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José Aricó

Gramsci y la teoría política.


Los cuadernos de la cárcel son un conjunto de textos cuya importancia radica en que
apuntan fundamentalmente a establecer la diferencia entre el pensamiento de Marx y el
pensamiento de Engels, a la lucha contra el economicismo y a la crítica de burocratización a
la Unión Soviética.
Lo que Gramsci estaba planteando era un único problema, como una teoría política
se convierte en conciencia nacional, en cultura nacional, en un elemento fundamental
de lo que él llama la reforma intelectual y moral, la modificación de la conciencia de
los hombres y la imposición a través del consenso de una nueva concepción del
mundo que era la teoría marxista.
La teoría política marxista se instala precisamente en el campo de develamiento de las
formas de manifestación de la sociedad burguesa como elemento fundamental. La
preocupación del pensamiento marxista de los elementos estructurales surgió luego la falsa
teoría de la superestructura y de la infraestructura, donde la primera quedó reducida a un
epifenómeno, a una anécdota de la historia real que transcurría en la estructura. A partir de
este hecho surgió un pensamiento marxista que dejó de lado los problemas de las
instituciones del sistema social. Este antiformalismo de Marx llevó a que los marxistas no
pudieran contrastar la teoría política burguesa con las teorías políticas marxistas.
Gramsci intenta salvar este problema recortando el campo de la política como un campo
autónomo, como marxista todo pensamiento está situado en una época, en un contexto
socio-económico determinado. Cabe destacar que Italia está construida sobre la base de
dos grandes regiones muy diferenciadas, el norte industrial, rico y el sur pobre y miserable.
Los italianos podían conjugar esos dos mundos tan diferenciados y buscar unir en un solo
mundo conceptual estas realidades diferenciadas. Su pensamiento no se dirige
exclusivamente a los países avanzados sino está planteando problemas específicos de
zonas de extremo atraso, era el caso de Italia como país intermedio, hay que tener en
cuenta las características del movimiento obrero italiano, el único que tiene una base
fundamentalmente industrial y una base agraria. Tanto el movimiento obrero en general,
como el partido socialista están conformados sobre la base de dos grandes confluencias, el
proletariado y el campesinado.
Otro elemento a destacar, el papel extraordinariamente que desempeñaron los intelectuales
del sur de Italia, todo el historicismo italiano que reconoce sus raíces en el pensamiento de
Hegel pasa a Italia por el sur.
Por otro lado hay que tener en cuenta el carácter particular de Italia como nación y como
sociedad burguesa, ya que durante el 1400-1500 se establecen las ciudades-estados en
Italia, con un elevado desarrollo del capitalismo comercial, surge un pensamiento burgués y
un liberalismo burgués precoces.
En 1918 al ganar los socialistas las elecciones la revolución no se produjo, la clase obrera
fue derrotada y el fascismo llegó al poder. El pensamiento de Gramsci surge de la reflexión
de cómo remontar una derrota y cómo encontrar soluciones alternativas a partir de las
dificultades que se le plantean a revoluciones del tipo de la soviética para extenderse a la
Europa capitalista.

El objetivo que Gramsci se propone es investigar el lugar que ocupa o debería ocupar la
ciencia política en una conexión marxista sistemática. Todas sus elaboraciones giran en
torno a este núcleo, la política como actividad autónoma y el lugar que ella ocupa dentro de
una concepción como la marxista. Para Gramsci la política es el núcleo no solo de una
estrategia socialista sino del propio socialismo. La concepción gramsciana de la política es
equivalente a la noción de Praxis que subyace en el pensamiento de Marx, este concepto
de praxis marxiana no se refiere a las formas ideológicas que asume la acción humana, sino
a la historia que los mismos hombres hacen.
La acción política es para Gramsci la vertebradora del conjunto de la concepción del mundo
y es a través de esta acción política consciente o inconsciente como la concepción del
mundo se constituye. Su concepción se aplica a los procesos del socialismo y quizá más a
este elemento que a ningún otro. La base del socialismo, el proceso económico de
socialización será el punto de partida y lo fundamental es la socialización en sentido
sociológico y político, el proceso de formación del conjunto de hábitos en el hombre
colectivo, Gramsci se refiere a un proceso de socialización donde lo característico es la
formación de hábitos en el hombre colectivo que tornaran la necesidad de un aparato
exterior de un poder que imponga normas.
Para Gramsci la producción es central para la constitución y conquista de una conciencia
anticapitalista.
La idea de que el estado implica no un simple aparato coercitivo sino que representa un
equilibrio entre instituciones coercitivas e instituciones consensuadas, estaba planteada
antes. Un estado no puede funcionar sobre la base de represión sino que funciona también
sobre la base del consenso.
La clase dominante no sólo confía en el poder y en la autoridad coercitiva, sino en el
consenso derivado de la hegemonía lo que Gramsci llama la dirección intelectual y moral.
Para que se establezca la hegemonía una clase social debe trascender, la organización
económico-corporativa y convertirse así en hegemónica políticamente. Hay un nivel primario
de la clase en que está se define y se agrupa por el conjunto de sus intereses pero para que
una clase social pueda ser hegemónica para que pueda dirigir al conjunto de la nacion debe
superar este nivel económico corporativo y convertirse en una clase políticamente
hegemónica, lo cual implica que esta clase social implemente otro modelos de organización,
distintos del económico corporativo. El autor analiza por qué organizaciones a nivel
económico-corporativo que expresan agudos intereses de clases siguen siendo, una parte
subalterna de la sociedad capitalista, mientras se mantenga en un nivel económico-
corporativo sigue siendo una parte subalterna de la sociedad capitalista.
El problema básico de la revolución es cómo lograr que una clase subalterna sea capaz de
ejercer la hegemonía, convencida ella misma de ser una potencial clase dominante. Solo a
través del movimiento y de la organización a través del partido, la clase obrera desarrolla su
conciencia y trasciende la fase económica corporativa o sindicalista espontánea.
Gramsci se negó a considerar al partido como un elemento externo a la clase, para el
partido y clase no son lo mismo, ya que pueden diferenciarse y hasta enfrentarse.
El aparato de gobierno tanto en su forma hegemónica como en su forma autoritaria, está
compuesto por la capa social intelectual, que no está definida como una élite o como una
categoría social especial sino como una suerte de especialización funcional de la sociedad
para este fin.
Hay que destacar tres elementos fundamentales de la teoría estratégica de Gramsci;
● La guerra de posición.
● La lucha por la hegemonía.
● El problema de las relaciones entre la clase y el partido.
En lugar de tomar el poder por asalto era necesario emprender una guerra de posiciones
que permitiera ir tomando las trincheras con que el Estado y la sociedad burguesa se
recubren para constituirse. La guerra de posición debía ser pensada sistemáticamente
como una estrategia de lucha y no simplemente como una tarea que debían llevar a cabo
los revolucionarios.
En cuanto a la lucha por la hegemonía, para convertir a la clase trabajadora en una clase
potencialmente dominante debía librarse una lucha, durante o después de la toma del
poder, las ideas de una sociedad determinada son las ideas de la clase dominante.
Gramsci contempló la posibilidad de que la ausencia de la revolución en Occidente pudiera
provocar a largo plazo un debilitamiento de las fuerzas progresistas a través de lo que él
llama revolución pasiva, es un proceso de transformaciones estructurales que se
operaba desde la cúspide de ese poder, porque la clase dominante podía acceder a
algunas demandas de la clase dominada, subalterna, con el fin de prevenir o evitar
una revolución.
Para Gramsci la idea de que la lucha por la hegemonia se libra desde el mismo proceso
de constitución del movimiento revolucionario es el eje, el aspecto crucial de toda la
estrategia revolucionaria en cualquier caso. La conquista de la hegemonia aparece como
importante, en aquellos países donde el núcleo de poder de la clase dominante se ha
instalado no en su poder conflictivo, coercitivo, sino en su poder consensual.
La concepción de la hegemonía en Gramsci es una concepción de la democracia y de
la forma de Estado en el proceso de transición proceso en el cual la formación de la
sociedad capitalista se plantea como una lucha entre dos formas asimetricas, de
guerra de posición, una encabezada por la burguesía y la otra por el proletariado; la
relación entre ambas es asimétrica en la medida en que la conformación de la
hegemonía en el seno del proletariado adquiere una forma diferente de la que asumirá
en el seno de la burguesía.
La estrategia de la hegemonía plantea una nueva forma de acceso al poder y de
construcción del socialismo, por lo que hegemonía no implica una forma de dominio sino
una forma de ejercicio de la democracia y una forma particular del nuevo estado.
Gramsci define que el Estado es un sistema de dominación social que se ejerce a
través del proceso de reproducción de la sociedad capitalista y del conjunto de
instituciones a través de las cuales se generaliza la reproducción social (a nivel de lo
económico, social, político y lo ideológico).
El problema de la democracia adquiria para Gramsci un valor particular por dos razones:
porque era constitutiva de la idea del socialismo ya que no puede hablarse del mismo sin
autorización gobierno de las masas, porque es el único terreno en que se podía batir a la
hegemonía burguesa expresada fundamentalmente a través del sistema de representación
parlamentaria.
El problema básico de la hegemonia no es como llegan al poder los revolucionarios,
simo más bien de como son aceptados por el conjunto de las clases sociales
subalternas.

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