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PURIFICACION- TOLIMA
MODULO
Subject: Biology Period: First # Hours: 27. Grade: 80
STUDENT: ________________________________________________________________
COMPETITION:
1. Compara diferentes sistemas de reproducción.
2. Establece la relación entre el ciclo menstrual y la reproducción humana.
3. Justifica la importancia de la reproducción sexual en el mantenimiento de la variabilidad
4. Explica la importancia de las hormonas en la regulación de funciones en el ser humano.
En muchas especies de plantas y algunas de animales, el mismo individuo produce los gametos
masculino y femenino, ya que posee órganos sexuales de ambos tipos. A estos individuos se les llama
hermafroditas como, por ejemplo, el caracol y la amapola (Papaver rhoeas).
¿Sabías qué…
… hay animales que durante una etapa de su vida producen gametos masculinos y en otra, gametos
femeninos, pero nunca ambos tipos a la vez? Este fenómeno se denomina inversión sexual y lo realizan,
entre otros, las lapas y las ostras.
La reproducción sexual genera variabilidad en la población, es decir, individuos diferentes sobre los que
puede actuar la selección natural, ya que los nuevos individuos tienen características de ambos
progenitores.
Sin embargo, la necesidad de la participación de dos individuos hace que sea más complicada, ya que es
necesario que se encuentren los dos gametos. Además, el mecanismo de formación de gametos es la
meiosis, que es una división más compleja que la mitosis.
La reproducción asexual
La reproducción asexual se realiza sin la intervención de los gametos. El único progenitor produce
descendientes que son copias idénticas a él mismo. El mecanismo utilizado es la mitosis.
• La bipartición es la más frecuente. Tras la división y formación de dos núcleos idénticos, el citoplasma
se escinde y cada una de las dos células hijas formadas son iguales entre sí.
• La gemación precisa de una evaginación de la membrana plasmática en forma de yema, adonde emigra
uno de los dos núcleos hijos, originados durante la división nuclear. Posteriormente, la yema se separa y
se originan dos células desiguales en cuanto a tamaño, que después acaban adquiriendo el tamaño y
aspecto de la célula madre. Esta forma de división es característica de las levaduras.
• La división múltiple se produce como resultado de varias divisiones consecutivas del núcleo, que
originan numerosos núcleos hijos. Estos se rodean de su correspondiente membrana plasmática y se
convierten en otras tantas células hijas, aunque de menor tamaño.
• La esporulación da lugar a la formación de esporas. Las células hijas se rodean de una gruesa cubierta
protectora y se liberan al exterior cuando se rompe la membrana de la célula madre.
• Multiplicación vegetativa en las plantas. Las plantas tienen una capacidad muy especial gracias a la
cual, a partir de un fragmento, se origina un nuevo individuo. Las nuevas plantas se pueden formar a
partir de tallos, rizomas, bulbos, esquejes…
Un solo individuo puede generar muchos descendientes exactamente iguales. El hecho de originar
individuos iguales constituye, sin embargo, una desventaja y supone un serio peligro para la
supervivencia de la especie, debido a que ante un factor ambiental desfavorable toda la especie puede
desaparecer.
LA REPRODUCCIÓN DE MICROORGANISMOS
Más allá de toda idea o concepto previo que pueda tenerse sobre las bacterias, es sabido que estas son
microorganismos esenciales para la vida, fundamentales para nuestro planeta y especialmente, de gran
importancia para la existencia humana. Se trata del ser vivo de mayor abundancia en la Tierra, por lo que
sin lugar a ningún tipo de duda, la reproducción de estos seres es un tema que vale la pena conocer.
Aprendamos entonces cómo se reproducen las bacterias.
Las bacterias son minúsculos seres vivos unicelulares, microorganismos de unos pocos micrómetros de
longitud que viven en grupos de miles de millones. Tan solo 1 gramo de tierra contiene aproximadamente
unos 40 millones de bacterias y 1 mililitro de agua dulce, contiene más de 1 millón de ellas. Los
científicos estiman que en el planeta Tierra, como mínimo, deben de haber más de 5 nonillones de
bacterias (si nunca habías escuchado esta medida ten en cuenta que 1 nonillón equivale a 1 millón de
octillones).
A grandes rasgos, existen 3 grandes tipos de bacterias que se clasifican de acuerdo a su forma en
esféricas (que suelen ser las más simples y se conocen como coco), las de forma de vástago (también
conocidos como bacilos, a veces curvados y llamados vibrio) y por último están las que tienen forma de
espiral (conocidas como espirilos y espiroquetas). No obstante, en cada grupo existen muchísimas
variaciones con criterios de clasificación también relacionados con sus formas.
A diario, absolutamente todo el tiempo, estamos rodeados por millones y millones de ellas, aunque nos
resulta imposible visualizarlas a simple vista. Pero por supuesto, para algo están, como todo en este
mundo (a excepción de los mosquitos, los mosquitos no sirven para nada, los detesto) y son muy
importantes para la vida, están en el planeta desde hace millones de años.
Se cree que las bacterias ayudan a crear nada menos que la atmósfera de nuestro planeta. Además de
ayudar en la producción de oxígeno y de crear las condiciones adecuadas para la vida, también tienen
que ver en la transformación de los alimentos y en los procesos de descomposición, entre otras cosas.
Así que en realidad, tener tantas pero tantas bacterias en la Tierra es algo muy bueno, pero ¿cómo se
reproducen? ¿Cómo alcanzan semejante cantidad numérica?
La reproducción bacteriana
Las bacterias se multiplican rápidamente llegando a poblar lugares muy amplios en muy poco tiempo.
Estos microorganismos tienen una estructura más simple que la de las células de organismos
multicelulares, son células procariotas. Esto significa que están formadas por un único cromosoma y que
carecen de membrana nuclear. Hay que diferenciar las bacterias de los virus, que no pueden
desarrollarse fuera de las células y que sólo contienen un ácido nucleico.
Los distintos mecanismos de reproducción sexual de las bacterias son: transformación, transducción
y conjugación.
Todos los seres vivos se reproducen. La reproducción (el proceso a través del cual los organismos
forman más organismos similares a ellos) es una de las cosas que diferencia a los seres vivos de las
cosas inanimadas. Pero si bien el sistema reproductor es esencial para mantener viva a una especie, a
diferencia de otros sistemas del cuerpo, no es esencial para mantener vivo a un individuo.
En el proceso de reproducción humana, participan dos tipos de células sexuales, o gametos. El gameto
masculino, o espermatozoide, y el gameto femenino, u óvulo, se juntan en el sistema reproductor
femenino y conforman una nueva persona. Tanto el sistema reproductor femenino como el masculino son
esenciales para la reproducción.
Los seres humanos, al igual que otros organismos, transmiten algunas de sus propias características a la
siguiente generación a través de sus genes, los portadores especiales de los rasgos humanos. Los
genes que los padres transmiten a sus hijos son los que hacen que esos niños se parezcan a otras
personas de la familia, pero son también los que hacen que cada niño sea único. Estos genes provienen
del espermatozoide del padre y del óvulo de la madre, los cuales son producidos por los sistemas
reproductores masculino y femenino.
La mayoría de las especies tienen dos sexos: masculino y femenino. Cada sexo cuenta con su propio
sistema reproductor. La estructura y la forma son diferentes, pero ambos están diseñados
específicamente para producir, nutrir y transportar el óvulo (o huevo) o el espermatozoide.
A diferencia de las mujeres, cuyos órganos sexuales se encuentran ubicados en su totalidad dentro de la
pelvis, los órganos reproductores del hombre, o genitales, se encuentran tanto dentro como fuera de la
pelvis. Los genitales masculinos incluyen:
los testículos
el sistema de conductos, conformado por el epidídimo y el conducto deferente
las glándulas accesorias, que incluyen las vesículas seminales y la próstata
el pene
En un muchacho que ha alcanzado su madurez sexual, los dos testículos producen y almacenan
millones de diminutos espermatozoides. Los testículos son ovalados y crecen hasta alcanzar
aproximadamente 2 pulgadas (5 centímetros) de longitud por 1 pulgada (3 centímetros) de diámetro. Los
testículos también forman parte del sistema endocrino, porque producen hormonas, entre las que se
encuentra la testosterona.
Junto a los testículos, se encuentran el epidídimo y el conducto deferente, que conforman el sistema
de conductos de los órganos reproductores del hombre. El conducto deferente es un tubo muscular que
pasa junto a los testículos y transporta el líquido que contiene los espermatozoides, denominado semen.
El epidídimo es un conjunto de tubos en forma de espiral (uno para cada testículo) que se conecta al
conducto deferente.
El epidídimo y los testículos cuelgan en una estructura similar a una bolsa, ubicada fuera de la pelvis y
denominada escroto. Esta bolsa de piel ayuda a regular la temperatura de los testículos, que debe ser
inferior a la temperatura corporal para producir espermatozoides. El escroto cambia de medida para
mantener la temperatura adecuada. Cuando el cuerpo está frío, el escroto se encoge y se vuelve más
ajustado para mantener el calor corporal en su interior. Cuando está cálido, el escroto se agranda y se
vuelve más fláccido para eliminar el exceso de calor. Esto ocurre sin que un muchacho siquiera lo piense.
El cerebro y el sistema nervioso dan las indicaciones al escroto para que cambie de tamaño.
Las glándulas accesorias, incluyendo las vesículas seminales y la glándula prostática, proporcionan los
fluidos que lubrican el sistema de conductos y nutren el esperma. Las vesículas seminales son
estructuras similares a bolsas que están unidas al conducto deferente, a un costado de la vejiga.
La glándula prostática, que produce algunas partes del semen, rodea a los conductos eyaculatorios en
la base de la uretra, justo debajo de la vejiga. La uretra es el canal que conduce el semen hacia el
exterior del cuerpo, a través del pene. La uretra también forma parte del sistema urinario, porque es el
canal a través del cual pasa la orina cuando sale de la vejiga y abandona el cuerpo.
En realidad, el pene está formado por dos partes: la diáfisis y el glande. La diáfisis es la parte principal
del pene y el glande es la punta (a veces, denominada "cabeza"). En el extremo del glande, hay una
pequeña ranura o abertura, por la cual, a través de la uretra, salen el semen y la orina del cuerpo. La
parte interna del pene está formada por un tejido esponjoso que se puede expandir y contraer.
Todos los niños nacen con un prepucio, un pliegue de piel ubicado en el extremo del pene, que cubre el
glande. Algunos niños son circuncidados, lo cual significa que un médico o un miembro del clero corta el
prepucio. La circuncisión suele llevarse a cabo en los primeros días de vida del bebé. Si bien la
circuncisión no es clínicamente necesaria, los padres que deciden circuncidar a sus hijos a menudo lo
hacen por creencias religiosas, preocupación por la higiene, o por razones sociales o culturales. El pene
de los niños circuncidados no es diferente del pene de los demás niños: todos los penes funcionan de la
misma manera y tienen la misma sensibilidad, sin importar que se haya retirado el prepucio.
Reproducción
Todos los seres vivos se reproducen. La reproducción (el proceso a través del cual los organismos
forman más organismos similares a ellos) es una de las cosas que diferencia a los seres vivos de las
cosas inanimadas. Pero si bien el sistema reproductor es esencial para mantener viva a una especie, a
diferencia de otros sistemas del cuerpo, no es esencial para mantener vivo a un individuo.
En el proceso de reproducción humana, participan dos tipos de células sexuales, o gametos. El gameto
masculino, o espermatozoide, y el gameto femenino, u óvulo, se juntan en el sistema reproductor
femenino. La mujer necesita que un hombre fertilice su óvulo, aunque es ella quien lleva al bebé durante
el embarazo y lo trae al mundo a través del parto. Cuando el esperma fertiliza, o se une a, un óvulo, éste
recibe el nombre de "cigoto". El cigoto atraviesa un proceso en el que se convierte en embrión y se
desarrolla hasta ser un feto.
Los seres humanos, al igual que otros organismos, transmiten algunas de sus propias características a la
siguiente generación a través de sus genes, los portadores especiales de los rasgos humanos. Los
genes que los padres transmiten a sus hijos son los que hacen que esos niños se parezcan a otras
personas de la familia, pero son también los que hacen que cada niño sea único. Estos genes provienen
del espermatozoide del padre y del óvulo de la madre, los cuales son producidos por los sistemas
reproductores masculino y femenino.
La mayoría de las especies tienen dos sexos: masculino y femenino. Cada sexo cuenta con su propio
sistema reproductor. La estructura y la forma son diferentes, pero ambos están diseñados
específicamente para producir, nutrir y transportar el óvulo (o huevo) o el espermatozoide.
A diferencia del hombre, la mujer tiene el sistema reproductor ubicado íntegramente en la pelvis (que es
la zona baja del abdomen). La parte externa de los órganos reproductores femeninos se denomina vulva,
que significa "cubierta". La vulva, que está ubicada entre las piernas, cubre la abertura que conduce a
la vagina y a otros órganos reproductores ubicados dentro del cuerpo.
La zona carnosa ubicada justo por encima de la parte superior de la abertura vaginal se denomina monte
de Venus o mons pubis. La abertura vaginal está rodeada por dos pares de membranas,
denominadas labios. El clítoris, un pequeño órgano sensitivo, está ubicado hacia la parte delantera de la
vulva, donde se unen los pliegues de los labios. Entre los labios, hay aberturas hacia la uretra (el canal
que transporta la orina desde la vejiga hacia la parte externa del cuerpo) y la vagina. Una vez que una
niña alcanza la madurez sexual, los labios externos y el monte de Venus se cubren con vello púbico.
Los órganos reproductores internos de la mujer son la vagina, el útero, las trompas de Falopio y los
ovarios.
La vagina es un tubo muscular hueco que se extiende desde la abertura vaginal hasta el útero. La vagina
de una mujer madura mide aproximadamente de 3 a 5 pulgadas (8 a 12 centímetros). Dado que posee
paredes musculares, puede expandirse y contraerse. Esta capacidad de ensancharse o afinarse permite
que la vagina pueda albergar algo tan delgado como un tampón o tan ancho como un bebé. Las paredes
musculares de la vagina están recubiertas por membranas mucosas, que la mantienen húmeda y
protegida. La vagina cumple varias funciones: sirve para mantener relaciones sexuales, como canal para
que el bebé salga del cuerpo de la mujer durante el parto y como ruta de salida para la sangre menstrual
desde el útero.
La abertura de la vagina está cubierta por un trozo muy delgado de tejido similar a la piel que recibe el
nombre de himen. El himen suele ser diferente de una persona a otra. En la mayoría de las mujeres, el
himen se estira o rasga después de la primera experiencia sexual, y es posible que sangre un poco (esto
suele provocar un poco de dolor, o puede resultar indoloro). No obstante, en algunas mujeres que han
tenido relaciones sexuales, el himen no sufre grandes modificaciones.
La vagina conecta el útero con el cuello del útero. El cuello uterino tiene paredes fuertes y gruesas. La
abertura del cuello del útero es muy pequeña (no es más ancha que una pajilla), razón por la cual un
tampón no puede quedar nunca dentro del cuerpo de una mujer. Durante el parto, el cuello del útero se
puede expandir para permitir el paso del bebé.
El útero tiene forma de pera invertida, con un recubrimiento grueso y paredes musculares; de hecho, el
útero posee algunos de los músculos más fuertes del cuerpo de la mujer. Estos músculos son capaces
de expandirse y contraerse para albergar al feto en crecimiento y después ayudan a empujar al bebé
hacia afuera durante el parto. Cuando una mujer no está embarazada, el útero mide tan solo 3 pulgadas
(7,5 centímetros) de largo y 2 pulgadas (5 centímetros) de ancho.
En las esquinas superiores del útero, las trompas de Falopio conectan el útero con los ovarios. Los
ovarios son dos órganos con forma de óvalo ubicados en la parte superior derecha e izquierda del útero.
Producen, almacenan y liberan óvulos en las trompas de Falopio en un proceso que se
denomina ovulación. Cada ovario mide, aproximadamente, de 1,5 a 2 pulgadas (de 4 a 5 centímetros)
en una mujer madura.
Existen dos trompas de Falopio, cada una de ellas unida a un lado del útero. Las trompas de Falopio
miden, aproximadamente, 4 pulgadas (10 centímetros) de largo y son tan anchas como un espagueti.
Dentro de cada tubo hay un pequeñísimo canal, del ancho de una aguja de coser. En el extremo opuesto
de cada trompa de Falopio, hay una zona de bordes irregulares que tiene el aspecto de un embudo. Esta
zona de bordes irregulares envuelve al ovario, pero no se conecta totalmente a él. Cuando un óvulo sale
de un ovario, entra en la trompa de Falopio. Una vez que el óvulo se encuentra en la trompa de Falopio,
los diminutos pelos del recubrimiento del tubo lo empujan hacia el útero a través del estrecho pasaje.
Los ovarios también forman parte del sistema endocrino, porque producen las hormonas sexuales
femeninas, como el estrógeno y la progesterona.
¿Qué hace?
produzca óvulos
tenga relaciones sexuales
proteja y nutra el óvulo fertilizado hasta que se desarrolle completamente
dé a luz
La reproducción sexual no sería posible sin los órganos sexuales denominados gónadas. Si bien la
mayoría de la gente considera que las gónadas son los testículos del hombre, ambos sexos tienen
gónadas. En la mujer, las gónadas son los ovarios. Las gónadas femeninas producen gametos femeninos
(óvulos); las gónadas masculinas producen gametos masculinos (espermatozoides). Una vez que un
óvulo es fertilizado por el espermatozoide, recibe el nombre de cigoto.
Cuando una mujer nace, sus ovarios contienen cientos de miles de óvulos, los cuales permanecen
inactivos hasta que comienza la pubertad. En la pubertad, la glándula pituitaria, ubicada en la parte
central del cerebro, comienza a fabricar hormonas que estimulan a los ovarios para producir hormonas
sexuales femeninas, incluido el estrógeno. La secreción de estas hormonas hace que una niña se
desarrolle y se transforme en una mujer madura.
Menstruación
Hacia el final de la pubertad, las niñas comienzan a liberar óvulos como parte de un período mensual
denominado ciclo menstrual. Aproximadamente una vez al mes, durante la ovulación, un ovario envía
un diminuto óvulo hacia una de las trompas de Falopio. A menos que el óvulo sea fertilizado por un
espermatozoide mientras se encuentra en la trompa de Falopio, se secará y abandonará el cuerpo
aproximadamente dos semanas más tarde a través del útero. Este proceso recibe el nombre
de menstruación. La sangre y los tejidos del recubrimiento interno del útero se combinan para conformar
el flujo menstrual, que en la mayoría de las muchachas dura de 3 a 5 días. El primer período de una
muchacha se denomina menarca.
Normalmente, las mujeres y muchachas sienten algunas molestias en los días previos a sus períodos. El
síndrome premenstrual (PMS por sus siglas en inglés) incluye síntomas físicos y emocionales que
aparecen en muchas muchachas y mujeres justo antes de sus períodos. Estos síntomas incluyen acné,
distensión abdominal, fatiga, dolor de espalda, inflamación y dolor en los pechos, constipación, diarrea,
antojos, depresión, irritabilidad o dificultades para concentrarse y controlar el estrés. El PMS suele
empeorar durante los 7 días anteriores al inicio del período y desaparece una vez que éste comienza.
Muchas muchachas también sufren calambres abdominales durante los primeros días del período. Éstos
son causados por las prostaglandinas, sustancias químicas presentes en el cuerpo, que hacen contraer
los músculos lisos del útero. Estas contracciones involuntarias pueden ser débiles o agudas e intensas.
Después de la menarca, el cuerpo de una muchacha puede tardar dos años en desarrollar ciclos
menstruales regulares. Durante ese tiempo, su cuerpo se está ajustando a las hormonas que aparecen
en la pubertad. En promedio, el ciclo menstrual de una mujer adulta es de 28 días, pero puede variar de
23 a 35 días.
Fertilización y embarazo
Si un hombre y una mujer tienen relaciones sexuales dentro de los días cercanos a la ovulación de la
mujer (desprendimiento del óvulo), es probable que haya fertilización. Cuando el hombre eyacula
(momento en el que el semen sale del pene), deposita entre 0,05 y 0,2 onzas líquidas (1,5 a 6 ml)
de semen en la vagina. En esta pequeña cantidad de semen, hay entre 75 y 900 millones de
espermatozoides, que "nadan" hacia arriba desde la vagina, a través del cuello uterino y el útero, para
reunirse con el óvulo en la trompa de Falopio. Sólo hace falta un espermatozoide para fertilizar un óvulo.
Aproximadamente una semana después de que el espermatozoide fertiliza el óvulo, el óvulo fertilizado
(cigoto) se ha transformado en un blastocisto multicelular. Un blastocisto tiene el tamaño aproximado de
una cabeza de alfiler y es una bola hueca de células con líquido en el interior. El blastocisto se entierra a
sí mismo en el recubrimiento del útero, denominado endometrio. El estrógeno hace que el endometrio se
vuelva más grueso y rico en sangre. La progesterona, otra hormona liberada por los ovarios, mantiene el
endometrio ensanchado con sangre para que el blastocisto sea capaz de insertarse en la pared del útero
y absorber los nutrientes que hay en ella. Este proceso recibe el nombre de implantación.
A medida que las células del blastocisto reciben nutrientes, comienza otra etapa de desarrollo: la etapa
embrionaria. Las células internas conforman un círculo aplanado denominado "disco embrionario", que se
desarrollará y llegará a ser un bebé. Las células externas se transforman en membranas delgadas que se
forman alrededor del bebé. Las células se multiplican miles de veces y se mueven a nuevas posiciones
hasta transformarse, finalmente, en el embrión. Después de aproximadamente 8 semanas, el embrión
tiene un tamaño similar al del dedo pulgar de un adulto, pero prácticamente todas sus partes (el cerebro y
los nervios, el corazón y la sangre, el estómago y los intestinos, los músculos y la piel) ya están
formadas.
Durante la etapa fetal, que dura desde la novena semana posterior a la fertilización hasta el momento del
nacimiento, el desarrollo continúa con la multiplicación, el movimiento y el cambio de las células.
El feto flota en el líquido amniótico que se encuentra dentro del saco amniótico. El feto recibe oxígeno
y nutrientes de la sangre de la madre a través de la placenta, una estructura con forma de disco que se
adhiere al recubrimiento interno del útero y se conecta con el feto a través del cordón umbilical. La
membrana y el líquido amniótico protegen al feto de los golpes y sacudidas que pueda sufrir el cuerpo de
la madre.
El embarazo dura un promedio de 280 días; aproximadamente 9 meses. Cuando el bebé está listo para
nacer, su cabeza presiona el cuello del útero y éste comienza a relajarse y ensancharse para prepararse
para el paso del bebé hacia y a través de la vagina. La mucosidad que ha formado un tapón en el cuello
del útero se afloja y sale junto con el líquido amniótico a través de la vagina cuando la madre rompe
bolsa.
Cuando comienzan las contracciones del trabajo de parto, las paredes del útero se contraen por la
estimulación de una hormona pituitaria, la oxitocina. Las contracciones hacen que el cuello del útero se
ensanche y comience a abrirse. Después de varias horas de ensanchamiento, el cuello del útero se dilata
(se abre) lo suficiente para que el bebé salga. El bebé es empujado hacia afuera del útero, a través del
cuello del útero y a lo largo del canal de parto. Por lo general, primero sale la cabeza del bebé; el cordón
umbilical sale junto con el bebé y se corta después del nacimiento.
La última etapa del proceso de parto, que actualmente se denomina "posparto", es la expulsión de la
placenta. Después de que se separa del recubrimiento interno del útero, las contracciones de éste la
empujan hacia afuera, junto con las membranas y los líquidos.
A veces, las muchachas y las mujeres tienen problemas con el sistema reproductor. A continuación,
encontrarás algunos ejemplos de afecciones del sistema reproductor femenino.
Problemas menstruales
Las muchachas se pueden ver afectadas por una variedad de problemas menstruales. Algunas de las
dolencias más comunes son las siguientes:
Por definición, el primer día de sangrado se considera el comienzo de cada ciclo menstrual (día 1). El
ciclo finaliza justo antes de la siguiente menstruación. Los ciclos menstruales normales varían entre 25 y
36 días. Solo del 10 al 15% de las mujeres tienen exactamente ciclos de 28 días, mientras que como
mínimo en el 20% de las mujeres los ciclos son irregulares, es decir, más largos o más cortos que el
intervalo normal. Por lo general, los ciclos varían más y los intervalos entre los períodos son más
prolongados en los años inmediatamente posteriores al inicio de la menstruación (menarquia) y
anteriores a la menopausia.
El sangrado menstrual dura de 3 a 7 días, con un promedio de 5 días. La sangre perdida durante un ciclo
menstrual oscila entre 15 y 75 cm3. Una compresa higiénica o un tampón, según el tipo, puede absorber
unos 30 cm3 de sangre. La sangre menstrual, a diferencia de la sangre que brota de una herida, no
forma coágulos a menos que el sangrado sea muy intenso.
Las hormonas regulan el ciclo menstrual. Las hormonas luteinizante y foliculoestimulante, producidas por
la hipófisis, promueven la ovulación y estimulan a los ovarios para producir estrógenos y progesterona.
Los estrógenos y la progesterona estimulan el útero y las mamas para prepararse para una posible
fecundación.
Al principio de la fase folicular, el revestimiento interno del útero (endometrio) está lleno de líquido y
nutrientes destinados al futuro embrión. Si ningún óvulo ha sido fertilizado, los niveles de estrógenos y
de progesterona son bajos. Como resultado, las capas superiores del endometrio se desprenden y
sobreviene la menstruación.
Por término medio, la fase folicular dura unos 13 o 14 días. De las tres fases, esta es la que puede variar
más en duración. Tiende a ser más corta cerca de la menopausia. La fase acaba cuando el nivel de
hormona luteinizante aumenta de modo muy acusado (pico). La subida culmina con la liberación del
óvulo (ovulación) y marca el inicio de la fase siguiente.
Fase ovulatoria
Esta fase comienza cuando se produce el pico de los niveles de hormona luteinizante. Esta hormona
estimula el folículo dominante, que se aproxima a la superficie del ovario para finalmente romperse y
liberar el óvulo. La cantidad de foliculoestimulante aumenta en menor grado. La función del aumento de
la foliculoestimulante aún no se conoce por completo.
La fase ovulatoria dura habitualmente entre 16 y 32 horas. Acaba con la liberación del óvulo, unas 10 a
12 horas después del aumento de la hormona luteinizante. El óvulo puede fertilizarse hasta un máximo
de unas 12 horas después de su liberación.
La liberación del óvulo no tiene lugar alternativamente en uno u otro ovario, sino que parece producirse
de forma aleatoria. Si se extirpa un ovario, el otro libera un óvulo cada mes.
Fase lútea
Esta fase sigue a la ovulación, dura alrededor de 14 días (a menos que tenga lugar la fertilización) y
finaliza justo antes del periodo menstrual. En la fase lútea, el folículo roto se cierra después de liberar el
óvulo y forma una estructura denominada cuerpo lúteo, que secreta progresivamente una cantidad mayor
de progesterona. La progesterona producida por el cuerpo lúteo prepara al útero por si se implanta un
embrión. La progesterona hace que el endometrio se engrose y acumule líquido y nutrientes para
alimentar a un posible embrión. La progesterona produce también el espesamiento de la mucosidad en el
cuello uterino y dificulta la entrada de espermatozoides o bacterias en el útero. La progesterona provoca
un ligero aumento de la temperatura corporal durante la fase lútea y hace que continúe elevada hasta
que se inicie el periodo menstrual. Este aumento de la temperatura puede servir para estimar si ha
ocurrido la ovulación. Durante la mayor parte de la fase lútea, el nivel de estrógenos es alto.
Los estrógenos también estimulan el engrosamiento del endometrio.
El aumento de los niveles de estrógenos y de progesterona hace que se dilaten los conductos
galactóforos de las mamas. Como resultado, estas pueden aumentar de tamaño y volverse dolorosas al
tacto.
Si no se fertiliza el óvulo, o si este, una vez fecundado, no se implanta, el cuerpo lúteo degenera tras 14
días, disminuyen los niveles de estrógenos y deprogesterona, y comienza un nuevo ciclo menstrual.
Si se produce la implantación, las células que rodean al embrión en desarrollo comienzan a producir una
hormona denominada gonadotropina coriónica humana. Esta hormona mantiene el cuerpo lúteo, que
continúa produciendo progesterona hasta que el feto en crecimiento pueda producir sus propias
hormonas. Las pruebas de embarazo se basan en la detección del aumento de la gonadotropina
coriónica humana.
El año en que nací (1974), Colombia tenía 24,21 millones de habitantes, según el Banco Mundial. Hoy,
43 años después, estamos al borde de alcanzar los 50 millones. No solo nos duplicamos en poco más de
4 décadas, también cambiamos nuestro hábitos de consumo, el promedio de estatura, la
alimentación y hasta las enfermedades que padecemos.
Según el reloj poblacional que el Dane publica en su página web, y que se actualiza teniendo en cuenta
métricas y proyecciones estadísticas que tienen como punto de partida el censo de 2005, Colombia
alcanzará los 50 millones de habitantes en octubre de 2018. En septiembre de este año el contador
marcaba ya 49,4 millones de habitantes; sin embargo, es posible asegurar que estamos más cerca de los
50 millones de lo que muchos creen. ¿Por qué decir eso y cómo sustentar tal afirmación? Varios
fenómenos sociales inesperados que se han presentado en los dos últimos años podrían haber
impulsado ese dato poblacional.
El primero es la llegada masiva de venezolanos y colombianos con doble nacionalidad que llevaban años
en el país petrolero, pero que, como consecuencia de la difícil situación económica, política y social,
decidieron cruzar la frontera.
El director general de Migración Colombia, Christian Krüger, dijo a este medio que solo en el último mes
63.000 venezolanos se han acogido a un permiso especial para extender su permanencia en Colombia.
Esos son los que se regularizan, pero hay otros flujos. “Un estudio que hicimos concluyó que por las
trochas de frontera han ingresado entre 110.000 y 150.000”, explicó. Krüger aseguró que la llegada de
venezolanos al país es una tendencia que crece mes a mes. En 2012 había 20.000 visas para
venezolanos, en la actualidad se han registrado 50.000.
Hay otro flujo que es pendular. Son aquellos que día a día cruzan la frontera pero vuelven a su país de
origen.
Establecer el número exacto en cada uno de estos flujos es una tarea muy compleja. El investigador
Ronal Rodríguez, miembro del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario y quien lleva 13
años estudiando el flujo migratorio entre los dos países, proyecta que en los dos últimos años han
cruzado la frontera hacia Colombia entre 300.000 y 400.000 venezolanos. “Un número importante de
ellos viene a hacer su vida en Colombia, algunos otros son como una avanzada que llega a mirar
las condiciones del país para luego invitar a más familiares o amigos; por eso estoy seguro de
que muchos otros van a venir”, cuenta el académico.
Rodríguez afirma que en las próximas semanas y meses puede presentarse un incremento de llegadas
de venezolanos, teniendo en cuenta que se acercan las elecciones regionales de mediados de octubre.
“Es posible ver cómo se están integrando muchos de estos venezolanos a la economía y al país. Sin
embargo, muchos de ellos no tienen documentación y sus títulos profesionales no son homologados”,
afirma el experto. La entrada de venezolanos a Colombia no es nueva, pero que se haga de manera
masiva, como se vio en el primer semestre de este año, no tiene antecedentes.
¿Estamos contando bien? Un documento del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario,
publicado en agosto de este año y titulado Características de los migrantes de Venezuela a Colombia,
indica que la población de Colombia podría variar al alza debido a ese fenómeno migratorio. “Los últimos
censos de población realizados en Colombia o Venezuela se realizaron en los años 2005 y 2011,
respectivamente. De acuerdo a sus proyecciones de población, para el año 2016 Colombia contaba con
49’000.000 de habitantes, y Venezuela con 31’000.000. Es posible que la población de Colombia esté
subestimada y la de Venezuela sobreestimada, toda vez que los escenarios migratorios (tasas netas de
inmigración y emigración) en los que se basan las proyecciones demográficas de población han variado
notoriamente para Colombia (reducción de la migración al exterior e incremento de la inmigración) y
Venezuela (incremento de la emigración y reducción de la inmigración)”, indica el reporte.
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humanidad
Por su parte, el director del Dane, Mauricio Perfetti, explica sus cifras: “Los venezolanos que entraron al
país entre 2015 y 2016 ya están incorporados a las estadísticas. Sin embargo, los que llegaron este año
solo serán consolidados hasta el año entrante”, explicó. Eso significa que los miles que cruzaron la
frontera este año, y cuya postal en el Puente Simón Bolívar de Cúcuta se convirtió en noticia mundial por
su magnitud, solo serán incluidos en el reloj de población hasta el año entrante.
En ese sentido es necesario precisar dos temas. El primero es que el Dane no incluye en sus estadísticas
los reportes actualizados de Migración Colombia, debido a que no hace parte de sus metodologías. Y lo
segundo es que para que un extranjero o colombiano que retorna sea considerado parte de la población
es necesario que permanezca como mínimo 6 meses en el país de manera continua. ¿Cuántos son
finalmente? Eso lo podrá determinar el censo poblacional que iniciará en enero próximo el Dane y cuyos
primeros resultados se conocerán en mayo de 2018.
Pero la llegada masiva de venezolanos en busca de hogar y refugio en Colombia no es el único factor a
tener en cuenta a la hora de saber cuántos somos hoy.
Otro hecho que puede mover al alza las proyecciones del Dane es el proceso de paz, que apenas está
cuajando. Según el Dane, se ha registrado un leve incremento de la fecundidad en algunos municipios y
regiones en donde operaban hasta hace un tiempo grupos al margen de la ley, como las Farc. Paralelo a
este fenómeno, el Dane también explicó que se está presentando una reducción en la mortalidad en las
zonas de conflicto armado, debido entre otras cosas al cese del conflicto. Algunas cifras podrían verse
reflejadas en ese nuevo censo.
Otro asunto que es necesario revisar con lupa es el efecto que pueden llegar a tener los procesos de
titulación de tierras. La gente no necesita un título de tierras para tener hijos, pero si no los tiene y ahora
logra acceder a tierra puede considerar esa opción de los hijos. Con el propósito de enriquecer este
informe de Dinero, la Agencia Nacional de Tierras (ANT) le preguntó a algunos de sus beneficiarios si con
este título se abría la posibilidad de tener más hijos. Algunos respondieron que sí, como el caso de
Gabriel Céspedes, campesino de San Juan de Rioseco, quien recibió el título de un predio hace unos
días. La ANT tiene previsto entregar de acá a agosto de 2018 un total 70.000 títulos a familias
campesinas, aunque el total de predios informales en el campo llega a 424.000. Si el acceso a la
propiedad de la tierra incrementa o no las tasas de natalidad en el campo de manera representativa será
un tema por verse en los próximos años.
Al respecto, el jefe de estudios económicos del Departamento Nacional de Planeación, Gabriel Piraquive,
dijo que, “según cifras del Dane, han aumentado los embarazos en los últimos meses por cuenta de la
firma del acuerdo de paz, por la confianza, la mayor expectativa de vida y de desarrollo. Sin embargo,
hay que aunar esfuerzos tanto del nivel nacional como territorial que permitan mejorar la infraestructura y
la inversión social en esos territorios a los cuales muchas veces el Estado no lograba llegar por la
existencia del conflicto”.
El experto concluyó que el hecho de que Colombia se acerque a los 50 millones de habitantes “implica
que es una economía atractiva para el mundo”, pero que es necesario analizar las características de
dicha población en términos de su estructura demográfica.
En ese sentido, lo que está claro es que desde hace algunas décadas las familias colombianas tienen
menos hijos que antes. Según información del Dane, el promedio del tamaño de los hogares en la
actualidad es más bajo frente a lo reportado hace unas décadas. Hoy, una familia con tres hijos es
atípica, antes era la media. “El promedio ahora es de 2,2 hijos por hogar, en 2005 era de 2,4 hijos y
en 1985 de 3,3 hijos”, explica Mauricio Perfetti.
En contraste con un menor número de descendientes por hogar, las personas viven más tiempo. La
esperanza de vida en Colombia en 1974 era de 62,3 años, frente a los 76,1 años de la actualidad. Así
mismo, aunque hay menos niños por familia, el acceso casi universal al sistema de salud ha reducido
dramáticamente las cifras de mortalidad infantil: mientras en 1974 morían 68 niños por cada 1.000
nacimientos, el año pasado la cifra era de 16 infantes.
“Colombia está en la fase final de una transición demográfica. Eso quiere decir que se reduce el número
de jóvenes y aumenta el de ancianos. Entre 1985 y 1990 la tasa bruta de natalidad, que mide el número
de nacimientos por cada 100.000 habitantes en edad de procrear, indicaba que había 28,8 nacimientos.
Entre 2015 y 2020 esa tasa se proyecta en apenas 18”, dijo Perfetti.
Una de las causas es que las mujeres están ingresando con mayor entusiasmo al mercado laboral, lo que
lleva a un aplazamiento de los embarazos y una reducción en el número de infantes. El otro fenómeno es
el hogar unipersonal, con fuerte incidencia en las grandes ciudades.
En 1985, 4,8% de los hogares tenía un solo integrante, en 2016 el dato ya iba por el 14,6%.
Esa nueva realidad está teniendo un impacto enorme en la industria y la prestación de servicios. Para
citar solo un ejemplo, las personas que viven solas por lo general trabajan y no compran alimentos para
preparar sino comidas procesadas, tienden a vivir con una mascota y, al tener un mayor flujo de ingresos,
incrementan sus gastos en entretenimiento y viajes; dos actividades con fuertes crecimientos en los
últimos años. (Ver gráfica de Raddar).
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El país cambió
El lugar de residencia de la población en Colombia cambió drásticamente en el último siglo. “En 1938,
70% de los habitantes estaban ubicados en áreas rurales, mientras 30% en las ciudades. El censo de
2005 arrojó que ya 74% estaba en áreas urbanas y 26% en los campos. Ahora bien, la proyección para
2017 es todavía más desafiante: 76% ya estaría en las ciudades frente 24% de las áreas rurales. Quiere
decir que hoy 77 de cada 100 colombianos viven en las cabeceras del país, ese es un cambio muy
grande”, explicó el director del Dane.
Ese nuevo estilo de vida tiene efectos sociales muy grandes. En Colombia hay 5 ciudades con más de un
millón de habitantes: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena. Eso es casi obvio. Lo interesante
es que ya hay 59 ciudades que tienen entre 100.000 y menos de un millón de habitantes y 620 que tienen
entre 10.000 y 100.000. “Se trata de un cambio profundo e importante en el país”, dijo Perfetti.
Sin incluir Bogotá, los departamentos con mayor población urbana son: Atlántico, Quindío y Valle. Llama
la atención que Quindío tenga una tasa de urbanización tan alta, si se tiene en cuenta que en la década
del 70 era la principal zona productora de café en el país y que es reconocida por sus fincas. Antioquia
tiene una población urbana por encima del promedio nacional: 78,5%. Curiosamente este departamento
también es asociado con gran actividad y vocación agrícola. Entre los de menor población urbana se
encuentra Cauca, en donde 40% vive en cascos urbanos y 60% en áreas rurales.
“Está claro que las ciudades intermedias van a crecer mucho y serán muy importantes en Colombia,
sobre todo las que están en el rango de los 100.000 a 500.000 habitantes. Por años nos hemos
concentrado mucho en las grandes (capitales); ahora, con el renacer de la actividad agrícola y la
seguridad en el campo, las ciudades intermedias juegan un papel fundamental. Por eso los nuevos
esfuerzos del Gobierno para mejorar la calidad de la vivienda deben ir en ese sentido”, dijo el ministro de
Vivienda, Jaime Pumarejo.
Sin embargo, lo que está pasando en el país en temas demográficos y poblacionales no solo viene atado
a fenómenos de migración interna hacia las grandes capitales. Como parte de la preparación
del Dane para el censo del próximo año, se han realizado recorridos por el país para contar las viviendas.
Lo que se encontró es más que interesante. “En las cabeceras municipales de menos de 50.000
habitantes (cerca de 800 poblaciones) las manzanas (urbanas) han aumentado entre 20% y 25% en
promedio entre 2005 y 2015; se trata de un dato que no habíamos divulgado hasta ahora y que da
cuenta de cómo se está moviendo la población”, dijo el director. El asunto de fondo es que casi
ninguna de estas poblaciones crece de manera ordenada y no cuentan con una oferta suficiente de
servicios públicos y empleo.
En el campo este fenómeno ha llevado a que el tamaño de la población caiga dramáticamente y que
varias actividades agrícolas, como en el caso del café, se queden sin gente en temporada de cosechas.
Entre 2005 y 2014 el número de habitantes del rural disperso (que se refiere a áreas dedicadas a
agricultura y ganadería) pasó de 7 millones de habitantes a 5,1 millones.
Tampoco se trata solo de un caso colombiano. En una presentación académica que hizo el presidente de
la CAF, Luis Carranza, hace unos días en Bogotá dijo que, mientras el mundo se urbanizó en 50%,
América Latina lo hizo en 80%, con el ingrediente adicional de que se trata de la región con mayor
desigualdad en el mundo. En Europa el proceso de migración del campo a las ciudades estuvo atado a
procesos de industrialización; en contraste, en esta parte del mundo dicho tránsito se dio porque millones
de personas huían de la pobreza o los conflictos armados.
“La industrialización generó en las ciudades de Europa y Estados Unidos una mejora en los
salarios y procesos de urbanización. En América Latina no sucedió esto, y por eso el nivel de
ingreso en esta región es bajo, comparado con el nivel de urbanización que presenta”, explicó
Eduardo Vargas, colaborador de la CAF y profesor de la Universidad del Rosario.
Hoy las grandes ciudades se benefician de aspectos como una oferta amplia de empresas, trabajos
calificados, entretenimiento y cultura (economía de aglomeración), pero en contraste se sufre de
contaminación, altos precios de vivienda y suelo y criminalidad disparada. La gran conclusión de todo
esto es que en el país de los 50 millones de habitantes es necesario mejorar la gobernanza (toma de
decisiones) para así sacarle provecho a nuestra inatajable urbanización.
Pero las implicaciones de estos cambios demográficos son todavía más amplios. Para el profesor del
Cesa Freddy Castro, un cambio en el tamaño de los municipios y ciudades intermedias generará una
nueva disputa por los recursos del Sistema General de Participaciones (SGP) e, incluso, algunas
regiones podrían exigir más espacio en la Cámara de Representantes o en la distribución de regalías.
“Habrá que ver cómo con estos cambios se revisa la cobertura y el pasivo pensional, un asunto que no es
de poca monta. De ahí la importancia que los censos se hagan cada 10 años, se trata de un importante
insumo de política pública”, dijo el catedrático.
Más ingresos...
El tema de generación de ingresos también ha sido interesante. A precios constantes de 2005, el PIB per
cápita de los colombianos ha pasado de $7 millones en 2000 a $17,7 millones en 2017, según cifras
del Dane.
Es difícil percibir ese beneficio en el tiempo cuando para millones de familias cada día es más complicado
suplir las necesidades básicas. Pero esa fría cifra está impregnada de detalles que no percibimos. Ese
bienestar en el bolsillo nos ha permitido, entre otras muchas cosas, consumir más proteína animal.
Fenavi indicó que, mientras en el año 2000 un colombiano consumía 14 kilos de pollo al año, hoy
consume 32.
Eso se ha traducido, según el presidente de la consultora Raddar, Juan Diego Becerra, en un aumento
en la talla de los colombianos. “Tenemos más plata, parte de eso lo gastamos en más comida. Por
eso la llegada de más restaurantes y cadenas de comidas internacionales”, dijo.
Pero así como consumimos más proteína, también hemos aumentado el consumo de carbohidratos.
Tenemos teléfonos inteligentes, una mayor oferta de ropa y hasta corremos maratones, pero hemos
retrocedido en nuestro principal hábito: comer.
En una investigación divulgada hace poco por The New England Journal of Medicine, se advierte que
países de América Latina como Brasil y Colombia presentan una prevalencia alta en cuanto a
enfermedades como diabetes y cardiopatías, en buena medida por los hábitos alimenticios. De hecho, en
la década del 60 la gente en Colombia padecía en su mayoría de enfermedades infecciosas, ahora la
diabetes y las enfermedades cardiovasculares son el pan de cada día en centros de asistencia médica.
Mientras que hace 40 o 50 años una enfermedad estomacal asociada a una infección se trataba con un
antibiótico, ahora un tratamiento de diabetes termina costando millones de pesos al año y con asistencia
médica y farmacéutica de por vida. Esto ha disparado los costos en salud. Según las más recientes cifras
de la Superintendencia de Salud, el año pasado el costo asociado a estos servicios estuvo bordeando los
$50 billones. 60% en el tratamiento de un paciente con diabetes está atado al cambio en su estilo de
vida; el otro 40% a los medicamentos. El sedentarismo determinó un cambio drástico entre la Colombia
de 1974 y el país de la actualidad.
Es cierto que la gente corre más, que la venta de ropa deportiva está disparada y que la apertura de
gimnasios en las grandes ciudades sigue creciendo. Pero, en general, nos hemos vuelto más
sedentarios.Tenemos el mundo en el celular inteligente. Ya no vamos a la panadería por lo del desayuno,
lo pedimos por aplicación. Para qué caminar y exponerse a los ladrones si tenemos Uber para ir donde
un conocido.
“Desde 1960 buena parte de la población migró de los campos y áreas rurales a las ciudades. Eso
cambió por completo nuestras necesidades de movilidad y nuestro patrón de actividad física. Ya
no tienes que caminar por agua una hora, solo abres el grifo. Los niños no juegan golosa, pelean por
un turno de tableta o videojuego. La gente ya no se mueve como antes”, explica la doctora Páez.
TEMA 1: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/escolar/la-reproduccion-sexual-y-asexual-446378.html
TEMA 2: https://www.vix.com/es/btg/curiosidades/2011/01/02/como-se-reproducen-las-bacterias
TEMA 3: https://kidshealth.org/es/teens/male-repro-esp.html
https://kidshealth.org/es/teens/female-repro-esp.html
TEMA 4: https://www.msdmanuals.com/es-co/hogar/salud-femenina/biolog%C3%ADa-del-aparato-reproductor-
femenino/ciclo-menstrual
TEMA 5: https://www.durex.com.co/sexualidad/articulos/planificacion-familiar/
TEMA 6: https://www.dinero.com/edicion-impresa/pais/articulo/implicaciones-del-crecimiento-poblacional-de-colombia-en-
los-ultimos-anos/250398