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TABLA DE CONTENIDO
1. ANALISIS GEOGRAFICO
“La geografía enseña a conocer la tierra como sede del hombre; no es una simple
descripción de la tierra con sus mares, etc., sino que al descubrir la superficie del globo sitúa
al hombre en medio de la creación y muestra como, por un lado, este se encuentra en
situación de dependencia respecto a la naturaleza que lo circunda, y como, por otro lado, ha
intentado sustraerse a tal dependencia, con lo que la geografía viene a constituirse en el
elemento de conjunción entre la ciencia natural y la historia (Wagner, 1883)”.
“La acción del hombre y el medio geográfico”, escribió: “podríamos definir la geografía como
el estudio de la dinámica del espacio humanizado. Persistimos en considerar la
personalidad de la geografía como ciencia humana, persuadidos de que su propia
significación con respecto a las otras ciencias de la tierra consiste en considerar siempre los
fenómenos de toda clase estudiados por ella en relación con la presencia y la acción de las
actividades humanas sobre la tierra (George,1960)”.
2.1. Fundamentos
Igual que los demás seres vivos las sociedades humanas ocupan un hábitat que existe tanto
espacial como temporalmente y que constituye nuestro ambiente. Aunque este es un
ambiente biofísico, también es un ambiente cultural con dimensiones sociales, políticas,
económicas y tecnológicas. Este planteamiento refleja la dicotomía en el estudio de las
relaciones hombre-ambiente, donde a las ciencias naturales les concierne el ambiente
natural, y las ciencias sociales y aplicadas abordan lo relacionado con el ambiente cultural.
En realidad estos componentes son inseparables; el ambiente natural no puede ser
entendido adecuadamente aislado del hombre y de sus relaciones con él, y viceversa (White
et al., 1984)
Concepto de Sistema
“…un conjunto de objetos, junto con las relaciones entre estos y sus atributos” (Chorley,
1962).
Los sistemas son secciones arbitrariamente deslindadas del mundo real que presentan
algunas conexiones funcionales comunes. Von Bertalanfy (1951) distingue dos
categorizaciones diferentes, el sistema cerrado y el sistema abierto. Los sistemas cerrados
poseen límites definibles, a través de los cuales no ocurre ningún tipo de intercambio de
materia; estos rara vez se presentan en los estudios geográficos fuera del caso límite de
un estudio a escala mundial . En los sistemas abiertos la materia, energía e información
traspasa los límites del sistema y puede ser intercambiada con los sistemas circundantes.
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Sistemas y modelos
La palabra modelo es usada con significados distintos: una réplica, un ideal, una
representación, exhibir un modelo equivale a demostrar. En el uso científico se plantea
incorporar una parte de cada uno de los tres significados; en la construcción de modelos se
crean representaciones idealizadas de la realidad con el propósito de poner de relieve
algunas de sus propiedades.
La complejidad de la realidad hace necesarios los modelos, brindan una imagen simplificada
y aparentemente racional para ser contrastada con la realidad. Todo modelo es incompleto,
no transmiten toda la verdad sino una parte útil y comprensible de la misma, ya que el
proceso de modelamiento siempre implica la selección de algunas variables propiedades
del sistema y por lo tanto la exclusión de otras. Además, el modelo siempre estará
condicionado por los enfoques de análisis y los objetivos del estudio.
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Sistema de
Jerarquías
Componentes biofísicos
Componentes socioeconómicos
Asentamientos - Infraestructura
Areas productivas agropecuarias, agroindustriales, industriales (procesos productivos y
extractivos)
Grupos sociales (organización y procesos sociales)
Política - Normatividad
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Sistema de Jerarquías
Los ámbitos territoriales y diversos tipos de regiones (nodales) pueden considerarse como
sistemas abiertos. Presentan diversos tipos de movimientos (flujos), que se efectúan a través
de diferentes canales (redes) hacia los nudos de esa red y su organización en una jerarquía
con una integración final de las zonas intersticiales, consideradas como superficies. Esta
progresión desde flujos de energía, materia o información hasta elementos espaciales
identificables representados en la gráfica siguiente, puede asociarse a elementos
geográficos como carreteras, centros poblados, jerarquía urbana y zonas relacionadas con
diversos usos de la tierra (Haggett, 1976).
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Estadios de análisis en los sistemas regionales: A) Movimientos
B) Redes C) Nudos D) Jerarquías E) Superficies
Haggett (1974) establece que en los sistemas territoriales o regionales es posible encontrar
alguna de estas características. La organización territorial necesita de un constante
movimiento de gente, bienes, dinero e información para mantenerse; un exceso de
movimientos hacia adentro puede verse compensado por cambios de forma (v.g. expansión
de la ciudad y crecimiento urbano tentacular), así como movimiento disminuido puede llevara
la contracción y a ciudades fantasmas. Respecto a la tercera condición, el área de influencia
de una ciudad puede expandirse o contraerse para hacer frente a flujos acrecentados o
disminuidos. Berry y Garrison (1958) sugieren que cumple con las condiciones cuatro y
cinco, en cuanto a que la forma de las relaciones (urbanas) entre rango y tamaño urbanos
tienden a ser relativamente constantes en el espacio y el tiempo. Finalmente la creciente
convergencia de las formas de las principales ciudades en distintos continentes, sugiere que
el sistema abierto urbano tiene la capacidad de comportarse de modo equifinal.
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ORDENAMIENTO TERRITORIAL: HACIA UN ENFOQUE CONCEPTUAL
INTRODUCCIÓN
Desde hace algún tiempo viene hablándose en Colombia con un creciente interés sobre
“ordenamiento territorial” y la discusión alcanzo su clímax en torno a los trabajos de la
Asamblea Nacional Constituyente. Sin embargo la atención de los políticos y estudiosos
del tema ha estado centrada casi exclusivamente - y así quedó consignado en la nueva
constitución – en una sola de las muchas dimensiones del concepto: la político
administrativa. Es decir los limites de las entidades territoriales, la descentralización, la
participación, las transferencias y la equidad y la autonomía para los municipios.
Indudablemente todos los anteriores en foques son válidos y merecen toda consideración,
pero pueden resultar insuficientes porque soslayan ciertos aspectos claves, como la
naturaleza ecológica del territorio y la importante función económica y geopolítica en los
procesos de desarrollo nacional, regional y local. Y consecuentemente, también soslayan
los aspectos relativos a la eficiencia en la ocupación y explotación del territorio y sus
recursos naturales conexos, así como su sostenibilidad como recurso básico del
desarrollo.
Quizá se trate de un problema de semántica, en el sentido de que se refieran
simplemente a la división política – administrativa del país para los fines de gobierno y
no propiamente de ordenamiento territorial. Es decir, que se este utilizando
inapropiadamente el termino “ordenamiento territorial” para el manejo de los limites de las
jurisdicciones territoriales, en vez de reservarlo para los conceptos, objetivos y métodos
relativos a la búsqueda, la racionalidad, la eficiencia, y el manejo estratégico o
geopolítico en la ocupación y el uso del territorio nacional y cada una de sus unidades
territoriales.
Por esta razón resulta muy pertinente intentar ampliar y profundidad los anteriores
enfoques. A continuación se presenta – y solo con fines de provocación de la discusión
del taller – una concepción que pone el énfasis en los aspectos ambientales y de manejo
geopolítico del espacio territorial nacional y local.
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1. EL CONCEPTO DE ORDENAMIENTO.
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Esta ultima consideración permite afirmar que el ordenamiento ambiental territorial
también -- y fundamentalmente – persigue la eficiencia económica de las actividades
sociales y económicas. Esto es particularmente valido en el contexto del los supremos
colectivos y nacionales y en la perspectiva del largo plazo, lo que entraña la eficiencia
política y administrativa. Y en lo tocante a su contribución a la maximización del bienestar
social, es pertinente también afirmar que persigue la eficiencia social.
En efecto, cada una de las unidades del territorio nacional y sus respectivos recursos
naturales tienen unas características y potencialidades definidas y limitadas que le
imprimen un grado de aptitud ambiental para la oferta de bienes y servicios. Y con ello,
también puede desplegar una disponibilidad y unas escalas de uso ecológicamente
compatible y una capacidad de soporte también definidas y limitadas, cuyos umbrales y
techos deben ser respetados si no se quiere desencadenar patologías ambientales y
eventualmente provocar colapsos ecológicos.
Por otra parte, el aprovechamiento racional del territorio y sus recursos naturales conexos
también entraña un enfoque conceptual de eficiencia no solo en la rentabilidad económica
sino también ecológica. El sistema de regiones del territorio nacional, la localización de
los centros urbanos y sus sistemas de intercomunicación, la vinculación urbano-rural y el
Inter. Relacionamiento entre regiones constituyen – entre otros- factores directamente
dependientes de los recursos naturales emplazados en las diferentes unidades
territoriales. Por ello su legalización y desarrollo no puede quedar al azar, ni responder
simplemente a circunstancias del legado histórico; ni ser confiadas al resultado de las
fuerzas del mercado; sino que tienen que responder a una racionalidad de manejo eficiente
del espacio socioeconómico. Es decir, a una estrategia de configuración e integración de
la estructura espacial del desarrollo nacional.
Si este ultimo no ocurre puede suceder que las unidades territoriales de mayor riqueza,
potencialidad y valor estratégico sean abandonadas o subutilizadas mientras que la
población y el desarrollo socio-económico se encuentra en unidades de menor riqueza e
importancia; hay grandes centros urbanos que ya no pueden seguir creciendo porque han
saturado ya la capacidad de soporte del ecosistema y, por tanto, ya solo pueden operar a
base de deseconomías ecológicas y de aglomeración; varias regiones se encuentran
sobre explotadas y la presión sobre algunos de sus recursos naturales ha llegado a los
topes ecológica y económicamente permisibles; varios ejes interregionales e Interurbanos
están generando un desarrollo urbanizador lineal paralelo que contradice y amenaza la
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aptitud y la productividad ecológica de las tierras que atraviesan; algunas de las reservas
forestales y ecológicas están siendo diezmadas sin necesidad, porque el país dispone de
suficientes tierras aptas dentro de la actual frontera agrícola. Es evidente que buena parte
de la población y la actividad económica en las cuencas bajas del Magdalena, el Cauca, el
Sinú, el San Jorge y otros ríos estén localizadas en áreas del alto riesgo de inundabilidad
periódica. Y así podrían señalarse otros ejemplos que reflejan la necesidad de un manejo
estratégico de la estructura espacial del desarrollo nacional.
Por el camino del desbalance se degrada la naturaleza; pero también se arruina el hombre.
En efecto, cuando las actividades socio-económicas no se cumplen dentro de este
imperativo de balance surgen numerosos fenómenos adversos para el desarrollo: los
bosques y la vegetación protectora de los suelos y estabilizadora del clima desaparecen,
causando erosión e inestabilidad en el microclima local; los suelos agrícolas se escurren
vertiginosamente al galope incontenible de las escorrentía, generando sedimentación de
valles, cursos de aguas, ciudades y represas; las cuencas hidrográficas se deterioran y con
ello se interrumpe el ciclo hídrico, falta de agua, se reseca la tierra, los cultivos se quedan
sin riego, los embalses hidroeléctricos se secan y sedimentan y se afecta el microclima; la
destrucción de la vegetación despoja de nichos y hábitat a la fauna; la desaparición del
manglar facilita las inundaciones y empobrece la pesca y el aniquilamiento de los
paramos reduce las fuentes de agua; los lagos, ciénagas y cursos de agua son
desecados y terraplenados para habilitar tierras, para habitar y cultivar; la minería esteriliza
tierras, sedimenta ríos y desestabiliza laderas; los asentamientos humanos también sufren
directamente el impacto, porque en las áreas interandinas los derrumbes y los
deslizamientos de tierra ciegan muchas vidas y arrasan viviendas y obras de
infraestructura, y los sistemas de alcantarillado se colmatan; los emplazamientos
industriales y agroindustriales mal situados contaminan las mejores tierras agrícolas,
pecuarias y forestales.
Así, por la vía del desbalance entre la oferta y la demanda ambiental y el consecuente
desorden ambiental territorial, el país termina urbanizando y destruyendo sus tierras mas
fértiles para reemplazarlas temerariamente con la destrucción de las laderas y reservas
forestales hacia las cuales son arrinconados los campesinos pobres. Al mismo tiempo, y
como consecuencia de desajustes sociales en la estructura de la tenencia, termina
subestimando las mejores tierras agrícolas y concentrando la población y el desarrollo de
las áreas menos aptas; localizando sus asentamientos y actividades productivas en áreas
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inundables o inestables; concentrando peligrosamente la población y el desarrollo en
pocos centros y marginando el campo. Dando la espalda a sus océanos; manejando mal
sus espacios fronterizos; e ignorando el valor estratégico del ordenamiento territorial para los
fines del desarrollo.
Como ya fue señalado, cada ecosistema tiene una estructura y una capacidad de
producción, una productividad y una capacidad de recilencia limitadas y especializadas,
dentro de las cuales su rendimiento puede ser máximo y a perpetuidad y más allá del cual
tal crecimiento puede ser decreciente, llegar a ser mínimo y aun tender hacia la
destrucción.
Este condicionamiento tiene que ver con la “capacidad de so-porte” propuesta por
Volterra (1934), la “relación hombre – tierra” de que habla Esteban Strauss (1965) y – en
una concepción planetaria- con la racionalidad que inspiro el predicamento del grupo
Meadows (1970) sobre “los limites del crecimiento”.
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neto también se acrecienta cuando las condiciones ambientales – lejos de constituirse en
factor patógeno - contribuyen a generar mas bienestar social y a disminuir los costos
sociales del medio ambiente.
Ello es así porque, como fue señalado inicialmente, cada unidad de tierra tiene una
capacidad de producción y productividad dadas y limitadas aún contando con la
correspondiente capacidad de recilencia. Por tanto en cada uso es preciso mantener los
niveles de intensidad de explotación por debajo de los topes de eficiencia ecológica de
cada unidad de tierra.
Con este propósito en mente este ejercicio planificador puede orientarse básicamente al
ordenamiento del de cada uno de los usos considerados compatibles y deseables en
función de varios parámetros pertinentes de carácter cuantitativo.
Para los efectos del ordenamiento territorial se entiende por manejo el conjunto de
normas, pautas y procedimientos pertinentes para el correcto uso y el desarrollo sostenido
de la tierra y sus recursos conexos, en función de las racionalidades ecológicas ,
económica y el compromiso de la preservación ambiental.
Como el caso anterior, no basta con que un uso sea compatible; tampoco es suficiente que
su intensidad responda a los topes de productividad ecológica. También es necesario que
las formas de explotación y aprovechamiento que se expresan en la tecnología empleada
y en el manejo especifico de cada una de las operaciones del proceso de operación del
uso, en general la conducta de los usuarios, sean igualmente compatibles.
Para ellos el ordenamiento territorial en función del manejo de la tierra y sus recursos
conexos debe expresarse en un conjunto de normas, especificaciones técnicas y
reglamentaciones referidas a cada unidad territorial que describan y rijan la intervención
de los usuarios. Estas, por tanto deben referirse a cada uno de los aspectos ecológicos,
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económicos y de estrategia de conservación de cada uno de los procesos operativos de
uso.
2.4 La coherencia entre los usos y la estrategia espacial del desarrollo nacional.
Los tres criterios de ordenamiento anteriormente reseñados deben ser concordantes con
los principios y objetivos de la estrategia espacial del desarrollo nacional. Como ya se
anotó, dicha estrategia se relaciona con la búsqueda de eficiencia en la localización e
integración de las actividades y procesos socio-económicos a fin de que la estructura
espacial nacional en su conjunto responda mas funcional y rentablemente a los
requerimientos y objetivos del desarrollo del país.
Ello significa que la zonificación de usos de la tierra, así como la intensidad y las formas
operativas que estos deben ser compatibles con la estructura regional, urbana y de
espacios geopolíticos que requiere el desarrollo nacional. Este debe ser diseñada
previamente como parte del proceso planificador de la dimensión espacial del desarrollo
nacional.-
Otro tanto ocurre con la dimensión ambiental del desarrollo nacional; es decir, los
aspectos relativos a la conciliación entre los objetivos y medios del estilo tradicional y
vigente de desarrollo y los objetivos ambientales de la sociedad Colombiana y de la
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humanidad entera. Sin embargo es justo anotar que en los últimos meses se observa cierto
interés por el estudio de algunos aspectos ambientales.
En el primer caso se desconoce la interacción sistémica que existe entre las actividades
humanas y sociales y el territorio en que estás se emplazan y sus características
fisiográficas y representado por la tierra y sus recursos naturales conexos; y también se
subestima el hecho de que todos los procesos sociales y económicos del desarrollo se
proyectan y emplazan en el espacio, es decir, en el territorio.
Mientras todo esto sucede, muchas de las ciudades andinas están derrumbándose a
pedazos como consecuencia de la ocupación anti ecológica de sus cerros circundantes,
mientras que las actividades extractivas incontroladas están desestabilizando laderas y
generan voluminosas descargas de sedimentación sobre la ciudad y sus alcantarillados y
acueductos; y las ciudades ribereñas padecen anualmente inundaciones cada mes mas
severas. Las fuentes de los acueductos de la mayoría de las ciudades y pueblos están
siendo degradadas y las rondas protectoras de los ríos y depósitos de agua han
desaparecido. La falta de adecuado manejo y control de los agroquímicos está
envenenando tierras y campesinos en los valles arroceros y algodoneros y la floricultura
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esta sobre explotando fértiles tierras periurbanas en los grandes centros andinos. Por
su parte el proceso de desaparición de numerosas especies vegetales y faunísticas
continúa acelerándose y las talas y quemas continúan siendo prácticas generalizadas
en todo el territorio ocupado. La falta de una alternativa energética para los campesinos
y pequeños poblados esta acabando con todo tipo de vegetación en procura de leña y
carbón. Al mismo tiempo lagunas, ciénagas, manglares y ecosistemas acuáticos frágiles
están sucumbiendo ante la urbanización, la construcción inconsulta de obra de
infraestructura o de la pesca sin control. Y todo ello ocurre en un contexto territorial en el
cual las tierras no están siendo utilizadas con la debida compatibilidad ecológica,
económica y de manejo estratégico del desarrollo nacional.
Por eso resulta muy pertinente aprovechar la oportunidad de este importante taller de
ordenamiento territorial – organizado por el IGAC, el departamento de planeación
nacional, la comisión de ordenamiento territorial y otros importantes organismos – para
insistir en la urgencia de dominar y aplicar los conceptos y métodos del ordenamiento
territorial, concebido este bajo una óptica sistémica.
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LA ZONIFICACION ECOLÓGICA COMO BASE PARA EL ESTUDIO INTEGRAL
DEL PAISAJE Y LA PLANIFICACIÓN DEL USO DE LAS TIERRAS
Ángela Andrade
Esta aproximación integral al estudio de la realidad geográfica fue iniciada hace muchos
años por Alexander Von Humboldt, quien introdujo el concepto del paisaje (landschaft)
como la expresión íntegra de una porción de la superficie de la tierra. Este enfoque
promovido por Humboldt se ha materializado de diferentes maneras a través del tiempo, y
se ha concretado en la formulación de metodologías aplicadas en varios países,
especialmente a partir de los 60 años. Entre ellos se destacan “ La aproximación de
Sistema de Paisaje” en Australia, el “Sistema de Clasificación Biofísica del Paisaje” del
Canadá, la “Ecología del Paisaje” en los países europeos (Holanda, Alemania,
Checoslovaquia, entre otros).
Para el caso Colombiano, las metodologías que más se aproximan a este enfoque son las
“ Guías para el análisis fisiográfico” desarrolladas conjuntamente entre el ITC y el CIAF, y
aplicadas en el CIAF, y posteriormente los “levantamientos ecológicos del paisaje” (1)
Efectuados en la unidad de Levantamientos Rurales de la Subdirección de Docencia e
Investigación del IGAC y en el IDEADE de la universidad Javeriana. Entre estos estudios
vale la pena resaltar, los siguientes: “levantamiento Ecológico del área de Colonización
del Guaviare” (2) “levantamiento Ecológico del Medio y Bajo Río Caquetá” (3) y
“Levantamiento Ecológico de la Cuenca del Río Chicamocha” (4).
Los enfoques tradicionales del análisis del territorio se basan en el estudio independiente
de información técnica elaborada en forma separada por diferentes disciplinas (climatología,
estudio de suelos, geología, geomorfología, etc) la cual posteriormente es superpuesta
cartográficamente con el fin de obtener unidades “homogéneas” o unidades con
condiciones biofísicas o socio - económicas similares. Este enfoque, en muchos casos,
no llega a resultados satisfactorios, debido a que cada estudio monodisciplinarios se realiza
con objetivos propios sin la necesaria visión de conjunto que permita la integración de la
información. Así, los modelos resultantes no se ajustan a la realidad.
El tipo de estudios descrito es el más común en nuestro país. Sin embargo, para los
objetivos que se buscan en el proyecto SIG – PAFC son insuficientes y presentan un
conocimiento sesgado y limitado de la realidad, especialmente en lo relacionado con
aspectos bióticos y la caracterización de la cobertura vegetal, ya sea esta natural,
seminatural o cultural.
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Objetivos y alcances de la ecología del paisaje.
La ecología del paisaje constituye hoy por hoy el marco teórico más apropiado para el
estudio integrado del paisaje, como pretende serlo en el contexto de los objetivos del
proyecto SIG – PAFC. Se fundamenta en los principios formulados por la “Teoría General
de Sistemas” , entre los cuales el de mayor relevancia es el que establece que “ el todo es
mas que las sumas del paisaje”, es decir, que la realidad de un paisaje determinado debe
concebirse y estudiarse de forma integral y no a partir de la sumatoria de elementos o
factores constitutivos tales como los suelos, el clima, la cobertura vegetal, la litología o las
actividades humanas, entre otros.
La ecología del paisaje aporta fases para el análisis de la dimensión espacial y temporal en
el estudio de las características estructurales y funcionales de los ecosistemas, y
contribuye a presentar la dinámica de los procesos ecológicos. Por otra parte, reconoce el
conjunto de las actividades desarrolladas por el hombre como uno de los factores
relevantes en la formación de los paisajes culturales, los cuales son un componente
común y característico de la geografía actual del territorio. La síntesis material de los
procesos y estructuras del nivel ecosistémico la conforma el paisaje, de manera tal que
mediante su “lectura” podemos acercarnos adecuadamente a su conocimiento.
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Los levantamientos ecológicos se efectúan de acuerdo con varios propósitos posibles:
caracterización del paisaje para el ordenamiento territorial y la planificación, monitoreo de
cambios y degradación del paisaje, caracterización de la vegetación, estudios de
biodiversidad, etc. Es así que por cada uno de estos casos es necesario determinar de
forma detallada los objetivos específicos de los estudios, ya que esto determina los
requisitos de información y el nivel de aproximación o escala del estudio en cuestión.
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REFERENCIAS
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MARCO TEORICO Y METODOLOGICO PARA LA PLANIFICACION DEL USO DE
LAS TIERRAS CON ENFASIS EN ASPECTOS FORESTALES
Las principales bases jurídicas y legales que existen en nuestro país y que se relacionan de
alguna forma con la planificación del uso de las tierras, se encuentran consignadas en la
Constitución Política de 1991, en la ley 99 de 1993 que crea el Ministerio del Ambiente, en
el decreto 2113 que reestructura al Instituto Geográfico “Agustín Codazzi” IGAC, en el
decreto 1333 de 1988, Código de régimen Departamental y en algunas leyes vigentes tales
como la ley 9 de 1989 de Reforma Urbana y algunos decretos reglamentarios del Código de
Recursos Naturales.
1.2 Ley 99 de 1993 (Ministerio del Ambiente y estructura el Sistema Nacional del
Ambiente).
Esta ley le confiere al Ministerio del Ambiente las funciones de establecer y fijar reglas y
criterios de ordenamiento ambiental del territorio, preparar planes, programas y proyectos
relacionados con el ordenamiento ambiental que se deban incluir en el plan nacional de
desarrollo y expedir y actualizar el estatuto de zonificación del uso adecuado del
territorio para su apropiado ordenamiento y las regulaciones nacionales sobre el uso del
suelo.
Adicionalmente, la ley establece que los municipios y distritos deben dictar los reglamentos
y disposiciones, las normas de ordenamiento territorial y las regulaciones del uso del suelo,
dentro de los límites establecidos por la ley.
1.3 Decreto 2113 de 1992 (reestructuración del Instituto Geográfico “Agustín Codazzi”).
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El ordenamiento territorial es entendido en el decreto 2113 como “ un proceso que
comprende un conjunto de acciones concentradas emprendidas por la nación, las entidades
territoriales y las divisiones administrativas territoriales, para ajustar la división Político
Administrativa de la Nación a las disposiciones de la Constitución, disponer de los
instrumentos para gobernar el territorio bajo su jurisdicción y para regular la transformación,
ocupación y utilización de la tierra de acuerdo con las estrategias de desarrollo social,
económico y cultural, y en armonía con el ambiente”. Por ende, se hace necesario integrar
conceptual y metodológicamente los aspectos relacionados con la planificación del uso de
la tierra como uno de sus componentes básicos. (González H. COT. No.23).
La planificación del uso de la tierra es el proceso por medio del cual se seleccionan
formas óptimas de uso de la tierra considerando la realidad biofísica, tecnológica, social,
económica y política de una región o un área en particular.
El marco general para la planificación del uso de las tierras que se utilizará en el contexto
del proyecto SIG – PAFC se basa en las guías metodólogicas propuestas por la FAO, con
algunas modificaciones y ajustes que permiten una mejor aplicación a la situación
nacional. El procedimiento se sintetiza en 3 etapas: Diagnostico y evaluación, proposición
de escenarios de ocupación de la tierra y finalmente, implementación, revisión y seguimiento
del plan.
3.1 Diagnóstico.
a. Identificación de la problemática.
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nivel regional las políticas sectoriales de uso de la tierra formuladas a nivel nacional. El
proceso de planificación debe incluir la formulación e implementación de alternativas,
entre los cuales el manejo del componente forestal constituye uno de los aspectos básicos.
Para efectos del presente proyecto se tendrán en cuenta las políticas formuladas en el
marco del “plan de acción Forestal para Colombia”, PAFC. Se dará especial énfasis a la
formulación y evaluación de alternativas en las cuales el componente forestal es prioritario
o está de alguna forma relacionado. No se considerarán otras formas de uso de la tierra
que pueden ser relevantes para la formulación de un plan de uso de la tierra, por cuanto
esta actividad de integración corresponde directamente a las entidades territoriales y puede
salirse del contexto del PAFC.
Los objetivos propuestos por el PAFC constituyen la base del proceso de planificación. De
forma resumida se enumeran los siguientes:
Lograr el máximo beneficio económico y social para las poblaciones rurales cuya
base de productividad o de subsistencia se deriva del aprovechamiento forestal
sustentable.
Elevar la participación del sector forestal en la economía nacional fortaleciendo
la silvicultura con criterios de sustentabilidad.
Proteger y recuperar ecosistemas frágiles forestales de gran valor biológico,
estratégicos para el desarrollo regional y nacional.
Para cumplir con los objetivos anteriores, el PAFC ha definido una serie de estrategias que
complementadas con otras acciones desarrolladas recientemente, sirven de base para
todos los proyectos delas entidades ejecutoras:
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Marco político – administrativo.
Zonificación y caracterización de la infraestructura física y social (transporte, salud,
educación, servicios básicos, etc).
Aspectos jurídicos y legales.
Análisis espacial funcional.
Para cada uno de los temas mencionados anteriormente especificarse los datos que
aportan información.
Con base en la información obtenida en la fase anterior, es posible proponer una serie
preliminar de “tipos de utilización de tierras” TUT alternativos, de manera que respondan a
la problemática del área y a los objetivos formulados por el PAFC.
Es fundamental reiterar que para el caso del proyecto SIG – PAFC se dará prioridad a los
TUT relacionados con los aspectos forestales y no se incluirán todas las alternativas que
deben presentarse en el contexto de la planificación del uso de las tierras.
Los TUT propuestos deben confrontarse con las características y cualidades de la tierra
producto de la zonificación ecológica, de la caracterización de los sistemas productivos y
extractivos y de las condiciones socio – económicas del área en consideración, con el fin
de establecer los diferentes niveles de aptitud y viabilidad de los TUT propuestos para
satisfacer los objetivos del desarrollo sostenible.
Las aproximaciones mas conocidas de evaluación de tierras son las que se basan en el
enfoque propuesto por la FAO desde 1976 y sus sucesivos desarrollos orientados a
formas especificas de utilización ( agricultura de secano y de riesgo, forestería,
agroforestería, etc), complementados con otras aproximaciones orientadas a la
conservación de la diversidad biológica y para la protección de áreas naturales, la
generación de modelos cuantitativos de evaluación de tierras e integración de aspectos
económicos y sociales complementarios a la evaluación biofísica.
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La aceptación definitiva de algunos de los escenarios debe contar idealmente con
mecanismos de participación ciudadana en sus múltiples instancias. Sin embargo, en
nuestro país aún nos e han determinado cuales son estos mecanismos y cómo se pueden
implementar en la práctica para los diversos niveles de gestión, regional, departamental o
municipal. Sin embargo, estos aspectos constituyen uno de los puntos centrales que
pueden llevar al éxito o al fracaso la implementación de un plan de uso de la tierra.
Una vez formulado el plan de uso de la tierra, este debe ser implementado por las
agencias responsables. Posteriormente y de forma permanente debe efectuarse el
seguimiento con el fin de garantizar su cumplimiento. Igualmente, deben evaluarse los
logros del plan, así como las dificultades y limitaciones existentes. Esta evaluación
permitirá formular un nuevo plan de uso de la tierra a la luz de los nuevos objetivos de
desarrollo y de problemática que se presente en el área en consideración.
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CONSIDERACIONES GENERALES PARA EL ANÁLISIS DE LA COBERTURA
VEGETAL
De acuerdo con lo anterior, podemos concluir que, aunque compuesta de plantas como
elementos individuales con diferentes formas adaptativas, o formas de vida, la cobertura
vegetal adquiere, en la virtud de la complejidad del nivel de organización, propiedades
estructurales y funcionales propias que no pueden ser convenientemente entendidas,
solamente con base en sus componentes biológicos (composición especifica). Debe
analizarse y buscarse el sentido a las características de la estructura organizacional.
Los sistemas ecológicos , como todo sistema material, están constituidos por un aparte
visible de una estructura y composición , el fenosistema y por una parte no visible, el
criptosistema (González B., 1981; Etter, 1990). En la practica, la identificación, ubicación,
delimitación y caracterización general de los diferentes tipos de paisajes o ecosistemas, se
realiza a través del análisis de aspectos constituyentes del fenosistema, el cual conforma
uno de los niveles de expresión sintética de los procesos ecosistémicos del paisaje.
Esta síntesis visible de los ecosistemas, el fenosistema del paisaje, se compone de dos
partes básicas: por una parte, por la morfología de la superficie terrestre o del terreno
llamada GEOFORMA y por la otra, por aquello que la recubre, conocido como COBERTURA.
Esta ultima, a su vez, esta compuesta por la cobertura vegetal, agua, hielo, suelo desnudo,
etc.
De esta manera se justifica el porqué la forma mas eficiente y ajustada para identificar y
delimitar diferentes unidades de paisaje, que en última instancia corresponden a
ecosistemas, es mediante el análisis de la geoforma y la cobertura vegetal (y otras),
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igualmente, si este ejercicio se realiza multitemporalmente, es posible, a través de estos
indicadores, percibir y cuantificar los cambios o las transformaciones del paisaje en el
tiempo, ya sean estos de origen natural o cultural.
Los indicadores de síntesis en mención tienen, cada uno, sin embargo, propiedades de
indicación particulares. La cobertura vegetal, por estar compuesta de elementos vivos y
ser el motor básico de la producción del ecosistema, se impone como indicador mucho más
sensible que permite identificar cambios a veces muy leves en el paisaje.
INDICADORES DE SÍNTESIS
ASPECTOS CARACTERISTICOS INDICACIÓN
- INTENSIDAD/AMPLITUD PALEOCLIMA
PENDIENTES - FORMA COMPOSIC.
- INCLINACION SUSTRATO
PATRON DE DRENAJE - LONGITUD HIDROLOGIA
- TIPO PROC GEOM ACTIVOS
- DENSIDAD PROC. GEOM FOSILES
- PROF. DE INSICION SUELO
COBERTURASCULTURALES-PATRONES
CULTURALES
-PATRONES
ESPACIALES
Por otro lado, se tiene que la configuración de la estructura espacial y temporal del paisaje
no se da al azar; así mismo ocurre con sus características intrínsecas, como la cobertura
vegetal y la geoforma. Por el contrario, ellas responden a una serie de principios generales
de conformación, conocidas como propiedades estructurales del paisaje (González
Bernáldes, 1981; Etter, 1990). Mediante estos principios es factible hacer un uso eficiente
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de los indicadores de síntesis del paisaje, para así analizar niveles de asociación y
relaciones espaciales existentes entre diferentes unidades de paisaje o ecosistemas.
- La estructura vectorial
- La estructura equipotencial
- La estructura celular
Las cuales conforman los ejes de ordenamiento y configuración y generan los patrones
naturales básicos. En el aspecto funcional estas propiedades tienen un efecto marcado en
la distribución y en los flujos de materiales, energía y organismos en los paisajes
Las propiedades arriba descritas son los aspectos básicos que rigen los ejes del
ordenamiento de los elementos del paisaje en las diferentes áreas del planeta, y son la
base para la posibilidad de identificación, delimitación, análisis espacial e interpretación de
los patrones (unidades) del paisaje, y por lo tanto también de la cobertura vegetal.
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En relación con la intervención humana del paisaje, uno de los componentes que más
rápido cambia es la cobertura vegetal. De acuerdo con el grado de antropización de la
cobertura vegetal y de los procesos asociados, se puede hablar de cobertura vegetal
natural, cobertura vegetal semi-natural y cobertura vegetal cultural. (Küchler 1988).
Las primeras etapas de transformación del paisaje por parte del hombre ocurren
fundamentalmente a través de la alteración y transformación de la cobertura vegetal;
algunas veces también a través de la hidrología, por ejemplo, drenaje o inundación de
áreas con fines agrícolas. Debido a la alteración de la cobertura vegetal ocurren
posteriormente cambios en otros componentes del ecosistema, como en los procesos
geomorfológicos, la hidrología, el clima (micro y macro), el suelo, la fauna, etc.
Es así que para entender la génesis de la cobertura vegetal actual es indispensable tener
presente día a día las actividades antropogénicas, o conjunto de actividades de uso del
paisaje y sus recursos, donde el concepto de USO se concibe como un atributo o factor
formador de la cobertura vegetal. En tal sentido se define en función de las actividades
humanas que ocurren en un lugar o territorio determinado.
Entendido de esta manera, el uso del paisaje y sus recursos, solamente es cartografiable (
o especializable ) mediante el análisis y cartografía de la COBERTURA (vegetal y otras), a
través de la cual se refleja materialmente el uso del paisaje. Es decir que cada cobertura,
vegetal u otra, tiene asociado uno o algunas veces más de un tipo de uso (por ejemplo
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Bosque natural (conservación, extracción de madera / leña, cacería, recreación – turismo);
Sabanas semi – naturales (ganadería extensiva de vacunos, conservación, cacería,...).
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1. Tipo Cobertura *Cob. Vegetal
*Cob. Hídrica
*Cob. Roca /suelo expuesto
*Cob. Antrópicas / construidas
*Composición
-Taxonómica
-Formas de vida
*Dinámica
-Fenología
-Fase sucesional
-Manejo antropogénico
Así en los estudios de cobertura vegetal, habrá casos en que es necesario tener en cuenta
todos los atributos (estudio de vegetación de ....) o solamente algunos de ellos (estudio de
deforestación, degradación de suelos, funciones hidrometeorológicas de la C.V., etc..).
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ESTUDIOS CON DIFERENTES OBJETIVOS EN LOS QUE SE INVOLUCRA
LA C.V
De esta manera, es claro que debe existir una baraja amplia de sistema difícilmente puede
cubrir convenientemente una multiplicidad tan grande de objetivos. Los diferentes sistemas
deben, sin embargo, tener puntos de enlace o amarre de uno con otro, de manera que sean
compatibles.
1. Objetivos *Dónde
*Para qué
CLASIFICACION Y CARTOGRAFIA
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Es mediante la georeferenciación de los diferentes aspectos del paisaje, entre ellos la
cobertura vegetal, que es posible su análisis interpretativo en el contexto ecosistémico, ya
que son muchos, si no la mayoría de los procesos, tienen una dimensión espacial.
CONCLUSIÓN
Como síntesis es necesario hacer énfasis que en el estudio dela cobertura vegetal hay
tres aspectos o entradas de información diferentes que deben ser tenidos en cuenta, ya que
llevan tres componentes complementarios del conocimiento global de la vegetación y que
están, cada uno, asociados con fuentes de información y métodos de trabajo específicos.
Son, cada uno, fundamentales para su conocimiento.
REFERENCIAS
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rurales. IGAC, Bogotá. Inédito.
2. Etter, A (1993): “Diversidad ecosistémica en Colombia hoy”, en: Nuestra Diversidad
Biológica. CEREC – Fundación Alejandro Ángel Escobar, Bogota.
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4. González – Bernáldez, F. (1981): Ecología y Paisaje. Ed. Blume, Barcelona.
5. Küchler, A.W. (1988): “The nature of vegetation”, en: Küchler, A.W. and I.S. Zonneveld
(Eds.) Vegetation Mapping. Kluwer Academic Publishers. Dordrecht – NL.
6. Naveh, Z. and A. Lieberman (1984): Landscape Ecology: Theory and Applications.
Springer Verlang. U.N.Y.
7. Zonneveld, I.S. (1979): Land Evaluation and Landscape Science. ITC textbook VII-4.
Enschede.
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Problems. Junk Publishers. The Hague.
9. _________(1988): “Composition and Structure of Vegetation”, en:Küchler, A.W. and I.S.
Zonneveld (Eds.) Vegetation mapping. Kluwer Academic Publishers. Dordrecht – NL.
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