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I.

INTRODUCCION

El nitrógeno es uno de los insumos más determinantes de la productividad en


agricultura (Mengel y Kirby, 2000). Sin embargo, este nutriente es uno de los
insumos que normalmente es utilizado en forma inadecuada en la mayoría de
cultivos. Por ello, es necesario propiciar el aprovechamiento eficiente de este
insumo para lograr una mayor optimización de la producción en los campos de
cultivo.

Asimismo, como otros cultivos, el maíz es de suma relevancia en la seguridad


alimentaria; sin embargo, igualmente los componentes de su competitividad
productiva no son innovados a la par de las exigencias del mercado. Así, la
cada vez menor disponibilidad de agua para riego, el encarecimiento de los
insumos y otros problemas medioambientales, impactan de forma negativa en
este aspecto; por ello, la innovación tecnológica en este y otros cultivos es una
necesidad permanente para mantener la competitividad de su producción.
Igualmente, el uso del maíz en los estudios en agronomía en general es muy
importante, siendo el estudio del nitrógeno en este cultivo de consideración en
este tema, tal como se observa en la literatura respectiva (por ejemplo, Uhart y
Andrade, 1995).

Conforme a lo indicado anteriormente, en este estudio se propone la utilización


de alternativas tecnológicas ya generadas en la actualidad, como son el uso de
riego presurizado (o por goteo) en un diseño en el campo en surcos
individuales y en forma aproximada (o en pares, es decir, surcos regados por
una sola línea o cinta de riego). A ello, se implementa el uso de abonos
orgánicos y sintéticos nitrogenados para observar la dinámica de estos
insumos en sus respectivos medios con la finalidad de optimizar en mayor
medida su aprovechamiento en el sistema productivo, para que estos puedan
ser utilizados posteriormente en forma más adecuada en el campo según la
conveniencia y finalidad comercial dada o prevista para cada caso.

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II. OBJETIVOS

 Determinar el efecto de los sistemas de riego presurizados en surcos


simples y surcos pareados en el crecimiento vegetativo, capacidad
productiva, precocidad, rendimiento y calidad de grano del maíz amarillo
duro variedad “Experimental 5“.

 Determinar el efecto de la fertilización orgánica y convencional en el


crecimiento vegetativo, capacidad productiva, precocidad, rendimiento y
calidad de grano del maíz amarillo duro variedad “Experimental 5“.

 Estimar el efecto de la interacción del Compost y de la Urea en la


respuesta a la fertilización nitrogenada del maíz amarillo duro variedad
“Experimental 5“, bajo los sistemas de riego presurizados en surcos
simples y surcos pareados.

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III. REVISION BIBLIOGRAFICA

3.1 La Extracción de Nitrógeno en el maíz

Hermanson et al. (2000) indican que en los cultivos el nitrógeno siempre es


extraído de forma importante para su metabolismo. Ciampitti y Garcia (2007)
indican que dentro de la mayoría de cultivos industriales, solo la soya logra
superar al maíz en extracción de nitrógeno en el campo (o medio productivo),
aunque sin evidenciarse diferencia de consideración entre ambos.

Respecto a ello, Tisdale y Nelson (1991) refieren que el maíz extrae cantidades
importantes de nitrógeno, a comparación de los demás cultivos, y ello es así
referido similarmente por Mengel y Kirby (2000); indicando estos autores
además que, de los cereales, el maíz es el cultivo que más extrae nitrógeno en
la producción en campo.

Asimismo, aparte que el maíz sea un cultivo de una extracción importante de


nitrógeno, se debe indicar también que la tasa de absorción de este nutriente
en el maíz es una de las más altas en los cultivos, puesto que en menos de un
mes absorbe casi el 30 % del nitrógeno total que requiere para su desarrollo
(Ludwick, 1997). Y tal es así, que su sola deficiencia en ese periodo provoca
reducciones severas en el crecimiento y desarrollo del cultivo, básicamente por
una menor tasa de crecimiento y una menor expansión foliar (limitando su
importante tasa de fotosíntesis, dado que es una C – 4), lo que hace que el
nitrógeno sea dentro de los nutrientes esenciales uno de los que más limiten el
rendimiento del cultivo en el campo.

Por tanto, es por lo que se ha referido anteriormente en este tema, que se toma
en cuenta al cultivo de maíz como un indicador idóneo de la eficiencia de la
fertilización nitrogenada en el campo en este estudio, aparte además, de ser un
cultivo de amplio conocimiento académico y económico - social, ello tanto a
nivel nacional como internacional, lo que facilita su utilización como insumo o
material importante en las investigaciones agronómicas en el campo, siendo

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por ello entonces indicado para el planteamiento de la presente propuesta de
investigación.

3.2 Fertilización Nitrogenada en el Maíz

El nitrógeno es uno de los elementos más limitantes para obtener altos


rendimientos en el maíz y otros cultivos. Los estudios indican que una
adecuada aplicación de nitrógeno en el suelo redituará en un incremento del
rendimiento de grano, y también en el contenido de proteínas en los tejidos y
en el grano de este cultivo (Ibrahim y Hala, 2007).

El nitrógeno está ligado al crecimiento vegetativo del maíz, y por ende a su


posterior producción de materia seca. Este nutriente participa en la síntesis de
proteínas y por ello es vital para la actividad metabólica de la planta y por ende
también para su producción o fijación de carbono en la fotosíntesis. Por ello, su
deficiencia provoca severas reducciones en el crecimiento del cultivo,
básicamente por una menor tasa de crecimiento y de expansión foliar que
reducen a su vez su captación de radiación fotosintética y su acumulación de
materia seca. Asimismo, el aumento de los niveles de nitrógeno en el suelo
incrementan el peso radical, la longitud y el número de raíces primarias del
cultivo (Marcano et al., 1992).

Cabe indicar que según se refiere en los estudios con aplicaciones de


nitrógeno sintético al suelo, Peña et al. (2010) indican por ejemplo que la
máxima producción de grano en ese cultivo se logra con la aplicación de 225
kg de Nitrógeno/ha. A su vez, Sánchez y Ascheri (2005) concluyeron en su
estudio que luego de una oferta óptima de nitrógeno de 230 kg Nitrógeno/ha al
suelo, el rendimiento del cultivo ya no sigue aumentando a medida que se
incrementa la oferta de nitrógeno inorgánico al medio referido. Asimismo, en la
UNALM, Villareal (2006) observa en su estudio que luego de la aplicación de
180 kg Nitrógeno/ha, ya no se aprecian incrementos en el rendimiento de grano
en el maíz. De ello se derivaría entonces que las dosis utilizadas o propuestas
en este estudio deberían de estar llegando a cumplir los requerimientos o
necesidades nutricionales del cultivo establecido en el campo en este caso.

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3.3 El Compost y la Fertilización Nitrogenada en el Maíz

De Grazia et al. (2006) mencionan que el principal efecto benéfico de los


materiales compostados es el de disminuir la pérdida de nutrientes, debido a la
mayor retención hídrica y al aumento de la capacidad de intercambio de iones
del suelo. Pero por otro lado, se menciona que la actividad microbiológica y
enzimática del suelo es beneficiada o incrementada por las aplicaciones de
enmienda orgánica en sus diversos tipos (Salamanca, 2008; Chocano et al.,
2008).

Respecto a la actividad microbiológica y enzimática obtenida con este tipo de


insumos, en los estudios con ureasa (enzima que es clave en la degradación
de la urea), se observa que esta es favorecida por los aportes de diversos tipos
de composta, a contraparte a no realizar aplicación alguna de material orgánico
en el medio edáfico. Según se observa en el estudio de Álvarez-Solís et al.
(2010), en un suelo con 3.3% de materia orgánica, sembrado con maíz y
aplicado con cantidades bajas de fertilizantes sintéticos (en ese caso
aplicaciones de 60 kg de Nitrógeno/ha en forma de urea), se observó que la
ureasa tuvo una alta actividad en el suelo; pero, cuando se aplicaron
cantidades más altas de fertilizantes sintéticos nitrogenados, la actividad de
esta enzima decreció significativamente en dicho medio. Contrario a ello,
cuando se combinó en ese estudio la fertilización inorgánica con el compost en
el suelo, la actividad de esta enzima aumentó nuevamente de forma
importante.

De lo indicado en el estudio anterior, se podría derivar asimismo, que se podría


estar aumentando la disponibilidad de nitrógeno en el suelo en dichos casos
(tal como así también lo indican los autores), dado que se observó que las
combinaciones de urea y compost aplicados al medio obtuvieron los mayores
rendimientos de grano en ese estudio.

Es así que en el maíz por ejemplo, se han reportado incrementos importantes


en el rendimiento del cultivo con altas cantidades de compost incorporadas al
suelo. Dimas et al. (2001) informaron que aplicaciones de 20 y 30 t/ha de
compost en el campo no obtuvieron diferencias con el tratamiento aplicado con

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sólo fertilizantes sintéticos (120 kg de Nitrógeno/ha) en el rendimiento de grano.
Asimismo, Fortis-Hernández et al. (2010) refieren en su estudio que los
mayores valores de rendimiento (de materia seca) se obtuvieron con las
aplicaciones de vermicompost, a comparación de los demás tratamientos,
donde se realizó la aplicación de 200 kg de Nitrógeno/ha en uno de los
tratamientos con sólo fertilizantes sintéticos.

Como un aspecto importante a resaltar, está el que al realizar aplicaciones de


fertilizantes al suelo mayormente se ha tratado de cuantificar cuánto se obtiene
o cuál es la ley de cada abono orgánico o inorgánico y posteriormente
compararlos entre sí, deduciendo con ello el potencial de fertilización de cada
uno de estos.

Pero ello en este estudio se cree que no sería tan sencillo de considerar o
estipular de tal forma, dado que por ejemplo, al aplicarse las enmiendas
orgánicas se observa que hay una acción diferenciada en la actividad
enzimática del suelo con estos insumos, que indirectamente resultaría en un
aporte nutricional al medio edáfico al final de dicho suceso, y ello debido
probablemente a que este insumo interactúa con los materiales orgánicos e
inorgánicos de dicho medio, lo que al final se traduciría en un aporte o aumento
de los niveles de nitrógeno disponibles en el suelo. Si bien estos aportes no
serían provenientes directamente de la ley del fertilizante orgánico, al final
cumplirían el objetivo concreto de incrementar el nivel nutricional del suelo para
el beneficio de las plantas, y todo ello incentivando los mecanismos biológicos
que ocurren siempre en todos los medio ambientes edáficos con la práctica de
la fertilización (externa o antrópica) en el suelo.

3.4 La Fertilización y la Dinámica del Suelo

Las aplicaciones de fertilizantes ya sean sintéticos u orgánicos, influencian


directamente la dinámica nutricional del suelo. Esta dinámica a su vez está
regida (respecto al nitrógeno) mayormente por la influencia de los
microorganismos en el medio edáfico, dado que todos los procesos que derivan

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en la mineralización de este nutriente son llevados a cabo por endo y
exoenzimas microbianas (Tisdale y Nelson, 1991).

Dichos aspectos descritos en la dinámica nutricional anteriormente, de darse el


caso entonces, podrían conllevar a un mejor desempeño productivo del suelo y
por tanto del cultivo bajo ese medio; y ello, según se menciona en los estudios,
adquiriría relevancia en la nutrición de los cultivos, según sea el caso. Por
ejemplo, Rimsky-Korsakov et al. (2008) en el cultivo de maíz, mencionan que
una cantidad importante de nitrógeno aportado al cultivo en su estudio provino
del mismo suelo (más del 50%), y el resto del nitrógeno provino de la fuente
inorgánica sintética (o de los fertilizantes). Ello concuerda a su vez con lo
indicado en la recopilación de más de 100 estudios referidos a este tema, en el
cual se hizo uso de la técnica de isótopos estables de nitrógeno en cada uno
de estos casos (Gardner y Drinkwater, 2009).

La influencia en la dinámica nutritiva o productiva del suelo con las aplicaciones


de compost y urea se daría en forma característica y esta diferiría en ambos,
dado que en el caso de las aplicaciones de urea al disponerse de forma
inmediata en el suelo de nitrógeno inorgánico libre, se incentivaría en este un
alto desarrollo microbiano (tal como es observado por Arrieche-Luna y Ruiz-
Dager , 2010), y a su vez, también una alta degradación del carbono del suelo,
debido a que se produciría un alto requerimiento de carbono para poder
procesarse el nitrógeno aportado (Khan et al., 2007).

En cambio, cuando se aplican abonos orgánicos, sería distinto el accionar o


desempeño de estos fertilizantes en el suelo a los inorgánicos, dado que el
incentivo a la materia orgánica del suelo se realizaría de otra manera, puesto
que el abono orgánico realiza un aporte extra de carbono en el suelo (aparte de
otros nutrientes), y sería debido a dicho aporte de carbono externo del
fertilizante que se produciría un incentivo a la parte viva del sistema edáfico (a
sus microorganismos), y por tanto, en sí a la mayoría de procesos de su
dinámica productiva, siendo ello en mayor medida o número que los obtenidos
con los fertilizantes sintéticos.

Es por ello que en este último caso entonces también se tendería a conservar
el nivel de materia orgánica en el suelo, o en muchas ocasiones a

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incrementarla con el aporte de carbono externo, tal como se observó ello en los
estudios a largo plazo llevados a cabo en Versailles y Rothamsted (FAO,
2002), siendo ambos experimentos de más de 50 y 100 años (respectivamente)
en los que se practicó continuamente en el campo agricultura convencional y
orgánica que derivó en un decrecimiento de la materia orgánica del suelo en la
agricultura convencional, y a un aumento de la materia orgánica en el caso de
la agricultura orgánica.

Respecto a las propiedades biológicas del suelo y su relación con la


productividad del campo, se menciona en los estudios por un lado que hay una
relación directa entre la biomasa microbiana y la productividad del campo
(Álvarez-Solís et al., 2010). Asimismo, se indica también que la biomasa
microbiana del suelo está supeditada a la capacidad dadora del suelo de
proveer nutrientes al sistema y a los microorganismos, siendo ello de suma
importancia dado que según precisan Paul y Clark (1996), los organismos en el
suelo son en su mayoría heterótrofos, es decir, requieren fuentes externas de
carbono orgánico lo cual tiene que ser proveído por su medio ambiente
externo.

Debe considerarse que aparte de tenerse en cuenta la disponibilidad de


carbono o nitrógeno para el desarrollo adecuado de los microorganismos, es
también de suma importancia la disponibilidad óptima de humedad (o agua)
para los seres vivos en el suelo, dado que es en el agua donde los
microorganismos se desempeñan y donde se dan por ende todas las
reacciones bioquímicas naturales dentro y fuera de los microorganismos,
resultando de ello que se disponga de una mayor cantidad de nutrientes en el
suelo para estos mismos y para las plantas.

Respecto a lo anterior, en los estudios correspondientes a la variación de la


frecuencia y la tensión de humedad de riego en el suelo, se observa que
debido al incremento de la frecuencia de riego se proporciona una mayor
constancia de la humedad en el suelo, característica que mejoraría las
condiciones de dicho medio y que finalmente incrementaría la actividad
biológica y (por ende) la productividad del cultivo en el campo, siendo ello lo
que se habría observado por ejemplo en los estudios llevados a cabo por

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Rivera et al. (2004) y Vázquez – Gálvez et al. (2008) en el cultivo de maíz y
fresa respectivamente. Y asimismo, dicho suceso en este aspecto se
observaría también en los estudios donde se probaron distintas tensiones de
humedad en el campo, donde en ese caso los tratamientos más cercanos a la
capacidad de campo obtuvieron los rendimientos más altos registrados en esos
estudios, tal como se observó en el cultivo de ajo (Barrios et al., 2006) y limón
(Zermeño et al., 2007).

3.5 Antecedentes de las tecnologías propuestas en el estudio

Respecto a las tecnologías utilizadas en este estudio y a sus antecedentes en


la literatura científica, se consideraron las propuestas tecnológicas compatibles
con los ensayos establecidos en este estudio, siendo estos los que
comprendieron el riego presurizado por goteo y las pruebas de distanciamiento
entre líneas de siembra establecidas en el campo, ello debido a que las
investigaciones llevadas a cabo en general sólo se asemejan a la propuesta de
manejo realizada en esta investigación

Van Kessel y Roskoski (1988) mencionan que cuando se aproximan las plantas
de maíz en el campo, estas tienden a acelerar el proceso de absorción de
nitrógeno mientras se va aumentando la competencia intraespecífica entre ellos
(o mientras se aumenta su acercamiento en el campo). Asimismo, los autores
anteriores muestran en su estudio que a los 50 días de la siembra se obtiene
una cantidad de materia seca en las plantas mayor en el campo con el menor
distanciamiento entre surcos. Ello se observó también de igual forma en el
cultivo de sorgo (Bolaños y Emile, 2011), donde la acumulación de materia
seca se incrementó o se hizo más eficiente utilizándose esta técnica,
reflejándose ello luego en el rendimiento de materia seca al final de la campaña
en ese estudio.

Igualmente también, el uso de surcos próximos o pareados se ha reportado en


más estudios. Soltero-Díaz y col (2010) por ejemplo, en un cultivo de maíz bajo
sistema de riego por gravedad, al aproximar o reducir el distanciamiento de los

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surcos de 75 a 50 centímetros, obtuvieron un mayor rendimiento de grano en el
campo en dicho caso.

Por otro lado, en la literatura hay estudios realizados en la Universidad


Nacional Agraria La Molina en el cultivo de maíz con un sistema de riego por
goteo en forma aproximada (es decir, en surcos pareados), donde se hace por
tanto el uso de un sistema de cultivo similar a este estudio, pero con la
excepción que en esos casos ello se hizo en “camas levantadas” o en surcos
“elevados” o superiores a la superficie del suelo. Conforme a ello entonces, en
el estudio de Villareal (2006) se obtuvieron rangos de rendimientos en el campo
de 8 a 11 t/ha de grano, con dosis crecientes de nitrógeno sintético (urea) de 0,
60, 120, 180 y 240 kg/ha; y asimismo, Pampa (2004), también bajo el mismo
manejo del cultivo, y con las mismas dosis de nitrógeno inorgánico, obtuvo un
rango de rendimiento de 8 a 12 t/ha de grano en el campo.

Por lo tanto, respecto a lo indicado en los estudios antes mencionados, se


infiere que con los sistemas de siembra o de riego similares al empleado en el
campo en este estudio, el rendimiento de grano debería de aumentarse sino
mantenerse a los mismos niveles establecidos para cada caso como mínimo, lo
que llevaría a un mejor aprovechamiento y rentabilidad del espacio usado como
establecimiento agrícola, siendo entre otros beneficios uno de los más
resaltantes la reducción del uso de insumos en el campo al disminuirse la
infraestructura de riego en este caso (ello está referido más precisamente al
número de cintas de riego en el estudio, el cual se reduce un 50 % por dicho
manejo en el campo).

3.6 Situación actual e importancia del Maíz amarillo duro en el Perú

Según el MINAG (2012), en el año 2011 las importaciones de maíz amarillo


duro alcanzaron las 1.7 millones de toneladas, y en el año 2012 hasta el mes
de Febrero se llegó a las 250 000 toneladas de maíz amarillo duro importado
en el Perú. Por otro lado, según La Revista Agraria (2012) para la campaña
2011 – 2012 se declararon 325 000 hectáreas para siembra de maíz amarillo

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duro; y, considerando un rendimiento promedio a nivel nacional de 4.5 t/ha
(MINAG, 2011), se tiene entonces un estimado de 1.46 millones de toneladas
de grano producidas para esa campaña, siendo esa cantidad aún inferior
incluso que la cantidad importada en el año anterior lamentablemente.

El maíz amarillo duro viene a ser el componente principal de los alimentos


balanceados para la producción avícola y porcina, y otros también. Desde el
año 1991 la producción nacional de maíz amarillo duro en el Perú no abastece
la demanda interna (INIA, 2010); pero si se aumentara la productividad
promedio nacional del cultivo a niveles de Argentina o Estados Unidos (8 y 9
t/ha según Caballero, 2010), con la misma área de siembra utilizada
actualmente, la demanda total interna del país seria cubierta sólo con la
producción nacional en este caso.

Pero a ello también se le suma un reto más amplio de competitividad en el


campo, dado que Argentina y Estados Unidos tienen costos de producción
mucho más bajos y un mayor nivel de productividad en el campo. Lo que se
plantea en este estudio entonces es por ello, ver las posibilidades de manejar
ambos aspectos con procesos más inherentes a la dinámica del suelo, y por
ende, más sostenibles y de menor costo, ello sin disminuir la productividad
potencial en el campo, con la finalidad de hacer el cultivo más competitivo
comercialmente, proporcionándose a su vez también un producto de mayor
calidad, beneficiándose por tanto con mayores ingresos a las familias que se
encuentran bajo ese sector productivo, y a la población en general con una
mejor calidad de producción y por tanto, de vida para estos mismos.

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IV. MATERIALES Y METODOS

4.1 UBICACIÓN DEL CAMPO EXPERIMENTAL

El campo en estudio se estableció en el Centro Experimental del Instituto


Nacional de Innovación Agraria (INIA), ubicado en el Valle de Ate, distrito de La
Molina, perteneciente a la provincia de Lima, Región Lima. Las características
geográficas del campo fueron las siguientes: 12 ° 05’ de latitud sur, 74 ° 57' de
longitud oeste, a 250 m.s.n.m.

Figura 1: Imagen de la Ubicación Geográfica del Campo Experimental (Fuente:


Google Earth, 15 de Mayo 2011).

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4.2 DESCRIPCION DEL CULTIVO

Se emplearon semillas de maíz amarillo duro variedad “Experimental 5“,


obtenidas en el Programa Cooperativo de Investigación de Maíz (PCIM) de la
Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), cuyas características del
cultivar es de un maíz de Invierno de Costa Central del Perú, siendo su
descripción más detallada a continuación:

 Adaptación: Meses de invierno en Costa Central del Perú

 Periodo vegetativo: 160 a 180 días

 Siembra: Se realiza a 80 cm entre los surcos y 40 cm entre golpes,


depositando 3 semillas por cada golpe

 Altura de planta: 2.5 – 2.8 metros.

 Altura de mazorca: 1.4 a 1.8 metros.

 Mazorcas por planta: 1.5

 Presenta resistencia al tumbado o al “acame”, no requiriendo aporque

 Grano: Anaranjado semiduro.

 Riegos: Ligeros hasta floración luego riego pesado

 Potencial de rendimiento: 12 000 kg/ hectárea de grano.

 Fertilización: La recomendación en este cultivar es de 7 sacos de Urea,


3 sacos de Cloruro de Potasio y 4 sacos de Fosfato Di-Amónico por
hectárea. La aplicación se recomienda a los 10 días y a los 40 - 45 días,
fraccionando en cada fecha el 50 % de la dosis de nitrógeno (los demás
nutrientes se deben aplicar el 100 % a los 10 días)

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4.3 DATOS METEOROLOGICOS

En el anexo 16 del estudio se muestran los registros de las condiciones


meteorológicas que se presentaron durante la campaña de cultivo de la zona
en estudio, la cual se inició en el mes de Julio del 2011 y finalizó en el mes de
Diciembre del mismo año, siendo los datos provenientes de la estación
meteorológica automática del SENAMHI, ubicado en el distrito de La Molina, a
12° 03'01 latitud sur y 76° 55'18 longitud oeste, a aproximadamente 400 metros
del campo en estudio.

Al respecto, las condiciones presentadas en la mayor parte del ciclo fenológico


fueron de un clima frio moderado, siendo la temperatura promedio de los cuatro
meses iniciales (comprendiendo todo el periodo vegetativo) de 15 grados
Celsius, con una temperatura máxima de 21 grados Celsius (en Octubre) y una
mínima de 12.5 grados Celsius, observado este en el mes de Setiembre. En los
dos meses siguientes (etapa reproductiva), se presentó a partir del mes de
Noviembre una temperatura media de 19 grados Celsius, con una mínima y
máxima en ese periodo de 15 y 25.5 grados Celsius respectivamente. Estas
temperaturas se presentaron como propias de una siembra de maíz de invierno
de la costa central peruana.

Las implicancias que podrían tener esas temperaturas en la alteración de la


fenología del maíz (puesto que esa característica climática está muy
relacionada a la acumulación de grados de calor y a la duración de las etapas
fenológicas de un cultivo, según Salisbury y Ross, 1993), se cree, que al
respecto no debieron presentarse alteraciones en el campo en estudio, dado
que la temperatura critica del maíz se encuentra entre los 10 y 33 grados
Celsius (Evans, 1983) no superándose ese rango de intervalo en el desarrollo
del estudio, y además, ello se relacionó con una duración normal del periodo
fenológico del cultivo, dado que como se indica en la información
proporcionada por el PCIM de la UNALM, el hibrido “Experimental 5” tiene un
ciclo de producción que dura entre 160 y 180 días en el campo, siendo este en
el estudio de 172 días aproximadamente (se cortó el riego a mediados de
Diciembre), encontrándose por ende dentro del rango indicado por el productor

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de la semilla, con lo cual podría indicarse que no debió haber habido una
alteración de consideración en el desarrollo de la fenología del cultivo en el
campo en el periodo en estudio.

4.4 TRATAMIENTOS RESULTANTES:

En el estudio se establecieron dos experimentos colindantes en un mismo


periodo de cultivo, en los cuales se establecieron los tratamientos que se
consideraron en esta investigación, siendo el detalle del planteamiento en cada
uno de los casos mencionado a continuación:

4.4.1 EXPERIMENTOS ESTABLECIDOS EN EL ESTUDIO:

 Sistema de riego en Surcos Simples (o Experimento 2) – Con un


distanciamiento entre cintas de riego convencional, siendo este de 75
cm, estando las líneas del cultivo (o de siembra) a 5 cm de cada cinta de
riego.

 Sistema de riego en Surcos aproximados o en pares (pareados,


Experimento 1) – Con un distanciamiento entre cintas de riego en este
caso de 150 cm, con dos líneas conjuntas del cultivo (o de siembra) a 5
cm de cada cinta de riego.

En este caso, cabe acotar (en detalle) que con la reducción del 50 % del
número de cintas de riego (debido a su mayor distanciamiento), se
establecieron dos surcos del cultivo con una sola cinta de riego,
obteniéndose por tanto dos surcos aproximados (o apareados) por cada
cinta de riego bajo este sistema, ello sin la alteración de la densidad de
plantas total en el campo.

Asimismo, se debe indicar que más exactamente, en este tema no se


está tratando de la implementación de dos tipos de sistemas de riego,

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sino, de dos modos o dos distribuciones de siembra del cultivo en el
campo, estando ambos modos de siembra bajo un solo sistema de riego
(siendo este el presurizado superficial, conocido comúnmente como el
de goteo). Teniendo en cuenta ello, se va a seguir tratando entonces
dicho aspecto en el estudio tal como se ha referido (sistemas de riego),
lo que reste del mismo.

Por otro lado, cabe mencionar también que el estudio fue dividido en dos
experimentos con la finalidad de poder aleatorizar y efectuar el control
local debido en el campo en forma adecuada, para luego realizar las
comparaciones y los análisis en forma integral o combinada de acuerdo
con los objetivos del estudio.

4.4.2 ESTABLECIMIENTO DE LOS FACTORES EN CADA EXPERIMENTO:

Uso de Fertilizantes Orgánicos (o Enmiendas, Factor A) y Sintéticos (Factor B):

 Enmienda o Abono Orgánico en forma de compost (3 niveles), en dosis


de 0, 5 y 10 toneladas por hectárea (en peso fresco, cuyo análisis en el
laboratorio se muestra en el anexo 12).

 Fertilizante Sintético de Nitrógeno en forma de Urea (3 niveles), en dosis


de 0, 120 y 240 kilogramos de nitrógeno por hectárea (o tal como se va
a mencionar mayormente en el estudio, 0, 120 y 240 kg N/ha).

En el estudio, se consideraron 2 dosis de aplicación efectiva de fertilización


nitrogenada sintética (una baja, de 120 kg N/ha, y otra alta, de 240 kg N/ha),
las cuales están dentro del rango aplicado al maíz en el Perú, y tomando en
cuenta también, las referencias de los estudios realizados en el INIA. Se ha
estimado realizar una aplicación de estas dosis de nitrógeno sintético o
inorgánico para observar y/o corroborar el efecto de la Urea en el campo con
ambas dosis propuestas, y además, poder ver también las interacciones
resultantes obtenidas entre estas dosis con las dosis de fertilización orgánica (y

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ello en cada medio o sistema de riego que se estipula establecer en el estudio).
Puntualizando entonces, bajo dichas premisas expuestas se va evaluar el uso
de una dosis baja (120 kg/ha) y una dosis alta de fertilización nitrogenada en un
cultivo de maíz establecido en la Costa Central Peruana (según Manrique et al.,
1993), y su vez, su desempeño bajo una dosis alta y una dosis baja de
fertilizante orgánico (ello según lo establecido bajo las experiencias del uso de
este insumo en los campos de cultivo del INIA, según Ing. Ricardo Sevilla, jefe
del CGIAR – Perú, comunicación personal), en un campo de cultivo bajo las
condiciones descritas en el estudio (cabiendo indicar que a ello se le suma la
interacción del desempeño de ambos insumos en su aplicación nula en el
campo).

Se indica asimismo que la aplicación de los fertilizantes sintéticos y orgánicos,


se realizaron de forma combinada (ello en los casos que se debió hacer la
aplicación conjunta de ambos insumos en los tratamientos), es decir, se hizo
una mezcla física previa de estos insumos antes de aplicarlos o introducirlos en
el campo en estudio, ello con la finalidad (o supuesto) de optimizar el uso y la
eficacia de los insumos utilizados en ambos experimentos del estudio (donde
se asume en este caso una menor pérdida del nutriente sintético debido a una
mayor retención en el medio por el abono orgánico). Para obtener esta forma
combinada de los insumos (urea y compost), estos se homogeneizaron
manualmente de forma individual en una carretilla metálica (tal como se
observa en las fotos, anexo 18), formando una sola mezcla física, la cual fue
incorporada posteriormente en banda continua al costado de cada surco (o
línea) de siembra, a 5 cm de este aproximadamente (observado en las fotos,
anexo 18).

Consecuentemente, los tratamientos que se plantearon y realizaron en esta


investigación, se detallan a continuación:

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Cuadro 1: Tratamientos evaluados en el Experimento 1, correspondiente al
Sistema de Riego en Surcos Pareados.

EXPERIMENTO 1 – DISEÑO DE RIEGO EN SURCOS PAREADOS


FACTOR A – FACTOR B –
COMPOST Nitrógeno sintético
Sistema de
TRATAMIENTO (t/ha) en forma de UREA
riego (kg/ha)
Nivel Dosis Nivel Dosis
1 (T1) Surco Pareado 1 0 1 0
2 (T2) Surco Pareado 1 0 2 120
3 (T3) Surco Pareado 1 0 3 240
4 (T4) Surco Pareado 2 5 1 0
5 (T5) Surco Pareado 2 5 2 120
6 (T6) Surco Pareado 2 5 3 240
7 (T7) Surco Pareado 3 10 1 0
8 (T8) Surco Pareado 3 10 2 120
9 (T9) Surco Pareado 3 10 3 240

Cuadro 2: Tratamientos evaluados en el Experimento 2, correspondiente al


Sistema de Riego en Surcos Simples.

EXPERIMENTO 2 - DISEÑO DE RIEGO EN SURCOS SIMPLES


FACTOR A – FACTOR B –
Sistema de COMPOST Nitrógeno sintético
TRATAMIENTOS riego (t/ha) en forma de UREA
presurizado (kg/ha)
Nivel Dosis Nivel Dosis

1 (T1) Surco Simple 1 0 1 0


2 (T2) Surco Simple 1 0 2 120
3 (T3) Surco Simple 1 0 3 240
4 (T4) Surco Simple 2 5 1 0
5 (T5) Surco Simple 2 5 2 120
6 (T6) Surco Simple 2 5 3 240
7 (T7) Surco Simple 3 10 1 0
8 (T8) Surco Simple 3 10 2 120
9 (T9) Surco Simple 3 10 3 240

18
4.4.3 CARACTERÍSTICAS DEL CAMPO EXPERIMENTAL

En el anexo19 se muestra el croquis, o la distribución de los tratamientos y de


los experimentos en el campo en estudio.

A continuación, se muestra en detalle la distribución de los surcos de cada


Experimento o Sistema de Riego en cada Unidad Experimental (o subparcela)
establecida en el estudio.

4.4.3.1 EXPERIMENTO 1 (SISTEMA DE RIEGO PRESURIZADO EN


SURCOS PAREADOS):

4.4.3.1.1 DETALLES DE LA SUBPARCELA (UNIDAD EXPERIMENTAL) DEL


EXPERIMENTO

Figura 2: Detalles de las unidades experimentales (subparcelas) o repeticiones


de cada tratamiento instalado en el Sistema en Surcos Pareados.

19
4.4.3.2 EXPERIMENTO 2 (SISTEMA DE RIEGO PRESURIZADO EN
SURCOS SIMPLES):

4.4.3.2.1 DETALLES DE LA SUBPARCELA (UNIDAD EXPERIMENTAL) DEL


EXPERIMENTO

Figura 3: Detalles de las unidades experimentales (subparcelas) o repeticiones


de cada tratamiento instalado en el Sistema en Surcos Simples.

20
4.4.3.3 DETALLES DE LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS CAMPOS
EXPERIMENTALES

Cuadro 3: Características de los campos experimentales evaluados


en el estudio

EXPERIMENTO EXPERIMENTO
1 (Surcos 2 (Surcos
pareados) simples)
Número de
2 2
Bloques
Área Total del
432 432
Bloque (𝒎𝟐 )
Área Útil Total del
Experimento – sin 864 864
calles - (𝒎𝟐 )
Área de la Parcela
72 72
(𝒎𝟐 )
Área de la
24 24
subparcela (𝒎𝟐 )
Largo del Surco
8 8
(metros)
Distanciamiento
entre Surcos – 1.5 0.75
(metros)
Número de
Surcos por
subparcela (o 4 4
unidad
experimental)
Distanciamiento
entre golpes 0.4 0.4
(metros)
Número de
2 2
plantas por Golpe
Número de
42 42
Plantas por Surco
Número de
Plantas por 504 504
Parcela
Número de
Plantas por 168 168
Subparcela
Densidad de
Siembra 66666 66666
(Plantas/ha)

21
4.5 DISEÑO EXPERIMENTAL

El diseño experimental empleado en cada experimento del estudio fue el de


Parcelas Divididas en Bloques al Azar con dos repeticiones, siendo la parcela
grande el factor A enmiendas o abonos orgánicos con 3 niveles (0, 5, 10 t/ha
de compost) y la sub parcela el factor B fuentes nitrogenadas sintéticas con 3
niveles (0, 120, 240 kg/ha de N).

Posterior a las evaluaciones de cada experimento en forma individual, se


realizó el análisis combinado respectivo para evaluar los distintos sistemas de
riego mencionados en el estudio, resultando de ese análisis la evaluación
conjunta de 4 muestras por cada tratamiento. Cabe indicar que antes de
realizar el análisis combinado de los experimentos, se verificó la
Homogeneidad de Varianzas de cada caso, mediante la Prueba de Snedecor –
Stevens, descrita esta en el anexo 9.

Los cálculos y evaluaciones estadísticas se realizaron con los programas


estadísticos: SAS Institute (vr. 9.0), MINITAB Solutions (vr. 16), e IBM SPSS
Statistics (vr.19).

4.5.1 MODELO ADITIVO LINEAL (POR EXPERIMENTO):

Yijk= μ + βk + Pi+ (Pβ)ik + Sj + (PS)ij+ εijk

Donde:

Yijk : Observación de cada Unidad Experimental

µ : Promedio general

βk : Efecto del k-ésimo bloque

22
Pi : Efecto de la i-ésima fuente orgánica

(Pβ)ik: Efecto aleatorio del error de la i-ésima fuente orgánica y el k-ésimo


bloque, Error(a)

Sj : Efecto de la j-ésima fuente nitrogenada sintética

(PS)ij: Efecto de la interacción entre la i-ésima fuente orgánica con la j-ésima


fuente nitrogenada sintética.

Εijk : Efecto aleatorio del error asociado a la i-ésima fuente orgánica en la j-


ésima fuente nitrogenada sintética en el k-ésimo bloque, (Error b)

4.5.2 ANÁLISIS DE VARIANCIA (POR EXPERIMENTO):

Cuadro 4: Análisis de variancia realizado en cada experimento


del estudio.

GL CM F cal
Fuente de Variación

Bloques r–1 CMbloq CMbloq/ CMerror(a)

Compost (C) a–1 CMc CMC/ CMerror(a)

Error(a) (a – 1)(r – 1) CMerror(a)

Total parcelas ar – 1

Urea (U) b–1 CMU CMU/ CMerror(b)

CxU (a – 1)(b – 1) CMCU CMCU/ CMerror(b)

Error(b) a(b-1)(r – 1) CMerror(b)

Total abr – 1

23
5.5.3 MODELO ADITIVO LINEAL DEL ANALISIS COMBINADO:

Yijk= μ + α s + βk(s) + Pi(s) + (αP)si + (Pβ)ij(s) + Sj + (αS)sj + (SP)ji + (SPα)jis

+ εijk(s)

Donde:

Yijk : Observación de cada Unidad Experimental

µ : Promedio general

αs : Efecto del s-ésimo sistema de surcos de riego (experimentos)

βk(s) : Efecto del k-ésimo bloque en el s-ésimo sistema de surcos de riego

Pi(s) : Efecto de la i-ésima fuente orgánica en el s-ésimo sistema de surcos de


riego

(αP)si : Efecto del s-ésimo sistema de surcos de riego en la i-ésima fuente


orgánica

(Pβ)ij(s): Efecto aleatorio del error de la i-ésima fuente orgánica y el k-ésimo


bloque en el s-ésimo sistema de surcos de riego, Error(a)

Sj : Efecto de la j-ésima fuente nitrogenada sintética

(αS)sj : Efecto del s-ésimo sistema de surcos de riego en la j-ésima fuente


nitrogenada sintética

(SP)ji : Efecto de la j-ésima fuente nitrogenada sintética en la i-ésima fuente


orgánica

(SPα)jis: Efecto de la j-ésima fuente nitrogenada sintética en la i-ésima fuente


orgánica en el s-ésimo sistema de riego

24
Εijk(s): Efecto aleatorio del error asociado a la i-ésima fuente orgánica en la j-
ésima fuente nitrogenada sintética en el k-ésimo bloque en el s-ésimo
sistema de surcos de riego, (Error b)

4.5.4 ANALISIS DE VARIANCIA DEL ANALISIS COMBINADO:

Cuadro 5: Análisis de variancia realizado en el análisis combinado de los


experimentos del estudio

Cuadrados
Fuentes de Variación Grados de Libertad F calculado
Medios

Diseño de los Sistemas


s–1 CMS CMS/ CMerror(a)
de riego (S)

Repetición/ Sistemas s (r – 1) CMSr CMSr/ CMerror(a)

Niveles de Compost
a-1 CMC CMC/ CMerror(a)
(C)

Sistemas x Compost (s – 1)(a – 1) CMSC CMSC/ CMerror(a)

Error a s (a – 1)(r – 1) CM error (a)

Total parcelas sar – 1

Urea (U) b–1 CMU CMU/ CMerror(b)

Urea x Diseño de
(s – 1)(b – 1) CMUS CMUS/ CMerror(b)
Sistemas de Riego

Urea x Compost (a - 1)(b – 1) CMUC CMUC/ CMerror(b)

Urea x Compost x
Diseño de Sistemas de (s – 1) (a - 1)(b – 1) CMUCS CMUCS/ CMerror(b)
Riego

Error b sa(b – 1)(r – 1) CM error (b)

Total sabr – 1

25
4.6 CONDUCCIÓN DEL EXPERIMENTO

La conducción agronómica del estudio se realizó simulando el manejo de un


campo comercial, de acuerdo a las pautas del Centro Experimental del INIA -
Sede Central Lima, teniendo las siguientes características:

 Fecha de siembra: 05 de julio del 2011

 Se realizaron los abonamientos en dos fechas respectivas.

En la primera fecha (19 de julio), se realizó la aplicación del primer


abonamiento con la aplicación del 100 % de la dosis de abono orgánico
(compost), y del 50 % del abono nitrogenado sintético (urea).

En la segunda fecha de abonamiento (08 de setiembre), se aplicó el 50


% de la dosis de nitrógeno inorgánico (restante) en cada tratamiento (es
decir, se aplicaron 60 y 120 kg N/ha dependiendo del tratamiento
respectivo en cada caso).

Asimismo, se incorporó además en todos los tratamientos establecidos


en este estudio, 100 kg/ha de Fósforo (𝑃2 𝑂5 ) en forma de Superfosfato
triple, y 50 kg/ha de Potasio (𝐾2 O) en forma de Sulfato de potasio,
realizándose dichas aplicaciones en la primera fecha de abonamiento.

 Se realizó el raleo de plantas (en este caso, con la finalidad de


establecer 2 plantas por golpe) el 21 de agosto, siendo completada
dicha tarea la semana siguiente a esta fecha.

 Para el control de malezas se realizó un control químico con un


herbicida post emergente (Atrazina, bajo la dosis de 1 l/ha), a 15 días de
la siembra, siendo luego el control de malezas realizado una vez más en
forma manual a mediados de Octubre (o, a 15 días para la floración).

 Los riegos se distribuyeron dependiendo de las condiciones climáticas,


dado que en invierno (o bajo temperaturas frías, de Julio a Setiembre) se
realizó este 2 veces por semana, con una duración promedio de una

26
hora en el sistema presurizado en surcos simples, y de dos horas en
promedio en el sistema presurizado en surcos pareados.

Luego de la aparición de la panoja, los riegos se realizaron 3 veces por


semana (con una duración promedio de una hora y media en el sistema
presurizado en surcos simples, y de tres horas en promedio en el
sistema presurizado en surcos pareados.), entre otros motivos debido al
alza de las temperaturas diurnas que favorecieron una evaporación
importante del agua en el suelo. El último riego que se proporcionó al
cultivo fue el 16 de diciembre del 2011. Cabe indicar también, que el
tesista se hizo cargo personalmente del riego a un mes de la siembra del
cultivo hasta finalizar el periodo fenológico del mismo.

El detalle del cálculo de los volúmenes de agua de riego (Vr) aplicados en


cada sistema de riego se muestra a continuación:

 Sistema de riego en surcos simples:

Inicialmente, en los primeros 3 meses del periodo fenológico del cultivo, se


aplicó el riego dos días (o 2 veces) a la semana con una duración promedio de
una hora cada día. El caudal de salida de las cintas de riego fue de 2.4
litros/hora/metro lineal, y dado que una hectárea comprendió 13200 metros
lineales de cinta de riego en este caso, el cálculo del volumen aplicado de agua
de riego (Vr) viene a ser el siguiente:

Vr = 31.7𝒎𝟑 /hora/hectárea (proviene de 2,4 x 13200) x 1 (horas) x 2 (veces


por semana) x 4 x 3 (número de semanas) = 760.8 𝒎𝟑

Los 3 meses siguientes, se realizaron aplicaciones de riego 3 veces por


semana, de 1.5 horas de duración aproximadamente, por lo tanto:

Vr = 31.7 𝒎𝟑 /hora/hectárea (proviene de 2,4 x 13200) x 1.5 (horas) x 3


(veces por semana) x 4 x 3 (número de semanas) = 1711.8 𝒎𝟑

27
En total, en todo el ciclo del cultivo bajo ese sistema de riego, se aplicó el
volumen de agua de riego de: 760.8 + 1711.8 = 2472.6 metros
cúbicos/ha/campaña

 Sistema de riego en surcos pareados:

Inicialmente, en los primeros 3 meses del periodo fenológico del cultivo, se


aplicó el riego 2 días (o 2 veces) a la semana con una duración promedio de 2
horas cada día. El caudal de salida de las cintas de riego fue de 2.4
litros/hora/metro lineal, y dado que una hectárea comprendió en este caso 6600
metros lineales de cinta de riego (la mitad del sistema anterior), el cálculo del
volumen aplicado de agua de riego (Vr) viene a ser el siguiente:

Vr = 15.8 𝒎𝟑 /hora/hectárea (proviene de 2,4 x 6600) x 2 (horas) x 2 (veces


por semana) x 4 x 3 (número de semanas) = 758.4 𝒎𝟑

Los 3 meses siguientes, se realizaron aplicaciones de riego 3 veces por


semana, cada una de 3 horas de duración aproximadamente, por lo tanto:

Vr = 15.8 𝒎𝟑 /hora/hectárea (proviene de 2,4 x 6600) x 3 (horas) x 3 (veces


por semana) x 4 x 3 (número de semanas) = 1706.4 𝒎𝟑

En total, en todo el ciclo del cultivo bajo ese sistema de riego, se aplicó el
volumen de agua de riego de: 758.4 + 1706.4 = 2464.8 metros
cúbicos/ha/campaña

 Aparte, no se realizó ninguna aplicación de plaguicidas ni de fungicidas


en todo el ciclo del cultivo, dado que no se observó daños notorios o
medianamente severos (o sobre el umbral económico) de algún
entomopatógeno en el desarrollo del mismo.

 La cosecha se realizó a mediados de Enero del 2012 de forma manual,


donde el mismo día se extrajeron las mazorcas del campo y se
evaluaron las mismas en el laboratorio de la PCIM de la UNALM.

28
4.7 EVALUACIONES Y DETERMINACIONES:

4.7.1 VARIABLE DE RENDIMIENTO

4.7.1.1 Rendimiento de Grano


Se cosecharon los dos surcos centrales o internos de cada subparcela (o
unidad experimental), obteniéndose el rendimiento en kilogramos por unidad
experimental, con lo que se calculó posteriormente el rendimiento en toneladas
por hectárea de cada tratamiento del estudio, según la fórmula siguiente:

R = (10/A) X 0.971 X % D X P

Donde:

R = Rendimiento en t/ha

% D = Porcentaje de Desgrane, siendo considerado para todos


los tratamientos como 0.8, u 80 %.

0.971 = Coeficiente de contorno

A = Área evaluada de la subparcela, en metros cuadrados. En


este caso fue de 12.6 m2.

P = Rendimiento en kg/subparcela corregido por fallas, y además,


considerando la humedad del grano al 14 %

De acuerdo a la fórmula anterior, se hicieron los siguientes cálculos:

29
 Se realizó el ajuste del peso del grano al 14% de humedad con la
fórmula siguiente:

Humedad de grano al 14 % = (100 - % humedad del grano a la

cosecha)/86

La obtención y procesamiento de las muestras para realizar las


mediciones del porcentaje de humedad, se realizó de la forma siguiente:

De cada unidad experimental (subparcela) se tomaron 3 mazorcas al


azar desgranándose un tercio de estas, con la finalidad de obtener una
muestra de 1000 semillas de cada unidad experimental respectiva.
Luego, la muestra fue introducida en el determinador de humedad del
PCIM de la UNALM, en el cual se obtuvo directamente la humedad de
grano, y además, el peso total de cada una de las muestras. El
determinador de humedad empleado fue un analizador digital de
humedad de granos, cuya marca y modelo es Burrows Digital Moisture
Computer 700.

 Asimismo, se realizó también la corrección por fallas en el campo por


intermedio de la siguiente fórmula:

Fallas = M – 0.3 F

M–F

Donde:

F = falla (1 falla = 0 plantas por golpe; ½ falla = 1 planta por golpe)

M = Número de golpes por subparcela (o unidad experimental)

30
4.7.2 VARIABLES DE PRECOCIDAD

4.7.2.1 Días hasta la antesis (floración masculina)


Se determinó el número de días desde la siembra, hasta que más del 50% de
las plantas en cada repetición (subparcela o unidad experimental) liberaran el
polen de las panojas de las plantas.

4.7.2.2 Días hasta la emisión de estigmas (floración femenina)


Se determinó el número de días desde la siembra, hasta que emergieron más
del 50% de estigmas de las plantas en cada unidad experimental.

4.7.3 VARIABLES DE CRECIMIENTO VEGETATIVO

4.7.3.1 Altura de planta


En cada una de las unidades experimentales se consideró la altura obtenida a
la cosecha. Las mediciones se realizaron desde el nivel o superficie del suelo
hasta el último entrenudo del tallo. La evaluación se realizó por intermedio de
una regla de madera previamente graduada en centímetros, donde se realizó
10 medidas o muestras de las que se obtuvo la altura promedio (en forma
ponderada) para cada unidad experimental de cada uno de los tratamientos.

4.7.3.2 Diámetro del tallo


Su evaluó antes de la cosecha, con un vernier o pie de rey (Vernier Caliper,
150 x 0.02 mm, Vivstools Professional) entre el primer y segundo nudo del tallo
de la planta, donde se realizó 10 medidas o muestras de las que se obtuvo el
diámetro promedio (ponderado) para cada unidad experimental de cada uno de
los tratamientos.

31
4.7.3.3 Número de hojas totales por planta
Se determinó previo a la cosecha el número de hojas totales por planta, donde
se realizó 10 medidas o muestras de las que se obtuvo el número de hojas
promedio (ponderado) para cada unidad experimental de cada uno de los
tratamientos.

4.7.3.4 Acame de raíz


Se hizo el conteo de las plantas con acame de raíz (es decir, con un ángulo
formado entre el tallo y la superficie del suelo menor a 45 grados, y con el
vértice del ángulo a la altura de la raíz o en la base del tallo), una semana
antes de la cosecha en cada unidad experimental.

4.7.4 VARIABLES DE CAPACIDAD PRODUCTIVA

4.7.4.1 Número de mazorcas por planta


Esta variable fue medida a la cosecha, anotándose el número total de plantas
por unidad experimental, siendo después estas relacionadas con el número
total de mazorcas obtenidas en cada una de las unidades experimentales de
cada tratamiento establecido en el campo.

4.7.4.2 Longitud y Diámetro de mazorca


Después de realizarse el despanque, se realizaron las mediciones en conjunto
de las dimensiones de la longitud y el diámetro de 10 mazorcas representativas
(o de mayor tamaño) de las plantas evaluadas en cada unidad experimental,
obteniéndose un valor ponderado de las mismas en cada caso.

32
4.7.4.3 Peso de mazorca
Se determinaron los pesos de mazorca considerando el peso de grano total
obtenido en cada unidad experimental, corrigiéndose ésta a la humedad
requerida (14 %), cuyo valor obtenido luego fue dividido entre el número de
mazorcas obtenidas en cada unidad experimental, con lo que se obtuvo
finalmente el peso individual de mazorca en cada repetición de los tratamientos
establecidos en el estudio.

4.7.5 VARIABLE DE CALIDAD

4.7.5.1 Peso de 1000 granos

Los pesos obtenidos de las muestras de 1000 granos provenientes de la


medición de la humedad del grano en las mazorcas (los cuales se refieren en la
variable de rendimiento, Capítulo 4.7.1), se utilizaron para conseguir en este
caso el peso al 14 % de humedad de las 1000 semillas de cada unidad
experimental, aplicándose a dichos pesos la corrección de la humedad de
grano obtenida anteriormente, con lo que se consiguió al final el valor de esta
variable para cada uno de los tratamientos en el estudio. Ello se realizó
matemáticamente de la forma siguiente:

Fórmula:

Humedad de 1000 granos = (100 - % humedad del grano


al 14 % a la cosecha/100) x Peso de 1000
granos (sin corrección de humedad)

33
V. RESULTADOS

A continuación, se describen los resultados de cada experimento (o sistema de


riego), y del análisis combinado de los sistemas (promedio general) del estudio.

5.1 VARIABLE DE RENDIMIENTO

5.1.1 Rendimiento de grano

En el cuadro 6 se observa, en los sistemas de riego y en el promedio general,


los mayores rendimientos de grano en el T3 (240 Kg N/ha) y T4 (5 t/ha de
compost), y los menores rendimientos de grano en el T7 (10 t/ha de compost) y
T9 (240 Kg N/ha + 10 t/ha de compost).

En el análisis de varianza combinado de ambos sistemas de riego (anexo 1), se


encontraron diferencias significativas (95%) en el efecto de cada sistema de
riego en el cultivo. Por otro lado, en el análisis de varianza individual de cada
sistema de riego (anexo 2), no se encontraron diferencias significativas (95%)
en ninguno de los factores evaluados.

Cuadro 6: Promedio general y por sistemas de riego, en el Rendimiento


de maíz grano (al 14% de humedad).
SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO) PROMEDIO
TRATAMIENTO A- B- Surcos Surcos GENERAL
Compost Urea pareados simples (t/ha)
(t/ha) (kg N/ha) (t/ha) (t/ha)
T1 0 0 7.96 9.37 8.67
T2 0 120 8.37 9.88 9.13
T3 0 240 8.55 10.64 9.59
T4 5 0 8.05 10.61 9.33
T5 5 120 7.18 9.59 8.39
T6 5 240 7.29 9.95 8.62
T7 10 0 7.19 8.54 7.86
T8 10 120 7.81 9.46 8.64
T9 10 240 7.51 9.12 8.32
PROMEDIO 7.77 9.69 8.73

34
En las Pruebas de Duncan (anexo 8) realizadas en el análisis combinado e
individual de cada sistema de riego, no se encontraron diferencias en ninguno
de los factores analizados en el estudio.

Figura 4: Medias obtenidas en los sistemas de riego en el rendimiento de


grano.

35
5.2 VARIABLES DE PRECOCIDAD

5.2.1 Días hasta la antesis (floración masculina)

En el cuadro 7 se observa, en los sistemas de riego y en el promedio general,


menores número de días a la floración en el T3 (240 Kg N/ha) y T6 (240 Kg
N/ha + 5 t/ha de compost), y mayores números de días en el T8 (10 t/ha de
compost + 120 Kg N/ha) y T1 (0 Kg N/ha).

Cuadro 7: Promedio general y por sistemas de riego, días a la


floración masculina.
SISTEMAS DE
FACTOR RIEGO
(EXPERIMENTO) PROMEDIO
TRATAMIENTO B- GENERAL
A- Surcos Surcos
Urea (días)
Compost pareados simples
(kg
(t/ha) (días) (días)
N/ha)
T1 0 0 119.00 121.00 120.00
T2 0 120 118.00 118.50 118.25
T3 0 240 116.00 116.50 116.25
T4 5 0 118.00 116.50 117.25
T5 5 120 119.50 117.50 118.50
T6 5 240 116.00 116.50 116.25
T7 10 0 120.50 118.00 119.25
T8 10 120 121.00 119.50 120.25
T9 10 240 120.50 118.50 119.50
PROMEDIO 118.72 118.06 118.39

En el análisis de varianza combinado de ambos sistemas (anexo 1), se


encontraron diferencias significativas (95%) en la aplicación de compost y en la
interacción del compost con los sistemas de riego. Por otra parte, en el análisis
de varianza individual de cada sistema de riego (anexo 2), se obtuvieron
diferencias significativas (95%) en la aplicación de las dosis de compost en el
sistema de riego en surcos pareados, mientras que en el sistema en surcos
simples no se encontraron diferencias significativas.

36
Por otro lado, en las Pruebas de comparación de Duncan (anexo 3), realizadas
en su conjunto (combinado) y en cada sistema de riego, se obtuvo como
superior y significativo a la aplicación de 10 toneladas de compost; es decir, el
número de días a la antesis masculina fue mayor con 10 toneladas de compost;
y por el contrario, el número de días a la antesis fue menor con la aplicación de
las dosis menores de compost (0 y 5 t/ha en este caso).

En la figura 5, en la cual se describe la interacción de los niveles de compost


con los sistemas de riego, se observa que el menor valor en esta variable se
obtuvo con la dosis baja de compost (5 t/ha, nivel 2) establecido en el sistema
de riego en surcos simples, y el más alto valor de esta variable se obtuvo con la
dosis alta de compost (10 t/ha, nivel 3) establecido en el sistema de riego en
surcos pareados.

Figura 5: Detalles de la interacción entre los Sistemas de riego y las dosis


de Compost (siendo 1, 2 y 3 correspondientes a las dosis de 0, 5 y
10 t/ha de compost respectivamente) en la antesis a la floración
masculina.

37
5.2.2 Días hasta la emisión de estigmas (floración femenina)

En el cuadro 8 se observa, en los sistemas de riego y en el promedio general,


menores número de días a la floración en el T3 (240 Kg N/ha) y T4 (5 t/ha de
compost), y mayores números de días en el T7 (10 t/ha de compost) y T9 (240
Kg N/ha + 10 t/ha de compost).

Cuadro 8: Promedio general y por sistemas de riego, días a la


floración femenina.

SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
PROMEDIO
B-
TRATAMIENTO A- Surcos Surcos GENERAL
Urea
Compost pareados simples (días)
(kg
(t/ha) (días) (días)
N/ha)
T1 0 0 122.50 125.50 124.00
T2 0 120 122.50 125.50 124.00
T3 0 240 122.00 122.50 122.25
T4 5 0 122.50 122.50 122.50
T5 5 120 123.50 122.50 123.00
T6 5 240 126.00 124.50 125.25
T7 10 0 125.00 126.00 125.50
T8 10 120 126.50 123.50 125.00
T9 10 240 126.50 125.50 126.00
PROMEDIOS 124.11 124.22 124.17

En el análisis de varianza combinado de ambos sistemas (anexo 1) no se


encontraron diferencias estadísticas entre los sistemas de riego (o alguno de
los factores analizados). Aparte, en el análisis estadístico de cada sistema de
riego (anexo 2), se encontraron diferencias significativas en las dosis de
compost en el sistema de riego en surcos pareados, no siendo por otro lado así
en el sistema de riego en surcos simples.

En la Prueba de Duncan realizada en el análisis combinado de ambos sistemas


de riego (anexo 3), no se encontraron diferencias estadísticas en ningún factor
analizado. Respecto al análisis de cada sistema de riego, se obtuvo como

38
superior (mayor número de días) a la aplicación de 10 toneladas de compost en
el sistema de riego en surcos pareados, mientras que en el sistema en surcos
simples no se obtuvo diferencias en ninguno de los factores evaluados.

Cabe indicar que se acerca a la significación estadística (con un p-value de


0.053, no mostrado) la aplicación de compost en el sistema en surcos
pareados, siendo ello de relevancia posiblemente dado que la Prueba de
Duncan sí indica diferencias significativas entre el nivel más alto (10 t/ha) y más
bajo (0 t/ha) de dosis de compost (anexo 3).

39
5.3 VARIABLES DE CRECIMIENTO VEGETATIVO

5.3.1 Acame de raíz

En el cuadro 9 se observa, en los sistemas de riego y en el promedio general,


mayores cantidades de plantas tumbadas en el T3 (240 Kg N/ha) y T9 (5 t/ha
de compost + 240 kg N/ha), y menores números de plantas tumbadas en el T4
(5 t/ha de compost).

Cuadro 9: Promedio general y por sistemas de riego, acame


de raíz (número de plantas/unidad experimental).

SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
B- PROMEDIO
TRATAMIENTO A-
Urea Surcos Surcos GENERAL
Compost
(kg pareados simples
(t/ha)
N/ha)
T1 0 0 2.00 0.50 1.25
T2 0 120 2.50 0.00 1.25
T3 0 240 5.50 0.50 3.00
T4 5 0 0.50 0.00 0.25
T5 5 120 1.00 0.00 0.50
T6 5 240 0.50 0.50 0.50
T7 10 0 1.50 0.50 1.00
T8 10 120 1.00 1.00 1.00
T9 10 240 2.50 1.50 2.00
PROMEDIO 1.89 0.50 1.19

Se señala que esta variable no cumplió con la Prueba de Homogeneidad de


Errores de Snedecor - Stevens (anexo 10) entre ambos sistemas de riego,
siendo por ello que no se realizó el análisis de ANVA combinado y la Prueba de
Duncan respectiva en este caso.

En el análisis de varianza de cada sistema de riego (anexo 2) no se obtuvieron


diferencias estadísticas significativas (95%) en ninguno de los factores
evaluados. Sin embargo, las aplicaciones de compost se acercaron a la
significación estadística en el sistema de riego en surcos pareados (con un p-
value de 0.057, no mostrado).

40
En la Prueba de Duncan realizada individualmente en cada sistema de riego
(anexo 4), se observó que en el sistema en surcos pareados, las aplicaciones
nulas de Compost (0 t/ha) fueron significativamente mayores (o de un mayor
tumbado de plantas) a las demás dosis (5 y 10 t/ha) de compost. Por otro lado,
en el sistema en surcos simples, no se encontraron diferencias significativas en
ninguno de los factores evaluados en este caso.

Asimismo, cabe indicar que esta variable no tuvo mayor impacto en la


productividad del campo, dado que tal como se indica en el cuadro 9, el
promedio obtenido en cada sistema de riego fue de 1.89 y 0.5
plantas/subparcela, en surcos pareados y simples respectivamente. Como la
población promedio ocurrida en cada subparcela (o unidad experimental) fue
de 79.8 plantas/subparcela (u 80 plantas, anexo 12), entonces el total de
plantas caídas en porcentaje fue de 2.3 y 0.6 % en surcos pareados y simples
(respectivamente), y en el promedio obtenido en todo el estudio ello fue de 1.4
% de acame, siendo todas estas cifras de poca relevancia dado que no
superaron lo mínimo a tomarse en cuenta en estos casos (5 % de acame).

41
5.3.2 Altura de planta

En el cuadro 10 se observan las mayores alturas de planta en el T4 (5 t/ha de


compost), T3 (240 Kg N/ha) y T2 (120 Kg N/ha), y las menores en el T5 (120
Kg N/ha + 5 t/ha de compost) y T6 (240 Kg N/ha + 5 t/ha de compost).

Cuadro 10: Promedio general y por sistemas de riego, altura de planta.

SISTEMAS DE
FACTOR RIEGO
PROMEDIO
(EXPERIMENTO)
TRATAMIENTO GENERAL
A- B- Surcos Surcos
(metros)
Compost Urea pareados simples
(t/ha) (kg N/ha) (metros) (metros)
T1 0 0 2,50 2,65 2.58
T2 0 120 2,55 2,65 2.60
T3 0 240 2,45 2,75 2.60
T4 5 0 2,50 2,75 2.63
T5 5 120 2,15 2,65 2.40
T6 5 240 2,25 2,60 2.43
T7 10 0 2,55 2,50 2.53
T8 10 120 2,55 2,50 2.53
T9 10 240 2,55 2,50 2.53
PROMEDIO 2.45 2.62 2.53

En el análisis de varianza combinado (anexo 1) no se encontraron diferencias


estadísticas en ninguno de los factores evaluados. Por otra parte, en el análisis
de varianza individual de cada sistema de riego (anexo 2), se observó
diferencias estadísticas (99%) en la aplicación de las dosis de Compost y en
los bloques en el sistema en surcos pareados; mientras que en el sistema en
surcos simples no se encontraron diferencias en ninguno de los factores
analizados.

En la Prueba de Duncan (anexo 4) realizada en el análisis combinado, no se


encontraron diferencias significativas en los factores evaluados. Por otro lado,
esta prueba realizada individualmente en cada sistema de riego, en el sistema
en surcos pareados obtuvo diferencias significativas en la aplicación de
compost, siendo mayor la altura de planta con la aplicación de la dosis nula (0
t/ha) y alta (10 t/ha) de compost, y menor la aplicación de la dosis media (5

42
t/ha) de compost; mientras que en el sistema en surcos simples, no se
observaron diferencias en ninguno de los factores evaluados.

5.3.3 Diámetro de tallo

En el cuadro 11 se observan los mayores diámetros de tallo en el T8 (120 kg


N/ha + 10 t/ha de compost) y T6 (240 Kg N/ha + 5 t/ha de compost), y los
menores diámetros en el T5 (120 kg N/ha + 5 t/ha de compost) y T7 (10 t/ha de
compost).

En el análisis de varianza combinado (anexo 1), se encontraron diferencias


significativas (95%) en el efecto de cada sistema de riego en el cultivo. En el
análisis de varianza individual de cada sistema de riego (anexo 2), no se
encontraron diferencias significativas (95%) en ninguno de los factores
evaluados.

En la Prueba de Duncan (anexo 5) realizada en el análisis combinado e


individual (en cada sistema de riego), no se encontraron diferencias
significativas en ninguno de los factores evaluados en el estudio.

Cuadro 11: Promedio general y por sistemas de riego, diámetro de tallo.

SISTEMAS DE
FACTOR RIEGO
(EXPERIMENTO) PROMEDIO
TRATAMIENTO B- GENERAL
A- Surcos Surcos
Urea (mm)
Compost pareados simples
(kg
(t/ha) (mm) (mm)
N/ha)
T1 0 0 23,95 26,30 25.13
T2 0 120 23,90 25,90 24.90
T3 0 240 24,15 26,50 25.33
T4 5 0 23,90 25,60 24.75
T5 5 120 23,10 25,70 24.40
T6 5 240 23,30 27,60 25.45
T7 10 0 23,25 24,30 23.78
T8 10 120 25,25 25,70 25.48
T9 10 240 24,25 25,50 24.88
PROMEDIO 23.89 25.90 24.90

43
Figura 5: Medias obtenidas en los sistemas de riego en el diámetro de tallo

5.3.4 Número de hojas totales en la planta

En el cuadro 12 se observan los mayores números de hojas en el T3 (240 Kg


N/ha) y T4 (5 t/ha de compost), y los menores números de hojas en el T7 (10
t/ha de compost) y T9 (240 Kg N/ha + 10 t/ha de compost).

En el análisis de varianza combinado de ambos sistemas de riego (anexo 1) se


encontraron diferencias estadísticas (95%) en el efecto de los sistemas de
riego. En el análisis de varianza individual de cada sistema de riego (anexo 2),
no se encontraron diferencias significativas (95%) en ninguno de los factores
analizados.

44
Cuadro 12: Promedio general y por sistemas de riego,
número de hojas totales por planta.

SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
B- PROMEDIO
TRATAMIENTO A-
Urea Surcos Surcos GENERAL
Compost
(kg pareados simples
(t/ha)
N/ha)
T1 0 0 16,50 16,35 16.43
T2 0 120 15,40 16,55 15.98
T3 0 240 16,40 16,95 16.68
T4 5 0 16,55 16,90 16.73
T5 5 120 15,40 16,60 16.00
T6 5 240 15,20 16,40 15.80
T7 10 0 15,50 16,75 16.13
T8 10 120 16,20 16,50 16.35
T9 10 240 15,35 16,80 16.08
PROMEDIO 15.83 16.64 16.24

En la Prueba de Duncan (anexo 5), realizada en el análisis combinado e


individual en cada sistema de riego, no se encontraron diferencias significativas
en los factores que fueron evaluados en el estudio.

Figura 6: Medias obtenidas en los sistemas de riego en el número de hojas


totales.

45
5.4 VARIABLES DE CAPACIDAD PRODUCTIVA

5.4.1 Longitud de mazorca

En el cuadro 13 se observan las mayores longitudes de mazorca en el T2 (120


Kg N/ha) y T8 (120 kg N/ha + 10 t/ha de compost), y las menores longitudes en
el T5 (120 Kg N/ha + 5 t/ha de compost) y T3 (240 Kg N/ha).

En el análisis de varianza combinado (anexo 1) e individual de cada sistema de


riego (anexo 2), no se encontraron diferencias significativas (95%) en ninguno
los factores en estudio; aunque cabe indicar que el efecto de los sistemas de
riego se acercó a la significación estadística, con un p-value de 0.06 (no
mostrado).

Cuadro 13: Promedio general y por sistemas de riego,


longitud de mazorca.

SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
PROMEDIO
B-
TRATAMIENTO A- Surcos Surcos GENERAL
Urea
Compost pareados simples (mm)
(kg
(t/ha) (mm) (mm)
N/ha)
T1 0 0 174.50 187.00 180.75
T2 0 120 185.00 188.50 186.75
T3 0 240 175.50 182.50 179.00
T4 5 0 176.50 191.50 184.00
T5 5 120 159.50 180.50 170.00
T6 5 240 169.00 170.00 169.50
T7 10 0 181.50 186.50 184.00
T8 10 120 184.00 188.00 186.00
T9 10 240 181.50 189.00 185.25
PROMEDIO 176.33 184.83 180.58

Por otro lado, en la Prueba de Duncan (anexo 6) realizada en el análisis


combinado e individual de ambos sistemas de riego, no se encontraron
diferencias significativas en ningún factor evaluado en el estudio.

46
5.4.2 Diámetro de mazorca

En el cuadro 14 se observan los mayores diámetros de mazorca en el T1 (240


Kg N/ha), T4 (5 t/ha de compost) y T3 (240 kg N/ha), y los menores diámetros
en el T7 (10 t/ha de compost) y T6 (240 Kg N/ha + 5 t/ha de compost).

En el análisis de varianza (ANVA) combinado (anexo 1) e individual de cada


sistema de riego (anexo 2), no se encontraron diferencias significativas (95%)
en ninguno de los factores analizados.

En las Pruebas de comparación de Duncan realizadas en el análisis combinado


e individual del estudio (anexo 6), no se encontraron diferencias significativas
en ninguno de los factores evaluados.

Cuadro 14: Promedio general y por sistemas de riego,


diámetro de mazorca.

SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
PROMEDIO
B-
TRATAMIENTO A- Surcos Surcos GENERAL
Urea
Compost pareados simples (mm)
(kg
(t/ha) (mm) (mm)
N/ha)
T1 0 0 48.50 51.00 49.75
T2 0 120 48.50 49.50 49.00
T3 0 240 49.00 49.50 49.25
T4 5 0 48.50 50.50 49.50
T5 5 120 48.00 48.50 48.25
T6 5 240 47.50 48.50 48.00
T7 10 0 47.50 48.00 47.75
T8 10 120 47.00 50.50 48.75
T9 10 240 48.00 48.50 48.25
PROMEDIO 48.06 49.39 48.72

47
5.4.3 Peso de mazorca

En el cuadro 15 se observan los mayores peso de mazorca en el T1 (0 Kg


N/ha) y T4 (5 t/ha de compost), y los menores pesos de mazorca en el T7 (10
t/ha de compost) y T9 (240 Kg N/ha + 10 t/ha de compost).

Cuadro 15: Promedio general y por sistemas de riego, peso de mazorca.

SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
PROMEDIO
B-
TRATAMIENTO A- Surcos Surcos GENERAL
Urea
Compost pareados simples (gramos)
(kg
(t/ha) (gramos) (gramos)
N/ha)
T1 0 0 168.8 189.47 179.13
T2 0 120 149.95 185.38 167.67
T3 0 240 158.74 185.36 172.05
T4 5 0 149.8 200.33 175.06
T5 5 120 133.63 163.77 148.68
T6 5 240 143.06 176.83 159.95
T7 10 0 129.74 170.32 150.03
T8 10 120 144.67 173.59 159.13
T9 10 240 143.04 171.29 157.16
PROMEDIO 146.82 179.59 163.21

En el análisis de varianza combinado de ambos sistemas de riego (anexo 1) se


encontraron diferencias significativas (95%) en el efecto de cada sistema de
riego en el peso de mazorca del cultivo. Por otro lado, en el análisis de varianza
individual de cada sistema de riego (anexo 2), no se encontraron diferencias
significativas (95%) en ninguno de los factores analizados.

.En las Pruebas de Duncan (anexo 7) realizadas en el análisis combinado e


individual de cada sistema de riego, no se encontraron diferencias significativas
(95%) en ninguno de los factores evaluados en el estudio.

48
Figura 7: Medias obtenidas en los sistemas de riego en el peso de mazorca

5.4.4 Número de mazorcas por planta

En el cuadro 16 se observan los mayores números de mazorcas por planta en


el T3 (240 Kg N/ha), T2 (120 kg N/ha) y T8 (120 kg N/ha + 10 t/ha de compost),
y los menores números de mazorcas en el T1 (testigo), T4 (5 t/ha de compost)
y T7 (10 t/ha de compost).

En el análisis de varianza combinado (anexo 1) e individual de cada sistema de


riego (anexo 2), no se encontraron diferencias estadísticas significativas (95%);
en ninguno de los factores evaluados en el estudio.

Por otra parte, en las Pruebas de comparación de Duncan realizadas en el


análisis individual y combinado de esta variable (anexo 6), no se encontraron
diferencias en ninguno de los factores analizados.

49
Cuadro 16: Promedio general y por sistemas de riego,
número de mazorcas por planta.

SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
B- PROMEDIO
TRATAMIENTO A-
Urea Surcos Surcos GENERAL
Compost
(kg pareados simples
(t/ha)
N/ha)
T1 0 0 0.92 0.97 0.94
T2 0 120 1.09 1.04 1.06
T3 0 240 1.05 1.11 1.08
T4 5 0 1.04 1.03 1.03
T5 5 120 1.05 1.15 1.10
T6 5 240 0.99 1.10 1.05
T7 10 0 1.09 0.98 1.03
T8 10 120 1.06 1.07 1.06
T9 10 240 1.04 1.05 1.05
PROMEDIO 1.04 1.05 1.04

50
5.5 VARIABLE DE CALIDAD

5.5.1 Peso de mil granos

En el cuadro 17 se observan los mayores pesos de mil granos en el T2 (120 kg


N/ha) y T3 (240 Kg N/ha) y T4 (5 t/ha de compost), y los menores pesos de mil
granos en el T8 (120 kg N/ha + 10 t/ha de compost) y T9 (240 Kg N/ha + 10
t/ha de compost).

Cuadro 17: Promedio general y por sistemas de riego,


Peso de mil granos.

SISTEMAS DE RIEGO
FACTOR
(EXPERIMENTO)
PROMEDIO
B-
TRATAMIENTO A- Surcos Surcos GENERAL
Urea
Compost pareados simples (gramos)
(kg
(t/ha) (gramos) (gramos)
N/ha)
T1 0 0 421.34 451.37 436.36

T2 0 120 426.93 471.66 449.30

T3 0 240 433.32 452.71 443.01

T4 5 0 414.80 450.28 432.54

T5 5 120 385.31 468.99 427.15

T6 5 240 402.06 442.08 422.07

T7 10 0 407.85 438.19 423.02

T8 10 120 412.67 423.32 417.99

T9 10 240 400.73 438.70 419.71

PROMEDIO 411.67 448.59 430.13

En el análisis de varianza combinado (anexo 1) de ambos sistemas de riego, se


encontraron diferencias significativas (95%) en el efecto de cada sistema de
riego en la variable en estudio. Por otro lado, en el análisis de varianza

51
individual de cada sistema de riego (anexo 2), no se encontraron diferencias
significativas (95%) en ninguno de los factores analizados.

En las Pruebas de Duncan (anexo 7) realizadas en el análisis combinado e


individual de los sistemas de riego, no se encontraron diferencias en los
factores evaluados en el estudio.

Figura 8: Medias obtenidas en los sistemas de riego respecto al peso de mil


Granos.

52
VI. DISCUSION

La interacción de los fertilizantes con la biota del suelo siempre ha estado


presente, dado que cualquier material que ingresa al suelo entra en contacto e
interacciona necesariamente con la microbiota establecida en el agua, en el
aire y en el suelo, ello considera entonces que todo mineral o todo abono
orgánico impacta de forma tal que su desempeño productivo dependería
siempre de dicha interacción.

En los sistemas que poseen una cantidad apreciable de compuestos


carbonados y de agua en el medio, sus procesos internos van a tener
mayormente una fuerte dependencia de la microbiota establecida en el, más
aún si sus insumos poseen o tienen una alta capacidad de proporcionar
carbono, o de incentivar los procesos naturales que se dan bajo ese medio.
Todo ello conlleva a que el predominio de los microorganismos sea de vital
importancia en el desempeño de este sistema o de esta actividad económica.

Todo lo anterior se aplica a la práctica de la agricultura y en este caso se


muestra en los resultados y en la discusión de este estudio, el cual se irá
presentando seguidamente a continuación.

6.1 El Análisis de los Resultados del estudio

La investigación científica, si bien debe ir acompañada de la evaluación


matemática o estadística para corroborar o ver el nivel de certidumbre de los
resultados del estudio, la aplicación de esta herramienta depende a su vez de
su correcta implementación y adecuada interpretación en el mismo. Ello hace
que el uso de esta herramienta en la investigación considere cuidadosamente
estos aspectos para la interpretación de los mismos, o, de las inferencias que
devienen del uso de esta forma de análisis.

En el análisis estadístico planteado en el estudio (con un alfa de 0.05), se


obtuvo según dicho análisis, que en todas las variables evaluadas los

53
tratamientos fueran iguales, o que no se presentaran diferencias entre sí. Es
decir, ello indica que es indiferente aplicar fertilizantes nitrogenados o no, lo
cual estaría en discusión, o en todo caso podría circunscribirse sólo a este
experimento, dado a que el cultivo de maíz presenta respuesta a la fertilización
nitrogenada, tal como se indica desde Arnon (1975), y de la misma forma, se
tiene conocimiento que la variedad utilizada ha respondido en otro estudio a la
fertilización sintética de nitrógeno (Ing. Julián Chura, jefe del PCIM de la
UNALM, comunicación personal). Asimismo, las diferencias obtenidas en el
estudio en el promedio general y entre los sistemas de riego en los
tratamientos establecidos en esta investigación (Cuadro 6), justificaron en
ambos casos diferencias estadísticas significativas en los estudios realizados
en maíz amarillo duro en la UNALM, tales como los estudios de dosis
crecientes de nitrógeno inorgánico (en forma de urea, de 0 a 240 kg N/ha)
realizados por Villarreal (2006) y Pampa (2004).

Ello deja entrever más de un caso o perspectiva en este tema: por un lado, se
podría indicar que la evaluación estadística quizás no tuvo el planteamiento
adecuado; debido a que debe tenerse en cuenta que por mencionar un
ejemplo, en el rendimiento hubo una diferencia de 2.1 t/ha de grano entre el
tratamiento con mayor y menor rendimiento en el sistema de riego en surcos
simples, el cual, la estadística lo consideró como irrelevante (siendo ello
importante en el cultivo tal como se ha indicado). O por otro lado, se podría
indicar también que realmente esos fueron los resultados que se debieron
obtener en este estudio, dado que se podría considerar quizás que el medio no
habría propiciado a que se den tales diferencias entre los tratamientos en el
campo; y, aunque ello es muy aparte de la evaluación estadística, podría caber
también en este caso, siendo ello analizado más en detalle posteriormente en
el estudio.

Respecto a ello entonces, mientras que en la investigación agronómica se está


normalmente familiarizado con poner límites al error tipo I (escogiendo un valor
crítico de alfa, normalmente de 0.05 como en este caso), no se está
familiarizado con limitar a su vez el error tipo II (o beta, o la potencia de la
prueba de hipótesis). Sin embargo, controlar el error tipo II puede ser igual o
más importante que el error tipo I (Lieber, 1990, concordando con este aspecto

54
de este tema en la actualidad otros autores, tales como Christley, 2010 y
Gonzales-Lutz, 2008), dado que la potencia de la prueba de hipótesis se la
refiere también como la sensibilidad del estudio, puesto que esta indica la
capacidad del diseño estadístico de detectar diferencias (allí donde las haya
realmente), en este caso, entre los tratamientos del estudio (Quezada, 2007).

La importancia de lo anterior radica en lo siguiente: tal como explican Quesada


y Figuerola (2010), muchas veces ocurre que no encontramos diferencias
significativas sólo tomando en cuenta que obtenemos un p-value (o alfa) no
significativo en el análisis estadístico; conforme a ello podemos preguntarnos
entonces, si esa falta de significación es debida a que efectivamente no existen
diferencias, o por otro lado, a que existe mucho ruido (o dispersión) en nuestros
datos y no obtenemos la significación estadística (de alfa) porque tenemos un
tamaño muestral muy pequeño o insuficiente para detectar las diferencias entre
estos, es decir, en este caso, se habría disminuido concretamente la potencia
de la prueba de hipótesis (o el beta, o la sensibilidad) del análisis estadístico
realizado. Debido a ello, Wong-Gonzales (2010) indica que toda prueba de
hipótesis que no salga significativa (el alfa), debe tener siempre indicada la
potencia de la prueba de la misma (o el beta), aunque en este caso, como
normalmente se da en los estudios en agronomía, no se realizó este análisis en
la evaluación estadística en los resultados de este estudio.

Entonces, ello pudo influenciar negativamente la evaluación de cada sistema


de riego en forma individual, y además la combinación de ambos sistemas de
riego (análisis combinado), a pesar de considerarse en este último caso 4
repeticiones (o muestras) en dicho análisis. Si se diera este caso, este estudio
considera que el análisis estadístico debió haberse realizado en forma más
exhaustiva, es decir más concretamente, que debió haberse tomado (o hecho)
otros planteamientos en el diseño estadístico que se adecuen al diseño y datos
obtenidos en el estudio, e incrementen asimismo las probabilidades de no
cometer el error tipo I y II a la vez.

A continuación, se presenta un análisis o evaluación estadística en la forma de


tratamientos y bloques (tal como se ha utilizado en el estudio), sin arreglo
factorial (con lo que incluso se aumentan los grados de libertad del error en el

55
diseño estadístico en este caso), en la cual se muestra la potencia de la prueba
de hipótesis obtenida en ese caso en los tratamientos evaluados en el estudio.
Al respecto, cabe indicar que la potencia de prueba debe superar el 80 % para
que la evaluación estadística realizada sea adecuada o confiable (Thomas y
Juanes, 1996). Es decir, se muestra en este caso que respecto a la potencia de
la prueba obtenida (0.56, o 56 %, Cuadro 18) de los tratamientos evaluados en
el estudio en dicha forma de análisis, este es de baja potencia o sensibilidad
para poder obtener una conclusión o inferencia respecto al análisis estadístico
planteado.

Cuadro 18: Evaluación estadística realizada sin arreglo factorial,


mostrándose en este caso la significación (Sig., o p-
value o alfa) y la potencia (observada) de la prueba de
hipótesis (o el beta).

Origen Suma de Gl Media F Sig. Potencia


cuadrados cuadrática observada b
tipo III

Modelo 2788,320a 12 232,360 324,164 ,000 1,000a

TRAT 9,140 8 1,142 1,594 ,179 ,560

BLOQ 33,595 3 11,198 15,623 ,000 1,000

Error 17,203 24 ,717

Total 2805,523 36

a. R cuadrado = ,994 (R cuadrado corregida = ,991)


b. Calculado con alfa = .05

La decisión del número de repeticiones tomado en el estudio, se debe a que el


número de grados de libertad del error (error b), fue de 12 grados de libertad en
el análisis combinado, cumpliendo ello con el mínimo recomendado para estos
estudios (Castejón, 2011). Asimismo, dicho número de muestras o repeticiones
consideraron y concordaron con las experiencias recabadas por el CGIAR en

56
sus estudios realizados en el Perú en el cultivo de maíz (Ing., Ricardo Sevilla,
jefe del CGIAR - Perú, comunicación personal).

Por otra parte, en otro aspecto del análisis estadístico, se debe mencionar que
en general en todo el estudio (hasta el momento) se consideró o se tomó más a
los tratamientos provenientes de cada sistema de riego en forma individual (es
decir, en sus casos provenientes de su sistemas de riego), o, como si estos (en
todo caso) fuesen los mismos, o haciendo uso del promedio general de estos o
del promedio ponderado de los mismos (tal como se observa en los cuadros de
los resultados, Capítulo 5); y ello sin considerar debidamente las diferencias
entre los tratamientos provenientes de uno y otro sistema de riego, a pesar de
que hay un factor en el Análisis Combinado que evidentemente sí consideró
una combinación de los sistemas de riego y los insumos utilizados en este
estudio (Urea x Compost x Sistemas de Riego), y además, de que dichas
diferencias resultantes entre estas combinaciones resultarían ser relevantes o
importantes tal como se va tratar al respecto. En la definición de tratamientos,
se indica a estos como la condición especifica del experimento bajo el cual está
sujeto la unidad experimental; o también, como un factor (condición especifica)
sometido a estudio y a comparación en la unidad experimental de un
experimento. Y en este estudio, en cada unidad experimental se dio una
combinación de 3 factores simples, el cual vino a ser cada tratamiento aplicado
en cada unidad experimental del mismo, tal como también lo indican Badii et al.
(2007) de tal forma. Según dicho concepto entonces, no se puede considerar
en este estudio a los tratamientos provenientes de cada sistema de riego de
igual forma, debido a que cada uno de estos sistemas presentan (condiciones
o) diferencias entre sí; por ejemplo, estos difirieron en la distribución de las
plantas en el suelo, y también, en la distribución de los goteros de riego en el
campo.

El principal inconveniente en este caso (o aspecto del análisis) fue que no se


obtuvieron diferencias estadísticas en dicha combinación de factores (Urea x
Compost x Sistemas de Riego) con la evaluación estadística realizada en este
estudio, debido probablemente también a lo que ya se ha explicado en el caso
de la potencia de la prueba de hipótesis en el análisis estadístico, dado que se
observó también en este caso una poca sensibilidad del análisis estadístico en

57
detectar las diferencias obtenidas en los resultados de esas combinaciones,
puesto que esas diferencias llegaron a ser en más de una ocasión de más de 3
t/ha en el rendimiento de grano entre dichas combinaciones, o dicho de otro
modo, entre los tratamientos de uno y otro sistema de riego, siendo estas
diferencias importantes en el maíz según se ha referido por ejemplo en los
estudios realizados en la UNALM tal como ha sido mencionado al respecto
previamente en este Capítulo.

En resumen, dicha consideración de los tratamientos en los resultados de este


estudio, pudo limitar severamente la observación de todos los aspectos y
variaciones resultantes en el mismo, y por ende, pudo limitar el nivel de detalle
y los alcances que pudo obtener el estudio con los insumos que se introdujo en
la planificación del mismo.

Entonces, conforme a lo expuesto anteriormente, el estudio va a considerar


que si bien el análisis y la interpretación de los datos y resultados obtenidos
deben ser interpretados necesariamente con el análisis estadístico de los
mismos (siendo en el caso más preciso del estudio, la observación de las
tendencias en los tratamientos, dado que en este caso no se encontraron
diferencias estadísticas según su planteamiento estadístico propuesto por el
jurado de la Tesis). Por otro lado, este estudio considerará además de forma
importante el análisis deductivo e inductivo (sin el análisis estadístico realizado
en el estudio) de las relaciones, diferencias y demás observaciones
encontradas en los datos recabados en el campo, ello debido a que en el
estudio ambas formas de análisis serían muy importantes y necesarias para
interpretar los resultados habidos en el mismo, puesto que estos se
complementarían entre sí convenientemente en dicho caso.

Concluyendo, se va a considerar entonces cada uno de los aspectos


mencionados anteriormente en el análisis del estudio, discutiéndose en base a
toda la información obtenida del mismo, con el objetivo de realizar la mayor
indagación posible de las causas que estuvieron involucradas en el desarrollo
del cultivo, y que a su vez establecieron cada una de las respuestas o
tendencias encontradas en los datos obtenidos en el presente estudio.

58
6.1.1 Variable de Rendimiento

A continuación, se muestra el promedio general o global (proveniente del


análisis combinado), y por sistemas de riego, del rendimiento de grano
obtenido en cada uno de los tratamientos establecidos en el estudio.

10.00
9.00
Toneladas/hectarea

8.00
7.00
6.00
5.00
4.00
3.00
2.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamientos

Figura 9: Promedio general (o global, o del análisis combinado) del


Rendimiento de grano de los tratamientos establecidos en el campo.

12.00
11.00
10.00
Toneladas/hectarea

9.00
8.00
7.00
Surcos Pareados
6.00
Surcos Simples
5.00
4.00
3.00
2.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamientos

Figura 10: Promedio por Sistemas de riego del Rendimiento de grano de los
tratamientos establecidos en el campo.

59
En los gráficos anteriores de rendimiento (figuras 9 y 10), si se consideran los 3
rendimientos más altos observados en el estudio, se observa que se
encuentran en el T2, con 120 kg N/ha; en el T3, con 240 kg N/ha (ambos en
forma de urea), y además, en un tratamiento con sólo insumo orgánico (T4, con
5 t/ha de compost). El que obtuvo el mayor valor en el rendimiento fue el que
se aplicó sólo la mayor dosis de urea (T3) en el campo, ello en cada sistema de
riego, y por tanto también en el promedio general del estudio. Por otra parte, el
tratamiento con compost (T4), obtuvo el segundo mayor rendimiento en el
promedio general o global, y el segundo y tercer valor más alto en los sistemas
de surcos simples y surcos pareados respectivamente. Por último, el
tratamiento en que se aplicó la dosis baja de urea (T2) fue el de tercer mayor
rendimiento en el promedio general, y el que obtuvo el tercer y segundo mayor
valor obtenido en el sistema en surcos simples y surcos pareados,
respectivamente.

Cabe indicar también a ello, que a contraparte, los menores rendimientos se


observaron en general en los tratamientos T7, T8 y T9, siendo todos estos
aplicados con la más alta dosis de compost (10 t/ha)

Los resultados obtenidos en los tratamientos T2 y T3 se asemejan a los


observados con mucha frecuencia en la literatura (por ejemplo, Dimas et al.,
2001), y se asemejan también a los estudios realizados en maíz en la UNALM
(por ejemplo, al estudio de dosis crecientes de fertilización nitrogenada de
Villareal, 2006). Entonces, las tendencias observadas en esos tratamientos
estarían en conformidad con lo observado bajo ese medio, o con lo esperado
en esos casos.

En el caso del T4, se ha indicado en la literatura también (aunque con menos


frecuencia) casos similares al mismo. Se observa por ejemplo que en el estudio
de Fortis-Hernández y col (2010), se obtuvo el más alto valor de rendimiento
(en su caso, peso seco) con la aplicación de vermicompost en el cultivo de
maíz, superándose incluso a la aplicación de 200 kg Nitrógeno/ha en forma de
urea. Cabe indicar, asimismo, que en ese estudio se estableció el cultivo bajo
sistema de riego presurizado subsuperficial, y como se verá más adelante, el
uso de sistemas de riego de alta eficiencia (como en este caso) tendría

60
relevancia en la respuesta obtenida en los cultivos establecidos en el campo. Al
respecto, se menciona como ejemplo adicional, que en el estudio de Lamm et
al. (2001) al implementarse un control de humedad en el suelo, se obtuvieron
altos rendimientos de grano de maíz (superiores a las 12 t/ha) sin aplicarse
fertilizantes nitrogenados en el suelo (donde cabe indicar que dichos
rendimientos se obtuvieron en un suelo de textura media – de 1.3
gramos/centímetro cubico – según se refiere, siendo este suelo además
perteneciente a un centro de experimentación).

Con ello entonces se indica que en la literatura científica si se ha reportado


rendimientos importantes en el maíz con el uso de abonos orgánicos,
superándose en ocasiones a los tratamientos con abonos sintéticos; aunque se
observa que en los casos indicados se complementaría ello con la introducción
de otras tecnologías, como el del manejo del riego en el campo.

Respecto asimismo a los estudios con compost en el Perú, se debe indicar que
las respuestas obtenidas en este estudio se asemejaron por ejemplo a lo
obtenido por Chunga et al. (1999) en su estudio. Dicha investigación se
estableció igualmente en un cultivo de maíz amarillo duro, en un suelo con la
misma clase textural a este, con un compost de similares características a las
de este estudio, y además, se estableció también bajo condiciones de costa
peruana, donde se obtuvo en dicho caso de forma similar un mayor rendimiento
de grano con el uso de la dosis baja de compost (5 t/ha), y un menor
rendimiento de grano con la dosis mayor de compost (en su caso, 8 t/ha).

Por otro lado, cabe indicar también que los resultados obtenidos en las
interacciones o en las combinaciones de insumos o fertilizantes (T5, T6, T8,
T9) realizados en este estudio, sí se asemejan a los obtenidos en los estudios
al respecto (por ejemplo, al de Han et al., 2004), es decir, sí se encuentran
estos en la literatura científica. Esos resultados son opuestos a lo que
comúnmente se hace referencia, dado que se considera generalmente que el
abonamiento orgánico “siempre” favorece la fertilización inorgánica, siendo ello
erróneo dado que en la literatura indicada y en este estudio se observó en más
de un caso que las combinaciones de fertilizantes sintéticos con el compost

61
resultaron contraproducentes, o con una tendencia a ser de menor rendimiento
que en los casos que se aplicaron individualmente ambos insumos.

A continuación, se discute entonces acerca de las variables que fueron


importantes en la obtención del rendimiento observado en los tratamientos
establecidos en el estudio.

Primeramente, se muestra en un cuadro las variables más importantes


observadas en los tratamientos con mayor y menor rendimiento en el estudio,
las cuales serán discutidas seguidamente a continuación.

Cuadro 19: Tratamientos y sus variables de importancia en el estudio

Variables que no lo
Orden de Variables que sí lo favorecieron
favorecieron
Rendimiento
(según el
Trat. Obtuvo el
promedio Obtuvo el Obtuvo el
general, Obtuvo el segundo
segundo mejor valor menos
Cuadro 06) mejor valor en: valor menos
valor en: favorable en:
favorable en:

- Altura
De más alto
- Número de
rendimiento
- Días a hojas
(1ero., o el de T3 - Acame
Floración - Peso grano
mayor
- Mazorcas/
rendimiento)
planta

- Altura - Floración
De más alto
- Número de - Diámetro de - Mazorcas/
rendimiento T4
hojas mazorca planta
(2do.)
- Acame
De más bajo
- Longitud de - Peso grano
rendimiento T9 - Floración
mazorca - Acame
(8vo.)
- Diámetro
De más bajo de tallo
rendimiento - Diámetro
- Días a
(9no., o el de T7 de
Floración
menor mazorca
rendimiento) - Mazorcas/
planta

62
6.1.2 Variables de Precocidad

Primeramente, en referencia a los días a floración y a sus tendencias, en el


estudio se observó que probablemente podría haber una relación de esta
variable con el rendimiento de grano, ello debido a que el tratamiento con el
más alto rendimiento (T3), obtuvo a su vez el menor número de días hacia la
floración femenina; igualmente, el de segundo mayor rendimiento en el estudio
(T4), obtuvo también respectivamente el segundo menor número de días hacia
la floración femenina (ello en el promedio general del estudio, Cuadro 8). Y
asimismo, los tratamientos de menor rendimiento (T9 y T7) en el estudio,
obtuvieron ambos el mayor número de días hacia la floración femenina (T9), y
el segundo mayor número de días hacia la floración femenina (T7) en el
promedio general del estudio (Cuadro 8), donde se observa entonces en estos
casos una correspondencia visible entre el rendimiento y el número de días a la
floración femenina, siendo esa correspondencia de una relación negativa (o
inversamente proporcional o indirecta) o contraria entre ambos casos o
aspectos del estudio.

Esas mismas tendencias se asemejan en gran medida a las observadas en el


estudio de Matheus (2004), donde en un cultivo de maíz hubo una
correspondencia (o relación) similar entre el rendimiento y los números de días
a la floración, donde se observó primeramente, que las aplicaciones de
compost tendieron a obtener los mayores números de días hacia la floración, y
las aplicaciones de fertilizantes químicos obtuvieron los menores días a la
floración; y respectivamente, la aplicaciones de compost adquirieron en ese
estudio los menores rendimientos de grano, y los tratamientos con aplicaciones
de fertilizantes químicos obtuvieron a su vez los mayores rendimientos de
grano en el estudio.

Respecto a ello, se debe indicar primeramente que Uhart y Andrade (1995)


observaron que existe una relación de esta variable con el desarrollo del
cultivo, y además con la disponibilidad de nitrógeno en el medio productivo. Ello
debido a que, tal como mencionan estos autores, la tasa de crecimiento de la
espiga, la cual se da de forma importante desde el periodo vegetativo, tiene

63
una estrecha relación con la tasa de crecimiento del cultivo (desde dicho
periodo indicado), y ambos a su vez, se ven influenciados por las deficiencias
de nitrógeno en el suelo, siendo entonces probablemente de tal forma que se
estaría determinando su posterior aparición en el cultivo, y de tal manera por
tanto, que se establecería la relación entre estas características en el mismo.

En resumen, lo mencionado respecto a este tema guardaría relación con la


absorción de nitrógeno en el suelo; y ello a su vez con su disponibilidad en el
medio edáfico, o en su defecto, con la provisión de nitrógeno en dicho medio
según se ha visto en este caso. Ello sería por tanto, lo que habría redundado
finalmente en el rendimiento del cultivo, siendo por ello entonces que se infiere
que el desarrollo y la productividad del maíz podrían estar estrechamente
influenciados o relacionados con la provisión de nitrógeno en el suelo, y en
igual manera, con los días a la antesis de la floración según lo expuesto
anteriormente.

Por lo tanto, de lo observado en los resultados obtenidos en el estudio y lo


indicado anteriormente en la literatura, se infiere que las diferencias o
tendencias en la aparición de los órganos reproductivos en el cultivo habrían
guardado relación con la disponibilidad de nitrógeno en el medio, y por ende
también con el rendimiento de grano obtenido en el cultivo. Ello sino, se verá
más en detalle a continuación en el análisis de las demás variables analizadas
en el estudio

6.1.3 Variables Vegetativas

En relación a la variables morfológicas vegetativas, primeramente, cabe indicar


que el rendimiento en el maíz es el producto de la tasa de la fotosíntesis
durante el periodo de llenado de grano, multiplicado por la duración de este, y
sumándosele a ello lo proveniente de las reservas lábiles de la planta (Evans,
1983). Entonces, en el maíz las variables o partes de la planta que tendrían
mayor importancia y las cuales asimismo fueron estudiadas en esta

64
investigación, serían el tallo y las hojas de la planta, cuya relevancia en el
estudio se exponen a continuación.

El tallo, aparte de ser sostén de las hojas y del grano, funciona también como
órgano de almacenamiento de sólidos solubles (que contribuyen después al
llenado de grano); ello a su vez está condicionado al volumen que ocupan
estos líquidos en el tallo, cabiendo indicar además que el aporte de este órgano
representa alrededor del 20 % del peso final del grano (Evans, 1983).
Entonces, el volumen de este órgano vegetativo adquiriría por tanto
importancia en la producción, y en el estudio se estaría determinando en gran
medida por la altura y el diámetro del tallo obtenido en cada tratamiento.
Respecto a las hojas, estas participarían de aproximadamente el 80 % de los
metabolitos presentes en el grano (según lo indicado por el autor anterior, y
tomando en cuenta la fuente de provisión de carbono referida para este órgano
en ese caso), por lo tanto, estas tendrían una gran importancia en la definición
del rendimiento de grano obtenido en el campo.

Asimismo, debe tenerse en cuenta que según los resultados, en general sólo
hay una mazorca por planta en todos los tratamientos establecidos en el
estudio (Cuadro 16). Por lo tanto, de ello se derivaría que un mayor número de
hojas en la planta tendría la posibilidad de determinar una mayor producción de
fotoasimilados para esa (sola) mazorca, lo que determinaría una mayor
ganancia de materia seca en los granos de esta misma, aunque, ello
dependería también de la tasa de la fotosíntesis y de la duración de las hojas
activas en la planta.

Evans (1983), indica que existe una relación directa entre la aparición de las
hojas en el tallo de maíz y la disponibilidad de nitrógeno en el medio. Asimismo,
respecto a ello, Maturano (2002) menciona que la tasa de fotosíntesis en el
maíz tiene una alta sensibilidad a la concentración de nitrógeno foliar,
característica que está relacionada con la acumulación de nitrógeno en la
planta y con la disponibilidad de este nutriente en el medio. Conforme a ello,
podría indicarse que pudo haber el caso que se relacione o se asuma en este
estudio que estos aspectos (fotosíntesis y nutrición nitrogenada) fueron o
serían favorables al cultivo; y asimismo, que ello podría haber impactado o

65
haberse relacionado también con el rendimiento obtenido posteriormente en el
campo. Ello se verá con mayor detalle a continuación.

De acuerdo a lo observado en las variables vegetativas evaluadas en el cultivo


y según las tendencias, se observó que los tratamientos de mayor rendimiento
(T3 y T4) serían los tratamientos en los que se estaría determinando una mayor
capacidad vegetativa. Ello debido a que, se advierte en esos casos, las
mayores alturas de planta observadas en los tratamientos, obteniendo la primer
(T4) y segunda (T3) altura de planta más altas del estudio, y además, sus
diámetros de tallo en ambos casos tendieron a ser iguales (T4) o mayores (T3)
al promedio general del estudio. Asimismo, se observó que el número de hojas
totales en esos tratamientos fueron de mayor valor a los obtenidos en los
demás tratamientos, obteniendo estos el primer (T4) y segundo (T3) número de
hojas más altos de esta investigación.

En el caso de los tratamientos de menor rendimiento de grano (T7 y T9), estos


obtuvieron una altura de planta similar al promedio; y respecto a su diámetro de
tallo, el tratamiento T7 obtuvo el menor diámetro de tallo del estudio, y el T9,
adquirió un diámetro de tallo semejante a los tratamientos de mayor
rendimiento (T3 y T4), aunque a este, le correspondió una menor altura de
planta. Asimismo, respecto a sus números de hojas totales en la planta, estos
tratamientos obtuvieron un número de hojas por debajo del promedio general
respecto a los demás tratamientos del estudio (todo lo indicado respecto a
estas variables se observa en los resultados del promedio general del estudio,
Cuadros 10 y 11).

Aparte, agregándose a ello, en este caso el análisis de otra variable vegetativa


en el estudio, siendo el acame presente en el cultivo, a pesar de su poca
relevancia en el mismo (debido a su poca ocurrencia en el campo), el análisis
de esta variable se cree podría ayudar a explicar de forma importante la posible
dinámica productiva suscitada en el estudio (según se expondrá al respecto),
por lo cual entonces se analiza sus variaciones en el mismo para ver su posible
redundancia en esta investigación.

En los resultados obtenidos en el estudio y en las tendencias respecto al


acame en el cultivo, se observó que este se produjo mayormente cuando se

66
realizaron aplicaciones de nitrógeno inorgánico al suelo; más aún, se observó
ser esta variable mayor cuando se realizó la aplicación de la dosis más alta de
nitrógeno en el campo (observándose ello por ende especialmente en el T3,
aplicado con sólo 240 kg N/ha). Asimismo, se observó que esta variable en
todos los tratamientos aplicados con compost disminuyó visiblemente, incluso,
hasta no registrarse acame en dos ocasiones en el estudio (tratamientos T4 y
T5, ambos con aplicaciones de 5 t/ha de compost) en el sistema de riego en
surcos simples.

Al respecto, Jacob and von Uexkul (1963, mencionado por Arnon, 1975)
indican que la aplicación de cantidades excesivas de nitrógeno en los cultivos
estimulan la síntesis de proteínas a tal grado que las reservas de carbohidratos
son usados en gran medida en la formación de aminoácidos y proteínas
solubles. Ello, según se indica, hace que la formación de tejidos de
fortalecimiento en el maíz se reduzca o decaiga, obteniéndose por resultado
que el tallo de la planta de maíz sea menos fuerte predisponiéndolo al
tumbado. Eso a su vez concuerda con lo indicado por Mengel y Kirby (2000),
manifestando estos autores que esta misma característica (tumbado o acame)
se observa en todos los cereales, producida de igual forma por excesivas
aplicaciones de fertilización nitrogenada sintética en los suelos de los campos
de cultivo.

Entonces, lo que estaría sucediendo en el caso del abono orgánico y su


interacción con el fertilizante sintético, principalmente, es que el fertilizante
orgánico podría estar induciendo una menor disponibilidad de nitrógeno en el
suelo, ello debido a que el nitrógeno sería en parte inmovilizado por la biomasa
microbiana, la cual habría sido incrementada por la introducción de materia
orgánica en el medio (tal como se observa en el estudio de Sabahi et al., 2010).
Lo anterior implicaría por tanto que el desarrollo del tallo en el cultivo se vea
menos influenciado por la fertilización nitrogenada sintética (debido a que en
esos casos no se habría producido un exceso o una alta disponibilidad de
nitrógeno mineral en el suelo), lo que por otro lado, si habría sucedido en los
tratamientos que recibieron sólo aportes de nitrógeno sintético en el suelo (o no
tuvieron aplicaciones de abono orgánico al medio).

67
El aspecto anterior entonces tendría importancia en el estudio, debido a que
podría estar confirmando que hubo posiblemente una alta o importante
disponibilidad de nitrógeno en esos tratamientos, concordando ello además con
los resultados del rendimiento obtenidos en este estudio, ello debido a que en
el tratamiento que se presentó un mayor acame, se presentó también un mayor
rendimiento de grano (T3), y en el de menor rendimiento de grano (T7), se
observó asimismo un bajo acame en el cultivo (menor al promedio general,
Cuadro 9), indicando que en ese tratamiento también pudo haber
probablemente una menor disponibilidad de nitrógeno en el suelo.

Cabe indicar asimismo que respecto a lo anteriormente expuesto hasta el


momento, Hirel et al. (2001) muestran en su estudio que existe una relación
positiva o directa entre el rendimiento y la concentración de nitratos en la planta
(o si uno aumenta, el otro de igual forma también); y además, como es
conocido y es indicado en la literatura, el aumento de las aplicaciones de
nitrógeno sintético en el suelo a su vez incrementan la concentración de
nitratos en la planta (Villar et al., 2000). Por tanto, todo ello indicaría (o
confirmaría) la relevancia de cada uno de estos aspectos de la producción en la
dinámica del sistema productivo establecida en la planta y en su medio en
estos casos del estudio (y por tanto, en los resultados obtenidos en el mismo).

Considerando entonces el análisis realizado en este tema, se podría


argumentar un mayor o menor desempeño vegetativo (dependiendo del caso)
observado en los tratamientos establecidos en el estudio, según se aprecia en
sus variables vegetativas evaluadas, lo que concordaría además con lo
indicado en la literatura en estos aspectos del cultivo, e igualmente, indicarían
en dichos tratamientos sus posibles potencialidades productivas en el campo,
lo cual se analizará dicho hecho en detalle a continuación.

6.1.4 Variables Productivas y de Calidad

Respecto a las variables productivas, Maturano (2002) indica que la deficiencia


de nitrógeno en el maíz afecta el número de espigas (o mazorcas) por
hectárea, la tasa de crecimiento de la espiga, el número de granos por mazorca

68
y también la tasa de acumulación en el grano; es decir, en resumen, define los
componentes del rendimiento en el cultivo. Aparte, se indica en la literatura que
la longitud de la mazorca determina el número de granos por hilera, y el
diámetro a su vez determina el número de filas de grano en la mazorca
(Cantarero y Martínez, 2002). Entonces, lo que finalmente se podría determinar
con la longitud y el diámetro de la mazorca sería el número de granos
producidos en la planta (y también en su área productiva en el suelo), y es
asimismo esta característica, el principal componente (del rendimiento) en el
maíz en determinar el rendimiento en el cultivo, siendo el segundo en
importancia según se indica el peso del grano (Satorre, 2002).

Es igualmente importante indicar que con lo observado en las variables


productivas, se estaría indicando que se proveería de forma adecuada a los
granos (o a la mazorca en sí) en el cultivo, puesto que estos son los principales
destinos de los nutrientes en el maíz, al ser este el sumidero de la planta.

Por tanto conforme a lo anterior, las variables productivas podrían indicar el


impacto de las condiciones externas e internas en la formación de los órganos
reproductivos; es decir, estos podrían estar confirmando al final del ciclo
productivo lo que se observó en el desarrollo previo (vegetativo) del cultivo,
indicando o “informando” por tanto lo que ya se había determinado (como
potencial) previo a su formación en la planta. Cabe indicar asimismo que la
mazorca tiene una forma en desarrollo helicoidal (Evans, 1983), y de ello se
entiende que si este se alarga, su ancho debería de disminuir, y lo mismo si
este se acorta, su ancho debería de aumentar, lo que además por ende
determinaría que cuando se observa que ambas dimensiones aumentan
simultáneamente, entonces se estaría observando posiblemente una mazorca
per se más grande, lo que estaría determinando en esta una capacidad de
poseer una mayor productividad, o de tener un mayor potencial productivo en la
planta.

Por lo tanto, teniendo en cuenta lo expuesto al respecto, se observa que según


se indica en las tendencias (del promedio general) en el caso de las variables
productivas, en los tratamientos de más alto rendimiento (T3 y T4), su diámetro

69
de mazorca en ambos casos fue superior a la media general de los
tratamientos, siendo el de segundo mayor valor observado en el estudio el T4
(Cuadro 14); asimismo, la longitud de mazorca de estos tratamientos fueron
similares (T3), o superaron (T4) al promedio del estudio (Cuadro 13). Por otro
lado, respecto a su peso de 1000 granos, las medias de estos tratamientos
superaron al promedio obtenido en estos casos, obteniéndose en el T3 el
segundo mayor valor de peso de grano en el estudio (Cuadro 17).

Por otra parte, se observó que en las tendencias (del promedio general) de los
tratamientos de menor rendimiento de grano (T7 y T9), se lograron obtener
longitudes de mazorca superiores al promedio (aunque en dichos casos no
fueron los más altos), pero por otro lado, sus diámetros de mazorca obtuvieron
los menores valores entre los tratamientos, siendo el T7 el de más bajo valor
observado en el estudio. Asimismo, se observó también que en estos casos los
pesos de 1000 granos fueron menores al promedio del estudio, obteniéndose
en el T9 el segundo menor valor de peso de grano registrado en el mismo.

Entonces, en este tema se observa que se obtiene mayormente los valores


más altos en las variables productivas en los tratamientos con mayor
rendimiento, y lo contrario en los tratamientos con menor rendimiento, pero, a
ello, se podría agregar que quizá no se obtuvieron resultados contundentes o
claros respecto a lo obtenido en estas variables y los resultados observados en
el estudio, con lo que se observaría entonces también que el rendimiento
obtenido en el cultivo dependería también probablemente no solo de estas
variables en el cultivo, sino además de otras variables más quizás que sean
favorables para la producción en el campo, con lo que al final se obtendrían
altos rendimientos en el campo de cultivo.

Es así que se aprecia que por ejemplo, el tratamiento de más alto valor en el
rendimiento (T3), obtuvo en varias variables evaluadas en el estudio valores
favorables para la productividad en el campo; y luego, a pesar que el segundo
tratamiento de mayor rendimiento en el estudio (T4), obtuvo igualmente valores
favorables en más de una variable (siendo incluso mayores en ocasiones a los
obtenidos en el T3), este no logró al final superar el rendimiento obtenido en el
T3. Y es que al comparar ambos tratamientos, se observa que el tratamiento

70
más alto (T3), obtuvo valores favorables en más variables que el otro
tratamiento (T4), y ello se da en los resultados del estudio y además en los
gráficos de análisis de las otras variables no evaluadas (o incluidas) en los
resultados de este estudio, por ejemplo, en el número de plantas y mazorcas
logradas u obtenidas por cada tratamiento (anexos 13 y 14).

Asimismo, conforme a lo indicado previamente, en otro ejemplo registrado en el


estudio se observó que el diámetro y el peso de mazorca en el tratamiento
testigo (T1) fue de mayor valor a los demás tratamientos, presentándose
después altos valores de estas variables en el tratamiento T4 y T3 (en ese
orden). Pero, tal como es conocido, el T3 fue finalmente el tratamiento que
obtuvo el rendimiento de mayor valor en el estudio, y ello debido posiblemente,
como ya se mencionó, explicado por las otras variables que incidieron en la
determinación de una mayor productividad en el campo (y ello dado a que
según se ha observado en este caso por ejemplo, el tratamiento testigo obtuvo
el menor número de mazorcas logradas o producidas por unidad experimental
o tratamiento, anexo 14).

Buscando entonces por lo tanto, una explicación a lo observado hasta el


momento en el estudio, se menciona como primer planteamiento, que Honorato
(2000) indica que el mejoramiento de la nutrición en las plantas con abonos
orgánicos radica en que estimula en gran medida las características cualitativas
de la interacción planta – suelo (o del sistema productivo en si), ello debido a
que menciona por ejemplo, que se promueve el aumento de la permeabilidad
celular radicular, se incrementa la absorción directa de compuestos orgánicos,
y también, se aumenta la disponibilidad de nutrientes en el suelo al incrementar
la quelatación de nutrientes y estimular otros procesos relacionados a ello (por
ejemplo, la producción de fitosideróforos, etc). Estas son características que no
necesariamente conllevarían a cambios visibles o cuantitativos en el desarrollo
de la planta (al menos en forma inmediata), pero si probablemente impactarían
en su metabolismo, siendo estos mecanismos posiblemente dados u
observados luego en la ganancia de masa seca de la planta, ya sea a través
del ciclo fenológico del cultivo o al final del mismo o en la cosecha (en este
caso, en el rendimiento de grano).

71
Lo anterior guarda por tanto relación con la fisiología de la planta, es decir de lo
“capaz” que esta sea de absorber nutrientes del medio, y ello no está
necesariamente relacionado con las dimensiones de las plantas establecidas
en el campo (o la disponibilidad de nutrientes en el suelo), dado que la
absorción de nutrientes es tanto un mecanismo externo (o propio del medio
ambiente productivo que la rodea) como interno en la planta.

Sería pues por un lado, ese mecanismo interno el cual tendría probablemente
un rol importante en la producción, el cual es influenciado por la absorción
directa de compuestos orgánicos (por ejemplo, aminoácidos y micronutrientes
quelatados), o por la adquisición de un mecanismo derivado de la aplicación de
estos abonos o insumos orgánicos, traduciéndose ello por ejemplo, en una
mayor inducción (o proliferación) radicular propiciada por la mayor
disponibilidad de hormonas de enraizamiento producidas por los fertilizantes
orgánicos en el medio, siendo ello referido y observado en diversas
investigaciones, por ejemplo por Bula-Meyer (2004) con el uso de aplicaciones
de enmiendas orgánicas; o también, se ha referido dichos mecanismos con
aplicaciones de Azospirillium sp., tal como es indicado por Kapulnik et al.
(1985, mencionado por Canto et al., 2004).

Respecto a estos aspectos por tanto, se observa que según este primer
planteamiento, en el T4 (con sólo la aplicación de 5 t/ha de compost) podrían
darse mecanismos similares a los referidos anteriormente, dado que a pesar de
no haberse aportado nitrógeno inorgánico externamente al suelo, este
tratamiento mostró los valores más altos en varias de las variables más
importantes en el estudio, siendo lo más resaltante de ello en este caso, su
obtención del segundo mayor valor en el rendimiento de grano, debiéndose
posiblemente en este caso a las razones explicadas previamente. Asimismo,
esto se podría contrastar con lo observado en el T3, en el cual posiblemente se
dieron en menor medida estos mecanismos internos, y se dieron posiblemente
más mecanismos externos a la planta en el medio ambiente o sistema
productivo.

Por otro lado, en un segundo planteamiento respecto a lo observado en los


resultados obtenidos en el estudio, se indicaría que las características o

72
dinámicas externas a la planta en el sistema productivo tendrían también una
relevancia importante en el estudio, dado que se observa por un lado por
ejemplo que con las aplicaciones de nitrógeno sintético se tiende a obtener
valores importantes en las variables vegetativas y productivas del cultivo con su
incremento en las aplicaciones al suelo, siendo estas favorables a por ejemplo
la obtención del rendimiento de grano. Asimismo, se observa también que la
aplicación de compost en algunos casos habría contravenido estas
características externas en el desempeño del cultivo, según se observó ello en
el campo de igual forma al caso anterior (pero con resultados opuestos),
aunque también igualmente se observaron situaciones en el estudio en las que
se habrían mejorado las características o dinámicas externas en el sistema
productivo del cultivo en esos casos. Es entonces en el análisis de los casos
individuales (y en la observación de la interacción de ambos insumos
establecidos en esta investigación), donde se observaría la dinámica y la
importancia de cada aspecto del cultivo en las respuestas obtenidas en el
medio productivo, siendo por ello que el análisis de estas interacciones y
fenómenos sucedidos en el estudio merecerían el análisis respectivo para cada
caso.

A continuación, se hace una discusión de lo sucedido u observado en cada uno


de los tratamientos establecidos, ampliándose por temas cada uno de los
aspectos analizados u observados en el estudio. Por ello, se verá la dinámica
del nitrógeno en el sistema productivo, la importancia del riego en la producción
de los tratamientos, y asimismo, la importancia del carbono y de la biología (del
medio) en los resultados obtenidos en este estudio; e igualmente, se indicará
también la importancia de otros aspectos relacionados con esta investigación
en el campo, concluyéndose finalmente sobre las posibles causas que habrían
sido relevantes en la obtención de los resultados observados en el desarrollo
de este estudio en el medio en observación en este caso.

73
6.2 La Biología del Suelo y su importancia en los tratamientos

La incorporación de compost afecta todas las propiedades del suelo, tanto las
físicas, químicas y las biológicas. Se menciona mayormente que la materia
orgánica es principalmente una mejoradora de las propiedades físicas, sean
estas la estructura, porosidad, drenaje y almacenamiento de agua, y también la
aireación, entre otras. Y además, se indica que esta impacta en las
propiedades químicas, cuyo aporte como agente buffer o tampón es conocido,
al igual que su aporte en la capacidad de cambio del complejo arcillo húmico
(Tisdale y Nelson, 1991).

La influencia que tiene el compost (al igual que otros abonos orgánicos) en las
propiedades físicas y químicas ha sido ampliamente estudiada. Según García
(2011), con aplicaciones de compost que van de 12 a 96 t/ha se obtuvo
modificaciones significativas (según se menciona) en las propiedades físicas y
químicas del suelo, siendo por ejemplo la variación del pH de 8.4 a 7.96,
además de la Conductividad Eléctrica, de 0.2 a 1.2 dS/m; asimismo, en ese
estudio se modificaron también parámetros físicos como la porosidad, la
densidad aparente y la humedad volumétrica en capacidad de campo, en
valores de 60 a 61%, de 1.04 a 0.9 gr/cc, y de 24 a 26,7 % respectivamente.
Aparte, en otro estudio (Crespo et al., 2005), con aplicaciones de 10 a 40 t/ha
de dicha enmienda orgánica se logró modificar el pH del suelo de 5,2 a 6.0. Y
por último, se indica en el estudio de Colás et al. (2004), que con aplicaciones
de 4 t/ha de vermicompost, se logró mejorar según se menciona la estructura
del suelo, siendo modificada en esta la plasticidad, la permeabilidad y la
estabilidad estructural del mismo.

Por lo tanto, analizando los casos expuestos previamente y las variaciones que
se indican con distintas aplicaciones de compost en la literatura antes citada, si
bien estas pueden ser significativas en sus respectivos estudios, los cambios
en las condiciones edáficas para el mejoramiento real y/o significativo de la
fertilidad del suelo no serían resaltantes o relevantes, dado que por ejemplo
todos los parámetros característicos en dichos suelos siguieron teniendo la
misma clasificación agronómica que les pertenecía al inicio de cada estudio, ya

74
sea que en algunos sean suelos ácidos o básicos, luego de las aplicaciones de
compost seguían siendo también suelos ácidos o básicos respectivamente.

Pero la excepción a ello podría ser por ejemplo, la modificación significativa en


la estructura, dado que en el caso del estudio mencionado como último ejemplo
(Colás et al., 2004), las aplicaciones de compost lograron modificar
características tales como la estabilidad estructural, optimizándolos en un 10%,
siendo ese porcentaje posiblemente una mejora notable en el laboreo y
también probablemente en la capacidad de distribución de agua y aire dentro
del perfil del suelo. Aunque cabe subrayar también, que ello es algo que los
seres vivos como las plantas, animales, y los microorganismos igualmente
encontrarían como condiciones más adecuadas para su desempeño en dicho
sistema productivo.

Por lo tanto, según se plantea entonces en este caso, si se considera


principalmente los cambios en las propiedades físicas y químicas del suelo con
las aplicaciones de compost, sería poco factible explicar más de un resultado
importante en este estudio. Se menciona por ejemplo algunos de estos, como,
los rendimientos apreciablemente importantes obtenidos sólo con la aplicación
de la dosis baja de compost (5 t/ha), o a su vez los menores rendimientos
obtenidos en general con el uso de la dosis más alta de compost (10 t/ha), o,
también el decrecimiento de los rendimientos en el cultivo cuando se
combinaron el compost con la urea, e igualmente además los resultados
obtenidos en la interacción observada de estos insumos cuando se
establecieron en cada sistema de riego.

Por tanto, respecto a ello, en este estudio se observa que la influencia del
compost en los tratamientos se da de distintas (y no previstas) maneras en las
variables vegetativas y reproductivas del cultivo. Por ejemplo, cuando se
aumenta la cantidad de compost de 5 a 10 t/ha se observa un decrecimiento en
el desarrollo vegetativo y reproductivo del cultivo, en contraposición a las
mejoras observadas normalmente en los estudios (anteriormente citados en
esta discusión). Aparte, cuando ello se observa en la respuesta obtenida en
cada sistema de riego, se ve que cuando se combinan la urea con el compost
suceden también situaciones distintas o no previstas, dado que en el sistema

75
en surcos pareados por ejemplo, cuando se combinaron las dosis más bajas de
compost (5 t/ha) con la urea, la respuesta obtenida en las variables productivas
fue menor a la obtenida con las combinaciones de la dosis más alta de
compost (10 t/ha); en cambio, en el sistema en surcos simples, la respuesta
obtenida en esos casos en los tratamientos con las aplicaciones de la dosis
más baja de compost (5 t/ha), fue mayor a la respuesta observada en los
tratamientos con la dosis más alta de compost (10 t/ha), siendo ello difícil de
explicar considerando sólo un posible impacto en las propiedades físicas y/o
químicas del suelo.

Hay una característica o propiedad del suelo que tiene igual importancia que
las físicas y químicas, y podría estar más acorde o en relación con las
variaciones que se observaron en el estudio, siendo estas las propiedades
biológicas del suelo. Estas propiedades comprenden las actividades biológicas
que interaccionan con el sistema suelo – planta, y a su vez impactan en el
desarrollo del proceso productivo de dicho medio edáfico; y asimismo, si bien la
literatura considera al carbono orgánico como una propiedad química del suelo,
pero dado que el almacenamiento del carbono orgánico se da por su dinámica
bajo ese medio (el cual a su vez esta muy ligado a las propiedades biológicas
del suelo), por lo tanto, se va a considerar a esta característica como parte
importante de la dinámica de las propiedades biológicas obtenidas en este
estudio. Es por ello entonces que los parámetros de importancia a considerar
en esta investigación serían el carbono orgánico (o la materia orgánica del
suelo), la biomasa microbiana (es decir, la masa de microorganismos activos
del suelo) y la actividad microbiana, que comprende la actividad enzimática y
respiratoria de esta biomasa microbiana en el suelo.

Al respecto, Sabahi et al., (2010) muestran en su estudio que cuando se


realizan aportes de materia orgánica, aumenta en forma significativa la
biomasa microbiana del suelo, e igualmente, cuando se aplica urea también se
observa que se incrementa esta biomasa microbiana, siendo el incremento en
uno y otro caso dependiente de la cantidades aplicadas en el suelo, teniendo
además esta característica una incidencia notoria y directa en la dinámica de la
fertilización y la disponibilidad de nutrientes en el suelo, tal como se observa en

76
ese estudio, y se indica además ello en los diferentes estudios referidos al tema
(Zagal et al., 2003, por ejemplo).

Estas variaciones de la biomasa microbiana se dan en todo tipo de suelos,


tanto en suelos alcalinos como en ácidos, en suelos anegados o superficiales,
en climas con altas y bajas temperaturas; pero en uno y otro caso tienen un
desempeño diferente o característico debido al tipo de medio en que se
encuentren, relacionándose ello a su vez con la productividad agrícola
acontecida bajo ese medio edáfico.

Por ejemplo, Arrieche-Luna y Ruiz-Dager (2010) en un cultivo de maíz


establecido en dos suelos con pH contrastante (ácido y básico, o de 4.9 y 7.6
de pH respectivamente), observaron que en ambos casos se dieron
incrementos significativos del carbono de la biomasa microbiana y también del
carbono orgánico del suelo cuando se realizaron aportes de fertilizantes
orgánicos e inorgánicos a dicho medio (siendo incluso estos incrementos
mayores cuando se combinaron ambos fertilizantes); además, se observó en
dicho estudio que hubo una relación directa o positiva entre el carbono de la
biomasa microbiana y el rendimiento del cultivo. Por otro lado, se observó
asimismo en ese estudio que los valores obtenidos en las propiedades
biológicas fueron menores en los suelos ácidos, siendo estas mayores en los
suelos alcalinos, observándose además que ello se asemejó de igual forma al
rendimiento obtenido en el campo en uno y otro caso, dado que este fue
igualmente menor en los suelos ácidos, y mayor en los suelos alcalinos.

Ello se explicaría debido a que, independientemente de las condiciones del


medio (ya sea pH ácido o básico), primeramente, los microorganismos
dependerían siempre del carbono disponible del medio (dado que en su
mayoría son heterótrofos, Paul y Clark, 1996). Y entonces, al aumentar la
provisión de carbono con el fertilizante orgánico, o al incrementar la actividad
de estos con el fertilizante sintético, los microorganismos tenderían a aumentar
su biomasa, favoreciéndose los procesos de degradación y de mineralización
de la materia orgánica en el suelo (dado que esta es requerida por los
microorganismos en esos casos), con lo que se incrementaría
consecuentemente el rendimiento del cultivo establecido bajo ese medio.

77
Por otro lado, respecto también a la importancia de las condiciones
medioambientales y la respuesta de la biología del medio, Frioni (1999) refiere
que en la ecología de las microorganismos del suelo, lo que adquiere mayor
importancia son las características de humedad, temperatura y las provisiones
de carbono (o de materia orgánica) que hay en ese medio.

Precisamente, se observa que la convergencia en el estudio de las tecnologías


de riego en sistemas de surcos simples (de mayor optimización de riego,
descrito posteriormente, Capítulo 6.5), y la adición de materia orgánica al suelo,
serían posiblemente las formas más indicadas para mejorar el potencial
productivo del medio, y ello debido a que se observó que bajo el sistema de
riego en surcos simples se obtuvieron los mayores rendimientos en todos los
tratamientos en estudio, a contraparte del otro sistema de riego. Asimismo, uno
de los rendimientos más importantes (siendo el más alto) observado en las
repeticiones del estudio, se registró con la aplicación de compost al suelo,
siendo en ese caso el obtenido con el T4 (con sólo 5 t/ha de compost)
establecido este en el sistema de riego en surcos simples (anexos 19 y 20).

En relación a este tema, se observa al respecto por otro lado que en el caso de
los suelos anegados, la degradación de la materia orgánica del suelo es más
lenta debido a que bajo esas condiciones se induce una producción deficiente
de energía metabólica interna o de ATP en los microorganismos por el
reemplazo del Ciclo de Calvin por la Glucólisis (debido a la falta de oxígeno en
el medio, indicado en Salisbury y Ross, 1993). Ello se puede observar en el
estudio de Quirós y Ramírez (2006), donde al producirse condiciones de
aerobiosis (siembra) y anoxia (luego de la floración hasta la cosecha) en una
misma campaña en el cultivo de arroz, se obtuvieron respuestas
significativamente distintas en la mineralización de nitrógeno en uno y otro
caso, siendo estas de altas y bajas cantidades de nitrógeno mineralizado
respectivamente. En consecuencia, es por ello que todas las características
medioambientales en este caso serían importantes y tendrían que tomarse en
cuenta para que se favorezca o se incremente la productividad natural del
suelo, y por ende, el del cultivo que sea establecido bajo ese medio.

78
Por otro lado, respecto al desempeño de los microorganismos establecidos en
el sistema productivo del suelo y su relación con el carbono del medio, en este
tema es probable que siempre haya habido un error (y a su vez, se indicaría
que dicho tema es relevante en este estudio), dado que se asume que en el
sistema suelo - planta no se necesitaría agregarse carbono, porque, en parte,
la planta fija el carbono del aire y lo proporciona al suelo (Frioni, 1999); y
además, en forma natural ya hay una entrada o fijación de este nutriente
realizado por el mismo suelo (de fuente microbial). Pero a ello se debe indicar
que primeramente, en el suelo hay una mayor predominancia de organismos
heterótrofos sobre autótrofos (Paul y Clark, 1996), es decir, el consumo es
mayor que la producción de carbono en el medio; y por otro lado, la actividad
biológica en el suelo siempre produce un desgaste natural del carbono, siendo
ello de suma importancia sobre todo cuando se da situaciones de
sobreexigencia al sistema productivo y no se aporta el carbono perdido en la
producción del cultivo, como en el caso del uso en agricultura convencional de
dosis muy altas de fertilizantes sintéticos, tal como lo observan Khan et al.,
2007) en su estudio.

Entonces, es por ello que se requeriría continuamente el aporte de materia


orgánica o carbono orgánico en el suelo, primero porque una presencia
importante de este nutriente permitiría aumentar o conservar el dinamismo
propio o natural del sistema productivo (dado en gran medida por los
microorganismos); y segundo, porque este nutriente en el suelo tendería a
desgastarse de la misma forma que los demás nutrientes, más aún si se le
exige demasiado al sistema, induciéndose con ello a que el carbono orgánico
tienda a perderse casi irreversiblemente en el perfil del suelo en el transcurso
del tiempo. Ello es detallado en un estudio que comprendió el análisis de un
periodo de más de 40 años, realizado por el autor mencionado anteriormente
(Khan et al., 2007).

Entonces, en base a lo expuesto en este tema, se podría entender que lo más


importante a considerarse en los tratamientos en el caso del estudio, deberían
ser las variaciones concernientes a las propiedades biológicas del suelo, dado
que la actividad biológica en gran medida podría determinar la dinámica de la
mineralización en el suelo, y por ende, la disponibilidad de nutrientes para el

79
cultivo bajo ese medio, lo cual se relacionaría con las características
establecidas en cada tratamiento estipulado en este estudio .

6.3 La Dinámica del Nitrógeno en los tratamientos en estudio

6.3.1 La dinámica del nitrógeno en el estudio y la producción obtenida

Respecto a la dinámica y a las fuentes de nitrógeno absorbidas por las plantas,


Rimski - Korsakov et al. (2008) observaron en su estudio que en maíz el aporte
de nitrógeno con el uso de aplicaciones de fertilizantes sintéticos provino
mayormente del mismo suelo, coincidiendo con ello Videla et al. (2004) y
Martínez (2010), referidos estos en el cultivo de trigo y cítricos
respectivamente. Asimismo, en maíz, Bundy y Andraski (2004) observaron en
su estudio que el aporte de nitrógeno del suelo a la planta fue importante aún
en condiciones de poca fertilidad o baja materia orgánica en el suelo.

Por otro lado, Fritschi et al. (2004) en el cultivo de algodón, observaron la


importancia de la dinámica del nitrógeno, cuando a medida que aumentaron
(de cero) el aporte de nitrógeno sintético al suelo, la planta aumentó cada vez
más la absorción de nitrógeno originario del suelo y del fertilizante, siendo
mayor el aporte del suelo en estos casos. Pero, al llegarse a las dosis más
altas de fertilizante, en dichos casos el aporte a la planta se revirtió, siendo
mayor la absorción del nitrógeno proveniente del fertilizante, y menor la
proveniente del suelo; pero aún en estos (últimos) casos, no se llegó a
disminuir visiblemente la cantidad de nitrógeno aportada por el suelo (siendo de
aprox. 40 % del total de nitrógeno absorbido por la planta).

En el estudio de Gardner y Drinkwater (2009), el cual recopila la información de


más de 100 estudios referidos a la técnica de isótopo estable 15 de nitrógeno
en los cultivos realizados hasta la actualidad, se corrobora que el suelo en la
mayoría de los casos realiza siempre un aporte importante de nitrógeno a las
plantas, siendo este frecuentemente mayor a las cantidades aportadas por los
fertilizantes (dependiendo ello de las dosis utilizadas en el campo).

80
Por lo tanto, se estaría corroborando actualmente en los estudios la fuente y el
aporte potencial de cada componente del sistema (suelo, fertilizantes, y otros) a
la planta tal como se ha referido, lo cual por tanto indicaría que en el suelo
mismo se tendría la posibilidad de proporcionarse nitrógeno de forma
importante a los cultivos para la producción en el campo, y probablemente, en
mayor medida o cantidad a la que se le ha asignado hasta el momento en la
literatura respectiva. Es decir, siendo más precisos, su aporte sería mayor a la
establecida con la estimación de la tasa de mineralización del nitrógeno
proveniente del humus del suelo (Tisdale y Nelson, 1991), en la que se indica
que sólo de 1 a 5 % del nitrógeno orgánico del suelo seria disponible al cultivo,
según se indica ello normalmente desde la década de 1960 en la literatura
científica.

Respecto a lo anterior, ver la fuente y extracción de nitrógeno necesaria para


obtener los rendimientos de grano en este estudio, se cree sería relevante en el
mismo, dado que ello podría corroborar lo expuesto anteriormente, o en todo
caso, se podría indagar más sobre las posibles fuentes de nitrógeno que fueron
importantes en el sistema productivo establecido en este estudio en cada caso.

Entonces, primeramente, se observa que en el tratamiento testigo (T1) la


extracción de nitrógeno (siguiendo la extracción promedio de 20 kg de
nitrógeno por cada tonelada de grano producido en el maíz, según Ciampitti y
García, 2007) fue de alrededor de 170 kg N/ha en dicho caso (considerando en
este caso su promedio general, 8.67 t/ha, Cuadro 6). Según la teoría actual,
respecto a la capacidad de mineralización de nitrógeno (Tisdale y Nelson,
1991), en el suelo del estudio sólo se podría mineralizar (o se aportaría al
cultivo) 60 kg N/ha (ello en base al 1.1 % de materia orgánica inicial, anexo 11,
y a una tasa de mineralización de 4 % en el suelo); asimismo, el agua y el
nitrógeno depositado (nitratos) en el medio edáfico sólo podrían aportar en total
40 kg N/ha (según los resultados obtenidos en el laboratorio para esos campos
de cultivo - considerando en este caso el muestreo realizado en el mismo
campo en estudio, tal como se detalla en el anexo 17 -, y asumiendo además
que ello seria un remanente en el campo). Entonces, quedaría aún por
aportarse 70 kg N/ha a la planta aproximadamente (o más o menos, o un rango
de 30 – 40 %), el cual no se sabría de qué fuente procedería en este caso.

81
Al respecto, este estudio cree que esa otra fuente de nitrógeno podría o se
debería proveer del mismo sistema natural, dado que por un lado, la fijación
natural del nitrógeno atmosférico se da de forma importante en el maíz (puesto
que este realiza una asociación con organismos diazótrofos en el suelo, tal
como indica Roesch et al., 2006), pudiendo ser del 12 al 33 % del nitrógeno
total extraído por la planta (Montañez et al., 2009). Por otro lado, el suelo
también pudo haber proporcionado una mayor cantidad de nitrógeno, dado que
por ejemplo, pudo incrementarse el nivel de nitrógeno debido al aumento de la
fijación biológica en el suelo (en este caso, no simbiótica), ocasionado por un
mayor dinamismo del sistema productivo, y ello debido a cambios o por una
probable mayor optimización o eficiencia del sistema de riego establecido en el
estudio, lo cual pudo haber favorecido dicho suceso en el suelo. Ello va a ser
explicado posteriormente en mayor detalle en la discusión (Capítulo 6.5).

De igual forma, se debe considerar lo último que se está investigando al


respecto, dado que por ejemplo Näsholm et al. (2009) indican que las raíces de
las plantas pueden absorber directamente las proteínas del suelo por
mecanismos propios, sin necesidad previa de la mineralización o degradación
por parte de los microorganismos, contradiciendo ello la teoría convencional o
lo ya predicho al respecto. Además, respecto a ello también se puede revisar lo
investigado en la mineralización y los agregados del suelo hasta el momento
(Yu et al., 2012; Muruganandam et al., 2009), donde se muestra la importancia
de la agregación del suelo en la mineralización del nitrógeno y su relevancia en
las cantidades producidas en dicho medio, indicándose al respecto que es de
mayor relevancia el nivel de agregación y su influencia en la dinámica
productiva en el suelo, que la cantidad de nutriente que pueda haber en este, o
que pueda aportarse externamente en este sistema productivo.

Con lo expuesto anteriormente en relación a este tema, se puede referir que la


estimación utilizada hasta ahora para calcular el nitrógeno mineralizado
potencialmente del suelo (indicada por Tisdale y Nelson, 1991) podría ser, en la
práctica, poco confiable en más de una ocasión; y quizás ello sucedería con
mayor frecuencia cuando se realizan aplicaciones de enmiendas o abonos
orgánicos en el suelo, viéndose ello en detalle a continuación.

82
En otro caso en el estudio, cuando se ve el tratamiento con el segundo mayor
rendimiento (T4, con sólo 5 t/ha de compost), éste para llegar a los
rendimientos obtenidos en el estudio habría tenido que extraer una cantidad
importante de nitrógeno de su mismo medio. Por ejemplo, en el sistema en
surcos simples, se habría tenido que extraer del suelo aproximadamente 200
kg N/ha bajo ese tratamiento (considerando su promedio, Cuadro 6), los cuales
según la teoría convencional 100 Kg pudieron ser dados por el suelo (tal como
ya se ha indicado anteriormente), y el resto, debería ser proporcionado
primeramente en este caso por el compost, el cual, según los análisis
realizados, pudo aportar potencialmente 7.5 kg/ha aproximadamente, ello
debido a su limitada cantidad de nitrógeno en su constitución interna, según se
indica en el anexo 12 (en este caso se considera una tasa de degradación de
17.5 % según se toma en cuenta los estudios de Eusufsai, 2013, y Hartz et al.,
2000). Asimismo entonces, indefectiblemente en este caso, el resto o faltante
del nitrógeno absorbido por el cultivo debió ser aportado por el mismo sistema
productivo, el cual en dicho caso se pudo ver beneficiado por el carbono
adicional o externo aportado al sistema, ello debido a que tal como indican
Rennie (1980) y Saito y Minamisawa (2006), el carbono estimula la fijación
biológica en los cultivos, debido a la energía que provee en el medio.

Por tanto, por un lado en este caso se pudo aumentar la fijación del nitrógeno
atmosférico que se da de forma natural en el maíz; y asimismo, por otro lado
también, el carbono aportado pudo haber incrementado el nitrógeno fijado en el
mismo suelo, ello por el incremento de la fijación biológica que se establece en
forma natural en dicho medio cuando se agrega carbono en este, tal como lo
indican Perotti et al. (1995). Se puede indicar de ello entonces que el carbono
aportado por el compost posiblemente “aportó” también nitrógeno, o más
exactamente, habría propiciado dicho aporte en el sistema productivo en este
caso.

Cabe indicar además que el aporte de carbono provisto por el abono orgánico
en el campo, potencialmente pudo ser de 30 a 120 kg/ha aproximadamente
según los análisis (anexo 12) y la bibliografía científica al respecto (según
Eusufsai, 2013, y Hartz et al., 2000, donde se indica una tasa de degradación
de 5 y 30 %, respectivamente en estos casos). Aunque en este aspecto

83
precisado en este tema, también debería indicarse que se produciría un efecto
sinérgico entre la interacción del carbono del compost y la dinámica natural
establecida en el suelo.

Además de la fijación biológica, el carbono externo aportado en este


tratamiento (T4) pudo (o debió) haber incrementado también la dinámica o la
actividad biológica del mismo suelo, y por tanto, también habría incrementado
la mineralización o la disponibilidad de nitrógeno en el medio. En su estudio,
Bipfubusa et al. (2008) observaron que la disponibilidad de nitrógeno orgánico
soluble en el suelo se incrementó luego de la aplicación de enmiendas
orgánicas en el campo (siendo esta muy cercana al tratamiento aplicado con
fertilizantes sintéticos en ese caso). Esa observación es relevante dado que
primero, se indicaría un aumento en la actividad biológica en el suelo con dicho
aporte; y asimismo, al conocerse que en los estudios se ha encontrado una
relación directa (o positiva) entre la cantidad de nitrógeno orgánico en el suelo
y el rendimiento obtenido en el maíz (Martens et al., 2006), ello por tanto
aportaría en la justificación y argumentación del rendimiento observado con el
uso de enmiendas orgánicas en este estudio (tal como se ha ido tratando), al
igual que en otros estudios referidos al tema.

La dinámica del fertilizante con el sistema natural del suelo se expone en el


estudio de Rao et al. (1991), puesto que se observa que en un cultivo de trigo,
establecido en 3 tipos distintos de suelos, conteniendo cada uno de estos
cantidades crecientes de arcilla (6, 10 y 20 % respectivamente cada tipo de
suelo), y a su vez cantidades crecientes de carbono orgánico (de 4000, 6500 y
16000 mg/kg de suelo, o cantidades de materia orgánica de 0.68, 1.12 y 2.75
% respectivamente en cada tipo); cuando se aplicó en cada uno de estos
suelos fertilizantes nitrogenados sintéticos, se observó que la disponibilidad del
nitrógeno del fertilizante para las plantas disminuyó con el incremento de arcilla
(o de carbono orgánico) habido en el suelo.

Asimismo, se observó también en el estudio anterior, que el aporte del


nitrógeno proveniente del mismo suelo a la planta, incrementó con el aumento
en la cantidad de arcilla o carbono orgánico en este medio; y además, se
observó que la cantidad de fertilizante retenido o inmovilizado en el suelo

84
incrementó con el aumento de carbono orgánico en ese medio. Entonces, la
respuesta del fertilizante estaría muy relacionada con la cantidad de materia
orgánica o carbono del suelo; y ello evidentemente también estaría relacionado
con la actividad microbiana, dado que por un lado, la materia orgánica
condiciona el crecimiento y el desarrollo de los microorganismos, debido
principalmente a que estos en su mayoría responden a su presencia en el
medio edáfico, puesto que estos son heterótrofos (Paul y Clark, 1996), es decir,
se alimentan de la materia orgánica que está disponible en el medio.

Y de igual forma también, esta característica (materia orgánica) indicada


anteriormente en el estudio de Rao et al. (1991), sería una condicionante
directa de la dinámica de los microorganismos y del nitrógeno en el suelo,
debido a que los procesos que permiten la disponibilidad de nitrógeno en el
suelo (amonificación, aminización y nitrificación), son procesos enzimáticos
realizados exclusivamente por microorganismos (Tisdale y Nelson, 1991) bajo
ese medio. Entonces, serían cada uno de esos aspectos y procesos indicados
en este caso en ese estudio, los que estarían incrementando finalmente en
forma importante la disponibilidad de nitrógeno en el suelo para las plantas en
ese caso según se ha discutido.

Por lo tanto, considerando lo referido anteriormente, lo realmente importante en


la dinámica nutricional en este estudio, sería entonces, la capacidad del abono
orgánico para proporcionar carbono disponible o lábil a la biomasa microbiana
del suelo (y en las cantidades adecuadas para cada medio de acuerdo a los
fines que se desean obtener en cada caso), haciendo que esta se active y/o
incremente significativamente (tal como lo observa en su estudio Salamanca,
2008), siendo ese su aporte inmediato a la productividad del suelo, puesto que
su aporte nutricional directo a la planta sería limitado dado que su composición
nutricional de macronutrientes, por ejemplo, es escasa o baja (según ello se
observa en el análisis del abono orgánico, anexo 12).

Reafirmando asimismo lo indicado anteriormente, se observa el posible


impacto en la dinámica del sistema productivo de los abonos orgánicos en el
estudio, dado que por ejemplo, al realizarse las aplicaciones de 10 t/ha de
compost, se producen en estos casos menores rendimientos de grano que en

85
las aplicaciones de las dosis más bajas de compost (5 t/ha), en lo cual se
observa que el aumento del compost no dio una mejoraría en la nutrición si se
considera su composición nutricional, sino que si se considera el carbono
aplicado y su relación con el medio, ello sería lo que habría dado las dinámicas
distintas para cada caso en este estudio. Más aún, cuando se realizaron
aplicaciones de urea conjuntamente con el compost, se supondría una mayor
degradación del compost en estos casos y por tanto, una mayor disponibilidad
de sus nutrientes (o en todo caso, un mayor aporte nutricional en conjunto),
pero sin embargo se observó un decrecimiento de los rendimientos cuando se
realizaron dichas combinaciones en más de un caso en el estudio, siendo sus
resultados menores incluso al testigo (T1), donde no se realizó ningún aporte
de fertilizantes o abonos al medio productivo.

En resumen, se puede indicar en base a lo anterior que las distintas respuestas


obtenidas en el rendimiento con el uso de los abonos orgánicos e inorgánicos,
se deberían en su mayoría a la influencia o a la “estimulación” que estos
proveerían a la capacidad (o a la dinámica) productiva natural del suelo,
derivándose de ello igualmente que el nutriente para las plantas en gran
medida debió haber provenido (en más de un caso) del mismo sistema suelo-
planta en este estudio.

Se infiere asimismo, que cuando no se prevé dichas características de la


dinámica del nitrógeno en el sistema productivo, el suelo actuaría no como un
ente dinámico o vivo en este caso, sino actuaría como un ente algo más inerte
o sin vida, se produciría más un efecto “recipiente” en el suelo; es decir, el
suelo sería en este caso más un almacén de insumos o de nutrientes, y no un
sistema dinámico que “procesa” nutrientes, siendo este concepto de
“recipiente” el que se maneja o practica más comúnmente en la agricultura
convencional respecto al manejo de la fertilización en el suelo actualmente.

Lo descrito anteriormente es una descripción general de los procesos que


estarían involucrados en la dinámica del nitrógeno en el medio ambiente
productivo de este estudio, los cuales a continuación serán tratados más
puntualmente de forma detallada para cada caso en conveniencia con el
desarrollo de la presente discusión.

86
6.3.2 La dinámica del nitrógeno en las aplicaciones de urea (sin compost)

Las aplicaciones de urea tienden a inducir un incremento en el desarrollo


microbiano del suelo, tal como fue observado por Arrieche-Luna y Ruiz-Dager
(2010) en su estudio, donde, estos autores encontraron que el incremento de la
fertilización sintética nitrogenada indujo cambios en las propiedades biológicas
del suelo, tales como una mayor respiración microbiana y un mayor carbono
microbiano. Es decir, en dicho caso se incrementó la biomasa y la actividad
microbiana, de lo que se derivaría entonces que el sistema productivo o la
dinámica natural nutricional del suelo también se habría activado o dinamizado
en mayor medida, y por ende, se habría incrementado la mineralización de
nutrientes con las aplicaciones de urea en ese medio, siendo ello entonces
precisamente lo que se habría producido en ese estudio, dado que se observó
que los incrementos de los rendimientos en el cultivo concordaron igualmente
con los incrementos presentados en las características biológicas del suelo.
Ello o de forma similar, pudo haber sido también lo que posiblemente habría
sucedido con las aplicaciones de las dosis de urea establecidas en este estudio
en algunos de los casos.

En las aplicaciones de las dosis de urea en esta investigación se observa tal


como ya se indicó incrementos en el rendimiento a medida que se incrementó
la dosis de fertilizante (según los resultados, Cuadro 6), lo que indicaría que
cada vez más habría una adecuada o una mayor disponibilidad de nitrógeno en
esos tratamientos, o asimismo, que se estaría favoreciendo en todo caso una
mayor tendencia a la mineralización en el suelo en su ciclo interno de
nitrógeno.

Es importante referir dicho ciclo interno del nitrógeno, dado que este en el suelo
se menciona como el principal proceso del ciclo del nitrógeno en que se
establece la relación entre la mineralización y la inmovilización de nitrógeno
(Frioni, 1999), y por tanto, donde se determina la disponibilidad de nitrógeno
bajo ese medio, siendo dicho proceso establecido principalmente por los
microorganismos del medio, tal como es referido por la autora anterior, lo cual

87
indicaría la relevancia entonces (con mayor precisión) de estos organismos en
este caso del estudio (ello, independientemente de su forma dada o
manifestada en el suelo).

Cabe indicar asimismo que indudablemente, no siempre se obtiene una mejora


en la dinámica productiva del suelo (o en lo que concierne a sus propiedades
biológicas) con las aplicaciones de urea, dado que este insumo impacta de
distintas formas en el medio productivo dependiendo de su manejo, por lo que
este insumo puede ser también contraproducente en el desempeño productivo
de un campo de cultivo. Ello se va a ver más en detalle a continuación.

6.3.3 La dinámica del nitrógeno en las aplicaciones de compost

6.3.3.1 La dinámica en las dosis de 5 t/ha de compost

En la aplicación de 5 t/ha de compost sin urea (T4), al observarse las variables


de mayor importancia productiva y vegetativa en el cultivo en estudio, como la
altura de planta, el número de hojas totales, el diámetro de mazorca y el
rendimiento de grano; se indicaría que la disponibilidad de nutrientes en esas
subparcelas aparentemente resultó ser mayor o más eficaz que en los demás
tratamientos, dado que en general se obtuvieron los más altos valores en
dichas variables en el estudio.

Lo anterior indicaría que la interacción del abono (compost) con el suelo habría
sido en ese caso conveniente para aumentar la eficiencia de la biota del suelo,
y a su vez, para incrementar la disponibilidad de nutrientes en ese medio,
siendo entonces en este caso la relación entre el aporte externo de carbono y
la biomasa microbiana entre sí satisfactoria, y en consecuencia, conveniente
para la mineralización de nutrientes y por ende también, para la producción del
cultivo. Asimismo, otra forma de referir o indicar lo que podría estar sucediendo
en este caso, es que se pudo haber mejorado en mayor medida la respuesta
del suelo (en su mineralización de nitrógeno) bajo ese tratamiento, ello debido
a que se estaría produciendo una sinergia (favorable o positiva) entre el aporte

88
del compost y el suelo, lo que haría que aumente aún más la potencialidad
natural del suelo bajo ese tratamiento.

Por otro lado, cuando se utilizaron las dosis de 5 t/ha de compost en


combinación con la urea, aparentemente la relación o la respuesta descrita
anteriormente habría cambiado, o la interacción entre la biota, la urea y el
compost no sería igual al caso anterior; dado que se observó que la mayoría de
variables vegetativas y productivas (entre ellos el rendimiento) disminuyeron
visiblemente, siendo estos casos (T5 y T6) superados por el tratamiento sin
aplicación de urea (T4).

En dicho caso entonces, ello podría explicarse porque el compost aporta


carbono y nitrógeno al suelo, en cambio, la urea no aporta carbono, lo que
conllevaría por tanto a que se produzca un desbalance en el requerimiento
nutricional en el suelo, debido a que los microorganismos necesitan ambos
nutrientes a la vez para poder metabolizarlos internamente (Frioni, 1999). Y
además, como el nitrógeno es una parte fundamental de las enzimas y de las
proteínas de las células, y por tanto, de la anatomía y la fisiología microbiana;
de ello se derivaría que la estimulación de la biomasa haya sido alta o efectiva
con este nutriente, y por tanto, ello conllevaría también a que su medio deba
responder de igual forma o deba ser igual de propicio para dicho estímulo.

Pero en la realidad productiva del suelo, ello no suele suceder así, dado que
por ejemplo con los fertilizantes nitrogenados se observa que se dan
variaciones indeseables en las propiedades del medio, como la disminución del
pH (Rengel, 2002). Ello se produciría porque posiblemente los
microorganismos no tienen la capacidad de procesar esa alta cantidad de
nitrógeno nuevo o entrante en ese medio, lo cual derivaría en una influencia o
en un cambio en las propiedades químicas del suelo, produciéndose entonces
por ende un impacto en el desempeño de los microorganismos, lo que induciría
al final una deficiencia en la mineralización de los nutrientes del suelo bajo ese
medio.

Lo anterior se argumentaría también dado que por ejemplo (aparte del impacto
negativo en si del pH bajo en la fisiología de los microorganismos), en
condiciones de pH bajo en el suelo se favorecería más el predominio de los

89
hongos sobre las bacterias (Agrios, 2000), resultando por ello en un menor
desempeño de los microorganismos debido a una menor rapidez en la
degradación de la materia orgánica, puesto que las bacterias serían más
relevantes que los hongos en esa “labor” en el suelo (o al menos en este
estudio ello podría observarse), pudiéndose inferir ello también de lo indicado
por Paul y Clark (1996) y Dixon y Tilson (2010) al respecto.

Entonces, lo que podría estar sucediendo bajo esta dosis de compost es que
se esté incentivando una mayor inmovilización, debido a un mayor incentivo de
la biomasa microbiana por el nitrógeno disponible o libre en el medio, el cual se
pudo encontrar con un ambiente no propicio para ello en ese caso (siendo ese
el caso específico del tratamiento T5 posiblemente). Asimismo, en una
variación a este caso (siendo ello el caso probable del T6), cuando se aumentó
la dosis de nitrógeno sintético, se tendería nuevamente a llegar a obtener el
equilibrio en el medio para una adecuada mineralización en el suelo (donde
debió haber habido cambios importantes en el medio en este caso), aunque no
se llegaría aún a las condiciones ideales (o descritas) en el tratamiento sin urea
(T4). Cualquiera de los dos casos podría suceder, aunque también podría
suceder incluso que ambos se den en forma simultánea (donde predominaría
uno de ellos en ciertos casos), siendo ello quizás lo que describa mejor la
situación real en el campo, dado que en el suelo las interacciones serían muy
complejas como para definirlas de una sola forma o dinámica.

Estas mismas situaciones se verían también (desde otra perspectiva) cuando


se analiza ello en el rendimiento obtenido en cada sistema de riego. Dado que,
por ejemplo, en el sistema en surcos pareados el rendimiento en los
tratamientos resultantes de las combinaciones de abono orgánico con urea en
el caso de la dosis baja de compost (5 t/ha, T5 y T6), fueron superados por los
tratamientos T8 y T9 (resultantes de la combinación de la urea con la dosis
mas alta de compost, de 10 t/ha); pero en cambio, en el sistema de riego en
surcos simples, el cual se observó que posiblemente fue el más eficiente
(analizado luego en la discusión, Capítulo 6.5.3), los tratamientos T5 y T6
superaron en este sistema a los tratamientos T8 y T9.

90
Entonces, en dichos casos se observaría que entre ambos sistemas de riego
habría una menor y una mayor predisposición a estos fenómenos (o cambios)
en la biomasa microbiana (o habría una menor y una mayor inhibición de la
biomasa microbiana), dado que entre ambos sistemas productivos (o de riego)
habría diferencias en su capacidad de metabolizar o procesar los insumos
agregados en el medio, y se presume que por ende, ello explicaría las
diferencias encontradas en las combinaciones realizadas en uno y otro sistema
de riego establecido en el estudio.

Por tanto, es muy difícil determinar en este estudio realmente qué sucedió
internamente en el suelo, o qué determinó que hubiera o no una mayor
disponibilidad de nitrógeno en cada tratamiento, dado que no se han realizado
mediciones de la dinámica microbiana o de otras características biológicas y
químicas en el suelo. Pero con los resultados del cultivo y lo establecido en la
literatura al respecto, se podría verificar o estimar en qué casos pudo haber
sucedido cada dinámica descrita anteriormente, tal como se ha realizado en el
estudio.

Asimismo, es por ello también que es muy difícil o poco conveniente estimar a
priori una forma de manejo de los insumos orgánicos en cierto lugar o medio,
siendo por ello que el ensayo previo del manejo de cada insumo orgánico sería
de suma importancia en los lugares a los cuales se desea implementar, dado
que ello permitiría estimar más adecuadamente la dinámica que se estaría
dando en ese medio bajo una situación dada, y saber además por ende la
respuesta real que se tendría con este insumo en ese campo de cultivo a
distintos manejos del mismo.

Complementando lo anterior, cabría indicar también que hay un fenómeno en la


biomasa microbiana que aporta en la explicación de lo sucedido en el estudio
más detalladamente, siendo este el que ocurre cuando se da un estado de
estrés en el medio, dado que en este caso se tiende a inmovilizar más
nitrógeno del suelo para hacer frente a dicho fenómeno. Ello se explica debido
a que internamente en los microorganismos se tiende a acumular más
nitrógeno para producir proteínas y enzimas para enfrentar dicho fenómeno (o
estrés), creándose un mecanismo de protección y defensa que se conoce

91
como las proteínas del choque térmico o del estrés (Ulloa et al., 2010), siendo
ello entonces lo que podría estar sucediendo también más precisamente, por
ejemplo, en las aplicaciones de 5 t/ha cuando se combinaron con urea.

Este aspecto es relevante porque podría ayudar a explicar 2 casos o


situaciones contrarias en la dinámica de mineralización en el suelo. Podría
explicar por ejemplo, una menor disponibilidad de nitrógeno debido a una
mayor concentración o fijación del nitrógeno en las células microbianas; o
podría también ser este fenómeno un precursor de una mayor mineralización o
disponibilidad de nitrógeno en el suelo, pero a causa de una mayor inhibición
del desempeño microbiano, tal como se observa en el estudio de Zhang et al.
(2011) cuando se realizaron aplicaciones de altas dosis de nitrógeno inorgánico
en el campo bajo una situación de estrés en el medio (causado por bajas
temperaturas en el suelo), siendo ello lo que podría estar sucediendo más
precisamente en este estudio en el tratamiento T6 (o mejor dicho, explicaría o
argumentaría lo sucedido en este tratamiento, e igualmente incluso, podría
explicar lo sucedido en los casos que se realizaron aplicaciones de sólo
fertilizantes sintéticos – T2 y T3 – en el campo, ello porque pudo crearse
situaciones de estrés en el campo - por ejemplo, presencia de compactación
en el suelo -, en los cuales, el nitrógeno sintético pudo producir una inhibición
de la dinámica microbiana en el suelo).

6.3.3.2 La dinámica en las dosis de 10 t/ha de compost

Respecto a las respuesta del cultivo a las aplicaciones de 10 t/ha de compost


en el rendimiento, y además en otras variables de importancia en el cultivo, en
general, en este caso se obtuvo los menores valores (o los menos favorables)
en el desempeño del cultivo en el campo en estudio.

En este caso lo que podría estar sucediendo es que, según los datos
presentados por Chocano et al. (2008), cuando se aplica compost al suelo se
crea una importante cantidad de biomasa o carbono microbiano a lo largo de
un ciclo de cultivo, ello debido probablemente a una alta y constante

92
disponibilidad de carbono en el suelo (causado por la aplicación de una dosis
alta de este insumo), lo que pudo haber derivado en este caso en la
inmovilización de los nutrientes bajo ese medio en este caso del estudio.

Es decir, según lo anterior, se indicaría que no se alcanzaría a degradar todo el


material orgánico que el compost pudo potencialmente proporcionar (y
probablemente de forma importante), dándose ello posiblemente en todo el
ciclo del cultivo, lo cual habría limitado la disponibilidad del nitrógeno derivado
del suelo y de la urea para el cultivo, debido a que éste estaría siendo usado
para la degradación del compost agregado al suelo (y del suelo mismo también
posiblemente). Y, como los microorganismos son más competitivos que las
plantas por los nutrientes, debido a su rápido incremento de biomasa (Paul y
Clark, 1996); entonces, la microbiota del suelo no estaría terminando de utilizar
o “procesar” el carbono disponible que hay en el medio, con lo que se seguiría
requiriendo y utilizando el nitrógeno del suelo, lo que consecuentemente habría
imposibilitado o reducido finalmente la disponibilidad de este nutriente para el
cultivo.

Ello se argumentaría también con lo observado por Sabahi et al. (2010), dado
que estos autores al incrementar las dosis de compost, observaron que de
igual forma en su caso también se incrementó la biomasa microbiana en el
suelo, pero la mineralización de nitrógeno no se incrementó necesariamente de
la misma manera. Ello debido a que se observó en ese estudio en uno de los
casos decrecimientos constantes de la mineralización de nitrógeno a medida
que se iba aumentando el abono orgánico en el suelo, a pesar de seguir
incrementándose en dicho caso la biomasa microbiana (y obtenerse además
en este caso los más altos valores de este parámetro biológico en el estudio),
pudiéndose inferir de ello que la inmovilización microbiana debió darse de
forma importante bajo ese medio. Esto concuerda también con los resultados
mostrados por Onwonga et al. (2010).

Por otro lado, cuando se realizó en el presente estudio aplicaciones de


nitrógeno inorgánico (urea), por ejemplo de 120 kg/ha bajo esta dosis de
compost, ocurrió aparentemente una mayor disponibilidad de nutrientes en el

93
suelo, debido a que se observó una mejora en las variables vegetativas y
productivas bajo ese tratamiento (T8).

Ello concuerda con la literatura comúnmente citada en torno a este tema, como
por ejemplo con lo que se observa en el estudio de Arrieche-Luna y Ruiz-Dager
(2010), puesto que se menciona que se produce un mejoramiento de la
práctica del abonamiento (y por ende, que se produce una mayor disponibilidad
de nitrógeno para la planta) al realizar aplicaciones de nitrógeno inorgánico con
abonos orgánicos. Ello se produciría debido probablemente a que la aplicación
conjunta de ambos insumos en este caso (T8), aumentaría la eficiencia de todo
el sistema productivo en la degradación del material orgánico que hay en ese
suelo, obteniéndose por tanto una mayor respuesta (o eficiencia) en la
disponibilidad de nutrientes bajo este manejo (aunque en este caso podría
suceder también quizás, que se aumente el estrés de la biomasa microbiana
con la aplicación de urea, lo que reduciría la posibilidad de esta de inmovilizar
el nitrógeno del medio, aumentándose por tanto su disponibilidad en este;
aunque también ello sería más complicado que suceda en este caso, siendo
más probable esto en los casos que no se aplicó compost, T2 y T3).

Pero, por otro lado, cuando bajo esta dosis de compost se realizaron
aplicaciones mayores de urea (de 240 kg N/ha), las variables mencionadas
(como por ejemplo el rendimiento de grano), tendieron a caer o disminuir
nuevamente (aunque sin llegar a las magnitudes obtenidas en el tratamiento
sin aplicación de nitrógeno sintético, T7).

Entonces, lo que sucedería en este caso podría ser por ejemplo muy similar a
lo que habría ocurrido en los casos que se aplicó 5 t/ha de compost. Es decir,
sucedería que la biomasa microbiana no podría procesar adecuadamente tal
cantidad de nitrógeno incorporado, haciendo que se reduzca su desempeño en
el suelo; o asimismo, podría darse que se esté presentando simultáneamente
por ejemplo un estado de choque térmico o de estrés, lo cual haría que la
microbiota aumente su nivel nitrogenado en su composición interna, limitando
con ello el nitrógeno libre en el medio (es decir, produciendo inmovilización).

Aunque además, lo que también podría suceder en ese caso, es que al


aumentarse la exigencia a la biota microbiana del suelo se aumente también de

94
forma satisfactoria su eficiencia de degradación de carbono en el medio, lo que
también habría incrementado (a su vez) su demanda de nitrógeno en dicho
caso, disminuyendo por ende la mineralización o la disponibilidad de este
nutriente en el suelo, limitándose finalmente por tanto la producción bajo ese
medio o tratamiento (T9). Es decir, explicado de otra forma, en ese caso
estaría ocurriendo que se crearía (con la aplicación conjunta de materia
orgánica y urea) un exceso continuo de biomasa microbiana (debido a una alta
disponibilidad de nitrógeno y de carbono en el suelo), con lo que se degradaría
más rápidamente el material orgánico aportado y el que ya está establecido en
el suelo, aumentándose con ello en forma constante la demanda de nutrientes
por el aumento progresivo en la cantidad de microorganismos en el suelo, con
lo que se estaría limitando por tanto el nitrógeno derivado del fertilizante para el
cultivo.

Entonces, a pesar que en este estudio no se ha hecho la verificación de la


biomasa microbiana y del carbono orgánico del suelo, e igualmente, de otras
variables del sistema concernientes a la dinámica del nitrógeno; se infiere de la
literatura científica y de lo ocurrido en el campo, que se estaría logrando
cambios importantes en el sistema suelo – planta establecido en el estudio,
atribuibles en gran parte a lo concerniente en este caso a los procesos
biológicos normalmente ocurridos en el suelo, que influyeron en las
propiedades del suelo y en las demás características establecidas bajo ese
sistema, tal como se ha ido indicando en la presente discusión.

Por lo tanto, es por lo visto anteriormente en este tema (referido a las


aplicaciones de ambos insumos en el campo), que se puede derivar del estudio
que, por un lado, las dinámicas descritas para cada caso ocurridas en el suelo
explicarían en gran medida las variaciones observadas en los tratamientos y en
los sistemas de riego establecidos en el mismo; y además, que dichas
dinámicas harían que hasta cierto punto también sea difícil o no factible saber
si realmente se van a producir los cambios o mejoras asumidas en el sistema
productivo con los abonos orgánicos (ello en general).

Se infiere entonces, luego de lo discutido en este tema tratado, que dichas


dinámicas descritas en cada caso dependerían de las condiciones del medio,

95
de la dosis de abono orgánico, del manejo, y finalmente, de la dinámica que se
produzca en la interacción de estos componentes y demás factores en el medio
productivo en un momento determinado en el ciclo fenológico del cultivo.

6.4 El Carbono del Suelo y su relación con la respuesta observada en el


estudio

Respecto al carbono, Martínez et al. (2008) indican que hay dos tipos de
carbono en el suelo, el orgánico y el inorgánico, siendo el carbono orgánico el
que afecta a la mayoría de las propiedades químicas, físicas y biológicas del
suelo, y que están vinculadas con la calidad, sustentabilidad y capacidad
productiva del mismo.

En el estudio de Bipfubusa et al. (2008), se observa que con la agregación de


compost se mejora la estabilidad del carbono orgánico del suelo, y éste
además, tiende a aumentar, haciéndolo en este caso en mayor porcentaje que
con la agregación de abonos verdes, u otro abono orgánico o sintético (dado
que también se observó el incremento del carbono del suelo con este último
insumo, siendo las razones de ello explicadas posteriormente). Este estudio
cree, tal como se está discutiendo, que el carbono orgánico disponible en el
humus del suelo y en el abono orgánico vienen a ser el potencial que tiene el
suelo para aumentar y mantener su biomasa microbiana, y con ello su
eficiencia productiva en gran medida.

Al respecto, Elfstrand (2007) observó que la biomasa y la actividad microbiana


en el suelo se incrementaron con las aplicaciones de enmiendas orgánicas, al
igual que la mineralización de nitrógeno en el medio, aunque ello dependió
también de la calidad y del manejo del abono orgánico. Asimismo, Sabahi et al.
(2010) observaron que una mayor disponibilidad de fertilizante carbonado (u
orgánico) en el suelo, incrementó la mineralización de nitrógeno en ese medio,
pero cuando se dieron excesos de carbono en el mismo medio, se produjo a su
vez una disminución de la mineralización de este nutriente en el suelo. Es por
ello entonces que cuando se impacta (ya sea excediéndose o no) dicho

96
potencial referido anteriormente, sucedería un alto estrés microbiano en el
suelo, resultando por ejemplo en fijación o inmovilización del nitrógeno, como
en el caso anterior, o por otro lado también, en un alto dinamismo del medio,
como una alta respiración o mineralización en el suelo, lo que puede llevar a un
incremento en la disponibilidad de nitrógeno en ese medio en este caso.

Entonces, esta dinámica del carbono orgánico (o materia orgánica) del suelo
referida anteriormente, sería la que habría dado o inducido las diferencias entre
los tratamientos y entre los sistemas de riego en el estudio. Conforme a ello, se
observó por ejemplo que en el sistema en surcos simples (con rangos de
rendimiento de 8.4 a 12.6 t/ha, anexo 21), probablemente se habría
aprovechado en ocasiones casi todo el potencial del suelo (o de su materia
orgánica), y ello en forma adecuada (o en equilibrio idóneo con su medio), dado
que se alcanzó en más de una ocasión altos rendimientos bajo ese sistema de
riego, ello debido posiblemente a que en ese sistema se observaría (o se
habría dado) una mayor optimización de la humedad en el suelo en ese caso
(siendo las razones de ello explicadas en mayor detalle posteriormente,
Capítulo 6.5.3). En el sistema de riego en surcos pareados, por otro lado, no se
habrían dado las mismas condiciones del riego en el suelo (no llegándose en
este caso a un equilibrio idóneo para la mineralización o productividad del
medio), observándose posiblemente por ello también rangos bajos de
rendimiento en el campo (con un rango de 6.5 a 9.4 t/ha, anexo 20).

Por lo tanto, de acuerdo a lo anterior, sería entonces debido a las dinámicas


que se habrían suscitado en la materia orgánica en el suelo en cada sistema de
riego (las cuales habrían sido distintas para cada caso, Capítulo 6.5), que se
observaría y justificaría finalmente el logro de las tendencias en el rendimiento
en cada uno de los tratamientos establecidos en cada uno de los sistemas de
riego.

Por otro lado, respecto a lo constantemente referido en el estudio, el carbono


disponible (o lábil) en el suelo, en torno a este tema se presentan aspectos
ajenos a la práctica productiva en la agricultura (corresponden más a la

97
investigación biológica), pero en este caso son detallados y analizados debido
a la complejidad e importancia que suscitan para este estudio.

Según menciona De Corzo (2009), la producción de nitratos llevado a cabo por


bacterias nitrosomonas y nitrobacter, es un proceso que por sus características
energéticas es denominado quimiolitotrófico o quimioautótrofo, ello debido a
que se captura en forma autónoma el carbono inorgánico atmosférico (CO2)
por intermedio de la energía de los enlaces de los compuestos inorgánicos que
estos encuentran en su medio productivo, por ejemplo, del amonio en el caso
de las bacterias nitrificantes, siendo el producto final o de desecho al medio en
este caso el nitrato. Por lo tanto, de ello se deriva que este tipo de
microorganismos tienen un metabolismo respecto a su fuente de carbono que
se conoce como autótrotrofo, ya que dentro de sí poseen un mecanismo
autónomo que fija el carbono de la atmósfera, utilizando tal como se ha
indicado la energía de los compuestos inorgánicos que encuentran en el medio.

Por otro lado, en el caso de los quimioorganótrofos o quimioheteroorganótrofos,


estos adquieren el carbono de forma distinta a los anteriores, dado que estos
toman el carbono de los compuestos orgánicos, los cuales han sido
previamente elaborados por otros organismos en el suelo. Es decir, estos
obtienen el carbono de las moléculas orgánicas que encuentran en el medio, o
de los carbohidratos, aminoácidos, ácidos grasos u otra molécula orgánica que
se encuentre o haya sido producida en el suelo. De este carbono orgánico
preelaborado, los microorganismos utilizan también los compuestos
nutricionales que lo constituyen (como nitrógeno, azufre, etc.) para su
biosíntesis metabólica interna, y utilizan igualmente la energía que encuentran
en cada uno de sus enlaces para ese mismo propósito. Y, tal como indican
Paul y Clark (1996), este tipo de microorganismos, los quimioorganótrofos, son
los que más abundan en el suelo siendo comúnmente conocidos como
heterótrofos, dado que estos tienen un requerimiento de carbono y de energía
externo, es decir, del suelo o del medio ambiente que lo rodea (Frioni, 1999).

Entonces, según lo anterior, lo más importante que debería considerarse en las


fertilizaciones con insumos orgánicos al suelo no sería la cantidad de nitrógeno
o fósforo mineral que se provea a la planta directamente (con estos insumos),

98
sino, la cantidad de compuestos orgánicos solubles, disponibles o lábiles
(glucosa, ácidos grasos, aminoácidos, etc.) que se aporte al suelo (o al
sistema), y ello con la finalidad que se contribuya a la activación de la dinámica
microbiana bajo ese medio, y por ende, se incremente la dinámica de todo ese
sistema productivo.

Por lo tanto, de ello resulta que el compost (u otra enmienda orgánica) no


necesariamente sería importante por su aporte directo de minerales al suelo o
a la planta; más bien, su aporte de nutrientes orgánicos a la biomasa
microbiana haría que la mineralización en el sistema productivo se dinamice, y
en consecuencia, que la disponibilidad de nutrientes en el suelo se incremente,
siendo de esa forma que los abonos orgánicos promoverían o “proveerían” una
mayor disposición de nutrientes para la planta bajo ese medio.

En este estudio también se podría indicar asimismo entonces, que el principal


error habría sido siempre tratar de igualar o asemejar el aporte nutricional
cuantitativo de los fertilizantes sintéticos con el abonamiento orgánico.

Es decir, el de realizar la práctica de fertilización con sólo la consideración del


aporte directo de macronutrientes (Nitrógeno, Fosforo y Potasio) a la planta, sin
considerar el mejoramiento del desempeño del suelo y de su estimulación
productiva (característica que es aportada en gran medida por el carbono,
nutriente que sólo está presente en los fertilizantes orgánicos), para que ocurra,
al final, el aporte nutricional del suelo a la planta, debiéndose ver entonces por
ello el dinamismo suelo – planta que se da en cada sistema agrícola en que se
establece cada tipo de fertilizante aportado al suelo (puesto que este sería
relevante en ese tema). Es decir, en gran medida ambos tipos de fertilizantes
“trabajan” o se desempeñan de forma distinta en el suelo (o causan impactos
en distintas características o propiedades de este), por lo cual, su forma de uso
o su planteamiento de trabajo en el campo debería ser de igual forma diferente
o distinta para cada caso.

Por las características o formas de desempeñarse de ambos insumos en el


suelo, podría inferirse también que el principal problema de que no prospere la
fertilización orgánica, o la fertilidad inherente del sistema, es que ésta depende
de varias características del suelo que favorezcan el desempeño del sistema

99
productivo, lo cual mejora el desarrollo microbiano del sistema, y por ende,
favorece también el desempeño del insumo orgánico en el mismo medio. Es
por ello que los insumos orgánicos dependerían por ejemplo, de una adecuada
y permanente oxigenación y balance (o reserva) hídrico del suelo; asimismo, de
adecuadas condiciones químicas (suelos de pH neutro o cercano a la
neutralidad), de temperaturas edáficas no muy altas o muy bajas, de un
constante provisionamiento de carbono en el suelo, y de otras características
más, dado que todas estas características mejoran el desempeño microbiano
del suelo y por ende, aportan también en el desarrollo de la máxima
potencialidad productiva de este insumo orgánico en el campo de cultivo.

Ese no sería el caso (de forma exacta, o al mismo nivel o grado de


requerimiento) de los fertilizantes sintéticos como la urea, que dan buenos o
aceptables resultados en más situaciones de campo (incluyendo situaciones de
estrés) que el otro tipo de fertilizantes; ello dado a que estos no dependerían
tanto, por ejemplo, de una exigente aireación del suelo, tampoco de una
reserva de carbono disponible (por el contrario en ocasiones es
contraproducente para este, siendo tal concepto el que se maneja en sistemas
de producción con fertilizantes sintéticos diluidos), tampoco dependen en
demasía de otros factores edáficos (drenaje, reserva hídrica adecuada y
constante), etc. Y todo ello, es debido a que principalmente, el nitrógeno en
este caso ya está proveído o “garantizado” por la producción química del
fertilizante realizada artificialmente por el hombre, por lo que el sistema natural
no tiene que “trabajar”, o crear procesos y gastar energía para producirlo y
proporcionarlo al medio (o a la planta en este caso).

Ello entonces es algo que, como se ha visto, sólo sería importante en el


aprovechamiento de las aplicaciones de los insumos orgánicos (aunque ello
también comprende hasta cierto punto y en ciertos casos, para el uso de los
insumos sintéticos tal como se ha indicado), y por tanto, ello impediría que se
pueda aprovechar al máximo el potencial del suelo y del fertilizante para
proveer de nutrientes a las plantas bajo ese medio. Porque en realidad, esa
sería en gran parte la finalidad de todo abonamiento, ya sea

100
orgánico o sintético, el aprovechamiento del máximo potencial productivo
establecido en ese momento en el medio ambiente edáfico a utilizar.

Aparte, para observar en forma más precisa la importancia de la dinámica


productiva del medio en la dinámica del carbono en el suelo, se cita en este
caso lo indicado anteriormente al inicio de este tema, respecto a la referencia al
estudio de Bipfubusa et al. (2008), donde se afirma que con el aporte de
fertilizante nitrogenado sintético también se logra incrementar el carbono en el
suelo (ello sin haber realizado un aporte directo de carbono externo en ese
medio por parte del fertilizante), siendo ello mismo también observado por
Gerzabeck et al. (2006) y Yu et al. (2012) en sus respectivos estudios.

Entonces, según estos estudios ello en la práctica o realidad productiva si


sucedería, y además, sería factible dado que se conoce que el carbono tiene
una entrada en el suelo externa, la cual, se encuentra en forma de gas en la
atmósfera (como el nitrógeno). Y como en el suelo hay microorganismos que
atrapan o fijan ese nutriente en el suelo (Frioni, 1999), entonces la entrada de
nitrógeno posiblemente hizo también que se incremente la reserva de carbono
en ese medio, debido a que este nutriente requiere necesariamente ser
procesado por los microorganismos conjuntamente con el nitrógeno, tal como
se ha indicado anteriormente.

Asimismo, la dinámica del sistema natural o productivo en este caso indicaría


nuevamente que sería lo más importante, dado que esta fue la que
probablemente respondió atrayendo el carbono necesario al sistema, siendo
por ello que el carbono aumentó en el suelo sin ser aplicado externamente.
Entonces, es ahí donde se estaría observando que también al final no sería
imprescindible el tipo de insumo que se aporte, sino en realidad sería más
importante en este caso lo que suceda finalmente en la dinámica propia del
suelo para que surjan variaciones o deposiciones de nutrientes en el sistema
productivo (como en estos casos).

Respecto a lo anterior, debe indicarse también que en la práctica lo que se da


comúnmente o con mayor frecuencia es que con el aporte de los abonos
orgánicos se incremente el carbono del suelo, sucediendo lo contrario con los
abonos sintéticos, tal como ya se ha estudiado y observado en la literatura,

101
siendo los resultados más conocidos los obtenidos en los estudios de largo
periodo de tiempo de Rothamsted y Versailles (FAO, 2002).

Por consiguiente, se ha observado que este tema es en realidad muy extenso,


por lo que la finalidad de lo mencionado anteriormente es para indicar las
características de este tema y su importancia en la dinámica del sistema
productivo, y además, lo compleja y versátil (o flexible a cualquier situación)
que podría ser la respuesta de esta dinámica en la práctica de la agronomía, lo
cual todo ello ha ido aportando en la explicación de los resultados observados
en este estudio según se ha expuesto al respecto hasta el momento.

6.5 La Importancia del Riego en las respuestas observadas en los


tratamientos

6.5.1 Las características de los sistemas de riego

A continuación, se muestran dos imágenes tomadas en el campo, mostrando la


distribución de la humedad en la superficie del campo en cada uno de los
sistemas de riego establecidos en el estudio:

Figura 11: Fotos tomadas en el campo en la noche, el mismo día que se


aplicó el riego; correspondientes al sistema de riego en surcos
simples (izquierda), y surcos pareados (derecha).

102
Al respecto, se cree que en este estudio hubo dos situaciones importantes que
pudieron influenciar de forma relevante las respuestas observadas en el cultivo
en ambos sistemas de riego.

La primera situación de importancia, es que entre uno y otro sistema de riego la


competencia intraespecífica o entre individuos fue probablemente distinta, ello
debido principalmente a que el distanciamiento entre los surcos en ambos
sistemas difirió entre estos casos, siendo el distanciamiento entre los surcos (o
líneas de siembra) en el sistema en surcos pareados de 10 centímetros
(aproximadamente), y en el sistema en surcos simples el distanciamiento fue
de 75 centímetros.

Como ya es conocido, a una mayor competencia intraespecífica (debido a un


mayor acercamiento entre plantas dadas en este caso), la tasa de absorción de
nutrientes en el maíz se incrementa (Reta et al., 2007); y por lo tanto, al
absorberse con mayor rapidez los nutrientes del medio, su exigencia al suelo
en esos casos tendería a ser mayor que a una menor competencia
intraespecífica (ó a un mayor distanciamiento entre plantas).

Por consiguiente, la exigencia a que se provea de nutrientes al sistema


productivo en uno y otro caso sería distinta, y dependería de la capacidad de
respuesta de cada sistema de riego, siendo en el caso del sistema de surcos
pareados donde se estaría produciendo una mayor exigencia a dicho sistema,
y donde por tanto, en todo el desarrollo del cultivo los requerimientos al sistema
suelo - planta hayan sido mayores que en el sistema de surcos simples, lo cual
pudo haber impactado en forma relevante en el desempeño vegetativo y
productivo del cultivo bajo ese sistema de riego.

Por otro lado, la segunda situación que pudo influenciar la respuesta productiva
observada en ambos sistemas de riego, radicó en que el bulbo de agua de
riego en el sistema en surcos simples fue más permanente y de mayor
cobertura superficial que en el sistema en surcos pareados, dado que se
observó en el campo que (a diferencia del sistema en surcos pareados) su
bulbo siempre ocupó casi toda el área superficial del suelo, ocupando

103
posiblemente la mayor parte de la capa arable del campo bajo ese sistema (tal
como se observa en la figura 11). Ese aspecto fue tan marcado, que incluso, al
inicio del ciclo productivo del cultivo acarreó problemas en la emergencia de las
plántulas, debido a que la humedad provista por el riego en el sistema en
surcos simples saturaba en demasía gran parte de la superficie del suelo (lo
que comenzó a dificultar el crecimiento de las plantas), situación que fue
manejada y regularizada al inicio del segundo mes del ciclo de cultivo por los
que llevaron a cabo el estudio.

Asimismo, lo anterior conllevó a que pueda suceder en la dinámica nutricional


del estudio lo siguiente: se observó que las diferencias en el bulbo de agua en
cada uno de los sistemas de riego, pudo acarrear a que se observara un
posible estrés nutricional en el campo, ello debido a que la limitación (de la
distribución) hídrica en todo el área productiva en el sistema de riego en surcos
pareados (o el no humedecimiento de todo el perfil superficial o de la capa
arable del campo en ese caso), habría conllevado a que no se aprovecharan
todos los nutrientes que se pudo proveer en ese (espacio del) suelo
correspondiente a ese sistema (el cual se había destinado para cada planta o
individuo en el campo en dicho caso). Se debe tener en cuenta que la limitación
hídrica se produjo específicamente en el suelo (o en ese medio), y no en la
planta en sí, dado que esta tuvo siempre provisión de agua a una distancia muy
cercana de su tallo principal, y ello en forma casi constante (de 2 a 3 veces por
semana dependiendo del clima) a lo largo de su ciclo fenológico.

Entonces, puntualizando, tal como se expone, dicho estrés nutricional en el


estudio se habría suscitado debido a lo indicado en las diferencias observadas
entre los sistemas de riego, dado que en uno de los sistemas casi todo el área
superficial estaba cubierta por el agua (sistema en surcos simples) y en el otro
el humedecimiento superficial fue más limitado (sistema en surcos pareados),
siendo por ello que la planta en el caso de los surcos simples pudo aprovechar
en mayor medida el área disponible para esta en el suelo del campo,
proveyéndose por tanto de una mayor cantidad de nutrientes de esa área
productiva o perfil correspondiente del suelo.

104
Por lo tanto, en resumen, el menor humedecimiento o la menor distribución del
agua en todo el área potencialmente productiva del campo, indujo
posiblemente a que no todo el potencial del suelo pueda verse explotado por
las plantas en ciertos momentos del estudio, lo que finalmente pudo impactar
en la producción de nutrientes en los sistemas de riego. Cabe indicar además
en este aspecto que en el sistema en surcos pareados se tuvo una
competencia intraespecífica más alta en el campo, lo cual aunado a este
suceso o fenómeno, pudo haber incrementado aún más dicho estrés referido
en el cultivo (o en el sistema productivo).

Cabe indicar a ello también nuevamente en forma clara que en general, no se


presentaron síntomas claros o visibles de estrés hídrico en las plantas en todo
el periodo fenológico en ambos sistemas de riego, tales como una disminución
del área foliar de la planta o una deformación de los tejidos aéreos, síntomas
que entonces indicarían que hubo una falta de turgencia notoria en las plantas
a lo largo del periodo del cultivo (siendo ello no observado en la mayor parte
del ciclo fenológico en el campo en ambos casos, tal como se observa en las
fotos, anexo 18).

Asimismo, podría inferirse también de lo anterior que la superficie del suelo


podría potencialmente ser más productiva que las zonas más profundas, o que
en esas zonas del suelo la fertilización (o nutrición) sería más efectiva que en
las zonas inferiores (o subsuperficiales). Ello debería ser así dado que en las
zonas más próximas a la superficie el nivel de oxígeno y de materia orgánica
son mayores a otras zonas del perfil del suelo (Shukla y Varma, 2011). Esas
son características que benefician tanto a las raíces (por ello que en su
mayoría tienden a establecerse cerca a la superficie) como a la biota
microbiana del suelo, puesto que el funcionamiento de esta última es más
eficiente bajo condiciones aeróbicas y bajo una mayor predominancia de
materia orgánica en el medio (Frioni, 1999), lo que hace que en esa zona del
campo sea más eficiente la degradación de la materia orgánica y por ende la
mineralización de los nutrientes en el suelo.

105
Entonces, acotando en el caso de la limitación hídrica en la superficie del
campo del estudio (y considerando lo indicado previamente respecto a la
productividad de la superficie del suelo), en ese caso más precisamente se
habría producido una limitación de agua para el desarrollo en conjunto de toda
la productividad potencial (o máxima) del sistema productivo establecido bajo
ese espacio o perfil productivo del campo, que en realidad, para un solo
componente del mismo (es decir, para sólo la planta en este caso).

Por lo tanto, por los motivos expuestos en este tema, posiblemente se hayan
observado u originado diferencias entre los sistemas de riego tal como se ha
indicado, lo cual asimismo pudo haber derivado en la obtención de diferencias
en el aprovechamiento del suelo en uno y otro caso dado en el estudio. Una
mayor indagación de ello se desarrolla a continuación.

6.5.2 El riego y el mejoramiento de las condiciones del suelo en los


tratamientos

Respecto a las condiciones hídricas en el suelo dadas por el riego, se debe


indicar primeramente que el mejoramiento de las condiciones del riego produce
efectos que se podrían indicar que se dan cíclicamente o en cadena, los
cuales, a su vez, se considera que debieron tener importancia en el estudio.

Al aumentarse la disponibilidad de humedad en el suelo, aumenta la cantidad y


la actividad de los microorganismos en dicho medio (Frioni, 1999). Por ende,
ello aumenta la degradación de la materia orgánica, lo que hace que se crea y
disminuya el tamaño de los agregados (es decir, se crea mayor estructuración
en el suelo), haciendo cada vez más disponible la materia orgánica y los demás
materiales del suelo a los microorganismos, y también a las plantas.

Asimismo, al optimizarse la provisión de humedad en el suelo, hay menos


estrés o esfuerzo de la microbiota del suelo, debido a una mayor y más
accesible provisión hídrica en el medio (Paul y Clark, 1996). Por lo tanto, se
produciría mayor eficiencia en el uso de los nutrientes, induciendo ello también

106
una mayor disponibilidad de nutrientes para las plantas y los microorganismos,
lo que tendería a aumentar nuevamente la degradación de la materia orgánica
del suelo, volviéndose por ello a aumentar la actividad microbiana de ese
medio en ese caso.

Igualmente, además cabría indicar a lo referido previamente que con una


mayor humedad en el suelo se incrementa per se la disponibilidad de nutrientes
en ese medio, debido a su impacto en la propiedades químicas del suelo, dado
que por ejemplo disminuye la cantidad de nutrientes fijados por las arcillas, y
además se dinamiza el intercambio iónico en el complejo arcillo húmico
(Tisdale y Nelson, 1991), mejorándose entonces las demás propiedades del
medio edáfico.

Cabe indicar también que respecto al aumento de la humedad del suelo, aparte
del mejoramiento de las propiedades físicas, químicas y biológicas
mencionadas anteriormente, también se suscitan beneficios fisiológicos para la
planta cuando se mantiene una mayor disponibilidad hídrica y una mayor
constancia de la humedad en el medio. Ello es debido a que la temperatura
edáfica no sufriría de muchas variaciones u oscilaciones por el efecto
termorregulador del agua, y dado que la planta regula su temperatura interna
con gasto de energía o ATP (Salisbury y Ross, 1993), una menor oscilación de
esta variable en el medio disminuiría el esfuerzo del metabolismo en sí para
controlar dicho desorden en el organismo.

Dicho mejoramiento de la fisiología, disminuye a su vez también el estrés


interno de agua en la planta, o más exactamente, la falta de agua para las
reacciones bioquímicas que se producen dentro de esta, las cuales permiten el
desarrollo y el crecimiento (elongamiento celular) de los tejidos de la planta
(Salisbury y Ross, 1993). Por tanto, al suceder ello en menos ocasiones en el
transcurso de la fenología del cultivo, se estaría determinando también una
mayor respuesta del metabolismo de la planta a las necesidades de los
órganos que exigen igualmente una mayor cantidad de metabolitos y de agua;
por consiguiente, se lograría que la planta aumente su eficiencia metabólica y
por tanto también, productiva, aumentándose por ende la eficiencia global del
sistema, y finalmente, la productividad del cultivo en ese campo agrícola.

107
Lo afirmado anteriormente también se aplicaría evidentemente a los
microorganismos, dado que (por indicar un aspecto de ello), estos son
organismos mesófilos (Paul y Clark, 1996), es decir, su óptimo de temperatura
interna para su desempeño fisiológico adecuado se da bajo temperaturas
intermedias o moderadas, siendo estas muy similares al de las plantas.

Se podría observar igualmente en la práctica la importancia de lo expuesto


anteriormente en este tema, dado que cuando por ejemplo, en un estudio
realizado en un cultivo de limón bajo riego por aspersión y por gravedad
(Zermeño y col, 2007), al proveérsele de humedad con mayor constancia (o
frecuencia) al suelo por intermedio de la observación y control continuo de la
tensión de humedad en el sistema de riego por aspersión (siendo ello realizado
sólo en ese sistema de riego), se obtuvo en este un mayor rendimiento y
calidad de fruto a comparación del riego por gravedad, donde se observó en
este último sistema momentos marcados de escasez de humedad disponible
en el suelo según se describió en su tensión de humedad observada en dicho
estudio, ello debido a que dicho sistema sólo tuvo un control de la humedad en
el suelo de forma visual solamente (es decir, con la simple observación visual
de la humedad que se encuentra en el perfil superficial del suelo).

Tal como mencionan los autores anteriores, si la humedad en el suelo baja


excesivamente, debido a errores en la estimación visual del contenido de
humedad (que es como normalmente hacen los agricultores para aplicar el
riego), y después se agrega un volumen de riego alto para proveer de humedad
al suelo (tal como sucede en el riego por gravedad); se observa en esos casos
que la productividad tiende a bajar significativamente, a comparación del riego
por aspersión (siendo este de mayor frecuencia y de menor aplicación de
volumen de riego). Respecto a ello entonces, los autores concuerdan en que al
aumentar la frecuencia de riego, es decir, realizar un mayor número de
aplicaciones de agua en el suelo a través del tiempo, se aumentaría la
productividad en el campo, y que los excesivos tiempos de sequedad y
saturación producidos en el suelo por el riego por gravedad, se estarían
contraponiendo a la productividad del mismo.

108
Según Frioni (1999), la máxima densidad microbiana en el suelo se logra a
porcentajes de humedad de 70 - 80 % de capacidad de campo. Esto permite
inferir de los resultados obtenidos en el campo en los estudios antes
mencionados (y probablemente también en este mismo estudio), que la
humedad del suelo posiblemente pudo estar cerca a ese rango, y en forma casi
constante; y ello estaría cumpliéndose no sólo para la planta, sino también para
los microorganismos en el suelo, con lo cual entonces se estaría logrando
mayor dinamismo en todo el sistema en si, y por tanto, por ello se obtendrían
también mayores rendimientos en cada uno de los estudios mencionados
previamente.

Es por ello además que el suelo debería estar entonces con un manejo
adecuado de la humedad permanentemente en todo el ciclo de cultivo, para
que se favorezca a su vez a la planta y a los microorganismos de igual forma
en ese medio, y por tanto, se produzca lo máximo posible de nutrientes bajo
dicho medio edáfico (o sistema productivo). Ello va en contraposición a lo que
sucede con el riego por gravedad, que aparte de producir altos volúmenes de
pérdida (o baja eficiencia en el manejo del agua), sus intervalos prolongados de
cada aplicación del riego acrecientan los estados de sequedad y saturación del
suelo, y por lo tanto, de estrés en todo el sistema (Gallardo et al., 2009),
estando ello en contraposición entonces a la respuesta biológica del suelo y de
la planta (en ambos casos se sufre un estrés). El riego de mayor control, o por
goteo, permitiría por tanto evitar estas condiciones en el suelo en gran medida.

Por lo tanto, según lo indicado en este tema, no se debería regar sólo para que
el suelo tenga una reserva hídrica en el perfil, y luego, únicamente cuando ésta
disminuya visiblemente, recién se aplique el riego nuevamente (usualmente
luego de una o dos semanas, y en grandes cantidades como normalmente se
hace); ello dado ha que la biología del sistema suelo – planta se vería
mermada en buena parte de ese tiempo, lo que consecuentemente disminuiría
en forma importante la productividad a obtenerse potencialmente bajo ese
medio (o suelo).

Entonces, según lo anterior, lo que debe tenerse en cuenta también por tanto
no son las diferencias cuantitativas en el caso del riego, sino se debería ver

109
además en forma importante la optimización del manejo del agua de riego de
acuerdo al funcionamiento de cada componente del sistema suelo – planta (es
decir, las características cualitativas del medio). Se infiere entonces además,
que lo que se debe de poner en importancia es que las diferencias cuantitativas
(que son obvias entre ambos sistemas) no aportan a la explicación de las
diferencias observadas entre estos sistemas, sino más bien, serían las
diferencias cualitativas en este caso las que determinarían las diferencias en
productividad que se aprecian en los diversos estudios que comparan la
productividad obtenida entre cada uno de los sistemas de riego mencionados
(entre gravedad y goteo).

Muy aparte a ello, se podría indicar erróneamente quizás (se cree en este
estudio), que las diferencias encontradas en los resultados registrados en los
tratamientos y los sistemas establecidos en este estudio, se podrían deber
principalmente a las diferencias del área del bulbo de humedad o de riego
establecido en uno y otro sistema de riego (considerando entonces sólo
diferencias en las propiedades físicas del medio), y no al impacto importante de
estos acontecimientos en lo que concierne a las propiedades biológicas del
suelo en cada uno de estos sistemas de riego.

Se corroboraría la no relevancia de ello (o que posiblemente no fue así), al


observar la manifestación de los resultados de los tratamientos en cada
sistema de riego en el estudio. Por ejemplo, el tratamiento sin aplicación de
abonos nitrogenados (T1) en el sistema de riego en surcos pareados, superó a
casi todos los tratamientos con compost (siendo sólo superado, por poco
margen, por el T4, siendo este el de segundo mayor rendimiento en el estudio).
En cambio, en el sistema de riego en surcos simples (con mayor bulbo
superficial de riego), el rendimiento de ese tratamiento (T1) fue superado por la
mayoría de tratamientos con compost, sólo pudiendo superar a los tratamientos
que obtuvieron los más bajos rendimientos del estudio (T7 y T9). Entonces, en
ese caso se observaría que en dicha disparidad de resultados habría una razón
más importante que habría influenciado las respuestas obtenidas en ambos
sistemas de riego, aparte de la cantidad (o distribución) de agua acaecida bajo
cada sistema de riego, y ello como se ha ido exponiendo en este estudio, se
trataría de la interacción resultante de ambos sistemas de riego con los

110
insumos utilizados en el campo, o de la dinámica producida en el sistema
productivo del suelo en cada uno de estos casos.

Asimismo, viendo otros casos de relevancia, se observó por ejemplo que en


una de las repeticiones establecidas en el sistema en surcos simples
(correspondiente al T4), se registró el rendimiento de grano más alto obtenido
en el estudio (12.6 t/ha), superándose incluso al potencial productivo indicado
por el semillarista (siendo este el único caso), y en una de las repeticiones del
tratamiento T1 (testigo, sin aplicación de fertilizantes) bajo ese sistema de
riego, se obtuvo un rendimiento incluso mayor a uno de los más importantes a
nivel mundial, en este caso al promedio obtenido en USA (de 9 t/ha, Caballero,
2010). En cambio, en contraparte, en el sistema de riego en surcos pareados
sólo se logró superar en una ocasión (o en una repetición) las 9 t/ha de
rendimiento de grano en el cultivo (sucediendo ello solamente cuando se aplicó
la dosis mas alta de nitrógeno sintético, T3). Se aprecia entonces que bajo el
sistema de riego en surcos simples hubo posiblemente una mayor efectividad
de los insumos orgánicos, y también un mayor desempeño productivo potencial
del campo (y por tanto posiblemente un mayor desempeño biológico del medio
edáfico), ello de la forma en la cual se ha ido exponiendo en la discusión del
estudio, a contraparte de lo sucedido en el otro sistema de riego (en surcos
pareados).

Cabe indicar además al respecto que la repetición que tuvo el mayor


rendimiento de grano (indicada anteriormente) se estableció en las zonas con
las mayores profundidades de todo el campo (o la menor compactación del
suelo), y que además tuvo mayormente una adecuada provisión de humedad, y
asimismo, tuvo también un aporte externo de carbono por parte de la enmienda
orgánica. En otras palabras, tuvo probablemente las mejores condiciones
edáficas presentadas en todo el estudio para el mejor desempeño biológico del
campo en evaluación.

Todo lo indicado anteriormente tal como se ha ido mencionando, habría


incidido muy posiblemente en el desarrollo de la dinámica productiva en el
suelo, la cual según se expone tendría mucha importancia en la determinación
de la productividad en el campo; y por ende, igualmente en lo concerniente a

111
las propiedades biológicas que se adquirieron en uno y otro sistema de riego,
conforme a lo que se ha ido exponiendo en esta tema, y a lo largo de la
discusión de este estudio.

Se infiere finalmente por tanto que la dinámica biológica en este caso fue
probablemente, en gran parte el condicionante final o decisivo de la producción
obtenida en el campo, dado que aparte del mejoramiento de las propiedades
físicas y químicas del suelo dadas por el sistema de riego, las mejoras
concernientes a las propiedades biológicas dadas por este incidirían tal como
se ha visto en la mejora de la productividad del campo, y estarían indicando a
su vez posiblemente que todas las demás propiedades del suelo habrían
convergido en el sistema en forma adecuada; lo que se habría traducido por lo
tanto en el estudio, en una mayor actividad biótica de todo el sistema
productivo (en los casos dados en el mismo), siendo ello observado
posiblemente en el suelo en una mayor actividad microbiana, una mayor
disponibilidad de nutrientes, y finalmente, en un mayor desarrollo (o
producción) de las plantas bajo ese medio o sistema productivo dependiendo
del caso.

6.5.3 La respuesta del cultivo y su dinámica con el riego en el estudio

Se observó en el estudio que las subparcelas que tuvieron el mayor


rendimiento de grano, se apreciaron que tuvieron también la mayor y más
permanente provisión hídrica en toda la zona superficial del campo, siendo ello
siempre mayor en el sistema de riego en surcos simples que en el sistema en
surcos pareados, tal como ya se ha explicado previamente.

Al respecto, Rollan et al. (1999) observaron que cuando la cantidad de


humedad que hay en el suelo sufre variaciones, se induce a que igualmente la
disponibilidad de nitrógeno sufra también variaciones y de manera importante,
observándose que cuando el contenido hídrico del suelo no es limitante o
escaso, se obtiene mineralización (o disponibilidad) de nitrógeno en el medio,
y, en cambio, cuando la disponibilidad hídrica sí es una limitante, se produce
inmovilización de nitrógeno en el suelo en lugar de mineralización.

112
Lo anterior concuerda con el estudio de Navarro et al. (1991), dado que estos
autores observaron que en 9 tipos diferentes de suelos (correspondientes a
texturas que iban del franco arcilloso al franco arenoso, pasando por el franco),
al acrecentarse la humedad se obtenía en todos los casos un aumento de la
mineralización de nitrógeno edáfico, ello partiendo desde las cantidades más
bajas de agua hacia las más altas (donde se mostraba también por otro lado en
cada uno de estos suelos un patrón de mineralización característico o propio al
darse los incrementos de humedad en el medio).

Asimismo, respecto a la interacción entre la provisión de humedad del suelo y


los abonos orgánicos, Nobela (2011) en su estudio observó resultados
disímiles o variables cuando aplicó distintos tipos de abonos orgánicos en el
suelo, dado que se observó en uno de los casos incrementos de la
mineralización de nitrógeno cuando se incrementó la humedad en el medio
edáfico, y en otros, se observaron decrecimientos de la mineralización a
distintas humedades del perfil. Respecto a ello, esta autora indicó que esas
variaciones en general se debieron en forma importante a las variaciones en
las condiciones medioambientales, y también al nivel de degradación del
material orgánico aportado. Ello indicaría entonces también, que en la realidad
sí se producirían incrementos de la mineralización de nitrógeno con la
introducción de los abonos orgánicos, pero, que ello dependería finalmente de
las condiciones de la enmienda orgánica utilizada y de su interacción con las
variables medioambientales del medio en el cual se esté implementando (es
decir, el resultado de esas interacciones primaría más en los resultados
obtenidos en el campo).

Por otro lado, la importancia de la eficiencia del manejo del riego en la dinámica
productiva propia o inherente del campo (dada esta, cabe indicar, por la
cantidad de materia orgánica en el medio), se observa en el estudio de
Vázquez-Gálvez et al. (2008), dado que estos autores al aplicar en un cultivo
de fresa sólo 23 kg/ha de nitrógeno sintético (en un suelo con 2.7 % de materia
orgánica), lograron en ese caso un rendimiento de fruto de 23.5 t/ha bajo un
sistema de riego presurizado o por goteo; en cambio, cuando estos utilizaron

113
un sistema de riego por gravedad en el campo, por más que realizaron
aplicaciones de nitrógeno inorgánico en el suelo (en dosis de 0, 23, 77, 231,
693 y 1537 kg/ha), no llegaron a alcanzar el rendimiento referido previamente
en el otro sistema de riego.

Lo referido anteriormente permitiría entender entonces la influencia o


importancia de la aplicación del riego en el suelo, dado que, al observarse que
con sólo la aplicación de bajas cantidades de nitrógeno sintético, combinado
con la utilización de sistemas de riego controlados (o de mayor eficiencia), se
logra incrementar la productividad del cultivo visiblemente en el campo, lo que
indicaría que el manejo de ambas tecnologías en conjunto seria de uso
necesario, o en todo caso, aportaría en gran medida, en la obtención de
rendimientos importantes en los campos de cultivo.

En el ejemplo anterior cabe indicar asimismo, que esa cantidad de nitrógeno


inorgánico aportado al suelo (23 kg/ha), sería poco importante o relevante para
aumentar normalmente la productividad en el cultivo de fresa, ya que según
Ciampitti y García (2007) en la fresa esa cantidad aportada sólo justifica la
producción de 2 - 4 t/ha de fruta. Pero, cuando se observa la productividad
obtenida en el riego por goteo, en ese caso se llega a obtener rendimientos que
superan aproximadamente 10 veces la productividad justificada con el aporte
de esa dosis de fertilización nitrogenada en el campo (y asimismo, se obtiene
con esa dosis en ese sistema de riego un incremento de mas de 4 t/ha de fruto
a diferencia del testigo en ese estudio – el cual se aplicó 0 kg N/ha -). En el
sistema de riego por gravedad, por otro lado, se observa que bajo esa dosis
(23 kg Nitrógeno/ha) no se llega al rendimiento obtenido en dicho caso por el
sistema de riego por goteo (y asimismo, se obtiene con esa dosis en ese
sistema de riego un incremento de sólo 1 t/ha de fruto a diferencia del testigo
en ese estudio – en el cual se aplicó también 0 kg N/ha en dicho caso -), e
incluso, no se llega a obtener ese rendimiento bajo ninguna dosis de
fertilización planteada en ese estudio para ese sistema de riego, tal como ya se
ha indicado.

Ello indica o muestra entonces nuevamente que la eficiencia (y la respuesta)


productiva del suelo en el riego por goteo tiene que haber sido mayor o más

114
importante, probablemente superior o más dinámica que en el sistema por
gravedad, ello para aumentar la disponibilidad de nutrientes de manera efectiva
en el suelo y poder así llegar a las productividades o rendimientos obtenidos
bajo dicho sistema de riego, y sin la aplicación externa de nitrógeno inorgánico
en cantidades importantes.

La importancia de la respuesta productiva del suelo se ha observado también


en el cultivo de maíz, tal como muestra Maturano (2002), dado que, cuando en
un suelo con una cantidad importante de materia orgánica (2.9 %), y bajo riego
por goteo, al realizarse en este caso aplicaciones de sólo 90 kg/ha de nitrógeno
sintético, se obtuvo un alto rendimiento de grano (12.6 t/ha de grano) en el
campo; pero, cuando en ese estudio el riego se realizó por secano (el cual es
de menor eficiencia, similar al de gravedad), el rendimiento llegó sólo en el
mejor de los casos al 50 % del obtenido en el otro sistema de riego (por goteo)
bajo esa dosis de fertilización, incluso no llegó a alcanzar ese rendimiento aún
aplicándose dosis más altas de fertilización en otros casos.

En el estudio de maíz anterior, cabe indicar que se observó que cuando se


aplicaron dosis más altas de nitrógeno sintético (160 kg/ha) a las referidas
previamente (90 kg N/ha), se logró aumentar el rendimiento de grano sólo
hasta 12.7 t/ha en el sistema de riego por goteo. Ello entonces indicaría que en
ese caso cuando se aplicó la dosis de 90 kg/ha de nitrógeno (lo cual justifica un
incremento mínimo en el cultivo de 3 t/ha de grano, respecto a la otra dosis), ya
se estuvo o se estaría llegando en ese caso al rendimiento potencialmente
producible bajo ese medio, dado que con la cantidad aportada en el otro caso
(160 kg N/ha), no se observó el incremento esperado con esa dosis en el
campo, e incluso, el incremento del rendimiento bajo esa dosis fue visiblemente
decreciente (es decir, aumentó muy por debajo de los aumentos anteriormente
registrados), con lo que se cercioraría por tanto el posible alcance de la
productividad máxima en ese caso en el sistema o medio ambiente productivo,
y además, se vería la importancia de la respuesta de todo ese sistema en el
establecimiento de la máxima productividad obtenida bajo ese medio.

Por lo tanto, según se ha visto, cuando se realiza un mejor manejo o control del
sistema de riego, la dinámica y el potencial natural (o máximo) del campo se

115
desarrollaría con mayor probabilidad bajo ese medio, y por lo tanto, en dicho
caso también podría haber menor necesidad o dependencia de la fertilización
en el campo, según se ha observado ello en las experiencias obtenidas en la
literatura mencionada, y además, según también se estaría observando en los
resultados del rendimiento de cada sistema de riego establecido en este
estudio.

Asimismo, es por ese manejo del riego o de la humedad en el campo, que en el


caso de la aplicación de abonos orgánicos (que es un insumo que impacta en
la dinámica natural o propia del suelo producida en un momento dado), se
observaría en gran medida las respuestas disímiles o diferentes obtenidas en
este estudio cuando se establecieron cada uno de los tratamientos (con estos
insumos) en los sistemas de riego.

Entonces, tal como se ha ido indicando en este tema, el riego lo que haría sería
viabilizar y estimular la dinámica del sistema productivo (y con ello, estimular
también la fertilización natural o la dinámica natural propia del suelo), y este
“fenómeno” o mecanismo, junto a su interacción con los insumos establecidos
en este estudio, serían los aspectos que habrían o estarían determinando de
manera importante según se ha analizado la productividad final obtenida en
cada uno de los tratamientos establecidos en cada uno de los sistemas de
riego analizados en esta investigación.

Por lo tanto, es por la argumentación expuesta y detallada anteriormente, que


se cree factible inferir que el modo de uso del sistema de riego en el estudio
debió ser muy importante en los resultados obtenidos en el mismo, debido al
impacto que pudo tener este en la dinámica y en la eficiencia productiva del
sistema agronómico establecido en cada uno de los sistemas de riego
propuestos en la presente investigación.

116
6.5.4 La humedad del suelo y la dinámica del carbono y del nitrógeno en
el campo

Los suelos orgánicos son considerados de un alto potencial productivo,


asimismo, de una capacidad de mineralización de nitrógeno muy alta, donde
por ende además la respuesta de los fertilizantes sintéticos nitrogenados es
nula o reducida en dichos casos (Mengel y Kirby, 2000). La característica
principal de los suelos orgánicos, es la de poseer una alta reserva de carbono
en su medio, y asimismo, se observa que en estos suelos se tiene una alta
reserva de nitrógeno en el perfil (visto ello en detalle en el estudio de Liang et
al., 2012), concordando esta observación con lo referido inicialmente en este
caso.

Respecto a este tema, en los estudios se observa normalmente que mientras


más carbono se introduce o se aplica en el suelo, se observa más nitrógeno en
el medio. Es así como en los estudios llevados a cabo con aplicaciones de
abonos orgánicos y sintéticos, se observa por ejemplo que a pesar de aplicarse
mayores cantidades de nutrientes con los fertilizantes sintéticos (y que los
rendimientos y la extracción de nitrógeno con ambas tecnologías fue similar
estadísticamente en la mayoría de los casos), la acumulación o
almacenamiento de nitrógeno en los suelos con manejo orgánico fue siempre
mayor que en los suelos con aporte de fertilizantes sintéticos, tal como se
observa ello (en detalle) en el estudio de Herencia et al. (2007).

Asimismo, cuando se aplican técnicas de conservación en el suelo, como la


labranza mínima, o “cero” (las cuales tienden a conservar y/o aumentar el
carbono en el medio edáfico, FAO, 2002); se observa por ejemplo que, cuando
en los estudios se realiza siembra directa o “labranza cero”, al igual que
aumenta la cantidad de carbono en el perfil del suelo, aumenta también en
esos casos la cantidad de nitrógeno almacenado, siendo esas cantidades
almacenadas mayores a las observadas en los suelos con labranza
convencional, tal como muestra en su estudio Halpern et al. (2010) en este
caso. Se debe tener en cuenta además que en ese estudio (último
mencionado), se realizó una aplicación de igual cantidad de fertilizantes

117
sintéticos en ambos sistemas de labranza, y asimismo, se registró un
rendimiento (de grano de maíz en dicho caso) similar en los suelos con
“labranza cero” y con labranza convencional (o sin diferencias estadísticas).
Ello indica entonces que la reposición y extracción de nitrógeno fue
posiblemente semejante en ambos casos (o tipos) de labranza, pero ello al final
tal como se ha indicado, no se relacionaría con los nutrientes producidos o
establecidos bajo cada uno de esos medios o sistemas de cultivo.

Por otro lado, respecto a la dinámica del carbono en el sistema productivo y la


acumulación de nitrógeno en el suelo, se indica en la literatura que mientras se
incrementa la provisión de carbono atmosférico en el sistema productivo, se
produce una mayor fijación de nitrógeno atmosférico en este (Van Groenigen et
al., 2006, cabiéndose indicar que en esos ambientes no debe presentarse una
limitación de otros nutrientes, según se menciona). Entonces, de ello se infiere
que el carbono atmosférico podría permitir la introducción de nitrógeno en el
sistema productivo, y además, que ello podría posiblemente adquirir relevancia
en la práctica o producción en campo en la agricultura.

Es así como Menge et al. (2008) indican que en un ecosistema en equilibrio,


solo hay deficiencias de nitrógeno cuando se excede la capacidad de fijación
de nitrógeno de este ecosistema. En realidad, la fijación de nitrógeno en el
suelo y en los cultivos justificaría muchos resultados obtenidos en los estudios;
por ejemplo, justificaría o argumentaría los rendimientos obtenidos sin la
aplicación de fertilizantes en el maíz, tal como se observa en los estudios
realizados en la UNALM (Villareal, 2006; Pampa, 2004); y también, los
incrementos del rendimiento obtenidos en el campo con la aplicación de
abonos orgánicos (en la mayor parte de los casos), e igualmente incluso, en
más de un caso probablemente, los resultados obtenidos con las aplicaciones
de fertilizantes sintéticos.

Entonces, se puede inferir de lo anterior que para que no se necesite nitrógeno,


o para que el nitrógeno pueda estar disponible en un sistema productivo sin su
provisión externa o sintética, este en gran medida tendría que entrar en dicho
sistema necesariamente fijado del medioambiente (aire), y ello, se daría por
una buena provisión de energía en el sistema, lo cual sería proporcionado en

118
gran parte por el carbono. Y a su vez, sería el agua o la humedad del suelo, la
que permitiría o proveería de las condiciones necesarias para que esta
dinámica se dé de forma satisfactoria y natural (o digamos, “espontánea”) en
cualquier sistema productivo.

Por lo tanto, la relación entre los componentes mencionados anteriormente


(carbono y nitrógeno), sería entonces de suma importancia en este tema. Y ello
se observaría por ejemplo, cuando en el estudio de Dobermann et al. (2005) se
aumenta el nivel de carbono en el suelo con el uso de sólo aplicaciones de
nitrógeno sintético (es decir, sin el aporte directo de abonos orgánicos, o la
introducción de estos al sistema), donde se observa por tanto que el manejo de
ambos nutrientes habría sido o sería de mayor importancia en este caso, o
asimismo, que la relación entre ambos nutrientes en el suelo sería más
relevante en el manejo satisfactorio de las reservas de estos nutrientes en el
perfil del suelo, siendo esta en ocasiones, más importante incluso que la
introducción (o la cantidad introducida) de estos nutrientes en el sistema
productivo.

De esta manera, se menciona además en la literatura científica, por ejemplo,


que en caña de azúcar (Boddey et al., 1991, mencionado por Kraiser et al.,
2011), con sólo la implementación de buenas condiciones de riego y una
adecuada provisión de los demás nutrientes esenciales en el suelo, la
aplicación de nitrógeno sintético externo al cultivo resultaría ser innecesaria en
esos casos; siendo dicha respuesta observada en ese cultivo referida
igualmente por otros autores (Mengel y Kirby, 2000, por ejemplo). Se debe
tener en cuenta asimismo que en esa planta se conoce desde hace más de 3
décadas una importante cantidad de organismos fijadores de nitrógeno
asociados a esta planta (Fischer et al., 2012).

Quizás en ocasiones indicar que se puede “fertilizar” con nitrógeno en un


campo con solo introducir carbono y los demás nutrientes (y además con un
buen manejo del agua de riego), se creería hasta cierto punto improbable, o
quizá no prudente. Pero asimismo, no tomar en cuenta las condiciones y la
dinámica del medio surgidos en cada campo de cultivo, sería también hasta
cierto punto no prudente o no adecuado por las razones que se han ido

119
observando e indicando en la presente discusión del estudio. Es entonces
cuando como mínimo, ambos casos o planteamientos se deberían de encontrar
o “equilibrarse” para obtener el máximo provecho del potencial productivo del
medio en el cual se establecen los cultivos, teniendo en cuenta que en uno y
otro caso en la literatura se han dado resultados satisfactorios en la provisión
de nutrientes nitrogenados en los cultivos, lo que aporta a que se determine en
la realidad la conveniencia de la utilización de uno y otro caso referido en el
planeamiento del manejo productivo en el campo, ello de acuerdo a las
posibilidades establecidas en cada uno de los medios propuestos como medios
de producción .

Así entonces, de acuerdo a lo expuesto en este tema, se infiere que indicar que
una adecuada provisión de carbono al sistema productivo, y un adecuado
desempeño de este sistema (proporcionado en forma importante por una
correcta provisión de humedad en el medio), podría permitir que el nitrógeno
sea proveído a las plantas de forma satisfactoria para la producción comercial
de cultivos bajo dicho medio. Ello dependería asimismo del manejo del cultivo y
de la respuesta del medio en el cual se establecen dichas dinámicas
productivas, las cuales se dan de modo natural en cada uno de los medios
edáficos utilizados en la agricultura.

6.6 Otros Aspectos del estudio de relevancia en el mismo

6.6.1 La Compactación del Suelo

La compactación del suelo influye severamente en el desarrollo radicular del


cultivo de maíz (Wolkowsky y Lowery, 2008). En el campo en estudio, se cree
que se observó una compactación en el suelo por maquinaria agrícola, ello
debido a que según se percibió en el propio campo, la resistencia a la
penetración del suelo (o la compactación) fue mayor en los bordes que en el
centro del mismo. Ello se corroboró puesto a que al introducir las varas que
delimitaban e identificaban cada unidad experimental, se verificó que estas

120
penetraban con mayor facilidad y profundidad en la parte central del campo, y
con menor facilidad y profundidad en los bordes del mismo, siendo esta una
característica que se observó de igual forma en todo el campo en evaluación.

Asimismo, ello también concuerda con la información proporcionada por el


INIA, dado que esta Institución indica que hasta ese momento no se había
subsolado el campo desde hace más de 4 años consecutivos, pero este de
igual forma, siempre había recibido labranza convencional (mecanizada por
intermedio de un tractor) en todo ese tiempo.

La compactación entonces fue una característica del suelo que posiblemente


habría influido en todo el campo en estudio, lo cual se verá dicho hecho más
detalladamente a continuación.

Se podría indicar primeramente por un lado, que al analizar cada tratamiento y


sus variaciones (e interacciones) en el campo, probablemente la compactación
habría tenido relevancia o influencia sobre el patrón que siguieron las plantas
en cada tratamiento del estudio.

Respecto a esa primera afirmación, se corroboraría que en realidad ello no


habría sido de tal forma o no habría sucedido lo que se indica en ese caso en
el campo, dado que al analizar los resultados obtenidos en las zonas con
mayor presencia de esta característica en el campo (o en los extremos o
bordes del mismo), se observó por ejemplo que en el tratamiento sin aplicación
de abonos (T1), establecido este en el borde del campo en el sistema de riego
en surcos simples, se obtuvo un rendimiento de grano mayor que en el
tratamiento con la mayor dosis de urea y de compost (T9), estando este último
también en la misma zona del campo (o estando este establecido en el mismo
borde del campo en ese sistema de riego), lo cual coincide con los resultados
del rendimiento obtenido en el promedio de ese sistema de riego y en el
promedio general del estudio (Cuadro 6). Por otro lado, en el caso del sistema
de riego en surcos pareados, los tratamientos con las aplicaciones de 10 t/ha,
los cuales se establecieron todos en la zona próxima a la pista del campo (o en
el borde del mismo), las unidades experimentales que obtuvieron el mayor
rendimiento fueron en ese caso las que se aplicaron 120 kg/ha de nitrógeno
(T8), y las de menor rendimiento fueron las que no se realizaron aplicaciones

121
de nitrógeno sintético (0 kg/ha de nitrógeno, T7), lo cual coincide también con
los resultados obtenidos en estos tratamientos en el promedio de ese sistema
de riego y en el promedio general del estudio. Esto indicaría entonces que en el
estudio hubo o se presentó una coincidencia o una consecuencia (o
“conservación”) de los datos obtenidos en los tratamientos en todo el campo en
estudio.

Aparte, lo que sí sería probablemente de relevancia indicar en el estudio


respecto a las subparcelas establecidas en las zonas con compactación, es
que en estas se habrían obtenido menores valores en las variables vegetativas
y productivas en el cultivo, ello respecto a sus repeticiones mejor ubicadas en
el campo (es decir, las ubicadas en zonas de menor compactación o más al
centro del mismo), alterando probablemente su respuesta en algunos casos
considerando este aspecto (dado que sí se dieron ocasiones en los resultados
del estudio que estos no coincidieron con el promedio general por ejemplo).
Pero, como los datos obtenidos en estas subparcelas (con compactación)
fueron de un bajo valor en el estudio, su relevancia o influencia en el promedio
por sistemas y en el promedio general del estudio, probablemente debió ser de
igual forma de menor relevancia a comparación de los casos en que las
subparcelas sí se ubicaron mejor en el campo respecto a la compactación.

Por último, considerando en este tema el posible impacto de la compactación


en la disminución de los rendimientos obtenidos (al final) en el estudio, o en el
rendimiento potencial o que posiblemente se debió conseguir en el cultivo (que
como es conocido, su rendimiento potencial referido es de 12 t/ha de grano,
Capítulo 4.2); se debe considerar en ello que primeramente, el rendimiento
promedio obtenido en todo el campo (8.7 t/ha, Cuadro 6) probablemente sea el
adecuado para este estudio, dado que hay distintos tratamientos establecidos
(o distintas formas de manejo) en todo el campo evaluado (9 tratamientos en
cada mitad del campo evaluado, siendo estos la resultante de una combinación
de distintas dosis de fertilizantes). Por otro lado, también debe considerarse
que los menores rendimientos en el promedio general del estudio y en los
sistemas de riego fueron de 7.86 t/ha y 7.18 t/ha, siendo estos cercanos o
similares al obtenido por el tratamiento testigo (0 kg Nitrógeno/ha) en el estudio
de Villareal (2006) en la UNALM (realizado en maíz amarillo duro); y aparte, los

122
mayores rendimientos obtenidos en este estudio (10.61 y 10.64 t/ha, T4 y T3
respectivamente), se asemejan a los mayores rendimientos obtenidos en los
estudios realizados en la UNALM (Villareal, 2006; Pampa, 2004), donde en
esos casos se aplicó también la misma dosis alta de nitrógeno (240 kg/ha)
utilizada en este estudio, siendo la diferencia entre los máximos rendimientos
obtenidos entre estos casos de 1 t/ha de grano en promedio.

Se concluye finalmente en este tema respecto a lo analizado y detallado en el


mismo, que de lo expuesto anteriormente, se puede inferir que a pesar del
posible impacto de la compactación que se habría observado en el potencial de
producción del campo en estudio, la producción y las tendencias observadas
en cada uno de los tratamientos del mismo se habrían de haber manifestado de
la forma indicada en los resultados y demás datos del estudio, según se ha
expuesto al respecto en esta parte de la discusión, lo cual, aparte de dicho
impacto referido en estos mismos, habría indicado también las manifestaciones
o respuestas propias de estos tratamientos en los distintos medios edáficos
acaecidos en el campo en estudio.

6.6.2 La Radiación Interceptada

Respecto a la radiación interceptada por el cultivo, Maturano (2002) menciona


que las mayores pérdidas en el número de granos por espiga ocurren en las
plantas sombreadas en el periodo de acumulación de granos, ello según se
explica, debido a que la producción en la mazorca depende de forma
importante de la radiación incidente disponible sobre la planta después de la
floración.

En el caso del sistema en surcos simples, a pesar de no haberse medido el


nivel de radiación fotosintéticamente activa (o PAR) en las canopias del cultivo,
se puede indicar al respecto que posiblemente se estaría dando un nivel de
sombreamiento mayor o igual (en todo caso) que en el sistema en surcos
pareados. Ello se indica, debido a que primeramente, la canopia producida a
partir del estado fenológico R1 en el sistema en surcos simples obtuvo un

123
porcentaje de cobertura importante de la superficie del suelo (incluso antes de
esa etapa fenológica), y además la altura de planta en ese sistema fue mayor
que en el sistema en surcos pareados (la diferencia en el promedio de la altura
de mazorca fue de 8 cm entre el sistema de riego en surcos pareados y
simples – datos no mostrados -, y la diferencia en la altura de planta entre
ambos sistemas de riego fue de 17 cm, según se puede deducir ello del Cuadro
10, lo cual entonces indicaría un posible mayor sombreamiento en las hojas en
el sistema en surcos simples), lo que debió incrementar aún más el
sombreamiento debajo del límite superior de las canopias en ese caso (según
se observa igualmente la influencia de la altura de planta en esta característica
del cultivo en la vid, por ejemplo, tal como se indica en Baeza, 1994). Lo
indicado previamente en el cultivo en estudio se podría observar hasta cierto
punto en las fotos tomadas a lo largo del desarrollo del mismo (anexo 18).

Lo indicado anteriormente se podría considerar, incluso, que se pudo haber


obtenido de forma similar entre ambos sistemas de riego. En todo caso, ello
indicaría de igual forma que no sería relevante dicho aspecto en los resultados
obtenidos en el estudio igualmente.

Por otro lado, considerando otros aspectos de este tema en el estudio, en los
surcos pareados, aparentemente el mayor distanciamiento entre los surcos no
apareados podría indicar o suponer una mejoría en la iluminación de la
canopia, y por ende una mayor interceptación solar del cultivo en dicho caso.
Pero, basándose en los resultados de las variables vegetativas y reproductivas
evaluadas durante y al final del desarrollo del cultivo, se puede inferir que
dichas ventajas ofrecidas no habrían obtenido mayor incidencia o relevancia en
los resultados observados en el estudio, debido a que este sistema de riego
obtuvo el menor desempeño productivo y vegetativo en la mayoría de variables
evaluadas en el mismo.

Por lo tanto, concluyendo conforme a lo discutido en este tema, se inferiría que


la radiación interceptada en cada sistema de riego, o bien tuvo cierto nivel de
semejanza entre los sistemas, o no tuvo probablemente mayor relevancia o
impacto en el cultivo a lo largo de su desarrollo en el estudio.

124
6.6.3 Porcentaje de Desgrane

Este parámetro no se determinó para los tratamientos establecidos en el


estudio, asumiéndose para todos los casos un porcentaje de desgrane de 80%.
Por lo tanto, cabría discutirse al respecto si ello pudo haber influenciado o no
en los resultados obtenidos en el estudio (a ello, cabe indicar que a un mayor
porcentaje de desgrane, le corresponde una mayor producción de semilla en la
mazorca, y por tanto, en la misma planta).

En la tesis de caracterización morfológica de maíz de Ruiz (2011), los mayores


porcentajes de desgrane en las mazorcas se obtuvieron generalmente en los
maíces que poseyeron los mayores pesos de semilla en la mazorca,
disminuyendo dicha variable o parámetro en la mayoría de casos contrarios a
este.

En el presente estudio, los pesos de semilla más altos se obtuvieron en los


tratamientos sin aplicaciones de compost (T1, T2 y T3) y en el aplicado con
sólo 5 t/ha de compost (T4), los cuales según el autor anteriormente citado,
serían los que tenderían a presentar un mayor porcentaje de desgrane,
pudiéndose indicar entonces que si se asume un porcentaje homogéneo en
todos los tratamientos, se desfavorecería a los que pudieron obtener un mayor
porcentaje de desgrane (es decir, a los tratamientos antes mencionados), y se
favorecería a los demás casos, con lo que se podría alterar al final el
rendimiento obtenido en el estudio.

Por otro lado, también se podría indicar que posiblemente podría haber
también injerencia de esta característica de la mazorca en el rendimiento total
de grano, dado que por un lado según indican López et al. (2000), en su
estudio observaron variaciones del porcentaje de desgrane obtenidos en
distintas épocas de siembra (a los cuales les correspondió distintas láminas de
lluvia o distintos volúmenes de agua de riego), ello en un hibrido de maíz,
siendo estas variaciones de 85, 87 y 88 %, donde resultaron estadísticamente
significativas las diferencias obtenidas entre 88 y 85 %, pero no las diferencias
entre 88 y 87 %; y donde asimismo, a los mayores porcentajes de desgrane les
correspondió los mayores rendimientos de grano en ese estudio. Al respecto,

125
cabe indicar que en este estudio, en los volúmenes de riego no hubo
variaciones entre tratamientos, pero quizás ello pudo presentarse posiblemente
entre sistemas de riego por las diferencias indicadas entre estos sistemas
(Capítulo 6.5.1), aunque cabe indicar también que la lámina o el volumen de
agua de riego aplicado fue similar en todos los casos, tal como se indica de
forma detallada en los cálculos respectivos realizados en la metodología del
estudio (Capítulo 4.6).

A lo ya indicado, se agrega además que Cantarero y Martínez (2002)


observaron que en un hibrido de maíz (con distintos tratamientos de abonos
orgánicos e inorgánicos), obtuvieron un mayor número y peso de semillas por
mazorca en los tratamientos con aplicaciones de abonos sintéticos a
comparación de los abonos orgánicos (aunque, se debe indicar que en su
caso, ello no fue determinante en el rendimiento, dado que en uno de los
tratamientos con sólo abonos orgánicos se obtuvo el mayor rendimiento de
grano en ese estudio).

Considerando lo indicado entonces hasta el momento en este tema, se indica


primeramente, que en realidad probablemente no estaría habiendo relevancia
en el estudio la forma como fue tomada esta variable, dado que al analizar
conjuntamente el peso de 1000 granos y el rendimiento en el mismo, se
encuentra que los tratamientos que obtuvieron los mayores pesos de grano
también obtuvieron los mayores rendimientos de grano, donde entonces no se
vería un efecto contraproducente o “reductor” en el rendimiento por haberse
reducido o afectado (en teoría) los porcentajes de grano en esos casos, ello al
menos en forma clara o relevante.

Asimismo, aunque las diferencias entre los tratamientos no fueron significativas


(según el análisis estadístico propuesto en el estudio); los valores obtenidos en
el rendimiento indican que se dieron (o si hubo probablemente) diferencias
apreciables entre los valores obtenidos entre los tratamientos, dado que por
ejemplo se observó una diferencia de 1.7 t/ha entre los tratamientos en el
promedio general del estudio, y además, se observó también una diferencia de
más de 3 t/ha entre los tratamientos establecidos en uno y otro sistema de
riego. Entonces, dichas diferencias indicarían también que probablemente el

126
porcentaje de desgrane pudo no haber mostrado suma relevancia en ese
aspecto en el estudio, debido a las diferencias en los valores obtenidos en el
campo en cada uno de los casos, las cuales, son relevantes en el cultivo de
maíz amarillo duro establecido en Costa Central peruana, según se ha
expuesto al respecto en la discusión anteriormente en el Capítulo 6.1.

Por lo tanto, aunque la verdadera magnitud del impacto o relevancia de esta


variable en el estudio no sería posible de manifestar de forma exacta y
fehaciente como se conoce, según lo tratado, sobre la importancia del
porcentaje de desgrane en los rendimientos obtenidos en los estudios, y lo
observado al respecto en esta misma investigación, se indicaría que dicho
aspecto probablemente no tendría una relevancia de consideración en la
tendencia del rendimiento de grano obtenido en la evaluación de este estudio.

6.6.4 La técnica de aplicación del fertilizante

Este aspecto del estudio cabe discutirse, dado que quizás pueda indicarse que
la mezcla física (más exactamente, la mezcla manual) que se realizó entre el
fertilizante orgánico y el inorgánico previo a la aplicación del primer
abonamiento (tal como se indica en el Capitulo 4.4.2), pudo haber
proporcionado posiblemente una mejora importante en la absorción de los
insumos inorgánicos en el campo en evaluación.

Sin embargo, según se observa ello en lo obtenido en cada caso del estudio,
se indicaría que probablemente este aspecto no se habría presentado u
observado, dado que por ejemplo, en el T1 (donde no se realizó la mezcla
previa de los insumos aportados al suelo, puesto que no se aportó enmienda
orgánica en ese caso), se observó que se obtuvo variaciones de consideración
en su respuesta productiva cuando se estableció en uno y otro sistema de
riego, dado que en el sistema de riego en surcos pareados este tratamiento
superó a todos los tratamientos que se aplicaron compost al suelo (a excepción
del T4, el de segundo mayor rendimiento en el estudio); en cambio, en el
sistema en surcos simples, el T1 sólo logró superar a los tratamientos de más
bajo rendimiento en el estudio (los que fueron aplicados con la dosis de 10 t/ha

127
de compost). Entonces, en este caso se estaría observando que esta técnica
de aplicación de la fertilización pudo no haber sido presentado, o no haber sido
relevante en los resultados obtenidos en el estudio, dado que en su ausencia,
se observaron comportamientos disímiles o distintos en cada sistema de riego
o medio (tal como se expone en este caso), no siendo justificables con esta
técnica de aplicación del fertilizante.

Por otro lado, en otro caso en el estudio, en los tratamientos que fueron la
resultante de la combinación de compost con urea (donde sí se realizó la
mezcla física de ambos insumos), se observó por ejemplo que en los casos de
las aplicaciones de la dosis baja de compost (5 t/ha), cuando se realizó la
combinación de esa dosis de compost con las dosis de urea (120 y 24 kg N/ha,
T5 y T6 respectivamente), en ambos casos no se superó el valor obtenido en
su tratamiento respectivo sin combinación con urea (o T4, con 0 kg N/ha), a
pesar de aplicarse más fertilizantes y realizarse previamente la mezcla física
con el abono orgánico en estos casos (bajo esa dosis de compost).

Estas situaciones que se dan y describen como ejemplo en este tema, al


contradecir o contraponerse a lo supuesto con la implementación de esta
técnica de aplicación de la fertilización, serían las que estarían indicando que
se podría considerar en gran medida que esta técnica de fertilización
(“premezclada”) no debería estar teniendo relevancia en los resultados
obtenidos en el cultivo, ello al menos en este estudio.

Es importante indicar además que la explicación anteriormente expuesta es a


su vez relevante también para considerar que en el estudio no debió haberse
dado la influencia de algún componente o insumo alterado o que es ajeno al
compost, el cual, podría haber alterado o beneficiado de igual (o alguna) forma
la productividad del cultivo en el campo. Ello debido a que se observa por
ejemplo, que en los tratamientos que fueron la resultante de la combinación de
5 t/ha de compost con las dosis de urea (120 y 240 kg N/ha, o T5 y T6
respectivamente), estos no superaron al rendimiento que se obtuvo en el
tratamiento con sólo la aplicación de compost en ese caso (T4, con 0 kg N/ha,
T4), ello en ninguno de los casos (según los promedios obtenidos al respecto,
Cuadro 6). Y por otro lado, la combinación (o no) de la dosis más alta de

128
compost (10 t/ha) con las dosis de urea, no superaron en ningún caso a la
aplicación (sola o) individual de la menor dosis de compost (o al T4, con 5 t/ha),
y en la mayoría de los casos, no superaron a las combinaciones de las
menores dosis de compost (5 t/ha) con las dosis de urea; y además, estas
dosis altas de compost (10 t/ha) fueron menores (mayormente) o semejantes a
los casos en los que no se aplicó dosis alguna de compost en el campo (T1, T2
y T3).

Por lo tanto, según los datos registrados en el estudio, no se estaría


observando un efecto claro de algún componente (extraño) en el compost que
posiblemente haya sumado o restado en la productividad del cultivo; dado que
los resultados en cada sistema de riego y en cada uno de los tratamientos
tuvieron variaciones que fueron posiblemente, según se ha discutido, más
dependientes de los insumos que se utilizaron en cada uno de los tratamientos,
o de la interacción de estos con su medio productivo respectivo (sistemas de
riego), siendo ello explicado y relacionado con las características de cada uno
de estos insumos, y con las condiciones edáficas que se habrían suscitado en
cada uno de los casos (siendo lo más relevante la dinámica o interacción
adquirida en cada uno de estos casos según se ha expuesto), tal como se ha
discutido detalladamente hasta el momento en el desarrollo de este Capitulo
del estudio.

6.7 Conclusiones de la Discusión

Según lo planteado inicialmente en el estudio, todos los tratamientos deberían


superar los rendimientos registrados en el tratamiento testigo (T1, sin ningún
aporte externo de nitrógeno). Pero en el estudio sin embargo se observó que
ello no fue así, contradiciéndose entonces lo lógicamente esperado, dado que
en los demás tratamientos sí se realizaron aportes de nitrógeno al sistema en
forma sintética u orgánica externamente.

Respecto a ello, en la respuesta obtenida en los sistemas de riego, se observó


por ejemplo que en los tratamientos que obtuvieron los más altos valores en el
rendimiento (T3 y T4), cuando estos se establecieron en uno de los sistemas

129
de riego (en surcos simples), se observó que se produjeron en el estudio las
ocasiones en las que se pudo llegar más cercanamente al rendimiento
potencial referido en el cultivo, con lo que se observaría que en esos casos se
estaría favoreciendo o se fue más eficiente en la provisión de nutrientes a la
planta, o probablemente, que el sistema productivo tuvo un desempeño
esperado u óptimo en esos casos. En cambio, cuando ambos tratamientos se
establecieron en el otro sistema de riego (en surcos pareados), estos
tratamientos sólo pudieron superar en pocas ocasiones las 8 t/ha (Cuadro 6),
por lo que se vería que contrariamente al otro sistema de riego, probablemente
en este caso no se habría favorecido, o se fue menos eficiente en la provisión
de nutrientes al cultivo; o, que en todo caso el sistema productivo tuvo un
desempeño menor o deficiente en el campo según lo referido anteriormente.
Esas mismas respuestas observadas en esos casos del estudio (T3 y T4), se
observaron también de forma similar en los demás tratamientos, dado que por
ejemplo, se obtuvo siempre mayores valores de rendimiento en el sistema de
riego en surcos simples que en el sistema en surcos pareados en todos los
casos establecidos en el estudio (según se observa en los resultados, Cuadro
6).

Independientemente de la afirmación o no de las diferencias entre tratamientos


(referido ello al análisis estadístico realizado en el estudio), en cada uno de los
casos debieron darse algunas dinámicas importantes (o alguna en si) en el
sistema productivo, dado que la sola consideración de los insumos
implementados en cada caso no aporta en gran medida en la explicación de los
resultados obtenidos en el estudio, tal como se ha ido analizando
detalladamente en la presente discusión. De ello se infiere que las variaciones
obtenidas en los tratamientos (en ambos sistemas de riego) se deberían de
haber dado por los mecanismos o fenómenos producidos en cada uno de estos
en sus respectivos medios, en lo cual, la dinámica productiva establecida al
final en cada uno de los sistemas de riego pudo ser fundamental para la
obtención de los resultados observados en cada uno de los tratamientos
evaluados en este estudio.

Lo anterior asimismo deja entrever que posiblemente en su mayoría los


tratamientos en el estudio si podrían asemejarse o ser (“potencialmente”)

130
similares, debido a que más de un tratamiento obtuvo rendimientos altos o
importantes de forma inesperada bajo ciertas condiciones en el estudio, y en
otros casos, en cambio, no se obtuvieron los valores que eran los esperados
para dichos tratamientos, los cuales debieron ser más altos, o de un alto valor
en el campo tal como previamente se ha expuesto al respecto a través del
desarrollo de esta discusión.

Entonces, en el estudio se observa que si en cada caso (o tratamiento) se


dieran las condiciones adecuadas (o no) para cada uno de ellos, estos
deberían presentar una mayor o menor respuesta productiva respectivamente
en cada caso en el campo de cultivo. Por lo tanto, podría presentarse por ello
cierto nivel de incertidumbre en las respuestas obtenidas en el campo de darse
las condiciones para cada uno de estos, y ello tal como se ha ido describiendo
anteriormente en el estudio, se pudo presentar en más de un caso en el
desarrollo de esta investigación.

Por lo tanto, hasta cierto punto, en el estudio se podrían dar los resultados
observados en la evaluación estadística del mismo, es decir, el resultado que
todos los tratamientos son similares (o que fertilizar o no en el campo sería lo
mismo), pudiendo ello ser factible debido a las causas que se suscitan o están
supeditadas a la respuesta y al desempeño de cada tratamiento en cada
sistema de riego en el campo en estudio.

A ello, queda como opción al lector interesado lo siguiente a proponerse a partir


de lo analizado en la discusión expuesta en este estudio:

Que, luego de lo expuesto en la discusión del estudio, se vería que el suelo


tendría el potencial de ser capaz de proveer de nutrientes a los seres vivos
eficientemente, realizándose ello con el mejoramiento de las condiciones y de
las dinámicas naturales propias del suelo y de las plantas.

Ello podría cambiar la idea de que la agricultura orgánica o ecológica es sólo


una filosofía en la producción de cultivos, sino que es de hecho una realidad
productiva que se estableció desde que las plantas se iniciaron como seres
vivos, convirtiéndose esta después en una realidad en la producción comercial
de cultivos, pudiendo ser esta forma de manejo tan eficaz en inducir procesos

131
altamente productivos en el suelo de igual forma a los producidos con el uso de
los fertilizantes sintéticos, siendo capaz por consiguiente de proveer de
alimentos a la población y más aún en forma sostenible.

En este caso se agregaría un concepto de manejo del cultivo sostenible, dado


que la agricultura viene a ser sostenible sólo con el manejo racional del sistema
natural del suelo, y ello se logra produciendo de forma tal que el carbono no se
reduzca o desaparezca del perfil del suelo, en cuyo caso contrario, ningún
sistema productivo natural podría ser sostenible en el tiempo, con el resultado
final de un posible desabastecimiento gradual o sostenido de los alimentos en
un futuro próximo.

132
VII. CONCLUSIONES

Se tiene las siguientes conclusiones bajo las condiciones en donde se


desarrolló el experimento:

 Se encontró diferencias estadísticas significativas entre los sistemas de


riego, el sistema de riego en surcos simples fue superior al sistema de
riego en surcos pareados, en diámetro del tallo, número de hojas totales,
peso de mazorca, peso de 1000 semillas y rendimiento en grano.

 No se encontró diferencias estadísticas en su fuente de variación para


Compost y Urea y sus interacciones y las interacciones con sistemas en
todas las variables estudiadas, a excepción de la variable días a
floración masculina donde fue estadísticamente altamente significativo
para compost y significativo para la interacción sistema por compost.

 Los mayores rendimientos se obtuvieron con surcos simples que con


surcos pareados, el mejor tratamiento fue la combinación urea con el
nivel de 240 y nivel 0 de compost con 9.6 t/ha pero estadísticamente no
difiere de las demás combinaciones.

133
VIII. RECOMENDACIONES

 Ver más en detalle los diversos factores que inciden en la producción


con abonos orgánicos, como la degradación de cada abono orgánico y
su relación con las condiciones edáficas en el campo, analizando las
condiciones establecidas en cada caso y su relación con lo obtenido en
tales estudios, para saber cómo se desempeña o “trabaja” cada uno de
los insumos orgánicos en cada tipo de manejo y de ambiente, para con
ello entender entonces la “fenología” o el desarrollo en el tiempo del
abono orgánico bajo esas condiciones edáficas en todo el ciclo
productivo, y así conocer por tanto cómo se debería trabajar con cada
uno de esos insumos bajo su respectivo medio o sistema productivo
dependiendo de cada situación.

 Tratar de aplicar en forma más continuada enmiendas orgánicas en el


campo, para manejar y/o tratar de conservar el carbono orgánico del
suelo (o de igual forma, la actividad microbiana establecida en ese
medio-ambiente), y con ello evitar o manejar el deterioro del desempeño
biológico en el campo.

 Tener en cuenta en mayor medida el análisis estadístico beta (o la


potencia de la prueba de hipótesis) en el análisis de los estudios en
agronomía, dado que dicho aspecto de la evaluación estadística
demostraría ser de suma importancia en la inferencia de los resultados
estadísticos obtenidos en los estudios, lo cual su omisión podría reducir
severamente la confiabilidad del análisis realizado en cada uno de estos
casos.

 Probar tratamientos (por ejemplo, similares al estudio) con otros


manejos y otros insumos más competitivos económicamente
(dependiendo del lugar a trabajar), y que puedan asemejarse a la

134
respuesta obtenida con el compost en este estudio, como el guano de
gallina, un abono verde u otro tipo de enmienda orgánica, probando
distintas dosis, diferentes modos de aplicación (fresco, compostado,
enterrado o en la superficie, etc.), y distintas combinaciones de estos
insumos en el campo.

 En caso de implementar algún tratamiento (o proyecto) con el uso de


insumos orgánicos en campos comerciales, se recomienda también
dependiendo del caso, crear un ciclo cerrado de producción en el que se
provea autónomamente de los insumos, ello para maniobrar o disminuir
los costos de producción (apoyándose en que todo costo es relativo), ya
que se cree según lo propuesto en el estudio que ello permitiría un
manejo económico y técnico-productivo del campo de forma adecuada y
sostenible al mediano y largo plazo, siendo dicho aspecto imprescindible
para la viabilidad de toda empresa, más aún la agrícola.

135
IX. RESUMEN

En el campo del Instituto de Investigación e Innovación Agraria (INIA, Lima


Perú) se investigó la respuesta del cultivo de maíz amarillo duro (Variedad
Experimental 5) a la fertilización nitrogenada de fuente sintética y orgánica bajo
sistema de riego presurizado con dos distanciamientos de surcos, uno
convencional (simples) y otro en surcos pareados. En cada distribución de
surcos de riego se implementó el diseño experimental de Parcelas Divididas en
Bloques al Azar, la parcela grande con 3 niveles de Compost (0, 5 y 10 t/ha) y
la parcela chica con 3 niveles de Urea (0, 120 y 240 kg/ha de N). Se evaluaron
componentes de las variables de rendimiento, precocidad, crecimiento
vegetativo, capacidad productiva y calidad de grano. El rendimiento máximo en
grano (10.64 t/ha) se logró con 240 Kg N/ha en surcos simples y el mínimo
(7.18 kg N/ha) con 5 t/ha de compost en combinación con 120 Kg N/ha;
asimismo, con 5 t/ha de compost se logró 10.61 t/ha de rendimiento. El ANVA
combinado de ambos sistemas de riego, arrojó diferencias significativas (95%)
en el rendimiento por efecto de cada sistema de riego, en la antesis con la
aplicación de compost e interacción de éste con sistema de riego, y Duncan
arrojó diferencias significativa (menor número de días) con 0 y 5 frente a 10
t/ha de compost, en el estigma hubo diferencias significativas en surcos
pareados con dosis de compost; igualmente, fue significativo el efecto de cada
sistema de riego en el diámetro de tallo, en el número total de hojas por planta
y en el peso de mazorca del ANVA combinado, y finalmente, el ANVA
combinado de la variable de calidad (peso de mil granos) también resultó
significativo por efecto de cada sistema de riego. Se considera que las
respuestas no significativas entre los tratamientos establecidos se deberían a
que el desempeño de los fertilizantes orgánicos y sintéticos, en el caso del
nitrógeno, estaría condicionado por la interacción con su medio ambiente; por
lo tanto, de los resultados se considera que el manejo del cultivo y su
interacción con las características inherentes del sistema productivo serían
aspectos que habrían influenciado en gran medida en las respuestas obtenidas
en los tratamientos y los sistemas de riego.

136
9.1 Abstract

In the field of Research and Innovation Institute (INIA, Lima Peru) investigated
the response of hard yellow maize (Variety Experimental 5) to nitrogen
fertilization and organic synthetic source under pressurized irrigation system
with two grooves distancing, a conventional (single) and another in paired rows.
In each irrigation furrows distribution was implemented in Divided plots with two
replications was implemented, with the main plot factor A amendments organic
fertilizers, with 3 levels (0, 5, 10 t / ha of compost), and the sub plot factor B
nitrogen sources synthetic with 3 levels (0, 120, 240 t / ha of N). Components
were evaluated performance variables, earliness, vegetative growth, production
capacity and grain quality. The maximum grain yield (10.64 t/ha) was obtained
with 240 kg N/ha in single rows and the minimum (7.18 kg N/ha) with 5 t/ha of
compost in combination with 120 kg N / ha; also with 5 t/ha of compost was
achieved 10.61 t/ha yield. The combined ANOVA both irrigation systems,
showed significant differences (95 %) in performance as a result of each
irrigation system, at anthesis with compost application and interaction of this
irrigation system , and Duncan showed significant differences (fewer days) with
0 and 5 vs. 10 t / ha of compost, on the stigma were no significant differences in
paired rows with compost dose, equally significant was the effect of each
irrigation system stem diameter in the total number of leaves per plant, and in
the ear weight of combined ANOVA, and finally, combined ANVA quality
variable (thousand kernel weight) effect was also significant for each irrigation
system. It is considered that the responses between treatments established in
the study are due to the performance of organic and synthetic fertilizers, and in
the case of nitrogen, would be significantly influenced by the interaction of these
with your production environment. Therefore, the results indicate that crop
management and its interaction with the inherent characteristics of the
production system, would be greatly influence the responses obtained in the
treatments and in irrigation systems established in the study.

137
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149
XI. ANEXOS

150
ANEXO 1 - ANALISIS DE VARIANCIA DEL ANALISIS COMBINADO DE LAS VARIABLES EVALUADAS EN EL ESTUDIO

CUADRADOS MEDIOS
NÚMERO
GRADOS ANTESIS ANTESIS ALTURA LONGITUD
DIAMETRO HOJAS DIAMETRO
FUENTE DE VARIACIÓN DE MASCULINA FEMENINA PLANTA MAZORCA
TALLO (mm) (No. hojas MAZORCA (mm)
LIBERTAD (Días) (Días) (metros) (mm)
/planta)
Diseño de los Sistemas de
1 4,0 0,1 0,3 36,20 * 5,92 * 650,3 16,0
riego (S)

Repetición/ S 2 6,1 3,2 0,1 1,0 0,6 33,8 2,3

Compost (C) 2 16,77 ** 16,1 0,0 0,5 0,1 358,6 3,7

SxC 2 7* 9,5 0,1 3,0 0,2 36,6 0,1


Error a 4 0,9 4,8 0,1 3,2 0,5 104,1 6,8
Urea (U) 2 10,1 1,0 0,0 1,3 0,3 76,0 0,8
UxS 2 0,3 3,4 0,0 0,9 0,3 26,3 1,0
UxC 4 5,1 6,3 0,0 1,5 0,6 132,6 1,7
UxCxS 4 1,2 1,6 0,0 0,5 0,4 51,4 1,8
Error b 12 3,6 6,9 0,1 2,2 0,3 582,1 1,9
Nota: * = Significativo al 0.05 de probabilidad; ** = Significativo al 0.01 de probabilidad

151
…… Continuación.

CUADRADOS MEDIOS
GRADOS DE MAZORCAS EN PLANTA RENDIMIENTO DE PESO MIL GRANOS
FUENTE DE VARIACIÓN PESO MAZORCA (gramos)
LIBERTAD (No. mazorcas/planta) GRANO (t/ha) (gramos)
Diseño de los Sistemas de 1
9662,45 ** 0,003 33,07 * 12267.5 *
riego (S)
Repetición/ S 2 24,53 0,003 0,045 622.78
Compost (C) 2 954,98 0,003 2,2 1613.14
SxC 2 83.67 0,007 0,89 605.1
Error a 4 392.91 0,003 1,7 1186.5
Urea (U) 2 275.63 0,017 0,15 33.3
UxS 2 48.32 0,006 0.099 200.49
UxC 4 325,35 0,006 1,1 134.96
UxCxS 4 86.78 0,004 0,04 434.33
Error b 12 264.18 0,007 0.92 758.999
Nota: * = Significativo al 0.05 de probabilidad; ** = Significativo al 0.01 de probabilidad

152
ANEXO 2 - ANALISIS DE VARIANCIA POR SISTEMAS DE RIEGO DE LAS VARIABLES EVALUADAS EN EL ESTUDIO

CUADRADOS MEDIOS

ANTESIS MASCULINA(Días) ANTESIS FEMENINA (Días) ACAME (No. plantas/unidad experimental) ALTURA DE PLANTA (metros) DIAMETRO DE TALLO (mm)
FUENTE DE SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO
GL SURCO PAREADO SURCO SIMPLE
VARIACIÓN PAREADO SIMPLE PAREADO SIMPLE PAREADO SIMPLE PAREADO SIMPLE
Bloques 1 2,72 * 9,39 0,89 5,56 2,00 2,72 0,16 ** 0,09 0,68 1,28

Compost (C) 2 17,05 ** 6,72 20,22 * 5,39 1,89 1,17 0,10 ** 0,06 1,05 2,43

Error(a) 2 0,06 1,72 0,89 8,72 0,67 0,39 0,0005 0,12 3,12 3,25

Urea (U) 2 6,89 3,56 3,39 1,06 4,06 0,50 0,02 0,0017 0,22 2,01

UC 4 2,06 4,22 0,89 5,56 2,22 0,17 0,03 0,01 1,08 0,93

Error(b) 6 4,11 3,11 4,06 9,83 6,61 0,17 0,02 0,02 1,44 2,92

Nota: * = Significativo al 0.05 de probabilidad; ** = Significativo al 0.01 de probabilidad. GL= Grados de Libertad

153
……. Continuación

CUADRADOS MEDIOS
DIAMETRO MAZORCA MAZORCAS EN PLANTA RENDIMIENTO DE GRANO PESO MIL GRANOS
PESO MAZORCA (gramos)
(mm) (No. mazorcas/planta) (t/ha) (gramos)

FUENTE DE SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO SURCO


GL PAREADO SIMPLE
VARIACIÓN PAREADO SIMPLE PAREADO SIMPLE PAREADO SIMPLE PAREADO SIMPLE

Bloques 1 4,50 0,06 23,54 25,51 0,0038 0,0013 0,09 0,0003 1144.19 101.37

Compost (C) 2 2,06 1,72 698,7 339,9 0,0037 0,0064 1,24 1,87 1145.88 1072.36

Error(a) 2 12,17 1,39 420,49 365,32 0,0014 0,0037 0,9 2,5 919.34 1453.67
Urea (U) 2 0,22 1,56 76,7 247,26 0,0037 0,0194 0,005 0,24 61.33 172.47
UC 4 0,47 3,06 183,56 228,56 0,0078 0,0019 0,4 0,77 260.16 309.13
Error(b) 6 2,28 1,44 375,47 104,2 0,0072 0,0078 0,43 0,98 438.96 915.8
Nota: * = Significativo al 0.05 de probabilidad; ** = Significativo al 0.01 de probabilidad. GL= Grados de Libertad

154
ANEXO 3 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE DIAS A LA FLORACION MASCULINA Y FEMENINA

RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS


RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
FACTORES COMPOST Y UREA PARA DIAS A LA FLORACION
FACTORES COMPOST Y UREA PARA DIAS A LA FLORACION
MASCULINA: SURCOS PAREADOS
FEMENINA: SURCOS PAREADOS
FACTOR NIVEL FACTOR
NIVEL
COMPOST UREA COMPOST UREA
1 118.1 A 118.8333 A 1 122.3333 B 123.333 A
2 117.3333 A 117.3333 A 2 124.0000 AB 124.167 A
3 119.6667 B 119.0000 A 3 126.0000 A 124.833 A
RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
FACTORES COMPOST Y UREA PARA DIAS A LA FLORACION FACTORES COMPOST Y UREA PARA DIAS A LA FLORACION
MASCULINA: SURCOS SIMPLES FEMENINA: SURCOS SIMPLES
1 118.6667 A 118.500 A 1 124.500 A 124.667 A
2 116.8333 A 118.500 A 2 123.167 A 123.833 A
3 118.6667 A 117.167 A 3 125.000 A 124.167 A
Nota: Las medias que no comparten la misma letra son diferentes significativamente.

155
ANEXO 4 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE ACAME DE RAIZ Y ALTURA DE PLANTA

RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS


RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
FACTORES COMPOST Y UREA PARA EL ACAME DE RAIZ:
FACTORES COMPOST Y UREA PARA LA ALTURA DE PLANTA:
SURCOS PAREADOS
SURCOS PAREADOS
FACTOR NIVEL FACTOR
NIVEL
COMPOST UREA COMPOST UREA
1 3.3333 A 1.333 A 1 2.50000 A 2.51667 A
2 0.6667 B 1.500 A 2 2.30000 B 2.41667 A
3 1.6667 AB 2.833 A 3 2.55000 A 2.41667 A
RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
FACTORES COMPOST Y UREA PARA EL ACAME DE RAIZ: FACTORES COMPOST Y UREA PARA LA ALTURA DE PLANTA:
SURCOS SIMPLES SURCOS SIMPLES
1 0.3333 A 0.3333 A 1 2.6833 A 2.63333 A
2 0.1667 A 0.3333 A 2 2.6667 A 2.60000 A
3 1.0000 A 0.8333 A 3 2.5000 A 2.61667 A
Nota: Las medias que no comparten la misma letra son diferentes significativamente.

156
ANEXO 5 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE DIAMETRO DE TALLO Y NÚMERO DE
HOJAS TOTALES POR PLANTA

RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS


RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
FACTORES COMPOST Y UREA PARA DIAMETRO DE TALLO:
FACTORES COMPOST Y UREA PARA NÚMERO DE HOJAS POR
SURCOS PAREADOS
PLANTA: SURCOS PAREADOS
FACTOR NIVEL FACTOR
NIVEL
COMPOST UREA COMPOST UREA
1 24.000 A 23.7000 A 1 16.1000 A 16.1833 A
2 23.433 A 24.0833 A 2 15.7167 A 15.6667 A
3 24.250 A 23.9000 A 3 15.6833 A 15.6500 A
RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
FACTORES COMPOST Y UREA PARA DIAMETRO DE TALLO:
FACTORES COMPOST Y UREA PARA NÚMERO DE HOJAS POR
SURCOS SIMPLES
PLANTA: SURCOS SIMPLES
1 26.233 A 25.4000 A 1 16.61667 A 16.6667 A
2 26.300 A 25.7667 A 2 16.63333 A 16.5500 A
3 25.167 A 26.5333 A 3 16.68333 A 16.7167 A
Nota: Las medias que no comparten la misma letra son diferentes significativamente.

157
ANEXO 6 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE LONGITUD Y DIAMETRO DE MAZORCA,
Y NUMERO DE MAZORCAS POR PLANTA

RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS


RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
FACTORES COMPOST Y UREA PARA LONGITUD DE MAZORCA:
FACTORES COMPOST Y UREA PARA DIAMETRO DE MAZORCA:
SURCOS PAREADOS
ANALISIS COMBINADO
FACTOR NIVEL FACTOR
NIVEL
COMPOST UREA COMPOST UREA
1 178.333 AB 177.500 A 1 49.333 A 49.000 A
2 168.333 B 176.167 A 2 48.583 A 48.667 A
3 182.333 A 175.333 A 3 48.250 A 48.500 A
RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
FACTORES COMPOST Y UREA PARA LONGITUD DE MAZORCA:
FACTORES COMPOST Y UREA PARA NÚMERO DE MAZORCAS
SURCOS SIMPLES
POR PLANTA: ANALISIS COMBINADO
1 186.000 A 188.333 A 1 1.02750 A 1.00417 B
2 180.667 A 185.667 A 2 1.05917 A 1.07417 A
3 187.833 A 180.500 A 3 1.04917 A 1.05750 AB
Nota: Las medias que no comparten la misma letra son diferentes significativamente.

158
ANEXO 7 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE PESO DE MAZORCA Y PESO DE MIL
GRANOS

RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS


RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
FACTORES COMPOST Y UREA PARA PESO DE MAZORCA:
FACTORES COMPOST Y UREA PARA PESO DE MIL GRANOS:
SURCOS PAREADOS
SURCOS PAREADOS
FACTOR NIVEL FACTOR
NIVEL
COMPOST UREA COMPOST UREA
1 160.75 A 150.448 A 1 427.20 A 414.66 A
2 145.77 A 151.965 A 2 400.73 A 408.30 A
3 147.13 A 151.242 A 3 407.08 A 412.04 A
RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS
FACTORES COMPOST Y UREA PARA PESO DE MAZORCA:
FACTORES COMPOST Y UREA PARA PESO DE MIL GRANOS:
SURCOS SIMPLES
SURCOS SIMPLES
1 194.37 A 185.96 A 1 461.50 A 449.53 A
2 195.59 A 188.31 A 2 450.86 A 454.66 A
3 177.09 A 192.78 A 3 433.40 A 441.57 A
Nota: Las medias que no comparten la misma letra son diferentes significativamente.

159
ANEXO 8 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LA VARIABLE DE RENDIMIENTO DE GRANO

RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS FACTORES


COMPOST Y UREA PARA RENDIMIENTO: SURCOS PAREADOS
FACTOR
NIVEL
COMPOST UREA
1 8.2950 A 7.7317 A
2 7.5067 A 7.7900 A
3 7.5033 A 7.7833 A
RESUMEN DE LA PRUEBA DE DUNCAN AL 5% DE LOS FACTORES COMPOST Y UREA PARA
RENDIMIENTO: SURCOS SIMPLES
1 9.9917 A 9.5350 A
2 10.0183 A 9.6450 A
3 9.0433 A 9.8733 A
Nota: Las medias que no comparten la misma letra son diferentes significativamente.

160
ANEXO 9 - DESCRIPCION DE LA PRUEBA DE HOMOGENEIDAD DE
VARIANZAS DE SNEDECOR - STEVENS

Según indica Calzada (1982), el proceso de Homogeneidad de Varianzas a


realizarse en el estudio, sería de la forma siguiente:
Realizado el análisis de varianza de cada experimento individual (o de cada
sistema de riego) en el estudio, la condición para efectuar el análisis
combinado es que exista Homogeneidad de Errores entre los experimentos a
evaluar, o entre cada sistema de riego en este caso.
Y asimismo, como se trataría de sólo dos repeticiones de un mismo
experimento (es decir, si se considera, tal como lo indica el jurado, a cada
sistema de riego como una repetición de un solo experimento), la prueba
respectiva a implementarse en ese caso sería la de Snedecor – Stevens. Esta
prueba, según se indica, es una aproximación de Chi- Cuadrado, y se realiza
por medio de las siguientes fórmulas:

∑𝑥𝑖 2 − (∑𝑥𝑡 )2 /(ℎ−1)


𝑆𝑐 2 =
(ℎ − 1)

𝑋𝑗 2
𝑆𝑡 2 = 2𝐺 [ ]
ℎ𝐺

𝑆𝑐 2 2
𝑋𝑡 2 = (ℎ − 1) [ ]
𝑆𝑡 2

161
Donde:

𝑆𝑐 2 = varianza calculada

𝑆𝑡 2 = varianza teórica

ℎ = número de experimentos repetidos

𝐺 = grados de libertad del error del experimento

𝑋𝑖 = suma de cuadrados de cada experimento

El valor calculado de 𝑋 2 (𝑥𝑐 2 ) debe compararse con los valores de la tabla de


distribución de 𝑋 2 para (ℎ − 1).

 Si el valor calculado de 𝑋 2 supera el valor de la tabla para 0.05, ello


indica que hay diferencias significativas, por lo cual se observaría que:

𝑥𝑐 2 > 𝑋2 [0.05; (ℎ − 1)]

,
,indicando ello que no hay homogeneidad de varianzas.

 Por otro lado, si el valor calculado de 𝑋 2 no supera el valor de la tabla


para 0.05, ello indica que hay suficiente homogeneidad como para
permitir realizar el análisis combinado, por lo cual se observaría que:

𝑥𝑐 2 < 𝑋2 [0.05; (ℎ − 1)],

,indicando ello que si hay homogeneidad de varianzas.

162
ANEXO 10 - RESULTADOS DE LA PRUEBA DE HOMOGENEIDAD DE SNEDECOR – STEVENS REALIZADO EN
LAS VARIABLES EVALUADAS EN ESTUDIO

Cuadrado Medio del Error


Repetición Repetición Suma de Suma Varianza Varianza Chi Diferencia
Variable Cuadrado GL HG X Tabular
1* 2* Cuadrados resultante Teórica Calculada Cuadrado Resultante
156506839,7 11046990 18411651,
PESO 1000 GRANOS 2634,27 12229,78 14864,04 6 12 46036932,88 3,84 2,50 1,34
6 6,8 15
DIAM. MAZORCA 48,94 30,28 3312,30 79,22 3138,0 6 12 523,01 174,22 3,84 0,33 3,51

LONG. MAZORCA 1390,00 1912,50 5589756,25 3302,50 5453253,1 6 12 908875,52 136503,13 3,84 0,15 3,69

HOJAS TOTALES 9,24 2,66 92,48 11,90 70,86 6 12 11,81 21,62 3,84 1,83 2,01

DIAM. DE TALLO 22,39 37,92 1939,21 60,31 1818,61 6 12 303,10 120,60 3,84 0,40 3,44

ALTURA PLANTA 0,61 0,59 0,71 1,19 0,71 6 12 0,12 0,00 3,84 0,00 3,84

ACAME 81,78 8,50 6759,85 90,28 4075,04 6 12 679,17 2684,82 3,84 3,95 -0,11

FLOR FEMENINA 83,78 117,11 20733,73 200,89 20178,1 6 12 3363,03 555,56 3,84 0,17 3,68

FLOR MASCULINA 83,61 68,94 11744,15 152,56 11636,6 6 12 1939,43 107,56 3,84 0,06 3,79

RENDIMIENTO 8,57 17,76 389,04 26,34 346,83 6 12 57,80 42,22 3,84 0,73 3,11

MAZORC POR PLANTA 0,10 0,11 0,02 0,21 0,02 6 12 0,00 0,00 3,84 0,05 3,79
42452937, 7075489,6
PESO MAZORCA 2893,79 6320,65 48324602,85 9214,44 6 12 5871665,23 3,84 0,83 3,01
6 0
Nota: No se cumple la Prueba de homogeneidad de Snedecor – Stevens en los casos que se obtiene una diferencia resultante negativa. La repetición (*) refiere a cada uno de
los Sistemas de Riego establecidos en el estudio. GL = Grados de Libertad. H es igual a número de tratamientos, por tanto, HG = (número de tratamientos) x (grados de
libertad) en ese caso.

163
ANEXO 11 - ANALISIS DE CARACTERIZACION DEL SUELO

EXPERIMENTO EN SISTEMA EN SURCOS PAREADOS

pH CE MO P K Arena Limo Arcilla CIC


Muestra
(1:1) (dS/m) (%) (ppm) (ppm) (%) (%) (%) (meq/l)

Suelo 7.47 3.04 1.16 12.2 374 54 28 18 11.52

Franco Arenoso

EXPERIMENTO EN SISTEMA EN SURCOS SIMPLES

pH CE MO P K Arena Limo Arcilla CIC


Muestra
(1:1) (dS/m) (%) (ppm) (ppm) (%) (%) (%) (meq/l)

Suelo 7.42 3.96 1.09 31.3 526 54 28 18 9.6

Franco Arenoso

Fuente: Laboratorio de Análisis de Suelos, Agua, Plantas y Fertilizantes –


UNALM.

ANEXO 12 - ANALISIS DE LA MATERIA ORGANICA

Hu-
CE N 𝑃2 𝑂5 𝐾2 O CaO MgO
Muestra pH MO (%) medad
(dS/m) (%) (%) (%) (%) (%)
(%)

Compost 7.66 7.85 28.25 1.26 2.74 1.26 4.69 1.68 47.82

Na Rela-
C (%)
(%) ción C/N

Compost 0.14 14.89 11.82

Fuente: Laboratorio de Análisis de Suelos, Agua, Plantas y Fertilizantes de la


UNALM

164
ANEXO 13 - GRÁFICOS DE ANÁLISIS DE DATOS – NUMERO DE
PLANTAS OBSERVADAS (LOGRADAS U OBTENIDAS) EN LA
COSECHA

84.00
82.00
Número de plantas por unidad

80.00
experimental (subparcela)

78.00
76.00
74.00
72.00
70.00
68.00
66.00
64.00
62.00
60.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamiento

ANEXO 14 - GRÁFICOS DE ANÁLISIS DE DATOS – NUMERO DE


MAZORCAS OBSERVADAS EN LA COSECHA

95.00
90.00
Número de mazorcas por unidad

85.00
experimental (subparcela)

80.00
75.00
70.00
65.00
60.00
55.00
50.00
45.00
40.00
35.00
30.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamiento

165
ANEXO 15 - GRÁFICOS DE ANÁLISIS DE DATOS – NÚMERO DE
HOJAS SOBRE LA MAZORCA OBSERVADO EN LA COSECHA

6.80
Número de hojas sobre la mazorca / planta

6.60

6.40

6.20

6.00

5.80

5.60

5.40

5.20

5.00
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tratamiento

166
ANEXO 16 - CONDICIONES METEOROLOGICAS OBSERVADAS EN
EL DESARROLLO DEL CULTIVO EN ESTUDIO

TEMPERATURA MEDIA MENSUAL (°C)


JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

TEMPERATURA MINIMA MEDIA MENSUAL (°C)


17.8 16.1 14.7 15.3 16.6 18.4 20.5

TEMPERATURA MAXIMA MEDIA MENSUAL (°C)


15.4 14.5 12.8 12.5 13.4 15.0 17.1

HUMEDAD RELATIVA MEDIA MENSUAL (%)


21.6 19.0 17.5 19.7 21.4 23.2 25.5

PRECIPITACION TOTAL MENSUAL (mm)


89.5 94.8 92.4 85.3 81.2 80.4 77.7

Fuente: Estación Meteorológica del SENHAMI, Perú, ubicado a 12° 03'01


latitud sur y 76° 55'18 longitud oeste.

167
ANEXO 17 - ANALISIS DEL AGUA DE RIEGO Y DEL NITRATO EN EL
SUELO

Análisis Especial en Agua


Nitratos (ppm)
Muestra Fecha de Análisis:
Fecha de Análisis: 04/06/2012
14/05/2012
Agua de
Riego
0.69 0.59
(Reservorio
del INIA)
Análisis de Nitratos en el suelo
Nitratos (ppm)
Muestra
T1 T3 T4
Suelo en
17.52 7.21 15.8
estudio (*)
Fuente: Laboratorio de Análisis de Suelos, Agua, Plantas y Fertilizantes de la
UNALM.
Nota: *, Extraído de las unidades experimentales correspondientes a los
tratamientos T1, T3 y T4 en el Sistema de riego en Surcos Simples, a 2 meses
de la cosecha de este estudio, correspondiendo a la campaña posterior al
mismo, donde se estableció un cultivo de maíz amarillo duro bajo siembra
directa sobre (exactamente) el mismo campo establecido para este estudio.

168
ANEXO 18 - FOTOS TOMADAS DURANTE EL DESARROLLO DEL
ESTUDIO

INSTALACIÓN DEL ESTUDIO: Vistas de las actividades realizadas desde la


demarcación del campo hasta el abonamiento (correspondientes de izquierda a
derecha, la siembra, el premezclado de los fertilizantes, y la aplicación del
abono en el campo).

PLANTAS EN V6: Fotos tomadas de las líneas de cultivo (o de siembra) de


cada Sistema de Riego, observándose los Surcos Pareados (izquierda) y los
Surcos Simples (derecha).

169
DESARROLLO VEGETATIVO HASTA LA COSECHA: Vistas en orden
cronológico del desarrollo del cultivo en estudio hasta la cosecha (de izquierda
a derecha, y de arriba hacia abajo).

DESARROLLO REPRODUCTIVO HASTA COSECHA POR SISTEMA DE


RIEGO: Vistas del desarrollo cronologico del cultivo bajo el Sistema de Riego
en Surcos Pareados.

170
DESARROLLO REPRODUCTIVO HASTA COSECHA POR SISTEMA DE
RIEGO: Vistas del desarrollo cronologico del cultivo bajo el Sistema de Riego
en Surcos Simples.

171
ANEXO 19 - CROQUIS O DISTRIBUCIÓN DE LOS TRATAMIENTOS EN EL CAMPO EN ESTUDIO

Campo de Frejol
Calle
SURCOS SIMPLES SURCOS PAREADOS
10 t/ha 0 t/ha 5 t/ha 0 t/ha 5 t/ha 10 t/ha
240 120 0 240 120 120 240 0 240 0 120 0 240 120 120 240 0
0 kg/
BLOQUE I kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/
ha
ha ha ha ha ha ha ha ha ha ha Ha ha ha ha ha ha ha
T9 T7 T8 T1 T3 T2 T5 T6 T4 T3 T1 T2 T4 T6 T5 T8 T9 T7
Código de
la
233 232 231 223 222 221 213 212 211 133 132 131 123 122 121 113 112 111
Campo de subparcela Trocha
(*)
Maíz Calle
Calle
(camino o
(Chala) 5 t/ha 10 t/ha 0 t/ha 5 t/ha 0 t/ha 10 t/ha pista)
240 120 0 120 240 120 0 240 0 240 120 240 120 0 240 0 120
0 kg/
BLOQUE II kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/ kg/
ha
ha ha ha ha ha ha ha ha ha ha Ha ha ha ha ha ha ha
T6 T4 T5 T7 T8 T9 T2 T1 T3 T4 T6 T5 T3 T2 T1 T9 T7 T8
Código de
la
263 262 261 253 252 251 243 242 241 163 162 161 153 152 151 143 142 141
subparcela
(*)
Calle
Experimento de Parcelas Demostrativas (Campo de Maíz amarillo duro)

Nota: La letra T acompañada de un número identifica un tratamiento en cada una de las unidades experimentales (subparcela)
establecidas en el campo. Asimismo, las parcelas indican las aplicaciones de compost (t/ha), y las subparcelas, indican las
aplicaciones de nitrogeno inorgánico (en forma de urea, en kg/ha). El signo (*), refiere a los códigos de ubicación de cada unidad
experimental (subparcela) en el campo en estudio (siendo estos referidos en el anexo 20 y 21).

172
ANEXO 20 - DATOS OBTENIDOS EN LA EVALUACION DE CADA EXPERIMENTO EN CAMPO – SISTEMA DE
RIEGO EN SURCOS PAREADOS
VARIABLES EVALUADAS EN EL SISTEMA DE RIEGO EN SURCOS PAREADOS
Peso de
Código de Peso de
No. de Longitud Diámetro Porcentaje la
la FACTOR A FACTOR Floración Floración Altura de Altura de Diámetro No. de mazorca
Tratamiento Bloque No. de Plantas Acame Hojas de de de Unidad
subparcela (Compost) B (Urea) masculina femenina Planta Mazorca del Tallo Mazorcas (14 %
Totales Mazorca mazorca humedad Exp. (14
* HD)
% HD)
Plantas/unid. Plantas/unid.
Niveles Niveles Días Días Metros Metros mm. mm. mm. gramos % Kg
experimental experimental
132 1 1 1 1 117 121 84 2 2,4 1,4 22,1 16,5 84 174 48 156,63 22,5 13,16
151 1 1 1 2 121 124 80 2 2,6 1,7 25,8 16,5 67 175 49 180,96 21,6 12,12
131 2 1 2 1 120 122 81 0 2,4 1,4 24,2 15,3 87 191 50 156,63 23,9 13,63
152 2 1 2 2 116 123 80 5 2,7 1,6 23,6 15,5 88 179 47 143,27 23,1 12,61
133 3 1 3 1 117 122 84 9 2,4 1,6 24 16,8 83 180 51 182,67 23,3 15,16
153 3 1 3 2 115 122 80 2 2,5 1,4 24,3 16 89 171 47 134,81 23 12,00
123 4 2 1 1 119 123 79 1 2,3 1,4 25,3 16,3 81 178 48 146,58 23,8 11,87
163 4 2 1 2 117 122 83 0 2,7 1,7 22,5 16,8 88 175 49 153,01 22,8 13,47
121 5 2 2 1 121 125 80 2 2,2 1,5 23,4 15,6 81 157 47 142,04 22,7 11,51
161 5 2 2 2 118 122 80 0 2,1 1,6 22,8 15,2 87 162 49 125,23 23,2 10,89
122 6 2 3 1 115 124 82 1 2,1 1,4 24,2 14,9 88 168 47 139,99 22,1 12,32
162 6 2 3 2 117 128 82 0 2,4 1,3 22,4 15,5 74 170 48 146,13 22,5 10,81
111 7 3 1 1 121 125 75 2 2,5 1,5 22,8 14,6 86 176 47 117,66 22,3 10,12
142 7 3 1 2 120 125 81 1 2,6 1,7 23,7 16,4 84 187 48 141,81 21,8 11,91
113 8 3 2 1 121 128 82 0 2,4 1,6 25,5 16,1 86 192 45 149,07 22,9 12,82
141 8 3 2 2 121 125 75 2 2,7 1,6 25 16,3 80 176 49 140,26 22,8 11,22
112 9 3 3 1 121 125 77 3 2,5 1,5 25,3 14,4 84 179 45 119,85 22 10,07
143 9 3 3 2 120 128 79 2 2,6 1,6 23,2 16,3 78 184 51 166,23 23,1 12,97
Nota: *, indica el código de campo establecido para cada unidad experimental, cuya ubicación en el campo se indica en el croquis respectivo (anexo 19)

173
….. Continuación.

VARIABLES EVALUADAS EN EL SISTEMA DE RIEGO EN SURCOS PAREADOS


Peso de
Código de
FACTOR FACTOR 1000
la No. Plantas Rendimiento
Tratamiento A B Bloque granos Fallas
subparcela mazorcas/planta perdidas de grano
(Compost) (Urea) (14 %
*
HD)
Plantas/unid.
Niveles Niveles gramos t/ha
Experimental
132 1 1 1 1 1,00 441,57 0 0 8,15
151 1 1 1 2 0,84 401,12 4 2 7,78
131 2 1 2 1 1,07 433,59 3 1,5 8,66
152 2 1 2 2 1,10 420,27 4 2 8,09
133 3 1 3 1 0,99 472,69 0 0 9,40
153 3 1 3 2 1,11 393,95 4 2 7,69
123 4 2 1 1 1,03 398,72 5 2,5 7,68
163 4 2 1 2 1,06 430,88 1 0,5 8,41
121 5 2 2 1 1,01 404,48 4 2 7,38
161 5 2 2 2 1,09 366,14 4 2 6,99
122 6 2 3 1 1,07 407,62 2 1 7,76
162 6 2 3 2 0,90 396,51 2 1 6,82
111 7 3 1 1 1,15 415,60 9 4,5 6,80
142 7 3 1 2 1,04 400,09 3 1,5 7,57
113 8 3 2 1 1,05 403,43 2 1 8,08
141 8 3 2 2 1,07 421,91 9 4,5 7,54
112 9 3 3 1 1,09 399,07 7 3,5 6,64
143 9 3 3 2 0,99 402,38 5 2,5 8,39
Nota: *, indica el código de campo establecido para cada unidad experimental, cuya ubicación en el campo se indica en el croquis
respectivo (anexo 19)

174
ANEXO 21 - DATOS OBTENIDOS EN LA EVALUACION DEL EXPERIMENTO EN CAMPO – SISTEMA DE RIEGO EN
SURCOS SIMPLES

VARIABLES EVALUADAS EN EL SISTEMA DE RIEGO EN SURCOS SIMPLES


Peso
Código de Peso de de la
FACTOR FACTOR Altura No. de Longitud Diámetro Porcentaje
la Floración Floración No. de Altura de Diámetro No. de mazorca Unidad
Tratamiento A B Bloque Acame de Hojas de de de
subparcela masculina femenina Plantas Planta del Tallo Mazorcas (14 % Exp.
(Compost) (Urea) Mazorca Totales Mazorca mazorca humedad
* HD) (14 %
HD)
Plantas/unid. Plantas/unid.
Niveles Niveles Días Días Metros Metros mm. mm. mm. gramos % Kg
experimental experimental
223 1 1 1 1 122 129 74 1 2,3 1,6 23,3 16 68 188 51 181,46 24,2 12,34
242 1 1 1 2 120 122 83 0 3 2,5 29,3 16,7 84 186 51 197,48 25,7 16,59
221 2 1 2 1 117 124 80 0 2,5 1,4 25,4 16,6 85 188 49 184,24 22,6 15,66
243 2 1 2 2 120 127 81 0 2,8 1,7 26,4 16,5 82 189 50 186,53 24,4 15,30
222 3 1 3 1 116 123 80 1 2,6 1,5 27,1 16,7 91 184 49 186,70 23,1 16,99
241 3 1 3 2 117 122 84 0 2,9 1,7 25,9 17,2 91 181 50 184,03 24,2 16,75
211 4 2 1 1 115 120 80 0 2,9 1,8 26,3 16,9 89 188 52 217,30 23 19,34
262 4 2 1 2 118 125 80 0 2,6 1,5 24,9 16,9 75 195 49 183,36 23,7 13,75
213 5 2 2 1 118 123 81 0 2,7 1,6 25,4 15,9 93 184 49 166,21 23,6 15,46
261 5 2 2 2 117 122 77 0 2,6 1,6 26 17,3 88 177 48 161,26 24,2 14,19
212 6 2 3 1 116 123 82 1 2,6 1,6 28,7 16,6 85 146 48 187,88 23,7 15,97
263 6 2 3 2 117 126 77 0 2,6 1,5 26,5 16,2 90 194 49 165,79 22,7 14,92
232 7 3 1 1 115 123 81 1 2,4 1,4 23,2 16,5 78 188 48 168,90 22,4 13,17
253 7 3 1 2 121 129 80 0 2,6 1,5 25,4 17 79 185 48 171,75 25,2 13,57
231 8 3 2 1 119 125 78 2 2,5 1,3 25,6 16,8 75 191 51 176,98 23,9 13,27
252 8 3 2 2 120 122 80 0 2,5 1,5 25,8 16,2 94 185 50 170,20 24,4 16,00
233 9 3 3 1 118 123 76 2 2,4 1,5 25,7 16,5 81 191 47 157,37 22,8 12,75
251 9 3 3 2 119 128 77 1 2,6 1,6 25,3 17,1 80 187 50 185,21 24,6 14,82
Nota: *, indica el código de campo establecido para cada unidad experimental, cuya ubicación en el campo se indica en el croquis respectivo (anexo 19)

175
….. Continuación

VARIABLES EVALUADAS EN EL SISTEMA DE RIEGO EN SURCOS SIMPLES


Peso de
Código de
FACTOR FACTOR 1000
la No. Plantas Rendimiento
Tratamiento A B Bloque granos Fallas
subparcela mazorcas/planta perdidas de grano
(Compost) (Urea) (14 %
*
HD)
Plantas/unid.
Niveles Niveles gramos t/ha
Experimental
223 1 1 1 1 0,92 431,88 10 5 8,37
242 1 1 1 2 1,01 470,85 1 0,5 10,37
221 2 1 2 1 1,06 495,00 4 2 10,04
243 2 1 2 2 1,01 448,33 3 1,5 9,72
222 3 1 3 1 1,14 447,09 4 2 10,90
241 3 1 3 2 1,08 458,33 0 0 10,38
211 4 2 1 1 1,11 492,44 4 2 12,40
262 4 2 1 2 0,94 408,12 4 2 8,82
213 5 2 2 1 1,15 470,84 3 1,5 9,83
261 5 2 2 2 1,14 467,14 7 3,5 9,35
212 6 2 3 1 1,04 434,73 2 1 10,07
263 6 2 3 2 1,17 449,42 7 3,5 9,83
232 7 3 1 1 0,96 424,09 3 1,5 8,38
253 7 3 1 2 0,99 452,28 4 2 8,70
231 8 3 2 1 0,96 415,90 6 3 8,67
252 8 3 2 2 1,18 430,74 4 2 10,26
233 9 3 3 1 1,07 403,95 8 4 8,48
251 9 3 3 2 1,04 473,44 7 3,5 9,77
Nota: *, indica el código de campo establecido para cada unidad experimental, cuya ubicación en el campo se indica en el croquis
respectivo (Anexo 19)

176
UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA
FACULTAD DE AGRONOMÍA

“RESPUESTA DE LA FERTILIZACIÓN NITROGENADA EN EL


CULTIVO DE MAÍZ AMARILLO DURO, BAJO RIEGO
PRESURIZADO EN SURCOS SIMPLES Y SURCOS PAREADOS “

Presentado por:
Raúl Juan Omar Sotomayor Álvarez

Tesis para Optar el Título de:


INGENIERO AGRÓNOMO

Lima - Perú
2014

177
UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA
FACULTAD DE AGRONOMÍA

“RESPUESTA DE LA FERTILIZACIÓN NITROGENADA EN EL CULTIVO DE


MAÍZ AMARILLO DURO, BAJO RIEGO PRESURIZADO EN SURCOS SIMPLES Y
SURCOS PAREADOS”

Presentado por:

Raúl Juan Omar Sotomayor Álvarez

Tesis para optar el Título de:

INGENIERO AGRÓNOMO

Sustentada y Aprobada ante el siguiente Jurado:

…………………………………………….. ……………………………………………..
Ing. Constantino Calderón Mendoza Ing. Julián Chura Chuquija
PRESIDENTE PATROCINADOR

…………………………………………….. ……………………………………………..
Ing. Ricardo Sevilla Panizo Ing. Raúl Blas Sevillano
MIEMBRO MIEMBRO

Lima – Perú
2014
178
A mis padres, Raúl y Enma,
por su entrega y confianza

A mis hermanos,
por su apoyo y comprensión

179
AGRADECIMIENTOS:

A los miembros del jurado Julián Chura, Ricardo Sevilla, Constantino


Calderón y Raúl Blas, por las recomendaciones y sugerencias hechas en la
presentación del trabajo.

Al Programa Cooperativo de Investigación en Maíz (PCIM) – UNALM, en


especial al Ing. Julián Chura y a los trabajadores de dicha Institución por su
apoyo en el trabajo en campo y laboratorio de esta investigación

Al Instituto Nacional de Innovación Agraria – Sede Central La Molina, en


especial a los trabajadores de dicha institución por su apoyo en el trabajo en
campo de esta investigación

Un especial agradecimiento al Ing. Ricardo Sevilla, por ser un activo


partícipe en la planificación y en el trabajo en campo de la Investigación, el cual
directamente precisó además las dosis aplicadas de insumos establecidas en
el estudio, siendo ello de suma relevancia para el mismo.

Asimismo, se agradece en forma especial al Ing. Constantino Calderón


por sus consejos y apoyo constante en la elaboración y culminación del trabajo
en cuestión, del cual su proceder e integridad demostrada en el mismo quedará
siempre en la consideración del autor de esta investigación.

Una especial mención al Sr. Don César Ambrosio, trabajador de campo


del INIA, el cual su esmerada y muy dedicada labor en esta investigación y en
dicha Institución cabe resaltar y recordar siempre, lo cual no fue superado de
igual forma por sus consejos y trato ejemplar dados a cada uno de nosotros.
Espero que se encuentre muy bien Don César, este donde Ud. este.

Y a todas las personas que de una u otra manera participaron en la


presente investigación

180
INDICE GENERAL

Contenido
I. INTRODUCCION .......................................................................................................................... 1

II. OBJETIVOS ................................................................................................................................. 2

III. REVISION BIBLIOGRAFICA......................................................................................................... 3

3.1 La Extracción de Nitrógeno en el maíz ................................................................................ 3

3.2 Fertilización Nitrogenada en el Maíz................................................................................... 4

3.3 El Compost y la Fertilización Nitrogenada en el Maíz ......................................................... 5

3.4 La Fertilización y la Dinámica del Suelo............................................................................... 6

3.5 Antecedentes de las tecnologías propuestas en el estudio ................................................ 9

3.6 Situación actual e importancia del Maíz amarillo duro en el Perú ................................... 10

IV. MATERIALES Y METODOS ...................................................................................................... 12

4.1 UBICACIÓN DEL CAMPO EXPERIMENTAL .......................................................................... 12

4.2 DESCRIPCION DEL CULTIVO ............................................................................................... 13

4.3 DATOS METEOROLOGICOS................................................................................................ 14

4.4 TRATAMIENTOS RESULTANTES: ........................................................................................ 15

4.4.1 EXPERIMENTOS ESTABLECIDOS EN EL ESTUDIO: ....................................................... 15

4.4.2 ESTABLECIMIENTO DE LOS FACTORES EN CADA EXPERIMENTO: .............................. 16

4.4.3 CARACTERÍSTICAS DEL CAMPO EXPERIMENTAL ........................................................ 19

4.5 DISEÑO EXPERIMENTAL .................................................................................................... 22

4.5.1 MODELO ADITIVO LINEAL (POR EXPERIMENTO):....................................................... 22

4.5.2 ANÁLISIS DE VARIANCIA (POR EXPERIMENTO): ......................................................... 23

5.5.3 MODELO ADITIVO LINEAL DEL ANALISIS COMBINADO: ............................................ 24

4.5.4 ANALISIS DE VARIANCIA DEL ANALISIS COMBINADO: ............................................... 25

4.6 CONDUCCIÓN DEL EXPERIMENTO .................................................................................... 26

4.7 EVALUACIONES Y DETERMINACIONES: ............................................................................. 29

181
4.7.1 VARIABLE DE RENDIMIENTO ...................................................................................... 29

4.7.2 VARIABLES DE PRECOCIDAD....................................................................................... 31

4.7.3 VARIABLES DE CRECIMIENTO VEGETATIVO ............................................................... 31

4.7.4 VARIABLES DE CAPACIDAD PRODUCTIVA .................................................................. 32

4.7.5 VARIABLE DE CALIDAD ............................................................................................... 33

V. RESULTADOS ........................................................................................................................... 34

5.1 VARIABLE DE RENDIMIENTO ............................................................................................. 34

5.1.1 Rendimiento de grano ................................................................................................ 34

5.2 VARIABLES DE PRECOCIDAD.............................................................................................. 36

5.2.1 Días hasta la antesis (floración masculina) ................................................................ 36

5.2.2 Días hasta la emisión de estigmas (floración femenina) ............................................ 38

5.3 VARIABLES DE CRECIMIENTO VEGETATIVO ...................................................................... 40

5.3.1 Acame de raíz ............................................................................................................. 40

5.3.2 Altura de planta .......................................................................................................... 42

5.3.3 Diámetro de tallo ....................................................................................................... 43

5.3.4 Número de hojas totales en la planta ........................................................................ 44

5.4 VARIABLES DE CAPACIDAD PRODUCTIVA ......................................................................... 46

5.4.1 Longitud de mazorca .................................................................................................. 46

5.4.2 Diámetro de mazorca ................................................................................................. 47

5.4.3 Peso de mazorca ........................................................................................................ 48

5.4.4 Número de mazorcas por planta................................................................................ 49

5.5 VARIABLE DE CALIDAD ...................................................................................................... 51

5.5.1 Peso de mil granos ..................................................................................................... 51

VI. DISCUSION.............................................................................................................................. 53

6.1 El Análisis de los Resultados del estudio ........................................................................... 53

6.1.1 Variable de Rendimiento ............................................................................................ 59

6.1.2 Variables de Precocidad ............................................................................................. 63

182
6.1.3 Variables Vegetativas ................................................................................................. 64

6.1.4 Variables Productivas y de Calidad ............................................................................ 68

6.2 La Biología del Suelo y su importancia en los tratamientos.............................................. 74

6.3 La Dinámica del Nitrógeno en los tratamientos en estudio .............................................. 80

6.3.1 La dinámica del nitrógeno en el estudio y la producción obtenida ........................... 80

6.3.2 La dinámica del nitrógeno en las aplicaciones de urea (sin compost) ....................... 87

6.3.3 La dinámica del nitrógeno en las aplicaciones de compost ....................................... 88

6.4 El Carbono del Suelo y su relación con la respuesta observada en el estudio ................. 96

6.5 La Importancia del Riego en las respuestas observadas en los tratamientos ................ 102

6.5.1 Las características de los sistemas de riego ............................................................. 102

6.5.2 El riego y el mejoramiento de las condiciones del suelo en los tratamientos ......... 106

6.5.3 La respuesta del cultivo y su dinámica con el riego en el estudio ........................... 112

6.5.4 La humedad del suelo y la dinámica del carbono y del nitrógeno en el campo ...... 117

6.6 Otros Aspectos del estudio de relevancia en el mismo .................................................. 120

6.6.1 La Compactación del Suelo ...................................................................................... 120

6.6.2 La Radiación Interceptada ........................................................................................ 123

6.6.3 Porcentaje de Desgrane ........................................................................................... 125

6.6.4 La técnica de aplicación del fertilizante ................................................................... 127

6.7 Conclusiones de la Discusión........................................................................................... 129

VII. CONCLUSIONES ................................................................................................................... 133

VIII. RECOMENDACIONES .......................................................................................................... 134

IX. RESUMEN ............................................................................................................................. 136

9.1 Abstract ........................................................................................................................... 137

X. BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................ 138

XI. ANEXOS ............................................................................................................................ 150

ANEXO 1 - ANALISIS DE VARIANCIA DEL ANALISIS COMBINADO DE LAS VARIABLES


EVALUADAS EN EL ESTUDIO .................................................................................................. 151

183
ANEXO 2 - ANALISIS DE VARIANCIA POR SISTEMAS DE RIEGO DE LAS VARIABLES EVALUADAS
EN EL ESTUDIO ...................................................................................................................... 153

ANEXO 3 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE DIAS A LA FLORACION


MASCULINA Y FEMENINA...................................................................................................... 155

ANEXO 4 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE ACAME DE RAIZ Y


ALTURA DE PLANTA ............................................................................................................... 156

ANEXO 5 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE DIAMETRO DE TALLO Y


NÚMERO DE HOJAS TOTALES POR PLANTA .......................................................................... 157

ANEXO 6 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE LONGITUD Y DIAMETRO


DE MAZORCA, Y NUMERO DE MAZORCAS POR PLANTA ...................................................... 158

ANEXO 7 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LAS VARIABLES DE PESO DE MAZORCA Y


PESO DE MIL GRANOS ........................................................................................................... 159

ANEXO 8 - ANALISIS DE DUNCAN REALIZADO EN LA VARIABLE DE RENDIMIENTO DE GRANO


............................................................................................................................................... 160

ANEXO 9 - DESCRIPCION DE LA PRUEBA DE HOMOGENEIDAD DE VARIANZAS DE SNEDECOR -


STEVENS ................................................................................................................................ 161

ANEXO 10 - RESULTADOS DE LA PRUEBA DE HOMOGENEIDAD DE SNEDECOR – STEVENS


REALIZADO EN LAS VARIABLES EVALUADAS EN ESTUDIO .................................................... 163

ANEXO 11 - ANALISIS DE CARACTERIZACION DEL SUELO ..................................................... 164

ANEXO 12 - ANALISIS DE LA MATERIA ORGANICA ................................................................ 164

ANEXO 13 - GRÁFICOS DE ANÁLISIS DE DATOS – NUMERO DE PLANTAS OBSERVADAS


(LOGRADAS U OBTENIDAS) EN LA COSECHA......................................................................... 165

ANEXO 14 - GRÁFICOS DE ANÁLISIS DE DATOS – NUMERO DE MAZORCAS OBSERVADAS EN


LA COSECHA .......................................................................................................................... 165

ANEXO 15 - GRÁFICOS DE ANÁLISIS DE DATOS – NÚMERO DE HOJAS SOBRE LA MAZORCA


OBSERVADO EN LA COSECHA ................................................................................................ 166

ANEXO 16 - CONDICIONES METEOROLOGICAS OBSERVADAS EN EL DESARROLLO DEL


CULTIVO EN ESTUDIO ............................................................................................................ 167

ANEXO 17 - ANALISIS DEL AGUA DE RIEGO Y DEL NITRATO EN EL SUELO ............................ 168

ANEXO 18 - FOTOS TOMADAS DURANTE EL DESARROLLO DEL ESTUDIO............................. 169

ANEXO 19 - CROQUIS O DISTRIBUCIÓN DE LOS TRATAMIENTOS EN EL CAMPO EN ESTUDIO


............................................................................................................................................... 172

184
ANEXO 20 - DATOS OBTENIDOS EN LA EVALUACION DE CADA EXPERIMENTO EN CAMPO –
SISTEMA DE RIEGO EN SURCOS PAREADOS .......................................................................... 173

ANEXO 21 - DATOS OBTENIDOS EN LA EVALUACION DEL EXPERIMENTO EN CAMPO –


SISTEMA DE RIEGO EN SURCOS SIMPLES .............................................................................. 175

185
INDICE DE CUADROS

Cuadro 1: Tratamientos evaluados en el Experimento 1, correspondiente al


Sistema de Riego en Surcos Pareados. ........................................................... 18
Cuadro 2: Tratamientos evaluados en el Experimento 2, correspondiente al
Sistema de Riego en Surcos Simples. ............................................................. 18
Cuadro 3: Características de los campos experimentales evaluados en el
estudio .............................................................................................................. 21
Cuadro 4: Análisis de variancia realizado en cada experimento del estudio. ... 23
Cuadro 5: Análisis de variancia realizado en análisis combinado de los
experimentos del estudio.................................................................................. 25
Cuadro 6: Promedio general y por sistemas de riego, en el Rendimiento de
maíz grano (al 14% de humedad). ................................................................... 34
Cuadro 7: Promedio general y por sistemas de riego, días a la floración
masculina. ........................................................................................................ 36
Cuadro 8: Promedio general y por sistemas de riego, días a la floración
femenina........................................................................................................... 38
Cuadro 9: Promedio general y por sistemas de riego, acame de raíz (número
de plantas/unidad experimental). ..................................................................... 40
Cuadro 10: Promedio general y por sistemas de riego, altura de planta. ......... 42
Cuadro 11: Promedio general y por sistemas de riego, diámetro de tallo. ....... 43
Cuadro 12: Promedio general y por sistemas de riego, número de hojas totales
por planta. ........................................................................................................ 45
Cuadro 13: Promedio general y por sistemas de riego, longitud de mazorca. . 46
Cuadro 14: Promedio general y por sistemas de riego, diámetro de mazorca. 47
Cuadro 15: Promedio general y por sistemas de riego, peso de mazorca. ...... 48
Cuadro 16: Promedio general y por sistemas de riego, número de mazorcas por
planta ............................................................................................................... 50
Cuadro 17: Promedio general y por sistemas de riego, Peso de mil granos. ... 51
Cuadro 18: Evaluación estadística realizada sin arreglo factorial, mostrándose
en este caso la significación (Sig., o p- value) y la potencia (observada) de la
prueba de hipótesis. ......................................................................................... 56
Cuadro 19: Tratamientos y sus variables de importancia en el estudio ........... 62

186
INDICE DE FIGURAS

Figura 1: Imagen de la Ubicación Geográfica del Campo Experimental (Fuente:


Google Earth, 15 de Mayo 2011). .................................................................... 12
Figura 2: Detalles de las unidades experimentales (subparcelas) o repeticiones
de cada tratamiento instalado en el campo en estudio en el Sistema en Surcos
Pareados .......................................................................................................... 19
Figura 3: Detalles de las unidades experimentales (subparcelas) o repeticiones
de cada tratamiento instalado en el campo en estudio en el Sistema en Surcos
Simples ............................................................................................................ 20
Figura 4: Medias obtenidas en los sistemas de riego en el rendimiento de
grano. ............................................................................................................... 35
Figura 5: Medias obtenidas en los sistemas de riego en el diámetro de tallo .. 44
Figura 6: Medias obtenidas en los sistemas de riego en el número de hojas
totales. .............................................................................................................. 45
Figura 7: Medias obtenidas en los sistemas de riego en el peso de mazorca . 49
Figura 8: Medias obtenidas en los sistemas de riego respecto al peso de mil
Granos. ............................................................................................................ 52
Figura 9: Rendimiento promedio global de grano de los tratamientos
establecidos en el campo. .............................................................................. 59
Figura 10: Rendimiento promedio de grano de los tratamientos establecidos en
el campo, por Sistemas de riego. ..................................................................... 59
Figura 11: Fotos tomadas en el campo en la noche, el mismo día que se aplicó
el riego; correspondientes al sistema de riego en surcos simples (izquierda), y
surcos pareados (derecha)............................................................................. 102

187

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