizás (se cree en este
estudio), que las diferencias encontradas en los resultados registrados en los
tratamientos y los sistemas establecidos en este estudio, se podrían deber
principalmente a las diferencias del área del bulbo de humedad o de riego
establecido en uno y otro sistema de riego (considerando entonces sólo
diferencias en las propiedades físicas del medio), y no al impacto importante de
estos acontecimientos en lo que concierne a las propiedades biológicas del
suelo en cada uno de estos sistemas de riego.
110
insumos utilizados en el campo, o de la dinámica producida en el sistema
productivo del suelo en cada uno de estos casos.
111
las propiedades biológicas que se adquirieron en uno y otro sistema de riego,
conforme a lo que se ha ido exponiendo en esta tema, y a lo largo de la
discusión de este estudio.
Se infiere finalmente por tanto que la dinámica biológica en este caso fue
probablemente, en gran parte el condicionante final o decisivo de la producción
obtenida en el campo, dado que aparte del mejoramiento de las propiedades
físicas y químicas del suelo dadas por el sistema de riego, las mejoras
concernientes a las propiedades biológicas dadas por este incidirían tal como
se ha visto en la mejora de la productividad del campo, y estarían indicando a
su vez posiblemente que todas las demás propiedades del suelo habrían
convergido en el sistema en forma adecuada; lo que se habría traducido por lo
tanto en el estudio, en una mayor actividad biótica de todo el sistema
productivo (en los casos dados en el mismo), siendo ello observado
posiblemente en el suelo en una mayor actividad microbiana, una mayor
disponibilidad de nutrientes, y finalmente, en un mayor desarrollo (o
producción) de las plantas bajo ese medio o sistema productivo dependiendo
del caso.
112
Lo anterior concuerda con el estudio de Navarro et al. (1991), dado que estos
autores observaron que en 9 tipos diferentes de suelos (correspondientes a
texturas que iban del franco arcilloso al franco arenoso, pasando por el franco),
al acrecentarse la humedad se obtenía en todos los casos un aumento de la
mineralización de nitrógeno edáfico, ello partiendo desde las cantidades más
bajas de agua hacia las más altas (donde se mostraba también por otro lado en
cada uno de estos suelos un patrón de mineralización característico o propio al
darse los incrementos de humedad en el medio).
Por otro lado, la importancia de la eficiencia del manejo del riego en la dinámica
productiva propia o inherente del campo (dada esta, cabe indicar, por la
cantidad de materia orgánica en el medio), se observa en el estudio de
Vázquez-Gálvez et al. (2008), dado que estos autores al aplicar en un cultivo
de fresa sólo 23 kg/ha de nitrógeno sintético (en un suelo con 2.7 % de materia
orgánica), lograron en ese caso un rendimiento de fruto de 23.5 t/ha bajo un
sistema de riego presurizado o por goteo; en cambio, cuando estos utilizaron
113
un sistema de riego por gravedad en el campo, por más que realizaron
aplicaciones de nitrógeno inorgánico en el suelo (en dosis de 0, 23, 77, 231,
693 y 1537 kg/ha), no llegaron a alcanzar el rendimiento referido previamente
en el otro sistema de riego.
114
importante, probablemente superior o más dinámica que en el sistema por
gravedad, ello para aumentar la disponibilidad de nutrientes de manera efectiva
en el suelo y poder así llegar a las productividades o rendimientos obtenidos
bajo dicho sistema de riego, y sin la aplicación externa de nitrógeno inorgánico
en cantidades importantes.
Por lo tanto, según se ha visto, cuando se realiza un mejor manejo o control del
sistema de riego, la dinámica y el potencial natural (o máximo) del campo se
115
desarrollaría con mayor probabilidad bajo ese medio, y por lo tanto, en dicho
caso también podría haber menor necesidad o dependencia de la fertilización
en el campo, según se ha observado ello en las experiencias obtenidas en la
literatura mencionada, y además, según también se estaría observando en los
resultados del rendimiento de cada sistema de riego establecido en este
estudio.
Entonces, tal como se ha ido indicando en este tema, el riego lo que haría sería
viabilizar y estimular la dinámica del sistema productivo (y con ello, estimular
también la fertilización natural o la dinámica natural propia del suelo), y este
“fenómeno” o mecanismo, junto a su interacción con los insumos establecidos
en este estudio, serían los aspectos que habrían o estarían determinando de
manera importante según se ha analizado la productividad final obtenida en
cada uno de los tratamientos establecidos en cada uno de los sistemas de
riego analizados en esta investigación.
116
6.5.4 La humedad del suelo y la dinámica del carbono y del nitrógeno en
el campo
117
sintéticos en ambos sistemas de labranza, y asimismo, se registró un
rendimiento (de grano de maíz en dicho caso) similar en los suelos con
“labranza cero” y con labranza convencional (o sin diferencias estadísticas).
Ello indica entonces que la reposición y extracción de nitrógeno fue
posiblemente semejante en ambos casos (o tipos) de labranza, pero ello al final
tal como se ha indicado, no se relacionaría con los nutrientes producidos o
establecidos bajo cada uno de esos medios o sistemas de cultivo.
118
gran parte por el carbono. Y a su vez, sería el agua o la humedad del suelo, la
que permitiría o proveería de las condiciones necesarias para que esta
dinámica se dé de forma satisfactoria y natural (o digamos, “espontánea”) en
cualquier sistema productivo.
119
observando e indicando en la presente discusión del estudio. Es entonces
cuando como mínimo, ambos casos o planteamientos se deberían de encontrar
o “equilibrarse” para obtener el máximo provecho del potencial productivo del
medio en el cual se establecen los cultivos, teniendo en cuenta que en uno y
otro caso en la literatura se han dado resultados satisfactorios en la provisión
de nutrientes nitrogenados en los cultivos, lo que aporta a que se determine en
la realidad la conveniencia de la utilización de uno y otro caso referido en el
planeamiento del manejo productivo en el campo, ello de acuerdo a las
posibilidades establecidas en cada uno de los medios propuestos como medios
de producción .
Así entonces, de acuerdo a lo expuesto en este tema, se infiere que indicar que
una adecuada provisión de carbono al sistema productivo, y un adecuado
desempeño de este sistema (proporcionado en forma importante por una
correcta provisión de humedad en el medio), podría permitir que el nitrógeno
sea proveído a las plantas de forma satisfactoria para la producción comercial
de cultivos bajo dicho medio. Ello dependería asimismo del manejo del cultivo y
de la respuesta del medio en el cual se establecen dichas dinámicas
productivas, las cuales se dan de modo natural en cada uno de los medios
edáficos utilizados en la agricultura.
120
penetraban con mayor facilidad y profundidad en la parte central del campo, y
con menor facilidad y profundidad en los bordes del mismo, siendo esta una
característica que se observó de igual forma en todo el campo en evaluación.
121
de nitrógeno sintético (0 kg/ha de nitrógeno, T7), lo cual coincide también con
los resultados obtenidos en estos tratamientos en el promedio de ese sistema
de riego y en el promedio general del estudio. Esto indicaría entonces que en el
estudio hubo o se presentó una coincidencia o una consecuencia (o
“conservación”) de los datos obtenidos en los tratamientos en todo el campo en
estudio.
122
mayores rendimientos obtenidos en este estudio (10.61 y 10.64 t/ha, T4 y T3
respectivamente), se asemejan a los mayores rendimientos obtenidos en los
estudios realizados en la UNALM (Villareal, 2006; Pampa, 2004), donde en
esos casos se aplicó también la misma dosis alta de nitrógeno (240 kg/ha)
utilizada en este estudio, siendo la diferencia entre los máximos rendimientos
obtenidos entre estos casos de 1 t/ha de grano en promedio.
123
porcentaje de cobertura importante de la superficie del suelo (incluso antes de
esa etapa fenológica), y además la altura de planta en ese sistema fue mayor
que en el sistema en surcos pareados (la diferencia en el promedio de la altura
de mazorca fue de 8 cm entre el sistema de riego en surcos pareados y
simples – datos no mostrados -, y la diferencia en la altura de planta entre
ambos sistemas de riego fue de 17 cm, según se puede deducir ello del Cuadro
10, lo cual entonces indicaría un posible mayor sombreamiento en las hojas en
el sistema en surcos simples), lo que debió incrementar aún más el
sombreamiento debajo del límite superior de las canopias en ese caso (según
se observa igualmente la influencia de la altura de planta en esta característica
del cultivo en la vid, por ejemplo, tal como se indica en Baeza, 1994). Lo
indicado previamente en el cultivo en estudio se podría observar hasta cierto
punto en las fotos tomadas a lo largo del desarrollo del mismo (anexo 18).
Por otro lado, considerando otros aspectos de este tema en el estudio, en los
surcos pareados, aparentemente el mayor distanciamiento entre los surcos no
apareados podría indicar o suponer una mejoría en la iluminación de la
canopia, y por ende una mayor interceptación solar del cultivo en dicho caso.
Pero, basándose en los resultados de las variables vegetativas y reproductivas
evaluadas durante y al final del desarrollo del cultivo, se puede inferir que
dichas ventajas ofrecidas no habrían obtenido mayor incidencia o relevancia en
los resultados observados en el estudio, debido a que este sistema de riego
obtuvo el menor desempeño productivo y vegetativo en la mayoría de variables
evaluadas en el mismo.
124
6.6.3 Porcentaje de Desgrane
Por otro lado, también se podría indicar que posiblemente podría haber
también injerencia de esta característica de la mazorca en el rendimiento total
de grano, dado que por un lado según indican López et al. (2000), en su
estudio observaron variaciones del porcentaje de desgrane obtenidos en
distintas épocas de siembra (a los cuales les correspondió distintas láminas de
lluvia o distintos volúmenes de agua de riego), ello en un hibrido de maíz,
siendo estas variaciones de 85, 87 y 88 %, donde resultaron estadísticamente
significativas las diferencias obtenidas entre 88 y 85 %, pero no las diferencias
entre 88 y 87 %; y donde asimismo, a los mayores porcentajes de desgrane les
correspondió los mayores rendimientos de grano en ese estudio. Al respecto,
125
cabe indicar que en este estudio, en los volúmenes de riego no hubo
variaciones entre tratamientos, pero quizás ello pudo presentarse posiblemente
entre sistemas de riego por las diferencias indicadas entre estos sistemas
(Capítulo 6.5.1), aunque cabe indicar también que la lámina o el volumen de
agua de riego aplicado fue similar en todos los casos, tal como se indica de
forma detallada en los cálculos respectivos realizados en la metodología del
estudio (Capítulo 4.6).
126
porcentaje de desgrane pudo no haber mostrado suma relevancia en ese
aspecto en el estudio, debido a las diferencias en los valores obtenidos en el
campo en cada uno de los casos, las cuales, son relevantes en el cultivo de
maíz amarillo duro establecido en Costa Central peruana, según se ha
expuesto al respecto en la discusión anteriormente en el Capítulo 6.1.
Este aspecto del estudio cabe discutirse, dado que quizás pueda indicarse que
la mezcla física (más exactamente, la mezcla manual) que se realizó entre el
fertilizante orgánico y el inorgánico previo a la aplicación del primer
abonamiento (tal como se indica en el Capitulo 4.4.2), pudo haber
proporcionado posiblemente una mejora importante en la absorción de los
insumos inorgánicos en el campo en evaluación.
Sin embargo, según se observa ello en lo obtenido en cada caso del estudio,
se indicaría que probablemente este aspecto no se habría presentado u
observado, dado que por ejemplo, en el T1 (donde no se realizó la mezcla
previa de los insumos aportados al suelo, puesto que no se aportó enmienda
orgánica en ese caso), se observó que se obtuvo variaciones de consideración
en su respuesta productiva cuando se estableció en uno y otro sistema de
riego, dado que en el sistema de riego en surcos pareados este tratamiento
superó a todos los tratamientos que se aplicaron compost al suelo (a excepción
del T4, el de segundo mayor rendimiento en el estudio); en cambio, en el
sistema en surcos simples, el T1 sólo logró superar a los tratamientos de más
bajo rendimiento en el estudio (los que fueron aplicados con la dosis de 10 t/ha
127
de compost). Entonces, en este caso se estaría observando que esta técnica
de aplicación de la fertilización pudo no haber sido presentado, o no haber sido
relevante en los resultados obtenidos en el estudio, dado que en su ausencia,
se observaron comportamientos disímiles o distintos en cada sistema de riego
o medio (tal como se expone en este caso), no siendo justificables con esta
técnica de aplicación del fertilizante.
Por otro lado, en otro caso en el estudio, en los tratamientos que fueron la
resultante de la combinación de compost con urea (donde sí se realizó la
mezcla física de ambos insumos), se observó por ejemplo que en los casos de
las aplicaciones de la dosis baja de compost (5 t/ha), cuando se realizó la
combinación de esa dosis de compost con las dosis de urea (120 y 24 kg N/ha,
T5 y T6 respectivamente), en ambos casos no se superó el valor obtenido en
su tratamiento respectivo sin combinación con urea (o T4, con 0 kg N/ha), a
pesar de aplicarse más fertilizantes y realizarse previamente la mezcla física
con el abono orgánico en estos casos (bajo esa dosis de compost).
128
compost (10 t/ha) con las dosis de urea, no superaron en ningún caso a la
aplicación (sola o) individual de la menor dosis de compost (o al T4, con 5 t/ha),
y en la mayoría de los casos, no superaron a las combinaciones de las
menores dosis de compost (5 t/ha) con las dosis de urea; y además, estas
dosis altas de compost (10 t/ha) fueron menores (mayormente) o semejantes a
los casos en los que no se aplicó dosis alguna de compost en el campo (T1, T2
y T3).
129
de riego (en surcos simples), se observó que se produjeron en el estudio las
ocasiones en las que se pudo llegar más cercanamente al rendimiento
potencial referido en el cultivo, con lo que se observaría que en esos casos se
estaría favoreciendo o se fue más eficiente en la provisión de nutrientes a la
planta, o probablemente, que el sistema productivo tuvo un desempeño
esperado u óptimo en esos casos. En cambio, cuando ambos tratamientos se
establecieron en el otro sistema de riego (en surcos pareados), estos
tratamientos sólo pudieron superar en pocas ocasiones las 8 t/ha (Cuadro 6),
por lo que se vería que contrariamente al otro sistema de riego, probablemente
en este caso no se habría favorecido, o se fue menos eficiente en la provisión
de nutrientes al cultivo; o, que en todo caso el sistema productivo tuvo un
desempeño menor o deficiente en el campo según lo referido anteriormente.
Esas mismas respuestas observadas en esos casos del estudio (T3 y T4), se
observaron también de forma similar en los demás tratamientos, dado que por
ejemplo, se obtuvo siempre mayores valores de rendimiento en el sistema de
riego en surcos simples que en el sistema en surcos pareados en todos los
casos establecidos en el estudio (según se observa en los resultados, Cuadro
6).
130
similares, debido a que más de un tratamiento obtuvo rendimientos altos o
importantes de forma inesperada bajo ciertas condiciones en el estudio, y en
otros casos, en cambio, no se obtuvieron los valores que eran los esperados
para dichos tratamientos, los cuales debieron ser más altos, o de un alto valor
en el campo tal como previamente se ha expuesto al respecto a través del
desarrollo de esta discusión.
Por lo tanto, hasta cierto punto, en el estudio se podrían dar los resultados
observados en la evaluación estadística del mismo, es decir, el resultado que
todos los tratamientos son similares (o que fertilizar o no en el campo sería lo
mismo), pudiendo ello ser factible debido a las causas que se suscitan o están
supeditadas a la respuesta y al desempeño de cada tratamiento en cada
sistema de riego en el campo en estudio.
131
altamente productivos en el suelo de igual forma a los producidos con el uso de
los fertilizantes sintéticos, siendo capaz por consiguiente de proveer de
alimentos a la población y más aún en forma sostenible.
132
VII. CONCLUSIONES
133
VIII. RECOMENDACIONES
134
respuesta obtenida con el compost en este estudio, como el guano de
gallina, un abono verde u otro tipo de enmienda orgánica, probando
distintas dosis, diferentes modos de aplicación (fresco, compostado,
enterrado o en la superficie, etc.), y distintas combinaciones de estos
insumos en el campo.
135
IX. RESUMEN
136
9.1 Abstract
In the field of Research and Innovation Institute (INIA, Lima Peru) investigated
the response of hard yellow maize (Variety Experimental 5) to nitrogen
fertilization and organic synthetic source under pressurized irrigation system
with two grooves distancing, a conventional (single) and another in paired rows.
In each irrigation furrows distribution was implemented in Divided plots with two
replications was implemented, with the main plot factor A amendments organic
fertilizers, with 3 levels (0, 5, 10 t / ha of compost), and the sub plot factor B
nitrogen sources synthetic with 3 levels (0, 120, 240 t / ha of N). Components
were evaluated performance variables, earliness, vegetative growth, production
capacity and grain quality. The maximum grain yield (10.64 t/ha) was obtained
with 240 kg N/ha in single rows and the minimum (7.18 kg N/ha) with 5 t/ha of
compost in combination with 120 kg N / ha; also with 5 t/ha of compost was
achieved 10.61 t/ha yield. The combined ANOVA both irrigation systems,
showed significant differences (95 %) in performance as a result of each
irrigation system, at anthesis with compost application and interaction of this
irrigation system , and Duncan showed significant differences (fewer days) with
0 and 5 vs. 10 t / ha of compost, on the stigma were no significant differences in
paired rows with compost dose, equally significant was the effect of each
irrigation system stem diameter in the total number of leaves per plant, and in
the ear weight of combined ANOVA, and finally, combined ANVA quality
variable (thousand kernel weight) effect was also significant for each irrigation
system. It is considered that the responses between treatments established in
the study are due to the performance of organic and synthetic fertilizers, and in
the case of nitrogen, would be significantly influenced by the interaction of these
with your production environment. Therefore, the results indicate that crop
management and its interaction with the inherent characteristics of the
production system, would be greatly influence the responses obtained in the
treatments and in irrigation systems established in the study.
137
X. BIBLIOGRAFÍA
138
Bula-Meyer, G. 2004. Las macroalgas marinas en la agronomía y el uso
potencial del sargassum flotante en la producción de fertilizantes en el
archipiélago de San Andrés y Providencia. Rev. Intropica. Colombia: 92
– 103
Bundy, L; Andraski, T. 2004. Recovery of Fertilizer Nitrogen in Crop
Residues and Cover Crops on an Irrigated Sandy Soil. Soil Science
Society American Journal. 69: 640–648
Caballero, M. 2010. Estudio de gran visión y factibilidad económica y
financiera para el desarrollo de infraestructura de almacenamiento y
distribución de granos y oleaginosas para el mediano y largo plazo a
nivel nacional. SAGARPA. México. 259 p.
Calzada, J. 1982. Métodos estadísticos para la investigación. 5ta
edición. Editorial Jurídica. Lima, Perú. p. 673
Cantarero, R; Martínez, O. 2002. Evaluación de tres tipos de fertilizantes
(gallinaza, estiércol vacuno y un mineral) en el cultivo de maíz (Zea
mays L.). Tesis Ing. Agr. Universidad Nacional Agraria. Nicaragua. 52 p.
Canto, J; Medina, S; Morales, D. 2004. Efecto de la aplicación de
Azospirillum sp. en chile habanero (Capsicum chinense J.). Rev. Tropical
and Subtropical Agroecosystems. Año/vol. 4, n 001. México: 21 - 27
Castejón, O. 2011. Diseño y análisis de experimentos con Statistix.
Fondo Editorial Biblioteca de la Universidad Rafael Urdaneta.
Venezuela. 198 p.
Chocano, C; Hernández, M; Melgares de Aguilar, J; González D.; García
C. 2008. La actividad microbiana como indicador de calidad del suelo en
cultivos de ciruelo ecológico. IV Congreso Iberoamericano Agroecología
y II Encuentro Internacional de Estudiantes de Agroecología y Afines
CEBAS. CSIC. Murcia, España. 8 p.
Christley, R. 2010. Power and Error: Increased Risk of False Positive
Results in Underpowered Studies. The Open Epidemiology Journal,
2010, 3: 16-19.
Chunga M; Lalupu Y; Pineda R. 1999. Evaluación comparativa de
niveles de humus y fosfohumus de lombriz y su aplicación combinada
con urea en el cultivo de maíz (Zea mays L.) en Piura. Rev. Manejo
139
Ecológico de Suelos. Perú:115 – 123
Ciampitti, I; García, F. 2007. Requerimientos Nutricionales, Absorción y
Extracción de Macronutrientes y Nutrientes secundarios 2. Hortalizas,
Frutales y Forrajeras. Archivo Agronómico Nº 12 – 1.
Colás, A; Díaz, B; Cairo, P; Machado, J. 2004. Efecto de la aplicación de
dosis mínimas de abonos orgánicos y minerales naturales sobre el
estado estructural del suelo pardo con carbonatos medianamente lavado
(Inceptisol). Rev. Centro Agrícola, año 31, n º. 3-4: 88 – 91
Contreras, A; Martínez, C; Estrada, G. 2012. Eficiencia en el uso de la
radiación por híbridos de maíz de valles altos de México. Rev. Fitotec.
Mex. Vol. 35 (2): 161–169
Costantini, A; Segat, A; Almeida, D.; De-Polli, H. 1998. Effect of different
fertilizers on microbial biomass carbon, respiration and yield under a
lettuce crop. Pesquisa Agropecuaria Brasileira. Vol. 33 (1): 71-76
Crespo, M; Miramontes, E; Gonzáles, D. 2005. Caracterización de
composta de residuos sólidos municipales y efectos en algunas
propiedades del suelo. Avances en la investigación científica en CUCBA:
42 – 48
De Corzo, V. 2009. Metabolismo y nutrición bacteriana. Manual
Universitario de Microbiología 1. Universidad Autónoma de México,
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. 29 p.
De Grazia, J; Tittoniel, P; Chiesa, A. 2006. Efecto de sustratos con
compost y fertilización nitrogenada sobre la fotosíntesis, precocidad y
rendimiento de pimiento (Capsicum annuum, L.). Cien. Inv. Agr. 34(3):
195-204.
Dimas, J; Díaz, A; Martínez, E: Valdez, R. 2001. Effect of Organic
Fertilizers on Physical-Chemical Soil Properties and Corn Yield. Terra
19: 293-299.
Dixon, G; Tilson E. 2010. Soil Microbiology and Sustainable Crop
Production. Ed. Springer Science Business Media.436 p.
Dobermann, A; Cassman, K; Walters, D; Witt, C. 2005. Balancing Short-
Term and Long-Term Goals in Nutrient Management. Better Crops, Vol.
89, No. 4.
140
Elfstrand, S. 2007. Impact of Green Manure on Soil Organisms, with
Emphasis on Microbial Community Composition and Function. Tesis
Doctoral. Swedish University of Agricultural Sciences, Suecia. 48 p.
Evans, L. T. 1983. Fisiología de los cultivos. Traducido por Héctor
Gonzáles Idiarte. Editorial Hemisferio Sur S. A., Bs. As, Argentina. 402 p.
Eusufzai, M; Deb, S; Maeda, T; Fujii, K. 2013. Mass Loss and C and N
Release From Decomposing Fresh and Composted Residues as
Affected by Cold Climate Conditions. Environment and Natural
Resources Research; Vol. 3, No. 2.
Fallah, S; Tadayyon, A. 2010. Uptake and nitrogen efficiency in forage
maize: effects of nitrogen and plant density. Agrociencia, vol. 44, núm. 5,
julio-agosto: 549-556.
FAO. 2002. Captura de carbono en los suelos para un mejor manejo de
la tierra. Basado en el trabajo de Michel Robert, Institut National de
Recherche Agronomique. París, Francia. 64 p.
Fischer, D.; Pfitzner, B.; Schmid, M.; Simões-Araújo, J.; Reis, V.; Pereira,
W.; Ormeño-Orrillo, E.; Hai, B.; Hofmann, A.; Schloter, M.; Martinez-
Romero, E.; Baldani, J.; Hartmann, A. 2012. Molecular characterization
of the diazotrophic bacterial community in uninoculated and inoculated
field-grown sugarcane (Saccharum sp.). Plant and Soil, Volume 356,
Issue 1-2: 83-99.
Fonte, S; Winsome, T; Six, A. 2009. Earthworm populations in relation to
soil organic matter dynamics and management in California tomato
cropping systems. Applied Soil Ecology, 41: 206 – 214
Fortis-Hernández-Hernández, M; Leos-Rodríguez, J; Preciado-Rangel,
P; Orona-Castillo, I; García-Salazar, J; García-Hernández, J; Orozco-
Vidal, J. 2010. Application of Organic Fertilizers in the Production of
Forage Corn with Drip Irrigation. TERRA Latinoamericana, Vol. 27, Núm.
4, octubre-diciembre: 329-336
Frioni, L. 1999. Procesos Microbianos. Editorial de la Fundación de la
Universidad Nacional de Rio Cuarto. Argentina. 331 p.
Fritschi, F; Roberts, B; Rains, D; Travis, R. 2004. Nitrogen recovery from
15N-labeled incorporated cotton residues and recovery of residual
141
fertilizer N by Acala and Pima cotton. Soil Science Society of America
Journal, 69:718-728.
Gallardo, A; Covelo, F; Morillas, L; Delgado, M. 2009. Ciclos de
nutrientes y procesos edáficos en los ecosistemas terrestres:
especificidades del caso mediterráneo y sus implicaciones para las
relaciones suelo-planta. Rev. Ecosistemas 18 (2): 4-19.
García, R. 2011. Caracterización y uso de compost de Alperujo como
enmienda orgánica evaluación agronómica y medioambiental. Tesis
Doctoral. Universidad Politécnica de Valencia, España. 488 p.
Gardner, J.; Drinkwater, E. 2009. The fate of nitrogen in grain cropping
systems: a meta-analysis of 15N field experiments. Ecological
Applications 19, 8:2167-2184
Gerzabek, M; Antil, R; Kogel-Knabner, I; Knicker, H; Kirchmann, H;
Haberhauer, G. 2006. How are soil use and management reflected by
soil organic matter characteristics: a spectroscopic approach. European
Journal of Soil Science, Vol. 57: 485–494.
González-Lutz, M. 2008. Potencia de prueba: la gran ausente en
muchos trabajos científicos. Rev. Agronomía Mesoamericana Vol. 19 (2):
309-313.
Halpern, M; Whalen, J; Madramootoo, Ch. 2010. Long-Term Tillage and
Residue Management Influences Soil Carbon and Nitrogen Dynamics.
Soil Sci. Soc. Am. J., vol. 74: 1211–1217
Han, KH; Choi, WJ; Han, GH; Yun, SI; Yoo, SH; Ro, HM. 2004. Urea -
nitrogen transformation and compost-nitrogen mineralization in three
different soils as affected by the interaction between both nitrogen inputs.
Biology and Fertility of Soils. Volume 39, Number 3: 193-199.
Hartz, T; Mitchell, J; Giannini, C. 2000. Nitrogen and Carbon
Mineralization Dynamics of Manures and Composts. Hortscience 35(2):
209–212.
Herencia, J; Ruiz-Porras, J; Melero, S; Garcia-Galavis, P; Morillo, E;
Maqueda, C. 2007. Comparison between Organic and Mineral
Fertilization for Soil Fertility Levels, Crop Macronutrient Concentrations,
and Yield. Agronomy Journal, vol 99: 973–983.
142
Hermanson, R; Pan, W; Perillo, C; Stevens, R; Stockle, C. 2000.
Nitrogen Use by Crops and the Fate of Nitrogen in the Soil and Vadose
Zone. A Literature Search. Washington State University and Washington
Department of Ecology. Publication No. 00-10-015
Hirel, B; Bertin, P; Quillere, I; Bourdoncle, W; Attagnant, C; Dellay, C;
Gouy, A; Cadiou, S; Retailliau, C; Falque, M; Gallais, A. 2001. Towards a
better understanding of the genetic and physiological basis for nitrogen
use efficiency in maize. Plant Physiology125: 1258–1270.
Honorato, R. 2000. Manual de Edafología (4ª ED.). Ediciones
Universidad Católica de Chile. 265 p.
Ibrahim, S; Hala, K. 2007. Growth, Yield and Chemical Constituents of
Corn (Zea maize L.) As Affected by Nitrogen and Phosphors Fertilization
under Different Irrigation Intervals. Journal of Applied Sciences
Research, 3(10): 1112-1120
INIA – Perú. 2010. Maíz - INIA. Instituto Nacional de Innovación Agraria.
Disponible en: http://www.inia.gob.pe/maíz/resumen.htm. Consultado el
29 de mayo de 2011.
Khan, S; Mulvaney, R; Ellsworth, T; Boast, C. 2007. The myth of nitrogen
fertilization for soil carbon sequestration. Journal Environment Quality.
Number º 36: 1821 – 1832.
Kraiser, T; Gras, D; Gutiérrez, A; González, B; Gutierrez, R. 2011. A
holistic view of nitrogen acquisition in plants. Journal of Experimental
Botany, Vol. 62, No. 4: 1455–1466
La Revista Agraria. 2012. 2011 – 2012: La Campaña Agrícola en Cifras.
Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES). Año 13 Nº 136, febrero
de 2012. Perú. 12 p.
Lamm, F; Trooien, T; Manges, H; Sunderman, H. 2001. Nitrogen
fertilization for subsurface drip–irrigated corn. American Society of
Agricultural Engineers. Vol. 44(3): 533–542
Liang, Q.; Chen, H.; Gong, Y.; Fan, M.; Yang, H.; Lal, R.; Kuzyakov, Y.
2012. Effects of 15 years of manure and inorganic fertilizers on soil
organic carbon fractions in a wheat-maize system in the North China
143
Plain. Nutrient Cycling in Agroecosystems. Volume 92, Issue 1. Págs.
21-33
Lieber, R. 1990. Statistical Significance and Statistical Power in
Hypothesis Testing. Journal of Orthopaedic Research. Raven Press,
Ltd., New York, Vol. 8: 304-309
López, P; Carballo, A; Martínez, A; López, H. 2000. Producción de
semilla de híbridos de maíz en suelos con diferente capacidad de
retención de humedad en el valle de Puebla. Rev. Fitotecnia Mexicana,
año/vol 23, número 002: 227 – 238
Ludwick, A. 1997. El Manejo de los Fertilizantes a Través de los
Sistemas de Riego: Fertirrigación (Parte I). Informaciones agronómicas
Vol. 2, Nº 1. Instituto de la Potasa y el Fósforo A.C. México y Norte de
Centroamérica - Potash & Phosphate Institute: 1 – 5
Manrique, A.; Fegan, W.; Sánchez, H.; Noriega, V.; Borbor, M.; Chura,
J.; Castillo, J.; Sarmiento, J. 1993. Manual del Maíz para la Costa. Ed.
Coord. G. de la Actividad Difusión de Tecn., Proyecto TTA. Perú. 93 p.
Marcano F.; Ohep C.; Francisco D. 1992. Efecto de la labranza y del
nitrógeno en algunos componentes del rendimiento, macroporosidad del
suelo, densidad radical y producción del Maíz (Zea mays, L). Rev.
Agronomía Trop. 44(1):5-22
Martens, D; Jaynes, D; Colvin, T; Kaspar, T; Karlen, D. 2006. Soil
Organic Nitrogen Enrichment Following Soybean in an Iowa Corn–
Soybean Rotation. Soil Sci. Soc. Am. J. 70: 382–392
Martínez, B. 2010. Estudio de la absorción y translocación del nitrógeno
en cítricos en función del aporte estacional del abono nitrogenado,
mediante la técnica de dilución isotópica. Tesis Doctoral. Universidad
Politécnica de Valencia, España. 248 p.
Martínez, E; Fuentes, J; Acevedo, E. 2008. Carbono orgánico y
propiedades del suelo. Revista de la ciencia del suelo y nutrición vegetal,
Temuco, v. 8, n. 1: 68-96.
Matheus J. 2004. Evaluación agronómica del uso del compost de
residuos de la industria azucarera (biofertilizante) en el cultivo de maíz
(Zea mays L.). Bioagro 16 (3): 219 – 224
144
Maturano, M. 2002. Estudio del uso del agua y del nitrógeno dentro del
marco de una agricultura sostenible en las regiones maiceras Castellana
– Machenga y Argentina. Tesis Doctoral. Universidad de Castilla, La
Mancha. España. 292 p.
Menge, D; Levin, S.; Hedin, L. 2008. Evolutionary tradeoffs can select
against nitrogen fixation and thereby maintain nitrogen limitation. PNAS,
February 5, vol. 105, no. 5: 1573–1578
Mengel K; Kirby A. 2000. Principles of Plant Nutrition. Ed. International
Potash Institute Bern, Switzerland. 4th Ed. 453 p.
MINAG. 2011. Situación actual del Maíz Amarillo Duro. Ministerio de
Agricultura del Perú. Oficina de Estudios Económicos Estadísticos.
Boletín electrónico del 23 de mayo del 2011.
MINAG. 2012. Estadísticas de maíz Amarillo duro 2011 – 2012.
Ministerio de Agricultura del Perú. Oficina de Estudios Económicos
Estadísticos. SISAP. Boletín electrónico del 12 de marzo del 2012.
Montañez, A; Abreu, C; Gill, P; Hardarson, G; Sicardi, M. 2009.
Biological nitrogen fixation in maize (Zea mays L.) by 15N isotope-
dilution and identification of associated culturable diazotrophs. Biology
and Fertility of Soils, Volume 45, Issue 3: 253 – 263.
Muruganandam, S; Israel, D; Robarge, W. 2009. Activities of Nitrogen
Mineralization Enzymes Associated with Soil Aggregate Size Fractions of
Three Tillage Systems. Soil Sci. Soc. Am. J., 73: 751-759.
Näsholm, T.; Kielland, K.; Ganeteg, U. 2009. Uptake of organic nitrogen
by plants. New Phytologist 182: 31–48.
Navarro C; Echeverría, H; Fonalleras, M; Manavella, I. 1991. Efecto de
los contenidos de humedad sobre la mineralización del nitrógeno en
suelos del sudeste bonaerense. Ciencia del Suelo, 9 (1-2):13-19
Nobela, L 2011. Influence of biosolid stability, temperature and water
potential on nitrogen mineralisation in biosolid amended soils, Tesis
Magister Scientiae. University of Pretoria. Sudáfrica. 176 p.
Onwonga, R.; Lelei, J.; Mochoge, B. 2010. Mineral Nitrogen and
Microbial Biomass Dynamics under Different Acid Soil Management
Practices for Maize Production. Journal of Agricultural Science. Vol. 2 n.1
145
Pampa, A. 2004. Efecto de la fertilización nitrogenada y de la aplicación
de hierro bajo dos modalidades; foliar y al suelo, en el rendimiento de
maíz (Zea mays, L.) híbridos PM-212 bajo riego por goteo. Tesis Ing.
Agrónomo. Universidad Nacional Agraria La Molina. Lima, Perú. 113 p.
Paul, E; Clark, F. 1996. Soil Mycrobiology and Biochemistry. Second
edition. Editorial Academic Press. Estados Unidos de América. 340 p.
Peña, A; González, F; Escobedo, F. 2010. Manejo Agronómico para
incrementar el rendimiento de grano y forraje en Híbridos tardíos de
Maíz. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Vol.1 Núm.1: 27-35
Perotti, E; Chapo, G; Pidello, A. 1995. Actividad nitrogenasa en relación
con el carbono disponible y el nitrógeno inorgánico en un Argiudoll.
Ciencia del suelo, vol. 13: 11 – 15.
Quesada, J; Figuerola, J. 2010. Potencia de una prueba estadística:
aplicación e interpretación en ecología del comportamiento. Etologuía.
22.19-36
Quezada, C. 2007. Potencia estadística, sensibilidad y Tamaño de
efecto:¿un nuevo canon para la investigación?. Onomázein,16, 159-170.
Quirós, R; Ramírez, C. 2006. Efecto de rastrojos en la biomasa
microbiana en un agroecosistema arrocero inundado. Agronomía
mesoamericana, Julio-Diciembre. Año/vol. 17, número 002: 167 – 178.
Rao, A; Smith, J; Papendick R; Parr, J. 1991. Influence of Added
Nitrogen Interactions in Estimating Recovery Efficiency of Labeled
Nitrogen. Soil Science Society American Journal. 55:1616 -1621.
Rennie, R. 1980. 15N-Isotope dilution as a measure of dinitrogen fixation
by Azospirillum brasilense associated with maize. Canadian Journal of
Botany, 1980, 58(1): 21-24
Rengel, Z. 2002. Handbook of Plant Growth, pH as the Master Variable.
Ed. Marcel Dekker, Inc. New York, USA. 423 p.
Reta, D; Cueto, J; Gaytán, A; Santamaría, C. 2007. Rendimiento y
extracción de nitrógeno, fósforo y potasio de maíz forrajero en surcos
estrechos. Agricultura Técnica. Méx. 33 (2): 145 - 151 pp.
Rimski – Korsakov, H; Rubio, G; Pino, I; Lavado, R. 2008. Destino del
nitrógeno del fertilizante en un cultivo de Maíz. Informaciones
146
Agronómicas del Cono Sur n º39. International Plant Nutrition Institute
(IPNI). Argentina: 1– 5
Rivera, M; Estrada, J; Orona, J; Martínez, J. 2004. Forage corn (Zea
mays L.) production under narrow row and subsurface drip Irrigation
conditions. Universidad Juárez del estado de Durango. Rev. Agrofaz.
Volumen, número 1.
Roesch, L; Olivares, F; Pereira, L; Selbach, P; Saccol, E; Oliveira, F.
2006. Characterization of diazotrophic bacteria associated with maize:
effect of plant genotype, ontogeny and nitrogen-supply. World Journal of
Microbiology & Biotechnology, 22: 967–974
Rollan, A; Bachmeier, O; Sereno, R. 1999. Mineralización de nitrógeno in
situ en un cultivo estival: efecto de la humedad edáfica y forma
nitrogenada presente. Agriscientia, 16:11-16.
Ruiz, E. 2011. Caracterización agromorfológica y molecular de 49
accesiones del banco de germoplasma del programa de maíz (Zea mays
L.) de la EET-Pichilingue del INIAP en el cantón Quevedo de la provincia
de los ríos. Tesis Ing. Agrónomo. Escuela Politécnica del Ejército.
Ecuador. 116 p.
Sabahi, H, Veisi, H; Soufizadeh, S; Asilan, K. 2010. Effect of fertilization
systems on soil microbial biomass and mineral nitrogen during Canola
(Brassica napus L.) development stages. Commun. Soil Sci. Plant 41,
1665–1673.
Saito, A.; Minamisawa, K. 2006. Evaluation of the Nitrogen-fixing Ability
of Endophytic Clostridia based on Acetylene Reduction and Reverse
Transcription-PCR Targeting the nifh Transcript and Ribosomal RNA.
Microbes Environ. Vol. 21, No. 1: 23–35.
Salamanca, C. 2008. Efecto de las fuentes orgánicas obtenidas de los
subproductos agroindustriales de la caña de azúcar (Saccharum
officinarum, L.) y el plátano (Musa spp.) sobre la actividad microbiana y
enzimática en el suelo. Tesis Ing. Agrónomo. Universidad Nacional de
Colombia. 63 p.
Salisbury, F.; Ross C. 1993. Fisiología de las plantas. Thomson Ed.
Spain. Paraninfo S.A. Madrid, España. 988 p.
147
Sánchez, M; Ascheri, L. 2005. Fertilización nitrogenada de Maíz en el
sudeste de Córdoba CREA Monte Buey-Inriville Campañas 2003-04 y
2004-05. Informaciones Agronómicas No 27: 18 – 20
Satorre, E. 2002. Generación del rendimiento en el cultivo de maíz:
Efectos de la nutrición nitrogenada. INPOFOS Cono Sur en “Fertilidad
2002”: 19-23.
Shukla, G; Varma, A. 2011. Soil Enzymology. Soil Biology, Vol. 22. 1st
Edition. XVI, 385. 76 p.
Soltero-Díaz, L; Garay-López, C; Ruiz-Corral, J. 2010. Respuesta en
rendimiento de híbridos de Maíz a diferentes distancias entre surcos y
densidades de plantas. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas Vol.1
Núm.2 1 de abril-30 de junio: 149-158
Thomas, L; Juanes, F. 1996. The importance of statistical power
analysis: an example from Animal Behaviour. Rev. Anim. Behav., 1996,
52: 856–859
Tisdale, S; Nelson, W. 1991. Fertilidad del suelo y fertilizantes. Ed.
Limusa S. A. México. 760 p.
Uhart, S; Andrade, F. 1995. Nitrogen Deficiency in Maize: I. Effects on
Crop Growth, Development, Dry Matter Partitioning, and Kernel Set.
Crop Science. Vol. 35: 1376-1383
Ulloa, A; Dennen, F; Aguilar, O; Viloria, A; Ortega, R; Montiel, F. 2010.
Proteínas de estrés: elementos básicos en la homeostasis. Medicina
Interna de México, 26(2), 148.
Van Groenigen, K; Six, J; Hungate, B; De Graaff, M; Van Breemen, N;
Van Kessel, N. 2006. Element interactions limit soil carbon storage.
PNAS, April 25, vol. 103, no. 17: 6571–6574
Van Kessel, C; Roskoski, J. 1988. Row spacing effects on N2-fixation, N-
yield and soil N uptake of intercropped cowpea and maize. Plant and Soil
111, 17-23.
Vázquez-Gálvez, G; Cárdenas-Navarro, R; Lobit, P. 2008. Effect of
nitrogen on growth and yield of strawberry irrigated on drip and gravity
systems. Agricultura Técnica en México Vol. 34 Núm. 2 Abril-Junio 2008:
235-241
148
Videla, H; Echeverría, S; López, S; Melaj, M; Bárbaro, N. 2004.
Recuperación del 15n-urea aplicado a la siembra o al macollaje en trigo
en un suelo somero. Rev. Ciencia del Suelo 22 (2): 83 – 91.
Villar, P; Villar J; Ferrer, F; Aran, M. 2000. Optimización de la fertilización
nitrogenada en maíz en suelos calcáreos del área regada por los
canales de Urgell (Lleida), Rev. Invest. Agrar. 15: 105–123.
Villarreal, M. 2006. Efecto de la fertilización nitrogenada en tres híbridos
experimentales y un híbrido comercial de maíz (Zea mays L.) bajo riego
por goteo. Tesis Ing. Agrónomo. Universidad Nacional Agraria La Molina,
Lima, Perú. 144 p.
Wolkowski, R; Lowery B. 2008. Soil Compaction: Causes, concerns and
cures. Division of Cooperative Extension of the University of Wisconsin--
Extension, 2008. 8 p.
Wong-González, E. 2010. ¿Después de un análisis de variancia…qué?
ejemplos en ciencia de alimentos. Rev. Agronomía Mesoamericana
21(2): 349-356.
Yu, H; Ding, W; Luo, J; Geng, R; Ghani, A; Cai, Z. 2012. Effects of long-
term compost and fertilizer application on stability of aggregate-
associated organic carbon in an intensively cultivated sandy loam soil.
Biology and Fertility of Soils, Volume 48, issue 3: 325 - 336.
Zagal, E.; Longeri, L; Vidal, I; Hoffman, G; González, R. 2003. Influencia
de la adición de nitrógeno y fósforo sobre la descomposición de paja de
trigo en un suelo derivado de cenizas volcánicas. Rev. Agric. Téc. Chile.
63:403-415
Zermeño, A; García, M; Castro, B; Rodríguez, H. 2007. Tensión de
humedad del suelo y rendimiento de fruto en limón italiano. Rev.
Fitotecnia Mexicana. Vol 30 (3): 295 – 303
Zhang, X; Bai, W; Gilliam, F; Wang, Q; Han, X.; Li, L. 2011. Effects of in
situ freezing on soil net nitrogen mineralization and net nitrification in
fertilized grasslands of northern China. Grass and Forage Science 66:
391–401
149
XI. ANEXOS
150
ANEXO 1 - ANALISIS DE VARIANCIA DEL ANALISIS COMBINADO DE LAS VARIABLES EVALUADAS EN EL ESTUDIO
CUADRADOS MEDIOS
NÚMERO
GRADOS ANTESIS ANTESIS ALTURA LONGITUD
DIAMETRO HOJAS DIAMETRO
FUENTE DE VARIACIÓN DE MASCULINA FEMENINA PLANTA MAZORCA
TALLO (mm) (No. hojas MAZORCA (mm)
LIBERTAD (Días) (Días) (metros) (mm)
/planta)
Diseño de los Sistemas de
1 4,0 0,1 0,3 36,20 * 5,92 * 650,3 16,0
riego (S)
151
…… Continuación.
CUADRADOS MEDIOS
GRADOS DE MAZORCAS EN PLANTA RENDIMIENTO DE PESO MIL GRANOS
FUENTE DE VARIACIÓN PESO MAZORCA (gramos)
LIBERTAD (No. mazorcas/planta) GRANO (t/ha) (gramos)
Diseño de los Sistemas de 1
9662,45 ** 0,003 33,07 * 12267.5 *
riego (S)
Repetición/ S 2 24,53 0,003 0,045 622.78
Compost (C) 2 954,98 0,003 2,2 1613.14
SxC 2 83.67 0,007 0,89 605.1
Error a 4 392.91 0,003 1,7 1186.5
Urea (U) 2 275.63 0,017 0,15 33.3
UxS 2 48.32 0,006 0.099 200.49
UxC 4 325,35 0,006 1,1 134.96
UxCxS 4 86.78 0,004 0,04 434.33
Error b 12 264.18 0,007 0.92 758.999
Nota: * = Significativo al 0.05 de probabilidad; ** = Significativo al 0.01 de probabilidad
152
ANEXO 2 - ANALISIS DE VARIANCIA POR SISTEMAS DE RIEGO DE LAS VARIABLES EVALUADAS EN EL ESTUDIO
CUADRADOS MEDIOS
ANTESIS MASCULINA(Días) ANTESIS FEMENINA (Días) ACAME (No. plantas/unidad experimental) ALTURA DE PLANTA (metros) DIAMETRO DE TALLO (mm)
FUENTE DE SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO
GL SURCO PAREADO SURCO SIMPLE
VARIACIÓN PAREADO SIMPLE PAREADO SIMPLE PAREADO SIMPLE PAREADO SIMPLE
Bloques 1 2,72 * 9,39 0,89 5,56 2,00 2,72 0,16 ** 0,09 0,68 1,28
Compost (C) 2 17,05 ** 6,72 20,22 * 5,39 1,89 1,17 0,10 ** 0,06 1,05 2,43
Error(a) 2 0,06 1,72 0,89 8,72 0,67 0,39 0,0005 0,12 3,12 3,25
Urea (U) 2 6,89 3,56 3,39 1,06 4,06 0,50 0,02 0,0017 0,22 2,01
UC 4 2,06 4,22 0,89 5,56 2,22 0,17 0,03 0,01 1,08 0,93
Error(b) 6 4,11 3,11 4,06 9,83 6,61 0,17 0,02 0,02 1,44 2,92
Nota: * = Significativo al 0.05 de probabilidad; ** = Significativo al 0.01 de probabilidad. GL= Grados de Libertad
153
……. Continuación
CUADRADOS MEDIOS
DIAMETRO MAZORCA MAZORCAS EN PLANTA RENDIMIENTO DE GRANO PESO MIL GRANOS
PESO MAZORCA (gramos)
(mm) (No. mazorcas/planta) (t/ha) (gramos)
Bloques 1 4,50 0,06 23,54 25,51 0,0038 0,0013 0,09 0,0003 1144.19 101.37
Compost (C) 2 2,06 1,72 698,7 339,9 0,0037 0,0064 1,24 1,87 1145.88 1072.36
Error(a) 2 12,17 1,39 420,49 365,32 0,0014 0,0037 0,9 2,5 919.34 1453.67
Urea (U) 2 0,22 1,56 76,7 247,26 0,0037 0,0194 0,005 0,24 61.33 172.47
UC 4 0,47 3,06 183,56 228,56 0,0078 0,0019 0,4 0,77 260.16 309.13
Error(b) 6 2,28 1,44 375,47 104,2 0,0072 0,0078 0,43 0,98 438.96 915.8
Nota: * = Significativo al 0.05 de probabilidad; ** = Significativo al 0.01 de probabilidad. GL= Grados de Libertad
154
ANEXO 3 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE DIAS A LA FLORACION MASCULINA Y FEMENINA
155
ANEXO 4 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE ACAME DE RAIZ Y ALTURA DE PLANTA
156
ANEXO 5 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE DIAMETRO DE TALLO Y NÚMERO DE
HOJAS TOTALES POR PLANTA
157
ANEXO 6 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE LONGITUD Y DIAMETRO DE MAZORCA,
Y NUMERO DE MAZORCAS POR PLANTA
158
ANEXO 7 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE PESO DE MAZORCA Y PESO DE MIL
GRANOS
159
ANEXO 8 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LA VARIABLE DE RENDIMIENTO DE GRANO
160
ANEXO 9 - DESCRIPCION DE LA PRUEBA DE HOMOGENEIDAD DE
VARIANZAS DE SNEDECOR - STEVENS
𝑋𝑗 2
𝑆𝑡 2 = 2𝐺 [ ]
ℎ𝐺
𝑆𝑐 2 2
𝑋𝑡 2 = (ℎ − 1) [ ]
𝑆𝑡 2
161
Donde:
𝑆𝑐 2 = varianza calculada
𝑆𝑡 2 = varianza teórica
,
,indicando ello que no hay homogeneidad de varianzas.
162
ANEXO 10 - RESULTADOS DE LA PRUEBA DE HOMOGENEIDAD DE SNEDECOR – STEVENS REALIZADO EN
LAS VARIABLES EVALUADAS EN ESTUDIO
LONG. MAZORCA 1390,00 1912,50 5589756,25 3302,50 5453253,1 6 12 908875,52 136503,13 3,84 0,15 3,69
HOJAS TOTALES 9,24 2,66 92,48 11,90 70,86 6 12 11,81 21,62 3,84 1,83 2,01
DIAM. DE TALLO 22,39 37,92 1939,21 60,31 1818,61 6 12 303,10 120,60 3,84 0,40 3,44
ALTURA PLANTA 0,61 0,59 0,71 1,19 0,71 6 12 0,12 0,00 3,84 0,00 3,84
ACAME 81,78 8,50 6759,85 90,28 4075,04 6 12 679,17 2684,82 3,84 3,95 -0,11
FLOR FEMENINA 83,78 117,11 20733,73 200,89 20178,1 6 12 3363,03 555,56 3,84 0,17 3,68
FLOR MASCULINA 83,61 68,94 11744,15 152,56 11636,6 6 12 1939,43 107,56 3,84 0,06 3,79
RENDIMIENTO 8,57 17,76 389,04 26,34 346,83 6 12 57,80 42,22 3,84 0,73 3,11
MAZORC POR PLANTA 0,10 0,11 0,02 0,21 0,02 6 12 0,00 0,00 3,84 0,05 3,79
42452937, 7075489,6
PESO MAZORCA 2893,79 6320,65 48324602,85 9214,44 6 12 5871665,23 3,84 0,83 3,01
6 0
Nota: No se cumple la Prueba de homogeneidad de Snedecor – Stevens en los casos que se obtiene una diferencia resultante negativa. La repetición (*) refiere a cada uno de
los Sistemas de Riego establecidos en el estudio. GL = Grados de Libertad. H es igual a número de tratamientos, por tanto, HG = (número de tratamientos) x (grados de
libertad) en ese caso.
163
ANEXO 11 - ANALISIS DE CARACTERIZACION DEL SUELO
Franco Arenoso
Franco Arenoso
Hu-
CE N 𝑃2 𝑂5 𝐾2 O CaO MgO
Muestra pH MO (%) medad
(dS/m) (%) (%) (%) (%) (%)
(%)
Compost 7.66 7.85 28.25 1.26 2.74 1.26 4.69 1.68 47.82
Na Rela-
C (%)
(%) ción C/N
164
ANEXO 13 - GRÁFICOS DE ANÁLISIS DE DATOS – NUMERO DE
PLANTAS OBSERVADAS (LOGRADAS U OBTENIDAS) EN LA
COSECHA
84.00
82.00
Número de plantas por unidad
80.00
experimental (subparcela)
78.00
76.00
74.00
72.00
70.00
68.00
66.00
64.00
62.00
60.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamiento
95.00
90.00
Número de mazorcas por unidad
85.00
experimental (subparcela)
80.00
75.00
70.00
65.00
60.00
55.00
50.00
45.00
40.00
35.00
30.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamiento
165
ANEXO 15 - GRÁFICOS DE ANÁLISIS DE DATOS – NÚMERO DE
HOJAS SOBRE LA MAZORCA OBSERVADO EN LA COSECHA
6.80
Número de hojas sobre la mazorca / planta
6.60
6.40
6.20
6.00
5.80
5.60
5.40
5.20
5.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamiento
166
ANEXO 16 - CONDICIONES METEOROLOGICAS OBSERVADAS EN
EL DESARROLLO DEL CULTIVO EN ESTUDIO
167
ANEXO 17 - ANALISIS DEL AGUA DE RIEGO Y DEL NITRATO EN EL
SUELO
168
ANEXO 18 - FOTOS TOMADAS DURANTE EL DESARROLLO DEL
ESTUDIO
169
DESARROLLO VEGETATIVO HASTA LA COSECHA: Vistas en orden
cronológico del desarrollo del cultivo en estudio hasta la cosecha (de izquierda
a derecha, y de arriba hacia abajo).
170
DESARROLLO REPRODUCTIVO HASTA COSECHA POR SISTEMA DE
RIEGO: Vistas del desarrollo cronologico del cultivo bajo el Sistema de Riego
en Surcos Simples.
171
ANEXO 19 - CROQUIS O DISTRIBUCIÓN DE LOS TRATAMIENTOS EN EL CAMPO EN ESTUDIO
Campo de Frejol
Calle
SURCOS SIMPLES SURCOS PAREADOS
10 t/ha 0 t/ha 5 t/ha 0 t/ha 5 t/ha 10 t/ha
240 120 0 240 120 120 240 0 240 0 120 0 240 120 120 240 0
0 kg/
BLOQUE I kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/
ha
ha ha ha ha ha ha ha ha ha ha Ha ha ha ha ha ha ha
T9 T7 T8 T1 T3 T2 T5 T6 T4 T3 T1 T2 T4 T6 T5 T8 T9 T7
Código de
la
233 232 231 223 222 221 213 212 211 133 132 131 123 122 121 113 112 111
Campo de subparcela Trocha
(*)
Maíz Calle
Calle
(camino o
(Chala) 5 t/ha 10 t/ha 0 t/ha 5 t/ha 0 t/ha 10 t/ha pista)
240 120 0 120 240 120 0 240 0 240 120 240 120 0 240 0 120
0 kg/
BLOQUE II kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/
ha
ha ha ha ha ha ha ha ha ha ha Ha ha ha ha ha ha ha
T6 T4 T5 T7 T8 T9 T2 T1 T3 T4 T6 T5 T3 T2 T1 T9 T7 T8
Código de
la
263 262 261 253 252 251 243 242 241 163 162 161 153 152 151 143 142 141
subparcela
(*)
Calle
Experimento de Parcelas Demostrativas (Campo de Maíz amarillo duro)
Nota: La letra T acompañada de un número identifica un tratamiento en cada una de las unidades experimentales (subparcela)
establecidas en el campo. Asimismo, las parcelas indican las aplicaciones de compost (t/ha), y las subparcelas, indican las
aplicaciones de nitrogeno inorgánico (en forma de urea, en kg/ha). El signo (*), refiere a los códigos de ubicación de cada unidad
experimental (subparcela) en el campo en estudio (siendo estos referidos en el anexo 20 y 21).
172
ANEXO 20 - DATOS OBTENIDOS EN LA EVALUACION DE CADA EXPERIMENTO EN CAMPO – SISTEMA DE
RIEGO EN SURCOS PAREADOS
VARIABLES EVALUADAS EN EL SISTEMA DE RIEGO EN SURCOS PAREADOS
Peso de
Código de Peso de
No. de Longitud Diámetro Porcentaje la
la FACTOR A FACTOR Floración Floración Altura de Altura de Diámetro No. de mazorca
Tratamiento Bloque No. de Plantas Acame Hojas de de de Unidad
subparcela (Compost) B (Urea) masculina femenina Planta Mazorca del Tallo Mazorcas (14 %
Totales Mazorca mazorca humedad Exp. (14
* HD)
% HD)
Plantas/unid. Plantas/unid.
Niveles Niveles Días Días Metros Metros mm. mm. mm. gramos % Kg
experimental experimental
132 1 1 1 1 117 121 84 2 2,4 1,4 22,1 16,5 84 174 48 156,63 22,5 13,16
151 1 1 1 2 121 124 80 2 2,6 1,7 25,8 16,5 67 175 49 180,96 21,6 12,12
131 2 1 2 1 120 122 81 0 2,4 1,4 24,2 15,3 87 191 50 156,63 23,9 13,63
152 2 1 2 2 116 123 80 5 2,7 1,6 23,6 15,5 88 179 47 143,27 23,1 12,61
133 3 1 3 1 117 122 84 9 2,4 1,6 24 16,8 83 180 51 182,67 23,3 15,16
153 3 1 3 2 115 122 80 2 2,5 1,4 24,3 16 89 171 47 134,81 23 12,00
123 4 2 1 1 119 123 79 1 2,3 1,4 25,3 16,3 81 178 48 146,58 23,8 11,87
163 4 2 1 2 117 122 83 0 2,7 1,7 22,5 16,8 88 175 49 153,01 22,8 13,47
121 5 2 2 1 121 125 80 2 2,2 1,5 23,4 15,6 81 157 47 142,04 22,7 11,51
161 5 2 2 2 118 122 80 0 2,1 1,6 22,8 15,2 87 162 49 125,23 23,2 10,89
122 6 2 3 1 115 124 82 1 2,1 1,4 24,2 14,9 88 168 47 139,99 22,1 12,32
162 6 2 3 2 117 128 82 0 2,4 1,3 22,4 15,5 74 170 48 146,13 22,5 10,81
111 7 3 1 1 121 125 75 2 2,5 1,5 22,8 14,6 86 176 47 117,66 22,3 10,12
142 7 3 1 2 120 125 81 1 2,6 1,7 23,7 16,4 84 187 48 141,81 21,8 11,91
113 8 3 2 1 121 128 82 0 2,4 1,6 25,5 16,1 86 192 45 149,07 22,9 12,82
141 8 3 2 2 121 125 75 2 2,7 1,6 25 16,3 80 176 49 140,26 22,8 11,22
112 9 3 3 1 121 125 77 3 2,5 1,5 25,3 14,4 84 179 45 119,85 22 10,07
143 9 3 3 2 120 128 79 2 2,6 1,6 23,2 16,3 78 184 51 166,23 23,1 12,97
Nota: *, indica el código de campo establecido para cada unidad experimental, cuya ubicación en el campo se indica en el croquis respectivo (anexo 19)
173
….. Continuación.
174
ANEXO 21 - DATOS OBTENIDOS EN LA EVALUACION DEL EXPERIMENTO EN CAMPO – SISTEMA DE RIEGO EN
SURCOS SIMPLES
175
….. Continuación
176
UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA
FACULTAD DE AGRONOMÍA
Presentado por:
Raúl Juan Omar Sotomayor Álvarez
Lima - Perú
2014
177
UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA
FACULTAD DE AGRONOMÍA
Presentado por:
INGENIERO AGRÓNOMO
…………………………………………….. ……………………………………………..
Ing. Constantino Calderón Mendoza Ing. Julián Chura Chuquija
PRESIDENTE PATROCINADOR
…………………………………………….. ……………………………………………..
Ing. Ricardo Sevilla Panizo Ing. Raúl Blas Sevillano
MIEMBRO MIEMBRO
Lima – Perú
2014
178
A mis padres, Raúl y Enma,
por su entrega y confianza
A mis hermanos,
por su apoyo y comprensión
179
AGRADECIMIENTOS:
180
INDICE GENERAL
Contenido
I. INTRODUCCION .......................................................................................................................... 1
3.6 Situación actual e importancia del Maíz amarillo duro en el Perú ................................... 10
181
4.7.1 VARIABLE DE RENDIMIENTO ...................................................................................... 29
V. RESULTADOS ........................................................................................................................... 34
VI. DISCUSION.............................................................................................................................. 53
182
6.1.3 Variables Vegetativas ................................................................................................. 64
6.3.2 La dinámica del nitrógeno en las aplicaciones de urea (sin compost) ....................... 87
6.4 El Carbono del Suelo y su relación con la respuesta observada en el estudio ................. 96
6.5 La Importancia del Riego en las respuestas observadas en los tratamientos ................ 102
6.5.2 El riego y el mejoramiento de las condiciones del suelo en los tratamientos ......... 106
6.5.3 La respuesta del cultivo y su dinámica con el riego en el estudio ........................... 112
6.5.4 La humedad del suelo y la dinámica del carbono y del nitrógeno en el campo ...... 117
183
ANEXO 2 - ANALISIS DE VARIANCIA POR SISTEMAS DE RIEGO DE LAS VARIABLES EVALUADAS
EN EL ESTUDIO ...................................................................................................................... 153
ANEXO 17 - ANALISIS DEL AGUA DE RIEGO Y DEL NITRATO EN EL SUELO ............................ 168
184
ANEXO 20 - DATOS OBTENIDOS EN LA EVALUACION DE CADA EXPERIMENTO EN CAMPO –
SISTEMA DE RIEGO EN SURCOS PAREADOS .......................................................................... 173
185
INDICE DE CUADROS
186
INDICE DE FIGURAS
187