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DOCUMENTOS BASICOS INTRODUCTORIOS

CURSO ECOLOGIA DEL PAISAJE

TABLA DE CONTENIDO

TERRITORIO: ENTIDAD SISTEMICA _________________________________________ 2


ORDENAMIENTO TERRITORIAL: HACIA UN ENFOQUE CONCEPTUAL _________ 8
MARCO TEORICO Y METODOLOGICO PARA LA PLANIFICACION DEL USO DE
LAS TIERRAS CON ENFASIS EN ASPECTOS FORESTALES ___________________ 21
CONSIDERACIONES GENERALES PARA EL ANÁLISIS DE LA COBERTURA
VEGETAL ________________________________________________________________ 26
TERRITORIO: ENTIDAD SISTEMICA

1. ANALISIS GEOGRAFICO

“La geografía enseña a conocer la tierra como sede del hombre; no es una simple
descripción de la tierra con sus mares, etc., sino que al descubrir la superficie del globo sitúa
al hombre en medio de la creación y muestra como, por un lado, este se encuentra en
situación de dependencia respecto a la naturaleza que lo circunda, y como, por otro lado, ha
intentado sustraerse a tal dependencia, con lo que la geografía viene a constituirse en el
elemento de conjunción entre la ciencia natural y la historia (Wagner, 1883)”.

“La acción del hombre y el medio geográfico”, escribió: “podríamos definir la geografía como
el estudio de la dinámica del espacio humanizado. Persistimos en considerar la
personalidad de la geografía como ciencia humana, persuadidos de que su propia
significación con respecto a las otras ciencias de la tierra consiste en considerar siempre los
fenómenos de toda clase estudiados por ella en relación con la presencia y la acción de las
actividades humanas sobre la tierra (George,1960)”.

2. ENFOQUE SISTEMICO DEL TERRITORIO

2.1. Fundamentos

Principios: Teoría General de Sistemas (Bertalanfy, 1968)

 El conocimiento de una estructura no es posible realizarlo mediante el conocimiento de


las cualidades de sus partes aisladas, es fundamental conocer los procesos que los
relacionan.

 La realidad está compuesta por unidades ordenadas en una estructura de jerarquías.

 La TGS establece patrones comunes de organización (relaciones) de los elementos


componentes.

Igual que los demás seres vivos las sociedades humanas ocupan un hábitat que existe tanto
espacial como temporalmente y que constituye nuestro ambiente. Aunque este es un
ambiente biofísico, también es un ambiente cultural con dimensiones sociales, políticas,
económicas y tecnológicas. Este planteamiento refleja la dicotomía en el estudio de las
relaciones hombre-ambiente, donde a las ciencias naturales les concierne el ambiente
natural, y las ciencias sociales y aplicadas abordan lo relacionado con el ambiente cultural.
En realidad estos componentes son inseparables; el ambiente natural no puede ser
entendido adecuadamente aislado del hombre y de sus relaciones con él, y viceversa (White
et al., 1984)

Como abordar el análisis y comprensión de esta realidad compleja? Se puede iniciar


considerando las diferentes “piezas” que constituyen el ambiente para saber de lo que está
compuesto y conocer como este trabaja; como desmantelando una maquinaria. Este proceso
se denomina análisis del ambiente; una de las aproximaciones tradicionales de la ciencia,
donde diferentes disciplinas científicas separan diferentes tipos de piezas y las estudian
aisladamente.
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El problema de esta aproximación surge cuando se trata de articular nuevamente las piezas
del ambiente, es decir cuando se pasa del análisis a la síntesis. El ensamblaje de las piezas
se hace difícil porque no se sabe suficientemente la manera como se relacionan y funcionan
juntas, o se falla en la manera como se asume el análisis inicial del ambiente para después
integrarlas como parte de un todo original. Esta aproximación la proporciona el concepto de
SISTEMA.

El enfoque de análisis sistémico aplicado en el planteamiento anterior para lo ambiental, es


igualmente posible utilizarlo en otro tipo de casos y situaciones relacionados con entidades
territoriales (v.g. departamentos, municipios, etc.)., áreas urbanas y rurales, ecosistemas
naturales y transformados, etc.

Concepto de Sistema

“Arreglo (estructura) de componentes físicos, conjunto o colección de cosas unidas o


relacionadas de tal manera que forman y actúan (función) como una unidad, una entidad o
un todo.” (Becht, 1974)

“…un conjunto de objetos, junto con las relaciones entre estos y sus atributos” (Chorley,
1962).

Son elementos del sistema:


 Componentes: elementos que lo conforman y sus atributos (tamaño, volumen,
temperatura, edad, valor numérico respecto a un standard, etc.)
 Interacción entre componentes
 Entradas
 Salidas
 Límites

Los sistemas son secciones arbitrariamente deslindadas del mundo real que presentan
algunas conexiones funcionales comunes. Von Bertalanfy (1951) distingue dos
categorizaciones diferentes, el sistema cerrado y el sistema abierto. Los sistemas cerrados
poseen límites definibles, a través de los cuales no ocurre ningún tipo de intercambio de
materia; estos rara vez se presentan en los estudios geográficos fuera del caso límite de
un estudio a escala mundial . En los sistemas abiertos la materia, energía e información
traspasa los límites del sistema y puede ser intercambiada con los sistemas circundantes.

Ley de los niveles de integración (Fiebleman, 1954)

 Sistema organizacional multinivelado, estratificado y con patrón de ramificaciones, que


subdivide los sistemas en subsistemas (Koestler,1968).

 Estructura que encapsula subestructuras. Desde el punto de vista dinámico, proceso


activado por subprocesos.

 Cada nivel jerárquico organiza al nivel inferior y genera cualidades emergentes.

 La complejidad de los niveles aumenta hacia arriba.

 No es posible reducir el nivel superior a sus componentes del inferior.

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Sistemas y modelos

La especificación del sistema, sus elementos, estados, relaciones y procesos, son en


síntesis la especificación del “mundo real” en toda su complejidad. El dilema respecto a esta
complejidad radica entre la percepción que se hace del sistema como un todo y la
imposibilidad real de aproximarse analítica y sintéticamente a su total complejidad. Esto
implica la necesidad de simplificar y la respuesta al dilema se aborda desde el concepto de
modelo y de las técnicas de modelamiento (White et al., 1984).

La palabra modelo es usada con significados distintos: una réplica, un ideal, una
representación, exhibir un modelo equivale a demostrar. En el uso científico se plantea
incorporar una parte de cada uno de los tres significados; en la construcción de modelos se
crean representaciones idealizadas de la realidad con el propósito de poner de relieve
algunas de sus propiedades.

Según Latorre (1996) un modelo sería la representación simplificada de la realidad, ya sea


mental o física; explicada en forma verbal, gráfica o matemática; en forma cualitativa o
cuantitativa; y que permite mostrar las relaciones entre los diferentes elementos de un
sistema y entre este y su entorno. También, explorar bajo un variado número de condiciones
controladas un rango de posibles respuestas del sistema sin tener que construir o alterar el
sistema real. Por lo anterior los modelos se utilizan para estudiar y comprender el
funcionamiento de los sistemas, mejorar los ya existentes o para crear nuevos.

La complejidad de la realidad hace necesarios los modelos, brindan una imagen simplificada
y aparentemente racional para ser contrastada con la realidad. Todo modelo es incompleto,
no transmiten toda la verdad sino una parte útil y comprensible de la misma, ya que el
proceso de modelamiento siempre implica la selección de algunas variables propiedades
del sistema y por lo tanto la exclusión de otras. Además, el modelo siempre estará
condicionado por los enfoques de análisis y los objetivos del estudio.

En la perspectiva de diseño y aplicación que plantean los sistemas de información geográfica


y para ilustrar estos conceptos, un mapa topográfico es un modelo espacial del territorio, que
dependiendo de su escala representa de manera general o detallada, elementos del mismo
mediante símbolos para alturas, ríos, vías, asentamientos humanos, toponimia; es un modelo
estático porque representa la estructura más que los procesos y relaciones. No obstante este
mapa puede convertirse en modelo estructural funcional si integra relaciones geográficas
distancia espacial, causa – efecto, asociación, flujos, ciclos o sucesión de eventos en
forma cualitativa o cuantitativa.

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Sistema de
Jerarquías

2.1.1. El territorio: entidad sistémica

El territorio implica espacialidad, estructura (componentes y su arreglo u organización,


jerarquías), función (diversos tipos de procesos y relaciones entre sus componentes y entre
dierentes niveles jerárquicos), y dinámica (comportamiento y/o cambios en el tiempo de
aspectos estructurales y funcionales).

Componentes biofísicos

 Biodiversidad (v.g. ecosistemas, especies animales y vegetales)


 Clima
 Geología y geomorfología
 Suelos
 Hidrología

Componentes socioeconómicos

 Asentamientos - Infraestructura
 Areas productivas agropecuarias, agroindustriales, industriales (procesos productivos y
extractivos)
 Grupos sociales (organización y procesos sociales)
 Política - Normatividad

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Sistema de Jerarquías

 País - Departamento - Municipio


 Sistema agropecuario regional - Sistemas de producción (fincas) - Agroecosistemas
 Cuenca - Subcuenca - Microcuenca
 Bioma - Ecosistema - Comunidad
 Ciudad - Poblado - Aldea - Caserío

Relaciones espacio – funcionales

 Flujos de materia, energía e información


 Procesos pasivos y activos
 Relaciones topológicas y corológicas

Jerarquías de los Centros


Urbanos

Los ámbitos territoriales y diversos tipos de regiones (nodales) pueden considerarse como
sistemas abiertos. Presentan diversos tipos de movimientos (flujos), que se efectúan a través
de diferentes canales (redes) hacia los nudos de esa red y su organización en una jerarquía
con una integración final de las zonas intersticiales, consideradas como superficies. Esta
progresión desde flujos de energía, materia o información hasta elementos espaciales
identificables representados en la gráfica siguiente, puede asociarse a elementos
geográficos como carreteras, centros poblados, jerarquía urbana y zonas relacionadas con
diversos usos de la tierra (Haggett, 1976).

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Estadios de análisis en los sistemas regionales: A) Movimientos
B) Redes C) Nudos D) Jerarquías E) Superficies

Atribuir el carácter de sistema abierto al territorios o regiones específicas implica analizarlo


desde las características típicas de tales sistemas. Chorley (1962) indica que los sistemas
abiertos poseen alguna de las seis características siguientes: (1) la necesidad de un
suministro de energía para el mantenimiento y la preservación del sistema, junto a la
necesidad de (2) llegar a un estado estable en el cual la importación y exportación de
energía se ve compensada por ajustes de forma, (3) regularse a si mismo por medio de
ajustes homeostáticos, (4) mantener magnitudes óptimas durante períodos de tiempo, (5)
mantener su organización y su forma a través del tiempo en lugar de tender hacia un máximo
de entropía, (6) comportarse de modo “equifinal” , en el sentido de que condiciones iniciales
diferentes puedan conducir a resultados finales semejantes.

Haggett (1974) establece que en los sistemas territoriales o regionales es posible encontrar
alguna de estas características. La organización territorial necesita de un constante
movimiento de gente, bienes, dinero e información para mantenerse; un exceso de
movimientos hacia adentro puede verse compensado por cambios de forma (v.g. expansión
de la ciudad y crecimiento urbano tentacular), así como movimiento disminuido puede llevara
la contracción y a ciudades fantasmas. Respecto a la tercera condición, el área de influencia
de una ciudad puede expandirse o contraerse para hacer frente a flujos acrecentados o
disminuidos. Berry y Garrison (1958) sugieren que cumple con las condiciones cuatro y
cinco, en cuanto a que la forma de las relaciones (urbanas) entre rango y tamaño urbanos
tienden a ser relativamente constantes en el espacio y el tiempo. Finalmente la creciente
convergencia de las formas de las principales ciudades en distintos continentes, sugiere que
el sistema abierto urbano tiene la capacidad de comportarse de modo equifinal.

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ORDENAMIENTO TERRITORIAL: HACIA UN ENFOQUE CONCEPTUAL

Por: Rubén D. Utria - Asesor en planificación del desarrollo

INTRODUCCIÓN

Desde hace algún tiempo viene hablándose en Colombia con un creciente interés sobre
“ordenamiento territorial” y la discusión alcanzo su clímax en torno a los trabajos de la
Asamblea Nacional Constituyente. Sin embargo la atención de los políticos y estudiosos
del tema ha estado centrada casi exclusivamente - y así quedó consignado en la nueva
constitución – en una sola de las muchas dimensiones del concepto: la político
administrativa. Es decir los limites de las entidades territoriales, la descentralización, la
participación, las transferencias y la equidad y la autonomía para los municipios.

En efecto, los 12 artículos de la constitución de 1991 consagrados al tema están


exclusivamente dedicados a dichos aspectos; los esfuerzos de la Asociación Colombiana
de Municipios se han concentrado en el rescate de “el Municipio como eje fundamental de
la acción pública; y los actuales trabajos de la Comisión Nacional de Ordenamiento
Territorial creada por la Asamblea Constituyente parecen cada vez mas orientados hacia el
problema de la división político-administrativa y las reivindicaciones de los intereses
regionales y locales. Por su parte, la contribución de los especialistas privados parece
encaminada principalmente por el mismo rumbo, con énfasis en la descentralización y la
autonomía regional y local. El mas interesante aporte conocido de este sector -- la del
destacado estudioso de los problemas del desarrollo regional y local, Alberto Mendoza y si
propuesta metodológica “el ordenador” gira en torno a los aspectos geográficos y socio
culturales y la participación local.

Indudablemente todos los anteriores en foques son válidos y merecen toda consideración,
pero pueden resultar insuficientes porque soslayan ciertos aspectos claves, como la
naturaleza ecológica del territorio y la importante función económica y geopolítica en los
procesos de desarrollo nacional, regional y local. Y consecuentemente, también soslayan
los aspectos relativos a la eficiencia en la ocupación y explotación del territorio y sus
recursos naturales conexos, así como su sostenibilidad como recurso básico del
desarrollo.
Quizá se trate de un problema de semántica, en el sentido de que se refieran
simplemente a la división política – administrativa del país para los fines de gobierno y
no propiamente de ordenamiento territorial. Es decir, que se este utilizando
inapropiadamente el termino “ordenamiento territorial” para el manejo de los limites de las
jurisdicciones territoriales, en vez de reservarlo para los conceptos, objetivos y métodos
relativos a la búsqueda, la racionalidad, la eficiencia, y el manejo estratégico o
geopolítico en la ocupación y el uso del territorio nacional y cada una de sus unidades
territoriales.

Por esta razón resulta muy pertinente intentar ampliar y profundidad los anteriores
enfoques. A continuación se presenta – y solo con fines de provocación de la discusión
del taller – una concepción que pone el énfasis en los aspectos ambientales y de manejo
geopolítico del espacio territorial nacional y local.

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1. EL CONCEPTO DE ORDENAMIENTO.

En el concepto de las ciencias y el desarrollo el “ordenamiento territorial” es la parte de la


planificación consagrada a la maximización de la racionalidad y la eficiencia en los
objetivos y procesos de ocupación y aprovechamiento del territorio y sus recursos. Es
decir, de la localización territorial de las actividades de desarrollo nacional y local y los
fenómenos y dinámicas espaciales inherentes a ella.

En una concepción sistémica de estos procesos, la eficiencia tiene que referirse


forzosamente a las principales dimensiones y variables del territorio, su ocupación y sus
usos, y no simplemente a las político- administrativas, por importantes que estas últimas
sean. Es por ello por lo que resulta conveniente poner el énfasis , al menos, en las
eficiencias ecológicas, económica, social y geopolítica.

Dichas eficiencias se derivan de la mayor o menor compatibilidad entre el ecosistema


natural y la sociedad que lo ocupa y explota y sus correspondientes procesos de
desarrollo. Es decir, entre la tierra y sus recursos naturales conexos, por una parte, y la
población asentada y sus actividades económicas.

En general este ordenamiento – o planificación territorial – persigue establecer relaciones


sinérgicas entre el sistema de recursos naturales enmarcados en el territorio y los
sistemas y escalas de poblamiento, asentamiento y producción. Pretende con ello superar
el relacionamiento conflictivo que se genera entre dichos sistemas, para que éste
beneficie a la sociedad y simultáneamente asegure la protección y la sostenibilidad del
territorio y sus recursos naturales.

Este cambio en el relacionamiento es necesario e insoslayable por una razón simple


pero contundente: por una parte – y al margen de la diversidad y la versatilidad que los
caracteriza – los ecosistemas naturales están construidos y organizados básicamente
para generar básicamente una cantidad, una calidad y una intensidad dadas de
producción genérica y especializada de bienes y servicios ecológicos, sociales y
económicos; se caracterizan por un alto grado de vulnerabilidad y relativa finitud; y
además, deben ser conservados y reservados para asegurar la supervivencia de las
generaciones futuras y del planeta mismo. Por otra, el hombre y su sociedad tienen
inexorablemente que subsistir, progresar y desarrollarse a expensas de dichos recursos
naturales. Por ello los aprovechan y explotan a través de la presión demográfica y de los
sistemas de producción y sus escalas y tecnologías. Todo esto en función de las
ideologías dominantes y sus valores y conductas ambientales, reflejadas en el
tratamiento dado a los recursos naturales y en la gestión político – administrativa
ambiental en general.

Cuando no se logra un relacionamiento sinérgico el territorio y sus recursos naturales


conexos comienzan a vulnerarse y pueden llegar a agotarse o destruirse. Con ello la
naturaleza ha perdido una batalla, pero quien pierde realmente la guerra que entraña
este relacionamiento -- y en muchos casos en forma irreversible -- es la sociedad y sus
posibilidades de progreso y desarrollo. Igualmente con ello la sociedad ha pecado de
ineficiencia ecológica pero también de ineficiencia económica, porque de los registros
naturales dependen en gran medida la riqueza y el desarrollo económico de los países.
Esta reflexión adquiere mayor interés cuando se trata de países subdesarrollados, como
Colombia.

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Esta ultima consideración permite afirmar que el ordenamiento ambiental territorial
también -- y fundamentalmente – persigue la eficiencia económica de las actividades
sociales y económicas. Esto es particularmente valido en el contexto del los supremos
colectivos y nacionales y en la perspectiva del largo plazo, lo que entraña la eficiencia
política y administrativa. Y en lo tocante a su contribución a la maximización del bienestar
social, es pertinente también afirmar que persigue la eficiencia social.

En efecto, cada una de las unidades del territorio nacional y sus respectivos recursos
naturales tienen unas características y potencialidades definidas y limitadas que le
imprimen un grado de aptitud ambiental para la oferta de bienes y servicios. Y con ello,
también puede desplegar una disponibilidad y unas escalas de uso ecológicamente
compatible y una capacidad de soporte también definidas y limitadas, cuyos umbrales y
techos deben ser respetados si no se quiere desencadenar patologías ambientales y
eventualmente provocar colapsos ecológicos.

Por ello no es ecológica, económica, social ni políticamente razonable ni rentable, por


ejemplo, urbanizar las tierras agrícolas; o sobre explotar las tierras de ladera; o ampliar la
frontera agrícola a costa del patrimonio forestal y selvático; o terraplenar los lagos,
ciénagas, bahías y cursos de agua para habitar; o deforestar sobre explotar y destruir los
suelos de las cuencas hidrográficas a costa del sistema hídrico y los microclimas locales.
Tampoco lo es colonizar innecesariamente las reservas selváticas periféricas y fronterizas
cuando se cuenta en áreas ya incorporadas con suficiente tierra para la agricultura y la
ganadería; o poblar las zonas que son fuentes de cursos de agua o lugares de recarga de
acuíferos; o desvegetalizar los cerros que circundan las ciudades para extraer leña y
materiales de construcción; o alterar inconsultamente sistemas naturales de escorrentías
y de venas freáticas con la instalación de vías y otras obras de infraestructura; o introducir
abruptamente sistemas de embalses y generación hidroeléctrica y emplazamientos
industriales contaminadores en ecosistemas comprometidos en la generación y
conservación masiva de especies animales y vegetales necesarias para la economía y
para el equilibrio ecológico.

Por otra parte, el aprovechamiento racional del territorio y sus recursos naturales conexos
también entraña un enfoque conceptual de eficiencia no solo en la rentabilidad económica
sino también ecológica. El sistema de regiones del territorio nacional, la localización de
los centros urbanos y sus sistemas de intercomunicación, la vinculación urbano-rural y el
Inter. Relacionamiento entre regiones constituyen – entre otros- factores directamente
dependientes de los recursos naturales emplazados en las diferentes unidades
territoriales. Por ello su legalización y desarrollo no puede quedar al azar, ni responder
simplemente a circunstancias del legado histórico; ni ser confiadas al resultado de las
fuerzas del mercado; sino que tienen que responder a una racionalidad de manejo eficiente
del espacio socioeconómico. Es decir, a una estrategia de configuración e integración de
la estructura espacial del desarrollo nacional.

Si este ultimo no ocurre puede suceder que las unidades territoriales de mayor riqueza,
potencialidad y valor estratégico sean abandonadas o subutilizadas mientras que la
población y el desarrollo socio-económico se encuentra en unidades de menor riqueza e
importancia; hay grandes centros urbanos que ya no pueden seguir creciendo porque han
saturado ya la capacidad de soporte del ecosistema y, por tanto, ya solo pueden operar a
base de deseconomías ecológicas y de aglomeración; varias regiones se encuentran
sobre explotadas y la presión sobre algunos de sus recursos naturales ha llegado a los
topes ecológica y económicamente permisibles; varios ejes interregionales e Interurbanos
están generando un desarrollo urbanizador lineal paralelo que contradice y amenaza la

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aptitud y la productividad ecológica de las tierras que atraviesan; algunas de las reservas
forestales y ecológicas están siendo diezmadas sin necesidad, porque el país dispone de
suficientes tierras aptas dentro de la actual frontera agrícola. Es evidente que buena parte
de la población y la actividad económica en las cuencas bajas del Magdalena, el Cauca, el
Sinú, el San Jorge y otros ríos estén localizadas en áreas del alto riesgo de inundabilidad
periódica. Y así podrían señalarse otros ejemplos que reflejan la necesidad de un manejo
estratégico de la estructura espacial del desarrollo nacional.

En este punto de la conceptualización es pertinente aclarar que el “ordenamiento ambiental


territorial” es solo un ejercicio especializado en los aspectos ambientales y espaciales que
forma parte de un esfuerzo planificador más amplio; la planificación de la “estructura
espacial del desarrollo nacional”, que incluye el estudio y la integración de todas las
variables del desarrollo nacional en su relacionamiento con el espacio territorial.

Por otra parte – y retornando el concepto de ordenamiento ambiental- la optimización de la


compatibilidad entre la aptitud ecológica y las actividades socio-económicas que genera el
ordenamiento ambiental territorial tiene como finalidad fundamental conciliar la oferta
ambiental con la demanda social de bienes y servicios ambientales, para lograr así el
necesario balance ambiental. Este balance es pertinente e insoslayable porque la
naturaleza funciona a base de una dinámica de equilibrio ecológico en trono al cual se
combinan armónicamente energías, ciclos, producción, productividad y muchos otros
factores ecológicos. Sin este balance la relación hombre-tierra se torna conflictiva y tarde o
temprano sobreviene la degradación de los recursos naturales y con ello la destrucción de
riqueza, el empobrecimiento de amplios grupos de la población y el subdesarrollo.

Por el camino del desbalance se degrada la naturaleza; pero también se arruina el hombre.
En efecto, cuando las actividades socio-económicas no se cumplen dentro de este
imperativo de balance surgen numerosos fenómenos adversos para el desarrollo: los
bosques y la vegetación protectora de los suelos y estabilizadora del clima desaparecen,
causando erosión e inestabilidad en el microclima local; los suelos agrícolas se escurren
vertiginosamente al galope incontenible de las escorrentía, generando sedimentación de
valles, cursos de aguas, ciudades y represas; las cuencas hidrográficas se deterioran y con
ello se interrumpe el ciclo hídrico, falta de agua, se reseca la tierra, los cultivos se quedan
sin riego, los embalses hidroeléctricos se secan y sedimentan y se afecta el microclima; la
destrucción de la vegetación despoja de nichos y hábitat a la fauna; la desaparición del
manglar facilita las inundaciones y empobrece la pesca y el aniquilamiento de los
paramos reduce las fuentes de agua; los lagos, ciénagas y cursos de agua son
desecados y terraplenados para habilitar tierras, para habitar y cultivar; la minería esteriliza
tierras, sedimenta ríos y desestabiliza laderas; los asentamientos humanos también sufren
directamente el impacto, porque en las áreas interandinas los derrumbes y los
deslizamientos de tierra ciegan muchas vidas y arrasan viviendas y obras de
infraestructura, y los sistemas de alcantarillado se colmatan; los emplazamientos
industriales y agroindustriales mal situados contaminan las mejores tierras agrícolas,
pecuarias y forestales.

Así, por la vía del desbalance entre la oferta y la demanda ambiental y el consecuente
desorden ambiental territorial, el país termina urbanizando y destruyendo sus tierras mas
fértiles para reemplazarlas temerariamente con la destrucción de las laderas y reservas
forestales hacia las cuales son arrinconados los campesinos pobres. Al mismo tiempo, y
como consecuencia de desajustes sociales en la estructura de la tenencia, termina
subestimando las mejores tierras agrícolas y concentrando la población y el desarrollo de
las áreas menos aptas; localizando sus asentamientos y actividades productivas en áreas

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inundables o inestables; concentrando peligrosamente la población y el desarrollo en
pocos centros y marginando el campo. Dando la espalda a sus océanos; manejando mal
sus espacios fronterizos; e ignorando el valor estratégico del ordenamiento territorial para los
fines del desarrollo.

2. FACTORES DETERMINANTES DEL ORDENAMIENTO.

Cinco instrumentos conceptuales y metodológicos principales dominan con mayor


incidencia este ejercicio de ordenamiento territorial con acento en la dimensión ambiental:
1) La compatibilidad ecológica de los usos de la tierra; 2) la compatibilidad de intensidad de
los usos de la tierra; 3) la compatibilidad en el manejo de la tierra y sus recursos
naturales conexos en el ejercicio de los usos; 4) la coherencia entre los usos y la
estrategia espacial del desarrollo nacional; 5) la coherencia entre uso, la intensidad, el
manejo y la estrategia espacial con el compromiso con el futuro.

2.1. La compatibilidad ecológica de los usos de la tierra.

La compatibilidad ecológica se relaciona con la coherencia que debe existir en cada


unidad del territorio nacional entre la ecoestructura natural y territorial ocupada por la
población – y que le sirve de soporte territorial, ecológico, biológico y socioeconómico – y las
actividades productivas y sociales que dicha población cumple. Es decir, con el tipo de uso.

Como ya fue señalado, cada ecosistema tiene una estructura y una capacidad de
producción, una productividad y una capacidad de recilencia limitadas y especializadas,
dentro de las cuales su rendimiento puede ser máximo y a perpetuidad y más allá del cual
tal crecimiento puede ser decreciente, llegar a ser mínimo y aun tender hacia la
destrucción.

Este condicionamiento tiene que ver con la “capacidad de so-porte” propuesta por
Volterra (1934), la “relación hombre – tierra” de que habla Esteban Strauss (1965) y – en
una concepción planetaria- con la racionalidad que inspiro el predicamento del grupo
Meadows (1970) sobre “los limites del crecimiento”.

Así, ordenar ambientalmente el espacio es buscar y establecer grados adecuados de


coherencia a escala nacional, regional, local y zonal entre sus ecoespacios y todos sus
ámbitos y procesos – por un lado - y la respectiva comunidad que lo ocupa y sus
sistemas de explotación, por otro.

La compatibilidad ecológica es una función de la identificación de la aptitud ecológica de


cada unidad territorial y la consecuente identificación de sus usos compatibles. Es decir
los usos mas convenientes desde el punto de vista de la racionalidad ecológica de la
tierra y sus recursos conexos. Y la identificación de la aptitud de cada unidad del territorio
es uno de los ejercicios básicos del ordenamiento ambiental. Al mismo tiempo la falta de
esa compatibilidad se detecta y analiza con base en el diagnostico ambiental territorial,
ejercicio que constituye el punto de partida dl proceso metodológico del ordenamiento.

La eficiencia y las potencialidades ambientales se optimizan cunado la compatibilidad


ecológica entre las actividades socio-económicas y las aptitudes de la tierra y sus
recursos conexos se hace mayor. Por tanto, el beneficio económico neto se optimiza cuando
los recursos productivos – en vez de desvalorizarse y consumirse - mantienen o
acrecientan su valor a lo largo del proceso productivo. Al mismo tiempo el beneficio social

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neto también se acrecienta cuando las condiciones ambientales – lejos de constituirse en
factor patógeno - contribuyen a generar mas bienestar social y a disminuir los costos
sociales del medio ambiente.

2.2 La compatibilidad en la intensidad del medio ambiente.

Para que exista compatibilidad en el uso no es suficiente zonificar territorialmente los


usos de la tierra sino también limitar las escalas o grados de intensidad de los procesos
de explotación de dicha tierra y sus recursos naturales conexos.

Ello es así porque, como fue señalado inicialmente, cada unidad de tierra tiene una
capacidad de producción y productividad dadas y limitadas aún contando con la
correspondiente capacidad de recilencia. Por tanto en cada uso es preciso mantener los
niveles de intensidad de explotación por debajo de los topes de eficiencia ecológica de
cada unidad de tierra.

Con este propósito en mente este ejercicio planificador puede orientarse básicamente al
ordenamiento del de cada uno de los usos considerados compatibles y deseables en
función de varios parámetros pertinentes de carácter cuantitativo.

Uno de ellos es la capacidad de soporte que se refiere a los umbrales y límites de


producción y productividad ecológicas de la respectiva unidad territorial, mas allá de la
cual su ecosistemas funciona forzado y corre peligro de enfermarse y aún de llegar al
colapso.

Otro es el de umbrales de aprovechamiento que se relaciona con las deseconomías


ecológicas, económicas y sociales que se producen en ciertos casos cunado la escala de
un ecosistema esta por debajo de los umbrales o por encima de los topes de
disponibilidad de los recursos básicos y sus niveles de productividad.

Otro es el de la escala humana, cuando se trata de asentamientos, que se refiere al tamaño


de estos en función de los riesgos de hipertrofia y los correspondientes trastornos
ambientales de tipo sico-sociales que pueden afectar a la población.

2.3 La compatibilidad en el manejo de la tierra y sus recursos naturales conexos.

Para los efectos del ordenamiento territorial se entiende por manejo el conjunto de
normas, pautas y procedimientos pertinentes para el correcto uso y el desarrollo sostenido
de la tierra y sus recursos conexos, en función de las racionalidades ecológicas ,
económica y el compromiso de la preservación ambiental.

Como el caso anterior, no basta con que un uso sea compatible; tampoco es suficiente que
su intensidad responda a los topes de productividad ecológica. También es necesario que
las formas de explotación y aprovechamiento que se expresan en la tecnología empleada
y en el manejo especifico de cada una de las operaciones del proceso de operación del
uso, en general la conducta de los usuarios, sean igualmente compatibles.

Para ellos el ordenamiento territorial en función del manejo de la tierra y sus recursos
conexos debe expresarse en un conjunto de normas, especificaciones técnicas y
reglamentaciones referidas a cada unidad territorial que describan y rijan la intervención
de los usuarios. Estas, por tanto deben referirse a cada uno de los aspectos ecológicos,

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económicos y de estrategia de conservación de cada uno de los procesos operativos de
uso.

2.4 La coherencia entre los usos y la estrategia espacial del desarrollo nacional.

Los tres criterios de ordenamiento anteriormente reseñados deben ser concordantes con
los principios y objetivos de la estrategia espacial del desarrollo nacional. Como ya se
anotó, dicha estrategia se relaciona con la búsqueda de eficiencia en la localización e
integración de las actividades y procesos socio-económicos a fin de que la estructura
espacial nacional en su conjunto responda mas funcional y rentablemente a los
requerimientos y objetivos del desarrollo del país.

Ello significa que la zonificación de usos de la tierra, así como la intensidad y las formas
operativas que estos deben ser compatibles con la estructura regional, urbana y de
espacios geopolíticos que requiere el desarrollo nacional. Este debe ser diseñada
previamente como parte del proceso planificador de la dimensión espacial del desarrollo
nacional.-

2.5 La coherencia entre los usos y el compromiso con el futuro.

El ordenamiento ambiental territorial no solo debe estar referido al presente y el futuro


inmediato sino, también, hacia el cumplimiento de los compromisos biológicos e históricos
con las generaciones del lejano futuro. No se trata simplemente de un postulado
ideológico del ambientalismo romántico sino de un compromiso de toda la humanidad
basado en la convicción de que de ello depende la supervivencia de la especie humana y
de cada pueblo en particular. Se trata también de la supervivencia de la vida en el
planeta y de la conservación de este.

El desarrollo de este compromiso el ordenamiento ambiental territorial debe incluir la


selección, el acondicionamiento y las reservas de las unidades territoriales y sus recursos
que deben ser destinadas a esta misión. Igualmente debe preocuparse por reglamentar los
usos y sus escalas y normas de manejo en función de estos inspirados objetivos de
perpetuidad. La “estrategia para la conservación y el desarrollo sostenible” que
recientemente formulada y acogida por la comunidad internacional constituye el marco
adecuado para este ejercicio específico del ordenamiento ambiental territorial.

3. HACIA EL ORDENAMIENTO DEL TERRITORIO COLOMBIANO.

Los enfoques conceptuales y metodológicos de la planificación Colombiana y las


correspondientes políticas de desarrollo en Colombia no han incluido y no incluyen aún
un adecuado manejo de los aspectos espaciales del desarrollo. Si se examinan los 8
planes de desarrollo formulados entre 1962 y el presente se observa que nuestras
políticas e y estrategias de desarrollo son a-espaciales. Al respecto puede decirse que
apenas pueden encontrarse ciertas referencias generales a los aspectos regionales y
urbanos en algunos pocos de ellos, con el “plan de las cuatro estrategias” y el “plan de
integración nacional”. Es decir, que no incluyen la dimensión espacial o territorial.
Constituyen planeamientos básicamente sectoriales macroeconómicos y abstractos sin
proyección funcional y político-administrativa en el territorio.

Otro tanto ocurre con la dimensión ambiental del desarrollo nacional; es decir, los
aspectos relativos a la conciliación entre los objetivos y medios del estilo tradicional y
vigente de desarrollo y los objetivos ambientales de la sociedad Colombiana y de la

14
humanidad entera. Sin embargo es justo anotar que en los últimos meses se observa cierto
interés por el estudio de algunos aspectos ambientales.

Esta característica de la planificación del desarrollo en Colombia – que es compartida por


otros países latinoamericanos – involucra dos restricciones importantes para el tema que
nos ocupa: por un lado entraña un desconocimiento de la ecología y de la geografía: por
otro refleja un enfoque superficial e ineficiente de la naturaleza y la dinámica de los
procesos del desarrollo nacional.

En el primer caso se desconoce la interacción sistémica que existe entre las actividades
humanas y sociales y el territorio en que estás se emplazan y sus características
fisiográficas y representado por la tierra y sus recursos naturales conexos; y también se
subestima el hecho de que todos los procesos sociales y económicos del desarrollo se
proyectan y emplazan en el espacio, es decir, en el territorio.

La subestimación de la geografía y la ecología resulta un fenómeno curioso en un país


en donde estos dos factores le ha impreso siempre un sello característico a la vida y al
desarrollo nacional y porque su conocimiento comenzó muy temprano con José Celestino
Mutis y el Barón de Humbolt y se afianzo con Agustín Codazzi. Por su parte el
desconocimiento de la ecología y los desafíos ambientalistas es sorprendente en un
país que cuenta con el primero y mas avanzado código de los recursos naturales
renovables y protección del ambiente.

Este desenfoque sobre la naturaleza, la dinámica y las dimensiones del desarrollo


nacional parece ser fruto de las concepciones pan-económicas “rostovianas” que fueron
difundidas inmediatamente a comienzo de la última posguerra mundial, que la
planificación oficial Colombiana no ha podido aún superar. Y ahora con las nuevas
doctrinas neoliberales la situación puede resultar mas difícil al quedar la producción y las
actividades socioeconómicas en manos de las fuerzas del mercado.

Como parte de este cuadro de desenfoques de la planificación – y en buena parte


consecuencia de esté – el país enfrenta un serio problema de degradación sistemática y
progresiva de sus recursos naturales y del medio ambiente. Por sus cuencas hidrográficas
se escurren millones de hectáreas de suelos agrícolas; la deforestación compulsiva de
los bosques naturales y laderas para improvisar tierra para sembrar se hace cada vez
mas masiva y desenfrenada, con el estimulo y la complicidad del estado; la colonización
de las reservas forestales y santuarios de fauna es propiciada por políticos en busca de
votos; las tierras mas fértiles del país y quizá del mundo - la sabana de Bogotá y el Valle
del Cauca están siendo urbanizadas, “pavimentadas” y contaminadas en forma irracional e
incontenible; las laderas andinas continúan siendo escaladas y degradadas
persistentemente por los campesinos sin tierras; y los principales ríos incorporados al
desarrollo nacional se encuentran sedimentados y contaminados gravemente.

Mientras todo esto sucede, muchas de las ciudades andinas están derrumbándose a
pedazos como consecuencia de la ocupación anti ecológica de sus cerros circundantes,
mientras que las actividades extractivas incontroladas están desestabilizando laderas y
generan voluminosas descargas de sedimentación sobre la ciudad y sus alcantarillados y
acueductos; y las ciudades ribereñas padecen anualmente inundaciones cada mes mas
severas. Las fuentes de los acueductos de la mayoría de las ciudades y pueblos están
siendo degradadas y las rondas protectoras de los ríos y depósitos de agua han
desaparecido. La falta de adecuado manejo y control de los agroquímicos está
envenenando tierras y campesinos en los valles arroceros y algodoneros y la floricultura

15
esta sobre explotando fértiles tierras periurbanas en los grandes centros andinos. Por
su parte el proceso de desaparición de numerosas especies vegetales y faunísticas
continúa acelerándose y las talas y quemas continúan siendo prácticas generalizadas
en todo el territorio ocupado. La falta de una alternativa energética para los campesinos
y pequeños poblados esta acabando con todo tipo de vegetación en procura de leña y
carbón. Al mismo tiempo lagunas, ciénagas, manglares y ecosistemas acuáticos frágiles
están sucumbiendo ante la urbanización, la construcción inconsulta de obra de
infraestructura o de la pesca sin control. Y todo ello ocurre en un contexto territorial en el
cual las tierras no están siendo utilizadas con la debida compatibilidad ecológica,
económica y de manejo estratégico del desarrollo nacional.

Por eso resulta muy pertinente aprovechar la oportunidad de este importante taller de
ordenamiento territorial – organizado por el IGAC, el departamento de planeación
nacional, la comisión de ordenamiento territorial y otros importantes organismos – para
insistir en la urgencia de dominar y aplicar los conceptos y métodos del ordenamiento
territorial, concebido este bajo una óptica sistémica.

16
LA ZONIFICACION ECOLÓGICA COMO BASE PARA EL ESTUDIO INTEGRAL
DEL PAISAJE Y LA PLANIFICACIÓN DEL USO DE LAS TIERRAS

Ángela Andrade

La formulación de alternativas de ocupación del territorio en una región cualquiera, ya sea


para proponer usos agrícolas, pecuarios, forestales, agroforestales, de conservación, u
otros, exige un conocimiento del medio biofísico y socio – económico lo mas cercano a la
realidad.

El desarrollo histórico de las investigaciones orientadas al estudio del medio biofísico ha


tenido cambios importantes en el transcurso del tiempo. Hoy en día se están consolidando
aproximaciones conceptuales, basadas en un enfoque sistemático, que se acerca más a
un real entendimiento del espacio geográfico , y por lo tanto permiten una formulación más
adecuada de políticas de manejo y ocupación de territorio.

Esta aproximación integral al estudio de la realidad geográfica fue iniciada hace muchos
años por Alexander Von Humboldt, quien introdujo el concepto del paisaje (landschaft)
como la expresión íntegra de una porción de la superficie de la tierra. Este enfoque
promovido por Humboldt se ha materializado de diferentes maneras a través del tiempo, y
se ha concretado en la formulación de metodologías aplicadas en varios países,
especialmente a partir de los 60 años. Entre ellos se destacan “ La aproximación de
Sistema de Paisaje” en Australia, el “Sistema de Clasificación Biofísica del Paisaje” del
Canadá, la “Ecología del Paisaje” en los países europeos (Holanda, Alemania,
Checoslovaquia, entre otros).

Para el caso Colombiano, las metodologías que más se aproximan a este enfoque son las
“ Guías para el análisis fisiográfico” desarrolladas conjuntamente entre el ITC y el CIAF, y
aplicadas en el CIAF, y posteriormente los “levantamientos ecológicos del paisaje” (1)
Efectuados en la unidad de Levantamientos Rurales de la Subdirección de Docencia e
Investigación del IGAC y en el IDEADE de la universidad Javeriana. Entre estos estudios
vale la pena resaltar, los siguientes: “levantamiento Ecológico del área de Colonización
del Guaviare” (2) “levantamiento Ecológico del Medio y Bajo Río Caquetá” (3) y
“Levantamiento Ecológico de la Cuenca del Río Chicamocha” (4).

Los enfoques tradicionales del análisis del territorio se basan en el estudio independiente
de información técnica elaborada en forma separada por diferentes disciplinas (climatología,
estudio de suelos, geología, geomorfología, etc) la cual posteriormente es superpuesta
cartográficamente con el fin de obtener unidades “homogéneas” o unidades con
condiciones biofísicas o socio - económicas similares. Este enfoque, en muchos casos,
no llega a resultados satisfactorios, debido a que cada estudio monodisciplinarios se realiza
con objetivos propios sin la necesaria visión de conjunto que permita la integración de la
información. Así, los modelos resultantes no se ajustan a la realidad.

El tipo de estudios descrito es el más común en nuestro país. Sin embargo, para los
objetivos que se buscan en el proyecto SIG – PAFC son insuficientes y presentan un
conocimiento sesgado y limitado de la realidad, especialmente en lo relacionado con
aspectos bióticos y la caracterización de la cobertura vegetal, ya sea esta natural,
seminatural o cultural.

17
Objetivos y alcances de la ecología del paisaje.

La ecología del paisaje constituye hoy por hoy el marco teórico más apropiado para el
estudio integrado del paisaje, como pretende serlo en el contexto de los objetivos del
proyecto SIG – PAFC. Se fundamenta en los principios formulados por la “Teoría General
de Sistemas” , entre los cuales el de mayor relevancia es el que establece que “ el todo es
mas que las sumas del paisaje”, es decir, que la realidad de un paisaje determinado debe
concebirse y estudiarse de forma integral y no a partir de la sumatoria de elementos o
factores constitutivos tales como los suelos, el clima, la cobertura vegetal, la litología o las
actividades humanas, entre otros.

La ecología del paisaje aporta fases para el análisis de la dimensión espacial y temporal en
el estudio de las características estructurales y funcionales de los ecosistemas, y
contribuye a presentar la dinámica de los procesos ecológicos. Por otra parte, reconoce el
conjunto de las actividades desarrolladas por el hombre como uno de los factores
relevantes en la formación de los paisajes culturales, los cuales son un componente
común y característico de la geografía actual del territorio. La síntesis material de los
procesos y estructuras del nivel ecosistémico la conforma el paisaje, de manera tal que
mediante su “lectura” podemos acercarnos adecuadamente a su conocimiento.

La unidad de paisaje, se constituye como la unidad fundamental de análisis y se define


como “una porción de la superficie terrestre con patrones de homogeneidad, conformada
por un conjunto complejo de sistemas de producto de la actividad de las rocas, el agua, el
aire, las plantas, los animales y el hombre, que por su Fisionomía es reconocible y
diferenciable de otras vecinas” (Etter (1990), adaptado de Zonneveld (1979).).

El análisis integrado se basa en la posibilidad de identificar y caracterizar las unidades del


paisaje con base en sus indicadores externos de síntesis. Las características externas
del paisaje son aquellas que permiten su reconocimiento y su diferenciación espacial.
Están compuestas principalmente por dos aspectos que materializan la síntesis de los
procesos ecológicos: la geoforma, la cual se refiere a todos los elementos que tienen que
ver con la morfología de la superficie terrestre (relieve, litología, geomorfología, suelos,
entre otros) y la cobertura (vegetal y otras) que trata los elementos que forman parte del
recubrimiento de la superficie terrestre, ya sean de origen natural o cultural.

En la actualidad, el análisis ecológico del paisaje se facilita en gran medida debido a la


existencia de tecnologías que permiten visualizar de manera integral la realidad geográfica
de un territorio, como son las imágenes de sensores remotos, las cuales incluyen fotografías
aéreas, imágenes de satélite e imágenes de radar, entre otras.

En la actualidad, el análisis ecológico del paisaje se facilita en gran medida debido a la


existencia de tecnologías que permiten visualizar de manera integral la realidad geográfica
de un territorio, como son las imágenes de sensores remotos, las cuales incluyen
fotografías aéreas, imágenes de satélite e imágenes de radar, entre otras.

Resultados de un levantamiento ecológico del paisaje.

Los resultados de un levantamiento ecológico comprenden un mapa ecológico o de


unidades de paisaje, con una leyenda tabular mediante la cual es posible establecer de
manera clara y precisa correlaciones entre los diferentes atributos del paisaje, y así lograr
una interpretación integrada de un territorio.

18
Los levantamientos ecológicos se efectúan de acuerdo con varios propósitos posibles:
caracterización del paisaje para el ordenamiento territorial y la planificación, monitoreo de
cambios y degradación del paisaje, caracterización de la vegetación, estudios de
biodiversidad, etc. Es así que por cada uno de estos casos es necesario determinar de
forma detallada los objetivos específicos de los estudios, ya que esto determina los
requisitos de información y el nivel de aproximación o escala del estudio en cuestión.

Por otra parte, la búsqueda de criterios para la caracterización y cartografía de la


cobertura vegetal actual de cualquier espacio exige tener cada vez mas en cuenta las
actividades de origen antrópicos directamente ligadas al concepto de uso del paisaje, el
cual se concibe como un atributo o factor formador de la cobertura vegetal.

La posibilidad de integrar de manera adecuada la información socio - económica en el


análisis de uso del paisaje en áreas rurales, requiere de una base especial mediante la
cual sea factible delimitar y caracterizar los agroecosistemas, los sistemas de producción
y los sistemas de extracción. Para este fin resulta imprescindible un análisis espacio -
temporal de unidades de paisaje con énfasis en la cobertura vegetal (natural y
antropogénica) ya que es a través de este aspecto que se materializan las diferentes
formas de uso.

NIVELES DE OBJETIVOS IMÁGENES DE


APROXIMACIÓN SENSORES REMOTOS
Planificación del uso de las tierras a nivel Imágenes de satélite:
RECONOCIMIENTO regional: regiones /departamentos / LANDSAT y SPOT
cuencas. imágenes de radar.
Escala 1:500.000 – Identificación general y formulación de Fotografía aéreas a
1:100.000 proyectos. pequeña escala: < 1:60.000
Identificación de áreas prioritarias para el
desarrollo de proyectos agropecuarios.
Identificación general de áreas potenciales
para reforestación, conservación y / o
recuperación.
Planificación del uso de las tierras a nivel Imágenes de satélite:
SEMIDETALLADO local: municipios / distritos/ provincias/ LANDSAT y SPOT
subcuencas. imágenes de radar.
Escala 1:25.000 – Evaluación de tierras de tipo cuantitativo. Fotografías aéreas a escala
1:100.000 Determinación de la factibilidad técnica de media: 1: 20.000 -
Areas < 10.000 Km2 proyectos de desarrollo forestales 1:40.000.
(reforestación , recuperación de áreas
degradadas, conservación)
Planificación del uso de las tierras a nivel Fotografías aéreas a gran
DETALLADO detallado: Municipios/ veredas/ fincas/ escala: < a 1:20.000
microcuencas.
Escalas 1:5.000 – Estudios de factibilidad técnica y
1:25.000 económica de proyectos de desarrollo
forestal.
Obtención de información técnica para
implementación de proyectos.
Diseños y desarrollo de estudios para
implementación de proyectos.
Diseños y desarrollo de estudios
experimentales a nivel finca.

19
REFERENCIAS

1. Etter, A. (1990). Notas de clase para el curso de Ecología del Paisaje. U.


Levantamientos Rurales, Subdirección de Docencia e Investigación, IGAC.
2. Andrade, A. y A. Etter (1987). Levantamiento Ecológico del Área de colonización del
Guaviare, proyecto DAINCO – CASAM – Centro Interamericano de Fotointerpretación –
CIAFC-.
3. Duivenvoorden et. al. (1988). Levantamiento Ecológico de la cuenca media del río
Caquetá en la Amazonía Colombiana. Corporación de Araracuara.
4. IDEADE (1992 – 1993). Diagnóstico Regional Integrado de la Cuenca Media del Río
Chicamocha. Universidad Javeriana.
5. Etter, A. (1990). Notas de clase para el curso de Ecología del Paisaje. U.
Levantamientos Rurales, Subdirección de Docencia e Investigación, IGAC.
6. Andrade, A. y A. Etter (1987). Levantamiento Ecológico del Área de colonización del
Guaviare, proyecto DAINCO – CASAM – Centro Interamericano de fotointerpretación –
CIAFC -.
7. Duivenvoorden et. al. (1988). Levantamiento Ecológico de la cuenca media del río
Caquetá en la Amazonía Colombiana. Corporación de Araracuara.
8. IDEADE (1992-1993). Diagnostico Regional Integrado de la Cuenca Media del Río
Chicamocha. Universidad Javeriana.

20
MARCO TEORICO Y METODOLOGICO PARA LA PLANIFICACION DEL USO DE
LAS TIERRAS CON ENFASIS EN ASPECTOS FORESTALES

Por Ángela Andrade

1. Marco legal para la planificación del uso de las tierras

Las principales bases jurídicas y legales que existen en nuestro país y que se relacionan de
alguna forma con la planificación del uso de las tierras, se encuentran consignadas en la
Constitución Política de 1991, en la ley 99 de 1993 que crea el Ministerio del Ambiente, en
el decreto 2113 que reestructura al Instituto Geográfico “Agustín Codazzi” IGAC, en el
decreto 1333 de 1988, Código de régimen Departamental y en algunas leyes vigentes tales
como la ley 9 de 1989 de Reforma Urbana y algunos decretos reglamentarios del Código de
Recursos Naturales.

1.1 Constitución Política de Colombia.

Le confiere a los municipios el ordenamiento de su territorio y la reglamentación de los


usos del suelo. (Cap. 3 Art.311 y 313). A los departamentos les atribuye la función de
expedir disposiciones relacionadas con la planeación, el desarrollo económico y el
ambiente. (Art. 300).

A nivel nacional establece que el estado planificara el manejo y aprovechamiento de los


recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o
sustitución. (Art. 80).

1.2 Ley 99 de 1993 (Ministerio del Ambiente y estructura el Sistema Nacional del
Ambiente).

Esta ley le confiere al Ministerio del Ambiente las funciones de establecer y fijar reglas y
criterios de ordenamiento ambiental del territorio, preparar planes, programas y proyectos
relacionados con el ordenamiento ambiental que se deban incluir en el plan nacional de
desarrollo y expedir y actualizar el estatuto de zonificación del uso adecuado del
territorio para su apropiado ordenamiento y las regulaciones nacionales sobre el uso del
suelo.

Adicionalmente, la ley establece que los municipios y distritos deben dictar los reglamentos
y disposiciones, las normas de ordenamiento territorial y las regulaciones del uso del suelo,
dentro de los límites establecidos por la ley.

A las corporaciones autónomas regionales (CARS), les atribuye la coordinación de


departamentos, municipios y demás entidades miembros del Sistema Nacional Ambiental,
en la formulación de planes, programas y proyectos del desarrollo ambiental, de protección
del medio ambiente y de los recursos naturales renovables.

1.3 Decreto 2113 de 1992 (reestructuración del Instituto Geográfico “Agustín Codazzi”).

El decreto que reestructura al Instituto Geográfico “Agustín Codazzi”, IGAC, le confiere a la


entidad la función de efectuar investigaciones sobre metodologías de ordenamiento
territorial y planificación como apoyo a la gestión de las entidades territoriales.

21
El ordenamiento territorial es entendido en el decreto 2113 como “ un proceso que
comprende un conjunto de acciones concentradas emprendidas por la nación, las entidades
territoriales y las divisiones administrativas territoriales, para ajustar la división Político
Administrativa de la Nación a las disposiciones de la Constitución, disponer de los
instrumentos para gobernar el territorio bajo su jurisdicción y para regular la transformación,
ocupación y utilización de la tierra de acuerdo con las estrategias de desarrollo social,
económico y cultural, y en armonía con el ambiente”. Por ende, se hace necesario integrar
conceptual y metodológicamente los aspectos relacionados con la planificación del uso de
la tierra como uno de sus componentes básicos. (González H. COT. No.23).

2. Bases conceptuales para la planificación del uso de las tierras.

La planificación del uso de la tierra es el proceso por medio del cual se seleccionan
formas óptimas de uso de la tierra considerando la realidad biofísica, tecnológica, social,
económica y política de una región o un área en particular.

El objeto fundamental es influenciar, controlar o dirigir los cambios en el uso de la tierra,


de tal forma que esta se dedique a su uso más beneficioso, mientras se mantiene la
calidad del medio ambiente y se promueve la conservación de los recursos naturales.

La planificación del uso de la tierra está orientada a indicar y proponer alternativas


sostenibles de utilización del ambiente, identificando planes, programas y proyectos, en su
dimensión tanto espacial como temporal.

El uso de la tierra comprende el conjunto de actividades desarrolladas por el ser humano


en un territorio determinado, bajo ciertas condiciones tecnológicas, sociales, económicas y
culturales. Se refiere a actividades de tipo agrícola, pecuario, industrial, forestal,
conservacionista, urbano, recreacional, etc.

De acuerdo al nivel de aproximación de los estudios, el uso de la tierra se puede


contextualizar en diferentes niveles de aproximación territorial: el departamento, el
municipio, la finca, etc. Así, los usuarios de las tierras pueden ser tanto los campesinos
mismos como agremiaciones sectoriales de la producción, entidades encargadas de la
administración de los parques naturales o la administración misma.

3. Guía metodológica para la planificación del uso de las tierras.

El marco general para la planificación del uso de las tierras que se utilizará en el contexto
del proyecto SIG – PAFC se basa en las guías metodólogicas propuestas por la FAO, con
algunas modificaciones y ajustes que permiten una mejor aplicación a la situación
nacional. El procedimiento se sintetiza en 3 etapas: Diagnostico y evaluación, proposición
de escenarios de ocupación de la tierra y finalmente, implementación, revisión y seguimiento
del plan.

3.1 Diagnóstico.

a. Identificación de la problemática.

El proceso de planificación del uso de la tierra en nuestro país se sustenta en la necesidad


de dar cumplimiento a los requisitos de elaboración de planes de uso de la tierra u
ordenamiento del uso del suelo que actualmente poseen las entidades territoriales y que
deben ser coordinados por las CARs, así como en la importancia de integrar y plasmar a

22
nivel regional las políticas sectoriales de uso de la tierra formuladas a nivel nacional. El
proceso de planificación debe incluir la formulación e implementación de alternativas,
entre los cuales el manejo del componente forestal constituye uno de los aspectos básicos.
Para efectos del presente proyecto se tendrán en cuenta las políticas formuladas en el
marco del “plan de acción Forestal para Colombia”, PAFC. Se dará especial énfasis a la
formulación y evaluación de alternativas en las cuales el componente forestal es prioritario
o está de alguna forma relacionado. No se considerarán otras formas de uso de la tierra
que pueden ser relevantes para la formulación de un plan de uso de la tierra, por cuanto
esta actividad de integración corresponde directamente a las entidades territoriales y puede
salirse del contexto del PAFC.

b. Formulación de objetivos específicos.

Los objetivos propuestos por el PAFC constituyen la base del proceso de planificación. De
forma resumida se enumeran los siguientes:

 Lograr el máximo beneficio económico y social para las poblaciones rurales cuya
base de productividad o de subsistencia se deriva del aprovechamiento forestal
sustentable.
 Elevar la participación del sector forestal en la economía nacional fortaleciendo
la silvicultura con criterios de sustentabilidad.
 Proteger y recuperar ecosistemas frágiles forestales de gran valor biológico,
estratégicos para el desarrollo regional y nacional.

Para cumplir con los objetivos anteriores, el PAFC ha definido una serie de estrategias que
complementadas con otras acciones desarrolladas recientemente, sirven de base para
todos los proyectos delas entidades ejecutoras:

 Reorientar los usos de la tierra en áreas de colonización en que exista una


fuerte presión sobre el bosque. Esto se refiere a proponer alternativas de uso en
las áreas ya abiertas con el fin de evitar la expansión de la deforestación.
 Promover la creación de bosques plantados para mejorar el abastecimiento de la
industria forestal, garantizar suministro de leña y carbón de palo para las
poblaciones rurales.
 Establecer bosques protectores en áreas criticas (con alto riesgo de degradación
de suelos).
 Recuperar y conservar los ecosistemas forestales existentes.
 Consolidar áreas de manejo especial en áreas críticas.
 Determinar áreas en las cuales se puedan implementar los certificados de incentivo
forestal.

c. Definición de requisitos de información y datos básicos necesarios.

La información básica necesaria para dar cumplimiento a un proyecto de planificación del


uso de las tierras debe considerar los siguientes temas, cada uno representado
cartográficamente con su respectiva base de datos:

 Zonificación ecológica del área.


 Caracterización de los sistemas productivos y extractivos. ( en función de aspectos
biofísicos, técnicos, económicos, sociales y culturales).

23
 Marco político – administrativo.
 Zonificación y caracterización de la infraestructura física y social (transporte, salud,
educación, servicios básicos, etc).
 Aspectos jurídicos y legales.
 Análisis espacial funcional.

Para cada uno de los temas mencionados anteriormente especificarse los datos que
aportan información.

d. Descripción y análisis del uso actual de la tierra.

Los resultados de la fase de diagnostico confluyen en una síntesis de la forma de


ocupación actual de la tierra junto con una evaluación de los limitantes y las
posibilidades para garantizar un uso sostenido de los recursos naturales y la satisfacción
de las necesidades básicas de la población. Esta síntesis debe igualmente presentarse
cartográficamente, de acuerdo con el nivel de intensidad del estudio en cuestión.

e. Evaluación de las tierras con énfasis en los aspectos forestales.

Con base en la información obtenida en la fase anterior, es posible proponer una serie
preliminar de “tipos de utilización de tierras” TUT alternativos, de manera que respondan a
la problemática del área y a los objetivos formulados por el PAFC.

Es fundamental reiterar que para el caso del proyecto SIG – PAFC se dará prioridad a los
TUT relacionados con los aspectos forestales y no se incluirán todas las alternativas que
deben presentarse en el contexto de la planificación del uso de las tierras.

Los TUT propuestos deben confrontarse con las características y cualidades de la tierra
producto de la zonificación ecológica, de la caracterización de los sistemas productivos y
extractivos y de las condiciones socio – económicas del área en consideración, con el fin
de establecer los diferentes niveles de aptitud y viabilidad de los TUT propuestos para
satisfacer los objetivos del desarrollo sostenible.

Las aproximaciones mas conocidas de evaluación de tierras son las que se basan en el
enfoque propuesto por la FAO desde 1976 y sus sucesivos desarrollos orientados a
formas especificas de utilización ( agricultura de secano y de riesgo, forestería,
agroforestería, etc), complementados con otras aproximaciones orientadas a la
conservación de la diversidad biológica y para la protección de áreas naturales, la
generación de modelos cuantitativos de evaluación de tierras e integración de aspectos
económicos y sociales complementarios a la evaluación biofísica.

f. Confrontación entre el uso actual y los tipos de utilización de tierras forestales.

La propuesta de alternativas de ocupación de la tierra debe contemplar y evaluar de forma


integral una amplia gama de tipos de utilización de tierras, no exclusivamente las que
hacen énfasis en aspectos forestales como en el caso del presente proyecto tiene un
alcance limitado.

Estas alternativas deben expresarse en el espacio y el tiempo a manera de escenarios


prospectivos de ocupación de la tierra y en función de los objetivos de desarrollo.

24
La aceptación definitiva de algunos de los escenarios debe contar idealmente con
mecanismos de participación ciudadana en sus múltiples instancias. Sin embargo, en
nuestro país aún nos e han determinado cuales son estos mecanismos y cómo se pueden
implementar en la práctica para los diversos niveles de gestión, regional, departamental o
municipal. Sin embargo, estos aspectos constituyen uno de los puntos centrales que
pueden llevar al éxito o al fracaso la implementación de un plan de uso de la tierra.

3.3 Implementación, seguimiento y evaluación.

Una vez formulado el plan de uso de la tierra, este debe ser implementado por las
agencias responsables. Posteriormente y de forma permanente debe efectuarse el
seguimiento con el fin de garantizar su cumplimiento. Igualmente, deben evaluarse los
logros del plan, así como las dificultades y limitaciones existentes. Esta evaluación
permitirá formular un nuevo plan de uso de la tierra a la luz de los nuevos objetivos de
desarrollo y de problemática que se presente en el área en consideración.

25
CONSIDERACIONES GENERALES PARA EL ANÁLISIS DE LA COBERTURA
VEGETAL

ANDRES ETTER - INSTITUTO DE ESTUDIOS AMBIENTALES PARA EL DESARROLLO –


IDEADE- UNIVERSIDAD JAVERIANA

La cobertura vegetal (CV), o vegetación, puede ser definida como el resultado de la


asociación espacio-temporal de elementos biológicos vegetales característicos, los cuales
conforman unidades estructurales y funcionales. En este sentido, el concepto de cobertura
vegetal trasciende el nivel de complejidad del organismo mismo (vegetal en este caso), de
manera que su estudio nos ubica fundamentalmente en nivel ecosistémico de concreción
material de la realidad (figura 1).

De acuerdo con lo anterior, podemos concluir que, aunque compuesta de plantas como
elementos individuales con diferentes formas adaptativas, o formas de vida, la cobertura
vegetal adquiere, en la virtud de la complejidad del nivel de organización, propiedades
estructurales y funcionales propias que no pueden ser convenientemente entendidas,
solamente con base en sus componentes biológicos (composición especifica). Debe
analizarse y buscarse el sentido a las características de la estructura organizacional.

El nivel de organización ecosistémico , del cual la CV forma parte, se concreta en la


realidad material mediante el paisaje, el cual expresa la integralidad de la interacción
espacio – temporal de los factores formadores de los ecosistemas, tanto bióticos, como
físicos y antrópicos. Esta premisa constituye uno de los fundamentos principales de la
Teoría Ecológica del Paisaje, teoría que ofrece herramientas conceptual – metodológicas
para una aproximación integrada al estudio de los ecosistemas y por lo tanto de la
cobertura vegetal (ver: Zonneveld, 1979; Naveh y Lieberman, 1984; Forman y Gordón,
1986).

Los sistemas ecológicos , como todo sistema material, están constituidos por un aparte
visible de una estructura y composición , el fenosistema y por una parte no visible, el
criptosistema (González B., 1981; Etter, 1990). En la practica, la identificación, ubicación,
delimitación y caracterización general de los diferentes tipos de paisajes o ecosistemas, se
realiza a través del análisis de aspectos constituyentes del fenosistema, el cual conforma
uno de los niveles de expresión sintética de los procesos ecosistémicos del paisaje.

Esta síntesis visible de los ecosistemas, el fenosistema del paisaje, se compone de dos
partes básicas: por una parte, por la morfología de la superficie terrestre o del terreno
llamada GEOFORMA y por la otra, por aquello que la recubre, conocido como COBERTURA.
Esta ultima, a su vez, esta compuesta por la cobertura vegetal, agua, hielo, suelo desnudo,
etc.

Estos dos componentes de la expresión material de los ecosistemas, están íntimamente


relacionados y se comportan como indicadores de síntesis del paisaje, ya que ellos
emergen como resultado de la interacción espacio-temporal de los factores ecosistémicos.
Lo anterior implica que cualquier cambio tanto en el espacio como en el tiempo del paisaje,
puede, de igual manera, ser perceptible mediante el estudio de estos dos componentes.

De esta manera se justifica el porqué la forma mas eficiente y ajustada para identificar y
delimitar diferentes unidades de paisaje, que en última instancia corresponden a
ecosistemas, es mediante el análisis de la geoforma y la cobertura vegetal (y otras),

26
igualmente, si este ejercicio se realiza multitemporalmente, es posible, a través de estos
indicadores, percibir y cuantificar los cambios o las transformaciones del paisaje en el
tiempo, ya sean estos de origen natural o cultural.

Con base en lo anterior se pone de manifiesto que la cobertura vegetal trasciende la


asociación misma de plantas de un lugar. Se constituye así en uno de los niveles macro
básicos de la bioindicación. (Zonneveld 1983).

Los indicadores de síntesis en mención tienen, cada uno, sin embargo, propiedades de
indicación particulares. La cobertura vegetal, por estar compuesta de elementos vivos y
ser el motor básico de la producción del ecosistema, se impone como indicador mucho más
sensible que permite identificar cambios a veces muy leves en el paisaje.

INDICADORES DE SÍNTESIS
ASPECTOS CARACTERISTICOS INDICACIÓN

 MACRO RELIEVE - TIPO  GEOGENESIS



GEOFORMA

- INTENSIDAD/AMPLITUD PALEOCLIMA
 PENDIENTES - FORMA  COMPOSIC.
- INCLINACION SUSTRATO
 PATRON DE DRENAJE - LONGITUD  HIDROLOGIA
- TIPO  PROC GEOM ACTIVOS
- DENSIDAD  PROC. GEOM FOSILES
- PROF. DE INSICION  SUELO

 COBERTURA VEGETAL -FISIONOMÍA GNRAL  CLIMA (macro, micro)


-FORMAS DE VIDA  HIDROLOGIA
-BIOTIPOLOGIA  SUELO / SUSTRATO
-FENOLOGIA  ACT. HUMANA – USO
-ESTRATIFICACION  PROC. GEOM.
DE BIOMASA ACTIVOS
-COMPOS.FLORISTICA  REGIMEN DE
-TIPO DE LIMITES PERTURBACION
COBERTURA

 COBERTURASCULTURALES-PATRONES
CULTURALES

-PATRONES
ESPACIALES

 COBERTURAS HÍDRICAS -TIPO


-FORMA

 COBERTURAS ROCA / SUELO

PROPIEDADES ESTRUCTURALES DEL PAISAJE

Por otro lado, se tiene que la configuración de la estructura espacial y temporal del paisaje
no se da al azar; así mismo ocurre con sus características intrínsecas, como la cobertura
vegetal y la geoforma. Por el contrario, ellas responden a una serie de principios generales
de conformación, conocidas como propiedades estructurales del paisaje (González
Bernáldes, 1981; Etter, 1990). Mediante estos principios es factible hacer un uso eficiente

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de los indicadores de síntesis del paisaje, para así analizar niveles de asociación y
relaciones espaciales existentes entre diferentes unidades de paisaje o ecosistemas.

Las características estructurales y funcionales de un paisaje están determinadas por su


aspecto básico por tres propiedades generales (González – Bernáldes, 1981; Etter, 1990):

- La estructura vectorial
- La estructura equipotencial
- La estructura celular

Las cuales conforman los ejes de ordenamiento y configuración y generan los patrones
naturales básicos. En el aspecto funcional estas propiedades tienen un efecto marcado en
la distribución y en los flujos de materiales, energía y organismos en los paisajes

a. La propiedad vectorial. Es la que define en forma general las toposecuencias o


asociaciones de relieve de las diferentes geoformas, las cuales determinan
comportamientos o patrones repetitivos predecibles. Esto se asimila al concepto de catena
que lleva implícitos patrones asociativos de topografía, suelos, vegetación y uso.
Esta propiedad está directamente ligada y es producto del tipo se sustrato y su
génesis (Clima, litología, edad, geomorfología, hidrología .....).

b. La propiedad equipotencial. Esta se origina en las variaciones latitudinales y


altitudinales , que determinan las condiciones climáticas generales y que a su vez general
las características de zonalidad. Las variaciones latitudinales dependen de la rotación
y translación de la tierra y tienen dimensiones planetarias; las variaciones altitudinales se
originan en las barreras orogróficas que pueden acentuar o contrarrestar los patrones
latitudinales.

c. La propiedad celular. Una tercera propiedad es la que determina la discretividad


espacial, y que por lo general crea límites de tipo más abrupto en el paisaje. Esta
propiedad se origina en las discontinuidades de los patrones de distribución del sustrato
(litología, hidrología, suelos) debido a intrusiones, deposiciones, drenaje, etc. estos
determinan las características de azonalidad e intrazonalidad. Otros factores que generan
patrones de discretividad espacial son las actividades humanas por medio de las quemas,
mecanización y fertilización recurrentes.

Las propiedades arriba descritas son los aspectos básicos que rigen los ejes del
ordenamiento de los elementos del paisaje en las diferentes áreas del planeta, y son la
base para la posibilidad de identificación, delimitación, análisis espacial e interpretación de
los patrones (unidades) del paisaje, y por lo tanto también de la cobertura vegetal.

COBERTURA VEGETAL Y LAS ACTIVIDADES ANTROPOGENICAS

Tradicionalmente se ha tendido a utilizar el concepto de vegetación para aplicarlo a


coberturas vegetales naturales, excluyendo así las de origen antropogénico o coberturas
vegetales culturales, creando una dicotonomía conceptual que ha traído numerosos
problemas, ya que en términos ecosistémicos , cualquier cobertura vegetal cumple una
función ecológica independientemente de su origen. Adicionalmente a esta consideración,
en demasiadas ocasiones la posibilidad de establecer una diferencia nítida entre coberturas
vegetales naturales y no naturales es muy problemática.

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En relación con la intervención humana del paisaje, uno de los componentes que más
rápido cambia es la cobertura vegetal. De acuerdo con el grado de antropización de la
cobertura vegetal y de los procesos asociados, se puede hablar de cobertura vegetal
natural, cobertura vegetal semi-natural y cobertura vegetal cultural. (Küchler 1988).

Entre los procesos responsables de la configuración actual de los paisajes, el hombre ha


venido adquiriendo cada día un papel más preponderante , hasta el punto que la mayor
parte de los paisajes actuales de la tierra son el producto, o están de alguna manera
influidos por las actividades humanas. Así por ejemplo, se tiene para el caso de Colombia
se ha estimado que, a la fecha, solamente entre el 60 y 65% de la superficie se halla
cubierta y por tipos de vegetación naturales y semi naturales , estando el restante 35 a 40%
del territorio ocupado por coberturas vegetales predominantemente culturales (Etter 1993).

Las primeras etapas de transformación del paisaje por parte del hombre ocurren
fundamentalmente a través de la alteración y transformación de la cobertura vegetal;
algunas veces también a través de la hidrología, por ejemplo, drenaje o inundación de
áreas con fines agrícolas. Debido a la alteración de la cobertura vegetal ocurren
posteriormente cambios en otros componentes del ecosistema, como en los procesos
geomorfológicos, la hidrología, el clima (micro y macro), el suelo, la fauna, etc.

Las actividades humanas producen y han producido en el tiempo una transformación


gradativa de los paisajes o ecosistemas originales, en función del tipo, intensidad y
persistencia de las actividades en cuestión. En relación con estos grados de transformación
se reconocen cinco tipos generales de paisajes (Forman y Gordón 1986), a los que se
asocian igualmente tipos diferentes de cobertura vegetal predominante (tabla 1).

Es así que para entender la génesis de la cobertura vegetal actual es indispensable tener
presente día a día las actividades antropogénicas, o conjunto de actividades de uso del
paisaje y sus recursos, donde el concepto de USO se concibe como un atributo o factor
formador de la cobertura vegetal. En tal sentido se define en función de las actividades
humanas que ocurren en un lugar o territorio determinado.

Se evita de esta manera la confusión entre cobertura – uso prevaleciente en numerosos


sistemas de análisis, clasificación y cartografía.

TIPO DE PAISAJE TIPO DE USO COBERTURA VEGETAL


NATURAL Sistema de Conservación Cobertura Vegetal natural
MANEJADO Sistema de Extracción Cobertura Vegetal Semi-
Sistemas de Conservación Natural

CULTIVADO Sistemas de Producción Cobertura Vegetal Cultural


Sistema de Extracción
SUBURBANO Sistemas de Producción Cobertura Vegetal cultural
Sistemas de Asentamiento
Sistemas de Industrialización
URBANO Sistemas de Asentamiento Cobertura Vegetal Cultural
Sistemas de Industrialización
Tabla 1. Niveles de transformación humana del paisaje

Entendido de esta manera, el uso del paisaje y sus recursos, solamente es cartografiable (
o especializable ) mediante el análisis y cartografía de la COBERTURA (vegetal y otras), a
través de la cual se refleja materialmente el uso del paisaje. Es decir que cada cobertura,
vegetal u otra, tiene asociado uno o algunas veces más de un tipo de uso (por ejemplo
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Bosque natural (conservación, extracción de madera / leña, cacería, recreación – turismo);
Sabanas semi – naturales (ganadería extensiva de vacunos, conservación, cacería,...).

La génesis de la cobertura vegetal, como expresión de la génesis del paisaje, puede


visualizarse como un proceso de transformación de la cobertura vegetal natural original a
una cobertura vegetal actual en la que se encuentran diferentes niveles de interacción
antropogénica:

 Cobertura Vegetal Natural: Fisionomía, estructura y composición resultante de


procesos fundamentalmente no antropogénicos.

 Cobertura Vegetal Semi-Natural: Fisionomía, estructura y composición resultante


de procesos naturales y antropogénicos, pero donde encuentran elementos
vegetales intencionalmente introducidos.

 Cobertura Vegetales Culturales: Fisionomía, estructura y composición resultante


de procesos predominantemente antropogénicos, donde se encuentran elementos
vegetales intencionalmente introducidos (vgr cultivados).

Generalmente, para un mismo sitio o condición biofísica donde ha existido alguna


intervención humana, es posible encontrar gradaciones y mosaicos de C.V. culturales, en
las cuales permanecen elementos vegetales comunes, mayormente relacionados con
especies pioneras.

CLASIFICACIÓN DE LA COBERTURA VEGETAL

En cuanto concierne a la clasificación de la CV, es conveniente en primera medida


establecer la diferencia que existe entre los términos clasificación y caracterización ya que
con frecuencia se tiende a mezclarlos y utilizarlos indistintamente. Un sistema de
clasificación de un aspecto cualquiera de la realidad, tal como lo anota Zonneveld (1988),
debe basarse en atributos o parámetros propios de ese aspecto y no de otros, ya que no es
conceptualmente viable clasificar un aspecto mediante atributos de otro diferente. Es decir,
para un sistema de clasificación de la CV, deben utilizarse atributos de la CV misma.

Sí es posible, sin embargo, pensar en caracterizar adicionalmente e interpretar los tipos


resultantes de una clasificación, en términos de factores o aspectos relacionados con el
objeto de clasificación. Así por ejemplo tipos de cobertura vegetal resultantes de una
clasificación, pueden caracterizarse en función de otros factores ecosistémicos, o de
atributos de estos, vgr. Clima, hidrología, suelo, fauna, actividad antropogénica, etc...

Para el caso de la cobertura vegetal, las características o atributos de clasificación que le


son propios, pueden agruparse en cuatro aspectos: Morfológicos, composicionales,
dinámicos y de origen o génesis (tabla siguiente).

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1. Tipo Cobertura *Cob. Vegetal
*Cob. Hídrica
*Cob. Roca /suelo expuesto
*Cob. Antrópicas / construidas

2. Génesis Cob. Vegetal *Naturales


*Semi-naturales
*Culturales de reemplazo

3. Características Cob. Vegetal *Morfológicas


-Fisionomía (macro /micro)
-Estructura vertical
-Estructura horizontal
-Estratificación biomasa

*Composición
-Taxonómica
-Formas de vida

*Dinámica
-Fenología
-Fase sucesional
-Manejo antropogénico

FUENTES DE INFORMACIÓN *CAMPO


*SS.RR. ALTA RESOL : FF.AA., RADAR
*SS.RR. INTERM. RESOL: SATELITE
*SS.RR. BAJA RESOL: SATELITE
(METEREOL)
*INF. SECUNDARIA
Atributos de la C.V y fuentes de información.

ESTUDIOS DE COBERTURA VEGETAL

El tipo de atributos de la CV seleccionados para llevar a cabo un estudio de cobertura


vegetal no deben ser siempre ni todos ni los mismos. Esto depende enteramente de los
objetivos que prosiga el estudio en cuestión. Bajo un orden lógico, los objetivos/ metas
de un estudio en particular determinan los requerimientos de información que debe contener
la base de datos a ser utilizada. Lo que es fundamental, sin embargo, es que la selección
de los atributos a tener en cuenta para cada caso, debe realizarse dentro de un mismo
marco de conceptos y definiciones que hagan factibles la compatibilización y la comparación
de un estudio con otro.

En función de los objetivos y metas de un estudio se hace necesario establecer en primera


estancia, los requerimientos de información, los cuales a su vez indicarán cuales son los
atributos relevantes a ser tenidos en cuenta. Existe en la investigación una clara tendencia a
obviar este paso y a pretender siempre incluir el máximo posible de información, lo cual
desvirtúa objetivos y metas, a tiempo que le resta eficiencia al proceso de investigación.

Así en los estudios de cobertura vegetal, habrá casos en que es necesario tener en cuenta
todos los atributos (estudio de vegetación de ....) o solamente algunos de ellos (estudio de
deforestación, degradación de suelos, funciones hidrometeorológicas de la C.V., etc..).

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ESTUDIOS CON DIFERENTES OBJETIVOS EN LOS QUE SE INVOLUCRA
LA C.V

 Estudio general de Vegetación


 Zonificación Ecológica
 Inventarios de flora
 Uso actual del paisaje
 Detección de cambios / transformación del paisaje
 Análisis e interpretación de relaciones ecosistémicas
 Estudios biogeográficos
 Ordenamiento Territorial y planificación
 Apoyo a la elaboración de Mapas climáticos
 Análisis funcional ecosistémico (fragmentación, flujos, conectividad..)
 Estudios históricos con base en Bioindicación y secuencias Multitemporales
 Ecosistemas silvestres remanentes
 Distribución original de especies animales y / o vegetales
 Manejo, conservación y recuperación de recursos naturales y ecosistemas
 Estudios de biodiversidad de especies y ecosistemas
 Estudios de fauna
 Etc....

De esta manera, es claro que debe existir una baraja amplia de sistema difícilmente puede
cubrir convenientemente una multiplicidad tan grande de objetivos. Los diferentes sistemas
deben, sin embargo, tener puntos de enlace o amarre de uno con otro, de manera que sean
compatibles.

PROCEDIMIENTO GENERAL DE ESTUDIO DE LA CV

1. Objetivos *Dónde
*Para qué

2. Requerimientos de información *Que


*A que nivel

3. Atributos de C.V a ser tenidos en cuenta *Que

4. Selección de sistema de clasificación y *Cómo


representación espacial / funcional y fuentes
de información

CLASIFICACION Y CARTOGRAFIA

Como se menciono anteriormente, dos de los aspectos fundamentales de la cobertura


vegetal son su expresión espacial y sus cambios temporales. Por esta razón la
presentación cartográfica es un aspecto imprescindible para las posibilidades de su análisis
y la interpretación de resultados de cualquier aspecto del paisaje.

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Es mediante la georeferenciación de los diferentes aspectos del paisaje, entre ellos la
cobertura vegetal, que es posible su análisis interpretativo en el contexto ecosistémico, ya
que son muchos, si no la mayoría de los procesos, tienen una dimensión espacial.

CONCLUSIÓN

Como síntesis es necesario hacer énfasis que en el estudio dela cobertura vegetal hay
tres aspectos o entradas de información diferentes que deben ser tenidos en cuenta, ya que
llevan tres componentes complementarios del conocimiento global de la vegetación y que
están, cada uno, asociados con fuentes de información y métodos de trabajo específicos.
Son, cada uno, fundamentales para su conocimiento.

a) Fuentes relativas a la espacialización y la cartografía de la CV


b) Fuentes de clasificación y descripción de la CV
c) Fuentes para la caracterización externa, interpretación y análisis de correlación con
otros factores ecológicos.

REFERENCIAS

1. Etter, A (1990): Ecología del Paisaje: un marco de integración para los levantamientos
rurales. IGAC, Bogotá. Inédito.
2. Etter, A (1993): “Diversidad ecosistémica en Colombia hoy”, en: Nuestra Diversidad
Biológica. CEREC – Fundación Alejandro Ángel Escobar, Bogota.
3. Forman, R.T.T. and M. Gordon (1986): Landscape Ecology. J. Wiley. New York.
4. González – Bernáldez, F. (1981): Ecología y Paisaje. Ed. Blume, Barcelona.
5. Küchler, A.W. (1988): “The nature of vegetation”, en: Küchler, A.W. and I.S. Zonneveld
(Eds.) Vegetation Mapping. Kluwer Academic Publishers. Dordrecht – NL.
6. Naveh, Z. and A. Lieberman (1984): Landscape Ecology: Theory and Applications.
Springer Verlang. U.N.Y.
7. Zonneveld, I.S. (1979): Land Evaluation and Landscape Science. ITC textbook VII-4.
Enschede.
8. ________(1983): “Principles of Bioindication of Environment Through Vegetation”, en:
Steubing, L. and H.J. Jäger (Eds.) Monitoring of Air Pollutants by Plants:Methods and
Problems. Junk Publishers. The Hague.
9. _________(1988): “Composition and Structure of Vegetation”, en:Küchler, A.W. and I.S.
Zonneveld (Eds.) Vegetation mapping. Kluwer Academic Publishers. Dordrecht – NL.

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