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Una chiquilla a la que nunca le sucede nada
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Ebook45 pages36 minutes

Una chiquilla a la que nunca le sucede nada

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La pequeña Alice aún no va a la escuela, pero constantemente se las arregla para encontrarse en el meollo de las cosas: encuentra rastros de la misteriosa civilización Tutex, se hace amiga de un brontosaurio que acaba de salir del cascarón de un huevo, encuentra extraterrestres desaparecidos y establece contacto con Shusha, el misterioso habitante de Sirius. Alice sabe que el castigo corporal son los azotes, pero cree que esto sólo puede suceder en un cuento de hadas. Y el padre de Alisa, el profesor Seleznev, a veces quiere hacer realidad este cuento de hadas...

LanguageEspañol
Release dateMay 10, 2024
ISBN9798224064052
Una chiquilla a la que nunca le sucede nada

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    Una chiquilla a la que nunca le sucede nada - Kirill Bulychev

    A manera de prólogo

    Mañana Alicia irá a la escuela. Ni duda cabe que será un día de lo más interesante. Ya desde hoy en la mañana, sus amigos y conocidos continuamente la llaman por videófono para felicitarla. A decir verdad, la propia Alicia hace tres meses que no deja en paz a nadie, a todo mundo le platica de su futura escuela.

    Bus, el marciano, le envió un plumero tan extraño que hasta ahora nadie ha podido ponerlo en servicio. Ni yo, ni mis colegas, hemos podido, a pesar de que entre ellos se cuentan dos doctores en ciencias y el mecánico en jefe del parque zoológico.

    El shusha, animalito del que después hablaremos, ha dicho que irá a la escuela junto con Alicia para ver que tan cierto es que su profesora es una pedagoga muy experimentada.

    ¡Qué alborozo! Para mí que cuando fui por primera vez a la escuela, nadie armó tanto ruido.

    Ahora el alboroto se ha calmado un poco. Alicia se ha ido al zoológico para despedirse de Brontia, otro personaje que más tarde conoceremos. Ahora que hay tranquilidad en casa, dictaré algunas historias de la vida de Alicia y de sus amigos. Luego enviaré esas notas a su maestra. Le será de provecho saber que va a tratar con una persona carente en lo absoluto de seriedad. Puede ser que las notas la ayuden a impartir una buena educación a mi hija.

    En un principio, hasta los tres años, Alicia era como todos los niños. Así lo confirmará la primera de las historias que voy a relatarles; pero luego, pasado un año, al encontrarse con Brontia, se reveló en su carácter la habilidad de hacer las cosas en la forma más inadecuada, desaparecer en el momento más inoportuno e, incluso, hacer por casualidad descubrimientos que están más allá de las fuerzas de los más ilustres científicos contemporáneos. Alicia es tan lista que sabe sacar provecho de toda actitud benevolente que se le dispense; lo que no obsta para que tenga muchísimos y muy fieles amigos. En cuanto a nosotros, sus sufridos padres, no es rara la ocasión que encontramos difícil su trato. No estamos en posibilidades de permanecer sentados todo el tiempo en casa; yo trabajo en el zoológico y mamá construye edificios que, además y por lo regular, se encuentran en otros planetas.

    Quiero también prevenir de antemano a la maestra de Alicia, en anticipo de que la desconcierten los modos y maneras de mi hija. A las pruebas me remito, tales son, en efecto, las historias presentes, completamente verídicas, sobre las cosas que durante los últimos tres años le han ocurrido a nuestra niña Alicia en diferentes lugares de la Tierra y del Cosmos.

    Yo marqué el número al azar

    Alicia no duerme, ya son las diez de la noche.

    —Alicia, duérmete en seguida, porque si no...

    —¿Qué quieres decir con el «porque si no», papito?

    —Porque si no, llamaré por el videófono a Baba—Yaga.

    —¿Quién es esa Baba—Yaga?

    —Vaya, todos los

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