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EL AGUA Y LA GRAN PIRÁMIDE

Por José Alvarez López

¿Puede alguien pensar que las propiedades especiales de las


pirámides, cuando se hacen experimentos de laboratorio con ellas, eran
ignoradas por los constructores de la Gran Pirámide?
Voy a probar enseguida y de una manera terminante que eran
conocidas. Ello me obligará a penetrar con cierta profundidad en los
misterios del: AGUA.
El problema que quisiera plantear es que habiendo quedado
demostrado que en el interior de las pirámides actúan fuerzas de origen
desconocido, y que estas fuerzas tienen la peculiar capacidad de retardar la
precipitación de los coloides, la pirámide puede perfectamente —y dentro del
área de los conocimientos científicos modernos— actuar como un retardador
del envejecimiento.
Esto es, que viviendo bajo una estructura piramidal el hombre puede
aspirar a una vida más prolongada. Si pudiéramos aceptar una simple
“regla de tres” —que la experiencia científica nos muestra no aplicable al
menos linealmente en estos casos— podríamos calcular que puesto que el
retardo de la precipitación de coloides en la pirámide es hasta de cinco veces,
la vida humana normal que es de setenta años —los días del hombre, dice la
Biblia, son setenta años— podría prolongarse hasta 350 años. Llegaríamos,
así, a las antiguas edades matusalénicas.
He constatado, de acuerdo con medidas experimentales, que la
pirámide puede eventualmente producir una prolongación de la vida y con
ello dejo abierta la puerta a la posibilidad de un rejuvenecimiento
justificándose de esta manera la pretensión egipcia de rejuvenecer a sus
faraones utilizando pirámides. Esta posibilidad queda abierta por la doble
circunstancia del antecedente egipcio y también de las teorías de la alquimia
que, subrayo esto, es también de origen egipcio, y por tanto, de Kemit
(nombre real del antiguo Egipto, de donde proceden los nombres de Química
y Alquimia, siendo el prefijo “al”, el artículo en lengua árabe). Kemit,
nombre que daban los egipcios a su país podría traducirse por “tierra negra”
o “tierra de los negros”, pues T significaba tierra o país. To-Neter, por
ejemplo, era “país de dios”.
Se plantea un problema científico al tratar de explicar de qué modo la
pirámide por su propia forma tiene una acción definida sobre las reacciones
químicas y las propiedades físicas del agua. En este punto, sin embargo,
podemos en tiempos muy recientes, y gracias a novísimos desarrollos de la
ciencia química, dar algunas explicaciones válidas.
Estudiaremos aquí, aunque sea someramente la constitución
molecular del agua. A todos se nos ha enseñado que el agua tiene como
fórmula la consabida H2O, lo cual podría pensarse es un conocimiento
reciente y posterior a Lavoisier, pero no es así pues Platón ya sostenía que el
agua estaba formada de dos partes de fuego (hidrógeno) y una de aire
(oxígeno), como se ve conocía bien las proporciones.
Pero la teoría del “puente de hidrógeno”, que explica la constitución
más sutil aún del agua, es muy reciente y lleva el nombre del premio Nóbel
Linus Pauling, quien dijo que “la molécula de agua es un polímero de cinco
H2O colocados en los cinco vértices de una pirámide de base cuadrada”.
La frase anterior de Pauling es de suma importancia en relación a lo
que veníamos estudiando, por cuanto el agua toma efectivamente diversas
formas cristalinas que pasan de unas a otras contando entre ellas el
octaedro, el tetraedro y hasta el hexaedro. Pasa el agua alternativamente de
una forma cristalina a la otra, pero la mayor parte del tiempo la molécula de
agua permanece en la forma piramidal.
El segundo punto que conviene aclarar es cuál es el ángulo de la
pirámide de agua. Aquí aparece una sorpresa pues todas las propiedades
antes citadas del agua se deben al particular ángulo que forman las
valencias del hidrógeno y el oxígeno. Este ángulo determina la formación de
una polaridad eléctrica en la molécula de agua a la cual se debe que se
forme un polímero de cinco moléculas. Además, este ángulo determina el
alto coeficiente dieléctrico (el coeficiente dieléctrico 81 es el más elevado de
todos los cuerpos conocidos) que hace que las soluciones de agua sean
altamente conductoras. Hace también este misterioso ángulo que el agua
sea un líquido a nuestras temperaturas corrientes pues, de acuerdo con
datos que los químicos obtienen de la tabla de Mendelejef, el agua debería
estar gaseosa (vapor) hasta 20 grados bajo cero, entonces no habría lugar
para la vida en nuestro planeta.
Terminando la lista de “excentricidades” del agua añadamos que
cuando el agua se enfría —al contrario de todos los demás cuerpos—
aumenta de volumen. Ello hace que el hielo flote. Si no fuera por esta
anomalía nuestro planeta sería casi un páramo helado. Todo este conjunto
de propiedades anómalas se derivan del ángulo de las valencias del agua
que es de 104,6 grados. Es importante que recordemos este ángulo, origen de
la vida, y causa del extraño comportamiento del agua que hizo que Giorgio
Piccardi dijera que:

“El Agua es el líquido más misterioso de la creación”.

Piccardi que estudio toda su vida las propiedades del Agua, estaba
asombrado de ellas. Ahora bien, el ángulo de 104 grados del agua hace que
el ángulo de la “Pirámide de Pauling” (o sea las pirámides de agua) sea de
52 grados. O sea que las pirámides de Pauling tienen exactamente las
proporciones de la Gran Pirámide. Concretando todo lo anterior podemos
decir:

“La Gran Pirámide es una maquette a escala gigantesca de una


Molécula de Agua”.

Haciendo ahora la pregunta ¿conocían esto los antiguos constructores


de la Gran Pirámide? Debemos pues, probar que conocían todo esto que
acabamos de exponer. En efecto, el ángulo de la arista de la Gran Pirámide
debería medir 110 grados, pero debido a que los lados o triángulos de la
Gran Pirámide no son planos sino que están quebrados al centro, el ángulo
de la arista de la pirámide se acerca a los consabidos 104 grados del ángulo
del agua. En otras palabras, quebrando los lados de la pirámide, como lo
están los lados de la Gran Pirámide, se aumenta la energía de la pirámide.
En las fotografías aéreas de la Gran pirámide tomadas a las 6 hs de la
tarde (18 hs) del equinoccio, puede verse la forma como los lados
triangulares de la Gran Pirámide han sido quebrados. De esta manera se
logra reducir el ángulo de 110 grados de la arista al valor ideal de 104
grados, óptimo para las aplicaciones energéticas y alquímicas a las que los
antiguos, con toda probabilidad, dedicaban las pirámides. No hay por tanto,
duda de que los antiguos sabios estaban familiarizados con estas
propiedades derivadas de la estructura de la molécula de agua.
Pero no termina aquí la relación entre la Gran Pirámide y el Agua.
Todos conocen los famosos “ventiladores” que parten de la Cámara del Rey y
de la Cámara de la Reina y que pueden verse en el corte de la pirámide.
Estos ventiladores han sido un rompecabeza para los arqueólogos porque,
por ejemplo, el de la Cámara de la Reina no ventilaba nada pues se hallaba
obstruido y el de la Cámara del Rey constituye un argumento adicional de
que Kheops no pudo ser enterrado en la Gran Pirámide. El arqueólogo
francés A. Pochan es uno de los expertos que más ha estudiado este asunto y
dice con respecto a los ventiladores de la Cámara de la Reina:

“En las paredes norte y sur son visibles dos aberturas de la


altura de un hombre, tienen forma sensiblemente cuadrada y su lado
mide 22 centímetro. Constituyen los extremos de los dos canales que
llevan hasta el revestimiento de la pirámide. Estos dos conductos
fueron descubiertos en 1872. El hallazgo lo llevó a cabo,
accidentalmente, Waymann Dixon el 14 de Agosto de 1872. Estaban
obstruidos por bloques de caliza de 12 cm. de espesor. Según Petrie,
los ángulos con la horizontal son los siguientes: Canal Norte 37º 28’;
Canal Sur 38º 28’ ”.

El cálculo inmediato nos muestra que el ángulo entre los dos


supuestos canales de ventilación es de 104,1º ¿Es una casualidad que el
ángulo del agua sea 104,6º?
Los mismos canales aparecen en la cara norte y sur de la Cámara del
Rey. Se extienden hasta el exterior de la pirámide, donde encontramos que,
otra vez, el ángulo que forman los canales de la Cámara del Rey es de 104º.
Con esto hemos logrado demostrar dos cosas:

1) Que los sabios antiguos conocían perfectamente el Angulo del Agua.


2) Que este Angulo tenía tanta importancia que lo repitieron dos
veces.

Como importante observación vinculada a este mismo problema debo


destacar el hecho de que aquí el ángulo del agua tiene salida al exterior lo
que, aparentemente, lo conecta a las estrellas. Pienso que este ángulo así
ubicado, mirando a las estrellas, nos conecta con una muy particular
astrología que subraya la importancia de este ángulo en las cuadraturas
planetarias.
Si hablo de alquimia no puedo dejar de hablar de astrología, y al
hablar de los ángulos así indicados en la Gran Pirámide se retorna a la
conjunción de dos ciencias perdidas. Me atrevo a afirmar que la
reconstrucción de las dos ciencias perdidas (Alquimia y Astrología)
encontrará su comienzo, o puerta de entrada, como consecuencia de la
investigación de la Gran Pirámide.
La energía alquímica deriva de una “energía neoquímica” desconocida
para los científicos modernos: El Poder Angular.

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