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INTRODUCCIÓN
PRESENTACIÓN
TÍTULO I
DE LA DENUNCIA PENAL AL AUTO APERTORIO DE INSTRUCCIÓN
Título II
BREVES APUNTES SOBRE LAS NULIDADES PROCESALES EN
CASO DE INOBSERVANCIA DE LAS FORMAS PROCESALES
V. LA DECLARATORIA DE NULIDAD EN CASO DE
INCUMPLIMIENTO DE LOS PRESUPUESTOS DEL AUTO APERTORIO
VI. BREVES CONSIDERACIONES RESPECTO A LAS NULIDADES
VII. LAS NULIDADES DE OFICIO Y LAS DE PARTE
VIII. LAS NULIDADES PROCESAL ¿RECURSOS, O REMEDIOS?
IX. CLASES DE NULIDADES
X. EFECTOS DE LA DECLARATORIA DE NULIDAD
XI. FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES DE LAS NULIDADES
XII. FUNDAMENTOS PROCESALES DE LAS NULIDADES
XIII. BREVES APUNTES SOBRE LAS CAUSALES DE NULIDAD EN EL
PROCESO ORDINARIO
XIV. INDICE JURISPRUDENCIAL
INDICE
INTRODUCCIÓN
PRESENTACIÓN
Título I
DE LA DENUNCIA PENAL AL AUTO APERTORIO DE
INSTRUCCIÓN
23. Se exige por tanto para abrir instrucción, más que un indicio
racional de criminalidad, toda vez que de lo que se trata no es
sólo que exista constancia de un hecho delictivo, sino que el
juez tenga un razonable convencimiento sobre la posible
responsabilidad penal del imputado o del partícipe, ello se logra
tras una verificación seria y cuidadosa de los hechos y
circunstancias que se imputan, a través de una minima
corroboración de las circunstancias que acreditan su existencia,
no se trata de probar en esta etapa todos los hechos, ya que ello
es el objeto de la instrucción, sino de realizar una comprobación
juridico-penal de elementos fácticos que motivan la denuncia.
B. El principio de legalidad
E. El Derecho de defensa
A. Indicios suficientes
a. Los contraindicios
Título II
A. El debido proceso
a. El juez natural
b. El procedimiento establecido
c. El derecho de Defensa
C.t. La indefensión
b. El principio de razonabilidad
B. El principio de trascendencia
344. Este principio se encuentra expresado en la máxima, pos
de mtlite SOllS griej (no hay nulidad sin perjuicio o sin la
existencia de un interés jurídico para que sea declarado), en
virtud del cual no es dable admitir la declaración de nulidad por
la nulidad misma o para satisfacer pruritos formales, sino que
debe tenerse en cuenta además que el criterio de esencialidad,
por ella la declaración de nulidad del vicio debe influir de
manera decisiva sobre la resolución objeto de cuestionamiento.
345. Como explica ALSINA "la aplicación automática de la
sanción de nulidad por el solo hecho de su constatación,
obligaría en muchos casos a declarar la nulidad de actos de
importancia secundaria por el estado del procedimiento, pero
que invalidarían las actuaciones posteriores, proporcionando con
ello un arma al litigante de mala fe, que le permitiría demorar
indefinidamente la tramitación del proceso".309
El principio de convalidación
El principio de protección
E. El principio de precLusión
"La preclusión se articula con el orden progresivo de las
actuaciones procesales. Si ésta tiene una escala que significa
cumplir los actos en los periodos asignados, ello significa que el
transcurso de una fase para perseguir a otra consume la
oportunidad y extingue el tiempo disponible para hacerla". 324
C. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD
El principio de legalidad
El principio de legalidad en materia sancionatoria impide que se
pueda atribuir la comisión de una falta si ésta no está
previamente determinada en la ley, y también prohíbe que se
pueda aplicar una sanción si ésta no está también determinada
por la ley. Como lo ha expresado este Tribunal (Caso de la
Legislación Antiterrorista, Exp. N.o 010-2002-AI/TC), el principio
impone tres exigencias: la existencia de una ley Oex scripta),
que la ley sea anterior al hecho sancionado Oex previa), y que la
ley describa un supuesto de hecho estrictamente determinado
Oex certa).
Como se ha señalado, "dicho principio comprende una doble
garantía; la primera, de orden material y alcance absoluto, tanto
referida al ámbito estrictamente penal como al de las sanciones
administrativas, refleja la especial trascendencia del principio de
seguridad jurídica en dichos campos limitativos y supone la
imperiosa necesidad de predeterminación normativa de las
conductas infractaras y de las sanciones correspondientes, es
decir, la existencia de preceptos jurídicos (lex previa) que
permitan predecir con suficiente grado de certeza (lex certa)
aquellas conductas y se sepa a qué atenerse en cuanto a la
ajena responsabilidad y a la eventual sanción; la segunda, de
carácter formal, relativa a la exigencia y existencia de una
norma de adecuado rango y que este Tribunal ha identificado
como ... " ley o norma con rango de ley. (STC de España
61/1990).
Exp. N° 2050-2002-AA/TC. Lima, 16 de abril de 2003.
Concepto
Este Tribunal considera que el princlplO de legalidad penal se
configura como un principio, pero también como un derecho
subjetivo constihlCional de todos los ciudadanos. Como principio
constitucional, informa y limita los márgenes de actuación de los
que dispone el Poder Legislativo al momento de determinar
cuáles son las conductas prohibidas, así como sus respectivas
sanciones. En tanto que en su dimensión de derecho subjetivo
constitucional, garantiza a toda persona sometida a un proceso
o procedimiento sancionatorio que lo prohibido se encuentre
previsto en una norma previa, estricta y escrita, y también que
la sanción se encuentre contemplada previamente en una
norma jurídica.
Por tanto, resulta claro que la dimensión subjetiva del derecho a
la legalidad penal no puede estar al margen del ámbito de los
derechos protegidos por la justicia constitucional frente a
supuestos como la creación judicial de delitos o faltas y sus
correspondientes supuestos de agravación o, incluso, la
aplicación de determinados tipos penales a supuestos no
contemplados en ellos. El derecho a la legalidad penal vincula
también a los jueces penales, y su eventual violación posibilita
su reparación mediante este tipo de procesos de tutela de las
libertades fundamentales.
Si bien el principio de legalidad penal, el cual protege el derecho
de no ser sancionado por supuestos no previstos en una norma
jurídica, en tanto derecho subjetivo constitucional debe ser
pasible de protección en esta vía, el análisis que debe practicar
la justicia constitucional no es equiparable a la que realiza un
juez penal.
Exp. N° 2289-2005-PHCjTC. Lima, 16 de mayo de 2005
En lo que corresponde al principio de legalidad, refiere que no
pueden calificarse como delito las conductas que no se
encuentran definidas como tales por la ley, incluso cuando éstas
sean desvaloradas socialmente, deshonestas o inmorales, pues
de lo contrario se transgredirían los alcances de la norma, con la
finalidad de sancionar a una persona, lo cual sería un exceso
que generaría un costo irreparable para quien recibiera la
sanción.
Por lo expuesto, este principio exige al juzgador que actúe con
sujeción a la ley, pues es el único criterio válido para poder
dictar una decisión jurisdiccional que reúna los requisitos a los
que el procesado tiene derecho. Es en aplicación del principio de
legalidad que la analogía en el derecho penal no se admite,
situación expresamente prohibida por el artículo III del Título
Preliminar del Código Penal, precepto que se dirige a proscribir
el argumento a símil como medio de creación o extensión de los
preceptos penales de los tipos de la parte especial del Código
Penal, de los presupuestos de penalidad así como de la creación
o agravación de las penas, medidas de seguridad u otras
consecuencias accesorias.
Exp. N° 2289-2005-PHCjTC. Lima, 16 de mayo de 2005.
C.l. Garantías del principio de legalidad
Garantías del principio de legalidad
El principio de legalidad penal, reconocido en el artículo
segundo, inciso 24, literal "d", de la Constitución, comporta,
entre otras garantías, que las conductas prohibidas se
encuentren claramente determinadas en la ley. Es lo que se
denomina la exigencia de la garantía de la /ex l'erta.
Si bien en otras oportunidades en las que se ha alegado la
violación del principio de legalidad penal, este Tribunal ha
resuelto en el sentido de que en tanto no se esté ante una
sentencia fIrme la invocación de la vulneración del principio de
legalidad penal resulta prematura [STC 1076-2003-HC/TC), es
necesario precisar que en dicho supuesto lo que se alegaba era
una vulneración de la garantía de la ¡ex slrieta cuya presunta
vulneración recién podrá ser efectuada por el órgano
jurisdiccional al condenar al imputado a través de un juicio de
subsunción de la norma en el hecho imputado.
De lo que se trata aquí, en cambio, es de una alegada
vulneración de la garantía de la ¡ex cerla, la cual vincula al
legislador y le impone la obligación de dictar leyes lo
sufIcientemente claras como para ser comprendidas. En tal
sentido, el Tribunal Constitucional considera que la vulneración a
la libertad individual, derivada de una violación a la garantía de
la ¡ex cerla, se producirá en el momento en que, por el presunto
hecho de infringir una norma, que no es lo sufIcientemente clara
como para ser comprendida, se dicte una medida restrictiva de
la libertad del procesado.
Exp. N° 2468-2004-HC/TC. Lima, 4 de octubre de 2004.
Diferencias entre el principio de legalidad y el de tipicidad
No debe identifIcarse el principio de legalidad con el principio de
tipicidad. El primero, garantizado por el ordinal "d" del inciso 24)
del artículo 2° de la Constitución, se satisface cuando se cumple
con la previsión de las infracciones y sanciones en la ley. El
segundo, en cambio, constituye la precisa defInición de la
conducta que la ley considera como falta.
Exp. N° 20S0-2002-AA/TC. Lima, 16 días de abril de 2003.
Concepto
Concepto
Concepto
H. EL DERECHO DE DEFENSA
Concepto
El derecho de defensa, como ya lo ha sostenido este Tribunal, se
extiende no sólo al ámbito del proceso judicial, sino también a
sede administrativa, legislativa y corporativa privada. Así lo ha
establecido, por ejemplo, en el Caso Carlos Ramos (Exp. N°.
20502002-AA/TC], siguiendo lo que en su momento sostuvo la
Corte Interamericana de Derechos Humanos: "Cuando la
Convención [Americana de Derechos Humanos] se refiere al
derecho de toda persona a ser oída por un juez o tribunal
competente para la determinación de sus derechos, esta
expresión se refiere a cualquier autoridad pública, sea
administrativa, legislativa o judicial, que a través de sus
resoluciones determine derechos y obligaciones de las
personas" (Caso Tribunal Constitucional del Perú, párrafo 71).
El derecho de defensa garantiza, entre otras cosas, que una
persona sometida a una investigación donde se encuentre en
discusión derechos e intereses suyos, tenga la oportunidad
dialéctica de alegar y justificar procesalmente el reconocimiento
de tales derechos e intereses. Se conculca, por tanto, cuando los
titulares de derechos e intereses legítimos se ven
imposibilitados de ejercer los medios legales suficientes para su
defensa.
Evidentemente, no cualquier in1posibilidad de ejercer esos
medios legales para su defensa produce un estado de
indefensión reprochada por el derecho. Esta es
constitucionalmente relevante cuando aquella indefensión se
genera en una indebida actuación del
Introducción.
Presentación.
TÍTULO I